El Impacto de los CTS en los Estudios de la Gestión de la Innovación Tecnológica

June 14, 2017 | Autor: J. Espinosa Cristia | Categoría: Management of Innovation, Actor-Network-Theory, Critical Analysis
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Descripción

El Impacto de los Estudios de la Ciencia, Tecnología y Sociedad en los Estudios de la Gestión de la Innovación Tecnológica

Clasificación JEL: 03 Innovación, Investigación y Desarrollo, Cambio Tecnológico, Derechos de Propiedad Intelectual. 032 Gestión de la Innovación Tecnológica y IyD

Resumen

El presente trabajo, elabora una discusión y reflexión teórica sobre la gestión de la innovación tecnológica. Esta discusión, se realiza contraponiendo el concepto de ‘Profit from Innovation’ –Utilidad a partir de la Innovación (Teece, 1986, 2006) y potencial que otorgan las nociones que se derivan de los Estudios de la Ciencia, Tecnología y Sociedad CTS –Science and Technology Studies ó STS por su sigla en inglés. Esta reflexión busca resituar bajo la mirada de los CTS el importante trabajo de Teece sobre la gestión estratégica y la obtención de rentas, con base en la generación de innovación tecnológica. Junto a lo anterior, y siguiendo la literatura de los CTS, el artículo intenta abogar por un análisis ‘humilde’ (Law, 1994) de aquellos procesos que clasificamos como innovación tecnológica. Dicha alternativa abre la posibilidad de un estudio constructivista y crítico de la gestión de los procesos de innovación tecnológica. Es desde dicho constructivismocrítico, que se revisan los fundamentos de los estudios de la innovación, otorgando la posibilidad de abrir dicha ‘caja negra’, y abogando por un concepto de gestión de la innovación que se alinee más con un enfoque procesual y material de la misma.

Palabras Clave: gestión de la innovación tecnológica, modelo de innovación de Teece, agenciamiento, análisis crítico, estudios críticos de la administración, teoría actor-red

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A modo de Introducción: Los Estudios de la Innovación

Como lo ha comentado Jan Fagerber en la introducción de un importante Handbook en el que se presentan los estudios de la innovación (Fagerberg et al., 2006)

los estudios

académicos acerca de la innovación –utilizando como base de análisis la ISI web of Knowledge- han crecido a tasas casi exponenciales desde mediados de los cincuenta hasta mediados de la década pasada.

Junto con ello, Fagerber y sus asociados argumentan

persuasivamente que los estudios de la innovación han sido

desde siempre

transdisciplinarios. Además, prosiguen dichos autores, el proceso de la conceptualización de la innovación se ha erigido históricamente como una ‘caja negra’. Confrontando entonces la citada ‘caja negrización’ de los estudios sobre la innovación, el presente artículo de reflexión busca arrojar algo más de luz y poder mirar al interior de los estudios de la innovación. Abriendo la citada ‘caja negra’, este texto persigue reflexionar y comprender uno de los conceptos centrales en la gestión de empresas y organizaciones contemporáneos.

Esta reflexión, ha sido desarrollada en el contexto de un estudio de varios años sobre la gestión de la innovación en el ámbito de la tecnología médica. Dicho trabajo empírico y teórico buscó comprender las prácticas de la innovación ‘in situ’, es decir, estudiar con mayor detalle ¿cómo es que las organizaciones administran, ‘enactan’ y organizan la innovación en el rubro de las nuevas tecnologías médicas? Abrir la ‘caja negra’ conlleva en parte, expandir la multidisciplinariedad con la que se ha estudiado el fenómeno de la innovación durante los últimos cuarenta años. Aún más, la idea es pensar la ‘innovación en la práctica’ es decir, tomar en consideración los individuos, las empresas, las organizaciones y particularmente las relaciones entre dichas entidades (Fabergerg, et al., 2006, p. 4) que son las que producen el fenómeno de la innovación.

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Como algunos autores lo han demostrado, los proyectos de innovación tecnológica consisten en una miríada de acciones, negociaciones y decisiones de carácter micro, que se desarrollan en la práctica (Christiansen y Varnes, 2007; Akrich et al., 2002) y que se coectan en forma directa con aquellos aspectos macro del fenómeno. La innovación, se debería observar cuando, por ejemplo, los gerentes y trabajadores de nuevas empresas organizan la red heterogénea de entidades que participan en un proyecto de innovación tecnológica dado. El presente texto reflexivo intentará entonces mostrar que para conocer el proceso de innovación tecnológica, es necesario pensar el objeto gestión de la innovación y los fundamentos sobre los que se estudia dicho objeto. Sólo con ésta mirada doble, será posible entender el fenómeno de la gestión de la innovación tecnológica.

El artículo procederá en tres partes. La primera, muestra cómo es que los estudios de la innovación tecnológica se encuentran con los estudios de la gestión estratégica, en la década de los ochenta en adelante. Luego de ello, se procede a analizar el giro que otorgan los estudios de la ciencia, tecnología y sociedad en la comprensión del fenómeno que llamamos innovación. De ésta manera, se prosigue con la construcción de una noción ‘humilde’ de innovación. Dicha noción dará el sustento constructivista de una visión un tanto más crítica, donde la noción de proceso, permitirá la elaboración de una crítica de más peso a los fundamentos mismos de la gestión de la innovación tecnológica. Para terminar, y ya comprendiendo el fundamental problema de la inseparabilidad del trabajo y el capital, se intentará entonces producir una aproximación constructivista y crítica del fenómeno de la gestión de la innovación.

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1. El encuentro de los estudios de la innovación tecnológica y los estudios de la gestión estratégica de las empresas.

Si bien la gestión se encuentra en el centro del trabajo de los estudios de la innovación, las preguntas sobre estrategia competitiva (Porter, 1980) no son mayormente visitadas por dichos autores. Este giro a la estrategia, es sin embargo desarrollado in extenso por el profesor David Teece. Es dicho académico quien nos muestra un lugar adecuado para comenzar el análisis del problema de la gestión de la innovación tecnológica. El de Teece, es uno de los más influyentes trabajos que intentan teorizar al respecto. El caso ejemplar de dichos estudios, se presentó unos 26 años atrás, cuando David Teece publicó su conocido artículo: "Profiting from Technological Innovation" (Teece, 1986). Desde aquella publicación, el artículo ha recibido una atención permanente por parte de la literatura académica. De hecho, es uno de los artículos más citados en el campo de la gestión de la innovación. En términos de su impacto, el texto se localiza en los top 15 de los trabajos más citados en el ámbito de los estudios de la innovación (Fagerberg et al., 2012).

Aún más, tal como lo ha comentado Gary Pisano (2006). El trabajo de Teece ha sido el primero que ha combinado los estudios de la innovación con la literatura de la gestión estratégica. Esta convergencia ha permitido la apertura de nuevas posibilidades para los estudios de la gestión y de las organizaciones, además de nuevas avenidas para los estudios de la innovación y de la gestión relacionada con la misma.

Como consecuencia, la aproximación de Teece ha logrado romper con la explicación tradicional que han desarrollado los estudios de la organización industrial. La novedad aportada por Teece permite al autor y a sus lectores trazar una teoría alternativa de la innovación. Para Teece, innovación será sinónimo de victoria en el juego de la innovación respecto de tres factores: (1) La estructura de activos complementarios de la firma; (2) Los contratos externos con proveedores de otros activos complementarios; (3) la gestión de la entrada al mercado. Donde los activos complementarios comprenden todos aquellos activos especializados que se refieren a los servicios, tales como el marketing, la producción especializada y el soporte post venta.

Dichos activos complementarios se encuentran

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tremendamente conectados con las capacidades de gestión y las estrategias seguidas por la firma. Los activos complementarios son también distintos a los activos técnicos, que son aquellos en donde se aplica conocimiento técnico. Siendo el conocimiento técnico aquel tipo de conocimiento aplicado en la particular innovación tecnológica que la compañía ha realizado. Considerando los activos complementarios y los técnicos, Teece genera una distinción fundamental en el análisis de la gestión de la innovación.

¿Cómo es que el análisis de Teece expande la definición misma de innovación tecnológica? El autor produce el efecto, construyendo un modelo en donde tecnología es comprendida como un elemento separado de los activos complementarios (que son llamados capacidades en estudios posteriores). Este punto, parece ser crucial en su análisis. Como es posible ver en la Figura 1, éstos activos complementarios o capacidades serán clasificados como ‘manufactura competitiva’, ‘distribución’, ‘servicio’, ‘tecnologías complementarias’ y muchos más, marcadas como ‘otros’. Como ejemplo, Teece comenta que el software puede ser visto como un ejemplo de una tecnología complementaria (Teece, 1986, p.288). Esta es una clasificación interesante pero problemática. La clasificación de la tecnología relacionada con producción, distribución y otras actividades organizacionales, ha sido problematizada a partir del trabajo en los Estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS y STS en su sigla anglófona). Los CTS han mostrado con creces que no es trivial realizar una separación precisa entre los aspectos tecnológicos de los sociales que componen una tecnología (Latour, 1993; Law & Singleton, 2000 y Bijker, 2010). Volveremos sobre éste punto en el siguiente apartado de la presente reflexión.

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Figura 1

Modelo de Innovación Tecnológica de Teece

Manufactura Competitiva

Distribución

Otro

Otro

Conocimiento Tecnológico Central Acerca de la Innovación

Otro

Servicio

Tecnologías Complementarias

Otro

Fuente: Teece (1986: 289)

El trabajo de Teece busca entender por qué aquellas firmas que realizan innovación tecnológica fallan en obtener retornos a partir de la misma. Más precisamente, la pregunta de Teece es: ¿Por qué un rápido segundo entrante o incluso un tercer entrante más lento han obtenido mejores resultados que un innovador tecnológico? (Teece, 1986, p.285). Un ejemplo de ‘ganador’ para Teece sería Apple Inc. Esto, dado que a pesar de que dicha empresa no desarrolló la tecnología ‘touch’ –o el mouse para aquellos lectores que se interesan en la historia de la tecnología de los computadores- lo anterior no frenó en absoluto la posibilidad de que Apple obtuviera una gran parte del ‘pastel’ que se generó a

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partir del cambio en la industria de artefactos electrónicos. Apple fue un mejor seguidor que quienes desarrollaron e introdujeron la innovación tecnológica.

Desafortunadamente, el artículo de Teece no ofrece una cobertura amplia del concepto ‘innovación tecnológica’, de hecho, el término aparece en el título del mismo y un par de veces más citado en el cuerpo del estudio. Es por ello bastante fácil ver una cierta vaguedad en el uso de la palabra innovación, donde el fenómeno se ve más bien conectado con la comercialización de nuevos productos y procesos en el mercado más que con un cambio en la tecnología que la sustenta. Este punto, es en realidad un problema bastante típico de la literatura de innovación, donde el concepto mismo es definido habitualmente en forma ambigua (Conway & Steward, 2009). Siguiendo a Brown (1997, p. 65) un concepto debe ser entendido como una ‘ocasión actual’ que emerge de la maquinaria y mecanismo donde el investigador, los elementos teóricos y cualquier otra entidad que participe en la creación del evento que es la emergencia del propio concepto. Desde esta concepción basada en los escritos de Deleuze y Guatari, los conceptos pueden ser visualizados como ‘dispositivos de ordenamiento’ del tiempo y del espacio. La innovación tecnológica sería entonces un concepto que hace posible la coherencia entre una serie de elementos que conforman los estudios de la innovación, y que invoca la llegada de nuevos elementos, tales como las teorías organizacionales, de la estrategia competitiva, tal y como son presentados en el artículo de Teece.

En éste análisis basado en procesos, Teece se convierte en parte de la creación de la mixtura entre previos estudios acerca de la innovación tecnológica, estrategia competitiva y gestión estratégica. Aún más, el investigador ‘puede ser visto como parte de variadas ‘máquinas’, cada una de las cuales se encuentra tratando de permitir la creación de su propio evento’ (Jensen, 2007, p.256). Es posible entonces establecer con claridad que la pregunta acerca de qué constituye innovación tecnológica –esto es, un nuevo computador, un dispensador de dinero automatizado, o una nueva droga contra el virus del Ebola- no es nunca una materia simple. Las políticas, decisiones, tácticas, estrategias, organizaciones, finanzas, marketing y la localización de los negocios de una organización, se han realizado en forma conjunta con los aspectos relacionados con la investigación, diseño y las

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operaciones. Aceptando que la innovación tecnológica es la ‘exitosa aplicación de nuevas ideas a productos y servicios’, se sigue entonces que dicho proceso ‘usualmente, requiere cambios en la organización y las estrategias que la soportan’ (Dodgson, Gann, & Salter, 2008, p.2).

El escrito de Teece puede ser entonces leído como un agenciamiento entre teorías económicas de la innovación tecnológica y aquellas que representan los estudios de la gestión y la estrategia competitiva. La aproximación de Teece al estudio de la gestión de la innovación tecnológica es relevante en la literatura, y genera un ensamble potente, demostrado por el alto impacto que sus ideas presentan con posterioridad a la publicación de su texto original. Sin embargo, a pesar de dicho impacto, toda ésta línea de estudios no reflexiona respecto de la naturaleza de los conceptos sobre los que construyen teoría. Es por ello que preguntar ¿qué es una innovación? se convierte en una necesaria tarea de quien desea estudiar en forma seria el citado fenómeno.

2. El Giro de los Estudios de la Ciencia, Tecnología y Sociedad

Desde el punto de vista de los Estudios de la Ciencia, Tecnología y Sociedad (ECTS), el problema de la tecnología no puede nunca separarse de aquellos aspectos no tecnológicos. Por ejemplo, la tecnología de software es inseparable de la tecnología de hardware. Además, no es posible separar los aspectos sociales del diseño del hardware y software respecto del hardware y software por sí mismo. Para mostrar el punto, la investigadora feminista de los ECTS Lucy Suchman nos muestra el ejemplo de la máquina fotocopiadora de Xerox, el cual desarrolla con lujo de detalles en su importante obra: “Human-Machine Reconfigurations” (Suchman, 2006). Siguiendo el trabajo de Donna Haraway, Suchman resalta la forma en que la gente enmarca, se relaciona y piensa acerca de la tecnología. En su ejemplo, Suchman realiza la pregunta: ¿Cuál es el borde de una máquina que lava las manos de una persona? ¿Qué parte pertenece a cada cuál? Las tecnologías toman aspectos de nuestras actividades y prácticas y las materializan, configurando las herramientas que se ajustan a cada actividad y/o práctica.

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En una suerte de auto reflexión sobre su propio trabajo, Teece ha comentado que su modelo ‘engloba un ancho arreglo de factores que han sido previamente considerados en el análisis económico de la innovación’ (Teece, 2006, p. 1132). En dicho sentido, la aproximación de Teece lee y es fuente a la ves de otros importantes actores, como son la OECD – Organization for Economic Cooperation and Development- Es ésta organización, la que ha definido el concepto de innovación como: ‘la implementación de un nuevo o significativamente mejorado producto (bien o servicio), o proceso, un nuevo método de marketing, o un nuevo método organizacional en las prácticas de los negocios, la organización del trabajo o las relaciones externas’ (OCDE, 2005, p.45). Es claro que los lineamientos para recolectar e interpretar datos de innovación (el llamado ‘Manual de Oslo’) muestra una clara sintonía con el trabajo de Teece. Existe una conexión entre el ‘ancho arreglo de factores’ que se relacionan con las áreas de marketing e innovación organizacional. Sin duda, tanto el Manual de Oslo; mismo que se ha transformado en un importante ‘punto de paso obligatorio’ (Latour, 1988) como el mismísimo desarrollo teórico de Teece; se definen por la mensurabilidad que le otorgan a la gestión de la innovación tecnológica. Aún más, el manual posee un marco teórico que ensambla un heterogéneo grupo de autores y teóricos de la innovación. De hecho, el manual muestra un rago de autores y teorías que van desde la destrucción creativa de Schumpeter, pasando por teorías económicas basadas en organización industrial, teorías sociológicas sobre la difusión de nuevas tecnologías, comprensiones evolucionarias de la innovación y teorías sistémicas como la famosa de Lundvall y Nelson (OCDE, 2005, p. 28-33), hasta algunas teorías acerca de la innovación organizacional (Lam, 2005). El de Teece, es un trabajo que se alinea perfectamente con ésta genealogía del concepto de innovación.

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En el centro del manual y de la aproximación de Teece, se encuentra el ejercicio de una particular clasificación de la industria. El autor hace participar a los actores de la industria en una matriz 2X2, la cual muestra a los ganadores y perdedores en el eje de las ‘y’ contra los innovadores y los seguidores en el eje de las ‘x’. Nuevamente los CTS, por intermedio de Neil Pollock (2011) nos ayudarán a entender ciertas implicancias de ésta clasificación y representación. De hecho, Pollock muestra cómo es que éste tipo de herramientas son activas en el mundo, es decir, no son sólo una representación de lo que sucede con los innovadores y sus seguidores. Como lo ha dicho con anterioridad Donald Mackenzie, podemos considerar ésta matriz 2X2 como una máquina que es ‘una fuerza activa en la transformación del medioambiente, no como una cámara que en forma pasiva se encuentra grabándolo’ (MacKenzie, 2006, p.12). El argumento es que la matriz entonces trabaja en un modo performativo con el lector de ésta particular mixtura de estudios de la innovación, estrategia competitiva y estudios de la gestión y las organizaciones (MOS por sus siglas en inglés).

Teece no se encuentra descubriendo una teoría de la innovación tecnológica, muy por el contrario, el autor se encuentra, en una parte al menos, construyendo una teoría de la innovación tecnológica. Es por ello que quienes participamos del estudio de la gestión de organizaciones, abogaremos por el uso de una matriz un tanto más compleja. Una matriz que ‘capture la fluidez y la ambigüedad del mundo social’ (Lightfoot, 2008, p. 371). Sólo entonces será posible generar una explicación más general del fenómeno de la gestión de la innovación tecnológica. Una matriz así, debería reflejar en forma cuidadosa, todos aquellos supuestos que provengan de la teoría y de las clasificaciones realizadas por el investigador. Una mirada más pragmática a la aproximación de Teece, nos muestra que ésta forma de construir el mundo se basa en ciertos “ladrillos” teóricos. La matriz utilizada, hace visible lo invisible y creativamente relaciona la teoría de la innovación con la literatura de la gestión estratégica. Pero al mismo tiempo, el autor produce un ‘Móvil inmutable’ (Latour, 1986) que puede ser trasladado por el grupo de lectores actuales y potenciales.

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La taxonomía utilizada por Teece conlleva una particular visión de la estrategia y de la innovación tecnológica. Como Bowker & Star, (1999, p.285) lo han comentado, las clasificaciones y las categorías son herramientas materiales y simbólicas. De hecho, agregan éstos importantes autores CTS, la comunidad rehace y remodela continuamente dichas herramientas y las clasificaciones relacionadas. Es por ello qie las relaciones entre innovadores y seguidores-imitadores necesitan ser observadas como entidades que se encuentran en emergencia y por ende que pueden cambiar en la dinámica industrial y temporal. Lo que requiere ser precisamente puesto en el centro del análisis es la pregunta cómo es que emergen los imitadores y los innovadores. El análisis de la construcción de la matriz requiere de mirar la historia y el desarrollo de las categorías de la innovación y de las identidades del innovador y del imitador. La aproximación de Teece –llamada en inglés Profiting from Innovation o PFI- alimenta actuales visiones sobre la gestión y la estrategia. De hecho, la PFI más el trabajo posterior del autor en capacidades centrales se ha convertido en la máquina conceptual perfecta que relacione espacios tales como las mejores escuelas de negocio del mundo con los casos ex post de innovadores exitosos (es decir, aquellas empresas que han logrado extraer mayor renta desde una innovación tecnológica). El marco teórico de Teece se encuentra informando –sea explícitamente o no- marcos conceptuales y de clasificación como es el manual de Oslo. Este agenciamiento entre actores que realizan política de innovación y quienes realizan teoría y educación que informa las decisiones de estudiantes del más alto nivel en el mundo es aún más poderoso que el que el mismo Teece ha construido a partir de hacer una mezcla entre gestión estratégica y estudios de la innovación. El agenciamiento muestra un continuo entre el análisis al nivel de la gestión estratégica y niveles económicos agregados. Esta es la caja negra que explica muchas de las políticas de innovación en variados países, donde el discurso de la innovación y emprendimiento se hace cada día más relevante, tanto a nivel de política pública como de la práctica privada.

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3. Abriendo la Caja Negra del Modelo PFI: Por una noción ‘humilde’ de Innovación Una alternativa que respete el concepto original de innovación, es decir, la raíz latina: ‘innovare’, deberá considerar aquellos aspectos ‘miméticos’ de la innovación, donde la partícula ‘in’, la que presenta el trabajo de la repetición y de la mejora, podría llevar la investigación presente hacia un análisis ‘humilde’ (Law, 1994) que considere el trabajo meticuloso y repetitivo que hay detrás de ella. Una potencial solución, que es la propuesta en ésta reflexión, será abrir las prácticas de dicho proceso, para de ésta forma abrir la ‘caja negra’ de los estudios de la gestión de la innovación tecnológica en las organizaciones. Esta es, la forma central de desafiar la sólida construcción en que éstos se han transformado en nuestro tiempo. Tal aproximación al estudio de la innovación, se logra estudiando la interacción de las entidades que conforman la red de relaciones entre las entidades que participa del evento que es la gestión de la innovación tecnológica.

Abrir la caja negra de los procesos que conforman la innovación tecnológica requiere localizarse en el bricolaje que día a día se realiza para llevarlos a cabo (Knorr-Cetina y Mulkay, 1983; Knorr-Cetina y Mulkay, 1983). El citado bricolaje, se compone de todo tipo de materiales y recursos intangibles (Pickering, 1995). El trabajo entonces demanda el estudio de las actividades mundanas, como es el que realizan los profesionales de manera repetitiva en su diaria rutina. De esta manera, se podrá conocer y entender aquellos aspectos relacionados con la novedad/innovare y/o la ruptura/tradición en el fenómeno de la innovación. Abrir la caja negra implica mirar entonces el continuo entre la tradición y la novedad como el centro y mayor dificultad de la gestión de la innovación tecnológica. Esto es realizar el estudio de la adaptación, fallas y fuerzas que se esfuerzan e interactúan cuando nueva tecnología se encuentra en desarrollo y es usada (Akrich et al., 2002, p. 203).

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Por otro lado, en el caso de Teece, la innovación es un problema que puede ser gestionado transformando la incertidumbre en riesgo, en base a la operación de la gestión. Es decir, mientras mejor sea el ‘view1’ del analista acerca de la situación, mayor será el nivel de renta que la compañía recibe desde el proceso de innovación tecnológica. Ninguno de los aspectos del día a día son relevantes en la aproximación de Teece. Un ejemplo de ello, es el bajísimo interés por el usuario. De hecho Teece lo menciona sólo un par de veces en su estudio fundacional. Sin embargo, Teece reflexiona sobre las relaciones que se dan en las organizaciones (redes de contratos y estrategias de integración) su aproximación es altamente idealista y no se interesa por aquellos aspectos del día a día que componen el bricolaje de la misma.

Por el contrario, abrir la caja negra de la innovación tecnológica, implica tomar en serio el llamado que realizan Akrich y Latour que invita a explicar la adaptación de los objetos técnicos por parte del usuario en términos de una ‘danza’ donde la inscripción, suscripción y su opuesto -la de-inscripción- son utilizados para describir las relaciones de actores humanos y no humanos que pueden adscribir, rechazar o negociar las prescripciones que los objetos traen consigo (Akrich & Latour, 1992, p. 261). Una aproximación humilde, buscará entonces generar preguntas alternativas, como es por ejemplo, ¿Cuáles son las condiciones bajo las cuales podemos actuar como si fuéramos innovadores? Esta pregunta nos mueve hacia las actividades en sí y no sólo al resultado que se sigue delas estrategias de las organizaciones. En consecuencia, esta pregunta sobre los fundamentos de la innovación, nos guía a la recolección conjunta de aspectos ligados con las relaciones materiales y nomateriales que existen entre las entidades que producen el fenómeno de la gestión de la innovación tecnológica.

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Se entiende ‘view’ como la operación de mirar las oportunidades para el la innovación tecnológica en proceso.

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El enfoque de Teece en cambio, da por sentado los fundamentos de la innovación. Su marco no se adentrará en el estudio de las elecciones detalladas realizadas por quienes diseñan nuevos productos/tecnologías. Por el contrario, trabajando desde los Estudios de la Ciencia, Tecnología y Sociedad, Steve Woolgar ha mostrado como es que el usuario es configurado ‘in tandem’ con la tecnología/producto diseñado (Woolgar, 1991). Esta línea dentro de los estudios de Ciencia, Tecnología y la Sociedad, ha llamado a investigar los procesos de ‘co-configuración’, entendido como la operación que explica ‘la configuración de los usuarios, con el proceso paralelo donde los diseñadores/ingenieros son a su vez configurados por parte de los usuarios y las organizaciones donde ellos trabajan’ (Mackay et al., 2000, p.757). La construcción de la propia identidad de los gestores, firmas e ingenieros y técnicos necesita ser analizada en detalle, toda vez que se espere lograr entender la ‘danza’ entre las entidades que conforman y realizan innovación tecnológica. (Summerton, 2004, p. 488)

4. Por una Aproximación Constructivista y Crítica a la Gestión de la Innovación

Desde la Teoría Actor-red (Callon y Latour, 1992) comprendemos cualquier entidad como constituida en la interacción con otras entidades, sean dichas entidades sujetos u objetos. Como consecuencia, la innovación tecnológica y la gestión estratégica se transforman en un actividad y negocio muy distinto al establecido por Teece. Más que una entidad fija, el innovador tecnológico, es mediado por objetos en una red de entidades. Como Hamid Ekbia y Bonnie Nardi (2012) lo han comentado claramente, en tal proceso, los objetos se encuentran en el centro de la construcción del sujeto -en esto, el paralelismo de la aproximación de éstos autores con Michel Serres (1982) es ciertamente notable. Los autores citados llaman a éste proceso: ‘objetivación’ (Ekbia & Nardi, 2012, p. 158). El proceso de la objetivación, explica cómo es que una tecnología particular -sea por ejemplo una tecnología de gestión o un producto de base tecnológica- conformará al innovador en su co-desarrollo. Bruno Latour, el padre teórico de la Teoría Actor-red, ha desarrollado una idea similar, levantando el concepto de inter-objetividad (Latour, 1996).

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Pero no basta con un enfoque simétrico y constructivista para entender el fenómeno de la innovación tecnológica. Como lo han comentado Hull y Kaghan (2000), la innovación tecnológica se relaciona en forma profunda con el fenómeno organizacional. En éste punto, los autores reconocen la existencia de un sesgo positivo hacia la innovación tecnológica en gran parte de la literatura que da cuenta de las organizaciones que innovan. Este sesgo puede enmascarar inequidades subyacentes y efectos no deseados que vienen aparejados al fenómeno de la innovación. En consecuencia, los autores realizan un llamado a crear una línea de investigación que interrogue los efectos de cualquier nueva tecnología y en general de los procesos de innovación tecnológica en aquellos quienes realizan el trabajo y se encuentran conectados como partes interesadas en la organización que se encuentra desarrollando dicho cambio.

Tomando en cuenta el llamado de Hull y Kaghan, los Estudios Críticos de la Gestión/Administración –ECA- (Alvesson & Willmott, 2014) pueden aportar también en producir esta necesaria interrogación a la gestión de la innovación tecnológica. De hecho, Hull y Kaghan reconocen que las críticas que apuntan al sesgo pro-innovación existente en la literatura tienen también a separar lo técnico y lo social, como si estos constituyeran dos diferentes avenidas. Los autores remarcan que en una buena parte de los ECA, persiste dicha separación analítica. Esta separación debe ser sujeto de escrutinio en el proceso de investigación, porque, como lo han comentado Michel Callon y Bruno Latour (1992); desde un análisis que se basa en el desarrollo de los Estudios de la Ciencia, Tecnología y Sociedad -CTS; la clasificación de qué es social y qué es técnico es una cuestión en sí misma. No se puede entonces tomar dicha clasificación como dada.

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En dicho sentido, autores como Robert Cooper; quien asumiera tempranamente en su trabajo un enfoque que cuestionó la separación entre lo social y lo tecnológico; comenta que las organizaciones que realizan innovación tecnológica y en general toda organización, no pueden ser estudiadas desde una ‘localización simple’. Por el contrario,

las

organizaciones necesitan estar muy atentas a la tendencia de la abstracción que se produce al pensar la complejidad que demanda la relación entre lo social y lo técnico. Como Sverre Spoelstra (2005, p. 108) lo ha remarcado, para Robert Cooper ‘las entidades (e identidades) no tienen localizaciones naturales, y tampoco tienen una esencia que las mantienen juntas…identidades, sujetos, y organizaciones son generadas, y continuamente requieren regeneración’. Este enfoque relacional para el estudio de las organizaciones, promueve un proceso donde es la relación entre entidades -sujetos y objetos- la que produce el fenómeno de la innovación tecnológica y en general todo fenómeno en el que participan las organizaciones.

Un marco como el comentado, cuestiona la categorización que define como entidades diferentes a la ‘innovación tecnológica’ y la ‘estructura organizacional’. Tal punto es ya bien conocido por los CTS, pero como ya se ha comentado, ha sido menos compartido en las tradiciones ECA. De hecho, las aproximaciones TAR, que se encuentran en el centro de la tradición CTS, han sido fuertemente criticados y acusados por su total falta de potencial para intervenir en términos de los debates sobre innovación y organización (Whittle y Spicer, 2008). Más aún, la TAR ha mostrado una aproximación radical en cuando a la ontología relacional y constructivista que ha sido criticada por su ‘gerencialismo 2 ’ (Ashmore, 1996). Sin embargo, Kaghan (2000) plantea que el ‘irreduccionismo’ de Bruno Latour (Latour, 1988; Harman, 2007) que se encuentra ciertamente presente en el trabajo sobre estudios organizacionales de Robert Cooper y en el trabajo sobre estudios de la innovación de Michel Callon, puede enriquecer el estudio de la gestión de la innovación tecnológica.

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Managerialism en inglés.

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De hecho, Kaghan (2000) realiza un llamado a abrazar un programa irreduccionista, donde el studio de la gestión de la innovación tecnológica pueda desistir de las divisiones entre lo social y lo tecnológico, lo ‘material’ e ‘ideal’ y lo ‘natural’ y ‘social’; haciendo eco profundo de los enfoques simétricos que promueve la TAR y en general el trabajo de Latour (1993). En la visión de Kaghan, tal enfoque se puede inspirar también en Marx, quien resolvió dichas divisiones con un análisis dialéctico del capital. Las mercancías – dentro de las cuales se encuentran las innovaciones tecnológicas- pueden ser consideradas como actantes y el proceso de comodificación como un tipo de ‘caja negrización’ –Black Boxing en la literatura TAR. Este movimiento teórico busca poner en el foco los llamados ‘mundos de la investigación 3 ’ (Latour, 1998) en donde se sitúa cuando el proceso de innovación tecnológica. La gestión y la innovación tecnológica no se encuentran a parte, ni tampoco una domina la otra. Kaghan agrega que la literatura de la TAR ha producido conceptos muy útiles para entender dicho proceso. El autor presenta el ejemplo de la ‘acción a distancia’ (Latour, 1987) el que brinda al investigador un marco para entender la importancia de los objetos como aspecto central del análisis de lo social. Para Kaghan, cualquier mercancía puede ser entonces redefinida como un ‘actante’ en el lenguaje de la TAR. Las innovaciones tecnológicas son objetos que juegan un importante parte en las relaciones de producción y consumo. Los humanos pueden también ser considerados como una mercancía–como es el caso de la ‘Labor Process Theory’4. Kaghan (2000: 346) explica que tanto Schumpeter como Habermas entendieron las mercancías emergiendo insertas en un mundo, nunca como elementos ‘mágicos’. Muy por el contrario, cada nueva innovación tecnológica creada, emerge en un largo proceso por lo cual la invención y la innovación fuerzan una negociación y renegociación entre un grupo de entidades heterogéneas, como en general en cualquier proceso de cambio tecnológico. Dentro de ésta aproximación, el dinero es un dispositivo que puede ser considerado como un intermediario en el intercambio. El dinero entonces poseerá todas las características que Serres le otorga a un intermediario y que luego Latour recoge en el concepto de intersubjetividad, ya previamente explicado en el presente texto. Como corolario, una 3 4

Research Worlds en inglés. Dejaremos el concepto en inglés, tal como lo propone Francisco José León (2010)

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aproximación irreduccionista y crítica comprenderá entonces el proceso de comodificación poniendo especial atención a los aspectos morales, económicos, tecnológicos, naturales e interacciones sociales y sus particularidades (Latour, 1999).

Un programa que busque entonces un análisis constructivista y crítico de la innovación tecnológica, nos permite posar nuestra mirada en los efectos inesperados de la gestión que se realiza para generar nuevos productos con base tecnológica. Una aproximación de éste tipo se encuentra muy lejana del programa PFI de Teece. Pero también se aleja de los desarrollos más recientes en la literatura de innovación abierta (Chesbrough, 2003) y de las críticas que desde dicho paradigma ha realizado por ejemplo Gary Pisano (2006) al programa de Teece. Las diferencias entre el paradigma constructivista-crítico con la PFI e incluso con la literatura que ha criticado a la PFI son ciertamente ontológicas y políticas. En el paradigma constructivista-crítico, un producto existe en una red de actantes heterogéneos en donde entidades materiales y no materiales lo van conformando. El producto es entonces una puntualización, un efecto relacional y a la vez, afecta otras entidades que participan en la red de relaciones en donde participa. Aunque Teece observa la gran importancia que posee las relaciones y los contratos entre los actores en la cadena de valor, el autor nunca problematiza la relación entre lo social y lo material que constituye un nuevo artefacto tecnológico. Aún más, el conceptualizar una innovación tecnológica como un ‘actante’ permite al proceso de investigación seguir una aproximación constructivista radical, misma que puede leer desde la tradición procesual presente en Marx (1972). Dicha lectura, puede ser realizada al seguir con cuidado la afirmación de Marx, donde el autor comenta: ‘la evolución de los medios de producción servirá como una máquina a través de la cual las relaciones de producción pueden ser transformadas’ (Kaghan, 2005: 2) y a la vez emplear el programa de la TAR y su herencia de la filosofía procesual. Una autora que ha sostenido con anterioridad un punto muy similar es Anne Fairchild Pomeroy. La Filosofa ha explicado en detalle como las abstracciones –como es el trabajo por ejemplo- conllevan un error ontológico. Ella ha comentado que ‘la exposición de Marx acerca del intercambio de trabajo por salario refleja la separación entre reproducción y producción y nos muestra la

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posibilidad de tratar a los seres humanos como un mercancía para propósitos de intercambio’ (Pomeroy, 2004: 154). Asimismo, la teoría marxista del valor-trabajo explica la imposibilidad de negar la relacionalidad irreducible –irreduccionismo- de las abstracciones realizadas a partir de momentos dialecticos de práctica concreta. Como consecuencia, en la práctica, las categorías son una mixtura. Pomeroy prosigue explicando que fallar en observar éste punto es un caso de la ‘falacia de la concreción mal situada lugar’

(Whitehead, 1927: 7-8). Dicha falacia, consiste en

considerar al humano como un completo, realizado, asentado y resultado actual de un proceso que ha tenido lugar en el pasado. Lo cual no es completamente incorrecto, pero es incompleto. Pomeroy (2004:157) afirma que cometer la falacia citada es, de alguna forma, ser gobernado por dichas abstracciones. La falacia nos lleva entonces a pensar que los humanos existen fuera de los procesos. En consecuencia, y considerando que el objetivo del capitalismo es la valorización del valor -o puesto en una manera diferente, la expansión5 de la plusvalía- que se realiza en el proceso productivo cuando un valor de intercambio es abstraído de su uso. Es entonces posible concluir que el capitalismo se sustenta en la valorización, a partir de la citada abstracción, y que es una forma activa y viva en la que se construye la citada falacia. En otras palabras, la lógica de la plusvalía siempre ha requerido de la ‘falacia de la concreción fuera de lugar’.

Es por ello que para comprender y deconstruir dicha falacia, se hace central el estudio del proceso de valorización o economización en el lenguaje de la sociología económica performativa (Çalışkan & Callon, 2009, 2010). El estudio de la economización podrá ser visto como un programa para comprender aquellos aspectos más críticos que se generan en el proceso de la gestión de la innovación tecnológica. En el centro de éste programa constructivista-crítico, se buscará entonces comprender cómo es que el proceso de comodificación es realizado y como es que las entidades heterogéneas que conforman y participan del mismo. De ésta manera, se intentará evitar la falacia de la concreción fuera de lugar, de la que nos advierte Pomeroy. 5

Esta expansión se obtiene por el intercambio de las mercaderías y los salarios de la fuerza de trabajo y tienen como prerrequisito de abstracción el cálculo de la mercadería.

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Para entender entonces la gestión de la innovación tecnológica en el contexto de la creación de nuevos productos, será necesario escudriñar el proceso por el cual el trabajo (la actividad humana en forma más amplia) se entrelaza con los objetos que quien trabaja utiliza y produce. Si no actuamos de dicha manera, corremos el riesgo de abstraer e inmediatamente llevar los resultados hacia una falacia que mire al ser humano fuera del proceso que éste realiza. Este es el verdadero valor agregado de la aproximación que ofrece, analíticamente la TAR.

Obviamente, las aproximaciones irreduccionistas pueden ser problemáticas cuando la interrogante se mueve hacia el estudio de la identidad del trabajador y otros humanos que participan del fenómeno organizacional. Tal como Paul Stenner ha explicado, el claro movimiento en la teoría social reciente que buscan utilizar una ontología plana para el análisis de los fenómenos, desenfocando las distinciones entre el sujeto y el objeto y llevando el foco de análisis hacia el término subjetividad (Stenner, 2008). Sin embargo, las mismas ‘corren el riesgo de retornar a un anti subjetivismo desolador’ (Stenner, 2008: 92). El autor agrega que para Whitehead la relación ‘sujeto-objeto se encuentra en la estructura fundamental de la experiencia’ (Stenner, 2008: 93). No es posible entonces deshacerse tan rápidamente de conceptos como la subjetividad. La sensación de auto-identidad requiere aún de un estudio acabado y minucioso.

No obstante, un programa irreduccionista nos mueve hacia solucionar varios de los problemas que ofrece el PFI. Primeramente, el problema del sujeto que participa en el proceso de la innovación tecnológica. Sujeto que se relaciona con la gestión de la misma. Para Teece, el sujeto no es parte del problema. Siguiendo una configuración individualista y economicista –homo economicus- sin reparo alguno, Teece construye un modelo que separa el sujeto del objeto desarrollado por el mismo. En otras áreas, la separación ha sido fuertemente criticada por programas irreduccionistas como la sociología económica (por ejemplo Callon, 1998, 2008). Adicionalmente, el gerencialismo que se establece en el marco creado por Teece, ha sido fuertemente criticado por los ECA, crítica que no es el objeto del presente texto, pero que invitamos al lector a revisar, sobre todo en la tradición

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de Robert Cooper, quien comprendió muy tempranamente la necesidad de abrazar un programa constructivista e irreduccionista que se los estudios críticos de la administración (Brown, 2011)

Conclusiones

El contenido de éste capítulo, buscó ligar dos aproximaciones al entendimiento de la gestión de la innovación tecnológica. La forma en que comprendemos un concepto y su aplicación, no es algo meramente teórico. Las aproximaciones a la innovación tecnológica generan o enactan -diríamos con Law y Mol- o incluso performan - diríamos con Callon y los performativistas. Es este poder performativo, el que debe ser considerado cuando terorizamos la innovación. Como hemos visto, las aproximaciones como el programa PFI deberían considerar el tipo de mundo que se encuentran construyendo cuando plantean las clasificaciones de innovadores y seguidores. Aún más, deberían ser utilizadas intentando, al menos en parte, una justa reflexividad respecto de su poder generativo en los gestores de la innovación. Sin embargo, si bien dicho esfuerzo reflexivo sería un avance respecto de la aplicación de una aproximación como el PFI, dicha reflexividad no es sufiencite. Para lograr comprender muchos de los

efectos inesperados de la gestión de la innovación tecnológica, será

necesario un programa irreduccionista y crítico. Uno donde el constructivismo material se una con el estudio de la economización y la deconstrucción de la falacia de la concreción mal situada. Tal es el proyecto que éste texto ha intentado delinear.

Mucho queda aún por hacer. Definir por ejemplo metodologías para avanzar por un camino que permita construir empiria para la aproximación constructivista-crítica. Junto con la metodología, será también necesario avanzar hacia una comprensión de la práctica en donde quienes realizan el proceso de la innovación tecnológica sean capaces de reflexionar sobre su quehacer. Es aquí donde la aproximación constructivista y crítica que se dibuja en éste texto debe ser utilizada con más cuidado. Esto porque si bien es claro que para solucionar la falacia de la concreción mal situada, es necesario descentral el sujeto, esto no implica que debamos olvidarnos del mismo. La tarea es buscar entender el fenómeno de la

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gestión de la innovación, sin volver a un humanismo que ha sido y sigue siendo tan utilitario a quienes buscan construir el poderío del capital sobre las personas.

Quedándose en el intersticio, es decir, en la mixtura de lo técnico y lo social. En la mezcla de los objetos y los sujetos, es posible que los analistas podamos ganar una mayor claridad en el proceso que hace a los ingenieros, técnicos y gerentes ser lo que son en las organizaciones en las que trabajan. Desde allí, será un poco más accequible la necesaria reflexibidad que puede llegar a ser el fundamento de un cambio más profundo en la relación trabajo-capital para la generación de nuevas innovaciones tecnológicas. Esta es la invitación que realiza esta aproximación constructivista-crítica.

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