El papel del público en el fenómeno musical

El papel del público en el fenómeno musical

Manuel Monestel

Gracias, gracias¡¡¡ Todo se lo debo a mi público, a ese público maravilloso que siempre me ha apoyado!!!

Así se han expresado cientos o miles de artistas a lo largo de los últimos setenta u ochenta años de industria y mercado musical organizado.

Al margen de que lo crean, al margen de su sinceridad, los artistas, conscientes o no, son piezas de un ajedrez donde entran en juego: el capital (el rey), la discográfica (la reina), el productor (el alfil), la radio (la torre), la tienda física o virtual (el caballo) y el artista (el peón), siendo el público el tablero, sobre el cual se lleva a cabo todo el juego.

La calidad de relación que se establece con el público puede incidir de manera notable en el derrotero del proyecto musical.

Existen distintos tipos de público, está el público pensante que escoge la música según criterios de calidad, estética u otras categorías ligadas al concepto de arte.
Por otra parte está el público masa que movido por criterios emotivos o sensibleros, sigue ciegamente un proyecto o producto musical independientemente de su calidad, guiado por el motor de la moda, de lo que está en boga, de la popularidad, de lo que todos escuchan.

Aunque la correlación entre las partes del ajedrez cambia con los tiempos, el papel del público sigue siendo importante y cobra un peso relativo mayor en el contexto actual de la industria musical.
"Los ingresos por la venta de entradas se han incrementado en un 117% en la última década: de los casi 70 millones de euros del año 2000 a los más de 150 millones de euros de 2008. En ese mismo período, la venta de discos pasó de recaudar 600 millones de euros a 225, lo que supuso un descenso del 62,5%. "La música está viva. La música en directo no está cayendo y la música grabada está cambiando", explicó ayer el presidente de la APM, Pascual Egea." Tomado de : Los conciertos salvan la industria musical, Los ingresos por directos crecen un 117% en una década, J. M. MARCOS
Es claro que el público, de manera presencial en un concierto o de manera indirecta como consumidor de discos o de espacios cibernéticos musicales, es determinante en el negocio musical.
Sin embargo, cabe preguntarse, cuál es su papel en la relación creador-obra, o en la relación intérprete-fenómeno musical.
En términos de consumo mercantil no cabe duda de la importancia de esa masa de consumidores que alimentan el mercado musical y enriquecen a los más agresivos o eficientes productores.
Ahora, desde la perspectiva de la obra musical, el público puede ser un referente para complacer las tendencias de gusto predeterminadas por el aparato publicitario de las discográficas o de los espacios de consumo musical, o puede, de otra manera, simplemente ser un interlocutor de la creación musical e interactuar con el compositor sin que necesariamente le señale la dirección de la creación musical o tenga influencia en los criterios de composición o de estilo de la obra.
Según el enfoque de Teodoro Adorno, este mundo dirigido no tolera que nada quede fuera. En este sentido, la crítica irrumpe como resistencia o excepción. La música hecha desde una perspectiva crítica, niega esta uniformidad y se revela contra la alienación.
El enfoque de Adorno, claro y enriquecedor, señala los rasgos de la producción masiva actual de música y la actitud del público frente a la música producida y difundida.
La afluencia masiva de público a los conciertos certifica, desde la perspectiva comercial, el éxito del proyecto musical. Los empresarios invierten en el proyecto, los medios masivos le dan espacios considerables y el púbico refuerza su convicción hacia ese específico fenómeno musical. El círculo se cierra así y la gallina de los huevos de oro es puesta en un lugar de honor en el mercado musical.
Arjona llena 34 Estadios Luna Park en Argentina, alcanzando un record histórico ni de cerca logrado por otros cantautores como Serrat, Sabina, Charly García, Fito Páez, Chico Buarque o Silvio Rodríguez. ¿Cómo explicar en ese ejemplo la relación entre efectividad comercial y creación artística? ¿Cómo se alcanza un impacto tan contundente en el público solo a partir de la obra misma? ¿ Cómo intervienen las otras piezas del ajedrez en este juego entre lo artístico y lo comercial?
A partir de la teoría de la recepción se abre un innovador espacio para la comprensión de la obra artística. Esta teoría supuso un cambio en la manera de valorar la obra de arte, al considerar al lector o receptor como punto de referencia histórica para el estudio de una obra. Esta especial atención en el receptor, no simplemente entendido como público que consume un producto, sino, como parte esencial del hecho artístico, constituye un enfoque más amplio en el análisis y valoración de la obra.
Umberto Eco se refiere a las obras artísticas como obras abiertas , en tanto, cada receptor puede interpretarlas de modos diferentes, encontrando significados nuevos y distintos en un mismo significante. Esto, le da una especial importancia a la participación del receptor en la comprensión de la obra.
Partiendo de la importancia del receptor en el entendimiento de la obra, veremos cómo, los distintos receptores aportan significados diversos que, a su vez proveen nuevos elementos, que por una parte alimentan los enfoques mercantiles y por otra los enfoques artísticos.
Un público manipulado y saturado de propaganda comercial, empujado hacia el consumo irracional, será la población ideal para el aparato productor de música destinada a llenar las necesidades del mercado.
Un público con criterio y cierta cultura general, será el que determine su forma de consumir bienes musicales y dialogará con el mercado acerca de la música que quiere escuchar.
El creador musical puede optar entre esos dos tipos de consumidor y dirigir su obra a uno o al otro, sin embargo, el compositor musical debe ser leal y fiel a sus instintos creadores y a su ímpetu interno que le señala la urgencia y la dirección de su obra.
Como ha dicho Sir Ernst H. Gombrich en su obra Cuatro teorías sobre la expresión artística:
"En cada estado del proceso creativo el artista debe ser su primer público y su primer crítico. Tanteará y explorará su medio artístico, observando cómo le afectan las distintas combinaciones de formas, de colores o de tonos musicales. En este atento juego de tanteo y experimentación con las posibilidades de su arte, el pintor sacará partido a los accidentes fortuitos que encuentra a lo largo de su proceso, al igual que hacía el poeta al sondear las posibilidades del lenguaje."
En el discernimiento entre los elementos esenciales de la obra artística y los elementos contextuales ( las piezas del ajedrez) se define la dirección que tome la obra de un creador musical o artístico en general.
En medio de todas las piezas del ajedrez, el peón puede convertirse en rey si supera la presión del entorno y si logra entender la dinámica del mismo, para ubicarse, posicionarse y empoderarse en aras de ser un artista y no un reproductor de fórmulas comerciales.
Aunque en el fondo, en esta sociedad y en las relaciones existentes, el trabajo artístico será marginado y sometido por obras funcionales y financieramente exitosas. El público en tanto y en general, contempla pasivamente lo que la industria determina y lo que el mercado ofrece.