EI Museo
Nocionol de lo Muerte
I Al"nu Robin-
Muy pocas cosas están seguras en la vida; una de ellas
es
la muerte. Thrde o temPrano,
inevitablemente, nos alcanza. Desconocemos cuándo y cómo llegaró, en qué estado nos encontrará. Rico o pobre, joven o viejo, hombre o mujer; enfermo o saludable, na-
die ha escapado de ella. (Jna manera de confrontarla
es
familiarizarse con ella, quizis
acostumbrarse a su presencia nos quite un poco el miedo que le tenemos.
n este sentido, México cuenta con un rico acervo. La muerte está presente y no solamente
aproxima el2 de noviembre, Día de Muertos, Día de Difuntos. Una imagen se hizo más famosa que otras en el imaginario colectivo: la Catrina, de José Guadalupe Posacuando
se
da. Dicho grabado presenta la muerte con un guiño: señora sonriente, elegante, nos hace olvidar que es una simple calavera. Pero el grabador, originario de Ia ciudad de Aguascalientes, nb creó este
mito, sólo le dio nueva vida, lo popularizó con alegría y gracia sin iguales, complementando
sus creaciones con versos no exentos de humor negro.
La muerte es motivo recurrente en la plástica mexicana desde tiempos prehispánicos. Para nuestra fortuna, existe un acervo donde se concentra mucho de este patrimonio, alojado en el Museo Nacional de la Muerte, en la ciudad de Aguascalientes. Dicho museo fue inaugurado el 19 de
junio de 2007. Se trata de una fecha memorable: este día la Universidad Autónoma
de Aguas-
calientes cumplía 34 años de existencia. Interesante celebración de permanencia con la muerte. Se
trata de una rica colección donada por el maestro Octavio Bajonero a dicha universidad.
Ale¡o Robin. Lo ouroro es docloro en Historio del Arte por lo Foculrod de filosolío y Letros de lo Uñ¡vers¡dod Nociono; Arróno.o de México. ción principol e! lo represenrocióñ de lo Posió¡ de Cr¡sto en Nuevo Espoño. Io¡
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Su compo de investigo'
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dad de Aguascalientes. El primero es un edificio de la
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época colonial, antiguamente parte del convento de
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San Diego desde hace mucho exclaustrado, mientras
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el segundo es una construcción del siglo xx de con-
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creto, gris, racionalista y triste. Pero la muerte le ha
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dado una nueva vida a ambos edificios.
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A la puerta del museo nos esperaba La Catrina
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para darnos la bienvenida. ¿Elegantes señoras disfrazadas o la muerte disfrazada de elegantes señoras? Se
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reunió una multitud alrededor de la parca. Amigos, familiares, autoridades académicas, culturales y civiles estaban presentes. Presentes ante la donación que el maestro Bajonero hacíaala Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Difícil
de creer, detrás de momen-
tos tan alegres, impregnados de diversas emociones, estaba la muerte. No sólo era una celebración en tor-
no a las artes plásticas, también estaban incluidos bajo la misma temática el teatro, el cine y Ia música.
Hay que destacar el enorme esfuerzo realizado
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por el M. en C. Rafael Urzua Macías, rector de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, y el entusias-
mo de su equipo de trabajo, encabezado por el M. en Bajonero es grabador de formación, pero también
C. Jorge H. García Navarro, director de difusión en
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la misma institución. Por una vez se pudo controlar
es coleccionista. Nacido en la ciudad de Charo,
choacán, se formó como artista en la ciudad de Méxi-
a Ia muerte y gracias a la labor de
co, donde actualmente radica. Enseñó y formó a innu-
to
merables generaciones de jóvenes de diferentes partes
mano para familiarizarnos con este personaje en sus
de la república, además de
participar
un amplio conjun-
de personas. El guión museográfico nos lleva de la
en exposiciones,
diversas representaciones plásticas, desde la época
tanto individuales como colectivas. a nivel nacional e internacional. También ha realizado diversas ins-
prehispánica, localizada en el recinto colonial, para
talaciones, ambientaciones y ofrendas referentes a la
tran atinadamente las obras de artistas actuales.
terminar en el edificio moderno, donde se concen-
muerte en distintas partes de México. Durante dé-
En la sección prehispánica se rinde honor a los
juntó una serie de objetos de diferentes medios y tamaños, alusivos la muerte. Una afición que se
diferentes grupos étnicos de Mesoamérica a través de piezas, principalmente de barro, algunas originales y
transformó en adicción y no conclul'e con el hecho de donar su colección para que otros puedan disfrutar
otras reproducciones contemporáneas, de distintas divinidades y ritos mortuorios. También hay varias
de ella... sublimar la muerte.
ediciones facsímiles de códices precolombinos, don-
cadas
El t9 de junio fue un día soleado, rico, sabroso.
de se ilustra a tan importante figura.
Mas la noche se anunciaba con escalofríos: teníamos
La sección de artesanías es una de las más pobla-
una cita con la huesuda. La inauguración del museo
das. Las vitrinas están llenas de muertitos, en todas
se
dio en los edificios
J. Jesús Gómez Portugal y C.P.
las técnicas y soportes, colores y tamaños, captados
Humberto Martínez de León; ambos recintos forman parte del patrimonio arquitectónico de la institución
en diferentes momentos de la vida cotidiana: la can-
académica, situados en el centro histórico de la ciu-
pareja. También hay una
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tina, el banquete, la boda, la feria, con la banda o
su
multitud de calaveras, cada ENERO,MARZO 2OO8
una srngular en su expresión artística: variaciones sobre un mismo tema. Tampoco podían faltar las
de la muerte de Cristo.
máscaras, los juguetes y las joyas, expresiones de diferentes partes de la república, en distintos medios y
Por un pasillo donde se hallan instalados unas vitrinas aparecen regalos que recibió el coleccionista
tamaños. Las "minimuertes" son testigo de otra tradición típicamente mexicana: las miniaturas. La vista
en diversas ocasiones: pañuelos, corbatas, calcetines,
no se cansa ante la variedad, un elocuente homenaie a la imaginativa nacional.
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el significado de una imagen que lo invade todo. La transición del recinto colonial al edificio moderno es
jeron consigo un bagaje cultural diferente, pero la
La última sección del museo ofrece un panorama general de los autores contemporáneos de la plástica
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obras expuestas.
y gráfica nacionales. En esta parte
de Ia colección hay
jes importantes, las devociones en torno a las ánimas
que subrayar la riqueza de grabados de Manuel Manilla (1830-1895) y José Guadalupe Posada (1852-1913)
del purgatorio, son muestras de las novedades que ei
con el tema de Ia muerte, que
viejo continente trajo a America. También hay que destacar la presencia de un Cristo de caña de matz,
época con la personificación de esqueletos.
sincretismo de culturas en su aspecto técnico, como la de una bellísima Virgen de la Buena Muerte, unas
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plumas, cosas más comerciales, pero importantes por
agradable y va de la mano con las temporalidad de las
ras, los túmulos para subrayar el deceso de persona-
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Subiendo las escaleras del antiguo edificio franciscano se llega a la saia colonial. Los españoles tramuerte estaba también presente. EI arte del buen morir, las meditaciones contemplativas frente a calave-
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casullas de sacerdotes para oficiar misa, recordatorio
propia manera satirizaron los acontecimientos políticos y sociales de su a su
Pero Octavio Bajonero no sólo es grabador y co-
leccionista: también es maestro. Esta faceta de su
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actividad profesional también está representada en el museo. No obstante, el docente no sólo enseñó ia
apreciar ilustraciones de calaveras que sus compañe-
técnica, también transmitió algo de su pasión. AIum-
ros realizaron como interpretación personal de un mismo tema. De la visión individual de cada autor
nos suyos de diferentes escuelas y épocas realizaron
ante la muerte se logró conformar una obra monu-
grabados con la temática, y sus obras forman ahora
mental. Talento y creatividad en honor a la muerte, y
parte del acervo museístico. Una nueva generación que aporta a tan rica tradición, cada quien con su sa-
un fuerte elogio
bor y perspectiva personal. La muerte es inspiración;
obras de más de 70 artistas, algunos con una trayec-
la muerte es creadora.
toria sólida, otros menos conocidos, unos anóni-
a
la amistad que une a estos artistas.
El legado del Museo Nacional de la Muerte reúne
La sección moderna termina con otro aspecto del
mos. Alegría, Iibertad creadora, explosión de colores
artista michoacano: sus amistades. Compañeros su-
y multitud de formas sobresalen de la colección del museo. La muerte no es, pues, fin y término de todo.
yos que comparten la misma profesión pintaron, gra-
baron y tallaron la muerte. También participaron de una idea de Bajonero relacionada con la muerte y la cultura prehispánica: crear un tzompantli conremporáneo. El tzompantli fue el espacio de sacrificio prehispánico por excelencia, pero aquí se propuso realizar uno independientemente al significado que tuvo
También hay que mencionar el catálogo que acompaña esta muestra permanente del museo. Se trata de
un libro constituido de textos de especialistas de diferentes ámbitos, ricamente ilustrado con algunas de las obras maestras de la colección, aproximadamente una tercera parte del total de las piezas legadas.r El catálogo
en su época de origen. Para tal efecto los museógrafos
crearon una sección circular de plástico transparente de proporciones mayores. De ambos lados se pueden
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Museo Nacionsl de la Muerte. Aguascalientes, Unive¡sidad Autónoma de Aguascalientes, 2007,252 pp. ISBN 978-970 728-081-6.
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rue reclentemente presentado en la feria latinoameri_ cana de Nueva York. No hay duda que ganará varios
premios, pues es un deleite visual. El proyecto del Museo Nacional de la Muerte es parte medular del Centro Cultural Universitario en su función de extensión y difusión de la cultura a un
amplio público. El objetivo principal del museo no sólo es presentar las diferentes expresiones artísticas alrededor de la muerte, también los ¡itos y ceremo_ nias que se realizaban y se siguen haciendo en su ho_
nor. Por tanto, también se promueven exposiciones temporales, conferencias, presentaciones de libros, obras de teatro, conciertos, danza, proyección cine_ matográfica, concursos de altares de muertos, talle_ res de artesanías, cartonería, grabado, pintura y dibujo, todo esto en alusión al tema en cuestión. para
tal efecto, el recinto cultural cuenta con un auditorio, además de las salas de exposición. Con el tiempo, este Museo Nacional será un paso obligatorio para quienes
visiten la ciudad de Aguascaiientes, tanto para el turis_
mo nacional como internacional, para ésta y futuras generaciones.
A través del mundo hay celebraciones en torno
tanta alegría como en México. Desde principios octubre
se aplaude
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la ilegada a las panaderías del pan
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de muerto. Su forma y su sabor son únicos, indes_ criptibles. Se regalan calaveritas de azúcar o de cho_
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o
colate con el nombre de la persona amada. Se decla_ man versos calaveras, poesía popular que forma parte
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de las celebraciones del Día de Muertos. La artesania
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demuestra que es una tradición en plena expansión: papel maché, papel picado, plata, hueso, madera, ba_
rro, todos estos medios ymás
se
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continúan utilizando
para recrear la muerte. En diversos centros culturales del país se organizan concursos de ofrendas y de fo_ tografías. Basta también visitar un cementerio el 2 de noviembre. El bullicio de la gente hace que se sienta más la vida que la ausencia: las flores, las veladoras, las ofrendas, las oraciones. Los sentidos responden...
responden ante ia huesuda. Pero no es necesario desplazarse a los cemente_ rios para captar los aspectos de esta tradición tan
rica. Ahora lo pueden hacer en su próxima visita a la ciudad de Aguascalientes, yendo al Museo Nacional de la Muerte. Vayan... antes que la muerte los alcance.
a
la
muerte, pero ninguna civilización, creo, lo hace con
Alena Robin Ha realizado la iicenciatura en estudios humanís-
ticos, con una especialidad en historia del arte, en la Universidad McGill, en Montreal, Canadá, de donde es originaria. Es maestra en historia del arte por la Facuitad de Filosofía y Letras de la
Porque este Museo Nacional no es de los muertos, de los vivos.
se
como del mexicano.
Ha impartido cursos en México y Canadá.Ha sido miembro del cuerpo docente de la especialización en historia del arte, impartida en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la uNeu, en el
módulo
de está actualmente terminando el doctorado. Su tema de investigación principal gira alrededor de
ha participado en diversos proyectos de investiga-
la Pasión de Cristo en el arte novohispano. para su tesis de doctorado, también en la uN¿lr, se ha enfocado a la devocién y patrocinio del Vía Cru, cis en la Nueva España. A partir de enero del 200g
estará realizando investigaciones posdoctorales en la Université de Montréal, Canadá.
es
Ha recibido varias becas para realizar sus es_ tudios de posgrado, tanto del gobierno canadien-
IJniversidad Nacional Autónoma de México, don_
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ñ de
de
metodología e historio grafia.También
ción de esta entidad. Fue profesora invitada en la IJniversité de Montréal, Canadá, para impartir el
curso de "Barroco latinoamericano" durante semestre de invierno 2005.
el
Ha presentado conferencias en diversos lugares de México, Canadá, Estados Unidos yAméri_ ca del Sur.
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