El patrimonio arquitectónico de Torrent

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Descripción

Torrent: Historia, Geografía y Arte

8

TORRENT

Historia, Geografía y Arte

3

TORRENT: HISTORIA, GEOGRAFÍA Y ARTE

Edición: Facultat de Geografia i Història Universitat de València

Colección: Història i Geografia Local Impresión: Guada Impresores

Depósito Legal: V-1006-2015

ISBN: 978-84-370-9736-7

Financia: Ajuntament de Torrent

Índice

HISTORIA DE TORRENT

17

Prehistoria Y Arqueología de Torrent (José Pérez Ballester, Coordinador. Universitat de València; Mª Jesús de Pedro Michó, Museu de Prehistòria de Torrent; Manuel Serrano Fajardo; Rafael Martínez Porral, Arqueólogo y Rosa Albiach Descals, Museu de Prehistòria de València)

19

Los primeros pobladores de Torrent (Mª Jesús de Pedro Michó, Museu de Prehistòria de Torrent)

19

Introducción

19

Sociedades cazadoras y recolectoras

19

Sociedades agrarias

21

Las primeras sociedades metalúrgicas

21

La Edad del Broce. La plena ocupación del territorio

22

Los primeros pobladores de Torrent

24

Bibliografía

31

La Época Ibérica de Torrent (José Pérez Ballester, Universitat de València)

33

Los antecedentes

33

El periodo Ibérico pleno

34

El territorio torrentino, entre Edeta y Kili

38

Bibliografía

42

Torrent en la Época Romana (Manuel Serrano Fajardo y Rafael Martínez Porral, Arqueólogo)

43

Evolución histórica

43

Organización y administración del territorio

44

La ocupación del territorio

49

El paisaje torrentino en Época Romana

52

Estructuras de producción en el mundo rural romano

56

Bibliografía

57

La Villa Romana de Torrent (Rosa Albiach Descals, Museu de Prehistòria de València)

59

Bibliografía

61

9

Historia Antigua de Torrent (Antonio Carlos Ledo Caballero, Universitat de València)

65

La época Iberromana

65

La Época Altoimperial (27 aC-235 dC)

71

La crisis del siglo III y la Época Bajoimperial (235-409 dC)

82

La Antigüedad Tárdia (409-711)

84

Bibliografía

89

Historia Medieval de Torrent (Manuel Ruzafa García, Coordinador. Universitat de València; Manuel Vicente Febrer Romaguera, Catedrático de Geografía e Historia en Bachillerato; José Royo Martínez, Ajuntament de Torrent. Cronista Oficial; Ferran Esquilache Martí, Universitat de València; Lourdes Roca Fernández, Arqueóloga; Vicent Royo Pérez, Universitat de València; Frederic Aparisi Romero, Universitat de València. Grup Harca; Ivan Martínez Araque, Licenciado en Historia; Noelia Rangel López, Universitat de València; Lourdes Roca Fernández, Arqueóloga y Rafael Martínez Porral, Arqueólogo)

93

Presentación de la Historia Medieval de Torrent (Manuel Ruzafa García, Universitat de València)

93

Conquista cristiana, expulsión de los Musulmanes y creación del Dominio Feudal Hospitalario (Manuel Vicente Febrer Romaguera, Catedrático de geografía e Historia en Bachillerato y Jose Royo Martínez, Ajuntament de Torrent. Cronista Oficial)

95

Introducción

95

Ocupación feudal y constitución de la encomienda hospitalaria

96

Constitución del dominio hospitalario y repoblación cristiana

96

Evolución del dominio hospitalario con posterioridad a la conquista

98

Crisis y conflictividad en el dominio hospitalario sobre Torren en el siglo XIV

100

Crisis económica y transformación de la renta feudal a finales del siglo XV

104

Poblamiento y paisaje agrario de Torrent en Época Andalusí (Ferran Esquilache Martí, Universitat de València y Lourdes Roca Fernández, Arquóloga)

109

El nuevo orden político (Vicent Royo Pérez, Universitat de València)

117

La comunidad rural (Frederic Aparisi Romero, Universitat de València. Grup Harca)

121

Las otras actividades en una comunidad rural: Torrent (s. XIV-XV) (Ivan Martínez Araque, Licenciado en Historia)

129

Las manufacturas rurales

129

Los profesionales de la alimentación

131

Las manufacturas domésticas

132

Una especialización en Torrent: la cal

133

Las complejas realidades del ámbito rural

136

Fuentes utilizadas

136

El municipio Bajomedieval (Vicent Royo Pérez, Universitat de València)

139

Los aspectos de la vida cotidiana en el Torrent Bajomedieval (Noelia Rangel López, Universitat de València)

145

Excavaciones arqueológicas en la Torre (Lourdes Roca Fernández y Rafael Martínez Porral, Arqueólogos)

153

Excavaciones arqueólogicas en el entorno de la Torre (1982-2005)

153

La intervención arqueológica en la Torre (2008-2009)

154

Bibliografía

157

Bibliografía

159

10

Historia Moderna de Torrent (Pablo Pérez García, Coordinador. Universitat de València; José Ramón Sanchis Alfonso, Ajuntament de Torrent. Arxiu Municipal; José Royo Martínez, Ajuntament de Torrent. Cronista Oficial; Teresa Romero Vilanova, Investigadora de la Universitat de València; Jordi Ros Bailén, Investigador de la Universitat de València y Santiago Aleixos Alapont, Doctor en Historia Moderna)

161

La población, la economía y la sociedad de Torrent en la Edad Moderna (s. XV-XVIII) (José Ramón Sanchis Alfonso, Ajuntament de Torrent. Arxiu Municipal)

161

La población

161

La economía

165

La sociedad

177

Bibliografía

184

El municipio de Torrent y el gobierno común del pueblo (José Royo Martínez, Ajuntament de Torrent. Cronista Oficial)

185

El municipio foral

185

El municipio borbónico: el gobierno municipal a partir de los decretos de nueva planta

191

El señorío. La Encomienda de Torrent (Teresa Romero Vilanova y Jordi Ros Bailén, Investigadores de la Universitat de València)

195

La Encomienda de Torrent: el régimen señorial

196

La limitación de los derechos señoriales en la Encomienda

197

Los Capreves de la Encomienda y la propiedad enfitéutica

199

La Encomienda y el Reino de Valencia. El comendador de Torrent ante las Cortes

200

Coyunturas críticas: las Germanías en la Encomienda de Torrent

201

Limitaciones jurisdiccionales: la intervención del justicia criminal de Valencia en Torrent y la represión de la criminalidad

202

La milicia efectiva del Reino de Valencia y la Encomienda de Torrent

204

Coyunturas críticas: la Guerra de Sucesión y la Encomienda de Torrent

205

Religiosidad y cultura en el Torrent de los siglos XVI-XVIII (Santiago Aleixos Alapont, Doctor en Historia Moderna)

207

La religiosidad como motor cultural

207

La administración de la Iglesia

207

Cambios en la liturgia

208

La puesta en práctica de Trento

209

Nueva religiosidad popular

210

Lo cotidiano y lo floclórico

210

Algunos personajes ilustres

211

Bibliografía

213

Historia Contemporánea de Torrent (Amparo Álvarez Rubio, Universitat de València; Carmen García Monerris, Universitat de València; Encarna García Monerris, Universitat de València; Josep Rafael Pérez Borredà, Geógrafo; Marta García Carrión, Universitat de València y Ferran Archilés Cardona, Universitat de València)

215

Los habitantes y la ciudad en el siglo XIX (Amparo Álvarez Rubio, Universitat de València)

215

El censo de Floridablanca (1787)

215

La consolidación del ciclo moderno: la disminución de la mortalidad catastrófica y la lucha contra las pandemias coléricas

218

El crecimiento urbano

221

11

Más allá de la propiedad: la redención de las cargas señoriales en Torrent (1847) (Carmen García Monerris, Universitat de València)

223

Torrent: la transformación paisajística de un municipio de secano de la Huerta de Valencia. Evolución de la propiedad agraria y de los cultivos (Josep Rafael Pérez Borredà, Geógrafo)

231

Un municipio de secano en la Huerta de Valencia

231

La propiedad agraria

233

Los cultivos

237

La indústria y el comercio (Amparo Álvarez Rubio, Universitat de València)

239

Entre el taller y la fábrica

239

Tendederos y mercaderes

244

Identidad y conflictividad social (Amparo Álvarez Rubio, Universitat de València)

245

El movimiento societario: las sociedades de socorros mutuos

247

El motín contra los consumos

249

El catolicismo social

250

La comunidad de labradores y el sindicato de policía rural

251

Evolución del movimiento sindical obrero (1868-1931)

252

Sindicalismo campesino

254

Entre el absolutismo y la revolución burguesa (Amparo Álvarez Rubio, Universitat de València)

257

Sexenio democrático y Restauración (Marta García Carrión y Ferran Archilés Cardona, Universitat de València)

265

1868-1874: revolución y orden

265

1874-1901: estabilidad política y sufragio universal

268

1902-1923: catolicismo social y política local

272

Bibliografía básica

277

La dictadura de Primo de Ribera (Amparo Álvarez Rubio, Universitat de València)

279

El directorio militar (septiembre de 1923-diciembre de 1925)

280

El directorio civil (3 de diciembre de 1925-28 de enero de 1929)

282

República y Guerra Civil (Amparo Álvarez Rubio, Universitat de València)

283

Las elecciones y la proclamación de la Segunda República

284

Bienio reformista (socialista-azañista) (1931-1933)

285

Bienio radical-cedista (1934-1936)

289

Frente Popula (1936-1939)

289

Parte de guerra del jueves 30 de marzo de 1939 del ejército de ocupación franquista

291

El Franquismo (Amparo Álvarez Rubio, Universitat de València)

295

La organización del poder político en el Ayuntamiento de Torrent durante el primer Franquismo

295

El Ayuntamiento de Torrent en la segunda etapa del Franquismo

298

Presupuestos municipales

302

Bibliografía

303

12

GEOGRAFÍA DE TORRENT

307

Contexto general de l’Horta de València (Matín Peña Ortiz, Universitat de València)

309

Medio físico y paisaje (Emilio Iranzo García y Sandra Mayordomo Maya, Universitat de València)

337

Fisiografía

338

Geología, litología y edafología

340

Geomorfología

341

Climatología

342

Hidrología

343

Biogeografía

345

Paisaje

353

La población de Torrent (Mª Jesús Miranda Montero, Universitat de València)

361

Las primeras décadas del siglo XX

362

La segunda mitad del siglo XX: el gran salto

362

La sociedad de Torrent: formación y asociacionismo (Miguel Ángel González Ferrairó, Universitat de València)

371

Conocimiento de la lengua valenciana

372

Asociacionismo

372

Geografía política

378

Geografía urbana (Mª Jesús Miranda Montero, Universitat de València)

381

Centro histórico y expansión urbana

382

El paisaje urbano

383

La segunda residéncia

385

Territorio, urbanismo y equipamientos (Inmaculada Devís Tamarit y Martín Peña Ortiz, Universitat de València)

387

Antecedentes del planeamiento

387

El plan general de ordenación urbana de Torrent

388

La vivienda de Torrent

392

Equipamientos públicos

393

Red viaria (Inmaculada Devís Tamarit, Universitat de València)

399

Red de carreteras

399

Líneas de transporte de autobús

400

Parque de vehículos

401

Red ferroviaria

402

Vías pecuarias

403

Las actividades económicas de Torrent: de la agricultura a los servicios (Martín Peña Ortiz, Universitat de València)

409

El sector agrario: del secano de interior a la integración en la citricultura de L’Horta

409

El sector ganadero: de la cabaña del interior a una actividad modesta y estabulada

426

La indústria y el subsector de la construcción: un modelo económico singular dentro del AMV

428

El comercio local y la red de servicios: la terciarización de la gran ciudad del AMV

442

13

Elementos del patrimonio hidráulico de Torrent (Estepa, Universitat de València)

453

Torrent 2010 (Encarna Monleón Tarazona, Ajuntament de Torrent)

467

Bibliografía

471

HISTORIA DEL ARTE DE TORRENT

475

El patrimonio arquitectónico (Adrià Besó Ros, Universitat de València y Presentación Mora Juan, Licenciada en Historia del Arte)

477

El centro histórico y la ciudad en la Edad Media y Moderna (Adrià Besó Ros, Universitat de València)

479

La ermita de San Luís Beltrán (Presentación Mora Juan, Licenciada en Historia del Arte)

486

La vivienda popular (Adrià Besó Ros, Universitat de València)

489

Las arquitecturas de renovación urbana (Adrià Besó Ros, Universitat de València)

493

Los ensanches y la ciudad contemporánea (Adrià Besó Ros, Universitat de València)

505

Las comunicaciones y el patrimonio de la obra pública (Adrià Besó Ros, Universitat de València)

505

Los espacios residenciales (Adrià Besó Ros, Universitat de València)

508

Las huertas y los regadíos de pie (Adrià Besó Ros, Universitat de València)

512

Las arquitecturas de los antiguos secanos (Adrià Besó Ros, Universitat de València)

514

Arte y patrimonio cultural de Torrent desde la contemporaneidad (Josep Montesinos i Martínez, Universitat de València)

519

Patrimonio e identidad

519

Arte contemporáneo

525

La fiesta, indumentaria, artesanía, folklore, gastronomía como señas de identidad

544

Espacios para la cultura

553

La difusión de la cultura. La sociedad del conocimiento

557

las activiadades deportivas

558

La comunicación

559

Cultura y medio ambiente

560

El movimiento cívico y la defensa del patrimonio

561

Un patrimonio para el futuro

561

Bibliografía

563

14

Torrent: Historia, Geografía y Arte

HISTORIA DEL ARTE DE TORRENT

El patrimonio arquitectónico Adrià Besó Ros Universitat de València

Los vestigios materiales del pasado constituyen para una comunidad el testimonio de su pasado y de su historia. En este capítulo presentamos aquellos bienes culturales representativos de cada uno de los ámbitos en relación con el proceso histórico, cultural o socioeconómico en el que fueron concebidos. Solamente se estudian aquellos que han llegado hasta nuestros días, situándolos en su contexto y en relación a otros elementos similares que fueron desapareciendo. En muchos casos la funcionalidad o el uso han sido las principales causas que han propiciado su mantenimiento o su destrucción. Pero desde que a finales del siglo XVIII surgió el concepto de patrimonio cultural, su valoración como tal aportó una nueva razón para conservar aquellos elementos que en cada momento se han considerado representativos. En las últimas décadas el patrimonio ha pasado de incluir solamente el monumento histórico-artístico, entendido como una obra única e irrepetible, para incorporar aquellas manifestaciones de la arquitectura popular, las obras públicas, la arquitectura industrial, la arquitectura contemporánea, el urbanismo o el paisaje, que son expresión de la cultura de la sociedad que las ha producido en cada momento histórico. De este modo, el conjunto de bienes que conforman el patrimonio construido es el resultado de una selección realizada a lo largo de la historia desde criterios funcionales o de uso, hasta que en la última etapa se ha considerado su valor cultural, gracias al cual se plantea la necesidad de conservar, restaurar o rehabilitar aquellos elementos que, a pesar de haber perdido la funcionalidad para la que fueron concebidos, reciben una nueva mirada de aprecio social como testimonio de una identidad colectiva. Por tanto la relación de bienes inmuebles que se estudia en este capítulo no se presenta solamente desde criterios tipológicos, sino también en relación a la evolución del espacio habitado a lo largo de las diferentes etapas históricas. Pensamos que este enfoque contribuye a entenderlos

dentro de su contexto y por tanto a apreciarlos en relación a sus valores culturales. El núcleo actual de la ciudad de Torrent tiene su origen en una alquería musulmana situada junto a la torre de defensa. Este ha ido creciendo progresivamente a lo largo de los siglos, acelerándose su desarrollo a partir de la segunda mitad del siglo XIX y sobre todo a partir de la década de los años sesenta del siglo XX, a causa de un extraordinario crecimiento demográfico. Su situación en el área de influencia de la ciudad de Valencia y de su huerta se ha manifestado a través de su historia en una dinámica económica relativamente próspera, que se ha reflejado en la capacidad para crear, y también transformar y destruir arquitecturas y espacios existentes. En este sentido el profesor Fernando Chueca Goitia define la ciudad como un archivo de la historia, ya que en ella se acumulan y conviven elementos aportados por cada una de las épocas, el conjunto de los cuales configura su personalidad actual y su identidad propia. En el primer apartado analizaremos los principales edificios que se levantan a lo largo de la Edad Media cristiana y la Edad Moderna. Se trata fundamentalmente de arquitectura religiosa, donde destaca el templo parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, construido hacia finales del siglo XVI en sustitución de otro anterior. La religiosidad de la sociedad del momento se materializó en el espacio habitado en una serie de santuarios o ermitas, en su gran mayoría ya desaparecidas. En este sentido destacan la ermita de San Luis Bertrán, fundada en el siglo XVII, cuyo estudio ha sido realizado por la historiadora Presentación Mora Juan, o la cruz de término de Pere Mora levantada en el siglo XVI. Por otro lado el convento franciscano de Monte-Sión fue incendiado y demolido durante la pasada guerra civil, y las ermitas de la Virgen del Rosario y de San Gregorio de Ostia fueron derribadas en 1868 y 1940 respectivamente.

477

Historia del Arte

En el segundo punto presentamos una clasificación y análisis de las principales tipologías arquitectónicas de carácter residencial en el núcleo histórico. Las sucesivas sustituciones del caserío, que se intensificaron a partir de la década de los sesenta del siglo XX, explican que se conserven escasos elementos y de forma descontextualizada en un ambiente donde priman las edificaciones construidas en las últimas décadas. Por ello a penas se conservan escasos ejemplos de la casa primitiva en las calles del núcleo medieval, o de la casa de tendero o de menestral, que se concentran sobre todo en la plaza Mayor, que desde finales del siglo XVI se convirtió en el centro neurálgico de la actividad comercial. La tipología más extendida y de la que más ejemplos se conservan con todas sus variantes es la casa de pueblo académica, que se difundió a partir del siglo XVIII. Muchos linajes nobiliarios que poseyeron importantes propiedades rústicas en Torrent, dispusieron de residencias, que destacan del resto del caserío tanto por el tamaño de sus parcelas como por el volumen de los edificios. De todas ellas se conserva la situada al principio de la calle Ramón y Cajal, ocupada actualmente por oficinas municipales. Queda ya en el recuerdo la tristemente desaparecida casa del Conde de Casal en la plaza Mayor, derribada en agosto 1992, y otras muchas que nombra Silvino Beneyto en su Memoria sobre la villa de Torrent. A finales del siglo XIX muchas ciudades reforman sus centros para adaptarlos a una nueva imagen de modernidad y progreso. En este contexto la plaza Mayor experimenta un importante proceso de sustitución edilicia, incorporando en sus fachadas los lenguajes arquitectónicos vigentes. Surgen nuevas topologías relacionadas con las formas de sociabilidad burguesa, como son los casinos, de los que todavía se conservan algunos ejemplos interesantes. La llegada del ferrocarril en 1893 hizo que se abriera la calle de Cervantes para conectar la estación con la plaza. Esta vía se convirtió durante las primeras décadas del siglo XX en una de las más concurridas, y allí se construyó el primer cine de la ciudad. También se llevaron a cabo operaciones de ornato público, entre las que destaca la instalación de la fuente de las Ranas en su emplazamiento original en la plaza del Maestro Giner. En el cuarto apartado analizamos los principales hitos arquitectónicos relacionados con la construcción de la ciudad del siglo XX hasta la actualidad. El desarrollo urbanístico del siglo XX se articulará en dirección suroeste en torno al eje definido por la avenida al Vedat, abierta en 1928. Completado su desarrollo al finalizar la centuria pasada, esta vía se ha convertido en la principal arteria de la ciudad contemporánea, por lo que a lo largo de su recorrido encontramos edificios

representativos, como los antiguos cines Montecarlo y Liceo, la sede de la antigua Caixa d’Estalvis de Torrent, que es la actual casa consistorial, o el edificio Metro. En el siglo XXI, completada ya la construcción de la avenida al Vedat, el desarrollo urbanístico se dirige hacia la autovía de Torrent, que inaugurada en 1993, se ha convertido en la nueva puerta de la ciudad. En su entorno se han construido nuevos equipamientos públicos como la ciudad del deporte, el auditorio, y las emblemáticas torres de viviendas Nueva Puerta de Torrent, que por su considerable altura marcan un hito visual en el sky line de la ciudad contemporánea. En sus inicios, la actividad industrial de Torrent se caracterizó por un predominio de las pequeñas industrias de tradición familiar, donde predominaba el chocolate y el calzado, por lo que estas se encontraban repartidas en domicilios particulares a lo largo del espacio urbano. Las pocas medianas y grandes empresas, como es habitual en la primera etapa de la industrialización, se situaron en la periferia urbana, sin construir edificios de relevancia arquitectónica, los cuales han ido desapareciendo a raíz de la reciente expansión urbana. En algunos casos sólo se ha mantenido en pie su chimeneas de de ladrillo, cuya presencia aislada recuerda la antigua presencia de una fabrica. El notable crecimiento demográfico que acompañó el proceso industrialización hizo necesaria en la década de los años cincuenta del siglo XX la construcción de promociones de vivienda obrera. Diversas instituciones promovieron barrios de viviendas, entre los que destacamos los de San Gregorio, la Asunción, o la Sagrada Familia, que se concentran alrededor del Camí Reial, y el de la Virgen de la Paloma, junto al Huerto de Trénor. Se trata de viviendas unifamiliares o de pocas plantas de altura, edificadas entre medianeras, que al construirse en serie confieren la unidad ambiental característica de estos espacios urbanos. La creación de redes de comunicación constituye una de las principales aportaciones del llamado patrimonio de la obra pública durante la segunda mitad del siglo XIX, que estudiamos en el quinto apartado. Una de sus primeras manifestaciones, que se materializa en el contexto de la ilustración, es la red de telegrafía óptica, de la cual se conserva una torre que formó parte de la línea Madrid-Valencia en el Vedat. La proximidad de la ciudad de Torrent en relación a la capital la convertiría en punto de paso obligado de algunas carreteras y líneas de ferrocarril. Aunque se han modernizado sus trazados, todavía permanecen en pie algunos hitos constructivos, como puentes o estaciones, que cabe entender y valorar en el contexto de la vía de comunicación para la que fueron creados.

478

Torrent: Historia, Geografía y Arte

Los trazados de carreteras y ferrocarriles posibilitaron un acercamiento mutuo entre la capital y las localidades periféricas. Desde una capital en constante crecimiento comienza a valorarse la huerta que la envuelve como lugar de descanso y esparcimiento. La imagen de la periferia urbana de Torrent y de otras localidades bien comunicadas comenzó a transformarse con la construcción por parte de las clases medias de chalets o casas unifamiliares entre medianeras que contaban con un pequeño jardín. Estas se situaron junto a la carretera de Mislata desde Alaquàs hasta la desaparecida Ermita de San Gregorio, o junto a las calles adyacentes a la estación de ferrocarril. Y en el monte Vedat se construyeron los primeros chalets que dieron origen a este importante espacio residencial, que con el paso del tiempo se ha integrado en el núcleo urbano de la ciudad. A pesar de que Torrent se sitúa en la comarca de l’Horta, su posición periférica explica que la mayor parte de sus tierras fueran de secano. Su huerta histórica, que se extiende al sureste de la localidad, así como otros regadíos marginales dispersos por el término, se alimentaron del caudal de las fuentes que brotaban en el barranco de l’Horteta. Por ello se construyeron sistemas hidráulicos para la captación y distribución de las aguas, entre los que destacan el azud del Pantano o dos acueductos conocidos como els Arquets de Baix y els Arquets de Dalt.. Estas redes quedaron fuera de uso a partir de los años sesenta del siglo XX, y sus elementos en estado de abandono. Conscientes del valor patrimonial de la llamada arquitectura del agua, recientemente han sido restaurados. Y en el último punto se estudian las tipologías de arquitecturas rurales dispersas. Muchos de estos edificios, como las casetas de secano o los corrales de ganado surgieron para satisfacer unas necesidades relacionadas con el cultivo de las tierras o la ganadería. Con la progresiva transformación del secano en tierras de regadío a lo largo del siglo XX, y de forma más intensa a partir de los años sesenta, fueron perdiendo su funcionalidad y por tanto en su gran mayoría han desaparecido o se mantienen en estado ruinoso. Lo mismo ocurre con las antiguas masías, concebidas como centro de grandes explotaciones agrícolas de secano, con sus establos, almazaras y bodegas. Algunas desparecieron en las últimas décadas del siglo XX (Gils, Barcos), aunque se conservan destacados ejemplos como la del Ráfol, de Don Pedro, o la del Juez.

EL CENTRO HISTÓRICO Y LA CIUDAD EN LA EDAD MEDIA Y MODERNA El casco urbano de Torrent, que tiene su origen en la alquería musulmana situada junto a la Torre, se asienta sobre el espacio existente entre el barranco de Torrent -que discurre muy encajado- y las aguas del sequiol de la Parà, que bajaba desde las faldas del Vedat y discurre integrado dentro del núcleo urbano por las actuales calles de Padre Méndez, San Cristóbal y Virgen del Olivar, para terminar laminando en la huerta, cuyo caudal era recogido por la Acequia del Ráfol. Este emplazamiento protegido de las aguas sería escogido para asentar la Torre y construir el conjunto de casas que conformaron la alquería. Durante los siglos xiv y xv el núcleo urbano estaría formado por el espacio existente entre las plazas Maestro Giner y Mayor, y las calles Virgen del Olivar, Santo Domingo y Hernán Cortés. La regularidad del trazado que conformaría el perímetro de la villa contrasta con la irregularidad de las calles situadas en su interior (Pecourt, 1987). Este espacio, caracterizado por la presencia de calles estrechas y tortuosas – algunas de las cuales han sido regularizadas a lo largo del siglo xx– presenta la dualidad de plazas propia de los núcleos medievales: la plaza mayor y la plaza de la iglesia, situadas muy próximas e interrelacionadas (Morris, 1992, 110). La primera –actual plaza de Colón- está presidida por el castillo o torre. Estaba dedicada a usos civiles, y en ella se documenta la casa Ayuntamiento, la carnicería y el horno viejo. En la plaza de la Iglesia estaría el templo parroquial, destruido durante la guerra de las germanías en 1521 y reconstruido bajo las trazas actuales a finales del siglo xvi (Besó, 1994, 272), al sur del cual se situaría el cementerio intramuros. Durante el siglo xvi la villa experimentó un notable crecimiento, situando sus límites dentro de la línea formada por las calles de Santo Tomás por el norte, Vora Séquia (Gómez Ferrer) y Padre Méndez por el oeste, y por las plazas de San Jaime y San Pascual y las calles de Santa Ana y de los Santos Patronos por el sur (Sanchis-Royo, 1982b, 24-25). En el siglo xviii el crecimiento se dirigiría a ambos lados del camino de la ermita de San Luis, que se corresponde con la actual calle Ramón y Cajal (Pecourt, 1987). Fuera del núcleo habitado, desde finales del siglo xvi tenemos noticias de la presencia de una ermita dedicada a Nuestra Señora de la Soledad, San Roque y San Antonio junto a la que en 1596 se edificó el convento de Monte-Sión donde se instaló una comunidad de franciscanos observantes (Royo, 1990). Este conjunto fue incendiado y demolido durante la guerra civil de 1936, por lo que tuvo que levantarse de

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Historia del Arte

de indudable valor, de entre cuyos bienes conviene destacar una talla gótica de la Virgen del Pópul, dos lienzos de Juan Ribalta (la Crucifixión y la Adoración de los pastores), y uno de Vicente Castelló (la Santa Cena), un retablo de almas de Miquel Joan Porta (Benito, 1987; Zuriaga, 1997), y una tabla renacentista que representa a la Virgen con el Niño, por lo que en 1996 fue reconocido como Colección Museográfica Permanente por orden de Conseller de Cultura, Educación y Ciencia, de acuerdo con lo dispuesto en la vigente legislación autonómica en materia de patrimonio cultural.

nueva planta una vez finalizada la contienda. En 1634 el Consejo General de Torrent acordó la construcción de una ermita dedicada a San Luis Bertrán en agradecimiento por haber bendecido las aguas de la fuente del Olmo, que desde entonces se llamaría fuente de San Luis, la cual nunca dejó de manar incluso en épocas de sequía (Besó, 1994, 124-125). Durante el siglo xviii se edificaron otras dos ermitas actualmente desaparecidas. Entre 1751 y 1760 se levantó en la plaza del Arrabal la ermita de Nuestra Señora del Rosario, que fue derribada durante la Revolución de 1868. En las faldas del Vedat, junto al camino de Montserrat, se construyó durante el segundo cuarto del siglo XVIII la ermita de San Gregorio de Ostia, que fue incendiada y derribada el año 1936 (Besó, 1994, 121-124). El templo parroquial de la Asunción de Nuestra Señora La parroquia de la Asunción de Nuestra Señora se fundó inmediatamente después de la conquista cristiana de la ciudad de Valencia de 1238. Los primeros documentos que nos hablan de su existencia, conservados en el archivo catedralicio, datan del año 1243, pero del primitivo templo donde se reunía la comunidad parroquial no disponemos de ninguna información hasta el año 1521 cuando fue incendiado durante la guerra de las Germanías (Besó, 1994, 272).

Iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora. Fotografía: A. Besó, 2010

Iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora. Planta. Plano de Manuel Ros

Con posterioridad comenzó la construcción del actual edificio, cuya estructura se concluyó hacia finales del siglo xvi. Se trata de un templo de nave única cubierto por cinco tramos de bóveda de crucería y capillas laterales entre contrafuertes. Durante el siglo xvii el interior del templo experimentó una intensa barroquización con la finalidad de adaptarlo a los ideales estéticos planteados por el Concilio de Trento, tras la cual adquiere la imagen con que, sin cambios substanciales, ha llegado hasta nuestros días. Por ello dentro estas dos fases podemos enmarcar los diferentes elementos artísticos inmuebles. Además este templo ha conservado un patrimonio mueble

Juan Ribalta. Crucifixión

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Torrent: Historia, Geografía y Arte

El siglo xvi y la presencia del renacimiento. La construcción del templo parroquial Las relaciones existentes a finales de la Edad Media entre la Corona de Aragón y sus territorios de Nápoles y Sicilia explican la entrada temprana del Renacimiento en tierras valencianas. En la fábrica del nuevo templo, que sustituyó al anterior arruinado durante la guerra de las Germanías, la puerta de la Huerta y la torre campanario asimilan algunas novedades de la arquitectura renacentista. La puerta de la Huerta, que fue el único acceso con que contó el templo hasta que en 1697 se construyó la portada barroca de la Asunción, se abre sobre la tercera capilla por el lado del Evangelio. Refleja la progresiva asimilación del lenguaje renacentista por parte de los maestros de obras locales, que tomarán elementos de algunos edificios levantados en la ciudad de Valencia bajo las trazas del nuevo estilo.

Maré de Deu del Pòpul. Foto: Eugenio Simó.

Iglesia parroquial de la Asunción. Puerta de la Huerta. Fotografía: A. Besó, 2010

Puerta de la Huerta. Dibujo de A. Besó

Miguel Joan Porta. Retablo de almas. Fotografía: A. Besó, 2010

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En el cuerpo inferior se recurre a pilastras de fuste liso, cuyas bases pueden haber quedado ocultas bajo el actual pavimento, que se rematan con capiteles jónicos decorados con vasos estriados con junquillos, cuyo modelo, difundido por una lámina del tratado Las Medidas del Romano de Diego de Sagredo, publicado en 1549, se plasma en los capiteles dóricos del Hospital y del claustro nuevo del Convento del Carmen de Valencia. El mismo modelo de vaso estriado con junquillos, pero traspuesto al orden jónico, aparece en la traducción al castellano del tratado de arquitectura de Serlio (Libro iv, p. xliii), publicado en Toledo el año 1552, que sirve de modelo a la portada de Torrent (Bérchez, 1995, 101; García Hinarejos, 1984, 193-194). Aunque en estos momentos el vano de acceso presenta una embocadura rectangular como consecuencia de una antigua reforma, probablemente realizada al siglo xix, el diseño original, que podemos reconstruir por la huella dejada por la arquivolta que fue recortada, presentaba un arco de medio punto. La distancia entre la arquivolta y la cornisa superior se une con un modillón de rollo sobre la clave del arco. La portada se remata con una hornacina avenerada que contendría una imagen de la titular del templo. Se articula mediante dos pilastras de fuste liso seccionado en el segundo tercio, con capiteles toscanos con collarino, que sustentan una cornisa sobre la que aparece la máscara de un ángel rodeada por una decoración a base de grutescos. Del segundo tercio del fuste arrancan unos roleos que descansan sobre el eje de las pilastras del cuerpo inferior. El vano de acceso se cegó a raíz de la reforma de 1939. Recientemente ha sido restaurada. La torre campanario se levanta sobre la primera capilla del lado de la Epístola. Aunque desconocemos la fecha exacta en que se inició su construcción, según las referencias de los libros de cuentas de la parroquia que aporta Beneyto (1996, 43), de 1583 a 1585 se contabilizan varios pagos al obrero Jordi Andreu por las obras del campanario. Otra cita documental nos indica que el año 1590 se encontraban ya bastante avanzadas, ya que en la visita pastoral que el arzobispo Juan de Ribera realizó a la parroquia ordenaba que se diera celeridad a las obras (Besó, 1994, 277). Según Sanchis Sivera (1922, 406), estas continuaban en 1593. La torre consta de cinco cuerpos separados por molduras. El primero, con forma de pirámide truncada, es de sillarejo -aunque en la reciente restauración se ha recubierto con un aplacado de piedra- y tiene los dos ángulos exentos reforzados con sillares. El resto de la construcción es de aparejo flamenco de ladrillo.

El último cuerpo donde se sitúan las campanas reproduce en ladrillo aplantillado y cortado los elementos canónicos de la arquitectura renacentista. Sobre un podio se levantan por cada lado tres pilastras de fuste liso con capiteles toscanos, que flanquean dos vanos rematados por arcos de medio punto orlados con arquivoltas, cuya clave alcanza la línea del arquitrabe por medio de una ménsula. El entablamento se divide en tres bandas: el arquitrabe, el friso con triglifos y metopas y una prominente cornisa que sirve al mismo tiempo como alero para el desagüe de la terraza.

Iglesia parroquial de la Asunción. Torre campanario. Fotografía: A. Besó, 2007

Iglesia parroquial de la Asunción. Torre campanario. Detalle del cuerpo de campanas.Fotografía: A. Besó, 2010

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Este último cuerpo, tanto en su composición como en la técnica empleada, guarda una clara conexión con la galería superior de la fachada del Colegio de Corpus Christi de Valencia, que se estaba construyendo por aquellos años. Sería lógico pensar que esta relación pudo estar motivada por el interés mostrado por el patriarca Ribera en la conclusión de las obras. Hacia finales del siglo xvi la materialización de los órdenes clásicos en piedra empieza a trasladarse en tierras valencianas a las técnicas del ladrillo aplantillado y cortado como consecuencia de las nuevas necesidades surgidas con la Contrarreforma de construir de forma rápida y económica. Las cuatro bolas de piedra que rematan los ángulos de la torre nos remiten a una influencia escurialense recogida en algunos elementos de edificios que se habían construido en el ámbito valenciano. La sala de campanas se cubre con una bóveda rebajada apoyada sobre trompas. El remate de teja vidriada se edificaría con posterioridad para adaptarse a lo prescrito por las Advertencias... del arzobispo Aliaga publicadas en 1631. Salvo dos campanas fundidas en 1776 y 1935, el resto son de fecha posterior a 1939 (Moya, 1996). La cubierta de la nave y las capillas laterales se resuelve con bóvedas de crucería. Aunque a lo largo del siglo xvi se continúa empleando, esta ha incorporado notables avances técnicos que la distinguen claramente de las cubiertas utilizadas en las fábricas góticas (Bérchez, 1995). La evolución se produce con el paso del rampante recto al rampante curvo. Aunque las bóvedas de la parroquia de Torrent no constituyan ejemplos paradigmáticos dentro del panorama artístico valenciano, si se puede apreciar una proximidad al rampante curvo, sobre todo en las cubiertas de las capillas laterales, que han sufrido menos intervenciones en el transcurso del tiempo.

Iglesia parroquial de la Asunción. Bóveda de la capilla de la Virgen de los Dolores. Fotografía: A. Besó, 2010

El siglo xvii. Un nuevo escenario para la representación de la sagrada liturgia El gusto por la teatralidad que caracterizó la cultura del barroco motivó que los interiores de las iglesias ya construidas en estilo gótico o renacentista se revistieran con retablos y decoraciones en yeso con la finalidad de convertirlas en auténticos escenarios que servían de marco para la representación del misterio eucarístico, estableciéndose de esta forma una perfecta relación con la magnificencia de los ornamentos y utensilios empleados en la sagrada liturgia. En este proceso de reformas iniciado hacia el último tercio del siglo xvii y concluido en 1712 con la construcción de la capilla de la Comunión, interviene el arquitecto Juan Pérez Castiel, que por aquellos momentos se encontraba trabajando en la remodelación del presbiterio de la catedral de Valencia.

Iglesia parroquial de la Asunción. Bóvedas de la nave. Fotografía: A. Besó, 2010

Iglesia parroquial de la Asunción. Retablo mayor. Fotografía: J. Martínez Aloy, 1906?

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La decoración del interior del templo se basa diferentes elementos decorativos moldeados con yeso, material que permite alcanzar unos notables efectos de riqueza con una gran economía de medios. En estos trabajos posiblemente participara también el arquitecto Juan Pérez Castiel, a quien se le atribuye la autoria de la capilla de la Comunión y de la puerta de la Asunción (García Hinarejos, 1984; Mora, 1984). Todo este conjunto decorativo se perdió a raíz del incendio de 1936 y fue reconstruido durante la postguerra imitando su aspecto original. La puerta de la Asunción se abre sobre la fachada recayente en la plaza de la Iglesia en la tercera capilla del lado de la Epístola. Se construye a finales del siglo xvii dentro del programa de reformas llevado a cabo en esos momentos con la finalidad de mejorar el acceso que ofrecía la puerta de la huerta, que se abría de espaldas al casco urbano. Es obra del arquitecto Juan Pérez Castiel, quien recurre a la misma sintaxis con que se plantean los las portadas de la parroquia de Santa Catalina de Alzira y de San Andrés de Valencia (García Hinarejos, 1984, 196; Bérchez, 1993, 42-43), todas ellas articuladas en dos pisos mediante una serie de columnas salomónicas como las que se pueden contemplar también en el retablo mayor de la parroquia. De esta manera se crea un tipo de fachada retablo muy difundido durante el barroco.

La capilla de la comunión como tipo arquitectónico se enmarca dentro del ideal del Concilio de Trento, que defendía la presencia real de Cristo en el sacramento de la Eucaristía, en contraposición a los planteamientos protestantes. En este ambiente surgieron nuevas edificaciones dedicadas a exaltar este sacramento, como el Colegio de Corpus Christi de Valencia, fundado por el Arzobispo Juan de Ribera, y las capillas de la comunión y los trasagrarios construidas en todos los templos parroquiales de la diócesis. La capilla de la Comunión de la parroquia de la Asunción de Torrent quedó concluida el año 1712 (Miquel, 1990, 87).

Iglesia parroquial de la Asunción. Capilla de la Comunión. Fotografía: A. Besó, 2013

Iglesia parroquial de la Asunción. Puerta de la Asunción. Fotografía: A. Besó, 2013

Su estructura se articula en base a columnas salomónicas asentadas sobre un podio y precedidas por sus respectivas retropilastras. Los capiteles compuestos, con un ábaco exagerado, sostienen un dado con unos modillones que apoyan la cornisa superior. La clave se resalta con una tarja que contiene inscrita la fecha de 1697 cuando finalizaron las obras. La misma sintaxis se repite en el cuerpo superior, aunque la cornisa adopta una morfología curvada que se interrumpe en el centro con una cartela con simbología mariana. Unos roleos con motivos vegetales flanquean la hornacina que contiene la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, tallada con piedra blanca resalta sobre el fondo azul.

Presenta planta de cruz con los brazos cubiertos con bóveda de medio cañón y cúpula sobre pechinas en el crucero. El alzado se estructura mediante pilastras salomónicas que sostienen un entablamento sobre el que se sustentan las bóvedas. Esta sintaxis se relaciona con la de la capilla de la comunión de la parroquia de Biar, por lo que sus trazas se atribuyen a Juan Pérez Castiel (García Hinarejos, 1984, 197). La decoración interior presenta un rico programa iconográfico basado en la Eucaristía. Entre las pilastras del crucero se disponen las figuras de los cuatro doctores de la iglesia: San Agustino, San Jerónimo, San Ambrosio y San Gregorio. También las pechinas de la cúpula

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contienen símbolos alegóricos a la Eucaristía, como el trigo, los racimos de uva, el pelícano y el Ave Fénix. El retablo de la capilla, de madera dorada, se atribuye a Andrés Robles (Mora Juan, 1984, 232; Guerola, 2003). Se concluyó en diciembre de 1728 y presenta una arquitectura barroca de corte más clasicista. También encontramos un retablo de almas de finales del siglo xvi atribuido al pintor valenciano preribaltesco Miquel Joan Porta (Benito, 1987, 48-49, Zuriaga, 1997). El trasagrario se halla adosado sobre el testero del templo y en la actualidad está habilitado como museo parroquial. Se trata de una construcción de planta octogonal cubierta con cúpula gallonada con linterna. De la rica y profusa decoración en yeso que presentaba, sólo se conservan algunos fragmentos en la linterna, ya que el resto desapareció a causa del incendio de la guerra civil y de la restauración sufrida durante la postguerra.

(Sanchis-Royo, 1982b, 48-49) figura un tal Pere Mora, que coincide cronológicamente en el momento cuando se construye la cruz.

La cruz de Pere Mora Se trata de una cruz de término que se alza sobre una base de tres gradas, siendo una de las pocas cruces que se asientan sobre basamento triangular. Este sirve de apoyo a una columna de fuste con grutescos y capitel de orden compuesto. Junto a las hojas de acanto destacan imágenes de santos que se elevan más sobre las volutas. En los extremos de los brazos de la cruz aparecen los símbolos de los evangelistas enmarcados por círculos. En un lado presenta a Cristo crucificado y al otro a la Virgen. Respecto a su datación Carreres Zacarés (1929) afirma que “por su barroquismo de buen gusto puede juzgarse que es obra de mediados del siglo xviii o más moderna aún”. Por otro lado Beneyto (1996, 113-114) retrasa la fecha a finales del siglo xvi, cronología que estimamos más apropiada considerando la morfología de la columna con un anillo en el fuste o grutesco, más propia de la estética renacentista. Como cruz de término estuvo situada en la entrada a la población por el camino de Picanya, y en 1939 fue restaurada de los daños sufridos durante la guerra civil y reconstruida en emplazamiento actual presidiendo la plaza de la Iglesia. Beneyto (1996, 113) ya contemplaba esta posibilidad a principios del siglo xx cuando afirma que “esta bonita cruz existe emplazada en el camino antiguo de Valencia, sitio distante de la villa, que a nuestro parecer no sólo debiera colocarse en la plaza de la iglesia o en otro punto más frecuentado con objeto de poder ser visitada, sino también con arreglo a la época construir un templete para resguardarla de la inclemencia del tiempo”. Por lo que respecta a su denominación, de Pere Mora, ningún autor ha explicado su origen. En la documentación municipal de finales del siglo xvi

Cruz de Pere Mora. Fotografía: A: Besó, 2013

Cruz de Pere Mora. Detalle del anverso. Fotografía: A. Besó, 2013

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de esta escena está Santa Bárbara. Estas tablas formaban parte de la predela, que según Beneyto y Tasso, constaba de siete lienzos, junto con otras de San Pedro, San Pablo, y el Jubileo de la Porciúncula, con una imagen de San Luis en el nicho. La ermita de San Luis Bertrán ha sido y es escenario de festividades destacadas de la ciudad. Las fiestas en honor a San Luis Bertrán, hoy desaparecidas, fueron muy importantes desde el siglo XVII hasta mitad del siglo XIX, decayendo hasta prácticamente su desaparición a principios del siglo XX. Isidro Miquel Casanova, Silvino Beneyto y Tasso y el maestro Victoriano Andrés dieron testimonio de estas fiestas. Su parte religiosa consistía en la celebración de novenas, el traslado de la imagen del santo desde la ermita hasta la iglesia de la Asunción y procesión con música que finalizaba con fuegos artificiales. La fiesta popular tenía actos muy variados: corridas de caballos, de “joies”, gallos de cuerda, cucañas, piquetas, cantadas de ciegos, “albades” y algunos años toros. La fiesta iba a cargo del Ayuntamiento, y era costumbre que los miembros de la Corporación municipal que cesaba ese año fueran los festeros de san Luis. Éstos interpretaban en la plaza Mayor el baile de la “cháquera”, seguido de “dances y folies”. Carles Pitarch ha estudiado este baile, que era muy solemne y ceremonioso, de paso pausado, con saludos de cortesía. El ritmo iba marcado por el tabal y la dulzaina, y finalizaba con un fandango. A partir de 1843, cuando los ayuntamientos dejaron de renovarse anualmente, seguramente se fue dejando de bailar, al igual que la propia fiesta en honor a San Luis, que progresivamente perdió esplendor conforme la economía agrícola perdía importancia en el municipio. Aunque la devoción a San Blas se remonta en Torrent al siglo XVII, a lo largo del siglo pasado ha tomado las características de fiesta local. En su aspecto religioso, la fiesta conmemora el milagro de San Blas, representado en los niños clavarios. Los “gaiatos” de pan, recuerdo del báculo obispal del santo, son bendecidos en el recinto parroquial, donde los devotos se ungen el cuello con aceite bendecido, para prevenir los males de garganta. La fiesta destaca también por su gastronomía: además del “porrat”, ya casi desaparecido, “gaiatos” y “san blaiets”, el plato típico del día es el arroz “rossejat”. “L’entrada de la flor” es otra de las festividades que se celebra en el entorno de la ermita de San Luis. En esta fiesta se ofrece la primera flor de los campos a la Virgen el primer día del mes de febrero. Los miembros de la Cofradía de la Virgen del Rosario salen ese día

en busca de la mejor rama florida de almendro. Por la noche, desde la parroquia de San Luis, los clavarios llevan esta rama en procesión hasta la parroquia de la Asunción, con acompañamiento de música. Los clavarios, con tenazas de madera, sujetan cohetes que van disparando durante todo el trayecto. A la puerta de la iglesia, el párroco corta una ramita, que ofrece a la Virgen del Rosario en su altar. Finalizado este acto, la fiesta continúa por los alrededores, con cohetes, “fins que ja no en queden”. LA VIVIENDA POPULAR por: Adrià Besó Ros Universitat de València En el centro histórico todavía se conservan algunos edificios que responden al tipo de casa primitiva. En la plaza mayor podemos encontrar valiosos ejemplos de casa de tendero o menestral, relacionados con la intensa actividad comercial que ha tenido este espacio urbano. Pero la tipología de vivienda que ha predominado en Torrent hasta la renovación edilicia sufrida desde los años sesenta del siglo xx es la casa de pueblo académica a dos manos con sus diversas variantes, cuya área de dispersión comprende las poblaciones situadas en las comarcas costeras del golfo de Valencia. La casa de pueblo primitiva Son viviendas que suelen ocupar parcelas de planta bastante irregular y a menudo de dimensión reducida. Corresponden a edificios muy antiguos, algunos anteriores, incluso en su implantación, al siglo xviii, con composición de la fachada irregular, con vanos normalmente pequeños y donde no encontramos balcones. Caso contrario estos se han abierto con posterioridad (García Martínez, 2003). Se sitúan en

Casa de pueblo primitiva. C/ Sant Antoni. Fotografía: A. Besó, 2006

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el centro histórico de Torrent y los escasos edificios conservados se concentran en el entorno a la plaza Mayor. La casa de tendero o menestral Son casas de dos o más plantas, donde la planta baja alberga una tienda o un pequeño taller. Suele ser una casa unifamiliar, con la vivienda en las plantas altas y el espacio de trabajo en situado en el bajo. Aunque en ocasiones dispone de patio, este solamente cumple las funciones de ventilación e iluminación de las piezas interiores. En la fachada no existe la típica puerta central amplía de las casas de pueblo. Normalmente tenían una o varías puertas de hojas, dependiendo de la anchura de la fachada, que se abrían plegadas hacia fuera. A la vivienda se accedía desde el interior de la tienda mediante una escalera adosada sobre una de las medianeras. La composición de la fachada en las plantas altas por lo que respecta a la disposición de los vanos se asemeja más a la casa de pueblo (García Martínez, 2003).

Casa de pueblo de patio entero. C/ Sant Cristòfor. Fotografía: A. Besó, 2006

planta baja. Con el paso de los años este espacio se incorporó al interior de la vivienda al cerrarse con unas puertas de vidrio que lo aislaban del corral. La fachada presenta una disposición simétrica de los vanos, donde el eje central queda resaltado con la presencia de la puerta de acceso en planta baja, sobre la que recae un balcón en el piso. Sobre los dos ejes laterales se disponen sendas ventanas en cada una de las plantas. Los lienzos murales están enlucidos con mortero y blanqueados con cal. A menudo se resaltan las jambas de los huecos y el zócalo que se pintan con otros colores. Sobre las jambas de la puerta se situaban los guardaportes, que eran unos bancos de piedra concebidos para proteger las puertas de madera del paso del carro. La fachada se remataba con el alero, sobre el que se disponía un canalón de cinc. En algunas casas bastante antiguas se abren bajo el alero algunos pequeños vanos, dispuestos con mayor o menor relación con la composición de la fachada descrita, cuya presencia se relaciona con la cría del gusano de seda, actividad doméstica que fue bastante habitual hasta las últimas décadas del siglo xix dentro la andana. La vivienda se sitúa en la planta baja del cuerpo principal, que está atravesado por un pasillo central que comunica la calle con el corral y que servía de paso para el carro. Alrededor de este eje se distribuyen los diferentes ámbitos: sobre la primera crujía se disponen dos dormitorios, mientras que en la segunda encontramos el comedor a un lado y al otro un dormitorio y la escalera para acceder a la cambra o andana. En las crujías situadas alrededor del corral se sitúan la cuineta –junto al comedor– y aquellas instalaciones relacionadas con las actividades agrarias: el establo, la bodega o la almazara, etc. La planta superior reproduce el mismo esquema, aunque en cuerpo principal en muro de carga central se sustituye por una estructura adintelada que conforma

Casa de tendero. Plaça Major. Fotografía: A. Besó, 2013

La casa de pueblo académica y sus variantes La tipología de casa de pueblo predominante en l’Horta Sud fue la establecida por los maestros de obras en el siglo xviii. El tipo básico es la casa de patio entero, del que parten algunas variantes, como la casa de medio patio, la casa con escalera o la casa de jornalero. La casa de patio entero Está formada por un cuerpo principal de dos crujías de dos plantas paralelas a la fachada con cubierta de teja árabe a dos vertientes. En perpendicular se adosa sobre uno o dos costados y al fondo del solar –dependiendo de la anchura de la parcela– un cuerpo de una crujía de dos plantas con cubierta de teja árabe que vierte las aguas al interior del corral. A principios del siglo xx sobre la segunda crujía se añadió la salida, formada en principio por una terraza practicable adosada al cuerpo principal que cubría únicamente la

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la cambra, espacio destinado a guardar las cosechas y en algunos casos a la cría del gusano de seda. Sobre el establo se sitúa el pajar o pallissa, mientras que las otras crujías en la planta superior se destinan también para guardar herramientas y cosechas. Esta tipología se adaptaba fácilmente para albergar otras actividades productivas de carácter familiar, ya que las crujías laterales recayentes al corral sustituían su uso agrícola por los obradores para elaborar el chocolate, u otros trabajos artesanales, como la fabricación de calzado o de toneles.

la cambra o andana como espacio agrario, que es ocupado por otra vivienda, por lo que se construye la escalera con acceso independiente desde la fachada. El Museu Comarcal de l’Horta Sud constituye un ejemplo representativo de casa de patio entero perteneciente a una familia de agricultores acomodados. El edificio es el resultado de una intervención realizada en 1903 con la que se recrece el cuerpo principal para adaptar la altura de los techos a los postulados de las corrientes higienistas, quedando intactas las crujías laterales dedicadas a usos agrícolas. Entre ellas se sitúa la cubierta de la salida, cuyo ámbito se integra a partir de este momento dentro del espacio doméstico al ser cerrado con unas puertas cristaleras. Su interior se encuentra perfectamente conservado en su estado original, mostrando todas las dependencias de la casa de labradores, como las habitaciones, comedor, cuineta, establo, salida, cuarto del aceite y almazara en planta baja, mientras que en la planta alta pueden visitarse las cambras y el pajar o pallissa.

Casa de pueblo de patio entero. Entrada y comedor. Museu Comarcal de l’Horta Sud. Foto: A. Besó, 2009

Tal y como hemos podido observar, el tipo primitivo de casa de pueblo se basa en una esmerada composición de los elementos de la fachada y en la sencillez ornamental. En el caso de hacerse alguna concesión decorativa, esta se centra en el alero de la cubierta, que puede moldurarse o jugar con la disposición de los ladrillos formando dentículos de diferentes formas, en la rejería de los balcones de hierro forjado o en el recercado de los huecos con molduras completamente lisas por la influencia de la arquitectura ilustrada. Hacia finales del siglo xix, gracias al influjo de los nuevos lenguajes presentes en arquitecturas del ensanche de Valencia, se introdujeron numerosos elementos decorativos con la finalidad de renovar y otorgar un aire de modernidad a las casas de pueblo, sin aportar ningún cambio en sus estructuras. De esta manera se enmarcan las embocaduras de los vanos con molduras, se introducen elementos cerámicos, barandillas y rejas de fundición, y las ventanas de la planta baja se alargan verticalmente para interrelacionar el espacio urbano con el interior de la vivienda. Una de las principales novedades introducidas es la desaparición del alero con la construcción de antepechos que rematan las fachadas con la intención de ocultar la cubierta de teja y otorgar a las viviendas un aire más urbano. Con esta finalidad hacia la década de los años cuarenta del siglo xx se introduce también el balcón corrido, o el mirador. Esta novedad guarda relación con la desaparición de

Tipología de casa de pueblo burgesa. Museu Comarcal de l’Horta Sud. Fotografía: Eugenio Simó, 2000

La fachada principal presenta la composición característica de casa a dos manos con tres vanos por planta con una imagen claramente urbana o burguesa, propia de las viviendas de las familias terratenientes acomodadas, que se refleja en la presencia de los balcones, en el antepecho que esconde la cubierta o en la introducción de elementos propios de los lenguajes

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La casa de medio patio Constituye una variante tipológica de la casa de patio entero. Su planta es más estrecha, por lo que la puerta de entrada y el pasillo central se trasladan a un lado. De esta forma la vivienda únicamente dispone del comedor y un dormitorio en planta baja. La escalera de acceso al piso superior se sitúa en frente del comedor. Normalmente solían construir algún dormitorio aprovechando el espacio de la cambra. También el corral se cierra lateralmente por una crujía perpendicular al cuerpo principal, situada sobre el lado del comedor.

arquitectónicos entonces vigentes. Las jambas de la puerta son de sillería con los característicos guarda-portes. El resto de embocaduras de los vanos se decoran con una moldura, y sobre el dintel se disponen ornamentos florales de inspiración modernista. Las puertas de los balcones de la planta alta conservan los cubrepersianas de fundición, con sus persianas de lámina ancha. Una cornisa moldurada marca la divisoria entre las dos plantas e integra en su recorrido las repisas de los balcones, que se apoyan sobre ménsulas. El alero es moldurado, y sobre él se construye un antepecho macizo que oculta la cubierta. El zócalo es de ladrillo visto. Los lienzos murales están enlucidos con mortero con incisiones que imitan un falso almohadillado.

Casa de pueblo de medio patio con escalera. Plaça Major. Fotografía: A. Besó, 2006 Museu Comarcal de l’Horta Sud. Patio. Fotografía: A. Besó, 2010

Por lo que respecta a la fachada podemos decir que mantiene las mismas características y evolución que hemos comentado para la casa de patio entero, aunque aquí la composición se basa en dos ejes sobre los que se alinean los dos huecos por planta que presenta el tipo. La casa con escalera Desde principios del siglo xx, como consecuencia de la diversificación profesional, en bastantes casos la andana situada en el cuerpo principal se convierte en vivienda independiente ocupada por algún hijo o familiar, por lo que se construye la escalera recayente a la calle, adosada junto a una de las medianeras de la casa. Por lo tanto, esta tipología constituye una variante evolutiva de los tipos de casa de patio entero

Museu Comarcal de l’Horta Sud. Almazara. Fotografía: A. Besó, 2009

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y de medio patio, donde la principal modificación viene introducida por el cambio de uso en la andana del cuerpo principal que es ocupada por una nueva vivienda, por lo que sobre la fachada se abre la puerta de acceso a la escalera, que no llega a integrarse dentro del esquema compositivo previamente establecido (García Martínez, 2003). La casa de jornalero Responde a la tipología de casa de dos crujías paralelas a fachada y patio interior rodeado por uno o varios lados por cuerpos de una crujía. El cuerpo de la vivienda presenta la misma distribución que la casa de pueblo a dos manos, aunque carece de la planta superior, ya que los jornaleros, como no disponían de tierras propias, no tenían cosechas para guardar. Sus fachadas se caracterizan por su sencillez compositiva y permanecen totalmente ajenas a las modas de los nuevos estilos arquitectónicos introducidos a principios del siglo xx, considerando el escaso poder adquisitivo de sus propietarios.

abren tres balcones con su antepecho sostenido por tornapuntas, sobre los cuales se vuelven a abrir tres ventanas en el segundo piso, entre las que se intercalan otras más pequeñas. El primer piso albergaría en su origen la vivienda noble, uso que se relaciona con la presencia de balcones sobre la fachada o con la mayor altura de sus techos, mientras que la planta superior estaría dedicada a la cría del gusano de seda como lo atestiguan su mayor número de huecos.

Antiguas casas señoriales Beneyto (1996, 118-120) nos da noticia en su manuscrito de la presencia de antiguas casas de linajes nobiliarios en Torrent. Por su emplazamiento periférico en el momento de su construcción podríamos pensar que algunas de ellas estarían acompañadas de un huerto o jardín en su parte posterior. Posiblemente este sea el origen de la casa situada en la calle Ramón y Cajal, que actualmente está ocupada por oficinas municipales. Edificio de la calle Ramón y Cajal Se trata de un edificio construido entre medianeras formado por un cuerpo de tres crujías de tres plantas perpendiculares a fachada con cubierta de dos faldones. En una de las crujías laterales se adosa la caja de escaleras, que se prolonga en dos plantas sobre la altura de la cubierta adoptando forma de torre miramar. La presencia de este elemento está relacionada con el carácter residencial y de esparcimiento que tuvo en su origen esta casa. Responde a una tipología cronológicamente anterior a la casa académica, de allí su interés. En este caso la crujía central sirve de eje transversal que interrelaciona el patio interior con la calle y a su vez con todas las dependencias de la casa. La fachada, con los lienzos de ladrillo aparejado, presenta una disposición simétrica de las oberturas que se adintelan con arcos planos de ladrillo. El eje central queda remarcado por la puerta de entrada, a cuyos lados se abren sendos ventanales que llegan hasta el suelo y se cierran con rejas de forja. Coincidiendo con estos huecos en el primer piso se

Antigua casa señorial. C/ Ramón y Cajal. Fotografía: A. Besó, 2013

LAS ARQUITECTURAS DE LA RENOVACIÓN URBANA por: Adrià Besó Ros Universitat de València Hacia las décadas centrales del siglo xix se produjeron una serie de cambios en las capitales y poblaciones situadas bajo su ámbito de influencia, muchos de los cuales transformarían las condiciones de vida al alterar las relaciones espacio-temporales y al repercutir en el funcionamiento y en el aspecto de la ciudad. Algunas inciden en las relaciones territoriales, como la construcción de carreteras, puentes, etc. y la introducción de los nuevos medios de transporte, como el ferrocarril o el tranvía. Otras son propiamente urbanas, como las mejoras en el abastecimiento del agua potable, el saneamiento, el alumbrado y otras infraestructuras públicas, cuya incidencia en la ciudad se ve complementada con una mejora de la imagen urbana

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dice “Esta tiene también el lugar para vivir el ministro”, lo que nos indica que entonces ya sería utilizada por la Universidad de Torrent (nombre que recibía el Ayuntamiento o el Consejo Municipal) como vivienda del alguacil o ministro, nombre con el que se conocía en esta época (Sanchis-Royo, 1982 b). Por lo tanto este testimonio viene a corroborar la afirmación de Beguer (1972 a) que nos dice que en el siglo xvii el Ayuntamiento pasó a ocupar el edificio de la plaza mayor. La memoria de Isidro Miquel Casanova nos aporta numerosas referencias sobre las reformas que se hicieron en el edificio durante la segunda mitad del siglo xix. Así, el año 1841 “encontrándose completamente arruinada la casa del Ayuntamiento se procedió a su renovación y se llevó a efecto en el mismo año colocándose los balcones con balaustres de piedra labrada, pues sólo existía uno en el centro de la fachada, se renovaron todas las puertas, balcones, las de las ventanas y la sala capitular, pintándose en la forma que hoy existe, y también se hizo un pequeño apartado para la Secretaría”. El 1849, considerando el lamentable estado de las estructuras de los techos de la sala de actas para las quintas, se tuvieron que redoblar las bovedillas. El 1856 las dependencias se ampliaron por primera vez adquiriendo el almudín que ocupaba el edificio anexo por la calle de Sagra. Como los forjados estaban a la misma altura, únicamente se tuvo que derribar la pared medianera. Entonces se aprovechó también para ampliar la escuela de párvulos que estaba en la planta baja y para construir una gran escalinata para acceder al primer piso. El año 1861 se acondicionó un lugar para el archivo municipal abriendo un balcón para darle luz, y se hizo una armariada (Miquel, 1990, 71-72).

como consecuencia de una renovación edilicia de los espacios más representativos (De Terán, 1999, 42). Desde medios del siglo xix, tal y como explica Isidro Miquel Casanova en su Memoria sobre la villa de Torrent, (1990, 70-86), se realizan una serie de obras de infraestructuras públicas que asientan las bases de su transformación urbana. Además, también se materializan numerosas intervenciones relacionadas con el ornato público que contribuyen a mejorar la percepción del núcleo ya existente, que sobre todo se concentran en el centro urbano como lugar representativo de la imagen de la ciudad. El centro neurálgico de la ciudad se situaba en la plaza Mayor, por lo que es allí donde se concentran todas las transformaciones para renovar y modernizar su imagen. Numerosas casas renuevan sus fachadas para adoptar les nuevos lenguajes arquitectónicos urbanos. La casa consistorial sufre importantes reformas. Pero estas transformaciones se materializan de una manera especial en edificios construidos de nueva planta destinados al ocio y esparcimiento de la población.

Entorno urbano de la Plaça Major. Fotografía: A. Besó, 2013

La casa consistorial El Ayuntamiento de Torrent se encontraba en este edificio de la Plaza Mayor, esquina con la calle de Sagra, hasta que a principios de la década de los ochenta del siglo xx sus dependencias se trasladaron a la calle Ramón y Cajal y se procedió a su rehabilitación para instalar la Casa de Cultura. De la primitiva casa del Consejo Municipal sabemos que se situaba en un edificio en la plaza de Colón, antigua plaza del Castillo, frente a la antigua sede del Círculo Católico. Un documento fechado el 26 de junio de 1625 así nos lo indica: “Una casa que antiguamente era del Consejo del Pueblo, situada en la plaza del castillo, contigua la horno viejo” (Beneyto, 1996, 96). Las primeras referencias que conocemos de la casa Ayuntamiento en el emplazamiento posterior las encontramos en el libro cabreve de 1592, aunque esta era de propiedad particular. Pero al margen del libro hay una anotación hecha con letra del siglo xvii que

Antigua casa consistorial, actual Casa de Cultura. Fotografía: A. Besó, 2013

A principios del siglo xx se construyó la fachada actual. En 1907, según nos indica Andrés (1997, 23), se concluyeron los últimos trabajos. También Beneyto (1996, 96) nos indica en 1912 que recientemente se había concluido su renovación, y aporta un plano del estado anterior. La nueva fachada recurre a un lenguaje

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ecléctico donde predominan las referencias clásicas con la finalidad de otorgarle el carácter representativo que le corresponde. Se divide en dos niveles. En el inferior encontramos tres puertas: la central se rematada con un arco de medio punto y da paso a la escalinata accede al primer piso, mientras que las laterales se rematan con un arco rebajado. La división con el primer piso viene marcada por un balcón corrido con balaustrada de fábrica. Los paramentos se dividen en tres calles mediante cuatro pilastras con capiteles jónicos con guirnaldas. En cada una de ellas se abre una puerta rematada por un frontón triangular sostenido por ménsulas foliadas. La misma disposición de los vanos se repite en el nivel recayente al segundo piso, pero no así su morfología, ya que en el centro se coloca la esfera del reloj público. Toda la fachada se remata con un frontón triangular, decorado en su interior por el escudo de Torrent, rodeado de elementos vegetales y láureas. Sobre el vértice sobresale el carillón del reloj, que quedó fuera de uso al ser electrificado después de la última rehabilitación del edificio. En 1971 el Ayuntamiento adquirió una casa contigua en la calle de Sagra para ampliar sus instalaciones. Pero el espacio disponible era insuficiente teniendo en cuenta el notable crecimiento que había experimentado la ciudad, por lo que se decidió trasladar las dependencias consistoriales a otro lugar más amplio y destinar el edificio a Casa de Cultura. El 1984 comenzaron las obras las obras de rehabilitación según proyecto redactado por los arquitectos Carlos Campos González, Carlos Moreno Mínguez y Lorenzo M. Martín Piqueras (Soler, 2002, 102). De los antiguos edificios únicamente se ha conservado el que fue el primitivo Ayuntamiento, que integra en la planta baja un arco del antiguo almudín que ha quedado oculto. El resto se derribó para levantar un edificio de nueva planta más de acuerdo con las necesidades actuales. En la planta baja se localiza la biblioteca infantil i la sala de lectura. En la primera encontramos el salón de actos y varias oficinas, en la segunda la biblioteca de adultos –donde se han respetado los rasgos básicos del antiguo forjado de viguetas de madera– y el depósito, mientras que en la tercera, que sobrepasa la línea de cornisa del viejo edificio, se ha instalado el archivo municipal.

de actividades, tertulia o reuniones. En Torrent tuvo sus inicios hacia finales del siglo xix en estrecha relación con las bandas de música. Las sedes de estos casinos y sociedades se ubicaron en el centro urbano, generalmente en la plaza Mayor o en las calles adyacentes, contribuyendo con su presencia a consolidar este espacio como centro neurálgico de la población, y además a embellecer su imagen urbana con nuevos edificios, cuyas fachadas respondían a los estilos arquitectónicos vigentes, como el eclecticismo o los historicismos (Besó, 2006). Muchos desaparecieron con el desarrollismo de los años sesenta, como el casino de la calle de Sagra, inaugurado en 1883. También corrieron la misma suerte la sede del Círculo Católico, construida en 1905 en la plaza de Colón, y la de la Música Nueva, que inauguró su nuevo local social en la plaza Mayor en 1907 al lado del actual edificio de la Casa de Cultura. Pese a ello, aún se conservan otros edificios recreativos de gran interés patrimonial, construidos por sociedades o por la iniciativa privada. La Sociedad Musical Obrera En 1906 se funda la Sociedad Musical Obrera de Torrent, cuya sede se ubicó en una antigua casa que se levantaba en la plaza del Obispo Benlloch donde actualmente se encuentra el Ayuntamiento. En 1913 se traslada a la desaparecida casa del Conde de Casal en la plaza Mayor, hasta que en 1923 se inaugura el nuevo edificio social construido de nueva planta

Los casinos Hacia mediados del siglo xix comienza a consolidarse en las principales ciudades y capitales un importante movimiento asociativo de carácter civil, con mayor o menor vinculación política, cuyo resultado se refleja sobre la imagen urbana en la construcción de casinos y centros culturales concebidos como lugar

Antigua sede de la Sociedad Musical Obrera. Fotografía: A. Besó, 2013

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(Beguer, 1972b, 79-80). La banda se disolvió en 1932 pero el edificio se ha conservado hasta la actualidad. Los huecos de la fachada y sus elementos compositivos se articulan alrededor de un eje central, que queda resaltado por la concentración de elementos decorativos, como las cartelas que se disponen sobre la clave de la puerta de acceso y sobre el antepecho que culmina la fachada. Todos los vanos, que presentan la misma altura, se rematan con arcos rebajados. Los del primer piso se unen con un balcón corrido con balaustres iguales que los del remate de la fachada, que recientemente han sido sustituidos por una barandilla de hierro forjado. La decoración de la fachada responde a un eclecticismo tardío, con elementos arquitectónicos muy simplificados que quedan reducidos a las tarjas neobarrocas, el almohadillado de los laterales, y la balaustrada del antepecho superior que oculta el tejado. Originalmente la planta baja se destinaba al café, mientras que el piso era utilizado para usos sociales. A la planta superior se accedía por una escalinata situada al fondo de la planta baja. Todo el espacio es diáfano, sin pilares en el centro, gracias al recurso a bigas de carga de hierro que salvan toda la luz del salón. Actualmente el piso inferior está ocupado por un restaurante, mientras que el piso superior fue transformado en vivienda particular hacia 1990. Unos años antes se eliminó la marquesina de hierro que cubría la fachada para reducir la anchura de las aceras y ampliar la calzada para el tránsito de vehículos.

el alero de la cubierta de los torreones, con decoración cerámica, presenta rasgos estilísticos neobarrocos. Han desaparecido las vidrieras que decoraban sus ventanas. Uno de los elementos más significativos es la marquesina de perfiles metálicos unidos por remaches, que sustenta un artesonado de placas de fribrocemento pintadas. Los motivos decorativos de la rejería responden a influencias del Art Déco, igual que la barandilla que protege el balcón que se abre en la última planta.

La Sociedad de Cazadores Este edificio social, que fue durante muchos años la sede la Sociedad de Cazadores de Torrent, fue construido en 1928. El alzado se articula en tres plantas diáfanas, gracias a la utilización de vigas de hierro que permanecen ocultas tras la decoración en yeso que recubre el techo del bar, situado en la planta baja. La fachada se estructura en tres pisos y tres calles definidas por tres huecos por planta. La puerta de acceso se sitúa al eje central, mientras que las calles laterales se rematan con un torreón con cubierta a cuatro aguas. Se recurre a un lenguaje ecléctico donde se mezclan elementos clásicos, barrocos y casticistas. Dos pilastras de fuste rehundido con capiteles jónicos y guirnaldas la enmarcan lateralmente e interrelacionan los tres pisos de la fachada. Los dinteles de los ventanales del mirador del primer piso se decoran con placas con relieves con motivos a candilieri. Las tres puertas que recaen al balcón situado encima el mirador se adornan con frontones segmentales apoyados sobre ménsulas. Una potente cornisa unifica las tres calles y sirve de base sobre la que se asientan los dos torreones laterales y la balaustrada que remata la calle central. Los ejes compositivos de la fachada se resaltan con unos pináculos de estilo barroco. También

Antigua sede de la Sociedad de Cazadores. Fotografía: A. Besó, 2013

La Alhambra Nos encontramos ante un edificio de dos plantas situado en una parcela en esquina. Los muros son de ladrillo y el revestimiento reproduce los repertorios de la arquitectura nazarí empleando los elementos característicos como paños de sebqua, atauriques, arcos polilobulados, columnas con capitel nazarí, etc, y los antepechos con balaustradas de tracería. El forjado del piso es de viguetas de madera y bovedillas de ladrillo, apoyado sobre vigas de hierro. La cubierta

Antiguo casino La Alhambra. Fotografía: A. Besó, 2013

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es de teja alicantina. Fue construido por la familia Peña como café. Desde 1998 sus bajos albergan las oficinas de una entidad bancaria. El cine Cervantes Fue primer cine abierto en Torrent a principios de la década de los años veinte y se situaba en un lugar estratégico, ya que ésta calle que unía la plaza con la estación, antes de la urbanización del paseo central de la avenida al Vedat, servía de paseo donde acudían los jóvenes de Torrent y de otras localidades. Ocupa una parcela alargada cerrada por una estructura de muros de carga con pilares que sirven de apoyo a unas armaduras que sustentan la cubierta de dos vertientes de planchas de fibrocemento. De esta manera se consigue un espacio interior diáfano, necesario para el uso del edificio. La fachada recurre a un lenguaje ecléctico. Presenta el vano de acceso centrado sobre el cual se dispone un panel cerámico con la imagen de Miguel de Cervantes. Una banda enmarcada por unas sencillas molduras, que divide en dos mitades la fachada, se realza conteniendo la inscripción con letras de cerámica vidriada “CINE CERVANTES”, sobre la cual se abre un ventanal, flanqueado por dos óculos, actualmente cegados. Todos estos elementos contribuyen a enfatizar el eje de simetría de la fachada. El remate, que adopta forma triangular para adaptarse a la pendiente de la cubierta, está formado por una cornisa con dentículos que se resalta en el centro con un elemento semicircular, contribuyendo de esta manera a acentuar el efecto de verticalidad. Por los dos lados la fachada se delimita por sendas pilastras decoradas con ménsulas. Sobre los vértices del frontón se disponen remates en forma de bola.

desmontada y trasladada a su actual emplazamiento, al centro del paseo de la avenida al Vedat. Toda la fuente está tallada en piedra de diferentes colores. La taza, que se asienta sobre una plataforma circular de piedra que sirve de acera, está toda tallada con piedra gris y presenta una morfología lobulada. El pedestal central, de forma cuadrada con las esquinas achaflanadas y decorado con paneles rehundidos en cada una de sus caras, sostiene un primer plato. Este a su vez sirve de base a otro bloque de forma abalaustrada que sostiene otro plato más estrecho que remata la fuente.

Fuente de las ranas. Fotografía: A. Besó, 2013

LOS ENSANCHES Y LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA por: Adrià Besó Ros Universitat de València

Fachada del antiguo cine Cervantes. Fotografía: A. Besó, 2006

La fuente de las ranas Esta fuente monumental fue construida el año 1901 en la plaza del Arrabal, sobre el lugar que ocupaba el pozo de la antigua ermita de Nuestra Señora del Rosario, derribada durante la Revolución de 1868 (Sharthou, 1922). En la década de los cincuenta fue

Durante el siglo xix se asiste a una primera etapa de ensanche de la ciudad que se concentra fundamentalmente en dos barrios: l’Alter y el Poble Nou. El primero de ellos se extiende al noreste del núcleo antiguo entre las calles de San Vicente al sur, Virgen de los Desamparados al este, San Cayetano al norte, cerrándose a poniente por calle del Cristo. Por otro lado el Poble Nou tiene su origen en la reforma del Calvario, acometida en 1851, que permitió que durante el último cuarto del siglo xix se edificaran las calles del Calvario, Virgen de la Soledad o Santa María Magdalena (Beguer, 1972a). A principios del siglo xx

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En 1968 la parroquia de San José inauguró un nuevo templo proyectado por el arquitecto municipal Carlos Soria (Garín, 1986, 521). Un espacio ajardinado precede la fachada presidida por un friso escultórico que representa los siete dolores y gozos de San José. Su interior destaca por la gran nave con cubierta plana sustentada por tramos de vigas de hormigón cruzadas que se asientan sobre pilares del mismo material. En 1928 se instaló al comienzo de la Avenida la sede social de la Caja de Ahorros de Torrent, que fue renovada en 1974 con la construcción de un moderno edificio que en la actualidad acoge el Ayuntamiento. Y en los últimos años se ha unido este eje vertebrador con la nueva entrada de la ciudad, en cuya confluencia se ha construido el edificio Metro, centro administrativo y cultural que aloja en la planta baja la nueva estación.

se iría completando el crecimiento de estos dos barrios. Además, la mejora en las comunicaciones posibilitó el surgimiento de núcleos residenciales alineados junto a los caminos y calles que discurrían junto a las periferias urbanas. Este desarrollo coincide en el tiempo con las obras de reforma, para realzar la imagen del centro urbano, explicadas en el punto anterior, y con la dotación de servicios públicos como el agua potable, el alumbrado, el matadero, etc. Junto a los bordes urbanos se construyeron las primeras fábricas, aunque la industrialización torrentina se centró en instalaciones de tipo familiar repartidas por todo el tejido urbano sin configurar un patrimonio industrial de especial relevancia. Pero sin lugar a dudas la intervención que ha marcado el desarrollo actual ha sido la avenida al Vedat. Se abrió en 1928 partiendo de la plaza del obispo Benlloch y ha constituido el eje aglutinador del ensanche hacia el suroeste. A partir de la posguerra el crecimiento urbanístico se dirigirá claramente en dirección al Vedat centrado sobre los ejes formados por la avenida, la calle de Padre Méndez y el camino Real. Los terrenos próximos a esta vía fueron los primeros en urbanizarse al concentrarse allí las promociones de casas baratas construidas por el Ayuntamiento y por varias instituciones privadas de carácter benéfico. Ya entrada la década de los sesenta comenzaría el desarrollo de la Avenida y en la siguiente se completaría el tramo superior de la calle de Padre Méndez. Hacia 1980 las calles Azorín, Zaragoza y Ramiro de Maeztu formaban los límites del núcleo urbano en este sector de la población. El Vedat se consolidó también como núcleo residencial, donde el año 1968 se inauguraba la nueva capilla del Convento de los Dominicos. El desarrollo del Plan General de Ordenación Urbana aprobado en 1991 ha permitido que en estos momentos se haya urbanizado toda la franja que separaba el casco urbano del Vedat entre el camino Real y la calle del Padre Méndez. La otra área de crecimiento, conocida como Parque Central, se concentra en los alrededores de la autovía de Valencia. Comenzaba su desarrollo a principios de la década del dos mil con la construcción de los principales equipamientos públicos que se concentran. A partir del 2005 se iniciaron las primeras promociones de viviendas.

Cine Montecarlo Este cine fue inaugurado el julio de 1948 según proyecto de Carlos Soria1, cuyos rasgos estilísticos y compositivos guardan clara relación con otro cine construido en Tavernes de la Valldigna2. La composición de la fachada se caracteriza por su horizontalidad se ve acentuada por la amplitud del vano central de acceso, mientras que en el cuerpo superior este espacio se compartimenta formando unos balcones con balaustrada. En ambos lados se abren sendas puertas, por donde se accedía en la cafetería y a las dependencias internas respectivamente. Todo el conjunto se remata por una cornisa que unifica el espacio y contribuye a acentuar la sensación de horizontalidad de la fachada, sobre la que se dispone un antepecho macizo decorado con pináculos. El programa ornamental recurre a un lenguaje Decó, con referencias a elementos arquitectónicos propios de la arquitectura clásica (frontones, medallones, cornisas ménsulas...), que son interpretados de una manera muy estilizada. Como si de un cuerpo independiente se tratara, a un lado se adosa una torre donde se abren unas ventanas estrechas y alargadas que evocan un lenguaje racionalista. El año 1989 se encargó a los arquitectos Carlos Moreno Mínguez y Lorenzo M. Martín Piqueras un proyecto para transformar el antiguo cine en un centro cívico y cultural, con la construcción de un sótano para aparcamientos, auditorio, salas de exposiciones, edificios para oficinas, y locales comerciales, cuyas obras finalizaron en 1993 (Soler, 2002, 102). Pero los equipamientos culturales no llegaron a construirse, y en su lugar ha instalado su sede la Unión Musical de Torrent. Por ello del edificio original solamente se conserva la fachada.

La avenida al Vedat como eje vertebrador de la ciudad contemporánea A finales de los años cuarenta se completó la urbanización de los primeros tramos de la Avenida. Entonces desplazó a la calle de Cervantes como paseo, por lo que se construyeron allí nuevos cines, como el Montecarlo, el Liceo, y los desaparecidos Cine Avenida y el cine de verano el Clot.

1. Información facilitada por Tomás Roselló Jaunzarás, a quien agradecemos su colaboración. 2. Este edificio se encuentra en la Gran Vía Germanías, 12.

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Fachada del antiguo cine Monte Carlo. Fotografía: A. Besó, 2013

El cine Liceo Fue construido en 1952 por la familia Moreno. Del conjunto original únicamente se conserva la fachada, ya que el resto del edificio fue derribado en 1984 para albergar un sótano destinado a aparcamiento de vehículos, e instalar en las plantas superiores las oficinas de la delegación de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria. La fachada se articula en base a elementos provenientes de la sintaxis clásica reinterpretados por la estética Déco. La planta baja presenta los muros lisos, decorados con unas acanaladuras horizontales. Sobre la marquesina que cubre las tres puertas de acceso, un orden gigante de semicolumnas pareadas alcanza las dos plantas superiores. Una potente cornisa, ligeramente resaltada en el cuerpo central que aloja las medias columnas, unifica todo el espacio otorgándole horizontalidad. Cada una de las cincos calles en que se divide verticalmente la fachada culminan en el último piso con una estructura de pilastras y frontón. Sirven de remate unas figuras de cerámica vidriada; dos leones en los laterales y un busto femenino en el centro.

Antiguo edificio social de Caixa Torrent, actual Ayuntamiento Fue construido el año 1974 como sede de la Caja de Ahorros de Torrent, según proyecto encargado al arquitecto torrentino Sandalio Miquel. El edificio está formado por sótano, planta baja con entresuelo y siete pisos. Asimila los rasgos de la arquitectura del Movimiento Moderno al plantear una estructura de hormigón armado y fachada libre formada en las plantas altas por un muro cortina de vidrio. El programa funcional quedaba repartido de la siguiente manera: en el sótano se instalaron los servicios de caja fuerte, salas de máquinas para las instalaciones y salón de actos. La planta baja con el altillo se destinó a la oficina principal de la Caja; se trataba de la zona con mayor contacto con el público. La planta primera estaba adscrita a dirección, con los despachos para el presidente del Consejo de Administración, el director general, el secretario general, el Departamento de Personal, la Asesoría Jurídica y la Sala de Comisiones. Las plantas segunda y tercera se destinaban en oficinas generales. En la planta cuarta se alojaba la sala del Consejo, con sala de espera y sala de reuniones. El resto del espacio estaba ocupado por aulas para la formación del personal y para seminarios culturales. La quinta planta se dividía en dos ambientes: en uno estaba la biblioteca de consulta, que era pública y funcionaba durante todo el día, y en el otro la cafetería para los empleados. En la sexta planta se encontraban los archivos, el almacén de material de oficina, la fotocopiadora y la clínica del médico de empresa. La séptima y última planta se encuentra retranqueada de la fachada y en ella se ubicaban la vivienda del conserje y los equipos de control de los sistemas de aire acondicionado y de los ascensores.

Antigua sede social de Caixa Torrent, actual Ayuntamiento. Fotografía: A. Besó, 2013 Fachada del antiguo cine Liceo. Fotografía: A. Besó, 2013

La fachada deja entrever, en cierta medida, esta distribución interna del edificio. La zona de la oficina principal y la planta de dirección general se reviste con granito pulido en los pilares y en el frente del balcónmarquesina donde se disponía un rótulo luminoso con

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el nombre de la entidad. Por otro lado, las otras cinco plantas se resuelven con un muro cortina de vidrio y aluminio lacado. Después de completarse el proceso de fusión de Caixa Torrent con la Caja de Ahorros del Mediterráneo, la mayor parte del edificio quedó sin uso, por lo que fue adquirido por el Ayuntamiento de Torrent para instalar su sede, y se rehabilitó todo su interior para adaptarlo a las nuevas necesidades funcionales. Fue inaugurado el 28 de noviembre de 1998 coincidiendo con el 750 aniversario de la carta de población de Torrent. Y durante el año 2010 se ha intervenido sobre la fachada para sustituir el cerramiento original de vidrio por otro que cumple las normativas actuales, con lo que se ha perdido la estructura original de aluminio que compartimentaba la fachada acentuando la sensación de verticalidad y ha adquirido una nueva imagen.

Para alojar los accesos y servicios de la estación se dispone en el centro de un cerramiento de forma elíptica formado por vidrios laminares unidos a hueso con siliconas. En ellos encontramos la intervención plástica de Carmen Calvo, que plasmó con chorro de arena una narración de personajes anónimos, tratados fragmentariamente y con una escala colosal en relación a las dimensiones del espacio. La presencia de vidrio posibilita una relación visual entre la Avenida y el amplio espacio abierto que queda al fondo formado por la plaza de la Unión Musical y la autovía de acceso a la población.

Edificio Metro Fue proyectado por el arquitecto valenciano Vicente González Móstoles en estrecha relación con la estación de metro que se debía construir en el subsuelo como resultado de la prolongación de la línea hacia este espacio central de la ciudad donde confluye también el principal acceso por carretera3. Se concibe además como una pieza emblemática dentro de la escena urbana, ya que al mismo tiempo que actúa de telón de fondo de la perspectiva que se contempla al entrar a Torrent desde la autovía de Valencia, sirve de punto de enlace con la principal arteria de la ciudad, que es la avenida al Vedat. Las obras, promovidas por el Ayuntamiento de Torrent, finalizaron en 2005. La presencia en el subsuelo de la estación de metro y la prolongación de la línea en forma de curva hacia el centro de la Avenida pasando por debajo del edificio planteaba la necesidad de salvar luces de 24 metros que soportan cuatro plantas de uso público, circunstancia que llevó a proyectar una estructura metálica formada por un pórtico de vigas reticulares de tres tramos de cuatro metros de altura que coinciden con el alzado de cada una de las plantas del edificio. De esta manera se posibilita también la presencia en la base de un amplio vestíbulo completamente diáfano. Las comunicaciones verticales se sitúan en un cuerpo lateral que queda resaltado por su revestimiento con piedra caliza y por la presencia en la parte superior de las fachadas anterior y posterior de sendos relojes instalados sobre estructuras cúbicas. El cuerpo principal se cierra con una doble pantalla de vidrio que permite la visión de la estructura metálica que sustenta el edificio. El ático queda aligerado con la sustitución de la viga pórtico por pilares de acero, tras los cuales se dispone una pantalla de vidrio que actúa como cerramiento.

Edificio Metro. Fotografía: Ajuntament de Torrent

El programa de usos contempla los dos primeros pisos destinados a oficinas y servicios públicos, (Delegación de Hacienda y Centro de información Juvenil respectivamente) el tercero a Biblioteca Pública y el último, en forma de ático, está ocupado por la sala de exposiciones del Espai Metropolità d’Art de Torrent (EMAT) La autovía de Valencia y la nueva puerta de la ciudad En 1993 se inauguraba la autovía que une Valencia con Torrent, que permitía la comunicación directa de esta zona, donde se había proyectado el futuro crecimiento de la población, con la capital y con otras vías de gran capacidad. Esta gran área, conocida como Parc Central, pasaría a convertirse en una nueva puerta de la ciudad. Por ello el planeamiento municipal le otorgó este carácter representativo con la construcción de varios equipamientos públicos y con el diseño de cuatro manzanas que se han convertido en un hito urbanístico de la ciudad del siglo xxi por su relevancia arquitectónica y por su impacto visual.

3. AMT: Urbanismo. C02038.003. Proyecto de ejecución de edificio administrativo municipal en Torrent (Valencia).

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Torres de viviendas Nueva Puerta de Torrent Este proyecto, que se plantea con el objetivo de resaltar la nueva entrada a la ciudad con la presencia de un conjunto de edificios singulares, fue encargado al estudio de Carlos Ferrater Llambarri4, quien ha recibido numerosas distinciones, entre ellas el Premio Nacional de Arquitectura del año 2001 por el proyecto del Palacio de Congresos de Cataluña. Rodeando la rotonda del Parque Central proyecta la construcción de cuatro manzanas de edificación residencial formada por tres bloques de cuatro plantas con ático y una torre de quince plantas, situando en medio un espacio de zona verde de uso privado. Las torres destacan tanto por la altura como por su diseño vanguardista. De planta oval, se levantan con una estructura de hormigón armado. Las fachadas combinan paneles prefabricados de cemento con celosías metálicas.

piscina y la pista de atletismo que ejerce de acceso único al recinto deportivo y al mismo tiempo interrelaciona las diferentes zonas. Presenta forma de paralepípedo con fachadas transparentes de vidrio y desarrolla un volumen en tres alturas. En un lado se sitúan las gradas de la pista de atletismo, mientras que sobre el otro se adosa el edificio que integra las piscinas, los gimnasios y las dependencias administrativas. Se individualizan dos volúmenes claramente definidos. El que aloja las piscinas se cierra con fachadas de madera fenólica con ventanales de vidrio y lucernarios sobre la cubierta que integran las placas solares. La fachada sur presenta un gran ventanal de vidrio que ocupa toda su altura, sobre el que se antepone una estructura metálica a modo de brise soleil. El otro volumen presenta la fachada sur de hormigón visto, sin apenas aberturas, mientras que la fachada principal, orientada al norte, es de vidrio, lo que posibilita que desde el exterior se pueda ver la actividad que se realiza en los gimnasios.

Ciutat de l’Esport. Fotografía: Ajuntament de Torrent

Conjunto de edificios Nova Porta de la Ciutat. Fotografía: Ajuntament de Torrent

La Ciudad del Deporte Fue proyectada por el arquitecto catalán Joaquim Pujol Simón. Cuenta con un gran currículo en el diseño de instalaciones deportivas, por lo que fue galardonado en 2001 con el Premio Nacional de Arquitectura Deportiva. Forma parte de la actuación urbanística promovida por el Ayuntamiento de Torrent con el nombre de Parc Central5. El plan preveía la implantación de cuatro grandes equipamientos: piscina, pista de atletismo, campos de fútbol y aparcamientos. Estos, con una capacidad para 648 vehículos, son semisubterráneos, por lo que los campos de fútbol y las pistas de atletismo se sitúan sobre su cubierta. Dadas las diferentes características de los tres equipamientos deportivos, el proyecto se ha planteado con la construcción de un edificio situado entre la 4. AMT: Urbanismo. C03508.001. Proyecto básico de 135 viviendas de VPO, aparcamiento y trasteros en la manzana M17 del Parc Central Torrent. 5. AMT: Urbanismo. C0253.001. Projecte de la ciutat de l’Esport i de l’Oci.

Auditorio Se trata de un edificio exento, construido en 1997 según proyecto de la arquitecta Cristina Grau sobre 2 un solar de 9.036 m , situado en una zona de reciente urbanización en las faldas del Vedat. El volumen de la sala de audiciones adquiere un papel predominante y autónomo, sobre el que se adosan a ambos lados el resto de servicios. Tiene una capacidad para 628 personas repartidas entre el patio de butacas y anfiteatro y un escenario con foso para 55 músicos, cuyo volumen resalta en anchura para recibir los cuerpos laterales. En un lado se adosa el servicio de bar y los aseos que conforman un bloque de planta trapezoidal cerrado con un muro cortina de vidrio que se ondula por el lado más largo, y al otro un bloque de planta rectangular con las paredes revestidas de piedra destinado a camerinos y oficinas (Soler, 2002, 103). Delante encontramos una caja de vidrio que conforma el acceso al vestíbulo. Las amplías fachadas traslúcidas que recaen hacia los espacios abiertos de los alrededores permiten establecer una relación visual entre el interior y el exterior del edificio.

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El conjunto se articula en base a dos volúmenes construidos que quedan claramente definidos desde el exterior e interior: el que acoge a la asamblea y el que ocupa la comunidad conventual, de dimensiones más reducidas, unidos por el presbiterio que se sitúa en la intersección de ambos espacios. Se recurre al hormigón visto con la finalidad de que estos volúmenes contrasten con el del edificio conventual ya construido con paredes de ladrillo cara vista. El espacio para los fieles está formado por una estructura de hormigón picado de 18,40 x 16,90 m. de planta con los ángulos achaflanados y de 15,75 m de altura. La presencia de numerosos vanos verticales y horizontales favorece una buena iluminación del espacio interior, a la vez que contribuye a aligerar y otorgar plasticidad a la estructura. La puerta principal de acceso está precedida por un pórtico formado por una losa de hormigón sin apoyos centrales, que ocupa casi toda la anchura del templo. Esta sólo se abre para las grandes celebraciones o en los días calurosos de verano para favorecer la ventilación del interior. Al fondo se sitúa la puerta de acceso habitual, precedida por un pequeño atrio o vestíbulo. En otro lado encontramos dos vanos: un ventanal que se abre a un pequeño jardín interior y otra obertura que comunica con la capilla de la Comunión. La presencia del jardín, a la vez que contribuye a aumentar la luminosidad interior, favorece una relación visual con el exterior que se complementa con la apertura de la puerta principal de acceso. Los dos tercios superiores de los lienzos murales son atravesados en toda su altura por ventanales con vidrieras de colores que contrarrestan la horizontalidad marcada por el nivel inferior y otorgan una mayor sensación de verticalidad al conjunto. Este espacio se cubre con una losa de hormigón sostenida por una estructura tubos de acero entrelazados formando una retícula, de la que cuelgan unas modernas arañas donde se sitúan los altavoces y los puntos de luz. El diferente tratamiento que recibe esta superficie, enlucida con yeso y pintada de blanco, contrasta claramente con la textura de los muros y contribuye a resaltar la visión de la estructura metálica. Un vano de 9,15 m. de ancho por 5,47 m. de altura da paso al espacio ocupado por la comunidad, que tiene unas dimensiones de 12,70 x 13,50 x 9,66 m. de altura con las esquinas achaflanadas donde se abren las puertas de acceso desde el convento. Tres de sus lados están ocupados por la sillería del coro y la pared del fondo está decorada por un sobrio retablo formado por la unión de varias tablas de madera natural barnizada, presidido en el centro por una talla del Crucificado del siglo xvii. Este espacio se ilumina por un ventanal corrido que precede la cubierta de

L’Auditori. Fotografía: A. Besó, 2010

La iglesia de los Dominicos en el Vedat La consolidación del Vedat como lugar de veraneo propició en la década de los años cincuenta la construcción de una capilla, junto a la que se edificó en 1993 la iglesia de Santa María del Monte Vedat, proyectada por los arquitectos Manuel Ros Mora y Gerardo Puchol Cervera. Este espacio residencial, alejado de los inconvenientes de la capital, pero a su vez próximo a ella y bien comunicado, ha sido elegido por algunas órdenes religiosas para la instalación de sus casas. Este fue el caso de la Orden de Predicadores, que edificó a principios de los años sesenta un edificio destinado a convento y facultad de Teología. En una fase posterior se construyó la capilla según proyecto de los arquitectos Álvaro Gómez-Ferrer y Felipe Soler, que fue inaugurada en agosto de 1968. En 1969 la obra fue galardonada con el Premio Nacional de Arquitectura (Garín, 1986, 524-526).

Iglesia del convento de Dominicos. Presbiterio. Fotografía: A. Besó, 2010

Iglesia del convento de Dominicos. Vista del espacio congregacional desde el presbiterio. Fotografía: A. Besó, 2010

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las mismas características que la del espacio de la asamblea, que le otorga una cierta sensación de ingravidez. En contraste con el espacio de los fieles, aquí los lienzos murales están enlucidos con yeso. En los pies del pórtico de acceso se levantan tres grandes columnas de hormigón de 28 metros de altura que se entrelazan en tres puntos formando una triple cruz, que se ha convertido en uno de los principales hitos visuales del Vedat, que puede identificarse desde la lejanía. Arquitectura industrial Los inicios de la industrialización torrentina están directamente relacionados con la base agrícola sobre la que históricamente se ha asentado su economía. Así, el primer sector industrial fue el vitivinícola. A principios del siglo xix ya se documentan tres fábricas. Desde medios del siglo xix se registra la fabricación de toneles y botas que se mantendrán en funcionamiento gracias al gran auge que adquirió la viticultura hasta la década de los años treinta del siglo xx. A comienzos de la década de 1910 había tres fábricas de aguardiente y otras tres de alcohol. En 1910, en relación con el incremento de la demanda de abonos por parte de la agricultura comercial, se documenta una fábrica de guanos artificiales (Berrocal, 1995). En 1920 aparecen las primeras fábricas de conservas, sector que alcanzó una gran importancia en la década de los cincuenta y sesenta con la consolidación de dos grandes fábricas propiedad de Ascensio y Miguel Carratalá respectivamente. Dentro del sector alimentario destaca la industria del chocolate. En su origen fue un oficio familiar con una mínima mecanización que se desarrollaba en los mismos domicilios familiares, donde se habían adaptado las dependencias situadas alrededor del corral como obradores. En 1906 había ya 23 fábricas, que aumentaron a 42 en 1926. El momento de esplendor de esta actividad se sitúa entre 1913 y 1953. Un hito importante fue la creación en 1937, en el marco de una política de colectivizaciones, de la Cooperativa de Trabajadores del Chocolate, que agrupó a todos los fabricantes en una gran factoría donde se concentró toda la maquinaría, producción y ventas. Pero finalizada la guerra se disolvió y cada uno continuó produciendo por su cuenta. En 1940 se contabilizaban 54 fábricas. Solamente a partir de los años sesenta algunas de ellas se reorientaron hacia una producción más industrial, como Chocotosa, La Cebra, Marfil, Moher, Sucrao, las cuales fueron progresivamente cerrando al no poder superar la competencia de las grandes marcas productoras internacionales. También cesaron su actividad aquellas que optaron por no mecanizarse. Así en 1975 sólo quedaban 20 fábricas, que se han reducido a las tres que existen en 2010.

La industria cerámica también ocupaba un lugar destacado con cinco alfarerías el año 1910, cuyo número había crecido en los años treinta, momento en el que se documentan tres nuevos establecimientos dedicados exclusivamente a la producción de tinas y seis ladrillares, y varias fábricas de pavimentos hidráulicos. Durante los años de la postguerra la industria del metal experimentó un gran desarrollo. Las empresas más destacadas del sector fueron la fábrica de bronces Peris Andreu, que llegó a ocupar a más de mil trabajadores repartidos entre sus factorías de Torrent, Picassent y Cuenca, y Bronces Mestre.

Motor del Sord. Fotografía: A. Besó, 2009

Como hemos indicado muchos pequeños talleres y obradores se ubicaban en el mismo domicilio familiar, sin necesidad de crear una tipología arquitectónica propia. Como fue habitual en muchas localidades de la comarca, las primeras industrias se emplazaban en las periferias urbanas de forma aislada o conviviendo con manzanas residenciales, sin llegar a formar agrupaciones de fábricas. Incluso las grandes conserveras como La Torrentina no llegaron a crear edificios singulares desde el punto de vista arquitectónico, quedando ubicadas en naves industriales caracterizadas por su sencillez constructiva. De esta manera se explica que estas primeras fábricas hayan ido poco a poco desapareciendo con el crecimiento urbanístico producido a partir de la década de los años sesenta del siglo xx al ser sustituidas por edificios residenciales. Algunas de las más importantes se trasladaron fuera del núcleo urbano a principios de los sesenta y constituyeron el germen del actual polígono de la Masía del Juez, como fue el caso de Peris Andreu. Esto justifica que en algunos casos sólo hayan quedado las chimeneas de ladrillo como el testimonio más representativo de estas antiguas grandes industrias, que han recibido el reconocimiento patrimonial como bienes de relevancia local. Se concibieron para evacuar los humos de la combustión de los hornos que se utilizaban para calentar las calderas dedicadas a producir el vapor para mover el motor al que se conectaban todas las máquinas mediante un complejo

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A finales de la década de los cuarenta el Ayuntamiento promovió la construcción del barrio de San Gregorio. Pero ante la incapacidad de las administraciones públicas para solucionar completamente el problema, fue necesaria la intervención de algunas entidades privadas. La Caja de Ahorros de Torrent promovió la construcción de tres barrios de viviendas. Y también, respondiendo al carisma social del entonces arzobispo de Valencia don Marcelino Olaechea, la parroquia de la Asunción construyó un barrio de casas. Todos ellos se localizan alrededor del eje formado por el Camí Reial. Más tarde el Ayuntamiento construiría el barrio de la Virgen de la Paloma, junto al huerto de Trénor.

sistema de transmisiones por embarrados, ruedas y correas. De las antiguas chimeneas relacionadas con las industrias que había en Torrent sólo se han conservado la de La Torrentina, construida alrededor de 1910 por el maestro Abelardo Martínez, de Paiporta, y otra de una antigua fábrica situada en la calle de San Cayetano. También la chimenea de ladrillo se relaciona con los primeros motores de riego que funcionaban a vapor. La única que se conserva es la del Motor del Sord (717.195-4.369.110), que se integra en un interesante conjunto formado por la balsa de regulación y la caseta de máquinas. Es de planta rectangular, levantada con paredes de ladrillo visto y cubierta a dos vertientes que conforman un frontón triangular.

El barrio de San Gregorio El proyecto, promovido por el Ayuntamiento de Torrent y redactado por el arquitecto José Cort Botí en 1948, contemplaba la construcción por 164 viviendas –122 de tipo obrero, 38 con cobertizo en el corral destinadas a agricultores, dos para maestras, una con horno de pan cocer y otra con cooperativa–, escuelas unitarias –una de niños y otra de niñas– un centro de alimentación infantil y un mercado6. En la memoria se justifica la necesidad de esta promoción por “la falta de viviendas adecuadas para obreros, falta muy sentida, debido a la carestía de viviendas en esta localidad para la clase obrera, debido al incremento de población y al establecimiento de los trenes eléctricos desde Valencia. Las obras se ejecutaron ya en la década de los cincuenta. El barrio está formado por seis calles que se disponen en paralelo al trazado del Camí Reial entre las calles 25 d’Abril y Pintor Ribera. Las manzanas tienen forma alargada y están ocupadas por dos hileras de casas adosadas entre medianeras. Responde al típico modelo de barrio de vivienda obrera planteado por las corrientes higienistas de principios del siglo xx, que se retoman en la comarca en varias actuaciones contemporáneas como el barrio de San Ramón de Xirivella o en el conjunto de la avenida de Levante en Beniparrell. Las casas responden a una arquitectura muy sencilla arraigada en la tradición valenciana, en concreto en el tipo de casa de jornalero. Se componen de un cuerpo principal de una planta de dos crujías paralelas a fachada con cubierta de teja a dos vertientes que precede a un pequeño patio interior. La fachada presenta tres vanos, con la puerta centrada. La mitad de una de las manzanas del barrio está ocupada por un edificio exento destinado a mercado público.

Chimenea industrial de La Torrentina. Fotografía: A. Besó, 2009

Promociones de vivienda obrera El empuje económico que ejercieron las capitales y sus áreas metropolitanas una vez pasados los años más difíciles de la postguerra propició la llegada masiva de familias inmigrantes procedentes de las áreas rurales deprimidas en búsqueda de trabajo y de unas mejores condiciones de vida. Esta demanda provocó la escasez de viviendas a precios asequibles. El problema se vio agravado por los daños de la riada de 1957 que afectaron con mayor o menor intensidad a muchas poblaciones de la Huerta.

6. Archivo Municipal de Torrent (AMT): Urbanismo. Proyecto de obras de construcción de 164 viviendas protegidas y edificios complementarios en Torrente (Valencia). Documento sin clasificar.

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los barrios de San Gregorio, con 72 viviendas (1963), y de la Sagrada Familia, con dos promociones de 178 y 218 viviendas finalizadas en 1963 y 1968 respectivamente, proyectados por el arquitecto Pablo Soler Lluch.

Proyecto del Barrio de San Gregorio. Arxiu Municipal de Torrent

El barrio de la Asunción o del Cura Formado por 144 viviendas, fue construido entre 1955 y 1957 por la Entidad Benéfica La Asunción de Nuestra Señora que se constituyó en el seno de esta parroquia (Besó, 1994, 207-209). Se articula sobre tres calles perpendiculares al Camí Reial ocupadas por bloques viviendas de tres plantas construidas entre medianeras. Cada manzana está formada por dos edificios que recaen al Camí Reial, sobre los que se adosan sobre la parte posterior en perpendicular dos filas de cuatro edificios respectivamente. Allí las líneas de cornisa de cada bloque se encuentran escalonadas para adaptarse a la ligera pendiente que presentan las calles. En su concepción se relaciona con los modelos de vivienda obrera vigentes en el momento y presenta cierta similitud con las casas del Barrio de SOCUSA de Alaquàs, proyectado por el arquitecto Javier Goerlich. Se estructuran en base a dos crujías, con la caja de escaleras en la primera. Una cornisa marca la divisoria entre la planta baja y los pisos superiores. En los bajos se abre una puerta rodeada por sendas ventanas para cada vivienda. Entre ellas se resalta al centro el acceso a la escalera. En los altos se produce un contraste entre las líneas horizontales formadas por las agrupaciones de ventanas de las viviendas con la vertical definida por los dos vanos que recaen a la caja de escaleras. Cada una de estas parejas se enmarca dentro de una moldura entre las que se inscribe un lienzo de ladrillo visto. El alero del tejado culmina la fachada. Este barrio ha preservado inalterada la unidad arquitectónica del conjunto. Los barrios promovidos por la Caja de Ahorros de Torrent La Caja de Ahorros de Torrent también intentó paliar el problema de la vivienda obrera, agravado por la riada de 1957, con cuya finalidad constituyó en 1959 la “Constructora del Patriarca San José” (Beguer, 1970, 137-140), desde la que promovió numerosos edificios. De todas ellas destacamos por su impacto urbanístico

Barrio de la Asunción. Fotografía: A. Besó, 2013

El barrio de la Virgen de la Paloma Fue construido a instancias del Ayuntamiento en el año 1958, según proyecto de los arquitectos C. Grau, M. Lleó, J. A. Pastor, J. R. Pons y Carlos Soria (Peñín, 1978, 206). Está formado por 46 viviendas unifamiliares adosadas, con un patio trasero situado entre viviendas y dos accesos a la calle. Sus acabados son de ladrillo visto y revoco, con cubierta plana, lo que le otorga un estilo más moderno en relación con otros proyectos contemporáneos como el barrio de la Asunción. Cada casa tiene 80 m2, con el comedor, cocina, aseo y patio en planta baja y los dormitorios en el piso.

Barrio de la Virgen de la Paloma. Fotografía: A. Besó, 2013

LAS COMUNICACIONES Y EL PATRIMONIO DE LA OBRA PÚBLICA por: Adrià Besó Ros Universitat de València A medios del siglo xviii dentro los círculos ilustrados comienza a plantearse la importancia de las obras públicas para el desarrollo económico. En este contexto hay que situar la mejora de la red de telégrafos ópticos y la construcción de los caminos Reales. La red de carreteras comenzó a implantarse durante los años setenta del siglo xix. Y durante la

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muros este y oeste. Los diferentes niveles interiores se articulan mediante forjados de viguetas de madera. A principios del siglo xx se adosaron unos cobertizos para hacer paellas, que con el paso del tiempo se han ido ampliando y han dado lugar a un restaurante que rodea la torre en todo su perímetro.

segunda mitad de aquel siglo se desarrollaron las principales redes ferroviarias y de tranvías. Los elementos que integran el patrimonio de la obra pública no deben ser valorados únicamente por el mayor o menor interés que puedan ofrecer de forma individualizada. Forman parte integrante de redes más amplias, cuyo trazado ha contribuido al desarrollo de aquellos territorios por donde discurre y a transformar su paisaje.

La red de carreteras Durante el Antiguo Régimen la comunicación entre las diferentes localidades se realizaba por medio de una red de caminos de tierra, cuyo estado hacia mediados del siglo xix era lamentable. Y esta circunstancia se agravaba en el caso de Torrent, cuyo núcleo urbano queda separado por el cauce del barranco, cuyo lecho tenían que atravesar los diferentes caminos mediante vados inundables que quedaban intransitables durante los días de fuertes lluvias cuando crecía su caudal. Durante la segunda mitad del siglo xix asistimos a la construcción de la red de carreteras, estableciéndose una jerarquía entre las de primer, segundo y tercer orden, provinciales y vecinales, quedando sólo las primeras en manos del Estado, mientras que el resto eran competencia de las diputaciones provinciales.

El telégrafo óptico La generalización de este medio de comunicación se debe al ingeniero Agustín de Bethancourt, que trabajó para perfeccionar el telégrafo de señales ópticas que ya estaba funcionando en Inglaterra y Francia. En 1830 se inició la construcción de un sistema nacional con varias líneas radiales que seguían de cerca el trazado de las carreteras principales. El telégrafo óptico consistía en un dispositivo de emisión y recepción de señales captables visualmente gracias a la instalación de estaciones a distancias convenientes sobre torres situadas en puntos elevados del terreno formado una cadena. Estas estaciones estuvieron atendidas por un cuerpo nacional de telegrafistas y permanecieron en uso hasta 1853 cuando empezó a funcionar la red de telégrafo eléctrico (De Terán, 1999, 47-48).

La carretera de Mislata a Reial de Montroi y el puente sobre el barranco de Torrent En 1846 comenzaron las obras de la carretera de tercer orden de Mislata a Real de Montroi, presentando como principal obstáculo la construcción de un puente de entrada a Torrent que debía salvar el paso del barranco. Se construyó entre 1862 y 1865, y todo el tramo de Mislata a Torrent entró en servicio en 1866 (Miquel, 1990, 79-82). En 1915 finalizaba el trazado de la carretera hasta Carlet (Andrés, 1997, 28). Pasa por la población bordeando el barranco entre el barrio de la Alter y la partida del Xenillet, y después discurre más o menos en paralelo al antiguo camino de Turís, pasando junto a la ermita de San Gregorio. La repercusión más importante de esta vía de comunicación sobre la población se materializó en la construcción de numerosas villas y casitas de veraneo entre la carretera y el barranco, donde en las calles traseras al Camí Reial todavía se conservan numerosas edificaciones de este tipo. De todas ellas el edificio más destacable por sus valores arquitectónicos es el chalet de la familia Giner Cortina. El puente sobre el barranco de Torrent constituye la obra de ingeniería más importante de todo el itinerario. Está formado por dos series de arcos de medio punto: cinco de amplia luz que se asientan sobre el lecho del barranco y otros de menor anchura que se apoyan sobre las vertientes del cauce. Los arcos más grandes se apoyan sobre pilares de sillarejo con tajamares de

Antigua torre de telegrafía óptica. Fotografía: A. Besó, 2006

Una de las torres, conocida popularmente con el nombre de la Torreta, se localiza en la parte más alta del cerro del Vedat (100 m.), lugar desde donde se domina toda la llanura de la Huerta de Valencia. Establecía comunicaciones con las dos torres más inmediatas que eran la del Convento de San Francisco de Valencia y la de Chiva (Bolufer-Ribera, 112-113). La torre es de planta cuadrada y se levanta con muros de ladrillo revestidos con mortero. El cuerpo superior, construido también de ladrillo, parece responder a una sobreelevación posterior. Su interior se divide en planta baja y tres plantas altas, que reciben iluminación del exterior mediante unas ventanas adinteladas con arcos planos de ladrillo que se abren sobre el eje de simetría de los

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sillería. Las bóvedas son de ladrillo, mientras que la rosca se resalta con sillares. Las enjutas se cierran con sillarejos. Por otro lado, los arcos de luz más corta son de ladrillo. En 1997 se construyó sobre el cauce del barranco la autovía CV-33, por lo que se demolieron parte de los estribos de sillarejo para continuar el trazado. Se construyó una estructura de ladrillo que sirve como material de transición entre el sillarejo y la losa de hormigón que se dispuso para salvar el paso inferior de la autovía. Se limpió el puente viejo y se construyó una losa para poder ampliar su anchura e introducir las aceras para el paso de peatones por ambos lados. También se colocaron nuevas luminarias y se instaló la iluminación nocturna del puente.

Puente de la Carretera de Mislata sobre el barranco de Torrent. Fotografía: A. Besó, 2013

Otras carreteras En 1908 se proyectó la construcción del camino vecinal de Albal a Torrent, que discurría más o menos paralelo al trazado del antiguo camino de Santa Ana (Martínez Aloy, 1918, 169). Coincidiendo con su itinerario se ha materializado el actual trazado de las autovías CV-32 y CV-33. En 1930 se construyó el puente de la carretera de la masía del Juez. Hasta el momento el antiguo camino de Tizón, cuyo trazado coincide con la carretera de la Masía del Juez, tenía que salvar barranco por el vado inundable que todavía se conserva en sus proximidades. (Andrés, 1997, 28). Esta carretera vertebró el surgimiento de las primeras fábricas en la década de los sesenta que dieron lugar al actual polígono industrial. En 1974, siendo alcalde Vicente Beguer, se amplió el puente a cuatro carriles. Para unir el este del núcleo urbano con el polígono industrial, en 2010 se inauguró el conocido Pont Blau. Se trata de un puente metálico, cuyo tablero está sostenido por su cara superior una serie de tirantes metálicos unidos a dos arcos. En 1935 se inaugura la nueva carretera que unía Torrent con Patraix pasando por Picanya, que incluía la construcción en aquella localidad de un puente sobre el barranco de Torrent en sustitución del antiguo vado

que atravesaba su cauce. Esta vía desembocaba en la carretera de Mislata a Carlet, justo en el cruce de las calles Gómez Ferrer y Valencia. Por tanto, este punto se configuró en su momento como una nueva puerta de la ciudad, consolidando así definitivamente la calle Gómez Ferrer como principal entrada desde la capital. Ofrecía un trazado alternativo a la única carretera existente hasta ese momento para comunicar Torrent con la Valencia. Poco a poco la carretera por Picanya iría ganando protagonismo respeto la primera carretera que pasaba por Alaquàs y Xirivella, por lo que respecta al transporte privado, ya que con respecto la red de tranvías y más tarde las líneas de autobuses han continuado utilizando este primer itinerario. El ferrocarril de vía estrecha El mejor medio de comunicación con la capital para el transporte de personas y de mercancías fue la línea del ferrocarril de vía estrecha, que en un primer momento la Sociedad de Carbones Minerales de Dos Aguas y Ferrocarriles del Grao de Valencia había proyectado entre el Grao de Valencia y Turís. En 1893 entró en funcionamiento el primer tramo que unía Valencia con Torrent, que al año siguiente se prolongaba hasta Picassent. Posteriormente se cambió el trazado, que finalizaría su recorrido en Villanueva de Castellón (Aguilar, 1995, 83). La estación se construyó en las afueras del casco urbano, sin ninguna comunicación natural con el centro, hasta que en 1910 se abrió la calle de Cervantes, vía ancha y recta que uniría la estación con la Plaza Mayor (Andrés, 1997, 27). Desde entonces la línea del ferrocarril, alejada de los límites del casco urbano, marcaría un espacio a urbanizar que no se completó hasta la década de los cincuenta del siglo xx, y también una barrera para el crecimiento de la ciudad hacia el otro lado. Además, la presencia del ferrocarril contribuiría al surgimiento de la calle de San Nicolás, cuyo trazado discurre en paralelo sus vías. Aprovechando el servicio de este nuevo medio de comunicación familias acomodadas de la capital edificaron en ella sus segundas residencias, por lo que pasó a conocerse popularmente como Carrer dels Senyorets. De la misma manera, en el tramo de la calle de Cervantes existente entre la calle de Santo Domingo y la estación también se levantaron algunas de estas casas con jardines interiores. Esta urbanización de la periferia con un carácter residencial se produce también en otras poblaciones de la comarca por donde discurre el trazado ferroviario, como en Picanya o en Picassent con la formación del Carrer Nou.

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La estación El edificio es similar al de la antigua estación de Jesús, proyectado por J. Pérez Sanmillán. Se concibe con un lenguaje arquitectónico bastante común para las estaciones de esta época, ya que también podemos observar bastantes similitudes con el primer edificio de la estación de ferrocarriles de Valencia y Aragón, proyectado por el ingeniero Rafael Valls. Se trata de una tipología bastante flexible, ya que dependiendo de la importancia de la estación, se daba mayor o menor longitud a los cuerpos laterales. Está formado por un cuerpo de dos plantas, a cuyos lados se adosa una crujía de una planta, que se retranquea ligeramente sobre la fachada recayente a la calle, contribuyendo así, junto con otros recursos arquitectónicos, a resaltar el cuerpo principal y el eje de simetría del conjunto. El cuerpo central se remata con un frontón triangular que se alza sobre un antepecho de ladrillo, que oculta la cubierta de teja árabe existente detrás y a su vez contribuye a resaltar el eje de simetría de las fachadas y a romper la horizontalidad del volumen. En su origen los vanos de la planta baja se remataban con arcos de medio punto y los de las plantas altas con arcos rebajados, respondiendo a los criterios estéticos adoptados por este tipo de edificios tal y como podemos comprobar también en las estaciones antiguas de Aragón y de Jesús, donde este lenguaje clasicista simplificado es el predominante.

noventa, han compatibilizado la sobreelevación de los andenes con la conservación de la altura del pavimento y los vanos originales del edificio de viajeros. LOS ESPACIOS RESIDENCIALES por: Adrià Besó Ros Universitat de València La construcción de los ferrocarriles favoreció la aproximación de la ciudad al campo y a los paisajes rurales de su periferia. Entre finales del siglo xix y las primeras décadas del xx Valencia consolida su ensanche y muchas de las familias acomodadas que allí residen vuelven su mirada hacia el campo como un espacio saludable de ocio, buscando la tranquilidad perdida en el bullicio de la ciudad. En este contexto encontramos los orígenes del Vedat de Torrent, de la Canyada de Paterna o de Godella como lugares de segunda residencia. Todos ellos tienen en común su situación topográfica sobre cerros elevados y poblados de pinares y la presencia de viviendas unifamiliares habitadas por linajes de elevada posición económica. Además, la mejora de las comunicaciones posibilitó que en las afueras de las poblaciones cercanas a la capital surgieran barrios de casas adosadas entre medianeras que normalmente contaban con un pequeño jardín delantero o trasero. La presencia de la línea de ferrocarril de vía estrecha propició, igual que en Picanya y Picassent, la construcción de casas alrededor de la calle de San Nicolás. Otro punto de concentración de viviendas de recreo adosadas se sitúa en el eje formado por la carretera de Mislata a Torís desde el puente del barranco hasta las proximidades de la antigua ermita de San Gregorio. Y a ambos lados del tramo que une Alaquàs y Torrent se levantaron una serie de chalets de familias de la alta burguesía valenciana, entre los que destacamos por su sobresaliente valor arquitectónico el de la familia Giner-Cortina.

Estación del ferrocarril de vía estrecha. Fotografía: A. Besó, 2013

El Vedat Las tierras que conforman el cerro del Vedat pertenecieron al señorío de Torrent. En 1847 la

Esta estación sufrió, junto con otras de la misma línea, una intervención bastante desafortunada en 1977 cuando se modernizó la línea y se levantaron los andenes, lo que repercutió en una modificación de la morfología de los huecos y en la reforma de la distribución interior. Se revocaron todos los lienzos murales exteriores de hormigón, con que el edificio ha visto notablemente alterada su imagen original. La intervención se completó con la demolición del edificio de servicios. En este sentido la modernización no siempre supone una incompatibilidad con la conservación del patrimonio, tal y como nos lo demuestran las estaciones de la línea del trenet de l’Horta Nord que, modernizadas en la década de los

Chalet residencial en el Vedat. Fotografía: A. Besó, 2007

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Chalet residencial en la zona del Romeral. Fotografía: A. Besó, 2007

propiedad pasó al municipio con la adquisición de los derechos señoriales. Pese a ello se entabló un largo pleito entre el Ayuntamiento y el Estado, ya que este, considerando la posición estratégica para el control de la llanura litoral, se reservó la propiedad. Finalmente, el Tribunal Supremo falló a favor del Ayuntamiento mediante sentencia dictada el 6 de octubre de 1886. Desde principios del siglo xx encontramos iniciativas relacionadas con la utilización de este espacio como lugar de esparcimiento. Los primeros chalets se construyeron alrededor de los dos caminos que servían de acceso desde el casco urbano: el camino viejo del Vedat, que coincide más o menos con la actual calle de Padre Méndez, mientras que el otro partía de la desaparecida ermita de San Gregorio, sobre el que se ha sobrepuesto la actual avenida de San Lorenzo. Estos primeros chalets, y sobre todo la fama de un hotel construido en 1914, actuaron como revulsivo que favoreció la construcción de nuevos chalets. También desde el Ayuntamiento se intentó impulsar el uso residencial de este monte de titularidad pública. Durante los años de la República acordó ceder terrenos a diferentes personalidades de la vida cultural valenciana para que construyeran sus chalets. Esta circunstancia explica la presencia de parcelaciones dispersas en la zona del Romeral, sin ningún tipo de estructura urbana ya que se articularon sobre las mismas sendas que discurrían por la cima del monte. Con esta fórmula se construyeron cerca de cuarenta chalets. Pero como ha explicado Giménez (1996, 230), la lejanía entre el Vedat y el casco urbano donde se situaba la estación y la línea de tranvía explican el retraso en la ocupación residencial que el monte sufrió en esta primera etapa en comparación con otras zonas próximas como la Canyada de Paterna o Godella, que se desarrollaron más rápidamente al gozar de buenas comunicaciones que ofrecían las diferentes líneas de ferrocarril de vía estrecha.

Finalizada la Guerra Civil, la urbanización del Vedat no se reanudaría con una cierta actividad hasta la década de los años cincuenta. A partir de los años sesenta se abre una nueva etapa de gran impulso constructivo favorecida por el desarrollo económico del país que posibilitó la consolidación de una amplía clase media con capacidad suficiente para acceder a la segunda residencia. Superada la crisis de los setenta, a mediados de la década siguiente el proceso se reanudaría en dos vertientes. Por una lado con una intensificación en la ocupación del suelo con la sustitución de antiguos chalets por viviendas unifamiliares adosadas, lo que ha repercutido la desaparición de muchas masas vegetales de las parcelas que han quedado reducida a la más mínima expresión, y por otro lado con un crecimiento en extensión con la construcción de nuevas urbanizaciones en la periferia del monte como Santa Apolonia, Santo Ángel, o la Colonia Blanca. Además la ciudad ha ido creciendo alrededor de los ejes formados por la avenida al Vedat y la calle Padre Méndez, llegando a fusionarse ambos núcleos en el cambio de siglo. La breve evolución histórica que acabamos de esbozar explica la diversidad y riqueza del patrimonio arquitectónico de este espacio, el cual no ha recibido la atención suficiente por los diferentes planeamientos urbanísticos. Aunque se han producido pérdidas significativas, aún se conservan algunos chalets levantados antes de los años cuarenta que han sobrevivido a la presión constructiva, que muestran la misma diversidad de lenguajes que caracteriza las arquitecturas urbanas del momento: historicismos – con un predominio del neoárabe, eclecticismo, Déco, racionalismo, etc. Y como fruto de la actividad edilicia de las últimas décadas también podemos ver interesantes ejemplos que nos acercan a los principales rasgos de las vanguardias arquitectónicas. Los espacios residenciales de la periferia urbana La construcción de nuevas vías de comunicación que unían Torrent con la capital propició el surgimiento de nuevos espacios residenciales que definieron el carácter de los bordes urbanos situados al norte y al este de la población. Estaban ocupados por viviendas unifamiliares de una planta construidas entre medianeras con un patio interior ocupado por especies ornamentales. Otras veces, un pequeño jardín visible desde el exterior a través de un enrejado, precede la fachada. Generalmente pertenecían en clases acomodadas de posición media residentes en la capital, ya que las familias de rango social más alto veraneaban en el Vedat. La mayor parte de estas edificaciones desaparecieron con el desarrollo urbanístico de los años sesenta al ser sustituidas por bloques de viviendas de varias plantas.

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(Cervantes, 17). En la antigua calle del Pi destacamos un chalet adquirido por el Ayuntamiento, que recientemente ha sido rehabilitado como espacio para la tercera edad. También a finales del siglo xix la familia Trénor compró la propiedad de la antigua dehesa del convento de MonteSión para edificar una casa de recreo. Antiguo chalet, actual centro de proximidad Virgen del Olivar Se construye sobre una parcela situada entre medianeras destinada a huerto o jardín. Se estructura en base a tres crujías de dos plantas con cubierta a tres vertientes. El espacio de la crujía central se cierra con cubierta plana, conformando una terraza practicable que a su vez sirve de mira-mar, elemento propio de estos edificios de recreo. En un lado se adosa un pórtico sostenido por columnas de fundición, que se aprovecha como terraza practicable desde la planta alta. El interior ofrece una decoración caracterizada por la profusión de elementos próximos a la estética modernista, como zócalos de azulejos, carpintería, molduras de yeso, y en especial cabe destacar una chimenea en la tercera crujía. El pavimento de todas las dependencias de la casa es de mosaico de Nolla.

La construcción del puente sobre el barranco de Torrent dentro del proyecto de la carretera de segundo orden que unía Mislata con Reial de Montroi permitió el establecimiento de una línea de tranvía de caballos, que posteriormente fue electrificada. Desde el puente hasta la subida a la antigua ermita de San Gregorio se concentraron alrededor de la carretera un buen número de casitas de recreo. Entre las pocas que se conservan hay que destacar la situada en la calle Quart de Poblet número 1, con una interesante decoración modernista.

Casa de veraneo en el entorno de la calle Valencia. Fotografía: A. Besó, 2013

La llegada del ferrocarril en 1893 propició el surgimiento de un núcleo de casitas de veraneo en la calle de San Nicolás y en algunas adyacentes. Entre los edificios que aún se conservan destacamos una casa de dos plantas que emplea un lenguaje ecléctico que mezcla elementos clásicos y barrocos (San Nicolás, 15) y la casa que perteneció al músico valenciano José Iturbi, que actualmente esta ocupada por la sede de la Mancomunidad Intermunicipal de l’Horta Sud

Antigua casa de veraneo en la calle Virgen del Olivar, actual centro de proximidad de la tercera edad. Fotografía: A. Besó, 2013

La fachada principal presenta la estructura heredada de la arquitectura de la casa de pueblo basada en el eje central marcado por la puerta de entrada y una ventana a cada lado, distribución que se repite en la planta superior donde el vano central es ocupado por un balcón. Pese a ello su composición se aparta de la rigidez de los esquemas populares desapareciendo la cornisa que separa las dos plantas y la que marca la línea de la cubierta, que queda escondida tras un antepecho macizo que se resalta a la altura del eje de cada una de las tres hileras de vanos. El repertorio decorativo, de estética modernista, se concentra en las embocaduras de los huecos en forma de motivos vegetales, que sirven también de inspiración a la

Casa de veraneo en la calle San Nicolás. Fotografía: A. Besó, 2013

Casas de veraneo en la Calle de Cervantes. En primer termino la casa que perteneció al compositor valenciano José Iturbi, actual sede de la Mancomunitat de l’Horta Sud. Fotografía: A. Besó, 2013

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hora de concebir las rejerías y las barandillas de los balcones superiores de hierro forjado. El friso que recorre el cuerpo inferior de la fachada marca una nota ecléctica al recurrir a los motivos a candilieri dispuestos de manera simétrica, que son más propios del lenguaje clasicista. Las otras fachadas responden a una composición de los huecos semejante a la fachada principal, aunque los lienzos murales son totalmente lisos sin ningún elemento decorativo, y el alero de la cubierta asoma sobre la fachada al carecer del antepecho que vemos sobre la principal. La reciente rehabilitación ha respetado las características arquitectónicas del edificio y toda la decoración de la planta baja. Se ha construido un cuerpo de dos plantas en la parte posterior de la casa, que conecta con ella a través de una estructura muy ligera. La principal diferencia entre el edificio antiguo y el nuevo se aprecia fundamentalmente en el lenguaje arquitectónico, quedando integradas ambas por una volumetría semejante y por una unidad cromática. El Huerto de Trénor La venta de los bienes desamortizados propició la consolidación de una nueva burguesía terrateniente que invirtió una parte de sus capitales en la compra de tierras. A partir de los años setenta del siglo xix comienza la expansión del cultivo del naranjo, por lo que muchos propietarios transforman sus antiguas tierras de secano en huertos de naranjos mediante la perforación de pozos y la instalación de norias, que serían sustituidas por máquinas a vapor a partir de 1880. Estos huertos, cuyo concepto constituye una evolución del jardín valenciano, se caracterizan por una doble finalidad económica y de esparcimiento, al edificarse una casa para la residencia temporal de sus propietarios. En este contexto se sitúa el origen del Huerto de Trénor. En 1978 el Ayuntamiento inició un proceso de negociación por lo que el propietario cedió el jardín y la casa como parque público a cambio de poder edificar la superficie plantada de naranjos.

Casa y capilla del Huerto de Trénor. Fotografía: A. Besó, 2013

Sus tierras formaron parte del huerto y la dehesa del antiguo convento de Monte-Sion, que fue expropiado en la Desamortización de Mendizábal de 1836. El Estado cedió al Ayuntamiento el convento para la instalación de una escuela y de la casa cuartel de la Guardia Civil, mientras que la dehesa y el huerto fueron vendidos en 1842 a Juan Bautista Tallada, vecino de Valencia. La familia Trénor adquirió la propiedad a finales del siglo xix (Ramírez, 2000), cuando se edificaría la casa y lo transformaría en huerto de naranjos y de recreo. Su situación topográfica, sobre una de las primeras elevaciones que circundan la llanura litoral de la huerta, hizo de este espacio un mirador privilegiado, cuyas vistas describieron entre otros Cavanilles y Madoz.

Jardines del Huerto de Trénor. Fotografía: A. Besó, 2013

El conjunto, en su estado previo a su urbanización parcial, responde a la tipología de huerto de naranjos burgués, con su perímetro totalmente cercado de pared, un amplio jardín con especies ornamentales autóctonas y exóticas, parcelas plantadas de naranjos, casa de recreo y capilla. La casa es de planta rectangular de tres crujías paralelas a fachada de dos plantas, con cubierta de teja a dos vertientes. Esta queda oculta por la sobreelevación de las fachadas que fingen una tercera planta que no existe. En los muros piñones se prolonga con un remate triangular al centro que integra el caballete de la cubierta, cuyo esquema compositivo se repite por analogía en las fachadas anterior y posterior. Totas las fachadas responden a una composición muy cuidada. En la parte posterior se adosa la capilla, de planta cuadrangular y cubierta a dos aguas, decorada con un lenguaje neogótico propio de la época para la arquitectura religiosa. El jardín, organizado sobre la antigua dehesa conventual, mezcla antiguas pervivencias del jardín valenciano con influencias del jardín romántico inglés, que reproduce de forma artificial elementos de la naturaleza como el estanque o la gruta. En 2010 se realizó una restauración botánica del conjunto.

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los materiales empleados, entre los que sobresalen los trabajos de decoración de los lienzos murales del vestíbulo en forma de paños de sebqua, almenas de piedra artificial que ocultan el canalón de desagüe, la carpintería o los paneles cerámicos realizados por la fábrica de Justo Vilar de Manises que interpretan repertorios neonazarís.

La carretera de Alaquàs El tranvía que unía Torrent con la capital facilitó el surgimiento de un grupo de casas de veraneo y huertos de naranjos que casi sin solución de continuidad se levantaban en los márgenes del tramo de carretera que une Alaquàs con Torrent, por donde discurría la línea. En el término de Torrent se conservan en bastante buen estado y en uso todos los chalets levantados, excepto el que fue residencia de la familia Giner Cortina. El chalet de la familia Giner Cortina Fue proyectado por el arquitecto José Manuel Cortina Pérez por encargo de su cuñado, el industrial valenciano José María Giner Viguer, y fue construido entre 1918 y 1919. Actualmente, aunque ha sido declarado por el Ayuntamiento Bien de Relevancia Local, se encuentra en un lamentable estado de conservación. Se trata de una muestra destacada de la obra de este arquitecto del modernismo valenciano que se formó en Barcelona con Doménech y Montaner, uno de los discípulos de Gaudí. Aunque el estilo predominante es el neoárabe, Cortina no trata de copiar sus rasgos con una fidelidad arqueológica, sino que los interpreta de una manera personal, mezclando elementos de los repertorios formales de los estilos medievales que son reelaborados para otorgarles una personalidad propia, como las rejerías, remates de la verja y otros elementos decorativos (Roselló, 2009). El chalet se sitúa en medio de una parcela rodeada por un muro perimetral. El cerramiento que recae a la carretera fue proyectado cuidadosamente por el mismo Cortina. Se compartimenta verticalmente con pilares de ladrillo rematados con un dado donde se mezclan elementos de la arquitectura gótica y de los repertorios clasicistas. Un zócalo de mampostería vista recorre todo el cercado. La pared se sustituye por rejas de hierro forjado en los tramos que se sitúan frente a la casa para favorecer su visión desde la carretera. La construcción es de planta rectangular con cubierta de teja árabe a cuatro vertientes. La fachada principal queda enfatizada por la presencia de un pórtico sobre el eje de simetría que sobresale del lienzo mural y se cubre con una cúpula de teja de escamas vidriada. Su carácter representativo se refuerza con la escalera que se abre en forma de abanico. Aunque la composición de las fachadas no es simétrica, el recurso a los huecos de la misma morfología, rematados con arcos de tipo nazarí polilobulados, y sobre todo del zócalo de mampostería sobre el que se asienta la construcción y la faja decorativa que precede el tejado contribuyen a otorgar uniformidad al conjunto y a compensar la excesiva verticalidad marcada por la presencia de numerosos vanos. Destaca la calidad de

Antiguo chalet de la família Giner-Cortina en la carretera de Alaquàs. Fotografía: A. Besó, 1998

LAS HUERTAS HISTÓRICAS Y LOS REGADÍOS DE PIE por: Adrià Besó Ros Universitat de València Aunque el municipio de Torrent forma parte de la comarca de l’Horta, tan sólo 14 hanegadas se benefician del agua del Turia, ya que su huerta histórica, de origen islámico, se abastecía del barranco de l’Horteta, que proporcionaba un caudal permanente, aunque bastante irregular. Se trata de un regadío de tipo marginal organizado a escala de un municipio, ya que la mayoría de las huertas reciben su caudal proveniente de los ríos que desembocan en sus riberas. La red hidráulica que se ha venido utilizando hasta no hace muchos años para el riego de las huertas tiene un origen antiguo, que según Burriel (1971), podríamos situar en época islámica. En la carta de población de Torrent del año 1248 consta que el Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén otorgó a cada uno de los nuevos pobladores, entre otras posesiones, tres jovadas de tierra de huerta (108 hanegadas). La actual partida de l’Horteta se correspondería con la huerta del antiguo poblado mudéjar de Perenxissa, que quedó deshabitado en el siglo xv, cuya pequeña superficie de regadío ha pervivido hasta que quedó integrada en los años ochenta del siglo xx con la expansión del naranjal. La superficie de la huerta histórica fue creciendo poco a poco hasta llegar a su máximo desarrollo a principios finales del siglo xix. En 1897 se contabilizaban 3856 hanegadas de regadío,

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Torrent: Historia, Geografía y Arte

que en su mayor parte, 3374,25, se dedicaban a cereales, 388 a naranjos, 36,5 a hortalizas, 33,5 a frutales, y 24 a dehesa (Folgado, 1994). El cauce del barranco de l’Horteta nunca llegó a quedar completamente seco gracias a los aportes de las fuentes. Una parte del agua quedaba retenida en unas cavidades denominadas clots, que actuaban como embalses naturales. Del clot de Bailón partía una acequia que discurría por la orilla norte del barranco hasta verter su caudal en la balsa del Manyet, junto al corral de ganado del mismo nombre. Esta se llenaba de noche y de día se distribuía el agua para el riego de l’Horteta de Dalt. Y para regar las tierras de l’Horteta de Baix salía una acequia que cruzaba el camino de Xarcos-Secs por els Arquets de Dalt. Entre estas dos huertas se regaba una superficie estimada en unas 130 hanegadas. El sobrante del riego de l’Horteta cruzaba el barranco y discurría por la Sequieta del Camp, que se aleja gradualmente de su cauce hasta llegar a els Arquets. Por este acueducto el agua volvía a salvar el barranco en dirección a la Masía del Juez donde se regaban unas 180 hanegadas. La acequia continuaba su recorrido hasta llegar a la fuente de San Luis. Junto a ella se perforaron entre finales del siglo xix y principios del xx unas minas para aumentar el caudal de la fuente, que discurría canalizado hasta el azud del Pantano, donde se concentraban los aportes de la acequia y del barranco. Por su derecha un canal conducía el agua hasta la población. Entraba por las actuales calles Músico Mariano Puig Yago, Ramón y Cajal, y la plaza del Obispo Benlloch, donde a principios del siglo xx se situaba el lavadero público y el abrevadero. De la calle Gómez Ferrer, antiguamente llamada Vora Séquia, se dirigía hacia las afueras del Raval donde estaba el Molino, de origen medieval, que fue derribado a principios de los años setenta del siglo xx. Desde allí su cauce se dividía en dos: la Acequia de Picanya, que regaba las tierras de esta localidad y sus sobrantes llegaban a Paiporta, y la del Ráfol que, bordeando la población se dirigía hasta la masía del mismo nombre, regando en su recorrido toda la huerta del Safranar. Esta red estuvo en funcionamiento hasta finales de la década de los años sesenta cuando su riego fue sustituido por el agua procedente de los pozos a motor. A continuación pasamos a analizar los elementos patrimoniales más destacados que se conservan de esta red hidráulica de origen medieval.

de Perenxissa, que conocemos por testimonios documentales y arqueológicos (Febrer, 1985). De sus tres arcos, actualmente solo se conserva uno, ya que los otros dos fueron derribados en la década de los sesenta para ensanchar el paso de la calzada. Está construido con piedras unidas con mortero de cal. El arco rebajado es de dovelas de piedra que se sustentan sobre una cimbra de ladrillos aparejados de canto, de la que únicamente se conservan los arranques, ya que el resto se ha perdido con el paso del tiempo. Las paredes del canal también son de mampostería. El conjunto ha sido restaurado en 2012 por el Ayuntamiento de Torrent.

Els Arquets de Dalt. Fotografía: A. Besó, 2013

Els Arquets de Baix Este acueducto es el más conocido del término de Torrent, sobre todo porque estuvo en uso hasta bien entrada la década de los setenta. Salva el paso del barranco de l’Horteta para posibilitar el riego de unas ciento ochenta hanegadas de huerta que había en la Masía del Juez. Tiene una longitud de 50 metros de largo por nueve de altura máxima. Está construido con una fábrica de mampuestos unidos con mortero de cal, con cuatro arcos de rosca de ladrillo, apoyados sobre una cimbra del mismo material que se ha perdido en dos de los tramos. Además, aún se conservan un arco y medio con dovelas de piedra de una serie de menor luz que fue derribada en la década de los sesenta para ensanchar el camino de Xarcos-Secs. El estudio arqueológico realizado con motivo de la restauración

Els Arquets de Dalt Este acueducto, que salva el camino de Xarcos Secs, servía para el riego de l’Horteta de Dalt. Esta pequeña huerta formó parte del antiguo poblado mudéjar

Els Arquets de Baix. Fotografía: A. Besó, 2013

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El paisaje de secano se ha caracterizado por el predominio de la trilogía mediterránea, siendo el algarrobo el cultivo mayoritario con 40.066 hanegadas, seguido de la vid (10.912,50 h) y el olivo (2.033 h). Estos cultivos han ido paulatinamente desapareciendo al ser desplazados por el avance del naranjo hasta quedar reducidos en la actualidad a una extensión residual. Pese a ello aun perviven algunas de las arquitecturas relacionadas con los aprovechamientos anteriores, que se encuentran totalmente descontextualizadas en los paisajes actuales. Las construcciones tipológicamente más primitivas (casitas de piedra seca, rafals y recers) han desaparecido completamente en las últimas décadas. Pero aún quedan en pie, conservados con mejor o peor fortuna, algunas casitas de secano, corrales de ganado y masías.

llevada a cabo en el año por el Ayuntamiento de Torrent en 2008 sitúa su origen en el siglo xiv. A esta época pertenecen los arcos más estrechos y la fábrica de los extremos, mientras que los arcos centrales se han datado en el siglo XVII, los cuales posiblemente se construirían en sustitución de los anteriores que serían destruidos por una avenida. El Pantano Se trata de un azud construido a mediados del siglo xix sobre otro ya existente (Miquel, 1990, 6263). Retenía el caudal del barranco de l’Horteta y los sobrantes de las anteriores acequias, y los derivaba hacia otra canalización que, travesando la población de Torrent, regaba las cerca de cuatro mil hanegadas que conformaban su huerta histórica. Se construye con grandes piedras unidas con mortero de cal, cuya fábrica se culmina con sillares cuyas uniones se han reforzado con grapas de hierro. A la derecha se sitúa la caseta de compuertas que regulaba la entrada de caudal a la acequia. Actualmente se encuentra sin uso y totalmente terraplenado por los depósitos arrastrados por las avenidas del barranco, existiendo un proyecto de restauración.

Casetas de secano La caseta ha sido el tipo de edificación más característico del secano de Torrent. Servían de estancia a los labradores cuando iban a trabajar en el campo durante algunos días. Se localizan a partir de los cinco kilómetros del núcleo urbano para ahorrarse el tiempo necesario en el desplazamiento con los medios de tracción animal. Responden a dos tipologías básicas: de una crujía de planta rectangular con cubierta a una vertiente y de dos crujías de planta cuadrangular con cubierta de dos faldones. Se levantan con muros de mampostería revocados con mortero. La puerta de acceso se sitúa sobre uno de los muros de carga que se orienta entre el sur y el este, hacia donde vierte también la cubierta. Además se abren pequeños vanos de no más de veinte centímetros de anchura que sirven de ventilación. El forjado es de rollizos o de viguetas de madera que sustentan un cañizo o una alfarjía sobre la que se coloca la teja árabe. En su interior encontramos dos ámbitos: uno destinado a las personas, formado por una chimenea y unos bancos de mampostería para descansar, y otro ocupado por los animales donde está el pesebre. En las tipologías de una crujía el espacio de ocupación humana se sitúa a un lado y el pesebre al otro. En las de dos crujías, la primera se destina a las personas y la segunda a los animales. El suelo siempre es tierra batida.

El Pantano. Fotografía: A. Besó, 2013

LAS ARQUITECTURAS DE LOS ANTIGUOS SECANOS por: Adrià Besó Ros Universitat de València Históricamente la isohipsa de los cuarenta metros ha marcado la divisoria histórica entre la huerta y el secano. El regadío se ha localizado al este del casco urbano y se ha caracterizado por la ausencia de edificaciones dispersas, salvo algunas barracas que se documentan en los libros de matrícula parroquial y que no han llegado a sobrepasar el umbral del siglo xx (Besó, 1995, 68-70). Las tierras más altas se han dedicado tradicionalmente a cultivos de secano hasta que en la transición de los siglos xix y xx comenzó su transformación en regadío con la construcción de los primeros pozos a motor. En 1897 el secano ocupaba una superficie de 54.894,75 hanegadas frente a las 3.797,17 de huerta (Folgado, 1994).

Caseta de secano. Fotografía: A. Besó, 1987

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El paisaje de secano se ha caracterizado por el predominio de la trilogía mediterránea, siendo el algarrobo el cultivo mayoritario con 40.066 hanegadas, seguido de la vid (10.912,50 h) y el olivo (2.033 h). Estos cultivos han ido paulatinamente desapareciendo al ser desplazados por el avance del naranjo hasta quedar reducidos en la actualidad a una extensión residual. Pese a ello aun perviven algunas de las arquitecturas relacionadas con los aprovechamientos anteriores, que se encuentran totalmente descontextualizadas en los paisajes actuales. Las construcciones tipológicamente más primitivas (casitas de piedra seca, rafals y recers) han desaparecido completamente en las últimas décadas. Pero aún quedan en pie, conservados con mejor o peor fortuna, algunas casitas de secano, corrales de ganado y masías.

llevada a cabo en el año por el Ayuntamiento de Torrent en 2008 sitúa su origen en el siglo xiv. A esta época pertenecen los arcos más estrechos y la fábrica de los extremos, mientras que los arcos centrales se han datado en el siglo XVII, los cuales posiblemente se construirían en sustitución de los anteriores que serían destruidos por una avenida. El Pantano Se trata de un azud construido a mediados del siglo xix sobre otro ya existente (Miquel, 1990, 6263). Retenía el caudal del barranco de l’Horteta y los sobrantes de las anteriores acequias, y los derivaba hacia otra canalización que, travesando la población de Torrent, regaba las cerca de cuatro mil hanegadas que conformaban su huerta histórica. Se construye con grandes piedras unidas con mortero de cal, cuya fábrica se culmina con sillares cuyas uniones se han reforzado con grapas de hierro. A la derecha se sitúa la caseta de compuertas que regulaba la entrada de caudal a la acequia. Actualmente se encuentra sin uso y totalmente terraplenado por los depósitos arrastrados por las avenidas del barranco, existiendo un proyecto de restauración.

Casetas de secano La caseta ha sido el tipo de edificación más característico del secano de Torrent. Servían de estancia a los labradores cuando iban a trabajar en el campo durante algunos días. Se localizan a partir de los cinco kilómetros del núcleo urbano para ahorrarse el tiempo necesario en el desplazamiento con los medios de tracción animal. Responden a dos tipologías básicas: de una crujía de planta rectangular con cubierta a una vertiente y de dos crujías de planta cuadrangular con cubierta de dos faldones. Se levantan con muros de mampostería revocados con mortero. La puerta de acceso se sitúa sobre uno de los muros de carga que se orienta entre el sur y el este, hacia donde vierte también la cubierta. Además se abren pequeños vanos de no más de veinte centímetros de anchura que sirven de ventilación. El forjado es de rollizos o de viguetas de madera que sustentan un cañizo o una alfarjía sobre la que se coloca la teja árabe. En su interior encontramos dos ámbitos: uno destinado a las personas, formado por una chimenea y unos bancos de mampostería para descansar, y otro ocupado por los animales donde está el pesebre. En las tipologías de una crujía el espacio de ocupación humana se sitúa a un lado y el pesebre al otro. En las de dos crujías, la primera se destina a las personas y la segunda a los animales. El suelo siempre es tierra batida.

El Pantano. Fotografía: A. Besó, 2013

LAS ARQUITECTURAS DE LOS ANTIGUOS SECANOS por: Adrià Besó Ros Universitat de València Históricamente la isohipsa de los cuarenta metros ha marcado la divisoria histórica entre la huerta y el secano. El regadío se ha localizado al este del casco urbano y se ha caracterizado por la ausencia de edificaciones dispersas, salvo algunas barracas que se documentan en los libros de matrícula parroquial y que no han llegado a sobrepasar el umbral del siglo xx (Besó, 1995, 68-70). Las tierras más altas se han dedicado tradicionalmente a cultivos de secano hasta que en la transición de los siglos xix y xx comenzó su transformación en regadío con la construcción de los primeros pozos a motor. En 1897 el secano ocupaba una superficie de 54.894,75 hanegadas frente a las 3.797,17 de huerta (Folgado, 1994).

Caseta de secano. Fotografía: A. Besó, 1987

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Su emplazamiento se relaciona con la presencia de algunos algarrobos situados a su alrededor, cuya sombra se aprovechaba para desarrollar algunas actividades cotidianas al aire libre durante los meses de verano. Por ello en algunos casos sus troncos se rodeaban con ruedos de piedra en seco o de mampostería que servían de asiento.

Corrales de ganado Caseta de secano. Fotografía: A. Besó, 1987

Tienen como finalidad mantener el ganado reunido y resguardado del sol, la lluvia o el relente de la noche. Se localizan cerca de los caminos ganaderos, preferentemente sobre suelos pedregosos, ya que este terreno, además de no ser apto para el cultivo, facilita la limpieza una vez extraído el estiércol. Ocupan una superficie ortogonal, cuadrada o rectangular, cuyo perímetro queda acotado por una pared de mampostería de unos dos metros de altura, sobre la que se adosan por su interior uno o varios porches de una crujía. En ellos se integra la caseta donde pernoctaban los pastores, en cuyo interior encontramos una chimenea, bancos para dormir, hornacinas para depositar objetos, etc. Las cubiertas de teja árabe se asientan sobre un forjado de rollizos o de viguetas de madera, sobre las cuales se dispone un cañizo. Siempre vierten hacia el interior, ya que de esta manera las lluvias contribuyen a la limpieza del corral. Por ello la puerta de acceso se sitúa en la cota más baja para facilitar el desagüe. En los cobertizos suelen abrirse pequeños vanos hacia el exterior para favorecer su ventilación.

Corral Blanc o de la Mala Pujà. Fotografía: A. Besó, 1987

De los antiguos corrales que había en Torrent sólo queda en pie uno de los dos que conformaban el conjunto de Manyes (707-850-4.364.370) y el de la Mala Pujà (715.820-4.365.520) en la Colonia Blanca del Vedat de Torrent. El de Fabià (708.435-4.364.060) conserva parte de sus estructuras muy alteradas, los Mariano el Moro (711.990-4.367.140), de Franjo (706.295-4367.095) y del Manyet (709.760-4.365.740) se encuentran en ruinas, mientras que los de Fresquito, Colero y Cocota fueron derribados. Masías La masía es el centro de gestión de una gran explotación agraria del secano. El origen de estos grandes patrimonios rústicos lo encontramos en el Antiguo Régimen. Con las desamortizaciones estos establecimientos, muchos de los cuales eran propiedad de órdenes religiosas, fueron adquiridos por la nueva burguesía terrateniente, circunstancia que se fue aprovechada en muchos casos para practicar reformas en las casas y adaptarlas a las nuevas necesidades residenciales. Su arquitectura se relaciona directamente con el tipo de casa de pueblo académica difundida a las áreas costeras de las comarcas del golfo de Valencia (Besó, 2004, 88-90). Está formado por un cuerpo principal de dos plantas de dos crujías paralelas a fachada con cubierta de teja a dos vertientes, muy desarrollado longitudinalmente. En la planta baja se localizaba la vivienda de los arrendadores o de los caseros, y la planta alta estaba ocupada por la vivienda temporal de los propietarios. En la parte posterior se adosa un gran corral, rodeado por algunos o por todos sus lados por cuerpos que en planta baja albergan las instalaciones dedicadas a la transformación de las cosechas de secano, como la almazara con las prensas, el molino y balsas para la elaboración del aceite, o la bodega con los lagares y las prensas para la producción del vino, y los establos para la estancia de los animales de tiro. En la planta alta estaban las grandes cambras para almacenar algarrobas, paja, cereales y otros productos. En el patio se situaba el horno de pan cocer y el pozo para el servicio de agua potable. La masía de las comarcas costeras adopta el tipo de casa compacta, por lo que algunas de ellas presentan un corral de ganado adosado a la casa. Algunas de las antiguas masías que había en Torrent han desaparecido. Las de Barcos (711.890-4.362.990) y de los Giles (711.950-4.363.950) fueron derribadas en 1982 y 1988 respectivamente. Actualmente sólo se conservan en buen estado las de don Pedro (713.0504.378.750), del Ráfol (719.780-4.365.975), y algunos cuerpos de servicios y la capilla de la Masía del Juez (713.300-4.368.050).

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La Masía de Don Pedro La planta presenta una estructura atípica. Esta formada por un cuerpo principal compacto de cuatro crujías paralelas a fachada de diversa altura con cubierta a dos vertientes. En el lado oeste se adosa el corral, a cuyo alrededor se adosan los cuerpos de servicios agrícolas.

junto al camino de acceso donde residían las familias que tenían arrendamiento un lote de tierras. De esta forma se explica que la masía propiamente dicha carezca en la planta inferior de viviendas para los arrendadores. Por eso hay que entenderla como un centro donde se localizan unos servicios comunes de los que podían disponer todos los usufructuarios para almacenar o transformar sus cosechas. El edificio fue parcialmente derribado en 1940 al ser adquirido por unos especuladores para aprovechar la madera, por lo que actualmente sólo se conserva la capilla y algunos restos del cuerpo posterior, hoy compartimentado y transformado en viviendas. En 1982 comenzó la restauración de la capilla y de la parte que ocupaba la antigua casa abadía. El 1988 se rehabilitaran las dependencias interiores como locales parroquiales y en la última intervención se han restaurado las fachadas de la capilla. La planta del cuerpo principal se articulaba alrededor de un patio central rectangular que quedaba cerrado por los cuatro lados por sendos cuerpos de dos crujías. En el lado sur se adosa un antiguo corral de ganado. En 1715 la masía del Juez se erige como parroquia, cuya jurisdicción comprendía todos los oratorios de las masías de Torrent y el Llano de Quart. En 1749 se construye una capilla junto al lado norte. Entonces quedó sin uso un pequeño oratorio que se situaba en la planta baja del cuerpo principal. La fachada principal, que conocemos por fotografías antiguas, presentaba la composición característica con tres vanos por planta. En la planta baja un eje central travesaba la edificación, continuando hacia la otra puerta, situada en el cuerpo posterior. El primitivo oratorio se ubicaba dentro de la primera crujía, entrando por la puerta principal a la izquierda. En el lado norte, pegada a la capilla, se habilitó la casa abadía. Todos los espacios restantes se destinaban a alojar las diversas dependencias para la transformación y almacenamiento de los productos del campo. La vivienda de los propietarios de las tierras ocupaba el ala norte del piso, junto a la capilla, hacia donde se abría un mirador o tribuna. Los espacios restantes se dedicaban a almacén de cosechas. La capilla es de una nave de reducidas dimensiones con tres capillas entre contrafuertes. Se cubre con una bóveda de medio cañón con lunetos donde se abren ventanas que iluminan su interior. La cabecera se de planta cuadrangular (Lluch, 1981). La decoración interior es muy sencilla. Sólo merece la pena destacar un panel cerámico del siglo xviii colocado en una de las capillas laterales que representa el bautismo de Cristo. El altar mayor está dedicado a San Vicente Ferrer, titular de la parroquia. El hecho de ser una parroquia explica la necesidad de

Mas de Don Pedro o de Baviera. Fotografía: Eugenio Simó, 2011

La fachada del cuerpo principal presenta una composición bastante cuidada con cinco vanos por planta, con la puerta de acceso centrada. Su morfología es fruto de una intervención realizada a principios de los años setenta del siglo xx, que no plantea ninguna contradicción tipológica, donde se reaprovecharon las carpinterías provenientes de otro edificio. En las dos primeras crujías de la planta baja se sitúa la vivienda con las diversas dependencias, mientras que las posteriores están ocupadas por la bodega para la elaboración del vino. El primer piso queda reducido a las dos crujías recayentes a la fachada donde se localiza la vivienda noble, que conserva bastante bien los rasgos estilísticos de finales del siglo xix cuando sería construida. El segundo piso queda prácticamente reducido a la crujía recayente a la fachada y se destina a cambra. El patio se cierra por el norte por un potente cuerpo de dos crujías de dos plantas que se concibe como una continuidad de las dos crujías posteriores del cuerpo principal. Allí estaban los establos y almacenes, y la planta alta, totalmente diáfana, se utilizaba como andana para guardar las cosechas. Sobre los otros lados se han ido adosando otros cuerpos conforme han ido surgiendo las diversas necesidades. Junto a la casa se instaló a principios del siglo xx un motor con la correspondiente balsa de regulación, con cuyo caudal empezaron a transformarse las primeras parcelas en regadío. Actualmente todas las tierras se encuentran plantadas de naranjos. La Masía del Juez Es la masía más conocida de Torrent, ya que con el paso del tiempo el edificio ha dado lugar a un reducido núcleo de población concentrada sus proximidades

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Torrent: Historia, Geografía y Arte

Mas del Jutge. Fotografía: A. Besó, 2011

construir un campanario para alojar las campanas. El cuerpo superior de la torre tiene cuatro vanos ocupados por tres campanas fundiciones en 1773, 1813 y 1970 respectivamente. La Masía del Ráfol Ha estado propiedad de los marqueses de La Romana. Según Madoz, a medios del siglo xix la finca constaba de 840 hanegadas de secano plantadas de algarrobos y olivos, y de 164 de huerta, plantadas de moreras y frutales. Para su riego tenía derecho cada cuatro semanas a disfrutar de dos días de agua de agua de la acequia de Torrent, que consiguió a cambio de costear el dorado del retablo mayor de la iglesia de la Asunción (Sarthou, 1922). En estos momentos todas sus tierras están transformadas en regadío y plantadas de naranjos. La casa constituye un destacado ejemplo de arquitectura académica dieciochesca. Su fachada presenta una esmerada composición con una disposición simétrica de los vanos donde se resaltan en altura los extremos en forma de torre mediante un cambio de orientación del faldón de la cubierta. Presenta una estructura arquitectónica de trazas muy cuidadas, formada por dos cuerpos de dos crujías de tres plantas unidos en perpendicular formando una L, en cuya intersección se sitúa una caja de escaleras que interrelaciona todas las plantas. El cuerpo principal queda atravesado por un eje que comunica el exterior

con el patio interior. En la primera crujía encontramos la capilla, mientras que en la segunda en el lado opuesto hay una escala de carácter representativo que comunica con la planta noble situada al primer piso. El resto de espacios, actualmente muy transformados, se dedicaban a vivienda de los arrendadores de las tierras. La última planta se destinaba a la cría del gusano de seda. En las dos crujías del ala norte se localizaban varios servicios relacionados con la transformación y almacenamiento de los productos agrarios, como la almazara y la bodega. En el primer piso se encuentran las habitaciones que en tiempos pasados alojaban el servicio doméstico, con una amplia cocina desde donde se accedía al pozo, la despensa y un horno de pan cocer, hoy sin uso. El último piso, dedicado en almacén de cosechas, se compartimentó en numerosas estancias posiblemente utilizadas para alojar a los jornaleros. Por el lado sur junto al patio de la casa se adosa un corral de ganado. Y en el lado oeste había un amplio huerto cercado de pared que según la documentación de los siglos xviii y xix estaba plantado con especies ornamentales.

Mas del Ràfol. Fotografía: A. Besó, 1987

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Col·lecció Història i Geografia Local Relació de títols: 1. Història de Xàtiva 2. Turís. Geografia, Història i Art 3. Historia de Buñol 4. LLíria. Historia, Geografía y Arte 5. La Pobla de Vallbona. Historia, Geografía y Arte 6. Quart de Poblet. Historia, Arte y Geografía 7. Catarroja. Historia, Geografía y Arte 8. Torrent. Historia, Geografía y Arte

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