El Pentecostés de la Madre de Dios y la Compenetración Dihipostática en la Teología de Bulgakov

Share Embed


Descripción

Pontificia Università Gregoriana Facoltà di Teologia Specializzazione in Teologia Dogmatica

EL PENTECOSTÉS DE LA MADRE DE DIOS Y LA COMPENETRACIÓN DIHIPOSTÁTICA

Arteaga Echeverría, Pablo Matricola: 162892

Professore: Padre Dariusz Kowalczyk, SJ

Roma Anno Accademico 2015-2016

INTRODUCCIÓN

Nuestro trabajo de investigación surge a partir del seminario de estudio La discussione sulle relazioni trinitarie nella teologia contemporanea in confronto con l'esperienza mistica1, y tiene como fin mostrar la relación de la Madre de Dios con el Espíritu Santo, y desde ahí con toda la Trinidad, en el pensamiento del teólogo ruso Sergui Bulgákov. Sergui Bulgákov, un fiel devoto de la Beata Virgen María, heredero de la tradición ortodoxa, es al mismo tiempo un teólogo muy lúcido, que se permite una verdadera apertura y libertad en su pensamiento, lo que muchas veces le significó ser incomprendido e incluso rechazado por la misma teología oriental. El autor no escribió un verdadero tratado mariológico, como lo entenderíamos nosotros. Su mariología se encuentra presente a lo largo de toda su obra, de un modo particular en el libro La zarza ardiente2, escrito como respuesta al dogma católico de la Inmaculada Concepción. En particular encontramos una interesante aproximación a la teología mariana de Bulgákov en la obra El Paráclito3, que ha sido el fundamento de nuestra investigación. Es necesario establecer desde el inicio los límites del presente trabajo. Se trata de un estudio acotado, que se basa principalmente en la obra El Paráclito, segundo libro de la tríada principal de Bulgákov4, donde expone profundamente su teología pneumatológica; un segundo límite es que la extensión de este escrito no permite una profundización mayor, que hubiera sido deseable; en tercer lugar hay que decir que, si bien nuestro seminario de estudio es propiamente trinitario, habremos de contentarnos aquí principalmente con la relación de la Madre de Dios y el Espíritu Santo, aun cuando esta relación nos permite captar la peculiarísima relación de la 1

Realizado en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, para el programa de licencia en teología, durante el primer semestre del año académico 2015-2016, por el profesor P. Dariusz Kowalczyk, SJ. 2 S.N. BULGAKOV, Il roveto ardente. 3 S.N. BULGAKOV, El Paráclito. 4 Son conocidas dos trilogías en el autor, la principal de ellas está formada por »El Cordero de Dios» sobre la cristología, »El Paráclito» sobre el Espíritu Santo, y »La Esposa del Cordero» sobre creación, eclesiología, antropología y escatología. Una trilogía menor está formada por »La zarza ardiente» sobre la veneración de la Virgen María en el mundo ortodoxo, »El amigo del esposo» sobre San Juan Bautista, y »La escala de Jacob» que es un tratado de angelología.

1

Virgen con cada una de las tres Personas divinas; finalmente, es importante recordar que nuestro seminario tiene una visión que considera también el aporte de la mística y su relación con la teología sistemática, relación que sólo podremos encontrar de paso en la obra estudiada.

2

1. Pentecostés de la Madre de Dios Demos una mirada general al libro en que fijaremos nuestra atención. En El Paráclito, Bulgákov comienza por una introducción histórica a partir de los padres de la iglesia5, luego explicita el lugar del Espíritu Santo en la Santísima Trinidad6, a continuación revisa la problemática de la procesión del Espíritu y la polémica greco-latina del filioque7, luego introduce una interesante distinción entre el espíritu de Dios y el Espíritu Santo8, pasa luego a ahondar la relación diádica entre el Espíritu Santo y el Verbo de Dios9, para finalmente explicar la que él llama la revelación del Espíritu Santo10. Es en este quinto y último capítulo del libro del sacerdote ruso, donde encontraremos más claramente expuesta la relación entre el Espíritu y María de Nazaret. 1.1. Los cuatro Pentecostés Bulgákov sostiene que podemos considerar cuatro diversos Pentecostés o descensos del Espíritu Santo al mundo. El primer Pentecostés ocurre a lo largo del antiguo testamento, el segundo es la venida del Espíritu en el momento de la encarnación (Cf. Lc 1,35), el tercero es la unción sobre Cristo al ser bautizado en el rio Jordán (Lc 3,21-22) y el cuarto es el Pentecostés sobre los apóstoles reunidos en oración después de la ascensión de Jesús (Cf. Hch 2,1-4). El primer Pentecostés, aquel del antiguo testamento, se distingue de los otros tres, porque «el Espíritu Santo se concede y se revela en él como un don o una fuerza, pero no hipostáticamente… aparece simplemente como un don de Dios en general»11 y no como revelación de la tercera Hipóstasis propiamente tal. Este primer Pentecostés, precede y prepara el misterio de la encarnación del Verbo, según el autor. De los cuatro descensos del Espíritu, propuestos por Bulgákov, de las cuatro venidas del Paráclito, la que nos interesa profundizar en el presente estudio es la segunda, aquella que se realiza en vistas del misterio de la encarnación, venida que sucede en un modo del todo particular y único sobre la Virgen María. 5

S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 31-99. S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 101-131. 7 S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 133-197. 8 S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 199-226. 9 S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 227-277. 10 S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 279-438. 11 S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 308. 6

3

El Pentecostés de la encarnación es en definitiva el descenso del «Espíritu Santo que desciende sobre la Virgen María y que la hace Madre de Dios»12. Podemos constatar que Bulgákov atribuye un rol muy importante al Espíritu Santo en la encarnación del Verbo, tanto que llega a decir que «es Él quien da comienzo a la encarnación descendiendo sobre la Virgen María»13. Para el autor, el Pentecostés de la Madre de Dios precede a la encarnación. En este sentido, Bulgákov está en correcta continuidad con la tradición previa que sostiene, ya a partir de san Juan Damasceno, que «el Espíritu Santo vino sobre ella, la purificó y le procuró, juntamente con una potencia capaz de recibir la divinidad del Verbo, la potencia de engendrarlo»14, o también San Buenaventura que dice que «el Espíritu Santo viene sobre ella [la Virgen María] para santificar y fecundar»15. Este tema es importante, porque queda claramente establecido que la acción del Espíritu Santo en la encarnación, es una acción que se realiza en la Virgen María, no en el Verbo. Es así como siempre se ha entendido, y como también la entiende Bulgákov, la frase del Credo niceno constantinopolitano, respecto de la encarnación: et incarnatus est de Spiritu Sancto. Dado que Aquel que se encarna es el Hijo, será necesario ahora conocer cómo entiende Bulgákov la relación entre las personas divinas del Verbo y el Espíritu y cuál es su modo de actuar en la historia de la salvación. 1.2. La acción conjunta del Verbo y el Espíritu El teólogo ruso explica que el actuar del Verbo y del Espíritu están siempre íntimamente unidos, ya que la «misión del Espíritu Santo no se puede separar del Hijo, sobre el que reposa en la Santísima Trinidad»16, y durante toda su exposición sostiene que ambos realizan su obra de revelación del Padre en total correlación; se trata de una tensión entre la intensa unidad entre ambos y la perfecta personalización de cada uno. Es decir, Cristo y el Espíritu no actúan jamás separados, son la diada sofiánica, que cumplen juntos la misión de la autorrevelación del Padre en el mundo, en palabras de Bulgákov mismo, «es la diada del Hijo y del Espíritu la que

12

S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 310. S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 130. 14 IOHANNES DAMASCENUS, Exposición de la fe, LIX, 155. 15 BONAVENTURA, Il breviloquio, IV,3. 16 S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 309. 13

4

es enviada al mundo por el Padre en la encarnación»17, pero al mismo tiempo cada uno es diverso y posee una personalidad propia y distinguible18. Podemos decir que el Padre da una única misión al Espíritu y al Verbo: revelar al Padre. Es el Padre que se automanifiesta en las hipóstasis del Hijo y del Espíritu, y esa misión es realizada en conjunto. La obra diádica de las dos personas divinas enviadas por el Padre, se realiza de un modo evidente y prístino en la joven Virgen de Nazaret, el misterio de la encarnación del Verbo en María, donde asume la carne humana, no está desligado del rol del Paráclito, que viene de un modo del todo particular sobre la Mater Dei. 2. Compenetración dihipostática Bulgákov llama a María «imagen hipostática del Espíritu Santo»19. Se trata de un título único, podemos decir que es sólo para ella. En María se evidencia de un modo único la teantropía, la cooperación entre Dios y el hombre. ¿Cómo entender esta unión tan profunda entre el Espíritu y la joven virgen de Nazaret? 2.1. La inspiración Veamos en primer lugar, cómo entiende Bulgákov la inspiración del Paráclito sobre el hombre común y corriente, para luego comprender la diferencia que se realiza en María con el Pentecostés de la encarnación. Nuestro autor nos dice que lo que sucede con un ser humano inspirado, es decir, aquel sobre el cual viene el Espíritu Santo, aquel sobre el cual reposa por el influjo de Su gracia, es una «interpenetración del espíritu del hombre y del Espíritu Santo»20, el ser humano se convierte así en uno que porta el Espíritu de Dios, lo podemos llamar propiamente un pneumatóforo. Esto por supuesto no significa ningún tipo de encarnación ni unión al nivel

17

S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 310. Bulgákov no duda en que sólo el Hijo ha de encarnarse, ni que sólo el Espíritu tiene el rol de formar en nosotros a Cristo, en su teología queda siempre claro que son dos personas distintas. De ahí que hablemos de una tensión: distintos pero íntimamente unidos. 19 S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 284. 20 S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 282. 18

5

hipostático, sino una actuación kenótica21 del Espíritu que desciende sobre el hombre, y éste responde haciéndose transparente a la acción de la naturaleza divina. El hombre inspirado sigue siendo humano pero vive, de alguna manera, en dos naturalezas, dice el sacerdote ruso que «las naturalezas divina y humana, se unen en una misma vida»22. 2.2 Lo que sucede en la Virgen María Ahora bien, lo que sucede en la unión entre el Espíritu Santo y la Santísima Virgen María es aun más fuerte y significativo. Bulgákov sostiene que si el Hijo debía descender al mundo, vivir la kénosis y encarnarse, también el Espíritu debía descender al mundo, vivir su propia kénosis23 y realizar una cierta encarnación. Recordemos el principio de unidad de acción del Verbo y el Espíritu, recordemos la importancia que da Bulgákov a la unión de ambos en la misión de automanifestación del Padre, ya que el Hijo «no descendió solo, sino juntamente con el Espíritu Santo, que es inseparable de él: es la díada del Hijo y del Espíritu la que es enviada al mundo por el Padre en la encarnación»24. Pues bien, basado en este principio el teólogo ruso sostiene que si el Hijo desciende hipostáticamente en la encarnación, y asume la naturaleza humana, entonces también el Espíritu habrá de descender en un cierto modo hipostático (no encarnándose porque no le es propio) pero sí uniéndose a otra hipóstasis humana, la de la Virgen María25. Es decir, así como la Persona divina del Verbo eterno se encarna y asume, junto a su naturaleza divina, la naturaleza humana, así también la Persona divina del Espíritu Santo desciende sobre María y se une a su hipóstasis de un modo del todo único y definitivo. Bulgákov dice que el Espíritu Santo irrumpe en la vida de la Virgen María, no identificándose hipostáticamente, puesto que ambos tienen sus propias hipóstasis, sino que irrumpe en el sentido de una «influencia de gracia que se concentró en la concepción y parto divinos, ante todo en la 21

Kenótica en el sentido que se da a la medida de la capacidad del ser humano que es inspirado. 22 S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 283. 23 Cf. P. BUA, La kenosi dello Spirito Santo. 24 S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 310. 25 Dice Bulgákov que »la encarnación va acompañada de un »descenso de los cielos» hipostático, no sólo del Hijo, sino también del Espíritu: la hipóstasis del Hijo se encarna, mientras que la del Espíritu realiza la Encarnación, en la inmanencia mutua de ambas hipóstasis sin separación y sin confusión». S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 313.

6

maternidad divina», se genera así una unión muy íntima entre ambos, un verdadero transparentarse mutuamente, y eso es lo que podemos denominar con nuestro teólogo, una compenetración dihipostática, porque estamos «ante una dualidad de naturalezas, la divina y la humana, aunque también ante una dualidad de las hipóstasis, la de María [humana] y la del Espíritu [divina], hasta tal punto transparentes la una para la otra que cada una se convierte en la manifestación y la revelación de la otra»26. Es interesante que el Padre Sergui use los términos manifestación y revelación. Se trata entonces de una transparencia tal que, quien ve a María ve manifestado y revelado al Espíritu Santo y quien se relaciona con María se relaciona también con Él. Cuando Bulgákov hace el recorrido histórico al inicio de la obra El Paráclito, citando a san Atanasio nos recuerda que «cuando el Logos vino a la Virgen María, el Espíritu se derramó al mismo tiempo sobre (ella), y el Verbo se modeló y se configuró un cuerpo en el Espíritu»27. Es decir, se trata de una misión contemporánea, concurrente del Verbo y del Espíritu. 2.3. La Santísima Virgen y la Trinidad Podemos aquí dar un paso aun más adelante. Creemos que uno de los frutos de esta compenetración dihipostática es la vinculación trinitaria que ella implica. Es decir, si la Virgen está unida de tal modo al Espíritu, quiere decir que ha entrado en una vinculación del todo única y particular con las otras dos Personas divinas. De aquí desprendemos un tema importante para nuestro curso de seminario: María y la Santísima Trinidad. Por el Pentecostés de la encarnación, María es de tal manera divinizada, que no sólo tendrá un vinculo de total transparencia con el Espíritu (vínculo dihipostático), sino que se une también muy íntimamente al Padre como Hija predilecta y a Cristo como Madre del Dios Hijo28, viene en cierto modo a participar de la vida trinitaria, evidentemente sin ser Dios, sino creatura.

26

S.N. BULGAKOV, El Paráclito, 312. ATHANASIUS ALEXANDRINUS, Lettere a Serapione, I, 31. 28 »Redimida de modo eminente, en previsión de los méritos de su Hijo, y unida a El con un vínculo estrecho e indisoluble, está enriquecida con la suma prerrogativa y dignidad de ser la Madre de Dios Hijo, y por eso hija predilecta del Padre y sagrario del Espíritu Santo; con el don de una gracia tan extraordinaria aventaja con creces a todas las otras criaturas, celestiales y terrenas». Lumen Gentium 53. 27

7

CONCLUSIÓN

Al concluir el presente trabajo quisiéramos establecer tres puntos fuertes de la teología bulgakoviana, y reconocer dos debilidades que podemos encontrar en contraste con nuestra teología occidental. Un primer aporte de Bulgákov que quisiéramos resaltar es el concepto de compenetración dihipostática, creemos que da un aire nuevo a la comprensión de la relación entre el Espíritu Santo y la Virgen María. Esta acción conjunta de ambas personas humana y divina, sin perder su autonomía, pero completamente transparentes la una a la otra resulta muy provocador e interesante. Pudiera ahondarse aun más en este concepto. Un segundo aporte de Bulgákov es la noción de un pleno pentecostés en la encarnación, pleno en cuanto a la Virgen María, porque al ser sólo sobre ella es limitado y no universal, pero respecto de ella es todo cuanto ella podía recibir. Creemos que Bulgákov encuentra aquí un elemento interesante, que incluye el dato bíblico referido por el ángel, «el Espíritu Santo vendrá sobre ti» (Lc 1,35) y en correcta relación con los otros descensos del Espíritu (en el antiguo testamento, el bautismo del Señor en el Jordán y finalmente sobre los apóstoles). El tercer aporte que quisiera rescatar es que todo lo que Bulgákov expone respecto de la relación María-Espíritu es en cierto modo tipológica de la relación del cristiano con el Espíritu. Así como ella es divinizada, habitada por Paráclito, así como ella es transparencia del Espíritu, así también nosotros (según nuestra propia medida), estamos llamados a la vida trinitaria, a la divinización, a ser transparencia del Espíritu en el mundo y en la eternidad. Veamos a continuación las dos dificultades que quisiéramos destacar. Un primera dificultad que descubrimos en Bulgákov, y por de pronto en toda la teología oriental, es la aceptación del pecado original en María. No nos queda claro si su insistencia en esta materia se deba a una verdadera certeza teológica o bien a una respuesta ante el dogma católico, que se promulgo con mucha posterioridad al cisma entre ambas iglesias29. Pero el hecho concreto es que para la teología oriental y para Bulgakov es inaceptable que María sea inmaculada desde su concepción, y consideran que nuestra proclamación atenta contra la verdad y además distancia a 29

Recordemos que la bula de proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, Ineffabilis Deus, es sólo de 1854, aunque la fe en esta verdad se remonta de una u otra manera a los primeros siglos del cristianismo.

8

María de la humanidad. Según nuestro parecer no ha sido bien comprendido el dogma católico por la teología del oriente. Una segunda dificultad es que Bulgákov arriesga exceder los límites al hablar de la compenetración dihipostática. Es decir, lo mismo que hemos considerado un aporte genial y muy positivo, pudiera convertirse en un riesgo, si no se aclara con total definición la relación de las dos hipóstasis, podríamos preguntarnos ¿qué significa transparencia entre el Espíritu y María? ¿Cómo cuidar de no perder la identidad propia de cada hipóstasis? Es un riesgo y creemos necesario tenerlo presente. De hecho el Padre Bulgákov se vio enfrentado a una investigación de parte de su iglesia en el año 1935 respecto de este tema. El resultado fue favorable para él, pero el ambiente oriental todavía siente ciertos resquemores ante la figura de nuestro autor. En definitiva ha sido muy interesante profundizar la relación de la Virgen María y el Espíritu Santo, a partir de la teología de un autor del siglo XX, pero de la teología oriental y que al mismo tiempo se muestra tan libre en su pensamiento. Agradecemos la posibilidad del estudio trinitario realizado a lo largo del semestre y esperamos poder profundizarlo en el futuro.

9

BIBLIOGRAFÍA

ATHANASIUS ALEXANDRINUS, Lettere a Serapione : lo Spirito Santo, Collana di testi patristici, Roma 1986. BONAVENTURA, Il breviloquio, Pompei 1934. BUA, P., La kenosi dello Spirito Santo: un percorso nella teologia del Novecento, Collana di teologia [Città Nuova], Roma 2015. BULGAKOV, S.N., El Paráclito, Verdad e imagen, Salamanca 2014. ––––, Il roveto ardente : aspetti della venerazione ortodossa della Madre di Dio, Alma Mater, Cinisello Balsamo (MI) 1998. IOHANNES DAMASCENUS, Exposición de la fe, LIX, Biblioteca de patrística, Madrid 2003.

10

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.