EL FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA LIBERAL

TEMA 4. LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL


A) EL FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA: CORONA, PARLAMENTO Y PARTIDOS POLÍTICOS
DURANTE EL REINADO DE ISABEL II

I) EL MODELO DE ESTADO Y EL PAPEL DE LA CORONA
A partir de 1833 se inaugura una situación política nueva, la
construcción del Estado Liberal, que tiene como referentes la Constitución
de 1812 pero revisada sobre los principios del liberalismo doctrinario,
conservador y moderado que trata de adecuar los principios del liberalismo
a un compromiso con la nobleza. Por lo tanto, el modelo de monarquía
parlamentaría establecido por los diputados de los Cortes de Cádiz, en la
que la soberanía residía en las Cortes como representación de la Nación,
dejará paso a una monarquía constitucional de soberanía compartida de las
Cortes con la Corona.
La Constitución de 1837 y, sobre todo, la de 1845 otorgaban a la Corona
importantes poderes ejecutivos y una amplía participación en el poder
legislativo. En la práctica la Corona tuvo un papel decisivo en la
trayectoria del Estado Liberal, alterando la vida parlamentaría. Haciendo
uso y abuso de la facultad ilimitada de nombrar y destituir a ministros, de
convocar, suspender y disolver las Cortes, los cambios políticos se
hicieron al margen del Parlamento, sin tener en cuenta el principio de
representación nacional.
Los gobiernos eran nombrados por la Corona y, en teoría, debían contar
con la confianza de las Cortes. Sin embargo, en la práctica, para gobernar
lo que importaba era la confianza regía.
En el reinado de Isabel II la monarquía depositó su confianza, casi
exclusivamente, en el partido moderado, marginando siempre que pudo, a los
progresistas.




II) LA VIDA PARLAMENTARÍA
En el funcionamiento del sistema político en la España de Isabel II, la
afirmación del poder ejecutivo dio lugar a una intromisión del gobierno en
las competencias de las Cortes a través del uso indiscriminado del Real
Decreto, lo cual favorecía que los gobiernos se basaran exclusivamente en
la confianza regía y no necesitaran tener la mayoría parlamentaría, ya que
podían gobernar casi sin reunir a las Cortes.
El poder legislativo estaba formado por dos cámaras: Congreso de los
Diputados y Senado, de composición y funciones diversas según las épocas,
pero con un Senado (Cámara Alta) que tenía como función moderar las
reformas legislativas del Congreso (Cámara Baja).
El sistema político del Estado Liberal era escasamente participativo,
reservado a las élites del dinero y del poder, y excluía a amplías capas de
la población: mujeres, trabajadores y pequeños propietarios. El sistema
electoral se basaba en el sufragio censitario, restringido, por el cual
solo tenía derecho al voto entre el 1% y el 3% de la población.
El sistema parlamentario era una falsedad, pues la presión de los grupos
políticos o de poder sobre la Corona permitía adecuar los resultados
electorales, de forma que el partido gobernante que convocaba las
elecciones siempre las ganaba. El gobernador civil de cada provincia y los
alcaldes, nombrados por él, manipulaban las elecciones, institucionalizando
un sistema de corrupción electoral. Eso provocó el retraimiento de los
progresistas y demócratas y la negativa a participar en la farsa electoral.

Los cambios de partido en el gobierno son por decisión de la Corona o
como consecuencia de un pronunciamiento y una insurrección popular.



III) LOS PARTIDOS POLÍTICOS
El origen de los partidos políticos España hay que situarlo en los años
1835-36, cuando el liberalismo se divide en dos tendencias, moderados y
progresistas, de las que surgirán otros partidos, como la Unión Liberal,
los demócratas y los republicanos.
(ver el libro páginas 113-114)


B) EL NUEVO PAPEL DE LA EDUCACIÓN, EL EJÉRCITO Y LA IGLESIA

I) LA POLÍTICA EDUCATIVA LIBERAL
Con el final del Antiguo Régimen y el triunfo del liberalismo, el
Estado liberal hizo suya la idea de los ilustrados reformistas de la
necesidad de extender la cultura a toda la sociedad. Desde ese momento, el
liberalismo diseñará un sistema escolar centralizado y controlado por el
Estado. En las décadas de 1840 a 1860, cuando se organice definitivamente
el sistema educativo para todo el siglo XIX, se consagrará un sistema mixto
(público y privado) y se aumentará la intervención de la Iglesia católica
tanto en el control moral e ideológico de la enseñanza pública y privada
como en la creación de centros de enseñanza secundaria.
El primer diseño de un sistema escolar controlado por el Estado con
el objetivo de formar buenos ciudadanos, se produjo en el marco de la
Constitución de 1812, y se basaba en las ideas de universalidad,
obligatoriedad y gratuidad, de la utilidad social de la educación; y
planteaba un sistema escolar en tres niveles: primario, secundario y
universitario.
Con la implantación definitiva del Estado liberal y el triunfo del
liberalismo moderado, se establecerá la organización de un sistema
educativo (público y privado) centralizado y controlado por el Estado que
se mantendrá sin cambios sustanciales durante el resto de siglo. Hay que
destacar sobre todo la "Ley de instrucción pública" de 1857 o Plan Moyano
que sistematizaba toda la legislación anterior y establecia:
– La enseñanza puede ser pública o privada.
– Unos mismos libros regirán en todas las escuelas.
– La enseñanza se divide en tres períodos: primaria, secundaria y
superior.
– La primera enseñanza podrá adquirirse en las escuelas públicas y
privadas de primeras letras y en el hogar doméstico…
– La enseñanza pública primaria será gratuita para los que no puedan
pagarla y obligatoria para todos. La financian los ayuntamientos.
– La enseñanza secundaria se dará en los establecimientos públicos y
privados, situados en las capitales de provincias.
– La enseñanza superior solo se dará en establecimientos públicos.

A pesar de todas estas iniciativas, a fines del siglo XIX la cifra de
analfabetos en España era del 60%. Esta cifra evidencia el fracaso de la
política educativa liberal, especialmente en lo concerniente a la enseñanza
primaria. A la escasez de escuelas se añadían los problemas de financiación
porque hay que tener en cuenta que sobre los ayuntamientos recaía la
financiación y estos no tenían recursos, sobre todo, después de la
desamortización de sus bienes en 1855.




II) EL EJÉRCITO, ÁRBITRO DE LA VIDA POLÍTICA
Los militares tuvieron un papel muy activo en la implantación y
desarrollo del Estado Liberal español. Nos encontramos con gobiernos
presididos por generales tanto moderados como progresistas (Narváez, O'
Donnell, Espartero, Serrano).
Las razones se encuentran en la incapacidad de la Corona y de los
partidos políticos para establecer una alternancia política pacífica, por
la vía parlamentaría. Muchos de los cambios políticos decisivos en la
España del siglo XIX vinieron precedidos de un pronunciamiento militar. En
definitiva, en el juego de fuerzas Corona - partidos políticos – militares,
acabó imponiéndose la preponderancia militar.
La guerra carlista constituyó el principio de una intervención prolongada
de los militares en la construcción del Estado Liberal en España, a pesar
de que sus antecedentes próximos los encontramos en la guerra de la
Independencia y en las intervenciones militares durante el reinado de
Fernando VII.
Las causas de este intervencionismo son: la guerra (de la independencia,
americana, carlista) que creó una relación especial entre los jefes
militares y políticos, y dio a aquellos un gran peso político; la ausencia
de una base popular de apoyo al liberalismo; la inestabilidad del sistema
político, que no pudo establecer una alternancia pacífica entre moderados y
progresistas por la vía parlamentaría, sin recurrir a los militares; y, por
último, el recurso al ejército cuando era necesario reprimir las
revoluciones populares.


III) LA IGLESIA, DIVIDIDA ANTE LA REVOLUCIÓN LIBERAL
Para los liberales la Iglesia era un enemigo político por su apoyo al
absolutismo y al carlismo, y como tal había que anular su poder. A la
muerte de Fernando VII, la tendencia liberal más radical, los progresistas,
llevaron a cabo un intento de reducir el peso social, económico y político
de la Iglesia. La desamortización de sus bienes y la supresión de órdenes
religiosas fue uno de los principales instrumentos para lograrlo.
Las buenas relaciones de la Iglesia con el liberalismo moderado tienen su
expresión en el Concordato de 1851. La desamortización eclesiástica fue,
sin duda, el principal problema que se planteó en el momento de negociar
el Concordato entre el gobierno moderado y la Santa Sede. Por parte del
gobierno se fijó una dotación para mantener el culto y el clero, se
suspendió la venta de los bienes eclesiásticos desamortizados, se reconoció
el catolicismo como religión oficial de España y se garantizó la enseñanza
de la religión en las escuelas públicas y privadas. A cambio, la Iglesia
reconocía el Estado Liberal, abandonaba la defensa del Antiguo Régimen y
pasaba a sostener el nuevo orden burgués.



C) PAPEL DE LAS JUNTAS Y DE LA MILICIA NACIONAL, FORMAS DE PODER
ALTERNATIVO.

I) LAS JUNTAS:
Tienen su origen en la guerra de la Independencia, como órgano de poder
que asume la soberanía ante el vacío de poder existente por las
abdicaciones de Bayona. Durante el reinado de Isabel II se relacionan con
los progresistas y aparecen en momentos de crisis, cuando el poder
constituido, esencialmente de los gobiernos moderados, no responde a las
expectativas y a los deseos del movimiento burgués y popular. Se
constituyen por todo el territorio español, de forma espontánea, y se
consideran representantes de la voluntad popular y, a menudo, son un
elemento esencial de los cambios de gobierno: en 1835, 1836, 1840 y 1854
permiten la llegada de los progresistas al poder, y en 1868 permiten acabar
con el gobierno moderado y con la monarquía de Isabel II.




II) LA MILICIA NACIONAL:
Aparece también en 1808 y las Cortes de Cádiz la transformaron en una
fuerza nacional, una alternativa al ejército regular y una forma de
implicar a los sectores liberales y a los ciudadanos en la lucha por la
implantación del liberalismo. A partir de 1835 será la fuerza que
utilizarán los progresistas para movilizar a los sectores populares y
forzar a la Corona a un cambio de gobierno. En la Milicia Nacional todos
los miembros son iguales, y los jefes y oficiales son elegidos.