El precio de la racionalidad

July 12, 2017 | Autor: Antonio Romero Reyes | Categoría: Latin American politics
Share Embed


Descripción

ANís,ql QutraNo

Er PnEcro

DE LA

RrcloNRuDAD *

Mariátegui nació hace cien años y muri(r hace más de sesenta. Est¿r ha sido una centuria excepcionalmente cargada de historia y hay muchas señale-s de que el mundo transcurrido en eila ha entrado en su agotamiento junto con la "caída del muro de Berlín". Como quiera que sea, de kr que nir hay ducla es de la magnitud y de la drasticidád de Iós cambios qu'e han ocurrido desde que J.C.M. dejara de escribir y de que hemos ingresado en los comienzos de otra historia. Es pertinente, en consecuencia, incluso inevitable, preguntar(se) qué significa la celebración de este Centenario. Si un mundo y su particular historia van quedando atrás, ¿No arrastran consigo todo kr que les pcrtenece, sus peculiares preocupaciones, esperanzas, temores y.... biografías? Para muchos, evocar hoy la memoria de Mariátegui, de algún modo envuelve, quizás, una nostalgia por un mundo que creíamos conocer, inclusive entender, que lograríamos transformar o, por 1o menos, llegar a ver transformado. Por eso, esta manera de testimoniar la admiración a una de sus más excelsas vidas individuales. Sin embargo, hay algo en esta evocación que no se agota en las nostalgias de una historia de esperanzas y de luchas derrotadas, ni en el reconocimiento al valor ejemplar iie la biogiafía mariate¡;uiana. Se trata del hecho de que después de tanto tiempo transcurrido, de tanta agua pasada bajo los puentes, no hemos dejado de dialogar con Mariátegui y, encima, de que lo sentimos cada vez más presente, que dialogamos cada día más intensamente con é1 acerca de las cuestiones que hoy nos interesan y no sólo, ni tanto, sobre aqueilas que eran propias de su tiempo. Parad(ljicamente, en apariencia, resulta que son precisamente las exigencias de una realidad nueva y cambiada, es decir las cuestiones que ella plantea, Ios particulares problemas que presenta a nuestra vida diariá y

a la perspectiva del tiempo que viene, las que hacen que sintamos a Mariátegui cada vez más cerca de nosotros, a pesar de que su biografía pertenece al mundo y a la historia que están terminando de cerrarse detrás nuestro. En este sentido, podemos reconocer que los actos de este centenario no sólo son la evocación de una memoria admirada, sino la convocatoGaceta Sanmarquina, Junio de 1994. Este texto se incluye por la semeianza entre leguiísmo y fujimorismo acerca de la cual el autor llama la atención,

42

ria histórica de un personaje vivo para participar de nuevo en el debate de nuestro tiempo. ¿Qué okrrga a una escritura que ces(r hace más de 60 años, la vitalidad y el frescor que le permiten ser parte de nuestras actuales indagaciones, pr()poner aún respuestas a las ansiosas búsquedas, sumergirse con nosotrt¡s en elaborar de nuevo, una realidad tan nueva? Ensayo dos respuestas. Una, la ingrata anakrgía entre su escenario histririco y el nuestro, en el Perú y en el Mundo. Dos, ia autonomía y libertad intelectuales que, sin duda alimentadas por una perspicacia excepcional, permitieron al personaje elaborar Ia realidad de su tiempo, de un lado de modo más profundo, es decir, penetrante, que ()tr()s de su generaci(rn. Y de otro ladr>, en abierta ct¡nfmntaci(rn y resistencia con las perspectivas dominantes en su tiempo. Sobre lo primero, señal(r dos cuestiones. Una primera, general: la democracia está hoy en cuesti(rn, amenazada de modo creciente por el resurgimiento de las peores formas de autoritarismo y de despotismo, en Europa, en Asia, en la ex-Uni(;n Soviética y por supuesto en América Latina. Bastará, como funesto ejemplo, mencionar aquí la presencia del más importante partido fascista en el nuevo gobierno italiano, como expresión de la expansión del chauvinismo, del racismo, del autoritarismo que renacen en toda Europa entre las brasas de la crisis presente. Ocurre en mucho como en los años 20, la decisiva década mariateguiana, en los mismos escenarios. Las amenazas de los 20s. fueron en los 30s. cumplidas con la derrota de la democracia en gran parte del mundo, en Italia, en Alemania, en japón, en China, en Rusia, en los países eslavos y ciertamente en América Latina, donde todas las luchas revolucionarias de esa década del 30, fueron derrotadas sin excepción y se impusieron sangrientas dictaduras militares. La segunda es una historia local: la notable analogía entre el leguiísmo de los 20s. y el fujimorismo de los 90s. en el Perú. Enumeremos: 1) el esfuerzo, exitosos en el leguiísmo, de destruir 1as organizaciones y capas políticas previas (sobre todo el Partido Civil), menos exitoso, pero no menos eficaz en el caso dei fujimorismo;2\ la imposición de una política económica que con nombres equivalentes (p«rgreso en los 20s., modernización en los 90s.) se hace en servicio directo del capital intemacional, mutilando las tendencias de desarrollo llamable nacional y por eso despojando a la mayoría de Ia población, de la mínima atención a sus necesidades;3) para esos fines, la imposición de una dictadura real, con aditamentos Iiberales como parlamentos serviles, para controlar el estado contra los trabajadores; esto es, el despojo a las máyorías de toda intervención en el estado; 4) el desmantelamiento de la institucionalidad política previa, en cada una de las áreas del poder estatal; 5) el pragmatismo como moral y como bandera, con su aureola de arbitrariedad, de corrupción, de bastedad. 6) Si Fujimori logra imponer su reelección, hoy no podrá hacerlo sino con los mismos recursos fraudulentos del leguiísmo. Con su agravante: la activación del engendro fascista del fujimorismo, ausente en el leguiísmo. Sobre lo segundo, creo que es pertinente insistir en que es la perspectiva cognitiva o manera de conocer y de producir conocimiento, en otros términos, la propuesta implícita de una racionalidad alternativa a la dominante,

43

AprnucB

El PnEcIo ps le RtctoNel"lpeo lo que facultó a Mariátegui descubrir los más escondidos y sutiles hilos que urden la historia. Esa rácionalidad alternativa, no tanto sus afirmacioñes puntuales, srüre asuntos puntuales, es lo que le otol8a presencia viva entre ñosotros, porque nos permite ahora penetlar la realidad, elaborarla desde dentro de su hisbricid-ad concreta. El núcleo central de esa propuesta histó-

rica, como articulada de elementos históricos y estructuralmente

heterogéneos, y que de ese modo no puede ser ni sistemática, ni orgánica, ni cambiar como una sucesitln de homogenidades, como en el eurtxentrismo. Así, son las exigencias de indagar cuestiones equivalentes en esce_narios análogos, lo que én primer térmiho convoca a la escritura y a la reflexión maria[eguianas a participar en nuestro debate, porque ellas estan elaboradas con instrumentos de conocimiento cuya eficacia es actual. El precio que I.C.M. pagó por cnconlrnr q defender esa racionnlidnd nltcrnaliun 17 las propuestns de conócimiánto y de accién políticas correspondientes, t'trc srt aislaniento y srt conflicto político dentro de la llla. lnternacional, y postmorten su virtual entierro teórico y político por varias décadas. Hay una diferencia decisiva entre ambos tiempbs: hoy está en escombros el poder del despotismo burocrático, que usuipó las banderas del socialismo, y arrumbada su ideología. Por eso,las propuestas mariateguianas de conocimiento y de cambio de la realidad, pueden tener y tienen hoy un espacio más libre. Al mismo tiempo, la explotáción y la dominación, la polarización entre la riqueza y la miseria, soñ más violentas y extensas en el mundo en que vivimos. Es, en consecuencia, más imperiosa la necesidad de enfrentar el poder- del capitalismo, como fue enseñado desde las páginas deAmauta: en la lucha entre explotadores y explotados, no se nos ocurre ser neutrales.

Le Cntsts EN Eunopl ORrnurar y La lzqumnDA EN Aurn¡c¡. L.ruNa

El derrumbe de los regímenes del "socialismo realmente existente en Europa del Este es, en Io inmediato, casi una catástrofe para la mayoría gentes de de las géntes e[ mundo, no solaménte para p Iás de "izquierda» de todo el "izquierda" Amérrca Latina. América Latlna. La desmorálrzaclón desmorálización y/o la perpleridad perplejidad empujan empujañ a muchos a la desocupación política; a no pocos a pasaiseton armas y bagajes al campo contrario o, lo que es casi lo mismo, a un pragmatismo sin atenuantes. Algunos procuran aún guarecerse detrás de esa suerte de vulgata marxista fue secretando, desde mediados de los años 20, "que el.dominio burocrático como su "ortodoxia". Sin embargo, para el mediano y, sobre todo, para el largo plazo,la crisis de tales regímenes inicia una liberación de la pesada hipotecá intelectual y polÍtica que el estalinismo coloc
Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.