El juego en que ando

July 14, 2017 | Autor: Paco Lara García | Categoría: Poesía
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Descripción

EL JUEGO EN QUE ANDO

"Un niño hunde la mano en su fiebre y saca astros que tira al aire"- Juan Gelman.

- Dialéctica

Miro vuestras vidas falsas Y mis palabras mudas de esperanza, Y todo lo que soy choca Con quienes sois, y me convierte En un errante, en un desterrado, en un autista.

Miro, en verdad, en quienes nos hemos convertido: Sois la desesperanza, el desconocimiento, el absurdo, y yo el vacío, el silencio, el autismo.

Necesito disgregarme, o un beso tuyo de esos que parten el alma.

- DONDE HABITE EL SILENCIO

Ciertos versos se sientan a debatir serenos, ordenados en poses tópicas, balbucean los dilemas de amar y sufrir.

Llaman a los poetas que bajaron del Olimpo, para conversar sobre diferentes puntos de vista de la oscuridad que reina en este mundo.

La conversación de hoy es Poesía.

Poesía se trata de llegar a una habitación oscura y decidir qué escribir:

"¿Dónde está la fulgurante luz de aquel día?", "La muerte apagó el color amarillo de nuestros deseos", o "Esta oscuridad tan similar al silencio". No saben qué verso victorioso elegir...

Por ejemplo, aquellos tristes podrían decir:

"Estrellas nos desampara Abiertos nuestros dos ojos, Los cinco sentidos cojos Y la sombra tan cercana".

Los malignos, intervenir:

"En los tejados, en los arrabales se posa como un anciano el ocaso,

sangre que abre veredas a su paso y construye pecados capitales.

Comienzo a olvidar lo que presencio: se plantan incoloras flores del mal, se erigen hojas de cabello y cristal, en nuestra oscura región del silencio.

Todo y nada confluye aquí de cierto sino como resorte de iniquidad, sino como otoño de sauce enhiesto,

Bello y falso confluyen en la verdad de saber que lo vivo nace muerto, de saber que un poema es pura oscuridad".

Tal que círculo mágico sin tregua de tiempo nacen y renacen las poesías, Súbitamente grita con susurros un último verso y otros que ayudan de apologías:

"Mis palabras pertenecen a un seco estertor mezclado con síntomas de tierra e infinito, como húmedos huesos aún jadeantes de ritmo, de sueños, de sombra, de nada.

Mis creaciones son lágrimas infectadas como un corazón aplastado por el tiempo, colores transparentes en escala reflexiva de ruido, de espejo, de mentira, de muerte.

Mis adjetivos se me esparcen entre los dedos, La piel se resquebraja como una rama, mis palabras... Y más tarde, y siempre, el silencio.

Ha menguado el brillo de nuestra nostalgia como si ser infeliz se dibujara en el aire, trazos que martillean hacia la oscuridad, trazos que me revelan la ponzoña de mis poros.

En algún lugar de las manchas y borbotones Podréis visitarme, castigar mi esclavitud, mis adjetivos... Y más tarde, y siempre,

donde habite el silencio".

- Nuestras cavidades

"Hay que manifestar ese antojo hecho forzosa realidad de una mente: hay que mostrar un individuo que se introduce en el cristal y que persiste en su ilusorio país (donde hay figuraciones y colores, pero regidos de inmovible silencio) y que siente el bochorno de no ser más que un simulacro que obliteran las noches y que las vislumbres permiten"- Jorge Luis Borges.

Como un rayo nuevo, irreconocible, que retumba en el misterio y la sorpresa, aniquilado por nuestras lágrimas eternas de ser y caer suspendidas en colores de otro plano, así hemos de penetrar y forzar nuestras cavidades. Como una música lejana que nos induce a observar la tierra pisada por nuestro eco, de tal manera dispuesta para crear monstruos y realidades cóncavas, para mutilar los miembros de aquellos que gritan en un susurro, así hemos de maltratar y ensuciar nuestras cavidades.

Como un estallido de la carne que esparce infinitos restos recogidos como aquel río que recibió una moneda en algún lugar podrida pero recordada mediante versos, así hemos de arañar y martirizar nuestras cavidades. Como el sauce, como nadie, como los rencores, así hemos de roncar y despertarnos.

¡Quién sabe dónde, quién sabe cuándo!

- Es un proceso que se repite pocas veces...

Es un proceso que se repite pocas veces, este de andar quieto en alguna sorpresa vana que te ahuyenta del día y te introduce en la oscuridad,

que suele alejarte de la realidad o acercarte al sueño de volar entre la niebla del deseo

Movidos por la codicia o la sensación de recostarnos y parpadear lentamente, como un niño antes de llorar, los muertos como nosotros conocemos al dolor desde la infancia, transformamos la vida en polvo o la muerte en recuerdo

Este de escribir a la sombra del alma es un proceso que se repite pocas veces.

- MORTI

Andaba por la calle Algo así como solo Y no veía caras conocidas, ni aun vi un solo rostro Todos se me antojaban muertos difusos como en una lluvia de tinta o tal vez como el llanto de la vigilia maquillada lágrimas sobre un aborto del espacio-tiempo,

Para qué engañarte: Todo duele como si no existiera

Aquí parezco situar mi alma sobre materia más sólida, algunos la llaman madera, u otros simplemente fuego aunque para mí yazco en ceniza ¿Cómo estar harto de nada?

decía O. G. en Pleamar: "Nada ansío de nada" cuando todo es muerte, al menos en el tiempo...

Para qué engañarme: Todo duele porque no existe Todos somos muertos

- Los recuerdos

Sorprende el dulce sabor de los labios en la mañana o en la noche, en tu piel, tus recuerdos, tus párpados, sorprenden los miembros jubilosos como una no más página en blanco.

Mas vienen sin importancia, ensombrecidos nos hablan en silencio otros mundos del universo, otros seres a través de sueños, como un artículo que abre veredas.

La sorpresa enemiga del egoísmo, yace en las vísperas de lo que se marcha, pues también nos deja, cabizbajos. Sorprende la despedida en mi frente, como si aun aquello fuese necesario.

- Sobre vivir

Vivo de mi tristeza, me absorbe la sangre, me quiebra los huesos, transforma mi tiempo en tedio, las golondrinas de mi canto en buitres encerrados a llave antigua. Vivo de ella como un anciano en su silla permitiendo a la luz vagar tranquila hasta que la luna sonríe al mundo y baila verso a verso. Vivo de ella recostado en la memoria imperfecta que surge de los daños infringidos al cuerpo. Vivo, al menos.

Porque un ritmo de violas marca el paso de las palabras que tímidas se cuelan en una casa, en la comida, en los vestidos, en la bebida, en la bañera. Y todo es tan triste y profundo que solo basta señalarlo.

Qué tristeza la del ser humano sin todo aquello. Qué tristeza la del ser humano con todo aquello.

Vivo de ella en la oscuridad nocturna que sacude mi sangre noche tras noche usando una tortura vedada al resto. Vivo de ella como un pobre perro abandonado que se asusta de ver personas desconocidas y huye mediante la sabiduría de su olfato. Me absorbe día y noche, me quita el hambre y la sed, me arrebata el amor y la lucha, me obliga a escribir y escribo. Vivo de mi tristeza.

- Cuando...

Cuando las palomas se baten en duelo escribo un poema de mis restos y vuelo con ellas hacia el anillo. Dante, querido, si me guías, guiaré, si me creas, crearé, y todo tendrá sentido.

- Salvación

Mi padre me pregunta: ¿Es cierto eso? Al leer uno de mis vagos poemas. ¿Cierto el qué? Respondo con ironía. (De fuera se oye un susurro de gritos, ladridos de gato, viento resquebrajado, un tambor).

Me pregunta de nuevo: ¿Por qué tanta tristeza? Quiero decir, lo tienes todo, ¿Te sucede algo? (En mi pecho Medusa ríe a carcajadas mientras con paciencia asumo la tristeza de cada mota de polvo y Perseo valiente corta su cabeza). Respondo: no es nada, papá, solo es poesía.

En realidad deseo desaparecer, supongo que me mantienen con vida su amor, mi madre, mi hermana mientras sobrevivo de la hipocresía.

- Palabras

Las palabras que escribo son tiempo, dicción de segundos que agotan mi muerte mientras mi ventana, que es mi ego, mi mente, tan solo extiende sus manos al cielo. Es demasiado para una redención, suficiente realismo por hoy.

Las palabras vuelan como pájaros cansados y buscan posarse en cualquier corazón dispuesto a ganar tiempo y perderlo. La esperanza, la diferencia, los sentimientos, el miedo a desaparecer, crean palabras que nos salvan del ahogo disfrazado. Van y vienen, reviven y asesinan, crean y destruyen, revelan u ocultan.

En una taza de café falta el aire. En las asas del vestido hay demonios. En las paredes muere Dios. En el metal del automóvil se ahorca un pez. En una moneda deglute un abrazo. En un ser humano sobrevive otro hombre. En la basura se acicalan nuestros labios, líneas hipócritas malogradas por el progreso. Hay que romper el molde

y a veces odio lo que soy.

Las palabras que escribo son la salvación, de alguien, de un cuerpo que desea mutilarse y flotar en su propio oasis, solo, puro, honesto. Ahora observo el cielo. Aun esta tristeza parece demasiado.

- Poema de nuestras conjeturas

Tu imagen frente al otro. Un pájaro nace muerto. Mi imagen frente a ti. Medusa. La inutilidad del sentimiento.

Otra noche el ruido de la creación rompe olas de puro júbilo mortal para viajar con el anciano navegante y no explotar en tu orilla. Dijiste: "no irás a otra tierra, no más, no más, no más". El miedo y el olvido nos observan.

- La consagración de la nada

Una montaña de seres humanos. Desde la lejanía: Brazos, piernas, cabezas aplastadas, un eco de quejidos y lamentos, escalas cromáticas al azar. Cuchilladas en el espacio, arcoiris de podredumbre y una música interior en mi cerebro de saltos y caídas. Mi destino es la cúspide pero mi guía no escribe en hexámetros, escribe en verso libre, atrapado en el callejón Stravinsky. Sin cesar, platos, trenes, basura basura basura, seres humanos en una montaña y cuchillos y poesía. Olvido, silencio, sombra, ceguera, nada. Lágrimas y una ligera resurrección acompañada de versos, de ritmos construidos para dos ojos y un cerebro construido para una montaña de basura en que aportar un verbo, un hecho, un grito.

Velocidad, potencia, fragmentarismo, enumeraciones, paradojas, poemas y luego...

Estudia mi obra y sacúdeme la miseria, inventa una palabra nueva, la antimetáfora, y atribúyela a mis carcajadas, compáralas con tu espíritu de crítico asesino y di que he leído a Baudelaire, que soy el tambor tambor tambor escurridizo como Benno asesino. Enhorabuena, eres el Doctor de la muerte.

Un disparo y alegría, otro poema basado en la novela total de mi poesía total de amor y muerte. Un muro de ladrillos y el grito, una mordida de serpiente y el grito, una araña y el grito, un cebo de animales y el grito. Qué música de sobresaltos. Mi corazón es una metáfora de la poesía que es una metáfora del gato con las cuencas vaciadas.

Se guarda la batuta en el armario. Esto ha sido todo, se desprende la montaña.

- Lo que nos queda

Soy un individuo sin memoria, un pasado qué será de nuestros pasos y nuestras batallas, una incesante piedra sin pulir, un pájaro cantando la elegía de un vuelo, las montañas aún en agua violenta, un ser fugaz sin haber sido.

Soy un delirio, años ansiosos de crear eternidades, otro poeta maligno, otra aliteración en raíces obreras, otro oxímoron de luces y sombras.

Soy la mano alargada, la huida consciente y enérgica, un ritmo de mil demonios que no cura la verdad, un juego de naipes, la vida, soy, la vida.

Solo sé que no soy nada, luego existo desaparecido de mí, en un susurro que aviva la madera de mi tiempo, muerta por nacer.

Una poesía de esperanza cae de gotas corrientes de agua corriente

en que me entristezco, hacia el miedo de descubrir si en la vida tampoco existe nada.

- Sinfín

Me siento suspendido en gotas de sangre que hierven y pugnan por ahogarme en mis recuerdos, Gimo con el aire en la muerte profunda jamás vista y tiembla mi cuerpo en un efecto mariposa.

Algunos seres sin rostro me llaman por otro nombre que desconozco mientras observan así como aterrados, Porque los segundos nos gritan con máscaras de seres queridos y cae del aire un metal negro.

Me aplasta la noche de esta risa que veo marcharse allá a lo lejos cantando poemas de mis libros, Quería pedirte un posible regreso pero no sé hablar y mi piel crea una melodía que nunca....

- Poésica

La poesía es: una ruptura del sentido O el sentido de la ruptura. Una constante paradoja, hueco de lágrimas o negación del vacío. Poesía como onda, como ritmo automático O afilada cuchilla.

La poesía es: Una ruptura del lenguaje O el lenguaje de la ruptura. Una contradicción imparable, llanto vacío O la muerte inminente. Poesía como espuma, como huesos festivos O margen acuchillado.

La poesía es: El silencio de las palabras... Las palabras de la soledad, Lo incomposible, lo incomposible.

- Ola y puente.

Estás perdido ente construido de versos en la ponzoña grisácea que sus orbes repelen, te crea la nostalgia del vacío o las palabras que nunca pronunció; algo resiste en ti: un quejido un susurro. Algo así como el sonido de una piedra en el océano, como una ola que habla a través de la espuma. Qué complicada compostura la de tus huesos, Qué absurda y costosa anacronía: Una caricia Una mirada. Estás muerto entre construido de versos en el infinito instante de una imagen raptada. te creo cuando lloramos de impotencia rápidos de tinta; algo resiste aquí: Un engaño Una paradoja Fuego líquido: puente de dos almas separadas por la realidad impasible

- La verdadera mentira

"Sé triste, pues ella te espera en un rincón de este año que pasa"- V. Huidobro

La verdadera mentira de la Poesía, camuflada en el lenguaje del tiempo, me ha comenzado a susurrar una melodía de flores y huesos -en mi pecho retumba y de él surgen colores aún por descubrir-. Es la noche, la noche del día, esa metáfora egoísta que posee un cuerpo mutilado entre líneas sensoriales, fantasmales y sensuales, que avisa de la inminente caída en tus manos o en tus labios. Es la nocturna tristeza que me salva de vivir, de pasear por calles solitarias, de contener gritos de rabia, que me salva de palabras malditas o ciertos olvidos impuntuales.

Lindas mentiras, como en un teatro siempre vacío, liras hechizadas te velan cercana a mis pasos, Como una representación desubicada acerca de nuestras huellas. Es la noche, la noche de la noche, la cueva de mis profundos y secos sueños donde te velo, te tanteo, te entrelazo, te calcino, te perforo, en huecos secretos en que mis lágrimas caen con forma de ceniza.

Soy la noche, soy todo aquello que no ceso de decirte sin respuesta y tú eres el espejo que no te refleja, el rincón que espera dos cuerpos como este poema, vivo y muerto al mismo tiempo...

- Cada luna que sucede...

Cada luna que sucede Odio más este lenguaje Y el tiempo se nos fallece entre las manos; maduro Toda lágrima que cede Con cierto color oscuro

Mi dolor; que es de este mundo Lo explica el crudo silencio Y es demasiado profundo, Mi alma presenta dos cortes: Sufro como el gran Vallejo Amo como Dios Borges.

- Puede que haya deseado escribir...

Puede que haya deseado escribir aquello que no se ha dicho, mas mi mente arde en un cuerpo de ceniza transparente. Me crea un pájaro, muerto antes de que otra mano que es la mía, quebrase mi cráneo en una sombra. ¿Qué nombre recibe cada poro infinito de mis huesos? Grito al tiempo como pidiendo que la eternidad exista.

Puede que haya deseado suicidarme sin descanso, una y otra vez, como un poema que no cesa de escribirse, o un mago que se ha evaporado sin haber vivido nunca. Mi mente ya no es mente, El pájaro ya no es mi mano, Mi nombre ya no es ente, Yo ya no soy, ni siguiera nada.

- Muerte, puta

Chingar con la muerte Chingar hasta el hueso Y si me muero Que me llore y me lleve. Chingar con su sexo Hacerla la más puta Muerte, puta, échame de menos.

Joderla bien fuerte Joderla por los poros Y si me muero Nunca más pueda verme. Chingar con sus muertos Hacerla la más triste Muerte, puta, échame de menos.

Follar con la muerte Follar con sus senos Y si me muero Me piense en sus sueños Follar con su cuero Hacerla la más negra Muerte, puta, Publica mis versos.

- Sé que no se puede consentir esta impaciencia

Cuántas veces hemos roto nuestras puertas Sin nada que decir como un pájaro atropellado. Lo supimos, pero sacar los dientes a la muerte se antojaba necesario.

Cuántas veces hemos maltratado nuestro ego o lo hemos rellenado de vacío caos como una palabra ilógica que entendemos.

Hemos escrito sin escribir Hemos vivido sin vivir Hemos sentido sin sentir.

Tan solo en ocasiones como esta penetramos a la muerte, como morir sin morir.

- Mi más sincero muerto...

"Je plongerai ma tête amoureuse d'ivresse Dans ce noir océan où l'autre est enfermé"- Baudelaire

Cuando egresé la mirada al recuerdo podrido el polvo edificó un completo desconocido. Tenía mis ojos, mi boca, mi nariz, pero Era un huésped que pertenecía a Can Cerbero.

¡Oh, te intenté avisar, mi querido compañero De que tu tiempo escapa como al dar un soplido, De que la materia como un anciano desvalido cae en presos abismos de silencio postrero!

Velaré por ti a cada instante que se haya ido Creando laberintos en torno al número cero, Luces de aurora donde, triste, el sol haya caído.

Aunque tienes nombre, oficio y pueblo de romero y los gusanos viven de haberte recorrido, Siempre cantarás en mí, mi muerto más sincero.

- Planes de futuro I

Viajar a México D.F. y leer Los detectives salvajes a la hora en que todos duermen excepto poetas, a riesgo de contraer alguna enfermedad venérea o sufrir la ira de unos cuantos hijos de su chingada madre. A lo sumo, pues, yazco desnudo.

Leer con lágrimas de sangre e intentar desfallecer a riesgo de que la muerte camine hacia mí sin ladridos, sentirme tan puro y motivado sin saber si buscar restos de tiza, un silencio martirizante, monstruos que emergen de la negligencia agotadora de Virgilio, o sin saber si la lluvia cesará cuando las desapariciones se olviden.

En esta época tenemos la sensación de que el tren siempre se marcha mientras nosotros, a expectativas de nada luchamos entre la barbarie y un muro de ladrillos demasiado alto, para volver sobre nuestros pasos y andar de una punta a otra del DF, morder unos muslos ciegos y conseguir algo de plata, amanecer con la misma muerte día tras día.

- Planes de futuro II

No sé. Quiero viajar contigo Sin movernos de la habitación mirando tu sonrisa en el vuelo hacia buenos aires a una ciudad que nos cure Quiero viajar contigo No sé.

- Otro día, otra noche

De nuevo, otro día, otra noche: las mismas luces y los mismos pitidos, exactos movimientos y palabras, miradas desde el exterior y vituperios, iguales recuerdos que ahogan esperanzas, iguales las calles, los sexos tácitos pidiendo auxilio, el cielo azul, la ciudad gris y un sol que llama a morir. De nuevo, otro día, otra noche en que he olvidado tu voz.

Otro día, otra noche, de nuevo: como un espejo, como un río, condeno a mis máscaras a vagar en la memoria, azoto sus pies y les arranco el pelo, invoco mis demonios y les pido consejo, imploro al tiempo respuesta, ¿Dónde tu voz, dónde el silencio? De nuevo, otro día, otra noche en que he serenado al dolor.

La duda es un quejido de nuestra piel, una convulsión, un temblor que se deshace como la tierra, se transforma en ritmo y baila desde el alba al crepúsculo convertido en poema. El silencio es padre de lo desconocido...

¿Es eso lo que nos queda?

La noche en que no sirva de litera esta fresca e inabarcable Literatura, será, querida, el día en que muera.

- Once is never

"Aquel que quiera salvar su vida la perderá; pero el que quisiera darla, la volverá, en verdad, viva"- André Gide.

Esa sensación de no saber nada hunde sus raíces en el tiempo, en los espejos, en la realidad, mientras pataleamos y escupimos la más recóndita verdad: que no existe la verdad, que no existimos (Einmal ist keinmal).

Un café y un calor del demonio, un ardor de pensar en las despedidas, en nuestros mayores, de preguntarnos si acaso las pérdidas continuas nos diluirán. Un cigarro y una mirada, una mirada de recordar lo que aún no ha sucedido: el pájaro que vuela el niño que juega si acaso lo que se llama vida nos ha diluido ya.

Oímos pasos que en cierta manera son y no son nuestros, son de todos aquellos

que, a pesar de la brevedad, Se han desvanecido poro a poro No por oros ni podios del Olimpo, a raíz de arrojarse al vacío.

Aún me siento compacto, terrestre, no veo espectro en que transmutar.

- Poémica II

Es un juego al que no juego porque he visto el final y a veces, sencillamente como un hasta luego no quiero, ritmo, no quiero quebrar.

- HAY

Hay un más allá en todo, como un más acá en los ojos o un ya está bien,

como un grito al nacer o una obviedad en un poema.

Hay una lucha en todos nosotros. Hay: ansias de volar e incluso de caer. Hay un existir de ojos cansados y un verso medicinal que no cura. ¡Cuánto hay! Pero en nuestro corazón, un no sé, ¡Ay, yo no sé!, un ritmo desterrado, húmedo, visceral, se esconde en él.

A saber, hay huesos y manos y sentidos; no hay colores ni olores, las más veces un seco grito desde nuestro centro, ¿Querida, en nuestros corazones, a saber, qué hay? Poesía, fuego, ardor.

Hay un más allá y un menos allá, hueco, como un grito al nacer o una obviedad en un poema.

O bien no hay nada, no.

- Un minuto de no silencio

Las máquinas emiten voces huecas, tristes, impuras como un abrazo a la Realidad. El silencio esconde un susurro quebrado, lacerante, perecedero como un beso a la Mentira.

Mientras tanto, el día a día con la Literatura es una clara conversación, es un abandono ante la fatalidad, como no entender qué cosa sea el Tiempo. Mientras tan poco, la noche a noche con nadie es una voz desfigurada, es un susurro angustioso, como entender qué cosa sea el Tiempo.

Los versos emiten recuerdos vivos, alegres, puros como la mirada de un pájaro. Lo breve esconde un designio creador, medicinal, eterno como lo que existe tras la Metáfora.

¿Qué dilema debe haber en la muerte?

Amar y no amar solo producen locura. Un minuto de no silencio por quienes escriben.

- Los versos

Vuelven las conjunciones de dolor, los alaridos humeantes a mi ciudad de polvo, y maldigo, y lloro, y sufro como el primer día. Vuelven las máscaras de los otros, los olvidos incesantes a mi región de silencio, la nostalgia, tus palabras, causa y efecto de esta agonía.

El recuerdo es un préstamo de la muerte. Una lágrima es una multitud en guerra.

Cada mañana, amanece en cualquier sitio como por sorpresa, como una buena noticia o un beso de esos que recibía. Los barrios despiertan, los pájaros envuelven en sueño miradas, imágenes, sonrisas y huesos, se descubre el sol y todos se mueven, como una dulce mentira, puesta en tu ropa o puesta en la mía.

La muerte es una deuda eterna con lo vivo. Una guerra es una lágrima besada de tu boca.

Hacia la tarde, los miembros cansados

y los presentimientos dibujan su color grisáceo. Los tópicos huyen despavoridos, Las ciudades se encogen al frío, nuestros abrazos se esparcen entre los dedos. ¡Querida, tanto tiempo! ¡Durante tantos siglos he aguardado! Sin embargo, siempre queda una esperanza hueca.

A la noche, Vuelven las conjunciones de dolor, causa y efecto de esta agonía, de los versos de este poema.

- Te necesito

Necesito una conversación profunda, un verso de aquí, y un recuerdo de allá. Necesito hablar del tiempo, de cómo duelen las calles y los sexos que van a morir, de Kafka entre las puertas, de Borges en el pasillo, de qué es una metáfora o cómo purifica la ambigüedad.

Necesito paz, dos oídos y dos ojos, Que me escuches, me mires y sobre todo Mutiles los brazos de mi soledad. Sobre todo dos ojos, Que puedas revelarme sin tapujos Lo verdadero de que no exista la verdad. Necesito unas pocas sonrisas, Que me hables de tu madre Y prosigas con Gauguin, Que desordenes mi vida Y me hables de Julio Cortázar.

Como si fingiera que soy el nieto de Funes y tú que te lo crees, Como si fuera un rey joven y bueno Y tú me incitaras a asesinar, Necesito una conversación con tu cuerpo, y sexo, mucho sexo con tu alma.

Hoy, estabas a mi lado, pero era un recuerdo, ¡Tan semejante a la Realidad...!

- Renacimiento

Alguien duerme en una habitación oscura. Mientras tanto, los miedos se abandonan: un ruido como de perro y automóvil mezclados, una silla como un asesino en sus contornos, una sombra que parece emitir desacuerdos, una realidad que ignorada muere sin cesar.

Alguien sueña en una habitación oscura. Mientras tanto, los objetos cambian de lugar: el escritorio decide achicarse bajo la ventana, el guardarropa cierra y centrifuga los vestidos, el enlosado se esfuerza por superponerse, lejano el cielo llora porque no puede observar.

Alguien despierta en una habitación oscura. Mientras tanto, confirma las predicciones: Siente cómo la respiración se embrutece, cómo los objetos le han traicionado de nuevo; huye de los miedos a confirmar en el espejo que ya no es él, que no es otra mañana más.

- Esta noche

Un ruido de automóvil lejano empaña las sombras de la ventana plateadas y violetas que son una extensión de mi espíritu, tan distante, tan personal, y este poema nace como un arcoiris mientras llueve y en ocasiones relampaguea una dicción incesante como un fuego o como la velocidad de esta época, que no permite respiro, que no celebra un solo segundo de descanso, en que el silencio es un poeta olvidado, un símbolo que ya no interesa no más, y un ruido de restos de basura, animales hambrientos y personas, (Porque, son pocas, pero aún existen) estallan en mi mente como la tristeza de no sentirse en soledad, de que no concluya esta farsa para que cada cual se muera al gusto, este vacío de otra conjunción, de otra y otra y otra hacia un pitido plano que nos demuestre que todo pudo haber sido diverso como en las ínsulas extrañas, como en el paraíso de unos labios, de otra y otra y otros recuerdos luchando sin motivo como la lucha en sí,

corriendo con el motor de la desesperanza, hastiados del presente; que todo pudo haber sido más que un ruido de automóvil lejano triste, tan triste, que comienzo a amarlo y siento pavor: es terrorífico.

- El infierno en la otra esquina

Pesan las palabras, como los pasos, o ciertos recuerdos como lágrimas. Es una sensación excitante de muerte, de caer infinitas veces en brazos de una divinidad con pelo rojizo y ojos brillantes. La voz del interior que te repite gritos de infancia, te silba melodías conocidas, te alcanza con discursos de aquellas amistades que perdiste. Intentas alejar toda esa atmósfera agobiante soplando fantasmas y susurras una frase que te hunde en la mayor de las melancolías: "Todo duele como si no existiera". Estás solo, que equivale a no tener a nadie, no sentir presentes, levitar en una tierra completa de púas. No tenerte a ti mismo o no saber quién eres ¿Por qué un nombre, un color, un conocimiento, un lenguaje, unas costumbres, unos gestos?, ¿Qué hizo del corazón un solo órgano?

El presente es una continua sucesión de pequeñas motas de polvo acristaladas que viajan en función de aquello que las toque. Por esa razón, si soplas al aire expulsas de ese lugar un ente con vida propia. El pasado es el lugar antes de que tú lo invadieras y el futuro es lo que quedará en tiempos infinitos cuando no estés ahí. Eres un susurro de aire frío que agoniza en una carretera recta que nunca parece terminar. Hay cuarenta grados y a los lados del espacio solo se puede ver desierto. No buscas páramo ni muros de ladrillo que saltar. No sabes qué buscas, aunque un estrépito comienza a acercarse al lugar del susurro, del soplido, del viaje.

Son canes, filas innumerables de perros que se acercan en tromba hacia ti, aunque al llegar al límite entre la carretera y el desierto se sientan, mirando al fondo del camino, donde tú has mirado desde no sabes cuándo. Comienzan a ladrar. Tú no comprendes qué sucede y te invade el pecho un avance de taquicardia que no cesa de crecer. Se abre enfrente de tu cuerpo enhiesto un hueco lo suficiente grande para caer en él y paras de andar. El sudor cae en momentos previos a que una acción gravitatoria te obligue a lanzarte al vacío casi con lágrimas en cada poro de la piel. Entras en otro lugar, con otro sol, otro camino, otro desierto y otras palabras. Desde hace mucho tiempo, no sabes en cuál de los dos espacios vives, cuál es el real o el ficticio. Esperas el final de la historia...

- Mas muerte no puede...

"Esto es amor, quien lo probó lo sabe"- Lope de Vega.

Te he observado desde el crepúsculo, tan misteriosa como una tradición olvidada, tan aterradora como el músculo desnudo. Serena en tu apariencia lejana, que mientras por competir con la mañana, no sé en qué momento dejé de ser puro.

Te escribo en este instante que pienso, Y porque me siento atado a tu zafiro, mejor vendrá que nos abandonemos. Intranquilo me marcharé del desatino adonde se cercenan blancos los lirios, pues locura será vida si te tengo.

Te observaré sin pudor hacia el ocaso, aunque comprenda que no te mereces un corazón como este que abro. En tanto, Amor, a la Muerte te pareces si ante el silencio no me engrandeces después de que te haya inmortalizado.

- Cántame, mamá

¡Cántame una canción mamá, antes de dormir cántame una canción!

Que quiero entrar en el sueño sintiendo tu mirada y la tranquilidad de tu voz. Mamá, cántame, quiebra tu alma y da vida a la mía, que cada día se cortan los lirios y me hago mayor. Que quiero soñar con gigantes y batallas, pero la tierra es una sombra si no viene tu ritmo y tu color. Mamá, cántame, yo juego a creerme que cada noche estás aquí hasta que sale el sol.

¡Cántame una canción mamá, antes de dormir cántame una canción!

Que quiero que vuelvas porque ya no sé a qué vine ni quién soy yo. Mamá, cántame, yo juego a creerme que cada noche

la muerte me presta tu corazón.

- Tremendamente triste

Tremendamente triste la alegoría de esta necesidad que tengo de ti.

Cada palabra posee un cierto sabor, rezuma un hilo pícaro de tus sentidos, transporta el polvo que somos a otros espacios antiguos y ficticios. Cada palabra distinta la entiendo en las diferentes posiciones del sol, pues una blusa no es sino la tuya, pues una sonrisa no es sino una música, pues tú no eres sino aquello que se fugó.

Tremendamente triste la alegoría de esta necesidad que tengo de ti.

Cada idea se clava en mis poros, extrae mis segundos a través de una aguja con que se zurció el podrido algodón del navegante. Cada idea distinta la entiendo en las diferentes palabras distintas, pues tu blusa no es sino la blusa, pues tu sonrisa no es sino la música, pues tú no eres sino aquello que fue.

Tremendamente triste

la alegoría de esta necesidad que tengo de ti.

Cada verso conforma un fragmento, construye del adiós una figura que invita al deseo y la lujuria, como la utopía que ando escribiendo. Cada verso distinto lo entiendo en las diferentes mentiras de un recuerdo, pues una blusa no es sino tú, pues tu melodía no es sino tú, pues tú no es sino yo.

Tremendamente triste la alegoría de esta necesidad que tengo de morir.

- De lo imposible a lo posible

Es imposible vivir en el ocaso, creer las desoladoras verdades, volver al mismo río de ayer, cobijarse con el abecedario.

Es complicado no morirse del asco, celebrar cada día que eres solitario, sacarte la máscara de tu impureza, escribir como un borracho.

Es relativo mirarte en el tiempo, pensar con todos los sentidos, estrechar lazos entre el recuerdo, confiar en que las palabras salven.

Es sencillo ceder a la apología, escuchar en la oscuridad un pitido, hablar con los animales, rasgarse jirones de tinta.

Es posible que ya andemos muriendo, que se rompan nuestros cristales, que no conozcamos a nadie, que estos versos hayan sido solo un juego.

- El pasado del presente

He llorado hasta quedarme sin ojos, He temblado como si viera un buitre. He sufrido hasta hartarme de vivir, He querido como la inocencia. He gritado hasta no oír mi voz, He sentido tal y como supura una herida. He fumado hasta aborrecerlo, He odiado como un niño pequeño. He vivido hasta de un recuerdo, He muerto como este y todos los poemas.

- Se oyen los perros

Se oyen los perros en mi oscuridad, avanzan hacia mí con sangre en sus fauces.

Estuve esperándolos toda la vida como al silencio, permanecí sentado con palabras esperando que vinieran a desgarrarme.

Ya casi han llegado donde estoy, casi que no reparo que me miran y sus rojos globos me proyectan varias imágenes de mi vida.

Os he estado esperando, queridos.

Mi temblor proviene de sus gruñidos y de sus intentos por acercarse. De tanto mirarles, de puro terror, mis ojos solo crean más oscuridad.

Si no fuese porque me desangro, si no existiese el dolor, no sabría explicarte por qué estoy muriendo, cómo marcho susurrando un grito.

Se oyen ladrar los perros mientras yo me la paso con un poema.

- Hoy

Esta mañana he vuelto a oír una mentira y he deseado que fuera verdad para que acabe de una vez esta pesadilla. Dicen que van a procurarnos el bienestar, que no hay motivos para la desconfianza, que ya salimos del pozo mágico que nadie creó. He deseado que fuese verdad, pero apagué la caja porque sabía que no.

Esta tarde leí con lágrimas a Ernesto Cardenal y he deseado que fuese mentira para que Nicaragua regresase a la condición primera. Dice que los yankees les quitaron la libertad, que debían defender a toda costa su tierra, que su segunda casa era una prisión. He deseado que fuese mentira, pero continué leyendo porque sabía que no.

Esta noche me quedé sordo y ciego y he deseado postergar mi muerte para poder leer y escribir otro poema. Digo que esta es mi forma de denunciar, que hay motivos para la desconfianza, que no siento por ningún lado la libertad. He deseado cambiar la verdad y la mentira, pero fui a dormir porque estaba agotado.

- Soneto libre

Con estas palabras, retorno de nuevo A esa cierta atmósfera infinita y hueca Que en Quevedo moría hacia el sueño Y en Borges tras la forma de una Biblioteca.

Sean el saber y el recuerdo mi humilde morada, La luz nacida en el bosque de una nueva era, Que en Quevedo me vuelve desde la nada Y en Borges desde la revivida ceguera.

Cuando desaparezcan todos mis coetáneos y la luz se vicie, transforme y silencie; Cuando las sienes pellizquen mi cráneo,

y pueda escribir el poema de mi muerte; Cuando huyan las imágenes de mi mente, A los dos habré guardado en mi rebaño.

- Y marginación

"...pues no puede entrar su miedo en pecho donde Amor"- Macedonio Fernández.

La ilusión de mis días agota mi muerte, o la acerca, según se prefiera. Me pregunto a veces, e incluso llego a cuestionarme si esas dudas son un sueño que nunca he olvidado, acerca de nuestra representación corporal. Dicho de otra manera: ¿Somos de verdad entes de carne y hueso, o todo es como esa ilusión previa? Nunca he llegado a una respuesta convincente: en ocasiones me pellizco, otras arrastro a trompadas con el primer objeto que encuentro, o cierro los ojos de manera violenta para intentar liberarlos de su prisión. Es quizá uno de los motivos de nuestro sufrimiento. Cuando nos duele el alma sin porqués, sencillamente, consiste en un enfrentamiento contra nuestra realidad.

Es un martirio concebir mi cuerpo de cualquier manera diferente a como lo imaginamos. Sin embargo, en los días en que la muerte me importa un poco menos y esbozo una leve sonrisa, la idea del otro cuerpo se presenta incluso divertida. Mientras camino en el espacio exterior, reconozco siluetas de mujeres que exhiben dos flores puntiagudas y ásperas en lugar de senos. Hombres sin brazos que portan varas de metal muy sonoras al momento de un apretón de manos. En otros días yazco con mujeres cuyo pelo se parece a las raíces improvisadas y laberínticas de un árbol. No me produce miedo, sí me contagia el hecho de construir el mundo tal y como lo prefiera.

Hay algo que me produce aversión hacia puntos inimaginables. No es una paradoja. La acción de caminar es una lucha constante conmigo mismo. Ojalá pudiera volar, aunque me conformaría con la levitación. Conforme voy uniendo un paso con otro reconozco azarosos vacíos oscuros que se abren en la vereda. Sortearlos me impide deleitarme con el paisaje. En todo momento mi atención recae en evitar desfallecer en esos agujeros desconocidos. Cuando sueño, a la noche, una voz conocida me grita que un día caí y desde entonces no soy el mismo. Soy otro, en otra realidad que yo mismo construyo de nuevo. Eso no lo recuerdo, lo juro. Quizás el presente no sea más que aquello que logramos recordar.

Aunque la gran mayoría de recuerdos se desdibujan, fruto de mi ignorancia o de mi dificultad para aislarlos, podría completar el infinito. Al menos, el mío. La eternidad es una hipérbole del tiempo, y a continuación también nosotros de este. Desconfío del lenguaje, así que la hipérbole quizá no signifique nada, como la eternidad y el tiempo, como nosotros. Estoy de pie, con medio cuerpo fuera

de la ventana, fumando. Es de noche o aquello que hemos denominado como tal. Veo personas caminar en la calle, pero a veces desaparecen en un instante. Sé que estarán en algún lugar dentro de mí, desfallecen cuanto más tiempo pasa. , comentario orgulloso e indemostrable que profiero con una ligera sonrisa. Si alguien sabe de ellas, un solo ente que sí las recuerde de forma nítida, quizá sigan vivas.

Te vi, te sentí, te respiré, te atrapé en mi mano y conduje al centro de mi habitación. Eras tan linda que yo sería capaz de crearte fuera de mí con la técnica pictórica de la eternidad. La Belleza. Hemos tomado café en una terraza, ido al cine a profetizar las historias de los filmes, revoloteado en una cama ruidosa. Hemos escrito una nueva "Rayuela", otra "Broma". Hemos estado en todos los sitios y en ninguno. De hecho, mientras muero, ahora, estamos discutiendo, porque yo prefiero la casualidad al porvenir. Estás tan linda...

- Creación de amor

Necesito a alguien con quien conversar de cualquier cosa, de todo, de nada. Quizá me refiero a una persona con quien hablar de lo que quiero hablar, no voy a caer en el cínico altruismo que embrutece el alma de quien cree en semejante Dios. Alguien que me responda lo que yo espero, que dé una respuesta que me confirme mis augurios, que sea como yo. Hablar de lo que pienso de la existencia humana, del tiempo, del tímido polvo que tanto rehusamos en mantener (a veces imagino que el polvo es un hilito de materia gris que impregna las habitaciones), de nosotros mismos y nuestras vidas. Porque, en cierta manera, somos en esencia nihilistas que luchan en su interior por mantener la esperanza viva, o las diferentes esperanzas que encarnan esa idea. En ese caso, la conversación es obligatoria.

Es obligatoria para eludir la inconexión que lleva a la locura, aunque me pregunto si la locura no será lo que entendemos por locura. Sufro con las palabras y las ideas de las palabras, sí. Me duele mucho que haya un pacto tácito entre unos grafismos y lo que representan, porque, díganme, ¿Quién se atreve a decir que 'silla' es una silla? ¿Por qué no puedo llamar 'tuerca' al objeto en que me poso? Del mismo modo, ¿Y si 'locura' no es un estado de barbarie, sino que aspira a ser la sabiduría última que nadie es capaz de lograr? La soledad no hubiere sido tan fatal, pero una conversación para sentir que perteneces al colectivo 'humano', al grupo de personas que son como tú, que piensan y desean como tú; es necesaria. El problema se presenta cuando no te sientes, cuando no deseas como los otros, cuando no son como tú; y más en el momento en que sabes que tú no eres como tú. Estoy hecho de máscaras que cada día ensayan el sueño final de la muerte, precisamente con un sueño breve que se alarga en la noche. Cada amanecer despierto siendo otro distinto al de ayer y teniendo la esperanza de que al día siguiente siga siendo el mismo de hoy. El problema es que eso es imposible.

No necesito a alguien con quien conversar de cualquier cosa, de todo, de nada. Te necesito a ti, y no estás. Al menos no cercana a mi cuerpo, aunque te imagine de mil formas. Aunque me observes desde el otro sofá y esboces una pícara sonrisa mientras agachas la cabeza, aunque te acaricie el lateral del brazo de una punta a otra mientras yaces a mi lado y yo sé que he llegado a un dulce grado de confianza tal, que dormitas sabiendo que no haré más que acariciarte el brazo. He de crearte con mis palabras. Es el único uso útil.

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