\"El papel de las redes empresariales en la industrialización guipuzcoana\" XI Congreso Internacional de la AEHE, Madrid 4 y 5 septiembre 2014

August 18, 2017 | Autor: Elena Catalan | Categoría: Historia Economica, Análisis de redes sociales, Historia Del País Vasco
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Descripción

XI Congreso Internacional de la AEHE 4 y 5 de Septiembre 2014 Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF) Madrid

Sesión / Session: Redes Empresariales: Una Perspectiva Cuantitativa

Título / Title: El papel de las redes empresariales en la industrialización guipuzcoana: el caso de la industria armera (1886-1925)

Autor-s / Author-s: Elena Catalán Martínez, Igor Goñi Mendizabal e Isabel Mugartegui Eguía

Filiación académica /Institution: Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea

Dirección electrónica de contacto / email: [email protected] [email protected] [email protected]

El papel de las redes empresariales en la industrialización guipuzcoana: el caso de la industria armera (1886-1925) 1 Elena Catalán Martínez (UPV/EHU) Igor Goñi Mendizabal (UPV/EHU) Isabel Mugartegui Eguía (UPV/EHU) (Versión preliminar. Por favor no citar sin permiso de los autores)

Las especiales características del proceso de industrialización guipuzcoano, en contraposición al vizcaíno, son conocidas y han sido tratadas hace ya tiempo en la historiografía española. Jordi Catalán (1990), ya expuso en su análisis sobre la misma la importancia que la burguesía local tuvo en el desarrollo de la industria de esta provincia vasca, siendo escaso el papel del sector financiero, y destacando, por el contrario, los capitales familiares. Del mismo modo, subrayó el tamaño relativamente reducido de las empresas y la enorme diversificación industrial, lo que no fue óbice para que se obtuviera un importante grado de innovación y competitividad exterior. El dinamismo de los empresarios guipuzcoanos tuvo como consecuencia la creación de un rico y diverso tejido industrial, en el que destacaron las industrias de bienes de consumo (papel, textil, cerveza, chocolate, calzado…), transformados metálicos (armas, máquina herramienta, cerrajería, material ferroviario) y los bienes intermedios (siderurgia, cementeras…). Este dinamismo estuvo protagonizado eminentemente por empresarios autóctonos quienes mostraron también una gran iniciativa expandiendo la industria a nuevas ramas productivas diversificando aún más el entramado industrial del territorio. El papel que las redes sociales han jugado en este proceso se intuye en alguno trabajos recientes que han tratado el caso guipuzcoano desde otra perspectiva, como Gárate (2009) y Carrión (2010), o que han utilizado otro marco teórico explicativo para el estudio de casos sectoriales, como Goñi (2010) en su análisis sobre la industria armera. Para nuestro trabajo hemos utilizado como fuente principal el registro mercantil complementándolo con otro tipo de documentación de carácter cualitativo y cuantitativo. Nuestro objetivo es efectuar desde la perspectiva metodológica del análisis de las redes sociales un estudio sobre el proceso de industrialización guipuzcoano.

De todo ello

pretendemos obtener, por un lado, una visión panorámica de la estructura empresarial tratando 1

Trabajo realizado en el marco del grupo de Investigación IT-807-13 del Sistema Universitario Vasco financiado por el Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco.

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de identificar la existencia de grupos empresariales y/o familiares, así como la de relaciones entre distintos sectores de actividad, que muestren posibles estrategias de integración o cuasiintegración vertical u horizontal. Del mismo modo, aspiramos llegar a conclusiones relevantes sobre el papel que las redes empresariales jugaron en la creación de un elevado grado de capital social que explicara el particular dinamismo de los empresarios guipuzcoanos. Esta comunicación constituye un pequeño avance muy preliminar de una investigación que está en sus primeras fases de desarrollo. 1. Metodología y crítica de fuentes La base documental de este trabajo la constituye los Libros de Sociedades del Registro Mercantil de Guipúzcoa (RMG) entre los años 1886 y 1925 2.

Existe un consenso

generalizado entre los historiadores de la empresa en considerar al RM como índice para medir las expectativas de inversión y la formación de capital en un área geográfica concreta (Lindoso 2003: 37). El análisis de los libros de sociedades permite definir múltiples aspectos de la actividad empresarial, pero sobre todo, ofrece una información variada y precisa de las sociedades constituidas en un momento determinado. Y esta, que es su mayor virtud, se convierte también en su gran defecto: el exceso de información puede hacernos obviar cuestiones importantes. En este sentido, resulta prioritario el establecimiento de una metodología adecuada que permita el análisis multidireccional de la actividad empresarial 3. En el vaciado de datos hemos tenido en cuenta únicamente aquellas sociedades que ofrecían una filiación inequívoca de los socios; quedan excluidas, por tanto, las que se formalizaron a través de testaferros que no indican en nombre de quién actuaban. Entre 1886 y 1925, se registraron un total de 1.025 empresas que aglutinan a 3.195 socios constituyentes; una muestra suficientemente representativa de la actividad empresarial guipuzcoana en esos años 4. Esta base empírica es el resultado de un laborioso proceso de homogeneización de los datos con la finalidad de evitar duplicidades y, por lo tanto, el sesgo alcista en la inversión 5. Por un lado, un número considerable de empresas experimentaron variaciones en su masa 2

Registro Mercantil de Guipúzcoa (RMG). Libros de Sociedades nº1-40 Sobre los problemas metodológicos del Registro Mercantil puede verse los diferentes trabajos que engloba la obra que dirigen MARTÍN RODRÍGUEZ, GARRUÉS IRURZUN Y HERNÁNDEZ ARMENTEROS (dirs), 2003 4 El registro plantea problema de representatividad puesto que únicamente se registran aquellas sociedades en las que participa más de un socio. Esto excluye a las empresas unipersonales que, en 1923-24, suponían el 80% de las sociedades guipuzcoanas aunque sólo aportarían el 15,45% de los capitales [AGG-GAO (Archivo General de Guipúzcoa- Guipuzkoako Artxibo Orokorra). Censo de Producción Industrial de 1923-23. Inventario Topográfico] 5 Una metodología similar se puede ver en SOLER, 2003: 18-25 3

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social, nominación o capital; por otro, una misma persona pudo participar en diferentes negocios por lo que se corre el riesgo de computarlo varias veces. En consecuencia, y para facilitar el análisis, se ha procedido a separar la base de datos general en dos complementarias: en una se trata todo lo relativo a la constitución de sociedades y en la otra, lo relativo a los inversores. Una empresa podía registrarse en el Libro de Sociedades varias veces por diferentes motivos. La primera, obviamente, durante su fundación; este es el dato base con el que hemos trabajado. Posteriormente podía producirse la incorporación de nuevos socios o el cese de alguno de ellos. De no tenerse en cuenta este hecho, se podría estar contabilizando dos y hasta tres veces el mismo capital social por lo que, para evitar este problema, se ha conservado la denominación inicial de la empresa calculando el capital final, tras agregarle o restarle el importe de las variaciones sufridas a lo largo de su existencia. Cuando la alteración afecta a la razón social resulta más complicado establecer los itinerarios de la empresa: en ocasiones la nueva denominación simplemente incorpora el apellido del nuevo socio, o añade la coletilla de “hijos de”, “herederos“ o similar; otras veces el nombre cambia por completo pero se puede rastrear porque queda constancia documental o mantiene la práctica totalidad del accionariado y otras es imposible determinar la continuidad si no es a través de fuentes cuantitativas o historiográficas. Con todo, creemos que el número de empresas que quedan fuera del análisis es irrelevante. Los capitales computados en el RM son nominales y en ningún caso hacen referencia al realmente desembolsado. En el caso de las sociedades colectivas y comanditarias el cómputo final del capital nominal es fácilmente rastreable y probablemente no presentará muchas diferencias con el realmente desembolsado. La definición de la inversión a través de Sociedades Anónimas presenta mayores dificultades. Hay algunas que son resultado de fusiones o cambios en el estatus jurídico, en cuyo caso sí que se pueden considerar las variaciones de capital; pero en la mayoría se señala únicamente la capitalización así como el número de acciones y el precio de cada una, pero no especifica ni el capital desembolsado, ni la operatividad de la sociedad escriturada pudiendo darse el caso de sociedades que, habiendo sido fundadas con elevados capitales sociales, nunca llegaron a tener actividad o desembolsaron una mínima parte (Gárate, 2005: 253). El caso de las compañías mineras, de los bancos o aseguradoras es paradigmático puesto que la mayoría nunca llegaron a ser operativas e hicieron constar el capital nominal de la empresa matriz, induciendo a error. Por 3

ello, se han excluido del análisis las sucursales y aquellas Sociedades Anónimas que únicamente hacen constar el capital nominal total pero no especifican la participación de cada socio en pesetas corrientes o que claramente son sucursales de empresas de ámbito nacional o internacional. Con estas características habíamos registrado 56 sociedades mineras, con un capital de 356.854.000 pts., y que, con toda probabilidad, se registraron en Guipúzcoa por razones puramente fiscales y 17 sociedades financieras, sucursales bancarias y compañías de seguros, que declararon 114.650.000 pts 6. Por lo tanto, la muestra de sociedades con la que trabajaremos queda reducida a 949 con un capital nominal de 370.273.822 pts. El paso siguiente consistió en clasificarlas según el objeto social. Para ello se ha seguido la división clásica en sectores de actividad: bienes de consumo —que incluye la industria alimenticia, la del vestido y calzado, mimbre, paraguas y papelera—, bienes de producción — que contempla a los materiales de construcción, metalurgia, siderurgia, minería, química y energía— y servicios —que engloba turismo, hostelería, espectáculos, transporte y financiero—. Dada la relevancia de la industria armera se la ha considerado como un sector en sí mismo. No son las empresas nuestro principal objetivo, sino quienes invierten en ellas, su filiación e intereses económicos en otros sectores de actividad. El registro es generoso en la información del capital social de cada entidad: se consigna el nombre y dos apellidos, lo que permite establecer la filiación exacta del individuo, profesión y capital nominal con el que participa en la sociedad. Todo ello permite seguir la trayectoria inversora de cada individuo y las variaciones en los porcentajes de participación de cada empresa. La primera tarea, la catalogación de cada individuo, no está exenta de problemas. En primer lugar se debe determinar la filiación inequívoca de cada uno: algunos apellidos aparecen registrados con grafías diferentes, especialmente si son extranjeros o, en el caso de algunos apellidos vascos, por el uso indistinto de b y v, o de y e i. Hemos sido muy cuidadosos a la hora de asignar una filiación concreta, sobre todo en el distrito armero, ya que hay apellidos muy comunes que se repiten con mucha frecuencia e incluso se dan casos de personas diferentes con el mismo nombre y apellidos. Para asegurarnos la filiación de los

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Entre las sociedades mineras excluidas figuran la Hispano-Caucasiana, S.A. de explotación refinería y transporte de petróleos y Gas Natural con 80.000.000 pts. de capital fundacional o la Petrolera Iberoamericana registrada en 1921 con 100.000 de pts. Entre las sociedades financieras, la Sociedad de Negocios Financieros y Mineros escriturada en 1909 con 31.500.000 de pts. o el Banco de Crédito Hipotecario con 20.000.000 de pts.

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inversores de Eibar hemos acudido a los padrones municipales que nos ha permitido confirmar relaciones de parentesco y vecindad 7. Por otra parte, a cada inversor se le debe asignar un único lugar de residencia ya que puede aparecer como vecino de dos lugares diferentes; en estos casos hemos optado por respetar el primer origen puesto que, en segunda instancia, el domicilio suele ser San Sebastián o Madrid, lugares de residencia habituales entre los empresarios consolidados. Tampoco es sencilla la identificación socio-profesional de los inversores puesto que un mismo individuo puede aparecer como comerciante, propietario o industrial en diferentes escrituras. Muchas veces, la asignación de una u otra actividad tiene que ver más con el status social alcanzado que con la actividad concreta, por lo que se ha seguido un criterio común en trabajos de este tipo, de preferir una actividad sobre otras (Soler 2003:23): así la de industrial ha tenido preferencia sobre la de comerciante o ingeniero y éstas sobre la de propietario; de la misma manera, la nobleza titulada se le ha asignado siempre la categoría de rentista y los diferentes cargos públicos se han encuadrado en personal administrativo. Las profesiones liberales engloban todas aquellas actividades consideradas hoy como tales, mientras que los oficios relacionados se refieren a una multiplicidad de profesionales técnicos relacionados con los más diversos sectores de actividad. Los armeros se han considerado una categoría específica puesto que tienen unas características y una actividad empresarial propias. En segundo lugar, se ha establecido la cuantía del capital total invertido por cada individuo. Para ello, se ha procedido de manera muy similar a la de las empresas: se ha establecido un agregado en el que se ha considerado el valor de la inversión inicial, de cada uno de los negocios, y las diferencias positivas entre ésta y las sucesivas renovaciones. En el caso de la participación en sociedades anónimas, lo que realmente nos ha interesado es el acto inversor en un determinado sector de actividad independientemente de su cuantía. Una vez establecidas ambas bases de datos, había que proceder a determinar una metodología que nos permitiera cuantificar itinerarios inversores, intereses y estrategias comunes en determinados grupos y sobre todo las relaciones de sociedad y familiares que se pudieran establecer. El criterio de agrupamiento elegido ha sido doble: familiar y empresarial. Este análisis a nivel provincial forma parte de un estudio en curso del que aquí presentamos únicamente los resultados correspondientes al caso de Eibar. El componente familiar constituye, la mayoría de las veces, la base sobre la que se sustenta la pequeña y mediana empresa. Sus ramificaciones no afectan únicamente a los lazos 7

AME/EUA (Archivo Municipal de Eibar/ Eibarko Udal Artxiboa), Padrón municipal 1877, 1888 y 1910. Queremos agradecer a la archivera, Yolanda Ruiz Urbón, su amabilidad y la ayuda prestada.

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consanguíneos sino que se extienden a vínculos de amistad o vecindad. Por ello, es necesario establecer los nexos de unión entre los socios de diferentes empresas y, de esta manera, poder determinar las relaciones intersectoriales de la industria guipuzcoana. Este método de clasificación nos ha dado excelentes resultados en sectores muy definidos, como el papel, la química y, en general, en los bienes de consumo, y ha generado mayores problemas en aquellos que presentan una estructura organizativa en forma de distrito industrial, como es el caso de Eibar. En estos casos, las relaciones inter-societarias son tan intensas que ha sido imposible determinar con este sistema una estructura relacional razonable. Para solucionarlo hemos recurrido a la metodología de Análisis de Redes Sociales (ARS) que nos proporciona un marco teórico y metodológico para aprehender, conceptual y analíticamente, las distintas dimensiones de las estructuras reticulares y establecer comportamientos tanto a nivel relacional como posicional puesto que son los elementos básicos para la creación de capital social (Burt 2007) 8. No se pretende con esto, realizar un análisis en profundidad del papel que juega el capital social en la estructura de la empresa guipuzcoana, simplemente hemos pretendido establecer las redes personales que establecen las empresas a través de las cuales se perciben oportunidades de negocio. En este sentido utilizamos el concepto de capital social en el mismo sentido que Lin (2002:19) cuando afirma que “el capital social nace de la inversión que los sujetos realizan en sus relaciones sociales con la expectativa de obtener beneficios en el mercado. Por tanto, es visto como un activo social, en virtud de las conexiones de los actores y el acceso a los recursos en la red o grupo del que son miembros”.

2. Características de la industria guipuzcoana y su financiación

2.1. La primera industrialización

A partir del traslado de las aduanas interiores a la frontera y a la costa, en 1841, y de la política moderadamente proteccionista seguida por los primeros gobiernos liberales, el mercado interior castellano se abrió a los productores vascos estimulando la inversión de capital y la creación de nuevas empresas. Entre 1841 y 1900 se escrituraron ante notario en torno a 121 sociedades con un capital total ligeramente superior a los 121 millones de reales. Éstas se repartirán entre diferentes sectores produciendo modificaciones importantes en la

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Para el ARS (Análisis de Redes Sociales) se ha utilizado UCINET, uno de los softwares en análisis de redes más reconocidos a nivel internacional (Molina 2005). La revista Hispana para el análisis de redes sociales REDES ofrece abundante información sobre el software existente, su manejo y trabajos concretos de ARS.

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estructura sectorial guipuzcoana (Gárate 1976:236-261 y Carrión 2010:81 y ss). La crisis de la siderurgia tradicional propició que se invirtieran capitales en ramas industriales que contaban con una demanda solvente, fundamentalmente el sector textil que acogió el 75 por 100 del capital invertido entre 1841 y 1862 9. A partir de mediados de la década de l860, surgió una nueva demanda generada por la propia industria y la modernización económica que trajo consigo. Así se abrieron nuevos mercados a los productos químicos como alcoholes, disolventes y los destinados a alumbrado e higiene; la propia industria estimuló la demanda de maquinaria y sus efectos de arrastre sobre hierros y laminados, cemento, cal, madera y otros materiales de construcción; y la necesidad de más y mejores instrumentos para escribir, imprimir, dibujar y elaborar planos, liar cigarrillos, envolver paquetes, e incluso un creciente tráfico de valores mobiliarios que se negocian en los mercados, consolidaron la industria del papel. TABLA 1 Inversión de capital en Guipúzcoa según el lugar y actividad profesional de origen 1840-1880. Origen y profesión ORIGEN GEOGRÁFICO Guipúzcoa Francia Indianos Madrid, Barcelona y Sevilla Navarra, Vizcaya y Álava Desconocido PROFESIÓN Comerciantes Propietarios Industriales Profesiones Liberales Otros Desconocido TOTAL

Número Inversores

Capital Invertido en reales

454 63 7 35 45 25

72´17 % 10´01 % 1´11 % 5´56 % 7´15 % 3´97 %

68.053.957 18.006.931 5.643.864 14.029.411 9.603.178 5.916.285

56´12 % 14´85 % 4´65 % 11´57 % 7´91 % 4´87%

172 104 207 47 25 74 629

27´34% 16´53% 32´90% 7´47% 3´97% 11´76% 100%

54.500.063 24.167.558 21.144.973 4.599.176 2.731.844 14.110.012 121.253.626

48´55% 21´52% 18´83% 4´09% 2´43% 12´56% 100%

Fuente: Elaboración propia a partir de datos contenidos en las escrituras notariales de constitución de sociedades. AHPG y AHPT

Los capitales necesarios para impulsar esta modernización y diversificación de la industria fueron fundamentalmente autóctonos, aunque tuvieron que buscar apoyo de inversores foráneos —franceses, catalanes y madrileños—. De la tabla 1 se desprende que la industria absorbió el excedente derivado del comercio, si bien requirió el aporte de los propietarios de tierras. No se trata del labrador acomodado -el 9 por 100- o la nobleza –menos de la cuarta parte- sino de la nueva burguesía agraria, sin propiedad inmueble que en los inicios de su carrera compró tierras en la desamortización y, más tarde, construyó fábricas y participó en otros negocios. El tercer grupo de importancia lo constituyen los industriales, 9

AHPG (Archivo Histórico de Protocolos de Guipúzcoa) y AHPT (Archivo histórico de Protocolos de Tolosa).

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entre los que destacan los armeros — 32 por 100 sobre el total del grupo— con una estructura productiva basada en pequeños talleres, muchas veces complementarios, y los fabricantes de papel —20 por 100—. En suma, durante la primera fase industrializadora fue la burguesía autóctona, cualquiera que fuese su origen económico -comercial, agrario o industrial-, la que asumió el riesgo que implicaba invertir en la naciente industria, aunque en alianza con capitales franceses y nacionales.

2.2. El despegue industrial A partir de la puesta en marcha de la política de sustitución de importaciones y los aranceles industrialistas de principios del siglo XX, la fundación de empresas en Guipúzcoa se acrecienta de una manera significativa tanto en el número de sociedades registradas como, sobre todo, en la cantidad de capital invertido 10. El quinquenio previo al inicio de la I Guerra Mundial y los dos primeros años de la contienda, reflejan la incertidumbre con que la economía española afrontó esta nueva coyuntura internacional: si bien el número de sociedades siguió creciendo, los capitales depositados se retrotrajeron a niveles anteriores a 1900 11. La neutralidad española y la proximidad a la frontera francesa propiciaron innumerables oportunidades de negocio con la consiguiente acumulación de capital lo que se tradujo, al igual que en el resto de España, en un auténtico boom inversor, especialmente intenso en los años 20. La etapa coincide con el gran desarrollo de las grandes empresas en España (Carreras y Tafunell, 1994: 279).

Tabla 2. Constitución de Empresas en Guipúzcoa. 1886-1925 10

Una cronología similar arroja el análisis registral de otras provincias españolas (Martín Rodríguez, Garrués y Hernández Armenteros, 2003). 11 Al inicio de la Guerra, la economía vasca sufrió problemas de financiación debido al encarecimiento del precio del dinero y las restricciones crediticias impuestas por la mayoría de los bancos. (Rojo Cajigal, 2009: 392393)

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EMPRESAS PERSONALISTAS Nº 1886-90 34 1891-95 40 1896-00 43 1901-05 63 1906-10 89 1911-15 98 1916-20 140 1921-25 220 TOTAL

727

PTS 6.653.419 8.161.948 6.103.241 15.555.617 11.941.868 9.982.623 16.482.430 39.280.205

114.161.351

SOCIEDADES ANÓNIMAS

% SOBRE CAPITAL



78,22 53,56 46,61 37,17 29,25 25,39 16,34

8 17 12 24 21 29 53

35,53

30,83

Fuente: Elaboración propia. RMG. Libros 1 al 40

58

222

PTS 1.852.200 7.077.866 6.990.000 26.293.500 28.888.000 29.334.000 84.411.600 71.265.305

256.112.471

TOTALES

% SOBRE CAPITAL



21,78 46,44 53,39 62,83 70,75 74,61 83,66

42 57 55 87 110 127 193

64,47

69,17

278 949

PTS 8.505.619 15.239.814 13.093.241 41.849.117 40.829.868 39.316.623 100.894.030 110.545.510 370.273.822

% SOBRE CAPITAL 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Más allá de las grandes cifras, la tabla 2 revela dos aspectos primordiales en la inversión guipuzcoana: el enorme peso en el conjunto del capital personal y familiar, especialmente antes de la I Guerra Mundial, y el avance imparable de los capitales canalizados a través de Sociedades Anónimas durante el gran Boom de 1916-25. Hasta 1900, los capitales que fluyen desde el ámbito familiar, social y local constituyen una tupida red de relaciones familiares y sectoriales que conformarán la base estructural del tejido industrial guipuzcoano y que lo definirían frente a otros modelos fundamentados en la gran empresa 12. La Gran Guerra abrió la puerta a inversiones relacionadas con nuevos sectores industriales que requerían, en sí mismos, un tipo de financiación más flexible y de mayor valor que la que podían aportar el sistema de asociación tradicional. Las sociedades anónimas cubrieron estas necesidades facilitando el 70% de la inversión global, aunque se asentaron sobre la base industrial ya existente, aglutinando entre sus accionistas a muchas de las familias claves en el desarrollo de la provincia 13. El perfil del inversor guipuzcoano fue cambiando a lo largo de estos cuarenta años: a finales del siglo XIX, el número de personas que componen cada sociedad osciló entre cinco y seis, con una aportación media de 36.000 pts. per cápita; con el cambio de siglo, la ratio de inversor-sociedad se estabilizó en torno a tres personas, con un aporte medio de capital de 75.000 pts. 14. Si se tiene en cuenta que un porcentaje muy importante de las empresas fueron constituidas por miembros de una misma familia se obtiene una capacidad media inversora próxima a las 250.000 pts., cantidad que, aun siendo de cierta consideración,

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Tras el boom inversor ferroviario y minero de mediados del siglo XIX, el gran salto en la creación de grandes empresas en España se produjo entre 1898 y 1902. (Núñez, 2006 y Tafunell, 2005, cuadro 10.3) 13 La empresa guipuzcoana del primer tercio del siglo XX, aun mostrando un indudable proceso de modernización, mantuvo un marcado componente familiar: los fundadores, promotores y socios principales participaban tanto en las funciones de propiedad como de gestión (Torres, 2006:215-216) 14 Estos cálculos se han efectuado teniendo en cuenta los 201.187.847 pts. declarados por los 3.195 socios. El promedio de todo el período arroja la cantidad de 62.970 pts. por cada uno de los 3,37 socios que tienen de media cada sociedad.

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resultaba claramente insuficiente. Como veremos, la unión de varias familias en proyectos comunes fue determinante en la proyección de los sectores más tradicionales –armas, metalurgia, materiales de construcción o papel-, así como la inversión transversal de éstos en bienes de consumo –alpargatas, alimentación y textil-; aunque no dudaron en recurrir a la participación de capitales foráneos para capitalizar nuevos sectores como el de la energía, químico, siderurgia, transportes o servicios turísticos (Tabla 3).

TABLA 3. Tipos de sociedades mercantiles constituidas en Guipúzcoa (1886-1925). Capitales nominales en pesetas corrientes y distribución porcentual. COLECTIVA

COMANDITA

S.L.

S.A.

OTRAS

TOTAL

B. CONSUMO ARMERA M. CONSTRUCCION METALURGIA MINERIA QUIMICA SIDERURGIA ENERGIA SERVICIOS

34.600.106 5.028.734 10.799.009 6.703.673 692.250 5.863.061 528.384 2.271.500 2.438.638

21.254.890 2.757.965 1.460.979 2.959.248 106.000 1.484.750 5.000 965.590 1.471.000

3.071.319 403.170 148.000 1.427.500 606.000 534.510 54.500 76.075 5.936.500

73.032.665 597.000 8.138.525 52.315.250 2.980.000 28.773.780 3.937.151 21.512.000 64.826.100

24.500 55.000 20.000 400.000 13.500

131.983.480 8.841.869 20.546.513 63.405.671 4.404.250 36.656.101 4.525.035 25.225.165 74.685.738

TOTAL B. CONSUMO ARMERA M. CONSTRUCCION METALURGIA MINERIA QUIMICA SIDERURGIA ENERGIA SERVICIOS

68.925.355 26,22 56,87 52,56 10,57 15,72 15,99 11,68 9,00 3,27

32.465.422 16,10 31,19 7,11 4,67 2,41 4,05 0,11 3,83 1,97

12.257.574 2,33 4,56 0,72 2,25 13,76 1,46 1,20 0,30 7,95

256.112.471 55,33 6,75 39,61 82,51 67,66 78,50 87,01 85,28 86,80

513.000 0,02 0,62 0,45 1,59 0,02

370.273.822 35,64 2,39 5,55 17,12 1,19 9,90 1,22 6,81 20,17

TOTAL 18,61 8,77 Fuente: Elaboración Propia, RMG, Libros 1 al 40.

3,31

69,17

0,14

100,00

La fortaleza de los capitales registrados a través de Sociedades Anónimas desdibuja la verdadera naturaleza de la inversión en la provincia. El predominio numérico de las sociedades personalistas no solo nos habla de un capitalismo incipiente, alejado de formas maduras de inversión, sino también de un fuerte desembolso en metálico, probablemente con pocos medios de crédito, destinado a los sectores más tradicionales de la industria guipuzcoana. Los bienes de consumo, son sin duda el sector que recibe mayor aporte de capitales, sin que podamos destacar una preferencia clara por ningún subsector: papel, alimentación y vestido reciben cada uno en torno a los 40 millones de pesetas. 10

Entre las industrias alimenticias, las que necesitan de un complejo proceso productivo, como las harinas elaboradas o las conservas se capitalizan fundamentalmente a través de sociedades por acciones. El enorme peso que alcanzan dentro del subsector es debido a la presencia de grandes empresas -Grandes Molinos Vascos, S.A. o la Unión Comercial de las Manufacturas Parkers, S.A; si las obviáramos, el capital declarado a través de sociedades colectivas o comanditarias superaría al anónimo con creces. En el textil sucede lo contrario, las dos grandes sociedades anónimas –Algodonera San Antonio, S.A. y Cía Fabril Subijana, S.A., registran cada una 2.000.000 de pesetas, cantidad mínima si se la compara con los casi 18.000.000 pts. declarados en el sector a través de sociedades colectivas o los 9.000.000 pts. de las comanditarias. El cuero, la alpargata o el mimbre se nutren en un 70% de capitales familiares. El caso del papel, muestra muy bien cómo van satisfaciéndose las necesidades de capital a medida que el tamaño de la industria y sus necesidades técnicas cambian. Este sector fue pionero en la formación de Sociedades Anónimas puesto que las primeras se constituyeron en el siglo XIX, aunque no fueron las que requirieron mayor capitalización (entre 200.000 y 500.000 pts), ya que las papeleras más potentes se constituyeron bajo fórmulas personalistas. Quizá solo buscaron minimizar riesgos y dejar abierta la puerta a futuras ampliaciones de capital. Al calor de la industria papelera, se desarrolló en la provincia el sector dedicado a las artes gráficas: manufactura del papel, litografías, imprentas y, sobre todo, un potente sector editorial, atrajeron prácticamente la misma cantidad de capital que la industria papelera en su conjunto, con la salvedad de que aquí el 94,71% de la inversión se registra a través de Sociedades Anónimas. La industria armera tiene una importancia cuantitativa y cualitativa muy especial en el conjunto de la región. A pesar de estar integrada en el sector metalúrgico, por sus características y por el tipo de producto fabricado, las armas destinadas al uso civil, podría ser considerada como un subsector de los bienes de consumo. De ella, nos ocuparemos más adelante de manera pormenorizada; ahora baste decir que sus inversores tejen una tupida red de relaciones clientelares formando integraciones en horizontal y vertical con ramificaciones hacia todos los sectores de actividad. El modelo de empresa armera es el de sociedad colectiva, rara vez comanditaria 15, donde todos los socios aportan la misma cantidad de 15

El peso del capital invertido bajo la fórmula de sociedad comanditaria se debe a que Orbea y Cía escrituró bajo esta fórmula 2.703.465 pts. Las otras empresas que se registran como comanditarias fueron: Yraola, Aranguren y Cía (4.500 pts) y Arzubía (50.000 pts)

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capital y asumen los riesgos en igualdad de condiciones. Las Sociedades Anónimas tienen casi carácter de cooperativa ya que entre sus socios se encuentran los principales armeros, el aporte individual de capital es muy bajo (en torno a las 1.000 pts.) y tienen como finalidad abastecer de piezas a los talleres –La Eibarresa, S.A.- o bien montan las piezas producidas por estos –Euskalduna, S.A. o la Unión Escopetera, S.A.-. El entorno armero fue pionero en el cooperativismo guipuzcoano: bajo esta fórmula únicamente se registran dos sociedades (Industrial Armero Obrera y Danok Bat) aunque, a veces, la aparición de ambos conceptos en la razón social de una única empresa pueden crear confusión sobre su identidad jurídica. Este es el caso de la Cooperativa de Producción de armas de fuego Alfa, S.A 16. El subsector de los materiales de construcción experimentó un fuerte auge en Guipúzcoa estimulado por una demanda creciente de vivienda y edificios fabriles. Madera, materiales cerámicos, cementos o la cantería de minerales empleados en la construcción, crecen desde la tradición adecuándose progresivamente a las necesidades de una economía en crecimiento. El proceso de modernización se llevó a cabo desde dentro de cada sector asumiendo costes y riesgos de forma colectiva. La sociedad anónima únicamente se empleó para proyectos de gran envergadura, como la Sociedad española de envases cilíndricos, S.A. dedicada a la fabricación de envases y barricas de madera según una patente alemana o el fuerte desembolso de capital al que tuvieron que hacer frente los Hijos de José María Rezola al convertir la fábrica de cal hidráulica en una de cemento portland. Así mismo, materiales nuevos, como el hormigón armado o la cerámica sanitaria, recurrieron mayoritariamente a la capitalización por acciones. La gran industria pesada –metalurgia, química, siderurgia-, la inversión en electricidad o en el incipiente sector servicios se valieron de la sociedad anónima para atraer capitales desde los más variados ámbitos geográficos o empresariales. Por último, la inversión en minería, banca o seguros por su propia naturaleza se realizó a través de sociedades por acciones, siendo en la mayoría de los casos ampliaciones de capital o sucursales de entidades ubicadas fuera de Guipúzcoa y con fuerte presencia de capital extranjero.

16

Esta empresa se constituyó en Eibar el 28 de octubre de 1920 con un capital social de 300.000 pesetas, repartido en 6.000 acciones nominativas de 50 ptas. de las que se suscribieron en ese momento únicamente 2.000. Estas últimas, suscritas por ocho obreros miembros de la Casa del Pueblo, fueron desembolsadas en un 75% con fondos procedentes del Sindicato del Metal de Vizcaya. Se trataba de un proyecto promovido por armeros socialistas de Eibar tras la huelga de 1919, con el objeto de fabricar revólveres en condiciones salariales ventajosas para los trabajadores. Siempre ha sido considerada como una cooperativa que, a partir de 1929, comenzó a sustituir su producción de armas por la de máquinas de coser. Iza-Goñola (2005), pp. 17-44

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Como se ha visto, la empresa guipuzcoana presentaba signos de cierta inmadurez debido al predominio numérico de formas jurídicas de tipo tradicional – sociedades comanditarias, familiares y colectivas – y un escaso desarrollo de las formas típicas de un capitalismo maduro –sociedades anónimas y limitadas-. Esta dualidad fue propia de todo el tejido industrial español durante el siglo XIX y las primeras décadas del XX favorecido por la escasez de capitales y la funcionalidad y adaptabilidad a las características de una economía en desarrollo (García López, 1994:175-176). Geográficamente, las industrias se distribuyen en tres ejes claros: el valle del Deba, con una larga tradición en la transformación del hierro y la manufactura metálica; el entorno de San Sebastián (Bajo Bidasoa y Donostialdea), que como capital aglutinará una enorme variedad de pequeños negocios destinados a dar servicio a la urbe más importante de la provincia; y el valle del Oria (Tolosaldea y el Goierri), jalonado de empresas papeleras (figura 1). Si atendemos al capital desembolsado en cada sector de actividad, la geografía industrial guipuzcoana queda perfectamente definida. Las industrias siderometalúrgicas predominan en el valle del Deba, en el extremo oriental de la provincia. Este tipo de industria no muestra uniformidad regional ya que se observan perfiles diferentes con tendencia a la agrupación geográfica. En el Alto Deba encontramos grandes empresas con un uso intensivo de capital y mano de obra dedicadas al sector ferretero-cerrajero y la máquina herramienta, mientras que en el curso bajo del río domina la pequeña empresa especializada en el sector armero y empresas auxiliares de éste. Las fundiciones que aparecen en ésta área no son tales, puesto que forman parte de grandes empresas integradas en vertical y dedicadas a la cerrajería: es el caso de La Unión Cerrajera de Mondragón o San Pedro de Elgoibar. Muy cerca, en el corazón del Goierri, se instaló la CAF (Compañía Auxiliar de Ferrocarriles) que, tras la I Guerra Mundial, pasó de fabricar vagones a construir piezas para maquinaria 17. Al otro extremo y con una evolución similar, el Bajo Bidasoa se especializará en la construcción y reparación de material de transporte ferroviario, cascos de hierro para barcos de vapor y motores vinculados con la modernización del sector pesquero.

Figura 1 17

Legorburu (1996)

13

Distribución geográfica y sectorial de las empresas guipuzcoanas, 1885-1925

Fuente: Elaboración propia, RMG, Libros 1 al 40. Análisis Netdraw

Inserta en la comarca metalúrgica, se encuentra la industria textil en todas sus variantes, incluidas la curtiduría y el mimbre. No puede extrañar esta localización ya que el valle del Deba arroja una de las mayores densidades de población de la península y probablemente uno de los mejores indicadores de renta. Por otra parte, las empresas textiles tienen un uso intensivo en mano de obra que a la vez se convierten en fuente de demanda y se auto alimentan creando una dinámica de crecimiento muy potente. El textil guipuzcoano crece en torno a la fabricación de alpargatas con destino al mercado nacional e internacional. El yute acapara el 40% de la inversión en esta modalidad industrial centrada en la fabricación de la trenza para alpargata - Azkoitia y Orio- y sacos de almacenaje – Mutriku-. En Bergara se concentra el ramo algodonero que produce lona de alpargata, además de mahones consumidos por obreros y arrantzales (pescadores). En torno a la industria textil, y aprovechando parte de la especialización productiva, mano de obra y capital, se concentran las curtidurías de

14

Antzuola que abastecen al sector del calzado (abarcas y zapatos) 18 y además se convierten en auxiliares de la industria armera al fabricar fundas de pistolas, guarniciones, etc. Por último, hemos incluido en esta comarca textil dos localidades -Azpeitia y Zumarraga – que aunque son textiles por número de establecimientos, los mayores desembolsos en capital los presentan en la manufactura del mimbre con destino a la cestería o al mueble. El trabajo del mimbre es muy similar al trenzado del yute y requiere tecnología e inputs muy parecidos, aunque no se le pueda considerar estrictamente como sector textil. En el curso del Oria —Tolosaldea— se concentra la industria del papel que, al igual que sucede con la armera, presenta características geográficas de distrito industrial19. Curiosamente, rodeando a la comarca papelera se ubican localidades con predominio en la fabricación de materiales de construcción –yeso, cal, pizarra o

cemento natural- y en

actividades relacionadas con la construcción y fundamentalmente el subsector de la madera con sus múltiples ramificaciones. Para concluir, queda la gran zona industrial de la provincia en torno a la capital. En el área metropolitana de San Sebastián se hallan representados todos los sectores y las grandes empresas aunque, desde el punto de vista de la inversión de capital, predomina el sector químico –perfumería, caolines y vidrios-.

3. LA INDUSTRIA ARMERA

La industria armera refleja como ninguna otra la vinculación de la industria con el entramado social así como el flujo de capital que fluye intersectorialmente a través de sólidos vínculos familiares y de vecindad. El hecho de que se concentre en un espacio físico reducido y limitado favorece una fuerte endogamia en su empresariado y marca el carácter de distrito industrial en el que la autofinanciación es una de sus señas de identidad (Goñi, 2010). La industria armera mantuvo una estructura similar a la que tenía en época gremial con la salvedad de que, durante el siglo XVIII y parte del XIX, el papel de los asentistas fue ejercido por ciertas empresas especializadas que subcontrataban a los talleres una parte del proceso de producción. La atomización en pequeños talleres les permitió ajustarse a las 18

Antzuola tiene gran tradición en el sector del cuero pero hay que esperar a 1880 para la fundación de Lamariano y Cia que seis años más tarde pasaría a llamarse Olaran, Lamariano y Cia. En 1915 seguía en funcionamiento Balbino Bareño, así como la fábrica de José Tellería; en 1923 se creó la empresa Galarza Hermanos y Arbulu y en 1931 la Tenería Guipúzcoana. 19 Para los orígenes y desarrollo del clúster del papel en el País Vasco ver Valdaliso et al. (2008).

15

exigencias de la demanda y facilitó la cooperación entre ellos, dando lugar a relaciones empresariales que integraron la actividad tanto en vertical como en horizontal. La expansión de esta industria, en el tránsito del siglo XIX al XX, favoreció el incremento de los beneficios empresariales, parte de los cuales fueron dirigidos posteriormente hacia otros sectores industriales, especialmente el metalúrgico. El vehículo que posibilitó las relaciones intra e inter sectoriales no fue otro que el de los vínculos familiares, consanguíneos o políticos, y los de vecindad y amistad (Goñi, 2013). Para elaborar los grafos que se muestran a continuación se han utilizado dos tipos de variables. En un primer lugar hemos procedido a crear las redes en base a las relaciones que se establecen entre las sociedades constituidas en el período estudiado, cuando comparten alguno de los socios, lo que hemos denominado redes societarias. Otro tipo de criterio, es el que utiliza como nodos a los socios inversores eibarreses, surgiendo nexos de unión entre ellos, cuando comparten presencia en alguna de las sociedades. Sin embargo, éramos conscientes por otras fuentes, que en una industria configurada como un distrito industrial marshalliano clásico, otro tipo de vínculos como los familiares o políticos podían jugar también un papel importante en la creación de sociedades. Con la intención de incorporar de algún modo este tipo de variables, difíciles de identificar por la repetición recurrente de varios apellidos comunes en la región, se ha tratado de contrastar la identidad y vínculos familiares del mayor número inversores con la información procedente del padrón de habitantes de la localidad. La figura 2 nos ofrece una panorámica de las sociedades eibarresas y las relaciones existentes entre ellas. Se puede observar que la industria armera es predominante entre las sociedades constituidas en la localidad, y que también presentan una estructura de red muy heterogénea y un bajo grado de densidad -17,33%-. Por una parte, existen varios subgrupos no relacionados que mantienen casi exclusivamente relaciones de parentesco o bien diversifican su producción ampliando el negocio hacia otro tipo de actividades. Es el caso de Echeverria, Ciorraga y Cía: en 1918 fabricaba accesorios de garajes y ferretería; posteriormente se especializó en la fabricación de frenos para bicicletas —Frenos Echeverria—; y finalmente, en artículos para bicicleta, motocicleta y automóvil —Echeverria y Urain y Echeverria Ormaechea—. También se puede citar a Luis Arrúe Galdós: comenzó fabricando armas en 1909 —Retenaga, Arrue y Cía—; seis años después se especializó en

16

utensilios de cocina y calefacción eléctrica con la firma Beroa; y acabó invirtiendo en alimentación en 1818 —Arrue y Cía—. Figura 2. Estructura reticular de las empresas eibarresas. 1885-1925

Fuente: Elaboración propia, RMG, Libros 1 al 40. Análisis Netdraw

Sin embargo, lo más característico de la red societaria eibarresa es el papel aglutinante

que ejercen tres empresas: Aurrera, La Eibarresa y Cooperativa Eléctrica Eibarresa. Las tres empresas son reflejo de un movimiento de cooperación empresarial muy acusado en la localidad armera. En los dos primeros casos nos encontramos ante proyectos en los que pequeños productores aunaban intereses para poder abastecerse, con una inversión mínima, de hierro, armazones y otras piezas forjadas para la producción de armas comerciales. Más tarde, la electrificación de la producción les llevaría a participar, si se nos permite la expresión, en una especie de proceso de integración vertical colectiva, del que la cooperativa eléctrica sería un claro ejemplo, y que les debería haber permitido aumentar la producción y ganar en competitividad.

17

Figura 3. Empresas relacionadas con La Eibarresa a través de sus socios

Fuente: Elaboración propia, RMG, Libros 1 al 40. Análisis Netdraw

En 1891 se constituye como Sociedad Anónima la fundición Aurrera por armeros de

Ermua (Vizcaya) y un puñado de eibarreses que probablemente ejercieron de contacto con los clientes potenciales. Dos años más tarde, en 1893, casi la mitad de los socios de Aurrera, junto con otros industriales, promovieron otra Sociedad Anónima La Eibarresa, con la pretensión de fabricar cañones para escopetas. Ignoramos de quién partió la iniciativa, pero sí sabemos que tuvo una respuesta inmediata por los fabricantes de armas ya que consiguió aglutinar a 113 socios con una inversión equitativa per cápita de 1.096 pesetas. Entre estos se encontraban pequeños productores, varios miembros de las familias eibarresas más destacadas —Sarasqueta, Gárate, Anitua, Orbea— y personalidades de gran peso social como Juan José Larrañaga, alcalde de la localidad, o Antonio Iturrioz y Nemesio Astaburuaga que ocuparían ese cargo pocos años más tarde 20. La importancia de La Eibarresa en la consolidación del tejido empresarial armero fue decisiva al poseer sus socios acciones en otras 38 empresas de la localidad —con un grado de centralidad del 11,9%— (figura 3). Estos datos, según la teoría de redes, permiten suponer que los inversores de todas ellas debieron compartir información e influirse mutuamente en la toma de decisiones. No obstante, dado que este proyecto no llegó a

20

También participaron en La Eibarresa gran parte de los concejales de la corporación municipal de Eibar.

18

materializarse, es posible que esta sociedad jugara cierta influencia en el desarrollo de futuros negocios 21. Figura 4. Empresas vinculadas con la Cooperativa Eléctrica Eibarresa a través de sus socios

Fuente: Elaboración propia, RMG, Libros 1 al 40. Análisis Netdraw

Los años previos a la I Guerra Mundial, reflejan un interés creciente por la producción

de energía eléctrica necesaria para la modernización de la industria. El aumento de la fabricación y la necesidad de electrificar parte del proceso de producción llevó a los armeros, al igual que en otras ocasiones, a unir esfuerzos para dotar a la ciudad de una central eléctrica 22. En 1918 nace la Sociedad Anónima Cooperativa Eléctrica Eibarresa con un capital de 105.000 pesetas repartido en 210 acciones de 500 pesetas cada una; en este caso el 39% de los promotores estaban vinculados con el círculo de La Eibarresa (figura 4). Al parecer, esta empresa fue suficiente para proveer de fuerza a la industria armera puesto que hasta 1925, con la constitución de Electra Eibarresa, no se fundarían nuevas centrales en la ciudad. Para esas fechas, el 96,17% de la energía consumida por la industria armera era de origen eléctrico. 21

En la sesión del pleno del Ayuntamiento de Eibar de 23 de junio de 1896 se hace referencia a esta sociedad como propietaria de unos terrenos sobre los que la corporación municipal estaba planeando construir la nueva casa consistorial, pero por el momento no tenemos más indicios sobre su evolución posterior. Libro de Actas del Pleno del Ayuntamiento de Eibar, Archivo Municipal de Eibar/Eibarko Udal Artxiboa, Sign. A 11.17. 22 Es el mismo modelo de central propia, integrada en la industria, que se desarrolla en el resto de Guipúzcoa para dotar de energía eléctrica a su tejido industrial. La salvedad es que en Eibar utilizarán la figura de la cooperativa para dotar de electricidad a los talleres (Catalán y Mugartegui, 2013:65-71)

19

La figura 5, que tiene únicamente en cuenta a los socios de las tres grandes empresas analizadas, muestra el grado de intermediación de estas sociedades, que es especialmente alto en la Cooperativa Eléctrica Eibarresa. No se detectan nexos directos entre los socios de Aurrera y los de la Cooperativa Eléctrica Eibarresa, y son escasos también los de esta última con la cooperativa de cañones: sólo Víctor Sarasqueta, Julián Aramberri y Eusebio Arrillaga invierten simultáneamente en las dos últimas. Esta situación, aunque puede ser consecuencia de la pertenencia a distintas redes sociales, también es atribuible en gran medida al lapso temporal existente entre la fundación de dichas compañías: Aurrera y La Eibarresa, creadas en 1891 y 1893 respectivamente, y la cooperativa eléctrica fundada en 1918. Así, por ejemplo, Víctor Sarasqueta era en 1891 un armero que acababa de iniciar la fabricación de escopetas completas en un pequeño taller de su propiedad, lo que concede cierta lógica al hecho de que participara como cooperativista en La Eibarresa y no en Aurrera, puesto que en esta última se exigía mayor capacidad inversora 23. En cambio, en 1918, era considerado como el fabricante más prestigioso de la localidad y propietario de la mayor fábrica de escopetas. Cabe suponer que la necesidad de electrificación de su empresa llevara a invertir en la cooperativa eléctrica 2.000 pesetas, las cuales debieron suponerle, en ese momento, un esfuerzo económico considerablemente inferior 24. Por su parte, Julián Aramberri, era hijo de Víctor Aramberri, uno de los más importantes industriales armeros del ramo de las escopetas de finales del XIX, aunque ni él ni su padre participaron en Aurrera 25. Finalmente, aunque a Eusebio Arrillaga se le indica el oficio de carpintero, tenemos noticias de su actividad como constructor de viviendas en Eibar 26.

23

En ambas sociedades el capital social se repartió entre sus socios de forma equitativa, pero mientras que en Aurrerá cada socio debió suscribir 2.775 pesetas, en La Eibarresa esa cantidad ascendió únicamente a 1.096 pesetas por socio. 24 Calvó (1997), pp. 302-305; Larrañaga (2001), p. 219; Goñi (2013). 25 Calvó (1997), pp. 103-104; Larrañaga (2001), p. 62. 26 Acta de la sesión del 26 de octubre de 1893. Libro de actas de sesiones del Pleno del Ayuntamiento de Eibar, Archivo Municipal de Eibar/Eibarko Udal Artxiboa, Sign. A 11.17.

20

Figura 5. Relaciones societarias entre Aurrera, la Eibarresa y Cooperativa eléctrica Eibarresa

Fuente: Elaboración propia, RMG, Libros 1 al 40. Análisis Netdraw

La figura 6 incorpora al resto de socios de las empresas eibarresas del período estudiado. Se muestra nuevamente con claridad el papel aglutinador que, las tres empresas anteriormente mencionadas, jugaban en el conjunto de la red. La mayor densidad y centralidad la forman los agrupamientos en torno a Aurrera (nodos verdes), La Eibarresa (nodos rosas) y la Cooperativa Eléctrica Eibarresa (nodos azules). Unidas a éstas, con nexos más débiles, se encuentra un segundo grupo con relaciones indirectas hacia el núcleo central. Por último en la periferia de la red se ubican los inversores con menos nexos y relaciones societarias endogámicas. Por tanto, la tipología de esta red de socios eibarreses refuerza las conclusiones obtenidas del análisis empresarial contenido en la figura 2.

21

Figura 6. Red de socios de las empresas constituidas en Eibar (1885-1925)

Fuente: Elaboración propia, RMG, Libros 1 al 40. Análisis Netdraw

El análisis de grado de centralidad de los nodos deja ver que los socios más influyentes

en la red y, por tanto, los que manejan mayor cantidad de información, son: TABLA 4 Clasificación de los socios en función del grado de centralidad SOCIOS

Nº RELACIONES

GRADO CENTRALIDAD

Jacinto Orbea Alberdi

174

7,487%

Victor Sarasqueta Suinaga

170

7,315%

Julian Aramberri Muguerza

166

7,143%

Eusebio Arrillaga Arriola

160

6,885%

José Felipe Artamendi Amesti

154

6,627%

Juan Orbea Areitio

151

6,497%

Tiburcio Albistegui

150

6,497%

Eulogio Anitua Garmendia

149

6,411%

Martín Antonio Bascaran Ibarra

143

6,153%

Manuel Arguiano

143

6,153%

Fuente: Elaboración propia, RMG, Libros 1 al 40. Análisis UCINET

22

En cuanto al grado de intermediación — es decir, cuando un actor es intermediario entre otros dos del mismo grupo que no tienen relación entre sí— vuelven a repetirse algunos de los mismos nombres aunque varían algo sus posiciones. TABLA 5 Clasificación de los socios en función del grado de intermediación Betweenness

nBetweenness

Victor Sarasqueta Suinaga

9336.474

5,541

Julián Aramberri Muguerza

6171.330

3,663

Eusebio Arrillaga Arriola

6083.192

3,610

Baltasar Urresti Juaristi

6010.261

3,567

Jacinto Orbea Alberdi

5763.857

3,421

Silverio Mandiola Aranceta

5324.544

3,160

Eduardo Orozco Urigoitia

5249.324

3,116

José Mª Elorza Uria

4630.766

2,748

Tiburcio Albistegui Idarraga

4499.465

2,670

Martín Errasti Ibarzabal

4228.177

2,509

José Mª Cruceta Izaguirre

4076.081

2,419

Eulogio Anitua Garmendia

3632.642

2,156

Fuente: Elaboración propia, RMG, Libros 1 al 40. Análisis UCINET

El papel que ocupaba Víctor Sarasqueta en la red ya se ha destacado al analizar las tres empresas centrales (figuras 5 y 6). La participación de este armero en dos de las compañías que más socios aglutinaron le otorga un elevado grado de intermediación y centralidad en la red. Parte de ese desempeño le vendría dado por su condición de ser el fabricante de escopetas más prestigioso de la época, contando incluso con la amistad personal del rey Alfonso XIII – al que le suministraba escopetas, acompañándole en muchas ocasiones en monterías- y con la consideración de sus conciudadanos. Tanto es así que a su fallecimiento, en 1933, se puso su nombre a una calle de Eibar. Entre los actores más importantes de la red, con una posición privilegiada en ésta, también se encuentra la familia Orbea, una de las más influyentes de la localidad y fundamental para comprender la historia industrial eibarresa de los siglos XIX y XX. Los hermanos Casimiro, Juan Manuel y Mateo Orbea Murua fundaron Orbea y Cía., dedicada a la fabricación de revólveres. Esta fue la mayor empresa de Eibar en 1914 con 404 obreros, siendo continuadora de Orbea Hermanos, constituida a mediados del siglo XIX. Eran, 23

además, los principales representantes del partido conservador en el ayuntamiento de Eibar y su presencia e influencia en la vida política y social de la villa, e incluso del conjunto de la provincia, era muy relevante 27. Sus hijos, Juan Orbea Areitio y Jacinto Orbea Alberdi, pertenecen a la segunda generación y fueron éstos los que se asociaron a la empresa La Eibarresa. La posición central, que según las fuentes cualitativas e historiográficas jugaban estas personas en la época, se ve refrendada también a través de la representación gráfica del grado de centralidad e intermediación de Víctor Sarasqueta y la familia Orbea. En el primer caso, se han coloreado los socios de La Eibarresa (nodos rosas) y la Cooperativa Eléctrica Eibarresa (nodos azules) para destacar el papel de intermediación realizado por este armero (figura 7). Figura 7. Egonet de Víctor Sarasqueta Suinaga

Fuente: Elaboración propia, RMG, Libros 1 al 40. Análisis Netdraw

En el caso de la familia Orbea (figura 8), se han añadido a las relaciones societarias las relaciones familiares, representadas por líneas rosadas y azules –parentesco en primer y segundo grado respectivamente-. El grafo muestra los nexos entre todos los miembros de la 27

Calvó (1997), pp.268-276

24

familia Orbea y el papel que Juan y Jacinto jugaron como intermediadores entre la familia y el resto de la red, a través de La Eibarresa.

Figura 8. Egonet de Jacinto Orbea Alberdi

Fuente: Elaboración propia, RMG, Libros 1 al 40. Análisis Netdraw

Otros de los nombres de la lista corresponden también a empresarios de cierto renombre en Eibar. Así, por ejemplo, José Felipe Artamendi participó tanto en Aurrera como en La Eibarresa, además de crear él mismo, junto a sus hijos, una reconocida fábrica de hojas de afeitar durante la primera mitad de los años 20. Eulogio Anitua Garmendia, por su parte, pertenecía a una de las familias propietarias de la sociedad Gárate, Anitua y Cía. (G.A.C.) segunda empresa en importancia en Eibar, tras Orbea y Cía., que se dedicaba a la fabricación de pistolas y revólveres (202 trabajadores en 1914)

28

. Esta empresa estaba vinculada a La

Eibarresa a través de Eulogio y a Aurrera mediante su hermano José Francisco. Otra de las personas relevantes de la red era Martín Antonio Bascaran, socio tanto de Aurrera como de La Eibarresa, siendo además uno de los principales fabricantes de pistolas automáticas a comienzos del siglo XX. Su fábrica contaba con 30 trabajadores en 1914.

28

Calvó (1997), pp. 210-212.

25

CONCLUSIONES Este estudio muestra los resultados preliminares de la utilización de la metodología ARS sobre los datos procedentes del Registro Mercantil de Guipúzcoa. Generalmente, en este tipo de análisis es más común la utilización de los miembros de los consejos de administración de las Sociedades Anónimas del ámbito de estudio. En el caso guipuzcoano, como ha quedado expuesto, la presencia de esta figura societaria no era relevante en muchos de los sectores industriales de la provincia, razón por la cual se ha optado por utilizar a los socios de las sociedades constituidas como base para la construcción de las redes. Las redes muestran la intensa vinculación de las actividades industriales con el territorio. San Sebastián, como capital de la provincia y centro de veraneo de la oligarquía española de la época, concentraba una mayor diversidad de negocios. Pero en el resto de las comarcas, se observa una gran especialización regional, como es el caso del papel en Tolosaldea y la metalurgia o la industria armera en el valle del Deba. Las especiales características de la industria armera, conformada como un distrito industrial centrado en la localidad de Eibar, permite realizar un análisis algo más exhaustivo de una de las agrupaciones de nodos que se daban en el conjunto de la red provincial. El estudio pormenorizado del caso eibarrés ha permitido profundizar en la complejidad de las relaciones sociales que sustentaron el proceso de industrialización de Guipúzcoa. Asimismo, el dinamismo inversor mostrado por los armeros eibarreses, y su encauzamiento hacia proyectos de carácter colectivo, sugiere que el capital social acumulado en esta localidad jugó un papel importante en la consecución del éxito productivo y de ventas obtenido por la industria armera en su conjunto durante aquellos años. La incorporación del factor familiar incrementa la riqueza del análisis. Pero, sin duda, aumenta también su complejidad ya que no es sencillo identificar todas las relaciones familiares, puesto que al integrarlas en la red se pueden introducir sesgos no buscados. El caso de Eibar también deja entrever ciertas debilidades en la metodología utilizada. Una de las sociedades fundamentales en la red, La Eibarresa, nunca inició su actividad. Esto plantea un dilema, al ser evidente que una empresa constituida y en actividad es fuente de relaciones sociales y generadora de capital social. Lo que no está claro es si una sociedad constituida pero que no ha ido más allá, realmente ejerce ese papel o si por el contrario, por su escasa longevidad, es poco más que una consecuencia de relaciones sociales preexistentes. En 26

cualquier caso, la iniciativa en sí misma genera un nexo entre sus socios que, aunque menor al que se daría en una empresa en activo, podría tener efectos en el futuro. La existencia de empresas o proyectos de carácter cooperativo, características de los distritos industriales, sesgan favorablemente el grado de intermediación y centralidad de aquellos socios que participan en ellas, aunque su presencia en la red por otras vías sea menos relevante.

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REFERENCIAS CITADAS: BURT, Ronald S. (2007), Brockerage and Clousure: An Introduction to Social Capital. Oxford University Press CALVÓ, Juan L. (1997), La industria armera nacional 1830-1940. Fábricas, Privilegios, Patentes y Marcas, Eibar, Comisión Ego Ibarra.

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