El País. La era del carbón toca a su fin (2015)

July 4, 2017 | Autor: Antxon Olabe Egaña | Categoría: Climate Change
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Descripción

La era del carbón toca a su fin
La reunión internacional sobre cambio climático celebrada en Lima ha
finalizado con un modesto compromiso. Todos los países presentarán en los
próximos meses sus respectivos objetivos de mitigación de emisiones para el
período posterior a 2020, si bien sin obligación de aportar detalles
críticos. Naciones Unidas integrará esa información en un documento base
que presentará en París y la comunidad internacional podrá conocer si los
objetivos son suficientes para preservar el umbral de seguridad de los 2
grados centígrados.

El encuentro en Perú ha tenido lugar escasas semanas después del histórico
acuerdo presentado por los presidentes de Estados Unidos y de China, Barack
Obama y Xi Jinping, sobre la mitigación de emisiones por parte de sus
respectivos países. El acuerdo entre ambas potencias sí ha modificado el
tablero de la política climática internacional al poner fin a un profundo
desencuentro sobre el tema que ha condicionado de manera muy negativa la
agenda climática global a lo largo de las dos últimas décadas.

Estados Unidos se ha propuesto reducir sus emisiones un 26-28 por cien en
2025 respecto al año 2005. China, por su parte, se ha fijado el objetivo de
disminuir sus emisiones en cifras absolutas a partir de 2030 y, si es
posible, antes. Asimismo, que las fuentes de energía no generadoras de
emisiones supongan al menos el 20 por cien de su mix energético. Este
último objetivo implica que las renovables (eólica y solar), la nuclear y
quizás otras tecnologías cero-emisiones como la captura y secuestro del
carbono alcancen una cifra equiparable a su actual parque de generación
eléctrica basado en el carbón (alrededor de mil Gigavatios).

Es preciso recordar que el 85 por cien del sistema de generación eléctrica
de China se basa en dicho combustible, consumiendo tanto como el resto del
mundo junto. La única manera de hacer realidad su doble objetivo es si su
sistema de generación de energía eléctrica disminuye de manera drástica su
dependencia del carbón en los próximos años. En consecuencia, un importante
mensaje implícito en el acuerdo entre China y Estados Unidos es que Todo
Bajo el Cielo se dispone a modificar el modelo energético-eléctrico con el
que ha alimentado su colosal despegue industrial a lo largo de los últimos
35 años. Cuando el presidente chino más poderoso desde los tiempos de Mao
Zedong ha dado su imprimatur personal a un acuerdo presentado junto al
presidente de los Estados Unidos, quiere decir que la decisión no tiene
marcha atrás. En ese sentido, estamos ante una decisión que señala el
principio del fin de la era del carbón no sólo en China, sino en gran
medida a nivel mundial.

Los compromisos de ambos países fueron presentados poco después de que el
Consejo Europeo hiciese pública su decisión vinculante de reducir en 2030
las emisiones de la UE-28 en un 40 por cien respecto a las del año de
referencia, 1990. La buena noticia es que los objetivos hechos públicos por
la Unión Europea, China y Estados Unidos suponen, si son eficazmente
implementados, descartar la trayectoria de emisiones prevista en el
escenario más pesimista de los analizados por el IPCC (el denominado RCP8.5
en sus informes de 2013 y 2014). China, Estados Unidos y la Unión Europea
son responsables del 46 por cien de las emisiones totales (datos del World
Resources Institute, 2014). En consecuencia, si cumplen sus objetivos
arrastrarán consigo la dinámica de emisiones globales hacia una trayectoria
menos disruptiva que la mencionada.

Al mismo tiempo, la Unión Europea, China y Estados Unidos han enviado una
señal poderosa hacia el resto de actores decisivos. Si países como India,
Rusia, Indonesia, Brasil y Japón (los cinco siguientes grandes emisores)
adoptan también objetivos significativos de mitigación, se podría salir de
la cumbre de París con una esperanza razonable en la reconducción de la
crisis del clima. En ese sentido, hay que recordar que entre los cuatro
grupos de escenarios dibujados por el IPCC el único que garantiza, con una
probabilidad razonable, el umbral de seguridad de los 2 grados centígrados
implica alcanzar un máximo de emisiones hacia el año 2020, iniciando un
importante descenso de las mismas hasta situar las emisiones netas en cero
hacia el año 2070.

París puede proporcionar un acuerdo políticamente vinculante, si bien no es
realista esperar que tenga rango de tratado internacional. La experiencia
de los Estados Unidos con el Protocolo de Kioto fue muy frustrante y no van
a repetirla. El Gobierno, tras aprobarlo, se encontró con la oposición
frontal del Senado a la hora de la ratificación. En consecuencia, la
filosofía con la que está madurando el posible acuerdo entre las capitales
se basa en el criterio de que las decisiones nacionales sean adoptadas por
los gobiernos respectivos. Descartada la posibilidad de un tratado, la
verdadera dificultad política del acuerdo va a pivotar sobre la existencia
de un control internacional vinculante respecto a la cuantificación, el
reporte y la supervisión de las emisiones.


El camino hacia París continúa plagado de dificultades. Ahora bien, tras
las importantes decisiones adoptadas por la Unión Europea, Estados Unidos y
China hay motivos para la esperanza. París, la ciudad de la luz, bien vale
el esfuerzo.

Antxon Olabe Egaña
Economista ambiental y ensayista.
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