El fenómeno urbano en Mallorca en época romana: los ejemplos de Pollentia y Palma

August 23, 2017 | Autor: M. Chávez-Álvarez | Categoría: Balearic Archaeology
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El fenómeno urbano en Mallorca en época romana: los ejemplos de Pollentia y Palma

Miguel Ángel Cau y Mª Esther Chávez

Mayurqa (2003), 29: 27-49

El fenómeno urbano en Mallorca en época romana...

EL FENÓMENO URBANO EN MALLORCA EN ÉPOCA ROMANA: LOS EJEMPLOS DE POLLENTIA Y PALMA Miguel Ángel Cau Mª Esther Chávez RESUMEN: El fenómeno urbano de época romana en Mallorca dispone de dos claros ejemplos como son la ciudad de Pollentia (Alcudia) y la ciudad romana que yace bajo el actual casco antiguo de Palma de Mallorca. El presente trabajo proporciona un primer ensayo de síntesis de la evolución de ambas ciudades a partir de los datos disponibles desde antiguo, pero también incluyendo las novedades más recientes por lo que se refiere a la investigación del fenómeno urbano romano en la isla. PALABRAS CLAVE: Arqueología romana, ciudad, Mallorca, Pollentia, Palma. ABSTRACT: Urban phenomenon in Roman times in Mallorca has two clear examples: the Roman city of Pollentia (Alcudia) and the city lying beneath the actual old quarter of Palma de Majorca. Archaeological research has revealed enough data to build a first approach for both cities. The present paper provides a first attempt towards a synthesis using old and new data related to the investigation of the urban roman phenomenon within the island. KEY WORDS: Roman archaeology, city, Majorca, Pollentia, Palma.

1. INTRODUCCIÓN El fenómeno urbano en las Baleares romanas es ya recogido en las propias fuentes escritas,1 donde se citan, entre otros, los núcleos de Palma y Pollentia. En efecto, la conquista de las Baleares (Mallorca y Menorca), por el cónsul Quinto Cecilio Metelo, «el Baleárico», enviado por el Senado Romano en el año 123 a.C. tendrá como consecuencia la fundación de los núcleos urbanos de Palma y Pollentia en la isla de Mallorca, al suroeste y noreste de la misma; la primera actualmente bajo el subsuelo de la ciudad de Palma de Mallorca2 y la segunda al sur del casco urbano de Alcudia, en una posición privilegiada controlando las bahías de Alcudia y Pollença (Fig. 1).

1 Vid., p.e., GARCÍA RIAZA, E.-SÁNCHEZ LEÓN, Mª. L., Roma y la municipalización de las Baleares, Palma de Mallorca 2000. 2 La investigación arqueológica de ambas ciudades, ha corrido una suerte dispar. Pollentia al no disponer de un núcleo de población actual superpuesto, se ha convertido en el yacimiento estrella para el estudio del fenómeno urbano romano en las islas. En efecto, las excavaciones sistemáticas que se desarrollaron desde

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La localización de Pollentia junto a la actual Alcudia no ha supuesto problemas. Pese al desplazamiento del topónimo hacia el norte, conservado en la actual población de Pollença, la aparición de diversos vestigios permitieron fijar con exactitud ya desde antiguo la presencia de una ciudad romana en los campos contiguos a la población de Alcudia. Las excavaciones han permitido, además, obtener pruebas fehacientes de que la ciudad romana es la Pollentia de las fuentes. El emplazamiento de Palma, por el contrario, fue ampliamente discutido. El topónimo se había perdido y el único que guardaba cierta similitud era el de El Palmer en la zona sur de la isla. Se inició entonces una fuerte polémica entre los que defendían la ubicación de la Palma meteliana en la zona sur de la isla y los que proponían su ubicación bajo el actual casco antiguo de Palma de Mallorca.3 No hay duda de que bajo el casco urbano de la actual Palma yace una ciudad romana de provincias, plausiblemente la Palma de las fuentes, si bien hay que destacar que no existe todavía ninguna prueba que sea irrefutable. La intención del presente artículo es dibujar un primer esbozo del devenir de ambas ciudades romanas a partir de los datos arqueológicos de los que disponemos. No se trata de reseñar todas las intervenciones y hallazgos, sino de construir una imagen diacrónica de ambas que nos ilustre determinados aspectos de la estructuración urbana y de la vida en las ciudades. Es evidente que la ingente cantidad de documentación sobre Pollentia frente a la información exigua y sesgada procedente de Palma hace de la primera el verdadero hilo conductor del discurso.

2. LA FUNDACIÓN DE LAS CIUDADES: LA ÉPOCA REPUBLICANA La fecha de fundación para ambas ciudades proporcionada por las fuentes escritas es la del 123 a.C.; sin embargo, el estado actual de la investigación arqueológica en Palma y Pollentia permite fechar el momento de florecimiento de las dos ciudades en la primera mitad del siglo I a.C.4 Por su parte, los hallazgos epigráficos, que serían los que podrían aportar alguna luz, no han contribuido aún a aclarar esta situación.5 En efecto, las investigaciones acometidas en Pollentia (Fig. 2) a partir de 1996 han documentado algunas secuencias estratigráficas que permiten asegurar que los restos de edilicia romana en la zona del foro no son anteriores al año 70 a.C. aproximadamente,6 si bien, el solar elegido para asentarla estuvo en parte ocupado con anterioridad por los

principios del siglo XX, especialmente a partir de los años 60, y que perduran hasta la actualidad han convertido a Pollentia en el centro urbano mejor conocido de la Antigüedad insular. Palma, por contra, habitada ininterrumpidamente hasta nuestros días, se ha tenido que contentar con reseguir su pasado más remoto a partir de hallazgos casuales, controles arqueológicos y algunas excavaciones de urgencia subsidiarias de reformas urbanísticas y/o arquitectónicas. Este hecho ha supuesto, sin duda, un tratamiento desigual, que se refleja en el estado actual del conocimiento sobre ambas ciudades. 3 Vid. ORFILA PONS, M., La necrópolis de Sa Carrotja y la romanización de sur de la isla de Mallorca, BAR International Series 397, Oxford 1988; CAU, M. A., «La ciudad romana de Palma (Mallorca): hipótesis sobre su trazado urbano y hallazgos arqueológicos», ORFILA, M. A.-CAU, M. A., eds., Las ciudades romanas del Levante peninsular y las Islas Baleares, Barcelona, en prensa. 4 Para Palma vid. CAU, M. A., La ciudad romana. Para Pollentia, ORFILA, M.-ARRIBAS, A.-CAU, M. A., «El foro romano de Pollentia», AEArq LXXII, 1999, p. 99-118; ORFILA, M., ed., El Fòrum de Pollentia. Memòries de les campanyes d’excavacions realitzades entre els anys 1996 i 1999, Ajuntament d’Alcúdia 2000. 5 Sobre el tema véase en esta misma publicación el artículo de E. García Riaza. 6 ORFILA, M.-ARRIBAS, A.-CAU, M. A., AEArq LXXII, 1999, p. 102-103; ORFILA , M., Fòrum, p. 131-132.

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propios isleños, como confirman las excavaciones realizadas en diferentes zonas de la ciudad.7 De la misma manera, los restos edilicios más antiguos documentados en el barrio residencial de Sa Portella (Fig. 2), con técnica constructiva romana, se fechan en torno a la década del 70-60 a.C.8 En ambos sectores del yacimiento, existe una nivelación previa consistente en recortar el terreno natural blanquecino en unas zonas y rellenar en otras, añadiendo una capa de ese mismo terreno o marronácea enriquecida con cal, que puede alcanzar en algunas zonas hasta 30 cm. de altura.9 Así, las últimas intervenciones realizadas prueban la existencia de un diseño previo en el trazado de la ciudad que enlaza con su planificación urbanística, documentado mediante la nivelación del área seleccionada para erigir el foro.10 Sobre esta plataforma horizontal se trazaron y asentaron sus primeros edificios, la plaza, el edificio religioso (Capitolio), la Ínsula de Tabernae al Oeste del Foro, el Porticado de la calle al oeste del Capitolio y el porticado de la calle al oeste de la Ínsula de Tabernas, conjunto que permite deducir la existencia y creación de toda una serie de infraestructuras públicas que van a marcar la propia estructuración del entramado urbano de la ciudad. Este importante programa constructivo debió suponer unos recursos importantes, ya sean oficiales o a partir de ayudas evergéticas, y quizás asociados a procesos jurídicos intrínsecos de esta ciudad al elevarla al estatuto de colonia, como quedaría reflejado a través de la construcción del Capitolio, templo que no se edificaba en una ciudad romana si ésta no contaba, al menos, con la categoría de colonia.11 Por tanto, la fechación de este primer momento de construcción de toda el área del foro de Pollentia se sitúa, por los materiales, básicamente cerámicos,12 asociados a esa nivelación previa, en torno a finales del primer cuarto del siglo I a.C.13 Esta fecha sería coincidente con la indicada por Mattingly14 a partir de la circulación monetaria, así como

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Vid. FERNÁNDEZ-MIRANDA, M., «Las cerámicas talayóticas procedentes de la Calle Porticada», ARRIBAS, A., ed., Pollentia. Estudio de los materiales I, Palma de Mallorca 1983, p. 11- 45; ORFILA, M., Fòrum. 8 ARRIBAS, A.-TARRADELL, M.-WOODS, D., Pollentia I. Excavaciones en Sa Portella. Alcudia, (Mallorca), EAE 75, Madrid 1973, p. 103-104. 9 Ibidem; ORFILA, M.-ARRIBAS, A.-DOENGES, N. A., «El forum de la ciutat romana de Pollentia, estat actual de les excavacions», I Jornades d’Estudis Locals d’Alcúdia, Alcudia 1998, p. 88; ORFILA, M.-MORANTA, L., «Estudio del trazado regulador del foro de Pollentia (Alcudia, Mallorca)», AEArq LXXIV, 2001, p. 209-232. 10 ORFILA, M. , Fòrum; ORFILA, M.-MORANTA, L., AEArq LXXIV, 2001; MORANTA, L.-ORFILA, M., «El traçat regulador del Fòrum de Pol.lèntia», II Jornades d’Estudis Locals d’Alcúdia, Alcudia 2002, p. 129-146; ORFILA, M.-MORANTA, L.-CHÁVEZ, Mª E.-CAU, M. A., «Diseño del trazado urbano del foro de Pollentia (Alcudia, Mallorca)», III Jornades d’Estudis Locals d’Alcúdia, Alcudia, en prensa. 11 AA. VV., Enciclopedia dell’Arte Antica. Clássica e Orientale, II, Roma 1959, p. 326-330. 12 Fundamentalmente vajillas, piezas para cocinar, envases de alimentos, etc, de procedencia itálica. Véase ORFILA, M.-ARRIBAS, A.-CAU, M. A., AEArq LXXII, p. 103; ORFILA , M., Fòrum, p. 139-140. 13 Vid. ORFILA, M.-ARRIBAS, A.-DOENGES, N. A., I Jornades d’Estudis Locals d’Alcúdia, p. 88; ORFILA, M.ARRIBAS, A.- CAU, M. A., AEArq LXXII, 1999, p. 102; ORFILA, M., Fòrum, p. 135-136. Esta fecha es muy próxima a la del foro de Ampurias, fundado en los primeros decenios del siglo I a.C. Véase AQUILUÉ, X.-MAR, R.NOLLA, J. M.-RUIZ DE ARBULO, J.-SANMANTÍ, E., El Fòrum Romà d’Empuries. (Excavacions de l’any 1982). Una aproximació arqueológica al procés històric de la romanització al nordest de la Península Ibérica, Barcelona 1984; MAR, R.- RUIZ DE ARBULO, J., Ampurias romana. Historia, Arquitectura y Arqueología, Sabadell 1993; MAR, R.-ROCA, M., «Pollentia y Tárraco. Dos etapas en la formación de los foros de la Hispania Romana», Ampurias 51, 1998, p. 115-116. 14 MATTINGLY, H., «Roman Pollentia: coinage and history», A. ARRIBAS, Pollentia.. Estudio de..., p. 245-246.

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con la asignada a las primeras construcciones realizadas con técnica romana en la zona de Sa Portella.15 Si bien los datos parecen concluyentes, por el momento, para Pollentia en lo que se refiere a la fecha de las primeras construcciones propiamente romanas, para Palma la situación es más confusa. Pese a todo, podría plantearse una fecha fundacional en torno a la primera mitad del siglo I a.C., en un momento que cabrá precisar en el estudio definitivo de los materiales de algunas excavaciones. Los pocos estratos republicanos bien documentados de los que disponemos aparecieron en el solar del carrer Sant Bernat (Fig. 4) y son posteriores a la fecha fundacional proporcionada por las fuentes clásicas. Otro estrato de época republicana, aunque no permite demasiadas precisiones cronológicas, se documentó en la excavación de la «Casa dels Socors».16 Cabría revisar también los estratos más antiguos de la excavación del Estudio General Luliano, donde el edificio monumental aparecido en la posible zona del foro de la ciudad ha sido fechado en época republicana por Rosselló17 y Riera i Frau.18 De confirmarse, esta cronología sería coincidente con los datos obtenidos en fechas recientes en el foro de Pollentia19 y avalaría la hipótesis de un desarrollo edilicio a partir del final de las guerras sertorianas.20 Recientemente se ha propuesto una teoría sobre la estructuración de la ciudad que plantea, para sus momentos iniciales, la posibilidad de la existencia de un primer campamento que ocuparía una parte del actual barrio de la Almudayna.21 Parece significativo que las fechas de los materiales más antiguos de Palma sean coincidentes con las obtenidas en Pollentia. Siendo así habría que pensar que ambas ciudades, por lo que se refiere a su desarrollo urbano, podrían haberse creado años después de la conquista efectiva de las Baleares, lo que explicaría el desfase existente entre la fecha proporcionada por las fuentes (123 a.C.) y la evidencia arqueológica (70-60 a.C.), a la vez que permitiría sostener con más fuerza la hipótesis de un origen como castella y su refundación posterior como colonias tras las guerras sertorianas. Lo que ocurrió en esos cincuenta años es algo que aún desconocemos, pues no sabemos qué parte de las ciudades estuvo ocupada, si hubo un campamento militar en alguna de ellas, etc. Las evidencias arqueológicas para el caso de Pollentia en ese período son escasas y nulas en lo referente a la zona del foro. No obstante, en la zona de Sa Portella existen indicios de ocupación hacia fines del siglo II e inicios del I a.C., tal y como se pudo constatar en los sondeos realizados en la denominada Calle Porticada, donde se documentó una construcción prerromana asociada a cerámicas de barniz negro.22

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ARRIBAS, A.-TARRADELL, M.-WOODS, D., Pollentia I, p. 103-104. Vid. LLINÀS, M.-RIERA, M.-RIERA, M.-SOBERATS, N.-TORRES, F., «Excavacions arqueològiques a la “Casa dels Socors” (Plaça Santa Eulàlia, Palma)», BSAL 49, 1993, p. 51-64. 17 ROSSELLÓ BORDOY, G., Mallorca musulmana (Estudis d’Arqueologia), Palma de Mallorca 1973. 18 RIERA I FRAU, M. M., Evolució urbana i topografia de Madina Mayurqa, Palma de Mallorca 1993. 19 ORFILA, M.-ARRIBAS, A.-CAU, M. A., AEArq LXXII, 1999; ORFILA, M., Fòrum. 20 Vid., p.e., M ATTINGLY , H., Pollentia. Estudio de…; G ARCÍA R IAZA , E.-S ÁNCHEZ L EÓN , Mª. L., Municipalización; ORFILA, M. , Fòrum. 21 GARCÍA DELGADO, C., Las raíces de Palma. Los mil primeros años de la construcción de una ciudad. De la colonia romana a la medina musulmana, Palma de Mallorca 2000. 22 ARRIBAS, A.-TARRADELL, M.-WOODS, D., Pollentia I; FERNÁNDEZ-MIRANDA, M., Pollentia. Estudio de …, 1983; SANMARTÍ, J.-PRINCIPAL, J.-TRÍAS, G.-ORFILA, M., Les cerámiques de vernís negre de Pollentia, Barcelona 1996. 16

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3. LAS CIUDADES IMPERIALES HASTA EL SIGLO III D.C. La documentación del foro de Pollentia referida a su etapa imperial, a excepción del siglo III, se restringía hasta hace sólo unos años a una serie de elementos muebles descontextualizados como cerámicas sigillatas, vasos y tazas de paredes finas, fragmentos de ánforas, lucernas,23 monedas,24 o algún fragmento de escultura,25 así como inscripciones oficiales, con noticias de emperadores como una posible dedicación a Druso, otra a Lucio Vero y otras menos seguras a Cómodo y a uno de los Severos, así como inscripciones que transmiten nombres de magistrados.26 Hay que subrayar también una serie de esculturas procedentes de excavaciones o hallazgos antiguos, de los que se desconoce el contexto en el que se recuperaron. Entre ellas destaca una Cabeza Velada de Augusto, perteneciente al tipo B de Actium27 y un Togado de época flavia según García y Bellido,28 citado en el libro de Goethe29 sobre esculturas togadas. En la finca de Can Mostel, entre 1934 y 1935,30 y junto a la del togado y una matrona fue apareciendo por partes un Thoracato. Vermeule sitúa esta escultura primero como de finales de la época Julio-Claudia31 y, posteriormente, como de época de Trajano o Adriano,32 mientras Acuña coincide con García y Bellido en una datación de época Julio-Claudia o Flavia.33 Otra pieza espectacular fechada al principio como del siglo I d.C.34 y según las últimas investigaciones entre los reinados de Trajano y Adriano,35 es la hallada durante las intervenciones de los años veinte en la finca de Can Costa, en el extremo sur del impluvium de una casa particular decorada con pavimento musivario. Se trata de una estatua ecuestre de bronce de tamaño natural, una de las más considerables de este tipo de las halladas en la Hispania Citerior,36 de la que se recuperó la cabeza, el cuello, tres pies y las crines. En la

23 PALANQUES, M. L., Las lucernas de Pollentia, Palma de Mallorca 1992, estudio de las lucernas del foro, recogiendo los materiales desde 1980 hasta la campaña de 1988. 24 El estudio de Mattingly, aún sin publicar, indica que son poco frecuentes los ejemplares julio-claudios, siendo mucho más fuerte la presencia de monedas flavias, llegando hasta fines del siglo III d.C. Vid. ARRIBAS, A.TARRADELL, M., «El foro de Pollentia. Noticia de las primeras investigaciones», Los foros romanos de las Provincias Occidentales, Madrid 1987, p. 133. 25 ARRIBAS, A.-TARRADELL, M., Foros romanos, p. 125. 26 En este caso los últimos testimonios proceden de epígrafes fragmentarios. 27 ZANKER, P., Studien zu den Augustus-Portäts. I. Der Actium Typus, Götingen 1973, p. 13-17; MASSNER, A. K., Bildnisangleichung. Untersuchungen zur Entstehungs- und Wirkungsgeschichte der Augustusporträts (43 v. Ch.-68 n. Chr), Berlin 1982, p. 32-33. 28 GARCÍA Y BELLIDO, A., «Esculturas romanas de Pollentia (La Alcudia, Mallorca)», AEArq XXIV, 1951, p. 60. 29 Este autor incluye la estatua como perteneciente al tipo Aa, donde se incluyen una serie de togados que suelen ser el soporte de cabezas veladas, como la de Augusto de Pollentia, por lo que sugiere que quizás ambas piezas formaron parte de un unicum. El hecho de que esta pieza no se hallase en la zona del foro y el desconocimiento de la procedencia de la cabeza velada de Augusto, hace pensar que quizás podría haber formado parte de la decoración del teatro. Vid. GOETHE, H. R., Studien zu römischen Togadarstellungen, Mainz am Rhein 1990, p. 22, n. 97. 30 GARCÍA Y BELLIDO, A., AEArq XXIV, 1951, p. 61. 31 VERMUELE, C. C., «A New Trajan II. Interpretation, typology and date», AJA, 1957, p. 236. 32 IDEM, «Hellenistic and Roman Cuirassed Statues». Berytus XIII, 1959/60, p. 54. 33 GARCÍA Y BELLIDO, A., AEArq XXIV, 1951, p. 61-64; ACUÑA FERNÁNDEZ, P., Esculturas militares romanas de España y Portugal, I. Las esculturas thoracatas, Madrid 1975, p. 94-95. 34 AA. VV., Los bronces romanos en España, Madrid 1990, p. 191. 35 BERGEMANN, M., Römische Reiterstatue, Mainz/Rhein 1990, p. 81.

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cabeza se adivina parte de los elementos de su arnés,37 en el cual se identifica una Victoria áptera portando palma y corona en sus manos y un busto diademado que según García y Bellido sería Juno,38 mientras para Rodà se trataría de Diana.39 Todos estos elementos que se han citado hay que catalogarlos dentro de la decoración arquitectónica de prestigio de una ciudad romana, como evidencias de la monumentalización de la que debió gozar Pollentia en época imperial. En la actualidad, y después de las últimas campañas de excavaciones realizadas en la zona del Foro, se puede indicar que en esta parte central y oficial de la ciudad fueron utilizadas las mismas estructuras que estuvieron en funcionamiento durante la época republicana, con algunas reformas y añadidos. Así, el Foro de Pollentia durante el siglo I d.C. contaba al norte y ocupando parte de la plaza, con el Capitolio que continuaba como edificio religioso. Al oeste del mismo y separados por una calle con dirección norte-sur seguía funcionando la ínsula de tabernas con porticados en los lados este y oeste, lo que documenta actividad artesanal y mercantil. Nueva actividad edilicia se constata en el lado este del Capitolio y paralelo al mismo, donde se construye el edificio conocido como «Templete I», de 8’4 por 5’5 m., el cual se considera desmantelado hacia finales de la misma centuria. 40 Cercano a este edificio se recuperaron dos piezas singulares, parte de una decoración arquitectónica, una especie de crestería de arenisca que representa unas hojas, de 55 cm. de altura, y una inscripción fragmentada41 en la que se alude a la intervención del gobernador provincial y del prefecto insular en la edificación y dedicación de una obra pública.42 Al recuperarse tan cerca de ese edificio se ha relacionado con el mismo, interpretándose como un Aedes vinculado al culto imperial,43 hecho que de ser cierto estaría en línea con lo que ocurre en otros foros. Por ahora, la datación en época flavia o posterior del epígrafe44 pone en duda su relación con este edificio si se tiene en cuenta que a finales del siglo I d.C. ya no funcionaba, de ahí su inminente revisión. Al sur de este edificio y en posición perpendicular, en el espacio abierto al este del capitolio se encuentra el denominado «Templete II», de unos 10 por 6 m., con una posible cella de 3 m. y un pronaos de 1 m., interpretado como un templo tetrástilo o dístilo in antis. 45 Este edificio, actualmente en proceso de revisión y estudio, no habría sido construido en el siglo I d.C., pues los resultados de la campaña de 2002 parece que permiten indicar una datación de al menos el siglo III d.C. para su edificación, realizada con la reutilización de sillares, fustes, etc. de otros edificios, y dudando ahora de su fun-

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RODA, I., «Bronces romanos de la Hispania Citerior», Los bronces romanos en España, Madrid 1990, p.

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AA. VV., Bronces romanos, p. 191. GARCÍA Y BELLIDO, A., Esculturas romanas de España y Portugal, Madrid 1949, p. 445. 39 RODÀ, I., Bronces romanos, p. 72. 40 EQUIP D’EXCAVACIONS DE POLLENTIA , «Avanç dels resultats dels treballs d’excavació a l’àrea central de la ciutat romana de Pol.lentia», XIV Congreso Internacional de Arqueología Clásica, La ciudad en el mundo romano, Tarragona 1994, p.141-142. 41 ARRIBAS, A.-TARRADELL, M., Foros romanos, p. 127. 42 AVG(usti) LEG(atus) PRO PR(aetore) F(aciendum) C(uravit) / [PRAEFECTVS P]RO LEG (ato) DEDICAVIT (HAEp 2, 1990, nº 62). 43 ZUCCA, R., Insulae Baliares. Le isole Baleari sotto il dominio romano, Roma 1988, p. 199. 44 GARCÍA RIAZA, E.-SÁNCHEZ LEÓN, Mª. L., Municipalización, p. 91. 45 EQUIP D’EXCAVACIONS DE POLLENTIA, «Resultats dels treballs d’excavació a l’àrea central de la ciutat romana de Pollentia (Alcudia, Mallorca): avanç preliminar», Pyrenae 25, 1994, p. 217. 38

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cionalidad. Además, el hecho de estar rodeado en sus lados este y sur por una canal labrada sobre sillares de marés, podría asociarlo a algún ritual con el agua, quizás un ninfeo. Otra serie de reformas constructivas indican una activa vida en esta zona de la ciudad entre el siglo I y II d.C. En la Ínsula de Tabernas al Oeste del Foro se pueden apreciar transformaciones como las documentadas estratigráficamente en la Habitación A, B, Z, en los pórticos, etc.46 Así, por ejemplo, en la Habitación A se realizó un pozo negro que recortó parte de la pared sur republicana para poder encajar las losas que lo cubrían. Sobre él una conducción procedente de la habitación anexa al oeste de la misma, vertía directamente en el sumidero de este pozo. Dentro del hueco del sumidero se hallaron piezas datadas en el siglo I d.C.47 En la Habitación B, que en época republicana se hallaba dividida en dos partes, se convirtió después del Cambio de Era en una sola de forma alargada, como demuestran los restos de pavimento hallado a varios centímetros por encima de la antigua pared divisoria. A este momento pertenece también un pozo que ocupa la esquina noroeste de esta Habitación B. 48 Por último, en la Habitación Z se constata una reforma arquitectónica que queda reflejada en sus paredes, umbral y pavimento.49 Ahora bien, donde mejor se han documentado estratigrafías con niveles pertenecientes al siglo I de la era ha sido en los pórticos de la Ínsula de Tabernas, con cambios de pavimentos que sellan los niveles anteriores. Igualmente, durante el siglo II d.C. se constatan algunas reparaciones en la zona de deambulacro del Pórtico al Oeste del Foro, así como en la parte de vía adosada al mismo. También al norte de esta ínsula debieron erigirse algunas estancias como los llamados Ámbitos 01 y 02,50 que quizás cegaron una posible calle norte-sur, continuación de la vía que se desarrolla entre el Capitolio y la Ínsula de Tabernas. En cuanto al Capitolio hay que mencionar la construcción de un depósito recubierto de opus signinum con cordón hidráulico en las esquinas, de 4,20 m. de largo y unos 2 m. de ancho, en la cara externa de la pared norte, casi centrado con su eje, que puede fuese un añadido altoimperial. Las interpretaciones que se le pueden dar a este depósito son diversas. Partiendo de que se trata de una construcción posterior al Capitolio, su uso podría estar ligado a alguna función vinculada con el templo, como el uso del agua en relación con el culto imperial,51 tal y como parecen indicar la presencia de unas piscinas en los laterales de los templos de Mérida o Évora.52 Si bien esta posibilidad parece remota, pues supondría la transformación de un edificio inicialmente dedicado a la tríada capitolina que pasaría a estar consagrado al culto imperial, cabría pensar también en una función aliena a los ritos religiosos del edificio al cual está adosado. Como se ha podido ver, las actividades religiosas y comerciales/mercantiles están bien documentadas en Pollentia en los primeros siglos de la era. Otros datos que confirman este hecho es la recuperación de tres figuras representando al dios Mercurio, protector del comercio, procedentes de este yacimiento.53 A estas actividades hay que añadir la lúdica, representada por la construcción del

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ORFILA, M., Fòrum, p. 144. ORFILA, M.-ARRIBAS, A.-CAU, M. A., AEArq LXXII, 1999, p. 110. 48 Ibidem, fig. 7. 49 Ibidem, fig. 6 50 EQUIP D’EXCAVACIONS DE POLLENTIA, Pyrenae 25, 1994, p. 219. 51 ORFILA, M.-ARRIBAS, A.-CAU, M. A., AEArq LXXII, 1999, p. 110. 52 ÁLVAREZ MARTÍNEZ, J. M., «El templo de Diana», Cuadernos de Arquitectura Romana 1, 1992, p. 91. 53 PREVOSTI, M.-RAFEL, N., «Introducción al estudio de las esculturas romanas de Pollentia», Symposium de arqueología. Pollentia y la romanización de las Baleares, Alcudia 1977, p. 160. 47

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teatro en el siglo I d.C., símbolo de la monumentalización a la que fueron sometidas muchas de las ciudades romanas en ese tiempo. Este edificio, alejado del centro principal de la ciudad, se ubica al sur de la misma, aprovechando un desnivel del terreno para excavar la cavea sobre la roca. 54 En él se debieron representar no sólo espectáculos escénicos (ludi), sino que también pudo ser utilizado para realizar luchas de gladiadores (munus), algo habitual en ciudades de pequeño tamaño en donde los teatros tenían funciones ambivalentes.55 La existencia de un casco y unas protecciones de las piernas de un gladiador recuperadas en excavaciones antiguas en Pollentia avala que en esta ciudad se llevaron a cabo espectáculos de venatio y que éstos debieron realizarse en el propio teatro. Otro lugar de esparcimiento debió ser un edificio termal del cual sólo se sabe de su existencia a través de fotografías antiguas. De igual forma, por la documentación de las intervenciones de los años treinta, se conoce la existencia de un horno de alfarero,56 si bien los resultados de las prospecciones geofísicas recientemente realizadas no han sido positivos por ahora. Por lo que respecta a los barrios residenciales, varias son las zonas documentadas hasta el momento en Pollentia. Así, en 1957 se iniciaron excavaciones arqueológicas sistemáticas en la finca de Sa Portella, donde se localizó un barrio residencial compuesto por dos insulae con diversas casas delimitadas por calles, una en sentido norte-sur a la que quizás tendríamos que catalogar de callejón, en el que el desnivel existente se salva mediante una serie de escalones distanciados, y otra este-oeste, porticada. Las casas identificadas son la «Casa de los Dos Tesoros», la «Casa de la Cabecita de Bronce» y la «Casa del Noroeste». En ellas las actividades documentadas van desde el siglo IV a.C., por la identificación de unas estructuras del Talayótico, hasta la Antigüedad Tardía. Junto a ellas y sobre las estructuras de la Casa del Noroeste se documentó parte del lienzo de una muralla construida en el siglo III d.C.57 La Casa de los Dos Tesoros es la típica casa itálica con impluvium con cuatro columnas en el patio central (atrio) y las habitaciones distribuidas a su alrededor. Las del ala derecha son espaciosas, pudiéndose asegurar que una fue una despensa y la otra una tienda. Las del fondo se identifican como el tablinum y el triclinium. El inicio de esta casa se plantea en la época de Claudio (41-54 d.C.), prolongando su vida, por lo menos, hasta el siglo V d.C. con algunas modificaciones, como la construcción de una tienda o la división del triclinium en cuatro habitaciones.58 La Casa de la Cabecita de Bronce, denominada así porque en ella apareció una cabecita de una niña en bronce, se planteó sobre un anterior edificio republicano en la época de Augusto alrededor de un patio de cuatro columnas, es

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AMORÒS, L.-ALMAGRO, M.-ARRIBAS, A., Excavación del teatro romano de Pollentia, Palma de Mallorca

1954. 55

GEBHARD, E. R., «Protective Devices in Roman Theaters», Studies in the Antiquites of Stobi II, 1975, p. 43-6; MORETTI, J. C., «L’adaptation des théâtres de Grèce aus spectacles impériaux», Le Thèatre Antique et ses Spectavles. Spectacula-II, Lattes 1992, p. 179-183. 56 LLABRÉS, G.-ISASI, R., Excavaciones en los terrenos donde estuvo enclavada la ciudad romana de Pollentia (Mallorca, Baleares). Memoria de los trabajos practicados en 1930-31, Memoria de la Junta Superior del Tesoro Artístico 131, Madrid 1974; ARRIBAS, A., «La Arqueología de Pollentia», Historia de Alcudia, I, Alcudia 1978, p. 111-291; IDEM, La Romanització de les Illes Balears, Lliçó inaugural del curs 1983-1984, Palma de Mallorca 1983. 57 ARRIBAS, A.-TARRADELL, M.-WOODS, D., Pollentia I; IDEM, Pollentia II. Excavaciones en Sa Portella. Alcúdia (Mallorca), E.A.E. 98, Madrid 1978. 58 Ibidem.

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decir, de un peristilo, y no sufrió grandes cambios, siendo utilizada hasta el Bajo Imperio.59 Finalmente, la Casa del Noroeste, separada de la Casa de los Dos Tesoros por una calle en dirección Norte-Sur, o callejón, como ya hemos argumentado más arriba, fue amortizada al construirse sobre ella parte del lienzo de una muralla.60 Una de las calles excavadas, conocida por la Calle Porticada, presenta una línea de columnas que suponen la existencia de un pórtico apoyado a lo largo de la fachada de la Casa de los Dos Tesoros. La calle tiene una longitud de 26 m. y 6’75 m. de anchura. Su excavación fue importante porque proporcionó una de las mejores secuencias cronoestratigráficas de la ciudad.61 Otra zona identificada como residencial es la «Casa de Polymnia» de gran riqueza decorativa por sus estucos pintados. En ella se halló una carátula teatral de estuco y estucos pintados de color verde, algunos de ellos con letras pintadas, como la inscripción Polymnia. También hay que destacar el hallazgo de un tesorillo de monedas de bronce.62 También en Ca’n Basser se documentaron unas construcciones de época altoimperial, en donde no ha aparecido ningún nivel de época republicana, quedando clara la ausencia de niveles Bajo Imperiales. 63 Parece que sus estructuras corresponden a otro barrio residencial, aunque no se descarta la posibilidad de que acaso sean instalaciones de tipo industrial. Junto a esto se conoce la existencia de otras edificaciones o elementos constructivos que han sido sacados a la luz en excavaciones de hace años y que, actualmente, no podemos contemplar debido a que fueron cubiertas una vez finalizada la intervención arqueológica, ni podemos utilizarlas al realizar una valoración global del yacimiento porque no fueron ubicadas topográficamente sobre el terreno. De ellas mencionamos aquí algunas como las viviendas que aparecieron en las fincas de Ca’n Costa y en C’an Pi, en donde, aparecieron casas con peristilo, decoradas con pavimentos musivarios, unos de opus teselatum, otros de opus sectile, con las paredes recubiertas con estucos pintados con dibujos de flores, animales o geométricos según las referencias que tenemos.64 También en la finca de C’an Fanals aparecieron gran cantidad de tumbas, algunas de ellas sobre un edificio rectangular de 19 por 7 m.65 En cuanto a la conducción de aguas hasta Pollentia, ésta debió realizarse a través de un acueducto según indican los diversos tramos identificados del mismo,66 si bien falta su confirmación ya que hasta el momento no se han llevado a cabo intervenciones arqueológicas en ninguno de los trechos reconocidos. Este acueducto transportaría el agua desde la fuente de Ternellas en Pollença hasta la zona conocida como S’Esgleyassa donde podría localizarse el Castellum Aquae o depósito principal de aguas de la ciudad. Finalmente, resta hablar sobre las necrópolis halladas en Pollentia correspondientes a la etapa imperial. Para esta etapa, la muerte está muy bien documentada en la ciudad

59

ARRIBAS, A.- TARRADELL, M.- WOODS, D., Pollentia I. ARRIBAS, A.- TARRADELL, M.- WOODS, D., Pollentia II. 61 Ibidem. 62 ORFILA , M., Fòrum, p. 38-39. 63 TARRADELL, M., «Primeres noticies de la crisi del segle III d.C. a Mallorca», Memoria del Institut d’Arqueología i Prehistoria, 1978, p. 20-30. 64 Vid. A RRIBAS , A., Historia de Alcudia; I DEM , Romanització; M ERINO , J., «La sortida de materials arqueològics de Pollentia envers al Museo Arqueológico Nacional», El nostre patrimoni cultural: el patrimoni tudat (1836-1994), Mallorca 1994, p. 39-50; IDEM, «Les excavacions arqueológiques de Gabriel Llabrés Quintana a Pol.lentia», I Jornades d’Estudis Locals, Alcudia 1999, p. 39-50. 65 ARRIBAS, A., Historia de Alcudia, p. 129. 66 ARRIBAS, A.-TARRADELL, M.-WOODS, D., Pollentia I, p. 24-25; ORFILA, M., Fòrum, p. 44. 60

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desde hace años, pues la mayoría de las necrópolis estudiadas corresponden a fechas de los primeros siglos de nuestra Era. Las necrópolis localizadas hasta el momento han permitido, además, reconocer básicamente el posible perímetro de la ciudad en sus lados norte y sur, no así en lo referente al lado oeste y este. Así, al norte de la ciudad se encuentra la de Ca’n Corró, también llamada Ca’n Banya o necrópolis del Matadero, excavada en 1954, y en la que se documentaron como ritos funerarios la inhumación en tumbas rectangulares y la incineración en urnas. Sus ajuares permiten fecharla entorno a los siglos I y II d.C. También al norte, dentro del casco urbano de la propia ciudad de Alcudia, se tienen noticias de hallazgos casuales de sepulturas como la tumba encontrada en 1861, en una casa de la calle Mayor, o el sepulcro con objetos de oro que, según el cronista P. Ventayol, se halló hacia 1898. Igualmente bajo los cimientos de la Iglesia parroquial y en la explanada alrededor de la misma se encontraron también varias sepulturas,67 mientras que en los últimos años se han localizado en Can Torró. No obstante, la mayoría de las necrópolis de Pollentia conocidas se hallan ubicadas al sur de la ciudad. Hasta la actualidad se conocen la de Ca’n Sureda, La Solada, Ca’n Troca, Ca’n Copido y Ca’n Fanals. Esta última, la mejor conocida, fue excavada en 1930 por Llabrés e Isasi en la finca de la que toma nombre, donde identificaron una hilera de 26 sepulturas que atravesaban un edificio rectangular muy arrasado y, en diferentes lugares de la zona, otras más hasta llegar a un total de 38, todas ellas de inhumación. Posteriormente, en 1949-1950 se reemprendió su excavación, poniéndose al descubierto otras 42 sepulturas del mismo tipo que las anteriores, excepto ocho que eran de incineración. Por su tipología y ajuares se dató en los siglos I y II d.C., si bien las sepulturas de incineración parecen corresponder a mediados del siglo I a.C.68 Hacia finales del siglo II-inicios del III d.C. se constatan una serie de cambios importantes en el foro de Pollentia que afectan principalmente a la Ínsula de Tabernas y sus pórticos, así como a la calle al oeste del foro que ahora presenta una nueva nivelación.69 En la zona de tiendas y talleres el efecto fue muy fuerte, ya que la reforma realizada varió radicalmente su aspecto, afectando a gran parte de su estructuración, tanto en el tamaño de sus ámbitos como en la técnica edilicia, pero continuando su actividad comercial, tal como desvelan los enseres documentados aplastados por los efectos del incendio acontecido a finales del siglo III d.C.70 Por otro lado, la construcción de muros entre los intercolumnios de los pórticos hizo que este espacio quedase, a partir de este momento, muy cerrado al exterior, pues no existe ningún acceso desde la plaza del foro en el tramo hasta ahora descubierto del porticado este, mientras que en el porticado oeste de la ínsula se ha podido documentar una amplia entrada desde la calle Oeste, concretamente entre los pilares 4 y 5. Conectados a estas reformas se encuentran también una serie de banquetas construidas adosadas a las paredes de entrada de cada una de las tabernas que debieron funcionar a modo de escaparate, donde se colocarían objetos representativos de las actividades a las que se dedicaban estos espacios, de los que hasta ahora se han identificado un taller de fundición, una fábrica de

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ARRIBAS, A.-TARRADELL, M.-WOODS, D., Pollentia I, p. 26-27. ALMAGRO, M.-AMORÓS, L., «Excavaciones en la necrópolis romana de Ca’n Fanals de Pollentia (Alcudia, Mallorca)», Ampurias XV-XVI, 1953-54, p. 237-277. 69 ORFILA , M., Fòrum, p. 150. 70 ARRIBAS, A.-TARRADELL, M., Foros romanos; EQUIP D’EXCAVACIONS DE POLLENTIA, XIV Congreso Internacional de Arqueología Clásica, 1994, p. 142. 68

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vidrio, una serrería, una venta de productos de salazones de pescado, etc.71 Esta nueva conformación de la Ínsula de Tabernas hace que se pueda clasificar este lugar ahora como un macellum.72 Finalmente, en cuanto a la idea de que la Habitación C de estas tabernas funcionase como una curia,73 no parece del todo plausible, ya que si lo fuera sería del siglo III d.C., fecha a la que pertenece el opus signinum que la demarca, pues con anterioridad, con una cronología tardorepublicana, este espacio estaba dividido en al menos dos partes. Por último, poco sabemos del aspecto que debía tener la fachada norte de esta ínsula debido a las alteraciones posteriores que sufrió esa zona al construirse sobre ella parte del lienzo de muro de un recinto fortificado fechado a partir del siglo V d.C. Menos aún del límite sur, al no haber concluido las excavaciones por ese lado de la ínsula. Todas estas reformas y cambios estructurales referenciados evidencian que la vida en la ciudad durante el siglo III continúa siendo efervescente. También los objetos recuperados sobre los pavimentos de las diferentes habitaciones, debajo de los restos del incendio que se produjo a finales de este siglo, son prueba palpable de ello. Además, en la plaza del foro se colocaron en esos momentos otros elementos representativos, según nos indican las inscripciones recuperadas. A través de ellas sabemos que, al menos, hubo estatuas dedicadas a Germánico, Lucio Vero, Cómodo, Galieno,74 Maximino y Máximo.75 Otro elemento a sumar a la realidad de las actividades desarrolladas en el siglo III d.C. en Pollentia es un estandarte de bronce76, recuperado durante las excavaciones de inicios del siglo XX, que según los diversos estudios realizados pertenecería a un collegium iuvenum de entre finales del siglo II-inicios del III d.C.77 Finalmente, los datos arqueológicos de Pollentia reflejan para el siglo III d. C. una cierta necesidad de reforzarse defensivamente, tal y como sugiere el lienzo de muralla documentado en el barrio de Sa Portella construido sobre parte de la Casa del Noroeste,78 lo que ha hecho que se relacione a la ciudad con un momento de inseguridad fruto de la tradición historiográfica que durante el siglo XX ha marcado la historia de este siglo III. La muralla de Sa Portella parece significar una reducción del perímetro de la ciudad detectable al cortar claramente las estructuras mencionadas, pero este hecho sería sólo aparente, puesto que la ocupación en épocas posteriores en zonas que están dentro de este lienzo de muralla está perfectamente documentada, como también la vida extra muros.79

71 EQUIP D’EXCAVACIONS DE POLLENTIA, Pyrenae 25, 1994, p. 219; ARRIBAS, A.-DOENGES, N. A., «Piezas singulares de una estancia del área del foro de Pollentia», 1 Congreso de Arqueología Peninsular, Actas V, Trabalhos de Antropologia e Etnologia, vol. 35 (1), Porto, p. 397-420. 72 ORFILA, M.-ARRIBAS, A.-CAU, M. A., AEArq LXXII, p. 111. 73 EQUIP D’EXCAVACIONS DE POLLENTIA, Pyrenae 25, 1994, p. 219. 74 ARRIBAS, A.-TARRADELL, M., Foros romanos, p. 131. 75 Vid. VENY, C., Corpus de las inscripciones baleáricas hasta la dominación árabe, Madrid 1964, Ap. 12. Existen otras inscripciones con referencias a emperadores o familiares de los mismos, pero de los que no se ha podido reconocer sus nombres (ZUCCA, R., Insulae Baliares, p. 113, n. 300). 76 Este estandarte aparece estudiado en esta misma revista por el Padre Veny. 77 ARCE, J., «El significado religioso del estandarte romano de Pollentia (Mallorca)», La religión romana en Hispania, Symposio organizado por el Instituto de Arqueología «Rodrigo Caro» del C.E.S.I.C., 17-19 de diciembre de 1979, Madrid 1981, p. 80-81. 78 ARRIBAS, A., Historia de Alcudia, p. 218-219. 79 Los sondeos realizados por J. Merino y M. Estarellas durante el invierno de 1995-96 en los terrenos situados al oeste de la carretera que discurre paralela al lienzo de muralla de Sa Portella así lo confirman, pues se documentaron estructuras asociadas a materiales bajoimperiales en la mayoría de los sondeos efectuados (J. Merino y M. Estarellas, información oral).

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No obstante, este dato quizás habría que interpretarlo como la necesidad de la ciudad por aumentar su carácter militar y el control de su entorno, tanto del ámbito terrestre como del marítimo. No en vano esta premisa debió estar presente desde su origen, pues según las fuentes esa acción fue concebida debido a la cantidad de piratas que merodeaban por las islas dificultando la navegación en sus entornos.80 De hecho, la ubicación de la ciudad en el inicio del istmo que separa las actuales bahías de Alcudia y Pollença, tiene una clara función estratégica relacionada con el control marítimo, apoyada por la serie de puntos de vigilancia identificados en todo este brazo que separa las bahías.81 Además, no debe olvidarse la presencia de los Praefecti Insularum Balearium, de los que ya hemos hablado, así como la mención por las fuentes de la llegada de 3.000 colonos procedentes de Iberia, que quizás puedan relacionarse con esa necesidad de control y seguridad, aún cuando no está claro en qué momento se produjo este hecho. Otros elementos que se deben tener en cuenta, ligándolos al del carácter militar de la ciudad y de los que ya hemos hablado, son la presencia de la escultura thoracata, la ecuestre en bronce o el estandarte del colegium iuvenum. Todos estos elementos mencionados sugieren que Pollentia durante la etapa imperial era una ciudad con una función eminentemente portuaria y por ese hecho, de tipo mercantil o comercial; prueba de ello es que el único edificio importante que se ha hallado en el Foro, aparte del templo, es justo una manzana de talleres y tiendas (tabernae), pero también debió tener un carácter militar destacado como sugieren su posición estratégica y la preocupación por su defensa. Por lo que respecta a Palma, la ciudad en época imperial se adivina a través de la presencia de ciertas construcciones. Es muy posible, según parecen denotar los escasos datos de los que disponemos, que el edificio monumental del Estudio General, así como el de Sant Bernat sean ya o funcionaran al menos con seguridad en época altoimperial. También deben datarse en época altoimperial los restos hallados bajo el subsuelo de la catedral, especialmente la construcción con hipocaustum que posibilita la hipótesis de la existencia de unas termas. El conjunto cerámico recuperado en la calle Pureza-Sa Portella82 permite disponer de un repertorio cerámico propio de época de Claudio, muy útil para reconocer la configuración de los conjuntos cerámicos de ese momento en la ciudad. Los datos arqueológicos generados por excavaciones antiguas y más recientes permiten obtener una primera imagen de la ciudad de Palma centrada en el actual barrio de la Almudayna, pequeña plataforma elevada que estaría circundada en parte por el mar y que presentaría un recinto amurallado. Por el momento, la fechación de la muralla que circunda el barrio es todavía problemática. Por lo que se refiere a época imperial la excavación del tramo visible en Can Socias permitió recuperar un bronce de Tito que proporcionaba un terminus post quem que hacía pensar en una construcción tal vez del siglo II d.C.83 Cabe plantearse también si no pudo darse una extensión algo mayor de la

80 ARRIBAS, A. Romanització; PRIETO, A., «Un punto oscuro en la invasión romana de las Baleares: la piratería», Habis 18-19, 1987-88, p. 271-275; ZUCCA, R., Insulae Baliares. 81 COLL, J.-MAZAIRA, L.-RIUTORT, S., «Evolución del hábitat durante la prehistoria y la antigüedad en el término municipal de Alcudia», Arqueología Espacial 2, 1984, p. 111-129. 82 LÓPEZ MULLOR, A.-ESTARELLAS, Mª. M.-MERINO, J.-TORRES, F., «Un conjunt ceràmic del començament de l’època de Claudi trobat a la ciutat de Palma», BSAL 52, 1996, p. 3-20. 83 ROSSELLÓ BORDOY, G., «Los siglos oscuros de Mallorca», Mayurqa X, 1973, p. 77-99; IDEM, «Palma romana: nuevos enfoques a su problemática», Symposium de arqueología. Pollentia y la romanización de las Baleares, Palma de Mallorca 1983, p. 143-155.

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ciudad hacia el norte e incluso hacia el este. Asimismo, cabe estudiar la posible existencia de una ciudad alta amurallada y una ciudad baja, tal vez de carácter portuario. En relación con la red viaria, seguimos teniendo como base la hipótesis de G. Rosselló.84 La ciudad debió de estar proyectada siguiendo cánones romanos85 que seguro siguió un módulo regulador estricto como sucede con Pollentia.86 La calle romana cuyo trazado quedó fosilizado en la actual calle Sant Roc ha sido constatada además en el subsuelo de un edificio anejo al claustro de la catedral.87 Uno de los kardines parece que fue localizado en la excavación de Can Oms.88 Un ensayo preliminar de las trazas conservadas en el parcelario del barrio de la Almudayna parece revelar efectivamente restos de calles y muros que responden a una orientación ortogonal.89 En este sentido, cabe recordar la extraña orientación del campanario de la Catedral orientado de forma diferente a la del edificio. Cabe preguntarse además si los límites de la ciudad romana no pudieron haber sido mayores que las 6 hectáreas que se le calculan, extendiéndose más allá de los límites aceptados.90 Es de suponer que la ciudad contara con vías principales de salida relacionadas con cada una de sus puertas. Una de las salidas de la ciudad en dirección oeste, que se haría por la llamada puerta Medianam si se acepta la hipótesis de García Delgado,91 y que se prolongaría por la actual calle Apuntadores, debió suponer, si se acepta también la hipótesis del puerto, alguna obra de ingeniería como la construcción de un puente que García Delgado recrea en sus propuestas. La salida hacia el norte se haría por la Puerta o Volta Pintada y hacia levante quedan definidas la Puerta de la Almudayna y la de Sant Pere Nolasc. Los hallazgos de restos de un edificio monumental, inscripciones y elementos arquitectónicos ornamentales llevaron a situar el foro en el subsuelo del Estudio General Luliano.92 La fecha fundacional del edificio es algo problemática, si bien Rosselló93 y Riera i Frau, 94 abogan por una fechación republicana. Según Riera i Frau, a partir de la documentación que se conserva de la excavación es imposible restituir el edificio pero sugiere que pudiera tratarse de una edificación in antis de la que se hubiese conservado el basamento de la estructura porticada.95 El nivel de destrucción contiene, según Riera,96 sigillata africana. Cabría intentar definir qué tipo de africana y la naturaleza del estrato/s en el que apareció. Si se llegase a identificar un nivel de destrucción con presencia de africana C podría tal vez establecerse una relación con la destrucción del área foral de Pollentia97 y

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IDEM, Ibidem. IDEM, «La evolución urbana de Palma en la Antigüedad: I Palma Romana», BCOCIN 631, 1961, p.121139. Se utiliza la versión aparecida en ROSSELLÓ BORDOY, G., Mallorca musulmana. 86 ORFILA, M.-MORANTA, L., AEArq LXXIV, 2001. 87 PONS I HOMAR, G.-RIERA I FRAU, M. M., «Excavacions arqueològiques a la Seu de Mallorca», BSAL 44, 1988, p. 3-55. 88 Vid. RIERA I FRAU, M. M., Evolució urbana i topografia, p. 158. 89 Agradecemos a L. Moranta su colaboración en este tema. 90 CAU, M. A., La ciudad romana... 91 GARCÍA DELGADO, C., Las raíces de... 92 CAMPS COLL, J., «En torno al problema de Palma romana», X Congreso Internacional de Arqueología, Mahón 1967, Zaragoza 1969, p. 144-145; ROSSELLÓ BORDOY, G., Symposium de arqueología..., 1983, p. 148. 93 ROSSELLÓ BORDOY, G., Mallorca musulmana, p. 81. 94 RIERA I FRAU, M. M., Evolució urbana i topografia. 95 Ibidem, p. 155. 96 Ibidem. 97 ORFILA, M.-ARRIBAS, A.-CAU, M. A., AEArq LXXII,1999; ORFILA, M., Fòrum. 85

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permitiría plantear la hipótesis de un período generalizado de inestabilidad para ambas ciudades. En definitiva, el hallazgo de un edificio de carácter monumental, de restos de molduras arquitectónicas y de la inscripción que consiste en «un epígrafe oficial, de datación incierta, destinado a su exhibición en un edificio público […] o en una obra de infraestructura […], en el que se acredita la gestión de las obras por parte de un duovir y, posiblemente, se hace constar el carácter público de los dispendios»,98 han permitido plantear la situación del foro en este sector de la ciudad. En fechas recientes, las excavaciones del carrer Sant Bernat han aportado restos de un edificio de consideración, tal vez de carácter monumental, un tanto alejados del anterior hallazgo. A su vez, la calle con plintos moldurados localizada en el claustro de la Seu,99 a los que seguramente habría que añadir el plinto moldurado encontrado en la antigua casa Alomar-Villalonga como parte del mismo conjunto,100 parecen indicar la presencia de una vía principal, o incluso dentro ya del espacio foral, en un enclave preeminente de la ciudad. Los hallazgos de un edificio con hipocaustum bajo el subsuelo de la catedral abren la posibilidad de contar con un complejo termal y confirman la importancia de la parte alta de la ciudad. Cierto es que la aparición de un hipocaustum no determina necesariamente la presencia de unas termas de carácter público, puesto que caben otras hipótesis, pero al menos hacen plausible y sugerente tal hipótesis. No existe duda, por consiguiente, de que la ciudad romana se asentó sobre el barrio de la Almudayna, en una especie de acrópolis que debió tener un gran efecto visual al ser contemplada desde el mar. A su vez la hipótesis de la existencia del teatro101 en la parte baja del promontorio permitiría, de confirmarse, completar una primera imagen de la ciudad y plantear la idea de una ocupación de la zona baja posiblemente de carácter portuario (idea ya sostenida en hipótesis antiguas como las del Peña102 o Alomar103) con un edificio lúdico que podría ser visto desde el mar. Este esquema de un teatro cercano al mar repetiría en cierta forma el que suponemos para la vecina Pollentia. Los indicios de la existencia de este teatro se han basado en las trazas arquitectónicas fosilizadas en el actual parcelario aunque la cata de comprobación realizada no dio resultados positivos. Un hallazgo que merece la pena ser reseñado es la conocida como piedra de Son Puig, procedente presuntamente de las inmediaciones del solar que pudo albergar el teatro.104 Se trata de una inscripción monumental cuya envergadura hace pensar en un edificio público de grandes dimensiones. Han aparecido algunas cerámicas romanas imperiales en las excavaciones de la plaza del Rosari y carrer Constitució pero los hallazgos en esta zona baja son todavía escasos y poco claros. La existencia del puerto en la zona oeste vendría determinada por el antiguo hallazgo casual del cepo de ancla romana en la conocida como fuente de Las Tortugas y

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GARCÍA RIAZA, E.-SÁNCHEZ LEÓN, Mª. L., Municipalización, p. 86. PONS I HOMAR, G.-RIERA I FRAU, M. M., BSAL 44, 1988. 100 ROSSELLÓ BORDOY, G., Symposium de arqueología..., 1983. 101 MORANTA, L., El teatro romano de Palma. Una hipótesis y sus primeras comprobaciones, Palma de Mallorca 1997. 102 PEÑA Y NICOLAU, P. DE A., Antiguos recintos fortificados de la Ciudad de Palma, Palma 1887, reed. de BSAL 1887 (1956). 103 ALOMAR, G., La reforma de Palma: hacia la renovación de una ciudad a través de un proceso de evolución creativa, Palma de Mallorca 1950. 104 Ibidem. 99

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por la geomorfología del terreno. Son ciertamente argumentos exiguos, pero que aportarían al menos indicaciones sobre la navegabilidad de este brazo de mar. Cabría plantearse también el papel de Porto Pí, donde se conocen por tradición oral el hallazgo de materiales romanos, altomedievales105 y ciertos indicios de restos de edilicia supuestamente romana como la base de la conocida como Torre de Peraires, donde en el siglo XIX se recuperó la lápida con la inscripción dedicada a Cayo Aburio que había ejercido el cargo de pontifex y que pertenecía a la gens Manlia.106 Asimismo no puede descartarse la presencia de una zona portuaria hacia el este de la ciudad. Por lo que se refiere al abastecimiento de agua, aparte de pozos, cabría preguntarse si existió una conducción del tipo acueducto. Para la vecina Pollentia se ha propuesto un aprovechamiento de la fuente de Ternelles y su conducción a la ciudad por medio de un acueducto del que quedan tramos visibles107 y cuya investigación está en marcha. Para la ciudad que se encuentra bajo el actual casco antiguo de Palma de Mallorca, cabría preguntarse si las evidencias de Sa Font des Garbell 108 pueden tener relación con el abastecimiento de agua en la ciudad y si el sistema de abastecimiento de aguas islámico no podría estar reaprovechando parcialmente estructuras preexistentes. La presencia de necrópolis sigue planteando serias dudas. Se han intuido a partir de los hallazgos de las lápidas funerarias de Aufidia Prisca y Saraucio, encontradas en la inmediaciones del Palacio de la Almudaina y que llevó a plantear la existencia de una necrópolis en la plaza de la Almoina.109 Esta necrópolis quedaría fuera del primer recinto propuesto por Peña y Alomar hacia su lado este, y por el contrario, habría quedado fuera de la ciudad en su lado oeste según la hipótesis de 1961 de Rosselló, a orillas del camino de salida de la ciudad en dirección a poniente que se prolongaría por la actual calle Apuntadors. En primer lugar, cabría preguntarse las circunstancias del hallazgo de estas lápidas. Otra de las necrópolis podría haber estado situada en la calle Sant Bartomeu en el solar donde se ubicó el Banco de España, según referencias confusas citadas por Zaforteza.110 También tradicionalmente se ha sostenido que el hallazgo de monedas en la Plaza de Coll podría ponerse en relación con una necrópolis en aquel sector.111 A su vez, en la calle Pelleteria, se localizaron restos de inhumaciones que fueron atribuidas en un principio a restos romanos pero cuya cronología está siendo revisada. La excavación de Santa Clara parece la evidencia más firme de necrópolis al encontrarse diferentes tumbas de diversas tipologías que perdurarían desde época altoimperial hasta época tardía112 y que debió encontrarse extramuros.

105 GUERRERO, V. M., «Sobre un posible cargamento de ánforas altomedievales en el Puerto de Palma», BSAL 4, 1991, p. 19-27. 106 GARCÍA RIAZA, E., «Manlii en las Baleares romanas. A propósito de un nuevo testimonio», Mayurqa 26, 2000, p. 241-243. 107 ARRIBAS, A.-TARRADELL, M.-WOODS, D., Pollentia I. 108 PIRENNE, J., «Le Nympheum de la Font d’es Garbell», BSAL 34, 1976, p. 212-213. 109 ROSSELLÓ BORDOY, G., BCOCIN 631, 1961. 110 ZAFORTEZA, D., La ciudad de Mallorca. Ensayo histórico-toponímico, Palma de Mallorca 1977-78. 111 ROSSELLÓ BORDOY, G., Symposium de arqueología..., 1983, p. 146. 112 RIERA I FRAU, M. M., Evolució urbana i topografia, p. 180.

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4. LA DESTRUCCIÓN DE FINALES DEL SIGLO III Y LA CONTINUIDAD DE LAS CIUDADES DURANTE EL BAJO IMPERIO Y BAJO EL DOMINIO DE VÁNDALOS Y BIZANTINOS El espacio urbano de Pollentia tendrá una continuidad en su uso hasta fines del siglo III d.C., momento en el que se produjo un gran incendio que está muy bien constatado en diversos sectores del solar urbano, tanto en la zona de Sa Portella como en la Casa de Polymnia, Ca’n Basser113 o en el foro. Aquí, en la ínsula de tabernas al oeste del foro se han podido documentar potentes niveles de destrucción (Hab. Z, Hab. AA, pórtico de la Calle Oeste, etc.), con claras huellas de un incendio que supuso la amortización de la mayor parte de sus estructuras hacia los años 270-280 d.C.,114 y que conllevaría la destrucción de este espacio, así como, posiblemente, la pérdida de la condición de foro de este área de la ciudad. Estos datos, unidos al lienzo de muralla construido sobre la Casa del Noroeste en el área de Sa Portella, han influido enormemente en la interpretación sobre el final de la ciudad hacia finales del siglo III d.C., o vinculada con la llegada de un contingente de vándalos en el siglo V. No obstante, si bien esta muralla puede relacionarse con algún acontecimiento traumático que provocase su construcción, también puede interpretarse con la intención de salvaguardar la ciudad, pues no cabe duda de que ésta continuó habitada durante la Antigüedad Tardía. 115 Así, en líneas generales se puede afirmar que la destrucción de Pollentia en el siglo III no supuso el final de la vida urbana, pues este espacio permaneció habitado tras la conquista vándala del 455 d.C. y la bizantina del 534 d.C., si bien, no se alcanza a calibrar su importancia y continuidad de uso. En este sentido, las excavaciones realizadas en el barrio residencial de Sa Portella aportan niveles de ocupación con cerámicas tardías116 como reflejan diferentes formas de T.S.A.D, 117 lucernas 118 y cerámicas tardorromanas de cocina, 119 así como diversos hallazgos numismáticos,120 propios de época bajo imperial, vándala y bizantina. A estos

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TARADELL, M., Memoria del Institut d’Arqueología i Prehistoria, 1978. La gran cantidad de artefactos datados a finales del siglo III d.C., como los abundantes fragmentos de T.S.A.C (principalmente las formas Lamb. 40 y 42), ánforas, cerámica de cocina, etc., así como las monedas que Mattingly reconoce como piezas acuñadas bajo el mandato de Claudio II, datadas en torno al año 280 (ARRIBAS, A.-T ARRADELL , M., Foros romanos, p. 133), vendrían a confirmar esta fecha. Véase también E QUIP D’EXCAVACIONS DE POLLENTIA, XIV Congreso Internacional de Arqueología Clásica, 1994, p. 142. 115 ORFILA, M.-ARRIBAS, A.-CAU, M. A., AEArq LXXII, 1999; RIERA I RULLAN, M.-ORFILA, M.-CAU, M. A.ARRIBAS, A., «Els darrers segles de Pol·lentia», BSAL 55, 1999, p. 335-346. 116 ARRIBAS, A.-TARRADELL, M.-WOODS, D., Pollentia I; IDEM, Pollentia II. 117 Vid. MARTÍN, G., «Terra Sigillata Clara de Pollentia», A. ARRIBAS , Pollentia. Estudio de los materiales.I. Sa Portella, excavaciones 1957-1963, Palma de Mallorca 1983, p. 167-240; REYNOLDS, P., Trade in the Western Mediterranean, AD 400-700: The ceramic evidence, BAR International Series 604, Oxford 1995; GUMÀ, M. M.RIERA, M. M.-TORRES, F., «Contextos ceràmics dels segles IV-X a l’illa de Mallorca», Contextos ceràmics d’època romana tardana i de l’alta edat mitjana (segles IV-X), Arqueomediterrània 2, Barcelona 1998, p. 249268. 118 PALANQUES, M. L., Lucernas. 119 CAU, M. A., Cerámicas tardorromanas de cocina de las Islas Baleares: estudio arqueométrico, Col·lecció de Tesis Doctorals microfitxades, Universitat de Barcelona 1994; también en BAR Internacional Series , en prensa. 120 MATTINGLY, H., Pollentia. Estudio de…; GURT, J. M., «Circulació i història monetària de les Balears des del Baix Imperi fins als àrabs», Les Illes Balears en temps cristians fins als àrabs, Institut Menorquí d’Estudis, Maó 1988, p. 59-64; GURT, J. M.-MAROT, T., «Estudi dels models de circulació monetària a les Balears: Pollentia (Alcudia, Mallorca)», III Reunió d’Arqueología Cristiana e Hispánica, Monografies de la secció HistoricoArqueològica, II, Barcelona 1992, p. 223-234. 114

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datos hay que añadir la presencia sobre el solar del foro de estructuras y pavimentos de opus signinum construidos sobre los escombros del incendio del siglo III,121 además de cerámicas tardías destacando la presencia de T.S.A.D, formas Hayes 99, 103 y 109 con decoración Glazntönfilm, lo que supondría para el caso de ésta última, al menos, la frecuentación del lugar ya entrado el siglo VII.122 Ahora bien, la prueba más evidente de esa continuidad en Pollentia con posterioridad al siglo III d.C. está en la construcción de un Recinto Fortificado al norte de lo que fue el solar ocupado por el foro, datado a partir de mediados del siglo V.123 Este Recinto significó la creación de una especie de ciudadela dentro de la ciudad, habitual en esas fechas en muchos otros lugares, en donde continuó la vida tal y como demuestran los materiales tardíos hallados. Finalmente, la existencia de una extensa necrópolis, que debe considerarse altomedieval, por encima de este recinto124 y dispersa sobre el solar del foro, así como la documentada sobre el propio teatro romano y su entorno,125 hablan de la frecuentación del lugar, al menos, hasta época medieval.126 En cuanto a la ciudad de Palma por lo que se refiere a la época bajo-imperial, vándala y bizantina, hasta fechas recientes los materiales más tardíos pertenecían con mucho al siglo IV d.C. 127 Sin embargo, cerámicas tardías aparecidas como material arrastrado en estratos más modernos del Palau del Bisbe o de la Seu,128 por ejemplo, y, sobre todo, sendos estratos de época vándala y bizantina hallados en el interior de un pozo de las excavaciones de la calle Sant Bernat reflejan sin duda la utilización del solar urbano también durante la Antigüedad Tardía. Cierto es que desconocemos el carácter de esta ocupación. Una escueta referencia en el Liber Maiolichinus, por ejemplo, podría hacer pensar en una ciudad en franca decadencia y con pocos habitantes en el momento inmediatamente anterior a la conquista islámica como argumenta Riera i Frau.129 La ciudad está habitada al menos hasta ya entrada la época bizantina. Cabe plantearse además la posibilidad de que en estos momentos se procediese a la fortificación de algún sector de la ciudad como sucede en la vecina Pollentia.130 Tal vez, parte de la fortificación de la ciudad o de algún sector pudiera ser un hecho constructivo bizantino, derivado de la conquista de

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ORFILA, M.-ARRIBAS, A.-CAU, M. A., AEArq LXXII, 1999, p. 112-113; ORFILA, M., Fòrum, p. 154. ORFILA, M.-RIERA I RULLAN, M.-CAU, M.A.-ARRIBAS, A., «Aproximación a la topografía tardía de Pollentia (Mallorca): construcciones defensivas», V Reunió d’Arqueologia Cristiana Hispànica, 2000, p. 229235. 123 ORFILA, M.-ARRIBAS, A.-CAU, M. A., AEArq LXXII, 1999, p. 113-116; ORFILA, M.-RIERA I RULLAN, M.CAU, M.A.-ARRIBAS, A., V Reunió d’Arqueología Cristiana Hispànica, 2000. 124 ORFILA, M., Fòrum, p. 157. 125 ARRIBAS, A.-TARRADELL, M.-WOODS, D., Pollentia I, p. 27. 126 Entre los materiales de estos momentos se debe destacar el hallazgo de una scaldasalses de vetrina pesante que puede fecharse en el siglo IX. Vid. R OSSELLÓ B ORDOY , G., «El portaviandas medieval de Pollentia (Alcudia/Mallorca)», BSAL 39, 1992, p. 23-28; IDEM, «Excavaciones en la sala capitular del Monasterio de Santa Clara de Palma de Mallorca y la cerámica arquitectónica producida en Mallorca durante la Edad Media», La Céramique Médiévale Méditerranée, Aix-en-Provence 1997, p. 130-131. 127 Ibidem. 128 PONS I HOMAR, G.-RIERA I FRAU, M. M., BSAL 44, 1988. 129 RIERA I FRAU, M. M., Evolució urbana i topografia. 130 RIERA I RULLAN, M.-ORFILA, M.-CAU, M. A.-ARRIBAS, A., BSAL 55, 1999; ORFILA, M., Fòrum; RIERA I RULLAN, M.-CAU, M. A.-ORFILA, M., «El recinte fortificat. Cuadres: K11, K12, K13, K14, K15, K16, K17, K18, K19, J11, J12, J13, J14, J15, J16, J17, J18, J19, L14 i L15», M. ORFILA , Fòrum, p. 123-130. 122

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las islas y de la política de fortificaciones promovidas por Justiniano.131 Es posible que el trazado de las murallas del barrio de la Almudayna, conocido como «Ensanche» en la hipótesis de Peña, corresponda, en algún tramo, al de una muralla de la Antigüedad Tardía. Cabe recordar que la conocida como Porta de l’Almudaina, aún visible, presenta unas características que no se corresponden con la arquitectura islámica y que ya fue interpretada como una puerta de una muralla modificada y aprovechada por los musulmanes.132 Hay algunas evidencias también de necrópolis posiblemente tardías en el convento de Santa Clara y tal vez en la calle Pelleteria, si bien estos datos están por confirmar. Las hipótesis del despoblamiento o traslado de la población hacia el interior relacionadas con la posible existencia de una Palma Alta133 no pueden ser hoy por hoy confirmadas, por más que son ciertamente atractivas. El asentamiento de Madîna Mayûrqa islámica en este solar no debió ser casual sino que debió obedecer a la preexistencia de una ciudad todavía en funcionamiento. Tanto Rosselló134 como Riera i Frau135 opinan que el establecimiento de la primera ciudad islámica se debió circunscribir al perímetro de la antigua ciudad romana que según algunas fuentes islámicas sería reedificada.136

5. CONSIDERACIONES FINALES La investigación en Pollentia, ya con una larga trayectoria, tiene su continuidad asegurada gracias a la creación del Consorci de Pol·lentia, formado por el Ajuntament d’Alcúdia, el Consell Insular y el Govern Balear, así como a la existencia de un Plan Director para el conjunto monumental y de un Plan de Investigación. La investigación para Palma, sujeta a los avatares de una ciudad todavía viva y de fisonomía cambiante, no parece estar en absoluto garantizada. Las intervenciones dependen casi exclusivamente de reformas arquitectónicas o urbanísticas y no parece posible, por el momento, cambiar esta dinámica. La necesidad de un proyecto unitario propio, reflejada en diferentes ámbitos de la comunidad científica mallorquina y de las propias instituciones, y expresada en ocasiones por escrito, 137 no parece encontrar la vía adecuada para su aprobación e implementación.138

131 Vid., p.e., PRINGLE, D., The Defence of Byzantine Africa from Justinian to the Arab Conquest. An account of the military history and archaeology of the African Provinces in the sixth and seventh centuries, BAR International Series 99, Oxford 1981. 132 ROSSELLÓ BORDOY, G., BCOCIN 631, 1961, p. 75. 133 BARCELÓ, M., «Nou nòtules sobre toponímia de Mayûrqa i de Mallorca», Faventia 2/2, 1981, p. 131-133 (= Sobre Mayûrqa, Quaderns de Ca la Gran Cristiana 2, Museo de Mallorca 1984); FONTANALS, R., «Una hipòtesi sobre la situació de Palma Alta», Estudis de Prehistòria, Història de Mayurqa dedicats al Dr. G. Rosselló Bordoy, Palma de Mallorca 1982, p. 188-194. 134 Ibidem. 135 RIERA I FRAU, M. M., Evolució urbana i topografia. 136 Vid. ROSSELLÓ BORDOY, G., BCOCIN 631, 1961; RIERA I FRAU, M. M., Evolució urbana i topografia. 137 CAU, M. A., La ciudad romana... 138 En 1998, por ejemplo, se preparaba el que conocimos como proyecto Palma 2000. Pese a haberse conseguido un consenso mayoritario por parte de la comunidad científica, algo no siempre fácil de lograr en territorio insular, y pese a que también la voluntad de las administraciones implicadas parecía muy favorable, nada llegó a suceder.

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Pese a todo, la investigación del fenómeno urbano en Mallorca parece cobrar cada vez más fuerza gracias a contar con dos ejemplos claros de urbanismo romano como son las ciudades de Pollentia y Palma, y plantea algunos temas especialmente interesantes. La fundación de las ciudades y el desfase entre la fecha proporcionada por las fuentes escritas y las evidencias aportadas por el registro arqueológico, la modulación de los edificios, de la estructura urbana y seguramente del propio territorio, así como la topografía y funcionamiento de las ciudades durante la Antigüedad Tardía son aspectos que necesitan todavía ser investigados en mayor profundidad.

AGRADECIMIENTOS A Antonio Arribas, maestro en los campos de Pollentia. A Margarita Orfila, codirectora de las excavaciones, por compartir sus conocimientos sobre esta ciudad y por depositar su confianza en nosotros, permitiéndonos pasar a formar parte de la co-dirección del proyecto de investigación. A Luis Moranta, cuyo entusiasmo ha permitido avanzar enormemente en el conocimiento de la modulación del Foro y sus edificios así como de la estructuración urbana. Asimismo estamos en deuda con todos aquellos que desde el Consorci de Pol·lentia posibilitan la continuidad de este proyecto. En Palma, debemos nuestra gratitud a toda una serie de profesionales que comparten día a día sus conocimientos sobre la arqueología urbana de la ciudad, Jaume Cardell, Gabriel Pons, Guillermo Rosselló, Magdalena Riera, Josep Merino, Catalina Garau, Bernat Oliver, Mateu Riera, Maria Llinás, Ferran Tarongí, Helena Inglada, M. Magdalena Estarellas, Carlos García Delgado, Lucía Garau y un largo etcétera. A todos, gracias.

Fig. 1. Mapa de Mallorca con ubicación de los dos puntos de Palma y Pollentia.

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Fig. 2. Mapa de la zona del Foro de Pollentia..

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Fig. 3. Mapa general del solar de la ciudad romana de Pollentia.

Fig. 4. Casco antiguo de Palma con la relación de los principales hallazgos romanos.

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