El poblamiento castreño en la montaña leonesa: El caso de La Peña del Castro (La Ercina, León)

July 6, 2017 | Autor: F. Muñoz Villarejo | Categoría: Iron Age Iberian Peninsula (Archaeology), Iron Age, Hillforts and Enclosures, Archeology
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Descripción

Férvedes

Vilalba (Lugo)

Número 8

Año 2015

Pp.: 191 - 200

ISSN 1134-6787

EL POBLAMIENTO CASTREÑO EN LA MONTAÑA LEONESA: EL CASO DE LA PEÑA DEL CASTRO (LA ERCINA, LEÓN). THE SETTLEMENT OF IRON AGE IN THE "MONTAÑA LEONESA": THE CASE OF THE "PEÑA DEL CASTRO" (LA ERCINA, LEÓN).

Eduardo GONZÁLEZ GÓMEZ DE AGÜERO [email protected]

Fernando MUÑOZ VILLAREJO Talactor S.L. [email protected]

Víctor BEJEGA GARCÍA Universidad de León [email protected]

RESUMEN El Castro de la Ercina está situado al noreste de la provincia de León, en la falla que separa la meseta de la alta montaña leonesa. Desde el año 2013 se han realizado dos campañas de excavación que han sacado a la luz un poblado de la Edad del Hierro, documentando una ocupación de la segunda mitad del siglo I a.C., además de indicios de ocupaciones anteriores. En la presente comunicación se expondrá un avance de los resultados obtenidos en las intervenciones arqueológicas realizadas hasta la fecha y las estructuras y fases documentadas. ABSTRACT The hilford of the Ercina is located northeast of the province of Leon, it´s on the fault that separates the high mountain and plateau. Since 2013 there have been two excavation campaigns where we found a village in the Iron Age. we dated an occupation of the second half of the first century BC, along with evidence of previous occupations. In this communication a preview of the results of the archaeological excavations carried out so far and structures will be discussed and documented phases. Palabras Clave: Keywords:

1.-

Edad del Hierro, Guerras astur-cántabras, Vivienda, Estratigrafía. Iron Age, War Astur-cántabras, Home, Stratigraphy.

INTRODUCCIÓN.

El yacimiento de la Peña del Castro está situado a 2 Km al norte del pueblo de La Ercina (León), en una plataforma triangular (70x100m) de caliza. Las primeras intervenciones científicas en el yacimiento se van a realizar en los años 2013 (Bejega García, V., et al. 2013) y 2014 (Bejega García, V., et al. 2014) con la financiación de ADSACIER a través del Ayto. de La Ercina, y desarrolladas por la empresa de arqueología Talactor S.L. Éstas se van a centrar tanto en la prospección, como en la excavación arqueológica de La Peña del Castro, integrándose dentro de un proyecto más ambicioso de arqueología pública que pretende acercar el conocimiento generado por la investigación científica a la población local. Para ello, y con la colaboración del Ayto. de La Ercina y asociaciones como Peña del Castro, Legio IIII Macedónica o Astures y romanos de Astorga, se realizaron ciclos de conferencias, jornadas de recreación histórica y talleres. Es-

ta oferta cultural se compaginó además con la participación ciudadana en los trabajos de laboratorio, restauración y excavación. Durante estas dos campañas se han realizado cinco sondeos en diferentes puntos del enclave para intentar determinar las diferentes fases de ocupación, así como la potencialidad del yacimiento. A continuación procederemos a exponer los primeros resultados de la intervención arqueológica. 2.-

LA PEÑA DEL CASTRO EN EL ENTORNO.

La Peña del Castro se sitúa en la zona de transición de dos grandes unidades Morfoestructurales, por un lado la Montaña y por el otro las Tierras Altas de León, controlando los accesos desde la Meseta a la Alta Montaña. Tanto al norte como al sur, el emplazamiento se encuentra delimitado por sendas fallas geológicas con dirección este-oeste. El yacimiento correspondería a un castro so-

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Fig.: 1. Localización de la Peña del Castro y líneas de muralla documentadas.

bre farallón rocoso del subtipo "mesetas tubulares", encuadrándose dentro de toda una serie de asentamientos similares que controlarían estos accesos a la Montaña, siguiendo la falla que recorre de este a oeste el borde sur de la Cordillera Cantábrica (Gutiérrez, A., 1986-87). El poblado, se localiza en las laderas norte y oeste del macizo siguiendo la pendiente natural del mismo (Fig.: 1), también, se ha documentado la presencia de diferentes estructuras de carácter antrópico, que según su morfología podemos dividir en: - Parapetos localizados al norte del recinto amurallado y que parecen marcar un camino en zig-zag a la puerta situada en ese punto, dificultando el acceso a esta. Este sistema defensivo es habitual en yacimientos de cronología similar como Monte Bernorio (Torres Martínez, J.F.; Serna Gancedo, 2010) o Rebanal de las Llantas (Peralta, E., 2003: 296). - Acumulaciones de piedras que marcan claramente tres plataformas. Estos canchales corresponderían con el derrumbe de los diferentes tramos de muralla que rodean por completo el macizo y delimitando el asentamiento. Los laterales sur y este del enclave presentan importantes barrancos naturales que servirían de defensa natural, si bien no se puede descartar la existencia de murallas en estos puntos. - Tanto al norte del recinto amurallado, como al este, se han observado diferentes cortes en la roca con sección en "V", que podrían corresponder con la evidencia de fosos.

Este complejo defensivo contaría con dos accesos. El más importante se situaría al norte, identificándose una puerta que parece flanqueada por dos torreones que daría acceso a la terraza inferior. Además, justo en este punto también existiría un portillo que daría acceso de la plataforma inferior a la media. La existencia de torres en las entradas es conocida en otros yacimientos cantábricos (Peralta, E., 2003: 294-297; Torres Martínez, J.F.; Serna Gancedo, 2010), por lo que no sería extraordinaria su presencia en nuestro caso. En cuanto a la puerta occidental, daría acceso a la plataforma inferior. En esta zona se centraron dos de los sondeos realizados. 3.-

EL SONDEO 01Y 04.

El Sondeo 01 se situó en la terraza inferior, junto al derrumbe de la muralla, en una zona donde se veía en superficie algunas estructuras que pudimos comprobar que eran posteriores a la Edad del Hierro. Este sondeo tenía unas dimensiones de 20x10m, con dirección este-oeste. En el año 2014, ante las estructuras documentadas la campaña anterior, y la existencia en ese punto de un acceso en la muralla, se decidió realizar al sur otro sondeo con las mismas dimensiones, al que denominamos Sondeo 04. Tanto por las dataciones de C14 (2030±30 BP; 2000±30 BP), como por los materiales recuperados, podemos hablar de la existencia de una fase de ocupación comprendida entre mediados del siglo I a.C. y el cambio de Era. Sin embargo, se ha podido constatar la presencia de un nivel anterior, aun-

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Fig.: 2. Planimetría de los Sondeos 01 y 04.

que por el momento no hemos podido precisar su cronología.  La muralla. Al iniciar la intervención, pudimos confirmar que las acumulaciones de piedras observadas en la mitad oeste de los sondeos, correspondían con un tramo de la muralla que circunvala el macizo (Fig.: 1). Al proceder a la eliminación de los escombros (UE 106, 102, 108, 402), se observó la presencia de una muralla lineal, que conservaba una altura cercana a los 2m, y una anchura variable entre los 2 y 3m (Fig.: 2). Esta estructura estaba realizada mediante dos paramentos de caliza de la zona, trabajada en sillarejos y colocada a soga y tizón sin argamasa. El interior de los lienzos estaba compuesto por fragmentos de caliza y tierra fuertemente compactada. La utilización de esta técnica constructiva está ampliamente constatada en diferentes yacimientos del área cantábrica central como Espina de Gállego (Peralta, E., 1999), Monte Bernorio (Torres Martínez, J.F., Serna Gancedo, M.L., 2010), Las Rabas (Fernández Vega, P.A., et al., 2012) o Caravia (Adán, G., et al., 1994) entre otros (VV.AA., 2010; Marín, C., 2011: 426-427). Los dos lienzos están a diferente nivel, adaptándose a la propia pendiente, siendo utilizada la muralla como muro de contención que sirviese para aterrazar el espacio interior para la construcción de

las estructuras. De hecho, la cara interna se apoya en una de estas terrazas, algo ya observado en castros como el de Caravia (Adán, G., et al., 1994). Por otro lado, hay que destacar la existencia en la parte interior de la muralla, de una serie de 10 escalones pétreos incrustados en el lienzo que descendían por debajo del nivel de circulación. Al excavar esta zona, y una vez eliminado el derrumbe que los cubría (UE 135), se pudo observar que este procedía de un muro lateral que delimitaba un pequeño pasillo rectangular, de 1,1m de longitud y 0,3m de anchura, a continuación de las escaleras. El nivel de circulación estaba realizado con tierra apisonada, documentándose a la misma cota que el final de la muralla. La ausencia de materiales supone un problema a la hora de definir una función para el espacio. El derrumbe exterior de la muralla (UE 106) es muy limpio, no presentando prácticamente tierra, lo que sería indicativo de una rápida destrucción (Fernández-Posse, M.D., Fernández, J., 2000: 89). En cuanto al interior, parece que el colapso se produciría en dos momentos. El primero relacionado con la destrucción del asentamiento (UE 108 y 402) y el segundo después de la fase de abandono (UE 102). Este mismo fenómeno se ha documentado en otros puntos del yacimiento. En cuanto a la destrucción de la muralla, hay que destacar que antes de nuestra llegada, el lienzo exterior presentaba un gran derrumbe de la cobertu-

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ra de piedra en forma de cono invertido. Además, en este punto se documentó la presencia de una hoguera en su base, lo que puede estar indicando la destrucción antrópica y voluntaria de esta estructura. En cuanto a la puerta, presentaba una longitud de 2,68m y una anchura de 3,20m. La transición entre los paramentos de la muralla y el acceso se produce redondeando las esquinas y colocando las hileras en talud. El acceso se realizaría a través de tres escalones (UE 429) con contrahuella de sillarejo y descansillo de tierra pisada. En toda esta zona se documentó un importante nivel de carbones y cenizas (UE 427) que indicarían la presencia de un fuerte incendio, hecho documentado en otros puntos del área excavada.  Estructuras.  Estructura 04. Esta estructura es la de mayores dimensiones documentada hasta el momento en el yacimiento (7,47 x 7,19m), presentando una singular planta en "D" (Fig.: 3). El sistema de construcción presenta dos técnicas bien diferenciadas. El muro de la zona oriental se encontraba realizado con bloques de piedra caliza sin devastar colocados de forma irregular (UE 455). Este tramo, además de servir como límite de la estructura parece que cumpliría también funciones de contención para la terraza artificial sobre la que se situará la Estructura 07. También hay que destacar que no sería visible, ya que estaría oculto detrás de esta estructura adosada. El resto del edificio, se ha construido de manera muy cuidada siguiendo la técnica constructiva documentada en la muralla (UE 454). El interior de la estructura se encontraba colmatada por los derrumbes de estos muros (UE 109), lo que hace pensar que era una construcción enteramente de piedra. Esta hipótesis vendría reforzada por la presencia de varios mechinales, situados a la misma cota, en el

paramento exterior. Si veíamos que la muralla estaba construida con piedra caliza de color grisáceo de origen local, este edificio utiliza arenisca de color rojo. La presencia de esta piedra en el entorno se situaría a una distancia de entre 750-1000m del poblado, lo que muestra claramente un interés por remarcar la singularidad de la edificación por parte de sus constructores, así como una clara selección de materia prima. El acceso al interior de este edificio se realizaba de manera sobre elevada por medio de unas escaleras de piedra situadas en la zona sur, junto a la calle principal de la puerta suroeste. El conjunto de la entrada se completaría con una plataforma de arcilla (UE 434) y con un bordillo formado por varias lajas de piedra de gran tamaño orientadas hacia el oeste (UE 442), donde se documentó un gran pozo excavado en la roca (UE 431-432) similar al de Monte Ornedo (Fernández Vega, P.A., et al., 2014), si bien en este caso podría corresponder con un gran silo. Esta estructura en negativo estaba limitada con la calle por un murete de arcilla (UE 439) que posiblemente estuviese forrado de madera, ya que presentaba una alineación difícil de conseguir de otra manera y se documentó la presencia de carbones delimitándolo. Al norte de este pozo, y limitando con el muro de la Estructura 04, se documentaron restos de una escalinata (UE 438) muy mal conservada, que presentaba también una plataforma de arcilla amarilla (UE 436) que conectaba con la UE 434. En el interior de dicha construcción se documentaron varias alineaciones de bloques de piedra caliza que marcaban la división del área interior en tres grandes espacios. Los alzados de estas paredes estaban realizados mediante entramados vegetales cubiertos de barro, ya que han aparecido restos de estas paredes (UE 114), en algunos casos con restos de pintura. Estas estancias presentaban elementos

Fig.: 3. Planimetría y sección de la Estructura 04.

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realizados en material perecedero, con una rica decoración, ya que han aparecido placas metálicas decoradas con sogueados y líneas incisas remachadas a fragmentos de madera. Del mismo modo, también se recuperó un fragmento de madera decorado con incrustaciones de metal haciendo un zig-zag. La distribución interior sería la siguiente: - Espacio A: Ocupa un cuarto de la mitad este del edificio, siendo utilizado el sustrato rocoso como nivel de circulación. Se correspondería con la sala de acceso al edificio, ya que es donde se sitúan las escaleras exteriores, y existen ciertas marcas en el sustrato geológico que sugieren la existencia de alguna estructura de madera para su acceso al interior. Aquí se recuperó una fíbula anular que correspondería con el tipo 35.1b.2 de Erice Lacabe (1995), así como una cuenta fusiforme de metal decorada con varias líneas incisas perimetrales. - Espacio B: Supone la estancia de mayor tamaño, ocupando la mitad norte del edificio. El suelo está realizado con arcilla apisonada (UE 115). En la zona oeste destaca la presencia de varias losas de piedra haciendo un enlosado (UE 138), siendo destacable el importante descenso de la cota del suelo alrededor de ellas. - Espacio C: Situado en el cuadrante suroeste del edificio, es quizás el más relevante de los tres, ya que fue el que presentó la mayoría de los materiales, así como de la decoración. El suelo es idéntico al del Espacio "B", siendo esta la única estancia desde la que se puede acceder. Entre los materiales recuperados cabe destacar la presencia de una jarra de cerámica a mano con una rica decoración reticular incisa, parte de una boca de una olla bruñida también realizada a mano, y una botellita realizada a torno que correspondería al Tipo X2 de Sanz Mínguez (1997: 291), muy común en el mundo meseteño. Además, hay que destacar la presencia de un asa de bronce de un caldero, o herramientas como una reja de arado de morfología lanceolada y dos taladros de placas. Armas como una punta de lanza amortizada, de sección lenticular, un cuchillo afalcatado de hierro con enmangue en hueso, así como tres fragmentos de otros tantos. También es reseñable la recuperación de varias cuentas metálicas que, junto a otra lítica decorada con líneas incisas radiales, formaban un collar. La existencia de un importante incendio en esta estructura, permitió la conservación de restos de la viguería de madera y de la cubierta vegetal del tejado del edificio. Este hecho nos permite hablar de la existencia de una techumbre que parece que

estaría realizada con plantas arbustivas similares a las escobas. Por otro lado, la presencia de dos agujeros de poste en la Estancia "C", apartados del centro de la estructura, hacen que nos planteemos la posibilidad de que la cubierta fuera asimétrica. En esta estructura se han recuperado varias grapas de hierro que se utilizarían en la viguería para descargar el peso de la cubierta. Piezas similares se han recuperado en yacimientos como Numancia (Manrique, M.A., 1980). Tanto el tamaño, como las características arquitectónicas del edificio, o los materiales recuperados, hacen que nos planteemos la posibilidad de que se trate de un edificio comunal. Esta hipótesis cobra más fuerza a la hora de analizar los materiales documentados, con elementos excepcionales, o comunes en espacios de cierto simbolismo y ritualidad como pueden ser contextos funerarios, o desde luego no domésticos. Este hecho sale reforzado al concentrarse todos únicamente en una de las estancias. La presencia de una reja de arado se puede poner en relación cultos agrarios similares a los documentados en el mundo mediterráneo (Pla Ballester, E., 1951). El carácter votivo de estas piezas está también documentado en varias cuevas de Cantabria como Coventosa o la cueva de Reyes (de Mariño, S., 2014), así como en León con el ejemplar de Geras (Celis Sánchez, 2007). En este mismo sentido podemos hablar de la punta de lanza, ya que se encuentra amortizada, fenómeno muy habitual en espacios funerarios (Sopeña, G., 2004), algo parecido a lo que podemos decir para la botellita meseteña (Sanz Mínguez, C., 1997). Por otro lado, hay que destacar que en frente de esta estructura , al otro lado de la calle, comenzó a aparecer otra edificación (Estructura 09) con alzado en piedra y acceso por escaleras, destacando de nuevo el color de la piedra, ya que en este caso habían seleccionado arenisca amarilla para su construcción.  Estructura 05. Al norte del Sondeo 01 (Fig.: 4) se localizó una estructura de planta oval con unas dimensiones de 4,56 x 5,86m que correspondería con una vivienda. Este edificio contaba con un zócalo de piedra (UE 131) y paredes realizadas con un entramado de material vegetal cubierto con barro. En los niveles de derrumbe (UE 118) la presencia de fragmentos de este barro fue muy habitual, presentando algunos de ellos los negativos de las varas de madera, así como restos de revoco y pintura. Estos negativos nos ha permitido identificar tres tipos diferentes de elementos constructivos en madera para la realización de la estructura vegetal. Por un lado contamos con tablones rectangulares, seguramente vinculados con espacios abiertos en el muro como las puertas. Varas circulares de diámetro superior a 2cm, y otras con diámetros inferiores a 2cm, pu-

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Fig.: 4. Planimetría y sección Estructuras 05 y 06.

diendo corresponder las más gruesas con las verticales, y las más estrechas para las horizontales. También hay que destacar la presencia de impresiones de cordajes que ayudarían a unir estos elementos. Algo similar se ha podido observar en otros castros del norte peninsular (Rodríguez del Cueto, F., 2012). La estructura presenta una orientación noreste-suroeste, con el acceso a nivel de suelo orientado al norte. En su interior se identificaron dos hogueras, situada una en la mitad noreste (UE 175) y otra en la mitad suroeste (UE 132). Junto a esta última apareció el durmiente de un molino circular en posición primaria. En el lateral oeste del zócalo de la estructura, arrancaba paralelo a la muralla otro zócalo de piedra que se introduce en el perfil, por lo que no nos es posible aun definir a que corresponde, aunque podría ser el límite de un patio asociado a esta vivienda. Hay que destacar el hecho de que esta estructura está orientada en relación a la Estructura 04. Entre los materiales recuperados destaca la presencia de cerámica de tipo meseteño, mucho más numerosa que la local. También destaca la presencia de útiles agro-forestales y artesanales, como un punzón y una legona, así como pulidores, afiladeras o fusayolas. También destacar la presencia de dos cuchillos afalcatados, un tahalí, la articulación de una hebilla en "D" y parte de un arreo de caballo. Además de estos objetos que podrían considerarse cotidianos, es reseñable la presencia de un fragmento de caldero de metal, así como su asa, realizada por medio de dos piezas con forma de omega entrelazadas. El suelo (UE 168) estaba realizado de arcilla apisonada, siendo excavado en su mitad oeste con el objetivo de constatar la existía una fase anterior. Al levantar este suelo pudimos comprobar la existencia de varios depósitos de cierta singularidad,

todos ellos vinculados a la ocupación de esta estructura. En la zona de la puerta se localizaron dos enterramientos de perinatales (UE 177-178 y 179180) colocados decúbito prono, con las extremidades flexionadas bajo el cuerpo y orientados hacia el sur (Rascón Pérez, J., et al., 2014). Al lado de estos enterramientos, en el vano de la puerta, se descubrió otra fosa con el enterramiento (UE 187-188) de un ovino de unos pocos meses de vida con marcas de sacrificio y también orientado hacia el sur. Junto a estos enterramientos se documentaron otros dos depósitos (UE 171-172 y 173-174), destacando la Cubeta 01 (UE 171-172), ya que presentaba una cista formada con lajas de piedra, rellena de cenizas. Entre los derrumbes de la construcción se documentaron evidencias que parecen indicar la existencia de un importante incendio (UE 161).  Estructura 06. En la esquina noreste del Sondeo 01 (Fig.: 4) se identificó parte de una estructura de planta cuadrangular. Las evidencias apuntan a que se trataría de otra estructura de habitación. El límite sur está formado por un zócalo formado por piedras de tamaño medio y trabadas con arcilla (UE 142), mientras que el oeste se compone de grandes bloques de piedra de caliza local (UE 143). Los alzados serían también de madera y barro, igual que la Estructura 05. Junto al perfil norte se recuperó el durmiente de un molino circular, mientras que en el centro del espacio excavado se documentó una hoguera situada encima de unas losas (UE 147). El suelo estaría realizado en arcilla pisada (UE 140). Los materiales recuperados son muy similares a los de la Estructura 05. Destacando una fusayola de talco, una pesa de telar realizada en caliza o un cuarto de canica de arcilla.

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Fig.: 5. Planimetría y sección Estructura 07.

En la esquina suroeste de esta construcción se localizó una estructura triangular adosada. Esta está formada por un zócalo de piedras medias y grandes de caliza (UE 165) y rellena con otras de pequeño tamaño (UE 163). La ausencia de materiales en su interior nos impide definir su funcionalidad, y aunque parece clara su utilización como contrafuerte para sujetar la terraza donde se asienta la Estructura 06, se trataría, en todo caso, de una construcción auxiliar de esta vivienda.  Estructura 07. Situada al este de la Estructura 04 se documentó un zócalo de piedra (UE 145) adosado a esta estructura, así como a la Estructura 06 (Fig.: 5). Únicamente se excavó parcialmente, ya que el resto del edificio excedía los límites del sondeo planteado, por lo que, aunque sabemos que es una construcción curva, no podemos definir su planta. El suelo (UE 148) también estaba realizado en arcilla, documentándose en la mitad norte una hoguera (UE 128), mientras que el alzado de la estructura sería igual que las Estructuras 06 y 05. La presencia de materiales similares a los documentados en las otras viviendas, así como la técnica constructiva, hace que planteemos la posibilidad de que también se trate de una casa. Hay que destacar que hacia el sur, junto a la calle, se documentaron varios bloques de caliza que parecen cerrar el espacio, documentándose en este punto, sobre la calle, una pared de barro caída (UE 407 y 411). Este muro parece delimitar un espacio abierto que podría estar asociado a la Estructura 07. Algo similar ya proponíamos para la Estructura 05. El espacio entre este zócalo y el muro de la casa, aparecía un nivel de pequeños cantos distribuidos de manera irregular y arcilla apisonada, lo que po-

dría corresponder con el suelo de este espacio (UE 415).  Niveles de circulación.  Calle principal. El acceso occidental al castro se realiza por una calle de una anchura aproximada de 2m, orientada en dirección este-oeste (Fig.: 2). Esta calle estaba realizada mediante el acondicionamiento del nivel geológico (UE 184), colocando algunas losas horizontales para facilitar el paso (UE 402c), así como pequeños empedrados de cantos (UE 445) regularizando las grietas que presentaba el sustrato geológico. Las Estructuras 04 y 09 se articulan en torno a este nivel de circulación. La estratigrafía documentada en este punto indicaba también las dos fases de destrucción que comentábamos para la muralla. En un primer momento se produciría la caída de parte de la muralla y edificios adyacentes a la calle (UE 402 y 402b). En un segundo momento de abandono se produciría un arrastre de sedimentos y limos (UE 409 y 410) retenidos por el primer derrumbe, y en tercer lugar un nuevo desplome de las construcciones adyacentes (UE 413).  Ronda de la muralla. Entre la muralla y las Estructuras 04 y 05 se documentó un pasillo de 1-1,5m de anchura (Fig.: 2). El pavimento estaba realizado con pequeños cantos apisonados (UE 433 y 127), si bien en el lateral oeste de la Estructura 05 se documentó un enlosado (UE 130). Al excavar en el interior de dicha construcción, se observó que, aunque este enlosado exterior estuvo en uso al mismo tiempo que el edificio, pertenecía a una fase anterior, ya que continuaba (UE 176) por debajo del suelo de este. La presencia de

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esta fase es muy débil, solamente constatada por este enlosado, alguna alineación de piedras que podría corresponder con el zócalo de alguna estructura (UE 139 y 168), o una hoguera (UE 137) cortada por el muro de la Estructura 04. Sin embargo, es posible que las escaleras de la muralla estuvieran activas en esta fase antigua, ya que se encontraron materiales y niveles de la última fase por encima del derrumbe que las sellaba. Por el momento no tenemos datos que nos permitan datar esta fase anterior. Sobre el pavimento de la ronda de la muralla se identificaron multitud de restos de fauna fragmentados sobre el pavimento. Esta zona, presentaba un importante nivel de incendio (UE 123), seguramente procedente de la combustión de las coberturas vegetales de las edificaciones colindantes.

del sondeo nos ha impedido precisar de qué se trataría, así como una datación más precisa. Esta estructura (UE 204) estaba cubierta por un nivel orgánico (UE 205) con restos de cerámica a mano y fauna, mientras que estaba rellena por otro nivel también muy orgánico (UE 206) con restos de fauna y cerámica a torno y a mano. La ocupación romana únicamente se ha constatado en este sondeo, estando representada por fragmentos de tegulae y dolia. Este hecho, junto con el desarrollo estratigráfico, nos hace pensar en una ocupación puntual en la terraza superior después del abandono de castro, si bien, ante la ausencia de más datos al respecto, no podemos definir el tipo de ocupación. 5.-

 Callejón. Entre las Estructuras 04, 05 y 06 (Fig.: 2) se documentó un pequeño pasillo de 0,5-0,7m de anchura relleno de un paquete de tierra con gran cantidad de material óseo, cerámico y metálico (UE 112). La difícil accesibilidad de este callejón, además de tratarse de un espacio cortado por las diferentes estructuras, hace que descartemos su función como espacio de circulación. En la comarca de Maragatería, estos espacios entre construcciones se denominan caleyas. Por otro lado, la disposición de este basurero, bajo la Estructura 06 y apoyado en el zócalo de la Estructura 05, hace que barajemos la posibilidad de que este nivel corresponda a un echadizo para el aterrazamieto de la ladera que permitiera la construcción de nuevos edificios. De este modo, e igual que apuntábamos en la Estructura 04, las edificaciones cumplen también funciones de muros de contención para las diferentes terrazas. 4.-

EL SONDEO 02.

Se planteó al norte de la plataforma superior, en una zona delimitada por los afloramientos naturales rocosos al sur, y una acumulación de piedras al norte (Fig.: 1). El sondeo realizado tenía unas dimensiones de 5x2,5m. Al norte del sondeo, se constató la presencia de una acumulación de piedras y tierra (UE 202) que correspondería con un parapeto muy alterado por la erosión. Asociada a esta estructura aparecieron materiales de cronología romana y prerromana, por lo que parece claro la construcción de esta estructura en momentos posteriores a la Edad del Hierro, si bien no podemos relacionarla con esa ocupación romana o en momentos posteriores. Debajo de estos niveles de arrastre y de construcción del parapeto (UE 201, 202 y 203) se identificó un nivel de ocupación de la Edad del Hierro formado por una posible construcción realizada con bloques de caliza. Su posición en la esquina sureste

EL SONDEO 03.

También en la terraza superior, pero en esta ocasión en su punto más alto, se planteó un sondeo de 5x5m (Fig.: 1). Al retirar la cubierta vegetal (UE 300), se documentó la presencia de un paquete de arcilla con restos de cerámica a torno y un pendiente (UE 301), si bien la importante acción erosiva de la zona no permitió identificar ningún tipo de estructura asociada. Entre las grietas del sustrato geológico (UE 302) se pudo recuperar numerosos fragmentos cerámicos tanto a torno como a mano, así como algún resto metálico y elementos líticos. Sin embargo, hay que destacar en la zona sur del sondeo un nivel negro y ceniciento (UE 302-3), que podría corresponder a un hogar, en el que se documentó la presencia más o menos homogénea de un conjunto de cerámica a mano en la que destaca la presencia de una tapadera y un vaso bitroncocónico que lo situarían en la Primera Edad del Hierro. La esquina noroeste del sondeo presenta una serie de bloques de caliza que parece que han podido ser acondicionados antrópicamente (UE 303). En este mismo sentido, cabe destacar la presencia en el centro del sondeo, de una franja ligeramente curvada con ausencia de bloques de caliza (UE 304). Como hemos comentado, la fuerte erosión ha provocado el arrasamiento de los niveles de ocupación, así como la mezcla de materiales, si bien parece evidente la presencia de una ocupación en esta parte alta durante la I Edad del Hierro. 6.-

EL SONDEO 05.

Este sondeo se planteó fuera del recinto amurallado (Fig.: 1), realizando una sección de 15x1m en dirección este-oeste en los parapetos de la ladera norte. Tras la eliminación de la capa vegetal (UE 500) se identificó un pequeño nivel de sedimenta-

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ción (UE 501), e inmediatamente debajo la roca caliza del propio monte. 7.-

CONCLUSIONES.

La intervención arqueológica en la Peña del Castro ha supuesto la primera excavación científica realizada sobre un castro en la Montaña Oriental Leonesa, lo que ha abre nuevas vías de investigación para conocer el poblamiento de la Edad del Hierro en esta zona. La Peña del Castro formaría parte de toda una serie de poblados que controlan los accesos a la montaña. Según parece, los primeros momentos de ocupación se producirían entre el Bronce Final y la I Edad del Hierro, situados en la parte superior del conspicuo macizo calizo. Este solar seguirá habitado a lo largo de toda la Edad del Hierro, realizando nuevas plataformas amuralladas en la laderas, algo que parece ser habitual en los castros cantábricos que algunos autores denominan "de larga duración" (Marín, C., 2009). Posteriormente a la destrucción y abandono del castro, hemos constatado la presencia de material constructivo y de almacenaje que parece indicar la presencia de una ocupación de época romana en la parte superior del macizo, momento en el que también podría haberse realizado el parapeto documentado en esta área. El abandono del asentamiento castreño parece producirse en el cambio de Era de manera violenta. Evidencias de importantes incendios en las estructuras cercanas a la muralla, así como la destrucción intencional de esta, hacen que esta hipótesis cobre fuerza. Estos datos, junto con la presencia de materiales militares romanos como varias tachuelas de caligae, o un proyectil de ballista, hacen que planteemos la posibilidad de que esta destrucción y abandono esté relacionada con la conquista del norte península por parte del ejército romano, si bien, los datos aún son escasos para determinar la acción bélica llevada a cabo. 9.-

En cuanto al urbanismo, hay que reseñar las diferencias constructivas detectadas entre los espacios privados y públicos. Aquellos edificios de carácter comunal son estructuras monumentales, donde, tanto su colocación, como el aparejo utilizado, están seleccionados conscientemente. Por otro lado, las viviendas presentan diferentes tipologías (identificándose por el momento ovaladas y cuadrangulares), presentando una trama urbana cerrada, llegando a pegar los muros de los diferentes edificios. Por otro lado, estas mismas estructuras, van a servir de muros de contención de las terrazas artificiales que se van a realizar para salvar la pendiente natural y construir las edificaciones. En el presente artículo se han realizado unas consideraciones generales sobre la Peña del Castro, si bien, es un proyecto abierto. La realización de nuevas intervenciones arqueológicas, así como el estudio de los diferentes materiales recuperados, que se está llevando a cabo, abrirá nuevas perspectivas sobre la vida de los habitantes de este poblado y su abandono. 8.-

AGRADECIMIENTOS.

En primer lugar agradecer al Ayto. de la Ercina el interés mostrado por el proyecto, así como a ADSACIER por la financiación del mismo. También tenemos que agradecer a la Junta de Castilla y León la celeridad en los permisos y el apoyo institucional y económico mostrado. Este proyecto no hubiera podido realizarse sin el apoyo y colaboración de todos los vecinos del municipio de La Ercina, que en estos dos años se han volcado en el estudio y conservación de su castro. También tenemos que agradecer enormemente a los voluntarios que durante estas dos campañas han formado parte del equipo de excavación, así como todos los profesionales que han participado en el proyecto.

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