El Ocaso de un mundo

May 22, 2017 | Autor: Alex Hernandez | Categoría: Jewish History, Ancient Greek History, Sangleyes
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Descripción

"El ocaso de un mundo. Ultima comunidad judía en territorio de España."
Introducción
El 31 de marzo de 1492 los reyes católicos promulgan, en Granada, uno de sus edictos más polémicos, la expulsión de las comunidades judías del reino de Castilla y Aragón, donde se hace efectiva en 1497, de todo el territorio español entre doscientos mil (Estrugo, 2002: 14) y cien mil judíos (Bel Bravo, 1997: 282), abandonaron sus casas y posesiones para no regresar jamás, destacándose dos movimientos migratorios importantes, el primero, como consecuencia directa del edicto de expulsión, y el segundo, a lo largo de los siglos XVI, XVII y parte del XVIII, originado por las persecuciones y acusaciones que soportaban criptojudios o judíos que habían optado por convertirse al cristianismo, disparándose hacia diversos sitios, algunos de donde tendrían que emigrar nuevamente, todavía perseguidos por continuas expulsiones, como fue el caso de Portugal en 1497, pero fundamentalmente hacia territorios del Imperio Otomano donde fueron acogidos por el sultán Beyazid II, quien, según se cuenta declaro al recibirlos:
"Vosotros decís que Fernando es un rey sabio, el que desterrando a los judíos ha empobrecido a su país y enriquecido el nuestro."
A primera vista, y dado las estrictas condiciones del edicto, donde se lee:
"….de la manera que si algún Judío que no acepte este edicto si acaso es encontrado en estos dominios o regresa será culpado a muerte y confiscación de sus bienes."
Se pudiera pensar que, temerosos del castigo, la comunidad judía en su totalidad habria optado por alejarse lo más posible del cualquier dominio de los reyes católicos, o en su defecto, decidirse por una forzada conversión al catolicismo, pero hubo un pequeño reducto dentro del vasto imperio de sus majestades donde la dicha comunidad sobrevivió y aun se hizo más fuerte por el espacio de siglo y medio, hasta su clausura definitiva en 1669. Esta comunidad estuvo localizada en la plaza de Oran, al norte de África, un enclave estratégico en manos de los musulmanes y corsarios que en 1509 fue conquistado por el cardenal Cisneros y Pedro Navarro, integrándose a la corona de Castilla y permaneciendo en ella con intervalos hasta el ano 1792




Orígenes de los judíos en el Magreb
La expulsión de 1492 disemino miles de judíos por diversos territorios europeos y también en algunos enclaves específicos donde se mantuvieron pequeños núcleos hebreos durante gran parte del siglo XVII, principalmente en el norte de África, en Ceuta, Lareche, Tanger y Mazagan pero será en Orán donde este grupo perdure con más fuerza y duración hasta 1669.
Hay fuentes que sitúan la presencia de los judíos en el Magreb en el siglo X antes de Cristo, alrededor del reinado del rey Salomón, con a primera oleada de judíos procedentes de la península Ibérica hacia el siglo VII, cuando el rey visigodo Sisebuto promulga el edicto del 613, donde establece la conversión de los judíos o el destierro, encontrando allí el apoyo de las comunidades ya asentados en el vecino continente, contribuyendo así, además, con el mundo musulmán de esos territorios. Luego de los acontecimientos de 1391, cuando se asaltaron de forma violenta las juderías de Sevilla y otras ciudades de los reinos de la península, muchos de los judíos, viendo sus viviendas destruidas y no queriendo convertirse forzosamente al cristianismo, decidieron trasladarse al norte de África donde se gozaba de mayor libertad religiosa.
En el caso particular de Orán, si bien debido a los hechos de 1391 se desarrolló una gran emigración, no fue hasta después de 1492 que esta afluencia se convierte en verdaderamente significativa, contándose una flota salida de Cádiz compuesta por veinticinco naves repletas de judíos expulsados al mando del capitán Pedro Fernández Cabrón
Para estos judíos, asentados en suelo hostil, entre territorios musulmanes y cristianos la vida en el oranesado se les supuso mucho más tolerada en comparación con algunas otras regiones aunque, regulados por normativas y costumbres ajenas que limitaban sus rituales y sus movimientos por la ciudad, en un área amurallada propia, con una única puerta , que era abierta y cerrada al amanecer y a la caída del sol por el alcalde cristiano de la plaza, quien a su vez tenia a cargo la custodia de la misma durante la noche y que debía de dejar las llaves, junto a las de las otras entradas de la ciudad en los aposentos del gobernador. Encerrados en el reducto designado por varios gobernantes españoles (El emperador Carlos autorizo solo 10 casas) los judíos convivieron y ejercieron las más disimiles profesiones, aunque se destacaron como comerciantes, cambistas e intérpretes, llegando algunos incluso a recibir salarios como funcionarios y a poseer esclavos musulmanes que conseguían gracias a las incursiones a territorio enemigo, aunque los podían llegar a perder si estos decidían convertirse al cristianismo, con el tiempo la plaza albergo una prospera comunidad que llego a contar con unos 500 moradores.
El primer judío que permaneció en la plaza de Oran luego de la expulsión de 1492 fue gracias a la cedula real de Fernando el Católico en 1512, quien le autorizo para servir como interprete, entrando luego dos más que ejercerían como cobradores de impuestos de esto podemos deducir que algunas de las razones por la que a pesar de haber sido expulsados de los territorios de las coronas de la península, los judíos encontraron un enclave propicio para continuar en territorio de España fue gracias a sus capacidades como comerciantes y financistas así como sus conocimientos lingüísticos de hebreo y arábigo, que les permitió relacionarse con el mundo del Magreb que rodeaba el asentamiento de Oran, donde se precisaban personas que pudieran servir de eslabón entre el enclave español y los territorios del norte de África que poco a poco comenzaban a ser invadidos por un nuevo poder, el del imperio Otomano.
Hubo incluso una familia que ostento un papel importante en este oficio, de apellido Cansino; esta familia, una de las tres primeras a las que se les permitió asentarse en Oran llego a estar al frente de dicho oficio por más de 100 anos
Bel Bravo, María Antonia. (1997).
Sefarad. Los judíos de España.
Madrid: Sílex.

Estrugo, José M. (2002).
Los sefardíes.
Sevilla: Renacimiento





http://museosefardi.mcu.es/docs/pdf2_Los_judios_peninsula_Iberica.pdf tomado el 17 de junio, 2013
Celia Prados García LA EXPULSIÓN DE LOS JUDÍOS Y EL RETORNO DE LOS SEFARDÍES COMO NACIONALES ESPAÑOLES. UN universidad de granada
ANÁLISIS HISTÓRICO-JURÍDICO
http://migraciones.ugr.es/congreso2011/libroacta/Mesa19/007_Prados.pdf
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/01/08/cronicasdesdeeuropa/1262970775.html
Edicto de Granada
Relaciones entre Espana y el Magreb, p.p 132.



Oran y Mazalquivir 1589-1639
Oran y Mazalquivir 1589-1639
Oran y Mazalquivir 1589-1639
Relaciones entre Espana y el Magreb p.p 135
Oran Mazalquivir 1589 – p.p 208
Oran Mazalquivir p.p 209

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