El papel de la comunicacion ambiental en la promocion de comportamientos favorables al ambiente en Parques Naturales

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Descripción

El papel de la comunicación ambiental en la promoción de comportamientos favorables al ambiente en Parques Naturales1 Por Oscar Julián Cuesta m. RESUMEN: La ponencia presenta los resultados de una investigación que analizó el papel de la comunicación ambiental en la dinámica de conservación de áreas naturales en Colombia. Para ello, se revisaron las estrategias comunicativas que desarrolla Parques Nacionales Naturales, entidad del Estado colombiano que administra y protege estas áreas. Como resultado, la indagación encontró que la comunicación ambiental tiene un íntimo vínculo con la educación, pues está dirigida, entre otras cosas, al fomento de comportamientos y actitudes pro ambientales, lo que implica procesos de formación de sujetos. Para lograr este proceso educativo, la estrategia depende, de manera significativa, de la comunicación interpersonal y comunitaria, ya que la aprehensión del mensaje está determinada por las prácticas culturales de las comunidades que habitan, tanto en el parque como en sus zonas aledañas. Por ello, los funcionarios de Parque Natural procuran interactuar con las personas a través talleres. En ese orden de ideas, los planes de acción que materializan las intencionalidades comunicativas son construidos de manera particular para cada parque, pues se configuran según las prácticas culturales de cada comunidad. Para concluir, la ponencia reconoce la importancia de destacar el papel de cada cultura en el fomento de comportamientos favorables al ambiente, pues implica diseñar estrategias comunicativas 1

Presentada en el VIII Seminario de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC), Puerto Rico, 2015.

desde las dinámicas singulares que determinan la relación hombre-naturaleza en cada cosmovisión.

AUTOR: Oscar Julián Cuesta Moreno FORMACIÓN: Comunicador social, magister en educación, técnico en locución y medios audiovisuales. INSTITUCIÓN: Docente del programa de Comunicación Social-Periodismo de la Universidad Los Libertadores - Bogotá, Colombia. CIUDAD Y PAÍS: Bogotá, Colombia Email: [email protected]

Introducción

Las agendas políticas internacionales tienen en común una preocupación transversal: la crisis ambiental. En efecto, el modo de producción capitalista tiene como gran reto afrontar las consecuencias de su dinámica, es decir, el agotamiento de la naturaleza y la gran cantidad de desechos que alteran el equilibrio planetario.

Las voces que manifiestan una preocupación por las consecuencias ambientales de nuestra forma de vida vienen creciendo de manera exponencial desde la década del 70’ del siglo pasado. Sin embargo, no por ello la forma de producción capitalista ha alterado de manera significativa sus procesos. De hecho, la dependencia por el petróleo y sus derivados no ha encontrado alternativas viables (o las alternativas han sido deliberadamente convertidas en inviables, como el caso del carro eléctrico, cuyas patentes están en manos de corporaciones petroleras). A esto se suma que, en países de nuestro continente, la extracción de recursos naturales y procesos agroindustriales se han convertido en proyectos de primer orden para incrementar el crecimiento económico. Teniendo como consecuencia la afectación de ecosistemas estratégicos y frágiles y, de manera significativa, poniendo en riesgo las fuentes y reservas de agua.

¿Qué es más importante un gramo de oro o los litros de agua contaminada con cianuro o mercurio que se producen en la extracción aurífera? Es una pregunta que permite ver la

bipolaridad del momento: la censura total al sentido de la actual economía, esto es, el incremento del capital, o la valoración de la vida y los ciclos naturales que la posibilitan. Esta ponencia se coloca en un punto intermedio. Pues parte de entender que una transformación radical del sistema capitalista es necesaria pero no se dará de manera inmediata, así que lo mejor es pensar propuesta que reconozcan el origen del problema sin embarcarse en soluciones taxativas que no encuentren eco en los demás sujetos. Desde esta colocación, a continuación se presentan los resultados de una investigación que analizó el papel de la comunicación ambiental en la dinámica de conservación de áreas naturales en Colombia. En ese orden de ideas, reconocemos que la comunicación presenta oportunidades para la actual crisis ambiental, pero que estás posibilidades deben dirigirse a la formación de sujetos con conciencia ambiental que materialicen sus prácticas en comportamientos proambientales. Así, es necesario cuestionar las propuestas que procuran lograr conductas conservacionistas sin alimentar primero una conciencia ambiental. Por ejemplo, campañas que buscan que el sujeto consuma responsablemente o maneje de manera adecuada las basuras que produce pueden ser necesarias, pero no lograrán una verdadera solución para la actual crisis ambiental si no recurren al cuestionamiento consiente de estas prácticas, de lo contrario tendremos personas que reciclan pero que en pocos lustros vivirán en un desierto con desechos clasificados.

Metodología

Para analizar el papel de la comunicación ambiental en la dinámica de conservación de áreas protegidas naturales en Colombia se revisaron las estrategias comunicativas desarrollas por Parques Nacionales Naturales, entidad

del Estado colombiano que

administra y maneja estas áreas. En el proceso de investigación se analizaron documentos de la entidad que se encuentran on line y se realizaron entrevistas semi-estructuradas a funcionarios encargados de la estrategia de educación y comunicación para los planes de manejo de cada Parque Natural por parte de la entidad.

Resultados y discusión Sobre la estrategia de comunicación en Parques Nacionales Naturales En primer lugar, es pertinente decir que actualmente Colombia cuenta con “58 áreas naturales pertenecientes al Sistema de Parques Nacionales Naturales que representan 14´254.147,24 de hectáreas de la superficie nacional (marinas y terrestres), donde 11,27% constituye el área continental y 1,48% el área marina. 26 de estas áreas tienen presencia de comunidades indígenas y afro descendientes” (Parques Nacionales Naturales, 2015). Con ese número de áreas protegidas y el tamaño de las mismas es un reto mayor diseñar una estrategia comunicativa general. Por ello, la entidad de Parques Nacionales Naturales

(PNN) construye su estrategia en dos niveles. En un primer nivel, de carácter nacional, plantea lineamientos o principios generales a través de documentos referenciales para todos los parques.

Ese carácter general enuncia propósitos, criterios y responsables, mas no

detalla la materialización de estrategias puntuales. En el segundo nivel, se realizan acciones que permiten la construcción de una estrategia particular para cada parque. Es decir, con los elementos generales, cada área protegida construye una estrategia específica. Dicha estrategia se estipula en el Plan de Manejo de cada parque. “Este plan establece un diagnóstico del área, una zonificación, y establece qué se puede hacer y qué no en cada zona del área” (Cano, 2014). En las dos dimensiones enunciadas participan funcionarios de la Oficina de Comunicación y Educación. El Plan de Manejo, particular a cada área, desarrolla un plan de acción. En este plan de acción se ve la presencia concreta de la propuesta comunicativa. En ese orden de ideas, como entidad Parques Nacionales Naturales no desarrolla planes de comunicación macro, sino que la comunicación es un componente transversal articulada a una estrategia educativa en cada Plan de Manejo particular. Por otro lado, es importante resaltar que este componente comunicativo está intrínsecamente vinculado a una estrategia de educación ambiental. Es decir, comunicación y educación tienen una dinámica consustancial en el Plan de Manejo. De hecho, desde los lineamientos generales (lo que denominé primera dimensión) la comunicación - educación está íntimamente entrelazada, sin una frontera abrupta.

Este vínculo consustancial entre comunicación – educación ha sido desarrollado por varios autores. Sin embargo, vemos una novedad en nuestro objeto de estudio: el vínculo de comunicación – educación en este caso está configurado desde la crisis ambiental En efecto, Román y Cuesta (2015) pudieron determinar que en las décadas del años 60’ y 70’, a partir de ciertos señalamientos sobre las consecuencias de la producción industrial (como los realizados por Raquel Carson – La Primavera silenciosa 1962- y el Club de Roma- Límites del crecimiento 1968 editado en 1972-), tanto en el campo de la comunicación como la educación se empezó a discutir el tema ambiental. Dado que los informes mostraban las consecuencias de la producción capitalista en la dinámica del planeta y, sobre todo, la intensidad de producción en un mundo finito, la comunicación y educación empezaron a desarrollar agendas encaminadas a la formación ambiental, principalmente, la conservación de la naturaleza y las conductas proambientales. En consecuencia,

esta preocupación compartida entre Comunicación Ambiental y

Educación Ambiental (que según Román [2015] se extiende a la psicología ambiental), son el vínculo consustancial que no permiten ver fronteras infranqueables en los lineamientos y criterios que orientan las estrategias de comunicación en los planes de acción de Parques Nacionales Naturales.

Sobre los comportamientos pro ambientales. El comportamiento o conducta pro-ambiental de acuerdo con Bustos, Flores y Andrade (2004) es: “aquella acción humana de efecto directo y/o indirecto sobre el medio, que tiene

como finalidad disminuir, evitar, e idealmente revertir, el deterioro de los recursos del ambiente natural que sustentan la vida en la Tierra” (p.55). En ese orden de ideas, la estrategia de comunicación y educación de Parques Nacionales Naturales está encaminada a lograr comportamientos pro-ambientales en las personas que acceden a estas áreas protegidas. Sin embargo, esto que parece Perogrullo, amerita reflexiones y construcciones particulares para cada una de las áreas. Así, se podría pensar que existen comportamientos universales que se esperan de los visitantes, empleados, residentes, entre otros, como no maltratar la fauna y la flora. No obstante, estos deseables que parecen obvios deben reconocer la dinámica singular de cada parque. En ese orden de ideas, en la construcción de la estrategia los funcionarios de parques recurren a la sensibilización de visitantes (en el marco del ecoturismo), pero también de indígenas, campesinos y afrodecendientes, pues con “ellos hay que hacer un trabajo de comunicación de acuerdo a como las comunidades piensan, asumen su territorio, de acuerdo a sus costumbres, lenguajes y formas de expresión” (Cano, 2014). Es importante este reconocimiento, pues según Miranda (2013) las actitudes proambientales deben ser concebidas como un fenómeno propio del lugar donde se estudian, ya que se relacionan con los patrones de vida de las comunidades, es decir, estos procesos están relacionados con la cultura. Cano (2014) pone el siguiente ejemplo frente a poner cercas que limiten el acceso a zonas de un parque:

cuando se coloquen las cercas, es importante que se vincule la comunidad que esté allá, para que ese proceso realmente tenga una apropiación y sea sostenible, tenga reconocimiento y legitimación, que la comunidad misma participe en el proceso, colocando mano de obra, entendiendo ellos para qué se hace esa actividad, con qué especies se va a trabajar, se hacen talleres con los campesinos, ya que ellos conocen mucho de semillasrecolección de semillas y de la producción de plántulas, se hace como ese intercambio de saberes entre los técnicos de parques y las comunidades allí.

En general, la Oficina de Comunicación y Educación de Parques Nacionales Naturales empieza un diálogo con la comunidad mediante talleres participativos. Estos ejercicios buscan que la comunidad, es decir ciudadanos que viven en el parque o en su zona de influencia, participen en la construcción y priorización de las acciones que contendrá el plan. Estos talleres también son escenarios de divulgación, es decir, se le informa a la comunidad sobre aspectos o novedades frente al parque. En estos encuentros con la comunidad, los funcionarios de los PNN reconocen los medios que utiliza la comunidad (medios comunitarios) y les colaboran en su uso y fortalecimiento. Así, la Oficina de Comunicación y Educación ayuda a fortalecer los medios comunitarios y estos mismos medios se convierten en herramientas donde se comunican los planes del parque. Según Cano (2014) “juntos elaboramos las piezas de comunicación con la misma comunidad en su propio leguaje, en sus propios medios y

ellos se encargan de llevarlo al resto de

comunidad”. Entre los medios usados se pueden identificar: periódicos, tv, radio, murales, carnavales, entre otros. Reflexiones finales

Después de analizar el papel de la comunicación de carácter ambiental para promover comportamientos favorables al ambiente en Parques Nacionales Naturales, es importante decir que esta entidad no tiene como tal una estrategia comunicativa encaminada a la promoción de dichos conductas, sino que esta se construye con la comunidad, a través de los planes de acción en coherencia con el Plan de Manejo de cada PNN Además, no existe un plan de comunicaciones explícito, sino que la comunicación y la educación son transversales a los planes de manejo de cada parque. Dichos Planes de Manejo son particulares a cada área protegida, pues ellos se construyen con las singularidades del territorio, esto es, con la interacción que tienen las comunidades con el área, lo que implica contemplar variables culturales, prácticas sociales propias de cada comunidad, así como aspectos relacionados con el uso y las actividades económicas permitidas dentro de las áreas protegidas. El diseño de los Planes de Manejo de Áreas Protegidas con las comunidades que habitan o están en el área de influencia del Parque garantiza que los comportamientos proambientales que se quieran fomentar reconozcan las prácticas culturales de la comunidad y, sobre todo, la cosmovisión que determina las relaciones de esa comunidad con la naturaleza. De esta manera se evita caer en el fomento de conductas que no tienen sintonía con las comunidades y, además, en garantizar el reconocimiento y la participación de las mismas comunidades. Así, contrario a lo que se puede pensar, las estrategias de comunicación y educación, fomenta los comportamientos pro-ambientales, sin limitarse a los visitantes en el marco del ecoturismo. Si bien los planes de acción se encaminan también a estas personas, el mayor protagonismo lo tienen las comunidades vinculadas al parque, como campesinos, indígenas

y afrocolombianos, pues toda acción sobre el área protegida tiene afectación directa con sus prácticas y modos de subsistencia. Por otro lado, hay un vínculo intrínseco de la comunicación y la educación. Este vínculo no está solo en el nombre de la oficina encargada del componente comunicativo (Oficina de Comunicación Educación). Por el contrario, es consustancial a las dinámicas e intenciones de la comunicación y educación en el marco de lo ambiental. De hecho, se pudo establecer que comparten los mismos intereses y la misma coyuntura de origen (los informes de contaminación y agotamiento ambiental de la década del 70’ del siglo pasado). Para futuros trabajos, se sugiere pensar los criterios que pueden tener planes de comunicación ambiental para áreas protegidas, pues no hay especificaciones sistematizadas al respecto. Referencia -

Parques Nacionales Naturales. (2015). Sistema de Parques Nacionales Naturales. En línea:

http://www.parquesnacionales.gov.co/portal/sistema-de-parques-nacionales-

naturales/ -

Cano, Luis Alfonso. (2014). Entrevista personal al líder del Grupo de Comunicaciones y Educación de Parques Nacionales.

-

Román, Yenny. (2015). Comunicación ambiental, educación ambiental y psicología ambiental, diálogo de saberes desde la interdisciplinariedad. Ponencia.

-

Román, Y. Cuesta, O. (2015). Avances Y Retos De La Comunicación En La Conservación Ambiental. En prensa.

-

Bustos, Flores, y Andrade. (2004). Predicción de la conservación de agua a partir de factores socio-cognitivos. Medio Ambiente y Comportamiento Humano 2004, 5(1y2),

pp.

53-70.

En

línea:

http://mach.webs.ull.es/PDFS/Vol5_1y2/VOL_5_1y2_c.pdf -

Miranda, L. (2013).Cultura ambiental: un estudio desde las dimensiones de valor, creencias, actitudes y comportamientos ambientales. Producción + Limpia, 8 (2), 94-105.

Recuperado

http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S190904552013000200010&lang=es

de

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