El origen del nombre ANDALUCÍA

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Descripción

El origen de Andalucía Enrique Cabrejas © 2015 e-nstitut Ideal Nol © 2015

Permitan les anuncie que Andalucía no tiene origen en el nombre árabe de Al Ándalus, y como se ha tenido por cierto hasta la actualidad. Al Ándalus es una traducción al árabe del nombre original que tuvo Andalucía en la antigüedad y antes de la llegada de las razias musulmanas a la península ibérica. Se trata claramente de un exónimo. ¿Pero cuál es el nombre original? ¿Cómo pude averiguarlo? No imaginan lo que he de anunciarles, es demasiado asombroso, ya que descubrirán una historia de Andalucía y sobre los andaluces que jamás llegaron ni por asomo a imaginar. Les transmitiré un conocimiento inédito que solo pude alcanzar a través de descifrar la escritura ibérica el 21 de Abril de 2012. Verán, cuando se trata de documentar la historia antigua, y en concreto la del sur de la península, con frecuencia las referencias nos conducen hasta los fenicios y tartesios, sin embargo, a través de mis investigaciones constaté que existe una laguna temporal, donde se obviaron hechos relevantes y se desconocía un periodo anterior lleno de grandes episodios históricos, y crean que conocerlos es fundamental para comprender nuestra historia. En cualquier caso puedo determinar con seguridad que otros pueblos y que no han estado conveniente identificados llegaron a nuestra península en la llamada época oscura y que fueron ellos, a su llegada a la península ibérica quienes la fundaron. Sí, les llamaron iberos y celtíberos, y eso ya se sabe, pero esas denominaciones son genéricas y no aclaran de quienes se trataban. Apenas está documentado en las fuentes latinas, sin embargo está grabado por sus propios protagonistas, quienes lo dejaron por escrito en sus bronces, placas y estelas ibéricas. Como quiera que quien suscribe este estudio adquiriera los conocimientos necesarios y precisos para leerlas; tras más de 2000 años después, puede pormenorizar hechos trascedentes que sucedieron entonces y que lamentablemente no se pudieron explicar con anterioridad. Permitan que les anuncie que es importante que conozcan que hice un descubrimiento insólito y que habilita mi peritaje a ciencia cierta en este trascendental asunto. Verán, descubrí que El Bronce de Luzaga, escrito en íbero septentrional, tenía su origen en una lengua anterior a la griega, de la época frigia. Una antigua lengua proto-indoeuropea de Asia Menor. Los celtíberos grabaron el texto usando un alfabeto epichorikos, (de otras regiones) quiere decirse, y en este caso, -un alfabeto propio-, y los vocablos guardan perfecto significado con el griego frigio, incluso con el antiguo lidio, licio, jonio y dorio, contenido en las raíces del griego Koiné, que significa “lengua común” o también llamado griego Helenístico. Son ellos quienes confirman al geógrafo Heródoto y yo, asombrado, únicamente doy testimonio. Me resulta muy emocionante, como es natural. Y son ellos, quienes dicen ser: –ΕΛΑΣ... ΚΑΡΥΟ : ΤΕΚΕΣ–. Es decir, “Helenos, Cario de Anatolia”. ¡Impensable! Y es que éramos analfabetos de la lengua ibérica, y no lo pudimos siquiera sospechar. Era un debate abierto durante siglos, y que los historiadores no pudieron resolver. Lo denominaron el problema insoluble de LAS DOS IBERIAS, pero la cuestión quedó resuelta en el instante que pude leer una pequeña lámina ibérica: “El bronce de Luzaga”. Entonces pude constatar que ¡Sí! Que era cierto.

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Las dos Iberia estaban relacionadas entre sí, y entre esas dos “Iberia” se fundó Europa. El mundo quedó listo para recibir la llegada de los nuevos y modernos conquistadores. Y uno de ellos, afecta de modo sustancial a los andaluces que son descendientes de los LYCIOS, los andaluces son LYCIOS, al igual que parte de extremeños, portugueses, gallegos e incluso castellanos, ellos son LUSI. Los andaluces son ANDA· LUSI, porque provienen de la región Adalia-Lycia. Pero, lógicamente ustedes se preguntarán, y no con poca razón ¿Cómo es eso posible? Siempre oímos decir por los expertos que Andalucía era el Al Ándalus, sí, ciertamente, solo que hay algo que las crónicas nunca llegaron a contarnos, y es que unos imponentes navíos de la antigüedad tomaron un fuerte impulso surcando el Mediterráneo y llevaron a los cario, los lidios y los licios hasta las costas del sur de Andalucía. Se preguntarán por qué lo sé y en realidad es fácil. De no ser así, no tendríamos actualmente una población llamada Vélez en Málaga (Malaka Bel· ez) Porque Ez es la declinación del patronímico frigio que significa “hijo de”, ni tampoco tendríamos una Antequera, es decir y en otras palabras “Anterior La Caría”, denominada aquí (Anti·Karya) resultas de una región de Asia Menor, y de otra, Adalia·Lycia derivó nuestra Anda·Lucia. Años más tarde, con las incursiones de los moriscos en nuestro país el nombre de las regiones homónimas de Antalya y de Lycia, es decir la Anda·Lucia se tradujo al árabe por “Al Ándalus”, pero dense cuenta que se trata de una traducción, es un exónimo, para recobrar y finalmente el modo del cual nunca dejó de llamarse, es decir el nombre original que con nuestro dejo es la contracción Anda-Lucia y los moriscos adaptaron el etnónimo a su dialecto. ¿Pero el nombre como transitó? Trataré de explicarlo de modo que todos lo puedan entender fácil. De hecho nunca transitó, nosotros, con nuestro deje y que es el suyo (cario-licio) nos comemos letras, y lo que ocurrió es que los moriscos lo imitaban vocalizándolo pero en su dialecto, como es natural; no obstante en nuestra fonología el nombre siempre fue ANDA·LUCIA, y recuperada de nuevo tras la reconquista. De ANTALYTIA – ANDALUCIA. La “Y” griega entonces se pronunciaba “U”. La “T” fue sustituida por la “C”, y es más, Antalya ya desde antiguo era conocida como “ADALIA”, es su propio acento andalusí, de los colonizadores lycios y que finalmente heredó la fonética andaluza, traída desde las costas de la provincia Antalya-Lycia. La prueba es que, y por poner un simple ejemplo, para nombrar a su diosa principal: LETO, madre de Apolo, y eso está suficiente acreditado de fuentes clásicas, dialectalmente en Licio se la llamaba LEDA (mujer) -de Zeus-. TO·LEDO es el caso nominativo, y que significa “LA LEDO”, es TOLEDO y otra ciudad incluso que fundaron fue también VALLADOLID, se trata de BAL ·LEDO ·LID que significa “MADRE NUESTRA SEÑORA LETO” y se trata de claros TEÓNIMOS, construidos con acrónimos, y que es la sintaxis común ibérica. Nosotros, ustedes, somos ellos, los antiguos ELAZ que fueron llamados aquí con los nombres genéricos de los íberos y los celtíberos. En conclusión: la antes Lycia aquí es llamada Anda Lucía. Quizá sea pertinente que les desvele que revela un acrónimo que descifré en El bronce de Luzaga y que ahora más que nunca cobra sentido para definir LYTIA en el ACRÓNIMO CINCO: luYawí, es decir, el nombre Λουτιακει. ¿De la luz? Λουτια (Lutia), es el nombre de una ciudad celtíbera que hoy se relaciona con la ciudad de Luzaga en Guadalajara. Así que lo descompuse en Λου · τια · κει. Sabemos que los Kar o Cario poblaron ciudades en toda Asia Menor, entre otras Lydia, Lycia y Lykia. Pero ¿Lytia? ¿La ciudad de la luz divina? Sí, porque Ya, es decir “Tía”, significa diosa o divina, también Ella, pero en mayúsculas, quede claro; no cualquier “ella”. Sé que en acento cario κει significa “ahí”. El frigio de nuestros antepasados era distinto dialectalmente al griego clásico por su acento. Ellos escriben κει con /e/ y en griego

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escriben και con /a/. Queda patente, que esa peculiar resonancia de la sonoridad tan española con la /e/, está presente de modo prominente en nuestro idioma, y aquí tienen una probable explicación fonológica de donde pudo proceder. Con respecto a Lutia, hay que remarcar que fue una ciudad que apoyó a Numantia en su valerosa resistencia contra Roma. Y si Numantia, hoy, es Numancia, por la regla de tres, Lutia ha de ser hoy Lucia, la “t” pasó a ser “c”. La actual Luzaga refleja esa alteración. Se conoce de buenas fuentes que los lycios poseyeron un potente ejército terrestre y una gran flota marítima 2.000 años antes de Cristo, tiempo el cual ya estaban establecidos como un estado poderoso y respetado. Se tienen referencias históricas de ellos desde la edad de bronce en numerosos textos egipcios e hititas. Licia fue llamada Lukka desde esas fuentes, y lo que es interesante de ver, es que en los textos antiguos, los lycios son nombrados como Lukka o Lukki, y quisiera observar que la “k” latinizada adopta y se convirtió en “c” o “s”, así que tenemos a los Luci o LUSSI en la Iberia oriental, a la vez que a los LUSI ·TANOS en la Iberia occidental. ¿No les parece una cosa sin igual? Los lusitanos fueron helenos. La Hélade estuvo formada por tres regiones geográficas delimitadas: la zona helena continental, Asia Menor y las islas griegas. Estas constituyeron los pueblos Ἕλενος “helenos”, más tarde también los pueblos “griegos”. La Hélade, eran un conjunto de ciudades-estado que tenían una misma lengua, creencias y una cultura en común, pero, por el contrario, distintas políticas y además eran independientes entre sí. Los iberos fueron Ἕλαδε “hélade” y los celtíberos “helíades”, y que significa “los niños del sol”. Parece un buen nombre para los pobladores de estas tierras. En realidad se llamaban así, porque eran hijos de “Elio”, el dios del sol: Ελ significa “luz”, Λάς significa “tierra”. Ελλάς significa “La Tierra de la Luz”. ¡Qué nombre más bonito! ¿No les parece? Más tarde, los carios, lidios y licios avanzaron hacia el interior para asentarse también en el sistema central de la península y ser a quienes se les llamó celtíberos. Verán, tras ANDALUCIA siguieron en su conquista hacia PORTUGAL, EXTRAMADURA, GALICIA y CASTILLA, y si no vean el nombre de La Alcarria, es una voz que introduce un elemento árabe como es claro a la vista de todos: “Al-” y una pronunciación enfática de doble “r”, propia de su fonética, al pretender imitar el nombre original, con el acento puesto en la vocal “í”. Pero es que en árabe, “Al”, equivale a los artículos españoles de “el” o “la” , como saben, y, por tanto, lo que obtenemos es una “cacofonía” o una repetición innecesaria: La Alcarria, para escribirla correctamente, deberíamos hacerlo de este modo: Al Carria o La Carria, como prefieran ustedes, pero entonces se encontraran ante la nominación de origen auténtica, y no es otra que “La Caría”, que es el sitio de procedencia de los castellanos, los antiguos carpetanos, pues los árabes se limitaron a expresar, en su lengua, un nombre dado ya, y que no es otro que el que le dieron los celtíberos a esta región, recordando sus tierras de origen: La Caría. Miren, en latín Celtici significa “celta” pero hubo una confusión, ese es justo, también, el nombre que recibían muchas de las poblaciones Lycias en Asia Menor y no solo Licias. Eran Keltiki pero con el latín la “k” ibérica pasó a ser “c” (Ke-Ce). Hoy en turco es Çeltikçi, y naturalmente no eran celtas. Es un nombre que encontrarán en poblaciones de toda Turquía, en especial aquellas que antiguamente se encontraban en Galatia, Lycia y La Caria. Actualmente en ciudades de Burdur, Ankara, Mersin, etc. Esta confusión con los celtíberos tuvo efectos de una “bola de nieve” que condujo a un colosal galimatías, nunca mejor dicho. En nuestra península, los tuvimos en el suroeste como Lusitanos, en el noroeste como Lucenses y en el sistema central como Lutiakos, todos eran celtíberos, sí, pero no de La Céltica sino de La Lycia. No se trataba de celtas con ritos celtas y un idioma celta, bien al contrario era un mestizaje con un idioma y costumbres helenas. Confundir celtíberos del este

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europeo con “celtas” del norte europeo fue un desatino mayúsculo, pero la historia está llena de ellos, y si no les daré otro más. Una confusión garrafal que parece imposible que llegase a ocurrir pero que ustedes conocen bien. Acaso no dimos el nombre de “indios” en América a quienes no lo eran, al confundirlos con los “indios” de la India. El maravilloso descubrimiento que les ofrecí va más allá de descifrar una escritura antigua. Hoy su conocimiento es determinante para comprender unos hechos históricos que antes desconocíamos, también para un emocionante reencuentro con nosotros mismos. Quienes somos, quienes fuimos, e incluso quienes podríamos llegar a ser. Nuestras virtudes y también nuestros defectos, son fáciles de reconocer en una mirada retrospectiva hacia nuestros antepasados, pues forman parte de nuestra ancestral genética y de nuestra más cifrada epigenética. Hoy tenemos un encaro y un asomo nuevo hacia aquellos acontecimientos del pasado. Nuestro origen es heleno, porque la nuestra es una tierra Panhelénica, y sus inicios se encuentran tanto en la zona continental como en el mar Egeo y en Asia Menor.

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CONCLUSIONES Mi investigación, estudio y peritaje realizado sobre la historia del lenguaje concluye que Al Ándalus se trata de un exónimo, y que es la traducción al árabe del nombre original que tuvo la región de Andalucía en la antigüedad y que fue pre heleno, ibérico. ANTALYTIA – ANDALUCIA. La “Y” griega entonces se pronunciaba “U”. La “T” fue sustituida por la “C”, y es más, Antalya antiguamente era conocida ya como “Adalia”, y es su propio acento andalusí de los auténticos colonizadores lycios y traído desde las costas de la provincia de Antalya-Lycia. La prueba es que, y por poner un simple ejemplo, para nombrar a su diosa principal LETO, madre de Apolo, y eso está suficiente acreditado de fuentes clásicas, dialectalmente en Licio se la llamaba LEDA (mujer) -de Zeus-. Los lycios conquistaron también la meseta central y TO ·LEDO es un caso nominativo, y que significa “LA LEDO”, pues es TOLEDO y otra ciudad que fundaron fue VALLADOLID, se trata de BAL ·LEDO ·LID y que significa “MADRE SEÑORA LETO” y se trata de claros TEÓNIMOS, construidos con acrónimos, y que es la sintaxis común ibérica. Nosotros, ustedes, somos ellos, los antiguos ELAZ que fueron llamados aquí con los nombres genéricos de los íberos y los celtíberos. En conclusión: la antes Lycia aquí es llamada AndaLucía. Permitan que les anuncie que es importante que conozcan que hice un descubrimiento insólito y que habilita mi peritaje a ciencia cierta en este trascendental asunto. Verán, descubrí que El Bronce de Luzaga, escrito en íbero septentrional, tenía su origen en una lengua anterior a la griega, de la época frigia. Una antigua lengua proto-indoeuropea de Asia Menor. Los celtíberos grabaron el texto usando un alfabeto epichorikos, (de otras regiones) quiere decirse, y en este caso, -un alfabeto propio-, y los vocablos guardan perfecto significado con el griego frigio, incluso con el antiguo lidio, licio, jonio y dorio, contenido en las raíces del griego Koiné, que significa “lengua común” o también llamado griego Helenístico. Son ellos quienes confirman al geógrafo Heródoto y yo, asombrado, únicamente doy testimonio. Me resulta muy emocionante, como es natural. Y son ellos, quienes dicen ser: –ΕΛΑΣ... ΚΑΡΥΟ : ΤΕΚΕΣ–. Es decir, “Helenos, Cario de Anatolia”. ¡Sorprendente! Y es que éramos analfabetos de la lengua ibérica, y no lo pudimos siquiera sospechar. Era un debate abierto durante siglos, y que los historiadores no pudieron resolver. Lo denominaron el problema insoluble de LAS DOS IBERIAS, pero la cuestión quedó resuelta en el instante que pude leer una pequeña lámina ibérica: “El bronce de Luzaga”. Entonces pude constatar que ¡Sí! Que era cierto. Las dos Iberia estaban relacionadas entre sí, y entre esas dos “Iberia” se fundó Europa. El mundo quedó listo para recibir la llegada de los nuevos y modernos conquistadores. Para saber más: Cabrejas Iñesta, Enrique (Marzo 2015) HIJOS DE TITANES - EL SECRETO ÍBERO - ISBN: 978-84-9095-585-7. Colección: Investigación. Editorial Círculo Rojo. Almería. DEPÓSITO LEGAL: AL 199-2015.

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