El Material Malacológico De Pezuapan, Guerrero

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Descripción

DOMINGO 11 DE MAYO DE 2008

No. 311

El Material Malacológico De Pezuapan, Guerrero ◆ Arqlgo. Hervé Victor Monterrosa Desruelles, Arqlga. Reyna Beatríz Solís Ciriaco ◆

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l sitio arqueológico de Pezuapan se localiza dentro de la actual ciudad de Chilpancingo, Guerrero. Desafortunadamente, debido a la urbanización de la ciudad, queda muy poco de este asentamiento, el cual está rodeado de calles y casas habitación. Destaca la estructura principal que consiste en un basamento piramidal cuyas dimensiones son de aproximadamente 50 m de lado y conformada por tres cuerpos superpuestos y cuartos adosados correspondientes a etapas constructivas distintas. Por sus características se considera que esta estructura fue un palacio en el cual vivía el grupo gobernante de dicho asentamiento. La ocupación más significativa corresponde al periodo Epiclásico (650-950 d.C.) y al Posclásico Tardío (950-1150 d.C.) (Pérez, 2005; Pérez y Monterrosa, 2006; Pérez, Monterrosa y Pineda, 2006), según la identificación de los materiales cerámi-

Objetos de concha de Pezuapan.

cos en los cuales destacan figurillas de estilo tolteca para la segunda época. Así mismo, de estos materiales también destaca el hallazgo de conchas de diversas especies durante la temporada de excavación y rescate del sitio correspondiente al año 2007. Fueron recuperados 146 moluscos, los cuales pertenecen a la clase Pelecypoda (ostras y almejas), Gasteropoda (caracoles), Polyplacophora (quitones o cucarachas de mar), (Keen, 1971:13; Velázquez, 1999:13). De éstos, el 70% del total procede a la Provincia Malacológica Panámica, que comprende desde el sur del Golfo de California hasta Tumbes en el norte de Perú (Keen, 1971); el 26% corresponde a lagunas costeras posiblemente del Pacífico (Valentín, 2007: comunicación personal) y finalmente el 4% es de hábitat terrestre. Son pocos los ejemplares de concha que presentaron una modificación cultural reflejada en objetos terminados o evidencias

de producción, pues la mayoría de los moluscos recuperados no presentan modificación cultural. Las especies más frecuentes en la colección son: Pinctada mazatlanica, Chama echinata, Spondylus calcifer, Muricanthus princeps, Astrea olivacea, Chiton senticularis, Strombus gracilior y diversas especies de Ostrea. Respecto a las evidencias de producción, únicamente se identificaron 16 fragmentos de valvas de Pinctada mazatlanica a las cuales se les suprimió la capa externa, posiblemente mediante desgaste con alguna herramienta lítica (una laja o metate). Dentro de la categoría de objetos terminados, tenemos únicamente 4 pendientes, dos automorfos, es decir, que conservan la forma natural del espécimen biológico con el cual se manufacturaron (Suárez, 1977:31, Velázquez, 1999); estos son de las especies Conus y Turritella; y dos xenomorfos, ya que su figura es diferente a la de la concha

de la que se obtuvieron (Ibid:21), para estos se utilizaron valvas de Pinctada mazatlanica y finalmente una cuenta de esta misma especie (Figura 1). La mayor parte del material malacológico encontrado procede de los espacios o cuarterías adosadas a la fachada este, correspondiente a la parte intermedia del basamento piramidal (Figura 2). Sin embargo, también fueron recuperados objetos en los cuartos ubicados en el tercer nivel de la estructura (parte superior del basamento) y en los diferentes rellenos constructivos (Figura 3). Dichos cuartos pudieron servir como habitaciones de elite, los cuales se caracterizan por ser estancias de grandes dimensiones (4 m de lado aproximadamente, aunque hay algunos más pequeños) y muros adosados, algunos están hechos con bloques de lodo, otros con bloques de caliza y andesita unidos y aplanados con estuco y lodo. Todos los cuartos poseen piso de estuco, los cuales debido a la sobre posición de los mismos nos hace pensar en un continuo mantenimiento de los mismos. El material malacológico de Pezuapan aparece en contextos de acceso restringido, lo que no es de sorprenderse, ya que desde épocas muy tempranas, para los habitantes del México Antiguo el material de concha era considerado sagrado, por estar vinculado al agua y al inframundo. También su origen exótico y su difícil obtención fomentaron el empleo de éste como símbolo para justificar y mantener una posición de alta jerarquía. Si bien es cierto y como lo hemos señalado, que la cantidad de los objetos terminados encontrados dentro del sitio es mínima, resulta interesante la gran cantidad de especies sin modificación alguna dentro del sitio. Esto nos hace considerar la gran inversión llevada a cabo para obtener dichos moluscos y transportarlos al sitio; ya que si en Pezuapan se consumían en bajas cantidades estos objetos, era más práctico conseguirlos ya elaborados (Emiliano Melgar, 2008: comunicación personal). Uno de los objetivos de este análisis es tratar de definir las herramientas empleadas para la manufactura de estos objetos. Ello A página 3

II

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Actividades domesticas de una familia prehispánica de Tepoztlan ◆ G. Manuel Barragán Dorantes ◆

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l área que ocupa el actual pueblo de Tepoztlán ha estado habitada desde época prehispánica a la fecha, esto debido a que geográficamente es un punto estratégico. El acceso relativamente fácil hacia otras regiones, un clima templado y lo fértil de sus tierras hicieron que la gente difícilmente quisiera moverse del lugar. Esta ocupación continua en el asentamiento dio lugar a que bajo el pueblo actual se encuentren enterrados los restos de lo que fue la antigua ciudad de época prehispánica y que fuera cabecera del antiguo señorío de filiación Xochimilca del periodo posclásico (1200 – 1534 a. C.). Esta antigua ciudad, que se extendía sobre las faldas del lado Sur de la sierra del Tepozteco consistía de amplias terrazas escalonadas sobre las cuales se construyeron edificios de carácter cívico – religioso alrededor de patios y plazas, así como unidades habitacionales y sobre una de las cimas de la sierra se construyó el principal templo del señorío en el cual residía el dios protector de la población, el templo del Tepozteco. La investigación arqueológica de este asentamiento prehispánico, en estas circunstancias es complicada. La mayor parte de los restos materiales que interesan para las investigaciones ya han sido destruidos ó bien, se encuentran por debajo de construcciones actuales que hacen casi imposible el poder rescatar la información. No obstante existen pequeñas áreas que, si bien ya han sido tocadas por la modernidad, aún brindan la oportunidad de recuperar información valiosa (aunque segmentada) sobre aspectos socio – culturales de la población prehispánica. Un ejemplo de ello fue el rescate arqueológico efectuado en el año 2006 en un predio ubicado en la calle de Rinconada # 13

en el paraje conocido como Temamatlac, del barrio de Sto. Domingo y que se encuentra dentro de la poligonal de la zona arqueológica del Tepozteco. Dicho rescate se realizó como parte del proyecto REGISTRO, CONSERVACIÓN Y RESCATE DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO DEL ESTADO DE MORELOS que es dirigido por la arqueóloga Giselle Canto Aguilar del Centro INAH Morelos. El rescate arqueológico se realizó como medida para recuperar los vestigios arqueológicos que aún estuvieran ocultos bajo el suelo del predio y evitar su perdida, ya que existen planes, por parte del dueño, de construir varias cabañas en el lugar. Un importante porcentaje del área total del predio presentaba alteraciones causadas por la construcción de un tanque de almacenamiento de agua y una casa edificada en parte con ladrillos de adobe hechos con arcilla extraída del predio. Estos factores redujeron el área a excavar, además de causar la destrucción parcial de los contextos arqueológicos. La exploración arqueológica del predio en efecto constató el alto grado de destrucción en el que se encontraban los vestigios, no obstante se obtuvo información importante. Las excavaciones permitieron conocer que la ocupación corresponde al periodo posclásico, además, dejaron al descubierto elementos arquitectónicos consistentes en fragmentos de muros, que al encontrarse asociados a hornos, fogones y basureros, fue posible interpretarlos como muros de casas habitación que nos indican que el área explorada tuvo funciones habitacionales y en el cual quedaron evidencias de las actividades domésticas. Estos datos permiten hacer varias propuestas sobre la vida doméstica de los habitan-

"Efigies del Odre Calato" Exposición pictórica de Lenin Rojo En el Museo Regional Cuauhnáhuac (Palacio de Cortés) Hasta el 25 de mayo

tes del señorío de Tepoztlán. En total se encontraron los restos de 7 casas las cuales se localizaron a diferentes profundidades, lo que nos habla de que no todas las casas estuvieron en función al mismo tiempo, periódicamente se fueron haciendo modificaciones tanto a las mismas casas como al terreno, lo que implicó la colocación de tierra como rellenos causando que el nivel del suelo se fuera elevando con cada modificación, de tal manera que los restos de las primeras construcciones fueron quedando enterrados. Las unidades habitacionales como las encontradas en este predio de Tepoztlán comúnmente estuvieron ocupadas por una familia extensa, en la medida en que dicha familia crecía, iba siendo necesario modificar la casa y adaptarla al continuo crecimiento de sus miembros. Especialistas sobre la vida social y económica del periodo postclásico, mencionan que la residencia de varias personas en un mismo espacio doméstico, como es el caso de una familia extensa, no sólo obedece a cuestiones de parentesco, también la profesión o el oficio que desempeñaron los habitantes de este tipo de unidades domésticas es un elemento que brindaba identidad y pertenencia a un sector específico de la sociedad. Al respecto fue de mucho interés el hallazgo de dos basureros, asociados a una de las casas, que contenían deshechos producidos por actividades específicas. En uno de ellos se encontró casi exclusivamente fragmentos de machacadores de piedra que probablemente fueron utilizados en la preparación de papel amate. Se sabe que en época prehispánica la producción de papel amate era una de las actividad principales de los pobladores de Tepoztlán. El segundo de los basureros contenía grandes cantidades de obsidiana, lo importante de este hallazgo fue ver que entre los deshechos se encontró la evidencia de todo el proceso de fabricación de los artefactos de obsidiana, principalmente navajillas prismáticas. En este basurero se encontraron fragmentos de navajas prismáticas, raspadores, lascas de descortesamiento, pequeños fragmentos que eran el desperdicio producido durante la elaboración de los artefactos, así como varios núcleos de obsidiana agotados, es decir que de él ya no se podía obtener más utensilios. Lo anterior nos indicaron dos cosas, la primera, que los implementos de obsidiana no estaban llegando a Tepoztlán ya terminados, si no que estaban importando la obsidiana como materia prima y era en tepoztlán en donde se fabricaban las navajillas prismáticas principalmente, y otros utensilios. La segunda cuestión era que había una

serie de artesanos dedicados al trabajo de la obsidiana. En este caso la familia que habitó en el área excavada también estuvo dedicada al trabajo de la obsidiana. La cantidad que se encontró de este material era abundante, lo que hace pensar que la producción de utensilios de obsidiana no era exclusivamente para el consumo de la propia familia, sino también para el comercio e intercambio con el resto de la población. La obsidiana encontrada en estos basureros provenía del yacimiento de Sierra de las Navajas en Hidalgo, probablemente esta materia prima era adquirida por los tepoztecas a través del comercio con el señorío de Xochimilco, quien a su vez la pudo haber adquirido mediante el comercio con la triple alianza. Investigaciones recientes de especialistas proponen que La triple alianza, principalmente Texcoco y Tenochtitlan, mantenían directamente el control de la extracción de la obsidiana en los yacimientos de Sierra de las navajas, utilizando la fuerza de trabajo de las principales poblaciones cercanas a dichos yacimientos, principalmente de los asentamientos prehispánicos de Cempoala y Epazoyuca. Por otro lado, es posible que comerciantes originarios de los asentamientos cercanos a la Sierra de las Navajas acudían a los mercados de las ciudades que conformaron la triple alianza (Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan) para comerciar por su cuenta con esta materia. Así la obsidiana tenía dos medios para su distribución, por un lado los pochtecas, que eran los comerciantes al servicio del imperio, y por otro, los comerciantes «independientes» que provenían de las regiones de extracción de la obsidiana. Si bien los vestigios arqueológicos registrados durante la excavación estaban en un alto grado de destrucción, en especial los muros de las casas habitación, fueron los basureros ya mencionados y un horno excavado sobre el suelo, lo que nos permitieron obtener información sobre las diferentes actividades a las que se dedicaban los miembros de la familia extensa que habito este punto de Tepoztlán en época prehispánica. Por pequeños que sean los hallazgos de este tipo nos brindan la oportunidad de registrar contextos arqueológicos que están a punto de desaparecer y que aporta importantes elementos para el estudio de la vida cotidiana de la gente común. La problemática a la que se enfrenta la investigación arqueológica en Tepoztlán es difícil de eludir, debido a las circunstancias ya mencionadas al principio de este artículo, sin embargo ocasionalmente se presentan estas pequeñas oportunidades para poder obtener un fragmento de la vida social de los pobladores de época prehispánica, y así, a manera de rompecabezas, ir elaborando la historia de este pueblo.

NOTA ◆ El contenido de

los artículos que se publican es responsabilidad de sus autores

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El Material... se logrará mediante la arqueología experimental y el análisis de las diversas modificaciones presentes en el material con Microscopía Electrónica de Barrido. Mediante esta técnica será posible reconstruir el proceso productivo de las piezas y podremos definir si fueron elaboradas en un mismo taller o en distintos, dependiendo de la estandarización o diversidad en procesos y herramientas (Velázquez 2004). Esperamos que la difusión de estas investigaciones promueva al público en general el conocimiento acerca de los trabajos de exploración llevados a cabo por parte del Centro INAH-Guerrero en el sitio de Pezuapan (INDECO) y de la riqueza cultural de Chilpancingo para que las personas se den un tiempo para conocer la región. Así mismo pretendemos aportar datos acerca de la función del asentamiento y de las actividades llevadas a cabo en él, así como de la organización social, política, económica y religiosa de sus habitantes.

1

México, BAR International Series 364, Great Britain. PÉREZ NEGRETE, Miguel, 2005

Proyecto de Investigación y Conservación de

la Zona Arqueológica de INDECO, proyecto presentado ante el consejo de arqueología, México, 45 pp. PÉREZ NEGRETE, Miguel y Hervé Monterrosa Desruelles, 2006

del área de Antropología, I.N.A.H., México, AgostoSeptiembre, Núm. 87, p. 84-87, 156 pp. ruelles y Edgar Pineda Santa Cruz, 2006

Zona arqueológica Pezuapan. Colonia Uni-

dad Guerrerense (INDECO), Chilpancingo, Guerrero, Centro INAH-Guerrero, tríptico de divulgación. SUÁREZ DIEZ, Lourdes 1977

Tipología de los objetos prehispánicos de

VELÁZQUEZ CASTRO, Adrián 1999

Tipología de los objetos de concha del Tem-

plo Mayor de Tenochtitlan, INAH, México (Colección 2004

Técnicas de manufactura de los objetos de

ción especializada de los objetos de concha del templo mayor de Tenochtitlan, Tesis doctoral de Antropología,

KOLB, Charles C,

UNAM, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de In-

1987

vestigaciones Antropológicas, México.

Figura 3. Rellenos constructivos.

CORRE Y SE VA «EL JUGUETE POPULAR»

concha, México, INAH (Colección Científica no. 54).

1971

Marine Shell Trade an Classic Teotihuacan,

La muestra:

PÉREZ NEGRETE, Miguel, Hervé Monterrosa Des-

concha del Templo Mayor de Tenochtitlan, La produc-

Sea shells of tropical West America, Stan-

Invitan a

Diario de Campo, Boletín Interno de los Investigadores

KEEN, Myra A, ford University Press, Stanford.

En coordinación con la Supervisión 30 de preescolar de Cuautla

«Trabajos recientes en la zona arqueológica

de Pezuapan (INDECO), Chilpancingo, Guerrero», en

Científica no. 392). Bibliografía

El Centro INAH Morelos Y El Museo Histórico del Oriente “Casa Morelos”

Muestra del juguete popular de Morelos Desde la época prehispánica hasta nuestros días Colección de más de 200 piezas

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PATRIMONIO CULTURAL EN IMAGENES

Exterior de una casa vieja, Hueyapan, Morelos. Miguel Morayta, Mayo 2007

Danzando en la gracia del Tepozteco, Tepoztlán, Morelos. Ma. Elizabeth Hernández Vázquez 2000

Chinelos en pleno baile. Cocoyoc, Morelos. Elizabeth Hernández Vázquez 2008 Director General INAH: Alfonso de María y Campos Castelló. Coordinador Nacional de Difusión INAH: Benito Adolfo Taibo Mahojo. Director Centro INAH Morelos: Eduardo López Calzada Subdirector Técnico Centro INAH Morelos: Eduardo Sigler Islas

Los novios, “su gente” y la caja, Tula del Río, Guerrero. Adriana Saldaña Ramírez Consejo Editorial: Ricardo Melgar Bao, Lizandra Patricia Salazar Goroztieta, Jesús Monjarás-Ruiz, Luis Miguel Morayta Mendoza y Bárbara Konieczna Zawadzka Coordinación: Vianey C. Arroyo Formación: Arturo Mendoza Vázquez Matamoros 14, Acapantzingo. Correo electrónico: [email protected]

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