El Papel de la Expografía en el Discurso Museológico/ The Role of Expography within Museological Discourse

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Descripción

_________________________________________________________________________ Título: El Papel de la Expografía en el Discurso Museológico/ The Role of Expography within Museological Discourse Autor: Martha Soto Fuente: Journal of Transborder Studies - Research and Practice Fall 2015

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El Papel de la Expografía en el Discurso Museológico/ The Role of Expography within Museological Discourse Por: Martha Soto

Abstract–– Museums were created for the safekeeping, classification and exhibition of historically or artistically valuable objects. The artist has the need to seek interaction with the general public; but it is also the need of society as a whole to become an audience to art and to appropriate its forms. This has been gradually perceived, intuitively, in our city of Tijuana; recently several cultural institutions and independent artists have sought a way to help in fulfilling this need, by opening new exhibition spaces to promote the interaction between the audience and the work made by our artists. Key words–– Museum, museography, expography, Tijuana, gallery. Resumen–– Los museos fueron creados para el resguardo, clasificación y exhibición de objetos que tienen un valor histórico y artístico. El artista tiene una necesidad de buscar la interacción con el público; pero es también necesidad de la sociedad entera convertirse en público del arte y apropiarse de sus formas. Esta necesidad se ha venido percibiendo progresiva e intuitivamente en Tijuana. Varias instituciones culturales y artistas independientes recientemente han buscado satisfacerla al abrir nuevos espacios de exhibición para promover la interacción entre el público y los trabajos elaborados por artistas. Palabras Claves–– Museo, museografía, expografía, Tijuana, galería

2 Aparentemente es una necesidad del artista salir a buscar la interacción de su obra con el público –cosa que percibe cualquiera que interactúa con artistas de forma cotidiana. Pero es también necesidad de la sociedad entera convertirse en público del arte y apropiarse de sus formas. La Teoría General del Arte (TGA) dice que una sociedad es la simbiosis de su cultura y su población, de modo que la pérdida de cualquiera de ambas representa el fin de dicha sociedad, como en el caso de los antiguos Sumerios. De acuerdo a esta teoría, la cultura al ser una estructura significativa se encuentra sujeta a la Ley de Pérdida de Resolución (Jiménez, 2008) que estipula que cualquier estructura significativa perderá significado en cada reciclaje, pasando de un estado semiológicamente estructurado a otro confuso (ruido). De acuerdo a la propia TGA, el deterioro de la cultura puede combatirse introduciendo periódicamente formas nuevas creadas por el arte. Esto se ha venido percibiendo progresiva e intuitivamente en Tijuana, lo que se aprecia en la creciente producción artística y la proliferación de actividades y espacios dedicados a la interacción obra-público. Varias instituciones culturales recientemente han buscado satisfacer esta necesidad al abrir nuevos espacios de exhibición para promover la interacción entre el público y los trabajos elaborados por nuestros artistas. La forma concreta en que cada espacio es habitado por cada obra en concreto, se denomina técnicamente ‘expografía’, de acuerdo con Rico: [...] de acuerdo con la terminología aceptada en algunos países anglosajones más pragmáticos, hacia la expografía, entendido como tal la parte que trata tan sólo de la relación de la obra con el espacio, al cumplir una de las funciones prioritarias del museo: la de mostrar,[...] La expografía abarca todos los conocimientos prácticos y técnicos que van desde la iluminación, conservación, etcétera, hasta los más los más sutiles del diálogo del objeto con la arquitectura, la ordenación y la relación entre las piezas de una exposición, la percepción del visitante y el estudio de los puntos de vista. (Rico, 2006:17). En nuestra obra inédita, “Producción y montaje de exposiciones”, hemos venido recopilando una investigación de más de una década sobre este tema, sintetizando la información disponible desde una óptica interdisciplinaria que incluye a la arquitectura, el diseño gráfico, la fisiología de la percepción, la muesolotía y otras disciplinas, además de diversos experimentos implementados ad hoc, en la Escuela Superior de Artes Visuales. Por otra parte, en el desarrollo histórico Occidental, de la relación arte-público, juega un papel esencial el concepto de museo, surgido de la Revolución Francesa, como reacción a la acumulación elitista de arte por parte de los aristócratas. De acuerdo con Rico, MUSEO: “Simplemente se relacionaba con la idea de una colección, de una especie de panteón privado.” (Rico, 1999a: 19) Pero, atendiendo a la función original del Louvre, primer museo público del que tenemos noticia, un museo es la conjunción de dos aspectos fundamentales: la conservación de un patrimonio histórico o artístico, y su accesibilidad al público en general. Es en el contexto de la segunda función que se ha venido desarrollando la expografía a lo largo de la historia moderna, como la técnica para la correcta exhibición de las colecciones de los museos, tanto en razón de la conservación de las piezas, como del aspecto didáctico de la relación con el público. Esto quiere decir que la expografía combina criterios para garantizar la seguridad de las piezas, pero también criterios ergonómicos, antropométricos, históricos y didácticos, que permitan la inteligibilidad de la muestra presentada a aquellas personas que no son expertos ni tienen acceso a la masa total de la colección. La expografía es naturalmente el instrumento que ayuda a que estos nuevos espacios culturales –que no son en museos stricto sensu–, puedan cumplir con una función social esencialmente museística; a pesar de que prácticamente ninguna de ellas constituye un museo

3 propiamente dicho, en tanto no administran la conservación de una colección. Facilitar este acercamiento entre el arte y el público es el objetivo por el cual proliferan cada vez más cursos y talleres sobre este tema –que abordaremos a detalle más adelante– mediante los cuales las instituciones pretenden proporcionar capacitación a su personal para que auxilien en cumplir estas demandas de los productores y ‘consumidores’ del arte local. Ahora bien, aunque las instituciones oficiales de cultura son las únicas que tienen la obligación de hacerlo, no son las únicas que intentan cumplir con esta función. En cualquier ciudad –y Tijuana no es la excepción– existen ciudadanos o grupos ajenos al gobierno que intentan cubrir tanto la necesidad artística de exhibir, como la necesidad social de consumir el arte. En algunas ciudades esos esfuerzos pueden incluso incluir el esfuerzo de conservación, llegando a darse el caso de museos privados e instituciones con diversos grados de formalidad y estructura. Conviene entonces preguntarnos, cuál es la situación particular de Tijuana respecto a este tipo de esfuerzos. En este sentido podemos observar que, gracias a la profesionalización del arte en Tijuana, algunos artistas locales han abierto espacios o galerías independientes, como es el caso de las galerías “Atelier 109”, “206 Arte contemporáneo”, “La Tentación”, “Nort Galería”,“Revolución-208”, “Blástula”, “Nodo”, “Prad”, “Gallery ML”, “TJ IN CHINA Project Room”(1), Galería Arte Alfa”, “El Cuarto de Luz”, “Caja Galería”(2). Estos espacios de exposición nacen como galerías alternativas fuera del escenario institucional promoviendo un arte independiente de las instituciones públicas de cultura de la ciudad. Muchos de ellos se encuentran localizados en el centro de la ciudad, sobre la avenida Revolución o en los Pasajes Rodríguez (3) y Gómez (4). Estos Pasajes están integrados por pequeñas galerías de arte dirigidas por estudiantes o egresados de las licenciaturas de artes plásticas y visuales, artistas autodidactas o promotores culturales independientes que han sido del interés nacional e internacional; tanto, que la promoción Turística de Tijuana promueve estos espacios de exposición a través de su página oficial en internet: Zona Turística. (5) Cabe decir que, aunque en muchas ciudades del mundo estos esfuerzos reciben apoyo sistemático del ámbito gubernamental. No es el caso de la mayoría de los espacios locales a los que hacemos referencia, espacios cuyo personal se capacita o no en el manejo de obra de arte y en la solución de las necesidades de exhibición y consumo, según sus propios criterios, recursos e incluso en función de su acceso a la información, ya que muchas veces los cursos o capacitaciones ofrecidos por las instituciones públicas y, precisamente, con fondos públicos, no son ofertados directamente a estos espacios, a pesar de ser sus destinatarios naturales. Una de las razones que comúnmente se aduce para el estado de la red de espacios públicos y privados encargados de cubrir las necesidades de que aquí hemos venido hablando, es la ‘juventud’. Es decir, se dice que el arte en Tijuana es joven, o que Tijuana misma es joven, o que los esfuerzos por profesionalizar el arte son jóvenes. Sin embargo, resulta interesante considerar de manera formal que tan jóvenes pueden ser estas cosas. Efectivamente, el resguardar, clasificar, ordenar y exhibir objetos no es una necesidad nueva del ser humano. Estos objetos nos hablan de lo que somos. El arte ha sido un instrumento de supervivencia para los seres humanos, por lo que es de vital importancia divulgar sus contenidos. A pesar de que en la mayor parte de las culturas del pasado esta necesidad se cubría de manera ‘natural’ por la presencia ubicua y constante del arte de cada cultura en su medio ambiente cotidiano (los griegos vivían rodeados de arte griego, igual que los mayas de arte maya, etcétera), en nuestra civilización contemporánea esta función no puede ser cumplida sin las técnicas museográficas que no sólo nos ayudarán a divulgar, resguardar y ordenar estas obras de arte, sino que también promueven el conocimiento e

4 identidad de la sociedad que las produce y consume, así como, en última instancia, de la humanidad. Antes de que estas técnicas museográficas puedan ejercer sus efectos benéficos, lo primero que debemos preguntarnos es dónde deben ser aplicadas estas técnicas museográficas; cómo podemos identificar los espacios de exposición o si hay alguna clasificación que nos ayude a saber las características básicas que definen estos espacios. De acuerdo con Juan Carlos Rico, en la actualidad el museo y la galería quedan unificados como espacios con las características suficientes para que el objeto expuesto y el público interactúen en un mismo espacio (Rico, 1999a: 19). Por lo que nosotros también consideramos que la museografía habrá de aplicarse en cualquier espacio en que se pretenda que el objeto expuesto –en particular la obra de arte– y el público interactúen en el mismo espacio. Por otra parte, con la creación de las escuelas de arte: Escuela Superior de Artes Visuales en 2001, la Facultad de Artes de la UABC en 2003 y el Centro Estatal de las Artes en Tijuana en 2013, aumenta la producción artística profesional de nuestra entidad y, con ella, la demanda de estos espacios de exposición. Ahora bien: “Con el conocimiento de que un “espacio actúa como “control” de la interacción social entre géneros mucho más allá de la construcción” (Cevedio, 2003: 9) entendemos que, a su vez, se vuelve necesario contar con expertos en técnicas expográficas para habilitar los espacios implementados por estas nuevas instituciones, más las ya existentes como son Intituto de Cultura de Baja California (ICBC), el Centro Cultural Tijuana (CECUT 1982), así como El Cubo, en el mismo CECUT (2008) y el Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC). No podemos olvidar que el alumnado egresado de las escuelas de arte va creando sus propios espacios de exposición y galerías privadas, donde también es necesario aplicar estas técnicas expográficas para que cumplan con la función social que, normalmente, le corresponde a los museos de arte. Esto deviene particularmente importante en ciudades como Tijuana en donde la producción es mucha pero, como hemos ya señalado, los museos de arte son prácticamente inexistentes. Podemos notar entonces que la expografía no es un tema secundario, como pudiera parecer por la escasa atención que se le presta dentro del discurso museológico mainstream. Muy por el contrario, se constituye en la condición sine qua non los habitantes de ciudades como la nuestra pueden tener acceso real a la experiencia museológica del arte, pues de otra manera sería como visitar un depósito o almacén. Por lo tanto, es necesario aclarar qué es la expografía y cuáles son las técnicas idóneas para habilitar las funciones del espacio expositivo. Para una ciudad como la de Tijuana, resulta imperativo el desarrollo de una visión de la expografía como objeto de una aproximación auténticamente teórica y académica, y no como simple praxis, como dominio exclusivo de técnicos empíricos, donde las diversas aproximaciones parecieran meramente cuestión de estilo personal y no requisitos para gestar la experiencia museística en una ciudad sin museos de arte. La museografía nace como una necesidad de los museos en apoyar el resguardo de obra y exposición de objetos valiosos. Juan Carlos Rico define a la museología como ciencia humana (de acuerdo a Bernard Deloche), que abarca todos los estudios teóricos y filosóficos de lo que el museo y de cómo se puede organizar. El término museografía designa la disciplina técnica que conlleva la aplicación a la práctica de todas las ideas anteriores.” (Rico, 2006a: 17) La Comunidad de Museos del Mundo (ICOM) recuerda que el término museografía hizo su aparición a partir del siglo XVIII (Neickel, 1727) y es más antiguo aún que el término

5 museología. La ICOM reconoce tres acepciones específicas: (1) Como la figura práctica o aplicada de la museología, es decir el conjunto de técnicas desarrolladas para llevar a cabo las funciones museales y particularmente las que conciernen al acondicionamiento del museo, la conservación, la restauración, la seguridad y la exposición. (2) Para designar el arte o las técnicas de la exposición, aunque desde hace algunos años se ha propuesto el término expografía para referirse a las técnicas vinculadas por las exposiciones, ya sea que se sitúen en un museo o un espacio no museal. (3) Por su etimología, antiguamente la museografía aludía a la descripción del contenido de un museo. (ICOM, 2010: 55-56). De acuerdo a estas definiciones podemos concluir que, en ciudades como la nuestra que carecen de una estructura de museos, se habla erróneamente de museografía. La función de implementar exposiciones efectivamente se cumple, a pesar de que Tijuana no cuenta con museos de arte pero, como lo propone ICOM, esta función se materializa a través de la expografía. Solamente con la futura implementación de museos de arte se dará paso a la cuestión “del contenido de un museo” cumpliendo con la función de la museografía. Esta confusión de términos dificulta implementar acciones adecuadas para ir cubriendo las necesidades reales y concretas de ciudades como la nuestra. Se confunde al objeto con la disciplina de estudio, al museo con la galería y esto, a su vez, propicia que se implementen acciones tendientes a profesionalizar el ejercicio museístico cuando lo que necesitamos es impulsar el desarrollo expográfico al tiempo que trabajamos como sociedad en la implementación de nuestros futuros museos de arte. Así por ejemplo, el Centro Cultural Tijuana ha contado desde hace muchos años con galerías, esto es, con espacios de exhibición. Sin embargo, apenas recientemente ha iniciado un esfuerzo por integrar una colección permanente de obra de arte local. De fructificar este esfuerzo, el CECUT se convertirá probablemente en un museo de arte en el futuro. Pero eso no quiere decir que perderá sus galerías, porque todo museo de arte necesita tener galerías de exhibición, aunque las galerías, como aquí vemos, pueden existir y existen fuera del ámbito del museo. De esta manera, podemos decir que un museo es una institución que cuenta con una colección y galerías de exhibición; mientras que podemos asignar a ‘galería’ el significado liso y llano de espacio de exposición. Existirá entonces una disciplina a la que compete tanto el museo como la galería, existen varios conceptos que pudieran ser aplicables. Museología es sin duda el más completo de ellos. Como ciencia interna de conservación de diferentes objetos y obras posee abundantemente documentación y estudios. Iluminación, climatización, técnicas de exposición, etc., son analizadas a lo largo de toda su evolución (Rico, 1999b: 19). La cuestión es cuál será la aplicación y utilidad de la museología en una ciudad como Tijuana y muchas otras donde la presencia de auténticos museos es limitada. Nuestra apreciación es que la museología mantiene su relevancia aún bajo dichas condiciones, particularmente a través del concepto de expografía. La expografía abarcó todos los conocimientos prácticos y técnicos que van desde la iluminación, conservación, etcétera, hasta los más sutiles del diálogo del objeto con la arquitectura, la orientación y la relación entre las piezas de una exposición, la percepción del visitante y el estudio de los puntos de vista (Rico, 2006b: 17). Ante la escasez de museos de arte en la ciudad hay espacios informales de exhibición o galerías que en los últimos años han formado parte del panorama cultural de la ciudad de Tijuana. La necesidad de museos de arte ha producido que la misma comunidad cultural

6 independiente asuma esta actividad improvisando espacios comerciales, consultorios, casas, espacios abandonados, parques convirtiendo estos en espacios de exposición, promoción y difusión, haciendo parcialmente la función de museos y galerías. Por lo tanto, si consideramos que el término “exposición” significa tanto el resultado de la acción de exponer como el conjunto de lo expuesto y el lugar donde se expone.” (ICOM, 2010: 36) podemos decir que en la ciudad de Tijuana se cumple la función básica del museo de arte a pesar de no contar con ningún museo de arte y, de hecho, con casi ningún museo en lo absoluto (6). Esto ha intensificado la necesidad de entender y aprender las técnica de la expografía, lo que la mayoría de las veces se hace solamente de manera intuitiva (ensayo y error); sin embargo, algunas instituciones han tratado de cubrir esta necesidad con cursos y seminarios. “El museo como pretexto, la exposición como enunciado” impartido por la curadora Carmen Cebreros Urzaiz dentro del ciclo Clínicas Académicas, Programa de Profesionalización en las Prácticas del Arte de la Facultad de Arte de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC); el “Taller de Diseño y producción de exposiciones” que impartió Gabriel Vargas del 10 al 14 de febrero de 2014 en el Museo de Historia de Tijuana del Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC) de Tijuana; el “Seminario permanente de conservación, restauración, museología y museografía 2014” ofrecido en conjunto por CONACULTAIMAC; “Museografía” del 28 de febrero al 4 de abril de 2009 en Instituto de Cultura de Baja California (ICBC) que impartió Martha Soto entre algunos más. Desafortunadamente, en algunos de los casos como veremos más adelante, los instructores han mostrado escaso conocimiento sobre las bases técnicas de la expografía y la han abordado como simplemente cuestión de estilo o gusto personal, tomando como base una discutible experiencia e incluso información técnica ya sea obsoleta o mal comprendida. Esto podría no parece grave, pero es importante aclarar que mientras la expografía bien hecha tiene la cualidad de crear un enlace óptimo y funcional entre el arte y el público, el mal uso o la mala información sobre esta técnica le restan eficacia a los esfuerzos que se hacen por cumplir con esta función social tan importante que no sólo es beneficiar al usuario-visitante, que tienen la necesidad de ser informado, sino a toda la sociedad enriqueciendo y renovando su cultura para permitirle salir adelante. Toda comunidad necesita una estructura institucional que los ayude a compartir su historia, su patrimonio cultural. En algunos años estas prácticas informales de exhibición llegarán a consolidar la institución del museo de arte apoyando a la comunidad local a consolidar su patrimonio cultural y en ese momento surgirá el primer museo de arte en Tijuana. Pero hasta entonces, es más dañina la mala información que ninguna información para la práctica de la expografía en nuestra ciudad. El daño es potencialmente tan grave como el hecho de privar por completo a nuestra comunidad de la experiencia museística. El problema se agudiza con la mentalidad provincial, donde cualquier información venida de fuera se presupone certera y llena de autoridad. Un error que puede parecer menor o casual en un instructor venido por conducto de alguna institución importante, puede convertirse rápidamente en doctrina, en acto de fe y en regla aplicada a rajatabla en nuestra comunidad, dañando la actividad expográfica por años y aun por décadas. Hay que recordar que, como señalamos más arriba, en una exposición las piezas deben distribuirse de forma didáctica, o por lo menos de manera que se maximice su impacto deslindándolo de distracciones e interferencias, que es lo que se espera de un buen diseño museográfico. Al diseñar una exposición, debemos pensar que lo que se expone tendrá una interacción con un público no experto y que, si bien una buena distribución museográfica puede contribuir a que las piezas logren una adecuada interacción con ese público, una hecha

7 en base a la sección áurea bien puede hacer que el público no logre ver más que una ‘sala bonita’, bien decorada. En la museografía es importante tener claro que el uso del color es un auxiliar para que el espectador pueda leer la obra dentro del contexto definido por el trabajo curatorial; debe ayudar a enfatizar la estructura semiológica de la obra expuesta, creando una lectura adecuada de esta. Actualmente, en lugar de tablas anacrónicas, debemos utilizar los conocimientos basados en la teoría de la percepción; estudios de la visión desde la perspectiva fisiológica, como los de Margaret Livingston; de la perspectiva psicológica de Rudolf Arnheim o H. Gombrich; pero, sobre todo, por desde el punto de vista Arsológico en base a la Teoría de las Reacciones Emotivas, de Jaime J. Cuanalo. Al final de cuentas, según pudimos percibir entre los asistentes al curso, la consecuencia real de su explicación del color, fue empujar a los participantes a generar composiciones de colores armónicos para el diseño de las exposiciones; esto es, primordialmente nos instruyó para encontrar los colores que armonicen mejor con las piezas. Esto es muy congruente con su uso de la sección áurea y nos confirma en que este instructor basa su práctica museográfica mayormente en el objetivo de conseguir que la sala ‘se vea bien’, de modo que las piezas pasan a formar parte del ‘decorado’ de la galería. Pero esto definitivamente no ayudará a que las piezas se perciban adecuadamente por los espectadores, sino que más bien se mimetizan, creando un espacio completamente decorativo. Si recordamos que es precisamente la actividad expográfica la única vía por la cual nuestra comunidad resuelve sus necesidades museológicas, podemos ver entonces la gravedad de la desinformación. La mala o pobre información sobre expografía puede convertirse en un virus que carcome lo poco que los esfuerzos institucionales e independientes han venido logrando y puede incluso venir a infectar los nuevos museos de arte cuando finalmente logremos tenerlos. Notas: (1) De acuerdo al acta de selección del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, Programa de Fomento y Coinversiones Culturales Trigésima Emisión, 2014, la Comisión de selección concluyo que uno de los proyectos seleccionados en la disciplina de Artes Visuales con clave de registro CNCA.FONCA.04S.04.FPCC.CB.AV.018.14(30) se otorga el siguiente apoyo a la representante Barragán Chávez Mely con el proyecto titulado TJINCHINA Project Space con un monto autorizado de $187,000.00 pesos http://foncaenlinea.conaculta.gob.mx/resultados/arch_res.php . Otro apoyo que cuenta uno de los integrantes de este espacio es la beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte 2012 SNCA Daniel Eduardo Ruanova García con el número de clave CNCA.FONCA.04S.04.SNCA.CI.AV.ES.003.12. http://foncaenlinea.conaculta.gob.mx/resultados/arch_res.php (2) La Caja Galería abrió sus puertas en el 2005 como un espacio para la promoción de artistas locales. Cambió su ubicación a una bodega remodelada en 2010 permitiendo así la expansión de sus objetivos. Al acondicionar un lugar para la enseñanza, en el 2011 lanzó el diplomado en Apreciación de las Artes Visuales, certificado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) con la intención de formar nuevos coleccionistas en la región. La Caja Galería ha brindado espacio a reconocidos artistas locales e internaciones, tales como, Franco Méndez, Jaime Ruíz Otis, Luis Garzón, Enrique Ciapara, Irma Sofía Poeter, Marco Miranda, Fernando Cervantes, Pablo Llana, Jean Von Borstel, Ana Fernández, Xawery Wolski y Milène Guermont, Joel Rendón, Bruno Reyes, Bell May, Karen Perry y Gabriel Boils. En el 2013 coordinó, en colaboración con el CONACULTA e INBA, el programa de introducción a las

8 artes plásticas "Taller de Arte para ciegos" el cual convocó a un grupo de personas con discapacidad visual a cursar una serie de talleres que llevaron al estudiantado a vivir la experiencia de trabajar en un salón sensorial y expresarse a través de las artes. http://www.lacajagaleria.com/historia.php (3)Si buscas conocer la escena cultural de Tijuana fuera de las instituciones formales visita lugares alternativos llenos de arte, música y creaciones como en el Pasaje Rodríguez que en este año cumple 3 años y desde que se inauguró los ojos de muchos voltearon al corazón de la ciudad. El Pasaje Rodríguez es un proyecto cultural independiente que reúne un diverso grupo de artistas, que buscan proyectar y dignificar a través del arte en todas sus manifestaciones un espacio público-privado, olvidado en el centro histórico de la ciudad, dotándolo de nuevos usos y actividades. (4) Después del Pasaje Rodríguez, más artistas comenzaron a buscar qué otros lugares podían rescatar, uno de ellos es el Pasaje Gómez, mismo que ha sido la nueva cuna de artistas locales, en este espacio se puede encontrar arte en muchas de sus disciplinas; basta con recorrer un día durante un evento para encontrar trabajos desde fotografía, vestuario de artistas locales, pintura, gastronomía, libros, teatro, música, de vez en vez se realizan constantemente eventos de arte como el “Tijuana Art Walk”. Donde se fusionan todo tipo de manifestaciones artísticas de la frontera. http://www.venatijuana.com/index.php/es/massobretj/iconos-de-tijuana/item/pasajerodriguez-pasaje-gomez (5) Pasajes Rodríguez y Gómez Tijuana. En línea. http://www.zonaturistica.com/atractivo-turistico/1498/pasajes-rodriguez-y-gomeztijuana.html (10 de febrero de 2015) (6) De acuerdo con el boletín del Gobierno del estado de Baja California: Atractivos culturales y turísticos: “La Ciudad cuenta con cuatro museos, el “Museo de las Californias” dentro del Centro Cultural Tijuana, el "Museo de Cera de Tijuana", el “Museo de la sociedad de la historia de Tijuana”. Así como también el “Museo El Trompo Interactivo”. Sin embargo, a pesar de que dicho boletín señala que el Museo de las Californias cuenta con una “exposición permanente de objetos representativos de la historia regional”, en realidad, hasta donde sabemos, la mayoría de esos objetos no conforman una colección de piezas con valor histórico o cultural pues fueron fabricadas a modo de maqueta con el propósito de ilustrar, pero no son objetos auténticos. Por lo que toca al Museo del Trompo, este tampoco cuenta con una colección de objetos culturalmente relevantes, por lo que no coincide con las definiciones de museo aquí expuestas, sino que, en todo caso, podría ser alguna especie de galería o sala. No estamos al tanto de cuántos objetos de valor histórico haya realmente en el museo de la sociedad de historia o si tiene siquiera una colección, pero quizás este o solamente el de cera pueden considerarse auténticos museos. http://www.bajacalifornia.gob.mx/portal/nuestro_estado/municipios/tijuana/museos.jsp Museo de las Californias Uno de los más completos es el que se encuentra ubicado en el centro Cultural Tijuana, cuenta con exposición permanente de objetos representativos de la historia regional, que abarca desde la prehistoria hasta la segunda mitad del siglo XX. Cuenta también con una sala de

9 exposiciones temporales, que presenta el Instituto Nacional de Antropología e Historia y diversos museos del país. Para mayores informes contactar al teléfono 687-9600 o la página de internet www.cecut.gob.mx Museo de Cera Ubicado en la zona centro de la Ciudad en la calle primera y avenida Madero a una cuadra del reloj monumental, en el edificio antiguo edificio de la Cámara Nacional de Comercio, ofrece al visitante 85 figuras de artistas nacionales e internacionales, personajes políticos, entre otros. Para mayor información contactar al teléfono 688-2478. El edificio de la Sociedad de la Historia de Tijuana Alberga un museo muy completo, en el cual se exhibe una galería de fotografías antiguas de Tijuana, del casino agua caliente, sala de proyección, venta de libros de historia, películas revistas, camisetas, logotipos, entre otros. Para mayores informes contactar al teléfono 6820398 o a su correo electrónico: [email protected] Museo El Trompo Interactivo Se localiza en Libramiento los Insurgentes S/N, Río Tijuana, Tercera Etapa. Se dedica a la difusión de la ciencia y la tecnología para los niños de Tijuana, sus familias y los visitantes de la Ciudad. Tel. (664) 634-3476 y 46. Mayor información en: www.eltrompo.org Referencias Arnheim, Rudolf (2005). Arte y Percepción Visual. Barcelona: Alianza forma. Calabrese, Omar (2001). Cómo se lee una obra de arte. España: Cátedra. Cevedio, Mónica (2003). Arquitectura y género: espacio público-espacio privado. Barcelona: Icaria. Livingstone, Margaret (2002). Vision and Art, The biology of seeing. NY: Harry N. Abrams. Gombrich, E. H. (2010). Los usos de las imágenes. Barcelona: Paidós. Jiménez Cuanalo, Jaime. Arsología una ciencia del arte. Tijuana: Zona Límite. Locker, Pam. (2011). Diseño de Exposiciones. España: G.G. Martínez García, Ofelia; Portillo Ortiz, Gerardo; López Monroy, Manuel (2001). La comunicación visual en Museos y exposiciones. México: UNAM. Rico, Juan Carlos (2006). Manual práctico de museología, museografía y técnicas expositivas. España: Silex. ––––– (1999). Museos, Arquitectura, Arte. España: Silex. Referencias Electrónicas. ICOM (2010).Conceptos claves de museología. ICOM, 2010. En línea.

10 http://icom.museum/fileadmin/user_upload/pdf/Key_Concepts_of_Museology/Museologie _Espagnol_BD.pdf (10 de enero de 2015) Promoción Turística de Tijuana. En línea. http://www.venatijuana.com/index.php/es/massobretj/iconos-de-tijuana/item/pasajerodriguez-pasaje-gomez (10 de enero de 2015) Zona Turística. “Pasajes Rodríguez y Gómez Tijuana.” En línea. http://www.zonaturistica.com/atractivo-turistico/1498/pasajes-rodriguez-y-gomeztijuana.html (10 de febrero de 2015)

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Martha Soto. Egresada de la Maestría en Cultura Escrita del Centro de Posgrado y Estudios Sor Juana y estudiante del Doctorado en Artes del Campus Guanajuato de la Universidad de Guanajuato. Ha participado como docente en la licenciatura de Artes Visuales ESAV, licenciatura en Diseño Gráfico Estratégico Universidad Iberoamericana Tijuana, cursos de museografía para principiantes. Es columnista en la revista electrónica Arte para Salvar a México. Su obra inédita “ Producción y montaje de exposiciones” se encuentra en preprensa. [email protected], marthasoto.neositios.com, https://ugto.academia.edu/MarthaSoto/Papers

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