El gremio de plateros de Toledo en los siglos XVII y XVIII: Patrimonio, Culto y Fiestas

June 16, 2017 | Autor: I. Garcia Zapata | Categoría: Toledo, Orfebrería y platería, Plateria
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Descripción

El Gremio de Plateros de Toledo en los siglos XVII y XVIII: Patrimonio, Culto y Fiestas IGNACIO JOSÉ GARCÍA ZAPATA* Universidad de Murcia

En la ciudad de Toledo, del mismo modo que en otras localidades de España, los artífices de la plata se agruparon en un Gremio que a su vez cumplía con las funciones religiosas propias de una cofradía o hermandad. Tal y como es normal en este noble arte, se constituyeron bajo la advocación de San Eloy, patrón de los plateros. Su sede radicaba en el convento de Nuestra Señora del Carmen, lugar donde se albergaba la imagen de San Eloy desde al menos el año 1320, según se precisa en un documento de 17001. En una capilla de este convento se daba culto a la efigie del patrón y en dependencias del mismo tenían lugar las reuniones ordinarias y extraordinarias del gremio, a la vez que se utilizaba como archivo de la cofradía y sede del extenso patrimonio que va a ir acumulando a lo largo del tiempo. Sin embargo, a comienzos del siglo XIX, tras la llegada a Toledo de las tropas francesas, el convento va a ser uno de los que más sufra la ira de los soldados en 1809 y en 1812, incluso en este último año fue pasto de un incendio que apenas dejó nada en pie2. A raíz de ello, las cofradías establecidas en dicho convento tuvieron que buscar otro emplazamiento. La Cofradía de la Vera Cruz logró poner a salvo su patrimonio en la iglesia de la Magdalena, mientras que la escultura de San Eloy fue trasladada al * Este trabajo se realiza dentro del marco de una beca FPU del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (FPU 14/00855). 1 Archivo Municipal de Toledo (en adelante AMT). Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 194v. A comienzos del siglo XVIII la imagen de San Eloy es sacada del convento del Carmen sin autorización, y tras la problemática surgida se hace constar por Juan Cabanillas, escribano de la cofradía, que la escultura ha sido restituida al lugar que tiene establecido hace más de trescientos ochenta años. 2 R. RAMÍREZ DE ARELLANO, Estudio sobre la historia de la orfebrería toledana. Toledo, 1915 (2002), pp. 410-411. Al finalizar este estudio, Arellano añadió una serie de notas referentes a la Cofradía de la Vera Cruz, sita en el mismo convento que la de San Eloy y, por tanto, con el mismo infortunio.

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templo de San Nicolás de Bari3, donde se encuentra en la actualidad un San José del artista murciano Francisco Salzillo procedente del mismo convento4. Se desconoce el paradero de la imagen en la actualidad, aunque es posible que haya desaparecido. Sin embargo, hace escasos años se recuperaron mediante una donación al Archivo Municipal de Toledo diferentes documentos referentes a la Cofradía de San Eloy de esta ciudad5. Este patrimonio documental, aunque no abarca toda la historia de la hermandad, debió de salvarse de los acontecimientos antes mencionados en 1809 y 1812. Es una documentación que se creía perdida y que corresponde a la puesta de manifiesto en 1915 por el estudioso Ramírez de Arellano, en su obra Estudio sobre la historia de la orfebrería toledana6. La Cofradía de San Eloy de Toledo se funda el 24 de junio de 1423, coincidiendo con la onomástica del patrón. El mismo día, pero cien años más tarde, en 1524, la regla que regía la cofradía es renovada, estableciéndose una serie de veintitrés capítulos tangentes a los intereses socio-económicos del gremio y a las cuestiones religiosas. Años después, en 1555, van a ser aprobadas por el arzobispo de Toledo, Juan Martínez Silíceo, las nuevas ordenanzas, que en 1577 van a ser modificadas (lám 1)7. Patrimonio artístico del Gremio de Plateros de Toledo En el primer libro de acuerdos conservado, que abarca desde 1639 a 1712, no se encuentra ninguna referencia a la autoría ni a la fecha de ejecución de la escultura a la que la cofradía rinde honores: San Eloy. La única mención, que ya ha sido señalada, se halla en el segundo libro de acuerdos. A tenor de lo indicado, una imagen del santo ya existía en el siglo XIV. No obstante, pudo labrarse otra imagen del santo patrón con posterioridad. Una de las cuestiones más curiosas que se produjeron en torno a la imagen de San Eloy tuvo lugar en el año de 1700. Para esas fechas, los mayordomos Juan de Jarauta y Nicolás Cordero, con la excusa de que iban a retocar la imagen, engañaron a los religiosos del convento para sacarla y llevarla hasta la iglesia de Santa Justa, junto a otras alhajas. Este hecho acarreó una gran disputa, dado que en principio sólo tenían permiso para apear el retablo con el objetivo de que fuera dorado con 3 AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 2, f. 118r. Aunque en la documentación referente a aquellos convulsos años no consta que la imagen de San Eloy sea trasladada, en los cabildos de varios años más adelante, realizados ya en la iglesia de San Nicolás, se va a precisar que es allí donde está depositada la escultura. 4 J. NICOLAU CASTRO, “¿Una obra de Francisco Salzillo en Toledo?”. Toletum nº 13 (1982), pp. 281-287. 5 R. GARCÍA ASER y M. GARCÍA RUIPÉREZ, “El archivo de la cofradía de San Eloy del arte de la platería de Toledo”. Archivo Secreto nº 2 (2004), pp. 384-389. 6 R. RAMÍREZ DE ARELLANO, ob. cit. 7 M. PÉREZ GRANDE, Los plateros de Toledo en 1626. Toledo, 2002, p. 35. El libro con las ordenanzas se halla en el Archivo Diocesano de Toledo. Éstas han sido abordadas por Ramírez de Arellano en su Estudio sobre la historia de la orfebrería toledana. R. RAMÍREZ DE ARELLANO, ob. cit., pp. 37-45 y 176-198.

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mayor facilidad. Lo que supuso una acusación directa hacia los mayordomos por el robo de la imagen y su ornato, agravada por la indecencia de llevar la escultura por las peligrosas calles de la ciudad. El suceso, descrito por el escribano Juan Cabanillas, tiene una segunda parte en la que se informa de la resolución del conflicto. Puesto en conocimiento del Consejo de Gobernación, este organismo apresó a los mayordomos y ordenó, que bajo pena de continuar encarcelados, debían de devolver a su lugar la escultura y sus alhajas. Todo se resolvió como narra el escribano. Ya caída la noche, los hermanos aguardaban dentro de la portería, pero impacientados porque no llegaba la efigie salieron a la puerta, hallándose en ella a la escultura, que rápidamente fue dispuesta en procesión hasta el interior con el canto del Te Deum8.

LAMINA 1. San Eloy bendiciendo a un pobre. Ordenanzas del Gremio de Plateros de Toledo (1577). Archivo Diocesano. Toledo. 8

AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 194r y v.

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Durante el siglo XVII una de las principales preocupaciones del gremio va a ser la mayor decencia de los bienes albergados en el convento. Un patrimonio compuesto por la imagen, el retablo, el altar, estandartes y diversas alhajas, que va a ir en aumento durante esta centuria. En ocasiones conforme a los acuerdos adoptamos en junta y, en otras, por la generosidad sobre todo de los plateros miembros de la cofradía. Éste es el caso de la renovación de la insignia y del frontal del altar acaecida en 1677, por mediación de la familia Pérez Montalto, el padre, Antonio, y el hijo, Miguel, que en aquel momento ocupaban el puesto de altareros, a la vez que el primero era alcalde ordinario de la ciudad: “… por su debozion renovaron la insignia deel Señor San Eloi y le hizieron las Andas en que esta puesto y le dieron los Ramilleteros de bronze y los Remates de los brazos de las andas y las orquillas y Renobaron el frontal y dieron la tarima que esta delante del altar para piso de el Sazerdote y dieron la sabana de Angeo que esta clavada sobre el altar y las Cortinas que tiene el Santo y el baculo de plata y el adorno de la tablilla de las palabras de Consagracion y la tabla del jubileo escrita en Romance…”9. Los Montalto no sólo se conformaron con donar estos enseres sino que además regalaron el arca para guardar todos estos objetos. Incluso aprovechan la ocasión para solicitar que se cuiden todas las alhajas con el mayor respeto y decoro, a la vez que animan al resto de hermanos a incrementar el patrimonio de la cofradía para la gloria de la hermandad. En esta obsequiosa donación puede verse por parte de esta estirpe de plateros un intento de destacar como benefactores del gremio de plateros, lo que sin duda les acarrearía mayor prestigio entre los hermanos10. No obstante, no fue ésta la única actuación de Antonio Pérez de Montalto en este sentido. Años antes, en 1659, cuando ocupaba el cargo de mayordomo junto a Luis de Cuellar, cubrió por su propia cuenta el dinero que faltó de la renovación del altar que se ejecutó ese año. Una labor que fue financiada por todos los plateros con sus limosnas, pero que al no ser suficientes tuvieron que ser los mayordomos quienes aportasen lo restante. A esto hay que añadir que ese mismo año se recuperó el jubileo que estaba perdido y que, nuevamente, por el mayordomo fue repuesto y sufragado11. La devoción al santo iba a propiciar diferentes regalos por parte de distintas personas. Por ejemplo, Alejandro Gómez y su mujer donaron una sábana rica con puntos y Juan de Arena dio un palio de soles forrado en tafetán12. Una de las grandes actuaciones que acometió el gremio a finales del siglo XVII 9 AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 92r. 10 En una nota aparte se indica que también dieron las palabras de consagración realizadas en ágata y la sábana blanca del altar junto a otros elementos. 11 AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 25v. 12 AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 172r.

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fue el encargo de un nuevo retablo para la imagen de San Eloy. Previamente, se ordenó en cabildo el estudio del retablo existente para ver su estado y si era necesario o no la realización de uno nuevo, lo que demuestra que los pasos andados por la cofradía se daban con el máximo cuidado y sensatez. En la junta de julio de 1693 se nombraban a Jacinto Bautista y Juan de Jarauta como comisarios para el estudio de un nuevo retablo13. A finales de agosto los comisionados presentaron en junta a José Machín y a Juan Bautista como maestros para desarrollar la renovación del retablo. El primero demandó por la obra mil seiscientos reales de vellón, mientras que el segundo pidió mil quinientos, una cifra que fue rebajada en quinientos reales por el primer artífice, quien finalmente se adjudicó las obras por valor de mil cuatrocientos cincuenta reales de vellón. El modelo a seguir era el retablo que poco tiempo antes se había hecho, casi con toda seguridad por el mismo ensamblador, para Santa María Magdalena de Pazis en la iglesia del convento14. Los mismos comisarios, junto a Juan de Cabanillas, se encargarían de la supervisión de las obras y de que antes de la Cuaresma del próximo año estuviese todo colocado15. En ese mismo cabildo se aprobó el encargo de un nuevo altar al mismo José Machín. En octubre del año siguiente finalizaron las obras del ensamblaje del retablo, pagándose lo acordado más ciento cuarenta y tres reales que costó la mesa de altar16. Las obras del nuevo retablo prosiguieron algunos años más hasta su total finalización. En cabildo de junio de 1695 se aprobó el pago del coste que supuso dorar la peana de la imagen de San Eloy, una cantidad que salió de los doscientos reales que Juan de Cabanillas tenía depositados en su poder17. Cinco años más adelante, en un nuevo cabildo se tomó la decisión de dorar todo el retablo, una tarea que fue controlada por Jacinto Bautista18. No fue fácil la financiación de este trabajo, dado que en 1702 van a tener que vender cera por orden del visitador del arzobispo para poder acabar de dorar el retablo19. Era costumbre todos los años anotar la relación de bienes que eran entregados de unos mayordomos a otros para su custodia. A principios del siglo XVIII el patrimonio de la cofradía constaba de20: “Primeramente la insignia deel santo y lo nuevo con su altar y dos savanas y una palia, frontal de piedra la una tallada y otra de pintura con su marco dorado y negro: y en el medio del altar y retablo sus palabras de la consagracion en piedra mármol y en el altar su ara consagrada su cruz de madera dada 13 14 168-170. 15 16 17 18 19 20

AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 169r y v. R. RAMÍREZ DE ARELLANO, Catálogo de Artífices de Toledo. Toledo, 1920 (2002), pp. AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 169v. AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, ff. 174v y 175r. AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 175v. AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 193r y v. AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, ff. 205r a 206v. AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, ff. 222v a 223v.

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color y su tarima a los pies del altar y una tabla de las gracias y indulgencias mas insignia su mitra con nueve piedras engastadas, otra en el pectoral grande mas tiene su baculo de madera y otro de bronze dorado y piedras en el tiene su peana de madera dorada y para que sirva (…) dadas de color y por remates cuatro volas de vronze con sus engastes tiene cuatro rarillas de vronze lisas las cuales sirven para flores sobre la peana cuando se lleva el santo en prozesion tiene mas sus cortinas de taffettan carmesí con sus encajes de plata zintas zenefas… tiene mas otras cortinas de damasco negras con su encaje de oro falso para los advientos con su zenefa… tiene mas un velillo de plata el qual sirve para poner delsante del santo por cortinas tiene mas una mangitta la cual sirve para meter el remate del vaculo pastoral y es de tafettan carmesí con sus cordones y encajes y flecos de oro… tiene mas cuatro orquillas de madera doradas sirva para llevar al santo en prozesion tiene mas una santa Cruz de plata dorada y piedras la cual para en casa de Manuel Velázquez y se pone en el pecho del santo cuando va en prozesion y tiene obligazion a darla tiene mas cuatro faldones de damasco carmesí blanco para las andas del santo tiene mas un estandarte de damasco blanco con su felcadura blanca y encarnada todo alrededor cordonadura de lo mismo y su escudo y tarjetta de la insignia del santo bordado de plata y oro y en el revés otro de armas tiene dicho estandarte su vara dorada y su cruz y remates de plata y es acuerdo anda de llevarla los señores visitadores o el mas antiguo hermano de la nuestra hermandad y tiene un paño de difuntos de felpa o terciopelo negro guarnezido alrededor con sus aparejo de oro y a las esquinas cuatro muertes bordadas y en medio del una targetta y escudo bordado de plata… y tiene mas una arca de madera grande con dos llaves en que guardan todas estos vienes que la una tiene el escribano y otra los maiordomos y tiene una arca y llave en que se guardan 185 livras de zera propia de la hermandad del señor san Eloi, y que se esntrega a los señores maiordomos…

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tiene mas dha hermandad unatavla del glorioso santo que para en poder de la señora Maria mujer del señor Dionisio ntro hermano…”. El paño antes descrito se elaboró en 1659 con el dinero que cada año pagaba el doctor Pedro González, dado que el anterior se encontraba en mal estado21. Mientras que el estandarte se acuerda hacer en 1704 con el objeto de sacarlo en las procesiones, debido a que la cofradía carecía de este elemento en comparación con las otras agrupaciones de la ciudad22. Culto a San Eloy, patrón del Gremio de Plateros de Toledo Todo este patrimonio tenía por finalidad la exaltación de la serie de cultos que la cofradía celebraba a lo largo del año, tanto de forma ordinaria como extraordinaria. El gremio cumplía con unas funciones religiosas y benéficas, con un fin piadoso y asistencial, tal y como demandaban las ordenanzas de la institución. El marcado acento devoto que tenía la hermandad hay que considerarlo en una sociedad que estaba regida diariamente por lo religioso. Por este motivo, en el desarrollo normal del gremio estaban muy presentes diversas festividades religiosas, unos acontecimientos que celebraban solemnemente, rigiéndose por una serie de ordenanzas para el buen cumplimiento de las mismas. La principal de las conmemoraciones era la que tenía como protagonista al patrón de la cofradía: San Eloy, una fiesta que correspondía al 25 de junio y que marcaba el inicio del año administrativo del gremio23. El capítulo primero de las ordenanzas establecía el desarrollo de la misma de la siguiente manera: “Ordenamos y establecemos que lo solenizemos cada año la fiesta de señor sancte eligio que es otro dia siguiente de señor san Juan bautista a veinte y cinco de junio en esta manera. Primera mente que han de decir los frayles nuestros hermanos en el dicho monasterio de nuestra señora sancta del carmen vísperas mui solenes el dia de señor san Juan que es vegilia de la dicha fiesta y las vísperas y otro dia siguiente que es el dia de señor sant eligio que assi mismo digan dichos frayles nuestros hermanos una missa solenemente con diacono y sodiacono en la mejor manera que se pudiere y con procision por la claustra con la imagen de señor san eligio y llevando todos candelas encendidas en las manos y que todos los nuestros hermanos cofrades 21 AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 25r. 22 AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 210v. 23 Un ejemplo de la importancia de la conmemoración de San Eloy fue la indignación por parte de los cofrades con el mayordomo, Francisco de Cuellar, quien por irse a la feria dejó sin fiesta a la cofradía en 1643. AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 10v.

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seamos obligados de venis a las dichas bisperas y missa y qualquiera dellos que asi no viniere pague una libra de cera de pena si viniere en las bisperas después de dichos los tres primeros salmos no paguen mas de media libra y si viniere a la missa después de dicho el evangelio así mismo incurran en pena de media libra de cera todo esto saluo si diere escusa legitima ase de pagar a los dichos frailes nuestros hermanos por su derechos de bisperas y procesion y missa y sermón y responso lo justo y que este dicho dia de la fiesta se paguen las luminarias el precio de la qual es un Real que a de dar cada uno de los nuestros hermanos en reconocimiento para los gastos de la nuestra hermandad y queremos porque la fiesta de señor sant eligio sea bien guardada y solenizada según deue ser y es costumbre en otras partes que ningun platero no sea osado en su dia de trabajar ni abrir tyenda so pena de dos libras de cera para la nuestra arca”24. Como se puede ver, la fiesta se celebraba en dos fechas, el 24 se realizaban las vísperas del día grande y el 25 era la jornada en la que la imagen de San Eloy salía en procesión por el claustro, acompañada por los hermanos que portaban velas encendidas en sus manos, acto para el que eran necesarios las andas y diferentes ornatos antes citados. Previamente, tenía lugar una solemne misa con la participación de diácono y subdiácono. En 1577, dado que muchos cofrades se iban a celebrar la fiesta de San Juan Bautista, se estimó oportuno que para evitar que las vísperas y fiestas de San Eloy no se pudieran hacer con la concurrencia y veneración adecuadas se trasladará la celebración al día de su octava, siempre que por tales motivos no fuera posible realizarla en su jornada habitual25. Una parte muy importante de lo estipulado al respecto es el capítulo relativo a las penas que se imponen por el gremio a todo aquel miembro que no acuda o asista en parte a los diferentes actos de estos días. El castigo más oneroso tenía como objetivo que ningún platero abriese su tienda el día de la onomástica de San Eloy, bajo pena de dos libras de cera. También en el capítulo número veintitrés se prohibía la organización de autos o representaciones en esta jornada, dado que estos alteraban y alborotaban a los cofrades en tanto que estaban más preocupados en buscar un buen sitio para verlos que de atender la misa. De modo que sólo se permitía la asistencia de ministriles y música de cantores, a lo que los hermanos debían de contribuir con doce reales. En el capítulo veinticinco de las ordenanzas se disponía asimismo la conmemoración del tránsito de San Eloy. Una celebración que se desarrollaba el primer domingo del mes de diciembre, para la cual la cofradía acudía al monasterio del Carmen donde asistía a misa y rezaba por los hermanos difuntos26. 24 25 26

R. RAMÍREZ DE ARELLANO, Estudio sobre la historia… ob. cit., pp. 179-180. M. PÉREZ GRANDE, ob. cit., p. 44. Ibídem, pp. 43-44.

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A la hora de tratar la fiesta de San Eloy en el libro de acuerdos siempre se suele emplear la misma fórmula, en la que consta que se ha celebrado la fiesta en el día indicado, en el convento del Carmen, con su misa, sermón y procesión, tal y como tienen establecido en las ordenanzas. En algunas ocasiones se incluyen pequeñas notas al margen, donde se dan diversos datos de interés; por ejemplo, se menciona que el Santísimo estuvo descubierto todo el día, lo que debe entenderse como una exposición continuada del Sacramento. Los gastos de las fiestas en honor al santo patrón quedaban anotados en las cuentas que anualmente presentaban los mayordomos. Por ejemplo, en 1667 los diferentes estipendios y su cantidad quedaron de la siguiente manera, aunque poco van a variar a lo largo de los años27: “mas ciento y ochenta y cinco r. que se dio a la música por su asistencia que balen seis mil y trescientos y noventa m. mas treinta r. a los ministriles que asistieron a la fiesta que balen mil y veinte m. a el Combento de sus derechos treinta r. que balen mil y veinte m. Limosna al predicador cinqta y quatro reales que balen mil y ochocientos y treinta y seis m. de las yerbas diez y ocho R. balen seiscientos y doce m. al portero por su asistencia diez y ocho r. balen seiscientos y doce m.”. Una de las cuestiones más curiosas con respecto al ornato que debe lucir San Eloy en la jornada de su festividad tiene que ver con el número de luces que se le han de poner para su iluminación. En cabildo de 1666 se adoptó una medida extraordinaria para limitar el gasto superfluo que acarreaba el excesivo número de luminarias que se le ponían al santo, una cantidad que la cofradía veía excesiva no sólo por la cantidad de las luces sino por el elevado coste de las mismas, más si cabe cuando, según argumentan, los tiempos estaban muy apretados para tan elevadas expensas. Además, ante tal gasto, los mayordomos rehusaban de su cargo. De modo que se adoptó firmemente el límite de cincuenta luces para el altar, bajo pena de cien ducados a los mayordomos y oficiales que excedieran a dicha imposición, un dinero que iría destinado a obras pías28. Para que esta nueva norma tuviera un carácter más efectivo, se acordó presentarla al arzobispo Portocarrero, quien a tenor de las circunstancias la vio apropiada29. La fiesta de San Eloy, según lo indicado, marcaba el inicio y el fin del año administrativo del gremio30. En la jornada de la víspera se hacía una primera reunión en 27 28 29 30

AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 63r y v. AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 55r y v. AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, ff. 136v a 143r. Esto era general en los gremios de plateros en España. Ver por ejemplo: I. MIGUELÍZ

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la que se nombraban a los nuevos mayordomos y oficiales. Unos cargos que serían refrendados para todo el año en el cabildo dispuesto al día siguiente, después de los actos religiosos y del convite preparado por el portero. En la misma asamblea era común que los nuevos miembros jurasen las ordenanzas del gremio. A partir de este día, en las jornadas siguientes se iban a ir sucediendo diversos actos, como era la entrega de cera y bienes por parte de los anteriores mayordomos a los nuevos. Estos días dedicados al patrón no eran los únicos del año en los que los plateros de la ciudad participaran en acontecimientos religiosos, aunque sí los más relevantes. A las misas por los difuntos de cada año, de los cuales se daban parte en los cabildos del día de San Eloy, hay que añadir una nueva proposición del activo orfebre Antonio Pérez de Montalto, quien la realizó bajo el titulo de Memoria que despierta. En ella, valiéndose de las obras de misericordia que deben realizar los católicos, solicitó que al igual que hacen otras cofradías de la ciudad, el gremio de plateros estableciera un día de misa por el alma de todos sus difuntos. Esta idea fue aceptada por todos los miembros de la cofradía, quienes también estimaron oportunas las penas, los gastos de organización y la jornada de recuerdo. Para ella se dispuso el día siguiente a la fiesta de San Eloy. En el mismo convento del Carmen habría jornada de vísperas y misa, para la cual el altar estaría con cuatro cirios y cuatros velas, a las que se suman las que tendrían los asistentes, que estarían encendidas desde el evangelio hasta el responso. El dinero empleado para pagar a los frailes y la cera necesaria saldría de los dos reales de más que cada hermano debería de aportar a los doce que ya ponía para las fiestas en honor a San Eloy. Para que esta disposición se estableciera con carácter obligatorio se convino que se añadiera a las ordenanzas que tienen establecidas bajo el consejo de la gobernación del arzobispo Pascual de Aragón31. Todo aquel que no asistiera tendría una pena de un real32. “… que sirvan de alivio a sus penas y satisfazion deellas, teniendo esta atención e mirando que en las hermandades y cofradías que en esta ciudad que celebran la fiesta de sus Patrones y santos, a otro dia de la fiesta se les haze a los difuntos de dichas hermandades conmemorazion con vigilia y misa. Cosa mui justa y acepta a los ojos de dios nro Srr. (…) En esta nra hermandad no tenemos esta festividad de difuntos ni otro ningun sufragio”33. VALCARLOS, “Celebraciones y fiestas de la cofradía de San Eloy de San Sebastián”, en J. RIVAS CARMONA (coord.), Estudios de Platería. San Eloy 2004. Murcia, 2004, pp. 325-336. 31 AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 88v y r. 32 Las penas por no asistir o por llegar tarde a los diversos acontecimientos realizados por el fallecimiento de un cofrade a lo largo del año eran de: doce maravedís por no acudir al entierro y la mitad si llegaba después de que el cuerpo fuera sacado en hombros, una acción, la de portarlo a hombros, que de rehusarse llevaba sanción de doce maravedíes; no asistir al funeral de un cofrade ocho maravedíes y cuatro si llegaba después del evangelio; no asistir a las honras fúnebres de los parientes de un cofrade o de su criado otros doce maravedíes y la mitad si éste era cabeza menor; no volver a casa del difundo a rezar o no acompañar a la comitiva fuera de la ciudad era penado con doce maravedíes. 33 AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 88v.

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El Gremio de Plateros de Toledo y su participación en otras celebraciones La cofradía de San Eloy también llegó a intervenir en otros acontecimientos festivos de índole religiosa, además de los propios. De este modo, en 1669 el prior del convento del Carmen solicitó intervenir en una de las reuniones del gremio para expresar una demanda de asistencia. En aquellos momentos la comunidad carmelita trataba de organizar los festejos para la canonización de San Pedro de Alcántara y Santa María Magdalena de Pazis, religiosa carmelita que sería procesionada por el templo. Sin embargo, no contaban con la ayuda suficiente, lo que motivó que el padre prior, Fr. Juan Romero, demandará la intervención del gremio de plateros para auxilio de la comunidad en el buen hacer de sus fiestas. La respuesta, nuevamente dirigida por Antonio Pérez de Montalto, no se hizo esperar y se dio en el mismo momento. La cofradía de San Eloy, en honor a los estrechos vínculos que le unían con el convento y su comunidad, estaba dispuesta a ayudar en todo lo que se le demandara con el objeto de que la celebración se desarrollara perfectamente: “Por muchas causas estaba la hermandad del S. San eloi obligada a servir y estar mui obedientes a nro. Padre prior y comunidad (…) la primera y principal por mandárnoslo Su Rma. y ser también de parte de la comunidad el festejo el qual e tenemos como cossa nra propia. Lo segundo porque a doscientos y quatena y seis años que esta esta nra. Hermandad en dicho monasterio (…) Lo tercero porque estamos mui reconocidos a los agasajos y buenas obras que todos los años repetidamente recibimos aquí quando celebramos la fiesta de nro. Patrón (…) y asi por estas causas y otras muchas asistiremos a lo que se nos mandare…”34. Al mismo tiempo la cofradía se excusaba por no haber atendido antes las demandas, indicando que si su hubieran percatado no hubiera hecho falta la intervención del prior, dado que ellos mismos se hubieran ofrecido para ayudar. La hermandad acordó asistir a los cultos religiosos programados para la canonización, participar en la procesión, llevar cera nueva, que si sobrase pasaría a aumentar el caudal de la cera del gremio, y a contribuir con quinientos reales destinados íntegramente a la fiesta de un día que organizaba el convento. La congregación de plateros de Toledo también participó a lo largo de los años en diferentes acontecimientos organizados por otras instituciones, como el Cabildo de la Catedral Primada o como el Ayuntamiento de la ciudad. En 1616 se concluyeron las obras de la nueva capilla de la Virgen del Sagrario. Este acontecimiento, que duró catorce días, contó con la participación de los reyes, quienes tomaron partida en los numerosos eventos que la ciudad preparó durante estas jornadas festivas en 34

AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, f. 66r.

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la que la imagen era trasladada a su capilla. Tal fue la magnitud de los sucesos que al año siguiente Pedro de Herrera escribió un libro únicamente narrando el desarrollo de las celebraciones35. En este compendio se describe cómo fue el monumento efímero que el gremio de plateros instaló en la calle Platería de la ciudad, aunque el relato es un tanto confuso: “Avia otro arco en la Plateria, que por ser en calle estrecha no pudo fundarse sobre colunas: asi recibían quatro cartelones quatro arcos, que hazian otros tantos hazes; en ellos por dentro andaba un cornisamiento ochavado, con sus tres porciones debidas: todo cubierto, y cartelones, y arcos de azul, y blanco listado, obrado de molduras, chapería de plata dentro y fuera (…) Las quatro colunas formaban tabernáculo a una figura de San Eloy, de talle entera, estofada y dorada. Cerraba lo interior deste segundo cuerpo un cielo raso, en repartimientos de azul, y plateado (…) Toda obra rica, y de maravillosa perspectiva; hizieron los Plateros”36. En 1677 otro gran evento iba a requerir la participación del gremio en la ejecución de un nuevo monumento efímero que adornase las calles de Toledo con motivo de la entrada en la ciudad de la reina doña Margarita de Austria, quien venía a instalarse para su retiro en el Alcázar. El evento puso de manifiesto una importante cuestión sobre el estatus social que los plateros querían ostentar entre los diferentes gremios de la ciudad. En febrero de 1677 en una junta extraordinaria, Vicente Salinas, mayordomo en aquel año, dio cuenta de cómo había sido requerido para una reunión por parte del corregidor. En ella se había tratado el asunto de la participación del gremio en los fastos para el recibimiento de la reina. A los orfebres se les propuso que en la puerta de Bisagra y en el trascurso del camino que va desde este enclave hasta el cementerio de Santiago del Arrabal, pusieran sus ornamentos y decorasen con todo el aparato oportuno para embellecer la ciudad y agradar a la reina. A lo que el gremio respondió: “Sr. Corregidor el Arte de la Plateria es y assido el que en todas las ocasiones que se han ofrecido en serbizio de su Rei han acudido y festejado según y como se les a enconmendado y sus fuerzas an alcanzado en qualquiera parte que an tenido la ocassion de mostrar su afecto = Y en esta ciudad a todo lo que su Sa. Illma. les a mandado en qualquier festejo Y justamente a sido faborezido de los SS. Reies nros. Señores, Antezesores 35 L. MORENO NIETO, La reina de Toledo. Historia de la Virgen del Sagrario. Toledo, 1995, pp. 152-159. 36 P. de HERRERA, Descripción, fiestas, certamen poético de Nuestra Señora del Sagrario de Toledo. Madrid, 1617. Fondo antiguo Universidad de Sevilla. Signatura A 111/024(1).

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con muchos privilegios y ecepciones y asi mismo ocupándose sus Magestades en su ejerzicio por ser asi por su Arte y por su ejerzicio de Matheria el mas ilustre y de primera clase de todos los artes que asisten y ejercen, en cualquiera ciudad, villa o lugar, siendo esentos de todo pecho y alcabalas por los señores Reyes como consta de las cedulas Reales que tenemos en nro archivo con q nos asisten razones por donde se puede hacer y atender qualquiera agasajo por los Señores Comisarios de la ciudad a el artede la Plateria = Si en los que oi la ejerzen parece que son menos decorosos por sus personas y sujetos no como el arte lo requiere, no es causa bastante para mirarle con desprezio que en todas las Comunidades lo dan los tiempos y no se mira a los bassos sino a el licor que en ellos se enzierra = Un barro o vidrio q es de corto valor que encierra en si licor preziosso todos ponen el cuidado en poner sus manos para que no quiebre no por el basso o vidrio sino por lo que en el ai = Siendo pues esto assi y no escusandonos al festejo y costo estando prontos a el suplicamos a Vsa. Que esto lo mire con cariño y estimazion y no ha de parecer bien que vamos fuera de la ciudad (Por otras muchas caussas que se nos ofrezen) a poner nro recibimiento, cuando a otros gremios se les a repartido dentro de la ciudad en donde mas tocaba a nuestro arte que a su oficio si al Repartir de los puestos ubo de algun genero de Omission no permita Vsa que passemos por la censura del bulgo que dira lo que en mi sentir tocara en nro descredito y mas quando la Señora q viene esta enseñada aber en festejos a el arte de la palteria en diferente puesto y no a la puerta de la ciudad quassi enzima de muladores = y por otra parte senos sigue otro inconveniente y enbarazo que es el bajar a tan dilatado sitio de nuestras cassas las alajas de plata que al menos accidente puede faltar alguna por ser el sitio tan ocassionado a ello como una puerta de la ciudad. y sobre todo no es el sitio dezente ni decoroso para un arte tan Ilustre ejercicio de señores Reis y monarcas Y que oi actualmente lo ejerze su alteza el Serenissimo Sr don Juan de Austria q dios nro Sr. es nro parezer que pues es de tal inteligencia de Prinzipes y monarcas y contiguio a sus mismas personas que se nos señale el sitio junto a sus casa y palazio o en el sitio q en la ciudad tiene nro Arte en su ejercicio q nos pareze q a Vsa le parezera son sitios mas decorosos y convenientes donde prometemos asistir con todo zelo y voluntad con forme a nuestras fuerzas alcanzaren = Y porque Vsa no le parezca nuestra respuesta aspera ni que pedimos sitio q al arte no se debe = Abel Sele el artífice de plata le

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mando dios hiziese y fabricase el arca de el testamento dándole privilegios de ciencias para q fabricase una casa un palazio una alcazar en donde se enzerrasen tanta maquina de Magestad y misterios como en ella se enzerraron y después de echa tal fabrica se le dio a este artífize en el templo y en todos los actos públicos lugar inmediato a el de los sacerdotes prezedienco a todos los demas artifizes y poniéndole en el puesto de mayor estimazion con que no aze novedad que a este arte se le mire con el decoro q a los antecesores se les honró…”37. Con esta argumentación, el gremio de plateros quería destacar su menester por encima del de otros oficios, con la intención de recuperar un lugar digno en el centro de la ciudad que por historia le correspondía. Para ello empleó dos argumentos, la defensa que de este noble arte ha hecho la realeza que incluso lo ha llegado a practicar, y el problema que plantea el traslado de las piezas de plata a las afueras de la ciudad. Por si los razonamientos no fueran aún suficientes, se permiten mencionar que dicho arte fue auspiciado por Dios, otorgándole privilegios y una posición reconocida dentro del templo. Finalmente, el problema se resolvió y el gremio de plateros instaló su arco en el centro de la ciudad. El arco se ubicó en la pequeña plaza del Solarejo. Al parecer, como se recoge de las descripciones, tenía cuarenta pies de alto y veinte de ancho, tanto como el espacio le permitía. Sobre cuatro pilastras, que a razón del narrador parecían de plata maciza38, cargaba el arco. Entre toda su decoración destacaba el ángel con corona imperial sobre sus manos que remataba la obra y la figura del Rey a caballo, situada en el centro del monumento39. Nuevamente, en 1691, se demanda al gremio de plateros su participación en los festejos públicos en honor a la canonización de San Juan de Dios. Esta petición la iba a cursar Fr. José Ramírez de Arellano, prior del convento y hospital de la orden de San Juan de Dios, quien solicita al gremio que adornase con su arte la ciudad para septiembre, fecha de la celebración. Tras la deliberación oportuna se aceptó el envite y se iniciaron los trámites para la elaboración de un nuevo monumento efímero40. Juan Cabanillas dejó en el libro de acuerdos la descripción del altar que montaron en la calle Platería: “Executose el altar o recibimiento en 26 de semtiembre de 1691 que fue una de las buenas ideas que sean echo en esta ciu37 AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, ff. 90v y 91r. 38 Se desconoce la persona que redacto la entrada de la reina, aunque él mismo se denomina como un forastero por naturaleza y por inclinación toledano. 39 Relación del Recibimiento que la Imperial Ciudad de Toledo hizo a la Catholica Magestad de la Reyna N.S. Doña Mariana de Austria y de las fiestas con que celebró su venida. Impr. Agustín Salas Zaco. Toledo, 1667, ff. 27v y 28r. 40 AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, ff. 159v y 160r.

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dad que fue una media naranja ochavada con muy ricas piezas de plata de lo mexor que se abian visto y enzima de dichas gradas muy ricas piezas deplata y por remate el sr San Eloy que se subio del carmen con muy gran procesion acompañado de la muy relixiosa orden de ntra del carmen y asi se volvió a baxar y encima de la ma naranxa a las cuatro esquinas las cuatro virtudes muy ricamente aderezadas y al mesmo tiempo que pasaba la procesion se pusieron con todos los sr. Plateros con un estandarte y belas encendidas en forma de regimiento y este gasto se compuso entre todos repartido…”41. No serían estos los únicos monumentos que harían los miembros de la hermandad de San Eloy. En el siglo XVIII también dispusieron diferentes arcos para la proclamación de Carlos IV y en el XIX para el recibimiento del general inglés que entró en Toledo tras la salida de las tropas francesas. Sus obras efímeras destacaban por el sumo gusto de sus composiciones, en las que no descuidaba detalle, al tiempo que no se escatimaban en gastos. Aunque lo cierto es que el declive del gremio a partir de la centuria del Setecientos afectó a la magnificencia de los arcos erigidos posteriormente. Prueba de esta caída es su ausencia en otros acontecimientos, en los que sólo colaboró aportando cierta cantidad de dinero al Ayuntamiento, sin mayor implicación42.

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AMT. Archivo Cofradía de San Eloy, caja 1, legajo 1, ff. 160v y 161r. R. RAMÍREZ DE ARELLANO, Estudio sobre la historia… ob. cit., p. 155.

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