El Gral. Mosconi y la política petrolera nacional

October 15, 2017 | Autor: M. Tenti | Categoría: Historia Económica
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Descripción

2da. SECCIÓN Domingo 26 de Junio

Ensayos

El general Mosconi y la política petrolera nacional Por María Mercedes Tenti de Laitán

Primera nota

Antecedentes de la explotación petrolífera en la Argentina

S

i bien se ha sostenido que el 13 de diciembre de 1907 se descubrió el petróleo en la Repüblica Argentina, ya se tenía conocimiento de la existencia de hidrocarburos con anterioridad a esa fecha, y explotaban dichas fuentes, empresas de capitales nacionales. Martín de Mousey en su obra "Descripción geográfica y estadística de la Confederación Argentina", editada en París entre 1860 y 1864, habla de la existencia de asfalto en Mendoza y al pie de la sierra de Santa Bárbara. Pablo Coni en el "Diccionario Geográfico Argentino" (1877 - 1880) y Pablo Soldán en "Atlas Geográfico", editado en 1888, nombran entre los minerales de Jujuy, al petróleo. En 1865, en Jujuy, se otorgó una concesión de explotación a la "Compañía Jujeña de Kerosene". En Salta, tuvieron concesiones: en 1880, el exgobernador Teófilo Sánchez de Bustamante; en 1882, se constituyó la "Compañía Mendocina de Petróleo". Además, con anterioridad a 1807 se realizaron estudios técnicos en Salta, Jujuy y Mendoza.

13 de diciembre: Día del Petróleo Es bastante conocida la circunstancia fortuita que llevó al descubrimiento del petróleo en Comodoro Rivadavia. En ocasión de realizarse una perforación en busca de agua y luego de varios intentos infructuosos, cuando ya el desánimo había invadido a los obreros que trabajaban en esta faena, y desde una profundidad de 530 metros, comenzó a brotar el oro negro, el 13 de diciembre de 1907, día de Santa Lucía. Los obreros que realizaron el hallazgo, Fuchs y Beghin, comunicaron telegráficamente el trascendental acontecimiento a la Dirección General de Hidrología, Geología y Minas. Desde ese momento pudo verse los primeros manotazos de los trusts por lograr el acaparamiento del petróleo: al día siguiente del hallazgo se presentó la primera solicitud de cateo en un radio de dos mil hectáreas que rodeaban a la zona del descubrimiento. Asimismo cuando se remitieron para su análisis, muestras del petróleo extraído, a la Compañía Nacional de Aceite, en Campana, subsidiaria de la Standard Oil y al laboratorio del Mi-

calidad y que su apta para combustible. Mientras que el segundo, redactado por el jefe del laboratorio, sostenía que el gran poder calorífero del mismo lo hacía óptimo combustible mineral. Según el Código de Miríerta el Estado debía conceder todas las solicitudes de cáteos que se presentasen, por tiempo ilimitado. El liberalismo del Código dejaba al Estado atado de pies y manos. Pero el ministro de Agricultura, Pedro Ezcurra, se basó en la ley de Tierras N° 4.167 que especificaba: "No podrán tampoco ser enajenadas las tierras que contengan depósitos conocidos de sal, minerales, hulla, petróleo o fuente de aguas medicinales, salvo las disposiciones del Código de Minería. El Poder Ejecutivo podrá prohibir la denuncia de minas en los territorios que explore". (1). Es así que el gobierno de la Nación decretó el 14 de diciembre de 1907, con la firma del presidente Figueroa Alcorta y el ministro Ezcurra, lo siguiente: "Artículo 1°.- Queda prohibida la denuncia de pertenencias mineras y concesión de permisos de cáteos en el puerto de Comodoro Rivadavia, territorio de Chubut, en un radio de cinco leguas kilométricas, a todo rumbo, contándose desde el centro de la población". (2) Los primeros pasos

General Enrique Mosconi

Los dos primeros años fueron dedicados a la "exploración", llevada a cabo por un equipo integrado por los ingenieros Pablo Viteau (francés), Krausse (alemán) y Enrique Hermitte (argentino), el geólogo Ricardo Stappembeck y el químico Fritz Reichter. Recién el 2 de septiembre de 1909 el Poder Ejecutivo se dirigió al Congreso para comunicarle "el feliz descubrimiento de una napa de petróleo en Comodoro Rivadavia" (3) y proponer la sanción de una ley que estableciese una reserva de cuatro leguas kilométricas c u a d r a d a s y un crédito de 500.000 pesos moneda nacional para cubrir los gastos de extracción. Al ser considerado el proyecto de ley en el Senado, tuvo su tenaz opositor en el senador por La Rioja, Joaquín V. González, autor de "La propiedad de las minas", "especialista" en el tema, que consideraba se oponía al Código de Minería. Por su prédica, dicho proyecto pasó a la comisión respectiva, que produjo un despacho que reducía la reserva a cinco mil hectáreas. A esta modificación se opuso un sector encabezado por el senador por Tucumán Alberto L. de Soldati, que estimaba que la ley debía ser más previsora para que no sucediera lo que con las tierras públicas. Además, que si se destinaba lo producido por la reserva para los gastos ferroviarios, en ese momento no se podía prever lo que se gastaría en el futuro con el crecimiento de los ferrocarriles. Esta postura molestó profundamente a González: "¿Por qué vamos a limitar a los particulares y a las compañías extranjeras, que vengan a traer al país el concurso de sus riquezas y de su contingente a la fuerza económica del país? Para tener esto reservado, inhibido que se" yo cuanto tiempo, para que sólo explote el Estado, este mal industrial, porque elj Estado no puede ser explotante de minas, y donde quiera que las ha exn plotado ha concluido mal, como 1«

prueba la i-istor.a de la minería en ¡América" (4i

coni. Una muestra de que el golpe de Estado de 1930 tuvo "olor a petróleo.

"La gran reserva"

Creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales

desde El Palomar a las~froñleras. ello ordenó la compra de nafta de aviación a la compañía norteamericana Wico. Pero para su sorpresa, al día siguiente se le informó que no se entregaría nafta si previamente no se abonaba el importe correspondiente. Dice Mosconi al respecto: "Sorprendido, me pregunté: ¿y si en lugar de tratarse de un simple raid de entrenamiento se debiera cumplir la orden de atacar una escuadra enemiga que desde la rada amenazara con sus cañones la ciudad de Buenos Aires? o bien, ¿si se debiera realizar con toda urgencia un ataque aéreo contra una formación enemiga que pusiera en peligro la Capital Federal, qué haríamos en tal circunstancia, en que, por la torpe actitud de un comerciante, nos veíamos impedidos de hacer levantar el vuelo a nuestras máquinas por carecer de combustible para ello?". "Me propuse, pues, aclarar personalmente el punto y con ese fin regresé a la Capital para concurrir a la oficina central de la West Indian Oil Co., filial de la Standard Oil de Nueva Jersey, que era la empresa en cuestión. Pedí allí entrevistarme con el gerente, a cuya oficina pasé, encontrándome en un pequeño despacho instalado al uso norteamericano, y en el centro de la habitación, frente a una pequeña mesa, un señor relativamente Joven, cuya opulenta prestancia rubricaba un cigarro de dimensiones extraordinarias. Cambiados los saludos de estilo, le manifesté el objeto de mi visita y la extrañeza producida por el resultado de las gestiones del oficial de Administración". "- Sí, señor, es exacto —me contestó mi interlocutor— ésa es la costumbre de nuestra compañía". "- Advierta —le dije entonces— que el Servicio Aeronáutico del Ejército no debe un solo centavo a su compañía; que se trata de una repartición militar solvente y dependiendo del Ministerio de Guerra y que, por lo tanto, no sólo me sorprende su manifestación y exigencia, sino que las considero impertinentes y no las acepto". "Guardé para mi boleto lo que por cortesía no le dije. A)i ( , en el mismo escritorio me propuse, juramentándome conmigo mismo, cooperar por todos los medios legales a romper los trusts. Y designado director general de YPF el 19 de octubre de 1922, realicé tal propósito siete años después, para bien y progreso de nuestra Patria y mayor ventaja de sus habitantes". (7).

El 9 de ma vs de 1913 Sáenz Peña irmO" un '.o cgnocicío- e mu» 3Q>, También comprendía que los enemigos de la Patria buscaban su desintegración poniendo en práctica la conocida frase "divida para reinar" y así expresaba a su amigo Arturo Orzábal Quintana, exiliado en Montevideo, con gran preocupación, en carta de fecha 4 de noviembre de 1930: "La incertidumbre empieza entre nosotros aconvertirse en normalidad- Los argentinos comenzamos a deshacernos los unos a los otros, en lugar de empeñarnos todos en trabajos constrictivos, única manera de alcanzar el bienestar moral y material colectivo. Nos acercamos al Caribe. Luchas estériles, enconos y odios, amenazan envenenar el alma nacionály aniquilar toda, capacidad de trabajo útil. Mientras tanto, las influencias económ ic as extranjeras hincan el diente y succionan nuesíras riquezas, llevándose posibilidades presentes y futuras que darían la base a nuestro progreso cultural y elevarían el nivel de vida del pueblo que hoy se quiere desconocer, despreciar y hasta ignorar" (31). También analizamos el pensamiento de Mosconi referente a la explotación del petróleo por parte de empresas mixtas (estatal y privadaí primero, para evolucionar luego hacia la concepción de la explotación monopólica delEstado: "Si para la explotación de tos yacimientos fuimos partidarios en un principio de las organizaciones mixtas constituidas por el Estado y por el capital privado, dándole a aquél la dirección política, y consideramos que contemporáneamente podían mantenerse el sistema de acordar concesiones a ios compañías privadas, la. experiencia de las luchas incesantes que la organización fi&cál ha debido soportar con las compañías privadas durante todo el tiempo que la hemos dirigido nos condujo a la conclusión de que tales dos organizaciones, la fiscal y la privada, no pueden coexistir, pues representan dos intereses antagónicos, destinados a vivir en lucha, de la cual sólo por excepción saldrá triunfante la. organización estatista", y refiriéndose a los beneficios de la riqueza petrolífera para el país, agrega:".. .era imposible lograr a nuestro juicio, mientras el Estado no monopolice integralmente la, explotación de sus yacimientos" -32 Este pensamiento del general Moscón: r.c se circunscribla ala Argentina,

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sino como vimos tenía proyección latinoamericana y se extendía también a la explotación estatal de los servicios telefónicos, luz y seguros como lo expresara en los "Propósitos" de su libro "El petróleo argentino": "En síntesis, deseo que pueblo y gobierno de mi país cona'can documentadamente cómo una 'epartición que vivía en el déficit, anémica y poco productiva, en ocho años se '.ransformó en una organización de gran mterés público, que da un aumento de •iqueza a la economía nacional en el pe-iodo octubre 1922 a diciembre 31 de 1935 ie 582 millones, librando al mismo :-£mpo a la Nación de la influencia de los :rusís petrolíferos, y deseo asimismo manifestar que esos 582 millones pozñan aumentar en centenares de mirones si un grupo de hombres argenfi-.os decidiera repetir la acción de YPF -:i luz y fuerza, teléfonos y seguros, tarea -.sta que puede cumplirse en la mitad del :-£mo que ha demandado Y.P.F." '33

Epílogo

E

studiar la vida y la obra del general Mosconi resulta apasionante, especialmente si tetrmos en cuenta que fue uno de los paratas más claros de este siglo que de
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