El paisaje de los huertos de naranjos y sus arquitecturas

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Descripción

Catarroja: Historia, Geografía y Arte

7 CATARROJA

Historia, Geografía y Arte (II)

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CATARROJA: HISTORIA, GEOGRAFÍA Y ARTE Volumen II. Geografía y Arte

Edición: Facultat de Geografia i Història Universitat de València

Colección: Història i Geografia Local Impresión: Guada Impresores Depósito Legal: V-1007-2015 ISBN (O.C.): 978-84-370-9738-1 ISBN (Vol. II): 978-84-370-9740-4 Financia: Ajuntament de Catarroja

Catarroja: Historia, Geografía y Arte

Catarroja: Historia, Geografía y Arte Dirección de la Colección Ester Alba Pagán, Decana, Facultat de Geografia i Història Coordinación general de la obra Jorge Hermosilla Pla, Universitat de València Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de Catarroja Mª Paz García-Gelabert Pérez (Coordinadora), Universitat de València Antonio Carlos Ledo Caballero, Universitat de València Historia Medieval de Catarroja Manuel Ruzafa García (Coordinador); Universitat de València Pau Viciano Navarro, Universitat de València Salvador Vercher Lletí, Historiador Historia Moderna de Catarroja Pablo Pérez García, Universitat de València Historia Contemporánea de Catarroja Amparo Álvarez Rubio (Coordinadora), Universitat de València Ferrán Archilés Cardona, Universitat de València Carmen García Monerris, Universitat de València Encarna García Monerris, Universitat de València Marta García Carrión, Universitat de València Josep Rafael Pérez Borredà, Geógrafo Alberto Gómez Roda, Fundación de Estudios e Iniciativas Sociolaborales FEIS Geografía Mª Jesús Miranda Montero, Universitat de València Emilio Iranzo García, Universitat de València Martín Peña Ortiz, Universitat de València Miguel Ángel González Ferrairó, Universitat de València Inmaculada Devís Tamarit, Universitat de València Mª José Carretero Jiménez, Ajuntament de Catarroja Historia del Arte de Catarroja Ester Alba Pagán (Coordinadora), Universitat de València J. Pascual Patuel Chust, Universitat de València Luis Arciniega García, Universitat de València Adrià Besó Ros, Universitat de València Salvador Ferrando Palomares, Universitat de València Pablo González Tornel, Universitat Jaume I, Castelló de la Plana Candela Perpiñá García, Universitat de València Enrique López Català, Universitat de València Amparo Ferrer Selma, Universitat de València Concepción Máñez Solsona, Universitat de València Revisión de textos Eva Teixidor Aranegui, Investigadora de la Universitat de València Diseño, maquetación, cartografía e infografía José Vicente Aparicio Vayà (Estepa), Universitat de València

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Catarroja: Historia, Geografía y Arte

Índice

GEOGRAFÍA DE CATARROJA

13

El Área Metropolitana de València (Martín Peña Ortiz, Universitat de València)

15

Contexto General de l’Horta de València

15

Población y planeamiento de L’Horta: El crecimiento demográfico y el desarrollo del AMV

15

Evolución de la base económica de L’Horta: de una fértil agricultura a una industria dinámica y una terciarización de la sociedad

35

Medio Físico y Paisaje: el escenario de Catarroja (Emilio Iranzo García e Inmaculada Devís Tamarit, Universitat de València)

49

Medio Físico

49

Paisaje

64

La población de Catarroja: estructura demográfica (Mª Jesús Miranda Montero, Universitat de València)

73 73

La población La sociedad de Catarroja: formación y asociacionismo (Miguel Ángel González Ferrairó, Universitat de València)

87

Niveles de formación

87

Conocimiento de la lengua valenciana

87

Asociacionismo

88

Geografía política

91

Geografía urbana de Catarroja (Mª Jesús Miranda Montero, Universitat de València)

93

El planeamiento

93

Centro histórico y expansión urbana

96

Territorio, urbanismo y equipamientos de Catarroja (Martín Peña Ortiz e Inmaculada Devís Tamarit, Universitat de València)

103

Urbanismo

103

Equipamientos públicos

109

Red viaria y transporte de Catarroja (Martín Peña Ortiz e Inmaculada Devís Tamarit, Universitat de València)

113 113

Comunicaciones

9

Las actividades económicas de Catarroja (Martín Peña Ortiz, Universitat de València)

123

El sector agrario: de la base económica histórica al proceso de desagrarización

123

La ganadería: de los prados del Marjal a una modesta cabaña familar

139

La pesca: del Comú de Pescadores a la actividad turístico-recreativa

140

La industria y el subsector de la construcción: los nuevos motores económicos de L’Horta Sud

141

El pequeño comercio local y la red de servicios: un polo comercial de L’Horta

152

Catarroja: situación actual y perspectivas de futuro (Mª José Carretero Jiménez, Ajuntament de Catarroja)

165

Evolución de la población

165

Actividad económica

166

Estudios utilizados

167

Elementos del Patrimonio Hidráulico de Catarroja (Estudios del Territorio, Paisaje y Patrimonio. ESTEPA, Universitat de València)

169

Bibliografía

181

HISTORIA DEL ARTE DE CATARROJA

185

Laberinto de memorias: arte y patrimonio cultural en Catarroja (Ester Alba Pagán (Coordinadora), Universitat de València)

187

Evolución y configuración urbana en su historia (Salvador Ferrando Palomares y Luis Arciniega García, Universitat de València)

201

Paisaje y trazado urbano de Catarroja durante la Edad Media (Salvador Ferrando Palomares, Universitat de València)

201

Catarroja, lugar de paso y esparcimiento: el camino Real y el puerto (Luis Arciniega García, Universitat de València)

206

Arte y arquitectura religiosa de Catarroja (Pablo González Tornel (Universitat Jaume I), Enrique López Català (Universitat de València) y Candela Perpiñá García (Universitat de València))

213

El templo parroquial de Catarroja (Pablo González Tornel, Universitat Jaume I)

213

Apéndice documental

223

La arquitectura religiosa de Catarroja y sus artífices (Enrique López Català, Universitat de València)

228

Bibliografía

239

Los retablos perdidos de la iglesia parroquial de Catarroja (Candela Perpiñá García, Universitat de València)

239

Bibliografía

247

10

Catarroja: Historia, Geografía y Arte

Arquitectura privada de Catarroja (Adrià Besó Ros y Amparo Ferrer Selma, Universitat de València)

249

El paisaje de los huertos de naranjos y sus arquitecturas (Adriá Besó Ros, Universitat de València)

249

L’Hort de Vivanco. Un ejemplo del huerto jardín valenciano

255

Bibliografía

258

Historia y evolución de la vivienda privada: la casa popular y la vivienda residencial (Amparo Ferrer Selma, Universitat de València)

259

El patrimonio cerámico (Amparo Ferrer Selma, Universitat de València)

271

Los núcleos de producción españoles y las exportaciones

285

Aplicaciones de la cerámica en la arquitectura

286

La decoración en fachadas

288

Los pavimentos hidráulicos

289

Los repertorios decorativos

292

Bibliografía

298

Arquitectura pública de Catarroja (Amparo Ferrer Selma y Adrià Besó Ros, Universitat de València) La vida social y cultural de Catarroja: las sociedades de teatros, el cine y las publicaciones (Amparo Ferrer Selma, Universitat de València)

301 301

Bibliografía

318

El Cementerio Municipal (Adriá Besó Ros, Universitat de València)

319

Arte y Cultura en Catarroja (J. Pascual Patuel Chust y Concepción Máñez Solsona, Universitat de València) Arte actual en Catarroja (J. Pascual Patuel Chust, Universitat de València) Patrimonio inmaterial: tradiciones y costrumbres culturales (Concepción Máñez Solsona, Universitat de València)

Elementos patrimoniales en Catarroja (Amparo Ferrer Selma y Concepción Máñez Solsona, Universitat de València)

11

323 323 343 359

Catarroja: Historia, Geografía y Arte

Arquitectura privada de Catarroja Adrià Besó Ros y Amparo Ferrer Selma Universitat de València

EL PAISAJE DE LOS HUERTOS DE NARANJOS Y SUS ARQUITECTURAS Por: Adrià Besó Ros Universitat de València

El paisaje agrario de Catarroja históricamente se ha caracterizado por la presencia de tres grandes unidades con unos límites bastante definidos: la huerta, el secano y el marjal. Hacia finales de la década de los años setenta del siglo xix aparecieron las primeras plantaciones naranjos sobre las tierras de secano que quedaban fuera del riego de la acequia de Favara, que con el paso del tiempo configurarían un nuevo paisaje, los huertos de naranjos, que ya hacia los años treinta del siglo xx llegó a conformar un monocultivo que ocupaba la franja de poniente del término. El naranjo se conoce desde la Edad Media como árbol ornamental, pero no se introdujo como cultivo productivo hasta el año 1781 cuando el rector ilustrado Monzó plantó en Carcaixent el primer huerto de naranjos, tal y como lo relata Cavanilles. A principios del siglo xix tenemos noticias de las primeras plantaciones en la Plana de Castellón. Desde un primer momento la falta de condiciones apropiadas para la comercialización a gran escala de su fruto condicionó su lenta propagación. Pero a partir de la segunda mitad del siglo xix, la demanda de fruta fresca por parte de los mercados europeos y la mejora de los transportes con la implantación de la red de ferrocarriles y la navegación a vapor, entre otros, posibilitaron la expansión del cultivo a gran escala. Esta se intensificó a partir de la década de los años setenta del siglo xix cuando

desde los núcleos originarios de La Ribera y de La Plana empezó a extenderse por toda la franja costera de las comarcas del golfo de Valencia gracias a la plantación de huertos por parte de la burguesía que invirtió en un cultivo altamente remunerador, los cuales actuarían como punta de lanza para la difusión del cultivo. Estos primeros huertos servirán de estímulo a los pequeños propietarios, los cuales, ya entrado el siglo xx, se sumarán al proceso transformador uniéndose en comunidades de regantes (Besó, 2010 a). De esta manera, hacia 1930 toda la franja de poniente del término se encontraba transformada en naranjal. Llegados a este punto hemos de abordar la definición del concepto ideal de huerto de naranjos, que constituye el principal elemento identificador y caracterizador del paisaje. El huerto de naranjos está formado por una extensión de varias hectáreas del tierra que ocupa una superficie ortogonal plantada de naranjos, delimitada por cercado de tuyas, cipreses, mampostería o alambrada. Los elementos principales: la casa y la balsa se sitúan en el centro de la parcela, que sirve como punto de partida para diseñar la distribución interior del espacio formada por dos ejes en forma de cruz. Una puerta con dos hojas de barrotes de hierro que giran sobre dos pilastras de ladrillo enmarcan la entrada principal, otorgándole una cierta monumentalidad. Ésta da paso a un camino en forma de paseo acompañado de especies ornamentales y finaliza en la fachada de la casa, que queda precedida por un amplio espacio abierto (Besó, 1999). La casa del huerto en los modelos más antiguos tenía la planta baja

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Historia del Arte

destinada a los hortelanos y la planta alta estaba ocupada por la vivienda de los propietarios, que utilizaban como segunda residencia. Los modelos más evolucionados de finales del siglo xix y principios del xx ya separan ambas residencias en edificios diferentes, destinando un edificio más ornamentado y lujoso a los propietarios y otro más modesto a los hortelanos. En las proximidades de la casa se localiza el pozo con la noria, que fue sustituida con el tiempo por la caseta de máquinas para elevar el agua del subsuelo, y la balsa donde se acumula el caudal antes de ser distribuido por los diferentes bancales. Todo el conjunto de balsa y casa se rodea de un jardín más o menos desarrollado. Las primeras plantaciones naranjos en l’Horta Sud se realizan sobre parcelas de secano de una cierta extensión, que son transformadas por parte de la burguesía y dotadas de las infraestructuras hidráulicas necesarias para el riego. Se localizan en el triángulo situado entre Albal, Catarroja y Picanya en forma de huertos dispersos desde los que se irá expandiendo el cultivo por las pequeñas propiedades, ya entrado el siglo xx, cuando empiezan a proliferar los primeros motores organizados en comunidades de regantes (Burriel, 1971).

Para conocer los inicios del naranjo en la comarca de l’Horta disponemos de un testimonio gráfico excepcional, tanto por su cronología como por la precisión y el detallismo con que está realizado. Se trata del Plano de Valencia y sus alrededores de 1882. En Catarroja aparecen los huertos del Fadrí y de la Estrella con una superficie de cultivo muy reducida, si la comparamos con la extensión actual, y el Huerto de Santa Ana. Entre Catarroja y el camino de Paiporta a Santa Ana encontramos los huertos de Ferrís y de Santa Teresa junto a otras parcelas ya plantadas de naranjos. Como podemos observar el cultivo del naranjo se encontraba ya bastante extendido por la comarca, aunque se distribuía en pequeños islotes sin formar una extensión continua. Pese a ello, en 1882 ocupaba ya una superficie relativamente importante, lo cual nos lleva a retrasar por lo menos una década la fecha de 1880 señalada por Burriel para el inicio de las plantaciones naranjos en la comarca. Considerando que los motores a vapor se difundieran de forma generalizada a partir de 1880, podemos hipotetizar que algunos huertos empezarían a regarse a partir del caudal extraído mediante norias de tracción animal, las cuales posteriormente serían sustituidas por los nuevos

Plano de Valencia y sus alrededores. 1882. Al oeste se pueden observar los primeros huertos de naranjos agrupados alrededor del camino de Paiporta a Santa Ana, representados en color verde

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Catarroja: Historia, Geografía y Arte

ingenios (Calatayud, 1990). El huerto del Mestre de Catarroja aún conserva la balsa y el “andamit” de la noria, ya que sobre el pozo nunca llegó a instalarse un motor y en el pozo del huerto de Pla en Picanya aún se pueden ver las paredes elevadas que salvaban el terraplén del “andamit”. El paisaje del naranjo se sitúa entre el riego de la Acequia de Favara y la línea de poniente del término, donde la mayoría de los huertos burgueses se encuentran agrupados alrededor del eje formado por el camino de Paiporta a Santa Ana, que quedan bastante separados por pequeñas explotaciones naranjos. Salvo el huerto de Santa Ana que se cierra con un seto de tuya, el resto de huertos no están cerrados, lo que posibilita que a nivel visual las pequeñas parcelas se diluyan con las grandes propiedades, que se identifican fácilmente a través de las casas y motores que sobresalen sobre el amplio manto verde de los naranjos. La horizontalidad del paisaje se rompe con la presencia de elementos verticales relacionados con los huertos, como las chimeneas, los motores, las especies arbóreas de los jardines o las mismas casas. En el término de Catarroja encontramos una representación de las principales tipologías de casas de huerto. La más antigua es la casa señorial, representada por el huerto del Mestre. Se trata de edificios de tres plantas de gran potencia constructiva, donde las dos primeras se destinaban a vivienda y la tercera a andana para la cría del gusano de seda. A partir de la segunda mitad del siglo xix se consolida el tipo de casa de huerto burguesa, que es una evolución de la casa de pueblo de dos crujías paralelas a fachada con patio posterior, establecida por la Academia durante el siglo xviii. La sobriedad ornamental que caracteriza el tipo primitivo desaparece a partir de las últimas décadas del siglo xix al decorarse con motivos propios de los estilos arquitectónicos urbanos por influencia de los gustos burgueses. Estrechamente relacionadas con el tipo anterior están las llamadas casetas burguesas. Se trata de construcciones de pequeñas dimensiones de una o de dos plantas de dos crujías, edificadas en medio de pequeñas o medianas explotaciones que tratan de reproducir los modelos compositivos del huerto burgués. Sus

fachadas recurren en su decoración a elementos característicos de los lenguajes urbanos y tratan de emular la arquitectura de los grandes huertos. Se trata, por lo tanto, de un reflejo del prestigio social que representa el huerto de naranjos burgués, que tratan de emular dentro sus posibilidades profesionales liberales, pequeños comerciantes, y otras personas pertenecientes a las clases medias que invierten sus ganancias en una extensión de tierra proporcional a su disponibilidad económica. Considerando la reducida superficie de la parcela, no tienen pozo propio y compran el agua para el riego. Y el último estadio evolutivo lo encontramos en la villa burguesa, que pierde ya cualquier referencia tipológica y compositiva con la casa de huerto anterior y se caracteriza por un tratamiento cuidado de todas sus fachadas. El Huerto del Mestre es, quizá, el primer huerto de Catarroja, atendiendo a la tipología arquitectónica de la casa y a la presencia de la balsa con la noria ya desaparecida para la extracción del agua. Podemos fechar su construcción a finales del siglo xviii o principios del xix, por lo tanto antes de la introducción del naranjo. Posiblemente su construcción se explique en relación con la necesidad de ganar tierras para el cultivo de la morera, tal y como observamos en muchas localidades de La Ribera. Se trata de un edificio formado por un cuerpo principal de dos crujías paralelas a fachada de tres plantas con cubierta a dos vertientes. En la parte posterior se abre un patio, que se cierra por uno de los lados con un cuerpo de una crujía de dos plantas que se adosa al cuerpo principal. En un lado se añadió un cuerpo perpendicular de una crujía, que hace que la fachada consiga una composición simétrica con cinco vanos por planta,

Huerto del Mestre. Año 2006

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Historia del Arte

donde la puerta principal de acceso ocupa la calle central y sobre los ejes laterales se sitúan otras puertas accesorias. La planta baja y la primera se destinaban a vivienda, mientras que la última era “la cambra”. Esta esmerada composición está presente también en el resto de las fachadas. Presenta una cierta relación arquitectónica con el palacio de Vivanco, actual sede del ayuntamiento de Catarroja. El proceso de ruina que sufría el edificio como consecuencia de décadas de abandono culminó con su desmoronamiento parcial durante el invierno del año 2008.

Los huertos del Pilar y de Noguera nos muestran interesantes ejemplos del tipo de caseta burguesa. En el Huerto del Pilar, pese a la irregularidad de la parcela, se aprecia un claro interés al alcanzar el concepto canónico de huerto al situar la casa en el centro, a la que se accede por un camino desprovisto de elementos vegetales y arquitectónicos. El edificio está formado por un cuerpo de dos plantas de dos crujías paralelas a fachada con cubierta a dos vertientes. En la parte posterior hay un patio, que se cierra por uno de los lados por un cuerpo de una crujía con cubierta que vierte hacia el interior. Sobre una de las medianeras se ha adosado recientemente una construcción impropia. Llama la atención el contraste existente entre la cuidada ejecución de la fachada principal, tanto en la composición como en los acabados, y el aspecto descuidado que presentan el resto de los lados. Se remata con un antepecho que se resalta en el centro para colocar un panel cerámico con la imagen de Nuestra Señora del Pilar. El Huerto de Noguera tiene un edificio formado por un cuerpo de dos crujías de una planta con cubierta de teja a dos vertientes. Sobre las medianeras se han adosado sendos cuerpos de una crujía de una planta con cubierta de teja alicantina que se prolongan hacia atrás para enmarcar un patio que se cierra al fondo con otro cuerpo construido. La fachada presenta una cuidada composición con tres vanos, y se remata con un antepecho de remate mixtilíneo que esconde la cubierta. Éste se prolonga sobre los cuerpos laterales para ocultar la pendiente de las cubiertas y al mismo tiempo integrarlos compositivamente en el conjunto. Uno de los primeros ejemplos de casa de huerto burguesa lo encontramos en el Huerto de Santa Teresa o del Groc. Se trata de un edificio formado por dos crujías paralelas a fachada de dos plantas con cubierta de teja árabe de un faldón que vierte hacia un patio posterior que se cierra a ambos lados por sendos cuerpos de una crujía. En la parte posterior se ha añadido una nave con cubierta de fibrocemento. Las dos plantas del cuerpo principal se destinan a vivienda.

Huerto del Pilar

Huerto de Noguera

Huerto de Santa Teresa o del Groc

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Catarroja: Historia, Geografía y Arte

La fachada presenta un tratamiento muy cuidado que contrasta con la desorganización compositiva de los muros piñones. Podemos apreciar una clara intención de disimular la imagen rural de la casa al ocultar los tejados, que en este caso se conciben con un faldón que vierte al interior del corral. Por ello el antepecho que remata la fachada no es tal, sino que tiene una función compositiva y meramente ornamental. En este sentido se explica también la presencia el pórtico-terraza, sostenido por finas columnas de hierro fundido, que se remata con una pérgola donde se enreda una parra que da sombra, que ha sido recientemente expoliada. La casa del Huerto del Fadrí está formada por un cuerpo principal de dos crujías de dos plantas con cubierta de teja a dos vertientes. La fachada principal presenta la composición característica con tres vanos por planta y se remata con un antepecho macizo que esconde el tejado. Sobre los muros piñones se añaden sendos cuerpos de una crujía de una planta con cubierta practicable desde el primer piso de la casa, desde los cuales arrancan las crujías que cierran el corral, lo que permite que este espacio

tenga una mayor anchura. Las fachadas de estos cuerpos accesorios se tratan también con una composición bastante esmerada, que resulta poco habitual. La planta alta del cuerpo principal se dedica a vivienda con dos terrazas laterales y una plataforma sobre el tejado a modo de mirador poco desarrollado, con lo que se prima el carácter residencial del edificio, sin perder sus raíces agrícolas. Junto a la casa se alza la caseta de máquinas del motor, con la chimenea de ladrillo parcialmente derruida que serviría para expulsar los gases de la combustión de la caldera de la primitiva máquina a vapor que se empleaba para elevar el agua.

Huerto del Fadrí

Huerto de la Estrella

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Historia del Arte

La casita de máquinas presenta un tratamiento esmerado, con los muros piñones rematados por un hastial mixtilíneo. Conserva la primitiva torre para la acometida eléctrica con remate piramidal de cerámica vidriada. Otro estadio evolutivo del tipo lo encontramos en Villa Carmen, donde las tres crujías ya consolidadas se integran con una cubierta a cuatro vertientes, otorgando un mayor protagonismo a las fachadas secundarias. El edificio está formado por un cuerpo principal de tres plantas con cubierta de teja a tres vertientes. En la parte posterior se abre un patio que se cierra por los lados con sendos cuerpos de una crujía de una y dos plantas y al fondo por otro de dos crujías donde se integran el pozo y el motor. La fachada principal presenta una esmerada composición con tres vanos por planta recercados por una moldura lisa, excepto en “la cambra” donde en el centro se sitúa la inscripción del nombre de la finca. Los lienzos murales se articulan mediante una serie de sencillas pilastras y cornisas. Destaca el pórtico sostenido por columnas de hierro fundido practicable desde la planta alta. Este se remataba con una pérgola de hierro, del que sólo se han conservado las columnas de hierro que la sustentaban. Un alero moldurado que sustenta el canalón de desagüe remata el conjunto y gira para prolongarse por las fachadas laterales, con lo cual se consigue una cierta unidad compositiva en el conjunto. Esta también viene dada por el cuidado con el que se disponen los vanos sobre las medianeras, aunque aquí su tratamiento es mucho más sencillo al desaparecer el recercado y los elementos que articulan los lienzos murales. La casa de máquinas se encuentra integrada en el cuerpo posterior del edificio, donde encontramos una chimenea de ladrillo desmochada. El Huerto de Santa Ana muestra una construcción tipológicamente bastante atípica formada por la unión de dos cuerpos de una planta que adoptan una forma en L, con un corral interior acotado por una pared de mampostería donde se sitúan la balsa y la casa de máquinas con su chimenea de ladrillo. En la intersección de los dos cuerpos se alza una torre miramar. En sus fachadas recurre a un lenguaje neoárabe que se manifiesta en los remates almenados de la

El edificio principal del Huerto de la Estrella plantea una evolución del tipo básico de casa de huerto burguesa, ya que ha consolidado una tercera crujía. Consta, por lo tanto, de un cuerpo de principal de tres crujías paralelas a fachada con cubierta de teja a dos vertientes. En la parte posterior se adosan en perpendicular sendos cuerpos de una y dos crujías de dos plantas que conforman un pequeño corral. Las fachadas delantera y laterales presentan una composición bastante cuidada. La fachada principal queda enfatizada por una pérgola situada sobre la puerta. Las fachadas laterales se rematan con un hastial escalonado que oculta la pendiente de la cubierta. En uno de ellos encontramos una espadaña con una campana. En la planta baja encontramos unas columnas de hierro fundido, fabricadas por la Primitiva Valenciana en 1885, que sustentan las vigas de carga de madera. Hay otro edificio más sencillo, posiblemente destinado a la vivienda de los caseros, que dispone de un amplio corral para usos agrícolas en la parte posterior. El cuerpo principal es también de dos crujías de dos plantas con cubierta de dos faldones, aunque de volúmenes y formas arquitectónicas menos potentes que el edificio principal.

Huerto de Santa Ana

Huerto de Ferrís

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Catarroja: Historia, Geografía y Arte

fachada recayente al camino de Paiporta a Santa Ana y de la torre, en la utilización de los arcos de herradura con dovelas policromadas, etc. Y por último la casa del Huerto de Ferrís es un ejemplo de villa burguesa, construida a finales de la década de los años veinte del siglo pasado. La casa está formada por un núcleo de dos crujías paralelas con cubierta de teja a dos vertientes, sobre el que se añaden centrados sobre las fachadas anterior y posterior sendos cuerpos que potencian la estructura axial de la organización de los espacios interiores. Todas las fachadas están tratadas con cierto cuidado compositivo, aunque algunos elementos se han visto modificados por intervenciones impropias bastante recientes. Su interior se encuentra poco alterado y conserva la imagen de una vivienda burguesa de los años 1920. L’HORT DE VIVANCO. UN EJEMPLO DE HUERTO JARDÍN VALENCIANO La casa del antiguo Huerto de Vivanco, declarada Bien de Interés Cultural, es actualmente la sede al Ayuntamiento de Catarroja. Más que

centrarnos en los aspectos arquitectónicos del edificio, que ya se han abordado ampliamente en otros trabajos (Vetges tu i Mediterrània, 1983), pretendemos profundizar en una faceta menos atendida como es la relación existente entre el edificio y el huerto del que formó parte. Por los rasgos arquitectónicos del edificio podemos datarlo en el siglo xviii. Sabemos que hasta el año 1914, cuando es declarado propiedad del Estado, el conjunto perteneció a la firma comercial “Viuda de Vivanco y Ortíz” dedicada al comercio de la seda. En 1796 era la segunda compradora de seda en Valencia (Franch, 1990, 296-297). Como era habitual en la época, muchas familias enriquecidas con esta actividad aspiraron a la compra de un título nobiliario. En este contexto, la posesión de un huerto de recreo era una manera más de emular los modos de vida aristocráticos que, sin duda, contribuía a facilitar sus pretensiones de ascenso social. En este sentido se explica la cuantiosa inversión realizada, que según Madoz costó más de un millón de reales. Los últimos propietarios fueron la familia Moreno Olmos-Tarazona Romeu, quienes en 1982 realizaron una cesión gratuita al

Villa Carmen

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Historia del Arte

Ayuntamiento. Entonces se encarga al estudio de arquitectos Vetges tu i Mediterrània el proyecto de rehabilitación del edificio para alojar la sede del Ayuntamiento, una sala de exposiciones y la biblioteca pública, cuyas obras concluyeron en 1988. En los años noventa se urbanizó la parte posterior del huerto configurando la actual Plaça Major. El concepto de huerto esta presente en la tradición cultural valenciana desde la edad media con su doble substrato islámico y cristiano. Desde sus orígenes, en el interior del perímetro cerrado del huerto se cultivaban especies ornamentales junto con otras plantas productivas que a su valor estético añadían el económico al aprovechar sus frutos para el autoconsumo o para el comercio a pequeña escala. Por ello esa mezcla entre los valores estéticos y productivos ha existido siempre y es una característica inherente del huerto jardín valenciano. Durante la época preindustrial, los huertos urbanos y periurbanos han formado parte del paisaje de muchos pueblos y ciudades valencianas, tal y como lo justifican los numerosos ejemplos aportados por Carrascosa (1932) y Ballester-Olmos (1998) referentes al área de la ciudad de Valencia y sus alrededores. También los documentos cartográficos anteriores al siglo xx nos muestran

la presencia de huertos periurbanos cerrados. El ejemplo más destacado es el Plano de Valencia y sus alrededores de 1882 que recoge un buen número en Valencia y su huerta. Se situaban en los alrededores de los núcleos habitados y en su huerta y se regaban con el caudal de las acequias del Turia o de las canalizaciones de los sistemas de regadío periféricos. El tipo ideal está formado por una superficie de morfología ortogonal, cerrada por una pared de mampostería, junto a la que se construye la casa, desde la que se accede al huerto situado en la parte posterior. La casa se destinaba como residencia de recreo por parte de sus propietarios que pertenecían al alto clero o a la aristocracia. Muchos de estos huertos se alineaban con los caminos existentes, recayendo a ellos las fachadas principales de sus casas82. Durante el 82. Tal es el caso del camino de Alzira a Carcaixent, donde todavía se conserva un interesante conjunto de huertos construidos entre finales del siglo xviii y principios del xix (Besó, 2010 b). También se aprecia la presencia de huertos en las líneas que marcan los límites del crecimiento urbano. En algunos casos que han desaparecido nos queda testimonio de su presencia por la toponimia, como es el caso del carrer dels Horts de Sagunt –cuyos huertos aparecen claramente representados en el plano de Laborde a principios del siglo xix- o el carrer de l’Hort dels Frares de Alzira. También en las localidades de la Vall de Segó con un urbanismo menos dinámico como Quart de les Valls, Benifairó de les Valls o Quartell, todavía se conservan en su periferia muchos de estos huertos, algunos de ellos plantados de naranjos y otros ocupados por especies ornamentales, entre los cuales destaca el de la casa que fue residencia del filólogo valenciano

Antiguo huerto de Vivanco. Actual ayuntamiento de Catarroja. Fachada principal

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Catarroja: Historia, Geografía y Arte

siglo xviii algunas de las vías de salida de Valencia llegaron a formar un continuo de huertos tal y como se refleja en libros de viajes como Les Delices de l’Espagne, publicado en 1707, o en los testimonios de viajeros literarios como los de J. Towsend (Arciniega, 2009, 272-273). Con el crecimiento urbanístico el tipo de casa basado en el sistema de crujías paralelas a fachada y la cubierta de dos faldones facilita la nueva construcción de edificios entre medianeras, creando de esta manera un continuo de casas que forman la calle donde todavía se mantienen sus jardines en la parte posterior. A pesar de ello la superficie del huerto continua conservando su unidad, por lo que tras la casa una pared de mampostería delimita un pequeño corral, o simplemente los porches que se adosan al fondo sirven de cerramiento y conforman un pequeño corral independiente para la nueva casa (Besó, 2010 a, 168-169). Una evolución similar experimenta el Huerto de Vivanco. Se localiza junto al antiguo camino Real de Madrid, sobre el que se alinea la fachada de la casa. En la parte posterior estaba el huerto, que se regaba de la acequia de Favara, igual que el Huerto del Marqués de Dos Aguas de Benetússer, situado junto a su cauce principal. Según Madoz (1850), la casa disponía de “un dilatado huerto de limoneros, naranjos y toda especie de árboles frutales”. Curiosamente en el Plano de Valencia y sus alrededores de 1882 no se representa ningún tipo de vegetación dentro de su perímetro, ni este aparece claramente delimitado. Desde finales del siglo xix, con la expansión de la población hacia el oeste, su perímetro quedó rodeado por las traseras de las casas que delimitaron una superficie rectangular. Por el parcelario actual podemos plantear una hipótesis sobre su perímetro inicial, que estaría comprendido entre las calles de Colón, Trinquete y la Pau-Albacete, donde la casa quedaría situada sobre el eje central de este espacio y no ladeada sobre la plaza Mayor como queda en la actualidad como consecuencia de la urbanización de las referidas calles en detrimento de su superficie inicial. Sabemos que su arbolado se taló definitivamente en los años cuarenta para ubicar un campo de futbol (Soler, 2002, 110). En los años noventa se urbanizó este espacio cerrando todo su perímetro

por tres de sus lados con edificios de viviendas de cuatro pisos que recaen a una amplia plaza bajo la cual se construyó un parking público. Con esta operación urbanística se ha reflejado sobre la trama urbana actual la pervivencia de este antiguo huerto entendido como conjunto formado por la casa y el espacio del jardín. La casa ocupa una superficie casi cuadrada de 26,5 x 25 metros. Esta formada por un cuerpo principal de dos crujías paralelas a fachada, un patio y una crujía posterior. En toda su longitud se adosan a ambos lados en perpendicular sendos cuerpos de una crujía. Su alzado presenta tres plantas. Las cubiertas unifican la diferente orientación de las crujías laterales con cubiertas de faldones paralelos a las fachadas. Únicamente sobre el patio interior las cubiertas vierten en sentido perpendicular. Esta estructura se refleja en la fachada principal donde el cuerpo central de dos crujías paralelas a fachada se resalta ligeramente sobre los laterales. Presenta una cuidada composición con cinco oberturas por planta, situándose en el centro la puerta principal de acceso que marca el eje de simetría, flanqueada por dos pequeños ventanales. El zócalo, las embocaduras de las puertas, y el dintel de la puerta principal con escudo heráldico, son de sillería. Los lienzos murales son de ladrillo y se articulan con sencillas molduras que marcan las divisorias horizontales y enmarcan en vertical cada uno de los cuerpos en que se divide. Esta fachada refleja “con proporciones neoclásicas y elementos puntuales tardobarrocos las enseñanzas de la Academia de San Carlos” (Soler, 2002, 110). La fachada posterior, de una mayor sencillez, presenta también una composición muy cuidada con cinco oberturas por planta que reflejan, igual que en la fachada principal, la estructura del edificio. Las comunicaciones verticales se establecen por una escalera representativa situada a un lado de la segunda crujía del cuerpo central. Además el edificio dispondría de otras escaleras secundarias. Como era habitual en esta tipología de edificios la planta baja del cuerpo principal albergaría la vivienda de los caseros, mientras que los cuerpos laterales estarían destinados a establos, cocheras y otras actividades agrarias. La planta noble se sitúa en el primer piso, con un gran salón representativo sobre la crujía recayente a

Lluís Guarner en Benifairó.

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Historia del Arte

la fachada principal. Su presencia se refleja en la arquitectura en la presencia de tres balcones sobre la fachada y en la mayor anchura de esta crujía respecto a la segunda con la finalidad de aumentar sus dimensiones y capacidad. La parte posterior estaría destinada a las habitaciones del servicio. Y la última planta como era habitual en la época, incluso en este tipo de residencias, estaría ocupada por andanas destinadas a la cría del gusano de seda.

Valencia. Zona sur (estudio de geografia agraria). Valencia, Instituto de Geografía, Institución Alfonso el Magnánimo. Diputación Provincial y Caja de Ahorros de Valencia.

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Antiguo huerto de Vivanco. Actual ayuntamiento de Catarroja. Fachada posterior

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