El Museo do Douro, Peso da Régua (Portugal)

September 10, 2017 | Autor: Natália Fauvrelle | Categoría: Museology, Museología, Museologia
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Descripción

7º ENCUENTRO INTERNACIONAL

EN

ACTUALIDAD MUSEOGRAFÍA

Madrid del 1 al 3 de diciembre de 2011

ICOM - España

El Museo do Douro, Peso da Régua (Portugal)

Fernando Seara Director de Museo Natalia Fauvrelle Coordinadora de los Servicios de Museología

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El Museo do Douro, Peso da Régua (Portugal)* Fernando Seara Natalia Fauvrelle

La presentación del Museo do Douro –del Duero– empieza por una contextualización histórica previa que da a conocer el proceso de creación de este proyecto, analizándose a continuación la implementación del concepto de Museo del territorio y su operatividad en un contexto económico muy difícil. Sin embargo, esta nueva realidad no debe desviarnos de los objetivos que nos propusimos en un ejercicio que resulta un reto y a la vez un acicate para todo el equipo. En este año 2011, el Museo persistirá en afirmarse como entidad aglutinadora de voluntades y movilizadora de particularismos que contribuyan al enriquecimiento y recalificación del tejido cultural de la región. 1. Algunas notas sobre la creación del Museo La idea de fundar un Museo para salvaguardar el inmenso patrimonio del Duero creado por sucesivas generaciones de viticultores a lo largo de los siglos, con el fin de poder valorarlo y divulgarlo, se remonta a los años 30 del siglo XX, pudiendo inscribirse en el movimiento de glorificación de las culturas regionales que existió más o menos por todo el país a partir de la celebración de los Centenarios y de la estructura ideológica preconizada por el Nuevo Estado. Esta necesidad emana de las instituciones y de la propia elite intelectual local, como evidencia el testimonio del escritor duriense Joao de Araújo Correia en un periódico local: “Con el simple nombre de Museo del Duero tendría que existir en Régua un establecimiento de pura función cultural, una casa donde se guardasen, con inteligencia y cariño, curiosidades, libros raros, documentos históricos relativos al país vinatero. [...]La entrada del inmenso viñedo que es el Duero será el pórtico erigido para honrar a los cultos huéspedes”1. Y la idea fue concretada, en 1948, con la creación del Museo *

Traducción de M. M.

1

“Jornal da Régua”, 19 de enero de 1936.

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Regional del Duero, en Régua, según propuesta de Alvaro Moreira de Fonseca, agrónomo que dedicó gran parte de su vida al estudio de la Región. Se nombró un conservador / director, Fernando Russell Cortez, el arqueólogo responsable de la excavación del yacimiento romano de Fuente de Milho. Pero el cargo fue suprimido en 1950, sin tiempo para organizar ninguna estructura. El siguiente intento de instalar un museo en la región del Duero partió del instituto del Vino de Oporto, en 1973, cuando éste adquirió un antiguo solar en la zona alta de Peso da Régua, perteneciente a la familia Vaz Osório, que incluía su valioso contenido. Aunque, una vez más, careció de continuidad, y aún hoy el solar está abandonado y en ruina inminente a pesar de haber sido declarado Inmueble de Interés Público2. 2

http://www.igespar.pt/pt/patrimonio/pesquisa/geral/patrimonioimovel/detail/74056/, consultado el

1/2/2011.

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A pesar de ser considerado como una necesidad por la elite cultural de Régua, el proyecto no arrancó, dejando un rastro de frustración entre los que anhelaban tal institución, como denotan –una vez más– las palabras de Joao Araújo Correia, en 1982 “Perdí la esperanza de ver inaugurar el Museo del Duero en Régua, la capital del Duero. Además del desapego de la región a la cultura espiritual y de la indiferencia de todas las gentes, en este país del vino, hacia todo lo obsoleto, ni tan siquiera considerándolo reliquias especiales con trascendencia turística, donde se conserven lagares de valor, decide el duriense organizar su museo. [...] Si no tenemos quien atienda al último carro de bueyes, a la última cuba, al último cesto ni a la última canasta, al último tonel ni a la última barrica, a la última vasija ni a la última pipa, al último hierro ni a la última pala, a la última lámpara ni a la última candela, ni al postrer cierre de lagar, dentro de pocos días no habrá ningún objeto curioso para enseñar a los extranjeros civilizados”3. Hasta el inicio de la década de los 90 no fue retomado el tema de un museo dedicado al Duero y a su principal producto, el vino de Oporto. Esta vez la iniciativa partió de las bodegas de Oporto y de Vila Nova de Gaia dedicadas al envejecimiento del vino de Oporto. También en esta ocasión se adquirió un edificio para su instalación, el solar de los Vizcondes de las Devezas, cuyo programa de remodelación se encargó al arquitecto Alcino Soutinho4. Este proyecto, reconocidamente político como una manera de promocionar ambas ciudades y un importante producto de su economía, acabó por despertar el interés del poder central y de la misma región. Así, a finales de 1996, el asunto empieza a ser debatido en la Asamblea de la República, mediante propuestas de proyecto de ley del grupo parlamentario del PCP (Creación de un Museo del Duero, 249/VII, presentado el 10 de diciembre de 1996) y del grupo del PS (Creación del Museo de la Región del Duero, presentado el 23 de enero de 1997)5. Siguiendo estas propuestas se aprobó por unanimidad, el 9 de octubre de 1997, la Ley de Creación del Museo de la Región del Duero (Ley 125/97 de 2 de diciembre). Entre las diversas cuestiones vinculadas a la vida del Museo que la Ley determina, dos

3

”O Arrais”, 4 de febrero de 1982.

4

“Jornal de Notícias”, 22 de marzo de 1993.

5

PEREIRA, Gaspar (2001), O Museu da Região do Douro. «Douro — Estudos & Documentos». Vol. 6, n.º11: 25.

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de los presupuestos condicionan y definen la naturaleza de este proyecto y su ejecución, como veremos más adelante. Por un lado, el artículo 2, establece un modelo museológico de ámbito regional, con sede en Peso da Régua y una estructura polinucleada distribuida por los veintiún concejo de la Región del Duero (RDD) –definición próxima al concepto de museo del territorio– dejando la tutela a cargo de de la institución administrativa resultante del proceso de regionalización del país (artículo 4). Por otro, se fija el ámbito temático del Museo (artículo 3) que abarca la RDD “en toda su diversidad cultural y natural”. Es importante recalcar la amplitud de esta temática, que condiciona muy mucho la misión del Museo teniendo en cuenta la dimensión histórica de esta Región, además de la geográfica. Se trata de la primera región vinícola del mundo delimitada y reglamentada, con actualmente una extensión de unas 250.000 ha. distribuidas a lo largo del valle del Duero, entre Barqueiros (Mesao Frio) y Barca de Alba (Figueira de Castelo Rodrigo).

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La Ley obligaba a constituir una comisión constitutiva para presentar una propuesta de instalación de la sede del Museo y elaborar el texto reglamentario del Museo. El entonces Ministro de Cultura Manuel Maria Carrilho, nombró un equipo compuesto por Agostinho Ribeiro (Museo de Lamego), Laudomira de Jesus (CIRDD), Fernando Bianchi de Aguiar (UTAD) y Gaspar Martins Pereira (FLUP). Su informe final no tuvo eco en el Ministerio y tampoco encontró apoyo en la entonces Directora del IPM6, acabando la Comisión por dimitir. Se planteaban muchas cuestiones sobre aspecto de la Ley imposibles de cumplir, como la gestión a cargo de una entidad regional, que dependía del proceso de regionalización, o la incorporación del archivo de la Compañía, cuya compra acababa de ser recurrida por el Ayuntamiento de Gaia. A pesar de las presiones de los agentes locales sobre el Ministerio para que el proceso avanzase, éste no fue retomado hasta 2002, cuando el ministro de Cultura Augusto Santos Silva crea la Estructura de Proyecto para el Museo del Duero, nombrando como Encargado de la Misión a Gaspar Martins Pereira, profesor de la facultad de Letras de Oporto reconocido por sus estudios sobre la historia del Duero. Se le encomendó crear la estructura, con un grupo de trabajo específico, para preparar la instalación definitiva del Museo del Duero. Esta estructura, que funciona entre el 2002 y mayo del 2004, concretó una serie de acciones que resolvieran el Museo de la Región, procurando involucrar a las poblaciones de esta demarcación territorial. El amplio y diversificado programa de acciones, con más de una centena de actividades en los veintiún concejos de la Región, intentó probar algunos de los valores del futuro museo en las áreas de investigación, acción cultural y educación. Resulta destacable la exposición programática “Jardines colgados”, abierta al publico en diciembre de 2003, que recopiló y trató más de dos mil piezas para la futura colección del museo y la redacción del

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La profesora Raquel Henriques da Silva, directora del IPM, envió al jefe de gabinete del Ministro de

Cultura un informe donde, a pesar de elogiar el trabajo de la Comisión, concluye “no me parece que se hayan logrado las condiciones para cumplir el artículo 9 de la Ley de la Asamblea de la República nº12/97, que prevé la entrada en funcionamiento de los órganos del Museo en un plazo de 60 días tras la presentación de las propuestas de la comisión instaladora” (cf. “O Independente”, 29 de octubre de 1999).

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programa museológico. Paralelamente, se establecieron contactos con las más diversas instituciones de la Región, públicas y privadas, con el fin de crear una base sólida de apoyo para la institucionalización del futuro modelo de gestión del Museo. La afirmación del proyecto en el territorio y la viabilidad de las ideas propuestas mereció el apoyo del Ministerio de Cultura con la adquisición de la antigua “casa” de la Compañía de Agricultura de las Viñas del Alto Duero, en Peso de Régua, para la sede del Museo (el 15 de abril de 2004) y también con la aprobación del modelo de gestión fundacional como sistema de funcionamiento; esto fue efectivo en 2006 con la creación de la Fundación Museo del Duero (Decreto-Ley 70/2006). La fórmula hizo posible superar el atasco de la cuestión de la regionalización mediante un modelo de financiación asentado en la región administrativa pero también en los patronos de la fundación, donde se incluyen el Ministerio de Cultura, las Autonomías de la Región y entidades privadas del mundo empresarial del vino y de otras instituciones con intereses regionales. 2. La sede del Museo del Duero. De acuerdo con lo estipulado en la Ley de creación, la sede del Museo está en la ciudad de Peso da Règua, debiendo después extenderse su acción por todo el territorio de forma polinucleada. Esta estructura articulada en el espacio ya se instituyó en la propia sede, donde los espacios funcionales se distribuyen por tres edificios. Los principales servicios del Museo se concentran en la “Casa de la Compañía”. Edificio histórico y de gran simbolismo para el Duero, porque fue sede de la Compañía General de la Agricultura de las Viñas del Alto Duero instituida por el Marqués de Pombal en 1756, que tenía como función principal el control de la producción y la calidad de los vinos de esta región. El edificio presenta distintas fases de construcción, de los siglos XVIII y XIX, que se conjuntan formando un patio central. Durante el siglo XX el inmueble funcionó como almacén de envejecimiento de la empresa Real Compañía, habiendo sufrido agresivas alteraciones, como la construcción de innumerables cubas de cemento en la bodega y en planta de calle y como la implantación de un sistema de recepción y pisado de uva en el patio exterior. Esta nueva intervención para adaptar la Casa de la Compañía como

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sede del Museo del Duero procuró prestar atención al valor emblemático del edificio, recuperando mucho de su forma inicial, respetando las marcas históricas e intentando conjugarlas con los nuevos espacios asociados a la actividad museológica. La obra física preservó toda la arquitectura significativa, se ejecutó dentro del plazo previsto y sin ningún desvío económico. El espacio exterior, donde se demolió toda la maquinaria de actividad vinícola, dio lugar una amplia área ajardinada, asomada al río Duero, donde se desarrollan múltiples actividades lúdicas. En este mismo espacio envolvente, se construyó “ex novo” otro volumen con lenguaje contemporáneo, para el Servicio Educativo, con sus espacios administrativos y una ala polivalente para desarrollar las actividades. En el interior de la casa se recuperó la lógica del patio central, destinándose este espacio a sala principal de Exposiciones Temporales, con 690 m² en dos pisos. Es aquí donde el museo presenta sus muestras anuales de mayor envergadura y

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duración, dejando las sala anexa –de 120 m²– para exposiciones temporales más específicas. El Museo tiene también otro espacio expositivo temporal, en la misma línea, que funciona como galería de arte, donde se cuelgan obras de artistas locales o cuya temática tiene trascendencia para la región, además de recibir exposiciones de otros puntos nacionales o internacionales –por ejemplo, el homenaje a Antoni Tàpies–. El Museo cuenta con un taller de conservación y restauración pensado no sólo para intervenir en sus colecciones y en las piezas que le son confiadas para exposiciones temporales7, sino también para poder atender encargos exteriores. Por supuesto, al resto de instituciones museológicas de la Región, que carecen de este nivel de equipamiento y de técnicos especialistas en sus plantillas, pero también a disposición de entidades privadas que quieren preservar sus colecciones. Sin pretender competir con las empresas activas, esta disponibilidad del servicio es una manera de dar cuerpo a la función territorial del Museo, permitiendo que otros museos y coleccionistas de la Región participen de la inversión aquí realizada; por otro lado, se busca prestar un servicio distinto, basado en la investigación científica, que complementa a la vez la financiación de la institución, que así logra recursos propios para contribuir a la sostenibilidad del proyecto. Siguiendo lo establecido en la Ley que lo creó, el Museo dispone También de un centro de documentación, compuesto por un archivo y una bibliotca, para apoyar el estudio de la viticultura duriense y la historia de la región. Para ello ya han sido inventariados los principales archivos institucionales del sector, sobre todo los del Instituto del Vino de Oporto (IVP) y de la Casa del Duero; habiendo sido depositados y ya preparados para consulta los fondos documentales del IVP. También han sido depositados en el Museo otros archivos, como el de la Quinta del Paço de Monsul, el tumbo de la Región Delimitada del Duero de la Real Compañía

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Para las exposiciones temporales ya realizadas fue preciso recurrir a obras de colecciones privadas y de

otros museos, siendo la contrapartida del préstamo la restauración de las piezas cuando fuera necesaria. Son ejemplos las intervenciones en obras del Museo del Chiado, del Museo de Guarda y de la Colección municipal de Oporto.

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Vieja –del siglo XVIII– o el conjunto de la “Ferreiriña” de la Sogrape, faltando todavía negociar la incorporación del Archivo de la Compañía –como estipula la Ley–, actualmente en manos de la empresa real Compañía Vieja. Como puntos de apoyo de carácter más lúdico, el Museo tiene también restaurante y tienda. La tienda, gestionada directamente por el Museo, además de los derivados museográficos habituales y las publicaciones de edición propia y tema duriense, presenta una gran variedad de productos regionales –vinos, mermeladas, aceites, etc.– procurando así divulgar la producción tradicional. En cuanto a la restauración, el restaurante “La Compañía” y el “Wine bar”, instalado en la antigua sala de catas, son objeto de concesión mediante concurso público, incidiendo en que la oferta gastronómica se adecúe a la misión del Museo. Se ha dicho que la sede del Museo tiene una composición polinucleada, ocupando otros dos edificios en Régua, para dar así énfasis a las estructuras arquitectónicas relevantes en el urbanismo y en la historia de la ciudad. Por eso la exposición permanente “Memoria de la Tierra del Vino” ocupa un antiguo almacén de vino, fechado e principios del siglo XVIII; aquí se muestran los principales aspectos asociados a la construcción del territorio del vino, asumiéndose como un espacio de representación de la RDD y de la cultura de la viña y del vino, elementos esenciales en su identidad. A la vez, quiere ser un punto de partida para descubrir y comprender no sólo la Región sino también su cultura y su memoria. Ya se ha iniciado la rehabilitación del espacio del Teatrillo, local de espectáculos de principios del siglo XX, donde se instalará el futuro auditorio del Museo. La recuperación de este lugar, en colaboración con el Ayuntamiento de Régua y el Instituto de los Vinos del Duero y de Oporto, permitirá contar con un local para conferencias y espectáculos, acogiendo no sólo la programación del Museo, sino también la del municipio y las de entidades regionales que lo soliciten. Esta dispersión de los espacios expositivos cambiará en 2012, con el traslado de la exposición permanente del Museo a la sala central, núcleo del edificio de la sede. La mudanza quiere colmar las expectativas de los visitantes del Museo, que opinan con frecuencia que esta exposición tiene más sentido en el edificio central, que es al que primeramente se dirigen. Esta medida posibilita también una inversión menor en las exposiciones temporales, porque cuentan con menos superficie,

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pero incrementando a la vez su calidad. Así, las exposiciones temporales que ocuparán la sala aneja a la sala central, serán concebidas con vistas a itinerar por la región, aumentando su visibilidad y haciendo más accesible a toda la comunidad regional el trabajo del Museo. 3. Desafíos museológicos: cómo dar un museo a un territorio. El concepto museológico propuesto para este proyecto se aparta de la idea tradicional de museo centrada en un edificio, en sus colecciones y en un público pasivo. Por eso, compartiendo las ideas de la nueva museología, ha procurado instalarse previamente en su área de actuación, la Región Delimitada del Duero, incluyendo en su ámbito de estudio e investigación no sólo las colecciones que le han sido enco-

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mendadas, sino todo el patrimonio material e inmaterial susceptible de ser protegido en la región. Sobre todo, este modelo propone que el museo dialogue con las comunidades de las que forma parte, según una lógica de inclusión y participación8. De esta manera, el mayor desafío al que nos enfrentamos es proporcionar un museo al territorio, siendo deseable que contribuya a su desarrollo y al de sus comunidades. Esta territorialidad, en una interpretación literal de la Ley, llevaría a crear y establecer veinte núcleos además de la sede, uno por concejo. Obviamente una solución de este tipo implica graves problemas de sostenibilidad futura a nivel económico. En otros países con experiencia de museos polinucleados se ha demostrado que el crecimiento excesivo de núcleos puede llevar al colapso de la estructura, obligando a una reestructuración que se acerca mucho a la idea tradicional de museo. ¿Cómo compatibilizar, entonces, lo escrito en la Ley con la realidad? Hasta este momento, el Museo ha venido actuando de tres modos distintos que le permiten estar presente en el territorio, además de que se reconozca que le falta un largo camino para trabajar en él –de hecho– como un territorio, consolidando una relación de intercambios recíprocos con la sociedad a la que el museo sirve e investiga. La puesta en marcha más sencilla y tradicional pasa por la investigación activa en el terreno, por la acción del servicio educativo y por la itinerancia de las exposiciones y de otros eventos. El trabajo de campo se centra en el estudio del patrimonio, sobre todo con la realización de inventarios de patrimonio material e inmaterial, público y privado, acompañada de la recolección de piezas para la colección del Museo y para las muestras temporales. Esta recolecta implica a la vez un cuidadoso análisis de las piezas y de los saberes artesanales que se les asocian: de esta manera se procura preservar también la memoria de los objetos y de los que los utilizaron. El Departamento Educativa despliega su programa involucrando en sus actividades “de educación, de conocimiento y de entretenimiento”9 a todos los niños,

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Cf. FAUVRELLE, N.; MARQUES, S. (2007), Proposta para uma rede de museus do Douro. Disponible

en: http://www.museudodouro.pt/exposicao virtual/pdf/ntalia.pdf. 9

La misión del Servicio educativo se puede consultar en http://www.museudodouro.pt/pagina,2,4.aspx.

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adolescentes y jóvenes de la Región; se trata de acciones en varias vertientes, singularmente proyectos anuales o plurianuales con las escuelas, los talleres de cada temporada, las rutas a pie y las visitas guiadas a las exposiciones del museo. El Museo también intenta mantener una programación abierta al territorio mediante una descentralización con las exposiciones itinerantes, en particular las de tema duriense, las conferencias, las presentaciones de libros y otras actividades

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culturales, contando con el apoyo de los municipios que de este modo amplían su oferta cultural. En el caso de las exposiciones itinerantes, el Museo, además de responsabilizarse del montaje, imparte formación a los técnicos locales para que puedan guiar visitas autónomamente, adaptando la comunicación a los diferentes tipos de público. En 2012, se establecerá un protocolo con instituciones museológicas de otras regiones para intercambiar publicaciones, exposiciones y acciones de interés común. Este intercambio permitirá también llevar las muestras que ya itineran por la región a otros espacios y a nuevos públicos. Además del planteamiento sucesivo de la programación anual, el Museo ha decidido hasta el momento apoyar la creación de núcleos museológicos en diferentes pueblos de la RDD, explorando varios temas potentes en la Región como el pan y el vino de Favaios, el zumaque o la almendra. De las propuestas ya elaboradas sólo ha entrado en funcionamiento el de Tabuaço, asociado al patrimonio inmaterial (es el Museo del Imaginario Duriense), estando bastante avanzado el mencionado del Pan y el Vino de Favaios, en el concejo de Alijó. También se están construyendo centros dedicados al Vino en San Joao da Pesqueira, y a la seda en Freixo de Espada en Cinta. El papel del Museo en estos proyectos ha sido apoyar a los técnicos municipales en los proyectos arquitectónicos, el diseño del programa museológico, que incluye la preparación de la exposición permanente, la de los documentos normativos, la selección y recogida de objetos para la creación de la colección y su inventario, las intervenciones de conservación preventiva y la planificación de acciones educativas complementarias. El objetivo es involucrar a las comunidades, procurando que participen con sus objetos y sus recuerdos en la puesta en valor del patrimonio regional. Si esta articulación entre comunidad y programación es un punto fuerte y un propósito fundamental de proyecto, viene a ser también un punto débil porque su ejecución depende en mucho de los recursos humanos existentes en cada municipio. Esta es una de las debilidades de la política de creación de núcleos, porque se trata de un territorio con escasos recursos humanos especializados. El Museo puede cooperar a nivel técnico, pero la escasa plantilla de personal para la región que abarca exige siempre contratar técnicos locales que garanticen la gestión diaria del proyecto. Somos un equipo con gran capacidad de liderazgo en lo local, donde los espacios

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museológicos se consolidan a través de sus exposiciones permanentes donde quedan comprometidos la investigación y la dinámica comunitaria. Por otro lado, la disponibilidad económica de la cultura depende en gran parte de los programas de apoyo, porque no existe un verdadero plan de sostenibilidad que garantice la subsistencia de las estructuras que se vayan creando. Los fondos disponibles van a otras áreas con carencias o a organismos ya existentes. Por eso está en cuestión la viabilidad de un tipo como éste de estructura polinuclear y más en un territorio de progresivo envejecimiento y despoblamiento sin fin. Para que haya conexión con la sociedad es preciso que ésta esté ahí y que exista una masa crítica que impulse las actividades y el desarrollo del proyecto. Por eso, repasando la experiencia de estos últimos años y el actual panorama financiero, fue reconsiderada la política de implementación del museo del territorio. Se pretende impulsar el año que viene la red de museos, una idea ya avanzada en 2007, en el I Encuentro de Museos del Duero10. Este modelo propone la formación de una estructura articulada que cree “bases de apoyo entre las diversas instituciones culturales que operan en el Duero, sean los museos, los centros de interpretación o las quintas con colecciones visitables, en cuyas vitrinas se exhiben testimonios del patrimonio local, de tutela nacional, municipal o privada”. La idea es asociar la actuación de todos y cada miembro para rentabilizar al máximo los recursos existentes, en una plataforma horizontal de cooperación, en la que cada uno contribuye de acuerdo con sus disponibilidades. De esta manera será posible crear una relación de participación e intercambio entre las instituciones, para beneficiar las realidades más frágiles, construyendo progresivamente una imagen cultural de la región, sin pretender con esto uniformar las instituciones. Al contrario, se quiere mantener la diversidad y la riqueza de cada iniciativa museológica, respetando su individualidad y potenciando la cualificación del tejido museológico regional. Cada vez se decide trabajar más con este sistema en el medio museológico, donde los recursos humanos y financieros se peden rentabilizar de forma eficaz y

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Ver las Actas de este Encuentro, disponibles en la página del Museo http://www.museudodouro.pt/pagi-

na,7,7.aspx, particularmente el artículo de FAUVRELLE, N.; MARQUES, S.

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sostenible. Así será posible crear un Museo para el Duero a partir de los diferentes museos y estructuras museológicas del Duero. Paralelamente, es posible además marcar la presencia en el territorio mediante la señalización y la interpretación de distintos patrimonios. Una porción de paisaje, una quinta, una aldea, un plato típico, un saber hacer, una memoria: todo esto constituye material susceptible de ser interpretado y presentado a los visitantes que, al recorrer la Región –declarada en buena parte Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2001– podrá conocerla y comprenderla mejor, complementando así su visita al espacio museológico tradicional. La divulgación de estos recursos y patrimonios se puede hacer en el mismo Museo, a través de diferentes niveles de información, sean folletos, visitas guiadas –presenciales o recurriendo a las nuevas tecnologías11– libros, &c. 11 En la actualidad existen diferentes modos de hacer visitas en formato digital, como el MP3, audioguías,

incluso aplicaciones para teléfonos móviles, pda y otros dispositivos. El uso de la tecnología permite dar mayor libertad al visitante, que así adapta los recorridos a su voluntad y disponibilidad.

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Volver al ‘territorio museo’ es quizá la forma más presencial y más eficaz de concretar el concepto de ‘museo del territorio’. De este modo las comunidades son llamadas a acompañar el proyecto, identificando los recursos musealizables, garantizando el mantenimiento de la señalización que se haya colocado... ayudando, en fin, a los visitantes que atraviesan la región. Al mismo tiempo, recae en ellas la creación de proyectos –por sí solas o en colaboración– que prevean la realización de eventos, el alojamiento y manutención, la venta y promoción de los productos de la tierra, la conservación del patrimonio material e inmaterial, y aún otros en una lógica de verdadero desarrollo comunitario. La consolidación de este proyecto beneficiará en la práctica a los técnicos y a las sociedades implicadas, siendo por tanto un programa a largo plazo, en constante construcción y perfeccionamiento. Además del empeño y de la experiencia de los técnicos y de las comunidades implicadas en el trabajo sobre el terreno, es obvio que la supervivencia de un museo para la región del Duero depende del apoyo político y financiero de los municipios, del gobierno central y de las instituciones con intereses en la Región, que tienen que contribuir a su sostenibilidad y, a través de la Fundación, a la definición del modelo museológico más adecuado a este territorio.

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