El Hospital de Nuestra Señora de la Concepción: primer hospital de San Juan, Puerto Rico

July 12, 2017 | Autor: Martín Cruz Santos | Categoría: Colonial Latin American History, Historical Building Constructions, History of the City
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Descripción



Fray Iñigo Abbad y Lasierra, Historia Geográfica, Civil y Natural de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico (Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1979), 102.
Fernando Miyares González, Noticias particulares de la Isla y plaza de San Juan Bautista de Puerto Rico (Río Piedras: Revista de Historia de la Universidad de Puerto Rico, 1954), 43.
Boletín Histórico de Puerto Rico, Tomo VIII, San Juan, 1921, p.99.
Adolfo de Hostos, Ciudad murada. Ensayo acerca del proceso de la civilización en la ciudad española de San Juan Bautista de Puerto Rico [1521-1898] (La Habana: Editorial Lex, 1948), 405.
Francisco M. Zeno Vázquez, Historia de la capital de Puerto Rico (San Juan: Publicación Oficial del Gobierno de la Capital, 1959), 213.
Boletín histórico de Puerto Rico, Ibid.
Adolfo de Hostos, 407.
Ibid., 410.
Salvador Arana Soto, El hospital de Puerto Rico (San Juan: Asociación Médica de Puerto Rico, 1976), 41.
Adolfo de Hostos, 410.
María de los Ángeles Castro, Arquitectura en San Juan de Puerto Rico [siglo XIX] (Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico ,1980), 72.
Ibid., 74.
Fray Iñigo Abbad y Lasierra, 102.
Fernando Miyares Gonzáles, Ibid.
El Hospital de Nuestra Señora de la Concepción:
primer hospital de San Juan, Puerto Rico


Martín Cruz Santos, Ph.D.

Introducción

El Hospital de Nuestra Señora de la Concepción, primer hospital de San Juan, es el tema que abordaremos. Pretendemos, primero, profundizar el conocimiento de la historia de la Ciudad mediante el estudio de uno de sus edificios emblemáticos, albergue de una institución social imprescindible; y en segundo lugar, la apreciación estética y arquitectónica de dicho edificio en el contexto del desarrollo urbano colonial.
Dividimos el escrito en dos partes. Dedicamos una sección al estudio del trasfondo histórico del Hospital. En ese apartado consideraremos los orígenes del mismo y la síntesis del desarrollo posterior. La sección segunda es la parte central de nuestro estudio y presenta el edificio escogido en el contexto urbano de los siglos XVIII y XIX. La parte tercera contiene las conclusiones. Al final incluimos las fuentes bibliográficas.





El Hospital de Nuestra Señora de la Concepción: trasfondo histórico

A decir de Fray Iñigo Abadd y Lasierra, el edificio público de mayor utilidad y de mejor edificación en San Juan era el Hospital de Nuestra Señora de la Concepción. El juicio del benedictino es validado por Fernando Miyares en sus Noticias particulares de la Isla y plaza de San Juan Bautista de Puerto Rico. Un siglo después, el 27 de octubre de 1815, el Intendente Alejandro Ramírez escribía un suplicatorio al gobierno central respecto al Hospital de Pobres del Obispo Jiménez Pérez y alude al edificio en cuestión como uno espacioso y cómodo. ¿Cuál es la historia de tan importante lugar de apoyo a la salud de los desvalidos? ¿Cuándo fue fundado y cómo evolucionó en el tiempo? ¿Por qué unos autores lo describen como hospitalillo y otros como el Grande?
Los dos primeros hospitales fundados en San Juan se remontan al siglo XVI. En 1524 el vecino Pedro de Herrero fundó el hospital de la "Concisión o Concepción de Nuestra Señora", el segundo, cuya fecha no es precisa, llevó el nombre de San Alifonso o Ildefonso, adjudicado al Obispo Alonso Manso. El Hospital de la Concepción, como se le conoce hoy día, está localizado en la parte sur de la Ciudad cerca de la sede del gobernador, donde le bordea la muralla "que se extiende desde el límite posterior del patio de la Fortaleza a lo largo de la entrada al puerto hasta la esquina que se dobla frente al solar de la cárcel de la Princesa", según la descripción precisa del Historiador de la Capital. En sus orígenes fue un hospital para menesterosos que funcionaba en virtud de la caridad pública; lugar de limitaciones paupérrimas, "tan reducido y estrecho, que no cabían en él más de seis camas".
Pasaba el tiempo y las necesidades sociales imponían su inapelable veredicto. Un hospital responde al imperativo de atender a los enfermos en su proceso curatorio. Históricamente los hospitales han sido refugios para los necesitados, espacios para el reposo donde el paciente es recibido con hospitalidad. Eso fue el Hospital de la Concepción, aún con su estrechez material, para los pobres de San Juan. Así cumplió con el propósito para el cual fue fundado.
En el siglo XVIII ocupó la sede episcopal de la Isla el obispo Manuel Jiménez Pérez (1772-1781), de quien Iñigo Abbad y Lasierra fuera secretario y confesor. El Obispo tuvo particular interés en mejorar las condiciones del antiguo Hospital. Sin embargo, encontró resistencia de las autoridades militares, cuya omnipresencia no dejaba fuera ni las camas de los hospitales. Inicialmente Jiménez Pérez buscó permiso para asilar pacientes civiles pobres en el hospital militar. La práctica no era extraña en suelo español peninsular, pero no fue bien acogida por las autoridades en San Juan. Sí se permitía hospedar civiles, pero sólo si podían pagar por los servicios. No conforme con la obstaculización, los militares también se opusieron a que el prelado restaurara el edificio original, porque entendían que al estar junto a las murallas constituía un estorbo público. La parálisis de los servicios de salud causada por los militares duró hasta el 1810, cuando el Cabildo de la Ciudad instruyó a Ramón Power y Giralt, Diputado, solicitar a la Corona la ampliación del hospitalillo en vista de la negativa del Hospital de Infantería de recibir a los indigentes. La petición abrió otras disputas políticas mientras los pobres continuaban desamparados.
Antes, el Obispo había optado por continuar adelante con sus planes y construir un edificio mejor para recibir a los indigentes. Adquirió un solar ubicado al extremo oeste de la calle de San Sebastián, inició una campaña de recogido de donativos y comenzó la construcción en 1774. No escatimó esfuerzos hasta el punto de prescindir de edificaciones religiosas, si es que los materiales con que estaban construidos podían ser "reciclados" para la nueva encomienda:
"…en el mes de mayo de dicho año ordenó demoler la capilla del Calvario, en el Campo del Morro, para utilizar sus escombros, algunos de los cuales consistían de piedras labradas; agotados éstos, mando que sus parihuelas se cargaran en la vecina cantera de Casa Blanca y en alguna barrera cualquiera comprendida en los terrenos del rey".

A propósito del acto demoledor, el Dr. Salvador Arana Soto, médico e historiador, infiere que "la gente no era muy respetuosa y 'cometían allí torpezas', y el Obispo la hace derribar y emplea los materiales en la construcción del nuevo hospital ". Para nuestro estudio es inmaterial qué causó la decisión del prelado, pero sí es importante resaltar el ímpetu de éste en lograr el cometido de dotar a San Juan de un hospital mejor para atender a los pobres.
Contra viento y marea continuaron los trabajos de construcción entre la búsqueda de materiales y donativos, y las desavenencias con las autoridades civiles, hasta su culminación en 1780 y total equipamiento dos años más tarde. La capacidad de alojamiento era de 500 camas. El traslado de los primeros dolientes, que procedían del hospital real de Santiago, aconteció el día 3 de junio de 1780. Pero no por mucho tiempo se vería realizado el sueño del fraile y obispo, ya que un plan para unir los hospitales de San Juan en uno sólo, para ofrecer un mejor servicio a los militares, tomó concreción tras la declaración de guerra entre España e Inglaterra en el año 1779. Fray Manuel Jiménez Pérez, por obligación o consentimiento voluntario, ofreció a las autoridades civiles el uso del hospital sin perder la propiedad del edificio y reservándose un aljibe para brindar ayuda a los pobres.
El hospital quedó en manos de los militares hasta muchos años después, y aunque mudó el nombre a Hospital Militar, nunca dejó de ser para el imaginario popular, el Hospital de la Concepción el Grande, "para distinguirlo del hospitalillo del mismo nombre". El antiguo hospital del siglo XV continuó ubicado en el mismo lugar que antaño. En 1781 fue reparado, pero no albergaba pacientes debido al temor de la población dada la cantidad de muertos en el lugar a causa de la tuberculosis.
El obispo fundador del hospital murió el 24 de agosto de 1781 y sus restos fueron depositados en la Catedral de San Juan.
El Hospital de Nuestra Señora de la Concepción en el contexto urbano de San Juan delos siglos XVIII y XIX
La centuria decimonónica de la Capital fue heredera de la arquitectura oficial, civil y religiosa que trascendió la segunda parte del siglo anterior. María de los Ángeles Castro considera que el Hospital de Nuestra Señora de la Concepción es "la obra de mayor envergadura que se construye durante esta centuria (siglo XVIII)". El artífice del proyecto de construcción fue el arquitecto Bartolomé Fammí. La extensa descripción del edificio caracteriza la estructura y la estética del lugar:
"La planta, de dos pisos, formaba un rectángulo con las distinta dependencias repartidas en torno al patio central, con arquerías de medio punto, debajo del cual se encontraban los aljibes. En el extremo izquierdo quedaba la capilla dividida en cuatro tramos iguales más el del presbiterio, poco más ancho que los anteriores. Toda su fachada anticipa la sobriedad y el clasicismo que, como nota predominante, caracterizará la arquitectura sanjuanera del siglo XIX. La portada de la iglesia está formada por dos cuerpos animados con pilastras de capitel toscano en el inferior y jónico en el superior. Un tímido frontón rematado en cruz acusa su centro mientras cuatro florones imparten verticalidad destacando el acceso a la capilla dentro de la línea eminentemente horizontal del edificio. La entrada del hospital repite en menores dimensiones el cuerpo bajo de la anterior mientras que el segundo lo resuelve con el típico balcón abalaustrado. Completa la visión frontal del edifico la cornisa que corona el conjunto y la forma en la cual se destaca el ángulo de la extrema derecha mediante el empleo de otro elemento recurrente en San Juan: el almohadillado. Todas las ventanas son adinteladas con balcones abalaustrados en tres de las del segundo piso. La estructura refleja la línea descendente de la calle donde está situada".

Toda una belleza delicadamente simétrica acompañó la dimensión útil del hospital. Iñigo Abbad y Lasierra, testigo de lugar, pues asistía al Obispo Jiménez Pérez durante los difíciles años de la batalla por el Hospital, fue efusivo y elocuente al expresar su visión sobre la estructura del mismo:
"El edificio más útil y bien construido es el Hospital Nuestra Señora de la Concepción; forma un cuadro perfecto, con cuadras dobles en los dos lados de oriente y mediodía, sostenidas por el centro sobre hermosos arcos, con cuatro órdenes de cada una, pudiéndose acomodar 500 enfermos con distinción de personas y enfermedades. En la parte norte están las oficinas y habitaciones de los sirvientes; en la del poniente está la iglesia, que es capaz y hermosa. La plaza del centro la ocupan dos primorosas cornisas. Las dos portadas principales son de excelente sillería, perfectamente entalladas de exquisitas molduras y relieves coronados de blasones, formando entre las dos a la parte del mediodía un frontispicio majestuoso, cuya utilidad, situación y hermosura se lleva la atención de todos".

Fernando Miyares, quien, como mencionáramos, validó la opinión de Abbad y Lasierra, complementa la visión favorable a la entidad de salud al decir categóricamente que el hospital fue fundado con "la dotación correspondiente de profesores, medicina, practicantes demás sirvientes; cuyo aseo, buen método e interior anexo, produce los más favorables efectos en la salud que fácilmente consiguen los acciones".
Con la llegada del siglo XX y del cambio de una milicia por otra, la española por la estadunidense, el Hospital pasó por metamorfosis condicionada a los intereses de quienes lo tuvieron a cargo. Con fines militares, fue unido al Cuartel de Ballajá mediante un puente para convertirlo en parte del Hospital General Rodríguez. El puente desapareció posteriormente y los dos edificios quedaron separados de su etapa siamesa.
En la actualidad el edificio alberga parte de la infraestructura de la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico después de ser restaurado como parte de los preparativos para le conmemoración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América en el año 1992.


Conclusión
El Viejo San Juan es la ciudad más antigua de Puerto Rico y la heredera de Caparra, primer asentamiento hispano en suelo puertorriqueño. La historia de San Juan fascina como su arquitectura colonial, las calles angostas, los adoquines, los edificios públicos, las viviendas particulares y los imponentes castillos de la Ciudad Murada. Hurgar en la historia de un edificio colonial sanjuanero requiere detener la mirada incisiva sobre las palabras y las cosas vistas por el sujeto y otras perspectivas que han plasmado por escrito las vivencias y las conclusiones de esas experiencias. La construcción de las visiones diversas propicia ópticas multidisciplinarias gracias a la curiosidad acuciante de historiadores, arquitectos, planificadores y otros investigadores.
Un mismo espacio urbano, el Hospital de la Concepción, es el Grande y el pequeño, el militar y el abandonado por la milicia. La belleza, la utilidad y el orgullo de conservar lo restaurado ha de guiarnos a restaurar conocimientos o a rechazarlos cuando ya no nos sirven para entendernos y comprender la vida nuestra. De un lugar pequeño e insignificante, a pesar de estar enclavado a pasos de La Fortaleza, trasladó el hospitalillo el dedicado religioso Jiménez Pérez a uno espacioso y de múltiples posibilidades de uso en la Calle de San Sebastián. De nutrida belleza arquitectónica, como la describe la Dra. María de los Ángeles Castro, cónsono con los elogios de los autores dieciochescos citados, el edifico del otrora Hospital de Nuestra Señora de la Concepción el Grande, continúa siendo albergue de sanación espiritual, pues allí son atendidas las urgencias de las artes plásticas, que ya no los heridos de las guerras antiestéticas.
En fin, probablemente quedan aspectos que merecen la atención y el análisis posterior. Me basta por el momento haber hecho una incursión inicial a modo de embocadura, pues continuaré caminando por las calles del Viejo San Juan y mirando hacia todos lados, porque todo está impregnado de historia.












Bibliografía
Abbad y Lassiera, Fray Iñigo. Historia geográfica, civil y natural de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico. Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1979.
Aguirre Medrano, Fidel. Historia de los hospitales coloniales de Hispanoamérica, Vol. VI. Bogotá: Editorial Presencia, 1992.
Arana Soto, Salvador. El hospital de Puerto Rico. San Juan: Asociación Médica de Puerto Rico, 1976.
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Brau, Salvador. Historia de Puerto Rico. Nueva York: D. Appleton y Compañía, 1904.
____________. La colonización de Puerto Rico. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1966.
María de los Ángeles Castro, Arquitectura en San Juan de Puerto Rico [siglo XIX] (Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico ,1980).

De Hostos, Adolfo. Ciudad murada. Ensayo acerca del proceso de la civilización en la ciudad española de San Juan Bautista de Puerto Rico [1521-1898]. La Habana: Editorial Lex, 1948.
________________. Crecimiento y desarrollo de la ciudad de San Juan [Ciclo de conferencias sobre la Historia de Puerto Rico]. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1957.

Miyares González, Fernando. Noticias particulares de la Isla y plaza de San Juan Bautista de Puerto Rico. Río Piedras: Revista de Historia de la Universidad de Puerto Rico, 1954.
Sepúlveda Rivera, Aníbal. San Juan: historia ilustrada de su desarrollo urbano (1508-1898). San Juan: Centro de Investigaciones CARIMAR, 1989.
_____________________. Puerto Rico urbano: atlas histórico de la ciudad puertorriqueña (4 tomos). San Juan: Centro de Investigaciones CARIMAR, 2005.

Zeno Vázquez, Francisco M. La Capital de Puerto Rico, bosquejo histórico (1508-1947), ensayo aprobado por el Segundo Congreso Histórico Municipal Interamericano celebrado en la ciudad de New Orleans, E.U., en el año 1947. San Juan: Editorial Casa Baldrich, 1948.
________________________. Historia de la capital de Puerto Rico. San Juan: Publicación Oficial del Gobierno de la Capital, 1959







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