El Golpe de Estado de Primo de Rivera a través de la Prensa Madrileña (Septiembre 1923)

June 23, 2017 | Autor: S. Barquín Armero | Categoría: Historia Contemporánea de España, Historia de la prensa, Dictadura Miguel Primo De Rivera
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Descripción

UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUACIÓN A DISTANCIA

El Golpe de Estado de Primo de Rivera

Análisis a través de la prensa madrileña: El Sol, La Acción y el Socialista. (Septiembre 1923)

Sinesio J. Barquín Armero

UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUACIÓN A DISTANCIA

El Golpe de Estado de Primo de Rivera

Análisis a través de la prensa madrileña: El Sol, La Acción y el Socialista. (Septiembre 1923)

Sinesio J. Barquín Armero

PRENSA Y ARCHIVOS SONOROS Profesora Florentina Vidal Curso 2011-12

Índice 1.

INTRODUCCIÓN. ...........................................................................................................................1 1.1. El Golpe de Estado de Primo de Rivera a través de la prensa madrileña. Justificación y relevancia..........................................................................................................................................1 1.2. Ámbito geográfico y cronológico. .............................................................................................1 1.3. Objetivos del estudio. ................................................................................................................2 1.4. Las fuentes documentales y materiales. Fuentes hemerográficas a través de la consulta online. ...................................................................................................................................................2 1.5. Exposición de los contenidos. ....................................................................................................3 1.6. Metodología empleada..............................................................................................................3 1.7. Estado de la cuestión e Historiografía. ......................................................................................4

2.

EL GOLPE DE ESTADO QUE NO SORPRENDIÓ A NADIE.................................................................7 2.1. Prolegómenos del Golpe. Análisis de la situación político-social de 1923. ...............................7 2.2. El golpe de estado triunfó sin derramamientos de sangre. ......................................................8

3. LA PRENSA EN EL GOLPE ...................................................................................................................9 3.1 El papel de la prensa en el Golpe de Estado ...............................................................................9 3.2. Breve introducción de tres periódicos divergentes; El Sol, La Acción y El Socialista. ..............10 3.2.1. EL SOL ...............................................................................................................................10 3.2.2. LA ACCIÓN. .......................................................................................................................10 3.2.3.

EL SOCIALISTA ............................................................................................................11

4. DIARIO DE UN GOLPE. ANÁLISIS A TRAVÉS DE TRES PERIÓDICOS MADRILEÑOS DE LA SEMANA DEL GOLPE DE ESTADO. ......................................................................................................................11 4.1 JUEVES 13 DE SEPTIEMBRE. Llegan a Madrid las primeras noticias de la sublevación.............12 4.2. VIERNES 14 DE SEPTIEMBRE. El Rey llega a Madrid. Declaración del Estado de Guerra y dimisión del Gobierno. ...................................................................................................................16 4.3. SÁBADO 15 DE SEPTIEMBRE. Composición del Directorio Militar. Se impone la censura a la prensa. ............................................................................................................................................18 4.4. DOMINGO 16 DE SEPTIEMBRE. La prensa analiza la composición del Directorio. ..................20 4.5. LUNES 17 DE SEPTIEMBRE. El nuevo Directorio suprime las garantías constitucionales. .......20 4.6. MARTES 18 DE SEPTIEMBRE. El Directorio continúa su incesante labor legislativa. ...............22 4.7. MIÉRCOLES 19 DE SEPTIEMBRE. La prensa evalúa la primera semana del nuevo régimen. ...25 5.

CONCLUSIONES...........................................................................................................................27

6.

RELACIÓN DE FUENTES ...............................................................................................................29 6.1. Fuentes archivísticas, colecciones y otros recursos digitales. ................................................29 6.2. Fuentes hemerográficas ..........................................................................................................29

7.

BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................................29

9.

ANEXOS .......................................................................................................................................31 9.1 ARCHIVOS SONOROS ................................................................................................................31 9.2. Manifiesto del Golpe de Estado de Primo de Rivera ...............................................................31

Resumen: El Golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera puso fin a la agónica Restauración española. La sublevación triunfó sin contar con apenas resistencias fruto de la desafección de la sociedad española hacia su clase política. La prensa madrileña ejerció un claro influjo en la opinión pública siendo una fuente excepcional para analizar, a través de su línea editorial, la primera semana del nuevo régimen.

Abstract: Dying Spanish Restoration was terminated by the General Miguel Primo de Rivera coup d´état. The uprising overcame without having just a little resistance as a result of the Spanish society disaffection towards her political class. Public opinion was deeply influenced by the Madrid press, this being an exceptional source to be analysed though its editorial line during the first week in office of this new political regime.

Palabras clave: Miguel Primo de Rivera, Golpe de Estado, Directorio Militar, Alfonso XIII, Dictadura Primo de Rivera, prensa, El Sol, El Socialista, La Acción.

1.

INTRODUCCIÓN.

1.1. El Golpe de Estado de Primo de Rivera a través de la prensa madrileña. Justificación y relevancia. El Golpe de estado que acabó con la dilatada y agónica Restauración estuvo protagonizado por el Capitán General Miguel Primo de Rivera. La dictadura fue concebida como un paréntesis regenerador1 que careció de una ideología elaborada. Con una casta política desvirtuada e ineficaz en el gobierno, Primo de Rivera apenas encontró oposición a su sublevación. Se inició una dictadura autoritaria, con rasgos propios, donde no faltaron medidas represivas como la ilegalización de algunos partidos políticos y sindicatos, la censura en la prensa y la destitución del poder local establecido. El dictador creó un partido único a su medida, la Unión Patriótica y realizó una reforma constitucional para sentar las bases de un “Estado autoritario con fuerte base social 2”. En el presente estudio, analizaremos los primeros siete días posteriores a la sublevación a través de las líneas editoriales de tres periódicos madrileños de diferente significación política; La Acción, El Socialista y El Sol. El valor de la prensa como fuente histórica es inconmensurable. La confrontación de las consideraciones y aportaciones de las tres publicaciones nos ofrecen un panorama muy clarificador del sentir de la sociedad española durante aquella semana convulsa. La postura de las publicaciones citadas coincidió con la tónica general de la población española, abarcando de la ferviente adhesión a la prudente expectación. La prensa ejerció de forma efectiva de contención ante posibles desórdenes públicos. La falta de concreción durante los primeros días en cuanto a medidas de carácter social y laboral, y la aplicación de medidas ampliamente demandadas para la racionalización del gasto público contribuyeron de forma inapelable a que amplios sectores de la población fueran adhiriéndose a las consignas del nuevo régimen. La imposición de la censura previa no impidió que la prensa más alejada del movimiento golpista criticara tibiamente las iniciativas encaminadas a cercenar las libertades. En cambio la postura común, dentro de los distintos grados de adhesión, fue apoyar las medidas regeneradoras que ponían fin a un gobierno cuya desafección unió a la práctica totalidad de la sociedad española durante los primeros días del cambio.

1.2. Ámbito geográfico y cronológico. El ámbito geográfico ha sido la totalidad de la Nación Española, si bien, se ha prestado especial interés en la capital a través de la prensa madrileña. Para completar contenidos ha sido relevante fijarnos en los prolegómenos del Golpe acercándonos a la situación sociopolítica de la capital catalana, ciudad donde estalló la sublevación militar. El marco temporal se inicia en los meses anteriores a septiembre de 1923, fecha en la que se produjo el Golpe de Estado en la Capitanía General de Barcelona. El grueso del estudio trata de analizar los siete días posteriores a la sublevación militar, abarcando desde la madrugada del jueves 13 al miércoles 19 de septiembre de 1923. A pesar de tratarse de una cronología muy limitada, la vertiginosa sucesión de acontecimientos acaecidos convierte a esta semana en un periodo clave para entender el triunfo de un Golpe de Estado anunciado.

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Como afirma Cobo del Rosal: “Pretendía un paréntesis a la normalidad constitucional para lograr un saneamiento del Estado”, en COBO DEL ROSAL PÉREZ, G.: “La crisis del Estado liberal y los mecanismos de creación legislativa de la dictadura militar de Primo de Rivera (1923-1930)”, en MARTÍNEZ PEÑAS, L. y FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, M. (coords.): Reflexiones sobre poder, guerra y religión en la Historia de España. 2011. p. 208. 2 Ibídem.

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1.3. Objetivos del estudio. La Dictadura de Primo de Rivera no ha gozado apenas de la relevancia historiográfica que cuentan los periodos inmediatamente anteriores y posteriores a ella. Para entender el triunfo de la sublevación y la mayoritaria adhesión de la población española se hace necesario detenerse en los primeros días posteriores al Golpe militar. Es por ello que dentro del convulso y complejo proceso que sucedió durante las primeras horas del nuevo régimen tratemos de analizar lo acaecido a través de las fuentes hemerográficas. Además de considerar de extrema relevancia la utilización de dichas fuentes históricas, el trabajo viene a vindicar la importancia de recurrir a la prensa escrita para analizar el hecho histórico mediante una metodología adaptada a la utilización de dichas fuentes. Punto capital del estudio lo conforma el análisis de las líneas editoriales, cuya hipótesis inicial trata de verificar o refutar la importancia e influencia de la prensa escrita madrileña para conformar y modelar la opinión pública. ¿Fue la postura de la prensa madrileña durante los primeros días del nuevo régimen fiel reflejo del sentimiento mayoritario de la población?, ¿Hubo cambios significativos en la línea editorial de las diferentes tendencias ideológicas durante los primeros días del Golpe? ¿Ejerció la prensa de izquierdas un papel moderador y de contención o alentó a su militancia a la lucha contra el nuevo ejecutivo? ¿Existieron líneas coincidentes entre los diferentes editoriales?. ¿Cuáles fueron los puntos irreconciliables entre las diversas cabeceras madrileñas?. Para tratar de dar respuesta a estas cuestiones iniciales, nos centraremos en los artículos de opinión de tres publicaciones diametralmente opuestas, sin obviar otras noticias de relevancia para poder componer un panorama que esclarezca en la medida de lo posible lo acontecido en una semana tan apasionante como convulsa.

1.4. Las fuentes documentales y materiales. Fuentes hemerográficas a través de la consulta on-line. Para la elaboración del estudio se ha utilizado como principal fuente documental la prensa madrileña a través de su consulta digital. Para los periódicos El Sol y La Acción, se ha recurrido al motor de búsqueda de la Hemeroteca digital 3 dependiente de la Biblioteca Nacional. En la Web podemos acceder a la colección completa de ambos diarios con una calidad óptima para su procesamiento y análisis. Respecto a la consulta del diario El Socialista, ha sido de innegable ayuda la consulta de la colección digital a través de la Fundación Pablo Iglesias 4 donde se custodian sus publicaciones. Respecto a la consulta de fuentes primarias, se realizó una visita al Archivo Municipal de Cuenca en el mes de abril donde se realizaron numerosas y fructíferas consultas respecto a los cambios institucionales producidos tras la sublevación militar con objeto de analizar la repercusión del Golpe en las instituciones locales. Del mismo modo, se consultó la prensa local y regional 5 a través de los fondos digitales custodiados por la Biblioteca Digital de Castilla-La Mancha 6 (BIDICAM). Finalmente, y por motivos de espacio, se ha desechado incluir dichas consideraciones postergándolas para futuros estudios. Las consultas bibliográficas a través de la red se han centrado en los portales virtuales de la UNED, UCLM, Teseo, Biblioteca Nacional, y Dialnet, principalmente. Del mismo modo, ha sido recurrente la consulta a través del motor de búsqueda on-line de la Gaceta de Madrid7 de la abundante legislación que iba sancionando Alfonso XIII en nombre del recién creado Directorio militar.

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Hemeroteca Digital. [consulta en línea]http://hemerotecadigital.bne.es/ [consultado el día 02-VI-2012]. Fundación Pablo Iglesias. [consulta en línea] http://granada.intecna.es/fundacionpabloiglesias/fpi/hemeroteca.jsp? [consultado el día 02-VI-2012]. 5 Los periódicos El Centro, El Castellano, La lucha, El día de Cuenca, y La voz de Cuenca. 6 Biblioteca Digital de Castilla-La Mancha. [consulta en línea] http://clip.jccm.es/bidicam/i18n/publicaciones/listar_numeros.cmd [consultado el día 02-VI-2012]. 7 La Gaceta de Madrid. [consulta en línea] http://www.boe.es/buscar/gazeta.php [consultado el día 4-VI-2012] 4

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1.5. Exposición de los contenidos. El presente trabajo se ha estructurado en cuatro partes fundamentalmente; la introducción, el desarrollo del trabajo, las conclusiones y la relación de fuentes y bibliografía consultada. Dentro del capítulo introductorio encontramos las fuentes y la metodología empleada durante el desarrollo del trabajo. El Estado de la cuestión cierra el capítulo de la introducción con un acercamiento a la bibliografía publicada sobre el tema que nos ocupa así como un análisis sobre las diferentes líneas historiográficas que se han ido produciendo en las últimas décadas. También se ha pretendido identificar las carencias detectadas, aquellas facetas del periodo estudiado que han sido más olvidadas. El grueso del trabajo está comprendido en los capítulos segundo, tercero y cuarto, estructurados de forma que el capítulo segundo pretende ofrecer de forma sintetizada el panorama socio-político previo al Golpe de Estado; la situación económica, la desafección de la población con la clase política, las claves para la gestación de la conspiración militar…etc. En el capítulo tercero se aborda el papel de la prensa en el Golpe militar, analizando la trayectoria de las cabeceras que se han utilizado en el presente estudio; su línea editorial, arco de influencia, colaboradores…etc. Por último, en el capítulo cuarto, se ha realizado un seguimiento de los siete primeros días tras la sublevación a través de las publicaciones seleccionadas. Se ha hecho especial hincapié en los artículos de opinión sin desdeñar otros titulares y noticias que consiguen aportar el continuum necesario para poner en contexto las opiniones vertidas en relación con los sucesos acaecidos. Por último, cerramos los contenidos con las conclusiones, validando o refutando las hipótesis iniciales. El trabajo se concluye con la relación de fuentes, bibliografía consultada y un anexo donde se recogen algunos documentos cuya pertinencia justifica su inclusión en este estudio, como el manifiesto de los golpistas o la inclusión de varios archivos sonoros que nos ayudan a poner voz a los protagonistas del cambio de régimen.

1.6. Metodología empleada. Para la realización del presente trabajo ha sido ante todo necesario el acercamiento a un periodo complejo y ciertamente apartado de los grandes estudios de la España del siglo XX. Un periodo complejo pero imprescindible que significó la génesis de muchos avatares que tuvieron su desarrollo en los periodos inmediatamente posteriores. Se hace por ello necesario un acercamiento que permita tener un conocimiento más exhaustivo del conjunto en general, de cada acontecimiento, de cada protagonista, pero sobre todo de los prolegómenos y los hechos que acontecieron durante los primeros días posteriores a la Sublevación. Tras una primera revisión de la bibliografía más generalista de dicho periodo se hacía necesario ir acotando con monografías, artículos, y ponencias que abarcasen fundamentalmente los primeros pasos del Golpe de Estado; la gestación, culminación y primeras consecuencias de la sedición militar. Una vez determinado el tema y su acotación espacio-temporal era necesario profundizar igualmente en la historia de la prensa española, en lo referente al periodo que abarcamos en este estudio. Era igualmente pertinente encontrar información sobre los tres periódicos que centrarían este estudio. Una vez concluida esta fase, lo pertinente era consultar las hemerotecas digitales que custodian las publicaciones mencionadas. El paso siguiente era leer de forma exhaustiva sus contenidos extrapolando los datos que mejor podían encajar en este trabajo. La principal criba consistía en priorizar los artículos de opinión para extraer el posicionamiento de cada cabecera comparando las coincidencias y divergencias existentes. Para abordar con éxito esta tarea teníamos que tener presente una serie de cuestiones metodológicas inherentes a este tipo de fuentes. Es por ello que hemos recurrido a varias cabeceras para contrastar sus aportaciones. Tuñón de Lara advertía de la indiscutible aportación de la prensa a la vez que aportaba unas premisas que debemos cumplir: “El diario o el semanario no es la verdad pura, pero, ¿Lo es acaso cualquier otra fuente histórica? […] Son requisitos indispensables de método, la consulta de varias publicaciones sobre el mismo tema y período estudiados, no bastando con la visión bipolar, sino que es necesaria una visión más

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plural 8”. Tomando la palabra del maestro, hemos decidido recoger el testimonio de tres cabeceras madrileñas: El Sol, La Acción, y el Socialista, complementando con pequeñas referencias a otros periódicos nacionales. Como añadido documental de valiosa aportación fue la consulta de los decretos publicados por la Gaceta de Madrid. Por último había que interpretar aquellos datos tratando de arrojar luz sobre las hipótesis planteadas. Tras la redacción del documento, fueron varias las lecturas que hubo que hacer hasta conseguir la extensión deseada sin que faltasen las ideas principales, y la resolución de las hipótesis planteadas. Finalmente se redactó la conclusión con la validación o refutación de las hipótesis iniciales a través de la observación documental y la interpretación de los hechos acaecidos fundamentados en el análisis crítico de las fuentes consultadas.

1.7. Estado de la cuestión e Historiografía. Para realizar el análisis historiográfico del tema que nos ocupa es conveniente dividirlo en dos vertientes diferenciadas. Por un lado, el que ocupará el grueso de este apartado, nos centraremos en el estado de la cuestión del periodo estudiado, la Dictadura de Primo de Rivera, haciendo especial hincapié en el tratamiento que se le ha brindado a las semanas inmediatamente anteriores y posteriores al Golpe, es decir, los prolegómenos y la gestación de la conspiración que llevó a buen puerto el cambio de gobierno. Por otro lado, haremos un pequeño paréntesis para detenernos en la historiografía de la prensa española y su relevancia como fuente histórica. La Dictadura de Primo de Rivera ha permanecido al margen de los principales estudios históricos de la España del siglo XX a pesar de la complejidad, importancia e influencia de dicho periodo. Los primeros análisis históricos están elaborados en la década de los treinta, siendo a todas luces, estudios insuficientes y parciales. Las primeras monografías con los “requisitos exigibles 9” surgieron a finales de los años ochenta. Hasta entonces, el vacío historiográfico había sido descomunal. Javier Tusell, declaraba que la Dictadura de Primo de Rivera era “uno de los rincones más inexplorados de la Historia contemporánea española10”. Para Tusell, la principal razón estribaba en el agitado y trascendente periodo posterior mucho más estudiado que eclipsó en la historiografía el periodo precedente 11. El verdadero punto de inflexión sobre la historiografía de la Dictadura de Primo lo protagonizó el historiador Shlomo Ben Ami 12 que realizó el primer estudio riguroso sobre este periodo, “una síntesis de verdadera altura científica13”. Le siguieron autores como Teresa González Calbet 14 y Gómez- Navarro 15. La década posterior significó la proliferación de análisis más minuciosos que abarcaban en su mayoría aspectos concretos del régimen. Buena parte del impulso se debió a la multiplicación de los estudios sobre la II República Española puesto que se tuvo que ahondar en el periodo inmediatamente anterior para encontrar las claves de la experiencia democrática republicana. En los últimos años el régimen dictatorial está despertando el interés de decenas de investigadores acerca de sus diversos aspectos. Podemos destacar entre las últimas publicaciones la de Eduardo González Calleja16, el propio autor reconoce que el interés sobre la dictadura primorriverista se ha ido incrementando, calculando que ya se han escrito más de medio millar 17 de monografías y artículos de interés sobre este periodo, un número todavía modesto si lo comparamos con otros periodos capitales de nuestro siglo XX. 8

TUÑÓN DE LARA, M. (dir.): La Prensa de los siglos XIX y XX. Metodología, ideología e información. Aspectos económicos y tecnológicos. I encuentro de la prensa. Bilbao, Servicio editorial Universidad del País Vasco, 1986. p. 14. 9 TUSELL, J.: Historia de España del siglo XX. I. del 98 a la proclamación de la República. Madrid. Taurus, 1998. p. 439 10 TUSELL, J.: Radiografía de un golpe de estado. El ascenso al poder del general Primo de Rivera. Madrid. Alianza editorial, 1987. p. 13. 11 Vid. Ibídem. 12 BEN-AMI, S.: La Dictadura de Primo de Rivera 1923-1930. Editorial Planeta. 1984. 13 TUSELL, J.: op.cit. en nota 10, 1987. p. 13. 14 GONZÁLEZ CALBET, Mª.T.: La dictadura de Primo de Rivera. El Directorio Militar. Madrid, Ediciones el Arquero. 1987. 15 GÓMEZ NAVARRO, J.L.: El régimen de Primo de Rivera: Reyes, dictaduras y dictadores. Madrid. Cátedra. 1991. 16 GONZÁLEZ CALLEJA, E.: La España de Primo de Rivera. La modernización autoritaria. 1923-1930. Alianza editorial. 2005. 17 Vid. Idem. p. 15

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Sobre propuestas de análisis sobre la historiografía primorriverista debemos partir de los estudios de Genoveva García18, Olabarri Gortázar 19, Miguel Ángel Perfecto 20, sin obviar la obra de Carmen González Martínez 21 cuya consulta se hace imprescindible para un acercamiento a la historiografía de la dictadura de Primo de Rivera. A pesar de existir evidentes discrepancias sobre el periodo, los historiadores coinciden en definir esta etapa como “cardinal 22” para el entendimiento e interpretación de los periodos adyacentes y para elaborar un análisis global de la España previa a la Dictadura franquista. Raymond Carr fue más allá al declarar que la rebelión militar representa “el momento más crucial de la historia moderna de España, la gran línea divisoria23”. Existen diversidad de interpretaciones, desde los autores que consideran que la Dictadura primorriverista fue “un paso necesario para la modernización de España 24”, entre los que encontramos al propio Carr. También vemos opiniones que relacionan este periodo como culmen del inmediatamente anterior “colofón de la quiebra del sistema canovista25”, con autores como Genoveva García. Sobre la figura del dictador, algunos autores además de incidir en sus caracteres personales, no han dudado en compararlo con otras personalidades de la época. La más frecuente es la búsqueda de similitudes y diferencias con Francisco Franco. Tusell, por su parte considera que los rasgos definitorios del segundo fueron diametralmente distintos a los del primero: “Primo castigó poco, perdonó mucho 26”. Existen igualmente estudios que analizan su faceta de político y orador, conviene recurrir al análisis de Mario Díaz Barrado 27 donde repasa el carácter de sus principales discursos e intervenciones públicas. La inevitabilidad del Golpe es opinión común de una parte de los estudiosos del periodo, considerando el directorio militar como la única salida viable al colapso de la situación política. Tusell en cambio defendía que el Golpe “fue evitable28”, pero para ello hubiera sido necesario unos políticos respetados y con capacidad de decisión, y esto no se produjo. En cambio, existe una línea de opinión que considera la dictadura primorriverista lejos de buscar la regeneración, tuvo como principal objetivo cortar un periodo que comenzaba a dar síntomas de caminar hacia un claro intento democratizador. Entre los autores encontramos a Salvador de Madariaga, Raymond Carr y Shlomo Ben-Ami. Este último afirmó: “El Golpe de Estado no se dio simplemente para expulsar del poder a los viejos partidos políticos, sino para cortar de raíz un proceso prometedor para la democracia 29”. En cambio, autoras como Teresa González cuestionan esta opinión: “a primeros de septiembre de 1923 […] el gobierno de concentración liberal había fracasado rotundamente en sus pretensiones de reforma de la sociedad 30”. Existen interesantes monografías que abordan los meses previos e inmediatamente posteriores al Golpe del que debemos destacar el libro de Javier Tusell; Radiografía de un golpe de estado. El ascenso al poder del 18

GARCÍA QUEIPO DE LLANO, G. y TUSSELL, J.: “La Dictadura de Primo de Rivera como régimen político: un intento de interpretación”, en Cuadernos económicos de ICE. Nº 10, 1979. pp. 37-64. 19 OLABARRI GORTÁZAR, I.: “Principales interpretaciones de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)”, en Hispania, Revista española de historia. Vol. 55. Nº 189, 1995. pp. 315-325. 20 PERFECTO GARCÍA, M. A.: “La dictadura de Primo de Rivera”, en Studia histórica. Historia contemporánea Nº 1, 1983. pp. 223-226. 21 GONZÁLEZ MARTÍNEZ, G.: “La Dictadura de Primo de Rivera: una propuesta de análisis”, en Anales de historia contemporánea. vol. 16, Universidad de Murcia. 2000. pp. 337-408. [consulta en línea] http://revistas.um.es /analeshc/article/view/57381/55271 [consultado el 10-VI-2012]. 22 TUSELL, J.: op.cit. en nota 9. 1998. p. 439. 23 CARR, C.: “Militares y política en la España contemporánea”, Historia 16, Nº 2, 1976. p.43., visto en GONZÁLEZ CALLEJA, E.: op.cit. en nota 16, p.14. 24 COBO DEL ROSAL PÉREZ, G.: Op. cit. en nota 1. pp. 203-204. 25 Ibídem. 26 TUSELL, J.: op.cit. en nota 9, 1998. p. 451. 27 DÍAZ BARRADO, M.P.: Palabra de Dictador: General Primo de Rivera. Análisis de discursos (1923-1930). Universidad de Extremadura, 1985. 28 TUSELL, J.: op.cit. en nota 9, 1998. p. 448. 29 BEN-AMI, S.: op.cit. en nota 12, p.26 30 GONZÁLEZ CALBET, Mª.T.:”La destrucción del sistema político de la Restauración: el golpe de septiembre de 1923”, en TUÑÓN DE LARA, M. (dir.): La crisis de la Restauración. España, entre la primera guerra mundial y la II república. Madrid, Siglo veintiuno. 1986. p. 107.

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general Primo de Rivera31, que escrito a modo de reportaje periodístico puede ser una buena forma de iniciarse con este apasionante periodo, adolece eso sí de cierto hándicap al ser una publicación de 1987. Sobre el papel del Rey, los primeros estudios sobre este periodo, nacidos en los albores de los años treinta, culpabilizaban del Golpe de Estado al monarca español. Corrientes historiográficas como la protagonizada por Javier Tusell y Genoveva García32 descartan dicha responsabilidad afirmando que dicha hipótesis “resulta históricamente insostenible 33”. Antes de concluir este epígrafe debemos aportar una serie de cuestiones sobre la historiografía que ha rodeado la prensa en España. La utilización de la prensa española para el análisis histórico ha llevado una larga trayectoria, en cambio, el interés como fuente histórica aportando una metodología no se produce hasta bien entrado los años setenta del siglo anterior. En la década de los setenta es cuando se producen los primeros encuentros científicos donde se abordaron por vez primera las cuestiones metodológicas y se despertó el interés por afrontar desde un punto de vista científico la historia de la prensa española. Fernández Clemente denunciaba entonces “La carencia de una aceptable historia sistemática de la prensa española 34”. De finales de los setenta debemos destacar el considerado primer estudio riguroso sobre la prensa española cuyo autor fue Jean Michel Devois 35. Las primeras jornadas se desarrollaron fuera de la España franquista, en la localidad francesa de Pau en 1974, organizados por Manuel Tuñón de Lara. Varias publicaciones han dejado la impronta imborrable de las sucesivas ediciones36. Para el trabajo que nos ocupa debemos ineludiblemente hacer referencia al artículo de Fernández Clemente sobre la prensa durante la dictadura de Primo de Rivera37. En la década de los ochenta, recogiendo el relevo del espíritu de los coloquios de Pau, se desarrollaron en España decenas de seminarios entre los que debemos destacar los organizados por la Universidad del País Vasco 38. Tuñón de Lara se mostró en dichas jornadas tajante con la necesidad de recurrir a la prensa como fuente inagotable para la producción histórica “La prensa es una fuente de utilización indispensable para investigar y escribir la historia contemporánea 39”. Del mismo modo aportaba unos requisitos indispensables a la hora de escoger y utilizar fuentes con rigor: “1º pluralidad, 2º conocimiento de la coyuntura histórica y de las publicaciones más importantes de la misma […], 3º no olvidar nunca, al utilizar esta fuente, que la prensa, además de información […] es ideología [y esta] se halla siempre presente 40”. La necesidad de recurrir a la prensa como fuente histórica quedó perfectamente afianzada a partir de los ochenta. Los periódicos, como medios de comunicación de masas no sólo nos informan de “cómo pensaban o sentían las élites, [nos informan] sobre todo un sistema de mentalidades en un momento dado 41”. En los últimos años, el análisis del hecho histórico y el recurso de la prensa como fuente histórica permanecen ya indisolubles. Como afirmaba Jean Michel Desvois: “La historia de la prensa no es más que una instancia de la historia total, […] pero por su papel esencial en la difusión de la ideología y en la formación de mentalidades merece especial atención de los estudiosos de la historia contemporánea 42”.

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TUSELL, J.: op.cit. en nota 10, 1987. TUSELL, J. y QUEIPO DE LLANO, G. G.: Alfonso XIII, el rey polémico. Madrid, Taurus, 2001.; GARCÍA QUEIPO DE LLANO, G.: “La Dictadura de Primo de Rivera”, en VV.AA: Cuadernos Historia 16. Nº 98, Madrid. 1985. pp. 24-31. 33 TUSELL, J.: op.cit. en nota 9, 1998. p. 446. 34 FERNÁNDEZ CLEMENTE, E.: “La Dictadura de Primo de Rivera y la prensa”, en VV.AA.: Metodología de la historia de la prensa española: Seminario celebrado en la Universidad de Pau en noviembre de 1979. Madrid, Siglo veintiuno ediciones, 1982. p. 190. 35 DEVOIS, J.M.: La prensa en España (1900-1931). Madrid. Ediciones siglo XXI, 1977. 36 Podemos citar entre otras: VV.AA.: op.cit. en nota 34, 1982; TUÑÓN DE LARA, M. (dir.): Historiografía española contemporánea. X Coloquio del Centro de Estudios de Investigaciones Hispánicas de la Universidad de Pau, balance y resumen. Siglo Veintiuno, 1980. 37 FERNÁNDEZ CLEMENTE, E.: op.cit. en nota 34, p. 190-232. 38 TUÑÓN DE LARA, M. (dir.): op.cit. en nota 8. 39 Idem. p. 13. 40 Idem. p. 14. 41 DEVOIS, J.M.: “Historia de la prensa: el recurso del método”, en TUÑÓN DE LARA, M. (dir.): op.cit. en nota 30, 1986. p. 352. 42 Idem. p. 359. 32

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2.

EL GOLPE DE ESTADO QUE NO SORPRENDIÓ A NADIE

2.1. Prolegómenos del Golpe. Análisis de la situación político-social de 1923. A comienzos del año 1923, el gobierno de concentración mostró ya evidentes síntomas de incapacidad. La oposición no tenía el apoyo suficiente para convertirse en el relevo necesario. La decadencia de los gobiernos liberales fue común en buena parte de la Europa Occidental. Unas democracias que no supieron cubrir las ilusiones creadas en parte de la población. Las masas populares no veían satisfechas sus principales demandas. El Gobierno estaba presidido por Manuel García Prieto, un hombre un tanto gris, y sin excesivo carisma al que aceptaron sus correligionarios “por la sencilla razón de que no le temían, aunque tampoco le respetaban 43”. El descontento con la clase política se agravó considerablemente con el problema de Marruecos y contribuyó de forma decisiva en acrecentar las tensiones en el seno del ejército que se convirtió mayoritariamente en una fuerza beligerante contra el sistema político. Marruecos era “el eje cardinal de la política española 44” y el foco de innumerables conflictos entre la opinión pública y el gobierno, y entre el ejército y el propio ejecutivo. El Gobierno por su parte se mostró incapaz de renovarse y despertar cierta ilusión entre sus ciudadanos, al mismo tiempo, se mostró “ciego ante los peligros que lo amenazaban45”. Los rumores sobre un inminente Golpe de Estado fueron frecuentes en la prensa de la época desde los primeros meses de 1923. La situación fue considerada como insostenible por la prensa de muy distinta significación. Periódicos como El Debate de tendencia católica pedía abiertamente una dictadura que pusiese fin a tanto desgobierno. El clima agitado se acentuó y la prensa especulaba diariamente con el inminente golpe. Por otra parte, la ciudad Condal, epicentro del golpe militar, sufría una peculiar situación, donde confluían todos los problemas del reino acrecentados por unas circunstancias especialmente virulentas. El separatismo y el terrorismo jugaron también su baza como detonante para la sublevación. El movimiento catalanista y el pistolerismo protagonizaban los principales problemas de orden público. Las huelgas fueron frecuentes y los desórdenes sociales habituales. La población percibía una flagrante falta de reacción por parte del Gobierno. La conspiración se concretó en junio de 1923 en una visita de Primo de Rivera a Madrid. La huelga de transportes barcelonesa jugó un papel determinante en este sentido. Primo fue requerido por el gobierno por este motivo para lo que se desplazó a Madrid. Al llegar a la capital estableció contacto con un reducido grupo de generales entre los que se encontraba Cavalcanti, uno de los militares de mayor prestigio además de ser el de mayor edad y graduación. Entre lo acordado se encontraba la consideración de temporal y reversible del alzamiento, puesto que entendieron que tendría como fin último entregar el poder a “elementos civiles apolíticos 46”. Primo de Rivera movía hilos, sin embargo, no estaba en sus planes primigenios erigirse como dirigente de la sublevación. Los militares decidieron hacer frente común para derribar un gobierno que cada vez tenía más en contra. Las pretensiones de exigir responsabilidades por el desastre de Annual, fruto de la investigación realizada por el general Picasso, exacerbaba amargamente a la cúpula militar lo que precipitó los acontecimientos. Respecto a la posición del monarca, como el resto de la población española, veía el cambio inevitable. No mostró nunca mucho entusiasmo por el gobierno de coalición y no despertaba en su persona ningún recelo la salida del problema a través de un régimen autoritario militar. Como afirmaba Ben-Ami “venía dando

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TUSELL, J.: op.cit. en nota 10, 1987. p. 17. TUSELL, J.: La conspiración y el golpe de estado de Primo de Rivera (septiembre 1923). Madrid. Instituto Juan March de Estudios e Investigaciones, 1991. [consulta en línea] http://www.march.es/ceacs/publicaciones /working/archivos/ 1991_15_es.pdf [consultado el 11-VI-2012]. 45 TUSELL, J.: op.cit. en nota 9. 1998. p. 441. 46 Idem. p. 445. 44

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muestras de impaciencia con el régimen parlamentario, al que atribuía la obstrucción material del país 47”. En cambio, nunca conspiró para que el Golpe se produjese. Los conspiradores no buscaron su apoyo explícito pero si contaron con su aquiescencia una vez producido. En cualquier caso, el monarca siempre negó su implicación directa en el Golpe. El propio Primo de Rivera afirmo que Alfonso XIII: “fue el primer sorprendido [por el Golpe] y esto ¿Quién mejor que yo puede saberlo?48”. Primo de Rivera suspendió los preceptos constitucionales lo que desvirtuó la figura regia y aminoró su poder real. A pesar de ello, Alfonso XIII apoyó al dictador mientras este fue resolviendo los problemas de orden y encauzando los más perentorios problemas económicos. Primo de Rivera, contó con numerosos apoyos. La sublevación se benefició desde las primeras horas del el apoyo tácito, más fruto de la esperanza puesta en los aires renovadores que en comulgar con las ideas de los golpistas, de amplios sectores sociales, entre los que cabría destacar la patronal, la Iglesia y buena parte del arco político y, por supuesto, del ejército. Por su parte las clases populares recibieron las primeras noticias con cierta indiferencia, mostrando escaso interés por lo acontecido hastiadas por una situación que consideraban insostenible.

2.2. El golpe de estado triunfó sin derramamientos de sangre. La prensa se hizo amplio eco del estallido de la conspiración. Desde la tarde del miércoles 12 las diversas guarniciones militares habían recibido un documento en la que se pedía la dimisión del gobierno en bloque. El gobierno adoptó una serie de medidas preventivas como el acuartelamiento de las tropas en sus respectivos destinos, especial vigilancia en las redes telefónicas y telegráficas y se redobló la vigilancia en los bancos ante el temor de que produjesen algaradas. La tibieza del Gobierno ante las noticias que llegaban de Barcelona se mostró en la escasa resistencia ante la situación golpista. Tan solo dos o tres ministros mostraron abiertamente su radical repulsa, como fue el caso de Portela Valladares, recientemente nombrado ministro y antiguo gobernador de Barcelona. Primo de Rivera propagó un manifiesto un tanto parco en contenidos concretos pero donde se resaltaba la necesidad regeneracionista. Había llegado el momento “de acabar con las desdichas e inmoralidades que empezaron en el año 98 49” afirmó Primo de Rivera. El Marqués de la Estrella hizo especial hincapié en cuatro vértices fundamentalmente; el orden público, la regeneración económica, el fin de las corruptelas políticas y la lucha contra los separatismos. El discurso grandilocuente del General coincidía en muchos aspectos con las demandas sociales, y sobre todo era acorde a la mentalidad de la época. El apoyo del ejército fue prácticamente unánime por lo que el gobierno se vio privado del soporte de los militares. Tan solo la capitanía general de Valencia, y algún militar como el general Weyler se opusieron al golpe. Los intelectuales, por su parte, estuvieron divididos entre los que creyeron en el regeneracionismo del golpe militar y entre los que protagonizaron una militante oposición. Entre estos últimos se encontraban Unamuno, Pérez de Ayala, Blasco Ibáñez o el propio Azaña. Unamuno denominó “coz de estado50” el golpe militar del 13 de septiembre y de “un tonto entontecido por su propia tontería 51” al protagonista de este. El término regeneración se mantuvo omnipresente en la sociedad española y en la prensa desde principios de siglo. Ese ambicionado concepto no llegaba a producirse, un objetivo que por vez primera, se veía posible en la persona del General Primo de Rivera. El general fue por ello tratado por los medios como un “auténtico mesías 52” que ejercería una verdadera “labor de cirujano 53”. El Golpe de Estado triunfó sin ambages. 47

BEN-AMI, S.: “Hacia una comprensión de la Dictadura de Primo de Rivera”, en Revista de derecho político. Nº 6. 1980. p. 107. [consulta en línea] http://e-spacio.uned.es/fez/eserv.php?pid=bibliuned:DerechoPolitico-1980-06-10065&dsID=PDF [consultado el 13-V-2012]. 48 TUSELL, J.: op.cit. en nota 9. 1998. p. 447. 49 Idem. p. 445. 50 Idem. p. 536. 51 Idem. p. 536. 52 Idem. p. 448.

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La falta de apoyos y la desafección al gobierno facilitaron enormemente el proceso. Por su parte, el monarca, como ya se ha apuntado, brindó su beneplácito a los militares golpistas allanando el terreno del triunfo. Las primeras medidas adoptadas no se hicieron esperar y fueron recibidas con la paulatina adhesión de la población española. El Golpe había triunfado.

3. LA PRENSA EN EL GOLPE 3.1 El papel de la prensa en el Golpe de Estado La prensa jugó un papel preponderante en el caldeado ambiente de 1923. La imparable popularidad del General Primo de Rivera tuvo la inestimable ayuda de la prensa escrita. Los días inmediatamente anteriores al Golpe se produjo, desde las líneas editoriales de los periódicos católicos y conservadores, el apoyo sin ambages a su persona. Por su parte, la prensa vinculada al socialismo y a la clase trabajadora, se mantuvo “expectante 54” excepto la vinculada al Partido Comunista que fue la más beligerante. Por lo general, la prensa jugó en su mayoría al son del dictador. En cambio, para Primo de Rivera, que siempre tuvo una especial fijación contra los periodistas: “contaba con la hostilidad del noventa por ciento de los periódicos 55”, afirmación a todas luces desproporcionada. La prensa católica y conservadora, cuyos máximos exponentes fueron entre otros El Debate, La Acción, y posteriormente La Nación, recibieron con enorme entusiasmo el derrocamiento del gobierno. Desde sus editoriales llegaron a atribuirse parte del éxito de la conspiración. Durante los años siguientes fueron fieles defensores del nuevo régimen. El periódico conservador ABC, venía insistiendo desde hacía meses en la necesidad de la “intervención salvadora de un hombre de hierro 56”. Por su parte, los intelectuales liberales, a través de su propio medio, El Sol, se mostraron paradójicamente tibios con los movimientos de Primo de Rivera. Los intelectuales tenían una importante coincidencia con el espíritu del Golpe, su afán de regeneracionismo. Es por ello que desde el diario madrileño mostraron siempre una paradójica “benevolencia 57” respecto al golpe militar. La dictadura primorriverista ejerció desde los primeros días la censura previa en la prensa. Ello produjo una relación beligerante desde determinados medios cuyos efectos secundarios el General no valoró en un principio. María Seoane destaca uno de ellos: “Una actitud muy común en los periódicos y periodistas humillados por la censura es guardar silencio antes los acontecimientos o los temas sobre los que el gobierno tenía interés en que se hablase58”, era la contracensura, un arma en poder de la prensa no adepta al régimen que irritaba sobremanera al General. Los medios sufrieron sistemáticamente la censura, el tratamiento inadecuado de ciertas cuestiones delicadas “podía conllevar desde una multa de 250 pesetas a la suspensión de la publicación 59”. A pesar de la labor censora, podemos encontrar en los diarios escritos soterradas críticas al Directorio militar. Por ello, algunos autores adjetivan la censura primorriverista como “benévola60”. Paradójicamente y para acercarse a una prensa cada vez más distante Primo llegó a declararse “periodista” en un congreso de prensa latina en 1927: “veterano y viejo periodista, porque he sido corresponsal

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GONZÁLEZ MARTÍNEZ, C: op.cit. en nota 21. p. 338. TUSELL, J.: op.cit. en nota 9. 1998. p. 448. 55 SEOANE, M.C: “El régimen de la censura bajo la Dictadura de Primo de Rivera: efectos secundarios”, en TUÑÓN DE LARA, M. (dir.): op.cit. en nota 8. 1986. p. 234. 56 GONZÁLEZ CALLEJA, E.: op.cit. en nota 16, pp. 48-49. 57 TUSELL, J.: op.cit. en nota 9, 1998. p. 536. 58 SEOANE, M.C.: op. cit. en nota 55, p. 234. 59 GONZÁLEZ CALLEJA, E.: op.cit. en nota 16, p. 55. 60 SEOANE. M.C. y SAIZ, M.D.: Cuatro siglos de periodismo en España. Madrid. Alianza editorial, 2007. p. 180. 54

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de guerra, y he fundado periódicos, y es a las hojas de estos periódicos a las que he aportado siempre mis ideas para transmitirlas a mis conciudadanos 61”.

3.2. Breve introducción de tres periódicos divergentes; El Sol, La Acción y El Socialista. 3.2.1. EL SOL El Sol, fue un diario madrileño adscrito al liberalismo progresista y a los intelectuales españoles. Se consideró en su momento uno de los periódicos más influentes de España 62 y el más prestigioso fuera de nuestras fronteras. Fernández Clemente considera que “posiblemente el Sol haya sido el más importante diario de la historia española63”. Con un discurso regeneracionista, contaba entre su ideario la transformación política y social de España. Las críticas más frecuentes le acusaban de ser un diario excesivamente intelectual y elitista. Entre sus colaboradores destacaba la figura de José Ortega y Gasset que marcó fuertemente la línea editorial del periódico 64. El Sol publicó de forma habitual abundantes editoriales contra el gobierno de García Prieto, una “feroz sátira 65” que contribuyó al desprestigio del ejecutivo ante la opinión pública. Tras el triunfo de la sublevación, El Sol se mostró de acuerdo con “la acción de saneamiento 66” aunque reclamaba que terminada la obra “El Directorio debería ceder el poder a nuevas fuerzas de tipo liberal 67”. El diario liberal fue en cualquier caso ambiguo y en ocasiones contradictorio durante la dictadura de la que podemos extraer dos etapas diferenciadas de la cabecera madrileña; una primera que denominaríamos “una benévola expectativa 68” que iría de 1923 a 1926, y una segunda abiertamente contraria a la dictadura que llegaría hasta el derrumbamiento de esta. Conforme la dictadura iba dando señales de perpetuarse, El Sol se fue distanciando hasta llegar a la “franca oposición 69”. La ambigüedad del periódico liberal se debió en parte a que se congratulaba de la desaparición de los “caducos partidos de la restauración”, pero no renunciaba a la renovación de la vida nacional, a la “constitución de [nuevos partidos] a la altura de los tiempos: un nuevo liberalismo y un nuevo socialismo 70”. 3.2.2. LA ACCIÓN. La Acción fue un periódico marcadamente católico, monárquico y patriótico, fundado en 1912 por el diputado maurista Manuel Delgado Barreto. Pocas semanas después de su primera publicación, la afiliación maurista de su línea editorial se fue diluyendo mientras iba radicalizando su lenguaje. Sus coqueteos con el fascismo italiano fueron muy notables. Se publicaron numerosas editoriales llenas de elogios hacia el gobierno de Mussolini al que mostraba como paradigma de regeneración y salvación. En los meses previos al Golpe el diario fue especialmente beligerante con el Gobierno del Marqués de Alhucemas y fiel defensor de los conspiradores. Fueron habituales y muy enconados, los ataques hacia Santiago Alba, Ministro de Estado, hasta el punto de convertirse en una auténtica fijación contra su persona. Manuel Delgado Barreto, firmaba incendiarias editoriales y artículos de opinión bajo el pseudónimo de “El Duque de G.”. Siempre mostró, a través de sus publicaciones, su afinidad con el ideario más reaccionario. Tras el Golpe quiso convertir a su periódico en el diario oficial del régimen, pero meses más tarde tuvo que dejar de publicarse por problemas económicos. Delgado Barreto pasó a dirigir La Nación, el diario más afín 61

SEOANE, M.C: op. cit. en nota 55, p. 243. El Sol fue líder de ventas con una tirada de 70.000 ejemplares en 1927 y 129.000 en 1930, en GONZÁLEZ CALLEJA, E.: op.cit. en nota 16, p. 286. 63 FERNÁNDEZ CLEMENTE, E.: op.cit. en nota 34, pp. 199-200. 64 Vid. [consulta el línea] http://hemerotecadigital.bne.es/details.vm?q=id:0000182002&lang=es [consultado el 03-VI-2012]. 65 TUSELL, J.: op.cit. en nota 9, 1998. p. 448. 66 GONZÁLEZ CALLEJA, E.: op.cit. en nota 16, p. 49. 67 Ibídem. 68 FERNÁNDEZ CLEMENTE, E.: op.cit. en nota 34, p. 200. 69 SEOANE. M.C. y SAIZ, M.D.: op. cit. en nota 60, p. 183. 70 Ibídem. 62

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al régimen. Durante la II República fue director de un semanario titulado el Fascio, donde colaboró Rafael Sánchez Mazas o el propio José Antonio. 3.2.3. EL SOCIALISTA71 El 12 de marzo de 1886 se publicó el primer número del semanario El Socialista. Nació como órgano de expresión del Partido Socialista Obrero Español. Tras no pocas dificultades económicas y persecuciones políticas, en abril de 1913 pasó a publicarse diariamente consolidando su posición como uno de los diarios más influyentes del Estado. La aportación de sus miles de militantes y simpatizantes 72 permitió la financiación de su publicación y resistir los habituales momentos de dificultad. Durante sus primeras décadas, colaboraron todos los principales personajes del socialismo español desde Pablo Iglesias a Julián Besteiro. Testigo de los principales acontecimientos de principios de siglo, mostró una actitud pacifista y crítica a la Primera Guerra Mundial, especialmente interesados en mostrar “las desastrosas consecuencias de la guerra, y muy especialmente para la clase obrera 73”. Su dilatada trayectoria siempre estuvo marcada por la persecución política y la implacable censura siendo habitual encontrar numerosos huecos en las columnas del periódico fruto de la mano del implacable censor. Los primeros años de la década de los veinte se caracterizaron además por la enconada rivalidad con el recién creado Partido Comunista. Las editoriales de El Socialista tuvieron frecuentemente como principal objetivo de sus críticas a los órganos comunistas a los que acusaban de haber dividido a la masa trabajadora. Igualmente fueron muy beligerantes con la actuación española en la guerra de Marruecos. Tras el desastre de Annual, el periódico volvió a mostrar su lado antimilitarista condenando lo sucedido con titulares como “Abajo la guerra74”, “Hay que hacer efectivas las responsabilidades75” haciendo un fuerte seguimiento del denominado expediente Picasso cuya presentación en las Cortes quedó abortada por la insurrección militar. Con el triunfo del Golpe de Estado de Primo de Rivera, el periódico sufrió de nuevo la implacable censura. A pesar de las dificultades de este periodo, el periódico tuvo buenas cifras de ventas, alcanzando en 1927 una tirada de 14.500 76 ejemplares. No abandonó durante estos años su lucha por la recuperación de las libertades y los derechos constitucionales. Los primeros días del Golpe fue de los pocos diarios que mostró cierta oposición a la sublevación a la par que solicitó a su militancia que mantuviera la calma ante las provocaciones de diversos sectores. A pesar de ciertas ambigüedades de las primeras horas, conforme se fue consolidando el régimen fue paulatinamente mostrándose muy combativo. Especialmente beligerantes fueron los artículos de Fernando de los Ríos o el propio Pablo Iglesias que escribió en 1925, pocos días antes de fallecer el artículo “el proletariado vencerá 77”.

4. DIARIO DE UN GOLPE. ANÁLISIS A TRAVÉS DE TRES PERIÓDICOS MADRILEÑOS DE LA SEMANA DEL GOLPE DE ESTADO.

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El Socialista. [consulta en línea] http://www.elsocialista.es/ [consultado el 06-VI-2012] En 1921, el PSOE contaba con 54.412 afiliados. Vid. [consulta en línea] http://www.elsocialista.es/f-hem1.jpg [consultado el 06-VI2012] 73 Ibídem. 74 Ibídem. 75 Ibídem. 76 Ibídem. 77 Vid. FERNÁNDEZ CLEMENTE, E.: op.cit. en nota 34, p. 212. 72

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4.1 JUEVES 13 DE SEPTIEMBRE. Llegan a Madrid las primeras noticias de la sublevación. La madrugada del jueves 13 de septiembre, la Capitanía General de Barcelona, con el general Miguel Primo de Rivera al frente, iniciaba los movimientos militares que desencadenaron la sublevación. Los medios de prensa madrileños aguardaban el desenlace desde hacía semanas. Casi todos los rotativos madrileños se vieron obligados a modificar a toda prisa la composición de sus páginas principales conforme iban llegando noticias desde la Ciudad Condal. El Golpe había estallado de madrugada. El frenético movimiento de redactores no cesó durante la larga noche del jueves. A primera hora de la mañana algunos diarios madrileños ya anunciaban la sublevación con grandes titulares. El diario El Sol abría con el siguiente antetítulo “ha estallado una rebelión militar78”. Para el titular, a ocho columnas, se priorizaba en los primeros movimientos del ejecutivo “El Gobierno ha estado reunido en Consejo toda la noche79”. Para el subtítulo se destacó la incomunicación de la capital española y el origen de la rebelión: “El movimiento ha empezado en Barcelona de madrugada. Madrid está incomunicado con toda España 80”. En un destacado se dejaba entrever que la línea editorial estaba a favor del cambio: “el país ha manifestado claramente su deseo inapelable de que las responsabilidades sean exigidas81”. El diario madrileño se mostraba reticente a posicionarse en sus artículos de opinión. Reconocían que era pronto para valorar lo ocurrido. No obstante encontramos frases que criticaron duramente al gobierno del Marqués de Alhucemas, sobre todo al referirse al documento que ya circulaba por los cuarteles: “en él se expone la difícil situación por que atraviesa España a causa de la inmoralidades y concupiscencias del Gobierno, como asimismo por su desacertada gestión en Marruecos y dejación de toda autoridad, consintiendo que se atente públicamente contra la patria 82”. Solo la portada recogía noticias relacionadas con la sublevación. En la primera plana los sucesos y sus titulares respondían a cierta gradación. De izquierda a derecha y de arriba abajo, los titulares guardaban un orden cronológico que arrancaba en la tarde del 12 y llegaba hasta la confirmación de la sublevación a última hora de la madrugada del día 13. El Sol denunciaba que por una parte el gobierno tratara de aparentar tranquilidad mientras que desde el día anterior se había doblado la vigilancia en las calles, se habían acuartelado las tropas, y desde las comisarias se llamaba de urgencia a todo el personal del cuerpo en previsión de graves disturbios, síntomas evidentes de que algo grave se estaba pergeñando. El Gobierno, con García Prieto a la cabeza, se reunió en el propio domicilio del Presidente desde las nueve de la noche. El Sol veía en dicha reunión la prueba más palpable de que los rumores de sublevación tenían evidente sustento. El Sol alertaba a sus lectores, desde las dos de la madrugada se había cortado la comunicación telegráfica con el resto de España. Madrid permanecía aislada. A las tres de la mañana, según fuentes del diario, se inició el movimiento en Barcelona. Minutos más tarde, el Marqués de Alhucemas partía hacia la calle Serrano, donde se reunió de urgencia en la casa particular del Ministro de la Marina, junto al Ministro de Gobernación y el de Guerra. Una vez reunidos, se trasladaron al Ministerio de Gobernación. Era la prueba evidente que desmontaba la imagen de normalidad que pretendía transmitir el Gobierno. La situación era crítica o como recoge el diario “entraña extraordinaria gravedad83”. El Sol apunta en el artículo titulado “A las cinco de la madrugada no ha terminado el Consejo de Ministros 84” el germen del estallido. El movimiento militar en Barcelona se inició, en realidad, hace cuarenta y ocho horas. Para declararla, se tomó como pretexto la manifestación separatista de anteayer. […] El Gobierno acordó en vista de lo que sucedía, destituir al general 85 Primo de Rivera del cargo de capitán general de Cataluña. Inmediatamente se produjo la rebelión militar . 78

“El Gobierno ha estado reunido en Consejo toda la noche”, El Sol. Nº 1902. 13-IX-1923. p.1 [Consulta en línea] http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000278141&search=&lang=es [Consultado el 04-IX-1923]. 79 Ibídem. 80 Ibídem. 81 Ibídem. 82 Ibídem. 83 “El Gobierno ha estado reunido en Consejo toda la noche”, Ibídem. 84 “A las cinco de la madrugada no ha terminado el Consejo de Ministros”, Ibídem.

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El Capitán General de Madrid, Muñoz Cobo, reconocía por vez primera a un redactor del Sol que en Barcelona se había sublevado la guarnición. La edición del día 13 recogía igualmente la rueda de prensa que convocó García Prieto, y en la que comparecía también el subsecretario de gobernación, el Sr. Gullón, encargado de leer el comunicado del Gobierno. En palabras del redactor del Sol, “con voz emocionada leyó la siguiente nota oficiosa, que produjo gran sensación entre los numerosos periodistas presentes porque supera en gravedad a los que se imaginaba hasta aquel momento86”. La nota se publicó en mayúsculas: El capitán General de Cataluña, en la noche pasada, ha declarado por sí el estado de guerra en aquella región. Se ha incautado de las comunicaciones y se ha dirigido a los de otras regiones, invitándoles a secundar su actitud, para explicar la cual ha dado un manifiesto al país anunciando que el ejército pide al Rey, para salvar a la patria, la separación de los actuales ministros y de los políticos de la gobernación del Estado. Las fuerzas militares de alguna de aquellas parece que se disponen a seguir el mismo camino de rebeldía. El Gobierno, reunido en Consejo permanente, cumple el deber de mantenerse en su puesto, que solo abandonaría ante la fuerza, si lo promotores de la sedición se decidieran a arrastrar 87 todas las consecuencias de sus actos. Su Majestad el Rey llegará hoy a Madrid .

El periódico omitió realizar interpretación alguna de dicho comunicado. El resto del diario no aportaba ninguna otra novedad significativa. El periódico liberal trató las primeras noticias desde la asepsia periodística sin apenas mostrar posicionamiento alguno, dejando que los propios hechos fueron desarrollándose. El movimiento en la redacción tuvo que ser frenético de madrugada puesto que recoge noticias ocurridas a muy altas horas. La portada recoge la viñeta satírica de Bagaria, que en esta ocasión, muestra a miembros del gobierno llorando delante de tres frondosos árboles; sindicalismo, Marruecos y el separatismo. Un personaje que representa al pueblo les dice: “no lloréis ahora: son árboles que plantaron vuestras propias manos. Y viven de mi savia88”. Por su parte, la portada del diario La Acción era una paradigmática declaración de intenciones. El titular a toda página: “El ejército interpreta el sentir de España 89” y cuyo subtítulo recogía: “Y pide al Rey que aparte a los políticos de la gobernación del país 90”. Tan sólo el subtítulo se mostraba descriptivo. En contraste podemos leer en el antetítulo “La hora suprema del adecentamiento 91” como muestra evidente de la gran identificación con los principios del Golpe. En el sumario que acompañaba a los titulares volvemos a encontrar la línea editorial que venía difundiendo desde hacía meses: “el país lo recibe [el Golpe] con simpatía porque tiene la esperanza de verse libre de los políticos profesionales92”. Dicho sumario bien podemos considerarlo como un editorial donde resume y recoge de forma sintética pero inequívoca su adhesión a la sublevación que se originaba en Barcelona: Todos los ciudadanos deben contribuir a que la nación salga redimida y fortalecida de este trance. No son momentos de excitación, sino de serenidad, y por eso nosotros, que sentimos la íntima satisfacción de un triunfo espiritual, queremos ser hoy los más prudentes consejeros y los más imparciales comentaristas. En estos momentos no 93 debe haber militares ni paisanos, sino españoles decididos a acabar con el vil sistema político imperante .

Debemos destacar de esta declaración de intenciones, que desde las primeras horas del Golpe, La Acción, consideró la sublevación como un movimiento triunfal y regenerador cuya victoria también hacía propia. Por otro lado, la declaración de imparcialidad cuanto menos choca con el resto del texto donde lejos de primar la información, se prioriza la opinión editorial. La portada recogía en toda su extensión artículos de opinión donde apenas había espacio para la información de lo sucedido. En la primera plana dejaron igualmente espacio para insertar una fotografía a dos columnas del protagonista del Golpe, el Capitán General Miguel Primo de Rivera.

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Ibídem. “El capitán general de Cataluña se subleva y pide al Rey que aparte a los políticos de la gobernación del Estado” Ibídem. 87 Ibídem. 88 Viñeta, Bagaria, Ibídem. 89 “El ejército interpreta el sentir de España”, La Acción. Nº 2546. 13-IX-1923. p. 1. [consulta http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0003616687&page=1&search=l&lang=es [consultado el 7-VI-2012]. 90 Ibídem. 91 Ibídem. 92 Ibídem. 93 Ibídem. 86

en

línea]

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El Director de la publicación, Manuel Delgado Barreto, editorializaba la noticia sin apenas informar sobre los hechos acontecidos. En su columna “un artículo trasnochado 94”, mostró orgullosamente que fue un firme defensor de la necesidad de un enérgico cambio de rumbo “Puse el dedo en la llaga […] España sentía lo que torpemente exteriorizó mi pluma95”. Las duras críticas hacia la clase política tenían un tono beligerante que iba más allá de la disputa política. “Ellos nos han llevado a la ruina; pero ¡anda que el día que empecemos a llevarlos a la horca! 96”. En el artículo titulado “nosotros, con el ejército 97” el editorialista exponía su apoyo sin fisuras al cuerpo militar, incluso fue más allá afirmando: “nosotros no necesitamos decir que estamos con el ejército. Si no fuera petulancia inadmisible, diríamos que el ejército estaba con nosotros 98”. Líneas más adelante se hacía un análisis de las líneas rectoras del programa de los conspiradores entre las que destacaba “solución digna, pronta y eficaz al problema de Marruecos […] ahorro de todo aquello que se considere superfluo […] cortar de raíz los gérmenes del separatismo […] que la justicia sea absolutamente independiente de la política 99”. Sobre las dudas que se ceñían sobre el futuro de la Corona, el periódico mostró su firme adhesión a la causa monárquica: “Le consta al mismo Rey nuestra lealtad 100”. Como vemos, el diario primó de forma extraordinaria la opinión sobre la información. La Acción convirtió su página principal en un paradigmático panegírico sobre los conspiradores alzados. La fuerte personalidad de su director mostraba sin ambages una línea editorial que iba sin fisuras de la mano de los golpistas. La página segunda y parte de la tercera fue donde la Acción recogió la información de lo acontecido. Bajo el título “La trágica noche en Madrid, impresiones de un observador 101”, arrancaba desde la esquina inferior derecha de la portada una extensa crónica que cronológicamente fue narrando las primeras horas del Golpe en Madrid. A modo de última hora, La Acción dedicó toda su contraportada a recoger los últimos acontecimientos. La Acción, como hemos visto, tuvo un tratamiento informativo diametralmente distinto al diario El Sol. Los primeros no esperaron que los acontecimientos se fueran desarrollando para posicionarse como fue el caso del diario El Sol. El Sol fue por ello más ambiguo durante las primeras horas del Golpe ciñéndose a narrar lo acontecido. La Acción partía con ventaja respecto a otros diarios cuyas ediciones se publicaban por la mañana. Los vertiginosos sucesos se encadenaban de forma febril. Los diarios de la mañana apenas pudieron recoger las primeras noticias acaecidas de madrugada, en cambio, La Acción, tuvo el inestimable tiempo añadido de poder incluir las de primera hora de la mañana. Pudo incluso realizar una pequeña gacetilla de prensa con un resumen de lo que el resto de medios recogían en sus páginas principales. Por su parte, el diario obrero El Socialista abría con el titular “Se subleva el capitán general de Cataluña y declara el estado de guerra en Barcelona 102”. El diario socialista utilizaba el término “sedición militarista” en el antetítulo para definir el alzamiento militar. Para el subtítulo, el diario obrero, recogía las demandas de mundo obrero “el pueblo pide que depuren las responsabilidades por el desastre marroquí, que se castigue a los culpables civiles y militares y que se ponga término a la guerra de Marruecos 103”. En el artículo de opinión titulado: “¡Serenidad, trabajadores! 104” el diario socialista mostraba su cautela a la hora de sopesar lo ocurrido: “Carecemos de datos concretos que nos permitan formular un juicio lo más

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“Un artículo trasnochado”, Ibídem. Ibídem. 96 Ibídem. 97 “Nosotros con el ejército”, Ibídem. 98 Ibídem. 99 “Las bases de un programa”, Ibídem. 100 “Primero salvar a España”, Ibídem. 101 “La trágica noche en Madrid, impresiones de un observador”, Idem. p. 2. 102 “Se subleva el capitán general de Cataluña y declara el estado de guerra en Barcelona”, el Socialista. Nº 4554, 13-IX-1923. p.1. http://granada.intecna.es/fundacionpabloiglesias/fpi/contenidofpi_internet.jsp?internet=true&cod_ [consulta en línea ] tip_contenido=4&accion=leer&clase=es.intecna.dinainf.estructura.Contenido&cod_contenido=221523 [consultado el 5-VI-2012] 103 Ibídem. 104 “Serenidad trabajadores”, Ibídem. 95

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exacto posible105”. Su postura expectante coincidía con la que mantenía el propio Partido Socialista, cuyos líderes no veían con malos ojos un cambio de gobierno. En cambio, el diario enfatizaba en la necesidad de que los responsables del desastre de Marruecos asumieran sus responsabilidades. “¡Justicia, justicia, justicia!. Esto grita a los cuatro vientos el pueblo español 106”. Por último, el diario condenaba la sedición si esta tenía como compromiso evitar que los militares responsables del desastre marroquí pagaran por lo ocurrido. Advertían del cariz “encendidamente reaccionario 107” del golpe, contraproducente para los intereses del mundo obrero. La portada, dividida en tres columnas, tenía situada en el centro el artículo más trascendente, aquel que firmaban los dirigentes del Partido Socialista y UGT, y que bajo el título “El Partido Socialista y la Unión General de Trabajadores exponen su actitud ante la opinión pública 108”. Dicho manifiesto estaba firmado por Francisco Núñez Tomás, Pablo Iglesias, Francisco Largo Caballero y Julián Besteiro. El documento tiene un valor histórico añadido puesto que deja clara la postura, ciertamente ambigua, de la cúpula del socialismo español. Reconocían en primer término que no contaban con muchos datos, ni tan siquiera conocían el contenido del manifiesto de los golpistas. Tras advertir que eran, y habían sido muy críticos con el Gobierno, mostraban sin ambages su repulsa a la sedición militar. Los motivos esgrimidos eran diversos. Vaticinaban que la guerra marroquí se intensificaría y señalaban al informe Picasso como detonante de la sublevación. No faltaron palabras críticas hacia el monarca por la inacción de las primeras horas, esperando cómo se desarrollaban los acontecimientos para entonces posicionarse. En conclusión, los dirigentes socialistas exigían de sus militantes: “la actitud de la masa trabajadora […] debe consistir, no en agrandar, sino por el contrario en aislar esa sedición109”. Es por ello el único manifiesto abiertamente contrario al Golpe de cuantos hemos analizado a pesar de ser ciertamente ambiguo en cuanto a qué medidas adoptar ante tal situación. En el artículo que aparece en la columna derecha titulado “Significación del movimiento 110”, volvía a aparecer la cautela a la hora de analizar lo ocurrido pero mostraba su abierta desconfianza hacia la jerarquía militar fijándose en anteriores actuaciones que lejos de solucionar los problemas del país: “han tenido como consecuencia, no sólo no evitar aquellas corruptelas que perseguían, sino que éstas subsisten aumentadas cada día 111”. De nuevo se volvía a señalar como verdadero detonante el encontrarse en las vísperas de que la Comisión de Responsabilidades formulase el dictamen donde varios militares entre los que se encontraban los generales Navarro, Berenguer y Cavalcanti serían condenados por los desastres de Marruecos. El resto de la portada y la segunda página del diario socialista se dedicaban por su parte a textos informativos de relieve, las noticias propiamente dichas relativas de lo acontecido. La sucesión de hechos recogía similar secuencia que veíamos descrita en el diario El Sol. Si relacionamos lo publicado en los tres periódicos analizados se puede realizar una clara gradación que iría desde la condena al Golpe del diario El Socialista, a la complicidad y apoyo sin ambages del periódico La Acción, teniendo en el diario El Sol, la postura más tibia, priorizando lo que Jorques Jiménez112, clasifica como textos informativos de relieve, con la sucesión de noticias que buscan la objetividad y la reproducción de lo acontecido, frente a los textos de acumulación (columnas de opinión y editoriales principalmente) que son los que prioriza el periódico La Acción, mostrando más interés en difundir su opinión y muestras de adhesión que en recoger la sucesión vertiginosa de acontecimientos, en una madrugada que cambió el rumbo de la historia de España.

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Ibídem. Ibídem. 107 Ibídem. 108 ”El Partido Socialista y la Unión General de Trabajadores exponen su actitud ante la opinión pública”. Ibídem. 109 Ibídem. 110 “Significación del movimiento”, Ibídem. 111 Ibídem. 112 ALIA MIRANDA, F.: Técnicas de investigación para historiadores. Las fuentes de la Historia. Madrid. Ed.Síntesis. 2005. p. 334. 106

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4.2. VIERNES 14 DE SEPTIEMBRE. El Rey llega a Madrid. Declaración del Estado de Guerra y dimisión del Gobierno. Transcurridas las primeras horas tras el Golpe de Estado, la jornada del viernes se iniciaba con muchos interrogantes que continuaban sin respuesta. ¿Triunfaría el Golpe Militar?, ¿Cuál sería la postura del monarca?, ¿Cómo se manifestaría la población ante la gravedad de los hechos? ¿Qué sucedería con el todavía Gobierno de la Nación?. La prensa del viernes recogía el viaje del monarca desde el Palacio de Miramar de San Sebastián hacía la capital de España. Según el diario El Sol, el Marqués de Alhucemas reclamó la presencia urgente del monarca en Madrid, en cambio “el monarca dijo que cerca de San Sebastián estaba descargando un fuerte temporal y hacía muy aventurado el viaje en automóvil 113”. La decisión de prorrogar el viaje le permitía ganar unas horas para observar cómo se desarrollaban los acontecimientos. Sus primeras decisiones al llegar a la capital española fueron aceptar la declaración de Estado de guerra en Madrid impuesto por los sublevados y encargar a Primo de Rivera la formación de Gobierno. A las diez y treinta y cinco, salía García Prieto de Palacio tras solicitar la dimisión de todo su Gobierno. El Rey aceptó la dimisión, a pesar de mostrarse, según recoge en un breve El Socialista, ciertamente ambiguo al proclamar al Presidente: “Habiéndose servido manifestar su majestad que tanto por la falta de elementos de juicio suficientes como por la importancia de las medidas propuestas, necesitaba reflexionar114” Los hechos se sucedían incesantemente y los periódicos madrileños hacían un esfuerzo ímprobo por recoger en sus columnas los cambios que se habían producido en las últimas horas. En la jornada del viernes, los diarios ya tenían los datos suficientes para ir posicionándose y relatando de forma más ordenada el acontecer más inmediato. El Socialista priorizaba para su titular el último intento del agónico ejecutivo por parar la sublevación: “El Gobierno pide la destitución de los capitanes generales sublevados y propone la inmediata reunión del Parlamento 115”. El antetítulo vaticinaba la irreversibilidad de la situación “en plena dictadura militar 116”, mientras que el subtítulo se encargaba de recoger los últimos movimientos del monarca “El rey encarga la formación de Gobierno a los militares y autoriza la declaración del estado de guerra en Madrid 117”. El diario El Sol utilizó como titular “Forzosamente se resolverá hoy la situación con un Gobierno apolítico, bajo un Directorio militar 118”. La Acción, cuya publicación era posterior a los anteriores diarios citados recogió en la portada “El Rey acepta la dimisión del Gobierno 119”. El antetítulo recogía “los comienzos del cambio de régimen120”. Respecto a los contenidos, La Acción dedicó sus dos primeras páginas más la contraportada a la sublevación militar. Abundaron de nuevo los artículos de opinión con claras muestras de adhesión a los militares sublevados: “todos debemos contribuir al afianzamiento del nuevo régimen121”. El Sol fue mucho más extenso dedicando cuatro páginas completas más buena parte de su contraportada.

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“La ausencia del Rey”, El Sol. Nº 1902. 14-IX-1923. p. 2. [consulta en línea] http://hemerotecadigital.bne.es /issue.vm?id=0000278200&page=1&search=ll+sol&lang=es [consultado el 09-VI-2012]. 114 “El señor García Prieto presenta al Rey la dimisión de todo su Gobierno”, El Socialista. Nº 4555. 14-IX-1923. p. 2. [consulta en línea] http://granada.intecna.es/fundacionpabloiglesias/fpi/contenidofpi_internet.jsp?internet=true&cod_tip_contenido =4&accion=leer&clase=es.intecna.dinainf.estructura.Contenido&cod_contenido=221524 [consultado el 8-VI-2012]. 115 “El gobierno pide la destitución de los capitanes generales sublevados y propone la inmediata reunión del Parlamento”, Ibídem. 116 Ibídem. 117 Ibídem. 118 “Forzosamente se resolverá hoy la situación con un Gobierno apolítico, bajo un Directorio militar”, El Sol. Nº 1903. 14-IX-1923. p. 2. 119 “El Rey acepta la dimisión del Gobierno”, La Acción. Nº 2547. 14-IX-1923. p. 1. [consulta en línea] http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0003616709&page=1&search=l&lang=es [consultado el 8-VI-2012]. 120 Ibídem. 121 “La primera nota y el primer bando del Director militar”, Ibídem.

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La Acción anunció que el recién nombrado Directorio Militar tendría un carácter efímero “durará solamente las horas necesarias para que se constituya un Gobierno militar interino 122”. En su editorial, firmado de nuevo por “el Duque de la G.”, se mostraba exultante por el devenir de los acontecimientos: “¡Que si estoy satisfecho! ¡Es natural!, lo estoy por mi país […] como uno de tantos españoles que se alegran del bien de su Patria 123”. El director utilizaba en su editorial un lenguaje metafórico donde el enfermo era el país, y los sublevados los cirujanos “lo que haya que amputar para la salvación del organismo ha de ser amputado sin vacilaciones124”, haciendo constante referencia a la necesidad de ser contundente en los cambios y que estos sean enérgicos. El Sol, en cambio, mostraba cierta ambigüedad ante los hechos que venían recogiendo sus columnas. En su opinión, la decisión del monarca era fácil de presagiar “no es difícil adivinar el sentido de su urgente decisión 125” refiriéndose a la improbable decisión apoyar a un Gobierno cuyo crédito estaba agotado, mientras que los militares habían manifestado sus convicciones monárquicas (no olvidemos que el manifiesto se cerraba con un inconfundible “Viva el Rey”) y contaban con el apoyo, “plena adhesión y simpatía pública 126”. El Sol en el citado artículo se vanagloriaba de haber defendido siempre la pureza y la regeneración política “nuestro afán ha sido procurar una mayor pureza en las costumbres políticas […] y la transferencia del Poder a hombres nuevos, a gentes no usadas 127”, a la par que reivindicaba el espíritu de las Juntas de defensa de 1917, relacionando éstas con el nuevo movimiento golpista e instaban a los “pronunciados” a no caer en los mismos errores que cayeron éstas en 1917. Es decir, el diario El Sol, lejos de censurar el golpe de Estado, se limitaba a asesorar a los golpistas y a marcarles los objetivos que deberían cumplir para ganarse su incondicional apoyo: “Esta lección debe ser aprovechada por los militares que hoy renuevan de modo más eficaz el movimiento de entonces 128”. En la edición del viernes, la viñeta de Bagaria se desplazaba a la página tercera con un texto muy clarificador sobre la línea editorial del periódico, el personaje que representaba de forma habitual al pueblo afirmaba: “La mueva quien la mueva, me parece bien; el agua empantanada es infecciosa 129”. El editorialista de El Socialista parecía replicar al dibujante al afirmar: “Que se remuevan las aguas pestilentes, sea quien sea el que las mueva, oímos decir con mucha frecuencia. He ahí una falsa ilusión130”. La página cuarta de El Sol recogía el manifiesto 131 de los golpistas publicado el día anterior en la prensa barcelonesa, el título “Al País y al ejército132”, por su parte, El Socialista lo incluyó en su primera plana. El Socialista publicaba a su vez un manifiesto redactado por la Casa del Pueblo madrileña. En términos generales coincidía con el de las Comisiones Ejecutivas del PSOE y UGT. En el mismo llaman a la serenidad e invocando siempre la exigencia de justicia ante los responsables de Annual. En un sentido editorial titulado “En estas horas tristes 133” el autor, Manuel Cordero, exhortaba en momentos tan difíciles a no abnegarse, en un texto que bien podría considerarse paradigma de la postura del periódico durante las primeras semanas del Golpe: “Horas tristes y amargas son éstas. Zozobrante o acaso caído el Poder civil a los pies de una dictadura militar, no es nada halagador; pero no nos abatamos tampoco. Ellos son el pasado que vuelve; nosotros, el futuro que triunfará. Serenidad sí; indiferencia, no 134”. El Socialista salía igualmente al paso de los rumores que le acusaban de agitar al pueblo: “No es verdad que la Unión General y el Partido Socialista hayan autorizado a nadie para declarar movimientos ni algaradas 122

“El Rey acepta la dimisión del Gobierno”, Ibídem. Ibídem. 124 Ibídem. 125 “Forzosamente se resolverá hoy la situación con un Gobierno apolítico, bajo un Directorio militar”, op. cit. en nota 118. p. 2. 126 Ibídem. 127 Ibídem. 128 Ibídem. 129 Viñeta de Bagaria, El Sol. Nº 1902. 14-IX-1923. p. 3. 130 “En estas horas tristes”, El Socialista. Nº 4555. 14-IX-1923. p. 1. 131 Ver anexo I 132 “Al País y al ejército”. El Sol. Nº 1902. 14-IX-1923. p. 4. 133 “En estas horas tristes”, op. cit. en nota 130. p. 1. 134 Ibídem. 123

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que no creemos oportunos 135”. Con estas líneas, el periódico evitaba las posibles acusaciones de alentar las revueltas en el hipotético caso de que se produjesen, del mismo modo que era una táctica de pura supervivencia en caso de que la dictadura militar buscase chivos expiatorios antes graves problemas de orden que finalmente no se produjeron. En referencia a los movimientos del monarca, La Acción describía en un breve en su segunda página la llegada del Rey a Madrid. En la Estación del Norte fue recibido a las nueve y cuarto de la mañana por el Gobierno y el Capitán General de Madrid. El diario de Delgado Barreto destacaba que el monarca “iba muy sonriente 136”, donde el diario quería dejar entrever la distensión del monarca en momentos tan complejos como evidente señal de adhesión a los hechos acontecidos.

4.3. SÁBADO 15 DE SEPTIEMBRE. Composición del Directorio Militar. Se impone la censura a la prensa. Tras la aceptación por parte del Rey de la dimisión de García Prieto y sus Ministros con el consiguiente encargo a Primo de Rivera para formar el nuevo gobierno, la actividad periodística del sábado 15 se centró en analizar la composición del nuevo Directorio. El Sol abrió portada con una fotografía a seis columnas con buena parte del Directorio tras entrevistarse con el Rey en el Palacio Real. El titular utilizado “El general Primo de Rivera, encargado de formar Gobierno, llegará esta mañana 137”, y cuyo antetítulo recogía “el rey acepta la situación militar 138”. El tercer día desde el inicio del Golpe trajo consigo una novedad que modificó considerablemente el tratamiento informativo en los medios escritos, el Directorio impuso la censura como una de sus primeras decisiones. El diario liberal, justifica en un escueto destacado, la razón por la cual se han suprimido los artículos de opinión, ciñéndose casi en exclusiva en la exposición aséptica de los hechos. El comunicado afirmaba: Pueden haber tenido los dueños de la situación razones poderosas para inaugurar sus funciones suprimiendo la libertad de escribir. No podemos discutirlas. Pero no sabemos escribir sin libertad. No querríamos, aunque supiéramos. A continuación encontrarán los lectores toda aquella información que se nos permite publicar. Comentarios, no; intentos de comentario, menos. Comente cada cual a su gusto139.

Es por ello que el número del sábado estaba copado por noticias breves en su mayoría que van relatando lo acontecido con la ausencia total de opiniones propias. La viñeta de Bagaria muestra soterradamente la denuncia a la censura impuesta, al recoger en su recuadro satírico: “Vuestro caricaturista se os ofrece desde este momento, lectoras y lectores, como dibujante de bordados, paisajes de abanico, postales de ‘souvenirs’ y estampas de primera comunión 140”. Como afirma Mª Cruz Seoane; el dibujante sufrió en adelante como pocos la arbitrariedad del censor al ser “uno de los más afectados por el lápiz rojo 141”. El Socialista soportó igualmente en su edición del sábado las primeras órdenes de censura. En su portada se podía leer “Estamos sometidos142”, tras haber sido citados los periodistas por la Capitanía General para explicarles las directrices de la censura previa. Allí se les dio órdenes tajantes, que así trasladaron a sus lectores: “queda prohibido tratar en nuestro diario de la guerra de Marruecos. No se tolerará hacer la crítica de la situación actual 143”. El diario se lamentaba en los siguientes términos: “creemos que los actuales momentos

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El Socialista. Nº 4555. 14-IX-1923. p. 2. “La llegada del Rey a Madrid”, La Acción. Nº 2547. 14-IX-1923. p. 2. [consulta en línea] http://hemerotecadigital.bne.es /issue.vm?id=0003616731&page=1&search=l&lang=es [consultado el 12-VI-2012]. 137 “El general Primo de Rivera, encargado de formar Gobierno, llegará esta mañana”, El Sol. Nº 1903. 15-IX-1923. p. 1. [consulta en línea] http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000278250&page=4&search=ll+sol&lang=es [consultado el 12-VI-2012]. 138 Ibídem. 139 Ibídem. 140 “Viñeta Bagaria”, Idem. p. 2. 141 SEOANE. M.C. y SAIZ, M.D.: op. cit. en nota 60, p. 184. 142 “Bajo el Directorio Militar”, El Socialista. Nº 4556. 15-IX-1923. p. 1. [consulta en línea] http://granada.intecna.es/fundacionpabloiglesias/fpi/contenidofpi_internet.jsp?internet=true&cod_tip_contenido=4&accion=leer&clase =es.intecna.dinainf.estructura.Contenido&cod_contenido=221525 [consultado el 11-VI-2012]. 143 Ibídem. 136

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son los más gravísimos por que jamás pasó la historia de España 144”. Los siguientes párrafos estaban tapados por una mancha blanca, un hueco en la columna que fue muy característico en ediciones posteriores 145. A pesar de la censura previa continuaron las críticas hacia los protagonistas del Golpe pero en tono menos encendido que en las ediciones pasadas: “Estamos pues sometidos a las indiscutibles órdenes, que […] no pueden ser en modo alguno coincidentes con nuestro pensamiento 146”. Del mismo modo encontramos un ataque frontal contra la censura impuesta en varios párrafos de la portada “Nos hallamos sometidos a la previa censura, y esto es tanto como negarnos el derecho a escribir. Es asfixiar nuestro pensamiento 147”. El resto del diario se ocupaba de las noticias que iban produciéndose, destacando entre otras las declaraciones de Primo de Rivera anunciando que presentaría al Rey esa misma tarde la composición del Directorio Militar. A las preguntas de los periodistas, Primo de Rivera volvía a insistir en el carácter provisional y transitorio del Directorio “queremos que después de nuestra actuación en esta primera etapa el Gobierno nos lo dé en su día el país, después de hacer un examen de los hombres sanos, honrados y laboriosos que pueden formar el definitivo Gabinete, y si tiene confianza en la actuación nuestra 148”. Como podemos comprobar, decretar la censura previa, tuvo unas consecuencias inmediatas. Se redujo considerablemente las columnas dedicadas a la opinión. Por el contrario, los diarios se convirtieron en una sucesión de noticias breves que trataban de relatar de forma aséptica los hechos acaecidos en la capital española. Muy distinto panorama encontramos en el diario La Acción. El titular de portada “Primo de Rivera preside un nuevo Directorio 149” recogía la nueva composición y estructura del ejecutivo. El antetítulo hacía por su parte referencia a la eliminación de los políticos profesionales. La casta política derrocada fue el centro de los ataques del editorialista. En un destacado, el tono del texto sonaba ciertamente amenazante: “Tan pronto como se normalice la situación, empezaremos a acusar a los políticos y sus secuaces, que creemos deben ser juzgados para bien de España 150”. Delgado Barreto, en su editorial del día, va mucho más allá de la simple adhesión, se atribuye prácticamente la paternidad del Golpe: “De mi adhesión al movimiento renovador a que asistimos no se puede dudar. Si no soy su padre, me parezco mucho, y me asiste, más que el derecho, la obligación de aconsejar […] 151”. Apelaba a establecer cuantas medidas coactivas fueran necesarias para afianzar lo que denominaba como nuevo régimen, priorizando una que el código deontológico de cualquier periodista no permitiría ni citar pero que El duque de la G. consideraba ineludible: “Mientras se organiza la nueva situación no se han de oír voces discrepantes, ni de la derecha ni de la izquierda, menos aún las que se encaminen a crear dificultades. El ‘ordeno y mando’ está ahora en su punto, no solamente como fórmula, sino como procedimiento efectivo e inapeable 152”. No sólo abogó por abolir la libertad de prensa, solicitó del nuevo poder establecido, las más duras penas para aquellos que a través de sus opiniones contraviniesen la voluntad de los militares: “desde el apercibimiento hasta el juicio sumarísimo153”. El resto de medidas que reclama al nuevo poder pasaban igualmente por la destitución de las Corporaciones locales y Diputaciones, y la reducción de la administración pública; “supresión radical de todos los Consejos, consejillos, juntas, juntitas, organismos y madrigueras inútiles

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Ibídem. Como afirma González Calleja “La aparatosa acción de la censura […] mostraba sus dentelladas en los espacios blancos de las planas o en las rayas negras de los tipos vueltos del revés”, en GONZÁLEZ CALLEJA, E.: op.cit. en nota 16, p. 56. 146 “Bajo el Directorio Militar”, op. cit. en nota 142. p. 1. 147 Ibídem. 148 “En capitanía el Señor Primo de Rivera dice que formará un directorio militar que actuará veinte o treinta días”, Ibídem. 149 “Primo de Rivera preside un nuevo Directorio”, La Acción. Nº 2548. 15-IX-1923. p. 1. 150 Ibídem. 151 “Los primeros pasos en la nueva situación”, Ibídem. 152 Ibídem. 153 Ibídem. 145

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donde se agazapan los chupópteros, flor y nata de las clientelas caciquiles154”. Exigió en definitiva: “Muchas obras y las menos palabras posibles155”. El periódico más afín a los golpistas inundó sus páginas de opiniones más o menos dirigidas a mostrar a la opinión pública la inevitabilidad del Golpe y la práctica unanimidad del respaldo popular con el que contaba el alzamiento militar: “Hemos triunfado ruidosamente, por plebiscito nacional, con el unánime asentimiento del país 156”. Nótese que el diario primorriverista fue el único que utilizaba la primera persona del plural para relatar la sedición militar. Delgado Barreto siempre se sintió parte activa de la sublevación golpista.

4.4. DOMINGO 16 DE SEPTIEMBRE. La prensa analiza la composición del Directorio. El Sol abría la mañana del domingo con referencia casi exclusiva a la nueva composición y estructura del Directorio militar y a las declaraciones que Primo realizó al periódico acerca de diversos temas. Mostraba en portada el siguiente titular: “Se ha suprimido los cargos de Presidente del Consejo, Ministro y Subsecretario 157”. El texto del decreto en cuestión se reprodujo íntegro y en él se destacaba la nueva configuración con la supresión del anterior organigrama de Consejo de Ministros para pasar a un Directorio con único Presidente, más nueve vocales. Según venía recogido en el artículo 3º del decreto que sancionaba el monarca: “El presidente del Directorio, con las facultades de ministro único, someterá a mi firma, asesorado previamente del Directorio, las resoluciones de todos los departamentos ministeriales158”. Dicho decreto daba plenos poderes a Primo de Rivera, reorganizando por completo la estructura del ejecutivo. El periódico liberal tan solo constató, en una breve columna de opinión donde podemos encontrar cierto tono crítico, que la aprobación del decreto suponía la tácita derogación de la Constitución de 1876, puesto que contravenía los principales preceptos constitucionales 159. En páginas interiores, el diario liberal analizó la composición del Directorio haciendo una breve descripción biográfica de los nueve generales que lo formaban. No encontramos artículos de opinión críticos con el desarrollo de los acontecimientos. Por el contrario, abundaron las noticias donde se destacaba la falta de incidentes en el resto de capitales y las fervorosas muestras de entusiasmo que todavía perduraban en la capital catalana 160. El resto de diarios analizados no publicaban en domingo.

4.5. LUNES 17 DE SEPTIEMBRE. El nuevo Directorio suprime las garantías constitucionales. El lunes 17 de septiembre comenzaba el proceso que tanto ansiaba el editorialista de La Acción. Nos referimos al de depuración de responsabilidades. El diario primorriverista titulaba en su portada: “Se abre el proceso nacional de las responsabilidades161”. Como no podía ser de otra manera, Delgado Barreto se mostraba exultante ante lo que consideraba proceso capital para el bien de las reformas. Continuó con el lenguaje adoctrinador, abundando en consejos hacia el nuevo poder establecido: “Es necesario que la inhabilitación, el encarcelamiento o el destierro separe de la vida española, y muy especialmente de la vida pública, a los hombres que la envilecieron 162”. El proceso que se iniciaba contra el ministro de Estado Santiago Alba, enemigo donde los tuviera Delgado Barreto, mostraba al editorialista de La Acción pletórico. La relación entre el director y el ministro se había enconado en las últimas semanas previas al Golpe hasta llegar a las más feroces descalificaciones 154

Ibídem. Ibídem. 156 “Por no escuchar un consejo”, Ibídem. 157 “Se ha suprimido los cargos de Presidente del Consejo, Ministro y Subsecretario”, El Sol. Nº 1904. 16-IX-1923. p. 1. [consulta en línea] http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000278301&search=&lang=es [consultado el 13-VI-2012] 158 Ibídem. 159 Vid. “¿Ha sido un olvido?”, Ibídem. 160 Vid. “Siguen en Barcelona las manifestaciones de entusiasmo”, Idem. p. 3. 161 “Se abre el proceso nacional de las responsabilidades”, La Acción. Nº 2549. 17-IX-1923. p. 1. [consulta en línea] http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0003616794&page=1&search=l&lang=es [consultado el 14-VI-2012] 162 “Vamos a ver si es verdad”, Ibídem. 155

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personales. Era de tal calibre el enfrentamiento, que el propio Delgado Barreto no firmó esta vez con su pseudónimo “porque he de hablar de asuntos personalísimos163”. Para el director de La Acción, llegó a tal virulencia el enfrentamiento que “no era posible defenderse más que de dos modos: pegándole un tiro o derribándole de su posición […]164”. Tras las innumerables querellas del ministro contra Delgado Barreto, el ánimo del director se iba mermando, hasta que el golpe de Estado daba la vuelta a la tortilla. El ministro sería procesado. En cambio, Santiago Alba huyó de España acusado de malversación y apropiación de caudales públicos, tráfico de influencias y otras acusaciones relacionadas con la corrupción política, lo que hacía a Delgado Barreto saborear la victoria más dulce que jamás había conseguido. Fue su editorial más extenso, ocupaba la página de portada completa. Ni el propio alzamiento militar tuvo un editorial tan extendido. En otro orden de cosas, La Acción recogía en páginas interiores varios breves con las últimas medidas tomadas por el nuevo ejecutivo entre las que destacaba la disolución de las Cortes Generales, cuyo decreto publicó La Gaceta de Madrid. Su artículo único recogía: “Se declaran disueltos el Congreso de los Diputados y la parte electiva del Senado165”. Del mismo modo, el diario se hacía eco de la suspensión de las garantías constitucionales 166. Fueron precisamente estas dos noticias las que destacó en portada El Socialista en la mañana del lunes 17. El titular escogido: “Han sido disueltas las Cortes167”. Un destacado advertía a los lectores “Las páginas de el Socialista aparecen revisadas por la censura militar168”. Dicho rótulo apareció insistentemente en la cabecera del periódico durante los largos años de la dictadura primorriverista. El diario socialista enumeró los diferentes periódicos que mostraron su clara adhesión al nuevo ejecutivo entre los que se encontraban; El Debate, La Acción, El Universo, El Siglo Futuro, así como otras colectividades como la Confederación patronal española, la minoría maurista del Ayuntamiento de Madrid, los somatenes de Cataluña y los Sindicatos de obreros católicos, entre otros 169. El periódico obrero se hizo eco de la extensa entrevista que el Marqués de la Estrella había concedido al diario El Sol y destacaba la creación del Gran Somatén, y las próximas operaciones programadas para la guerra de Marruecos. El Socialista trataba de defenderse de las críticas que acusaban de inmovilismo a la clase trabajadora en circunstancias como las que el país vivía. El diario obrero trataba de zanjar la polémica: Gentes egoístas o ignorantes hablan fácilmente de revolución. Hacer una revolución quizá no sea difícil; saber para qué se hace ya no es tan fácil […]. A las gentes del medio burgués que preguntan ‘ingenuamente’ por qué no se hace la huelga general que derroque la sublevación triunfante, habría que preguntarles a su vez si se mostrarían conformes con la implantación del régimen socialista en el caso de que triunfase esa huelga general que tanto anhelan. Pero no; ellos quisieran que los trabajadores expusieran otra vez sus vidas, que se prestasen nuevamente a ser en las calles carne de cañón, para después, al encontrarse libre de obstáculos la situación, don Alfonso llamase nuevamente a los liberales o a los conservadores al Poder, como si aquí no hubiese ocurrido nada.[…] Y como decimos anteriormente, los obreros organizados no creen llegado el momento de hacer ‘su’ revolución170.

Encontramos en este editorial la piedra angular del posicionamiento de la clase trabajadora y de sus representantes políticos ante la sublevación militar. Acusados de inmovilismo, el Partido Socialista no quiso que su militancia protagonizase la oposición al nuevo régimen. No querían ser las víctimas de una situación que beneficiaría a los mismos que habían provocado la caótica situación. La censura previa seguía alterando los contenidos del El Socialista que se quejaba amargamente de la doble censura que sufrían sus ediciones, puesto que en algunas ciudades se había prohibido su distribución a 163

“Por todo el tiempo que he callado”, Ibídem. Ibídem. 165 La Gaceta de Madrid. Nº 260. 18-IX-1923. p. 1121. [consulta en línea] http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1923/260/A0112101121.pdf [consultado el 20-VI-2012] 166 Ibídem. 167 “Han sido disueltas las Cortes”, El Socialista. Nº 4557. 17-IX-1923. p. 1. [consulta en línea] http://granada.intecna.es /fundacionpabloiglesias/fpi/contenidofpi_internet.jsp?internet=true&cod_tip_contenido=4&accion=leer&clase=es.intecna.dinainf.estruc tura.Contenido&cod_contenido=221526 [consultado el 14-VI-2012] 168 Ibídem. 169 Vid. “Adhesiones a la nueva situación”, Ibídem. 170 “Estamos en nuestros puestos”, Ibídem 164

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pesar de haber pasado el filtro del censor “Si todo cuanto se publica en El Socialista va a la censura, es natural que después de esto nuestro diario, pueda circular libremente 171”. Por su parte El Sol no salía a la calle como cada lunes.

4.6. MARTES 18 DE SEPTIEMBRE. El Directorio continúa su incesante labor legislativa. El martes 18, se publicaba una versión mutilada del diario socialista. En su portada, las dos columnas de la izquierda aparecían totalmente en blanco fruto de la censura primorriverista. También un pequeño recuadro en blanco a la derecha de la primera plana, daba testimonio de la actividad censora del régimen. El Socialista titulaba “se han creado en toda España los somatenes 172”. Desconocemos que escribió el diario obrero sobre la milicia ciudadana pro-golpista puesto que las dos columnas fueron censuradas en su totalidad. En las columnas centrales aparecía un comunicado “a la clase trabajadora 173” donde se ratificaba la postura contraída desde el pasado día 13 en la que se pedía al proletariado abstenerse de tomar cualquier iniciativa alentada interesadamente con el fin de “lanzar al proletariado a movimientos estériles que puedan dar pretexto a represiones que ansía para su provecho la reacción 174”, el propio Largo Caballero firmó el comunicado. El diario socialista denunció líneas más abajo en el artículo titulado “Revolucionarios sospechosos 175”, que determinados redactores de medios reaccionarios manifiestan en privado la necesidad de que el proletariado declarase una urgente huelga general. Es precisamente este tipo de actitudes las que pusieron en alerta a la masa trabajadora que entendía que dicha actuación se volvería rápidamente en su contra. También en primera plana, el diario proletario hizo un velado ataque al periódico El Debate por mostrarse a favor de la censura de prensa, y hacia aquellos reaccionarios que intentaban influir en el Directorio en política social, en lo concerniente a la clase trabajadora. Paradójicamente, El Socialista hacía suyas las palabras de Primo de Rivera al considerar que el nuevo ejecutivo “no es de las izquierdas ni de las derechas176”. El diario obrero recelaba que el Directorio se dejase influir por los consejos reaccionarios que abogaban por el retroceso de ciertos logros sindicales como el denominado retiro obrero: “sería un gran peligro, una tremenda equivocación, que el Directorio oyera las inspiraciones malévolas de esas gentes177”. Lo más asombroso del artículo es la propia descripción que el diario utilizaba para interpretar la postura obrera ante el Golpe de Estado: “Enemigos somos [del nuevo régimen], pero somos enemigos leales178”. No puede pasar desapercibida la utilización de términos antitéticos para definir la postura obrera. Al referirse el editorialista a ser enemigos leales hacía referencia a la determinación de que la clase obrera nunca apoyaría de forma explícita al nuevo ejecutivo surgido tras el Golpe, pero que mantendría una actitud firmemente serena. Es por otra parte evidente que ante la falta de concreción del nuevo Directorio en cuanto a medidas sociales, El Socialista se aferrase expectante y a la vez confiado, a que el Marqués de la Estrella no arrebatase a la clase obrera las escasas conquistas que hasta la fecha se había alcanzado. No deja de entreverse cierta esperanza entre la militancia socialista ante las palabras de Primo de negar vinculación política a su Directorio, deseando que sus medidas de orden no afectasen negativamente a la clase trabajadora. En páginas interiores, en contestación al periódico de tendencia comunista La Opinión, vuelve a certificarse la enorme confrontación que existía entre el recién creado Partido Comunista y la militancia

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“La censura”, Idem. p. 2. “Se han creado en toda España los somatenes”, Idem. p. 1. 173 “A la clase trabajadora”, El Socialista. Nº 4558. 18-IX-1923. p. 1. [consulta en línea] http://granada.intecna.es /fundacionpabloiglesias/fpi/contenidofpi_internet.jsp?internet=true&cod_tip_contenido=4&accion=leer&clase=es.intecna.dinainf.estruc tura.Contenido&cod_contenido=221527 [consultado el 15-VI-2012]. 174 Ibídem. 175 “Revolucionarios sospechosos”, Ibídem. 176 “Una advertencia leal”, Ibídem. 177 Ibídem 178 Ibídem 172

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socialista. Ante las acusaciones de pasividad esta vez vertidas desde la izquierda, el Socialista contestó: “¿Vamos a hacer una huelga general para que vuelva al poder el Marqués de Alhucemas 179?”. Por su parte, el diario El Sol, publicaba la batería de medidas que el Directorio había puesto en marcha en las últimas horas; disolución de las Cortes, cese de los Gobernadores civiles, y suspensión de las garantías constitucionales. Al igual que hizo El Socialista, el diario liberal criticó encarnizadamente la postura reaccionaria del diario El Debate que se mostró favorable a cercenar la libertad de prensa “es feo y triste que un periódico aproveche esta ocasión para tender celadas a la libertad de la pluma180”. Los ataques entre la prensa madrileña se recrudecieron durante estas semanas acusándose de utilizar la censura en beneficio de los periódicos más reaccionarios. El Sol siguió utilizando las primeras planas de su diario para relatar los acontecimientos desde un tratamiento carente de opiniones reseñables. La tibieza de su postura podría justificarse por salvar los muebles ante la incesante censura que mostraba de forma pertinaz su inquebrantable misión. Incluso las viñetas de Bagaria perdían el tono sarcástico que utilizaba en anteriores publicaciones181. En El Sol, la noticia que ocupaba buena parte de la primera plana y sucesivas era la comparecencia de Primo de Rivera ante los medios. El diario madrileño reproducía en un artículo extenso la rueda de prensa que el Marqués de la Estrella mantuvo con los directores de los principales periódicos madrileños. El General habló antes los medios de los motivos que justificaban el golpe, provenientes “de un sentimiento de justicia ante la nefasta actuación de los políticos 182”. Cabe destacar los párrafos que dedica a la prensa a la que muestra su gratitud “por la benevolencia con que ha juzgado a este Directorio 183”. Respecto a la significación política del Directorio, asunto que como hemos visto incidía en reiteradas ocasiones, afirmó: Periódicos hay que tratan de definirla. Es en vano, señores. […] sinceramente digo que no sé cuáles son las ideas políticas de mis compañeros de Directorio […] no voy a convencer a ustedes con dos palabras de que constituimos una agrupación democrática, porque además es lógica la semejanza con un Gobierno de derechas; pero 184 esto es circunstancial .

La Acción por su parte volvía a insistir en la necesidad de depurar responsabilidades. Para el periódico reaccionario era su particular obsesión. No encontramos artículo de opinión que no recogiese dicha demanda. En la primera plana del martes 18, el gran titular apuntaba en esa dirección: “El saneamiento será la mejor garantía del nuevo régimen 185”. Nótese que como titular destacado de la edición del martes, no se recogía uno de los muchos acontecimientos que se estaban produciendo en el país. En cambio, el diario de Delgado Barreto utilizaba el titular para recoger la opinión del periódico. El editorial apuntaba en la misma línea: “Ha llegado la hora de la limpieza 186”, donde de nuevo, la firma de El duque de la G. se vanagloriaba del inestimable apoyo que había prestado para que el cambio de gobierno se produjese “he luchado tenazmente por el derrumbamiento 187”. Urgía a emprender lo que él denominaba “la tamizada188”, la depuración de responsabilidades “la hora del expurgo no se debe retardar en demasía189”. En dicha purga abría el abanico hasta límites inabarcables puesto que no solo pedía el procesamiento de los antiguos responsables políticos: “A cuantos tuvieron contacto íntimo con el viejo sistema hay que mirarles recelosamente 190”. El editorialista se permitió proponer, desde la primera plana de su periódico, las diez medidas más urgentes que el Directorio 179

“No es exacto”, Idem. p. 2. El Sol. Nº 1905. 18-IX-1923. p. 1. [consulta en línea] http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000278351 &search=&lang=es [consultado el 15-VI-2012]. 181 Como afirma González Calleja: “la parte gráfica de los periódicos quedó rigurosamente vigilada”, llegando Bagaria a sustituir sus sátiras políticas por “anodinos motivos florales”, en GONZÁLEZ CALLEJA, E.: op.cit. en nota 16, p. 55. 182 “El Presidente del Directorio ante la prensa”, op. cit. en nota 180. p. 1 183 Ibídem. 184 Ibídem. 185 “El saneamiento será la mejor garantía del nuevo régimen”, La Acción. Nº 2550. 18-IX-1923. p. 1. [consulta en línea] http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0003616817&page=1&search=l&lang=es [consultado el 16-VI-2012]. 186 “¡Señores, que esto va en serio!”, Ibídem. 187 Ibídem. 188 Ibídem. 189 Ibídem. 190 Ibídem. 180

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debía adoptar, entre las que destacamos; prohibición de abandonar el país aquellos políticos que hayan formado parte del gobierno dimitido e investigar sus patrimonios, condenarles a inhabilitación pública y prohibición de que formen parte de entidades que guarden relación con el Estado. El propio editorialista resumió las medidas al declarar que la finalidad última de dichas propuestas no es otra “que los pillos y aprovechados paguen sus culpas y queden excluidos de toda posibilidad de intervenir en el gobierno y administración de España 191”. Ante las voces que comenzaban a alzarse reclamando que el nuevo gobierno fuera ratificado a través de los comicios, el diario reaccionario se mostraba diametralmente contrario: “Hablemos claro. Con aplauso de la inmensa masa de quienes no son políticos de oficio ‘vivimos en necesaria dictadura’ y esto quiere decir que en tanto no haya cesado el riesgo de que reverdezcan los conocidos males, sería, no candidez, sino simpleza preocuparse con anticonstitucionalismos 192”. El diario abogaba por la Dictadura autoritaria, por un régimen de excepción “de transición, de enmienda”. La deslegitimación de la clase política era tan evidente que el periodista que firmó bajo el pseudónimo Coronel Ignotus afirmó que “no hay […] por qué asustarse de prescindir del Parlamento en tanto sea un peligro para España193”. Esta opinión podemos considerarla paradigmática entre el pensamiento de la España más derechista. Consideraron que la regeneración de España pasaba irremisiblemente por aparcar los cauces democráticos. La voluntad popular no podía estar representada por una casta política corrupta e inútil. El ejército era el legítimo sustituto del Parlamento, el único colectivo capaz de interpretar el hastío de la sociedad española y de devolverle la ilusión y el progreso. A pesar de abogar por un carácter transitorio, era obvio que el periodo necesario para la transformación integral que esperaban de la clase política no podía ser cuestión de meses. En su íntimo sentir se encontraba el anhelo de una dictadura de carácter largoplacista. En páginas interiores encontramos una vanidosa iniciativa que constaba en publicar las decenas de felicitaciones que el director del periódico recibió como si éste hubiera sido el verdadero protagonista del Golpe: “La presente tiene por objeto felicitarle por el éxito alcanzado por su campaña. Quien como usted, desinteresadamente siembra, recoge los frutos apetecidos por toda la nación 194”. El diario conservador, también se hizo eco de los diferentes decretos que incesantemente aparecían publicados en la Gaceta de Madrid. Entre otros, destacaron el decreto contra el absentismo laboral de los funcionarios 195 y el decreto con organizaba la creación del Somatén 196 en todas las provincias españolas. El Somatén fue la heredera de las milicias ciudadanas decimonónicas, cuya principal diferencia estribaba en su carácter conservador y reaccionario. No podemos resistirnos a reproducir el suelto que el diario conservador publicó en relación al decreto sobre el absentismo laboral del funcionariado cuya ironía es mayúscula: La orden del Directorio obligando a los funcionarios públicos a asistir a la oficina puntual y asiduamente, ha venido a constituir una verdadera perturbación en la vida de muchos empleados que habían contraído el compromiso de atender a otras obligaciones precisamente en las horas en que debían prestar sus servicios al Estado. Las oficinas públicas estaban ayer rebosantes de empleados, algunos de los cuales ni aún sabían cuál era el negociado a que estaban agregados […]. Los asiduos, los que ni un solo día dejaron de prestar aquellos servicios a que están obligados, se vieron ayer agradablemente sorprendidos con la presencia de sus antiguos compañeros, algunos de ellos 197 desconocidos, y que ahora, gracias al nuevo régimen, les prestarán su valioso concurso .

A pesar de que pueda resultarnos jocoso y anecdótico, no fue un tema baladí. Este tipo de medidas, y sobre todo con la determinación y rapidez que se decretaron, calaron profundamente en un pueblo hastiado por las corruptelas diarias y los abusos de determinados empleados públicos, produciendo un efecto tremendamente estimulante en la valoración de los nuevos gobernantes. Para las capas más modestas tuvieron 191

Ibídem. “¿Cortes nuevas?, ¡guarda, Pablo!”, Idem. p. 2. 193 Ibídem. 194 “El sentir popular, felicitaciones por el resultado de una actuación”, Idem. p.3. 195 La Gaceta de Madrid. Nº 261. 18-IX-1923. p. 1133. [consulta en línea] http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1923/261/A0113301134.pdf [consultado el 19-VI-2012] 196 La Gaceta de Madrid. Nº 261. 18-IX-1923. p. 1130. [consulta en línea] http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1923/261/A0113001130.pdf [consultado el 19-VI-2012] 197 “Los funcionarios públicos” op. cit en nota 185. p. 3. 192

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un efecto balsámico que apaciguaba sus voluntades revolucionarias. Es muy clarificador que este tipo de medidas contara con el beneplácito tanto de los editorialistas de La Acción, como de los del Socialista que en la publicación del miércoles afirmaron: “ahora se trata de remediar tanta podredumbre y no podemos menos de aplaudir198”.

4.7. MIÉRCOLES 19 DE SEPTIEMBRE. La prensa evalúa la primera semana del nuevo régimen. Se cumplió una semana desde el estallido de la sublevación militar y la situación fue regresando a la normalidad. Los primeros miedos de que la sedición militar desembocase en un cruento derramamiento de sangre se fueron alejando del pensamiento de la sociedad española. El Directorio continuaba frenéticamente con la aprobación de decretos, muchos de los cuales eran muy bien acogidos por amplios sectores sociales. La sensación de orden y de lucha incesante contra los culpables de la situación en la que se encontraba España tan solo siete días antes, apaciguaba los ánimos de los más críticos con el Directorio Militar. Hábilmente, el nuevo gobierno mostraba como fiel estandarte su condición apolítica y transitoria, lo que le permitió ir ganando adeptos, incluso entre pensamientos casi antagónicos a lo que el Directorio representaba. El Directorio daba un paso más en su incesante función legislativa, esta vez se atacaba con dureza uno de los verdaderos detonantes de la insurrección militar, la cuestión del separatismo. La Gaceta de Madrid publicaba el miércoles 19 el Real decreto dictando medidas y sanciones contra el separatismo199. En la exposición de motivos podemos leer; “De los males patrios que más demandan urgente y severo remedio es el sentimiento, propaganda y actuación separatista que viene haciéndose por audaces minorías 200”. El diario socialista traía a colación la aprobación del Real Decreto en su página principal bajo el título: “un decreto contra el separatismo 201” el cual citaba en su integridad. En cambio el diario obrero fue muy parco en mostrar su postura ante el ataque a los nacionalismos. El diario liberal El Sol, trataba a toda plana la noticia al titular: “Un decreto para reprimir el separatismo 202”. Vemos como ambos diarios coincidían en su titular al que le daban un tratamiento similar. También el diario liberal optaba por transcribir íntegro el decreto sin mostrar su opinión. Respecto a la creación del Somatén nacional, El Socialista mostró su oposición al considerar poco apropiado armar a ciudadanos “en estos tiempos que las pasiones andan desatadas 203”. El Socialista regateó la censura militar al conseguir publicar una crítica, no exenta de ironía, ante la paradójica y contradictoria medida de conservar en sus puestos a los senadores no electivos. El diario socialista aportó un extenso listado en su portada con 176 nombres de ilustres ciudadanos, entre senadores por derecho propio y senadores nombrados por la corona, donde abundaban arzobispos, marqueses, condes y duques. El diario concluyó: “En la relación anterior están grandes de España, grandes caciques y políticos de la más abominable ralea. Si el movimiento militar iba contra las camarillas políticas que han deshonrado el país, ahí tiene en pie aún excelente grupo de responsables204”. La publicación del listado y las propias conclusiones evidencian la tibia labor de la censura, que no sabemos si por despiste, por dejación o por cierta tolerancia, permitía la publicación de someros ataques al Directorio Militar.

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“Contra los empleados que no cumplen”. El Socialista. Nº 4559. 19-IX-2012. p.3. [consulta en línea] http://granada.intecna.es/fundacionpabloiglesias/fpi/contenidofpi_internet.jsp?internet=true&cod_tip_contenido=4&accion=leer&clase =es.intecna.dinainf.estructura.Contenido&cod_contenido=221528 [consultado el 17-VI-2012] 199 La Gaceta de Madrid. Nº 262. 19-IX-1923. p. 1146. [consulta en línea] http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1923/262/A0114601146.pdf [consultado el 20-VI-2012] 200 Ibídem 201 “Un decreto contra el separatismo”. op. cit. en nota 198. p.1. 202 “Un decreto para reprimir el separatismo”, El Sol, Nº 1906. 19-IX-1923. p. 1. [consulta en línea] http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000278438&search=&lang=es [consultado el 19-VI-2012]. 203 “La creación del somatén nacional”. Op. cit. en nota 198. p.2. 204 “La representación del país”. Op. cit. en nota 198. p.1.

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Mucho se ha escrito sobre la postura de las izquierdas ante el Golpe de Estado. La primera plana de El Socialista puede resultar muy esclarecedora al respecto. En un breve titulado “actitud de la Confederación Nacional del Trabajo”, se reproduce el editorial publicado en Solidaridad Obrera del que destacamos: “Si el golpe de Estado no tiene por misión ir contra los trabajadores, contra las libertades que estos tienen conquistadas, contra las mejoras alcanzadas y contra las reivindicaciones económicas y morales que paulatinamente se han obtenido, nuestra actitud será muy otra que si todo esto […] se vulnera205”. Podemos por tanto afirmar que el sindicato anarquista CNT se mantenía expectante en un primer momento, siempre que no se atentase contra la clase trabajadora. Lejos de un clima de concordia entre los grupos de izquierdas, a la derecha de la primera plana y a tres columnas, el Socialista, publicaba un editorial firmado por Manuel Cordero, donde rechazaba la invitación de unir fuerzas con el Partido Comunista y el anarcosindicalismo. Especialmente irritado se mostraba al considerar que por una parte calumniaban al PSOE y a UGT mientras por otra consideraban necesaria la unión de fuerzas. Cordero respondía a la propuesta: “vosotros os habéis dedicado a destruir la unión, ¿cómo vais ahora a erigiros en sus paladines?206”. El diario liberal El Sol, tras varios días mostrando una postura ciertamente aséptica, donde primaban los asuntos meramente informativos sobre los de opinión, en la edición del miércoles abundaban las columnas de opinión tanto en la primera plana como en páginas interiores. El Sol publicó un editorial, donde el periódico se mojaba opinando, cohibido eso sí por la censura previa, sobre los ocho días que habían transcurrido desde el inicio del Golpe. Podemos extraer algunas frases que bien resumen la postura del diario liberal en los últimos días. “Nuestra opinión quedó consignada al día siguiente del acontecimiento. Poco ha podido varias desde entonces si del Directorio militar apenas han emanado otras disposiciones que las referentes a la estructura, forma exterior y buen funcionamiento de la situación provisional 207”. Encontramos de nuevo la actitud expectante, pero a la vez condescendiente con las primeras medidas adoptadas por el gobierno militar. Compartía por tanto el diario “el ánimo de las gentes […] mezcla de reserva y aprobación, fortalecida sin duda esta última por el propósito de saneamiento y buen orden que revelan las últimas disposiciones208”. También encontramos líneas comprensivas hacía los que decidieron dar el paso “Todos hubiéramos preferido que esta obra previa fuera realizada por otras fuerzas que la espada, […] pero las fuerzas sociales que hubiesen más adecuadas para la empresa no han querido o no han podido ¿A qué entonces la hipocresía de asustarse ante el carácter militar de los ejecutores? 209”. El diario El Sol finalizaba su editorial con una frase que constataba su postura connivente con el nuevo régimen: “Cuanto signifique destrucción de la vieja política – repetimos – merecerá el aplauso general 210”. En páginas interiores encontramos un artículo donde la redacción decidió poner a prueba la labor de los censores. No pudieron ser más explícitos: “¿Se puede opinar?, El general Primo de Rivera, dice que sí […] probemos 211”. En cambio en la columna encontramos un clamoroso ataque contra el Debate por haber abiertamente defendido la censura a la prensa a los que denomina esquiroles. El Sol manifiesta “si estos han de ser los herederos del Directorio militar, viva cien años el Directorio 212”. Por su parte el diario La Acción, publicó en su portada del miércoles 19 un llamamiento a la adhesión al Directorio y vaticinaba un horizonte caótico si el nuevo régimen no conseguía sus objetivos “detrás del fracaso de este noble intento vendría un estallido anárquico que a todos nos debe inquietar 213”. El editorial firmado por El Duque de la G. volvía a cargar contra los que criticaban el nuevo régimen. Esta vez, el editorialista minimizaba 205

“Actitud de la Confederación Nacional del Trabajo”. Ibídem. “¡Sí!, ¡sí!, que juzguen los trabajadores”. Ibídem. 207 op cit. en nota 202. p. 1. 208 Ibídem. 209 Ibídem. 210 Ibídem. 211 “¿Se puede?”, Ibídem. 212 “¿Se puede?”, Ibídem. 213 “Es patriótico vencer a las dificultades” La Acción, Nº 2551. 19-IX-1923. p. 1 [consulta http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0003616855&page=1&search=l&lang=es [consultado el 18-VI-2012]. 206

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el efecto de la censura: “cada uno dice lo que quiere […] lo que pasa es que muchos de los que callan están encantados con este régimen 214”. En segunda plana, el diario conservador se hizo eco de un artículo del periódico francés Le Figaro donde alababa las primeras medidas emprendidas por el Directorio militar. El redactor galo reclamaba a la Asamblea Nacional, la decisión y premura del nuevo ejecutivo español, especialmente en lo referente a la administración de los recursos públicos y la reducción de la estructura de la Administración: “Es necesario que las administraciones públicas consideren como sagrado el dinero del contribuyente 215”. Vemos por tanto que la imagen de decidida austeridad caló profundamente en la sociedad española, y que dicha imagen traspasó las fronteras llegando a ser modelo de acicate hacia la racionalidad del gasto público y como firme enemigo del despilfarro y la corrupción. El tiempo fue demostrando que parte de dichas medidas fueron puro escaparate al continuar produciéndose corruptelas y prácticas caciquiles. En cambio, el éxito, al conseguir propagar la imagen austera y firme ante los corruptos fue incuestionable.

5.

CONCLUSIONES

La prensa madrileña manifestó durante los primeros siete días tras el triunfo de la sublevación el mismo sentir que el conjunto de la sociedad española. Por ello, debemos considerar que los medios ejercieron un influjo clave durante los primeros días del Golpe. Una influencia que tuvo una doble vertiente; la ejercida hacia sus lectores y militantes, y la que iba dirigida hacía el nuevo ejecutivo. El propio Primo de Rivera reconoció que hacía un gran seguimiento de cuánto la prensa escribía 216. Los periódicos analizados respondían cada uno a los tres tipos de posicionamiento que encontramos en la sociedad española posterior al Golpe. Aquellos que mostraron su adhesión sin ambages desde las primeras horas, ávidos lectores de periódicos reaccionarios como La Acción; Los ciudadanos que consideraron inevitable el cambio de régimen y que en principio mantuvieron una actitud expectante que podrían estar representados por la línea editorial del El Sol; y aquellos otros, provenientes mayoritariamente de la masa trabajadora, que siguiendo puntualmente las directrices de El Socialista, condenaron el Golpe pero mantuvieron una postura pasiva y serena. A pesar de tratarse de ideologías diametralmente antagónicas coincidieron unánimemente en una cuestión. Todos celebraron la caída del Gobierno de coalición liberal presidido por el Marqués de Alhucemas. Con el conjunto de la población en contra de una clase política que consideró inoperante, los militares tuvieron el camino de la sublevación totalmente allanado. Primo tuvo en su poder un cheque en blanco que aprovechó para anular las garantías constitucionales. Ni tan siquiera la disolución de las Cortes tuvo alguna crítica por parte de los defensores del constitucionalismo. El parlamento llegó a considerarse un peligro para el país 217. La sociedad española nombró al ejército como legítimo sustituto de las Cortes. Las principales diferencias en la prensa radicaron en las expectativas que fue creando el nuevo Directorio. El apoyo incondicional de La Acción, que convirtió sus artículos en paradigmáticos panegíricos hacia el dictador, mostró su plena adhesión sin apenas solicitar otra contrapartida que el Directorio depurase duramente las responsabilidades políticas cuya demanda llegó a ser una auténtica obsesión. No encontramos en cambio, el deseo de una cruenta venganza lo que ayudó a no exaltar los ánimos de la militancia más reaccionaria. El Sol, por su parte condicionaba el apoyo al Directorio mientras este tuviera un carácter transitorio y cuyo objetivo principal fuera derrocar al gobierno corrupto para dar paso a una nueva generación de políticos alejados de las corruptelas y prácticas caciquiles. El Sol, lejos de censurar abiertamente el Golpe se dedicó a marcarles las directrices a seguir para ganarse su total apoyo. La postura del diario socialista fue en cambio la 214

“Una prudente espera” Ibídem. “Fascio, Somatén y buen sentido”. Idem. p. 2. 216 Primo llegó a agradecer la benevolencia con que la prensa había tratado la sublevación. Ver notas 183-184. 217 Ver nota 193. 215

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que tiene una lectura más compleja. El Socialista, al igual que el partido que representaba, condenaron tibiamente el Golpe de Estado manteniéndose expectantes los primeros días. Condena que fue modulando, hasta llegar a declararse Enemigos leales218 del régimen. Por otra parte, el diario socialista fue el único que apuntó el informe Picasso como detonante de la sublevación por lo que pidió reiteradamente que los militares responsables del desastre no escapasen se la justicia 219. El mundo obrero estaba hastiado de la clase política corrupta e inoperante que a través de Gobiernos liberales de coalición se mostraron incapaces de resolver los problemas más acuciantes del país. Fueron acusados de inmovilismo, interesadamente azuzados para que protagonizasen un levantamiento que derramaría la sangre de la clase trabajadora en beneficio de los mismos que habían provocado el hastío de la sociedad española. Por ello, no respondieron a los frecuentes llamamientos a la huelga general por parte de anarcosindicalistas y comunistas. La masa obrera no estaba dispuesta a ser la protagonista que cargase con la dura tarea de desestabilizar la actual situación ya sea a través de huelgas o levantamientos populares. Las primeras medidas del Directorio, como la que perseguía el absentismo del funcionario220, o las medidas encaminadas a adelgazar las estructuras de poder calaron positivamente en las clases populares. No fueron medidas de verdadera efectividad pero si consiguieron ganarse la aprobación de amplios sectores sociales hastiados de corruptelas e inacción de las funciones públicas. Las medidas actuaron de bálsamo, alejando el fantasma de la conflictividad social. Nadie estaba dispuesto a derramar sus energías si uno de los peligros del derrocamiento del actual Directorio fuera que volvieran los de antes. Del mismo modo, la falta de concreción en cuanto a política social y laboral, mantenía expectante pero tranquila a la clase trabajadora. La ausencia de una resistencia activa que luchase firmemente por derrocar al nuevo Directorio militar, tuvo tres claves fundamentales. Primo de Rivera, en sus primeras horas frente al Directorio militar, expresó en reiteradas ocasiones que su leitmotiv no estaba condicionado por ideologías políticas. Quiso zanjar este tema afirmando que “no representamos un Gobierno de derechas ni de izquierdas221”. Podemos confirmar que sus manifestaciones cuya misión era desideologizar sus primeras medidas fueron acertadas para ganarse el beneplácito de buena parte de la opinión pública y de los medios. Incluso el Socialista, cayó en las embaucadoras palabras y atenuó sus críticas a la espera de actuaciones en el ámbito social. La segunda clave tiene que ver con la promesa de transitoriedad de ser un paréntesis regenerador. El carácter temporal tranquilizó igualmente a la opinión pública. Por otra parte, la población hizo caso a los llamamientos a la calma que desde los medios se hicieron. Caló hondo en el sentir de la sociedad la idea de los diversos editoriales que cualquier intento de impedir el triunfo del Golpe militar beneficiaría al gobierno recientemente derrocado o se impondría una situación caótica y anárquica 222. Dichos llamamientos tuvieron un papel eminentemente desmovilizador. Así mismo, durante los primeros días, debemos destacar una decisión que provocó cierto punto de inflexión, la imposición de la censura previa. En este punto encontramos en las tres cabeceras reacciones bien diferentes. La prensa reaccionaria consideró totalmente acertada la medida lo que enfureció al resto de periódicos madrileños. El Sol tras la repulsa inicial, fue atenuando sus críticas. La censura consiguió en este caso que prácticamente desapareciesen del diario liberal sus habituales columnas de opinión. En cambio, el diario El Socialista, mostró su profunda condena a la medida que cercenaba la libertad de prensa. Fue sin duda la cabecera más censurada de las analizadas. A pesar de la censura previa impuesta, está no fue en sus primeros días todo lo férrea que se esperaba. Encontramos varios artículos con soterradas críticas al nuevo gobierno,

218

Ver nota 178. Ver notas 106 y 110. 220 Ver notas 195, 197 y 198. 221 “El Presidente del Directorio ante la prensa”, El Sol. Nº 1905. 18-IX-1923. p. 2. 222 Ver nota 213. 219

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especialmente en El Socialista. La publicación de artículos criticando la censura impuesta demuestra paradójicamente que tal censura fue ciertamente benévola223. Por otro lado, el papel del monarca pasó desapercibido en estos primeros días, apenas encontramos artículos que se fijen en la postura de la figura regia y en su controvertida actuación, más allá de las primeras decisiones tomadas por Alfonso XIII. Paradójicamente, la cuestión de Marruecos, uno de los problemas más presentes en la prensa previa al golpe, apenas tuvo cabida circunscribiéndose a partes oficiales fruto sin duda de la labor censora del régimen que previno a los medios que sería este un asunto intocable. Por tanto, podemos afirmar que la dictadura primorriverisa contó con el inestimable apoyo de la prensa madrileña, tanto de los que mostraron su incondicional adhesión, como de aquellos que llamando a la serenidad y la calma desmovilizaron la única masa social que pudiera haber desbaratado la sublevación militar. Al publicar la prensa madrileña reiteradamente la ausencia de incidentes, y el unánime respaldo del pueblo, consiguieron a su vez apaciguar más los ánimos y crear en el pueblo la sensación de que el apoyo era aplastante 224. La izquierda dividida no hizo frente común contra el nuevo régimen despreciando los dirigentes socialistas la mano tendida de anarquistas y comunistas. Pero sobre todo, el triunfo incontestable del golpe militar durante los primeros días tuvo más de deméritos de sus enemigos que de los méritos propios. Fue tal el desprestigio de de la clase política que cualquier atisbo de regeneración tenía el triunfo asegurado.

6.

RELACIÓN DE FUENTES

6.1. Fuentes archivísticas, colecciones y otros recursos digitales225. •

La Gaceta de Madrid [consulta en línea] http://www.boe.es/buscar/gazeta.php o Núms. 260 (17-IX-1923) al 262 (19-IX-1923)

6.2. Fuentes hemerográficas •

• •

7. • • • •

El Socialista (Fundación Pablo Iglesias): [consulta en línea] http://granada.intecna.es/fundacionpabloiglesias/fpi/index.jsp?q=fundacionpabloiglesias/fpi/index.jsp o Núms. 4554 (13-IX-1923) al 4559 (19-IX-1923) La Acción (Madrid, 1916-1924): [consulta en línea] http://hemerotecadigital.bne.es/details.vm?q=id:0003460442&lang=es o Núms. 2546 (13-IX-1923) al 2551 (19-IX-1923) El Sol (Madrid, 1917-1939): [consulta en línea] http://hemerotecadigital.bne.es/details.vm?q=id:0000182002&lang=es o Núms. 1902 (13-IX-1923) al 1906 (19-IX-1923)

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223

Sirva como ejemplo los artículos referidos en las notas 139, 147 y 211, entre otras. Conviene reseñar al respecto las notas 156 y 160. 225 Para la elaboración del presente trabajo no se ha recurrido a fuentes primarias de archivo. 224

29

• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •

Reflexiones sobre poder, guerra y religión en la Historia de España. 2011. pp. 203.224. [consulta en línea] http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3851026 [consultado el 14-V-2012]. DEVOIS, J.M.: La prensa en España (1900-1931). Madrid. Ediciones siglo XXI, 1977. DEVOIS, J.M.: “Historia de la prensa: el recurso del método”, en TUÑÓN DE LARA, M. (dir.): La crisis de la Restauración. España, entre la primera guerra mundial y la II república. Madrid, Siglo veintiuno. 1986. pp. 352359. DÍAZ BARRADO, M.P.: Palabra de Dictador: General Primo de Rivera. Análisis de discursos (1923-1930). Universidad de Extremadura, 1985. FERNANDEZ CLEMENTE, E.: “La Dictadura de Primo de Rivera y la prensa”, en VV.AA.: Metodología de la historia de la prensa española: Seminario celebrado en la Universidad de Pau en noviembre de 1979. Madrid, Siglo veintiuno ediciones, 1982. pp. 187-232. GARCÍA QUEIPO DE LLANO, G. y TUSSELL, J.: “La Dictadura de Primo de Rivera como régimen político: un intento de interpretación”, en Cuadernos económicos de ICE. Nº 10, 1979. pp. 37-64. GARCÍA QUEIPO DE LLANO, G.: “La Dictadura de Primo de Rivera”, en VV.AA: Cuadernos Historia 16. Nº 98, Madrid. 1985. pp. 24-31. GÓMEZ NAVARRO, J.L.: El régimen de Primo de Rivera: Reyes, dictaduras y dictadores. Madrid. Cátedra. 1991. GONZÁLEZ CALLEJA, E.: La España de Primo de Rivera. La modernización autoritaria. 1923-1930. Alianza editorial. 2005. GONZÁLEZ CALBET, Mª.T.:”La destrucción del sistema político de la Restauración: el golpe de septiembre de 1923”, en TUÑÓN DE LARA, M. (dir.): La crisis de la Restauración. España, entre la primera guerra mundial y la II república. Madrid, Siglo veintiuno. 1986. pp. 101-120. GONZÁLEZ CALBET, Mª.T.: La dictadura de Primo de Rivera. El Directorio Militar. Madrid, Ediciones el Arquero. 1987. GONZÁLEZ MARTÍNEZ, G.: “La Dictadura de Primo de Rivera: una propuesta de análisis”, en Anales de historia contemporánea. vol. 16, Universidad de Murcia. 2000. pp. 337-408. [consulta en línea] http://revistas.um.es/analeshc/article/view/57381/55271 [consultado el 10-VI-2012] OLABARRI GORTÁZAR, I.: “Principales interpretaciones de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)”, en Hispania, Revista española de historia. Vol. 55. Nº 189, 1995. pp. 315-325. PERFECTO GARCÍA, M. A.: “La dictadura de Primo de Rivera”, en Studia histórica. Historia contemporánea Nº 1, 1983. pp. 223-226. SAIZ GARCÍA, M.D.: “Prensa socialista durante la Dictadura de Primo de Rivera“, en AUBERT, P.: Presse et pouvoir http://books.google.es/books?id=f44IRWXc3SwC en Espagne: 1868-1875. 1976. pp. 139-150. &printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false SEOANE. M.C. y SAIZ, M.D.: Cuatro siglos de periodismo en España. Madrid. Alianza editorial, 2007. SEOANE COUCEIRO, M.C.: “El régimen de la censura bajo la Dictadura de Primo de Rivera”, en VV.AA.: La prensa de los siglos XIX y XX metodología, ideología e información. I encuentro de Historia de la Prensa. 1996. pp. 233243. SEOANE, M.C.: “El régimen de la censura bajo la Dictadura de Primo de Rivera: efectos secundarios”, en TUÑÓN DE LARA, M. (dir.): La Prensa de los siglos XIX y XX. Metodología, ideología e información. Aspectos económicos y tecnológicos. I encuentro de la prensa. Bilbao, Servicio editorial Universidad del País Vasco, 1986. pp. 233-244. TUÑÓN DE LARA, M.: “En torno a la Dictadura de Primo de Rivera”, en Cuadernos económicos de ICE. Nº 10. 1979. pp. 9-36. TUÑÓN DE LARA, M. (dir.): Historiografía española contemporánea. X Coloquio del Centro de Estudios de Investigaciones Hispánicas de la Universidad de Pau, balance y resumen. Siglo Veintiuno, 1980. TUÑÓN DE LARA, M. (dir.): La Prensa de los siglos XIX y XX. Metodología, ideología e información. Aspectos económicos y tecnológicos. I encuentro de la prensa. Bilbao, Servicio editorial Universidad del País Vasco, 1986. TUSELL, J.: Radiografía de un golpe de estado. El ascenso al poder del general Primo de Rivera. Madrid. Alianza editorial, 1987. TUSELL, J.: La conspiración y el golpe de estado de Primo de Rivera (septiembre 1923). Madrid. Instituto Juan March de Estudios e Investigaciones, 1991. [consulta en línea] http://www.march.es/ceacs/publicaciones /working/archivos/1991_15_es.pdf [consultado el 11-VI-2012]. TUSELL, J.: Historia de España del siglo XX. I. del 98 a la proclamación de la República. Madrid. Taurus, 1998. TUSELL, J. y QUEIPO DE LLANO, G. G.: Alfonso XIII, el rey polémico. Madrid, Taurus, 2001.

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9.

ANEXOS

9.1 ARCHIVOS SONOROS

Radio Barcelona. Septiembre de 1923. Primo de Rivera habla sobre el Golpe de Estado. http://fonotecaderadio.com/html/miguelprimoderivera.html

9.2. Manifiesto del Golpe de Estado de Primo de Rivera226

Al país y al ejército. Españoles: Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos amando la Patria no ven para ella otra salvación que liberarla de los profesionales de la política, de los hombres que por una u otra razón nos ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el año 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta la voluntad real. Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los que ellos dicen no dejan gobernar, aludiendo a los que han sido su único, aunque débil, freno, y llevaron a las leyes y costumbres la poca ética sana, este tenue tinte de moral y equidad que aún tienen, pero en la realidad se avienen fáciles y contentos al turno y al reparto y entre ellos mismos designan la sucesión. Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina (...). Este movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada que espere en un rincón, sin perturbar los días buenos que para la patria preparamos. Españoles: ¡Viva España y viva el Rey! 13 de septiembre de 1923

226

[consulta en línea] http://es.wikipedia.org/wiki/Dictadura_de_Primo_de_Rivera [consultado el 15-VI-2012].

31

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