El gahapati budista y la distribución correcta de la riqueza

September 23, 2017 | Autor: Roberto García | Categoría: Buddhist Studies, Jatakas, Buddhist Narrative Literature, Lay Buddhists
Share Embed


Descripción

Mtro. Roberto Eduardo García Fernández

CEAA, El Colegio de México (2014)

El gahapati budista y la distribución correcta de la riqueza

Introducción

La mayor parte de los textos budistas fueron compuestos por miembros de la comunidad monástica, y por eso en gran parte representan las expectativas, ideales y proyectos de esa comunidad. Al retratar a personajes no renunciantes, por lo general los textos proyectan sobre ellos formas de conducta y actitudes modeladas a partir de los principios morales budistas. En este sentido podemos decir que el personaje del laico budista es, en gran medida, una construcción del imaginario monástico, un modelo ejemplar que tiene, entre otras funciones, la de servir de contraste y contrapeso a la figura del renunciante. Sin embargo, a pesar de concebirla como una figura construida por otros, es necesario decir que la figura del laico budista está enraizada en dinámicas históricas de dependencia económica entre la comunidad de renunciantes y los grupos sociales que manifestaban su adhesión religiosa a ella. Así pues, la construcción de la figura del laico se nutre también de la necesidad de representar cual debe ser la naturaleza de esa relación económica, y de integrarla ideológicamente con el fin de generar consistencia entre los principios doctrinales y las prácticas sociales de la comunidad monástica.

En este sentido, me interesa estudiar la perspectiva de algunos textos con respecto a la adquisición, el valor y la utilización de la riqueza por parte de laicos budistas y no budistas, con el fin de identificar y delimitar la postura de estos textos al respecto. Para eso utilizaré un conjunto de jātakas en los cuales la riqueza ocupe un lugar predominante dentro de la narrativa.

Los laicos y la economía monástica

Dentro de la literatura budista pali, el gahapati (sánscrito gṛhapati) o cabeza de familia es un personaje objeto de una actitud ambigua: por un lado se señala su posición mundana como despreciable en contraposición con la figura del monje renunciante; por otro lado, se elogia su posición como sostén económico de la comunidad monástica. A veces estas dos posturas entran en conflicto, pero generalmente se percibe un esfuerzo por conciliarlas en favor de ambos, el monje y el laico. Se ha señalado que históricamente la dependencia económica de la comunidad renunciante fue un proceso que nació simultáneamente con las primeros grupos budistas (Banks, 2003, p. 3). Este fenómeno se debió a varios factores, pero entre ellos destaca el hecho de que el renunciante, como parte de su modo de vida, pasaba a formar parte de un grupo económicamente improductivo, el cual por fuerza requería del apoyo de los grupos productivos. Al trazar la historia del budismo temprano, varios investigadores han mencionado que el surgimiento del budismo coincide o forma parte de un proceso histórico dentro del cual

grupos de comerciantes

comenzaron a destacar

económicamente, y en consecuencia fueron capaces de exigir mayor participación en la vida religiosa, para lo cual se volvieron patrocinadores de diversos grupos heterodoxos (Banks, p. 22). Se produjo así una relación paradójica en el budismo temprano: el renunciante rompía sus lazos con la vida mundana, pero no así con la vida social, pues su condición le impedía trabajar, y por lo tanto acceder a las necesidades básicas de la alimentación y el vestido. Así, el monje necesitaba recurrir a la ayuda de los demás para cubrir estas necesidades. Por su parte, el laico era ajeno a las facetas más especializadas de la vida religiosa; sin embargo reconocía en el renunciante un ideal de vida merecedor de su respeto y apoyo, por lo que se sentía obligado a ofrecerle su ayuda. Si bien no podía participar directamente de los frutos de la vida religiosa, al menos podía ayudar a otros a que lo hicieran, y crear las condiciones para hacerlo en una vida futura (Banks, p. 1). Esta relación dinámica converge en el concepto budista de dāna, donación, regalo y generosidad. 1 Alrededor de éste se sistematizó el proceso de apoyo y dependencia económica y se le atribuyeron consecuencias más poderosas y de mayor significado que las de un simple gesto virtuoso o una transacción comercial común y corriente (Shaw, 2006, p. 125). En términos generales, el dāna es el proceso mediante el cual el donador ofrece parte de sus posesiones 2 a un individuo o grupo que es merecedor de tal ofrecimiento debido a su estatus o carisma religioso. El resultado es la producción automática de un conjunto de méritos (pali puñña; sánscrito puṇya) que

1

El concepto dāna no es exclusivamente budista y de hecho precede al surgimiento del budismo, sin embargo aquí lo tomamos únicamente en su interpretación budista. 2 En este caso nos enfocamos en la riqueza económica, pero es de notarse que dāna incluye también el regalo del cuerpo entero o partes de él, así como de los miembros de la propia familia (Ohnuma, 2007).

redundan en el beneficio del donador en la misma vida del acto o en una vida futura (Harvey, 2000, p. 19). En el centro mismo del dāna se encuentra la riqueza económica, que en muchos casos es lo que se dona, el objeto por medio del cual se obtiene el mérito. Siendo una parte fundamental de este proceso, la riqueza fue objeto de representación en los textos, en donde simultáneamente se sanciona y justifica, y se pretende normativizar las formas correctas de su adquisición y utilización. En este ensayo he elegido una selección de jātakas, 3 narraciones en pali que tienen como tema las vidas pasadas del Buddha Śākyamuni. Estas historias tienen los orígenes más diversos, y es aceptado que muchas de ellas, si no es que la mayoría, son anteriores al surgimiento del budismo, y que poco a poco fueron adaptadas a éste por la comunidad monástica, que las dotó de una interpretación acorde con la moral budista, y que identificó a ciertos personajes prominentes con la figura del Buddha ((Winternitz, 1905, p. 125). Tomando esto en cuenta, la posición budista que tienen estas narraciones ante el fenómeno de la riqueza está, de cierta manera, entremezclada con nociones pre-budistas que fueron integradas en distintos niveles de la doctrina, y que manifiestan hasta que punto la dinámica de dependencia económica requería ser sistematizada. Es por esto que en estos relatos vamos a encontrar posiciones muy diversas en torno a éste tema, desde aquellas que consideran a la riqueza como un fin valioso en sí mismo, hasta aquellas que la sitúan en el contexto específico del dāna.

3

Utilizaré exclusivamente el jātaka en sí, es decir la narración de la vida pasada y los versos, sin tomar en cuenta el marco contextual en que fue enunciado.

Obtención y preservación de la riqueza como fin último

Dentro del conjunto de jātakas he elegido dos que hablan de la obtención y preservación de la riqueza fuera del contexto budista. Mi criterio para esta selección consistió en escoger ejemplos de narraciones incluidas en las compilaciones budistas, cuyas nociones de la riqueza no aludieran directamente a la doctrina budista, sino que fueran del uso común de cualquier grupo interesado en el crecimiento económico. El primero de los relatos es el Cūḷaseṭṭhijātaka. En él se cuenta la historia de como el comerciante (seṭṭhi) Cūḷa, de camino hacia el palacio real, observa el cadáver de una rata en el suelo. Al consultar la posición de las estrellas se percata de que es un día adecuado para emprender negocios, por lo que afirma: “Cualquier joven de buena familia que esté dotado de ingenio podría tomar esta rata, y así comenzar un negocio y conseguirse una esposa.” 4 Un joven empobrecido que pasaba por ahí lo escucha y sigue el consejo. Por medio de una serie de ingeniosas inversiones comerciales, el joven logra amasar una pequeña fortuna (dhana) que poco a poco crece hasta alcanzar grandes proporciones; finalmente se casa con la hija del comerciante, y a la muerte de éste toma su lugar. En este relato es difícil encontrar contenido propio de la doctrina budista. El joven no adquiere la riqueza debido a sus acciones virtuosas, sino como consecuencia de un consejo y de una serie de decisiones mercantiles adecuadas, así como de su asociación con otros comerciantes. Una vez adquirida, no la utiliza en beneficio de otros, sino con el objetivo exclusivo de afianzar su posición en la escala social. La postura del relato es considerar la riqueza como un fin valioso en sí mismo, y no efectúa 4

“Sakkā cakkhumatā kulaputtena imaṃ undūraṃ gahetvā puttadārabharaṇañca kātuṃ kammante ca payojetu.” PTS 120. (Cowell, 1957, p. 19).

ninguna valoración de su adquisición, ni intenta establecer una posición en cuanto a su utilización en beneficio de la comunidad de monjes. El segundo relato seleccionado es el Apaṇṇakajātaka, Éste narra la historia de dos comerciantes líderes de caravana (satthavāha), uno inteligente y el otro insensato. Ambos llevan mercancías desde la ciudad de Bārāṇasi a través de un desierto seco poblado por yakkhas malévolos sedientos de sangre humana. 5 El insensato conduce su caravana a través de estas regiones, pero es engañado por un yakkha que adopta la forma de líder de caravana, y por su séquito que toma la figura de caravaneros. En medio del desierto los convencen de tirar toda su agua, afirmando que un poco más adelante hay una región selvática llena de ríos y cascadas. Al caer la noche, agotados por la deshidratación, son devorados por lo yakkhas, quienes dejan la mercancía intacta. El comerciante sensato parte tiempo después del insensato, y los yakkhas tratan también de engañarlo. Debido a su inteligencia el mercader se salva a sí mismo y a su caravana de la muerte, y halla la mercancía del comerciante insensato: Al otro día por la mañana preparó todas sus cosas y alimentó a sus bueyes; cambió sus carros débiles por los más fuertes y sus mercancías corrientes por las más exquisitas de entre las que quedaron abandonadas. Entonces se dirigió a su destino y vendió sus mercancías por un valor dos y tres veces mayor del original. 6 Esta historia se enfoca en la manera correcta de conducirse al ser encargado de comerciar a la distancia. Se prescribe que el buen comerciante debe ser prudente en

5

En el budismo, los yakkhas son seres no humanos de apariencia terrible que pueden dañar o beneficiar a los seres humanos. 6 “Punadivase pana pātova sabbakiccāni niṭṭhāpetvā goṇe bhojetvā dubbalasakaṭāni chaḍḍāpetvā thirāni gāhāpetvā appagghaṃ bhaṇḍaṃ chaḍḍāpetvā mahagghaṃ bhaṇḍaṃ āropāpetvā yathādhippetaṃ ṭhānaṃ gantvā diguṇatiguṇena mūlena bhaṇḍaṃ vikkiṇitvā.” PTS. 103. (Cowell, p. 8).

cuanto a sus recursos básicos y debe cuidar de la vida de sus dependientes durante el viaje. Sin embargo, de la misma forma que con la primera historia, podemos decir que no hay nada de la ética budista en ésta. La lección consiste en las formas de conservar la propia riqueza y llevar acabo un negocio con éxito. No sólo no se adquiere la riqueza para beneficiar a otros, sino que incluso hay quien pierde sus posesiones para que alguien más pueda crecer económicamente.

Sanción de la búsqueda excesiva de riquezas

Los relatos mencionados hacen énfasis en la obtención y conservación de la riqueza, y colocan a ésta como objetivo del esfuerzo humano. Sin embargo, otra serie de jātakas advierten sobre la búsqueda desmesurada de la riqueza y los efectos nocivos de la codicia. Al respecto he seleccionado dos historias similares en cuanto a contenido y desarrollo de la narración. Se tratan del Jarūdapānajātaka y el Mahāvāṇijajātaka. En ambas el personaje principal es un comerciante (vāṇija) y líder de caravana virtuoso. En la primera historia los miembros de la caravana cavan un pozo en busca de agua, y en su lugar encuentran metales preciosos y joyas. Llenos de codicia, siguen cavando con la idea de encontrar tesoros más grandes. Al verlos, el líder les dice: “Escuchen comerciantes, la codicia es la raíz de la destrucción. Ya han conseguido muchas riquezas; conténtense con eso y no sigan cavando.” 7 Despreciando sus palabras, los comerciantes continúan en su empeño, lo que molesta al rey de los nāgas. 8 Este sube a la superficie y los destruye a todos, menos al líder virtuoso.

7

“Bho vāṇija, lobho nāmesa vināsamūlaṃ, amhehi bahu dhanaṃ laddhaṃ, ettakeneva santuṭṭhā hotha, mā atikhaṇathā.” PTS. 295. (Cowell, p. 206). 8 Los nāgas son serpientes que pueden tomar forma humana.

El esquema del segundo relato es casi idéntico, con la diferencia de que no es un pozo, sino un árbol mágico el que otorga las riquezas. En esta ocasión los comerciantes, codiciosos de los tesoros que guarda el árbol, se aprestan a cortarlo de raíz, para poder así acceder directamente a la fuente de sus riquezas. De nuevo es el rey de los nāgas quien los destruye. Ambas historias enuncian claramente su postura en cuanto al deseo excesivo de riquezas: la codicia es negativa, pues trae destrucción; por eso, la primera concluye afirmando: “Por eso cava, pero no en exceso, pues eso es un pecado (pāpa); al cavar consiguieron riquezas, pero al hacerlo en exceso perecieron.” 9 De esta forma establecen un límite y una contención ante los impulsos mercantilistas desenfrenados, y sancionan la búsqueda excesiva de riqueza que no tiene otro propósito más que la riqueza misma. Ante la codicia proponen el contentamiento, una forma de autocontrol usada con el objetivo de no traspasar los límites del deseo de obtener en exceso (Tachibana, 1992, p. 127) Como es de notarse, hay cierta tensión entre las dos primeras narraciones y las dos últimas. Las primeras señalan la riqueza como un fin en sí mismo, mientras que las últimas tratan de poner un freno a este fin, predicando la mesura no tanto en la obtención de riqueza, sino más bien en los métodos empleados para conseguirla. Esto se hace evidente en la conclusión de los dos últimos relatos. En ellos, el líder de caravana, debido a su mesura y ausencia de codicia, se hace acreedor a la generosidad del rey, quien lo recompensa con riquezas: “Así hicieron los nāgas, y cargaron los quinientos carros con los tapetes y demás riquezas surgidas de la rama del norte; después

“Tasmā khaṇ nātikhaṇe, atikhātañhi pāpakaṃ; Khātena ca dhanaṃ laddhaṃ, atikhātena nāsita.” PTS. 296. (Cowell, p. 206).

9

transportaron al líder de la caravana a Bārāṇasi y depositaron todos los tesoros en su casa.” 10

La distribución correcta de la riqueza

Si bien las posturas expuestas en los anteriores jātakas formaban parte de la visión de algunos grupos budistas indios, en general no prevalecían, por lo menos en lo que a las tradiciones textuales se refiere. Parece ser que, debido a la relación de dependencia de las comunidades monásticas, las cuales requerían por fuerza del soporte económico de los laicos, la preocupación principal de esas comunidades no era limitar la adquisición de la riqueza, sino motivar su distribución de tal manera que la repartición beneficiara a corto plazo a la comunidad de monjes por medio de la donación directa, y a largo plazo por medio de una economía de inversión que permitiera a los laicos preservar y aumentar su riqueza para estar así en posición de seguir haciendo donaciones a los monjes. Al respecto es pertinente hacer referencia al Kañcanakkhandhajātaka. Es una narración muy corta, pero con alto contenido de ideas referentes a la correcta distribución de la riqueza. En esta historia, un campesino sembraba en un campo que anteriormente era parte de una ciudad ya desaparecida. Allí, un comerciante acaudalado había enterrado una pepita de oro tan gruesa como el muslo de un hombre. Al golpearla

10

“Nāgā tathā katvā attharaṇādīni pañcasu sakaṭasatesu āropetvā satthavāhaṃ gahetvā sayaṃ

tāni sakaṭāni pājentā bārāṇasiṃ gantvā sabbaṃ dhanaṃ tassa gehe paṭisāmetvā.” PTS. 277. (Cowell, p. 141).

con su azadón, el campesino creyó que era una raíz seca, por lo que cavó para sacarla, y se dio cuenta de su descubrimiento. Intentó llevársela, pero era demasiado pesada. “Como no podía cargarla, se sentó y pensó: “una parte será para sostenerme, otra la enterraré como tesoro, otra la usaré para comerciar, y la última será para donaciones y otras obras meritorias.” Entonces partió la pepita en cuatro. Así en pedazos se le facilitó cargarla, así que la llevo a su casa y ahí la separó. Después de vivir ofreciendo donaciones y haciendo otras obras meritorias, murió de acuerdo a sus acciones.” 11 Lo que me parece relevante es que esta narración corta y sin una trama complicada contiene un esquema completo que plantea claramente el modelo a seguir en la distribución de la propia riqueza. Es muy probable que el relato no sea de origen budista; sin embargo, sirve a la perfección para los fines de esa comunidad al enunciar con precisión un sistema que beneficia a los grupos renunciantes. En efecto, la división en cuatro partes iguales crea las condiciones necesarias para que sea exitosa la relación de dependencia entre la comunidad de monjes y la sociedad laica. La primera parte se usa para cubrir las necesidades inmediatas del individuo no renunciante y de su familia; la segunda es importante, pues queda escondida a modo de fondo de emergencia que garantiza la posibilidad de sobrevivir y volver a invertir en caso de ruina; la tercera sirve para invertir, y así conservar y hacer crecer la riqueza; la cuarta es la que más interesaba a la comunidad de monjes, pues de ella dependía su existencia. 11

“Asakkonto nisīditvā ‘‘ettakaṃ kucchibharaṇāya bhavissati, ettakaṃ nidahitvā ṭhapessāmi,

ettakena kammante payojessāmi, ettakaṃ dānādipuññakiriyāya bhavissatī’’ti cattāro koṭṭāse

akāsi. Tassevaṃ vibhattakāle so kañcanakkhandho sallahuko viya ahosi. So taṃ ukkhipitvā gharaṃ netvā catudhā vibhajitvā dānādīni puññāni katvā yathākammaṃ gato.” PTS. 277. (Cowell, p. 141).

Esta parte destinada a la donación religiosa dependía fundamentalmente de las otras tres partes, pues era necesario que el laico tuviera cubiertas sus necesidades, así como que contara con un capital seguro para invertir; únicamente así se encontraría en condiciones óptimas para hacer donaciones a los monjes. Aunque este escenario económico es ideal, es necesario señalar que el patrocinio de comerciantes y reyes era una realidad en el budismo indio. En este sentido, podemos decir que aunque éste no fuera el modelo preponderante, por lo menos si era una de los modelos posibles. Por otra parte, en tanto que elaboración ideal, este esquema proyecta no solamente posibilidades, sino también expectativas de la comunidad de monjes.

Conclusiones

El tema de la distribución de la riqueza es sumamente importante al estudiar el budismo. No fue mi intención aquí explorar la postura definitiva de la comunidad monástica en torno a esto, sino tomar en cuenta los distintos enfoques al respecto tal como son expresados en una selección de jātakas. Como hemos visto, al menos en lo que a esta tradición textual se refiere, existían nociones diversas sobre el valor de la riqueza, su adquisición y utilización. Los jātakas exponen posturas que a veces están en tensión entre ellas, pero que en otras se complementan. Esto es un índice de las muchas tradiciones de pensamiento que confluyeron en estos relatos. A pesar de esta divergencia de opiniones, es posible extraer de los relatos nociones más o menos compatibles, las cuales formaron parte importante de la conformación de un sistema normativo ideal en torno al valor y distribución de la riqueza. Así, destaca la valoración de la riqueza económica como algo que el laico debe

cultivar por varios motivos y bajo ciertas restricciones. Se señala que el motivo más importante no es la riqueza en sí misma, sino su utilización como donación religiosa. Eventualmente, con el surgimiento de los monasterios, esta postura se consolidó, sirviendo de directriz a la relación de dependencia entre la comunidad monástica y sus adherentes laicos.

Bibliografía Banks, E. (2003). Dāna: Giving and getting in pali Buddhism. Delhi: Motilal Banarsidass

Cowell, E. B. (Ed.). (1957). The Jātaka or stories of the Buddha’s former births. Vol. 1 y Vol. 2. London: Luzac.

Harvey, B. (2000). The shared foundations of buddhist ethics. En An introduction to Buddhist ethics: foundations, values, and issues (pp. 8-59). Cambridge: Cambridge University Press.

Ohnuma, R. (2007). Head, eyes, flesh, and blood: giving away the body in Indian Buddhist literature. New York: Columbia University Press.

Shaw, S. (2006). The recollections: the first six. En Buddhist meditation: an anthology of texts from the Pāli canon (109-134 pp.). New York: Routledge.

Tachibana, S. (1992). Contentment. En The ethics of Buddhism (124-158 pp.). New York: Routledge.

Winternitz, M. (1977). History of Indian literature. Vol. 2. Buddhist literature and Jaina literature. Ketkar, S y Kohn, H. (Trads.). New Delhi: Oriental Books Reprint Corporation.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.