El poblado fortificado de El Castillón en el contexto del siglo V d.C.

Share Embed


Descripción

2014

978-84-941796-7-9

SEPARATA

Colección SIMPOSIA _ 5 Madrid, mayo de 2014

© FORTIFICACIONES EN LA TARDOANTIGÜEDAD: ÉLITES Y ARTICULACIÓN DEL TERRITORIO (SIGLOS V-VIII D. C.). Esta edición es propiedad de EDICIONES DE LA ERGASTULA y no se puede copiar, fotocopiar, reproducir, traducir o convertir a cualquier medio impreso, electrónico o legible por máquina, enteramente o en parte, sin su previo consentimiento. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Todos los derechos reservados. © Edición a cargo de Raúl Catalán Ramos, Patricia Fuentes Melgar y José Carlos Sastre Blanco © de los textos: sus autores. © de las ilustraciones: sus autores. © Ediciones de La Ergástula, S.L. Calle Béjar 13, local 8. 28028 – Madrid www.laergastula.com Diseño y maquetación: La Ergástula I.S.B.N.: 978-84-941796-7-9 Depósito Legal: M-14323-2014 Impresión: Publicep Impreso en España – Printed in Spain.

ÍNDICE Preámbulo Rosario García Rozas ................................................................................................................................ 11

— ARTÍCULOS —

Definindo a Lusitânia pós-imperial. Algumas ideias estruturantes Adriaan de Man ........................................................................................................................................ 13 Early Migration period hillforts in Southern Germany: State of research and interpretation Cristoph Eger ............................................................................................................................................ 21 Ciudades, torres y castella. La defensa de la Vía Augusta Josep María Nolla Bufrau ......................................................................................................................... 43 Aproximación al poblamiento tardoantiguo en Andalucía Julio Miguel Román Punzón y José María Martín Civantos ..................................................................... 57 Fortificaciones del reino de Toledo en el sureste de la Península Ibérica: el ejemplo del Tolmo de Minateda Blanca Gamo Parras .................................................................................................................................. 79 Comparación entre los espacios del Valle del Ebro y La Meseta: La Rioja y Burgos en la Antigüedad Tardía José María Tejado Sebastián ..................................................................................................................... 95 Fortificaciones y periferia en Hispania: el entorno de Soto de Bureba durante la Tardoantigüedad Rosa Sanz Serrano, Ignacio Ruiz Vélez y Hermann Parzinger .................................................................. 121 Aristocracias, élites y desigualdad social en la Primera Edad Media en el País Vasco Juan Antonio Quirós Castillo .................................................................................................................... 143 El territorio de Cea (León) durante la tardorromanidad y la Alta edad Media Margarita Fernández Mier, Carlos Tejerizo García y Patricia Aparicio Martínez ...................................... 159 La frontera suevo-visigoda: ensayo de lectura de un territorio en disputa Enrique Ariño Gil y Pablo C. Díaz .......................................................................................................... 179 Fortificaciones tardoantiguas y visigodas en el Norte Peninsular (ss. V-VIII) José Avelino Gutiérrez González .............................................................................................................. 191 El castillo de Gauzón (Castrillón, Asturias) y la fortificación del paisaje entre la Antigüedad Tardía y la Edad Media Iván Muñiz López y Alejandro García Álvarez-Busto ................................................................................ 215

Asentamientos fortificados altomedievales en la Meseta. Algunas distorsiones historiográficas Alfonso Vigil-Escalera Guirado y Carlos Tejerizo García........................................................................... 229 Castra y elites en el suroeste de la Meseta del Duero post-romana Iñaki Martín Viso ..................................................................................................................................... 247 Dos viviendas del siglo VI sin noticias de élites locales en el Cristo de San Esteban (Muelas del Pan, Zamora) Alonso Domínguez Bolaños y Jaime Nuño González ................................................................................ 275 La muralla tardoantigua de Muelas del Pan (Zamora). Una construcción de urgencia en un tiempo convulso Jaime Nuño González y Alonso Domínguez Bolaños ................................................................................ 297 La gestión en el patrimonio arqueológico de la provincia de Zamora Hortensia Larrén Izquierdo ...................................................................................................................... 329 El poblado fortificado de El Castillón en el contexto del siglo V d.C. José Carlos Sastre Blanco, Patricia Fuentes Melgar, Raúl Catalán Ramos y Óscar Rodríguez Monterrubio .............................................................................. 353

— VARIA —

Fortificaciones romanas en el limes de la Cirenaica Ana de Francisco Heredero ...................................................................................................................... 369 La piel del leopardo: espacios campesinos y espacios de poder en el alto valle del Águeda (Salamanca) Rubén Rubio Díez y Enrique Paniagua Vara ............................................................................................ 383 Castro Valente, una fortificación de control del Río Ulla David Fernández Abella ........................................................................................................................... 393 Paleopatología en la necrópolis del Castillo de Zamora (siglos VI-VIII) Laura García Pérez, M. Barbosa Cachorro, F. de Paz Fernández y J.F. Pastor Vázquez.............................. 399 El castillo de Crestuma (Vila Nova de Gaia, Porto, Portugal) entre la Romanidad tardia y la Edad Media: los retos de un sitio complejo António Manuel S. P. Silva ...................................................................................................................... 405 Sistemas de señales a larga distancia. Estudio de los topónimos ‘faro’, ‘facho’ y ‘meda’ en el noroeste peninsular José Carlos Sánchez Pardo ........................................................................................................................ 417 El Proyecto Maila en el yacimiento romano-tardoantiguo de Los Barruecos (Malpartida de Cáceres) Saúl Martín González, Aníbal González Arintero, Juan José Pulido Royo y Sabah Walid Sbeinati .......... 425

EL POBLADO FORTIFICADO DE EL CASTILLÓN EN EL CONTEXTO DEL SIGLO V d.C.

JOSÉ CARLOS SASTRE BLANCO PATRICIA FUENTES MELGAR RAÚL CATALÁN RAMOS ÓSCAR RODRÍGUEZ MONTERRUBIO ZamoraProtohistórica

RESUMEN El poblado fortificado de El Castillón se ha revelado como uno de los asentamientos tardoantiguos más importantes de la Meseta Norte. Los últimos trabajos de investigación dirigidos por el equipo científico de ZamoraProtohistórica han sacado a la luz un gran repertorio cerámico, materiales de decoración en hueso y en vidrio, herramientas y utensilios metálicos, y restos de fauna que permiten reconstruir la vida de los pobladores de este asentamiento tardoantiguo y datarlo entre los siglos IV y VI d.C. Palabras clave: Zamora, El Castillón, tarodoantiguo, muralla, metalurgia ABSTRACT Recent studies had revealed that El Castillón is one of the most outstanding fortified settlements in the Spanish Northern Sub Plateau. The Scientific and Cultural Association Zamoraprothistorica has been leading a research on this site for six years bringing to light a large repertory of artefacts such as pieces of pottery (Late Roman and Early Medieval), decorating crafts made on bone and glass, metal tools, pieces of metalworking and remains of fauna which make possible a reconstruction of ancient settler's daily life. Dates given to the site after analysing the artefacts by comparative studies place the settlement between the 45h and 6th centuries, Key words: Zamora, El Castillón, Late Roman, Wall, Metalworking

Las fortificaciones en la tardoantigüedad: Élites y articulación del territorio (siglos V-VIII d.C.) 2014 / ISBN 978-84-941796-7-9 / págs. 329 – 352

354

J. C. SASTRE BLANCO, P. FUENTES MELGAR, R. CATALÁN RAMOS & O. RODRÍGUEZ MONTERRUBIO

1. SITUACIÓN GEOGRÁFICA DEL CASTRO DE EL CASTILLÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN

El castro de El Castillón se encuentra ubicado en la provincia de Zamora, en la denominada Dehesa de Tardajos, perteneciente al municipio de Santa Eulalia de Tábara dentro del término municipal de Moreruela de Tábara. Cuenta con un emplazamiento privilegiado controlando el paso del río Esla y muy próximo a la hoy denominada Vía de la Plata, que discurre paralela a su margen izquierdo y que unía Emerita Augusta (Mérida) con Asturica Augusta (Astorga). Su cronología abarca desde la Edad del Bronce, con la presencia de pinturas esquemáticas localizadas en el Abrigo de El Castillón (Fernández Rivera, 1987; Sastre Blanco, 2006), hasta la época tardorromana y visigoda, siglos V-VI d.C. En la actualidad, el paisaje dominante en la zona se organiza mediante la forma de una dehesa compuesta fundamentalmente por encinas y jara, con abundante monte bajo, dedicada esencialmente al aprovechamiento cinegético y ganadero. Posee una altitud que oscila entre los 740 m y los 749 m, y sus coordenadas geográficas son 41º 51´ 20” de latitud Norte y 5º 47´ 25” de latitud Oeste. El conjunto se extiende sobre una superficie de 4 ha. contando con un perímetro amurallado de unos 600 metros de longitud, que rodea el asentamiento, menos por la zona Este donde se localiza el importante farallón rocoso que lo hace inaccesible. Las primeras informaciones que poseemos sobre este lugar proceden de Virgilio Sevillano Carbajal en los “Testimonios arqueológicos de la provincia de Zamora” (Sevillano Carvajal, 1978) y posteriormente Ángel Esparza Arroyo (Esparza Arroyo, 1986), que llevó a cabo en 1986 un estudio del mismo junto con numerosas prospecciones. Pero no será hasta el año 2007 cuando comiencen las primeras excavaciones del castro, encuadradas dentro del Proyecto de Investigación y Difusión del Patrimonio Arqueológico de la Provincia de Zamora (PIDPADZ), dirigidas por José Carlos Sastre Blanco y Óscar Rodríguez Monterrubio (Rodríguez y Sastre, 2008), y que se han desarrollado hasta la fecha en seis campañas de excavaciones (2007- 2013).

LAS FORTIFICACIONES EN LA TARDOANTIGÜEDAD

2. SISTEMAS DEFENSIVOS Una de las zonas principales en la que se ha venido investigando desde el comienzo de estos trabajos hasta la actualizad son los sistemas defensivos. La investigación de este aspecto se ha centrado en dos sondeos realizados en la zona Norte y Oeste del poblado, viéndose complementada por numerosas y sistemáticas prospecciones arqueológicas que se han llevado a cabo de manera puntual en cada una de las campañas realizadas hasta la fecha. Una zona donde se han centrado los trabajos de prospección es el área externa del recinto amurallado, donde esperábamos encontrarnos alguna evidencia arqueológica, como la presencia de otro tipo de elementos defensivos afines a la muralla (fosos o campos de piedras hincadas). Sin embargo, todas las prospecciones realizadas en cada una de las campañas llevadas a cabo resultarían infructuosas, hasta que en el verano de 2011, gracias a una granizada, acontecida en el mes de julio, que asoló la vegetación de la zona, puso de manifiesto una segunda línea de muralla, que anteriormente no era visible. Esta nueva línea de muralla se desarrolla paralela a la principal, partiendo desde la zona de la puerta principal en dirección Sur, englobando toda la zona Sur y Suroeste del poblado. Mantiene una distancia de entre 5 y 10 m con respecto a la muralla principal, con una anchura de entre 3 m y 4 m, que nos indica una mayor fortificación de este poblado en su sector occidental y septentrional.

2.1. Sondeo en la parte Oeste de la muralla En el año 2008 se llevó a cabo la primera intervención en la muralla, concentrándose los esfuerzos en un sondeo de 6 x 4 m (Sondeo 4), localizado en la zona Oeste, cercano a la zona donde consideramos que se encontraría situada la puerta principal de este recinto amurallado. La excavación de la muralla en este sector nos deparó un importante nivel de derrumbe, tanto de esta muralla, como de la estructura que se adosa a la misma, lo cual nos indica que la altura del lienzo habría sido mucho mayor que el conservado actualmente, como se observa, hoy en día, en algunos puntos del recorrido de la misma. Tras retirar todo el nivel correspondiente al derrumbe

EL POBLADO FORTIFICADO DE EL CASTILLON EN EL CONTEXTO DEL SIGLO V D.C.

pudimos observar el paramento interno de la muralla, compuesto por grandes mampuestos de cuarcitas trabajados y trabados entre sí mediante una compacta capa de arcillas endurecidas. En esta zona la muralla presentaba una anchura máxima de más de 4 m, oscilando entre los 4 y 5 m de anchura, siendo mucho menor tanto en el sector Norte como Sur, como veremos a continuación.

2.2. Sondeo en la parte Norte de la muralla Todo el tramo Norte de la muralla se encuentra muy destruido, siendo visible un importante nivel de derrumbe tanto al interior como al exterior del poblado. El sondeo realizado en esta zona de la muralla (Sondeo 5), tiene unas dimensiones de 5 m x 8 m cubriendo longitudinalmente la muralla, así como parte del derrumbe de la misma y del interior la zona habitada. En esta nos topamos con una muralla bien definida, compuesta por mampuestos de cuarcitas de diversos tamaños, trabados entre sí mediante una capa compacta de arcilla de color rojizo muy endurecida, lo cual otorgaba una enorme consistencia. Teniendo en cuenta los resultados obtenidos en el Sondeo 3, nos parece apreciar como en determinadas zonas del Castillón se producen destrucciones que van siendo reparadas o amortizadas con relativa rapidez, siendo prácticamente coetáneas en el tiempo. En esta zona pudimos constatar como bajo el derrumbe nos encontramos ante un nivel de cantos rodados de diversos tamaños, trabados entre sí mediante una compacta capa de arcilla rojiza, recuperándose además una pequeña fíbula de bronce, de tipo Vyškov.

3. ZONA METALÚRGICA El trabajo del mineral del hierro en El Castillón queda patente en tres estructuras documentadas dentro del ámbito amurallado, lo que también se ha verificado en otros asentamientos similares de este periodo como en el yacimiento francés de la Roc de Pampelune, en el Sureste de Francia (Pagés et alii, 2005). La zona metalúrgica se sitúa en el sector Norte del poblado, muy cercana a la muralla, donde se han excavado tres grandes estructuras ovaladas, dos de

355

ellas visibles al exterior, que se han podido identificar como hornos metalúrgicos. Estos alcanzan unas dimensiones de 4 m de longitud por 2,40 m de anchura, presentando paredes de grandes bloques de cuarcitas y adobes en su parte más alta. Contarían además con una pequeña entrada de 40 cm de anchura, jalonada por dos grandes bloques verticales de cuarcita. Durante los año 2007 y 2008 las investigaciones se centraron en uno de los hornos denominado Estructura 01, la más próxima a la muralla Norte. Se llegó a profundizar 1,96 m, sin lograr alcanzar el nivel geológico. En el interior de esta estructura se documentó una gran presencia de escorias de reducción de hierro, con un peso total de 25 kg. El segundo horno, denominado Estructura 02, se encuentra situado junto a la Estructura 01, pero sin llegar a adosarse a esta en ningún momento. Fue excavada en su totalidad entre los años 2008 y 2010. Uno de los aspectos más interesantes que hemos podido documentar es la presencia de otro horno anterior a la Estructura 02, asentado sobre un posible estrato de la Edad del Hierro, como así lo atestigua la cerámica asociada al muro encontrado en la parte final del horno, sobre el nivel geológico, lo que nos muestra un uso muy prolongado de la producción de hierro en esta zona. Los dos hornos se han podido datar en época tardoantigua. Su estructura constructiva es sencilla, se trataría de un simple hoyo excavado en la tierra sobre el cual se sitúan dos o tres hiladas de piedras regulares y perfectamente trabajadas con una simple trabazón de argamasa. Sobre ella iría una cúpula de reverbero de adobe, que sería retirada tras la cocción. Ambos hornos se emplearon para la reducción del mineral del hierro y separarlo de su ganga al someterlos a elevadas temperaturas, se obtendrían así fragmentos para la forja en caliente y enfriado al aire. Lo que todavía no se ha detectado en El Castillón es una fragua cercana donde trabajar el hierro para darle forma. Del estudio de las piezas se ha podido deducir también que eran hierros acerados, suaves y de bajo contenido en carbono, lo que sugiere la presencia de herreros muy bien cualificados para la realización de estas piezas de tan alta calidad. Destaca también la presencia, entre las escorias fayalíticas (silicatos de hierro), de ringwoodita, un mineral del que sólo se tiene constancia en toda la Península Ibérica en la provincia de Cáceres. Las escorias recogidas en el

ÉLITES Y ARTICULACIÓN DEL TERRITORIO

(SIGLOS

V-VIII D.C.)

356

J. C. SASTRE BLANCO, P. FUENTES MELGAR, R. CATALÁN RAMOS & O. RODRÍGUEZ MONTERRUBIO

interior de los hornos superan los 90 kg y han sido analizadas por el Departamento de Ciencia de los Materiales e Ingeniería Metalúrgica de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid.

4. URBANISMO EN EL CASTILLÓN EN LOS SIGLOS V - VI D.C. Las prospecciones llevadas a cabo nos han revelado la presencia de al menos 24 posibles unidades estructurales, destacando 4 estructuras de grandes dimensiones, muy similares a las del almacén excavado (Sondeo 3) y la vivienda de la zona Sur (Sondeo 7). La excavación realizada en la zona central, donde se identificaba en superficie una gran estructura, nos ha revelado la presencia de un edificio de más de 23 m de longitud, por 12 m de anchura, prolongándose los trabajos desde 2007 hasta 2013, identificándose 8 estancias o habitaciones correspondientes a una misma vivienda, con varias fases de ocupación. En el podemos destacar la Estancia 01, excavada entre los años 2007 y 2008, documentándose una estructura rectangular de 6 m de longitud, con muros compuestos por calizas y cuarcitas de diversos tamaños, trabados entre sí por una fuerte argamasa de carácter arcilloso. Estos muros presentaban un alzado conservado de más de 1,60 m que, en parte, estarían recubiertos por un enlucido de color blanquecino, del cual hemos podido recoger algunos fragmentos en el interior de esta habitación. La estratigrafía que nos encontramos al interior de dicha estructura nos mostraba un derrumbe de dicha estancia a causa de un incendio que quedó reflejado en un potente nivel formado por una gran cantidad de cenizas y carbones, que hemos podido registrar en la totalidad de las habitaciones que hemos excavado en este complejo habitacional. Se pudo documentar la presencia de una techumbre realizada principalmente mediante una cubierta vegetal, la cual se encontraría cubierta por una serie de lajas de pizarras que aislarían la misma y la protegerían de las lluvias, al igual que hemos podido corroborar en el resto de estancias. Presentaba un suelo de tierra batida, apisonada y endurecida de gran consistencia, en la parte central de la estancia pudimos documentar la presencia de un pequeño hoyo de

LAS FORTIFICACIONES EN LA TARDOANTIGÜEDAD

poste relacionado con un vano que se apreciaba en el muro Sur de este recinto, el cual, como pudimos comprobar al excavar la estancia aneja a este almacén había sido cerrado por un muro posterior relacionado con la Estancia 03. Entre los materiales recuperados en el interior de este almacén sobresale una gran presencia de cerámicas comunes, especialmente ollas, cuencos y dolia. También hemos podido recuperar de este almacén una gran cantidad de cerámicas decoradas, principalmente vajillas finas, donde destaca la presencia de Terra Sigillata Hispánica Tardía (en adelante, TSHT) y cerámicas estampilladas grises y negras, decoradas con diferentes motivos, como círculos, palmetas, cruciformes, cenefas, etc. La Estancia 02 se corresponde con una habitación de grandes dimensiones, que presenta una misma secuencia estratigráfica que la Estancia 01, sin embargo, la cantidad de materiales arqueológicos recuperados en el interior de la misma es mucho menor. Se localizo un suelo de tierra batida, apisonada y endurecida de gran consistencia, bajo el cual aparecía el nivel geológico. En la parte central, sobre este suelo de tierra endurecida, se localizó la presencia de un pequeño hogar, que más que relacionado con un uso de cocina podríamos asimilarlo a estancia de reunión, y que sirviese para calentar dicha estancia, dadas las reducidas dimensiones del mismo. Por otro lado, en la denominada Estancia 03, situada al Sur de este complejo habitacional, junto al almacén (Estancia 01), hemos podido documentar una sucesión de fases constructivas que nos han permitido verificar el reducido marco cronológico en el que se mueve este edificio. En esta habitación pudimos confirmar la presencia de, al menos, dos momentos diferentes de ocupación de la misma. La última fase de este espacio correspondería a un muro paralelo al muro Sur de la Estancia 01, al que se adosa, y que se asienta sobre un enlosado de argamasa, pizarras y esquistos, muy irregular. Este mismo nivel habría servido como cimentación para la realización de una estructura circular, situada en la esquina Sureste de esta habitación, la cual serviría para contener un dolia, como así demostraron los restos cerámicos allí recuperados. La cimentación del enlosado se asentaba sobreun relleno de materiales muy diversos, donde el aglutinante estaba conformado por arcillas de color naran ja, mezcladas con fragmentos de imbrices, molinos

EL POBLADO FORTIFICADO DE EL CASTILLON EN EL CONTEXTO DEL SIGLO V D.C.

357

Figura 1. Estructuras posteriores al siglo V.

circulares y cerámicas a mano de la Edad del Hierro, a los que hay que añadir pequeños fragmentos de cerámica correspondientes a la época tardoantigua. Entre ellos destaca la presencia de abundantes elementos de cerámica estampillada y sigillata tardía, idénticos a los documentados en los niveles de destrucción, lo que nos indica que el tiempo transcurrido entre esta última reforma y la destrucción del edificio no debió de ser demasiado amplio. Una de las habitaciones que más información nos proporciona es la Estancia 05, siendo la más grande de la vivienda (11,90 x 5,15 m), localizada al Sur de la Estancia 06, y al Norte de la 01 y 04. Al igual que sucede en el resto de las compartimentaciones de este complejo habitacional nos encontramos con los mismo niveles de destrucción, que aparecen evidenciados por la presencia de un potente nivel de incendio que cubre la totalidad de esta habitación. Bajo las cenizas provocadas por este incendio nos encontramos ante un nivel de circulación compuesto por un enlosado

de pizarras y cuarcitas de grandes dimensiones, que ocupa la totalidad del área de suelo de esta estancia. La puerta de entrada se encuentra situada la zona central Norte, permitiendo el paso entre esta habitación y la 06, que a su vez comunicaría con la zona exterior. Una característica de la Estancia 05 es la presencia de dos bancos corridos, adosados a los muros Norte y Sur de la misma, siendo este último el de mayor tamaño, prolongándose prácticamente a lo largo de todo el muro. Sobre el banco Sur destacaba la presencia de una gran cantidad de restos de fauna dispuestos sobre él, lo que unido a las marcas de cortes, que presentaban muchos de ellos, nos hace pensar que podría tratarse de una zona de procesado de alimentos cárnicos. Al Norte nos encontramos con la denominada Estancia 06, adosada a la que anteriormente describíamos, pero de dimensiones mucho menores (11,90 x 2,75 m), y con una potencia sedimentaria mucho menor que en el resto de habitaciones documentadas,

ÉLITES Y ARTICULACIÓN DEL TERRITORIO

(SIGLOS

V-VIII D.C.)

358

J. C. SASTRE BLANCO, P. FUENTES MELGAR, R. CATALÁN RAMOS & O. RODRÍGUEZ MONTERRUBIO

Figura 2. Estructura de combustión.

lo que nos hace plantearnos la posibilidad de que pueda tratarse de una zona de tránsito entre la zona externa y la zona interna de este complejo habitacional. En la zona Sur nos encontramos ante las dos últimas habitaciones de todo este conjunto, y que han podido ser excavadas durante la campaña correspondiente al año 2013. Por una parte, tenemos la Estancia 07, localizada en la mitad occidental, localizándose en la oriental la Estancia 08. Ambas presentaban unas fases de ocupación posteriores (Fig. 1) a las que teníamos registradas en el resto de habitaciones, superponiéndose a la estructura original de la vivienda. Estos niveles más tardíos se relacionan con dos fases de ocupación, identificadas por la presencia de diferentes estructuras de combustión, dos de ellas adosadas a la esquina Noroeste y Noreste de la Estancia 07, asentándose sobre el nivel de destrucción de esta habitación, mientras que en la Estancia 08, nos encontramos ante una estructura de combustión más moderna adosada a la zona Oeste de la habitación,

LAS FORTIFICACIONES EN LA TARDOANTIGÜEDAD

asentándose sobre un nivel de circulación, formado por un lajeado de pizarras, bajo el cual se registró la presencia de otra estructura de combustión de planta circular, situada en el centro de la Estancia 08 (fig. 2). Las mencionadas estructuras de combustión localizadas en las esquinas Norte de la Estancia 07 se asentaban sobre el nivel de destrucción del conjunto habitacional. Bajo este potente nivel de cenizas nos encontramos ante los restos de una posible canalización y un enlosado de lajas de pizarra y cuarcitas, semejante al de las Estancias 03 y 05. Se localizó una puerta de acceso que comunicaba las Estancias 07 y 08, situada en la zona Sur de este complejo. Debido a las características generales que hemos podido documentar en cada una de estas estancias nos encontramos ante un gran edificio originalmente relacionado con un lugar de almacenamiento y tratamiento de productos alimenticios. Este complejo habitacional está compuesto por una serie de muros realizados mediante mampuestos de diversos tama-

EL POBLADO FORTIFICADO DE EL CASTILLON EN EL CONTEXTO DEL SIGLO V D.C.

ños, trabados entre sí mediante una arcilla rojiza muy compacta. La techumbre se realizaría mediante un entramado ligneo cubierto con lajas de pizarras, y los suelos de las diversas estancias estarían formados, bien por niveles de tierra batida apisonada, o bien, por enlosados de pizarras y esquistos. Posteriormente se constata la presencia de una fase de ocupación más tardía que se asienta sobre los niveles de destrucción de la vivienda original, y que principalmente se localiza en la zona Sur de este complejo habitacional. Sin embargo, los materiales recuperados y la secuencia estratigráfica que se presenta en esta zona, nos hacen pensar que el periodo de tiempo transcurrido entre la destrucción de la vivienda original y la edificación de estos nuevos niveles, habría sido relativamente corta. Por último, en el sector Sur de viviendas podemos referir, brevemente, la intervención llevada a cabo durante el año 2013, en una estructura de características semejantes a la ubicada en la zona central del poblado, de la cual tan sólo se excavo parte de una habitación. En ella nos encontramos algunos rasgos semejantes a las de la zona central, sobre todo en lo referente a la construcción del edificio. Sin embargo, nos llama la atención, en esta primera aproximación a este sector Sur del poblado, de la ausencia total de TSHT y cerámicas estampillas. 5. MATERIALES ARQUEOLÓGICOS A pesar de que hasta la fecha hemos venido acotando la cronología del yacimiento exclusivamente al siglo V, ya que las sucesivas campañas de excavación desarrolladas en diversas partes del asentamiento sólo aportaban elementos de esta cronología, en la campaña de 2013 se pudo constatar la presencia de estructuras y materiales de una fase posterior, que podemos situar de forma aproximada en el siglo VI. La mayoría de los materiales que podemos atribuir a este periodo son producciones de cerámica, si bien hay algunos elementos como una punta de jabalina o un fragmento de pulsera que pueden llevarse a este periodo. A continuación procedemos a describir la cultura material atribuible a cada una de las fases, si bien no vamos extendernos en describir los materiales del siglo V ya que se han tratado en extensión en varios artículos recientes (Sastre y Catalán, 2012; Sastre, Catalán y

359

Fuentes, e.p.). Por otra parte, los materiales que podemos atribuir al siglo VI se encuentran en fase de estudio, por lo que trataremos de ofrecer una panorama lo más amplio posible si bien este tiene que ser considerado forzosamente como provisional.

5.1. Época tardorromana (siglo V) La cerámica aporta, de forma indiscutible, la mayor cantidad de material arqueológico recuperado para este periodo. Hasta el momento, se ha constatado que el repertorio cerámico de este periodo cuenta con la mayor variedad tanto a nivel morfológico como en cuanto a la cantidad de producciones recuperadas, ya que junto a las omnipresentes cerámicas de uso cotidiano se constata la convivencia de varios tipos de cerámicas finas destinadas al servicio de mesa (Sastre y Catalán, 2012; Sastre, Catalán y Fuentes, e.p.). En cuanto a las producciones de almacenamiento y de cocina, este tipo de materiales se caracteriza por primar los aspectos funcionales sobre todos los demás, ya que se trata de útiles diseñados para el almacenamiento, el transporte o la transformación y cocinado de productos alimentarios. Se trata de piezas de buena calidad, elaboradas a torno rápido, con pastas resistentes y cocciones que suelen ser de tipo reductor, aunque también se documentan cocciones oxidantes. En la gran mayoría de ellas se documentan desgrasantes de mica plateada, acompañados de elementos cuarcíticos que en ocasiones llegan a alcanzar tamaños considerables. Muchas de las piezas presentan algún tipo de decoración (Fig. 3), que suele consistir en la habitual banda de motivos ondulados situada cerca del cuello, si bien en ocasiones excepcionales se han podido documentar estampillados muy sencillos. Dentro de este tipo de cerámicas se pueden distinguir varios grupos, en virtud de su tamaño y su funcionalidad. El grupo más importante desde el punto de vista cuantitativo lo constituye las ollas, de perfiles globulares, con labios exvasados y fondos planos, con paralelos en muchos de los yacimientos contemporáneos de la meseta (Vigil Escalera, 2009; Larrén, 2003). También hay un número importante de grandes contenedores, entre los que se han podido distinguir al menos tres variantes distintas, que se caracterizan por sus paredes gruesas y sus labios engrosados,

ÉLITES Y ARTICULACIÓN DEL TERRITORIO

(SIGLOS

V-VIII D.C.)

360

J. C. SASTRE BLANCO, P. FUENTES MELGAR, R. CATALÁN RAMOS & O. RODRÍGUEZ MONTERRUBIO

Figura 3. Olla de cerámica común con decoración de ondas y punteado.

Figura 4. Fragmento de cerámica con grafitado.

LAS FORTIFICACIONES EN LA TARDOANTIGÜEDAD

generalmente planos, cerca de los cales se disponen en muchas ocasiones una moldura destinada a ayudar al transporte o el anclaje de las piezas. Finalmente hay que señalar la presencia, de forma mucho más reducida, de otros tipos de recipientes como barreños y morteros, realizados con pastas muy similares a las empleadas en las ollas. A ellos tenemos que añadir determinados elementos que, por sus características, parece quedar a medio camino entre las producciones comunes y la cerámica estampillada fina, como determinadas formas de orzas que comparten pastas y cocciones con las vajillas de mesa, pero cuyo acabado y decoración se verifica hasta la fecha solo en las producciones comunes. Finalmente, tenemos que destacar la presencia de un fragmento de un contenedor de tamaño mediano (Fig. 4), en el que se puede distinguir un grafiti en el que se diferencia con claridad la última de las letras como una S. La pieza presenta todas las características formales del repertorio de cerámicas comunes pertenecientes al Siglo V, a lo que se une el que determinados rasgos de las letras del grafiti, como la forma abierta de rematar la S, parecen propios también de los tipos de escritura cursiva. A falta de un estudio en profundidad de los caracteres empleados en el grafiti, hay que destacar que esta pieza representa un importante testimonio a la hora de valorar determinados aspectos como el valor práctico y simbólico de las manifestaciones escritas de este periodo, y la relación de estos con el mundo de la alfarería. Así mismo, no menos importantes son las implicaciones en sentido socioeconómico si se puede establecer una relación entre esta inscripción y la intencionalidad de señalar el propietario o el contenido del recipiente, dada la escasez de evidencias de escritura que pueden relacionarse con este periodo. En cuanto a las producciones de mesa, destacan como es habitual las piezas de TSHT así como el importante conjunto de cerámicas estampilladas grises tardías. Respecto a las primeras, hay que destacar que el conjunto de la TSHT recuperado es realmente pequeño, tratándose de hecho del grupo menos numeroso tanto desde un punto de vista cuantitativo como morfológico. También hay que reseñar que, a diferencia de lo que ocurre en otros yacimientos cercanos, como Villanueva de Azoague, (dónde las producciones grises de TSHT son mucho más nume

EL POBLADO FORTIFICADO DE EL CASTILLON EN EL CONTEXTO DEL SIGLO V D.C.

361

Figura 5. Cuenco de TSHT Ritterling 8 C. (siglo V d.C.)

rosas que las producciones de color rojizo), la mayoría de las piezas de el Castillón son de color anaranjado, frente al reducidísimo conjunto de piezas que nosotros hemos englobado dentro de la TSHT gris. No obstante, todo parece indicar que ambos yacimientos parecen formar parte de una misma corriente cultural, en la que dentro de las producciones destinadas al servicio de mesa predominan los tipos grises o negros frente a las producciones rojizas, ya que en el Castillón la escasez de sigillatas grises parece compensarse con el importante grupo de estampilladas grises tardías. En cuanto a los rasgos formales de las piezas de TSHT, estas poseen los rasgos esenciales de las mismas: pastas densas y bien decantadas, cocciones uniformes y engobes que en algunas ocasiones llegan a ser de muy buena calidad, adherentes y homogéneos. Por otra parte, se ha constatado que el repertorio formal es bastante reducido, sobre todo el asociado a los contextos de destrucción, ya que este se limita hasta la fecha a los cuencos carenados asimilables a la forma Ritterling 8 (Fig. 5). A esto hay que añadir que la presencia de ejemplares de la forma 37 tardía es ciertamente excepcional, lo que parece contrastar con la mayoría de los yacimientos de este periodo, en los que este tipo es uno de los más comunes. Por otra parte, también se han podido documentar algunos ejemplares de platos planos y escudillas, en porcenta-

jes también muy minoritarios. Para terminar con este tipo de producciones, hay que mencionar la presencia, en cantidades muy residuales, de TSHT gris, representada por un repertorio muy reducido, compuesto por fuentes de fondo plano y labios horizontales, con decoración a base de estampillas simples y ungulaciones en el borde más exterior. Fuera ya del grupo de las sigillatas, las cerámicas estampilladas grises de mesa tardías constituyen el servicio de mesa mas amplio documentado para la segunda mitad del siglo V, y son el grupo más característico de producciones del Castillón tanto por la cantidad como por la variedad y el estado de conservación de los ejemplares recuperados (fig. 6). A pesar de que se trata de producciones de muy buena calidad, elaboradas a torno rápido, con decoraciones y acabados muy esmerados, presentan una serie de diferencias muy acusadas respecto a las sigillatas tardías con las que conviven. En primer lugar, la calidad de las pastas parece inferior. Si bien se verifica que se han empleado arcillas bien decantadas, estas no presentan la densidad que manifiestan las sigillatas contemporáneas, y son mucho más porosas que las de estas últimas, a lo que se suma una cocción menos eficiente, lo que da lugar en conjunto a pastas porosas con abundantes vacuolas. Por otra parte, no se verifica ningún tipo de barniz en los acabados, lo que se

ÉLITES Y ARTICULACIÓN DEL TERRITORIO

(SIGLOS

V-VIII D.C.)

362

J. C. SASTRE BLANCO, P. FUENTES MELGAR, R. CATALÁN RAMOS & O. RODRÍGUEZ MONTERRUBIO

Figura 6. Cerámicas estampilladas grises de mesa tardías.

trata de paliar mediante bruñidos y escobillados, que son indicativos de un trabajo enfocado a otorgar a la pieza la luminosidad y brillo de las sigillatas. De hecho, en algunas ocasiones los bruñidos han llegado a desfigurar en parte las estampillas aplicadas a las piezas, un fenómeno constatado también en producciones similares localizadas en el cuadrante norte peninsular (Azkarate, Nuñez y Solaun, 2003). Para finalizar con este grupo de cerámicas, hay que señalar que los paralelos más cercanos a las mismas no se han localizado, en el entorno más próximo a nuestro yacimiento sino en el noreste de Portugal, dentro de los contextos tardíos del asentamiento de Crestelos (Sastre, Catalán y Fuentes, e.p.), a más de 130 km de El Castillón. En el futuro el estudio de la relación entre ambas producciones, que pasa forzosamente por un análisis de pastas y por la publicación en extensión de las cerámicas de ambos yacimientos, permitirá precisar si las producciones zamoranas y las

LAS FORTIFICACIONES EN LA TARDOANTIGÜEDAD

portuguesas son originarias de un mismo alfar, así como poder confirmar la presencia de talleres a escala regional y la extensión de sus áreas de difusión, lo que sin duda supondrá un dato muy importante a la hora de evaluar el estado de los circuitos comerciales en el cuadrante noroccidental de la península, y por ende de la Gallaecia de la segunda mitad del Siglo V. Respecto a los materiales metálicos recuperados se puede indicar que estos han sido muy numerosos, encontrándonos elementos elaborados en bronce, cobre, hierro y plomo. Los objetos de hierro podemos clasificarlos en varios tipos, destacando por un lado los útiles: clavos, punzones, cuchillos, asas, etc, y por otro restos de fundición o reducción, como es el caso de las escorias. Ninguno de ellos pasa por ser un indicativo cronológico o cultural relevante, ya que se trata de objetos muy funcionales cuya cronología es muy amplia. Sin embargo, los materiales realizados en bronce son muy significativos, encontrándonos con

EL POBLADO FORTIFICADO DE EL CASTILLON EN EL CONTEXTO DEL SIGLO V D.C.

asas, unas pinzas de bronce, un fragmento de pendiente circular, una placa decorada con motivos circulares, destacando dos elementos muy relevantes y singulares, sobre todo por su valor como marcadores cronológicos: nos estamos refiriendo a un osculatorio y una fíbula, recuperados en distintos ámbitos pero cuya cronología es coincidente. En este trabajo no vamos a extendernos en ellos, ya que sus características y su adscripción cronocultural ya han sido abordadas recientemente (Sastre y Catalán, 2012), pero es inevitable describir su importancia dentro del repertorio de materiales documentados. En lo referente al osculatorio, este se encuentra en un excelente estado de conservación. Consta de tres partes perfectamente diferenciadas, anilla, vástago y remate. Está realizado a molde, con una aleación de cobre, estaño, plomo y zinc. La parte más significativa del osculatorio es el remate, compuesto por una pareja de aves (posiblemente palomas) afrontadas, unidas por el pico. Este tipo de elementos es relativamente común en yacimientos del Siglo V, con paralelos en necrópolis como Simancas (Valladolid), o Las Merchanas (Salamanca). En cuanto a la fíbula, recuperada en la campaña de 2011, es una pieza asimilable al tipo Vyškov, y fue recuperada en la zona Norte de la muralla. Si bien nos ha llegado incompleta, ya que el extremo inferior de la misma se ha perdido, su estado de conservación es, por lo demás, excelente. La cabeza es de contornos triangulares, con los vértices redondeados, y la parte del pie presenta dos apéndices circulares. Tanto la zona del pie como la de la cabeza presentan una decoración biselada, similar a la que se documenta en otros ejemplares contemporáneos como los recuperados en Dombovár (Hungría) o Flamincourt (Francia). La aparición de una fíbula de este tipo constituye un importante marcador cronológico, ya que la mayoría de las piezas recuperadas se sitúan dentro del periodo D2/D3 de J. Tejral, entre el 440-480 d.C. (Kazanski, 1998). Finalmente, acerca de otros elementos significativos podemos mencionar la aparición de elementos líticos como pesas de pizarra, afiladores, tapaderas o molinos circulares, así como vidrios de colores verdosos, pertenecientes a cuencos o copas, y dos cuentas de collar, frecuentes en las necrópolis de época visigoda como Duratón o Espirdo, donde se recuperó una idéntica formando parte del collar localizado en la Sepultura 24

363

(Jepure, 2004). En lo referente a la industria ósea hay que destacar varios enmangues para cuchillos o punzones, realizados en asta de ciervo, junto a un botón de hueso decorado con motivos circulares, y bruñidores de cerámica realizados sobre costilla.

5.2. El siglo VI Una de las principales aportaciones de la campaña del año 2013 ha sido, como ya hemos indicado con anterioridad, la constatación de una segunda fase de ocupación en época tardía, asentada sobre los niveles de destrucción de los edificios del Siglo V. Los materiales cerámicos asociados a esta fase son mucho menos abundantes que los que podemos atribuir a la fase previa, ya que parece que, frente al potente asentamiento que caracteriza a esta, en este nuevo periodo los medios disponibles son mucho más modestos, lo que se traduce en la reutilización de las estructuras precedentes mediante parámetros constructivos ciertamente más restringidos, en los que se busca la optimización al máximo de los recursos existentes. Esto también va a tener su reflejo en el ámbito de las cerámicas documentadas, ya que se percibe que, frente a la riqueza tipológica y morfológica de la fase anterior, en este periodo el conjunto parece reducirse a las cerámicas de almacenamiento y cocina, con pocas concesiones a las vajillas de mesa, lo que se constata en la ausencia tanto de las producciones de TSHT como de cerámicas estampilladas grises de mesa. No obstante, es posible que la ausencia de estas responda a que la naturaleza de los contextos del Siglo V y los del periodo posterior sean completamente diferentes, ya que el más antiguo se asocia a una destrucción súbita del complejo motivada por un incendio mientras que las estructuras del siglo VI parecen abandonarse de forma relativamente voluntaria. Por otra parte, hay que reseñar que no se ve una fractura en cuanto a la evolución de los tipos cerámicos existentes, más allá de la aparente desaparición de los tipos más delicados, ya que el grueso de las cerámicas comunes (Fig. 7) sigue presentando un buen número de analogías con sus homólogas del periodo anterior: elaboración mayoritaria a torno rápido, con pastas resistentes y cocciones que suelen ser de tipo reductor (Fig. 8).

ÉLITES Y ARTICULACIÓN DEL TERRITORIO

(SIGLOS

V-VIII D.C.)

364

J. C. SASTRE BLANCO, P. FUENTES MELGAR, R. CATALÁN RAMOS & O. RODRÍGUEZ MONTERRUBIO

Figura 7. Fragmento de cerámica común decorado.

Las formas documentadas se restringen, por el momento, a ollas y contenedores de tamaño mediano, relacionados con él almacenamiento y la transformación de los alimentos. En cuanto a los motivos decorativos, estos continúan en la línea de los de la fase precedente, con la presencia de ondulaciones y bandas horizontales muy sencillas. Hay que reseñar que todas estas características no son exclusivas de nuestro yacimiento, sino que confirman la dinámica manifestada para otros yacimientos del mismo periodo en la Meseta Norte y el Valle del Duero (Larrén, 2003), lo que es así mismo extensible para la gran mayoría del territorio peninsular. Finalmente, tenemos que reseñar que este grupo por el momento es uno de los más reducidos en cuanto a la cantidad de material recuperado, seguramente motivado por la escasa potencia de las estructuras de este periodo y el hecho de constituir los niveles más superficiales y los más expuestos de todos los documentados hasta la fecha. Con bastante seguridad, dadas las características del conjunto y del contexto arqueológico al que aparece asociado, podemos atribuir este lote de materiales al Siglo VI d.C, durante el periodo de dominación sueva de la Gallaecia.

LAS FORTIFICACIONES EN LA TARDOANTIGÜEDAD

Respecto al resto de materiales que se pueden incluir en esta fase hay que destacar los elementos metálicos. Por un lado se ha recuperado una punta de jabalina, que es la única pieza de armamento localizada hasta la fecha en el yacimiento. Apareció asociada a los niveles de derrumbe de las estructuras tardías, edificadas sobre el gran edificio de cronología tardo romana, en el que se han centrado las intervenciones anteriores (Sastre y Catalán, 2012). No obstante, hay que precisar que se localizó a una cota muy superficial, por lo que no se le puede asociar una horquilla cronológica estrecha, sino que hemos de atribuirlo, forzosamente, al intervalo de tiempo comprendido entre la edificación de las estructuras habitacionales mencionadas anteriormente y la que, hasta la fecha, parece ser la fase más tardía de ocupación, quedando un marco que se sitúa en torno al siglo VI d.C. La pieza en cuestión es una punta de jabalina arponada, con dos alerones prolongados hacia el enmangue, sección triangular y nervio central en una de sus caras, con enmangue abierto y cuyas dimensiones son 9 cm. de longitud por 3,4 de anchura máxima (Fig. 9). Hay que reseñar que se trata del primer tipo de punta de estas características aparecido en contextos peninsulares para el periodo comprendido entre los siglos VIVIII, lo que contrasta con otras zonas de Europa dónde esta tipología es relativamente frecuente (Ivanisevic,et alii, 2006). Si bien el hallazgo de este tipo de elementos puede llegar a vincularse con el desarrollo de actividades relacionadas con el mundo militar, hay que señalar que se trata de un modelo de arma muy versátil, diseñada para ser arrojada y para permanecer alojada en el cuerpo gracias a la disposición de sus alerones, que dificultan su extracción sin ocasionar un daño aún mayor en el objetivo. Esto hace de este tipo de puntas una herramienta ideal tanto para el combate como para la caza de piezas de gran tamaño, como ciervos o jabalíes, con la ventaja de permanecer fuera del alcance de las piezas potencialmente más peligrosas. Al contar solo con una ejemplar, nos parece prematuro decantarnos por una utilidad prioritaria, y más en un yacimiento como el Castillón, en el que la presencia de las estructuras defensivas puede apoyar su relación con el mundo militar, pero así mismo hay que recordar que las abundantes luchaderas de ciervo recuperadas en campañas anteriores son un indicativo claro del desarrollo de actividades cinegéticas.

EL POBLADO FORTIFICADO DE EL CASTILLON EN EL CONTEXTO DEL SIGLO V D.C.

365

Figura 8. Repertorio de bordes de cerámica atribuidos al siglo VI.

Figura 9. Punta de jabalina.

Finalmente, también se han recuperado algunos elementos de adorno personal. Dentro de este repertorio de útiles hay que mencionar el anillo (Fig. 10) y el fragmento de pulsera localizados en las nuevas fases documentadas en la campaña de 2013, y en especial esta ultima, ya que por sus paralelos es un elemento

Figura 10. Anillo de bronce de época altomedieval.

que nos ayuda a verificar la cronología posterior al siglo V que manejamos para las estructuras localizadas sobre el complejo habitacional tardo romano. Por el contrario, el anillo, de cinta y realizado en bronce fundido de una sola pieza, responde a un tipo muy sencillo, cuya cronología abarca desde finales de época

ÉLITES Y ARTICULACIÓN DEL TERRITORIO

(SIGLOS

V-VIII D.C.)

366

J. C. SASTRE BLANCO, P. FUENTES MELGAR, R. CATALÁN RAMOS & O. RODRÍGUEZ MONTERRUBIO

romana hasta época altomedieval, siendo especialmente frecuente en el conjunto de necrópolis visigodas castellanas. Como contraste, el fragmento conservado de la pulsera puede aportar indicios cronológicos más precisos. Se trata de la parte central de una pulsera infantil, realizada en bronce y decorada a base de una serie de motivos circulares, con un punto central inscrito, para los que tenemos paralelos en la sepultura IV de la necrópolis de Villanueva del Rosario (Luque, 1979). En base a la aparición, en esta misma sepultura, de un hebilla de cinturón de tipo protoescutiforme, la cronología de la pulsera puede establecerse en torno al primer tercio del siglo VI. Esta cronología cuadra perfectamente con la estratigrafía del contexto en la que se recuperó, ya que los materiales cerámicos de los niveles de destrucción sobre los que se asientan las estructuras a las que hay que vincular la pulsera se han venido situando en la segunda mitad o el tercer cuarto del Siglo V (Sastre y Catalán, 2012, Sastre, Catalán y Fuentes, e.p.), y determinadas formas cerámicas localizadas en el mismo contexto que la pulsera parece similares a las de la primera fase de Gózquez (Vigil- Escalera, 2003).

6. CONCLUSIONES A partir de los datos que nos han ofrecido las campañas de excavación desarrolladas en los últimos seis años (2007- 2013) podemos avanzar varias conclusiones, teniendo en cuenta el área excavada hasta la fecha. Nos encontramos ante contextos cerrados y apenas alterados, que permiten avanzar con seguridad ciertos aspectos de este asentamiento en lo relativo a su cronología y a sus relaciones con otros yacimientos similares del cuadrante Noroeste peninsular. El marco cronológico, en relación a los datos estratigráficos y de los materiales que poseemos, nos llevan a situar la fase de ocupación principal de este yacimiento en el siglo V, en una horquilla que debemos colocar de forma aproximada entre el 440 y el 470 d.C. El principal lugar donde podemos intuir una perduración de la ocupación de este poblado más allá de esta fecha es la zona Sur del complejo habitacional, donde, como hemos referido anteriormente, se registra una nueva ocupación del espacio, otorgándole una funcionalidad diferente a la que documentába-

LAS FORTIFICACIONES EN LA TARDOANTIGÜEDAD

mos en los niveles más antiguos. Actualmente nos encontramos en posición de afirmar que en el caso del complejo habitacional del siglo V se produce un final violento, ya que los potentes niveles de ceniza, procedentes del incendio de la cobertura del edificio, así lo indican. Sin embargo no podemos aventurar si el incendio se produjo como fruto de una acción premeditada o si por el contrario su origen fue completamente fortuito, sin embargo si se puede intuir que el incendio fue relativamente generalizado, ya que los estudios de magnetometría realizados han constatado que muchos de los muros documentados presentan grados de magnetización que sólo se alcanzan con temperaturas que superan los 400º. Lo que sí sabemos es que poco tiempo después de la destrucción de las viviendas se produjo una nueva construcción en determinados espacios, creando una distribución de los mismos diferente a la original, aunque sin que podamos determinar, por el momento, la funcionalidad exacta de esta nueva fase, y hasta que fecha se prolongó. Los materiales recuperados constatan que en torno a los años centrales del siglo V d.C. se verifican paralelismos con otros yacimientos cercanos, como el de Los Villares, en Villanueva de Azoague. En este periodo nos encontramos ante un centro que es fruto de la iniciativa de un poder que parece controlar unos recursos económicos y humanos muy significativos. Tras el aparente final abrupto de esta fase, en el siglo VI, el repertorio de materiales y la dinámica constructiva parecen muy cercanas a las del yacimiento de el Cristo de San Esteban, en Muelas del Pan (Dominguez y Nuño, 2001), ya dentro del periodo de dominio político suevo, si bien aún es pronto para valorar los datos relativos a este periodo dado lo embrionario del estudio de esta fase. Como ya hemos referido en trabajos anteriores (Catalan y Sastre, 2012), si atendemos a la situación que nos reflejan las fuentes de la época nos encontramos ante dos posibilidades para ubicar al Castillón dentro del contexto de la tardoantiguedad de la Península Ibérica. Por una parte, podría tratarse de un asentamiento vinculado a la aristocracia provincial tardo romana, construido como respuesta a las turbulencias políticas y a la inseguridad que se desprenden de la crónica de Hidacio, o por otra parte, nos encontraríamos ante un enclave fortificado relacionado con

EL POBLADO FORTIFICADO DE EL CASTILLON EN EL CONTEXTO DEL SIGLO V D.C.

la monarquía sueva, que en torno a los años centrales del siglo V alcanzaría su máxima expansión. Con todas las reservas que la escasa superficie excavada nos obliga a tomar, nosotros nos decantamos por la primera opción. No obstante, la constatación en la última campaña de excavación de fases que superan el Siglo V es muy significativa, y nos obliga a tener muy en cuenta la posible implicación de la elite política sueva en el yacimiento en este periodo, como han puesto de manifiesto recientemente otros autores (Díaz, 2011). Por el momento, lo que podemos confirmar con seguridad es que la ocupación de época tardía de El Castillón surge en torno al 440-450 d.C., vinculada a una estructura de poder que cuenta con unos recursos ciertamente importantes, pero que aparentemente no logra sobreponerse a la destrucción del asentamiento hacia el 460-470 d.C. Sobre esta fase se verifica una reocupación de determinadas áreas ya en el siglo VI, pero con un carácter aparentemente mucho más modesto y diferente al planteamiento original. La relación exacta entre ambas y sus implicaciones a nivel cronológico e histórico sólo se podrá establecer de forma firme mediante el desarrollo de nuevas campañas en el yacimiento.

AGRADECIMIENTOS Nos gustaria agradecer el trabajo de todo el equipo científico de Zamoraprotohistorica gracias a los cuales hemos podido llevar a cabo estos trabajos de investigación, formado por los técnicos Manuel Vázquez Fadón, Alicia Tejeiro Pizarro, Miguel Ángel Brezmes Escribano, Francisco J. González de la Fuente, Carlos Merino Bellido, Enrique Paniagua Vara, Raquel Portilla Casado, Laura Cabanillas Rovira y Mercedes Lanz Domínguez. BIBLIOGRAFÍA Azkarate A., Núnez J. y Solaun J.L. (2003): “Materiales y contextos cerámicos de los siglos VI al X en el País Vasco”, Anejos de Archivo Español de Arqueología XVIII, pp. 321-370. Díaz Martínez, P. C. (2011): El reino suevo (411-585). Domínguez Bolaños, A y Nuño Gonzalez, J. (2001): “Aspectos militares del Cristo de San Esteban, en Muelas del Pan (Zamora). Un asentamiento en la frontera sue-

367

vo-visigoda”. Mil Anos de Forticações na Península Ibérica e no Magreb (500-1500): Actas do Simposio Internacional sobre Castelos. Lisboa, pp.: 105-120. Esparza Arroyo, A. (1986): Los castros de la edad del hierro del noroeste de Zamora. Zamora. Instituto de estudios zamoranos Florián de Ocampo (Diputación de Zamora). Zamora. Fernandez Rivera, B. (1987): “Aproximación al estudio de las pinturas rupestres esquemáticas del abrigo de El Castillón, Santa Eulalia de Tabara (Zamora)”. Studia Zamorensia. Salamanca. 1987. Ivanisevic, V., Kazanski, M. y Mastikova, A. (2006): Les necropoles de Viminiacum a l’époque des Grands Migrations, París. Jepure, A. (2004). La necropolis de época visigoda de EspirdoVeladiez.: fondos del Museo de Segovia. Valladolid: Junta de Castilla y León, Consejería de Cultura y Turismo. Kazanski M. (1998): Les barbares a Chersonese (V-VI Siecles), Eupsychia: mélanges offerts à Hélène Ahrweiler vol. 2, pp. 329-344. Larrén Izquierdo, H. et alii. (2003): “Ensayo de sistematización de la cerámica tardoantigua en la cuenca del Duero”. II Simposio de Arqueología de Mérida. Anejos de Archivo Español de Arqeología XVIII, pp. 273 – 306. Mérida. Luque, A. (1979): Necrópolis visigoda II de Villanueva del Rosario (Málaga), Mainake I, 1979, pp. 165-178. Pages, G., Schneider, L. y Fluzin, P. (2005): “Le travail du fer dans l´étabissement perché tardo-antique du Roc de Pampelune (Argelliers, Hérault): l´apport des analyses métallograpiques” ArchéoSciences, Revue d´Archéométrie, 29, pp. 107-116. Rodríguez Monterrubio, O. y Sastre Blanco, J.C. (2008): “Aproximación a los trabajos de investigación en los Castros de Peñas de la Cerca y El Castillón (Zamora)”. I Jornada de Jóvenes en investigación arqueológica: Dialogando con la cultura material. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, pp: 271-278. Sastre, J.C., Catalán, R. y Fuentes, P. (e.p.): “El conjunto cerámico de El Castillón (Zamora) y las cerámicas de imitación de sigillata en el contexto del Siglo V”, en II Congreso de la SECAH - ex officina hispana. Braga, abril de 2013. Sastre Blanco, J.C. y Catalán Ramos, R. (2012): “Un asentamiento fortificado en la tardoantigüedad: el castro de El Castillón (Santa Eulalia de Tábara, Zamora)”, en J.A. Quirós Castillo, J.M. Tejado Sebastián (eds.) Los castillos altomedievales en el noroeste de la Península Ibérica, pp. 193-211, Vitoria. Sastre Blanco, J.C. (2006): Una aproximación a la puesta en valor del arte esquemático y su paisaje. La Sierra de la Culebra (Zamora). Revista electrónica del Programa de doc-

ÉLITES Y ARTICULACIÓN DEL TERRITORIO

(SIGLOS

V-VIII D.C.)

368

J. C. SASTRE BLANCO, P. FUENTES MELGAR, R. CATALÁN RAMOS & O. RODRÍGUEZ MONTERRUBIO

torado “Arqueología y Territorio”. Granada. http://www. ugr.es/~arqueologyterritorio/Artics3/Artic3_1.htm. Sevillano Carvajal, F.V. (1978): Testimonios arqueológicos de la provincia de Zamora. Instituto de Estudios Zamoranos “Florian de Ocampo”. Zamora. Vigil-Escalera Guirado, A. (2003): “Cerámicas tardorromanas y altomedievales de Madrid. Cerámicas tardorromanas t altomedievales en la Península Ibérica. Ruptura y continuidad”. Anejos de Aespa, XXVIII, pp. 371-388. Vigil-Escalera (2009): “Apuntes sobre la genealogía política de aldeas y granjas altomedievales”, en I. Martin Viso (coord.) ¿Tiempos oscuros?: territorio y sociedad en el centro de la Península Ibérica: (siglos VII-X), Madrid: Silex, pp. 31-44.

LAS FORTIFICACIONES EN LA TARDOANTIGÜEDAD

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.