El impacto del acceso a la educación de las mujeres en la tasa de natalidad en Chile

June 15, 2017 | Autor: Oscar Cariceo | Categoría: Social Work, Family, Social Work Education, Public Policy - Social Welfare Policy, Data Science
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El impacto del acceso a la educación de las mujeres en la tasa de natalidad en Chile Oscar Cariceo Rivera, Master of Social Work, Universidad de Pittsburgh. Académico del Magister en Intervención Socio-Jurídica en Familia, Universidad Andrés Bello.

RESUMEN: En Chile, la basa tasa de natalidad es una situación que podría impactar el desarrollo económico futuro del país, en la eventualidad de contar con una adecuada y suficiente renovación de la población económicamente activa. El objetivo de este trabajo fue identificar las razones de la baja tasa de natalidad a partir de un modelo de regresión logística binomial, con el fin de proyectar las variables que influyen en la decisión de los chilenos para tener hijos, basándose en la información proporcionada por el Informe de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), “Género: Los Desafíos de la Igualdad”, del año 2010. Los resultados preliminares dan cuenta de que la determinación de no tener hijos está correlacionada con las mayores oportunidades de acceso a la educación para las mujeres, lo que explica la baja tasa de natalidad en el país. PALABRA CLAVE: Natalidad, género, acceso a la educación, desigualdad, derechos sociales. INTRODUCCIÓN En general, en Chile, existe un consenso respecto de que el país enfrenta un problema demográfico importante relacionado con las bajas tasas de natalidad, lo cual tendría un impacto significativo en el desarrollo económico. Si el país no cuenta, se generaría un envejecimiento de la población, que podría tener consecuencias como la emergencia de problemas sociales, como por ejemplo la sobrecarga algunos servicios sociales o el sistema de pensiones. De esta manera, una pregunta que debe plantearse es cuáles son los elementos que influyen en la baja tasa natalidad del país. Si bien esta situación puede ser analizada desde una perspectiva económica y demográfica, resulta interesante aproximarse a este fenómeno desde una perspectiva individual, relacionando las decisiones personales y familiares que determinan la decisión de

tener hijos en la población chilena. En este contexto, el presente artículo entrega los resultados generales de un análisis preliminar, cuyo objetivo fue identificar las variables que influyen en las decisiones personales y familiares para tener hijos, de manera de predecir la posibilidad de que los chilenos tengan hijos. Metodológicamente, se desarrolló un modelo de regresión logística binomial, a partir de la información contenida en la base de datos del Informe de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas (PNUD) “Género: los desafíos de la igualdad, 2010”. Así, la principal conclusión que se obtuvo fue que la causa de la baja natalidad en Chile estaría asociada a que un mayor acceso a la educación, en particular de las mujeres, influye considerablemente en la decisión de no tener hijos. Este hecho se potencia mientras mayores son las personas, quienes a su vez han adoptado formas “no tradicionales” de familia las cuales no

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están basadas exclusivamente en el matrimonio. De esta manera, el trabajo que se propone a continuación se estructura en cuatro partes, la primera entrega algunos antecedentes básicos relativos a la natalidad y su vinculación con el género y el acceso de la mujeres a la educación, en Chile; en segundo lugar se presenta el diseño metodológico y los datos disponibles; en la tercera parte, se exponen los resultados del análisis de la información disponible; y, finalmente, se proponen algunas elementos generales para la discusión, incluyendo las limitaciones del trabajo. ANTECEDENTES En Chile, se ha generado un cambio demográfico que se expresa en una sostenida baja en la tasa de natalidad, al menos en los últimos años. Tal como lo muestra la información proporcionada por el Compendio Estadístico del año 2011, del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la tasa de natalidad del país el año 2009 fue de 15 nacidos vivos por cada 1.000 habitantes, siendo similar a los años 2008, 2007, 2006 y 2005, que se ubicó en torno al total de 14,5 nacidos vivos por cada 1.000 habitantes (INE, 2011:113) Asimismo, tomando como referencia los datos aportados por el compendio de hechos mundiales de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (2011), es posible afirmar que una baja considerable en la tasa de natalidad en Chile, se produjo entre el año 2003 y 2004, en donde de una tasa de 16,1 nacidos vivos por cada 1.000 habitantes se bajó a 15,4 nacidos vivos por cada 1.000 habitantes el año siguiente. Posteriormente, entre el 2004 y el 2011 la tasa ha bajado en un número cercano al 1,2%. Ahora bien, de acuerdo a esta

misma fuente, Chile se encuentra en el lugar 124, de un total 221 países, ordenados de mayor a menor tasa de natalidad; por lo tanto, comparativamente, nuestro país tiene una baja tasa de natalidad. Si se comparan los datos de fertilidad, considerando la tasa global de fecundidad entre el año 2000 y 2005, se evidencia que la realidad de Chile es similar a la de algunos países desarrollados, presentando una baja tasa de fecundidad; siendo España el país que tiene una menor tasa (1,1 hijos por mujer); mientras que Chile, en el año 2004, muestra una tasa de 1,9 hijos por mujer en el año 2004 (Donoso, 2007:75), complementariamente, es posible mencionar los datos aportados por la División de Asuntos de Género de la CEPAL, que dan cuenta de que en el año 2010 la tasa global de fecundidad alcanzó 1,9 hijos por mujer (CEPAL, 2011) lo que demuestra una invariabilidad importante respecto de este indicador. Este fenómeno se explicaría por el crecimiento económico y el desarrollo cultural y educacional que inciden en el mejoramiento de las cifras de sanidad, a lo que se suma las posibilidades laborales y profesionales de las mujeres que ha potenciado el acceso a los métodos anticonceptivos y consolidado la posibilidad de decidir en torno a la natalidad. Esta situación es el principal factor para entender la etapa de transición demográfica avanzada que evidencia Chile, al presentar un crecimiento asimétrico de los grupos etarios de la población, cuya consecuencia principal es el envejecimiento de la población que impacta en problemas económicos y de salud pública (Donoso, 2007:74). Como ejemplo de estos problemas, un estudio de la Universidad del Desarrollo (2007),

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identificó que la baja natalidad está asociada a los altos costos de la educación y la falta de tiempo en la crianza.

nivel de educación, con el fin de que éstas tuvieran categorías dicotómicas, al igual que la decisión de tener hijos, recodificada como tener o no hijos.

MATERIAL Y MÉTODO En el año 2010, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, dio a conocer el informe de Desarrollo Humano titulado “Género, los desafíos de la igualdad”, cuyo objetivo fue determinar la condiciones de las relaciones de género en nuestro país en los ámbitos institucionales, económicos, políticos, laborales y culturales; lo cual evidencia que Chile ha avanzado en materias de igualdad (PNUD, 2010:24). El Informe de Desarrollo Humando del PNUD, “Género, los desafíos de la igualdad” presenta un diseño muestral que contempló una población compuesta por personas de 18 años y más, habitantes de las quince regiones del país, es decir un total de 12.180.403 personas, según las proyecciones de población del INE al 30 de junio de 2009; a su vez, el marco muestral correspondió a la población de 18 o más años, residente en áreas urbanas o rurales de las comunas de las quince regiones de Chile, según proyecciones censales para el año. Por lo tanto, el tamaño de la muestra fue de 3.150 casos, con un error muestral máximo de 1,9%, considerando varianza máxima y un nivel de confianza del 95%. La recolección de datos se realizó entre el 3 de julio y 24 de agosto de 2009. Para el objetivo de este trabajo se consideró que tener hijos depende de la edad de las personas, de su nivel educativo, de su estado civil y del sexo. Para desarrollar el modelo de regresión logística binomial, se recodificaron las variables relativas al estado civil y el

Análisis estadístico: Las variables continuas se describieron con medidas de tendencia central y dispersión y las variables nominales se presentaron como frecuencias absolutas y porcentajes. Trabajando con el software SPSS, se logró ajustar el modelo y lograr una significancia estadística utilizando los valores de los coeficientes R2 Cox-Snell y R2 Nagelkerke. RESULTADOS En primer lugar, la información contenida en la base de datos del Informe de Desarrollo Humano del año 2010, indica que el 51% de los encuestados son mujeres y el 49% hombres y la edad de los encuestados oscila entre los 18 y los 93, con una media de 43 años y una desviación estándar de 16,795 años. Tabla 1: Distribución de la frecuencia de la variable Sexo.

SEXO

TOTAL

%

Hombre

1542

49%

Mujer

1608

51%

Total

3150

100%

Fuente: Elaboración propia en base a los datos del Informe de Desarrollo Humano del PNUD, 2010. Tabla 2: Estadísticas descriptivas de la variable Edad.

EDAD Total

Mín. Máx.

Media

Des. Est.

3150

18

43

16,8

93

Fuente: Elaboración propia en base a los datos del Informe de Desarrollo Humano del PNUD, 2010.

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Luego, la mayoría de las personas consultadas declara estar casado por primera vez (42%); mientras que el 37,2%, afirma estar soltero y nunca haberse casado. El 8,1% afirma estar casado pero separado de hecho, el 6,3% son viudos, el 2,9% ser soltero pero con un matrimonio legalmente anulado y solamente el 1,8% declara haberse casado en más de ocasiones. Finalmente, los divorciados representan la misma proporción (1,8%). Para efectos del análisis, la variable estado civil se recodificó, de manera de facilitar su interpretación y análisis, y se contemplaron sólo dos categorías, resumidas en que el 51,8% de están casados y el 48,2% son solteros. Tabla 4: Distribución de la frecuencia de la variable Estado Civil recodificada.

ESTADO CIVIL TOTAL

%

Casado

1631

51,2%

Soltero

1519

48,2%

Total

3150

100,0%

Fuente: Elaboración propia en base a los datos del Informe de Desarrollo Humano del PNUD, 2010.

Respecto del nivel educacional, la mayor proporción de las personas (27.3%), tienen enseñanza media completa, mientras que un 16,3% tiene un nivel básico incompleto o inferior; el 14,7% un nivel medio incompleto; el 12% un nivel básico completo. Asimismo, se evidencia que el 8,7%, posee un nivel educacional superior técnico-profesional completo y sólo el 3,6% un nivel educacional superior técnico-profesional incompleto; finalmente, el 9,2% de los encuestados posee un nivel de educación universitario completo; un 7,3% corresponden al nivel de educación universitario incompleto y solamente el

0,7% posee un nivel de educación de postgrado. Para facilitar su interpretación, se recodificó en base a niveles generales de educación: es decir, se generaron categorías asociadas al nivel de educación de los encuestados, como se muestra en la tabla de frecuencia; considerando que entre las categorías originales, los datos se distribuyen de manera similar, destacándose que los niveles completos, tanto los niveles básico y medio como superior (universitarios y postgrados), son la mayoría. Así se consideró el nivel básico (28,4%), medio (42%) y superior (29,7%). Tabla 6: Distribución de la frecuencia de la variable Nivel Educacional recodificada.

NIVEL EDUCACIONAL TOTAL

%

Básico

893

28,40%

Medio

1322

42%

Superior

935

29,70%

Total

3150

100%

Fuente: Elaboración propia en base a los datos del Informe de Desarrollo Humano del PNUD, 2010.

Con el objetivo de predecir las variables que influirían en la decisión de tener hijos, se estableció que esta determinación dependería de la edad de las personas, de su nivel educativo, de su estado civil y del género. De esta manera, se desarrolló un modelo de regresión logística binomial, a partir de la recodificaron de las variables relativas al estado civil y el nivel educacional, con el fin de que éstas tuvieran categorías dicotómicas (variables independientes), al igual que la decisión de tener hijos (variable dependiente), recodificada como tener o no hijos. Trabajando con el software SPSS, se logró ajustar el modelo y lograr una significancia estadística utilizando los valores de los coeficientes R2 Cox-Snell y R2 Nagelkerke que

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arrojaron valores menores a 1, (0,303 y 0,451, respectivamente), lo que permite afirmar que la decisión de tener hijos depende de la edad, del estado civil, el nivel educacional y del sexo, además de explicar y predecir la decisión de tener hijos en un 78,4% y puede predecir si las personas tienen hijos (en un 77,4%) o si no tienen hijos (en un 81,5%). De esta manera, al aplicar el modelo de regresión logística binomial diseñado, es posible afirmar que la posibilidad de que las personas, en Chile, tengan hijos se relaciona con el estado civil, el nivel educativo y la edad; por su parte el sexo es un factor que permite predecir la decisión de las personas de no tener hijos. Los datos del Informe de Desarrollo Humano dan cuenta que, del total de la muestra, el 75,9% de las personas tienen hijos; asimismo, entre las personas que tienen 19 años o menos, donde la mayoría no tiene hijos (87,4%), solamente el 23,5% de las mujeres tiene hijos; a su vez, en el mismo tramo de edad, solamente el 4,4% de los hombres tiene hijos. Por su parte, entre las personas que tienen entre 20 y 25 años, el 43,1% tiene hijos; sin embargo, entre las personas que tienen un nivel educativo medio o básico, el 60% tiene hijos y, por el contrario, las personas que alcanzaron el nivel educacional, solamente el 24,4% tiene. Ahora bien, dentro del primer tramo de nivel educacional, que incluye los niveles básico y medio, la mayoría de las mujeres tiene hijos (73,9%), mientras que entre los hombres, del mismo nivel educacional, solamente el 48,6% tiene hijos; a su vez, entre las personas que tienen un nivel educacional superior, la mayoría de las mujeres no son madres (62,9%). En cuanto a los hombres del mismo nivel educacional solamente el 16% son padres.

Para las personas que tienen entre 25 y 30 años, el 62,5% tiene hijos; a su vez, en este rango etario, entre las personas que tienen un nivel educacional medio o básico, la mayoría de las personas (75,4%) tienen hijos. Entre quienes tienen un nivel educacional superior, la mayoría de la muestra no son padres (53,4%). De las personas del primer, segmento asociado al nivel educacional medio o básico, la mayoría tiene hijos (85,3%). A su vez, entre los encuestados que tienen entre 30 y 40 años el 83,8% de las personas tiene hijos y, las personas de este tramo de edad y que son solteras, el 68,1% tienen hijos; mientras que para las personas casadas la mayoría tiene hijos (94,3%). Por su parte, entre los solteros, el 78,3% de las mujeres tienen hijos y para para el caso de los hombres que son solteros, solamente el 57,4% tiene hijos. Por el contrario, entre las mujeres casadas, el 96,5% tiene hijos, mientras que los hombres casados el 91,6% tienen hijos. En el caso de los encuestados que tienen entre 40 y 50 años la mayoría tiene hijos (88,8%), de los cuales quienes declaran ser soleteros, el 64% tienen hijos, mientras que para este mismo rango de edad, la mayoría de los casados tienen hijos (97,9%). Las mujeres solteras que afirman tener hijos son el 79,8% y para el caso de los hombres solteros, el 44,3% tiene hijos. Ahora bien, entre las personas que tienen entre 50 y 54 años, el 94,8% tienen hijos, entre las personas mayores de 54 años, quienes tienen hijos corresponden equivalen al 90,6%; y, a partir de esta edad, los solteros que tienen hijos son el 81,2%; mientras que los casados, mayores de 54 años, el 96,8% tiene hijos y, por último, el segmento conformado por las personas solteras, mayores de 54 años, el 85,4% tienen hijos.

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De acuerdo al modelo de regresión logística binomial propuesto, es posible afirmar que las personas, al estar casadas tienen mayores posibilidades de tener hijos (2,48 veces más que las personas que son solteras). Asimismo, las personas con un nivel educativo medio o básico, tendrán mayores probabilidades de tener hijos aumentando en 0,87 veces (nivel básico) y en 0,84 veces (nivel medio) esta posibilidad, comparadas con las personas que poseen un nivel educacional superior. Lo mismo ocurre con la edad, pues a mayor edad aumenta en 0,43 veces la posibilidad de que las personas decidan tengan hijos, es decir, en el pasado, las personas decidían con mayor frecuencia ser padres. Finalmente, respecto del género, la posibilidad de las personas decidan tener hijos es 0,83 veces menor si se es hombre, respecto de si es mujer, por lo que es posible afirmar que esta es una decisión que radica mayormente en la determinación de las mujeres. DISCUSIÓN Es posible concluir que la mayor proporción de personas que tienen hijos, están casadas y tienen entre 25 y 54 años o más. En consecuencia, en el futuro, las personas que más probablemente decidan tener hijos serían quienes poseen un nivel educacional básico o medio, están casados y que tengan alrededor de 30 años de edad. Es decir, actualmente las mujeres chilenas tienen un margen mayor para decir si tienen o no hijos, lo que se explicaría por el mayor acceso a la educación y a la formación profesional. Es decir, si las mujeres chilenas han alcanzado un mayor nivel educacional, son solteras y se tienen menos de 30 años, será menos probable que decidan tener hijos, lo cual parcialmente explicaría la baja tasa de natalidad del país.

Cabe destacar, que estas conclusiones son preliminares y corresponden a los datos recogidos en un momento particular, con el fin de entregar una descripción general de la realidad de Chile en el año 2010, por lo que no necesariamente reflejan la realidad de las mujeres chilenas en la actualidad. Adicionalmente, una temática de esta naturaleza requiere ahondar aún más en los aspectos culturales y subjetivos que inciden en la decisión de tener hijos. Sin embargo la identificación de las variables asociadas a la natalidad, pueden dar algunas ideas para profundizar en el estudio de esta problemática y actualizar los enfoques de intervención para mejorar el análisis y la formulación de políticas y programas sociales orientados no solo a aumentar la natalidad, sino a generar mejores condiciones de crianza de los niños en áreas como la salud y la educación, orientadas principalmente a evitar desigualdades en el ejercicio de derechos económicos, sociales y culturales. REFERENCIAS •

Central Intelligence Agency (2011). The World Fact book. Washington DC.



CEPAL (2011). Estadísticas de Fecundidad. División de Asuntos de Género. Santiago.



Donoso, E (2007). Descenso de la Natalidad en Chile: Un Problema País. Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología; 72(2):73-75.



Instituto Nacional de Estadísticas (2011). Compendio Estadístico,

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Estadísticas Demográficas, Chile. Santiago. •

Programa de Naciones para el Desarrollo Desarrollo Humano en Género: Los Desafíos Igualdad. Santiago.



Universidad de Chile (2007). Inclusión y Exclusión Social del Adulto Mayor en Chile. Programa de Estudios Sistémicos en Envejecimiento y Vejez. Santiago.



Universidad del Desarrollo (2007). Calidad de la Educación y su Impacto en la Baja Natalidad en Chile. Centro de Políticas Públicas. Santiago.

Unidas (2010). Chile, de la

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