El Islam en China

June 15, 2017 | Autor: Esther Lupón | Categoría: China, History of the Islamic World, Islamic art and architecture
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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015

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Presentación ÍNDICE DE CONTENIDOS Especial Asia - América Once mil leguas de México a Japón: El increíble viaje de Francisco Díaz Covarrubias y la Comisión Astronómica Mexicana I. Por David Lacasta y Marisa Peiró 4 Once mil leguas de México a Japón: El increíble viaje de Francisco Díaz Covarrubias y la Comisión Astronómica Mexicana II. Por David Lacasta y Marisa Peiró. 11 Michiko to Hatchin y el Brasil contemporáneo. Por María Gutiérrez. 17 Shindo Renmei: los últimos samuráis del Brasil del apartheid. Por Héctor Tome. 21 Tike’a: Rapa Nui y las islas del Pacífico Sur, una visión del Dr. Alderete. Por Marisa Peiró. 27 José Juan Tablada y el japonismo en México. Por David Lacasta y Marisa Peiró. 32 El movimiento lolita en Latinoamérica. Por María Gutiérrez. 38 ¡Qué bueno que viniste!: Un cuento chino y la inmigración asiática en Argentina. Por Laura Martínez. 42 Buscando el arte asiático en la ciudad de México I. David Lacasta y Marisa Peiró. 47 Buscando el arte asiático en la ciudad de México II. David Lacasta y Marisa Peiró. 55

Historia y Pensamiento La Ruta de la Seda IV (y final). Del siglo X al siglo XV. Por Carolina Plou. 63 La ceremonia del té japonesa Por Yaiza García.

68

El país de la inocencia. Japón interior en el siglo XIX, por Isabella Bird Por María Jesús López. 74 El Islam en China. Por Esther Lupón.

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En el mes de noviembre, la revista Ecos de Asia continúa con su especial Asia-América, desentrañando las relaciones y contactos entre el continente asiático y distintos países latinoamericanos. De esta forma, se ha dedicado la mitad de los artículos a explorar los puntos de unión entre diversas culturas, prestando especial atención a países como México o Brasil. Nuestros colaboradores, Marisa Peiró Márquez y David Lacasta, analizan en diversos artículos las relaciones entre México y Japón, relatando el viaje de Francisco Díaz Covarrubias y la Comisión Astronómica Mexicana, en dos entregas, o estudiando el fenómeno del japonismo a través de la figura de José Juan Tablada, así como los dos artículos destinados a recorrer los museos de México en busca del arte asiático que estos contienen. Precisamente, en el Museo Nacional de las Culturas se encuentra la exposición sobre la Isla de Pascua con ilustraciones del Doctor Alderete, a la cual Marisa Peiró Márquez dedica un interesante artículo. Brasil es el país en el que se ambienta el anime Michiko to Hatchin, analizado por María Gutiérrez, y a los nipo-brasileños del Shindo Renmei dedica Héctor Tomé Mosquera un artículo. Laura Martínez estudia la inmigración asiática en Argentina a través del filme Un cuento chino, mientras que María Gutiérrez traza un panorama sobre el movimiento Lolita en Latinoamérica. Al margen del especial, nuestros colaboradores nos guiarán por un viaje a Japón, China o la India, con interesantes artículos que van del cine a las artes decorativas. Así, Daniel Rodríguez prosigue con la tercera entrega de su serie sobre la laca urushi, al igual que hace Pablo Begué con lo sobrenatural en la imagen dibujada del Japón, mientras que Carolina Plou Anadón pone punto y final a su apasionante serie sobre la Ruta de la Seda. Esta despedida, nunca amarga, está contrarrestada por la bienvenida a una nueva colaboradora, Yaiza García, que se estrena en nuestra revista analizando la ceremonia del té japonesa. Carolina Plou Anadón prosiguió con su recorrido por el Museo Oriental de Valladolid, mientras que la siempre presente referencia al séptimo arte, vino esta vez de la mano de Marisa Royo, quien estudia la relación entre Shakespeare y Bollywood en su artículo. Para cerrar el mes, Esther Lupón González profundiza en un

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 recorrido histórico sobre la presencia del Islam en China. A todo ello, debemos sumar las reseñas literarias y las críticas cinematográficas de nuestras colaboradoras: Carolina Plou Anadón, María José López Beltrán y Ana Asión. Con esta segunda parte, concluimos el ciclo relativo a las relaciones entre Asia y Latinoamérica, pero queda aún por explorar el área destinada a analizar las conexiones de Oriente con los Estados Unidos de América, empresa a la cual destinaremos el próximo número de la revista. Sin más dilación, os dejamos con los apasionantes artículos que componen el ejemplar que tenéis ante vuestros ojos, confiando en que disfrutéis con su lectura. Fdo. La Dirección.

ÍNDICE DE CONTENIDOS Arte Recorrido por el Museo Oriental de Valladolid II. Por Carolina Plou. 87 La laca japonesa urushi III: la laca urushi en el siglo XX, periodos Taishô y Shôwa. Por Daniel Rodríguez. 95

Cine y Televisión Tragedia shakespeareana en el Bollywood más serio. Por Marina Royo. 104

Ecos de Asia somos: Cultura Visual

Dirección y coordinación: Marisa Peiró, Carolina Plou. Tesorería: Marisa Peiró. Secretaría: Carolina Plou.

De Sekien a Studio Ghibli: lo sobrenatural en la imagen dibujada del Japón (III). Reinterpretaciones de lo clásico japonés. Por Pablo Begué. 109

Responsables edición web: Carolina Plou, María Gutiérrez, Marisa Peiró.

Crítica

Responsable edición en pdf: Carolina Plou. Comité de redacción: María Gutiérrez, David Lacasta, Laura Martínez, Marisa Peiró, Carolina Plou. Comité científico: Ana Asión, Elísabet Bravo, María Galindo, María Gutiérrez, David Lacasta, Laura Martínez, Marisa Peiró, Carolina Plou, Claudia Sanjuán. Colaboradores en materia web: Alberto Clavería y Fernando Sánchez.

Infancia, vejez, memoria y muerte. Reseñamos Los Amigos, de Kazumi Yumoto. Por Carolina Plou. 116 Una pastelería en Tokio (an, 餡). Por María Jesús López. 118 Crítica: La chica satélite y el chico vaca (2014). Por Ana Asión. 122

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Once mil leguas de México a Japón: el increíble viaje de Francisco Díaz Covarrubias y la Comisión Astronómica Mexicana I Por Marisa Peiró y David Lacasta

Como hemos venido señalando en anteriores entregas, las relaciones entre México y Extremo Oriente vivieron un auténtico periodo de esplendor entre los siglos XVI y XVIII, momento en que estuvo en funcionamiento el Galeón de Manila, pero tras la independencia mexicana los contactos se interrumpieron hasta finales del siglo XIX. Aunque tradicionalmente se considera al poeta y escritor José Juan Tablada (18711945) el iniciador de las relaciones artísticas y estéticas entre Japón y México, el comienzo de las modernas relaciones diplomáticas y de Fotografía del grupo protagonista. De pie y de izquierda a derecha, Francisco Jiménez, Francisco apreciación mutua entre Díaz Covarrubias, Francisco Bulnes. Sentados, Agustín Barroso y Manuel Fernández Leal. ambos países se debe al grupo de intelectuales mexicanos al Japón célebre viaje a Japón encabezado por el Meiji. astrónomo Francisco Díaz Covarrubias, que tuvo el singular motivo de la observación En un principio, puede parecer extraño que astronómica del tránsito del planeta Venus a un país como México, que atravesaba un través del disco del Sol, y que llevaría a un periodo marcado por las dificultades REVISTA ECOS DE ASIA / revistacultural.ecosdeasia.com /NOVIEMBRE 2015

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 económicas y los conflictos políticos se embarcara en una misión científica de este calibre. No obstante, el presidente Sebastián Lerdo de Tejada encomendó en 1874 la organización y la dirección de la expedición a Francisco Díaz Covarrubias (1833-1889), un famosos ingeniero, geógrafo y diplomático mexicano que destacó por sus aportaciones a la geografía mexicana, así como por su implicación en la renovación del sistema de educación pública. Como hemos adelantado, la expedición tenía como principal cometido el estudio del tránsito del planeta Venus a través del disco del Sol, un fenómeno que se daba una vez cada siglo, y que para su observación y estudio a finales del siglo XIX llevó a una gran cantidad de países (entre lo que se encontraba México) a enviar sus científicos al Extremo Oriente, zona que se consideró como la mejor para la observación del fenómeno, ya que éste no se pudo apreciar desde América, Europa y la mayor parte de Asia y África. La expedición mexicana contaba con una serie de integrantes entre los que se encontraban Francisco Jiménez, Francisco

Grabado que reproduce el observatorio de la Comisión en Nogue-no-Yama.

Bulnes, Agustín Barroso y Manuel Fernández Leal, todos bajo la dirección de Díaz Covarrubias, que partiendo de Ciudad de México emprendieron un viaje que los llevó a La Habana, Filadelfia y Nueva York. Cruzaron entonces de Este a Oeste Estados Unidos, con el fin de embarcar en el puerto de San Francisco rumbo a Yokohama. La expedición científica, pionera de este campo en México, dejó como resultado dos libros que alcanzaron una gran popularidad en la época, en los que no solo se narraban los detalles

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 técnicos de la hazaña, sino que también transmitían toda una serie de descripciones e ideas sobre las gentes del Japón y Asia, y que calaron entre los mexicanos que tuvieron la suerte de leerlos. El libro escrito por el propio Díaz Covarrubias,1 en el que aparte de comentar los entresijos de la expedición, cuyos resultados fueron muy bien valorados por científicos coetáneos, relata sus impresiones del viaje con una prosa fluida y elegante, que demuestra sus cualidades como escritor además de su valor como científico.

Covarrubias era asimismo consciente de los cambios recientemente experimentados por Japón, describiéndonos la Restauración Meiji como una lucha entre los progresistas partidarios del Emperador, ávidos por llevar al país por las sendas del progreso, y los usurpadores feudalistas que apoyaban al sogún. En su obra también recoge con mirada crítica los comportamientos de los visitantes occidentales, así como sanciona el mal trato que muchos viajeros adinerados dispensaban a las clases bajas japonesas:

En su libro, acompañado de toda una serie de reproducciones litográficas, Díaz Covarrubias nos describe sus impresiones de Japón, país al que consideraba ya toda una potencia, señalando los esfuerzos que éste estaba llevando a cabo para ponerse a la par de las naciones occidentales, resaltando el apoyo y el trato favorable que el ilustrado gobierno japonés dispensaba a los extranjeros que, como ellos, se encontraban allí con fines científicos. No debemos pasar por alto que durante su estancia en Japón la expedición fue ayudada por diplomáticos americanos que les facilitaron las gestiones con el gobierno japonés, ya que México no contaba con representación diplomática en el País del Sol Naciente. En su relato, Díaz Covarrubias describe los entresijos de las ciudades japonesas que visitó, contraponiendo las “modernas y occidentales” Yokohama y Tokio, en las que se podía observar toda una suerte de edificios y comodidades occidentales (como conducciones de electricidad y gas), a la tradicional Kanagawa, de la que describe con profusión sus construcciones tradicionales japonesas. Díaz

Pero sí causa profundo disgusto el espectáculo del hombre convertido en bestia de tiro (….), pasa a ser repugnante el que ofrecen algunos europeos ostentando el lujo ridículo e inhumano de hacer acompañar sus carruajes por japoneses a pie, llamados bet-to (palafreneros), que van corriendo al lado de las portezuelas al paso de los caballos. (…) Es probable que esa costumbre haga muchas víctimas de afecciones pulmonares entre los japoneses, sobre todo durante el invierno en que están expuestos a cambios muy bruscos de temperaturas… Juzgando por la desagradable impresión que siempre me causaba ver el contraste de la bella dama inglesa o del caballero cómodamente reclinado en su carretela, cubiertos de pieles para defenderse del frío, (…) con el infeliz betto respirando con dificultad en su furiosa carrera… Por lo que a mí toca, nunca pude evitar a la vista de una moda tan inhumana, que se presentasen en mi memoria los esfuerzos de estos mismos ingleses para establecer y propagar en su país las sociedades protectoras de los animales, y no alcanzaba a darme cuenta de la palpable inconsecuencia con que tan solícitos por el bienestar de un

Díaz Covarrubias , Francisco. Viaje De La Comisión Astronómica Mexicana Al Japón: Para Observar El Transito Del Planeta Venus Por El Disco Del Sol El 8 De Diciembre De 1874. Ciudad de México, C. Ramiro y Ponce de León, 1876. Edición consultada: Diego, Hugo. Viaje al Japón. Francisco Díaz Covarrubias. México D.F., Educación y Cultura, 2008. 1

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 jumento (asno), se mostrasen tan indiferentes por el fatigoso e 2 innecesario trabajo de un ser humano.

Díaz Covarrubias realiza también en su obra un repaso por las principales manifestaciones artísticas japonesas que causaban verdadero furor en Occidente. Así, describe los distintos talleres de seda, de talla de marfiles, porcelanas, esmaltes y bronces, además de realizar un profundo recorrido por la industria de la seda y sus principales productos:

básteme decir que la inmensa variedad de tejidos que se fabrican en el Japón con ese filamento (seda)… además de terciopelos, rasos de diversas clases, Una de las ilustraciones del libro de Covarrubias, en la que aparece uno de los rickshaw cuyo uso tanto pañuelos de seda, desagradaba al científico. pasamanerías, etc. Y aun tejidos de papel para vestido, que También hay lugar para las habituales tienen bastante resistencia para comparaciones. Así pues, señala las soportar muy bien la operación de diferencias en las formas de vestir de las lavado. Una pieza de tela (chirimen) que gentes de Japón en contraposición a las de me regaló el Ministro de la Marina, México, familiares a sus futuros lectores, otras que adquirí en Yokohama, algunas señalando cómo el atuendo occidental se va piezas de ropa que allí me hicieron y un imponiendo entre los funcionarios y todos aquellos japoneses que iban abrazando las japonesas cuidan muy poco de aparecer fina su modas occidentales.3

Diego, Hugo. Viaje al Japón. Francisco … op. cit. pp. 206-207. 3 “El traje de las mujeres consiste en un serie de batas abiertas por delante y sobre puestas y de colores generalmente diversos, esto es, más vivos los de las interiores y más sombríos los de las exteriores. Todas estas batas tienen mangas muy anchas de una forma cuadrada, y que sirven a la vez de amplios bolsillos…El total del traje se ajusta con un ancho cinturón de varios metros de longitud, y que después de dar dos o tres vueltas al derredor del talle, se anuda por detrás formando un enorme lazo. Las 2

cintura, de manera que no solamente desconocen el corsé, sino por el contrario dan a su talle inmenso volumen con la holgura de las batas acolchadas y con la larguísima faja que las sujeta… Los vestidos y otros usos varios europeos se van generalizando en el Japón de una manera notable, y que contrastan singularmente con la resistencia a adoptar las mismas costumbres que se advierten en el vecino Imperio de la China. En el Japón no solo la totalidad de los funcionarios y empleados públicos visten ya casi sin excepción el traje europeo, sino que muchos particulares y gentes del pueblo que pueden proporcionárselo, lo han adoptado también.” Diego Hugo. Viaje al Japón. Francisco … op. cit. pp. 216220.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 pedazo de tejido de papel que también traje, han llamado en México la atención de cuantas personas han visto estos objetos, tanto por su belleza como por su baratura… Indicaciones análogas podrían hacerse respecto de las porcelanas, de los muebles, de los utensilios metálicos para el servicio doméstico y de otros mil objetos…”4 Señala, de manera interesante, lo provechoso que sería para México el entrar a formar parte en el pujante comercio con Extremo Oriente y especialmente con Japón, expresando asombrado que la plata mexicana es la principal moneda empleada en las transacciones en Extremo Oriente -no habiendo sido suplantada todavía por el dólar-, así como lo beneficiosas que serían para México las importaciones de productos japoneses, que llegarían directamente sin depender de intermediarios europeos (uno de los principales problemas a los que se había visto abocado el país tras su independencia), además de todas las oportunidades de negocio que se desarrollarían en México gracias a la exportación de materiales agrícolas y mineros, de los cuales especialmente Japón estaba muy necesitado. Igual de interesante es la crónica de viaje que realizó otros de los componentes de la misión astronómica, Francisco Bulnes (1847-1924), escritor y periodista que viajó con la expedición en virtud de cronista. El libro de Bulnes5 sería el primero en hablar del Diego, Hugo. Viaje al Japñn. Francisco… op. cit. pp. 245-246. 5 Bulnes, Francisco. Sobre el Hemisferio Norte, Once Mil Leguas: Impresiones de Viaje a Cuba, Los Estados-Unidos, El Japón, China, Cochinchina, Egipto y Europa. Ciudad de México, Rev. Universal, 1875. Para un estudio del relato, véase Chávez Jiménez, Daniar. “Viajeros del siglo XIX: el linaje mexicano y las 11 mil leguas de Francisco Bulnes por el Hemisferio norte”, en Estudios. v. 12, primavera de 2014, pp. 5372. 4

Extremo Oriente -pues se publicó un año antes que el de Díaz Covarrubias-, y serviría para revitalizar la temática del viaje en la literatura mexicana. El libro, igual que el de Díaz Covarrubias, nos narra los entresijos de la expedición mexicana, presentando una estructura argumental dividida en capítulos según los destinos que visitaban los científicos. En él, destaca la importancia que se le da a la descripción de Asia, en especial a Japón (que ocupa una tercera parte del libro), pero también a China, Conchinchina, Saigón, Singapur y Ceilán. Así pues, el peso de la temática relacionada con Oriente es abrumador en la obra de Bulnes, estando los restantes capítulos del libro centrados en el viaje de México a Estados Unidos, y de Ceilán a Egipto, con unas ligeras impresiones de Nápoles, Pompeya y Roma, para acabar solamente mencionando París. En sus escritos, Bulnes era consciente de que el viajero que se encaminaba a Oriente portaba consigo unas enormes expectativas y ansias de novedades, debiendo hacer un esfuerzo constante para no acostumbrarse a lo novedoso, ya que esto le llevaría a la indiferencia y pérdida de emoción. Una temática recurrente en su texto es el interés por la situación de las mujeres en Oriente, especialmente en el caso de Japón, donde se interesará por temas como el divorcio, criticando la prostitución, prestando especial atención al barrio de Yoshiwara, que posteriormente tanto fascinará a otros modernistas como Gómez Carrillo o al ya mencionado Tablada. La prostitución es fría y se amalgama con el candor. Las madres espían el momento en que sus hijas llegan a ser mujeres para venderlas. Los extranjeros las compran al precio de un toro en México, y su manutención no sobrepasa a la de un caballo de raza… No tienen gestos de amor que

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 vender, ni conocen la coquetería; no hay movimientos y por consiguiente no hay provocaciones; la voluptuosidad es maciza y pesada, el atractivo puramente físico…6

sus nociones cristianas. Salvando alguna inexactitud, estos escritos sobre las religiones orientales son de gran importancia, ya que serán los primeros sobre el Budismo realizados en México y probablemente de toda América Latina, que no serían hasta los Estudios Indostánicos (1920) de José Vasconcelos. Asimismo, Bulnes realiza una lectura política del ascenso de Asia, en un momento en el que el control europeo y estadounidense parecía innegable y se creía, sería permanente, situación que no comenzaría a cambiar hasta 1905, tras la victoria japonesa sobre Rusia, en la que por primera vez una nación europea perdía ante un país asiático.

El Asia sorprendida por el progreso, comprende la complicidad momentánea del destino y entrega al despotismo de la filosofía sus misterios, sus granos de opium conteniendo años de sueños, sus bandas negras, sus momias perfumadas, sus Grabado del libro de Díaz Covarrubias que representa a unas jóvenes japonesas. mujeres, sus artes, sus virtudes Es de destacar, que durante el viaje y en su y sus vicios. Capitula con la razón y libro, Bulnes se sintió especialmente atraído acepta el honor de las demás naciones” 7 por las religiones orientales. Manifestará simpatía por el Confucianismo, a cuyos Japón llamó en especial su atención debido a practicantes calificaría de librepensadores, y la manera en la que combinaba tradición y dedicará un capítulo a la biografía de Buda modernidad, buscando una fórmula similar (sirviéndose de unas fuentes cuanto menos extrapolable a México, país que también se rigurosas), además de exponer su doctrina, encontraba en una compleja posición con vagamente comprendida e interpretada desde respecto al despliegue militar de Estados Bulnes, Francisco. Sobre el Hemisferio Norte… op. cit. pp. 114-115. 6

Bulnes, Francisco. Sobre el Hemisferio Norte… op. cit. pp. 176-177. 7

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Para saber más:

El libro de Díaz Covarrubias también reproduce alguna de las principales atracciones turísticas de Japón, como el Daibutsu de Kamakura.

Unidos. A pesar de sus muy particulares opiniones –tanto en ésta como en otras obras, Bulnes será considerado por la Academia posterior como un escritor reaccionario. En la figura de Bulnes encontramos a un perfecto cronista en el que se conjugan lo literario, lo historiográfico, lo escéptico y lo analítico.

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Díaz Covarrubias, Francisco. Viaje De La Comisión Astronómica Mexicana Al Japón: Para Observar El Transito Del Planeta Venus Por El Disco Del Sol El 8 De Diciembre De 1874. Ciudad de México, C. Ramiro y Ponce de León, 1876.

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Bulnes, Francisco. Sobre el Hemisferio Norte, Once Mil Leguas: Impresiones de Viaje a Cuba, Los Estados-Unidos, El Japón, China, Cochinchina, Egipto y Europa. Ciudad de México, Rev. Universal, 1875.

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Chávez Jiménez, Daniar. “Viajeros del siglo XIX: el linaje mexicano y las 11 mil leguas de Francisco Bulnes por el Hemisferio norte”, en v. 12, primavera de 2014, pp. 53-72.

No obstante, aunque el viaje de Bulnes y Díaz Covarrubias marcaría un hito en cuanto a la literatura hispanoamericana sobre Oriente, sería también verdaderamente significativo en los ámbitos económico, diplomático y demográfico, aspectos de los cuales nos ocuparemos en una próxima entrega.

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Once mil leguas de México a Japón: el increíble viaje de Francisco Díaz Covarrubias y la Comisión Astronómica Mexicana II Por Marisa Peiró y David Lacasta

Tal y como adelantábamos en una entrega anterior, tanto el viaje de la Comisión Astronómica Mexicana a Japón (encabezado por Francisco Díaz Covarrubias y relatado tanto por él como por Francisco Bulnes) y su relato, sobrepasaron sus finalidades científicas y literarias originales, para desembocar en toda una serie de consecuencias diplomáticas y económicas para el país.8 En sus escritos, Díaz Covarrubias exponía sus ideas, según las cuales las relaciones diplomáticas con China y Japón se debían de iniciar de inmediato, con el fin de controlar la fuga de plata mexicana9 y mejorar las

exportaciones Pacífico.10

entre

ambos

lados

del

Otra razón de peso en el inicio de estas relaciones diplomáticas se debía a la necesidad de recurrir a mano de obra asiática, con lo que México se sumaba a una creciente corriente internacional que abogaba por el empleo de trabajadores chinos, denominados genéricamente coolies, los cuales constituían la principal fuerza de trabajo con la que se sustituía al trabajo esclavista, prohibido en México desde 1810, y que sería especialmente relevante en las misiones de repoblación e intentos de industrialización de regiones poco

“La moneda mexicana que, conserva allí aún tal prestigio que ni el tradedollar de los anglo-americanos ha podido destruirlo, (….) va a consumirse en último resultado a Asia. Para ello sigue actualmente el camino más largo recorriendo un trayecto superior a siete mil leguas, y dejando al paso en muchas manos parte de su valor; mientras que enviando por nosotros al Asia, no tendrá que recorrer más que un camino de dos mil leguas, sin perder parte de su valor que hoy deja en poder del comercio europeo. (…) de esta manera obtendríamos en cambio de nuestra plata artículos muy apreciables de la industria asiática, o aun los de la industria europea… no podrá negarse que bajo cualquier aspecto que se considere la cuestión, nuestras relaciones directas con el Asia deben ser altamente provechosas para México que después de su independencia ha sido exclusivamente tributario de la Europa.” Diego, Hugo. Viaje al Japón. Francisco Díaz Covarrubias, México. D.F. Educación y Cultura, 2008, pp. 247-248. 10

Para más información sobre la expedición y su trascendencia, véase Allen, Christine. “The Mexican expedition to observe the 8 December 1874 transit of Venus in Japan”, en Kurtz, D.W. (ed.), Transits of Venus: New Views of the Solar System and Galaxy, Proceedings of IAU Colloquium, v. 196, Cambridge, Cambridge University Press, 2004, pp. 111-123. 9 Desde la desaparición del Galeón de Manila, y hasta el establecimiento de tratados de libre comercio, la mayoría las exportaciones de plata mexicana hacia el este de Asia, así como a la venta de productos chinos en la República Mexicana, recayeron en manos del contrabando. Para más información, véase McMaster, John. “Aventuras asiáticas del peso mexicano”, Historia Mexicana, v. 8, n° 3, enero-marzo de 1959, pp. 372-399. 8

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 pobladas del país, como lo eran numerosos estados y territorios del norte.11

en mi país, se confunden por lo común, atribuyéndoseles la misma índole y el mismo espíritu de rutina. Pero lejos de tener el chino analogía alguna con el japonés, ofrece por el contrario en muchísimos rasgos un positivo contraste con el carácter de éste. Los japoneses en efecto son casi siempre afables, corteses, valientes, pundorosos y muy dóciles de aceptar todo género de cultura; mientras que entre los chinos raras veces se encuentran cualidades semejantes. (…) aquéllas se encontrarán Muchos culíes trabajaron en zonas mineras del sur de Estados Unidos y de buena parte de México. comprobadas si se Respecto a esta cuestión, Díaz Covarrubias examina la conducta que observan las nos deja ver su preferencia por el pueblo colonias asiáticas en las naciones en que japonés frente al chino, ya que según se hallan establecidas, y aun las simples comenta, a tenor de las colonias de chinos aglomeraciones de individuos de esta que había observado en San Francisco o el raza en lugares sujetos a la autoridad de propio Japón, los súbditos del Celeste otro pueblo. Así, por ejemplo, en San Imperio emigrados no se sabían amoldar a las Francisco de California los chinos han costumbres extranjeras, mientras que los estado varias veces a punto de ser japoneses, con una actitud diametralmente expulsados del territorio americano por opuesta, siempre se mostraban “ávidos por sus demasías; y en el puerto de Hong instruirse de la civilización europea.” Kong sólo pueden las autoridades “No podría insistir yo bastante en inglesas contener algo sus desmanes señalar las diferencias características de prohibiéndoles que anden por las calles ambos pueblos que, muy poco conocidos a ciertas horas de la noche, y haciendo arrestar a los contraventores. No existen en verdad hasta hoy en otros países 11 El estado mexicano se había propuesto la colonización de las regiones despobladas del país, con colonias o reuniones de japoneses tan vistas a implantar modernas técnicas de producción numerosas como las chinas; pero en la que sustituyeran a la economía tradicional. gran cantidad de ellas que se hallan en Previamente, se había desechado la instalación de inmigrantes europeos en las denominadas zonas de los Estados Unidos y en las principales “tierra caliente”, debido a su insalubridad y dureza del capitales de Europa, lejos de dar medio, de ahí que el gobierno se decantara por la inmigración asiática.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 motivos de queja, se hacen notables por su moderación y por su deseo de instruirse.”12 El contexto emergente de las naciones japonesa y mexicana, unido al buen hacer de Díaz Covarrubias en el País del Sol Naciente, marcó el inicio de las relaciones diplomáticas entre México y Japón, quienes en 1888 firmaron un tratado de Amistad, Comercio y Navegación,13 el primero entre Japón y Latinoamérica, y el primero entre México y un país asiático.14 El tratado supuso un hito en las relaciones internacionales, ya que México contribuyó no sólo al fortalecimiento de la soberanía japonesa, sino al nuevo derecho internacional, el cual se apoyaba en principios de igualdad, reciprocidad y respeto de la soberanía de los dos países. Este tratado fue el más importante de los celebrados entre México y Japón, finalizando en el año 1925, al que con el pasar de los años se fueron añadiendo muchos otros, centrados en cuestiones culturales, comerciales o migratorias.

Diego, Hugo. Viaje al Japón. Francisco Díaz … op. cit. pp. 221-222. 13 A pesar de que existieron relaciones comerciales con carácter habitual desde que en 1821 el recientemente independizado México expidiera el Decreto de Libre Comercio, gracias al cual embarcaciones de cualquier nacionalidad y procedencia podrían realizar intercambios en los puertos mexicanos, no fue hasta después del viaje de Díaz Covarrubias cuando comenzaron las relaciones diplomáticas entre México y el Extremo Oriente. 14 A partir de 1853 se inicia la apertura de Japón y la firma de tratados con Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Holanda y Rusia. El Shogunato, que había gobernado Japón durante toda la etapa de aislamiento en el conocido como periodo Edo (1616-1868), tras una grave crisis interna entregó el poder al emperador Mutsuhito, inaugurando la era Meiji y la época moderna de Japón (1868-1912). 12

Enomoto Takeaki, fundador de la primera colonia japonesa en Chiapas.

Poco más tarde de los contactos diplomáticos iniciales, daría también comienzo la inmigración controlada hacia México desde el archipiélago nipón, que se asentaría dentro de diferentes puntos de la República Mexicana.15 Inmediatamente después, se generalizaría la inmigración masiva de trabajadores asiáticos, no cualificados pero de alta competitividad, debido a sus bajos salarios, y a la sobrepoblación que amenazaba importantes zonas de China y Japón y que provocó la mayor diáspora histórica de población asiática. Para más información sobre la inmigración japonesa en México véase Palacios, H., “Japón y México: el inicio de sus relaciones y la inmigración japonesa durante el Porfiriato”, en Análisis, mayo – agosto, Ciudad de México, 2012, pp. 105-140; Ota Mishima, María Elena. Siete migraciones japonesas en México: 1890- 1978, Ciudad de México, El Colegio de México, 1982; Ota Mishima, María Elena (coord.), Destino México. Un estudio de las migraciones asiáticas a México, siglos xix y xx, Ciudad de México, El Colegio de México, 1997, pp. 11-18 y 55-121. 15

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La prohibición de la inmigración china en Estados Unidos hizo que México se hiciera uno de los destinos principales de las trabajadores chinos; esto se vio especialmente en zonas de haciendas, de minas, pero también en lugares fronterizos como Tijuana o Mexicali (en la foto).

La firma de un tratado con China sería tardía, lo que provocó que el gobierno dejara en manos de compañías extranjeras el transporte e instalación de los inmigrantes chinos. En diciembre de 1899 se firmó el primer tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre México y China. Debido a que Japón había logrado con México el primero de sus tratados “no desiguales”,16 el estado chino concibió la posibilidad de obtener uno similar, algo que finalmente no sucedió debido a la inestabilidad que atravesaba el Celeste Imperio a consecuencia del movimiento Bóxer, firmándose finalmente un acuerdo en el que México salía notablemente favorecido. En 1946 se ratificaría un nuevo tratado que vendría a Como Tratados Desiguales se conoce a la calidad de condiciones en que fueron firmados numerosos tratados a finales del siglo XIX y comienzos del XX, entre distintos países asiáticos, especialmente el Japón de los Tokugawa y la China Qing, y las distintas potencias occidentales, las cuales recurrieron a presiones militares y económicas con el fin de obtener condiciones muy ventajosas en los intercambios comerciales. 16

sustituir el de 1899, prolongando la relación transpacífica durante el siglo XX.17 Aunque, por norma general, los trabajadores japoneses estaban mejor considerados que los chinos, muchos tuvieron destinos y ocupaciones similares: así, trabajaron en haciendas azucareras y cafeteras de estados como Oaxaca y Veracruz, minas en la zona norte del país, construcción de las principales líneas de ferrocarril a lo largo de todo México y, en general, toda una serie de empleos de gran demanda cuyos ámbitos fueron ampliándose con el tiempo.

Sobre las relaciones entre México y China, véase Valdés Lakowsky, Vera. Vinculaciones sinomexicanas : albores y testimonios 1874-1899. Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1981, Pardinas, F “Relaciones diplomáticas entre México y China, 1898-1948,” en Archivo histórico diplomático mexicano, v. 9, Ciudad de México, Secretaría de Relaciones Exteriores, 1982 o Connelly, Marisela. China – América Latina: génesis y desarrollo de sus relaciones. Ciudad de México, El Colegio de México, 1992. 17

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 pertinentes reclamaciones por parte del gobierno chino, así como una serie de medidas encaminadas a restringir la inmigración china. En cuanto a la población japonesa, ésta no sufriría análogas restricciones hasta la época de la Segunda Guerra Mundial, Grupo de habitantes japoneses de la Roma, en la Ciudad de México (c. 1940). cuando se dio la La presencia de trabajadores chinos en concentración forzosa de japoneses en la zona México llegaría a ser tal que acabarían por centro del país, mediante la cual todo japonés originarse toda una serie de conflictos y –naturalizado o no mexicano- debía enfrentamientos que se prolongarían a lo abandonar las cosas y zonas fronterizas del largo de las décadas,18 provocando las país por temas de seguridad y espionaje relacionados con las potencias del eje.19 Aunque ya existía desde antes, el periodo de la Revolución Mexicana y los años que le siguieron fueron la etapa más cruenta para la población asiática del país. La población de origen chino, concentrada en los estados del norte del país –como Sinaloa, Coahuila, Chihuahua o Baja California– sufrió durante el periodo de 1911-1934 los envites de numerosos políticos populistas y asociaciones anti-chinas, entre los que sobresale la conocida como matanza de Torreón, en la que parte del ejército maderista asesinó a más de 300 sino-mexicanos del lugar. El tema de la sinofobia en el México de principios de siglo XX ha recibido numerosos estudios, entre los que destacan: Martínez, Ernesto. Border Chinese: Making Space and Forging Identity in Mexicali, Mexico. Tesis Doctoral de la Universidad de Harvard, 2008; Ota Mishima, María Elena. Destino México : un estudio de las migraciones asiáticas a México, siglos XIX y XX. Ciudad de México, El Colegio de México, Centro de Estudios de Asia y África, 1997 y Cinco Basurto, M. G. La expulsión de chinos de los años treinta y la repatriación de chino mexicanos de 1960. Tesis de Maestría de El Colegio de México, 2009 o Figueroa Barkow, Patricia. El movimiento antichino en México de 1916 a 1935. Un caso de “racismo econñmico”, Tesis de Licenciatura de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1976. 18

En las décadas centrales del s. XX proliferarían los “cafés chinos” en muchas de las grandes ciudades de México.

Para más información, véase Peddie, Francies. “Una presencia incómoda: la colonia japonesa de México durante la segunda guerra mundial”, Estudios de historia moderna y contemporánea de México, 2006, n° 32, pp. 73-101. 19

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Tal y como sucedió con otras comunidades nikkei, los japoneses de México crearon escuelas y publicaciones propias.

En definitiva, hemos podido comprobar cómo una expedición que tenía como fin un particular hecho científico resultó ser tremendamente importante para el desarrollo de las relaciones diplomáticas, comerciales y demográficas entre el México moderno y el Extremo Oriente lo que, en las décadas sucesivas y hasta el momento presente, desembocaría en multitud de intercambios culturales y personales de todo tipo.

Para saber más: -

Allen, Christine. “The Mexican expedition to observe the 8 December 1874 transit of Venus in Japan”, en KURTZ, D.W. (ed.), Transits of Venus: New Views of the Solar System and Galaxy, Proceedings of IAU Colloquium, 196, Cambridge, Cambridge University Press, 2004.pp. 111123.

-

Connelly, Marisela. China – América Latina: génesis y desarrollo de sus relaciones. Ciudad de México, El Colegio de México, 1992.

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Dorantes, M. G., Las relaciones de México con los países del Extremo Oriente, Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1970.

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Figueroa Barkow, Patricia. El movimiento antichino en México de 1916 a 1935. Un caso de “racismo econñmico”, Tesis de Licenciatura de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1976.

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Ota Mishima, María Elena. (coord.), Destino México. Un estudio de las migraciones asiáticas a México, siglos xix y xx, Ciudad de México, El Colegio de México, 1997.

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Michiko to Hatchin y el Brasil contemporáneo Por María Gutiérrez La inspiración y la temática de los anime o series de animación japonesas puede llevarnos a cualquier parte: desde el Japón tradicional, la India, el Londres decimonónico o incluso al Brasil contemporáneo. En un artículo anterior, dentro de este especial centrado en las relaciones entre Latinoamérica y Japón, ya comentamos otra serie que bebe de esta cultura, como es el caso de Jikû Tenshô Nazca, basado, principalmente, en la antigua cultura inca trasladada al Japón contemporáneo a través de las reencarnaciones de distintos guerreros y sacerdotes; sin embargo, en este caso queremos centrarnos en un anime de carácter realista que nos remite a las andanzas de una delincuente fugada de una cárcel de máxima seguridad y una niña huérfana. Michiko to Hatchin (Michiko y Hatchin en castellano) es una serie que fechamos en el año 2008 producida por el estudio Mangaglobe (Ergo Proxy, Sengoku Basara) y dirigida por Sayo Yamamoto (Lupin III: The

Woman Called Fujiko Mine). En este caso, a través de un total de 22 capítulos se narra la historia de las dos protagonistas, Michiko Malandro por un lado, y Hana Morenos por otro. La primera es una mujer joven y atractiva, en busca y captura por parte de la policía después de haberse fugado de una prisión de máxima seguridad; a lo largo de los episodios se nos dan algunas pinceladas acerca del pasado de este peculiar personaje, que parece obsesionada con encontrar a Hiroshi Morenos -el padre de Hana-, con el que mantuvo una relación amorosa. Hana Morenos, que con el paso de los capítulos pasará a ser conocida como Hatchin, es una niña huérfana que vive, en un primer momento, con la familia que la adoptó, donde se la maltrata y se la considera una mera criada, hasta que un día, Michiko irrumpe en la casa con su peculiar moto y se la lleva para encontrar a su padre. Si bien, la aventura de ambas protagonistas va a estar plagada de dificultades y enfrentamientos, tanto con la

Una de las imágenes promocionales de la serie en la que podemos ver a ambas protagonistas volando sobre uno de los paisajes típicos que aparecen en la historia.

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Fotograma tomado de la serie en el que podemos ver, a modo de ejemplo, un bar cuyo nombre está en portugués, así como el ambiente general de las calles que aparecen en la serie.

policía, como con bandas tan poderosas y peligrosas como Monstro; igualmente, se van a encontrar con toda una serie de personajes, que van desde la más pura crueldad hasta llegar a cautivar al espectador con su originalidad y entrega. Toda esta historia se ambienta en una serie de escenarios ficticios claramente inspirados en América Latina, sobre todo en Brasil, deducimos esto tanto porque los carteles y letreros que aparecen en las tiendas están escritos en portugués, como por los rasgos de los habitantes de cada uno de los escenarios, de piel morena y cabello oscuro en su mayoría. Este es un escenario triste y cruel donde vamos a encontrarnos con niños portando armas y trabajando al servicio de cualquier grupo, la pobreza reinante, el dominio de una serie de bandas armadas, diversos secuestros, o incluso la violencia y el sexo como un leitmotiv constante. Todos estos aspectos nos llevan a pensar en dos

cosas: la imagen que desde Japón se tiene de América Latina (y más concretamente de zonas como Brasil) y la imagen tópica que se quiere transmitir al público mediante la serie que nos ocupa. No podemos negar el hecho de que la trama que hemos comentado se ve favorecida por el universo que ha creado Sayo Yamamoto, de modo que permite introducir de manera más o menos constante toda una serie de enfrentamientos, tensión, o incluso giros inesperados en el guión. Sin embargo, no podemos dejar de mencionar el hecho de que este anime no hace sino contribuir a la imagen, tópica y negativa, que muchas veces llega a Europa, considerando Sudamérica como un conjunto de peligros y corrupción. Si bien, y como ya hemos mencionado, hemos de tener en cuenta que se trata de una ambientación ficticia, una inspiración en un paisaje real; por lo que muchos aspectos se ven exagerados y modificados en favor de la historia.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Dejando de lado los tópicos injustificados así como todos los aspectos negativos que se subrayan a lo largo de los capítulos, no podemos dejar de considerar también esta serie como una fuente para conocer algunas de las costumbres o aspectos que aparecen en determinados episodios, como puede ser el caso de las corridas de toros y el éxito que cosechan -y por las que parece que el público japonés también se siente atraído-, los mercados y la variedad de productos, las comidas que toman los personajes, monumentos y algunas arquitecturas… siempre, por supuesto, bajo el velo de la ficción. En primer lugar, Michiko podría considerarse, de nuevo, como una especie de tópico de la mujer latina: morena, atrevida, apasionada, que viste de manera provocativa y sensual; pero también se la representa como peligrosa e inculta, rasgos que, de nuevo, se respaldan en la temática de este anime.

Destaca el hecho de que la mayor parte de los personajes femeninos se caracterizan de esta forma, todas ellas con un cuerpo esbelto y sensual, tez morena y una personalidad arrolladora que conjuga la sensualidad y el peligro. Por otro lado, la pequeña Hana o Hatchin es el contrapunto a la energía de Michiko; al principio se presenta como un personaje calmado y silencioso, que aguanta el trato de su familia adoptiva con resignación y aceptación, hasta que acaba explotando en un violento ataque a uno de sus hermanos. Una vez se encuentra con Michiko e inician su aventura juntas (a la que prácticamente se ve arrastrada sin explicación alguna), Hana se torna mucho más valiente y menos reservada, manteniendo esa fortaleza que la caracteriza desde el principio de la serie. Como ya hemos comentado, la relación entre ambas protagonistas es el punto más importante a tener en cuenta, cómo acaban por convertirse en algo mutuamente necesario, se protegen

Ejemplo de una de las bandas que toma a niños como un miembro más, proporcionándoles armas para defenderse.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 mutuamente y corren en ayuda la una de la otra, manteniendo al espectador en esa intriga por saber si realmente son madre e hija o su relación no va mucho más allá de la búsqueda que han emprendido juntas. A modo de conclusión, no podemos sino incidir en lo expuesto con anterioridad, quizás este sea un anime que ponga de relieve los aspectos más negativos de la sociedad latinoamericana, si bien, esta es una decisión que se toma con el fin de favorecer la trama de la historia. Hemos de tener en cuenta que no deja de ser un escenario ficticio de rasgos exagerados, por lo que no se ha de tomar como un testimonio de una realidad que, por otra parte, esta ahí, y en ocasiones sale a la luz. Dejando de lado este aspecto y centrándonos en la calidad de la serie, destaca el estilo de dibujo por su originalidad y aspecto más cercano al realismo; además, la animación es bastante buena, al igual que el diseño de personajes. Igualmente, la trama resulta más que recomendable al tratarse de una historia muy dinámica, repleta de acción y bastante entretenida, recomendable para todos aquellos que tengan ganas de ver algo diferente.

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Shindo Renmei: los últimos samuráis del Brasil del apartheid Por Héctor Tome

Como vimos en otros artículos, la relación de Japón con Brasil ha sido fructífera para ambos países en términos absolutos y ha propiciado la aparición de fenómenos insólitos en la Historia de la migración. No obstante, esto no significa que las personas que fueron protagonistas de estos hechos salieran beneficiadas de ello; al contrario, la vida de los nipo-brasileños (nikkei)20 fue en general triste, dura y sin recompensa alguna, y si no tenemos en cuenta esto no seremos

Getulio Vargas, presidente e ideólogo máximo del Estado Novo y una de las figuras políticas más importantes para entender el s. XX en Brasil.

Nikkei es un término genérico usado para referirse a los japoneses en la diáspora y a sus descendientes. 20

capaces de comprender el porqué de los brutales episodios que trataremos a continuación. Para ello, contextualicemos en primer lugar la situación de los japoneses que a mediados de los años 30 vivían en los alrededores de Sao Paulo y cómo eran vistos por las autoridades brasileñas. Brasil era un país que había crecido en gran parte gracias a la llegada de población migrante de todas partes del mundo. El meltin pot21 que allí se daba a principios del siglo pasado, sin embargo, no se traducía en igualdad de oportunidades para todos los extranjeros, pues había una clase dirigente claramente diferenciada de raza blanca proveniente de Europa y muchos otros de contextos menos privilegiados, africanos exesclavos, obreros y buscavidas occidentales y, el caso que nos ocupa, asiáticos. Las tensiones entre grupos opresores y oprimidos estaban a la orden del día y los argumentos basados en el darwinismo social eran esgrimidos sin pudor alguno, por mucho que nos pudiera sorprender si pensamos que Brasil se alineó con los aliados en la II Guerra Mundial. No obstante, el gobierno de por aquel entonces, la dictadura populista encabezada por Getulio Vargas conocida como Estado Novo, tenía entre sus máximos intereses la blanquificación del país y la creación de Literalmente, crisol de razas. Expresión acuñada por el escritor Israel Zangwil a principios del s. XX para referirse a una mezcla racial en un territorio determinado (a menudo ejemplificado en los EEUU), a menudo idealizando la convivencia de las mismas aunque ella no se diera de forma necesariamente pacífica. 21

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 una identidad nacional basada en supremacía de lo occidental sobre autóctono, lo africano o lo asiático.

la lo

Aunque ya en el XIX (y de hecho, ya desde la época del el esclavismo) se mostraba esta tendencia, el inicio se puede situar en el 1933, cuando en la Assembleia Nacional Constituinte se discuten las “tesis científicas” de eugenesia racial. Sus máximos defensores, el médico Miguel Couto y el escritor Francisco José de Oliveira consiguen que se implementen medidas contra la concentración de inmigrantes en territorio nacional. En este momento, el area de Sao Paulo cuenta con doscientos mil japoneses que se encargaban de más de la mitad de la producción de productos clave para el país como el café, el algodón o la seda, y sus comunidades rurales eran todavía muy cerradas y su integración escasa. De hecho, el 90% de ellos hablaba japonés, al igual que sus

hijos, escolarizados en nihongakus (escuelas niponas), y contaban con sus propios medios de comunicación (se contaban al menos veinte periódicos en lengua japonesa). No es de extrañar, entonces, que tras las luchas políticas que antecedieron la creación del Estado Novo, las comunidades nikkeis se pusieran en el punto de mira de los militares más recelosos de aquello que llamaban “peligro amarillo”. Con el decreto 383 en abril del 1939 comienza el appartheid de facto: las nihongakus son cerradas y las publicaciones en lengua extranjera prohibidas. A la Casa Bratac, precedente del Banco de América do Sul, en donde la mayor parte de los nipo-brasileiros tenían sus ahorros, le son confiscados sus bienes raíces y los cargos extranjeros son depuestos y sustituidos por dirigentes brasileños, que llevan la entidad prontamente a la bancarrota.

La prensa del régimen estadonovista fue imprescindible para poner a la población en contra de los emigrantes japoneses

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 El asunto se pone mucho peor tras el ataque a Pearl Harbor. El Ministro de Justicia de aquel entonces, Francisco Campos, prohíbe la llegada de 400 inmigrantes bajo la acusación de ser un “quiste étnico y cultural” mientras que Carlos Martin Pereira i Sousa, embajador en los aliados EE.UU., propone crear campos de internamiento copiando el modelo que allí ya se venía empleando. El gobierno, temeroso de que la lealtad de los japoneses a su emperador y la situación de penuria en la que viven les lleve a revueltas internas, les prohíbe circular libremente por el país, conducir vehículos y, llegados a un punto, los agentes de la DEOPS (Departamento Estadual de Ordem Pública e Social) comienza la movilización de más de siete mil inmigrantes, desalojándolos y dándoles apenas una semana de margen para abandonar la costa paulista hacia el interior, con la idea de fragmentar la cohesión de la comunidad nipona. En este escenario es en el que Hirohito anuncia la rendición incondicional de su país en agosto de 1945, pero dado el aislamiento y las condiciones de sus súbditos en el Brasil, la noticia no es recibida con buenos ojos: la comunidad nikkei se divide entre aquellos que aceptan la derrota y los que se niegan a asumir los hechos. Estos últimos serán la inmensa mayoría y se autodenominarán kachi-gumi, mientras que se referirán a los primeros como make-gumi, a los cuales algunos no tardarán en declarar una sucia y agria guerra. Hiroshi Yamanaka, representante de los derrotistas y tiroteado por ello, calificará el evento como algo “único y sin precedentes en la Historia de la migración”. De hecho, no hay registros de que en ningún otro lugar del exilio nipón sucederá nada parecido.

La falta de referentes análogos y la escaseza de investigaciones académicas sobre ella (hasta los años noventa permaneció en el olvido), nos causan problemas para entender esta realdad, pero también hay ciertos puntos que podrían darnos pistas. En primer lugar, la composición social de uno y otro bando era radicalmente distinta. Mientras que la mayoría kachi-gumi estaba formada por trabajadores rurales de procedencia humilde, cuyo máximo sueño era escapar de la miseria a la que habían sido condenados en Brasil y volver a su país natal, los maki-gumi eran los pocos profesionales liberales de clase media que vivían en las ciudades y, sobre todo, se diferenciaban en que sabían hablar portugués y por tanto leer las noticias que llegaban acerca del devenir de la guerra, ya que siendo prohibidos los periódicos en lengua foránea, el 80% de los japoneses no podía saber lo que estaba pasando; y bajo su lógica era imposible que la guerra se perdiera, pues a parte de que Japón jamás había llegado a ser invadido con éxito en toda su Historia por una potencia externa, se suponía que el emperador era un ser infalible y su pueblo estaba protegido por kami-sama (Dios). Sólo hace falta recordar el fenómeno de los zanryû Nippon hei (“los soldados dejados atrás”), combatientes aislados que se negaron a entregar las armas incluso décadas después de la rendición, siendo el más célebre Hiro Onoda, que fue encontrado en Filipinas en 1974. Tal era el convencimiento de los súbditos del tenno22 en la inevitabilidad de su victoria.

Término empleado para referirse a la posición del emperador japonés sobre sus dominios y subalternos. 22

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Pero a esto también hay que sumarle la opresión por parte de la dictadura de Vargas, responsable de una auténtica caza de brujas que dejó tras de sí más de 30 mil detenciones y 300 encarcelados en juicios sumarísimos, por no hablar del poco respeto con el que sus policías trataban a los nipones, persiguiéndolos Ficha policial del ex-coronel Junji Ikawa, líder espiritual y fundador del Shindo Renmei. sin descanso y humillándolos en evolución política de Japón; muchas de ellas interrogatorios y palizas en los que eran florecían en época Meiji y fueron conspirando obligados a pisar o escupir la efigie del a lo largo de décadas, influenciando y emperador y la hinomaru (la bandera del vigilando de cerca la política institucional. No disco solar), confinándolos en cárceles todas eran reaccionarias, aunque la mayoría aisladas o campos de internamiento como el eran de sino conservador -baste recordar de Tomé-Açú o el correcional de Ilha la Genyôsha (de donde surgieron grandes Anchieta. La paranoia se extendió entre las clanes yakuza) o el Kokyrykai (Dragón fuerzas del orden brasileñas, que acusaban de Negro) donde militó el futuro golpista e espionaje a cualquiera sin ton ni son, y los ideólogo militar Kita Ikkiy son derrotistas make-gumi, en sus intentos de imprescindibles para entender el calmar los ánimos, se ganaban la ultranacionalismo nipón. animadversión de sus compatriotas, señalados como quintacolumnistas y Brasil estuvo plagado de ellas: colaboradores de los EE.UU. la Taisei Yokusan Doshikai (Asociación de los La mayoría de los nipones en Brasil, en una situación de postramiento ante este apartheid efectivo, mantuvieron clandestinamente reuniones y crearon organizaciones con el fin de preservar el Yamato Damashii (“espíritu japonés”) frente a la represión del gobierno. El tema de las sociedades secretas es clave en la

Correligionarios de la Cooperación de la Gran Política), Zaihakuzaigo Gunjinkai(Asociación de exmilitares), el Tenchugumi (Grupo de Castigo Celeste) o el Sei AikokuDan (Grupo de los Verdaderos Patriotas), que luchaban por preservar la “pureza” nipona. Pero la más tristemente célebre fue sin duda

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 el Shindo Renmei (Liga del camino de los súbditos). Fundada en un momento indeterminado después del fin de la guerra por el coronel Junji Kikawa (viejo conocido de las fuerzas del orden por su furibunda defensa de la superioridad racial japonesa), a ellos se les atribuye haber asesinado a veintitrés personas y herido a al menos 147. Sin embargo, lo resaltable es que ninguno de los muertos fue brasileño, sino que los objetivos de su ira fueron siempre sus paisanos, a los que señalaban por traidores y por haber vendido su fidelidad hacia el emperador. El Shindo Renmei no era una organización terrorista per se, sino que había sido creada en contraposición a la brasileirización de algunos japoneses (los make-gumi) y, de hecho, en su origen era una mutua de socorro creada como alternativa a las mutuas cristianas, que no obstante, ayudaba a las familias japonesas sólo a cambio de que mostrasen una inquebrantable fe en la victoria del tenno y el repudio al Estado Novo, llamando al saboteo de las haciendas donde los asiáticos trabajaban e incluso llegando a trucar fotos y tergiversando la poca información exterior que llegaba, manteniendo sus posturas sobre la inminente victoria japonesa en la guerra y la llegada de un barco que llevaría a todos los exiliados de vuelta al archipiélago del Sol Naciente, unas proclamas de corte muy cercano al milenarismo. Relata el historiador Rogério Dezem que el Shindo Renmei no era más que “el principal producto de la crisis, y no su desencadenador”, y que a penas una facción minoritaria fue aquella que llevó a cabo actos violentos, ni siquiera quedando claro a día de hoy si fueron espontáneos o formaban parte de un plan dirigido. Muchas veces se trató de una reacción a la deshonra que suponía para

los japoneses vivir bajo aquellas condiciones, por ejemplo, en el célebre episodio de la bandera de Tupa, en la colonia de Coim, donde los agentes de la DEOPS se presentaron en una reunión no autorizada, asaltando el lugar, deteniendo a todos y acusándolos de portar armas, mientras el oficial de mando bajaba la bandera hinomaru y se limpiaba las botas con ella. Y entonces, ¿por qué en la mayoría de casos los blancos de la ira de los radicales patriotas no eran tanto sus opresores como sus compatriotas? Para Tokuichi Hidaka, que con 19 años formó parte del “pelotón de los chicos suicidas” (tokkotai) que asesinó al coronel Jinsaku Wakiyama, “el pensamiento en esa época no era matar a una persona si no detener a un traidor a la patria”. Después del incidente, Hidaka se entregó a la policía junto con sus compañeros, habiendo cumplido su misión, y sufrió condena, como muchos en aquella época, hasta que décadas después se decretó una amnistía general para los emigrantes detenidos por el régimen del Estado Novo. En su fervor religioso hacia el emperador y la victoria de su país, ninguno de los participantes en estas acciones consideraba que estuviera haciendo el mal, sino que eran armas justicieras por un bien mayor: hacer pervivir el imperio de Su Majestad, como reza su himno, durante mil años. Pero sobre todo, lo hicieron por, consciente o inconscientemente, dotar de sentido a una existencia sin proyecto de futuro como era la suya.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Aún después de que el Shindo Renmei desapareciera tras el encarcelamiento del coronel Kikawa y la progresiva aceptación de losnikkeis de que, efectivamente, Japón había perdido la guerra y el emperador era humano, el Estado Novo siguió con su política de desconfianza hacia ellos. La votación para expulsarlos y prohibir su emigración en la Constitución de 1946 acabó en empate, y un sólo voto fue el que impidió que la segregación étnica perviviera en las leyes del país amazónico. Pero la vida de los emigrantes siguió siendo miserable, ahora que se encontraban sin un elemento cohesionador común al haber quedado destrozado su país y sus ilusiones, y el odio de instituciones y medios de comunicación brasileños pervivió durante décadas. No fue hasta 2012 que el gobierno formó un gabinete de investigación para dilucidar cuántas violaciones a los derechos humanos se habían cometido en aquel período, la Comisión Nacional de la Verdad, que pidió disculpas oficiales a los represaliados al año siguiente de la investigación. Al final, todo el episodio

se redujo, nuevamente, a la brutal y descarnada reacción de los oprimidos contra una situación de postramiento y desesperanza como era la de los emigrantes japoneses en la II Guerra Mundial. Como solían decir en aquella época: imin wa kimin da (“los emigrantes son gente olvidada”).

Para saber más: -

Yami no ichinichi, documental de Mario Jun Okuhara. Disponible aquí

-

Morais, F., Coraçoes Sujos, Sao Paulo. Companhia das Letras, 2000

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Coraçoes Sujos, adaptación cinematográfica de Vicente Amorín. Ficha en IMDB

Los “7 Samurais de Tupa” que intentaron dar caza sin éxito al oficial que se limpió las botas con la bandera japonesa. Se conviertieron en héroes de la comunidad nikkei. FUENTE: Colección del Museu Histórico da Imigração Japonesa no Brasil.

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Tike’a: Rapa Nui y las islas del Pacífico Sur, una visión del Dr. Alderete Por Marisa Peiró La tradicional sala de los mares del sur del Museo Nacional de las Culturas23 ha reabierto recientemente sus puertas -aunque en una localización distinta- para albergar la exposición Tike’a, en la que combina una pequeña parte de su acervo con la propuesta del Dr. Alderete sobre la Isla de Pascua. Según su autor, Tike’a es una palabra que quiere decir “mirar, observar”, y justamente es de la idea de la mirada personal, de la mirada occidental sobre la Isla de Pascua, de la que parte la idea de la exposición. El Dr. Alderete es una figura La sala de los mares del sur abrió sus puertas en 1954, como parte del Museo Nacional de Antropología de México, antes de que este se trasladase a su nueva sede en Chapultepec y se separase la exhibición del arte prehispánico de la del resto de culturas. Tanto la sala como la colección del museo –que llegó en 1952 tras un intercambio con el Museo Field de Chicago y fue completada más tarde– han sufrido diferentes vaivenes, hasta que finalmente la sala fue cerrada al público en 2014. Para más información sobre la colección oceánica del Museo Nacional de las Culturas, véase Luna Velasco, Gabriela Anahí, “Oceanía en México, el intercambio entre el Museo Field de Chicago y el Museo Nacional de Antropología (1948-1952)”, Tesis de Maestría de la Universidad Autónoma de México, 2015. Disponible online. 23

principal en el universo de la ilustración musical, especialmente en lo referido a la nueva cultura tiki24 y a los géneros, que como La cultura tiki fue una apropiación popular de algunos elementos artísticos, culturales y visuales de la cultura polinesia –y, en menor medida, de otras islas de Oceanía y el sudeste asiático–, que tuvo especialmente relevancia en la sociedad de consumo norteamericana posterior a la segunda guerra mundial, aunque algunos de sus principales agentes, como los fundadores de los emporios Trader’s Vic y Don the Beachcomber, estuvieron activos desde la década de los 30, mientras que la popularización de elementos como el hula, el surf, y parte de la música hapa-haole es ligeramente anterior. En gran medida, fue esencialmente una cultura del consumo, enfocada a ciertas ideas sobre lo primitivo y el ocio, que tras su decaimiento mainstream ha mantenido importante popularidad dentro de ambientes sub y contraculturales. A lo largo de todas estas décadas, dentro de la misma han prevalecido una serie de imágenes recurrentes como los tikis, los moai, las 24

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 el surf, o el garage, resultan afines a ella.25 En el breve documental que se exhibe al final de la exposición, Alderete narra la concepción de la exposición y cómo, precisamente a partir de su pasión y su trabajo con el rock, nació su interés por Rapa-Nui –nombre nativo de la Isla de Pascua–. Según el autor, su interés más allá de lo puramente estético y mistérico en cuanto a la Isla de Pascua surgió cuando cayó en sus manos el libro Aku-Aku (1958), de Thor Heyerdahl, y tras la visita a una exposición de piezas pascuenses que tuvo lugar en Santiago de Chile.

El arte de la isla de Pascua ocupa un lugar importante en el imaginario pop.

playas exóticas, el hula, las nativas atractivas y sus rudos equivalentes masculinos. 25 Jorge Alderete (1971) es un ilustrador, animador y diseñador argentino, especialmente conocido por su trabajo en el ámbito del rock; aunque fundó el sello discográfico Isotonic Records, es más conocido por sus carteles para conciertos y festivales, o por las portadas de discos de artistas y bandas como Andrés Calamaro, Los Fabulosos Cadillacs, Lost Acapulco o Mambo Jambo. Su obra ha sido expuesta en numerosas galerías de todo el mundo, pero especialmente de la Ciudad de México, en la que ha residido por largo tiempo. Asimismo, su trabajo ha sido compilado en varias antologías especializadas, y ha publicado varios libros.

Pudo entonces –explica–, introducirse de manera seria en el arte de la isla, y surge ya la idea de realizar una exposición. Para ello viaja en 2012 a la misma Rapa-Nui, aunque no será hasta su segundo viaje, en 2013, cuando logre inaugurar una exposición en la isla, que finalmente tuvo lugar en Museo Antropológico P. Sebastian Englert. La exposición se divide en tres partes, en las que las obras de carácter etnográfico propiedad del museo se combinan con la colección personal de Alderete, entre las que sobresalen las ilustraciones creadas para la muestra. En el ya mencionado documental, el autor explica las diferentes partes de la exposición. En primer lugar, encontramos una sección en la que se contextualiza a la Isla de Pascua frente a otras islas de Oceanía. Dando comienzo al recorrido, encontramos una breve introducción que nos recuerda el papel de la Isla de Pascua en el imaginario de la cultura tiki (“playas exóticas de la Polinesia, ídolos de piedra, chicas hermosas” –en palabras del autor–). En la misma, observamos unas ilustraciones del Dr. Alderete y toda una serie de libros y cómics en clave pop y pulp, que tienen como protagonista indiscutible al moai, figura de que la, por enigmática, han corrido los ríos de tinta que la han convertido en la protagonista de sorprendentes historias.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Continuando con esta primera parte, una serie de ilustraciones presentan islas como las carolinas, las Marshall, las Salomón, las Marquesas, Nueva Zelanda, Pitcairn, Fiji, Samoa, Tahití, Papúa o la propia Rapa-Nui. Las mismas, inspiradas en el trabajo de los primeros ilustradores naturalistas que acompañaron en sus viajes a los exploradores y conquistadores europeos, presentan En la exposición coexisten las creaciones contemporáneas de Alderete con las piezas originarias de diferentes islas del Pacífico -propiedad del museo-. en clave sintética, pop y fantasiosa, algunos contextualizar estas representaciones, las de los elementos –tradicionalmente– más mismas ilustraciones se utilizan en las representativos de cada una de las regiones, vitrinas que muestran las piezas procedentes entre los que no faltan ni los ídolos en piedra de la colección del museo, entre las que ni las nativas ligeras de ropa. Para destacan un mapa de navegación, monedas en piedra, una máscara kavat, diferentes adornos corporales además de varias esculturas en madera.

Ilustración correspondiente a las islas Marshall.

En una segunda parte, Alderete rinde homenaje a los que él considera como los fundadores de la historia moderna de la isla; es decir, de cuando esta es descubierta por Occidente. A partir de una serie de ilustraciones inclusivas –que presentan tanto el retrato del personaje como de los elementos que más famoso le hicieran–, acompañadas de unas breves biografías, el autor presenta a los que cree responsables de la popularidad de la Isla de Pascua. Además de los marinos de la era de los descubrimientos (Jacob Roggeveen, el Capitán Cook, el conde de la Pérouse), en el

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El particular salón de la fama rapa-nui del Dr. Alderete.

imaginario de Alderete tienen cabida los viajeros diletantes como Pierre Loti (que la visitó y retrató en 1872), los padres del estudio científico rapa-nui (Katherine Routledge o Sebastian Englert) e incluso los autores de literatura “fantástica” sobre la isla,

Erich von Däniken, uno de los principales autores de literatura fantástica sobre la isla, con una delatora corbata.

como Francis Mazière o Erich Von Däniken. A medio camino entre estos dos campos, quedan las seminales figuras de Thor Heyerdahl –estando buena parte de sus teorías desacreditadas en la actualidad, pero

Retrato de María Angata.

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No podía faltar un retrato de Thor Heyerdahl.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 responsable de importantes y no superados trabajos de arqueología experimental– y de William Mulloy, quien llegó a la isla como ayudante de Heyerdahl y más tarde ayudaría a restaurar algunos de sus principales complejos monumentales.

Última parte de la exposición.

A pesar de que el autor menciona que la historia de Rapa-Nui ha sido principalmente escrita por voces extranjeras, Alderete señala a dos figuras locales entre sus personalidades elegidas: María Angata, que en 1914 lideró un levantamiento local en contra de la Compañía Explotadora de la Isla de Pascua, y Alfonso Rapu, figura fundamental de la Rebelión Rapa-Nui de 1964 y, por tanto, de la lucha por los derechos civiles de los isleños.26

Precisamente dentro de esta tónica de reconocimiento de lo local se encuentra la última sección de la exposición, en la que, junto al mencionado documental y a un pequeño libro de bocetos del artista, pueden contemplarse los catorce retratos de diferentes personajes actuales de Rapa-Nui, “no necesariamente importantes” – aclara el autor. En definitiva, la exposición del Dr. Alderete intenta construir un acercamiento a la Isla de Pascua por medio de la misma cultura pop que tan célebre la hizo en las décadas centrales del siglo, y lo hace mediante obras que se insertan dentro de un viaje de descubrimiento físico y personal que va desde el rock hasta la arqueología. Por ese motivo, gustará a los amantes del tiki y del arte pop, pero, en tanto que reiteración de tópicos y por la escasa presencia de piezas de la macroregión, probablemente decepcione a los amantes del arte oceánico. La exposición puede visitarse, sin costo alguno, de martes a domingo entre las 10 y las 17 horas, dentro del Museo Nacional de las Culturas (Calle Moneda 13, Centro Histórico, México D.F.).

Para saber más: Quizás merezca la pena recordar que entre 1895 y 1933 la isla estuvo bajo el control de la Compañía Explotadora de la Isla de Pascua, que redujo a los nativos al trabajo servil y les prohibió cultivar, cazar o pescar fuera una pequeña área cercada. A pesar de que la isla pasó a control militar chileno en 1933, no fue hasta la rebelión encabezada por Rapu y la Ley Pascua de 1964, cuando los rapa-nui adquirieron estatus ciudadano, se les levantó la prohibición de hablar su lengua, y obtuvieron derecho al voto. 26

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Página oficial del Dr. Alderete, donde puede verse buena parte de su trabajo.

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José Juan Tablada y el japonismo en México Por David Lacasta y Marisa Peiró Desde Ecos de Asia nos hemos estado encargando, a través de una serie de artículos, de recordar las relaciones históricas entre México y Extremo Oriente, y en esta ocasión le llega al turno a una de sus fases más conocidas y recordadas: la del poeta mexicano José Juan Tablada. José Juan Tablada (1871-1945) fue un diplomático, poeta y periodista mexicano, cuya producción literaria se encuadra dentro de la corriente modernista. A la temprana edad de 19 años comenzó a colaborar con el diario mexicano El Universal, así como con otras publicaciones, entre las que destacan El Mundo Ilustrado o la Revista Moderna, de la que fue su fundador. En 1900 se desplazó a Japón enviado por esta última publicación,con el objetivo de realizar una serie de reportajes. Ocupó distintos puestos en el servicio diplomático mexicano, estando destinado en Venezuela y Colombia, países en los que realizó algunas de sus obras. Posteriormente, se instaló en Nueva York, donde regentó la librería Los Latinos, consagrada a la difusión de la cultura mexicana -labor que también ejercería en su faceta de articulista-, regresando en 1935 a México, donde entraría a formar parte de la Academia Mexicana de la Lengua. En 1944 volvió a Nueva York al ser nombrado vicecónsul de México; aquí moriría poco después, aunque sus restos retornaron a su tierra natal para ser finalmente enterrado en la Rotonda de los Hombres Ilustres.

Fotografía del poeta. Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.

Tablada es reconocido como uno de los primeros poetas modernos de México, así como por ser el promotor de muchos de los protagonistas de las vanguardias artísticas mexicanas del periodo de entreguerras, pero debe también ser visto como un pionero27 y protagonista indiscutible28 de la difusión de Aunque tradicionalmente se considera a Tablada el iniciador de las relaciones artísticas y estéticas entre Japón y México, lo cierto es que el comienzo de las relaciones diplomáticas y de apreciación mutua entre ambos países se debe al célebre viaje a Japón encabezado por el astrónomo Francisco Díaz Covarrubias. 28 En el caso mexicano podemos destacar otras figuras fascinadas con el Oriente, como Efrén Rebolledo, Octavio Paz o Carlos Pellicer; si ampliamos esta fascinación al ámbito latinoamericano la lista se incrementa notablemente: Rubén Darío, Enrique 27

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 las artes y la estética japonesa en la república mexicana. En su fase modernista, que se corresponde con los años del cambio de siglo, el escritor coyoaquense vivió en París, lo que posiblemente le hizo contagiarse del ambiente favorable a la moda por lo japonés;29 el propio autor menciona que fueron los celebérrimos hermanos Goncourt quienes le introdujeron en este contexto. En su artículo “Álbum del Extremo Tablada, ataviado con kimono y tomando te en el pabellón japonés de su casa de Coyoacán Oriente”, publicado en (1913). Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional su Revista Moderna en 1900, Autónoma de México. Tablada ya señalaba la encontramos un primer japonismo, necesidad de que en México se conociera el relacionado con el período “modernista” de su Japón, pero no sería hasta el año siguiente obra literaria, vigente en él de 1890 a 1904, y cuando realizaría su polémico viaje al que implica una aproximación superficial a la archipiélago nipón, en donde se supone visitó realidad japonesa, similar a la vivida por ciudades como Tokio y Yokohama. europeos y estadunidenses, sin llegar a 30 De acuerdo al estudioso Atsuko Tanabe, apreciarla totalmente, siendo solo un material Tablada experimentó dos fases diferenciadas que creen poder integrar en sí mismos, en su japonismo a lo largo de su carrera. Así, modelándolo a su antojo. Muestra de este japonismo orientalista es, por ejemplo, el Gómez Carillo, Pablo Neruda, Severo Sarduy, Jorge poema “Japón”, perteneciente a El Luis Borges, Mario Benedetti.. Para más información florilegio (1898), del cual reproducimos unas sobre el orientalismo en el Modernismo hispanoamericano, véase: Kushigian, Julia estrofas: Alexis. Orientalism in the Hispanic literary tradition: in dialogue with Borges, Paz, and Sarduy. Albuquerque, University of New Mexico Press, 1991; Tinajero, Araceli. Orientalismo en el modernismo hispanoamericano, Nueva Jersey, Purdue University Press, 2004 y Quartucci, Guillermo. “Orientalismo y género: Japón y sus mujeres en el discurso literario hispanoamericano”, en XI Congreso internacional de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África Aladaa. Ciudad de México, Colegio de México, 2003. 29 En Ecos de Asia hemos dedicado numeroso artículos al fenómeno del japonismo. Una relación de los mismos puede leerse haciendo click aquí. 30 Tanabe, Atsuko. El japonismo de José Juan Tablada. Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1981.

¡Áureo espejismo, sueño de opio, fuente de todos mis ideales! ¡Jardín que un raro kaleidoscopio borda en mi mente con sus cristales! Tus teogonías me han exaltado y amo ferviente tus glorias todas; ¡yo soy el siervo de tu Mikado! ¡Yo soy el bonzo de tus pagodas! Por ti mi dicha renace ahora y en mi alma escéptica se derrama como los rayos de un sol de aurora sobre la nieve del Fusiyama. Tú eres el opio que narcotiza,

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 y al ver que aduermes todas mis penas mi sangre –roja sacerdotisa– tus alabanzas canta en mis venas. (….) Templos grandiosos y seculares y en su pesado silencio ignoto, Budhas que duermen en los altares entre las áureas flores de loto. De tus princesas y tus señores pasa el cortejo dorado y rico, y en ese canto de mil colores es una estrofa cada abanico. (…) Amo tu extraña mitología, los raros monstruos, las claras flores que hay en tus biombos de seda umbría y en el esmalte de tus tibores. ¡Japón! Tus ritos me han exaltado y amo ferviente tus glorias todas; ¡yo soy el siervo de tu Mikado! ¡Yo soy el bonzo de tus pagodas! (…) Esta actitud difiere claramente de su segundo japonismo, que se puede observar a partir de 1924, caracterizado por una empatía y profunda comprensión de lo netamente japonés.

José Juan Tablada publicó en vida dos libros que tratan directamente temas japoneses, el primero,Hiroshigué: el pintor de la nieve y de la lluvia, de la noche y de la luna, en 1914. El tiraje de esta obra fue muy pequeño, de apenas treinta ejemplares, lo que hizo que el propio Tablada se refiriera al mismo como una obra para coleccionistas. El libro fue concebido como un homenaje al artista japonés, pero también a Edmond de Goncourt, a quien Tablada consideraba su maestro, proponiéndolo como continuación del plan original que éste tenía de publicar monografías sobre cinco artistas nipones, de las cuales sólo alcanzó a concluir Outamaro, le peintre des maisons vertes en 1891, y Hokousaï. L’Art japonais du XVIIIe siècle 1896.31 La segunda obra, En el país del sol32 de 1919, publicada en Nueva York y Londres, también se convirtió en un libro difícil de conseguir.En el país del sol reunía los artículos publicados en Revista Moderna, Revista Azul, El Mundo Ilustrado y Revista de Revistas entre los años 1894 y 1912, entre los que se incluyen los escritos realizados durante el viaje de Tablada a Japón de 1900, fueron publicados en una columna de la Revista Moderna titulada “En el país del sol”.

Así lo recoge Rodolfo Mata en la nota del editor de la versión electrónica de Tablada, José Juan. Hiroshigué: el pintor de la nieve y de la lluvia, de la noche y de la luna. Disponible aquí. 32 Para un completo análisis de los artículos comprendidos en El País del Sol, remitimos a la edición de 2005 de la Universidad Nacional Autónoma de México, con un excelente prólogo a cargo de Rodolfo Mata. Tablada, José Juan. En el país del sol. Crónicas japonesas de José Juan Tablada. Prólogo, edición y notas de Rodolfo Mata. Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2005. 31

Portada de Hiroshigué: el pintor de la nieve y de la lluvia, de la noche y de la luna (1914).

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Dicho viaje dio comienzo en la Ciudad de México, de la que el poeta partió en tren hacia San Francisco el 14 de mayo, y de ahí se embarcó a Yokohama el 15 de junio; en febrero de 1901, Tablada emprendió el camino de vuelta por la misma ruta. La veracidad de este viaje ha sido puesta en duda tanto por escritores Uno de los muchos bocetos que Tablada realizó durante sus viajes. Archivo José Juan Tablada. contemporáneos de Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México. Tablada como por críticos Porfirio Díaz. de su obra. El viaje de Tablada al Japón debía En cuanto a la temática de sus escritos, los aportar autenticidad y profundidad al textos publicado en la columna “En el país del japonismo de su literatura y hacer de él una sol” presentan un enfoque testimonial y autoridad indiscutible en asuntos de cultura narran diferentes momentos del viaje de japonesa. Pero, además, el viaje venía a Tablada. Asimismo, Tablada exalta el arte beneficiar a la Revista Moderna y a su japonés y la repercusión que tuvo su mecenas, Jesús E. Luján -financiador de la introducción en Occidente, llevada a cabo, hazaña-, ya que, para este, la revista debía ser según nos informa, por los hermanos Jules y una comprobación de la viabilidad del Edmond de Goncourt. El autor también se ambicioso proyecto del que formaba parte su presenta como un conocedor profundo de la publicación, como parte de la modernización cultura y el arte japoneses, muestra de ello económica emprendida por la dictadura de resulta la amplia colección de libros nipones que poseía. En este sentido, la figura de Tablada también puede ser analizada desde el punto de vista del coleccionismo de arte japonés; llegó a ser propietario de una interesante colección de ukiyo-e, que se conserva hoy en la Biblioteca Nacional de México y que está siendo estudiada en la actualidad.33 KORO Pebetero del culto budhista Agosto 28/900″. Boceto y acuarela de José Juan Tablada. Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.

En la actualidad, la colección está siendo estudiada por una serie investigadores capitaneados por Rodolfo 33

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A la izquierda, caligrama dedicado a Li-Po. A la derecha, “Yokohama, Agosto 26-900 (Entre Mokomachi y el Gran Canal)”. Acuarela de José Juan Tablada. Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.

De acuerdo a Rodolfo Mata, esta podría ser una de las primeras colecciones importantes de América Latina, constando de un total de 225 piezas que, en su mayoría, son xilografías ukiyo-e, tanto independientes como pertenecientes a álbumes y libros ilustrados. Esencialmente, se trata de obras de los periodos Edo y Meiji, de algunos de los autores más famosos de entonces, como Kunichika, Chikanobu, Kunisada II, Kuniyoshi, Hiroshige, y Hokusai. Temáticamente, también responden a los temas principales más característicos, como representaciones de actores del teatro kabuki, mujeres bellas, paisajes y escenas costumbristas. No obstante, y pese a sentir una particular predilección por Japón, también demostró interés por China: así, para su libro Li-Pó y Mata, Amaury García y Shin’chi Inagaki; para más información, consultar el sitio web “Colección de estampas japonesas de José Juan Tablada en la Biblioteca Nacional”, donde puede visitarse un breve catálogo digital de la colección.

otros poemas,34 tomó como inspiración el trabajo y la vida del poeta chino Li-Pó (701762), principal exponente de la China tradicional, que vivió durante la dinastía Tang.35 Asimismo, a lo largo de toda su vida, Tablada realizó también toda una serie de bocetos e ilustraciones, en los cuales se dedicó a recoger las impresiones de sus diferentes viajes y experiencias. Igualmente, Tablada es reconocido como uno de los primeros escritores de haiku en lengua española, siendo responsable de las traducciones de la obra de autores como Murasaki o Sadaie.

Labraña, Marcela. “Poesía oriental y visualidad en Darío, Tablada y Huidobro”, en Estudios Avanzados, n° 22, diciembre 2014, pp. 1-12. 35 Este poeta fue una de las figuras más conocidas y que más interés suscitó en la también naciente sinología moderna, rescatada por personajes como Judith Gautier (de quien ya hablamos aquí). 34

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 El conjunto del trabajo de Tablada sería recompensado con numerosas distinciones: entre muchas otras, en marzo de 1914 le fue concedida la condecoración del Zuijo-Sho y la Distinción del Cuarto Orden por el Emperador Japonés. En definitiva, los escritos de Tablada nos ofrecen una fascinante amalgama de ideas y percepciones que nos ayudan a apreciar y comprender más a fondo el cruce del complejo encuentro cultural entre Oriente y Occidente. A través de su producción se observa la diversidad y el gusto por lo exótico del discurso modernista, que da la bienvenida al contacto de varias culturas. Gracias a la obra de escritores como Tablada, que viajaron y escribieron desde Oriente, se enriqueció el imaginario cultural de esa parte del mundo a sus lectores; más adelante serán otros los autores mexicanos, como Efrén Rebolledo, Carlos Pellicer u Octavio Paz, los que continúen la veda abierta por Tablada y dediquen, en un contexto literario, sus líneas al País del Sol Naciente.

Para saber más: -

Labraña, Marcela. “Poesía oriental y visualidad en Darío, Tablada y Huidobro”, en Estudios Avanzados, n° 22, diciembre de 2014, pp. 1-12.

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Colección de estampas japonesas de José Juan Tablada en la Biblioteca Nacional.

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Tablada, José Juan. Hiroshigué: el pintor de la nieve y de la lluvia, de la noche y de la luna. Disponible aquí.

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Tablada, José Juan. En el país del sol. Crónicas japonesas de José Juan Tablada. Prólogo, edición y notas de Rodolfo Mata. Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2005.

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Tinajero, Araceli. Orientalismo en el modernismo hispanoamericano, Nueva Jersey, Purdue University Press, 2004.

Uno de los muchos haikus ilustrados de José Juan Tablada.

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El movimiento Latinoamérica Como hemos visto a lo largo de este especial de la revista Ecos de Asia, las relaciones entre América Latina y Asia resultan bastante abundantes, abarcando diversas manifestaciones artísticas, culturales o sociales. Mediante el siguiente artículo queremos acercarnos a la influencia de un fenómeno que ya hemos tratado con anterioridad, como es el caso del Lolita, si bien, en este texto nos centraremos en la impronta de esta subcultura en el sur de América, tratando las diferentes comunidades, su influencia y su consideración.

Lolita

en

Por María Gutiérrez

El Lolita surge en Japón en torno a la década de los 70-80 del siglo pasado gracias a un grupo de jóvenes mujeres insatisfechas con su papel en la sociedad nipona del momento. Se podría decir que una de las máximas de este movimiento consiste en la ruptura del rol de la mujer como perfecta esposa y madre entregada, atendiendo a una voluntad escapista que se refugia en el pasado de la época del Rococó francés o la Inglaterra victoriana, ambas idealizadas. Exteriormente, el Lolita presenta una silueta caracterizada por faldas de vuelo que llegan a la altura de la rodilla, además de vestidos inspirados en las épocas victorianas. Atendiendo a la filosofía de este movimiento, podemos considerar como máximas la apreciación de la belleza y lo estético, así como el preciosismo de los detalles. A pesar de los orígenes de este movimiento, que se centraron únicamente en el archipiélago nipón, actualmente se trata de un fenómeno global que se ha extendido por todo el mundo, llegando también a Latinoamérica con el fin de quedarse. Se podría decir que la comunidad latinoamericana es una de las más visibles dentro del Lolita Internacional, esto puede deberse a factores como la cantidad de chicas y chicos que forman parte de la misma, la calidad de los eventos y la presencia de una Kawaii36 Ambassador en México, Daniela Michel, figura que trataremos

Ejemplo de lo que se consideraría un atuendo Lolita.

Kawaii es un término japonés que se puede traducir como “mono” o “adorable”, una denominación que, en ocasiones, se relaciona con el Lolita por ese aspecto aniñado. 36

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 posteriormente, entre otras, como es el caso de Briz Blossom y su relación con la revista Lolita Snaps. Dentro de Latinoamérica la comunidad más importante es My Lolita Style, que aglutina los distintos grupos formados en zonas muy dispares (podemos citar, a modo de ejemplo, El Salvador con el grupo Garden of Secrets, o Rosario con Zapatito de cristal). De este modo, dentro de cada grupo hay una persona responsable de notificar las actividades que se llevan a cabo o aportar reseñas de cada uno de los eventos, consiguiendo así una mayor presencia del Lolita y la participación de la comunidad íntegra. En relación a esto, si algo podemos resaltar de los seguidores de este movimiento (ya sea como una moda o bien como un estilo de vida) es su entrega y entusiasmo, como denota la importante participación en eventos, la difusión de los mismos por las redes o incluso la gran afluencia de imágenes y fotografías tanto de diferentes conjuntos como del transcurso de las actividades que llevan a cabo. Desconocemos cuál es la realidad concreta de esta zona al no poder personarnos allí, sin embargo, podemos afirmar sin ninguna duda que en cuanto a actividad en Internet son de lo más constantes.

Se podría decir que este es uno de los mejores modelos de comunidad que existen dentro de esta subcultura, ya que, como hemos comentado, permite una mayor libertad y, en consecuencia, una gran variedad y amplitud de eventos relacionados con el Lolita. Igualmente, el hecho de que cada zona pueda tener su propio grupo facilita mucho las cosas en cuanto a desplazamientos, ya que es algo que puede resultar costoso e incómodo, a la par que acerca a chicos y chicas de la misma provincia que comparten el gusto por este movimiento. En España, actualmente se ha adoptado un modelo similar de la mano de Spanish Lolita Alliance, título que engloba a toda la comunidad española, de modo que en cada ciudad o comunidad autónoma se puede formar un grupo que no depende de nadie a la hora de gestionarse y organizar actividades y que, además, dispone de la plataforma general para dar difusión a su comunidad. Anteriormente, hemos mencionado también la calidad de los eventos y aquí es donde podemos relacionar y definir la figura de las Kawaii Ambassador.37 Este es un título entregado por parte de la Japan Lolita Association, por el que se nombra a una persona representante de su país/comunidad con el fin de difundir con mayor facilidad el Lolita por todo el mundo. De este modo, la Kawaii Ambassador (Embajadora Kawaii) cumple una función como intermediaria entre Japón y su comunidad, realiza eventos de carácter oficial, comparte y crea noticas y artículos dentro de la temática Lolita, ayuda y aporta información para los miembros de su La figura de las Kawaii Ambassador surge en el contexto japonés. Se trata de un conjunto de personajes públicos (entre los que nos interesa destacar a Misako Aoki como la representante Lolita), como pueden ser modelos o diseñadores, responsables de la difusión de la cultura popular japonesa por todo el mundo, poniendo de relieve la importancia y valor de la misma, así como la relevancia que está adquiriendo en países externos al archipiélago nipón. 37

Logo perteneciente a la comunidad My Lolita Style.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 comunidad y trabaja con la presidenta de esta Japan Lolita Association, Misako Aoki, una de las Embajadoras Kawaii japonesas. En el caso de América Latina podemos destacar un nombre propio como es Daniela Michel, fundadora de la comunidad My Lolita Style y representante de México desde el año 2013.

Misako Aoki (izquierda) junto a Daniela Michel, Embajadora Kawaii de México.

Daniela Michel ha sido parte de la organización de importantes eventos de temática lolita que han tenido lugar en toda América, como la Secret Tea Party,relacionada con la conocida

marcaBaby, the stars shine bright, donde, en ocasiones, ha asistido la propia Misako Aoki con el fin de conocer de primera mano a la comunidad y a su compañera embajadora. Este evento consiste en una reunión de los seguidores del Lolita en colaboración con dicha marca de ropa, con el fin de trabar amistad con personas de todo el mundo (ya que no sólo asisten chicas y chicos americanos), conocer a Misako Aoki y disfrutar de un ambiente relajado, rodeados de personas con las que comparten este movimiento. Igualmente, y considerando lo anterior, Michel es una de las responsables encargadas del funcionamiento y el contenido de la web My Lolita Style así como de su propio sitio, cumpliendo una de las obligaciones de las Embajadoras Kawaii. En ambos casos hemos de subrayar la cantidad de contenidos de los mismos que nos aportan desde facilidades para adquirir diversos productos, consejos e incluso ofrecen una plataforma en la que compartir obras (ilustraciones, relatos o poemas) elaboradas por personas externas; todo ello siempre con una destacable amabilidad y entusiasmo. Por otro lado, no podemos dejar de destacar otra figura también presente en las redes, como es el caso de Briz Blossom, una amante del Lolita que destaca por sus llamativos y versátiles conjuntoso e, igualmente, una de las figuras más activas en lo que a las redes sociales se refiere. Briz Blossom forma parte de otra iniciativa bastante interesante, conocida como Lolita Snaps, una revista digital dedicada enteramente al Lolita que empezó su andadura en el año 2013. Como contenido, podemos encontrar bastante variedad, que va desde entrevistas, a ensayos o tutoriales, si bien, uno de los apartados más

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 llamativos de esta revista es aquello que le da título, los lolita snaps, es decir, fotografías tomadas por los propios chicos y chicas en los que se muestran sus conjuntos; estas imágenes son recogidas por la revista, que las va publicando periódicamente incluyendo algunos datos acerca de la persona que aparece en la imagen. Este apartado resulta atractivo por dos motivos fundamentales: en primer lugar, las personas pueden dar a conocerse mediante esta revista, mostrando así su estilo; igualmente, es un recurso para buscar inspiración o incluso comprobar cómo queda una determinada prenda y las formas de combinarla. Es, en resumidas cuentas, como si se tratara de una revista de moda al uso que nos permite seguir las diferentes tendencias que se están llevando, todo ello focalizado en el mundo Lolita. Considerando todo lo expuesto anteriormente, sólo podemos volver a subrayar las aportaciones de la comunidad latinoamericana al panorama Lolita Internacional, por su constante actividad y lucha para que la presencia de este movimiento llegué más allá de Japón. Briz Blossom, otra figura importante dentro del panorama Lolita latinoamericano

Para saber más: -

Página web de My lolita Style

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Página de Daniela Michel

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Lolita Snaps

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¡Qué bueno que viniste!: Un cuento chino y la inmigración asiática en Argentina Por Laura Martínez Las comunidades asiáticas, y en concreto chinas, de Argentina resultan poco conocidas para el público europeo. Su escasa exposición internacional hace de ellas un asunto a destacar, que analizaremos a continuación a partir de su protagonismo en la película hispano-argentina Un cuento chino (2011),38 con motivo del especial AsiaAmérica de Ecos de Asia. El filme que nos ocupa es una comedia dramática del absurdo, una elucubración de Sebastián Borensztein quien, tras trabajar en televisión, se pasó al cine con sus películas La suerte está echada (2005) y Sin memoria(2010). En Un cuento chino (2011) tiene la gran suerte de contar con el talento de Ricardo Darín: uno de esos genios de la interpretación, que puede convertir una bufonada en un éxito de altas cotas dramáticas. Darín, que tal vez sea el más internacional de los actores argentinos (junto a la familia Alterio), despuntó ya en la Un cuento chino (2011). País: Argentina-España. Director: Sebastián Borensztein. Guión: Sebastián Borensztein. Música: Lucio Godoy. Fotografía: Rolo Pulpeiro. Reparto: Ricardo Darín, Ignacio Huang, Muriel Santa Ana, Iván Romanelli, Vivian Jaber, Enric Cambray, Pablo Seijo, Joaquín Bouzas. Productora: Pampa Films / Tornasol.

tragicómica El hijo de la novia (2001) y ha vuelto recientemente en la potente Relatos salvajes (2014). En estos momentos, regresa a la cartelera con otra comedia dramática de producción española: Truman (2 015), junto al riojano Javier Cámara. El contrapunto a Darín se lo da el otro protagonista masculino de la película: Huang Sheng Huang, más conocido como Ignacio Huang, un Cartel del filme actor taiwanés afincado desde niño en Argentina, donde alcanzó gran reconocimiento a raíz precisamente de este filme. Ha aparecido también en otras producciones de dicho país como La Salada (2014) o el cortometraje Diamante mandarín (2015); en ambas se retrata la vida de inmigrantes chinos en Argentina.

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En su momento, la película fue todo un éxito, aclamada allende la Argentina, consiguiendo incluso premios tan prestigiosos como el otorgado por el público en el Festival de

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Roma o el galardón a Mejor película iberoamericana en los Premios Goya (ambos en el año 2011). La acción del filme se sitúa en la ciudad de Buenos Aires, donde vive Roberto (interpretado por Ricardo Darín), el solitario dueño de una ferretería. Hosco, malhumorado y encerrado en sí mismo, Roberto desarrolla su anodina vida contando las tuercas y tornillos que le envían los proveedores, con una precisión que roza la histeria; atendiendo también a los igualmente perturbados clientes que osan asomarse por su negocio, en una batalla constante llena de mediocridad. Los únicos hobbies de este

alianza que va mucho más allá de la amistad. Este mismo esquema es el que puebla la mayoría de películas policíacas de la era moderna, desde Arma Letal (1987) y sus secuelas o La Jungla de Cristal 3: La Venganza (1995), hasta teleseries más actuales como Bones (2005-) o Castle (2009).39

Jun y Roberto en un fotograma de la película. Aparecen sentados en la Embajada y entre ellos, una personaje tan gris estatuilla tradicional china. (dibujado de forma En este caso, la barrera idiomática será un sublime por Darín en un retrato lleno de obstáculo en apariencia insalvable para la claroscuros) son contemplar los aviones que comunicación entre ambos protagonistas despegan y aterrizan en el aeropuerto, y provocando, aún si cabe, más despropósitos coleccionar noticias sobre muertes absurdas de los ya originalmente previsibles. Es aquí que encuentra en los diarios. donde el filme profundiza en las dificultades de adaptación al medio que sufre cualquier Un día, mientras desarrolla el primero de extranjero que debe emigrar a otro país, pero esos entretenimientos citados, se produce el especialmente aquellos que no entienden el encuentro con Jun (Huang Sheng Huang): un idioma y cuya cultura es tan radicalmente chino que busca desesperadamente a su tío, el diferente. Ese choque cultural, la falta de único familiar que le queda vivo y al que entendimiento y (pese a todo) el esfuerzo espera encontrar en la ciudad. mutuo por encontrar un punto de encuentro, De esta forma, casual y fortuita, los destinos de estos dos protagonistas tan dispares se ven 39 Nótese que la dicotomía de estos filmes y teleseries unidos en un argumento disparatado, que de acción entre el personaje inteligente y el arrojado solía plasmarse en una diferencia racial en los bebe de los clásicos filmes de “extrañas primeros que, posteriormente, ha ido evolucionando parejas” en los que dos opuestos se ven en materia de género, formándose parejas de hombre y obligados a convivir y acaban forjando una mujer en las que perviven los mismos tópicos y juegos

de opuestos de los clásicos de los ochenta.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 es lo que da un toque de cálida humanidad a una historia en apariencia absurda. Y es que, en realidad, la cinta explora temas universales y de profundo calado, como la necesidad de afecto del ser humano, que descubrimos a través de la incapacidad de proporcionarlo que sufre el personaje de Darín (el cual, por supuesto, evolucionará a lo largo del filme), o lo absurdo de la existencia humana, representado por esas noticias ridículas a la vez que trágicas que colecciona el protagonista y que están, algunas de ellas, inspiradas en historias reales. El drama llega cuando una de esas historias, que Roberto lee desde la distancia, se mete en su vida, convirtiéndose en real y tangible, con la figura de Jun. Cuando Jun vivía en China, fue testigo de la muerte de su prometida, la cual fue aplastada por una vaca caída del cielo durante un paseo en barca. Esta historia, absurda pero trágica, llegará hasta los periódicos argentinos, donde

Roberto la leerá y recopilará en su colección, sin saber que más tarde acogería en su propia casa al protagonista de esa noticia. Casi en contra de su voluntad, Roberto se ve obligado a hacerse cargo de Jun, ya que sus esfuerzos por deshacerse de él son una y otra vez frustrados: intentará llevarlo a comisaría, a la Embajada de la República Popular China e incluso al barrio chino de Buenos Aires, pero sin éxito alguno. Es precisamente en ese barrio chino de la ciudad donde se producen algunas de las escenas más graciosas e interesantes del filme; como cuando Jun no consigue comunicarse con sus compatriotas ante la insólita mirada de Roberto, que exclama: “Le está hablando en chino, ¿cómo que no entiende?”, ante lo que el dependiente de un negocio contestará en un español chapurreado: “Yo hablar cantonés. Él hablar mandarín. Idiomas diferentes”.

Jun, con una vestimenta más tradicional, momentos antes de la tragedia.

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Ricardo Darín e Ignacio Huang durante un momento del rodaje, en el barrio chino de Buenos Aires.

Esta barrera que supone hablar idiomas distintos será salvada con la ayuda de un intérprete improvisado, en la figura de un repartidor de comida china que ejercerá de traductor entre ambos protagonistas. De esta forma, Roberto sabrá que es Jun el que se esconde tras el rocambolesco titular de uno de sus recortes de noticias y, en ese reconocimiento de la tragedia del otro, empezamos también a comprender un poco más las tribulaciones por las que pasa el personaje de Roberto a través de su pasado (como su participación en la Guerra de las Malvinas). Este arranque de empatía devolverá a Roberto la capacidad de amar, hasta el punto de aceptar sus propios sentimientos por la cándida Mari (interpretada por Muriel Santa Ana como secundaria de lujo). En cuanto a la presencia de orientales y su papel en el filme, destaca la gran cantidad de personajes chinos que aparecen, reflejo sin

duda de la realidad porteña; el denominado “barrio chino” de Buenos Aires se encuentra en el barrio de Belgrano y acoge, además de chinos -que se concentran precisamente en este lugar-, personas asiáticas de diversa procedencia, como taiwaneses, coreanos, japoneses o tailandeses. Otro tema, del que solo vemos unas pinceladas en la película, es el del racismo y la xenofobia en su forma más cotidiana. Tratado con humor, pero con precisión certera, son muchos los personajes del filme que plasman en sus comentarios y actitudes un sentimiento racista que parece ser un mal endémico muy enraizado en la sociedad bonarense y, por extensión, argentina: desde los delincuentes que asaltan y roban a Jun al inicio de la historia, hasta el policía que pretende encarcelarlo sin motivo alguno, pasando por los clientes de la ferretería de Roberto, para los cuales su ayudante chino es

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 poco más que un esclavo al que debería “blanquear”. Sin desmenuzar más la película, al lector le quedarán enormes dudas: ¿Cómo cayó una vaca desde el cielo hasta la barca de Jun? ¿Qué dramas oculta el pasado de Roberto? ¿Tendrán nuestros protagonistas un final feliz? ¿Habrá algo de realidad en esta historia o será meramente un “cuento 40 chino”? Enigmas todos ellos que les dejamos resuelvan ustedes con el visionado de este filme único, bizarro aunque encantador.

La expresión “un cuento chino”, que da título a la película, se refiere a un tipo de embuste disimulado dentro de una historia de dudosa veracidad y parece tener su origen en la recepción occidental de El libro de las Maravillas, de Marco Polo. El uso extensivo del término en Hispanoamérica parece proceder de los contratos, llenos de falsas promesas, con los que los españoles convencían a los chinos culíes para trabajar en sus plantaciones de Cuba, en un régimen de semiesclavitud. 40

Para saber más: -

Tráiler en Youtube.

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Ficha en Filmaffinity.

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Coloquio con el protagonista, Ricardo Darín, en el programa Versión Española.

Arco monumental que marca el acceso al barrio chino de Buenos Aires.

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Buscando el arte asiático en la ciudad de México I Por David Lacasta y Marisa Peiró Durante las últimas semanas hemos dedicado una serie de artículos a las relaciones artísticas y comerciales que entre México y Asia oriental se han venido produciendo durante los últimos siglos. Lo cierto es que muchos de los tipos de piezas a los que hemos dedicado nuestras páginas pueden observarse, sin ir más lejos, en el propio Distrito Federal, aunque también en muchos otros museos de México se conservan muestras de arte asiático.41 A través de una serie de artículos vamos a dedicarnos a explorar las colecciones de algunos de estos museos, y a dar unas breves pinceladas de los objetos que exhiben para que el público pueda disfrutar de unos delicados objetos que muchas veces pasan desapercibidos entre las imponentes colecciones y las hiperdecoradas salas.42 Aunque todos los museos que nombraremos son de creación reciente, los lugares que los acogen fueron creados en diferentes épocas, tal y como sucede tanto con las piezas como

con las colecciones que conservan y exhiben. Los periodos del coleccionismo de arte asiático en México que se representan en dichos museos son tres: el que presenta los resultados de los intercambios del Galeón de Manila, el de el del fenómeno del japonismo durante el siglo XIX, y uno de época más contemporánea, en el que el gusto anticuario y exotista tradicional se alterna con las creaciones de vanguardia. Los más conocidos de estos museos, más por sus contenidos generales que por albergar objetos asiáticos -del corte más tradicionaldentro de su mar de colecciones son, sin duda, el Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec y el Museo Franz Mayer de Artes Decorativas, pero no menos importante resulta el Centro Cultural Isidro Fabela, que alberga el Museo Casa del Risco. El Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec43

El Museo Nacional de Historia de México se encuentra situado en el Castillo de Chapultepec. El edificio fue construido entre los años 1785 y 1787, diseñado como sitio de descanso por orden del virrey Bernardo de Gálvez. A lo largo de la Historia sus instalaciones se destinaron a sede del Colegio Militar, escenario de batallas durante la invasión estadounidense, residencia imperial de Maximiliano I de México y la emperatriz Carlota, y residencia presidencial. Convertido en museo en 1944, sus salas albergan piezas pertenecientes a un periodo histórico que va de la Conquista hasta la Revolución de 1910; entre ellas destacan objetos pertenecientes al emperador Maximiliano y su esposa Carlota, y al general Porfirio Díaz y su esposa Carmen Romero Rubio. Sus instalaciones comprenden más de cuarenta áreas que sintetizan la historia de México, incluyendo obras pictóricas y escultóricas, indumentaria, tecnología, numismática, instrumentos musicales, 43

Además del Museo Nacional del Virreinato, a cuya sección asiática ya dedicamos un artículo, muchos otros museos presentan importantes piezas de origen asiático. Entre ellos destacan el Museo Histórico de Acapulco “Fuerte de San Diego”, el Museo Pedro Coronel de Zacatecas, el Museo Naval de Veracruz o los museos José Bello y González y José Bello y Zetina de Puebla de Zaragoza. 42 Este breve recorrido está realizado de acuerdo a los recorridos expositivos que se encontraban vigentes a mediados del año 2015; la riqueza de los fondos patrimoniales de las diferentes instituciones, así como la realización de exposiciones temporales, el eventual préstamo de piezas, la política de adquisiciones y restauraciones y, en definitiva, la agradable costumbre de renovación de los recorridos museográficos pueden hacer que las piezas descritas y aquí mostradas difieran de las que se exhiban en los próximos meses. 41

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Dentro del Museo Nacional de Historia se exhiben objetos de diferentes periodos y tipologías, que se encuentran repartidos en diferentes puntos del museo. Posiblemente, a tal efecto, las colecciones asiáticas más relevantes del museo, que apenas se encuentran reflejadas en sus salas, sean las de marfiles y las de muebles, que afortunadamente han recibido buenos estudios.44 Por una parte, en la sección de Historia encontramos una sala dedicada al crisol de culturas y productos que conformaron la nueva sociedad novohispana en la que destaca una vitrina con algunos de los muy diferentes productos que se transportaban en el galeón de Manila -de los cuales ya hablamos con detalle en un artículo anterior- entre ellos destaca un abanico, así como varias cerámicas y tallas en marfil. En la sala anexa -que se ocupa de la vida religiosaencontramos una crucifixión de Cristo realizada en marfil y de origen chino que data del siglo XVIII, excelente muestra de un género habitual en México.45 enseres de plata y cerámica, banderas, carruajes y documentos. 44 Sobre las mismas, véase Obregón, Gonzalo. “La colección de marfiles del Museo nacional de Historia”, en Anales del instituto Nacional de Antropología e Historia, n. 7. México, Museo Nacional de México, 1955. Disponible aquí y Obregón, Gonzalo. “La colección de muebles del Museo Nacional de Historia”, en Anales del Instituto Nacional de Antropología e Historia, n. VI. México, 1954. pp. 151-156. Muy pocos de sus maravillosos objetos se exhiben actualmente; además de numerosos marfiles de temática cristiana destaca la sillería de la sala capitular del convento de San Agustín. 45 Gerardo Obregón señaló que la abundancia de piezas de marfil orientales de carácter religioso en México se debía no solo al comercio del Galeón de Manila, sino también a un chino de artesanos chinos que se establecieron tempranamente en la Ciudad de México y que se especializaron en el trabajo de mobiliario y de

Fotografía del castillo de Chapultepec.

Vitrina del Museo Nacional de Historia en la que se muestran diferentes objetos procedentes de los intercambios comerciales que tenían lugar en el Virreinato de Nueva España. Fotografía de Marisa Peiró Márquez.

marfil. Éstas suelen estar realizadas con materiales y técnicas de origen asiático, pero utilizaban iconografías occidentales de temática cristiana, que en muchas ocasiones -especialmente en China- se reinterpretaban de acuerdo a la tradición local.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Mucho más impresionante resulta, no obstante, una de las muchas salas del piso superior recreadas a la manera de las habitaciones de la época del Segundo Imperio y del Porfiriato, ya en pleno siglo XIX. En un espacio acondicionado como fumador (y que sirvió como tal en los últimos años del siglo XIX) podemos contemplar, según una disposición habitual entre las habitaciones nobiliarias y de la alta burguesía, toda una serie de delicados objetos de procedencia oriental, entre los que sobresalen las cerámicas. En primer término, podemos contemplar una pareja de tibores japoneses de finales del siglo XIX, procedentes seguramente de los hornos de Satsuma o Kutani; ambas piezas presentan la característica y colorida decoración floral (en este caso, con motivos de peonías y crisantemos), que tan

Arriba, disposición actual del fumador del Museo Nacional de Historia, en el que se observar numerosas y valiosas piezas orientales. Abajo, detalle de las mismas. Fotografías de Marisa Peiró Márquez.

Parte de las piezas orientales que se encuentran en la sección del Museo Nacional de Historia. Fotografía de Marisa Peiró Márquez.

atractiva resultaba a los compradores occidentales. Junto a ellos, encontramos un jarrón de porcelana de forma ovoide, cuyo cuerpo alberga distintas representaciones de samuráis y escenas del Japón tradicional. La decoración de la sala se complementa con toda un serie de cerámicas de origen chino (porcelanas de la variedad de azul y blanco), japonés (del tipo de exportación que se realizaba durante el periodo Meiji) y mexicano (talaveras con temas y motivos inspirados en decoraciones chinas). La muestra de cerámicas y porcelanas se complementa con diferentes cajas de origen

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 oriental, así como de incrustaciones de nácar.

muebles

con

Entre las piezas que exhibe el Museo Franz Mayer también se encuentra una nutrida selección de piezas de origen oriental (o

Museo Franz Mayer.

Por último, en la sala dedicada a las artes decorativas, destaca la presencia de pequeños objetos que adquirieron también gran popularidad durante el japonismo, como tabaqueras y pequeñas cajitas (lacadas o en marfil), mientras que en las salas dedicadas a la indumentaria aparecen numerosos abanicos chinos. Museo Franz Mayer de Artes

Decorativas46

El Museo Franz Mayer, situado en un antiguo edificio hospitalario, alberga la principal colección de artes decorativas y diseño de México, además de ser sede de diversas exposiciones temporales de arte, diseño contemporáneo y fotografía. Su creación es el resultado de la vocación y la mentalidad filantrópica de Franz Mayer, afamado coleccionista alemán nacionalizado mexicano. Mayer inició su colección en 1919, enfocada en el arte decorativo, considerado todavía un arte menor, por lo que ha de verse al coleccionista como un precursor de la revalorización de 46

inspiradas en éstas), que datan especial, pero no únicamente, del periodo virreinal.47 Entre ellas, encontramos toda una serie de cerámicas, marfiles de carácter religioso de procedencia asiática (similares a los mencionados en el apartado anterior, así como un abundante grupo de cerámicas este tipo de manifestaciones a nivel internacional. Su carrera como coleccionista se prolongó a lo largo de más de cincuenta años, llegando a atesorar más de 9500 objetos, datados la mayoría entre los siglos XVI y XIX, tratándose principalmente de objetos origen novohispano, entre los que destacan las piezas de platería, cerámica, mobiliario, textiles y pinturas, así como azulejos. Destacan también los 10.000 libros relacionados con las artes decorativas y la Historia de México. Franz Mayer legó su colección al pueblo mexicano mediante un fideicomiso cultural del que es fiduciario el banco de México, el cual incluía los recursos económicos para instituir el museo. 47 En este último ámbito, destacan tanto las piezas en las que se aplica la técnica del maque, como los enconchados o las cerámicas de Talavera.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 (tanto orientales como talaveras), bronces y objetos lacados y esmaltados. Es particularmente importante la impresionante colección de piezas de porcelana china de la dinastía Qing, que en su mayoría datan del siglo XIX, aunque existen piezas que se remontan a los siglos XVII y XVIII; ésta se presenta en el apartado dedicado a la cerámica y en contraposición a las piezas mexicanas.

representaciones de un dragón en azul sobre fondo blanco, acompañado de una tapa de madera calada y pomo de jade tallado, un jarrón de porcelana Qing decorado con representaciones humanas y caligráficas y varios pomos de te metálicos y esmaltados del siglo XIX (tipología de la cual encontramos una colección de mayor calidad y cantidad en otra vitrina cercana). Otras vitrinas acogen piezas de origen chino, en una de ellas se exhibe un conjunto de piezas de cobre esmaltado que datan de los siglos XVII y XVIII y entre las que se encuentran platos, botellas y conchas, además de varias piezas en bronce esmaltado, entre las que sobresale un incensario con forma de león. La segunda de estas vitrinas muestra dos espectaculares jarrones chinos de grandes dimensiones, realizados en madera tallada y lacada durante el siglo XVIII y decorados con escenas en las que se observa a mujeres y niños jugando en plena naturaleza.

Detalles de diferentes piezas asiáticas expuestas en el Museo Franz Mayer. Fotografías de Marisa Peiró Márquez.

Aunque las obras se encuentran por todo el museo, algunas de ellas están concentradas en vitrinas temáticas.48 Por ejemplo, en una de ellas podemos encontrar varias piezas chinas, junto a un plato de factura holandesa; se trata de un tazón de porcelana con Entre las que quedan fuera, destacan una maceta y un frasco de porcelana china de la dinastía Qing, así como varios muebles de fabricación cantonesa e indoportuguesa y que datan de finales del siglo XIX. 48

Por último, y más adelante en el recorrido, también sobresalen los marfiles hispanofilipinos del siglo XVII; además de la monumental crucifixión, se encuentran una pareja de tallas doradas y policromadas de San José y la Virgen con el Niño.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Centro Cultural Isidro Fabela / Museo Casa del Risco Dentro de este recorrido por el arte asiático en la Ciudad de México no podemos dejar de mencionar una de las manifestaciones más curiosas y sobresalientes de época virreinal, la denominada Fuente del Risco, situada en el Museo Casa del Risco, albergado en el Centro Cultural Isidro Fabela, que resguarda además las colecciones del célebre diplomático mexicano.49

Centro Cultural Isidro Fabela.

Isidro Fabela (1882-1964) fue un abogado, escritor, historiador, lingüista, filólogo y diplomático mexicano, que a lo largo de su vida ocupó diversos cargos políticos y diplomáticos, como el de juez de la Corte Internacional de Justicia de La Haya entre los años 1946 y 1952. En año 1958 realizó la donación de su archivo documental personal, consistente en más de un millón y medio de documentos y más 1.500 fotografías, así como de su colección artística. En 1963 se inauguró el Centro Cultural Isidro Fabela, ubicado en la histórica casa del Risco, popular inmueble de la zona de San Ángel y que además de alojar la ya mencionada Fuente del Risco, fue observatorio y escenario de escaramuzas bélicas más que notables a lo largo del siglo XIX. 49

Tal y como hemos mencionado, durante el periodo virreinal fue habitual la presencia de piezas cerámicas orientales en suelo novohispano. No obstante, el largo y azaroso recorrido que realizaban las piezas ocasionaba que muchas se quebraran durante las etapas de transporte marítimo o terrestre, ocasionando unos fragmentos que se denominaban “risco” y que posteriormente eran reutilizados en decoración arquitectónica, adosándose a toda una serie de edificaciones y estructuras, aprovechando así estas piezas y fragmentos que de otra forma dejarían de tener utilidad. A pesar de ello, aunque la función de estas piezas se transformaba, al mismo tiempo mantenían en cierto modo su valor, ya que seguían siendo productos provenientes del 50 lejano Oriente. En la Cuidad de México se encuentra uno de los más sobresalientes ejemplos arquitectónico que hace uso de estos riscos, y que todavía se puede apreciar casi bajo su apariencia original: la Fuente del Risco. Ésta se situaba en un inmueble de San Ángel, que durante el periodo virreinal fue propiedad de dos funcionarios de la Real Casa de la Moneda de México y que anteriormente formaba parte de un terreno de la orden de los dominicos; este emplazamiento arroja Castro Rodríguez, Fátima. Porcelana japonesa en el México Virreinal. Ciudad de México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2012, pp. 61-64. 50

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Debido

a las sucesivas restauraciones y pequeños añadidos al diseño original, resulta difícil establecer una cronología exacta de la realización de la fuente, aunque se estima que ésta debe datar de finales del siglo XVII o los primeros años del XVIII, de acuerdo a las piezas que la decoran, que provienen esencialmente de los hornos chinos de

Detalle de los platos y riscos. Fotografía de Marisa Peiró Márquez.

alguna pista sobre el porqué de su construcción. Por una parte, durante esta época la zona de San Ángel concentraba tanto buena parte de la población asiática de México (mucha de la cual se dedicaban al comercio de objetos provenientes de Oriente), como a los frailes dominicos de la colindante iglesia de San Jacinto, muchos de los cuales habían estado destinados previamente en Filipinas, lugar del que procedían buena parte de estas piezas. Por otro lado, tal y como hemos señalado, la casa perteneció a dos importantes funcionarios, cuya capacidad adquisitiva y su bagaje cultural los hacía propensos al consumo de las piezas de porcelana.

Fuente del Risco.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Fujian y de los japoneses de Hizen. La colocación de las piezas sobre la superficie de la fuente, aunque en un primer momento pudiera parecer casual, fue extremadamente planeada, apreciándose una intención simbólica más allá de la efectiva función decorativa, lo que sugiere la participación de conocedores en la materia. El lugar destacado que ocupan ciertas piezas, la forma en que se disponen los motivos o se entremezclan, resalta la jerarquización de los riscos, como se aprecia en los distintos nichos, en los cuales se combinan piezas de talavera mexicana con otras de origen japonés y chino. Además, formalmente la fuente se encuentra dividida verticalmente en dos mitades iguales, pero se observa una tendencia a la ubicación de la porcelana japonesa en el lado izquierdo, que establece una especie de diálogo con la mitad derecha, en la que se dispone la mayoría de las piezas chinas, sugiriendo que su artífice tuviera conocimientos sobre la materia y que quizás buscara enfrentar en la obra los dos estilos distintos. A modo de detalle curioso que nos sirva de salto hasta la época contemporánea, no podemos evitar mencionar que en la sala que recrea las dependencias personales de Fabela

La obra de Foujita.

se encuentra un desnudo del pintor japonés Leonardo Tsuguharu Foujita.51 A partir de este breve recorrido por alguno de los museos más destacados de la capital mexicana, podemos comprobar cómo la presencia de piezas y manifestaciones provenientes de Extremo Oriente conforman un valioso testimonio con el que ilustrar las relaciones que a lo largo de la historia se han mantenido entre ambos extremos del océano Pacífico. Estas obras, gracias al buen hacer de las instituciones responsables, resultan fácilmente accesibles al público, por lo que no podemos más que recomendar encarecidamente al lector la visita de las distintas colecciones.

Tsuguharu Foujita (1886-1968), fue un pintor de origen japonés nacionalizado francés. En su madurez, se convirtió al catolicismo, tomando en su bautismo en nombre de Léonard Fuijita. Su trayectoria se vio influenciada por la obra de impresionistas y simbolistas, caracterizándose sus realizaciones por tratar temáticas occidentales mediante el empleo de técnicas de la tradición pictórica japonesa. 51

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Buscando el arte asiático en la ciudad de México II Por David Lacasta y Marisa Peiró En este artículo proseguimos nuestro recorrido en busca del arte asiático en la ciudad de México, dedicándonos esta vez al adquirido y producido en época más reciente, símbolo innegable de la fascinación que el Extremo Oriente continuó, y continua,

Museo de Arte Carrillo Gil.

causando en los grandes coleccionistas; por otra parte, cada vez son más los artistas de origen asiático que visitan la ciudad y dejan su impronta en galerías y museos. Dentro del primer ámbito, podemos comprobar fácilmente cómo la sensibilidad oriental atrajo a algunos de los más grandes coleccionistas mexicanos del siglo XX, como Álvar Carillo Gil, Dolores Olmedo y, continuando hasta la época presente, el multimillonario Carlos Slim, haciendo que el arte asiático más reciente esté presente en museos tan visitados como los siguientes: Museo de arte Carrillo Gil52

Abierto desde 1974 en el agradable barrio de San Ángel, los fondos del museo constan de 1775 piezas, en su mayoría pertenecientes a la colección privada de Carrillo Gil, así como a sucesivas donaciones. Destaca por su gran diversidad de medios: pintura, grabado, litografía, serigrafía, collage, dibujo, fotografía, instalación, arte objeto, libro de artista, escultura y vídeo. 52

Litografía de Zao Wou ki, propiedad del Museo de arte Carrillo Gil.

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Algunos de los ukiyo-e que posee el museo.

Dentro de los variados fondos del museo, la mayoría pertenecientes a la antigua colección privada del doctor Álvar Carillo Gil,53 centrados en el arte contemporáneo, sobresale su colección de arte japonés, compuesta por 279 estampas y 54 23 kakemonos. Esta contiene obras de más de ochenta artistas japoneses (entre los que destacan grandes nombres, como Harunobu, Hiroshige, Hokusai, Utamaro, Kunisada III, Moronobu, Sadanobu, Sharaku, Kunichika u Ogata Korin) y se compone de piezas en diferente estado de conservación, entre las Álvar Carrillo Gil (1898-1974) fue un pediatra mexicano y afamado coleccionista de arte que reunió una sobresaliente colección con la obra de los principales artistas mexicanos de la primera mitad del siglo XX, entre las que destacan obras de José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera. La principal estudiosa de la labor de Carillo Gil es la investigadora Ana Garduño. 54 Según Inagaki, Carrillo Gil habría comprado buena parte de esta serie de obras en Japón, durante un viaje que realizó en 1955, aunque comenzó a comprar arte japonés en París y Estados Unidos. Esta colección se expuso públicamente por primera vez en 1956 en el Palacio de Bellas Artes. Para más información, véase Inagaki, I., y E.G. Kim, Ukiyo-e: Estampa Japonesa. Ciudad de México, Museo De Arte Contemporáneo Alvar Y Carmen T. De Carrillo Gil, 1993, pp. 13 y 15.

que destaca una gran cantidad de bijin-ga de diferentes autores y los diez tomos del manga de Hokusai. Buena parte de la misma puede visualizarse en línea en la página del museo. En la década de los 50, Carrillo Gil también compraría numerosas obras del artista sino-francés Zao Wou ki, en boga en la capital mexicana gracias a la labor de galeristas como Alberto Misrachi.

Museo Dolores Olmedo55

53

El Museo Dolores Olmedo se encuentra en la ex hacienda La Noria, cuya construcción data del siglo XVII, en la zona más terrestre de la Delegación Xochimilco, y fue abierto al público en 1994, por deseo de la mecenas y coleccionista en la que fuera su vivienda. Contiene una de las mejores y mayores colecciones de obras de Diego Rivera (íntimo amigo de Olmedo, que supervisó la futura exhibición de sus obras), así como numerosas obras de Frida Kahlo y Angelina Beloff, además de una imponente muestra de arte prehispánico, virreinal y contemporáneo mexicano -de corte popular-. En sus amplias instalaciones y jardines (habitados por numerosos pavos reales y xoloitzcuintles, que Olmedo adoraba), se realizan también numerosas exposiciones temporales y actividades culturales de corte musical y popular. 55

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La sala principal muestra buena parte de la exuberante colección asiático de D. Olmedo. colección asiática también se expone en el dormitorio. Fotografías de Marisa Peiró Márquez.

Museo Dolores Olmedo

Aunque Dolores Olmedo56 es recordada por muchas otras razones antes que como coleccionista de arte oriental, lo cierto es que hasta hace muy pocos años, en 1994, se exhibió buena parte de su colección en sus dependencias personales del Museo Dolores Olmedo, ubicado en la que fuera su vivienda, en la hacienda La Noria en Xochimilco. La exuberante colección, que pertenece Dolores Olmedo (1908-2002) fue una importante empresaria y coleccionista de arte mexicana. Se le suele considerar como una musa que inspiró a varios artistas mexicanos, entre ellos Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Jugó un importante papel en el panorama político y social del México de siglo XX, emprendiendo la construcción de numerosas obras públicas, así como mediante la promoción turística del país y de sus manifestaciones artísticas. 56

Mosaico con algunas de las muchas y variadas piezas asiáticas que pertenecieron a Dolores Olmedo. Fotografías de Marisa Peiró Márquez.

actualmente a los herederos de la musa y mecenas (y que inexplicablemente, no ha recibido estudios), está conformada por más de trescientas piezas de origen chino – principalmente–, indio y japonés, y compuesta esencialmente de marfiles, porcelanas, jades y hasta bronces, que componen esculturas, biombos, mobiliario y otros objetos decorativos.

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Entre las piezas japonesas destaca una buena cantidad de netsukes.

Museo Soumaya57 Por su parte, el Museo Soumaya tiene en su variado y riquísimo haber dos importantes y singulares colecciones de arte asiático. La primera de ellas, correspondiente a los marfiles, ha estado recientemente expuesta a partir de una gran exposición llamada “Asia en marfil” (un folleto detallado de la misma puede verse aquí); la segunda corresponde a una exquisita colección de biombos del periodo virreinal -que también han sido objeto de exposición-58 y que muestran de manera impecable la influencia del arte El Museo Soumaya, que reúne las colecciones del empresario mexicano Carlos Slim -así como numerosas donaciones-, fue creado por él mismo en honor a su esposa -Soumaya Domit-. Actualmente, cuenta con dos sedes: un rehabilitado edificio industrial dentro de Plaza Loreto (que contiene exposiciones temporales y permanentes, entre las que destaca de la Calendarios Mexicanos y la muestra escultórica centrada en la obra de Rodin), inaugurada en 1994, y el modernísimo edificio de Plaza Carso, diseñado por el arquitecto Fernando Romero e inaugurado en 2011. Este edifico contiene el grueso de las colecciones, que van desde arte prehispánico mesoamericano a los grandes artistas europeos de los siglos XIX y XX, y que reúnen un total de más de 66 000 obras. 58 Un catálogo de la misma es Curiel, Gustavo (de), Viento detenido, mitologías e historias en el arte del biombo. Ciudad de México, Editorial Museo de Soumaya, 1999. 57

Museo Soumaya

asiático en una tipología ya de por sí híbrida; esta se complementa con la presencia de otros objetos de mobiliario novohispano que

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 también presentan influencia oriental en sus enconchados y taraceas. La colección de marfiles que se expuso en “Asia en marfil” constaba de unas seiscientas piezas (al acervo preexistente se agregaron las provenientes de una donación) realizadas en dicho material. Estas eran tanto de origen asiático como occidental, mostrando iconografías de ambos casos, así como piezas híbridas (a nuestro gusto, las más interesantes). Dentro de los marfiles de temas y creación puramente asiático, casi todos datados en los siglos XIX y XX, destacaban figuras asociadas a la mitología y al folclore de China y Japón, que en su mayoría fueron concebidas y realizadas para el disfrute estético del más amplio público occidental (y no para el culto, como podría pensarse), algo que contrasta con la imaginería cristiana que se reproduce en las piezas de las escuelas indoportuguesa e hispanofilipina, que datan del periodo virreinal y que eran, por norma general, objetos de culto.

Uno de los biombos cantoneses del Museo Soumaya.

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Algunos de los marfiles del Museo Soumaya.

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Algunas de las obras de Tamiji Kitagawa del Museo Colección Blaisten.

Por otra parte, también en la Ciudad de México se encuentran muestras de artistas asiáticos más contemporáneos, aunque su contemplación pueda resultar menos atractiva. Por ejemplo, el Museo Colección Blaisten, que hace unos años cerró sus puertas, conserva asimismo obras de origen asiático, disponibles en línea gracias a la digitalización de las mismas que se llevó a cabo para su innovadora propuesta museográfica: se trata de algunas -sin duda, no las más brillantes- creaciones del japonés Tamiji Kitagawa59 (junto a Isamu Tamiji Kitagawa (1894-1989). Nacido en la Prefectura de Sizhouka (Japón), partió en 1913 a estudiar pintura a los Estados Unidos, bajo la tutela de John Sloan. Más adelante, entraría a la Real Academia de San Carlos de la Ciudad de México y, durante este periodo, se relacionó con artistas de la talla de Rivera, 59

Noguchi60 y Seki Sano, sin duda el más célebre de los visitantes de origen japonés en México) y del mexicano Luis Nishizawa Flores, de padre japonés. Nishizawa fue también el autor de numerosos murales -tanto pictóricos como escultóricospara importantes edificios de carácter público u oficial (realizados en ámbito tanto nacional como internacional); en la Ciudad de México podemos encontrar murales del artista en lugares tan importantes como la Secretaría de Orozco y Siqueiros, antes de asentarse definitivamente en Taxco en 1931. Regresaría a Japón en 1936. 60 Durante unas vacaciones en México, en las que Noguchi conoció a personajes como Frida Kahlo y Diego Rivera, le fue encargado su primer trabajo de carácter público: un mural escultórico llamado “La Historia vista desde México en 1936”, ubicado en el mercado Abelardo Rodríguez.

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Mural en el Mercado Abelardo Rodríguez, obra de Isamu Noguchi, 1936.

Educación Pública, la Suprema Corte de la Nación o la Universidad Nacional Autónoma de México. Los temas eminentemente prehispánicos y nacionalistas de los mismos, poco o nada revelan de los orígenes culturales del autor que, no obstante, fue muy conocido dentro de la pintura figurativa nacional hasta su fallecimiento en 2014. Dejando para otras ocasión el análisis de Museo Nacional de las Culturas (de carácter eminentemente didáctico y que en el caso

asiático exhibe mayoritariamente reproducciones), así como otras manifestaciones de arte público de carácter más tradicional (como el arco del Barrio Chino o el Pabellón Coreano de la Amistad) y de diferentes lugares de celebraciones religiosas, concluimos nuestro breve recorrido en busca del arte asiático de la Ciudad de México, confiando haber animado al lector a disfrutar del mismo.

Mural conmemorativo del 75 aniversario de la reapertura de la Universidad Nacional, Luis Nishizawa, 1958.

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La Ruta de la Seda IV (y final). Del siglo X al siglo XV Por Carolina Plou El siguiente capítulo de nuestro particular recorrido histórico por la Ruta de la Seda es el que contiene los mayores cambios. Abarca, de manera aproximada, desde mediados del siglo X hasta el siglo XV, los últimos siglos en los que esta ruta comercial estuvo en activo. Después vendrían otras rutas similares para intercambiar productos más o menos parecidos, pero las circunstancias fragmentarias y los distintos trazados imposibilitan que sigamos hablando de Ruta de la Seda a partir de esta última fecha.

Mapa de expansión del Imperio Selyúcida (fuente: wikipedia).

En China se produjo un cambio de dinastía, instaurándose en el poder la familia Song.61 En el mundo islámico, los turcos selyúcidas62

asumieron la dirección política del Islam oriental a partir de mediados del XI, iniciando una política de expansión. El Imperio Bizantino está en declive, en 1071 una derrota ante los turcos les hizo perder una influencia muy notable en el Mediterráneo oriental.63

La dinastía Song (960-1279) puso fin a la época de inestabilidad en la que se había sumido China desde la caída de los Tang en 907, una época que se conoció como el periodo de las Cinco Dinastías y Diez Reinos. Uno de los principales hitos de la dinastía Song fue la invención del papel moneda, aunque durante los tres siglos que rigió China se produjo un avance abrumador a todos los niveles: tecnológico (se produjeron notables avances en campos tan variados como el armamento de pólvora, tecnología vinculada a los viajes y transportes, imprenta de tipos móviles, ingeniería civil o siderurgia), científico (el conocimiento en campos como la botánica, zoología, geología, astronomía, medicina, farmacéutica, matemáticas o arqueología experimentó un gran desarrollo), artístico… 62 El Imperio Selyúcida se extendió por los territorios que actualmente integran Irán, Irak y Anatolia, entre los siglos XI y XIII. Sirvieron de barrera entre Europa y el Imperio mongol, aunque finalmente cayeron a

manos de estos últimos, convirtiéndose en vasallos, en el siglo XIII. 63 En 1071, el Imperio Bizantino era ya apenas una sombra de lo que había sido. Con la pérdida de numerosos territorios, apenas conservaba ya dos regiones, los Balcanes y Anatolia. La batalla de Manzikert tuvo lugar después de una crisis interna en el imperio, provocada por el fin de la dinastía macedonia, y que había enfrentado a dos bandos: militares y funcionarios civiles. Los primeros habían resultado vencedores y, puesto Romano IV Diógenes en el trono, emprendió una campaña contra los turcos, en cuyo contexto tuvo lugar esta batalla. Las consecuencias de la derrota fueron relativamente benévolas: la cesión de unas pocas plazas y la rendición de tributos anuales. Sin embargo, cuando Romano IV regresó, se encontró con que había sido derrocado. A partir de aquel momento, la extrema debilidad del Imperio Bizantino lo expuso a constantes ataques, a los

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 En Europa se estaba experimentando un cambio demográfico,64 una época en la que se intensificó el sentimiento religioso y el poder de la Iglesia.65 En este contexto floreciente, los núcleos comerciales europeos, y especialmente, las ciudades italianas, adquirieron una notable relevancia. Venecia, Florencia, Génova y otras se convirtieron en las capitales comerciales de Europa, coincidiendo con el auge del comercio de especias y la recuperación de las rutas mediterráneas, con el intercambio de lanas, metales y manufacturas, entre otros productos. Las principales especias fueron la pimienta, el cardamomo, la canela, la nuez moscada, el azafrán y el clavo, que llegaron a adquirir valor monetario.

de Mongolia, e inició una expansión que alcanzó toda Asia continental. Las claves de su éxito, además del carisma de su líder, fueron la fortaleza y estructura del ejército,66 y el código de leyes mongol o Yassa.67 Apoyaron y valoraron extraordinariamente sus relaciones comerciales con los países

Mapa de la división del Imperio Mongol en kanatos. Puede verse aquí una animación con la evolución previa del Imperio Mongol.

Esta situación política, relativamente inestable pero no lo suficiente como para impedir los movimientos comerciales, se vio transformada por completo por la irrupción, en el ámbito asiático, de la figura de Gengis Kan (1162 – 1227). Este líder mongol consiguió unificar a varias tribus del noroeste del actual territorio

cuales sobrevivió como pudo hasta su final definitivo, en 1453. 64 Caracterizado por una tendencia hacia el crecimiento de la población (si bien se vio interrumpida en el siglo XIV por los episodios de peste negra) y una nueva organización territorial: abandono de las zonas rurales en favor de las grandes urbes y una mayor movilidad. 65 Lo cual derivaría en el fenómeno de las Cruzadas, campañas militares para controlar política y administrativamente Jerusalén y otros lugares de Tierra Santa.

La principal fortaleza de este ejército residía en su caballería, con una disciplina férrea, gran movilidad y velocidad en el ataque. El ejército se dividía en una caballería pesada que rompía las fuerzas enemigas, una caballería ligera, que permitía la velocidad de ataque y retirada, y finalmente los cuerpos auxiliares de ingenieros y de infantería, formados por los pueblos sometidos. Era un ejército disciplinado y muy sobrio. 67 La Yassa, o código de leyes que en un principio rigieron el imperio mongol, recogía la tradición mongola, enriquecida por las reflexiones de Gengis Kan. Entre sus disposiciones, se encontraba el reconocimiento de que todos los individuos son iguales (siempre que sean nómadas), la libertad religiosa, un control férreo sobre la población (se permitía la tortura), pero con un sistema que también reconocía los méritos. Se favoreció un gobierno muy estricto, encabezado por una figura poderosa que controlase la heterogeneidad de los pueblos sometidos. Resulta llamativo que diese total libertad a las religiones, sin imponer ninguna creencia por encima de otras ni vetar ninguna. 66

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 vecinos. Todos los mercaderes y embajadores que transitaban por sus dominios eran protegidos por los mongoles (siempre y cuando tuvieran las documentaciones adecuadas), lo que favoreció la llegada física de europeos a China (un hito que apenas se había logrado de manera puntual en periodos anteriores).

Al este, quedó el territorio de China, gobernado por una dinastía puesta en el poder por los mongoles, la dinastía Yuan, que fue inaugurada por el propio Gran Kan, Kublai Kan.

A lo largo del dominio mongol, hubo una serie de Grandes Kanes: Gengis (1206 – 1227), Ogodai (1229 – 1241),68 Kuyuk (1246 – 1248), Mongke (1251 – 1259) y Kublai (1260 – 1294). La expansión de los mongoles fue progresiva, y en 1260 comenzó la fragmentación. A partir de ese momento, la figura del Gran Kan se volvió más teórica, y el territorio se transformó en la práctica en una confederación de kanatos. En Asia central se estableció el kanato de Yagatay, que tras una fase de expansión, comenzó su declive a la muerte de Kaidu, enfrentado a Kublai (1301), mientras se islamizaba progresivamente. Tas sufrir el embate de Tamerlán (finales del XI) y la presión de los rusos, se dividió en varios kanatos que fueron progresivamente absorbidos por el imperio ruso. Al noroeste, se encontraba el kanato de la Horda de Oro (Quipcap), en la zona de Siberia occidental. En su momento de auge logró imponer su autoridad a los principados rusos y llegó a amenazar a Bizancio, pero a finales del siglo XV se escindiría en tres kanatos: Kazán, Astrakán y Crimea. Las conquistas en Persia llevaron a la fundación del Imperio de los llkharies o Iljanes. Éstos acabaron convirtiéndose al Islam a finales del siglo XIII, lo cual no impidió la disgregación de su imperio a la muerte de Abu Said (1335). 68

Odorico de Pordenone, apodado el “apóstol de los chinos”, viajó y vivió en Oriente entre 1318 y 1330, aproximadamente.

La amplia expansión geográfica del imperio mongol impidió el control, hubo rivalidades entre las tribus, conflictos sucesorios y figuras dominantes menos carismáticas. A todo esto, ayudó también la asimilación de las culturas dominadas por parte de los mongoles, y la obsolescencia del sistema militar que les había elevado a la hegemonía en el continente asiático.

Ogodai fue quien estableció la capital en Karakorum.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Pese a todo, la mera existencia del Imperio Mongol tuvo una importancia capital estimulando el contacto con Occidente: por un lado, la tolerancia de este imperio hacia la religión cristiana hizo que desde Europa se viese como un potencial aliado contra el mundo musulmán, y por otro lado, el hecho de que fuera un sistema político unitario hacía que el comercio con los mongoles eliminase intermediarios, ajustando los precios y permitiendo un mayor lucro a los europeos. Numerosos viajeros se desplazaron hacia Oriente, atendiendo fundamentalmente al motivo religioso, y muchos de ellos redactaron libros, cartas o relatos sobre sus experiencias.69 Estos testimonios de Algunos de los viajeros religiosos más destacados fueron Giovanni del Pian del Carpine, Guillermo de Roubrouck, Giovanni de Montecorvino y Odorico de Pordenone. Giovanni del Pian del Carpine (circa 1182 – 1252) fue uno de los principales discípulos de San Francisco de Asís, muy tempranamente designado para la predicación por el propio San Francisco. El papa Gregorio IX le envió como embajador a Túnez. Posteriormente, Inocencio IV lo designó como enviado para negociar la paz con el kan mongol. Emprendió el viaje a los 63 años, partió de Lyon hasta llegar a Karakorum en el momento de la coronación de Kuyuk en 1246. Acompañado de un intérprete, permaneció cuatro semanas en la corte mongola, recogiendo numerosas informaciones sobre el origen y la genealogía mongola, la organización del imperio y de su ejército… Plasmó sus conocimientos en dos obras, Historia Mongolorum y Relación Tártara, los primeros textos europeos relativos a los mongoles. Guillermo de Rubrouck (1215 – 1295), también franciscano, fue enviado por el rey francés San Luis (1224-1270). Partió de Constantinopla en 1253, realizando la ida por vía terrestre. Llegó en 1254, realizando una breve estancia, partiendo de vuelta ese mismo año. También él recogió su experiencia en un libro, al que normalmente se alude comoViaje por el Imperio Mongol, simplificando su título original (Itinerarium fratris Willielmi de Rubruquis de ordine fratrum Minorum, Galli, Anno gratia 1253 ad partes Orientales). En esta obra, describió con suma veracidad lo que vio, manifestándose como un gran antropólogo y etnólogo. Estuvo presente en una celebración de la iglesia nestoriana, visitó pagodas, mezquitas, centros taoístas… recogiendo en su texto la libertad religiosa de Karakorum, en el que cuenta que 69

religiosos, unidos a los de viajeros laicos como el comerciante Marco Polo o John Mandeville, crearon una primera descripción presencial de los mundos exóticos del otro lado del continente desde una perspectiva europea, forjando la imagen oriental de lo misterioso, lo inaccesible y lo diferente.70

el 30 de mayo de 1254 asistió a una especie de foro de distintas religiones, donde se analizaban tres tendencias religiosas diferentes: budistas, nestorianos y musulmanes, con un claro enfrentamiento entre las religiones monoteístas y la budista. Giovanni de Montecorvino (1247 – 1328), llegó a ser arzobispo de Pekín. Fue enviado por el papa Nicolás IV a predicar el cristianismo a la zona de Persia. A su vuelta, fue enviado como legado romano a visitar al gran Kan, viaje que empezó en 1289, con una ruta que alternaba lo terrestre y lo marítimo. Se dirigió a Pekín, que ya era capital de China, a la que llegó en 1294. Reúne a chicos abandonados por sus padres, a los que instruye de una manera global, en el cristianismo, idiomas, música… Aprende y asimila el idioma nativo, llegando a traducir al chino el Nuevo Testamento y los Salmos. Se dice que llegó a alcanzar seis mil convertidos, según las fuentes históricas cristianas. Se conservan numerosas cartas entre 1305 y 1306, dando idea de su labor apostólica. En 1307, el papa Clemente V envió a siete franciscanos, entre ellos Andrés de Peruggia, con la misión específica de nombrarlo arzobispo de Pekín, donde permaneció hasta su muerte. Otro misionero de gran importancia que dejó testimonio escrito de sus viajes fue Odorico de Pordenone (1265 – 1331), franciscano, del que a día de hoy se cuestiona su origen italiano. Vivió durante largo tiempo una vida eremítica, realizando labores apostólicas solo en su ámbito local. Recibió el encargo de ir a predicar, y su viaje se dilató durante largo tiempo, más de tres décadas desde Venecia hasta China, así que llegó ya en un momento en el que ya había una notable presencia cristiana, pero aun así, su labor fue ampliamente reconocida, llegando a ganarse el sobrenombre de “apóstol de los chinos”. Fue llamado de nuevo a Avignon y regresó, ya estaba en Europa un año antes de su muerte, debida a una enfermedad; durante su convalecencia dictó a un compañero suyo el relato de sus experiencias. 70 Se considera a estos testimonios los primeros relevantes, ya que los textos de la Antigüedad que nos han llegado y que hemos ido mencionando en esta serie de artículos (Plinio el Viejo, Virgilio, etc.) recogían nociones sobre Oriente adquiridas de manera indirecta, pues no se conoce ningún autor clásico que viajase a Oriente y posteriormente lo reflejase en un escrito que se haya conservado.

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Retratos de Marco Polo y John Mandeville.

Con la disolución del Imperio Mongol, se produjo también una fragmentación económica y cultural de los estados en el camino de la Ruta de la Seda. Mientras que Europa se veía alcanzar una modernidad que impulsaba a todas luces el comercio, en Oriente la situación era de una profunda recesión, en parte por la imposibilidad de competir con los precios occidentales y en parte como consecuencia de la fragmentación. Si todo esto repercutía en la ruta terrestre, la marítima no sufrió menos: con la caída de Constantinopla a manos de los otomanos, la ruta marítima fue clausurada, ya que los otomanos estaban en enfrentamiento directo y prolongado con Occidente, y al obtener la plaza fuerte de la capital del Imperio Bizantino, emplearon su poder para bloquear el acceso de Occidente a la ruta marítima.

A partir de este momento, en función de la situación política de cada momento fueron surgiendo nuevas rutas alternativas, que saciaban las necesidades comerciales71 entre los distintos pueblos a uno y otro lado del continente euroasiático, pero ninguna de ellas alcanzó la magnitud ni la universalidad de la Ruta de la Seda.

Además, el descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón hizo que Europa dirigiese sus intereses comerciales en dirección opuesta, hacia las nuevas tierras, pensando en un momento que reviviría esta Ruta de la Seda a través de un nuevo recorrido, y posteriormente, con pleno interés en las posibilidades de los nuevos territorios conquistados. 71

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La ceremonia del té japonesa Por Yaiza García

La ceremonia del té japonesa o chanoyu (literalmente “agua caliente para el té) es un ritual desarrollado a partir del siglo XV, que consiste en la preparación de té verde, su presentación y posterior degustación por parte de los invitados, siguiendo unas estrictas normas protocolarias. Antes de proceder a la explicación de los principios y pasos fundamentales en los que se basa este ceremonial -además de tratar otras cuestiones relacionadas-, es necesario comprender que la ceremonia del té no es una manifestación cultural aislada, sino que ha condicionado otras expresiones artísticas tales como la arquitectura, la jardinería, la cerámica o la pintura, que a su vez son partícipes de dicho ritual. Influenciada por el taoísmo y la escuela budista zen, esta ceremonia nipona tiene como propósito lograr la purificación interior del individuo a través de la apreciación de lo sublime de la naturaleza, por tanto debe considerarse como un proceso íntimo más que social; y para alcanzar esa pureza espiritual es fundamental el lugar de celebración escogido, así como el entorno que le rodea.

Iho-an, casa del té en el templo Kodaiji (Tokio).

La ceremonia puede realizarse en el propio hogar, no obstante, originalmente se realizaba en una casa de té (sukiya o chashitsu), una pequeña cabaña de madera dividida en 3 habitaciones: un vestíbulo en el que aguardan los invitados, una antecámara donde se almacenan y preparan los instrumentos necesarios, y finalmente el propio salón del té. Esta rústica construcción se inserta en un jardín japonés en el que las rocas, el agua, la luz y la vegetación contribuyen a lograr esa abstracción espiritual tan codiciada.

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Salón del té.

Los invitados -habitualmente cinco- acceden a la casa de té a través de un sinuoso sendero (roji) compuesto de grandes piedras planas y generalmente humedecidas que les lleva a evadirse del mundo exterior, por tanto podría decirse que ésta es la primera fase de la meditación. En la sala de espera se les dispensa una taza de agua caliente, que será empleada de nuevo en la ceremonia, y tras esta primera toma de contacto regresan al jardín, donde el anfitrión le avisa mediante un gong del comienzo de la ceremonia. Los invitados lavan sus manos y boca en una fuente con el fin de purgarse, y luego atraviesan una pequeña puerta de entrada (nijiri-agari) encorvados -como muestra de humildad y considerando el pequeño tamaño de la casa- accediendo así al salón de té.

Como es costumbre en Japón, los huéspedes se descalzan y se ponen tabi,72 abren su abanico plegable y contemplan el kakemono73 que se halla en un muro del tokonoma.74 Tras admirar la pintura, se inclinan ante el hornillo y proceden a coger asiento en el tatami que se encuentra frente al dueño de la casa, siendo el invitado principal el que se situará más próximo al maestro. Seguidamente se realizan las correspondientes reverencias, y el anfitrión Calcetines tradicionales japonenses, generalmente de color blanco caracterizados por la separación del dedo gordo del resto de dedos. Son utilizados tanto por hombres como por mujeres y suelen llevarse puestos con un quimono. 73 Pintura paisajística o con decoración caligráfica, desplegada en un muro en posición vertical y en cuyos extremos se colocan dos rollos a modo de pergamino que sirven para templar la tela. 74 Pequeña estancia elevada y sagrada típica en una habitación japonesa, habitualmente decorada con un kakemono e ikebana o arreglo floral. 72

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 sirve el kaikesi o comida ligera que finaliza con unos dulces –wagashi- a modo de postre. La incorporación de este tentempié en la ceremonia responde a unas necesidades más espirituales que físicas, pues siguiendo la doctrina budista zen la preparación del alimento –como cualquier otro trabajo físicocontribuye al ejercicio espiritual. Tras el kaikesi, los comensales se retiran a un jardín interior para descansar; una pausa intermedia que se conoce como Naka-Dachi. Varios tañidos de gong advierten el comienzo de la siguiente etapa, el goza-iri, lo que implica una nueva purificación y la veneración del arreglo floral (ikebana) que ha sido colocado en el tokonoma. De nuevo en el salón del té, el anfitrión muestra los instrumentos que serán utilizados para preparar y servir el brebaje: el brasero, la tetera (chawan), el agitador de bambú (chasen), el cuenco para el agua

sobrante, una cuchara y la vasija para el té (de color claro para el verano y de un tono más oscuro para el invierno). Tras limpiar estos objetos con un pañuelo (fukusa), se hierve el agua y se sirve en cada cuenco (chaki) junto con varias cucharadas de té matcha o koicha (té espeso). El maestro remueve la mezcla con el agitador hasta adquirir la consistencia deseada, y de este modo el té está listo para ser servido. El invitado ase la taza con la mano derecha mientras que coloca la palma izquierda bajo la misma, da pequeños sorbos y limpia el borde del recipiente con unas servilletas del papel (kaishi). Se la pasa al siguiente invitado quien realiza la misma operación hasta que han bebido todos, ofreciendo la taza de nuevo al maestro de ceremonia. Finalmente, tiene lugar la última fase de la reunión, en la que se sirve el té ligero ousucha. Es un té más espumoso que el koicha y a diferencia de éste, se añaden menos cucharadas de matcha al agua y cada convidado debe consumir el contenido íntegro de la taza. Una vez ha pasado por todas las manos, el anfitrión guarda los utensilios y despide a sus huéspedes, con lo que concluye el ritual. Esta

detallada descripción corresponde a una ceremonia del té completa (Cha-ji), Principales utensilios empleados en la ceremonia del té.

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que puede alargarse Página 70

[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 hasta cuatro horas, mientras que una reunión sencilla se reduce a la toma del último té y se extiende aproximadamente una hora. En cuanto al protocolo, existen unas normas precisas –pero no demasiado complejasdenominadas tema e o tatemae. A lo largo del rito, los delicados movimientos de las manos y del cuerpo, tanto del anfitrión como de los invitados, están perfectamente definidos (llegando a sumar aproximadamente 300 posiciones en una ceremonia formal). Por otro lado, ésta debe realizarse en completo silencio, que únicamente es alterado por el ruido del agua hirviendo en la tetera o el golpeo de la cucharilla al echar el té en el cuenco; que definen los llamados “sonidos del té”. El vestuario y la decoración también siguen unas pautas, por ejemplo, la pintura de los muros del salón y los quimonos deben presentar tonalidades suaves, que no desentonen con la armonía que reina en el lugar. Como ya he hemos visto, los actos de cortesía son de obligado cumplimiento a lo largo del ritual, e incluso tras la toma del brebaje los invitados suelen elogiar al anfitrión, alabando el decorado de la sala, el ambiente o la belleza de la cerámica utilizada, pero sin excederse puesto que esas palabras pueden considerarse intempestivas. Los temas políticos o religiosos se prohíben ya que pueden alterar

Té ligero (Usucha) y té espeso (Koicha).

el pensamiento de alguno de los huéspedes y distraerles del propósito común: apreciar la belleza y simplicidad de la naturaleza. Actualmente no es frecuente la celebración de esta ceremonia en una “casa de té”, ya que estar en posesión de una requiere disfrutar de un nivel económico alto. Igualmente también es necesario tiempo de ocio para dedicárselo tanto a la preparación correcta del té como a los invitados, algo complicado de encontrar en el agitado ritmo de vida nipón. Historia del té La planta de té verde se empleó por primera en China hacia el 250 a.C. Cultivada en el sur del país y ligada en un principio a las clases más poderosas, pronto se expandió a otros territorios próximos. El té aparece bajo diferentes denominaciones en escritos redactados por algunos autores clásicos del país, quienes le otorgaban “virtudes de aliviar la fatiga, deleitar el alma, fortificar la

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 voluntad, y reanimar la vista”.75 Estos beneficios motivaron su uso como panacea, lo que desencadenó que su consumo se popularizase entre la élite militar. En el siglo VIII, el té llegó a Japón de la mano de los monjes budistas Dengyo Daishi y Kobo Daishi, conocidos respectivamente como Saicho y Daishi, quienes fundaron las escuelas esotéricas Tendai y Shingon. Su cultivo se difundió a partir del siglo XIII en algunas regiones del país nipón, gracias al impulso de los shogunes Minamoto no Sanetomo y Ashikaga Takauji. En tiempos de la dinastía Tang (618 -907), el monje budista Lu Yu volcó sus conocimiento sobre el té en el manual Cha Jing o Clásico del té, considerado un libro sagrado desde entonces. Es a mediados del siglo XV cuando en Japón el monje Murata Jukô (1422 – 1502) fija las nociones básicas del chanoyu, y un siglo más tarde otro religioso, Sen no Rikyû (1522- 1591), desarrolla esas pautas hasta dejar establecida la ceremonia (defendiendo un nuevo estilo más austero conocido como wabicha). Sus descendientes fundarán las tres escuelas más importantes de este arte: Urasenke, Omotesenke y Mushanokôjisenke.

con las dinastías celestes Tang, Song y Ming, surgen tres modos de prepararlo: la pasta de té hervida, el polvo de té batido y la hoja de té en infusión. Esta clasificación aún va más allá según el historiador y filósofo Okakura Kakuzo (1862 – 1913), ya que estos métodos pueden asimilarse a tres escuelas respectivamente: la escuela clásica, romántica y naturalista del té. Hoy en día estamos acostumbrados a consumir té en forma de infusión, pero este uso es relativamente reciente. Sabemos que en China, en siglo V, las hojas de dicha planta se molían hasta convertirse en una pasta que se hervía junto con arroz, monda de naranja, jengibre, leche y especias, obteniendo un singular brebaje. Habría que esperar el ascenso al poder de la dinastía Song (960 – 1279) para que la preparación del té evolucionase y se adoptase en la ceremonia japonesa. En esos momentos se comienza a utilizar el té como un polvillo, resultado de secar y majar las hojas de la planta convirtiéndolas en un polvo muy fino que mezclado con agua caliente (valiéndose del agitador de bambú) da como resultado un líquido espumoso de un fuerte color verde que recibirá el nombre de “té matcha”.

En Europa, la llegada del té es posterior. La Compañía Holandesa de las Indias Orientales introdujo el té verde en el siglo XVII, coincidiendo con el fin de la dinastía Ming (1368 – 1644), penúltima dinastía china.

Mientras la tradición del té verde molido en China fue cayendo en el olvido, en Japón ésta costumbre se estableció gracias a la buena adecuación de la misma con las prácticas de los monjes budistas; y a partir del siglo XIV, se empleará en la ceremonia del té nipona.

Escuelas y preparación del té

“Camino del té”

En lo concerniente al consumo de té, y al igual que otras disciplinas como la Historia, la Filosofía o el Arte, se pueden distinguir diferentes escuelas y periodos. Coincidiendo

Atendiendo a lo ya expuesto, la ceremonia del té gozó en Japón de un gran éxito y su importancia en la vida cotidiana fue creciendo con el tiempo. Esto propició que se convirtiese en un “camino de vida”, es decir, en una disciplina que merece ser estudiada al igual que ya lo eran el Ikebana (“camino de

Kakuzo, Okakura, El Libro del Té, La Ceremonia del Té Japonesa. (Cha No Yu), Madrid, Miraguano, 1996, p. 35. 75

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 las flores”) o el shodô (“camino de la escritura”), entre muchas otras.

Grupo de geishas realizan la ceremonia del té.

–y aún existen- en el mundo occidental respecto a la cultura oriental, siendo el desconocimiento de la misma el principal problema. A modo de conclusión subrayo una de sus citas, puesto que en ella sintetiza el sentido y la trascendencia que la ceremonia del té tenía para los japoneses: “El té, entre nosotros, más que una idealización de la forma de beber, fue o devino una religión del arte de vivir”.76

En los siglos XVIII y XIX, el estudio de esta disciplina formaba parte del entrenamiento de las geishas. Actualmente, son muchos los japoneses que se instruyen por voluntad propia en el “camino del té” (sado o chado), asistiendo a una de las numerosas escuelas que existen repartidas por el territorio nipón. Los maestros les enseñan no sólo a actuar como anfitrión e invitado, sino todos los “caminos” y elementos que participan de este ritual, el cual es muy apreciado como saber espiritual. El estudio de esta doctrina, además de evidenciar una buena educación, es uno de los fundamentos de su cultura y de su propia vida. El erudito Kakuzô Okakura (Yokohama, 1862 – 1913), mencionado anteriormente, realizó una gran labor de protección y difusión de la cultura tradicional japonesa. En El libro del té (1906), una de sus principales obras, además de describir y ensalzar este ceremonial planteó los prejuicios que existían

Para saber más: -

Kakuzo, Okakuza., El Libro del Té, La Ceremonia del Té Japonesa (Cha No Yu). Madrid, Miraguano, 1996.

-

Gutiérrez, Fernando G. “El arte del té en Japón”, Laboratorio de Arte, nº 10, 1997, pp. 195 – 210.

-

Documental Japanese Tea Ceremony. Disponible aquí.

Kakuzô, Okakura., El Libro del Té, La Ceremonia del Té Japonesa (Cha No Yu). Madrid, Miraguano, 1996, p. 35. 76

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El país de la inocencia. Japón interior en el siglo XIX, por Isabella Bird Por María Jesús López Beltrán Mucho y bueno se ha escrito hasta la fecha sobre el Japón de la Era Meiji (1868-1912). Escritores y ensayistas coetáneos o posteriores, japoneses y no japoneses, relataron con visión personal la modernización del país del Sol Naciente, con sus luces y sus sombras. Desde Kakuzo Okakura y B.H. Chamberlain hasta Natsume Sôseki, pasando por Lafcadio Hearn, ensayos, reportajes y novelas nos han proporcionado claves para entender esta etapa tan revolucionaria en la que Japón se abrió al exterior.

intrépida, viajó por Asia, América y Oceanía, y en 1878 llegó a Japón. Ella vivió una de las experiencias más sorprendentes narradas hasta ahora sobre el País del Sol: gracias a su bitácora Unbeaten Tracks of Japan, hemos podido conocer más de aquel Japón profundo del siglo XIX, lejos de la imagen de estrenada modernidad que se pretendía vender al mundo. Bird quiso adentrarse en él, y puso toda su voluntad y fuerzas para ello.

Sin embargo, es necesario hacer justicia a un personaje que fue testigo directo del fin de la “edad de la inocencia” de Japón: la viajera y escritora Isabella Bird.77 Mujer culta e Isabella Bird (1831-1904), nació en Yorkshire, Inglaterra. Hija de un pastor protestante, dio pronto muestras de ser un espíritu libre. Exploradora, escritora, fotógrafa y naturalista, fue la primera mujer elegida miembro de la Royal Geographic Society, institución británica dedicada a la investigación en geografía física y humana. Su vida la dedicó a recorrer 77

Al llegar a la capital del Japón en el mencionado año 1878, Isabella Bird hizo saber enseguida a sus contactos británicos cuál iba a ser el sentido de su viaje: conocer el auténtico Japón, ese Japón viejo y ancestral que no se veía en las postales para turistas. Gracias a la ayuda del diplomático Ernest Satow, Isabella Bird salió de Tokio camino del interior del país a finales de mayo, y no regresaría a la capital hasta septiembre. Antes

Isabella Bird (fuente: Royal Geographic Society).

los cinco continentes, explorando lugares tan dispares como Estados Unidos, Persia y Afganistán o Australia.

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Vista del lago Chuzenji, Nikko (fuente: Old Vintage Japan).

de que Japan National Railways78 comenzara a partir de 1880 a construir líneas ferroviarias interregionales, los trayectos entre la ciudad de Tokio y las regiones septentrionales se hacían a caballo (llamado pack-horse por los británicos) o en rikisha (pequeño vehículo de tracción humana también conocido como rickshaw). Transitar por carreteras y caminos aún no pavimentados, entre charcos, lodo y guijarros, a lo largo de los numerosos pueblos del interior de Kantô, era para el viajero una proeza, que Bird acometió a lo largo de de más de ochocientos cincuenta kilómetros dentro de la isla de Honshu.79

desarrollo, gozaban de una cierta independencia a pesar del despotismo del poder central: unos se dedicaban al cultivo de frutales como el caqui, el albaricoque o el melón (caso de Takahara, Ikari), y otros se habían especializado en el algodón (Yonezawa) o en la cría de gusanos de seda (Takata, Ikari igualmente). Y no hay que olvidar los onsen; en Nikko, Takahara o Kaminoyama, fuentes termales que son, aún hoy, un filón económico que proporciona importantes ingresos a las poblaciones que los poseen, gracias a la cantidad de turistas occidentales que los visitaron a partir de 1870.

Con el siglo XIX próximo a su fin, entre Tokio o Yokohama y el resto de Japón mediaba un abismo. Los pequeños pueblos y aldeas, unos más civilizados que otros, son presentados por Isabella Bird como un cuadro colorido lleno de matices; unas veces entrañable y pintoresco, otras veces duro y desgarrador. Los pueblos, fuera cual fuera su nivel de Felice Beato, Arrozales, circa 1900.

Nombre originario de la empresa nacional de ferrocarriles de Japón. 79 La parte del viaje correspondiente a la isla de Hokkaido y los ainu no está incluida en este artículo. 78

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Feos, bajitos y gentiles

Mapa que refleja las principales regiones recorridas por Bird.

Los japoneses supusieron para Isabella Bird un impacto en muchos aspectos, no siempre positivos. La británica hizo en su libro de viaje un retrato implacable, a veces cruel, del físico nipón; describía a los japoneses como “muy amarillos”, “de pecho hundido”, “bajitos y zambos”, entre otros calificativos, y consideraba ridícula su apariencia. Sin embargo, alabó la disciplina con la que se manejaban en su quehacer diario, y sobre todo un aspecto que ella misma resaltaría en muchas ocasiones: el respeto y la fe ciega en el orden establecido.

La viajera inglesa atravesó un paisaje de naturaleza exuberante e intocada. Arces, criptomerias (árbol del norte de Kantô) olmos y pinos vestían una orografía de barrancos y saltos de agua, con presencia de toda clase de flores: (…) nos rodeábamos de glicinas, azaleas y lilas. En nuestra vista se interponía siempre alguna montaña, las cascadas tronaban, brillantes arroyos a través de los árboles, y en la gloriosa luz del mes de junio aquel campo era lo más hermoso nunca visto. Felice Beato, Campesino.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 En cada japonés existía grabada a fuego la sumisión, la obediencia y la jerarquía. Estas actitudes no sólo se daban en el seno de la familia, sino que también se extendían a toda la comunidad, como por ejemplo los niños. Bird los describía con ternura aunque lamentándose de su excesiva precocidad en la observancia de las formas (concepto japonés llamado rei): La dignidad y seguridad de estos niños es extraordinaria. El hecho es que su iniciación a las normas de cortesía japonesas se inicia en cuanto empiezan a hablar, de modo que para cuando cumplen los diez años saben exactamente qué hacer en cualquier situación. (…) Son dñciles y obedientes, al punto solícitos con sus padres y con los pequeños, y en las muchas horas que he pasado viéndolos jugar, nunca he oído una palabra más alta que la otra, nunca un mal gesto entre sí. Pero lo cierto es que son adultos en miniatura más que niðos… Esto se aplicaba con toda intensidad en la mujer que, con independencia de la clase social, solía casarse a los dieciséis años. Isabella Bird también le dedicó varios apartados a las mujeres campesinas, a las que observaba amamantando a sus hijos, llevándolos colgados a la espalda dentro de sacos y vistiendo toscos kimonos de algodón sin prenda interior. El mundo femenino, como también relataría

Lafcadio Hearn,80 estaba por completo subordinado al masculino. La joven que se casaba, como norma general, pasaba a formar parte de la familia del marido, adoptando su apellido y sometiéndose a las normas del pater familias y al poder casi tiránico de la suegra. A nivel comunitario, existía asimismo una fuerte estratificación social. Esto se reflejaba, por ejemplo, en la vestimenta de las mujeres. La prenda interior del kimono onagajuban sólo la llevaban las esposas de artesanos urbanos o campesinos terratenientes, y una mujer pobre era señalada inmediatamente si se la veía portando un kimono de seda. Probablemente sería tachada de disoluta y derrochadora. A todo esto, en el Japón rural se sumaba la falta de higiene y las enfermedades. A excepción de Kubota y Niigata, no había hospitales, y los pocos médicos locales tenían que recorrer diariamente casi cincuenta kilómetros entre un pueblo y otro. Las cabezas de los niños, rapadas en los varones,

Felice Beato, Mujer en un palanquín.

Japón: un Ediciones, 2013. 80

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intento

de

interpretación. Satori

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 estaban invadidas por la tiña o la sarna. Y la viruela o la gripe causaban la muerte de cientos de personas cada año. A pesar de la rigidez social y la sepsis, los japoneses aceptaban todo sin cuestión, en pos de lo que consideraban una necesaria y deseable armonía, siendo corteses y delicados en su relaciones, especialmente con extraños. En palabras de Bird, eran “gentiles y encantadores”, aunque amargamente matizaba que bajo todo ello latía una moral “de todo menos sincera o pura.”

Vida privada y pública Las familias japonesas del medio rural vivían en casas de madera, muy pequeñas y frágiles, donde casi todos sus miembros dormían, comían y hacían vida en la misma habitación. Isabella Bird contaba cómo los campesinos, en torno a las diez de la noche, se reunían en grupo en una casa para fumar y jugar al shôgi81 hasta pasadas las doce. Sus altas voces y sus risas se oían ostensiblemente a causa de la particular factura de las viviendas, divididas interiormente sólo con shôji o paneles de papel:

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Pagoda, Nikko, 1910 (fuente: Old Vintage Japan).

Ajedrez japonés.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 (…) Mi habitaciñn tiene sólo fusuma82 y shôji, y siento a la gente de al lado mirándome por la rendija. (…) nadie se imagina el placer que proporciona una casa de estilo europeo, tras haber sufrido el constante murmullo y la falta de decoro de las casas japonesas. Bird veía esta característica como una invasión de la privacidad y, por tanto, una molestia para un viajero occidental, acostumbrado a preservar su vida íntima. Además, en esas reuniones comunales se reforzaba el sentimiento gregario japonés de que “el asunto de uno es el asunto de todos”. Esta falta de individualidad se reflejaba en las posadas o yadoyas, que Bird tanto frecuentó y en las que los huéspedes muchas veces dormían juntos en una gran sala, en torno a la cocina: (…)”me he comido un huevo, ante la mirada de dieciocho pares de ojos.”

Religión, devoción Isabella Bird describió en Unbeaten Tracks… las maravillas y contrastes de los ritos budistas y sintoístas, la devoción y los templos. Sumamente interesante es su retrato de la piedad casi esotérica del templo Sensô-ji de Asakusa (estando aún en Tokio), donde al mismo tiempo que los peregrinos enfermos colgaban papeles votivos junto a la celosía del santuario de la diosa Kannon, los mercaderes hacían el agosto vendiendo rosarios, pequeños dioses o demonios de madera, flores e incensarios. Asimismo Bird nos abrió la puerta del fastuoso santuario sintoísta Toshogu, erigido en la ciudad de Nikko para la gloria del shôgun Tokugawa Ieyasu, un gran complejo de edificios de diferentes dimensiones, coronados por dorados y curvos

tejados de grandes aleros, conectados entre sí por paseos de piedra y puertas sagradas llamadas torii. También dedicó la viajera británica un apartado a los kamidana o altares familiares, que a la mañana se abastecían con flores, arroz y sake, y por la tarde se vestían sólo con la luz de una lámpara o una vela. En cuanto a los festivales, Bird presenció los muchos que en verano se celebran por todo Japón, unos de carácter local, otros a escala nacional, como el célebre Obon, dedicado a honrar a los muertos.

Boda y mortaja… Isabella Bird asistió al acontecimiento de la muerte en Japón y la liturgia que lo rodeaba. El color del luto era el blanco, contrariamente al mundo occidental. Lavar el cuerpo del difunto y colocarlo en su ataúd con la cabeza orientada hacia el norte eran algunos de los rituales funerarios, de origen budista. La flor de loto junto a la tablilla funeraria y las ofrendas de comida, eran una síntesis entre la fe budista y el animismo shintô. El matrimonio y la muerte estaban estrechamente unidos en el universo femenino. Para la ceremonia nupcial, que Bird presenció en alguna ocasión, la mujer lucía el mismo velo blanco con el que sería cubierto su rostro al morir. Sin embargo, en la tradición ancestral “muerte” se identificaba con “transformación”; la mujer ya moría para su propia familia cuando era desposada, y existían ritos que consagraban este hecho.

Puerta corredera, hecha de bastidor de madera y forrada con seda o papel, típica de las casas tradicionales japonesas. 82

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Felice Beato, Mujer maquillándose.

Una experiencia intensa y única Al publicar en 1880 su Unbeaten Tracks of Japan, Isabella Bird quiso presentarse como una viajera más, una descriptora fiel de hechos de Japón: “Me atrevo a presentarlo al público en la esperanza de que, a pesar de sus defectos, sirva como un intento honesto de describir las cosas tal y como las vi, en el Japón.” En este artículo muchas cosas se han quedado fuera, pues Bird contó más experiencias que las que aquí se resumen. Y a pesar del tono objetivo de su relato, no se puede negar que vivió, intensamente, ese Japón desconocido.

Para saber más: -

Bird, Isabella L., Unbeaten Tracks of Japan. Project Gutenberg, 2000. Disponible gratuitamente aquí (última visita el 2 de noviembre de 2015).

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El Islam en China En la actualidad, menos del 2% de la población china practica el Islam, sin embargo, la cifra no resulta insignificante al tener en cuenta que en el país residen más de 1.300 millones de personas. Este grupo minoritario se encuentra disperso por todo el territorio, aunque una parte importante se concentra en la zona noroeste y en la provincia de Sinkiang, donde habitan nueve grupos étnicos que profesan esta religión, conservando lenguas y estructuras sociales propias,83 mientras que la mayoría musulmana de habla china, los hui, reside por todo el país en pequeñas comunidades. La provincia de Sinkiang se encuentra en un área periférica del territorio, por lo que no fue integrada de forma definitiva en la administración china hasta finales del siglo XIX, ya que la presencia de las dinastías imperiales en la región se dio de forma intermitente. Por ello, este lugar se ha visto marcado por las múltiples invasiones de pueblos indo-europeos, turcos y mongoles, y

Estos grupos étnicos son los uigures, kazajos, tayikos, kirguís, uzbekos, tatar, dongxiang, salar y bao’an. Con la excepción del pueblo tayiko, en China se practica un Islam suní de tradición Ḥanafî, una de las principales escuelas jurídicas suníes. 83

Por Esther Lupón

Mapa de China sobre el que se indican las principales zonas donde habita la población musulmana (fuente: Spikethenews).

actuó como puerta de acceso de diferentes corrientes religiosas. Se han planteado una serie de factores que han favorecido la permanencia del Islam como religión minoritaria en el seno de la cultura china. Debemos tener presente que la cultura china es hábil en la asimilación de influencias extranjeras, pero tuvo que lidiar con la presencia de una cultura extraña (y con una personalidad tan definida) dentro de sus fronteras. No obstante, el Islam no estaba arraigado en un territorio determinado, ni tampoco se concentraba en amplios grupos poblacionales, sino que los musulmanes siempre se encontraron dispersos entre los principales núcleos urbanos del país. Además,

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 este credo no era uniforme, ya que dentro de la minoría encontramos esos pequeños grupos éticos que mantienen características propias. A ello se añade que la lejanía de estas tierras implicó que los musulmanes de la región estableciesen pocos contactos con las grandes corrientes de la fe, por lo que no se dio con frecuencia la presencia de intelectuales en el país, ni la llegada de nuevos movimientos. Los primeros contactos de los árabes con China tuvieron un carácter comercial. Las caravanas procedentes de la Península Arábiga llegaron al Imperio, al menos, dos siglos antes del nacimiento del Profeta Mahoma (570-632). El comercio por tierra, a través de los caminos de la Ruta de la Seda, y por mar, a través de los puertos del sur del país, fue la principal vía de intercambio cultural entre el este y el oeste del continente asiático. Por ello, es posible que algunos árabes se asentasen en ciudades costeras, como Cantón (Guangzhou), con anterioridad a la Hégira.84 Se considera el año 651 la fecha clave de la llegada del Islam a este territorio. Al fallecer el Profeta, fue sucedido al frente de la nueva religión por los llamados “califas ortodoxos”: Abû Bakr (632-634), Umar (634-644), Uthmân (644-656) y Alí (656-661). Ellos desarrollaron una importante política expansiva por la Península Arábiga, el norte de África y Asia. El califa Uthmân envió una embajada a la corte china, que fue recibida con honores en Chang’an (actual Xi’an) en el año 651, estableciendo así los primeros contactos oficiales entre el mundo islámico y la China de la dinastía Tang (618-907). Desde entonces, hasta 798 se enviaron treinta y siete embajadas de Arabia, y las relaciones La Hégira indica la migración del Profeta Mahoma desde La Meca a Medina en el año 622 y supone el inicio del calendario musulmán. 84

diplomáticas continuaron durante el califato abasí (750-1258), pero más tarde, las guerras que tuvieron lugar al oeste del continente implicaron el progresivo abandono de las rutas comerciales terrestres, cobrando mayor importancia la comunicación marítima. Todavía existe una versión legendaria del acontecimiento, que afirma que la llegada de los primeros árabes a la región sucedió unos años antes, cuando el tío materno del Profeta, Saʿd ibn Abî Waqqâs, y cuatro compañeros, desembarcaron en la costa de Cantón en el año 632, procedentes de Medina. El grupo se dirigiría a la capital, donde serían recibidos por el emperador Tang Gaozong (645-683), al que pidieron permiso para construir tres mezquitas que serían erigidas en Xi’an, Nankín y Cantón. La tradición cuenta que Abî Waqqâs se estableció en Cantón, donde falleció y fue enterrado; la que se cree su tumba, es considerada por los musulmanes chinos el edificio islámico más antiguo del país. Los primeros pobladores musulmanes de China fueron comerciantes árabes y persas que se establecieron en la capital, Xi’an, y en las ciudades costeras como Cantón, Quanzhou, Yangzhou y Hangzhou. Los nuevos habitantes residieron en barrios separados del resto de la población, donde crearon las primeras mezquitas y cementerios, mantuvieron su modo de vida conservando sus nombres árabes, su vestimenta y su lengua, y practicaron su religión de forma independiente. Además, establecieron lazos matrimoniales con mujeres nativas, ya que con frecuencia eran compradas por los comerciantes, de manera que la comunidad musulmana fue creciendo con el tiempo, iniciando su asimilación étnica y dando lugar a los conocidos hui, que se dispersaron por toda China. Las antiguas mezquitas construidas en estas ciudades

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 conservan estelas de piedra que recuerdan a aquellos comerciantes extranjeros. El testimonio de algunos viajeros nos aporta información al respecto. El relato más antiguo conservado es un manuscrito árabe titulado Akhbâr al-Ṣîn wa’l-Hind (“Las notas de la China y la India”), que contiene los relatos de dos viajeros árabes, fechados en el siglo IX. El manuscrito se encuentra en la Biblioteca Nacional de Francia, y fue copiado tres siglos después de esta visita y recoge la conversación de uno de los árabes con Ibn Wahab, un comerciante musulmán que se había entrevistado con el emperador Tang. El relato nos proporciona datos verdaderamente interesantes, pero en él no se alude a la existencia de mezquitas ni se menciona a musulmanes que residieran en el lugar. La dinastía Song (960-1279) contó con mercenarios de esta religión a su servicio, ya que un grupo de jóvenes árabes ayudó al emperador Shenzong (1048-1085) en su guerra contra el Imperio Liao. Tras su misión, el emperador concedió un título honorífico al líder de los guerreros y les invitó a establecerse en las tierras obtenidas en el noreste de China, de manera que un gran número de musulmanes se instalaron en la zona en torno al año 1070. Una década después, miles de hombres y mujeres se asentaron en los territorios del norte y del noreste, y así el emperador colonizó la zona que separaba a los chinos de los pueblos nómadas del norte. Por otro lado, se conoce que en este momento los niños musulmanes eran educados en la cultura tradicional china, con el fin de adaptarles a la sociedad. Cuando las tropas de Gengis Kan (c. 10621227) se desplazaron hacia el oeste, los musulmanes que se habían establecido a lo lago de los caminos de la Ruta de la Seda terminaron uniéndose a su ejército o huyendo hacia el este, donde muchos se asentaron en

la zona de Sinkiang e incluso penetraron hasta Gansu y Ningxia. El emperador Kublai Kan (1271-1294), nieto de Gengis Kan, invadió China con un ejercitó que incluía miles de soldados musulmanes traídos de las conquistas del resto del continente. Tras tomar el control, inaugurando la dinastía Yuan (1279-1368), les otorgó cargos de altos funcionarios en el gobierno central y en los gobiernos provinciales, siendo también decretados ciudadanos de segundo rango. La tolerancia religiosa de la dinastía Yuan propició que los seguidores del Profeta y otros grupos religiosos se instalasen bajo el Imperio. La población musulmana creció considerablemente, de manera que el Islam se convirtió en una de las principales religiones del país. Durante este periodo, se establecieron colonias mercantiles en las zonas costeras, y estos nuevos moradores trajeron consigo grandes avances técnicos en el campo de la ingeniería, la medicina, el transporte, el comercio, la agricultura y la artesanía. Asimismo, se crearon mezquitas y madrazas (escuelas de estudios religiosos o seculares), y también se estableció una red de albergues que permitió gozar de mayor seguridad a los viajeros. Ibn Baṭṭûṭa es conocido como “el viajero del Islam”, y en el relato de sus aventuras habla de la vida de los musulmanes en China bajo este periodo. Debido a los problemas cronológicos que plantea la obra, se cree que visitó el país en torno al año 1346, y al menos estuvo en las ciudades portuarias de Quanzhou y Hangzhou. Este marroquí relata que los mahometanos eran respetados y residían en las ciudades en barrios separados que incluían mezquitas. Nos señala que estas gentes se alegraban mucho al recibir visitas de correligionarios extranjeros y que todas las ciudades contaban con un jeque (superior que gobierna un determinado

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 territorio o provincia) y con un cadí (juez que atiende las causas civiles y actúa como gobernador y líder religioso) que controlaban la comunidad. Ibn Baṭṭûṭa habla incluso de la existencia de zagüías (escuelas o monasterios religiosos), de zocos y de los albergues para viajeros. Algo más tarde tuvieron lugar las hazañas del famoso marino Zheng He, un gran navegante de etnia hui, que viajó a través del Océano Índico en siete ocasiones durante el siglo XV. Él envió embajadas a La Meca y dibujó un mapa de Tierra Santa, mejorando las peregrinaciones. Una lápida funeraria le honra en la ciudad de Nankín, aunque bajo ella no se hallan restos algunos.

Lápida funeraria del marino Zheng He, Nankín.

A comienzos de la dinastía Ming (1368-1644), estos habitantes gozaron de libertad política, económica, social y religiosa, pero más adelante se llevó a cabo una política de aculturación. Se instó a muchos chinos a instalarse en las zonas fronterizas donde los musulmanes residían en mayoría, con la intención de fomentar las conversiones,

aunque muchas personas fueron sometidas de manera violenta. Se regularon sus costumbres, por lo que debieron adoptar tanto los nombres chinos como la vestimenta y el lenguaje, y establecer matrimonios con el resto de la población. Así los musulmanes en China se convirtieron en “musulmanes chinos”. Igualmente trataron de introducirse prácticas rituales y filosóficas locales, los libros árabes y persas se tradujeron al chino, y sólo algunos términos originales se mantuvieron en el ámbito de vida religiosa. Cuando los manchúes conquistaron China y establecieron la dinastía Qing (1644-1911) estos creyentes protagonizaron distintas rebeliones. En este momento se creó un clima de violencia hacia la cultura y la religión islámica, que fue especialmente intenso a lo largo del siglo XIX, sumiendo en el caos las zonas del norte del Imperio. Durante este periodo, los seguidores del Profeta trataron de vivir su religión de forma discreta, ocultándola en las calles, y construyeron sus mezquitas sin minaretes que pudieran llamar la atención o rivalizar con los templos chinos. Finalmente, bajo la República (1911-1949), quienes practicaban el Islam fueron reconocidos como una minoría nacional, y se trató de evitar oprimirla con la intención de mantener buenas relaciones políticas con los países de Oriente Próximo y Asia Central. La

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 República Popular China trajo consigo momentos de represión ideológica en los que las minorías religiosas fueron atacadas: se confiscaron tierras, se destruyeron mezquitas y muchas personas fueron forzadas a someterse a la reeducación comunista. Tras las revueltas y disturbios acontecidos en la década de 1990, el país ha tenido que lidiar con los grupos radicales establecidos en el norte. A lo largo de los siglos, la convivencia de dos culturas con estéticas tan propias produjo una asimilación de formas y soluciones que dio lugar a unas manifestaciones artísticas únicas en el mundo islámico. Es interesante ver cómo las primeras mezquitas construidas en la región mantuvieron las formas características de la arquitectura religiosa islámica, y con el tiempo fueron diluyéndose entre las formas de la arquitectura tradicional china, especialmente bajo la dinastía Ming.

Así que puede resultarnos curioso encontrar escritura árabe en la característica porcelana china, o mezquitas que toman el aspecto de templos chinos, donde se desarrollan trabajos de caligrafía con caracteres chinos y con letras árabes sobre los mismos muros. Estos aspectos artísticos los trataremos en detalle en artículos posteriores.

Para saber más: -

Broomhall, M., Islam in China; a neglected problem. Nueva York, Paragon Book Reprint Corp., 1966.

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Feillard, A. (coord.), L’Islam en Asie, du Caucase à la Chine. París, Notes et études documentaires, 2001.

Cúpula del interior del alminar, Gran mezquita de Xi’an (fuente: BrokenSphere).

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Recorrido por el Museo Oriental de Valladolid II Por Carolina Plou En un artículo anterior, quisimos hacer una valoración de conjunto del Museo Oriental de Valladolid, contextualizando su trayectoria desde su fundación y destacando su vocación divulgadora, perceptible no solo a través de las numerosas publicaciones relacionadas con el museo sino también en su propia ordenación interna. Si en aquella ocasión intentamos dar una visión general, destacando algunos de sus rasgos más llamativos, en el presente artículo proponemos al lector una visita virtual, en la que poder atender más particularmente a las diferentes salas y a (algunas de las muchas) piezas más destacadas. Adelantábamos que el museo consta de varias salas introductorias, incluyendo la propia recepción, que normalmente pasan desapercibidas como espacio expositivo. Estas dan paso a la zona en la que se muestra la colección más puramente asiática, la cual está dividida en tres secciones: China, Filipinas y Japón, siendo la primera la más amplia, por constituir la más voluminosa de las colecciones. En las primeras salas dedicadas a China, las piezas se reparten estableciendo una división espacial sutil entre exposición artística (a la derecha) y cultural (a la izquierda). La principal diferencia estriba en la consideración de las piezas (encajables unas en nuestros estándares de “alta cultura”, y otras más en el de “artesanías”), así como en su discurso: las vitrinas dedicadas a los aspectos culturales reciben un mayor apoyo textual, mientras que en las artísticas el peso

recae sobre todo en las propias obras, siendo las explicaciones secundarias y complementarias. Además de una división basada principalmente en las técnicas artísticas exhibidas, se ha buscado que las salas tengan una cierta cohesión temática, girando las piezas en torno a uno o varios temas, siempre que esto resulta posible. De este modo, el inicio del recorrido está dedicado a China, con una sala de bronces de temática eminentemente religiosa, y a continuación se encuentra una sala de cerámicas cuyo hilo conductor es la vida cotidiana en su sentido más amplio: desde la alimentación hasta el rito funerario. Siguiendo esta dinámica, pueden contemplarse todo tipo de piezas, desde las más tradicionales hasta las más llamativas y vinculadas con las costumbres chinas (por ejemplo, una espada realizada con monedas, para llamar a la buena fortuna). Destaca la sala dedicada a las lacas, por contraste: esta técnica ha sido tan refinada y adquirió un carácter tan distintivo de la cultura japonesa que tradicionalmente (hasta en el conocimiento popular) ha eclipsado a las lacas de otras procedencias; no obstante, en Valladolid pueden encontrarse sendas colecciones del máximo interés.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 También son relativamente desconocidas para el público general algunas de las piezas que se muestran en las salas de marfiles y en la de plata y esmaltes. En la primera, además de tallas de temas mitológicos y cotidianos realizadas con gran maestría, se exhiben unas curiosas esferas concéntricas, también conocidas como bolas de Cantón, cuya importancia estriba en la forma en la que han sido talladas: a través de orificios en las distintas superficies, se han ido tallando del exterior al interior cada una de las capas, manteniendo el marfil exterior (la primera esfera, y por tanto la más visible) intacta, es decir, no ha sido cortada para

Amuleto chino de la buena fortuna, una espada realizada con monedas.

una de las varillas parece entelada con un fino encaje, por lo delicada que es su talla. Muestras parecidas se encuentran en la sala de las platas, donde pueden verse además cuidados esmaltes (entre los que destaca una pieza muy interesante: un estuche con una serie de jarrones idénticos que muestran las distintas fases del esmaltado) y una pieza un tanto extraña: una reproducción decimonónica de un barco de vapor, que comparte el detallismo y el cuidado trabajo del resto de piezas.85

Jarrones con las distintas fases del esmaltado.

Si bien resulta muy llamativa por el material (realizado en un metal noble) y por la iconografía (un moderno barco de vapor), puede percibirse cierta continuación (en un nivel de lectura básico) con las tallas de marfil chinas que representaban barcos tradicionales (de las cuales puede verse un ejemplo en la sala previa). 85

tallar las interiores y vuelta a pegar una vez terminado el trabajo. Precisión similar requerían algunos de los abanicos que se muestran, también de marfil, en los que cada

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 decorativas, hay una serie de piezas de pequeño tamaño, pintadas por el interior con una precisión sorprendente, mostrando distintos temas: religiosos (los dieciocho lohans o discípulos de Buda), políticos (retratos de los emperadores de la dinastía Qing) y cotidianos. No podía faltar una sala dedicada a la caligrafía y la pintura a la tinta, en la que, a Detalle de un abanico de marfil, donde puede apreciarse la delicadeza de la talla. pesar del reducido En esta misma espacio, se exhiben varias piezas de gran sala, destaca tamaño. también la colección de cristalería pintada. Tanto en una de las laterales como en la vitrina central pueden verse una serie de botellas con diversos usos decoradas con pinturas traslúcidas. Destacan especialmente las tabaqueras, exhibidas en el centro de la sala. Junto con algunas realizadas en otros Varios ejemplos de recipientes de vidrio pintados desde el interior. materiales y otras técnicas REVISTA ECOS DE ASIA / revistacultural.ecosdeasia.com /NOVIEMBRE 2015

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 independiente, ya que, aunque se perciben pequeños, al no haber comparación directa, resulta más complicado asimilar el daño real que se producía mediante esta práctica). Cabe destacar, por su excepcional calidad, una pieza, el retrato bordado en seda del Padre Abraham Martínez (realizado en los talleres de Zapatos para pies de loto, al fondo de la vitrina se encuentran la horma y el modelo de escayola que sirven Changsha, Hunan, de comparación. en 1923), en la que la precisión del Más importancia posee la sala dedicada a los bordado adquiere una nitidez casi fotográfica, textiles chinos, en la que aparecen numerosos y hace necesario contemplarlo de cerca para bordados en seda de tipologías muy variadas: percibir las puntadas. desde qipaos hasta tapices, pasando por zapatos de pies de loto86 (en una vitrina muy ilustrativa, en la que además de varios pares de zapatos de distintas calidades muestran también una comparativa de tamaños entre un pie normal y un pie vendado, para dar una perspectiva que normalmente se pierde al contemplar los diminutos zapatos de manera Se conoce como pies de loto al resultado de la costumbre, en algunas regiones de China (y particularmente en Cantón, donde esta práctica tuvo especial arraigo) de vendar los pies de las mujeres de clase alta desde temprana edad, para impedir su correcto desarrollo y adaptarlos a un ideal de belleza según el cual los pies femeninos debían ser diminutos y con una forma ligeramente puntiaguda. Aunque se han conservado fotografías en las que es posible ver las horribles deformidades que esta práctica ocasionaba, el atractivo estético devenía de los zapatos que empleaban, que resultaban piezas de artesanía preciosas y delicadas. Más allá de esta tradición, puede desprenderse una actitud de dominación hacia la mujer, dado que el vendado no solo alteraba el crecimiento natural de los pies, sino que ocasionaba grandes dolores y dificultades en el movimiento, que sometían a la mujer, haciéndola dependiente de su marido. 86

Retrato del Padre Abraham Martínez, bordado en seda.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 El siguiente bloque temático es el de Filipinas, que se concentra en cuatro salas muy variopintas en las que tienen cabida distintas culturas del archipiélago, con un notable peso de la influencia hispana y, por supuesto, de la presencia de la Orden de los Agustinos, con mucha relevancia en este país. De este modo, en las salas filipinas se encuentra, ante todo, una dualidad entre muestras tradicionales (en su mayoría, aunque no exclusivamente, piezas de aspecto muy primitivo) con obras de contexto hispánico y cristiano. Es muy destacada la colección de armas y armaduras de las distintas culturas, así como casullas y otras piezas religiosas. Quizás un poco escondida (hay que bajar unas escaleras para llegar a ella, interrumpiendo el recorrido orgánico del museo), la sala de los marfiles reúne una valiosa colección de esculturas cristianas que

abarcan una amplia cronología y una diversidad de temas (Vírgenes y santos), entre los que destacan varias tallas de Cristo crucificado, en los que puede verse la evolución iconográfica a lo largo de los siglos (paralela, aunque quizá algo más tardía, de la que se produce en la imaginería española, pero en esencia compartiendo las mismas características). Tampoco puede faltar la referencia a los “últimos de Filipinas”, a los que se dedica una vitrina.

Algunos ejemplos de Filipinas: la vitrina dedicada a la última guarnición militar española en el archipiélago, un ejemplo del vasto muestrario de armas y una de las vitrinas de la sala de marfiles religiosos.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 japoneses) y algunos ejemplos de cerámica japonesa vinculada a la ceremonia del té.

Altar doméstico budista, dentro de la sección de religiones japonesas.

La última parte del recorrido está dedicada a Japón. La estructura, en líneas generales, se aproxima a la empleada para articular la parte de China, aunque con sus evidentes diferencias impuestas, en primer lugar, por las diferencias culturales, y en segundo lugar, por las piezas que integran la colección. En cualquier caso, la sección japonesa parte también de las religiones: sintoísmo, representado a través de varias obras (bronces y otras piezas que representan a algunas de las principales divinidades –entre las que destacan Amateratsu y Susano’o No Mikoto–, la reproducción de un altar sintoísta, etc.), budismo, en el que se exhibe un altar doméstico, y cristianismo, en el que se presenta alguna pieza namban, procedente del Siglo Ibérico. En la misma sala tienen cabida ejemplos de la laca japonesa, en los que puede percibirse el diferente refinamiento que recibe esta manifestación respecto a la cultura china; caligrafía, vestuario (con dos kimonos femeninos, uno de ellos con un ciruelo en flor y otro nupcial, con motivos de grullas y hinoki o pinos

En la siguiente sala se combinan los bronces, que representan tanto algunos motivos religiosos como otros cotidianos, con parafernalia militar. El mundo de los samurái ha ejercido desde época histórica una especial fascinación en Occidente, y en el Museo de Arte Oriental de Valladolid encuentra una representación especial a través de dos armaduras, una silla de montar, una colección de lanzas, un arco y un juego de distintas espadas, junto a las cuales se muestran también varias piezas sueltas de la espada que eran muy demandadas por los coleccionistas del XIX, entre ellas destacan las tsuba. Esta sala se completa con una serie de grabados ukiyo-e, que no pueden faltar en ninguna colección de arte japonés, pero que en la exposición permanente del museo adquieren una importancia muy secundaria (no así en sus fondos, como atestigua el catálogo dedicado exclusivamente a la obra del maestro Yoshitoshi, que citamos en la anterior entrega).

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Kutani y Satsuma. Su disposición, en tres laterales de una sala de pequeñas dimensiones, no hace sino acentuar el contraste entre los diferentes estilos.87

Sala parcialmente dedicada al mundo de los samuráis.

La penúltima sala del museo se divide entre la cerámica y las artes escénicas niponas. La vitrina dedicada al teatro se centra en el Noh, el género más elevado y culto, que nació con una vinculación religiosa, si bien su fuerte presencia se explica, en realidad, por el uso de máscaras, de las cuales el museo posee un variado muestrario de personajes. Respecto a la cerámica, tres vitrinas acogen representaciones de los principales centros de producción japoneses: Imari,

Vitrina dedicada al teatro Noh.

De algunos de estos hornos David Lacasta nos ha hablado aquí y aquí. 87

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Dos espacios dedicados a la fotografía Meiji, en los que se puede distinguir algunas de las fotografías más famosas de este período: Belleza Euroasiática, Dos ancianos y Muchacha bajo la lluvia.

El recorrido finaliza en una sala, en el nivel superior, donde se recogen algunos ejemplos de pintura nipona, de gran tamaño, y cuyo protagonista principal es la fotografía de época Meiji (1868-1912), de la cual el museo posee una vasta colección: en total, hay en sus fondos dieciocho álbumes de diversas tipologías y una caja de vistas estereoscópicas. No obstante, debe indicarse que lo que se exhibe en esta sala no son las fotografías originales (que tan solo se mostraron en una exposición itinerante, organizada por el museo, pero que en la actualidad permanecen guardadas en los almacenes), sino reproducciones (varias en gran tamaño) de algunas de las imágenes más llamativas o ilustrativas. Esto es debido a que la fotografía, y particularmente la fotografía japonesa del periodo Meiji, que estaba coloreada a mano, resulta muy frágil y se deteriora con facilidad si se mantiene expuesta a la luz durante largos periodos de tiempo. Entre las fotografías que se reproducen, destacan varios ejemplos, entre ellos, una imagen del puerto de Nagasaki (primer punto de contacto con los occidentales, tanto durante el Siglo Ibérico

como después, durante el periodo de aislamiento de Japón); un retrato colectivo de hombres ainu (descendientes de los primeros pobladores de Japón, históricamente confinados en algunos puntos de la isla de Hokkaido), y algunos retratos que poseen una fuerza visual que los ha convertido prácticamente en icónicos de la fotografía japonesa de este periodo: la fotografía comúnmente conocida como Belleza euroasiática o la pareja de ancianos. En este rápido recorrido, se han quedado en el tintero alusiones a muchas piezas magníficas, a las que para hacerles justicia deberíamos dedicar un largo monográfico. En lugar de ello, preferimos dejar al lector que las descubra y conozca por sí mismo, recomendando una vez más de manera encarecida la visita a este centro, una visita que le resultará más que atractiva.

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La laca japonesa urushi III: la laca urushi en el siglo XX, periodos Taishô y Showa Por Daniel Rodríguez Cuando acabó el Período Meiji, en 1912, el mundo artístico japonés cambió de manera radical, pues Japón siguió abierto al mundo, a Occidente, llegando hasta el país las diferentes corrientes vanguardistas que se sucedieron a lo largo del siglo XX. Este breve período de principios de siglo, el Período Taishô (19121926), se caracterizó por su inestabilidad política, debido a las revoluciones que se suscitaron. Además, la occidentalización del país hizo que se excluyese del panorama artístico a las artes aplicadas tradicionales: en 1907, el Ministerio de Educación comenzó a patrocinar exposiciones artísticas en todo el país (exposiciones Bunten), pero éstas se dedicaban a la pintura japonesa y a la pintura y escultura occidental, de modo que las artes aplicadas, también llamadas artes menores en Occidente, fueron excluidas (la metalistería, la laca y la cerámica); esta distinción entre las artes aplicadas y las bellas artes no había existido en el país hasta el Período Meiji, pero tras la exposición acaecida en Viena, la palabra bijutsu (“arte de la belleza”) se

Recipiente de incienso de alrededor de 1920; Tsuishu Yôzei (1880-1952).

empleó para designar a las bellas artes, mientas que kogei (“artesanía”) se usó para las artes aplicadas, algo que no había ocurrido hasta la occidentalización del país. En 1919, las exposiciones Bunten fueron remplazadas por las exposiciones llevadas a cabo por la nueva Academia Imperial de Arte (Teikokubijutsuin), pero este cambio no afectó para nada al campo de las artes aplicadas, ya que “carecían de modernidad”. Tras insistir durante años, en 1925 se creó la Sociedad General de Artesanía (Kogeisaisaikai), en la que participó el director de la Asociación de Artes y Oficios de Japón, Akatsuka Jitoku (1871-1936), una de

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 las personalidades más importantes en la emancipación de las artes aplicadas. También hay que tener en cuenta al movimiento Mingei, desarrollado en Japón entre los años 20 y 30 del siglo XX y encabezado por Sôgetsu Yanagi (18891961). Este movimiento defendía la artesanía, es decir, las artes decorativas, y se oponía a la idea de la historia del arte de genios. Es algo que Caja para guardar documentos realizada entre 1923 y 1936; Akatsuka Jitoku (1871-1936). recuerda al Metropolitan Art Museum en 1926. En dicha movimiento Arts and Crafts encabezado por exposición, las artes aplicadas se mostraron William Morris y por John Ruskin en Reino junto a obras pictóricas y escultóricas, siendo Unido a finales del siglo XIX, salvo que en bien acogidas por el público y elogiadas por la este caso, el movimiento Mingei centraba su prensa. atención en los objetos de uso diario, teniendo como bases a la tradición, al Finalmente, en 1927 se añadió una sección en anonimato, a la sencillez y a la simplicidad. la exposición Teiten de la Academia de Arte En el lado contrario al movimiento Mingei, se encuentra el grupo Mukei, grupo de jóvenes artistas vanguardistas, entre los que estaban Matsuda Gonroku(1896-1986) y Yamazaki Kakutaro (1899). Este grupo quería acabar con el convencionalismo y disipar las ideas que se tenían acerca de la laca, siendo su objetivo la renovación artística y no la perfección técnica. Desde entonces, las artes aplicadas volvieron a desarrollarse, alcanzando su apoteosis en mayo de 1926, ya en el Período Shôwa (19261989), en la exposición en honor a Shotoku Taishi (574-622), promotor del budismo y mecenas de las artes, realizada en el Tokyo

Imperial, en donde se mostró cómo se había modernizado la laca. Esto provocó que en los siguientes años se abandonasen cada vez más los convencionalismos y se empezase a desarrollar un estilo nuevo e innovador, dando lugar al Modernismo. Los artistas del Modernismo no presentan innovaciones comunes, sino que muestran características diferentes; por ejemplo Akatsuka Jitoku comenzó a producir objetos sobrios, poco decorados, en los que aplicaba la laca seca; y Rokkaku Shisui (1867-1950) creó objetos lacados inspirándose en la laca china de la época Han, siendo dos artistas

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 contemporáneos cuya laca no tuvo nada que ver. Moriya Shotei y Takano Shozan (1889-1976) abandonaron el delicado estilo de su maestro Shirayama Shosai, del mismo modo que Fukushima Taisai y Tuzuki Kosai el de la escuela Zeshin. Estos cuatro artistas empezaron a desarrollar diseños audaces y atrevidos, reproduciendo animales, flores y motivos geométricos, dejándose ver en ellos la influencia del Modernismo francés (Art Nouveau) y del Art Decó. Otro signo que reconoció al laqueado como un arte fue el nombramiento de Akatsuka Jitoku como miembro de la Academia de Arte Imperial en 1930. Pero no todos los artistas de laca adoptaron el modernismo, sino que los artistas

tradicionales siguieron realizando pequeños utensilios y accesorios como peines, cajas de té, pipas, etc. Las pipas fueron de los elementos más lacados de la época, destacando en este campo Seisen Insshu y Toyokawa Yokei, activos en la década de 1920. Incluso hubo artistas, como Ganshosai Shunsui y Yamaguchi Shojosai, que siguieron fabricando inrôs debido a la demanda que había por parte de los coleccionistas europeos y estadounidenses; entre estos coleccionistas, destaca el empresario suizo Alfred Baur, quien adquirió la mayor parte de la obra de Uzawa Shogetsu. Uno de los grandes talleres de estos utensilios tradicionales fue formado por Tobe Kofu (1888-1965) en 1910, patrocinador de muchos artistas de la época como Uzawa Shogetsu y Yamaguchi Shojosai, antes mencionados.

Caja rectangular de estilo modernista realizada en 1932; Sato Youn (1894-1966).

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 La razón por la que unos artistas decidieron crear una laca moderna y otros una laca tradicional, no se puede explicar mediante su formación pues, por ejemplo, Moriya Shotei, modernista, y Uzawa Shogetsu, tradicionalista, tuvieron como maestro a Shirayama Shosai. Tampoco fue la edad lo que provocó este cambio, pues muchos artistas que estaban alrededor de los 50 aceptaron el modernismo. De este modo, debieron de ser las ambiciones y los gustos personales de cada artista los que decidieron el estilo a seguir. Una vez logrado el reconocimiento, los artistas se volcaron para atraer a un mayor número de clientes. Una de las innovaciones que tuvo lugar fue llevada a cabo por Rokkaku Shisui, consejero de la Namiki Manufacturing Company, productora de bolígrafos en donde se mejoraba la ebonita con laca en bruto. Otros artistas como Matsuda Gonroku o Takano Shozan empezaron a usar la laca para la decoración de las verandas.88

Tebako realizado en la década de 1930; Iwashita Seicho (1899-1962).

barcos trasatlánticos como el Queen Mary (1934), decorado por Sato Takezo, un lacador que residía en Reino Unido. Este ejemplo muestra como la laca se empezó a realizar fuera de las fronteras niponas, y pronto dejaría de ser exclusividad de los artistas nipones, como es el caso de Jean Dunand, un suizo que aprendió el arte de la laca con Sugawara Seizo. El problema vino en 1929, con el crash de la bolsa de Nueva York, situación que afectó gravemente a Japón. Con el emperador Hirohito, Japón pasó de la democracia a la tiranía militar, intervino en la Segunda Guerra Mundial como país aliado de Alemania e Italia, y tras la derrota el país fue ocupado por las tropas de la Alianza hasta 1952, cuando, finalmente, logró una recuperación económica y científica muy rápida.

La laca siguió cobrando popularidad, empleándose incluso en los interiores de los 88

Galería o porche techado abierto.

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Vasos cilíndricos de alrededor de 1942; Yamazaki Kakutaro (1899).

Es de entender que esa inestabilidad política y militar influyese en el mundo de las artes. Éstas se sometieron al control del gobierno, que obró un cambio radical en la Academia de Arte Imperial en 1936, lo que provocó que las exposiciones pasasen a ser competencia del gobierno: las exposiciones Shin Bunten. En este momento, los artistas de laca más influyentes fueron Rokkaku Shisui, miembro de la Academia de Arte Imperial, Shirayama Shosai, profesor de la Escuela de Arte de Tokio, Yamazaki Kakutaro y Matsuda Gonroku. Durante la Segunda Guerra Mundial (19391945), el trabajo de la laca fue muy complicado debido a que la legislación limitaba la producción y la venta de artículos de lujo, paralizándose la industria de la laca, algo que se solventó un poco en 1943,cuando la Asociación de Artes y Oficios de Japón empezó a suministrar materiales. A pesar de todo, las exposiciones siguieron celebrándose, viéndose en ellas como se seguía manteniendo el individualismo en cuanto al

estilo, sin volver a las tendencias tradicionales. Algo a destacar de estas exposiciones es que, desde 1941, no se incluyeron artistas estadounidenses en ellas, debido al conflicto bélico. Durante la guerra, se continuó trabajando en situaciones peligrosas, algo que se puede ver en la inscripción del gabinete Mt. Horai de Matsuda Gonroku: «…Enemy planes are already flying over our imperial homeland. As sirens wail, those of my art students who have not already volunteered to aid the fighting forces, work with me, using the few materials we have on hand. I am profoundly grateful that, even though a bomb may well kill us all tomorrow, we have been able to finish this work…»89

Traducción: “…Aviones enemigos están volando sobre nuestra patria imperial. Como sirenas aúllan mis estudiantes que no se han ofrecido como voluntario para ayudar a las fuerzas militares, trabajan conmigo, con los pocos materiales que tenemos a mano. Estoy 89

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Artes y Música de Tokio, la única universidad de arte que había a nivel 90 nacional. El mundo artístico siguió cobrando fuerza, promulgándose en 1950 la Ley para la Protección de los Bienes Culturales (Bunkazai hogo ho), revisada en 1954, que anunció una nueva etapa para el mundo de las artes aplicadas, ya que estos artistas fueron nombrados parte del patrimonio intangible, “Tesoros Nacionales Vivientes”, y

Gabinete realizado en 1944; Matsuda Gonroku (1896-1986).

Tras la derrota de Japón en 1945, cambió el panorama político, económico, religioso y social del país: desde 1945 hasta 1952 el país estuvo ocupado por los aliados, dirigidos por el general Douglas MacArthur; se promulgó una nueva constitución (1947) y cambió la normativa educativa. Todo ello fue seguido por una época de desarrollo económico y científico que convirtieron al país en una de las mayores potencias mundiales. Todo esto provocó, en el mundo artístico, que la laca se fuese recuperando poco a poco de la guerra, reanudándose pronto las exposiciones, patrocinadas por la Academia de Arte Imperial que, desde 1947, se llamó Academia de Arte (Nihongeijutsuin). Además, en 1949 se unieron la Escuela de Arte de Tokio y la Escuela de Música de Tokio para crear la Universidad Nacional de Bellas profundamente agradecido de que, a pesar de que una bomba nos pueda caer en la cabeza mañana, hayamos acabado el trabajo…”. Dees, Jam.Facing Modern Times. The Revival of Japanese Lacquer Art.18901950. Rotterdam, Optima Grafische Communicatie, 2007, p. 24.

Bandeja de mediados del siglo XX.

Matsuda Gonroku fue profesor en la sección de laca de dicha universidad. 90

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 crearon la Sociedad de Oficios de Japón (Nihonkogeikai) en 1955 con la intención de revivir las artes aplicadas japonesas. Además de la Ley para la Protección de los Bienes Culturales, en 1974 se aprobó la Dentouketi Kougeisangyono Shinkounikansuru Horitsu: Dansan-Ho, una ley para promover las artesanías populares, creada, posiblemente, por el acelerado crecimiento económico y científico que estaba sufriendo el país, quedándose al margen las artes aplicadas. Gracias a esta ley, se creó la Association for the Promotion of Tradicional Crafts Industries en 1975 encargada de reconocer a los objetos tradicionales y de promover el reconocimiento de los maestros artesanos, dando una serie de normas para que un objeto pueda ser considerado tradicional. De este modo, los lacadores tradicionales estarían protegidos, mientras que aquellos que decidieron innovar y experimentar, no estaban amparados en nada. Las normas para que un objeto lacado pueda considerarse tradicional son las siguientes:

uso tradicional. 5. La industria debe ser de naturaleza regional.

Entre los artistas que destacaron de esta época se encuentran, de nuevo, Matsuda Gonroku y Yamazaki Kakutaro líderes de dos movimientos opuestos: Gonroku se centró en la estética y las técnicas tradicionales, mientras que Kakutaro abogó por la expresión artística individual. Estas dos corrientes dominaron el mundo de la laca, y de las artes aplicadas en general, durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX, aunque hoy día, en el Período Heisei (1989presente), siguen existiendo ambas vertientes.

1. El objeto debe utilizarse fundamentalme nte en la vida diaria. 2. Debe de ser manufacturado. 3. Debe manufacturarse con técnicas tradicionales. 4. Los principales materiales utilizados deben de ser de

Caja ornamental de 1957; Tatsuaki Kuroda (1904-1982).

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Caja de laca de 1984, Kitaoka Shozo (1949).

Durante todo el siglo XX, la laca siguió cobrando importancia, participando en exposiciones y siendo objeto de estudio en las universidades. Poco a poco, el urushi, que había nacido con un fin protector, se convirtió en un símbolo de Japón, del mismo modo que los objetos lacados se convirtieron en joyas de coleccionistas muy deseadas. Además de la laca japonesa, hay muchas más artes aplicadas o artes menores, como la miniatura, el textil, la orfebrería, la eboraria o la ebanistería, cuyo alto valor artístico no fue plenamente reconocido hasta hace poco más de un siglo; y que, aún en la actualidad, no son estudiadas habitualmente en las universidades, dejándose a un lado para centrarse en la historia del arte de la pintura, la escultura y la arquitectura. Con ello lo que se consigue es menospreciar a estas artes que, en algunos casos, son más bellas, más exquisitas y más difíciles realizar que las llamadas “grandes artes”.

Para saber más: -

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Barta, Eli, Omura, Kanae. “Arte y género en Japón: Lacas shunkei y edohagoita”, en Estudios de Asia y África, vol. XLIV, núm. 3. México, El colegio de México, 2009. Dees, Jam. Facing Modern Times. The Revival of Japanese Lacquer Art.1890-1950. Rotterdam, Optima Grafische Communicatie, 2007. Earle, Joe. The Toshiba Gallery. Japanese Art and Design. Venecia, Museo d’arte orientale di Venezia, 1998. Yukio, Kaibara. Historia del Japón. México, Fondo de Cultura Económica, 2000.

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Tragedia shakespeareana Bollywood más serio Las adaptaciones cinematográficas que se han hecho de las obras de Shakespeare son muy numerosas. Esto es una verdad absoluta e indiscutible, al igual que decir que una de las más recordadas es la versión de Hamlet de Kenneth Branagh de 1996. Pero, ¿qué sucede cuando un director de la India coge estos clásicos y los lleva a su propio terreno? Curiosamente, el resultado es mucho mejor del que cabría esperar. Vishal Bhardwaj es director, productor, escritor y compositor de bandas sonoras. Tras terminar sus estudios, se mudó a Bombay para convertirse en compositor y solo se interesó por la dirección de películas para poder desarrollar su carrera como compositor. Él mismo ha afirmado que su interés por el cine comenzó a nacer tras haber asistido a una retrospectiva del director polaco Krzysztof Kieslowski (conocido por su trilogía Tres colores: Azul, Blanco y Rojo). Su debut como director tuvo lugar en 2002, con Makdee, una película de terror infantil muy alejada del tono de sus siguientes films. Al año siguiente, Bhardwaj comenzó su trilogía shakesperiana. Los motivos de

en

el

Por Marina Royo

Fotografía de Vishal Bhardwaj.

realizar estos films quizás tienen que ver con que es un gran conocedor de la obra del autor inglés, pues es uno de sus escritores favoritos,pero también es debido a su deseo de no hacer un cine que quepa dentro del sistema de Bollywood, sino de que esté en relación con su país sin caer en los tópicos de la industria. Esto último es, además, un tema que le preocupa bastante y del que ha hablado en diversas ocasiones. Maqbool (2003), la primera de la trilogía, está basada en la historia de Macbeth. Sin embargo, la acción se traslada al submundo criminal de la ciudad actual de Bombay. La idea es inteligente, pero no llega a funcionar del todo, ya que se pierde tratando de hacer el guión muy literario, olvidándose de la claridad que sería necesaria para el público no conocedor de la obra original. A pesar de

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 ello, está película sienta las bases de las siguientes y fue bien aceptada por la crítica, lo que le otorgó cierto reconocimiento internacional.

presenta de forma negativa, sí tiene importancia en los acontecimientos de la obra. La diferencia racial ha sido convertida en la película en una diferencia de castas, algo todavía presente en la India. Omkara, que es el nombre del protagonista, es un valeroso hombre nacido de una madre de casta baja, que ha llegado a convertirse en el líder de un partido local. Va a casarse con la hija de un poderoso cacique, sin embargo su condición de inferioridad le provocará la inseguridad que propiciará su destrucción, tal y como le sucede a Otelo. Esta ambiciosa producción fue presentada en el Festival de Cannes de 2006 y allanó el terreno al director para la que sería la película final de su trilogía y la obra cumbre del realizador hasta el momento: Haider.

Póster de Omkara.

Otelo fue la siguiente obra de Shakespeare en ser adaptada bajo el título de Omkara (2006), y el resultado es muy superior al de la anterior, especialmente en cuanto al guión, que es más equilibrado y a su vez intenso, consiguiendo dar a determinadas escenas el dramatismo que requieren. Omkara está también ambientada en la India contemporánea, e introduce esta historia de celos y venganza en el mundo de la política actual, que puede ser un terreno tan despiadado como lo es en la historia original. Por otra parte, el tema racial no está olvidado en Omkara. El Otelo de Shakespeare es de origen musulmán y, aunque éste no lo REVISTA ECOS DE ASIA / revistacultural.ecosdeasia.com /NOVIEMBRE 2015

Póster de Haider.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Haider llegó en 2014, dejando a la crítica y al público estupefactos. Esta nueva versión deHamletestá brillantemente adaptada. La acción está situada en 1995 en pleno conflicto de Cachemira: disputa territorial que hoy sigue existiendo entre Pakistán y la India sobre los estados de Jammu y Cachemira. Ese año la situación se había recrudecido en el norte: había numerosos levantamientos contrarios a la postura de la India, los militares armados invadían las calles y se impuso un estricto toque de queda. Cualquiera podía ser sospechoso de ser un insurgente. En la película, el padre del protagonista, un médico neutral en lo referente al conflicto, opera de gravedad a un rebelde en su casa. Por desgracia, el ejército indio parece estar enterado y es arrestado de inmediato. Su hijo, Haider, no es un príncipe danés como el Hamlet de Shakespeare, sino un estudiante de poesía que regresa a su hogar al saber que

su amado padre ha desaparecido. Cuando llega, descubre que su madre y su tío tienen una relación y podrían estar detrás de la desaparición de este. La tragedia de Shakespeare está en el fondo de la historia y no desaparece en todo el film, a pesar del cambio de ambientación. Hermosamente filmada, Haider tiene escenas que permanecen en la retina del espectador. Ya sean secuencias de interior o exteriores, la fuerza de la paleta de colores de la película da un vigor que no muchos consiguen. El guión, lleno de pasajes inolvidables, será más apreciado por aquellos que, una vez más, conozcan la obra original, sin embargo en esta ocasión no le resta valor alguno. El talento con el que ha sido filmada y la potencia del guión se ven recompensados con unas actuaciones a la altura de las expectativas.

Shahid Kapoor en su poderosa interpretación de Haider (Hamlet).

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Ghazala tendrá que lidiar con sus sentimientos y la relación insana que tiene con su hijo, Haider.

Shraddha Kapoor está magnífica en su papel de Arshia (Ofelia), pero son Tabu y Shahid Kapoor quienes dejan el pabellón más alto. Tabu es Ghazala, la madre de Haider, y Shahid Kapoor es el propio Haider. Entre las secuencias que merecen la pena destacar, el famoso monólogo del “ser o no ser” es electrizante. Realmente, si no fuera por la única escena de baile (que, por otro lado, tampoco desentona) casi ni nos daríamos cuenta de que estamos ante una producción de Bollywood. Sin embargo, la osadía del film a la hora de mostrar la realidad del conflicto de Cachemira fue castigada por la censura de su país, ya que tuvieron que realizar más de un recorte. A pesar de que Vishal Bhardwaj se mantiene lejos del tema relativo a la rivalidad entre Pakistán y la India, causó una enorme controversia por la versión que daba de los soldados indios y su afirmación de que habían estado actuando contra los derechos humanos. Esto le granjeó detractores pero también el respeto del público, que vio en la película la realidad de sus vidas. Retratar lo

política y moralmente incorrecto de ese conflicto y a la vez realizar una buena adaptación con una deslumbrante puesta en escena es, sin duda, todo un logro por parte del director. Haider ha sido ganadora de numerosos premios, pero ninguno de ellos procedente de festivales internacionales. Sin embargo, la calidad del film y el buen hacer del director merecen el reconocimiento del público más allá de las fronteras de Asia.

Para saber más: -

Enlace del director en Filmaffinity.

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Ficha de Haider en Imdb.

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Tráiler de Haider en versión original subtítulos en inglés.

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De Sekien a Studio Ghibli: Lo sobrenatural en la imagen dibujada del Japón (III) Reinterpretaciones de lo clásico japonés Por Pablo Begué Tras haber iniciado esta serie de artículos con un breve acercamiento a las visiones de lo espiritual en el folclore japonés más contemporáneo y establecido un recorrido por la obra de Shigeru Mizuki en Gegege no Kitarô, debemos realizar una siguiente parada en la obra de Takahashi Rumiko Sengoku otogizôshi Inuyasha. Ésta es, posiblemente, una de las series de manga y anime más capacitadas para mostrar el folclore japonés en los últimos años, así como una de las series más populares entre el un Sengoku otogizôshi Inuyasha es, posiblemente, una de las series niponas con amplio espectro de público. Esta serie, mayor cantidad de referencias explícitas al mundo sobrenatural. guionizada e ilustrada por la ya parte de Inuyasha, un semi-demonio, seduce mencionada Takahashi Rumiko, fue Kikyô, una joven miko, mujeres de las que publicada como manga entre 1996 y 2008 en hablaremos más tarde. Así roba la Joya de las la misma revista en que Mizuki publicó su Cuatro Almas91 puesta bajo su protección. antología sobre los yôkai. A ello debemos Como resultado de este robo, poco antes de sumar una serie de anime emitida entre los morir, Kikyô hiere a Inuyasha con una flecha, años 2000 y 2010 y cuatro películas de clavándole en un árbol que le induce a un animación. Esta longevidad y envergadura del sueño mágico. Como petición de Kikyô, la proyecto han hecho que fuera una de las más joya es incinerada junto a ella para aparecer populares en la actualidad. quinientos años después en el cuerpo de la estudiante de instituto contemporáneo Ambientada en una ubicación ficticia del Higurashi Kagome, cuya familia acude a una período Muromachi (1336 – 1573) ermita situada en ese mismo punto. aprovechando las constantes batallas entre Un yôkai con forma de ciempiés acude en los clanes feudales. En esta ubicación ficticia busca de la joya de Kagome a este pequeño repleta de seres mágicos situados en todo tipo templo y lleva a la joven hasta el siglo XV para de paisajes, la autora recurre, en muchas ocasiones, al folclore tradicional. La historia 91

En el manga original, Shikon no Tama.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 robárselas. En su propia defensa, Kagome despierta a Inuyasha y lo libera del hechizo de Kikyô, aunque, accidentalmente, rompe la poderosa y temida joya en pedazos.

los tanuki,94 los kappa95 o los gatos, posiblemente debido a su carácter de criatura doméstica, apareciendo así en menor cantidad de relatos sobrenaturales.

Kikyô (izda.) responde en su indumentaria y algunas iconografías a las miko japonesas (dcha.).

El argumento general de esta serie es la búsqueda, por parte de Inuyasha y Kagome de dichos pedazos para poder destruirlos. Sin embargo, Takahashi añade a esta trama a los yôkai y al folclore, rehuyendo de los elementos más conocidos, y poniendo especial énfasis en los personajes principales. Esto puede verse claramente en el personaje que da título a la serie, que referencia algunas tradiciones populares, a pesar de ser una creación original per se. Como ya se comentaba, Inuyasha es un semi-demonio, hijo de un inugami92 y una mujer humana, cuyo nombre responde más a una descripción del personaje93 que a una elección aleatoria de éste. Hay aclarar que la elección de un inugami es algo inusual para un yôkai, ya que no suelen aparecer de manera frecuente en el folclore japonés, al contrario que otros animales, como los zorros, las serpientes,

Tras este inciso, y volviendo al argumento de la serie, el padre de Inuyasha y su hermano mayor, Sesshômaru, pueden cambiar de forma canina a forma humana a su antojo, algo que no parece reflejar el protagonista, que se muestra como un humano con algunos rasgos caninos, como garras, colmillos u orejas. En las primeras muestras del manga su cara aparece con un rasgo mucho más zoomorfo con hocico, aunque en el anime su apariencia es mucho más humana. Sin embargo, con su largo pelo blanco, tanto Inuyasha como Sesshômaru parecen querer asemejarse a los renjishi96 del teatro Noh y el teatro Kabuki, algo que puede no sorprender si se piensa que, en ocasiones, los perros y los leones son combinados en la iconografía budista. De la misma manera se utiliza al lobo, también llamado perro de montaña en Mapache-perro de naturaleza traviesa del folklore japonés capaz de transformarse en humano. 95 Ser mitológico con forma de anfibio antropomorfo de carácter grosero y escatológico, cuando no violento. 96 Un tipo de papel interpretado en el teatro kabuki que se caracteriza por una melena espesa y larga para simbolizar la fuerza del león. 94

Espíritu zoomorfo que, generalmente, actúa como espíritu protector o vengador en favor de su dueño o Inugami-mochi. 93 La traducción literal de Inuyasha sería “perro demonio”. 92

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 algunas regiones, como una criatura frecuente en el folclore que actúa a modo de intermediario entre los humanos y la naturaleza, explicando así también la lucha interna de ambos hermanos entre sus instintos animales y sus facetas más humanas. Las reglas genéricas de este tipo de aventuras serializadas requerían cinco personajes principales para animar la acción. Así, encontramos también a Shippô, Miroku y Sango. Shippô es un zorro capaz de cambiar de forma, siendo el único yôkai de los tres, aunque también es el personaje de menor poder debido a su carácter infantil, lo que hace que sea relegado a los ámbitos cómicos. Sango es una cazadora de demonios que, aunque es un personaje completamente inventado, cuenta con un 97 nekomata, un yôkai familiar en el folclore japonés. Finalmente, Miroku, el monje

mujeres, comían carne y promovían revoluciones violentas en el período Sengoku, siendo uno de los mayores problemas de esta etapa de la historia japonesa. Como figuras religiosas muy conocidas por sus deslices en los votos, los monjes budistas, al igual que los cristianos en la Europa medieval, eran objeto frecuente de la sátira. Miroku tiene a la par como mascota un tanuki llamado Hachiemon, que, aunque rara vez aparece en la serie, genera una referencia a estos personajes, cuya tradición dice que son capaces de cambiar de forma, aunque siempre con un carácter algo torpe y vago. Los principales personajes de esta obra son creación original de Takahashi con ciertas referencias al imaginario colectivo, al contrario que Mizuki, que tomaba muchos elementos de estas tradiciones preexistentes para los papeles más relevantes. Sólo la segunda película de imagen real de Inuyasha,

No es complicado comparar a Inuyasha (izda.) o a Sesshômaru con los renjishi del teatro kabuki (dcha.) gracias a su atuendo, peinado, porte o uso de los colores.

lascivo, también se erige como una figura cómica que no corresponde a principios folclóricos, aunque sí populares, como los ransô98 y los akusô,99 que secuestraban Un gato de cola bifurcada habitual en la tradición japonesa del que se dice que puede tomar forma humana. 98 Monjes de carácter pendenciero y juerguista. 97

llamada Kagami no naka no mugenjô (2002), se basa en una tradición narrativa previa como es el Taketori monogatari o El cuento del cortador de bambú, del cual toma algunos yôkai individualmente, como yuki99

Monjes de intenciones malvadas.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 onna,100 ninmenju101 o noppera-bô102 para introducirlos en su propia historia, aunque continuando una lectura modular, fragmentaria y personal. Por ejemplo, el tan icónico conjunto rojo de Inuyasha es identificado con la Túnica de la Rata Roja,103 un elemento mágico aparecido en el cuento previamente mencionado como explicación de los poderes sobrenaturales de protección, convirtiéndose así en uno de los elementos más icónicos de la obra de Takahashi que ha terminado por hacer propios.

transforma en una serpiente gigante, una relación tormentosa que ya se había reforzado en los largometrajes de anime con La princesa Mononoke (1997). Así, el ya mencionado Naraku, cuyo nombre procede de uno de los infiernos de la cultura budista,

En una entrevista se consultó a la autora sobre los cuentos tradicionales que más habían influido en su obra, ante lo que mencionó El caldero de Kibitsu,104 el cual no asume como cuento tradicional al uso a pesar de que esta breve historia de Akinari Ueda, publicada en 1776, continúa hoy día en la literatura más popular. Este relato nos cuenta la historia de una esposa contrariada que se transforma en un demonio, siguiendo la línea de Kikyô, que fallece creyendo que Inuyasha la ha seducido y traicionado. Kikyô regresa de entre los muertos en varias ocasiones a lo largo de toda la historia en busca de venganza. Esto también tiene su reflejo en Naraku, el principal antagonista, cuyas fuertes emociones la convierten en un ser monstruoso y vengativo. También encontramos ejemplos de la influencia de El caldero de Kibitsu es uno de los nueve relatos sobrenaturales de Ugetsu Monogatari, que ha sido adaptada al cine en varias ocasiones desde 1953. la literatura en Inuyasha en la obra de teatro Noh Dôjôji, donde la joven nace cuando un humano llamado Onigumo se Kiyohime se enamora de un monje y se enamora de Kikyô y, sucumbiendo a su Figura femenina que se manifiesta de manera fantasmal en paisajes nevados. 101 Árbol de extraño crecimiento cuyos frutos se asemejan a cabezas humanas. 102 Ser del folclore tradicional que se presenta como un familiar o conocido, aunque sin rasgos faciales. 103 En el original Hi nezumi no kawagoromo. 104 En el original Kibitsu no kama. 100

lujuria y a los celos, permite que una horda de demonios menores le posean. El resultado final, Naraku, busca aumentar su poder uniendo todos los fragmentos de la joya, aunque también es movido por su deseo por

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 Kikyô, invirtiendo así los sexos de la narrativa tradicional. Takahashi también juega con la tradición de las miko en los personajes de Kikyô y Kagome. Estos personajes femeninos en relación con los rituales sintoístas existen todavía en la actualidad, aunque sus papeles y funciones han cambiado a lo largo de la historia. Kikyô representa algunos de los aspectos más comunes de las miko, con unos hakama105 rojos o un azusa yumi106 con flechas sagradas, así como realiza prácticas de curación, exorcismo o intermediación entre lo sobrenatural y lo humano o entre los vivos y los muertos. Las miko suelen ser representadas con cierta apariencia sexual, tal vez porque algunas de ellas eran mujeres expulsadas de otras instituciones sociales que vivían, en cierta manera, al margen de la ley. En la actualidad, Con Urusei Yatsura, Takahashi hace una relectura en clave de ciencia ficción de algunos estas miko aparecen personajes populares japoneses. representadas como personajes femeninos a modo de hibridación El uso de los elementos folclóricos y entre lo sensual y lo bélico. Tanto Kikyô como populares en la obra de Takahashi ya se había Kagome son sexualizadas en cierta manera, podido ver desde un principio con otra serie especialmente la segunda, cuyo uniforme de llamada Urusei Yatsura (1978 – 1987) y su marinero es una mezcla entre dos figuras versión animada (1981 – 1986). En ella de anime muy populares: la miko y la encontramos una comedia protagonizada por colegiala. una chica espacial bastante seductora conocida como Lum, que se enamora de un 105 Pantalón largo realizado mediante pliegues destinado a algunas vestimentas rituales niponas. joven estudiante japonés. A pesar del origen 106 Arco sagrado generalmente relacionado con el extraterrestre de ella, este personaje basa su vestuario de las miko.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 aspecto en los oni, lo cual vemos gracias a sus cuernos, garras y vestimenta con pieles de tigre, así como en su habilidad para volar y disparar rayos o en su temible temperamento. Así, su tribu es conocida como Onizoki y comienzan la serie con un juego llamado onigokko. De esta manera, encontramos muchas referencias en los amigos de Lum que nos llevan a hablar de nuevo de los yôkai, desde súcubos hasta demonios con forma de ave o fantasmas felinos. A ello se debe sumar la aparición de un monje a la manera de los ya mencionados o incluso de una miko como personajes secundarios, o la existencia del largometraje Byûtifuru dorîmâ (1984), que, aunque basado en el cuento de Urashima Tarô, retoma la iconografía de Urusei Yatsura. Con todo ello, puede decirse que la obra de Takahashi reside en su habilidad para renovar y refrescar motivos familiares, bien a la manera tradicional, bien en clave espacial y de ciencia ficción, que le permiten jugar con la tradición y el folclore sin hacer referencias directas.

Para saber más: -

Hadland, Frederick. Mitos y leyendas de Japón. Gijón, Satori, 2008.

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Pérez Riobó, Andrés; Chida, Chiyo. Yokai: Monstruos y fantasmas en Japón. Gijón, Satori, 2014.

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Infancia, vejez, memoria y muerte. Reseñamos Los amigos, de Kazumi Yumoto Por Carolina Plou Nocturna Ediciones, una editorial especializada en literatura juvenil, ofreció el pasado marzo un título de gran éxito internacional, inédito en castellano durante dos largas décadas. Se trata de Los amigos, ópera prima de la escritora Kazumi Yumoto, un lanzamiento que ha hecho correr ríos de tinta ensalzando sus valores de elogio a la vida.

anciano (y las consecuencias que devendrán de este empeño) con entusiasmo infantil y con una cierta ingenuidad, como si de un juego de detectives se tratase.

No obstante, aunque el propio Kiyama reconoce que esta actividad tenía una parte importante de juego, desde el primer momento se pone buen Los amigos narra las cuidado en recordar al cotidianas andanzas de lector adulto una cuestión Kiyama (un niño de doce años que habitualmente pasa que hace las veces de desapercibida, y es que la Kazumi Yumoto, en una imagen promocional narrador) y sus amigos, decisión que toman los tres deNocturna Ediciones. Kawabe y Yamashita. niños posee detrás una Muchachos cursando el último año de motivación trascendente: lo hacen porque primaria cuyas vidas se ven sacudidas a raíz realmente consideran que es la forma (si no del fallecimiento de la abuela de Yamashita, mejor, más a su alcance) de observar de cerca lo que les conduce a reflexionar por primera la muerte, y con esta observación, obtener vez sobre el concepto de la muerte. Con una respuestas y calmar sus miedos, pues ellos, fascinación genuina y carente de morbo, fruto aunque niños, también poseen, en su fuero de una inocencia un tanto descarnada, interno, demonios como los adultos. deciden volcar sus esfuerzos en vigilar a un A lo largo de la novela, Kiyama, Yamashita y anciano solitario del barrio, con la esperanza Kawabe tendrán ocasión de crearse una de resolver sus dudas cuando el hombre incertidumbre todavía mayor sobre la muerte, fallezca. al tiempo que sus indagaciones se Con esta premisa inicial, podemos, a través de desarrollan. Además, durante el devenir de los ojos de Kiyama, vivir y experimentar el los días de vigilancia, los distintos problemas crecimiento físico y emocional del trío cotidianos de los niños irán aflorando, desde protagonista, que afronta el reto de espiar al muy diferentes perspectivas y ámbitos, a REVISTA ECOS DE ASIA / revistacultural.ecosdeasia.com /NOVIEMBRE 2015

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 modo de mosaico de tres vidas entrelazadas que están, lentamente, deslizándose en la vida adulta. Este entramado dibuja, con una franqueza marcada por la ingenuidad, un panorama de disfuncionalidades sociales y parentales, no tanto a modo de crítica sino más bien de muestrario de las situaciones del día a día, no tan idílicas como pueden parecer a ojos de la más tierna infancia. Los amigos, por lo tanto, muestra un proceso de madurez. Nuria Barrios, de Babelia, comentaba al respecto que se trata de “una cálida novela de iniciación sobre la vida y la muerte”. El lector adulto encontrará entre sus páginas una lectura deliciosa y delicada, llena de ternura, sencilla pero no simple. Pero Los amigos no es una lectura para adultos, aunque sea perfectamente disfrutable por estos, sino que se trata de una novela juvenil, muy distinta a la que estamos acostumbrados (incluso, a buena parte del catálogo de Nocturna Ediciones) pero dirigida a un momento muy concreto del desarrollo emocional de una persona. Es una obra dirigida a los compañeros de Kiyama, Kawabe y Yamashita, para que encuentren sus propias respuestas sin necesidad de hacerse las mismas preguntas o de pasar por los mismos procesos. Una lectura necesaria, terapéutica, que pese a todo este poso reflexivo no es, en absoluto, un libro denso o que, cegado por estos objetivos, pretenda por encima de todo vender una moraleja. Muy al contrario, es ágil y divertido, una historia amena que constituye un acierto tanto en el catálogo de Nocturna Ediciones como en cualquier estantería.

Elocuente portada de la edición que presenta Nocturna Ediciones.

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Una pastelería en Tokio (an, 餡) Por María Jesús López Beltrán

esta ocasión en una novela de Durian Sukegawa.

Fotograma de la película. (obtenidos de www.sosmoviers.com)

Para impregnar de belleza este otoño de 2015, acaba de estrenarse Una pastelería en Tokio, nueva creación de la directora japonesa Naomi Kawase (Aguas tranquilas, 2014;Chiri, 2012). En ella se nos muestra que un sencillo dulce no sólo es capaz de alegrar las almas contritas y solitarias, sino que también las puede unir.

Este filme nos cuenta la historia de Sentaro, un joven taciturno que dirige una pequeña pastelería que sirve dorayakis (pasteles rellenos de una pasta de judías dulces llamada an). Cuando una anciana, Tokue, se ofrece a ayudarle en su cocina, él accede a regañadientes. Pero Tokue demostrará que

Una pastelería en Tokio se estrenó en Japón en mayo de este año y ya lleva una cifra de 430.000 espectadores. A pantallas españolas ha llegado este pasado 6 de noviembre, tras ganar el premio al Mejor Director del Jurado Internacional en la 60ª Edición de la Seminci de Valladolid. Se trata del duodécimo largometraje de Kawase, quien una vez más aborda el drama intimista, apoyándose en REVISTA ECOS DE ASIA / revistacultural.ecosdeasia.com /NOVIEMBRE 2015

Naomi Kawase.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 sus manos hacen el an más delicioso. Gracias a su arte secreto, el pequeño negocio remontará. Poco a poco entre Sentaro y Tokue surgirá un sentimiento que desvelará los traumas que los atormentan y, junto con la joven Wakana, vivirán una segunda oportunidad.

Una pastelería en Tokio es una película donde se manejan muchos mensajes. Teniendo cada uno individualmente un gran calado, la combinación de todos a lo largo de la trama puede llegar confundir al espectador. El personaje de Tokue hace bellas reflexiones en voz alta: la grandeza de las pequeñas cosas, la aceptación de la muerte como parte de la vida, y muchas más.

su nexo de unión, el cemento que unirá sus vidas para siempre. Por tanto podríamos decir que Una pastelería de Tokio gira en torno a dos ideas: el sentido de la vida surge de nuestro encuentro con el otro, y ese “otro” siempre existe; y para que ese encuentro se produzca, sólo hemos de mirar a las personas, a las cosas, sin prejuicios y sin miedo, amando la vida aunque duela. Es esta mirada de amor la que nos permitirá dar sentido a nuestra propia existencia. Tokue hace, en un momento de la película, un símil entre el dorayaki y la vida cuando le dice a Sentaro: “Jefe, no pierda la esperanza. Algún día aprenderá a hacer un dorayaki a su medida”.

Pero para comprender el mensaje principal de esta película sólo hay que ver a sus protagonistas. Sentaro, Tokue y Wakana son tres almas que tienen un denominador común: se sienten fuera del mundo. Por diferentes circunstancias, los tres se ven amenazados por la soledad y el desarraigo, y al encontrarse, dan un sentido a sus vidas. El an que sale de las manos enfermas de Tokue es maravilloso, y esta pasta dulce será REVISTA ECOS DE ASIA / revistacultural.ecosdeasia.com /NOVIEMBRE 2015

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La naturaleza es un personaje más en esta historia. Desde los primeros fotogramas de la película hasta los últimos, ésta se encuentra presente acompañando a los protagonistas: el árbol del cerezo, con su estremecedora y frágil belleza; la luna, que se aparece adoptando sus diferentes formas; los pájaros, con sus sencillos trinos. Esta naturaleza nos cuenta cómo es, cómo suena la vida. La anciana Tokue, de pronto, frente a un Sentaro preocupado por su futuro, mira el árbol y dice algo maravilloso: “¡Ah! Las hojas son felices. Nos saludan… ¡Hola, hola!” El filme está lleno de estos pequeños haiku.107 “¡Un pájaro! Los pájaros son libres”, dice Tokue. Cuando

107

Poema japonés breve.

Wakana rememora uno de sus momentos con la anciana, le dice a Sentaro: “Éramos Tokue, la luna y yo.” De todos los aspectos estéticos y técnicos, destacan claramente la fotografía y el trabajo actoral. En cuanto a lo primero, Kawase consigue humanizar la ciudad de Tokio a través de preciosos fotogramas de los cerezos en flor (nunca nos cansaremos de verlos), de estampas de tiernos niños (a este respecto, hay una escena conmovedora, que aquí no se puede desvelar), y cómo no, de la luna. Excelente en este sentido es el trabajo del fotógrafo Shigeki Akiyama. Los actores principales, que casi son los únicos pues la historia da para pocos secundarios, destilan una ternura tan creíble que casi se puede “masticar” (si se permite la expresión), y de tal esfuerzo actoral surge una evidente química de los tres protagonistas, que nos atreveríamos a decir que también se establece con nosotros, los espectadores. Este feeling con el público, tan difícil de conseguir, suple la frialdad de ciertos planos que hay al final de la película, sobre todo los que retratan el hogar de Tokue. La veterana Kirin Kiki (Tokue) está perfecta sobre todo en la primera mitad del filme, Masatoshi Nagase (Sentaro), hace un espléndido y conmovedor

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 retrato del hombre duro-tierno, y Miyoko Asada (Wakana) es una adolescente con la que todos nos identificaríamos.

Para saber más: En definitiva se podría decir que, salvando ciertos excesos en el uso de recursos poéticofilosóficos, Una pastelería en Tokio es totalmente recomendable por ser bella, conmovedora y sobre todo, profundamente tierna. Puede que seamos ya muy maduros para que tanta ternura nos sorprenda. Pero, ¿a quién le amarga un dulce?

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Ficha en Filmaffinity-

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Tráiler de la película (español).

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Artículo de Europapress, 25 de octubre de 2010

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Crítica: La chica satélite y el chico vaca (2014) Por Ana Asión Desde el 23 de septiembre se encuentra a la venta en DVD y Blu-Ray La chica satélite y el chico vaca (The satellite girl and milk cow)una película surcoreana que, sin duda, no deja indiferente a nadie. Dirigida por Jang Hyung-yun (se trata de su primer largometraje, antes había realizado los cortos Wolf Daddy, 2005; y Dear Coffee Samurai, 2010) quien también es el autor del guión de la misma, narra una surrealista historia de amor entre los dos personajes citados en el propio título. Más allá de la animación, otros géneros como la ciencia ficción o la fantasía (e incluso, en ocasiones, el drama) se abren paso en este tierno relato sobre la amistad. Un magnífico cóctel que traslada al espectador a una sorprendente realidad paralela. Tras un enorme éxito en festivales tan prestigiosos como los de Londres o Gijón, el largometraje fue además reconocido con el galardón de Mejor película de animación del Festival de Sitges de 2014, lo que sin duda sirvió para afianzar su presencia en España. La chica satélite y el chico vaca cuenta como un satélite atraviesa la atmósfera al oír la canción de un muchacho. Al llegar a la tierra, éste se convierte en Ilo, una joven

Escena de La chica satélite y el chico vaca.

desorientada y confusa. Por otro lado se encuentra Joon, un aspirante a músico que, tras ser abandonado por su novia, tiene el corazón roto. Por ello se transforma en vaca lechera, y se convierte sin saberlo en el blanco de un despiadado villano que roba el hígado de este tipo de animales. También debe de luchar contra el Incinerador, quien busca quemarlos a todos. Para hacerles frente contará no solo con la ayuda de la chica satélite, sino también del mago Merlín, quien ha sido convertido a su vez en rollo de papel higiénico. El delirante universo que se desarrolla a lo largo de los81 minutos que dura el film, transporta al espectador a una especie de sociedad post-apocalíptica, donde la magia convive en el día a día de los habitantes de Seúl, ciudad donde se desarrolla la trama (de hecho incluso se hace un pequeño guiño a la estatua del General Yi Sun-sin situada en la

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015 plaza de Gwanghwamun de la capital de Corea del Sur). Cercano a la atmósfera creada, entre otros, en Adventure Time (Hora de aventuras en España, serie de televisión animada que cuenta las aventuras de un niño, Finn, y un perro con poderes sobrenaturales que puede cambiar de forma, Jake), el largometraje está pensado para toda la familia, algo que se puede apreciar en la reflexión que realiza de valores como el amor o la amistad. Tanto el guión (en ocasiones extremadamente disparatado, rozando en ciertos momentos un ambiente cuasi-bizarro) como sobre todo la animación, son similares a los desarrollados por el reputado estudio japonés Ghibli (Mi vecino Totoro, 1988; El viaje de Chihiro, 2001;El castillo ambulante, 2004). Y es que precisamente las películas que responden a este tipo de género se han convertido en los últimos años en uno de los estandartes del cine coreano (tanto de Corea del Norte como del Sur). De hecho la edición puesta a la venta incluye una breve historia de la animación

coreana. Lo cierto es que, dejando a un lado la “locura de amor” en la que se ve envuelta toda la historia, La chica satélite y el chico vaca es a su vez un magnífico (y absurdo) ejercicio visual. O lo que es lo mismo, más allá del entretenimiento, la película es un absoluto deleite para los sentidos, una auténtica obra maestra especialmente indicada para cinéfilos devotos del buen anime coreano.

Para saber más: -

Tráiler de la película.

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La chica satélite y el chico vaca: el romance más surrealista de la historia del cine. Jesús Jiménez, RTVE.es

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Ficha en IMDB.

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Ficha en Filmaffinity.

Escena de La chica satélite y el chico vaca.

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[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 21] Noviembre de 2015

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En este número colaboran: Ana Asión. Licenciada en Historia del Arte, Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte, Máster en Gestión del Patrimonio Cultural y Máster en Profesorado por la Universidad de Zaragoza, en la actualidad me encuentro realizando el doctorado en Historia del Arte cuya tesis lleva por título La Tercera Vía: revisión, actualización y debate historiográfico en el cine español del tardofranquismo. Para el mismo soy beneficiaria de un contrato predoctoral por parte de la Diputación General de Aragón. Pablo Begué. Graduado en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza y estudiante del Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte por la misma universidad. Sus intereses giran alrededor de los cuentos de hadas clásicos, su ilustración en el siglo XIX y la influencia de estas imágenes en la cultura popular y de masas, especialmente en la creación audiovisual. Yaiza García. Graduada en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo, con la especialidad en Patrimonio Histórico Artístico. Actualmente estoy cursando el Máster Universitario en Gestión del Patrimonio Arquitectónico y Artístico, Museos y Mercado de Arte de la Universidad de Santiago de Compostela. María Gutiérrez. Graduada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, cursando el máster de Estudios Avanzados con el objetivo de especializarse en arte asiático. David Lacasta. Soy Licenciado en Historia del Arte y actualmente estoy cursando el máster en estudios avanzados, en la modalidad de Asia Oriental. Estoy trabajando en la cerámica Satsuma, y el fenómeno de su coleccionismo en occidente. También me interesa mucho todo lo relacionado con las armas y armaduras de los samurai, así como la historia militar de Japón. María Jesús López Beltrán. Nació en Madrid. Licenciada en Derecho, escritora y ensayista, es una apasionada de Japón, país cuya cultura lleva estudiando desde hace veinte años. Actualmente es propietaria del blog japanseye.com. Esther Lupón. Graduada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, cursando el Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte. Laura Martínez Rodríguez. Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, actualmente cursa el Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte de la misma, especializándose en Cine. Marisa Peiró. Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza y Máster en Estudios Avanzados de Historia del Arte por esta misma universidad. Se especializa en el Arte y la Cultura Audiovisual de la primera mitad del s. XX, y en las relaciones artísticas interculturales. Actualmente, está realizando su tesis doctoral. Carolina Plou. Historiadora del Arte, japonóloga, prepara una tesis doctoral sobre fotografía japonesa. Daniel Rodríguez. Graduado en Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, universidad con la cual ha colaborado siendo comisario de una exposición artística en la sala Laudeo. Actualmente se encuentra estudiando el Máster Universitario de Estudios en Asia Oriental de la Universidad de Salamanca. Marina Royo. Licenciada en Historia del Arte y Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. Se especializa en Cine, y particularmente en adaptaciones literarias británicas del siglo XX. Actualmente, participa en el curso-taller "Hablando de cine". Héctor Tome. Se licenció en Historia por la Universidad de Santiago de Compostela, afincado ahora en Barcelona, donde colabora con diversos proyectos literarios, periodísticos y políticos.

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Para la realización de este número, agradecemos además a Elísabet Bravo, María Galindo, Claudia Sanjuán y muy especialmente, a los doctores Elena Barlés y David Almazán. GRACIAS A TODOS LOS COLABORADORES POR SU TRABAJO Y ENTUSIASMO, Y A GRACIAS A USTED, LECTOR POR SU TIEMPO E INTERÉS. NOS LEEMOS EN EL PRÓXIMO NÚMERO.

Revista Ecos de Asia ISSN 2341-0817 revistacultural.ecosdea sia.com [email protected] Zaragoza Noviembre de 2015

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