EL LIDERAZGO MASCULINO A LA LUZ DE LA CREACIÓN

Introducción Tradicionalmente, el rol de la mujer en la iglesia ha sido de apoyo y de servicio. Sin embargo, recientemente, las diferencias de género se han convertido en abstractos relativos, confundiendo el rol femenino. Las raíces de tal error son el pensamiento antropocéntrico y social, herencia del Modernismo y Postmodernismo. El pensamiento moderno desplazó a Dios como fuente de la verdad; el Postmodernismo intercambió objetividad por subjetividad y absolutismo por relativismo. El Racionalismo igualó la verdad a la razón; el Pragmatismo declaró que el fin justifica los medios y éstas fueron las aguas turbulentas en las que se forjó el Feminismo. A la hora de determinar el rol de la mujer se debe partir de la verdad objetiva de las Escrituras las cuales determinan las pautas divinas para el ministerio femenino en la iglesia. El tema del rol de la mujer no es una mera discrepancia interpretativa. Lo que está en juego es la autoridad de la palabra de Dios. Si con el fin de adaptarse a la cultura postmoderna, la iglesia transige lo que Dios enseña ¿qué garantiza que no se altere el Evangelio para complacer a una sociedad que ve el mensaje de la cruz como algo grotesco y salvaje? Este artículo explicará desde una perspectiva bíblica que el orden establecido durante la creación, y no el contexto histórico del apóstol, es la razón fundamental por la que Pablo enseñó la diferencia de roles y reafirmó el liderazgo masculino.