El precio del matrato. Análisis de Sociologia Criminal

June 9, 2017 | Autor: J. Hernandez Moreno | Categoría: Libros De Victimologia
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Descripción





LICENCIATURA: SEGURIDAD PÚBLICA.


ASIGNATURA: SOCIOLOGÍA CRIMINAL





ASIGNACIÓN A CARGO DEL FACILITADOR





ALUMNO: JORGE ARTURO HERNÁNDEZ MORENO
MATRÍCULA: AL13504020
FECHA DE ELABORACIÓN: 29 DE NOVIEMBRE DE 2015

ASIGNACIÓN A CARGO DEL FACILITADOR

Instrucciones:
a) Lean detenidamente el contenido del enlace. http://www.mpfn.gob.pe/escuela/contenido/actividades/docs/2095_cedaw_vg.pdf
b) Busquen ejemplos en las noticias nacionales e internacionales que estén implicadas con estereotipos de género. Elaboren una reflexión, un texto argumentativo que integre la información del enlace y el ejemplo que retoman.

El precio del maltrato.

Su marido la golpeó, la vejó y la sometió a un control del dinero que impidió a María del Mar disponer de tarjeta durante 37 años.
Las huellas de la violencia machista en España.

http://www.elmundo.es/sociedad/2015/11/25/5655075f46163f27468b462b.html

El hecho de que el agresor de María del Mar pasara 37 años controlándole cada euro, decidiendo cuándo gastaba ella un billete o prohibiéndole tener tarjeta explica una violencia de género distinta. Es lo que la ONU llama 'violencia económica', uno de los sometimientos más habituales y menos contados en el universo de la violencia machista.
El maltratador de María del Mar es la encarnación de estas comillas extraídas a varias legislaciones del mundo: "Cualquier acto u omisión del agresor que afecta a la supervivencia de la víctima y que se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas". Aquel día de 2008 ella se armó de valor y abrió una cuenta propia con parte del dinero de la cuenta familiar. Unos ahorros que se habían nutrido sólo de sus ingresos como enfermera. Sin embargo, sentía que ese dinero no era suyo. Hacía 33 años que no era dueña de nada. Hoy, con su ex marido condenado por violencia de género, María del Mar sigue luchando en los juzgados para que el agresor de su vida no se lleve la mitad del dinero que ella aportó durante décadas a la economía familiar. "Le conocí con 18 años y la primera vez que me pegó fue a los pocos meses, porque había hablado con otro chico", cuenta María del Mar, con sus nuevos 58 años. "A partir de ahí, empezó a acompañarme a todos lados. No podía tener amigos ni ver mucho a mi familia. Una vez me dio un puñetazo en el párpado y me lo rompió. Camino al hospital, me decía la versión que teníamos que dar a los médicos". De puertas afuera, él era afable y accesible. El perfecto vecino. El amigo ideal. De puertas adentro... "Me violaba sistemáticamente. Me pegaba puñetazos y patadas. Me escupía. Me eructaba en la cara. Me arrancaba mechones de pelo. Me mordía hasta dejarme la piel en carne viva. Nunca me llamaba por mi nombre. Yo siempre era la hija de la gran puta, la zorra, la frígida...".El embarazo, la presión social de una capital de provincias y, sobre todo, el miedo empujaron hacia la boda. "Me convertí en una patosa para los demás. Siempre me estaba golpeando con las esquinas de las puertas, los manillares de las bicis o los salientes de las ventanas. Una vez le dije a su madre que su hijo me pegaba y ella me respondió que algo habría hecho yo para merecérmelo". Los especialistas cuentan que el maltratador no se conforma con dar palizas, abusar sexualmente y humillar. También quiere tener el control total sobre el dinero de la familia. Sabe que si la mujer que no ama decide plantarle cara, ella tendrá que huir a un piso de alquiler y subsistir como pueda. Quizá tenga que comprar un billete de bus o llenar el depósito del coche. O, si decide divorciarse, pagar abogados, peritos y tasas. Y todo eso cuesta dinero. Por eso se asegura de que nadie más acceda a él. Anteayer, el Gobierno balear presentó el embrión de la Ley de Igualdad 2016, que, entre los tipos de violencia de género que define, incluye una de la que María del Mar sabe mucho: "La violencia económica es violencia machista. Es una forma de control más hacia la mujer. La ley la entenderá como tal cuando un hombre, por decisión intencionada, no pase la pensión de alimentos, vinculada habitualmente a los hijos. Se facilitarán los mecanismos para que la persona afectada, tras demostrar que padece este tipo de violencia, pueda acceder a otro tipo de renta de las administraciones, como la básica", dijo el lunes en el Parlamento balear la presidenta del Govern, Francina Armengol. "La casa y el coche los compramos con mi dinero. Él jamás puso un céntimo para ningún gasto familiar. Todos los ahorros que teníamos en el banco venían de mi trabajo y, por supuesto, a mí no se me podía ocurrir tocar ese dinero. Yo vivía con miedo", dice María del Mar. Hasta diciembre de 2012, cuando ella interpuso una denuncia por maltrato, su pareja se autoproclamó administrador único de unos ingresos que no eran suyos. "Siempre tenía que ser él quien hiciera la compra, quería tener un control total sobre cualquier cuestión de la casa. Yo le tenía que pedir dinero, aunque fueran 1.000 pesetas o 10 euros, para comprar cualquier cosa".

María del Mar, víctima de violencia económica y de género. Con una licenciatura en Psicología, el marido acabó "enchufado" en la empresa de su suegro, dedicada a la desinsectación. "Mi padre acabó despidiéndole y, acto seguido, él se presentó en las empresas que habían sido clientes para ofrecerles el mismo servicio por menos dinero", argumenta María del Mar. "Ha estado trabajando muchísimos años en negro para alguna empresa del sector, que le daba los productos químicos para hacer los tratamientos. Por eso, cuando quise divorciarme tuve que acudir a unos detectives. Sobre el papel, yo era la única que percibía ingresos, y al estar casados en gananciales, tenía que compartir todo lo que tenía con mi maltratador". En España hay cerca de 1.500 detectives en activo, muchas veces, la única arma de las víctimas para demostrar la violencia económica de sus verdugos. "Todos los meses tenemos casos parecidos, unas veces con maltrato físico o psicológico y otras con violencia económica, que suele aparecer en la separación. El hombre, de forma deliberada, realiza todo tipo de engaños para entorpecer el pago de la pensión compensatoria o de alimentos", cuenta una agencia de investigadores privados. ¿Cómo se puede demostrar la realidad financiera de un maltratador? "La legislación y la jurisprudencia reconocen nuestras pruebas. En ocultaciones patrimoniales, hacemos una investigación exhaustiva del agresor, verificando su actividad y los posibles negocios o trabajos en los que participa. En muchas ocasiones no aparecen como gerentes de sus empresas, pese a serlo materialmente. También abundan los casos de economía sumergida. Los maltratadores también suelen ser defraudadores. Todo vale para sabotear a la mujer". Tras nueve años de noviazgo y 24 de matrimonio, María del Mar aprendió a encontrar refugios: el cuarto de baño era su cama cuando huía de los intentos de violación de su marido. Al otro lado, puñetazos, golpes, insultos... Pero, a veces, no daba tiempo: "La única ventaja que tenía el sexo es que después no me pegaba". El cordial vecino que saludaba en el ascensor también aprendió. Quitó las cerraduras de la casa para evitar que María del Mar tuviera escondite. A veces, a ella sólo le quedaba el balcón de una quinta planta para llorar y huir. "Tírate, venga. Tírate y así acabarás con esto", decía él.Y un día, al cumplir los 51, María del Mar hizo lo impensable: abrió una cuenta y traspasó parte del dinero de la cuenta común, esa a la que jamás había tenido acceso pese a ser cotitular. "Aún no sé cómo me atreví. Él controlaba todo el dinero que yo ganaba con mi nómina. Jamás tuve cartilla ni tarjeta de crédito. Me decía que yo no necesitaba dinero, que él me administraba". Su marido entendió, en cierto modo, el desafío. No eliminó patadas, ni puñetazos, pero bajó la intensidad de sus torturas físicas. Las psicológicas -insultos, vejaciones- y las económicas -el control y el monedero- mantuvieron su nivel de daño. Pasaron otros cuatro años y tres consultas fallidas a abogados para que María del Mar denunciara al hombre que nunca la quiso. En el juzgado, la fiscal determinó que "no respondía al perfil de maltratada", ya que poseía formación universitaria, trabajo fijo e ingresos estables. Él carecía de cualquier fuente de ingresos y era víctima de una "venganza". Fue puesto en libertad sin cargos. María del Mar alquiló un piso, pero en una ciudad pequeña todos se encuentran, sobre todo si te buscan. Él empezó a acosarla. "¿Qué podía hacer? Mi vida estaba aquí. La casa, mi hijo, mi trabajo, mi familia...". Pero cuatro meses después, el caso dio un vuelco. El recurso presentado permitió reabrir el caso y María del Mar pensó que la Justicia condenaría 37 años de violencia. En cambio, sin consultar con ella, su abogada llegó a un pacto con el letrado contrario para que no hubiera juicio penal. Así, se fijó la pena en un año y nueve meses de prisión (que el agresor nunca cumplirá), una indemnización de 3.000 euros y una orden de alejamiento de 250 metros. Pese a la condena y a los informes de los detectives, que demostraron que el ex marido trabajaba de forma irregular manejando productos tóxicos para desinsectaciones, el agresor eterno de María del Mar siguió presionándola: "Ahora me pedía la mitad del dinero que había cambiado a mi cuenta y la mitad de mis ingresos, con pagas extra, en el último año que trabajé. Mi abogada quería acceder a sus peticiones, así que cambié de letrado. Ahora, tres años después de mi denuncia, estoy intentando terminar esta pesadilla". ¿Y ahora qué, María del Mar? "Yo ya no puedo reiniciar mi vida, estoy rota por dentro. Pero, hace unos meses que, cuando camino por la calle, ya no miro hacia atrás".

Reflexión:

Las sociedades del mundo entero se han desarrollado al amparo de la evolución Darwiniana, y desde hace más de 150 años cuando Darwin propuso que el ser humano desciende del mono, el hombre no ha querido objetar esto y muchos de ellos se han comportado peor que el australopithecus en sus relaciones maritales con sus respectivas mujeres; a este respecto podemos decir que sin importar el país, la edad, el color de piel, el estrato social, la cultura o la educación, en la actualidad el problema del violencia de género no ha cambiado mucho, es más me atrevo a afirmar que este comportamiento ha evolucionado con la sociedad misma, convirtiéndose en fenómeno cultural generalizado a lo largo y ancho del globo terráqueo.
Los esfuerzos realizados por diversas organizaciones e instituciones nacionales e internacionales han rendido pocos frutos dada la idiosincrasia del planeta, en la cual el sexo fuerte es el masculino, sin percatarse de la realidad de igualdad que tenemos hombres y mujeres frente al estado y la ley.
Es vergonzoso atentar violentamente contra la mujer cuando nosotros fuimos concebidos por una, y muchos tenemos hermanas e hijas por las cuales no estaríamos dispuestos a soportar este trato discriminante y lacerante que afecta a todas las féminas del planeta. Esta violencia y persecución vinculada al género, reflejan costumbres y tradiciones de las estructuras y normas sociales que a lo largo de la historia se han generado y que no tienen sustento, sin embargo marcan una profunda desigualdad de oportunidades en todos los aspectos sociales a las mujeres.
Desde una perspectiva antropológica podríamos entender que hace 500 años no estábamos conscientes de esta realidad, pero en la actualidad debemos concebir y entender que no debe haber diferencia por género en la sociedad, los roles no están establecidos y definidos como hace 500 años, en esta época la mujer y el hombre comparten roles, obligaciones y responsabilidades por lo que está por demás seguir repitiendo patrones culturales antiquísimos que no corresponde a la época y a la sociedad real.
Si la Organización Mundial de la Salud denuncia que la violencia de género, es uno de los graves problemas sanitarios del mundo, es porque hay que estar alerta de esta necesidad que tiene la mujer de contar con igualdad real en la sociedad en la que coexistimos, de validar y respetar sus derechos más fundamentales como son los derechos humanos, en los cuales se contempla que no debe existir discriminación ya que es un principio transversal en el derecho internacional y como principio se aplica a toda persona que habita en el mundo.
Como anteriormente se comentó, sin importar el país, la edad, el color de piel, el estrato social, la cultura o la educación, en la actualidad el problema de la violencia de género existe aún en los países más desarrollados, y para muestra el ejemplo que con antelación enunciamos, en donde María del Mar es víctima de un energúmeno que fue su esposo y le dio un trato tan vil y desconsiderado por más de 30 años, en los cuales María fue un objeto de pertenencia de este retrograda, que no tuvo la mínima consideración al respecto del trato que merecía la madre de su hijo; sin embargo lo más alarmante es la actitud de la madre de este parásito, que en lugar de reprimirlo parecía alentarlo a seguirle dando esta vida de miseria a la pobre María, quien sistemáticamente había perdido su dignidad y valores por aparentar que todo estaba bien, en una sociedad disfuncional que depende de las apariencias y no de la verdad de los hechos, y que pena que las autoridades de ese país (España), puedan solapar este tipo de acciones que no solo demeritan su actuar sino que propician que estas situaciones sean más comunes y por lo tanto se consideren como aceptables para el estado.
Estas situaciones de violencia de género son actitudes criminales, ya que laceran a la sociedad, por lo tanto encuadrarlas en un marco jurídico no es suficiente, es necesario que la sanción permita al individuo afectado sentirse seguro y respaldado por la ley, y que el delincuente pague este delito confinado hasta que sea rehabilitado, ya que en la actualidad una fianza es suficiente para alcanzar la libertad y seguir martirizando a la víctima, lo cual no es justo y pone entre dicho la seguridad proporcionada por el estado.

Solo queda decir que en la medida que este delito sea controlado, disminuirá la tasa de mortandad en las mujeres de todo el mundo, es tiempo de abrir los ojos y ser equitativos con los derechos de todos, y como lo dijo un mexicano ilustre "el respeto al derecho ajeno, es la paz", si respetamos la individualidad de nuestros semejantes de igual forma podemos exigir que se respete la nuestra.

"El feminismo es una linterna, su luz es la justicia que ilumina las habitaciones oscurecidas por la intolerancia, los prejuicios y los abusos."...Nuria Varela.

"Para combatir el antisemitismo no hace falta ser judío, como para luchar contra el racismo no hace falta ser negro. Lamentablemente, a veces parece que para combatir la discriminación de la mujer hace falta ser mujer."...Soledad Gallego-Díaz.




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