EL MILAGRO EN LA RELIGIOSIDAD DE LOS ANDALUCES. Hacia una Antropología de la Religión

July 15, 2017 | Autor: S. Rodríguez-Becerra | Categoría: Andalucía, Milagros, Santuarios Marianos, PROMESAS, MIlagros y exvotos
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El MILAGRO EN LA RELIGIOSIDAD DE LOS ANDALUCES Hacia una Antropología de la Religión

Publicado: La Religiosidad Popular y Almería. (J. Ruiz y V. Sánchez, coords.), pp. 33-49. Instituto de Estudios Almerienses. Almería, 2001. ISBN 84-8108-232-5.

Salvador Rodríguez Becerra Universidad de Sevilla Fundación Machado

1. El milagro: naturaleza y manifestaciones En varias ocasiones me he acercado a la problemática de los milagros, aunque en ninguna este tema ha constituido el centro de mis reflexiones como estudioso de la religiosidad, por tanto este ensayo tiene carácter de opera prima y consecuentemente sus conclusiones hay que tomarlas como provisionales. Utilizo aquí el término religiosidad por su general aceptación y conocimiento, pero no tendría ningún empacho en utilizar el de religión, pues entiendo que una religión o esta encarnada y vivida por un pueblo con su ortodoxia y heterodoxia, que a efectos científicos ambos aspectos la conforman, o tal religión, simplemente, no existe, o es mera arqueología1. En determinadas circunstancias, la gravedad de una situación o lo inesperado escapa a la posibilidad de solución por el hombre; se hace necesario resolver el problema individualmente o como colectivo: la respuesta es el milagro. Entendemos por milagro el hecho sensible y perceptible producido por una intervención sobrenatural, que trasciende el orden normal de las cosas o ley natural y que pueden realizar los dioses o personas dotadas o investidas de poder mediante ascesis o artes mágicas. La religión, y consecuentemente la sociedad, hasta el momento, no pueden entenderse sin el milagro. El milagro es un acontecimiento sorprendente que los creyentes aceptan como señales de la acción de los seres sagrados, determinados seres humanos por delegación o fuerzas no naturales sobre los hombres y la Naturaleza. Esta ligado indisolublemente a la religión, aunque ha sido concebido en su naturaleza, función y significados, de distinta manera, según los sistemas o niveles religiosos, ya sean de las llamadas sociedades primitivas, históricas antiguas, o de las grandes religiones. Son muchos los testimonios del Mundo Antiguo que nos hablan de los milagros realizados por los dioses en Egipto, Grecia o Roma. Era famoso por sus curaciones milagrosas Asclepio / Esculapio, dios de la medicina, que curó durante siglos en su santuario griego de Epidauro, a través de los sacerdotes que realizaban un ritual en el que el sueño ocupaba un importante papel. Los beneficiados solían ofrecer exvotos al dios como muestra de agradecimiento y reconocimiento de su poder. En la Biblia, dios actúa para los judíos directa e intensamente sobre el pueblo para hacerse presente en una primera fase y posteriormente, a través de los profetas; los hechos milagrosos no tienen carácter extraordinario y son benéficos. En el Islam del Magreb actual la peregrinación a las tumbas de los santos o morabitos buscando la 1. Presentado en las II Jornadas de Religiosidad popular. Almería, 21-23 de mayo de 1998

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curación milagrosa es comparable las que se realizan en los santuarios cristianos (Ziou Ziou, 1996:13 y sgts.). En el Evangelio, el milagro se manifiesta de tres formas: como un acto de poder de un hombre ya sea de origen divino o demoníaco, como un signo que sólo los iniciados reconocen y como un prodigio que parece contradecir las leyes naturales y revela el poder divino de manera grandiosa. Aparece así mismo mezclado con el pecado (Poupard: 1178). Tras los primeros tiempos en los que, según los evangelios, tanto Jesucristo como los Apóstoles, obraron numerosos milagros para dar testimonio de la verdad de su fe y su poder, seguirá la época de los mártires, cuya acción terapéutica se convertirá en claro testimonio de que gozaban de la presencia de Dios y participaban de su poder; y sus restos -las reliquias- obrarán portentos con solo tocarlas. Para Agustín de Hipona la época de los milagros ya había pasado. La Edad Media con la inseguridad vital producto de las hambrunas, epidemias, guerras y escaramuzas, incrementarán la necesidad de soluciones extraordinarias que solo el milagro podía llenar. El siglo de la Ilustración supondrá un serio revés hacia el milagro, de milagrería se habla habitualmente, o tendencia a ver la acción sobrenatural en cualquier hecho por insignificante que sea. El milagro en la Iglesia Católica ha estado sometido a un proceso de racionalización creciente; a los sucesos considerados portentosos por el pueblo se han aplicado unos criterios que se han ido acompasando al desarrollo científico y del conocimiento de cada época, limitándonos sobremanera. No obstante, considero adecuado remarcar la ambivalencia mostrada por la Iglesia Católica entre el continuado proceso de racionalización de los milagros, y el caso de Lourdes es exponente del rigor para aceptar como milagrosas las curaciones y la laxitud con que se actúa en los procesos de beatificación y canonización, al menos en cuanto a la divulgación de los milagros o hechos portentosos que se publican con censura eclesiástica en revistas, hojas informativas, almanaques y demás literatura underground a que dan lugar las postulaciones de dichos procesos2. Veamos, como ejemplos ilustrativos, algunos casos que son representativos de dos institutos religiosos, uno femenino, el de las Hermanas de la Cruz, fundadas en Sevilla por Sor Ángela (1875) con implantación fundamentalmente regional y otro mixto, el Opus Dei, fundado por el presbítero José María Escrivá en Madrid (1928 ) que se extiende por gran parte del mundo, ambos han postulado durante algunos años por la canonización de sus fundadores, procesos que finalmente han visto coronado por el éxito como es habitual en estos casos3. Este verano ocurrió un hecho que me impresionó bastante,... [una norteamericana] había tenido un accidente... me acordé de Sor Ángela e hice que le enviasen al hospital una reliquia... Y se la pusieron en el talón... a mi me hizo el milagro y hoy día,... esta completamente normal. (Madrid). Sor Ángela Bendita por tu intercesión... la mano de mi sobrinito ha quedado como la tenía antes, no se le nota ni la cicatriz ni siquiera los puntos que le dieron en la intervención 2 En las oficinas médicas de Lourdes se han registrado entre 1862 y 1975, aproximadamente 5.000 curaciones, de las que sólo han sido aceptadas 64, y reconocidas canónicamente como milagrosas alrededor de 25. (Poupard,, 1180 y Teilhard de Chardin, 1996:426). 3 Hemos utilizado como fuente el boletín Favores de Sor Ángela de la Cruz, órgano de difusión de la postulación por la causa de canonización de la fundadora de las Hermanas de la Cruz, Sor Ángela de la Cruz (Sevilla, 18461932). Publicación modesta con pocas fotos salvo la e portada que de la Virgen y a todo color. La otra publicación, El Siervo de Dios, Josemaría Escrivá de Balaguer. Fundador del Opus Dei, que sucesivamente se fue llamando El Venerable...El Beato... y, recientemente, quizás, El Santo...Hoja informativa publicada con la probación de la Congregación para las Causas de los Santos. Sección: ANos escriben@. En los mas de 20 números, en papel chucheé aparecen numerosas fotografías del fundador así como de miembros de la curia romana, y en portada aparece una fotografía a toda página de Mons. Escrivá.

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quirúrgica, es un milagro de Sor Ángela. Muy agradecida. (Sevilla). Teniendo un bulto en el pecho,... el médico me dijo que lo más seguro era que me tenían que operar, empecé hacerle a Madre la novena y al tercer día, había desparecido el bulto,... me dijo el médico que era muy extraño pero que no tenía nada. Agradecida envío donativo y ruego me lo publiquen. (Camas. Sevilla). Teniendo a mi hijo muy malito con una Hidrocefalia le pedí a Dios que no le pasara nada, pues lo tuvieron que operar con dos meses y a los tres días se complicaron las cosas y lo tuvieron que operar otra vez. Cuando llegué a mi casa una vecina me dio una estampa con la novena de Sor Ángela, yo la hice y se la puse a mi niño en la cunita y al poco le dieron de alta. A los nueve meses le entró meningitis, los médicos no sabían que tratamiento le iban aponer, lo tuvieron que operar cinco veces más de la cabecita y en una de ellas le tocaron el nervio óptico y quedó ciego, el oculista nos dijo que no tenía solución. Cunado le dieron el alta lo llevamos al convento de sor Ángela, allí me dieron aceite y empecé a ponérselo, al mes recuperó de nuevo la vista. Gracias a Dios y a Sor Ángela está ya en el colegio y no le ha quedado ninguna secuela. (Morón. Sevilla).@ (Favores de Sor Ángela, 1993, núm. 179)

Estos ejemplos, son ilustrativos de otros tantos en los que se da cuenta de favores recibidos en los que no se menciona la palabra milagro, pero en los que se emplean otros sinónimos que muestran el agradecimiento a la santa sevillana, a cuya intercesión atribuyen el beneficio recibido; otros tantos piden favores o ruegan que los escuche y, finalmente, unas terceras piden que se publique el hecho extraordinario y anuncian donativos. Al fin estoy embarazada… Cuatro años de espera y ansiedad,...hasta que este mes cayó por casualidad en mis manos su revista en casa de mis padres y recé a Mons. Josemaría pidiéndole intercesión ante Dios...y puedo decir que Mons. Josemaría ha intercedido por nosotros. Yo creo en los milagros y esperaba un milagro porque después de tanto tiempo sólo Dios podía ayudarnos y gracias a Mons. Josemaría que le pedido ayuda para nosotros así ha sido. Valencia, 1988" ... perdí mi trabajo y poco después enfermé...sucedió un milagro y debo hacérselo sabe... saqué la estampa de Mons. Josemaría y empecé a rezar la oración... el maxi-taxi se salió de la carretera dando tumbos..., ninguno salió herido, ni siquiera un rasguño. Esto era milagroso... También sé que fue por la intercesión de Mons. Josemaría que nos salvamos. Trinidad Tobago [1984] He recibido el siguiente favor (milagro) a través de la intervención de... El domingo pasado mi prima (una chica joven)...me diagnosticaron una piedra en el riñón. Recé a Mons. (...) y le pedí que la curara,... la piedra ha desaparecido. Estoy convencida de que fue un milagro hecho por Mons. Escrivá. Galway (Irlanda), 1988" (El Siervo de Dios... núm. 11)

El milagro y sus formas: hechizos, encantamientos, exorcismos El beato Jacobo de Vorágine (1228/30-1298), provincial de los dominicos en la Lombardía y arzobispo de Génova, autor de La Leyenda áurea/dorada o vida de santos, dice sobre los milagros: Dios hace milagros en virtud de su autoridad; los ángeles por la superioridad que tienen sobre las cosas materiales; los demonios ejecutan efectos sorprendentes mediante hábil manejo de determinadas propiedades naturales que forman parte del ser de los elementos; los magos hacen algo parecido a lo que hacen los diablos, merced a la ayuda que reciben de estos, porque tienen hechos pactos de colaboración con ellos; los buenos cristianos realizan obras milagrosas porque su santidad es verdadera; y, finalmente, los malos cristianos aparentan que los hacen escudándose en una santidad fingida (Vorágine: 1989, I: 311).

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El texto pone de manifiesto que existían toda una serie de hechos concomitantes con los milagros, entre los que podemos citar los hechizos, los encantamientos, los ensalmos, etc. Los milagros son realizados por seres divinos, entran por tanto en el campo de la Religión y son de naturaleza sobrenatural. Esta concepción del milagro por parte del pueblo, ha incluido otras formas ya mencionadas; así Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611), dice que en Arigor, milagros se dicen aquellos que tan solamente se pueden hacer por virtud divina@, lo que indica que al menos en los siglos XVI y XVII también se consideraban milagros otras muchas actuaciones extraordinarias que no eran aceptables desde la ortodoxia. Por el contrario los hechizos los realizan los diablos y magos y entran en al campo de la Magia y son propios de la Naturaleza. El ‘milagro’ es considerado siempre, por su sentido, como el acto de algún gobierno racional del mundo, una dispensa divina de gracia, y por ello suele estar internamente más motivada que el ‘encantamiento’, cuyo sentido se origina en el hecho de que el mundo esta lleno de potencia mágica de actuación irracional, que se acumulan por medio de acciones ascéticas o contemplativas en seres, hombres o superhombres con cualificación carismática, pero que actúan según su libre arbitrio. Este mundo antiirracional de la magia universal domina también la vida cotidiana de la gran mayoría de los asiáticos, letrados e iletrados, Ano sólo era medio terapéutico sino que también servía para lograr los nacimientos, en particular los masculinos, ... pero también, superar exámenes, contra los enemigos y adversarios y otras múltiples situaciones, todo esto en la forma totalmente burda de la magia compulsiva o en la forma refinada de ganarse a un dios o demonio funcional por medio de ofrendas.(Weber, 1987 (1921), II: 352)

Max Weber, identifica racionalidad con milagro e irracionalidad con magia. Los ensalmos constituían y aún constituyen cierto modo de curar con oraciones y /o algunos remedios, restos eran aprobados por los obispos y la Inquisición y han constituido una literatura religiosas que no ha dejado de circular entre determinadas personas (Tesoro de Milagros...1990). Otras formas consideradas milagrosas son los exorcismos, los milagros naturaleza, los milagros testimonio, milagros concomitantes, los punitivos y la resurrección de muertos. (Weiser, 1979: 113, 153, 195, 175 y 242). 2. Metodología de estudio del milagro Quizás no sea necesario llamar la atención sobre el hecho de que aquí no trataremos el milagro desde la ortodoxia católica, ni tendremos en cuenta la regulación y requisitos establecidos por la Iglesia para reconocerlos como tales. En nuestro análisis, como no podía ser de otra manera desde la Antropología, partiremos desde la sociedad o parte de ella que considera que determinados sucesos portentosos no son fruto de la casualidad o de la confluencia de fuerzas naturales sino de la intervención de un ser sobrenatural y, por tanto, constituye un milagro. En todo caso la casualidad o la llamada Providencia pueden estar dirigidas por un ser sagrado. Nuestra mirada parte desde la ciencia, en concreto de la antropología y la historia, y no desde la teología, y consecuentemente, no entramos para nada en el problema de la verdad de estos hechos maravillosos, ni por supuesto en la cuestión si los milagros son desencadenados por seres sagrados o fenómenos naturales; para nosotros como para la sociedad el milagro es resultado de la acción sobrenatural. El concepto de milagro presupone la creencia en la existencia de seres o fuerzas sobrenaturales que de forma extraordinaria, inusitada e insólita, interrumpiendo en ocasiones las leyes de la naturaleza, actúan favorablemente, sobre personas o bienes. Partiendo de esta premisa, consideramos que no es válida ni se fundamenta la polémica acerca de la verdad o 4

efectividad del milagro y de su necesaria explicación desde la ciencia. El milagro es un hecho de fe en la posibilidad de la intervención sobrenatural, por ello, sus beneficiarios, que son creyentes, se sienten favorecidos o creen haber sido testigos de un hecho insólito; para ellos no ofrece dudas el hecho del beneficio: la curación, la interrupción de un accidente catastrófico, etc. y no dudan de su realidad. Si alguien se siente curado, no pondrá en duda los mecanismos por los que ha conseguido la curación, que, insistimos, es considerada el resultado de la acción directa o indirecta de un ser sagrado o consagrado. En todo caso, si con el tiempo la curación no resulta definitiva y convincente, siempre habrá vías por las cuales justificar lo que en principio se creyó definitivo y luego resultó ser parcial o temporal. La aceptación de la curación parcial, la mejora, e incluso el retroceso, encuentran no pocas veces explicación, como en el caso que presentamos, en el que el estudiante acepta la rigidez de la mano como una lección del beato y una comprobación del milagro, cuando queda claro que se trata de un fracaso terapéutico: [Un estudiante universitario escribe:]...He tenido algunos problemas al escribir, y todavía continúan...Fui a ver un médico... no hubo mejoría... me dijo que tenía reumatismo... Me di cuenta que las cosas no mejorarían antes de los exámenes. Necesitaba un milagro... un compañero me aconsejó que rezara utilizando la estampa. Así lo hice inmediatamente, rezando dos veces al día, por la mañana y por la noche... El día del examen llovió y hacía mucho frío, lo que empeoró mi mano... Entonces recé: ‘Beato Josemaría... no me abandones’. Volví a leer las preguntas del examen y cogí la pluma. No podía creerlo: la rigidez había desaparecido. Continué el examen que hice bastante bien... Mi compañero...me dijo que les escribiera a ustedes. Lo retrasé una semana y, como si el Beato Josemaría quisiera demostrar que lo que había pasado era realmente un milagro, mi mano volvió a estar rígida. Kenia, 1993 (El Beato Josemaría, 1993, 16: 15).

Que tengamos datos y argumentos más o menos convincentes para explicar la curación desde la lógica del conocimiento de las leyes físico-naturales y del comportamiento no cambia la naturaleza del milagro, que cura y maravilla a los creyentes. A ningún incrédulo le sucede un milagro, aunque un suceso inexplicable puede hacer tambalear los fundamentos lógicos de muchos dubitativos. Porque no podemos olvidar que la función del milagro es beneficiar y por tanto, si los recipiendarios afirman haber recibido el beneficio, ¿qué tenemos nosotros qué añadir? Se podrá argumentar que en la mayoría de los casos este beneficio, no es tal beneficio y es producto de la ignorancia o el engaño, y en una pequeña proporción consecuencia del milagro. Porque como ya sabemos, los curanderos sanan o alivian el dolor en ocasiones y los médicos no curan todas las enfermedades. Queda por tanto un amplio espacio sin cubrir que han de llenarlo los seres sobrenaturales (Löbsack, 1986:). Este ha sido la forma tradicional de abordar los milagros, nosotros creemos sin embargo que los milagros hay que tratarlos desde la perspectiva emic, la de los propios participantes que los consideran verdaderos y producto de la acción de seres sagrados. No es nuestra misión descubrir engaños o tapar la ignorancia y tampoco, certificar intervenciones sagradas, sino registrar lo que la gente dice que ve y siente. Recuérdese que solo podemos conocer científicamente la religión por lo que las gentes dicen ver y el comportamiento que en función de ello genera. Por ello, nos parecen intencionadas y equivocadas las actitudes de aquellos que quieren imponernos su verdad, es decir, su autoridad, en aras o so pretexto de una racionalidad aplicada a hechos que no son naturales sino sobrenaturales, como es el caso del milagro. En este sentido, traemos el ejemplo seguido por el jesuita, P. Teilhard de Chardin, por otra parte eminente paleontólogo, pero cristiano obediente, que al tratar de explicar las causas que producen los milagros de Lourdes, rechaza los fenómenos de sugestión de masas, el magnetismo, la teoría energética de la ‘sugestión religiosa’ de Charcot (Rambacher, 1907, citado por Teilhard 5

de Chardin, 1909: 460)4. El eminente jesuita afirma que no hay contradicción entre Lourdes y las leyes de la Naturaleza, concluyendo: …las curaciones de Lourdes llevan la señal de un ser independiente que sin otro motivo que su buen placer, ha reunido sus favores en un rincón de Francia y los prodiga a su gusto. Esta intrusión en la naturaleza, de un ‘alguien’ que opera fuera de vosotros [los que desconfían de la Iglesia], que juega con esta materia que estáis dudosos de reconocer, y con sus manos obtiene efectos inesperados, he aquí precisamente lo que adivináis, y lo que produce malestar en vuestra inteligencia...Pues bien, en el caso particular de Lourdes, este misterioso obrero no puede ser otro que Dios. El Ser infinito y personal que la Iglesia adora (Teilhard de Chardin, 1909: 454).

Semejante error comete, a nuestro juicio, el teólogo católico A. Weiser, pues aunque reconoce ciertas curaciones en el santuario de Asclepio en el Peloponeso que escribe: Todos los investigadores coinciden en afirmar que no todos los textos de Epidauro merecen crédito ni deben considerarse como reproducciones exactas de unos sucesos realmente acaecidos. Por el contrario nos previenen que es preciso examinarlos uno por uno a fin de llegar hasta el núcleo del hecho relatado bajo la indumentaria de sus formas narrativas.

Es decir, que trata de deslindar los milagros verdaderos de los falsos, pero, ¿existe tal distinción para los devotos de Asclepio o para el devoto de cualquier dios? Para la Antropología, que no acepta la existencia de la objetividad de los fenómenos de fe, solo hay un tipo de milagros, aquellos de los que se recibe un beneficio personal o social; de estos, unos serán comprensibles desde las ciencias físico-naturales y otros permanecen oscuros para ella. Y continúa Weiser: Por otra parte, no podemos ni debemos desechar los textos globalmente por considerarlos productos de la inventiva humana ni eliminar las curaciones realizadas en virtud de la divinidad por considerarlas mentiras piadosas de los sacerdotes y demás personas afectas al templo. Esto no se adecuaría a la corriente de peregrinos que durante siglos fluía a aquel lugar en busca de curación ni al hecho de que incluso actualmente se dan realidades parecidas y fundamentalmente idénticas, que no pueden discutirse lo más mínimo. (Weiser, 1979:218).

La enfermedad y el milagro La enfermedad y su curación constituyen el epicentro del milagro. El hombre ha tardado miles de años en conocer las causas de las enfermedades pero, aún no acepta las limitaciones de la ciencia y por ello espera el milagro. Una clasificación sencilla y ampliamente aceptada es aquella que distingue tres tipos en razón de las terapias fundamentales que utiliza que utiliza: a) La Medicina natural, que usa remedios naturales, aunque nos preguntamos si existen tales remedios, puesto que han sido seleccionados en función de una experimentación terapéutica, es decir cultural; b) La Medicina mágico-religiosa que comprende: la Magia que es una Manipulación de fuerzas ocultas con el propósito de cambiar lo terrestre dado, sin consideración por la intención (Miers), ya sea blanca, que tiene una función benefactora y negra, brujería o hechicería, que tiene fines perversos, egoístas y antisociales; el Exorcismo, o acción de sacar del cuerpo el espíritu que hace daño, y el Adorcismo, o misión que ejecuta el shaman de 4 Las críticas adversas de los incrédulos entre los que cita a E. Haeckel que dice que estas pretendidas curaciones milagrosas pueden explicarse a partes iguales por la sugestión, la invención poética y la asociación de imágenes, y la ilusión directa y el engaño mal intencionado (Rambchar, 1907, citado por T. de Chardin, 1909: 460). Polémica de Zola.

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traer el alma o espíritu del enfermo que se había marchado otro lugar. Finalmente, los Milagros, hechos sensibles y perceptibles producidos por una intervención sobrenatural que trasciende el orden normal de las cosas; y c) La medicina clínica, que actúa por experimentación sistemática. Recientes estudios demuestran que no hay incompatibilidad en el uso que se hace de los distintos tipos de medicina; los enfermos utilizan las distintas opciones en un orden que va de la medicina clínica, a los curanderos y a la mágica-religiosa, e, incluso, simultáneamente en lo que ya es conocido como AItinerarios terapéuticos. Una encuesta realizada en el País Vasco ha puesto de manifiesto que la procedencia de creencias y prácticas sanitarias se distribuyen de la siguiente manera: el 50% proceden de la medicina científica, el 25% de remedios basados en las creencias cristianas, el 20% en experiencia empírica y el 5% restante, tiene su origen en conocimientos primitivos o arcaicos.( Erkoreka, 1993). Entre los primeros cristianos, llegó a ser de tal importancia el ejercicio de la potestad de curar que se institucionalizó como uno de los siete sacramentos, la Extrema Unción u Óleo de los enfermos. Téngase en cuenta que los sacramentos son considerados rituales básicos en la doctrina de la Iglesia puesto que santifican los hechos fundamentales de la vida, fueron instituidos, según la Iglesia, por el propio Jesucristo y a través de los cuales se transmite la gracia. El catecismo del Padre Ripalda (Toledo, 1618), síntesis divulgadora de la doctrina cristiana, expresa que la extremaunción: Da esfuerzo al alma contra las tentaciones del demonio y salud al cuerpo, si le conviene (Ripalda, 1955:44). 3. Los santuarios, centros privilegiados del milagro Aunque las imágenes actúan sobrenaturalmente en favor de sus devotos en cualquier marco, es el santuario el lugar privilegiado de intervención. Los principales santuarios marianos de Andalucía disponen de un mito o leyenda que justifica su existencia: la Virgen se apareció en un determinado lugar y pidió que se le construyera, en aquel preciso lugar, una ermita que con el tiempo termina por ser considerado santuario; lo que etimológicamente significa, que de ser residencia de eremitas pasa a estar habitada por una imagen sagrada y aquel espacio es sagrado. El milagro esta estrechamente vinculado al santuario desde su origen, la propia aparición es un hecho milagroso; las gentes en su imaginario colectivo saben que las imágenes aparecidas o halladas en un lugar concreto y que expresaron de forma inequívoca su voluntad de permanecer allí pidiendo que se construyera una ermita y así proteger a sus vecinos, son más proclives a los milagros. Un fraile franciscano residente en Córdoba se interrogaba en el primer cuarto del siglo XVII de esta manera: no se que tienen las [imágenes] aparecidas y guardadas que a ellas se les inclinan los milagros, y el cielo despacha por sus manos grandezas y majestades (Batista de Arellano, 1628, pag. 274). Sigamos a modo de ilustración los datos referidos al Santuario de la Cabeza en Andújar (Jaén), en el que, según la tradición, la Virgen se apareció a un pastor de Colomera (Granada), según el testimonio documental de Manuel Salcedo Olid (1677), primer historiador de la romería de la Virgen de la Cabeza: Este venturoso pastor, el año de 1227, algunas noches del mes de agosto en medio de las tinieblas veía centellear unas vislumbres de luz resplandeciente...bien se persuadía el pastor que ... las admirables luces, era cosa prodigiosa; y dentro de esto otra mayor novedad le llenaba de confusiones y asombros, porque herido el viento de un sonoro ruido de campanas ... instrumento propio de cristianos y que sola nuestra Católica Religión usaba de ellas en el mundo y así persuadido que Dios quería manifestarle algún oculto secreto de su Providencia Divina... (Salcedo: 208)

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En principio, los hechos milagrosos solo le atañen a la propia imagen que para darse a conocer, utiliza signos excepcionales: resplandores y sonido de campanas; lo que en la lógica de la época elude cualquier confusión con un fenómeno demoníaco. Del suceso maravilloso es necesario convencer a las autoridades religiosas y civiles y al pueblo del hecho, lo que hace, que el ser sobrenatural actúe sobre su primer interlocutor, el pastor, con uno o varios milagros: Y queriendo la Virgen Santísima acreditar la sencillez de el pastor, y que se creyese en Andújar, como era decreto superior y divino que se le diese adoración en aquel monte...mandole desencoger un brazo y mano de que estaba manco y baldado ... Certificados los ciudadanos del milagro que el pastor les informaba, clamando y voceando con palabras, lágrimas y acciones, para que los que le habían visto baldado, advirtiesen en su sanidad, se convocaron los eclesiásticos y seculares que gobernaban entonces y dando entre todos el milagro por bastantemente averiguado,...(Salcedo: 215 - 218).

Una vez aceptado el hecho extraordinario, tras los controles correspondientes, deciden la construcción de la ermita y la definitiva instalación, tal como había pedido la imagen: ...haciéndome en este sitio donde estoy un templo en que se han de hacer portentos y maravillas en beneficio de las gentes (Salcedo, 314) A partir de entonces se suceden continuadamente y con mayor intensidad los milagros, alcanzándose el cenit durante la fiesta que la comunidad celebra en su honor: Y aunque todo el año esta obrando milagros con innumerables personas que van a tener novenas delante de aquella soberana Imagen en su santuario...nos persuadimos que al instante que la sacamos de su tabernáculo le da la Reina de los Ángeles... otro más amplio y mas especial poder para obrarlos...el día de la fiesta principal para hacernos mercedes en la procesión (1677:304).

La relación entre santuarios y milagros es de causa a efecto, es decir, la creación es por causa de un milagro, como ya hemos indicado, pero su mantenimiento, y desde luego su éxito, es consecuencia del número de milagros que allí tengan lugar o que se le atribuyan a la imagen que allí reside. Como hemos apuntado en otro lugar la presencia o ausencia de monasterios o conventos en estos lugares no es ajeno a este proceso. (Wilson, 1983: III; Rodríguez Becerra, 1989). Desde que la imagen se colocó en Andújar, dice Salcedo Olid: Se conocieron felicísimos sucesos, y evidentes milagros en batallas y conquistas, que desde este presidio se hicieron, atribuyendo a todas sus prosperidades a este eficaz patrocinio, con lo cual fue aumentando la piedad y devoción de la Virgen... (p.230)

Esta relación entre milagros y santuarios no es solo histórica sino que sigue viva actualmente, lo que ha sido puesta de manifiesto por los estudiosos y nosotros hemos tenido ocasión de comprobar; así la expresa también el cardenal Poupard cuando escribe en su Diccionario de las religiones: Testimonio esparcidos por todo el mundo revelan actualmente la existencia de hechos milagrosos vinculados especialmente a los santuarios y a las peregrinaciones. Algunos de tales milagros forman parte de la renovación carismática (p.1180)

Sólo las imágenes y los santuarios que superaron el nivel local, alcanzando el comarcal o regional, han atraído el interés de los cronistas. Sin milagros no hay posibilidad de crear devoción; éstos son la expresión del poder de la imagen y a ella acuden todos los necesitados en 8

busca de soluciones, lo que sin duda redunda en curaciones, limosnas, mayor difusión de los favores, mejora de los templos, y, así, sucesivamente. Puede ocurrir, sin embargo, que este ascenso se trunque y empiece el declinar, regresando paulatinamente a los límites locales. Así ocurrió con la Virgen de Gracia (Carmona), según refleja claramente un fraile anónimo: Hacía muchos milagros en el principio de su sagrada invención y aparecimiento... y duró en muchos hasta había cuarenta años, que de todos los lugares comarcanos acudían a pedir las gentes remedio de sus necesidades a esta Señora... (Anónimo: Quaderno, 1602, pp. 199-200).

La fama de Carmona se trasladó a Utrera en su Virgen de Consolación. La devoción fue creciendo hasta el punto que en el siglo XVII llegó a ser la más importante romería de la Baja Andalucía, un cronista de la Orden Mínima, lo describe así: Es tanto el concurso de gente que acude de toda Andalucía y Portugal, que testifican personas de mucho crédito, que ningún santuario de España lleva en esto ventaja, como tampoco en los milagros; y algunos curiosos que han querido contar los coches y carros certifican que pasan de mil y quinientos los más años (Ros, 1982:19).

Cervantes al evocar a la imagen y fiesta de la Virgen de la Cabeza, tampoco olvida esta relación entre santuarios y milagros, pero también el espacio geográfico y la muchedumbre necesitada y lúdica: Bien quisiera yo, si posible fuera, sacarla de la imaginación donde la tengo fija y pintárosla con palabras y ponerla delante de la vista, para que comprendiéndola viérades la mucha razón que tengo de alabárosla; pero esta es carga de otro ingenio no estrecho como el mío. El lugar, la peña, la imagen, los milagros, la infinita gente que de cerca y de lejos, el solemne día que he dicho, la hacen famosa en el mundo y célebre en España, sobre cuantos lugares las más extendidas memorias se conservan (Los trabajos de Persiles y Segismunda Libro III1-cap. VI).

La capacidad de obrar milagros está en la base de ampliación de su territorio de gracia; pero esta explicación no es suficiente. Es digno de observar que los milagros originarios no están ligados al beneficio de personas sino que constituyen demostraciones per se del poder de la imagen para trasladarse de un lugar a otro, emitir luces o destellos, mantener la lamparilla del altar sin necesidad de renovar el aceite, etc. La imagen se manifiesta con prodigios que no favorecen a nadie salvo a ella misma; en otros casos es su propia conservación, porque permanece enterrada o metida en agua sin deterioro lo que constituye en si mismo el fenómeno sobrenatural. Para que se el paso del ámbito devocional local o vecinal al comarcal o regional se necesita como causa necesaria, la capacidad de obrar milagros, que en principio comparten todas las imágenes. Sin milagros no hay posibilidad de crear devoción. El milagro crea el santuario. En otras palabras las ermitas cuya titular comienza a obrar milagros y a alcanzar notoriedad pasan a ser reconocidos como santuarios; posteriormente, surge o se crea la leyenda de origen o aparición. Esta capacidad necesita ser difundida y para ello han de contribuir algunos de los siguientes factores: la situación estratégicamente en vías de comunicación muy frecuentadas, caso del santuario de la Cabeza que unía desde la antigüedad el Guadalquivir con las minas de Almadén y Castilla, el del Rocío que unía el Algarbe y Huelva con Sanlúcar de Barrameda, Jerez y la bahía de Cádiz o el de Guaditoca (Guadalcanal, Sevilla) que enlazaba por camino arriero Extremadura con Andalucía y la tutela de alguna orden religiosa; los frailes a través de las misiones populares 9

y las predicaciones en sus conventos y fuera de ellos, y de la difusión de los libros de milagros, se convirtieron en los mejores propagandistas de la capacidad milagrosa de las imágenes. La salida de las órdenes provocó en no pocos casos la paulatina disminución del área devocional. Hacer público el poder sobrenatural. En las ermitas y santuarios, las aguas de fuentes y pozos próximos constituyen un elemento indispensable, no solo para saciar la sed, sino sobre todo por sus efectos curativos. Y no creemos tanto en las cualidades salutíferas de las aguas por ser medicinales, que pueden tenerlas, )que agua limpia no es saludable?, sino en la capacidad sagrada de curar por conformar el complejo que forman santuario, imagen, camino, entorno geográfico y por supuesto manantiales. En otras palabras, las aguas medicinales son, creemos, una racionalización a posteriori de las aguas sagradas. Los lugares que la toponimia recoge como aguasanta y fuensanta, que corresponden generalmente a otras tantas ermitas y advocaciones de la Virgen atestiguan estos poderes curativos. 4. Promesas y exvotos En numerosas ocasiones me he ocupado esta problemática, a los que remito al lector5. Hemos de empezar este apartado recordando que en algunos lugares de España y América a los exvotos se les conoce con el término de milagros y más frecuentemente con el de milagritos, dada la tendencia al uso del diminutivo en algunas regiones españolas y países americanos. Los numerosos objetos que cuelgan de las paredes de los santuarios, dando cuenta de los favores recibidos o de los que se espera obtener en el futuro, son también una buena muestra de ello. Se trata de textos, pinturas, réplicas de órganos corporales, y un sinfín de objetos de la más diversa índole, traídos al lugar para cumplir el compromiso contraído por el devoto con la imagen, para agradecer el beneficio recibido o para propiciar nuevos favores. En el primer caso, es la culminación de un voto o promesa, hecho por una necesidad perentoria en relación con la salud u otra circunstancia inesperada, o de consecuencias imprevisibles, ante una imagen a la que se prometió hacerle una ofrenda o penitencia si ésta impedía lo irremediable o mejoraba la situación considerada irreversible. Si la imagen cumple, a juicio del devoto, éste se ve obligado a satisfacer su compromiso realizando una ofrenda pecuniaria, una penitencia física o cualquier otra forma de compensación. Promesa y milagros --voto y exvoto-- testimonian la reciprocidad de dones entre 5 Exvotos de Andalucía. Milagros y promesas en la religiosidad popular. Ediciones Argantonio. (En colab. con José M. Vázquez Soto). Sevilla, 1980; ALa curación milagrosa. Enseñanza de los exvotos de Andalucía. Ethnica. Revista de Antropología, núm. 18: 125-137. Barcelona, 1982; Los exvotos de la Virgen de los Remedios de Olvera. Revista de Olvera: 1-3. Olvera, 1983; Exvotos de Andalucía. Perspectivas antropológicas. Gazeta de Antropología, 4: 4-8. Granada, 1985; Formas de la religiosidad popular: El exvoto. Su valor histórico y etnográfico. En La Religiosidad Popular, (Álvarez, Buxó y Rodríguez Becerra, coords.), I: 123-134. Anthropos-Fundación Machado. Barcelona, 1989; Exvotos del Cristo del Humilladero de Azuaga (Badajoz). En Antropología cultural en Extremadura (J. Marcos Arévalo y S. Rodríguez Becerra, coords.), 123-136. Asamblea de Extremadura-Editora Regional de Extremadura. Mérida, 1989; La Virgen de Gracia y Carmona: relaciones entre patrona y comunidad. En La Virgen de Gracia de Carmona. (J.M. Carmona, ed.), 1-16. Carmona, 1990; Análisis de las relaciones entre una comunidad y su patrona: La Virgen de los Santos de Alcalá de los Gazules (Cádiz). En Anuario Etnológico de Andalucía (198890), 271-277. Consejería de Cultura y Medio Ambiente. Sevilla, 1991; De ermita a santuario. Reflexiones a partir de algunos casos de Andalucía. En Romarías e Peregrinacions (Fraguas, Fidalgo y González Rebordeo, coords.), 111119. Consell da Cultura Galega. Santiago, 1995; Santuarios y milagros en la religiosidad de Andalucía. Demófilo, 16: 47-57. Fundación Machado. Sevilla, 1995; Enfermedades humanas con tratamiento divino. La curación mágicoreligiosa en Andalucía. En Creer y curar: La medicina popular (González Alcantud y Rodríguez Becerra, eds.), 529544. Diputación de Granada, 1996.

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lo humano y lo divino, porque en última instancia, toda promesa cumplida es un milagro realizado (Frota, 1981: 17). Cuando la promesa supone la ofrenda de un objeto relacionado con las personas y circunstancias en que se ha participado positivamente el ser sagrado y se deposita en el santuario, estamos ante un exvoto. Exvoto es aquel objeto ofrecido con carácter público a los seres sobrenaturales en respuesta a un favor recibido y cuya donación había sido prometida anteriormente. Éste cumple la función de dar testimonio público de la capacidad de obrar milagros de la imagen. Una buena muestra de la actuación positiva de las imágenes es que ostentan como adjetivo calificativo de milagrosas, uniéndolo de forma tal que llega a ser una denominación sustantiva. Cada vez que se nombra a determinadas imágenes se las cita con el apelativo de milagrosa. La naturaleza de las promesas es tan variada que es difícil someterlas a una tipología, máxime cuando suele reservarse a la intimidad o confiarse a un reducido número de personas, y que, además, cada individuo formula libremente, a sabiendas que no va a ser conocida y en relación a lo que considera valioso y satisfactorio en proporción equivalente a la necesidad sentida. A pesar de ello, hay formas estandarizadas de promesas penitenciales, tales como la de acudir caminando al santuario o hacer descalzo y/o de rodillas parte del itinerario. Las ofrendas pecuniarias, de velas u oraciones, se encuentran entre las más frecuentes promesas. Las fuertes circunstancias emocionales que crean los acontecimientos, provocan, a veces, promesas que en la práctica son difíciles o imposibles de cumplir, siendo necesario conmutarlas por otras más realizables; la Iglesia se ha erigido históricamente en la única autoridad capaz de convalidarlas. En circunstancias adversas, un individuo o grupos de ellos prometen algo a una imagen de su devoción a cambio de la obtención de un favor concreto. Se organiza una estructura de relaciones entre el oferente y la figura del mediador (cristos, vírgenes, santos o patronos). El milagro es el medio de comunicación entre lo natural-humano y lo sobrenatural-divino. La promesa en forma de exvoto puede asumirse como un vehículo de intercambio. La promesa específicamente la penitencia, representa el sacrificio del individuo, que la ofrece a cambio de la gracia. El exvoto, así, es el tipo de promesa que se entrega en compensación por el bien recibido. La secuencia se establece del siguiente modo: Prometer-Recibir-Dar. El modelo do ut es, traducido literalmente por te doy para que me des, subyace en toda la relación. Esta relación entre aliados, la del hombre con la divinidad, es asimétrica, pues ésta posee un estatus superior que deriva de su capacidad de conceder la gracia, el don, los favores. El exvoto puede ser cualquier objeto ofrecido como resultado de una promesa llevada a feliz término, aunque existe cierta tendencia a estandarizarlas. Otras formas de relación que establecen los hombres con los seres sobrenaturales lo constituyen los actos propiciatorios, petitorios--sin condicionamientos inmediatos como es la oración--, laudatorios y de agradecimiento, de desagravio y ofrendatarios. El exvoto crea vínculos y relaciones con la divinidad. Y refleja también la dependencia del hombre, especialmente en períodos de crisis, respecto a los seres sobrenaturales. La promesa, condicionada, significa la satisfacción de un compromiso que establece, en términos simbólicos, deberes recíprocos a cambio de servicios mutuos. En cualquier caso, la enfermedad, el accidente e incluso las adversidades de la naturaleza son interpretados en términos creenciales. La salud, epíteto por antonomasia de la divinidad en el discurso popular sobre la enfermedad, se busca en Andalucía mediante la piedad a determinadas imágenes, principalmente de la Virgen y en segundo término de algunos cristos y en determinados santos y santas sanadores (S. Blas, S. Sebastián, Santa Lucía, Santa Marina, San Ramón Nonato...). El potencial poder benéfico y milagroso que la tradición atribuye a ciertas imágenes, les otorga por su supuesta facultad de incidir en la salud el rol de intercesoras en el contexto levistraussiano de la eficacia simbólica. 11

El fenómeno votivo está documentado en diversas culturas, extinguidas y contemporáneas, desde la más remota antigüedad. El origen de los exvotos, sin embargo, no debe adscribirse a una cultura específica, ni a culto o religión precisa, habida cuenta que la práctica de ofrecer exvotos se pierde en los inicios mismos de la humanidad. Y aunque por la arqueología conocemos importantes colecciones de exvotos ibéricos y procedentes del mundo grecolatino, hablar hoy de exvotos no supone necesariamente remontarse tan atrás en el tiempo. En la actualidad, y en determinados santuarios y ermitas, constatamos con plena vigencia la costumbre de ofrecer exvotos. Lo que están cambiando son las formas materiales, y no tanto el significado social y religioso de los mismos. Lo que hasta principios de siglo fueron tablas votivas, en la actualidad se han convertido en dibujos, colecciones de textos y de fotografías. Los simbólicos por su parte, los que más se ofrecen en nuestros días, se están limitando a objetos personales y aparatos ortopédicos. Las ofrendas tienen lugar todo el año y con mayor énfasis durante las fiestas anuales. Esta forma de ofrendas y en consonancia con lo que ocurre en otros países de nuestro entorno cultural, está experimentando una significativa transformación formal. Según las modalidades de exvotos, estos pueden agruparse en narrativos que incluye los pictóricos y los textos, y simbólicos que abarca a todos los demás. Los exvotos pictóricos pueden clasificarse asimismo en individuales--la mayoría--, colectivos y múltiples (Rodríguez Becerra, 1980 y 1982). Los colectivos son el resultado de una necesidad sentida por toda una comunidad y habitualmente es el propio cabildo o institución comunitaria quien hace la ofrenda. En los exvotos pictóricos se da una ordenación del espacio que es jerárquica: En el plano superior aparece en lugar preferente y entre nimbos la imagen devocional, en el central se describe gráficamente el suceso milagroso y en el inferior, se coloca la fecha y el texto descriptivoexplicativo (Rodríguez Becerra, 1989). En la categoría de los simbólicos comprendemos los objetos personales, las réplicas en cera y otros materiales de partes del cuerpo humano relacionadas con la dolencia o la enfermedad, prótesis, piezas dentarias, trenzas, coletas, y acaso también prendas y trajes ceremoniales, etc. Los motivos y las circunstancias que impulsan a los fieles a formular la promesa son diversos: fundamentalmente la enfermedad, pero también los accidentes, las catástrofes naturales, las adversidades económicas, los ritos de paso del ciclo vital y los cambios de estatus, los fenómenos socioculturales como la guerra, el terrorismo, el servicio militar, la emigración, etc. Es decir, los sucesos que afectan de manera individual o colectiva. Las salas de los milagros, lugar donde se exponen los exvotos, es una visita obligada. Con este motivo las familias tienen ocasión de ver, leer, comentar y tratar de explicarse las razones de los objetos y textos que cuelgan de las paredes. Estas visiones quedan muy grabadas por cuanto a la curiosidad se une el rechazo que éstos provocan, lo que permite que el mensaje cale más hondo. Los exvotos ofrecidos a la imagen son una muestra de los múltiples favores que los devotos han recibido de ella, consecuentemente el visitante ocasional deducirá que ante una situación de necesidad también podrá acudir en su ayuda, convirtiéndose de esta forma en un nuevo devoto. Las velas, cirios y lampadarios juegan un papel similar, aunque su mensaje es más inespecífico. La transmisión boca a boca, las estampas y grabados juegan un papel decisivo en difusión de devociones.

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