El Poder hetero-normativo y La producción socio genérica-sexual de la niñez

La niñez ha sido reconocida como un emblema crucial  dentro de las políticas sexuales del neoliberalismo, por ende ha sido un tema central de interés para los estudios queer. Esto porque específicamente el niño, esta intrínsecamente implicado en las producciones culturales de los regímenes de categorización, que han de gobernar/coordinar las complejas redes de subjetividad que se extienden a las nociones de clase, raza, genero, intimidad y la maduración. Nuestras culturas en occidente, tienen una visión generalizada sobre la niñez: ellos son (y deben permanecer) inocentes, envases vacíos, carentes de deseos, faltos de intelecto, desprovistos de voluntad propia y de intenciones sexuales. Se da por hecho natural que  los niños son heterosexuales y que por ende su sexualidad no es un campo de creación ni de experimentación personal, sino que es una función de carácter público, únicamente administrada por los intereses paternales quienes están a su vez regulados por dictámenes jurídicos. De igual manera que la niñez puede ser una prisión identitaria política también puede ser un espacio de resistencia y de agenciamiento político.  Estos planteamientos y cuestionamientos en torno a la normalización y la patologización de la niñez, permiten visibilizar ciertas grietas en los diversos sistemas de coerción, como también nos permite resignificar conceptos que potencialicen la reconfiguración política de la niñez y poder darle lenguaje al niño falso y queer que escapa o utiliza de manera pragmática las lógicas que buscaban domesticarlo.