El “Manifiesto de Cochabamba” – algunas consideraciones

June 29, 2017 | Autor: Matthias Strecker | Categoría: Arte Rupestre, Conservación
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Descripción

Matthias Strecker, Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de Bolivia (SIARB) – octubre de 2015
El "Manifiesto de Cochabamba" – algunas consideraciones
Nota: Este texto es a nivel personal, no constituye una declaración oficial de la SIARB.
Antecedentes

En septiembre del 2014 se realizó en la ciudad de Cochabamba, Bolivia, el "Primer Congreso Internacional de Arte Rupestre y Etnografía", organizado por la Asociación de Estudios del Arte Rupestre de Cochabamba (AEARC) y la Asociación Peruana de Arte Rupestre (APAR), participaron algunos pocos investigadores de Bolivia, Perú, Brasil y Australia.

Algunos participantes de este encuentro redactaron un texto sobre protección del arte rupestre y políticas de desarrollo en los países de Sudamérica, que fue enviado a diferentes instituciones sudamericanas con la solicitud de firmarlo.

Posteriormente, Robert Bednarik, coordinador de IFRAO, publicó el Manifiesto en idioma inglés en el boletín de la asociación australiana de arte rupestre, AURA Newsletter (2015), con prefacio de Gori Tumi Echevarría López (APAR - Perú) y Raoni Valle (ABAR - Brasil), y nuevamente – sin Prefacio – en la revista Rock Art Research, Vol. 32 (2015), Nº 2.

Según esta última publicación, el Manifiesto es apoyado por AEARC, APAR, ABAR, GIPRI (Colombia), ANAR (Venezuela), CIAR-SAA (Argentina) e IFRAO (Federación Internacional de Organizaciones de Arte Rupestre, en realidad solo en la persona de Robert Bednarik, ya que no se consensuó con otros miembros de IFRAO). Sin embargo, la Dra. Mara Basile, Tesorera de la Sociedad Argentina de Antropología (SAA) ha expresado que el CIAR-SAA decidió no avalar este documento.

En una reunión de representantes de organizaciones miembros de IFRAO en el Congreso de Cáceres, España, septiembre de 2015, se pretendió que el manifiesto habría sido redactado por 6 organizaciones, lo que no es correcto, ya que se envió un texto ya redactado a diversas asociaciones para que se adhieran. No hubo ninguna concertación.

Analizando el documento, la Directiva de la Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de Bolivia (SIARB) decidió no firmarlo. Personalmente, a mí me parece que este documento es demasiado superficial y no considera los factores de protección y conservación de los sitios de arte rupestre en Sudamérica, los diversos actores en este campo y los complejos procesos que ponen en peligro este patrimonio cultural. Ver abajo: Evaluación.

El contenido del "Manifiesto de Cochabamba"

Se refiere a la destrucción de ecosistemas.
El desarrollo económico afecta la vida y cultura tradicional de los indígenas.
Los sitios de arte rupestre son parte de la herencia cultural indígena; son afectados por proyectos de desarrollo.
Se debe mejorar la protección legal del arte rupestre; "ni una sola proposición ha sido hecha en Sudamérica" para este fin, existen contradicciones entre disposiciones políticas y leyes constitucionales; no se realizó "consulta a las comunidades indígenas".
Los autores se refieren a algunas declaraciones internacionales de protección del medio ambiente, como el Protocolo de Kyoto de 1997.
Muchos sitios con arte rupestre han sido recientemente destruidos por "hidroeléctricas, proyectos mineros y otras actividades extractivas e industriales" (ejemplos de la Amazonia brasileña, Toro Muerto y Santo Domingo en Perú, El Mauro en Chile).
AEARC, APAR e IFRAO expresan su alarma frente a estos acontecimientos.
Asimismo expresan su apoyo a la lucha de las sociedades indígenas.

Evaluación

Por supuesto, el tema de conservación, protección y administración de sitios de arte rupestre sudamericano ha sido analizado y discutido en varias reuniones científicas en los últimos 20 años; existen políticas (en parte fracasadas), proyectos, etc. en diversos países – un buen ejemplo es el programa realizado por INAPL en la Argentina; contamos con una cantidad de publicaciones al respecto. Este documento no considera estos antecedentes.

Analizando el documento y la problemática de protección del arte rupestre sudamericano, puedo constatar:

Falta una reflexión sobre la naturaleza de los sitios de arte rupestre y sus valores.

En vez de referirse a declaraciones internacionales de protección del medio ambiente, los autores podrían haber mencionado las tantas declaraciones internacionales sobre el patrimonio cultural, por ejemplo la Declaración de Florencia sobre Patrimonio y Paisajes como Valores Humanos (2014).

Existen legislaciones nacionales sobre el patrimonio cultural que sí toman en cuenta sitios de arte rupestre. No es tanto la falta de legislación, sino la falta de apoyo general para programas de desarrollo económico-social que incluyan investigación científica, preservación del patrimonio cultural, proyectos interdisciplinarios de arte rupestre, administración efectiva de los sitios, programas de educación sobre patrimonio cultural, etc.

Existen fuertes presiones a los sitios de arte rupestre por el turismo descontrolado, por agencias de turismo que no colaboran con comunidades, saben nada o poco del valor de los sitios de arte rupestre y de los códigos para visitantes de sitios arqueológicos. Los autores del documento ignoran este factor.

Todos los investigadores de arte rupestre y, sobre todo, los que estamos trabajando en proyectos de conservación y puesta en valor (protección y administración) de los sitios de arte rupestre, estamos conscientes de la importancia de los sitios como patrimonio nacional e universal. Estos sitios no solamente pertenecen a la población indígena.

Por supuesto, también estamos conscientes de la importancia de las comunidades indígenas como "custodios tradicionales" de los sitios.

Por otro lado estamos conscientes de procedimientos internacionales para proyectos de arte rupestre – ignorados por los autores de este documento. Por ejemplo, en una publicación reciente del Getty Conservation Institute (2015), se explican los principios de la conservación del arte rupestre, basados en cuatro pilares: 1- Conciencia pública y política de la importancia de los sitios (medidas: campañas de educación a través de talleres de capacitación, estrategias de comunicación y colaboración con diversos sectores de la población). 2- Administración efectiva. 3- Medidas de conservación física y cultural. 4- Participación de las comunidades y beneficios. Estos proyectos deberían estar a cargo de expertos en arqueología, conservación del arte rupestre, administración, campañas de concientización y educación, capacitación de guías, etc., cuyo trabajo debería ser consensuado con varios sectores de la población, respaldado por la comunidad local y la administración pública responsable.

Esto no es nada nuevo, tenemos excelentes ejemplos de Australia, Norteamérica, Península Ibérica, Argentina, Brasil (Piauí), en cierta manera también Bolivia donde la SIARB por 30 años ha tratado de armar proyectos de parques arqueológicos con arte rupestre.

También tenemos abrumantes ejemplos de fracasos de protección de sitios de arte rupestre de parte de los organismos estatales, regionales o locales, en diversos países sudamericanos como Perú y Bolivia. Ver, por ejemplo, las publicaciones de la SIARB sobre caminos que destruyen sitios (Boletín 26, 2012) y sobre infraestructura en sitios de arte rupestre (Boletín Nº 28, 2014).

Los autores del Manifiesto de Cochabamba mencionan Toro Muerto en Arequipa/Perú y atribuyen su destrucción a la actividad de un proyecto agroindustrial; parecen desconocer la realidad, la mala administración de este sitio inmenso, la falta de control de los visitantes, etc.


La Paz, 1 de octubre de 2015 Matthias Strecker

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