El patrimonio bibliográfico y documental de la humanidad: reflexiones para su permanencia en al sociedad del conocimiento

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Descripción

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS COLEGIO DE BIBLIOTECOLOGÍA “XX ENCUENTRO DE PROFESORES Y ESTUDIANTES DEL COLEGIO DE BIBLIOTECOLOGÍA Y VIII ENCUENTRO NACIONAL DE PROFESORES Y ESTUDIANTES DE BIBLIOTECOLOGÍA” 16-18 DE AGOSTO DE 2010. AULA MAGNA

“EL PATRIMONIO BIBLIOGRÁFICO Y DOCUMENTAL DE LA HUMANIDAD: REFLEXIONES PARA SU PERMANENCIA EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO”

JUAN MIGUEL PALMA PEÑA1

RESUMEN: El objetivo de este documento es analizar la relación entre la sociedad del conocimiento y el patrimonio bibliográfico y documental, para que a partir de la reflexión se asegure la permanencia del patrimonio mediante la concientización, la salvaguarda, el usufructo, la divulgación y la formación de ciudadanos informados y consientes de la representatividad de aquel en la sociedad del siglo XXI. El presente documento se estructura en tres apartados. El primero apartado se refiere en analizar a la sociedad del conocimiento y sus elementos integradores. La segunda parte trata acerca del patrimonio cultural, bibliográfico y documental y algunos aspectos legales sobre su protección en la sociedad actual. El tercer apartado consiste en plantear los preceptos de una educación sobre el patrimonio. Finalmente, se proporcionan algunas consideraciones finales.

PALABRAS CLAVE: Sociedad del conocimiento; educación; patrimonio cultural; patrimonio bibliográfico y documental; educación patrimonial.

CIUDAD UNIVERSITARIA, 2010 

Estudiante de Maestría en Bibliotecología y Estudios de la Información-UNAM. Ha sido ponente en eventos como: Encuentro del Colegio de Bibliotecología, Jornadas Mexicanas de Biblioteconomía, Congresos internacionales sobre historia (ICA) y en Encuentros sobre educación. Ha publicado en revistas impresas y electrónicas. Ha laborado en la UNAM y El Colegio de México. Ha colaborado en la docencia, tanto presencial como en línea. E-mail: [email protected]

INTRODUCCIÓN Las principales características de la ciudadanía del siglo XXI, denominada sociedad del conocimiento, son que las funciones laborales, educativas y culturales son actualizadas constantemente y se apoyan en instrumentos tecnológicos e informáticos, tales como Internet, museos virtuales, bibliotecas electrónicas, entre otros recursos de información para divulgar la información producida. Dada la recurrencia que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han tenido para la sociedad del conocimiento, algunos elementos como la educación, la cultura y el patrimonio bibliográfico y documental de la humanidad, tienen estrecha relación con la sociedad. Debido a que si ésta tiene como insumos básicos a la información y al conocimiento; entonces, el patrimonio contiene información que podrá analizarse y reflexionarse para construir conocimientos, y así, apoyar los fundamentos de la sociedad. El objetivo de este documento es analizar la relación entre la sociedad del conocimiento y el patrimonio bibliográfico y documental, para que a partir de la reflexión se asegure la permanencia del patrimonio mediante la concientización, la salvaguarda, el usufructo, la divulgación y la formación de ciudadanos informados y consientes de la representatividad de aquel en la sociedad del siglo XXI. El presente documento se estructura en tres apartados. El primero apartado se refiere en analizar a la sociedad del conocimiento y sus elementos integradores. La segunda parte trata acerca del patrimonio cultural, bibliográfico y documental y algunos aspectos legales sobre su protección en la sociedad actual. El tercer apartado consiste en plantear los preceptos de una educación sobre el patrimonio. Finalmente, se proporcionan algunas consideraciones finales. 1. LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO: ELEMENTOS INTEGRADORES El paradigma de una sociedad del conocimiento es caracterizado por el uso y el aprovechamiento de recursos tecnológicos e informáticos para beneficiar e impulsar el desarrollo de la población. Para la sociedad del conocimiento la información y el conocimiento son considerados insumos básicos, ya que estos elementos son necesarios para formar ciudadanos concientes de su bienestar, su identidad y su desarrollo, así como también, son el centro del progreso humano y el bienestar,2 dado que son de dominio público. En esta sociedad, la educación -entre otros factores- tiene un lugar determinante, debido a que aquella apunta a la formación de ciudadanos concientes, participativos y comprometidos con la salvaguarda y el desarrollo de las manifestaciones y representaciones culturales, históricas, sociales, y entre las que destacan las bibliográficas y documentales. Dichas manifestaciones, en concordancia con las actuales tendencias de la sociedad del conocimiento en materia de TIC, contribuirán a incrementar y mejorar los canales de comunicación de los ciudadanos con contenidos referentes a fortalecer y enriquecer la identidad, la conciencia y la vivencia de las expresiones culturales. 2

WSIS. The Geneva Declaration of Principles and Plan of action. Ginebra, 10-12 de diciembre de 2003. Cfr. Carrión, Carmen, coord. 2007. Educación para una sociedad del conocimiento. México: Trillas, UNESCO. Op cit. p. 7.

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El concepto sobre la sociedad del conocimiento posee diversas perspectivas, que están en consonancia con el área del conocimiento de la cual emanan. Para este documento, el concepto base en torno a dicha sociedad es el siguiente: “… se trata de una sociedad en la que las condiciones de generación de conocimiento y procesamiento de información han sido sustancialmente alteradas por una revolución tecnológica centrada sobre el procesamiento de información, la generación del conocimiento y las tecnologías de la información.”3 Esta sociedad tiene lugar en el siglo XXI. Para la sociedad del conocimiento son esenciales el uso y el aprovechamiento intensivo de TIC, tales como: Internet,4 computadoras portátiles, teléfonos móviles, pizarrones electrónicos, entre otros recursos de información tecnológicos.5 Las finalidades de dichas herramientas apuntan a: agilizar actividades y funciones; eliminar barreras de cantidad, espacio y tiempo; formar ciudadanos; organizar información; divulgar la ciencia y la cultura; producir información de calidad, democratizar el acceso a la información; entre otros.6 Ante los análisis realizados en diversas áreas del conocimiento respecto a la aplicación de TIC en los procesos de la sociedad del conocimiento, y en relación con este documento, existen dos objetivos comunes: primero, concebir al conocimiento como factor de progreso económico; segundo, considerar al conocimiento como factor de expresión cultural.7 De esta manera, la educación y la cultura son un binomio indisoluble para la formación de ciudadanos comprometidos con la sociedad y el desarrollo de la misma. El enfoque educativo en la sociedad del conocimiento parte de “ … la capacidad de los individuos para hacer uso efectivo de la información que poseen, es decir, la capacidad de aplicación de esa información para la producción y mejoramiento de los bienes y servicios de consumo social.”8 Asimismo, “una sociedad del conocimiento será aquella que, a partir de alcanzar el nivel de una sociedad educada, puede recuperar información para enriquecer su conocimiento y tomar las decisiones pertinentes a su propio desarrollo personal y colectivo.”9 Por lo anterior, la educación en la sociedad del conocimiento apunta a asegurar el aprendizaje durante toda la vida; por la multiculturalidad; por el respeto a los derechos humanos y culturales;10 por el acceso y la difusión sin discriminación; por

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Castells, Manuel. 2002. La dimensión cultural de Internet. Documento electrónico. http://www.ouc.edu/culturaxxi/esp/articles/castells0502/castells0502_imp.html p. 2. 4 Ibid. 5 Palma, Juan con Rivera, Mary. 2008. Los recursos de información tecnológicos en las bibliotecas universitarias del siglo XXI … En Memorias de las XXXIX Jornadas Mexicanas de Biblioteconomía … p. 7. 6 Carrión, Carmen, coord. 2007. Educación para una sociedad del conocimiento. México: Trillas, UNESCO. pp. 60-61. 7 Ibid. p. 19. 8 Ibid. 9 Almada, Margarita. 2000. Sociedad multicultural de información y educación … p 106. 10 Stavenhagen, Rodolfo. 2002. Educación y derechos culturales: un desafío. En VI Coloquio internacional de educación en derechos humanos y Encuentro Latinoamericano Preparatorio a la

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el uso constante de TIC; por la construcción de conciencia histórica11, entre otros factores. La educación del siglo XXI, deberá velar porque las presentes y las futuras generaciones estén interconectadas, para que así la sociedad comparta información y construya conocimientos significativos.12 En la edad de la información y el conocimiento13 se deberá siempre tener presente que “ … la educación es un proceso permanente de enriquecimiento continuo del conocimiento y del saber hacer o ‘saber cómo hacer’; es también el mejor medio para la construcción privilegiada de cada persona y de las relaciones entre individuos, grupos y naciones.”14 En relación con TIC y sociedad del conocimiento, un elemento esencial para ambas son las expresiones culturales. Debido a que la cultura en la sociedad del conocimiento se caracteriza por poseer elementos integradores renovables, que permitan determinar a aquella como una construcción histórica y contemporánea basada en las manifestaciones y las representaciones sociales y culturales. Desde la perspectiva histórica, la cultura se refiere a “ … un conjunto más o menos limitado de conocimientos, habilidades y formas de sensibilidad que les permiten a ciertos individuos apreciar, entender y (o) producir una clase particular de bienes, que se agrupan principalmente en las llamadas bellas artes y en algunas otras actividades intelectuales.”15 Desde el enfoque de los derechos culturales, la cultura consiste en“ … una totalidad de prácticas, significados y relaciones sociales que definen a determinado tipo de colectividades humanas y las distinguen de otras.”16 Los conceptos de cultura supracitados se relacionan en cuanto a su semántica, y nos permite considerarlas esenciales para que la humanidad logre un objetivo común en el siglo XXI, que es la conformación de identidad. Al respecto, la identidad es un elemento fundamental de la cultura. Por lo que nos referimos a aquella como “… el proceso mediante el cual un actor social se reconoce

Conferencia Mundial de la Asociación Internacional de Educadores para la Paz … Documento electrónico. http://catedradh.unesco.unam.mx/Puebla2002/TextRStavenhagen.htm pp. 1-14. 11 “ … la construcción de la conciencia histórica … [consiste en] los elementos de la experiencia de nuestros antepasados.” Cfr. García, Idalia. 2001. Miradas aisladas, visiones conjuntas: defensa del patrimonio documental mexicano … p. 8. 12 Estos conocimientos se refieren a las habilidades de los individuos para conjuntar tanto sus conocimientos previos como sus capacidades cognitivas, para encaminarlas hacía la toma de conciencia. 13 La edad de la información y el conocimiento se refiere a la época en la que la fuerza de trabajo e interacción de la sociedad, es realizada mayormente a través de medios y mecanismos electrónicos y virtuales. Crf. Menou, Michel. 2004. La alfabetización informacional dentro de las políticas nacionales sobre tecnologías de la información y comunicación (TICS): … En Anales de Documentación, 7. p. 242, 14 Almada, Margarita. Op cit. p. 107. 15 Bonfil, Guillermo. 1993. Nuestro patrimonio cultural: un laberinto de significados. En El patrimonio cultural de México. Florescano, Enrique, comp. México: CNCA, FCE. p. 19. 16 Stavenhagen, Rodolfo. Op cit. p. 7.

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a sí mismo y construye el significado en virtud sobre todo de un atributo o conjunto de atributos culturales determinados …”.17 Indudablemente, la identidad que requiere la sociedad paradigma debe estar libre de diferencias geográficas, étnicas, religiosas, culturales y temporales. Deberá basarse en derechos humanos y diversidad cultural. Así como también, debe respetar que la identidad de una nación es heterogénea. Es evidente que tanto la cultura como la identidad son conceptos complejos, y a su vez, fundamentales para formar ciudadanos concientes sobre el valor de su cultura, así como bien informados. Ambos, como fundamento para el desarrollo individual y colectivo en dicha sociedad. En este sentido, la educación y la cultura podrán ser consideradas pilares para la sociedad del conocimiento. Porque en la medida en que los sistemas políticos, sociales y económicos estén respaldados por una educación integral y con ciudadanos con cultura,18 el desarrollo de los países será progresivo. Los objetivos educativos y culturales propuestos a nivel internacional apuntan a la conformación de una cultura global,19 la cual es propia del siglo XXI, y en la que la diversidad cultural tiene un papel destacado. Esta diversidad se refiere a un conjunto sociocultural de manifestaciones, representaciones, costumbres, prácticas tangibles e intangibles, entre otros elementos; que están encaminadas a apoyar a los ciudadanos en la conformación de su identidad individual y colectiva, así como en la construcción de una cultura nacional.20 En suma, con base en los objetivos de la educación y la relevancia de la cultura para el siglo XXI, un elemento que por antonomasia ha estado presente en el devenir de la humanidad y que es fundamental –entre otras particularidades- para la construcción de identidad en la sociedad del conocimiento es el patrimonio bibliográfico y documental. 2. EL PATRIMONIO BIBLIOGRÁFICO Y DOCUMENTAL DE LA HUMANIDAD Diversas han sido las manifestaciones que han producido las culturas del mundo a través de la historia para comunicarse y sustentar su desarrollo. Algunos objetos que han servido para expresar el pensamiento humano y que han sido elaborados por las sociedades desde épocas inmemoriales hasta las contemporáneas son los libros21 y los documentos.22

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Castells, Manuel. 2000. La era de la información: economía, sociedad y cultura … p. 48. Los ciudadanos de cultura tienen como valores “ … la función de comprender y ayudar a comprender. Los instrumentos que han enriquecido su capacidad de comprensión son resultado del ejercicio de la propia vida cultural y científica: la inteligencia abierta, el análisis riguroso, la duda, la tolerancia, la discusión y el diálogo.” Cfr. Florescano, Enrique. 1993. El patrimonio cultural y la política de la cultura. En El patrimonio cultural de México. Florescano, Enrique, comp. México: CNCA, FCE. p. 17. 19 Jiménez, María. Prácticas educativas sobre temas globales. Cfr. Carrión, Carmen, coord. 2007. Op cit. p. p. 97. 20 “ … la cultura nacional [se refiere al] campo del diálogo, del intercambio de experiencias, del conocimiento y el reconocimiento mutuos. Pero de un diálogo entre iguales, no un monólogo vertical que sólo se transmite en un solo sentido.” Cfr. Bonfil, Guillermo. Op cit. p. 37. 21 Aquellas páginas u hojas que encuadernadas por uno de sus lados forman un libro. Para ser considerado libro debe tener mínimo 39 páginas. 22 Son aquellos recursos tangibles e intangibles que contienen información. 18

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Los libros y los documentos pueden considerarse manifestaciones bibliográficas y documentales útiles23 para la sociedad, por lo que forman parte esencial del patrimonio cultural. Estos libros y documentos poseen particularidades24 relevantes para valorarlos patrimonialmente, tales como: intelectuales,25 materiales,26 gráficas,27 sociales28 e históricas.29 Además, para estos documentos, existen criterios estipulados por organismos internacionales para seleccionar materiales bibliográficos y documentales en peligro de desaparecer. Tales como los del Programa Memoria del Mundo, y que son los siguientes: influencia; periodo; lugar; vida y obra de una persona; asunto o tema; forma y estilo; y valor excepcional, sea social, cultural o espiritual.30 El ideal es que estos criterios funjan como base a nivel nacional y local, de las actividades que tienen como fin analizar, identificar, registrar y salvaguardar para hacer accesible el patrimonio bibliográfico y documental -en este caso el de Méxicoque se encuentra bajo el resguardo de los centros de información.31 Asimismo, mediante los citados criterios se hace un acercamiento teórico respecto a en qué radica la importancia32 del patrimonio cultural. El Programa Memoria del Mundo, plantea que el patrimonio bibliográfico y documental es aquel: “ ... que se encuentra en bibliotecas y archivos que constituye una parte primordial de esta memoria [del mundo] y que refleja la diversidad de los pueblos, de las lenguas y de las culturas” 33 Es evidente que algunos conceptos sobre patrimonio documental no enfatizan en qué comprende al mismo, sino que se plantea en dónde se localiza. Por lo que con base en las interrogantes sobre patrimonio cultural,34 el patrimonio bibliográfico y documental puede pensarse como: aquéllas expresiones artísticas, históricas, culturales, folklóricas, educativas, intelectuales, científicas, entre otras, que han sido producidas para ser testigo fiel del desarrollo de las sociedades; que a su vez, han sido objetivados en manuscritos, impresos, medios audiovisuales, documentos electrónicos, etc., cuya finalidad es almacenar, transmitir, preservar, conservar, comunicar y difundir esta suma de conocimientos.

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La utilidad consiste en que la sociedad usufructúe los bienes documentales para distintas finalidades; al tener siempre en cuenta, que no peligre la integridad de los mismos. 24 Escamilla, Gloria. 1995. Interpretación catalográfica de los libros. México: UNAM: Instituto de Investigaciones Bibliográficas. p. 87 25 Los elementos intelectuales se refieren a la temática que trata el documento. 26 Los elementos materiales consisten en identificar la materia con que se produjeron los documentos. 27 Los elementos gráficos tratan las representaciones que ilustran la temática del documento. 28 Los elementos sociales son las aportaciones culturales, educativas, científicas, etc., que han tenido los documentos para un determinado grupo humano. 29 Los elementos históricos consisten en la relevancia que los documentos han tenido durante algún período de la humanidad. 30 Abdelaziz, Abid. 1998. Memoria del Mundo: conservando nuestro patrimonio documental. México: Comisión Nacional de los Estados Unidos Mexicanos para la UNESCO: UNAM: UAEM. pp. 16-17. 31 Algunos centros de información que resguardan el patrimonio bibliográfico y documental son: bibliotecas, hemerotecas, museos, etc. 32 No obstante la relevancia e importancia del patrimonio cultural aún es complejo saber: “ … 1) en qué consiste el patrimonio cultural de un pueblo … ; y 2) en qué radica su importancia … para el común de la gente.” Cfr. Bonfil, Guillermo. Op cit. p. 19 33 Abdelaziz, Abid. Op cit. p. 5 34 Bonfil, Guillermo. Op cit. p. 19

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Una clasificación en la que se aprecian los materiales que integran al patrimonio bibliográfico y documental, es la siguiente:35 Colecciones de Manuscritos: prehispánicos, coloniales, modernos, contemporáneos. Colecciones de impresos: s. XV-XX. (México) Colecciones de archivo: antiguas y modernas: admón. pública y religiosa, archivos personales, de las propias bibliotecas y otras instituciones, ONG’s. Colecciones de microformatos: películas, fichas. Colecciones o fondos audiovisuales: fotografías, discos, casetes, Cd’s, películas, diapositivas, archivos de radio y televisión. Colecciones digitales: documentos digitales: portales Web, libros, revistas.

Lo anterior, expone la diversidad de documentos que conforman la memoria documental y que amplia el panorama informativo de los ciudadanos de la sociedad del conocimiento, para reconocer la vasta diversidad de documentos que integran el patrimonio bibliográfico y documental. Ante la necesidad por conocer, preservar y conservar el patrimonio bibliográfico y documental, una acción al respecto -que puede ser atendida por la disciplina bibliotecológica, debido a que es un área cuyo objeto de estudio es la organización de la información y el conocimiento en múltiples soportes- es el fortalecimiento para la construcción de catálogos sobre el patrimonio bibliográfico y documental. Por lo general, dichos catálogos -entre otros elementos- contienen registros sobre las obras y los documentos, con la finalidad de proporcionar a la sociedad una radiografía de la memoria documental de la humanidad. Algunos ejemplos de esta actividad de organización son los siguientes: -

Biblioteca virtual del patrimonio bibliográfico.36 En 2007 contenía 651,000 documentos históricos digitalizados. Esta acción es impulsada por el Ministerio de Cultura de España.

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World Digital Library.37 Presentada en 2009 por la UNESCO, contiene registros bibliográficos y documentales representativos de diversas culturas del mundo.

En relación con los factores esenciales de la sociedad del conocimiento, las acciones anteriores exhiben avances en la conformación de catálogos sobre el patrimonio bibliográfico y documental, y en la que coadyuvan objetivos educativos, académicos, económicos y tecnológicos. Además, dichas iniciativas exponen avances sobre la protección de la memoria documental mundial y la importancia que posee promover el acceso y la difusión de las fuentes históricas y contemporáneas mediante TIC. En conclusión, es necesario considerar a partir de las aportaciones culturales, sociales, históricas, bibliotecarias y académicas, que el patrimonio bibliográfico y documental es parte indisoluble del patrimonio cultural de la humanidad, así como también, la relevancia que posee dicho patrimonio en la sociedad del conocimiento. 35

Fernández, Rosa. 2006. El Programa Memoria del Mundo de la UNESCO y los acervos patrimoniales de las bibliotecas públicas. En El bibliotecario 6 (65). p. 16. 36 Biblioteca virtual del patrimonio bibliográfico. En El Bibliotecario, 2007, 7 (71-73). p. 42. 37 World Digital Library: www.wdl.org

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Sin embargo, aún cuando el patrimonio bibliográfico y documental ha sido objeto de estudio de diversas esferas públicas y académicas, actualmente quedan pendientes diversas tareas para su identificación, valoración, organización y protección legal. Este último, deberá ser parte inherente de la disciplina bibliotecológica, con objeto de que la protección de la memoria documental sea homologada a la par de la de los bienes muebles e inmuebles históricos en la sociedad del conocimiento. ASPECTOS LEGALES SOBRE EL PATRIMONIO BIBLIOGRÁFICO Y DOCUMENTAL En las legislaciones mundiales sobre patrimonio cultural es escasa la atención que ponen aquellas sobre el patrimonio bibliográfico y documental. Los documentos correspondientes valoran históricamente al patrimonio, y poco delimitan qué lo conforma y para quién es relevante el mismo. De ahí su complejidad al respecto. Si partimos de que la preservación, la conservación del patrimonio cultural son amplias y complejas38 actualmente, debido a que aún no se logran normar y unificar diversos criterios. Entonces el tratamiento sobre el patrimonio bibliográfico y documental representa múltiples subjetividades culturales, educativas y legislativas. Ante estas subjetividades, es urgente que las autoridades legislativas culturales revisen el concepto sobre patrimonio cultural para dotarlo, actualizarlo e incluir al patrimonio bibliográfico y documental en las legislaciones nacionales e internacionales, y así, protegerlo a la par de los bienes muebles e inmuebles históricos; principalmente porque el patrimonio documental es de utilidad pública,39 por lo que, le hace merecedor de reconocimiento y protección legal. Algunos países latinoamericanos, europeos y orientales, a través de sus legislaciones han protegido al patrimonio bibliográfico y documental, debido a la significación que éste representa para las sociedades; algunos ejemplos son los siguientes:40 Colombia Québec

Considera como bienes con valor cultural a los archivos fotográficos, fonográficos o cinematográficos. Considera como bienes históricos a los documentos audiovisuales.

Irlanda

Protege la salida de los documentos con más de 100 años de antigüedad.

Irán

Protege como parte de su patrimonio cultural a los archivos fonográficos, fotográficos, cinematográficos y otros de interés cultural

Japón

Considera como bienes culturales tangibles a: libros clásicos, documentos antiguos y otros productos tangibles que posean alto valor histórico o artístico.

Por lo que respecta a las legislaciones mexicanas, la cuales tienen dos siglos como antecedentes, en lo referente a la protección del patrimonio cultural, es evidente que

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Olivé, Julio. 1989. El patrimonio cultural: posiciones del Colegio Mexicano de Antropólogos. En Primer foro por la defensa del patrimonio arqueológico, histórico y subacuático. México: Delegación D-II-IA-I antes (D-II-345), trabajadores académicos del INAH, sección X del SNTE. p. 184. Cfr. Vázquez, Irene. 1995. Legislaciones y patrimonio intangible. En El patrimonio sitiado: … Op cit. p. 96 39 La utilidad pública del patrimonio documental radica en que al ser elaborados éstos por las sociedades, conllevan un fin social. Cfr. Meneses, Felipe. 2005. La defensa del patrimonio bibliográfico-bibliotecario-documental ante las políticas neoliberales. En 2º Parlamento Alterno de Cultura y Educación … Documento electrónico. http://vientos.info/pace/node/55. p. 4 40 Vázquez, Irene. 1995. Legislaciones y patrimonio intangible. En El patrimonio sitiado: … Op cit. p. 101.

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aquellas protegen a monumentos históricos, artísticos y arqueológicos, y se limitan a proteger a libros, documentos, archivos y bibliotecas. En este sentido, los documentos que son protegidos en las legislaciones de México, son los que “ … pertenezcan o hayan pertenecido a las oficinas y archivos de la federación, de los estados o de los municipios y de las casas curiales… [Así como a] … Los documentos originales, manuscritos relacionados con la historia de México y los libros, folletos y otros impresos en México o en el extranjero, durante los siglos XVI al XIX … ”41 En el contexto de esta ley de 1972, constatamos que jurídicamente los impresos y los documentos considerados de importancia histórica corresponden a los siglos XVI al XIX, y que finalizado el siglo XX, la producción de documentos queda sin protección, lo cual refleja una restricción cronológica. Ante el lugar secundario en que las legislaciones mexicanas posicionan al patrimonio bibliográfico y documental, es necesario que se replanteen las normatividades legales para homogeneizar la protección del patrimonio. La homogeneidad sobre el patrimonio bibliográfico y documental no significa que éste sea hegemónico ante la significación de los bienes muebles e inmuebles arqueológicos e históricos. Sin embargo, es imperioso que la protección de los libros y los documentos no sigan subordinados a los bienes históricos. La principal propuesta es que las legislaciones culturales reconozcan la trascendencia que tanto el patrimonio bibliográfico y documental, las bibliotecas como los bibliotecólogos, representan para la identidad nacional, la democratización de la información y el resguardo del patrimonio. En conclusión, aún cuando algunas legislaciones internacionales reflejan conciencia sobre la significación del patrimonio bibliográfico y documental, es necesaria mayor difusión sobre dichas acciones para que los países que posean riquezas documentales tomen como base aquellas para proteger su patrimonio. En México, el patrimonio bibliográfico y documental ha sido poco abordado por las instituciones y los especialistas que tienen a su cargo esta responsabilidad. Desde una perspectiva legal, tanto libros antiguos42 como documentos contemporáneos necesitan asegurar su estabilidad en el mundo actual, debido a los riesgos que presentan para su permanencia. Por tanto, en las reestructuraciones legislativas propuestas deberán coadyuvar elementos interdisciplinarios para proteger al patrimonio cultural, bibliográfico y documental. Asimismo, un elemento para proteger y socializar legalmente al patrimonio en la sociedad del conocimiento es la educación. Por lo que es esencial pensar en la inclusión de una educación sobre patrimonio bibliográfico y documental para formar ciudadanos bien informados.43

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México. 1975. Ley federal de monumentos y zonas arqueológicas. Documento electrónico. http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/131.pdf 42 “... aquel que ha sido producido desde la invención de la imprenta hasta finales del siglo XVIII ... Una definición bibliotecaria estricta sólo considera libros antiguos, a efectos de catalogación, a los impresos producidos antes del año 1801.”: Checa, José. 1999. El libro antiguo. Madrid: Acento Editorial. p. 9 43 Meneses, Felipe. Op cit. p. 3

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3. LA EDUCACIÓN SOBRE PATRIMONIO BIBLIOGRÁFICO Y DOCUMENTAL EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

Un elemento que ha estado presente durante la historia de la humanidad es la educación, la cual les corresponde por derecho a los individuos. Al respecto, la Declaración de los derechos humanos, señala que: “toda persona tiene derecho a la educación … toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.”44 Por su parte, la International Federation Library Association (IFLA) establece que “... los seres humanos tienen el derecho fundamental de tener acceso a las expresiones del conocimiento, del pensamiento creativo y de la actividad intelectual ... ”45 Ante estos planteamientos, es importante pensar en la formación de una conciencia histórica46 mediante la educación, para salvaguardar el patrimonio cultural, bibliográfico y documental de la humanidad. Los organismos internacionales y nacionales,47 encargados de normar y legislar la conservación del patrimonio cultural, también se han interesado en promover el derecho a la educación, al acceso y a la difusión de la información. En México, la creación de conciencia histórica mediante la educación es limitada. Al revisar el artículo 3° de la Constitución Mexicana, el cual establece que todo individuo tiene derecho a recibir educación, se anota que ésta “será nacional, en cuanto –sin hostilidades ni exclusivismos- atenderá a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura … ”48 Lo anterior, refleja tanto la complejidad por entender cómo acrecentar nuestra cultura como la falta de acciones para formar ciudadanos concientes de su patrimonio. Estos rezagos educativos, y la conformación de una cultura nacional, son tareas pendientes de los sistemas educativos nacionales. Es importante señalar que la atención que pongan los sistemas educativos internacionales para basar sus currículos en la cultura, la historia y el patrimonio, será determinante para establecer una educación sobre el patrimonio objeto de estudio. La educación sobre patrimonio es aquel proceso en el que convergen fundamentos teóricos y empíricos sobre sociología, cultura, política y ciencia para construir conocimientos significativos, mismos que se refieren a las habilidades de los individuos para conjuntar tanto sus conocimientos previos como sus capacidades 44

ONU. Declaración universal de los derechos humanos. Documento electrónico. http://www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm 45 IFLA. IFLA/FAIFE: Free access to information and freedom of expression: statement on libraries and intellectual freedom. Documento electrónico. http://www.ifla.org/V/press/pr990326.htm 46 “ … la construcción de la conciencia histórica sólo se da a posteriori, es decir, luego de que una generación sucede a otra … se construye de los elementos de la experiencia de nuestros antepasados.” Cfr. García, Idalia. Op cit. p. 8 47 Refiriéndonos a la UNESCO, IFLA, como organismos internacionales; y nacionales el CNCA, DGB, entre otros. 48 México. 1999. Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos. 128ª. ed. México: Porrúa. p. 7

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cognitivas, para encaminarlas hacía la toma de conciencia sobre el valor e importancia que posee el patrimonio cultural de la humanidad, y así, usufructuarlo y salvaguardarlo. El objetivo principal de esta educación es formar individuos con criterios nacionalistas sobre su patrimonio y con convicciones sólidas para usufructuar y salvaguardar el mismo. La visión de esta educación es que con base en valores educativos como el análisis, la reflexión, la investigación, el autodidactismo, el diálogo y la disertación, se analice interdisciplinariamente al patrimonio bibliográfico y documental. Finalmente, parte fundamental de esta educación es que sea independiente de monopolios institucionales, los cuales a través de una inducción tradicionalista de sus currículos, representan barreras para el desarrollo del país. En este sentido, debemos tener en cuenta que en México las causas por las que se ha perdido gran parte del patrimonio cultural “ … siguen siendo la corrupción, la ignorancia y la falta de recursos.”49 Ante esto, y como medida preventiva, será necesario que desde la educación sobre patrimonio, se ponga atención en que tanto los currículos del sistema educativo actual sean apropiados para que los individuos construyan conocimientos significativos como que los profesores encargados de esta educación posean vocación y suficiente preparación para dichos procesos, y así, evitar mayor pérdida de patrimonio. Estas reflexiones propugnan por la inserción de la educación sobre patrimonio en los niveles educativos básicos; ya que tanto nacional como internacionalmente existen instituciones de educación superior que abordan el patrimonio cultural. Por ejemplo, en México el estudio sobre patrimonio es tratado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA). No obstante estas iniciativas, la perspectiva con que estas instituciones abordan al patrimonio cultural representan –en la mayoría de las veces- barreras educativas, ya que limitan trabajar interdisciplinariamente al patrimonio. Desde la disciplina bibliotecológica, algunas barreras educativas para atender al patrimonio cultural son: los escasos contenidos sobre patrimonio en los currículos de la disciplina, la escasez de foros sobre el tema patrimonial y la insuficiente preparación del personal docente sobre este objeto de estudio. Lo anterior radica en que la educación sobre el patrimonio bibliográfico y documental es relevante para la bibliotecología. Debido a que dicho patrimonio es parte esencial para una formación integral de los bibliotecólogos,50 porque a partir del conocimiento que éstos tengan sobre el patrimonio, se beneficiarán tanto las actividades de las bibliotecas que resguardan el mismo, en cuanto a su organización, su investigación y su divulgación como las sociedades, ya que éstas poseerán los medios y los

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Vidargas, Francisco. 1997. Introducción. En La sociedad civil frente al patrimonio cultural. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas, p. 11. Cfr. García, Idalia. 2000. Legislar para preservar el patrimonio documental mexicano … pp.103-104. 50 Palma, Juan. 2008. “La morfología de los libros impresos del siglo XVI del Fondo de Origen de la Biblioteca Nacional de México.” Tesis de licenciatura, Universidad Nacional Autónoma de México. p. 8.

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accesos a través de los cuales podrán conocer la memoria impresa y documental de la humanidad.51 Por lo anterior, es importante inferir que las bibliotecas, los bibliotecólogos y el patrimonio bibliográfico y documental son piezas esenciales en la construcción histórica, educativa y cultural de los países. En conclusión, las aristas expuestas sobre la educación actual hacen necesario pensar en una actualización educativa, en la cual se gestione establecer una educación sobre patrimonio e insertar contenidos sobre patrimonio cultural en los currículos educativos. Estas iniciativas, impulsarán la formación de ciudadanos de cultura, los cuales impulsarán la fácil existencia entre la sociedad y el desarrollo cultural nacional. Desde la educación bibliotecológica se atenderán tres objetivos relacionados con el patrimonio cultural, bibliográfico y documental, primero, que la formación de estudiantes sea interdisciplinaria; segundo, que con base en una formación integral los futuros docentes formulen planteamientos interdisciplinarios52 sobre patrimonio; y tercero, que desde la bibliotecología se contribuya con la calidad de la educación básica y superiores general. CONSIDERACIONES FINALES Es evidente que la sociedad del conocimiento requiere la participación de diversos factores históricos, sociales, económicos, educativos, culturales, entre otros, con el objetivo de contribuir al desarrollo de la misma y al de sus ciudadanos. Los elementos necesarios para el desarrollo de dicha sociedad, deben coadyuvarse con las TIC para impulsar que los ciudadanos tomen conciencia respecto al valor y la representatividad -en este caso- del patrimonio cultural de la humanidad. Es necesario comprender que tanto la educación como la cultura en la sociedad del conocimiento son esenciales para erradicar barreras cognoscitivas, respecto al acceso y el aprovechamiento de las manifestaciones y las representaciones del patrimonio cultural. Es fundamental que organismos internacionales y nacionales impulsen la apertura de espacios para difundir el patrimonio. Al respecto, la intervención y la participación de las bibliotecas será esencial para democratizar el acceso a la información y al conocimiento que posee el patrimonio cultural. Esta amplitud, permitirá a los ciudadanos usufructuar los objetos culturales. De acuerdo con los preceptos educativos y culturales en la sociedad del conocimiento, el patrimonio cultural tiene un lugar esencial en el desarrollo de la misma. Porque si la sociedad del siglo XXI tiene como insumos básico a la información y al conocimiento, el patrimonio bibliográfico y documental posee información valiosa con la cual se podrán construir conocimientos significativos. De aquí, que tanto las bibliotecas como los integrantes de las mismas tengan un papel central en la sociedad. Porque al ser estos últimos los intermediarios entre la información y los ciudadanos, la construcción de puntos de acceso y la apertura de espacios permitirá una mejor comprensión y apreciación del patrimonio. 51

Ibid. Es decir, que coadyuven conocimientos sobre educación, sociología, política, economía, historia, cultura, bibliotecología, entre otros temas. 52

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Paralelamente, la divulgación sobre el patrimonio a través del acceso que proporcionan las TIC resulta ser una alternativa pertinente para asegurar la permanencia del mismo en la sociedad. Porque dicha difusión permitirá tanto una transmisión dinámica, como la valoración y la toma de conciencia sobre la significación de las manifestaciones culturales. Asimismo, es imperioso comprender que el análisis y las investigaciones en torno al patrimonio cultural no son propios de especialistas en el pasado, sino que en la sociedad del conocimiento es necesario que los especialistas de diversas áreas del conocimiento investiguen sobre éste, y así, se establezcan relaciones interdisciplinarias y se produzcan contenidos intrateóricos en torno a un mismo objeto de estudio. De esta manera se podrá asegurar la permanencia del patrimonio en la sociedad actual. Para finalizar, un factor que por antonomasia ha apoyado el desarrollo de las sociedades es la educación. Por tanto, que la educación sobre el patrimonio se plantee como un factor que apunta a la formación de ciudadanos informados, concientes de su patrimonio e interesados en su salvaguarda y su usufructo. OBRAS CONSULTADAS Abdelaziz, Abid. 1998. Memoria del Mundo: conservando nuestro patrimonio documental. México: Comisión Nacional de los Estados Unidos Mexicanos para la UNESCO: UNAM: UAEM. Almada, Margarita. 2000. Sociedad multicultural de información y educación: papel de los flujos electrónicos de información y su organización. En Revista Iberoamericana de Educación, 024: 103-133. Bonfil, Guillermo. 1993. Nuestro patrimonio cultural: un laberinto de significados. En El patrimonio cultural de México. Florescano, Enrique, comp. pp. 19-39. México: CNCA, FCE. Carrión, Carmen, coord. 2007. Educación para una sociedad del conocimiento. México: Trillas, UNESCO. Castells, Manuel. 2000. La era de la información: economía, sociedad y cultura / Carmen Martínez Gimeno, trad. vol. 1. México: Siglo XXI. ________. La dimensión cultural de Internet. Documento electrónico. http://www.ouc.edu/culturaxxi/esp/articles/castells0502/castells0502_imp.html. Checa, José. 1999. El libro antiguo. Madrid: Acento Editorial. D II I A 1. 1995. El patrimonio sitiado: el punto de vista de los trabajadores. México: INAH, Delegación II 1 A 1, sección X, SNTE. Escamilla, Gloria. 1995. Interpretación catalográfica de los libros. México: UNAM: Instituto de Investigaciones Bibliográficas. Fernandez, Rosa. 2006. El Programa Memoria del Mundo de la UNESCO y los acervos patrimoniales de las bibliotecas públicas. En El bibliotecario 6 (65):15-22. Florescano, Enrique. El patrimonio cultural y la política de la cultura. En El patrimonio cultural de México. Florescano, Enrique, comp. pp. 9-18. México: CNCA, FCE. García, Idalia. 2000. Legislar para preservar el patrimonio documental mexicano: un reto para el nuevo milenio. En Investigación Bibliotecológica, 14 (28):103-104. ________. Miradas aisladas, visiones conjuntas: defensa del patrimonio documental mexicano. México: UNAM, Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas. IFLA. IFLA/FAIFE: Free access to information and freedom of expression: statement on libraries and intellectual freedom. Documento electrónico. http://www.ifla.org/V/press/pr990326.htm Meneses, Felipe. 2005. La defensa del patrimonio bibliográfico-bibliotecario-documental ante las políticas neoliberales. En 2º Parlamento Alterno de Cultura y Educación. 9-11 de marzo de 2005. México: Instituto de Investigaciones Antropológicas-UNAM; Escuela

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