El Informe Mundial de Energía

El Informe Mundial de Energía

""Las cosas no valen por el tiempo que duran, sino por las huellas que dejan."
Proverbio árabe

Fernando Álvarez Simán*
En la década de los años 70s del siglo pasado algunos eventos pusieron en lo más alto de la agenda internacional los asuntos energéticos; en México un humilde pescador llamado Rudesindo Cantarell Jiménez hace el descubrimiento petrolero más importante de los últimos años; la leyenda cuenta que durante una procesión religiosa en los mares del estado de Campeche Rudesindo se percata de una burbuja enorme emergiendo de una mancha de aceite; decide guardar silencio algunos años, pero al final cuenta su hallazgo a técnicos de Petróleos Mexicanos y lo demás es historia conocida, el complejo Cantarell es uno de los más importantes del mundo y aunque actualmente su producción está en declive, desde 1979 Cantarell generó las dos terceras partes del total de la producción petrolera mexicana, aportando desde su descubrimiento 13, 400 millones de barriles (cifra julio de 2009),
En el Medio Oriente el conflicto armado entre Israel contra Egipto y Siria denominado Yom Kipur canceló un crecimiento anual durante tres décadas del cinco por ciento en el consumo mundial de energía, puesto que el apoyo americano a Israel significó un embargo impuesto por los países árabes productores de petróleo hacia los países desarrollados. El embargo denominado la crisis del petróleo de 1973, aumentó el precio del crudo en los mercados internacionales, creció también la demanda, provocó aumentos inflacionarios en muchos productos; indujo también el control de precios y el subsidio estatal en algunos países entre ellos México, para que los altos precios internacionales no impactaran la dinámica de las fuerzas productivas; apareció la política del "horario de verano" en los EU y la industria automovilística se revolucionó haciéndola más eficiente en el ahorro del combustible.

Además la crisis significó la soberanía económica de muchos países en vías de desarrollo que poseían grandes yacimientos petrolíferos, entre ellos muchos países árabes y Venezuela en el continente americano. Pero también, la crisis de la energía dio lugar a un mayor interés en el desarrollo de las energías renovables y estimuló la investigación en energía solar y eólica.
También posibilitó el aumento en el uso del carbón y la energía nuclear, el impulso al transporte público y sobre todo que en el mundo se comenzara a fomentar masivamente y se comprendieran las bondades del ahorro de la energía.

En ese contexto de crisis petrolera global y para evitar las distorsiones que la geopolítica y los conflictos regionales e internacionales pueden hacer sobre el motor del sistema productivo mundial, nace la International Energy Agency (Agencia Internacional de Energía) organismo dependiente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que a través de la investigación académica busca analizar la evolución y el comportamiento de las fuentes de energía internacionales para que los países que integran la agencia, coordinen sus políticas públicas energéticas. México es desde mayo de 1994 uno de los 34 países miembros de la OCDE organismo que agrupa al 70 por ciento del mercado mundial y por lo tanto es integrante también de la Agencia Internacional de Energía aunque todavía no participa de manera directa. De esta manera nuestro país como miembro de la OCDE observa el desarrollo de una plataforma mundial para aprender de primera mano las mejores prácticas internacionales en temas como la economía, el medio ambiente, la educación y por supuesto la cooperación científica y tecnológica en materia energética.

Para la OCDE y por supuesto la AIE la energía está constituida por sistemas energéticos, estos sistemas están conformados por el suministro y las tecnologías que hacen posible el uso final de la energía por los consumidores. También aclara que lo que busca cualquier sistema energético es ofrecer a los consumidores los beneficios de una energía limpia, lo más barata y rápido posible. De esta manera el uso de la energía está presente en la vida cotidiana de los habitantes de este planeta y puede ser a través de la iluminación, los alimentos cocinados, el uso de enfriadores o calentadores y el transporte. Aunado al uso personal de la energía, también es utilizada en el comercio, los servicios y la industria y llega hasta los consumidos sean individuales, familias o la industria en forma de electricidad o gasolina.

Claro está que para que la energía llegue a los hogares y el sistema productivo de cualquier país se necesita la combinación de fuentes de energía, infraestructura para procesarla, medios para transportarla, mano de obra especializada y organismos paraestatales o privados que la oferten al consumidor final. Todo esto involucra precios y alternativas viables para sustituir una fuente de energía que resulta demasiada cara por otra barata, tomando en cuenta que al consumidor solo le interesa pagar por ella el mejor precio posible y que el asegurar que esta llegue al consumidor final es asunto que depende de cada estado soberano.

La energía que se utiliza en el mundo tiene como fuentes primarias el petróleo, el carbón, el gas natural y la energía nuclear. Sin embargo su uso correcto y masivo todavía no es parejo en los hogares y en la industria. Por ejemplo la basada en los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) representa el 80 por ciento del total de la energía mundial, la generada por reactores nucleares es del 6 por ciento, las amigables con el medio ambiente solo representan el dos por ciento del total mundial y la tradicional (leña) representa el doce por ciento.

Por eso, en un esfuerzo por comprender el comportamiento actual de las energías, de su uso y del futuro de ellas en un contexto mundial donde se necesita combinar la protección ambiental, el uso correcto y parejo de los combustibles con las necesidades de desarrollo económico; la AIE presenta cada año su las Perspectivas Mundiales de la Energía (World Energy Outlook). En el documento anual pone al día el impacto de las políticas públicas internacionales de este sector en el cambio climático, la demanda mundial de energía, los niveles de producción actuales y las perspectivas a futuro, las inversiones públicas y privadas; y además una serie de recomendaciones que actualiza y que le da seguimiento en caso de ser adoptadas por los países miembros de la OCDE y de la AIE.

Apenas la semana pasada la AIE hizo público el informe de este año 2012; en el documento se analizan tres grandes apartados que a consideración de sus redactores son los asuntos más relevantes del sector el primero de ellos es el supuesto potencial económico que puede representar para la eficiencia energética la liberación del sector; el análisis se hace por cada país miembro de la OCDE, por cada sector y por cada tipo de combustible. El segundo apartado se refiere al estudio del sector energético de Iraq y el papel decisivo que representa para cubrir la demanda internacional de petróleo y gas ante el fin de la ocupación americana; hoy en Iraq prácticamente todas las grandes empresas petroleras del mundo tienen o están a punto de asegurar su presencia, cosa que no sucedía desde 1973.

En ese sentido el asunto del petróleo iraquí no es menor, puesto que su actual producción de 4.5 millones de barriles diarios puede ser aumentada a 8 millones para el 2017. Incluso todavía hay regiones no exploradas, apenas cuenta con dos mil pozos, una cantidad pequeña si se compara con el millón de pozos petroleros que existen solamente en el estado americano de Texas, además el hidrocarburo del medio oriente se encuentra no muy profundo lo que facilita su extracción y para elevar su actual capacidad de producción a 12 millones de barriles diarios necesita la friolera de 200 mil millones de dólares americanos. El problema es que a pesar de que petroleras americanas, europeas, rusas e incluso chinas analizan la posibilidad de invertir, la seguridad de sus empleados y de sus inversiones todavía no está asegurada por el recelo de la región hacia occidente.

El tercer apartado analiza la vinculación entre el agua y la energía, parte del hecho de que los recursos hídricos son cada vez más escasos y el acceso a ellos también resulta cada vez con costos financieros más elevados. En ese sentido la utilización de los recursos hídricos es necesario para la producción de energías, para generar electricidad y para la para la extracción, el transporte y el procesamiento de petróleo, gas y carbón; aunado a ello aumenta su demanda porque el mundo ha volteado a ver y generar biocombustibles; en ellos de manera obvia se utiliza el riego, lo que ejerce una presión adicional a los recursos hídricos. El informe calcula que tan solo en el año 2010 el mundo entero utilizó 583 mil millones de metros cúbicos de agua para producir energías; de continuar la tendencia actual para el 2035 la demanda de agua aumentará en un 85 por ciento respecto a la cifra anterior.

A pesar de que la AIE tiene numerosos organismos detractores que cuestionan lo que llaman su proverbial tendencia a justificar el uso de combustibles fósiles para la producción de energía; entre ellas a negar el esperado declive de la producción petrolera mundial por la dificultad de encontrar nuevos yacimientos petroleros accesibles y a negar también la corrupción de las grandes petroleras internacionales y restar importancia al uso de las fuentes no fósiles para la producción de energía; este informe 2012 menciona que Estados Unidos aumenta su producción de energía con combustibles fósiles, especialmente de petróleo y gas; seguramente como una medida para reducir su dependencia del exterior, esto como consecuencia de las dificultades que le presenta la crisis económica a la que está sometido.

Además tan solo China, la India y el medio Oriente representan el 60 por ciento del aumento actual de las energías con combustibles fósiles, la realizada con energía nuclear disminuye y por su parte los países de la OCDE apenas han aumentado su consumo y representan los niveles más altos de promoción y uso de energías renovables. Al crecimiento económico sobre todo de estos países orientales y de la viabilidad de la producción petrolera iraquí el estudio le atribuye el crecimiento en el uso actual de los combustibles fósiles, sin dejar de mencionar el aumento de los ingresos de la población de los países emergentes que puede aumentar la demanda de automóviles, electricidad y calefacción.

Teniendo en cuenta lo anterior, el documento desliza que el mundo puede estar fracasando en conducir el sistema energético mundial por una senda más sostenible. Incluso sostiene que para ofrecer un margen competitivo a su mercado interno hoy deprimido, Estados Unidos puede abaratar el costo de los precios del gas y la electricidad. Si esta tendencia se cumple, Norteamérica será para el 2020 el mayor productor mundial de petróleo desplazando a Arabia Saudita y para el 2030 será un exportador neto de petróleo.

Evidentemente que con este escenario Estados Unidos sería autosuficiente en materia de energía ya que actualmente compra el 20 por ciento del total de sus necesidades energéticas para sostener su planta productiva. Con ello estará en posibilidades de convertirse en cliente proveedor de las necesidades de los países orientales en franco crecimiento económico y necesitado de encontrar fuentes de energía. México tiene que estar pendiente de la evolución del sistema energético internacional, con PEMEX, participa activamente en el comercio internacional de energéticos y este activo nacional es prioritario para la viabilidad de nuestro modelo de desarrollo; numerosas son las voces que piden que la paraestatal se modernice para hacerla una empresa eficiente y competitiva.

Lo que es claro es que si necesita modernizarse, también que fue y es la gran palanca del desarrollo nacional, corresponde a todos los mexicanos decidir que esto siga siendo así y también abrirla a capitales privados. A veces en este debate los mexicanos olvidamos que la generación de energía no necesariamente puede lograrse con combustibles fósiles, también puede hacerse con técnicas y materias primas amigables con el medio ambiente; PEMEX necesita recibir recursos financieros frescos, otra vía puede ser mejorando sus procesos administrativos haciéndolos más eficientes y sobre todo debe liderar proyectos que no solo promuevan el uso de los combustibles fósiles, también apoyando a los gobiernos estatales con transferencia de tecnología para la producción de biocombustibles, a las universidades en la investigación para el desarrollo de nuevas tecnologías y explorando nuevos mercados para el crudo mexicano. Esto le dará viabilidad a una empresa que representa la identidad nacional y que tiene todo para seguir apalancando el desarrollo y el crecimiento económico de nuestro país.

* Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas