El poblado medieval de la Llometa del Castellet (Benaguasil, València, España). Una primera aproximación cronológica y cultural. The medieval town of the Llometa del Castellet (Benaguasil, València, Spain). A first cronological and cultural approach

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Descripción

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actuacions sobre

el patrimoni arqueològic de la Comunitat Valenciana Actes de les I Jornades d’Arqueologia de la Comunitat Valenciana València, 2015

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IV Jornades d’Arqueologia de València i Castelló (16, 17 i 18 de desembre de 2011) – I Jornades d’Arqueologia de la Comunitat Valenciana (14, 15 i 16 de desembre de 2012). Museu d’Història de València. Ajuntament de València. Alapont Martín, Llorenç; Martí Oltra, Javier; Tendero Fernández, Fernando E.

Editors: Llorenç Alapont Martín, Javier Martí Oltra, Fernando E. Tendero Fernández Coordinador de la serie: Javier Martí Oltra Coordinadora de l’edició: Araceli Guardiola Martínez Maquetació: Pilar Mas Hurtuna Foto de portada: Fragment d’inscripció sobre la divinitat Bellona (Arxiu SIAM) © De l’edició: Ajuntament de València Regidoria de Cultura © Dels textos Els autors ISBN: 978-84-9089-019-6 Depòsit legal: V-921-2015 L’Ajuntament de València no es fa responsable de les opinions manifestades pels autors als seus articles.

Índex

Pròleg................................................

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Presentació........................................

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Estudio geoarqueológico de áreas de aprovisionamiento de sílex en el Prebético de Alicante: Los ejemplos de Penella (Alcoi) y La Fenasosa (Onil)...... 13 Francisco Javier Molina Hernández Andoni Tarriño Vinagre Bertila Galván Santos Cristo M. Hernández Gómez Sanxo Llop. Avanç sobre un assentament costaner de finals del Neolític en el País Valencià............................................. 29 Josep Pascual Beneyto Intervención arqueológica en la cuenca media del río Serpis (BeniarjóRafelcofer, Valencia)............................ 45 Miguel J. Sáez Landete Antonio Sáez Landete Silvia Pidal Pérez Paula Bernabeu Sanz José Luis Casabán Banaclocha El yacimiento arqueológico de la Edad del Bronce de Altet de Palau-Arbocer (la Font de la Figuera, Valencia).......... 61 María Jesús de Pedro Michó Pablo García Borja Últimas intervenciones arqueológicas en la Mola d’Agres (Agres, Alicante)..... 75 Elena Grau Almero José Luis Peña Sánchez Teresa Huélamo Doménech José Morejón Mariano El poblado fortificado ibérico de La Celadilla (Ademuz): proyecto de actuación arqueológica, puesta en valor y primeros resultados.................. 85 Daniel Giner Iranzo Laia Creus Gispert

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Les excavacions arqueològiques en la vil·la romana de Sant Gregori: una porta oberta al coneixement de la badia de Borriana (Castelló) entre els segles I a.C. al IV d.C..................................... 101 José Manuel Melchor Monserrat Juan José Ferrer Maestro Josep Benedito Nuez XII campaña arqueológica en el yacimiento del Palau (Burriana, Castellón)............. 113 José Manuel Melchor Monserrat Josep Benedito Nuez Nuevas propuestas sobre la topografía religiosa de la Valentia romana............ 125 Mirella Machancoses López Recreació de la decoració pictòrica de la vil·la romana del Mas de Baix de Silla.... 135 Llorenç Alapont Martí Pilar Mas Hurtuna Adrià Pitarch Tarramera 6

El vertedero tardorromano de la calle Luis Chorro de Petrer (Alicante). Nuevos datos de la villa Petraria....................... 149 Fernando E. Tendero Fernández El Castellar d’Elx: enigma, proyecto, documento......................................... 159 José Luis Menéndez Fueyo Sonia Gutiérrez Lloret Pierre Guichard La vivienda andalusí en la antigua madinat Unda (Onda, Castellón). Intervenciones arqueológicas 2010-2012. 179 Joaquín Alfonso Llorens Lorenzo Carballo Calabuig Dos nuevas viviendas andalusíes en la antigua madinat Unda (siglos X-XIII): la excavación arqueológica en la plaza de San Cristóbal, 21 (Onda, Castellón)..... 191 Ana Miguélez González Lorenzo Carballo Calabuig Joaquín Alfonso Llorens

Projecte Benaxuai – 2010. Excavacions arqueològiques a las Cuevas de Benaxuai. Chelva, València......................................... 211 Agustí Ribera i Gomes Alfred Sanchis Serra Juan V. Morales Pérez Manuel Pérez Ripoll Carmen Tormo Cuñat Joaquim Bolufer i Marqués El Castellet de Carrícola (El Palomar, València). Una fortificació andalusina tardana, segles XII-XIII ........................ 221 Anna Lorena Ruiz Soriano Miquel Rosselló Mesquida Josep Maria Burriel Alberich Evolución arqueológica y marcas de cantería de la torre de Santa Caterina del castillo de Santa Bárbara de Alicante..... 241 Silvia Yus Cecilia La pobla de Ifach (Calp, Alicante): una ciudad medieval bajo el poder de los Llúria a la luz de los descubrimientos arqueológicos (siglos XIII-XIV)............... 251 José Luis Menéndez Fueyo Joaquín Pina Mira José Manuel Torrecillas Segura Roberto Ferrer Carrión El poblado medieval de la Llometa del Castellet (Benaguasil, València). Una primera aproximación cronológica y cultural............................................... 267 Víctor M. Algarra Pardo Tomás Hurtado Mullor Miquel Rosselló Mesquida Intervención en la calle Castillo. Fase III. Castillo del Aljau (Aspe, Alicante)......... 283 José Ramón Ortega Pérez Inmaculada Reina Gómez Marco Aurelio Esquembre Bevia Estefania Escandell Jover

Intervención arqueológica en la iglesia parroquial de San Agustín de Valencia. Estudio de arqueología de la arquitectura en el sistema de bóvedas y cubierta...... 301 Víctor M. Algarra Pardo Nuevas aportaciones al conocimiento del cementerio bajomedieval de Petrer (Alicante)............................................ 317 José David Busquier Corbí Fernando E. Tendero Fernández Arqueología en la recuperación de la ermita de San Felipe Neri de Novelda (Alicante)............................................ 325 Concepción Navarro Poveda Daniel Andrés Díaz ¿A Enguera por Cerdà o l’Alcúdia? Dos proyectos de carretera a mediados del siglo XIX............................................. 341 Francisco José Hernández García Francesc Xavier Duarte Martínez Luis Lozano Pérez Defensa pasiva en la retaguardia republicana: el refugio antiaéreo de la plaça de la Creu (Quart de Poblet, Valencia)............................................ 353 Andrea Moreno Martín Pau Olmos Benlloch Actualización del registro arqueozoológico de La Solana del Castell, Xàtiva (Valencia). 363 M.ª Esther Pérez Roig Utilidad de los análisis isotópicos sobre restos esqueléticos en arqueología: dieta, destete y movilidad territorial...... 369 Domingo Carlos Salazar-García

Reconstrucción y representación de los gestos funerarios a partir del estudio antropológico..................................... 381 Llorenç Alapont Martí Pilar Mas Hurtuna Recuperando el castillo de Biar............ 395 Miguel del Rey Aynat Antonio Gallud Martínez Agres como producto cultural: Ruta histórica............................................. 405 Jorge Contreras Mercader Potencialitat didàctica del patrimoni arqueològic i arquitectònic. El cas del castell/palau-fortalesa de Forna, la Marina Alta. Alacant............................. 411 Emili Moscardó Sabater Nuevas tecnologías para la difusión didáctica del patrimonio........................ 427 José Martínez Usó Alicia Cabrera García La interactividad en los museos arqueológicos locales: el proyecto del Museo de la Villa de Sax (Alicante)....................................... 433 Alberto Ochoa García Petrer se viste de luna. Un paseo por los monumentos y la historia de la mano de los antiguos habitantes de Petrer (Alicante)........................................... 447 Fernando E. Tendero Fernández

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El poblado medieval de la Llometa del Castellet (Benaguasil, València). Una primera aproximación cronológica y cultural Víctor M. Algarra Pardo, Tomás Hurtado Mullor, Miquel Rosselló Mesquida

Resumen Una intervención arqueológica de urgencia con motivo del proyecto del “Parque Fluvial del Turia entre Vilamarxant y Quart de Poblet” ha permitido actuar sobre un yacimiento arqueológico, declarado BIC, de manera que se han acometido actuaciones perentorias de limpieza y de restauración, a la vez que el estudio de la cerca que lo delimita y dos sondeos intramuros realizados nos posibilitan tener una aproximación al conocimiento de su cronología, con una fundación en la primera mitad del siglo XIV, y a su funcionalidad, tratándose de una de las alquerías que dependían de Benaguasil, así como descartar su identificación con la torre y alquería de Felx, nombre que se recoge en las fichas de catalogación. Todo ello permite poder plantear cualquier proyecto futuro que pasaría por una excavación arqueológica sistemática, una consolidación y una puesta en valor. Palabras clave: Benaguasil, Llometa del Castellet, medieval, tapial, Parque Fluvial del Turia.

Introducción

E

l “Proyecto del Parque Fluvial del Turia entre Vilamarxant y Quart de Poblet” que fue llevado a cabo por la Confederación Hidrográfica del Júcar, con la asistencia técnica de INTECSA-INARSA y materializado por la constructora LUJÁN-DIMESA, ha permitido realizar la primera intervención patrimonial sobre el yacimiento que nos ocupa (Hurtado, Rosselló y

Abstract An emergency archaeological intervention inside the project “Parque Fluvial del Turia entre Vilamarxant y Quart de Poblet” have allowed to act on an archaeological site, declared BIC, so that we have undertaken peremptory preliminary cleaning and restoration, while the study of the wall that delimits and two spaces dug intramural make possible us to have a better knowledge of its chronology, with a foundation in the first quarter of the 14th century, and its functionality, the case of one of the farms that depended Benaguasil and discard your identification like Torre de Felx. This allows the possibility to raise any future systematic archaeological excavation, consolidation and enhancement. Key words: Benaguasil, Llometa del Castellet, medieval, formwork, Turia’s River Park.

Algarra, 2010). El yacimiento fue catalogado en 1996 como la alquería islámica de la torre de Felx, redactándose una ficha, dentro del inventario de yacimientos de la Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia, y que luego formaría parte del Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano. Una catalogación que fue recogida y ampliada en 2001 por el Ministerio de Cultura −46.11.051-005 / R-I-51-0010669− y declarado genéricamente con la figura de mayor protec-

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ción, la de Bien de Interés Cultural, con la categoría de monumento, manteniendo la identificación, a nuestro entender erróneamente como expondremos, con la alquería de la torre de Felx que Jaume I donó a Ferran Díeç o a Doménec López, como así se recoge en el Llibre del Repartiment, en los números 121, 2206, 2210 (Ferrando, 1979). El yacimiento se ubica en el suroeste del término municipal de Benaguasil (Fig. 1) a 3 km de la población, cerca de la urbanización Vilanova, y próximo al límite con el término de Vilamarxant (Fig. 2) y al río Tu-

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Figura 1. Ubicación del municipio de Benaguasil.

Figura 2. Localización del yacimiento dentro del término municipal de Benaguasil (Planimetrias Pilar Mas Hurtuna).

ria. Cercana y a una cota inferior transcurre la acequia de Benaguasil y la de Lorca (Hermosilla, 2009, 229). El yacimiento se conectaba con Benaguasil por el camino del Bobal, sobre el que se sobrepuso la CV-373, y enlazaba con la Cañada Real de Alcublas de orientación SE-NO a la altura del Molinet. Los topónimos conocidos más próximos son La Noguera y la Llometa del Castellet, que es el nombre actual que proponemos. Los trabajos se realizaron entre finales de julio y principios de septiembre de 2010, una vez finalizado el período de ejecución del proyecto de esta parte del Parque Fluvial del Turia. Al estar previstos desde el inicio por la Confederación y dado el interés que suscitaban los restos, pudieron realizarse mientras se efectuaban actuaciones de remate de la obra. En esta área se construyó una rampa que facilitará el acceso desde el río a un mirador creado en una pequeña zona aterrazada de descanso cerca del yacimiento, con una talanquera que lo delimitará de su cerca de tapial. Las tareas arqueológicas tuvieron como objetivo principal acciones de preservación del yacimiento y una primera aproximación a su conocimiento, funcionalidad y cronología. Estas consistieron en un desbroce en los muros de tapial (Fig. 3) y en la zona cercana a estos en un perímetro de alrededor de 2 m mediante una escarda manual combinada con herbicidas, actuaciones de consolidación de emergencia sobre los muros, un estudio de estos muros de cierre analizando su técnica constructiva, una topografía del yacimiento y la realización de dos sondeos arqueológicos junto a la cerca sur, en la zona intramuros. Los restos más llamativos que se conservan en superficie son tres lienzos de cerca de tapial, habiendo desaparecido el muro de levante debido a la plantación de un campo de naranjos, al menos a la vista, pudiendo todavía quedar sus cimientos. Se realizaron tareas de salvamento para evitar su colapso. En el lienzo de poniente del muro de cierre en su paramento oeste, el cual es visible desde el exterior de la alquería, el tapial de mampostería encajonada había perdido en amplias zonas su costra lo que había provocado una fuerte meteorización, con pérdida generalizada de masa, y la presencia de grandes oquedades con falta de mampuestos, principalmente en las partes bajas. Todo lo anterior venía agravado por el enraizamiento de variedades leñosas, principalmente carrascas, algunas de gran porte, sobre todo en la base del muro, que como se ha dicho se eliminaron, y la utilización de las oquedades como refugio de animales. Se procedió a recalzar el muro, rellenar los huecos y rejuntar con argamasa (Fig. 4). En la zona de tapial de tierra, en una zona en peligro, se procedió a reponer parte del calicostrado perdido para sujetar y dar estabilidad a la tierra del interior del tapial.

El poblado medieval de la Llometa del Castellet (Benaguasil, València). Una primera aproximación cronológica y cultural

Figura 3. Estado previo donde se aprecia la vegetación y el deterioro de la cerca.

Una vez concluida la actuación se protegieron los restos patrimoniales excavados cubriéndolos con una manta geotextil y se rellenaron las catas con grava (Fig. 5).

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Del estudio previo se deriva también, como se observa a simple vista en todo el interior del recinto, la presencia de estructuras (alineaciones de muros, calles, rebajes en la roca natural, encachados de piedra...) que presentan un mal estado de conservación y que son difíciles de visualizar debido a la vegetación existente.

Análisis murario de la cerca del poblado

Figura 4. Recalzo del muro oeste y rellenado de huecos.

Los muros que envuelven el hábitat son las estructuras mejor conservadas del conjunto, superando en algún punto los 2 m de altura, sobre todo en los laterales oeste y sur, donde se ha mantenido hasta nuestros días la altura correspondiente a dos cajas de tapial e incluso el arranque de una tercera. Por este motivo, la lectura estratigráfica y de las técnicas y materiales de construcción de la cerca ha sido una fuente de información crucial para acceder a una serie de cuestiones básicas en este primer contacto arqueológico con el yacimiento: su adscripción cultural y el momento de su fundación, la funcionalidad del recinto, las técnicas constructivas, etc.

Figura 5. Cubrición de los dos sondeos con geotextil y grava.

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Figura 6. Planta de la cerca del poblado.

Sobre el terreno son visibles, en mayor o menor grado de conservación, los restos de tres de los cuatro lados que delimitaban el conjunto. De estos tres, solo el cierre oeste (con orientación sudeste-noroeste) conserva su longitud total de 54,50 m, que se aproxima a las 60 varas valencianas (54,36 m), y su anchura, que es de unos 0,60 m (Fig. 6). La función de cerramiento exterior del conjunto ha sido totalmente probada, pero opinamos que, por el reducido ancho de los muros (igual al de los edificios que se desarrollan al interior), debió pesar menos una motivación de carácter defensivo (“barrera”) que la propia de delimitación o cerca del recinto, lo que en la documentación de la época se conoce como tanca o tanqua. Los muros están construidos con fábrica de tapial, utilizando dos tipos diferentes entre la base del muro y el resto del alzado. La caja inferior se construyó con

fábrica de tapia de mampostería y el alzado con tapia calicostrada. Sin embargo, como demuestran las relaciones estratigráficas entre fábricas, ambas son absolutamente sincrónicas, por lo que su diferenciación se debe a criterios constructivos de estabilidad y perdurabilidad de los muros de la cerca. La primera característica que llama la atención es la falta de horizontalidad, tanto en las cajas inferiores como las superiores; esto se debe a que estos muros se adaptan a la inclinación de la pendiente natural de la roca sobre la que se asientan, por lo que tienden a reproducirla. Este hecho es especialmente evidente en el muro del lateral oeste, donde existe una pronunciada pendiente noroeste-sudoeste en paralelo a la línea de la vertiente de la terraza del río Turia donde se asienta el conjunto. Ello nos indica que en el momento de la ejecución de las cajas no se invirtió lo suficiente en el diseño de estrategias para corregir las irregularidades propias del terreno, por ejemplo, con cajas adaptadas

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a la pendiente natural o construyendo un cimiento diferenciado cuyo coronamiento superior hubiera resuelto un plano horizontal para las cajas superiores. Este hecho podría ser un indicativo de una ejecución del conjunto con una cierta rapidez y poco cuidada. Fábrica de tapia de mampostería de las cajas de base La fábrica de las cajas de la base de los muros corresponde a tapia de mampostería. La piedra, componente principal de la masa de este tapial, se dispone en el paramento en hiladas relativamente regulares con capas de hormigón entre ellas. En el paramento de esta primera caja de tapia de mampostería se ha podido apreciar un ritmo aproximado de tongadas de mampuestos de 12-14 cm, separadas por capas de hormigón de cal y arena con abundantes gravas. En algunos puntos la piedra utilizada es de menores dimensiones, de ahí que aflore hacia el paramento mayor volumen de hormigón asemejándose a las costras de las tapias de calicanto. La altura media de las cajas es de 1,02 m, mientras que las longitudes son variables: se han registrado dos de 2,71 m, una de 2,56 m y otra de 3,60 m. Como norma general, sobre la roca se aprecia una ligera rebaba de hormigón a modo de hormigón de limpieza que permitiría obtener un plano más o menos regularizado donde disponer las estructuras de los tapiales (tablas, agujas y costales). Suele oscilar entre los 4 y 6 cm y, en ocasiones, se observan ligeras huellas de la sección de la tabla inferior del tablero que forma la caja. Esta base se convierte en un cimiento sui generis justo en la esquina de los dos muros (sur y oeste). En este punto, de especial importancia para la estabilidad de la cerca, la roca presenta una mayor profundidad de modo que bajo la cota de arranque de las cajas de ambos muros queda un importante rebaje o escalón. Para salvar este hueco se procedió a la construcción de un cimiento puntual ataluzado formado por capas de piedra y hormigón de cal. Fábrica de tapia calicostrada del muro de la cerca Tras la construcción de las cajas de base se ha constatado el vertido de una ligera capa de regulación sobre la cabeza de la caja. Esta capa es de hormigón de cal y arena y tiene unos 4 cm de grosor, actuando de interfacies entre la base y el muro y marcando el hilo de contacto entre ellos. Sobre esta capa se dispone una verdugada de mampostería donde se cajean los mechinales o agujales para colocar las agujas pasantes del tapial. Consiste en una capa de unos 0,12 m de altura (medio palmo) de mampuestos trabados con hormigón. Esta

característica convierte a estos muros, desde el punto de vista formal, en tapiales verdugados. El sistema de colocación de una verdugada de mampostería parece que ya no se utilizó entre la segunda y tercera hilada de cajas, recurriendo aquí al sistema de abrir una roza en la parte superior de la caja ya fraguada para encajar las agujas, de manera que la aguja queda enrasada con el cajón desencofrado, de ahí que se observe solo un hilo entre cajas. La fábrica de esta parte de los muros es de tapia calicostrada (también conocida como tapia acerada). Consiste en un muro de cuerpo central de tierra batida (tierra areno-arcillosa con un porcentaje bajo de gravilla y pequeñas piedras de poco más de 1 cm de diámetro) y costra exterior de hormigón de cal, arena y abundante grava, enrasada en ambos paramentos. La tierra se dispone en togadas que, tras el pisado, presentan una altura de entre 5,5 y 4 cm. Por su parte, la costra visible en los paramentos es un hormigón rico en cal con abundantes gravas de origen fluvial. La anchura de la costra oscila entre los 9 y los 11 cm (Fig. 7). La anchura media de los muros es de 0,60 m, es decir, 2 pies (2 palmos y 8 dedos) del sistema de medidas foral del antiguo Reino de Valencia. En cuanto a la altura de la caja, el cuerpo calicostrado es de 0,90 m (1 vara), a los que se ha de sumar la verdugada de mampostería de 12 cm, de modo que se repite la altura de 1,02 m de la caja inferior. Las longitudes son mucho más variadas. Por lo general, oscilan entre 3,25-3,26 m, superando, por tanto, las 3 varas y media, aunque la variabilidad es muy acusada (2,94 m, 2,83 m, 2,45 m, 2,35 m, 2,13 m y 1,68 m). La siguiente huella diferenciada de elementos de los tapiales es la de las agujas, representada por los mechinales o agujales donde se disponían las barras de madera. En todos los casos se trata de agujas pasantes de sección rectangular y posiblemente de esquinas redondeadas. La medida más habitual es una sección rectangular de 40-45 x 60-65 mm (Fig. 8). Se han documentado, en dos puntos del muro sur, dos agujeros que también se introducen en el muro y se encuentran a la misma altura de los agujales. De hecho, en ambos casos se encuentran junto a un agujal. A diferencia de estos, no son pasantes y se introducen entre 14 y 18 cm. Sus dimensiones son también más grandes (170 x 170 mm y 190 x 140 mm). Aunque desconocemos el uso concreto, apuntamos un posible indicio de la utilización de bastidas o andamios empotrados al muro. La distancia entre estos dos agujeros es de 4,80 m. La última de las huellas de los elementos del tapial es la del barzón o costilla, es decir, la barra que colocada en vertical se clava tanto al interior como al

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Figura 7. Detalle de la fábrica de tapia calicostrada sobre tapia de mampostería.

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exterior del tablón para unir las tablas que forman la caja y asegurar la pieza denominada frontera. Hemos documentado diversas huellas de barzones a lo largo de los muros, tratándose, en todos los casos, de la huella dejada por una pieza de canto romo con unas dimensiones de 65-70 mm de anchura y una profundidad de 40-50 mm (Fig. 9).

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A partir de los datos de las técnicas y materiales de construcción de los muros se pueden aportar algunas referencias respecto a la cronología del momento de construcción.

Figura 8. Detalle de agujal.

Figura 9. Detalle de barzón o costilla.

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La identificación del patrón de medida es la principal fuente de información, mientras que el tipo de fábrica remite a un periodo más amplio. La fábrica calicostrada con la que estaba construido todo el recinto, a excepción de las cajas inferiores, se conoce ya en época islámica, en concreto en su última etapa correspondiente al periodo almohade. Sin embargo, el patrón de medida feudal usado en esta construcción y basado en la vara de 0,906 m, la sitúa de manera inequívoca en un periodo post-conquista cristiana.

de una tapia de alzado. Estas estructuras, fundamentalmente muros y niveles interfaciales de circulación, se concentraban básicamente en la cata este, si bien en la parte alta de la loma enmascaradas por la vegetación se adivinan alineaciones de muros y recortes en la roca natural. Las escasas estructuras documentadas responden a una compartimentación interior del espacio y son de tipo doméstico. Pasamos a describir los hallazgos más relevantes y la estratigrafía de la intervención en orden inverso a su excavación (Fig. 11). Estructuras

Sondeos y materiales La intervención de urgencia únicamente permitió actuar en la zona sur del yacimiento, la directamente afectada por la adecuación de un mirador y colocación de una talanquera en la cual, por otra parte, se conserva mejor la cerca del recinto. Se realizaron dos catas en el interior, adosadas a la cerca meridional y esquina suroeste, con unas dimensiones de 6 x 5,75 m y 2,90 x 5,70 m, respectivamente (Fig. 10). Se evidenció la existencia de estructuras en el interior del recinto adosadas al muro de la cerca meridional, muro visible y que había conservado a la vista más

Los primeros indicios de actividad se refieren a labores de acondicionamiento y preparación de la roca calcárea natural (UE 1017), nivel de base de la loma donde se halla el yacimiento, mediante el rebaje de la misma y extracción de piedra (UUEE 1027, 1028). Esta primera actuación busca adecuar pendientes y asiento para los muros, que carecen de zanja de cimentación, y también facilitar el drenaje del agua de lluvia que pudiera estancarse y afectar a los muros de la cerca. Directamente sobre la roca se construyen los muros de tapial del recinto, documentándose muros de mampostería encajonada y hormigón de cal y gravas,

Figura 10. Planta de las estructuras exhumadas.

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Figura 11. Secciones.

a modo de primera caja o cimiento directamente sobre la roca UUEE 1007-1020, E-O y S-N, respectivamente. Por encima de los muros anteriores se asientan los muros de tapial calicostrado UUEE 1006-1019. Ambos, tapiales de mampostería y tapiales de tierra calicostrados, tienen unas dimensiones medias de 0,60 m de ancho y 1,02 m de altura de caja.

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Relacionada con la construcción de estos muros documentamos una estructura de hormigón de cal (UE 1022) a modo de plataforma en escuadra que se adosa al ángulo SO de la cerca. Esta estructura, que podemos describir como capa de hormigón de limpieza o preparación para los muros de la cerca de tapial, conjuntamente con la UE 1028, canaliza las aguas pluviales para el correcto drenaje, protegiendo los muros de tapial de la cerca (Fig. 12). Tras estas labores de adecuación y alzados los muros perimetrales, se construyen una serie de muros interiores que conforman varias dependencias. Adosado al muro de la cerca se levanta un muro (UE 1008) con dirección S-N. Se trata de un muro muy arrasado, también directamente sobre la roca natural, formado por mampuestos de mediano tamaño trabados con hormigón de cal. Tiene un ancho de 0,45 m y una longitud total documentada de 6,20 m, si bien continúa hacia el norte, sobrepasando los límites de la cata.

A su vez, adosado al muro 1008 y con dirección O-E, se documenta un muro aterrazado (UE 1014) de piedras grandes y medianas, careadas, trabadas con tierra, directamente sobre la roca natural, que en esta zona aparece rebajada y recortada (UE 1027). El muro tiene una anchura de 0,55-0,60 m, realizado contra la roca, es decir, con una sola cara vista, y un largo documentado de 5,51 m, continuando hacia el este, sobrepasando los límites de la cata. En el tramo oeste, próximo al muro 1008, se documenta un acceso mediante un umbral (UE 1025) de piedras pequeñas y medianas trabadas con tierra, con un vano de 0,95 m de ancho, dando paso a una estancia o Habitación 1 (Fig. 13). El otro muro que conforma la Habitación 1 está situado a 2,05 m al este del muro UE 1008 y paralelo al mismo, adosándose al muro aterrazado UE 1014. Está formado por las UUEE 1016, 1023 y 1024. Se trata de un paramento oeste (UE 1016) de piedras careadas trabadas con tierra, de un ancho irregular, entre 0,47 y 0,57 m, y una longitud conservada de 2,61 m; un paramento este (UE 1023) de similares características, con un ancho máximo de 0,40 m y misma longitud documentada, y entre ambos paramentos un relleno (UE 1024) de casquijo de piedras y tierra compactada, con la particularidad de que hacia el sur, cota de nivel más elevada, el relleno interior es la propia roca natural acondicionada. La anchura total del conjunto es de 1,52 m. Al este de este muro se

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Figura 12. Esquina SO. Asiento de los tapiales sobre la roca y estructuras de drenaje.

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Figura 13. Cerca (UE 1006), muros interiores (UUEE 1008-1014) y umbral (UE 1025).

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delimita la otra estancia o Habitación 2, de la que no se ha localizado su acceso (Figs. 14 y 15). Rellenos constructivos Relacionado con la construcción de los muros en general y con los muros de la cerca en particular, se documentan rellenos constructivos (UUEE 1010, 1013, 1021). Se trata de rellenos directamente sobre la roca natural, compuestos de tierra arenosa de coloración clara, caracterizados por la abundancia de bloques y algunos cantos de río, así como fragmentos de tejas.

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Nivel de derrumbe

Los materiales recuperados estaban compuestos por cerámica bizcochada (lebrillo, cántaro), pintada en óxido de hierro, pintada en óxido de manganeso, vidriada monocroma de mesa (escudillas y cuencos), cubiertas estanníferas, loza azul y dorada, loza azul, cerámica vidriada de cocina (ollas) de origen catalán y gris medieval, conjunto que datamos a partir del segundo cuarto del siglo XIV (Fig. 16, 1010, 1012, 1013, 1021).

Por encima de los niveles de abandono se documenta un relleno (UE 1002) de tierra marrón oscura, arenosa, que se caracteriza por la presencia de abundantes bloques y fragmentos de hormigón de cal, procedentes del derrumbe y colapso de la cerca medieval de tapial. El nivel aportó escasas cerámicas medievales (Fig. 18, 1002). Este relleno se verá afectado por la plantación de algunos árboles de secano, algarrobos y olivos, que por el tamaño de los troncos no parecen anteriores a principios del siglo XX.

Interfacies de uso y circulación

Fosa del siglo XVII

Los suelos son de tierra apisonada, a veces simplemente la propia roca acondicionada. Se trata de niveles interfaciales de uso y circulación (UUEE 1009, 1015, 1026) que se caracterizan por aparecer sus superficies con una coloración más oscura, cenicienta, pulverulenta, con manchas de materia orgánica, de carbones y cenizas, así como por ser donde se depositan algunas de las piezas cerámicas más completas, aplastadas in situ, procedentes de los niveles de abandono (Fig. 17).

Posteriormente al abandono del poblado no se registra reocupación ni actividad, salvo la localización de una fosa (UE 1011) de planta semicircular de 2,38 x 1,30 m adosada al muro meridional de la cerca −de funcionalidad desconocida, si bien pudo realizarse para expoliar piedra de los muros−, que corta los niveles medievales de abandono.

En algún caso es el propio nivel de base de la roca natural (UE 1017) que es aprovechada como suelo, tras un sencillo acondicionamiento.

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La cronología la aportan principalmente dos piezas concretas: una escudilla vidriada melada (Fig. 18, 1003-12) con pie discoidal, que se puede asimilar al tipo A1.2 de Lerma. Este tipo de pie debe datarse preferentemente a partir de finales del siglo XIV y siglo XV (Lerma, 1992). Dentro de esta cronología debemos situar también la olla vidriada (Fig. 18, 1003-10) con borde moldurado típico de las producciones valencianas del siglo XV.

Estas interfacies de uso o niveles de circulación separan los rellenos constructivos de los rellenos de abandono. Niveles de abandono Directamente por encima de los niveles de uso y circulación anteriores, se documentan diversos rellenos que los anulan (UUEE 1003, 1005, 1018). Se trata de rellenos de tierra de textura arenosa, de coloración marrón clara, con bloques, fragmentos de hormigón de cal, gravas, tejas, huesos, malacofauna y cerámica. Algunas piezas cerámicas salen aplastadas, pero enteras, sobre los niveles de uso y circulación. El conjunto cerámico estaba compuesto por escudillas y cuencos vidriados en verde o melado, ollas vidriadas catalanas y valencianas, ollas grises, bizcochada, pintada en manganeso, loza azul, cubiertas estanníferas.

Estaba colmatada por un relleno (UE 1012) de tierra oscura, muy arenosa, con piedras, fauna, caracoles y escasa cerámica. Destacar una escudilla de loza azul y dorada (Fig. 16, 1012-2), que por perfil y motivo decorativo (espirales achatadas) habría que datar en el siglo XVII. Nivel de vertidos y cobertura vegetal Se refiere al nivel superficial (UE 1001) del interior del recinto, donde se asienta la cobertura vegetal y donde encontramos diferentes acumulaciones de escombros y vertidos recientes. Se recuperó una vaina o casquillo de proyectil de pistola, Remington 7.65, con marcaje en el culote: REM – UMC / 32 ACP (años 1911-1920). Comentarios A pesar de la escasa superficie excavada podemos certificar la fundación ex novo del recinto, la existencia de estructuras interiores, sus características técnicas y funcionalidad doméstica, la cronología plenamente feudal del mismo (primera mitad del siglo XIV) y su abandono, al menos como lugar de hábitat permanente, en la primera mitad del siglo XV, sin descartar un uso frecuente del lugar como hábitat temporal y de apoyo a las labores agropecuarias.

El poblado medieval de la Llometa del Castellet (Benaguasil, València). Una primera aproximación cronológica y cultural

Figura 14. Paramento interior muro norte.

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Figura 15. Paramento interior muro este.

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Figura 16. Cerámicas de las UUEE 1010, 1012, 1013 y 1021.

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Figura 17. Olla vidriada de borde moldurado del nivel de abandono, UE 1003 (siglo XV).

Conclusiones Los trabajos que hasta el momento hemos realizado en el yacimiento tenían un doble propósito. Por un lado, paliar en la medida de lo posible el estado de degradación en el que se hallan los restos, expuestos a la erosión natural y a las agresiones antrópicas (transformaciones agrícolas, trabajos de acondicionamiento de accesos…). Por otro lado, recuperar del olvido una serie de estructuras de un fuerte impacto visual y, como se ha demostrado, de un alto valor patrimonial, de las que poco o nada se conocía y que, desde postulados eruditos poco fundados, se habían asociado a la conocida por fuentes documentales “alquería de Felx”. Denominación que lamentablemente tiene en estos momentos validez jurídica tras su declaración como BIC, con categoría de monumento, con el nombre de “Torre de Felx”. La consolidación de paramentos y del núcleo de las fábricas únicamente se ha efectuado en aquellos puntos donde la ruina era extrema, ante la existencia de agujeros por los cuales era constante la pérdida del núcleo de tierra de tapial de la cerca. En este sentido queda mucho por hacer en la conservación previa a cualquier tipo de intervención arqueológica futura. Estos primeros trabajos arqueológicos han sido modestos, interviniendo en una reducida área. Sin em-

bargo, los resultados obtenidos nos permiten avanzar una serie de conclusiones y lanzar diversas hipótesis a considerar en futuros trabajos, relacionadas con la cronología del poblado, su funcionalidad y la relación territorial con el antiguo señorío de Benaguasil y, con ello, confirmar o no su adscripción a la conocida “alquería de Felx” o a otras unidades de población largo tiempo desaparecidas. En cuanto a la cronología, sin descartar posibles evidencias islámicas en futuras intervenciones que por el momento no han sido detectadas, es innegable que tanto el sistema de medida que sirve de patrón para la construcción de la cerca y del único de los edificios excavados, basado en la vara valenciana, como el material cerámico recuperado en los niveles de fundación nos remite a un momento de post-conquista cristiana, posiblemente ya iniciado el siglo XIV. Otra de las cuestiones básicas es la de conocer el lugar que ocupó y el status jurídico que pudo poseer esta unidad de población dentro del antiguo señorío de Benaguasil. En este aspecto han sido de total ayuda y referencia los trabajos realizados por Francisco Javier Cervantes Peris acerca del señorío de la familia Luna, que tenía su centro en la villa de Segorbe, y en el que se incluía Benaguasil (Cervantes, 1998). Simplemente, a modo de resumen, señalaremos que el señorío de Benaguasil se vincula con el de Segorbe a partir de

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Figura 18. Cerámicas de las UUEE 1002 y 1003.

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la boda, en 1282, de Sancha Ferrandis Díaz (hija de Rodrigo Díaz, cuya familia poseyó Benaguasil desde la conquista cristiana del Reino de Valencia) con Jaume Pérez, el señor de Segorbe y posteriormente con la boda, en 1299, de Constança Pérez, hija de los anteriores, con Rodrigo de Luna, familia en la que se mantendrá el señorío hasta la boda (1372) de María de Luna con el que será el rey Martí I. Estas fechas de enlaces matrimoniales en el tránsito de los siglos XIII y XIV, que refuerzan lo que fue uno de los grandes señoríos feudales valencianos, son de gran interés para centrar la “empresa feudal”, en palabras de F. J. Cervantes, que fue la explotación del señorío de los Luna y en el que se integraba nuestro poblado. Antes de continuar aportando más datos referentes a esta empresa señorial debemos indicar que, a la luz de la documentación conocida del señorío, todavía para los siglos XIV y XV se sigue utilizando el término “alquería” para las unidades de población que, como la nuestra, formaban parte del señorío de BenaguasilSeborbe. Optamos, pues, por este calificativo de raíz islámica de alquería para el poblado, como agrupación de un número pequeño y limitado de unidades familiares que tributaban al señor, aun cuando por estas mismas fechas comenzaba ya a asentarse (sobre todo en el territorio de la Huerta) el de alquería como un edificio en régimen disperso de una sola unidad de población. Gracias a la recopilación de F. J. Cervantes del señorío de los Luna y en particular de Benaguasil, disponemos de valiosos datos para iniciar la búsqueda del vínculo de nuestra alquería con el resto de las entidades territoriales de este señorío. La documentación fiscal que este autor analizó refleja de forma inequívoca que la población de Benaguasil fue durante la Baja Edad Media mayoritariamente musulmana (mudéjar), con solo unas pocas familias cristianas en la propia villa (en el juramento de fidelidad a María de Luna en 1430 asistieron 152 musulmanes y 32 cristianos) y la totalidad de población musulmana en las alquerías, que de forma más frecuente son citadas en la documentación de la época: Aldaia, Bellestar, Alfeig (Felx) y Alcudia; de hecho, se produjo un cambio en época moderna que se atestigua, además de en las fuentes, en la conservación actual del topónimo de la calle Cristianos, lugar donde se concentraban los cristianos viejos que no residían en el nuevo núcleo creado de la Pobla de Vallbona a partir de la parroquia de Benaguasil y que luego contará con templo propio, cuando la población musulmana-morisca fue predominante en la villa. A ellas se suma una quinta, la de Alcàçer, citada en documentación de principios del siglo XV (Febrer, 2006; Cervantes, 1998, 197). En todas ellas se pagan impuestos o rentas señoriales reservadas a la población musulmana, como el “derecho de gallinas”,

la çofra, impuesto que se carga a unidades de poblamiento y no a un único grupo familiar, y el almagram, equivalente en la población musulmana a la peita en comunidades cristianas. Justamente por los pagos del derecho de gallinas de 1425, F. J. Cervantes (1998, 98) efectúa una aproximación del número de casas que cada una de las cuatro primeras alquerías pudo alcanzar a principios del siglo XV: la alquería de Aldaia, 8 casas y 2 casas tal vez despobladas, la de Bellestar, 15 casas y 1 despoblada, la de Alfeig, 12 casas y la de Alcudia, que se cita como alquería que solia esser de l’Alcudia, 20 casas, que él considera ya despobladas, aunque “no desposeídas de sus dueños puesto que pagaban impuesto” y en activo en lo que se refiere a las actividades de tipo agrícola. Para el siglo XV, momento en que se centra fundamentalmente el análisis de F. J. Cervantes, parece que está produciéndose una concentración de la población en torno a la villa de Benaguasil, en detrimento de los núcleos dispersos, política por otra parte habitual en la sociedad feudal frente al modelo “islámico” de población que prima la dispersión de las comunidades en función, como es el caso del territorio de Benaguasil, de las unidades de riego. Estos datos demográficos y fiscales estarían en concordancia con las fechas tempranas de abandono, o al menos de una pérdida de su uso doméstico pleno, para el sector excavado de la alquería en la primera mitad del siglo XV. Sin embargo, para el momento de pleno asentamiento de la sociedad feudal, dotada de los recursos jurídicos, propiedad territorial y de infraestructuras y material humano necesarios para la explotación agrícola del territorio entre las décadas finales del siglo XIII y comienzos del XIV, sí existió un deseo de potenciar este núcleo de población o alquería dentro de la “empresa feudal” de los Díaz y posteriormente de los Luna. Benaguasil, uno de los llamados “pueblos castillo”, era un lugar con un altísimo potencial agrícola de regadío (arroz, trigo y cebada) derivado de la séquia Major de Benaguasil y la séquia de Llorca, sistema hidráulico independiente que riega a la izquierda del anterior. Nuestra alquería se localiza, en rigor, en el ámbito de riego de la segunda, aunque la séquia Major discurre a los pies de la loma del Castellet. Junto a los cultivos de secano (viña), en menor porcentaje que los de regadío, en la explotación señorial del territorio de Benaguasil también destacan otros cultivos de carácter industrial como el lino (Cervantes, 1998, 153) y la recogida de esparto (Cervantes, 1998, 162), así como la ganadería (Cervantes, 1998, 134). Explotaciones todas ellas que deben ser tenidas en cuenta en futuras aproximaciones al yacimiento

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para llegar a conocer su papel en el conjunto de las explotaciones agropecuarias del señorío. En conclusión, nos hallamos ante una unidad de poblamiento o alquería que, por los datos actuales, se fundó en las primeras décadas del siglo XIV, sin que por el momento se pueda descartar un origen más pretérito (del que no hemos hallado referencias), cuya organización, llegado el caso, difiriera del asentamiento feudal proyectado y plasmado. Esta alquería cristiana estaría habitada, según las referencias documentales estudiadas por F. J. Cervantes, por población mudéjar que explotaría un rico territorio agrícola, y habría sido patrocinada activamente por el poder señorial, que en este caso abarcaba un extenso territorio del antiguo reino (Segorbe, Serra d’Eslida, Vall d’Almonacid, Vall d’Uixó y Benaguasil, Pobla de Benaguazir –posteriormente Pobla de Vallbona– y Paterna). Restaría tan solo lanzar una hipótesis acerca de cuál de las diferentes alquerías conocidas para los siglos XIV y XV pudo ser la nuestra. Como se ha indicado, el yacimiento se ubica en la llamada “Llometa del Castellet”, una colina en la margen izquierda del Turia, a cuyos pies discurre la séquia Major de Benaguasil. El estudio toponímico de las partidas llegadas hasta nuestros días y de algunos de los brazos de esta acequia descartan dos de las alquerías conocidas, la de Aldaia y la de Bellestar, ambas asociadas a un brazo de esa acequia, la primera situada al sudeste y próxima al núcleo de Benaguasil y la segunda, en el extremo sudeste del término lindante con Riba-roja.

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Por su parte, ya hemos manifestado que el yacimiento se ha relacionado equívocamente con la “torre y alquería de Felx” o “Alfeig”, cuyo pasado islámico queda confirmado por su inclusión en el Llibre del Repartiment. También se cita en la documentación fiscal del señorío de los Luna entre los siglos XIV y XV y se tiene referencia (al menos como un elemento topográfico y no necesariamente poblacional) para la época moderna (visura de acequias de 1617) y contemporánea, cuando se señala un dato relativo a la distancia de una legua (aproximadamente 1509 m) entre la almenara del Jabalí (elemento hidráulico de la acequia de Benaguasil bien conocido) y la torre de Fleix. Sin embargo, la referencia que de forma más evidente desliga los actuales restos de la Llometa del Castellet con Felx es el plano llamado Pergamino de los arroces, de 1592 (Archivo del Reino de Valencia, Mapas y Planos, nº 9), donde la “alquería de Alfeig” se ubica próxima al roll de Betlem y, de cualquier modo, en el área de riego de la acequia de Benaguasil en tierras de regadío y a una cota sensiblemente inferior a la de nuestro yacimiento. No en vano la etimología de “alfeig” corresponde a “al pie del monte” o bajo un cerro.

Nosotros proponemos que el yacimiento de la Llometa del Castell, denominación que aconsejamos a falta de una adscripción clara con alguna de las alquerías conocidas, se corresponde con la denominada “alquería de la Alcudia” en la documentación del siglo XV. Nuestra alquería se situaba a la izquierda de la séquia Major de Benaguasil, sobre una colina, lo cual enlaza con una cuestión etimológica, según la cual, en árabe el término “alcudia” alude a una colina o elevación del terreno, que es justo la ubicación de la Llometa del Castell. Además, las referencias de la situación de inicio de despoblamiento de la alquería de la Alcudia para el primer cuarto del siglo XV también concuerdan con la datación de los fragmentos de cerámica hallados en los niveles de abandono. En ese siglo se estaría consumando el proceso de unificación de los núcleos de población del señorío de Benaguasil en un único enclave, la villa de Benaguasil, postergando al olvido a estas ruinas que aún hoy flanquean el discurrir del río Turia en su margen izquierda. Víctor M. Algarra Pardo [email protected] Tomás Hurtado Mullor [email protected] Miquel Rosselló Mesquida [email protected]

Bibliografía CERVANTES, F. J. (1998): La herencia de María de Luna: una empresa feudal en el tardomedievo valenciano. Segorbe: Ayuntamiento de Segorbe. FEBRER, M. V. (ed.) (2006): Les aljames mudèjars valencianes en el segle XV. Fonts històriques valencianes, 26. València. FERRANDO, A. (dir.) (1979): Llibre del Repartiment. València: Vicent García Editores. HERMOSILLA, J. (dir.) (2009): Los regadíos históricos del Turia Medio: La Serranía y el Camp de Túria. Regadíos Históricos Valencianos, 11. València. HURTADO, T.; ROSSELLÓ, M. y ALGARRA, V. (2010): “PATRIMONI. Adequació i excavació arqueològica en l’anomenada Torre de Felx”. Boletín de Información Municipal de Benaguasil, 32, 13. Benaguasil. LERMA, J. V. (1992): La loza gótico-mudéjar en la ciudad de Valencia. Monografías del Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias González Martí, 1. Valencia.

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