El estudio cerámico de Tingambato, Michoacán, como indicador de un desarrollo local

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Descripción

UNIVERSIDAD VERACRUZANA FACULTAD DE ANTROPOLOGÍA El estudio cerámico de Tingambato, Michoacán, como indicador de un desarrollo local TESIS Para obtener el grado de:

LICENCIADO EN ARQUEOLOGÍA P

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E

N

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A

Gustavo García García Director:

Dr. José Luis Punzo Díaz Lectores:

Dra. Yamile Lira López Mtra. Mijaely A. Castañón Suárez

Xalapa, Veracruz

Enero 2017

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Índice Agradecimientos….……………………………………………………………………….9 Introducción………………………………………………………………………………12 Planteamiento de la investigación: Visión, discusión y problemática en torno a Tingambato...……………………………………………………………16 Objetivo general...………………………………………………..…..………….21 Objetivos particulares……………………………………………………21 Justificación……………………………….……………………………………...22 Hipótesis…………………………………………………………….…………….24 Metodología………………………………………………………….…………...24

CAPÍTULO1.- El espacio geográfico 1.1.- Mesoamérica y el Occidente de México……………………………….…27 1.2.- El estado de Michoacán de Ocampo………………………………….….29 1.3.- El municipio de Santiago Tingambato………………………………..…..31

CAPÍTULO 2. Antecedentes de las investigaciones arqueológicas 2.1.- Visión general del Occidente de México………..……………….….……36 2.2.- Las investigaciones en torno al estado de Michoacán…...…………….46 2.3.- Tinganio “Lugar donde termina el fuego”…………………………….…..53

CAPÍTULO 3. Proyecto arqueología y paisaje en el área centro-sur de Michoacán 3.1.- Descripción general………………...……………………………………...64 3.2.- Temporada de excavación del PAPACSUM 2015………………………70 3.2.1.- Métodos del análisis del material……………………………….73

CAPÍTULO 4. Marco teórico 4.1.- Conceptualización………………………………………………………….75 4.2.- Materialidad…………….…………………………………………………..80

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CAPÍTULO 5.- La cerámica arqueológica de Tingambato 5.1.- Breve introducción al estudio cerámico…………………………………..84 5.2.- La tipología cerámica de Tingambato y su restructuración…………….87 5.2.1.-Proceso de análisis………..……………………………………...89 5.3.- Tipos cerámicos establecidos…………………………………………..…96 5.3.1.- Descripción del material……………………………………...….98 5.3.2.- Formatos de descripción de tipos cerámicos……….………..147

CAPÍTULO 6. Análisis del material del PAPACSUM temporada 2015 6.1.- Manejo estadístico………………………………………………………..150 6.2.- Tablas de números absolutos……………………………………………153 6.3.- Seriación…………………………………………………………………..156 6.4.- Tabla de periodización…………………………………………………...158 6.5.- Coeficiente de concordancia de Kendal…….………………………….160 6.6.- Coeficiente de correlación de Spearman……………………………….162 6.6.1.- Diagrama de correlación de Spearman…………….…………165 6.7.- Resumen general………..………………………………………………..168

CAPÍTULO 7.- Resultados de la investigación 7.1.- Periodización………………………………………………………….......170 7.2.- Caracterización de la cerámica local……………………………………173 7.3.- Conclusiones…………………………………….………………………..180 7.4.- Comentarios finales………………………………..……………………..188

CAPÍTULO 8.- Bibliografía………………………………………….………………….190

ANEXOS: CD que contiene los formatos de descripción de tipos cerámicos.

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ÍNDICE DE FIGURAS Figura 1.-Mapa de la distribución territorial del Occidente de México, con algunos sitios arqueológicos principales (López y López 2011: 73)….............28 Figura 2.- Ubicación geográfica del estado de Michoacán (INEGI 2016)…………30 Figura 3.- Mapa de la ubicación geográfica del municipio de Santiago Tingambato (INEGI 2009)………………………………………….……32 Figura 4.- Relieve general del municipio, donde se aprecian los afluentes y las elevaciones (INEGI 2009)……………………………………………….33 Figura 5.- Reunión de personas durante el 21 de marzo en el sitio arqueológico (fotografía tomada por Gustavo García G.)……………………………35 Figura 6.- Extensión total del señorío Tarasco (Pollard 2004b: 118)………………..44 Figura 7.- Ubicación de sitios arqueológicos en el estado, incluyendo las zonas arqueológicas abiertas al público (SIG - INAHMICH JLPD 2016)…..46 Figura 8.- Plano del sitio arqueológico de Tingambato (Punzo, et al 2014: 82, modificado por Gustavo García G.)…………………………….…..…..53 Figura 9.- Área civil o administrativa, donde se aprecia el Patio Hundido con

los

altares 2 y 3 (fotografía tomada por Gustavo García G.)……………..54 Figura 10.- Área religiosa o ceremonial, donde se puede apreciar el Juego de Pelota y al fondo la Estructura Oriental (fotografía tomada por Gustavo García G.)…………………………………………………………………55 Figura 11.- Plano topográfico después de las intervenciones (Ohi 2005: 33)………57 Figura 12.- Interior de la Tumba I con las ofrendas diseminadas por toda la cámara (Piña y Oi 1982: 52)……………………………………………………...59 Figura 13.- Algunos ejemplos de las vasijas recuperadas al interior de la Tumba I (fotografías proporcionadas por José Luis Punzo Díaz, tomadas del Museo Regional, Morelia, Michoacán, 2008)…………………………60 Figura 14.- Cortes del talud – tablero existente en Tingambato, el primero pertenece a un altar, el segundo probablemente a una cuartería mientras que el tercero pertenece al juego de pelota (Piña y Oi 1982: 41; Ohi 2005: 38; modificadas por Gustavo García G.)………………………………61 Figura 15.- Vista de la Tumba II antes de su colapso (Landa 2011: 120)…………62 4

Figura 16.- Un ejemplo del estudio planimétrico realizado en Tingambato por el PAPACSUM (Punzo et al 2014: 107)…………………………………...65 Figura 17.- Zonas designadas en las que se realizaron las pruebas de geofísica (Punzo et al 2014)………………………………………………………..66 Figura 18.- Corte de la imagen realizada con GPR en la que se observa una anomalía (Punzo et al 2014: 129)………….……………………………67 Figura 19.- Modelo digital de elevación (Punzo et al 2015: 98)………………………69 Figura 20.- Imagen en 3D con apariencia de foto realismo (Punzo et al 2015: 108)………………………………………………………………………..69 Figura 21.- Ubicación de las unidades de excavación del PAPACSUM 2015 (Punzo 2016: 12)………………………………………………………………….71 Figura 22.- Dibujo de la estratigrafía en la unidad 3 (Punzo et al 2015: 207)……….72 Figura 23.- Grafica comparativa de porcentajes de granulometría (Jiménez 2005: 37)………………………………………………………………………….85 Figura 24.- Vasijas zoomorfas localizadas al interior de tumbas de tiro en el estado de Colima (fotografía tomada por Gustavo García G.)……………………….86 Figura 25.- Grupos y tipos establecidos por el PEM (Landa 2012: 59 – 61)………..88 Figura 26.- Ejemplo de la primera parte de la base de datos…………………………94 Figura 27.- Ejemplo de la fotografía tomada por la parte exterior de la cerámica, donde se puede apreciar la escala y la leyenda del sitio….……….….94 Figura 28.- Dibujos a lápiz sobre block milimétrico……………………………………95 Figura 29.- Dibujo digitalizado…………………………………………………………..95 Figura 30.- Ejemplo del tipo Rojo Pulido, variante II…………………………………100 Figura 31.- Ejemplo del tipo Rojo Escobillado, variante I……………………………102 Figura 32.- Ejemplo del tipo Negro sobre rojo, variante I……………………………104 Figura 33.- Ejemplo del tipo Blanco sobre rojo……………………………………….105 Figura 34.- Ejemplo del tipo Rojo Alisado…………………………………………….105 Figura 35.- Ejemplo del tipo blanco y negro sobre rojo……………………………...106 Figura 36.- Ejemplo del tipo Agropecuaria negativo sobre rojo…………………….107 Figura 37.- Ejemplo del tipo Contemporáneo………………………………………..108 Figura 38.- Ejemplo del tipo Zacapu Café, variante I………………………………..110 5

Figura 39.- Ejemplo del tipo Café Escobillado, variante I……………………………112 Figura 40.- Ejemplo del tipo Café Bruñido……………………………………………112 Figura 41.- Ejemplo del tipo Cherán, variante I………………………………………114 Figura 42.- Ejemplo del tipo Café Alisado, variante I………………………………..115 Figura 43.- Ejemplo del tipo Café Esgrafiado………………………………………...116 Figura 44.- Ejemplo del tipo Urumbécuaro Rojo Mate, variante I……………..……118 Figura 45.- Ejemplo del tipo Champlevé………………………………………...……119 Figura 46.- Ejemplo del tipo Naranja Pulido, variante I……………………………...121 Figura 47.- Ejemplo del tipo Rojo sobre naranja, variante I…………………………123 Figura 48.- Ejemplo del tipo Naranja Alisado, variante I………………………….…124 Figura 49.- Ejemplo del tipo Naranja Pseudoengobe, variante I……………………126 Figura 50.- Ejemplo del tipo Naranja Bruñido, variante I……………………………127 Figura 51.- Ejemplo del tipo Negro sobre naranja……………………………………127 Figura 52.- Ejemplo del tipo Rojo y blanco sobre naranja…………………………..128 Figura 53.- Ejemplo del tipo Blanco y negro sobre naranja…………………………129 Figura 54.- Ejemplo del tipo Tres Palos negativo y rojo sobre naranja…………….130 Figura 55.- Ejemplo del tipo Negro Pulido, variante I………………………………..131 Figura 56.- Ejemplo del tipo Negro Bruñido, variante I………………………………132 Figura 57.- Ejemplo del tipo Negro Alisado, variante I………………………………134 Figura 58.- Ejemplo del tipo Negro Escobillado………………………………...……134 Figura 59.- Ejemplo del tipo Lupe Inciso……………………………………………...135 Figura 60.- Ejemplo del tipo Tres Palos rojo sobre crema, variante I………………138 Figura 61.- Ejemplo del tipo Loma Alta Pulido, variante I……………………………139 Figura 62.- Ejemplo del tipo Crema Alisado, variante I………………………...……140 Figura 63.- Ejemplo del tipo Tres Palos Trícromo……………………………………141 Figura 64.- Ejemplo del tipo Gris Pulido, variante I…………………………………..143 Figura 65.- Ejemplo del tipo Gris Bruñido, variante I………………………………...144 Figura 66.- Ejemplo del tipo Gris Alisado, variante I…………………………………145 Figura 67.- Ejemplo del tipo Blanco Alisado………………………………………….146 Figura 68.- Ejemplo del formato de descripción de tipos cerámicos (Punzo et al 2015; modificado por Gustavo García García)……………………….149 6

Figura 69.- Ejemplo de la base de datos utilizada para el análisis del material del PAPACSUM 2015……………………………………………………...151 Figura 70.- Gráfica de porcentajes de tipos cerámicos del PAPACSUM 2015……152 Figura 71.- Tabla de números absolutos de la unidad de excavación núm. 1…….154 Figura 72.- Tabla de números absolutos de la unidad de excavación núm. 2…….154 Figura 73.- Tabla de números absolutos de la unidad de excavación núm. 3…….155 Figura 74.- Tabla de números absolutos de la unidad de excavación núm. 4…….155 Figura 75.- Tabla de seriación, aplicada a la unidad de excavación núm. 3………157 Figura 76.- Tabla de periodización aplicada a la unidad de excavación núm. 3….159 Figura 77.- Tabla no paramétrica aplicada a la unidad de excavación núm. 3……161 Figura 78.- Tabla de correlaciones de materiales de la unidad de excavación núm. 3……..……………………………………………………………..164 Figura 79.- Diagrama de correlaciones de los materiales de la unidad de excavación núm. 3……………………………………………………………...……165 Figura 80.- Grupo 1 de correlaciones entre tipos cerámicos recuperados en la unidad de excavación núm. 3………………………………………….166 Figura 81.- Grupo 2 de correlaciones entre tipos cerámicos recuperados en la unidad de excavación núm. 3………………………………………….167 Figura 82.- Grupo 3 de correlaciones entre tipos cerámicos recuperados en la unidad de excavación núm. 3………………………………….………168 Figura 83.- Tabla de periodización con las muestras de radiocarbono de la unidad de excavación núm. 2……………………………………...…..171 Figura 84.- Tabla de periodización con la muestra de radiocarbono de la unidad de excavación núm. 3…………………………………………..………171 Figura 85.- Fotografía de la olla localizada en la Tumba I y el dibujo de la olla de la Fase Lupe temprano-La Joya, de Zacapu (fotografía proporcionada por José Luis Punzo Díaz, tomada del Museo Regional, Morelia, Michoacán, 2008; Pereira 1997a: 66; modificadas por Gustavo García G)………………………………………………………………...177 Figura 86.- Dibujos de las copas de pedestal localizadas en la Tumba I y la comparación con los materiales de la Fase Lupe temprano-La Joya, 7

de Zacapu (Ohi 2005: 50; Pereira 1997a: 66; modificadas por Gustavo García G.)………………………………………………………………..178 Figura 87.- Artefactos de cerámica, el primero corresponde a Tingambato y el segundo de San Antonio Carupo (Faugére-Kalfon 1996: 95; modificado por Gustavo García G.)……………………………………179 Figura 88.- Objetos de barro solido con función no identificada (fotografía proporcionada por José Luis Punzo Díaz, tomada del Museo Regional, Morelia, Michoacán, 2008; Kelly 1947: 111; modificadas por Gustavo García G.)……………………………………………………………..…179 Figura 89.- Propuesta cronológica para el sitio de Tingambato…………………….183

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Agradecimientos “La felicidad, no llega sentándose a esperarla.” B.P.

Quiero dedicar este espacio para agradecer a mi familia, por todo el tiempo que me han dedicado, gracias al apoyo incondicional de mi madre María Alma García Gonzáles y de su esposo Gabriel Bolaños Hernández, pude saber que era la licenciatura en arqueología lo que yo quería y que sin lugar dudas buscaría algún lugar donde podría estudiar, ya que en el estado de Michoacán no contamos con una licenciatura de este tipo. Fueron días largos buscando las convocatorias y una vez que presente el examen recuerdo que regrese y no podía dormir esperando los resultados, y el día que lo recibí, alrededor de las 2 de la mañana corrí al cuarto donde estaba mi mama y la desperté diciéndole que había quedado en la Universidad Veracruzana, y ella solamente me decía seee ajaaa que bien hijo, fue hasta el día siguiente que me felicitó y se alegró mucho de la noticia. Y ahora mama, estamos aquí presentando el último trabajo de la licenciatura, gracias de verdad por todo y te llevo en mi corazón por siempre, sabes que eres la mejor madre y padre que pude haber tenido, Te Amo. Por otro lado, Gabriel sabes que te agradezco muchísimo el haber estado al pendiente de nosotros y siempre estar apoyándonos de alguna u otra manera, eres un gran ejemplo a seguir tanto de padre como de persona, gracias por hacernos una gran familia feliz. Agradecer también a mi hermano Fernando García con quien al parecer tenemos gustos muy distintos el uno del otro, pero sabes que siempre vas a contar conmigo, te quiero. A mis hermanitos Gabriel Bolaños, Leonardo Bolaños y Marycris Bolaños saben que les agradezco todo lo que hemos hecho juntos y que los quiero mucho, saben que cuentan con un hermano más para todo lo que necesiten. Gracias también a mi tita, Petra Gonzáles, que siempre me ha demostrado su cariño y su apoyo, recuero que ella lloraba cada que me regresaba a Xalapa, pero ve ahora abue, ya terminamos. 9

A mis tíos que siempre preguntaban por mí, por cómo me iba y por como estaba, muchas gracias y ¡vamos a seguir adelante!; a los primos enfadosos jaja, a ellos también les agradezco por su apoyo, pero ya los veré un día también con sus tesis. A mis mejores amigos Sergio Tovar (Checo) y Miguel Ángel (Mujica) y les agradezco que también estuvieran al pendiente, que siempre que regresaba a Michoacán tuviéramos algo de que platicar y contar como nos iba en lo que hacíamos, gracias. A mis amigos de la universidad: Gabriela Montero gracias por ser mi amiga incondicional, a la que le tengo una gran confianza y que sabes que te quiero mucho (que por cierto te debo una apuesta); a Julio García mi buen amigo gracias por tus comentarios y tus observaciones, pero no de esta tesis, de la vida y de las mujeres jaja te quiero amigo; Fernanda Espinoza sabes que te quiero y que también te agradezco por todos los ratos en que me apoyabas; Emmanuel Gonzáles mi estimado, gracias por la amistad que tenemos y los ratos en que platicamos. A mis muy estimados amigos Roberto y Matza por todo el tiempo que me han apoyado y por todas las cosas que hemos hecho, gracias también por siempre recibirme y por las comentarios que me hacen. Por otro lado agradezco a mi director de tesis el Dr. José Luis Punzo Díaz, por darme la oportunidad de trabajar este tema, recuerdo la primera vez que nos vimos fue en el sitio y yo te platique mi interés por trabajarlo a lo que me comentaste que era bueno que me interesara por la arqueología de mi estado y de mi región, así que aquí estamos, presentando un trabajo que espero pueda servir para apoyar en las investigaciones arqueológicas del estado de Michoacán. A mi lectora la Mtra. Mijaely A. Castañón, que gracias a ti y a tu trabajo profesional pude realizar un análisis del sitio, del que poco sabemos pero que tiene mucha información aún por descubrir; tú me facilitaste muchas herramientas y me hacías muchas observaciones de como hacia el trabajo que ahora presentamos, algunas veces tuvimos algunos desacuerdos, o algunos momentos de tensión en los que había que volver a empezar, volver a revisar y volver a analizar, pero a pesar de eso, pudimos lograr un avance y de verdad te agradezco mucho por tu apoyo.

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Mención especial requieren mis maestros de la Universidad Veracruzana como la Dra. Yamile Lira quien no solamente impartía algunas de las clases que tome, si no también, como mi tutora y asesora académica le agradezco mucho por su tiempo y por resolver muchas de las dudas que surgieron durante todas las clases, muchas gracias por estar al pendiente y por todas las observaciones que ha realizado a mi trabajo final que son de mucha ayuda; a la Dra. Lourdes Budar agradezco por toda la paciencia que ha tenido conmigo y Doc, sé que tenemos algunos conflictos y no por eso deja de ser buena maestra al contrario, aprendí muchas cosas con usted de las cuales estoy seguro que me servirán en un futuro, me ayudó mucho a reflexionar y a pensar en cómo es que se vive la arqueología, muchas gracias Doc;

al Mtro. Hirokazu Kotegawa

que desde que tuvimos

seminario, nos pidió un trabajo final sobre como realizaríamos un proyecto de investigación y por supuesto que yo lo enfoque a Tingambato, a partir de entonces, mi protocolo se apoyó mucho en las observaciones que me hacia Koty, y algunas veces discutíamos de cómo podía mejorarlo dentro de un seminario que no tenía que ver con la región, pero que sin embargo, se tomaba el tiempo para poder apoyarme, muchas gracias por todo el apoyo que me brindaste Koty. Quiero también hacer un agradecimiento especial a la Dra. Yoko Suguira por sus comentarios oportunos que me hicieron replantear algunas cuestiones y tomar en cuenta otras más para futuros trabajos de investigación. Por supuesto también quiero agradecer a mis compañeros del PAPACSUM: Lissandra González, Gaby Arellano, Nilsa Carrasco, Alejandro Valdés, David Rangel, Max Ayala, Marcelo Ibarra, con quienes he compartido una gran amistad y muchas discusiones en torno al tema, muchas gracias chicos de verdad se les agradece todos los comentarios, opiniones, puntos de vista y hasta los datos que me proporcionaron para que este trabajo sea una pieza más para entender a Tingambato.

Everything in its right place….

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Introducción Este trabajo de tesis abordará como tema principal lo referente a la cerámica de Tingambato, Michoacán. Está enfocado por una parte, a determinar el desarrollo local de los grupos establecidos en la región y por otra, a construir una secuencia cronológica a partir de evidencias claras, ya que la información que tenemos del sitio arqueológico es muy poca y por tanto, tiende a generalizarse. Un ejemplo de esto surge a partir de algunos hallazgos en el sitio como el sistema constructivo de talud-tablero al estilo de Teotihuacán (Piña y Oi 1982), por el cual se piensa que este fue influenciado por grupos foráneos. Estas “influencias” generaron que el sitio fuera relevado a un nivel secundario y sin embargo, también presenta una compleja secuencia de desarrollo local. El tema que desarrollo en esta tesis, se basa en la interpretación de la cerámica, entendiéndose que las técnicas de manufactura, las formas, los decorados, etc. son los atributos de un grupo que producen los materiales para su beneficio durante cierto periodo y que pueden obtener alguna influencia que se vería reflejada en su producción, por ejemplo, en las variantes de sus objetos, los tipos de pasta, los acabados, en la decoración, etc., todos estos elementos se pueden observar en la cerámica, ya que cada material presenta características estilísticas de los grupos que los producían (Filini 2014: 215) contextualizándolos en tiempo y espacio. Mediante un estudio cerámico, el cual comprende el análisis, la descripción y la interpretación de estos objetos, se busca comprender e identificar las características de los grupos que los producían, con elementos teóricos de la materialidad y con los cuales podríamos entender como fue el proceso y desarrollo del sitio de Tingambato. Haciendo un resumen general en torno a los trabajos realizados en el sitio arqueológico, se formula la primera parte de la tesis que se encuentra conformada por el planteamiento del problema y del cual surgen las preguntas de investigación; a partir de esto, se elaboran los objetivos del trabajo para enfocarnos a lo que realmente se busca en la investigación, posteriormente se elabora la justificación con el fin de mostrar la importancia que tendría el trabajo dentro de la investigación 12

científica; también se formula una hipótesis la cual es importante porque es la perspectiva con la que se podrá comprobar o rechazar nuestro objetivo principal; por último se menciona la metodología con la que trabajaremos para obtener los resultados enfocados a nuestros objetivos. A continuación se realizará una breve descripción de los contenidos de los capítulos en esta tesis: - El capítulo 1.- Se aborda lo referente al espacio geográfico que abarca la subárea mesoamericana conocida como el Occidente de México. Se habla tanto de su conformación como de su extensión, con lo que se da paso a presentar en un segundo subcapítulo, las características geográficas del estado de Michoacán; por último presentamos el municipio de Santiago Tingambato, siendo este la base del trabajo de investigación. - El capítulo 2.- Se realiza la revisión de los antecedentes de investigación arqueológica e histórica, comenzando por el Occidente de México y sus rasgos característicos que se desempeñaron dentro de Mesoamérica, como un conjunto de tradiciones locales con características que difieren unas de otras (Punzo 2016 com. pers.) y como se asocian a Tingambato; por su parte, para el estado de Michoacán se menciona más específicamente los primeros trabajos de carácter arqueológico que se han realizado desde finales del siglo XIX, pasando por diferentes de épocas en la que podemos ver como la arqueología en México se estaba desarrollando; al final de este capítulo mencionamos todos los trabajos que se han realizado en el sitio arqueológico de Tingambato, desde sus primeras menciones hasta los últimos trabajos realizados. - El capítulo 3.- Se mencionan los trabajos más recientes del “Proyecto arqueología y paisaje en el área centro-sur de Michoacán” (PAPACSUM), enfocados a la investigación del sitio arqueológico de Tingambato (Punzo 2013, Punzo et al 2014; Punzo et al 2015); se realiza una descripción general para entender los objetivos de la temporada de excavación del 2015 y presentamos la

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técnica con la que se trabaja en el proyecto para analizar los materiales arqueológicos. - El capítulo 4.- Aborda lo referente al marco teórico, comenzando por una breve introducción al desarrollo de la teoría en la arqueología y posteriormente comentando sobre la aparición de la Nueva Arqueología de la cual retomamos la corriente teórica de la materialidad que es con la que enfocamos la investigación a fin de que los resultados obtenidos puedan ser analizados desde esta perspectiva y entendamos como la “cultura material” es parte fundamental del desarrollo de los grupos humanos ubicados en un contexto determinado en tiempo y espacio. - El capítulo 5.- Como parte principal del tema de investigación, se presenta todo el desarrollo del análisis de la cerámica de Tingambato; primeramente hacemos una breve descripción de cómo se analiza el material arqueológico y cuáles son las características que buscamos dentro de un análisis, después mencionamos todo el proceso de cómo fue realizada la restructuración de la tipología cerámica, mediante este proceso se pudieron establecer nuevos tipos cerámicos de los cuales se presentan todas sus características en el siguiente subcapítulo junto con los formatos utilizados para la descripción del material, estos objetivos de análisis obedecen a los establecidos por el PAPACSUM (véase Punzo 2013; Punzo et al 2014; Punzo et al 2015). - El capítulo 6.- Está dedicado al análisis del material específicamente recolectado por el PAPACSUM en la temporada de excavación del 2015, ya que en desde el capítulo anterior, la tipología ya había sido establecida, con lo que pudimos comparar el material y realizar un análisis enfocado a la parte estadística, ejemplificado con gráficas, tablas, cuadros comparativos y de correlaciones. - El capítulo 7.- Se presentan todos los resultados obtenidos mediante el análisis de los materiales, presentando una propuesta de caracterización de la cerámica de Tingambato y dando la interpretación a la problemática del planteamiento, argumentando todos los resultados desde una perspectiva local; también se presentan nuevos datos como los fechamientos por radiocarbono 14

(Punzo 2016) y arqueomagnetismo (Rangel 2016 com. pers.), así como el uso de láminas delgadas (Castañón y Punzo en prensa), que son citados para corroborar las propuestas planteadas tanto de la tipología cerámica como de la cronología que aquí presentamos. De esta manera el apartado de las conclusiones toma una perspectiva más integral, que corrobora algunas de las cuestiones planteadas en la problemática. Al final se abre un subcapítulo sobre comentarios finales en el que se realiza una reflexión sobre el trabajo y los faltantes de este, ya que abordar este tema es muy amplio, pero que ha de favorecer al desarrollo de la investigación en torno al estado de Michoacán en el Occidente de México. Por último toda la información consultada se presenta en el apartado de la bibliografía, mientras que los trabajos que se realizaron como las bases de datos, la estadística y los formatos con las fotografías se encuentran en el CD ANEXO.

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Planteamiento de la investigación: Visión, discusión y problemática en torno a Tingambato En un panorama general la región que comprende lo que conocemos como el Occidente de México, ha tenido pocas intervenciones de investigación arqueológica a diferencia de otras subáreas culturales de Mesoamérica como el Área Maya o el Altiplano Central, debido a los escasos sitios monumentales, marginándolo y relegándolo a una posición secundaria (Williams 1994: 11; Almendros y González 2009: 137); un caso particular de esta región es el del sitio arqueológico de Tingambato, en Michoacán, que a pesar de ser un sitio que fue explorado durante el siglo pasado, ha generado el interés de algunos investigadores (por ejemplo las investigaciones de Olga Lidia Landa A. y del Dr. José Luis Punzo Díaz entre otros), ya que se encuentra mencionado en la bibliografía de Michoacán como un sitio anterior al señorío Tarasco y que presenta evidencias de contactos con otras regiones, principalmente con Teotihuacán; pero parte de los trabajos que se han realizado en el sitio han sido dedicados a su conservación y mantenimiento, sin embargo, hacen falta realizar trabajos que tengan un mayor enfoque de investigación científica para poder definir a la sociedad que habitó en Tingambato y cómo se desarrolló, y a partir de esto podríamos entender si el sitio presenta evidencias de relaciones culturales. Tingambato jugó un papel importante durante los periodos Clásico y Epiclásico ya que es uno de los pocos sitios en la región del estado de Michoacán que presenta elementos de gran relevancia, por ejemplo, la arquitectura de grandes basamentos, cancha para el juego de pelota, sistemas funerarios complejos, entre otras cosas que podemos identificar como correspondientes a tradiciones del Occidente de México, anteriores al desarrollo de los grupos Tarascos. Retomando esa cuestión y algunos planteamientos del desarrollo en el Occidente de México, existen elementos en el sitio como son los Patios Hundidos, que menciona Efraín Cárdenas (1999), están presentes dentro de la tradición cultural que denominó la del Bajío durante el periodo Clásico, al sur del estado de Guanajuato; este investigador comenta que es necesario explicar cómo se conjugaron diferentes 16

tradiciones culturales en este sitio, por ejemplo: los patios hundidos, las tumbas, el juego de pelota con cabezales y el talud – tablero, porque de ser así, Tingambato cuenta entonces con dos tradiciones culturales, una local y otra foránea (Cárdenas 1999), sin embargo, no podemos adelantarnos en estas cuestiones ya que no ha habido una detallada descripción de una tradición local, mucho menos poder hablar de una foránea, aún con la presencia de elementos que nos remiten a posibles relaciones culturales con otros sitios. Otra cuestión planteada por Cruz y Landa (2013) es la posibilidad de una área dentro del sitio que se utilizaría como una zona funeraria compuesta por las dos tumbas, pero cabe mencionar que se encuentran en lugares diferentes, como mencionamos más adelante, y no sabemos si son contemporáneas o representan un mismo complejo funerario, además, de que la Tumba I tiene una mayor proximidad al área religiosa, mientras que la Tumba II se encuentra al norte del área civil, sin embargo, sí parecen estar dentro de una misma área tomando en cuenta la extensión total del sitio (Cruz y Landa 2013). La temporalidad es también una problemática en la que se encuentra el sitio, ya que la mayoría de los investigadores retoman la propuesta de Román Piña Chan y Kuniaki Ohi situando el sitio entre el 450 y 950 d.C. con dos etapas constructivas (Piña y Oi 1982: 99; Siller 1984; Peña 1991; Gómez y Gazzola 2007; Michelet y Pereira 2009; Pulido y López 2014: 158). El PEM propone otra temporalidad para el sitio con 3 etapas constructivas que van del 200 al 700/750 d.C., en la que mencionan que la primera se construyen los basamentos Oriental y Occidental, en la segunda la construcción de la gran plataforma y la tercera incluye el talud – tablero (Cruz y Landa 2013: 45); recientemente fueron obtenidos nuevos fechamientos de las excavaciones de la temporada 2015 del PAPACSUM, ya que se pudieron recuperar muestras de carbón para poder hacer pruebas de radiocarbono (Punzo 2016) y corresponderlos con la estratigrafía cultural del sitio, los resultados se mencionan en el último capítulo. Por otro lado, se ha generalizado que dentro del Occidente de México se desarrolló la orfebrería entre los años 600 y 800 d.C. como menciona Hosler, pero estos datos no corresponderían al menos para la parte del estado de Michoacán, ya que, como se comentó anteriormente, el sitio de Tingambato se desarrolló durante estas fechas y siendo un sitio importante en la 17

región, no presenta materiales de este tipo (Punzo 2016 com. pers.), este dato se complementa también con algunas de las muestras de metales recuperados y fechados por el PAPACSUM que se encuentran cercanas al área de Tingambato y que tienen una aproximación al periodo Posclásico (Punzo, et al 2015: 229). También varios investigadores coinciden en que la introducción del sistema constructivo de talud – tablero en Tingambato pertenece al periodo comprendido entre los años 600 y 900 d.C., pero de ser así, ¿cómo podríamos hablar de una interacción cultural con Teotihuacán?, si es en estas fechas que ocurren algunos acontecimientos dentro del sector nuclear de Teotihuacán que darían paso al abandono de la ciudad, como la quema de los conjuntos residenciales de Teopancazco (Manzanilla 2003: 70), del conjunto de Xalla (Manzanilla y Luján 2001: 58) y la destrucción de objetos sagrados durante los años 550 – 575 d.C., por lo que se asocia más bien a la herencia de Teotihuacán (Hers 2013: 215; Michelet y Pereira 2009: 79-80) y no a una relación cultural; dicho de otro modo como lo comenta Sergio Gómez es que los edificios con talud – tablero pudieron ser construidos después del colapso teotihuacano por grupos michoacanos que retornaron al lugar de origen de sus antepasados introduciendo elementos de prestigio (Gómez y Gazzola 2007: 128), ya que en Teotihuacán se habla de un posible enclave michoacano junto al Barrio Oaxaqueño, por la presencia de materiales de Michoacán y de tumbas similares a las de la tradición de Tumbas de tiro (Manzanilla 2005: 261). Siguiendo este punto, Siller (1984), Peña (1991), Filini (2010: 94), Gómez y Gazzola (2007: 128) entre otros, mencionan que no hay evidencia de tipos cerámicos ni de ningún otro material en Tingambato que se asocie con Teotihuacán, en cambio algunos otros investigadores notaron algunas semejanzas de los elementos cerámicos con otros sitios del Occidente de México como son: las tapaderas y sahumadores que se relacionan con la región de Apatzingán y el valle de Tepalcatepec (Cárdenas 1999: 56; Kelly 2001), las copas de pedestal identificadas en la Tumba I, también existen en la región de Zacapu durante la Fase Lupe del 600/700 – 900 d.C. (Pereira 1997a: 65); Román Piña Chan y Kuniaki Oi 18

(1982) reportaron la presencia de cerámica con decoración embutida también conocida como Cloisonné o Pseudocloisonné, este tipo cerámico es producido en el Occidente y norte de Mesoamérica (Hers 2013: 218) así como también reportaron materiales con decoración pintada al negativo, que se encuentra presente desde épocas muy tempranas, como lo reportan los hallazgos en el sitio arqueológico de El Opeño fechado para el 1500 a 1200 a.C. (Oliveros 2004); en un primer acercamiento, Faugére-Kalfon (1996: 84) menciona que los tipos cerámicos Lupe pulido y Lupe Inciso de la región de Zacapu, están presentes en Tingambato, al igual que un artefacto de cerámica con características similares a las identificadas por Piña y Oi (1982) que ellos lo describen como un “pseudo-sello”. Muchas de estas formas y tipos cerámicos son característicos y se encuentran distribuidos a lo largo del Occidente de México, un ejemplo es el material del tipo Cherán, nombrado así por las colecciones registradas en E.U.A. (Carot 2013: 151), también se le conoce como tipo “Queréndaro” o “Estucado y pintado” (Filini 2014: 224), y se caracteriza por la decoración de estucos pigmentados que se agregan sobre un engobe café pulido con diseños iconográficos que se asocian a Teotihuacán (Filini 2007: 30 - 31) y que erróneamente se ha confundido con el otro tipo antes mencionado el Pseudo-Cloisonné; la diferencia entre estos dos tipos es que mientras que en el Pseudo-Cloisonné los diseños se excavan y se rellenan con pigmentos (Hers 2013: 218), en el Cherán solamente se recortan los estucos ya pigmentados (Carot 2013: 148), además de que la distribución del tipo PseudoCloisonné va más hacia la parte norte del Occidente, como lo reportan los hallazgos en Cañón de Bolaños en Jalisco o la evidencia de este material en La Quemada y Alta Vista, en Zacatecas (Cabrero 2012; Cabrero 201), en el estado de Durango y hasta en el sitio Hohokam de Grewe, en Arizona, E.U.A. (García 2015), mientras que el tipo Cherán tiene una mayor distribución en el estado de Michoacán. El tipo Champlevé es otro tipo cerámico producido también en el Occidente de México, que se ha localizado tanto en la región de Cañón de Bolaños, Jalisco (Cabrero 2014: 42), en la región de Zacapu, Michoacán (Carot 2001: 37-38), así como también en Teotihuacán asociado a ofrendas funerarias (Gómez y Gazzola 2007: 128), este material presenta un engobe esgrafiado y relleno con pigmentos de color verde y 19

rojo (Carot 2013: 153); en Zacapu se encontraron además, asociados a un contexto también funerario junto con tepalcates del tipo Anaranjado Delgado (Carot 1992: 80). Otro caso de materiales distribuidos con mayor énfasis en el estado de Michoacán son los del complejo cerámico Loma Alta, en el que su distribución abarca la parte noroeste y centro del estado, algunos ejemplos son las muestras recuperadas en la cuenca de Pátzcuaro (Pollard 2004a) y en la cuenca de Cuitzeo (Carot 2013: 161), los materiales del rescate del sitio de Loma de Santa María, en Morelia, donde también se recuperaron algunos fragmentos de materiales de Teotihuacán identificados dentro de la fase Tlamimilolpan Temprano (Vega, Manzanilla, López y Ortuño 1982a: 42-43); el amplio repertorio iconográfico del complejo Loma Alta se puede ver influenciado en la cerámica Chalchihuiteña y Hohokam y hasta en un periodo más tardío en la cerámica Tarasca (Carot 2013: 161-166). En este pequeño resumen presentamos parte de la problemática que gira en torno a la investigación del sitio arqueológico de Tingambato, es muy importante complementar estos datos y corroborarlos a fin de tener un mejor conocimiento del sitio, con esto podemos plantear algunas preguntas de investigación que serán la base del estudio: 1.- ¿Cuál es la tradición local? 2.- La sociedad que se desarrolló en Tingambato, ¿tenía contactos con otras regiones? 3.- ¿Se puede determinar la presencia de grupos foráneos o de grupos que interactuaron en Tingambato, mediante el análisis de la cerámica? 4.- ¿Son las formas, los motivos y las decoraciones en la cerámica de Tingambato, la evidencia de una relación cultural con otras regiones o tradiciones del Occidente de México?

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5.- ¿Será posible que la sociedad que habitó Tingambato, haya incorporado elementos ajenos a su región reflejados en la producción cerámica? 6.- ¿La cerámica de Tingambato, corresponde a una sola fase cronológica?

Objetivo general Una vez entendida la problemática en la que se encuentra el sitio de Tingambato, podemos plantear como objetivo principal de la investigación el poder identificar a partir de un estudio cerámico, el desarrollo local de los grupos que habitaron en el sitio, para entender cómo los elementos culturales presentes se relacionan y generan cambios, evidenciados en la producción de la cerámica del sitio durante los periodos Clásico y Epiclásico e inferir una posible interacción cultural con otras regiones del Occidente de México.

Objetivos particulares Para poder llegar al objetivo principal necesitaremos: - Analizar el material cerámico disponible. - Elaborar una tipología cerámica para el sitio. - Definir tipos cerámicos mediante la comparación con otros sitios. - Corroborar la tipología cerámica con los materiales recuperados del “Proyecto arqueología y paisaje en el área centro-sur de Michoacán” 2015. - Aplicar métodos estadísticos para la comprobación estratigráfica. - Identificar estratigráficamente los tipos cerámicos. - Corroborar la relación entre los tipos. - Establecer la caracterización de los tipos cerámicos. - Plantear una cronología. - Realizar una revisión de la cerámica de la Tumba 1 - Proponer algunos trabajos de investigación.

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Justificación Tingambato ha sido considerado como un sitio que fue fundado a partir de migraciones de grupos procedentes de la cuenca de México (Cárdenas y Fernández 2013: 65, Espejel, Cárdenas y Aguayo 2014: 199), evidenciado con elementos arquitectónicos como los sistemas constructivos de talud – tablero, las plazas y los altares, el juego de pelota, el sistema funerario, que fueron localizados en un principio por Román Piña Chan (Piña y Oi 1982) y que presentan notables influencias del Altiplano Central (Pereira 1997b: 2). A partir de esto, se piensa que el sitio recibió influencias tanto de Teotihuacán así como de diferentes regiones del Occidente de México, por lo cual se piensa que su desarrollo fue generado por estos grupos con los que mantenía una relación durante los periodos Clásico y Epiclásico, estos “… elementos locales, en muchos casos, pierden su papel y son relegados a un segundo plano” (Juárez 2013: 21). Es por eso que el tema de un desarrollo local surge a partir de la contradicción de estas influencias, a manera de corroborar la información y de evidenciar elementos de una tradición cultural local. Ahora bien podemos entender que el sitio no se encontró alejado de los cambios generados durante estos periodos, puesto que si hay evidencias que lo asocian con otras regiones, sin embargo, surgen algunas preguntas: ¿cómo es que a partir de un solo elemento, en este caso, la presencia del talud – tablero, se hable de una relación con Teotihuacán? Y ¿Cómo se incorporaron estos elementos al desarrollo local?, probablemente durante los años en que se buscaba querer explicar la dinámica que jugó el Occidente de México dentro de Mesoamérica, se identificaron elementos que a simple vista indicaban una relación con otros sitios, con la cual no había necesidad de realizar una comprobación; a consecuencia de esto, se ha retomado el tema de Tingambato considerándolo de entrada como un sitio secundario en la región, el cual mantenía relación con grupos del centro y de otras regiones, sin embargo, hemos discutido recientemente sobre el tema durante algunos seminarios en el Centro INAH Michoacán y hemos llegado a la conclusión de que el sitio no puede ser considerado secundario, porque si lo observamos en un nivel regional dentro del estado de Michoacán, no encontramos características 22

similares en cuanto a complejidad arquitectónica con otros sitios y mucho menos comparándolo dentro del periodo Clásico y del Epiclásico en el que se ha propuesto su ocupación, es entonces que planteamos que Tingambato es el sitio principal dentro de estos periodos por lo menos para esa región del estado (Punzo 2015 com. pers.). A partir del estudio de la cerámica, analizándola desde una perspectiva local y no regional o foránea, podríamos hablar de cómo generó su desarrollo la sociedad que habitó en Tingambato. Debió existir un grupo que logro establecerse en esta región antes de la llegada de grupos provenientes de otros lugares, con los cuales interactuaron y generaron nuevas ideas con las cuales modificarían su asentamiento, evidenciado no solamente en la arquitectura sino también en la producción de la cerámica, ya que muchos de los tipos cerámicos (como es el caso particular de materiales tipo Champlevé, Pseudo-Cloisonné, Cherán o estucado y pintado, los tipos policromos y bicromos, los tipos monocromos pulidos, etc.) aparecen en algunos sitios cercanos a la región y son considerados característicos del Occidente de México; estos objetos son la evidencia del desarrollo de los grupos establecidos en el sitio y son significativos en el contexto en que fueron producidos y utilizados (Moreland 2013: 48); mediante el análisis del material cerámico, podemos generar una tipología cerámica que nos servirá para definir las particularidades de estos materiales y con esto poder contextualizarlos en tiempo y en espacio, así entender que: “Uno debe primeramente examinar las relaciones dentro de una cultura desde la perspectiva de como los objetos derivan sus significados en sus contextos locales, antes de intentar comprender por qué los elementos culturales se comparten o parecen ser similares entre sitios o regiones” (Gillespie 2008: 125).

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Hipótesis Como parte de la hipótesis en la investigación, considero que la cerámica de Tingambato presenta elementos característicos que son atribuidos a los grupos que se establecieron en la región, con esto se entiende que, por ejemplo, el tipo de pasta, los desgrasantes, los acabados de superficie, las formas, entre otras cosas son distintivas de los grupos que producían ese material; estos elementos se comparan con otras técnicas de manufactura y de decoración de algunas otras regiones o tradiciones del Occidente de México, que están asociadas a periodos contemporáneos con sitio de Tingambato, con lo que se identificará si los materiales cerámicos son los mismos, si utilizan las mismas técnicas o decoraciones o si son tipos cerámicos representativos de la región, viéndolo desde la perspectiva local que ejercía Tingambato durante los periodos Clásico y Epiclásico en esa región del estado de Michoacán.

Metodología Para realizar el estudio de los materiales arqueológicos de Tingambato, se recurrió a la aplicación de una metodología, la cual entendemos como un conjunto de técnicas y métodos usados para reunir e interpretar los datos arqueológicos (Johnson 2010: 238). Los métodos de análisis utilizados por el PAPACSUM (Punzo 2013; Punzo et al 2014; Punzo et al 2015), incluyen el sistema clasificatorio de tipovariedad propuesto por Wheat, Gifford y Wasley (Gifford 1960: 341) que se orienta especialmente para el análisis de los aspectos materiales de la cultura humana (Gifford 1960: 341), esta clasificación está basada en las similitudes de rasgos y es utilizado para establecer fases cronológicas con un valor analítico (Filini 2014: 215); así como también se recurre a la aplicación de técnicas de arqueometría. El sistema tipo – variedad basa sus clasificaciones a partir de los rasgos del material como son las formas y las decoraciones, las pastas, los desgrasantes, los acabados entre otras cosas, así podemos definir un tipo cerámico, el cual nos proporciona información de sobre su manufactura, sus estilos, su desarrollo

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tecnológico, etc. y que se puede complementar con la existencia de variantes de un mismo tipo en diferentes regiones. Según Gifford (1960: 341 - 342) el tipo cerámico representa la combinación de un número de atributos, básicamente están relacionados con las técnicas decorativas y las formas de las vasijas (Cobean 2005: 59), y que presentan variedades, las cuales en conjunto son indicativas de una clase particular de cerámica (Sabloff y Smith 1969: 278) con rasgos claramente asociados que marcan una posición en el tiempo y en el espacio (Heras y Martínez 1992: 32). Estos atributos combinados con la arcilla por los alfareros, son reconocibles y se pueden definir en una distribución espacial y temporal (Gifford 1960: 341). La variedad, por otro lado, es una categoría básica de este sistema de análisis (Alcina 1989: 141) y son los indicadores fiables de las manifestaciones cerámicas originales debido a la variación del grupo en una sociedad (Gifford 1960: 341) por ejemplo, se pueden apreciar cambios de estilo en el diseño de las vasijas o el uso de un diferente desgrasante (Cobean 2005: 59). También son incluidos los grupos, los cuales son un conjunto de tipos estrechamente relacionados, generalmente contemporáneos que pertenecen a un mismo complejo cerámico en la amplitud de variación de la forma y el color (Cobean 2005: 59; Alcina 1989: 141); estos grupos están comprendidos casi siempre dentro de un mismo complejo cerámico o loza (Ancina 1989: 141), este término también conocido como ware, es un conjunto cerámico determinado por dos elementos: los componentes de la pasta, que pueden identificarse a partir de la textura, los desgrasantes, la dureza, etc. y por su acabado de superficie por ejemplo pulido, bruñido, alisado etc. (Sabloff y Smith 1969: 278). Los tipos cerámicos son entonces, derivados culturales que pueden ser relacionados uno con el otro a través del tiempo y del espacio. Relaciones de este tipo son conocidas como “sistemas cerámicos” y “secuencias de cerámica” (Gifford 1960: 342). Con este sistema de análisis cerámico, podremos elaborar una tipología con el fin de poder estudiar las formas y la evolución de los objetos elaborados por 25

los grupos que habitaron en la región de Tingambato, y no solo eso, también podemos determinar una evolución temporal a partir de una cronología relativa (Alcina 1998:760). Para que la tipología que se pretende realizar sea una evidencia de carácter analítico, primero se deben separar los atributos verificables dentro de los límites establecidos entre grupos, tipos y variantes; en segundo lugar se debe realizar una jerarquización de los atributos conforme a lo social, económico y tecnológico; por último se debe proceder a una verificación estadística de los tipos identificados (Alcina 1998 760), buscando también cumplir con los objetivos establecidos por el PAPACSUM (Punzo 2013; Punzo et al 2014; Punzo et al 2015).

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Capítulo 1.- El espacio geográfico 1.1.- Mesoamérica y el Occidente de México El Occidente de México es una subárea cultural que pertenece a la gran división establecida por Paul Kirchhoff denominada “Mesoamérica” (Kirchhoff 2009), que abarca los actuales estados de Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán y parte de los estados de Zacatecas y Durango (Oliveros 2004: 13) así como las fronteras de los estados de Guerrero y de Guanajuato, cubriendo gran parte de la costa del Océano Pacífico (Flores 2004: 5) (figura 1). Todos estos estados, presentan alguna evidencia de desarrollos culturales característicos del Occidente, por eso se consideró que en la época prehispánica no existieron las fronteras políticas entre cada estado por lo que la extensión del Occidente, no debía tener una frontera, aunque si podemos ver una clara división por medio de los sistemas fluviales entre los ríos Lerma y Santiago (Mountjoy 2002: 255), sin embargo para cuestiones de esta investigación, la hemos limitado al norte con Sinaloa, Durango y Zacatecas mientras que al sur con los límites de Michoacán y Guerrero; la subárea abarca el 44% de la extensión total de Mesoamérica y se ha dividido en 25 áreas culturales (Schöndube 1994: 58).

El Occidente de México es una de las regiones que cuentan con mayor extensión territorial, delimitada principalmente por sus accidentes geográficos: la Sierra Madre Occidental, la Sierra Madre del Sur y el Eje Neovolcánico Transversal (Olay 2015: 1); en la parte norte podemos observar un terreno montañoso abrupto, con profundas barrancas creadas gracias a los sistemas fluviales, mientras que la región al sur, las montañas son bajas y cuenta con una planicie costera más estrecha (Almendros y González 2009: 138). Cabe mencionar que esta subárea cultural fue desconocida durante mucho tiempo, ya que se no formaba una clara unidad cultural (López y López 2011) como en el resto de Mesoamérica, sin embargo, parece existir una relativa homogeneidad de rasgos similares que los hace conformarse como tal (Almendros y González 2009: 138).

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Figura 1.- Mapa de la distribución territorial del Occidente de México, con algunos sitios arqueológicos principales (López y López 2011: 73).

Hasta finales del siglo XX se comentaba que todo lo que no cabía en alguna otra región de Mesoamérica provenía del Occidente (Carmona et.al. 2015: 1) y solamente se tomaba en cuenta a partir del final del periodo Clásico temprano, ya que se podía hablar de una interacción cultural con el resto de Mesoamérica (López 2007); fue considerada como un área aislada debido probablemente a la distribución de las unidades o grupos que se concentraban en pequeños territorios que tenían bajo su control y de los cuales se abastecían, pues contaban con múltiples recursos naturales, obtenidos de la gran diversidad de nichos ecológicos (López y López 2011: 260). Aun con esto, existen trabajos recientes como el de Duverger (2007) en el que se afirma la “no mesoamericanidad” del Occidente de México, debido a que no hay presencia de elementos del arte Teotihuacano, con excepción de un solo sitio en Jalisco, con lo que estamos en total desacuerdo ya que existen otros elementos asociados y que están presentes en gran parte del Occidente de México, 28

por dar un ejemplo, la cerámica del tipo Cherán, Champleve y Pseudo-cloisonné que presenta elementos iconográficos asociados a Teotihuacán, la presencia misma del talud-tablero en varios sitios, entre otros. El aislamiento de las sociedades en sus nichos ecológicos ocasionó lo contrario a lo que se pensaba, logró que las sociedades se desarrollarán buscando nuevas materias primas y bienes de prestigio que no tuvieran en su región (Olay 2015: 2) ya que como mencionamos, el Occidente de México muestra la mayor diversidad geográfica y cultural de toda Mesoamérica.

1.2.- El estado de Michoacán de Ocampo El estado de Michoacán de Ocampo se encuentra ubicado al oeste de la República Mexicana y colinda con la mayoría de los estados del Occidente de México (figura 2). La capital del estado es la ciudad de Morelia que, en la época colonial era conocida como “Valladolid” y en honor a José María Morelos y Pavón fue nombrada Morelia; también fue designada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1991 en la categoría Ciudad Histórica (SECTUR 2014). El estado cuenta con 113 municipios de entre los cuales destacan las ciudades de Uruapan del Progreso, Zamora de Hidalgo, Apatzingán de la Constitución y la Ciudad de Lázaro Cárdenas (INAFED 2010). Su nombre deriva de Mychuacan o Mechoacan que significa “Lugar de pescadores”, así nombrado por los mexicas en lengua náhuatl al referirse a la capital del señorío Tarasco ubicada en Tzintzuntzan, a las orillas del lago de Pátzcuaro (Plancarte 1993: 216); también se ha traducido como “Lugar que tiene peces” (Oliveros 2011: 53, López 2007: 10). Se sitúa entre las coordenadas geográficas 20º 23’27”y 17º 53’50” latitud norte y 100º 03’32” y 103º 44’49” longitud oeste (INAFED 2010) y cuenta con una extensión territorial de aproximadamente 59,864 km² (Ohi 2005: 21-23) en la cual existen 5 divisiones fisiográficas: Las planicies costeras del Pacífico, la Sierra Madre del Sur, la depresión del río Balsas, el sistema del Eje Neo-volcánico Transversal y la depresión del río Lerma; de estas divisiones han surgido subregiones como la de la Meseta Tarasca donde se ubican los lagos de Pátzcuaro y 29

Zirahuén (Oliveros 2011: 16 – 17); también cuenta con 213 km de litoral y 1490 km² de aguas marítimas (INAFED 2010).

Figura 2.- Ubicación geográfica del estado de Michoacán (INEGI 2016).

Como parte de la orografía del estado es importante mencionar algunas de las elevaciones más notables como el caso del Tancítaro con 3857 msnm, el Volcán de San Andrés con 3605 msnm y el Patambán con 3525 msnm (INAFED 2010); por otro lado la hidrografía se compone principalmente por dos grandes ríos: el Lerma y el Balsas, para el estado se ha dividido en tres grandes sistemas hidrográficos por su posición geográfica denominados norte, centro y sur. El sistema hidrográfico del centro lo componen los lagos de Pátzcuaro y Zirahuén: el primero ocupa una superficie de 1525 km² y recibe los afluentes de ríos superficiales como subterráneos, en el interior del lago se levantan 7 islotes que conocemos como Janitzio, Yunuén, La Pacanda, Tecuén, Jarácuaro, Urandén y Carián; Mientras que el lago de Zirahuén ocupa 615 km² y recibe aportes de ríos superficiales que nacen en el municipio de Salvador Escalante (INAFED 2010). 30

La vegetación en el estado principalmente la ocupan los bosques de coníferas y los bosques mixtos, mientras que hacia la parte sur existen extensas áreas de selvas secas como la baja caducifolia; la fauna por su parte es diversa en especies y su distribución es en relación con los factores físico – climáticos del estado, lo más destacable es sin duda el santuario de la mariposa monarca, que se encuentra hacia la parte noreste del estado y que cada año durante el invierno se presencia el evento migratorio (INAFED 2010).

1.3.- Municipio de Santiago Tingambato Santiago Tingambato es un municipio del estado de Michoacán que se localiza al centro del mismo, colindando con los municipios de Erongarícuaro, Nahuatzen, Pátzcuaro, Salvador Escalante, Uruapan y Ziracuaretiro (INEGI 2009); hacia el oeste se encuentra la región de tierra caliente y la costa del Océano Pacífico y al este la meseta rodeada por los lagos de Zirahuén y Pátzcuaro; se encuentra entre las coordenadas geográficas en 19º 25’ y 19º 36´ latitud norte y 101º 46’ y 101º 57’ longitud oeste, a tan solo 27 km de la ciudad de Uruapan y a 95 km de la capital del estado (Piña y Oi 1982; Peña 1991; Landa 2011 ) (figura 3). Cuenta con una superficie total de 187.50 km² y representa un 0.32 % del total del estado (INAFED 2010); también es cabecera municipal de 10 localidades que se ubican a su alrededor entre las que destacan San Francisco Pichataro y La Escondida, localidades dedicadas principalmente a la agricultura; el municipio cuenta aproximadamente con un total de 12 630 pobladores (INEGI 2009). El clima en esta región es templado subhúmedo con lluvias en verano, con un rango de precipitación entre 1000 y 1500 mm y una temperatura que oscila entre los 12 y 22 ºC; el municipio se localiza dentro de un valle que cuenta con una pendiente que va hacia el sur, con una altura que va de los 1600 a los 3000 msnm (INEGI 2009)

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. Figura 3.- Mapa de la ubicación geográfica del municipio de Santiago Tingambato (INEGI 2009). Se encuentra dentro de la provincia del Eje Neo volcánico Transversal (INEGI 2009), rodeado por algunos cerros como el Cumburinda, Injucato, Agujerado, del Molcajete, de la Virgen, Characatán y en conjunto forman parte de la sierra (INAFED 2010) (figura 4). Por otro lado, la hidrografía, está constituida por el área de la alta 32

cuenta del río de la Parota y por el río de las Palomas (Punzo 2013: 11) como parte de la región hidrográfica del Balsas y del Lerma-Santiago, además también cuenta con corrientes naturales de agua como el Caninzio, y otras que son intermitentes como Agua Escondida, El Tejocote y Capixo (INEGI 2009). Su formación geológica esta derivada de la gran actividad volcánica que sucedió durante el periodo cuaternario, dejando a su paso rocas ígneas extrusivas de tipo basalto, basaltobrecha volcánica básica y brecha volcánica básica (INEGI 2009; Punzo et al 2015). Su suelo dominante es de tipo andosol y se utiliza en un 40.57 % para la agricultura, mientras que el 55.03 % es de bosque, la zona urbana ocupa un 3.84 % y el otro 0.56 % está destinado a vegetación de tipo pastizal (INEGI 2009).

Figura 4.- Relieve general del municipio, donde se aprecian los afluentes y las elevaciones (INEGI 2009).

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La región es propicia por sus tierras muy fértiles para la producción de aguacate en la cual está basada la economía del pueblo; también se pueden observar cierto tipo de flora como pinos, encinos aile y cedros, árboles maderables que son de mayor altura sobre el nivel del mar, pero también existen matorrales espinosos y chaparrales (INAFED 2010). Por su parte la fauna está constituida por el gato montés, el zorrillo, el coyote, la ardilla, el pato y la paloma, entre otros (INAFED 2010).

A finales del mes de julio se lleva a cabo la festividad a Santiago Apóstol, patrón del pueblo, y se realiza la representación de la danza de los moros, hay muestras gastronómicas de comida típica regional entre las que destacan platillos como el Churipo, las corundas o como el atole de grano y las carnitas; hay también venta de artesanías como mantelería, guanengos, bordados en punto de cruz y muebles rústicos de madera (INAFED 2010); otra fiesta importante es en los días 24 y 25 de diciembre en que se celebra la Danza de los Negritos o las celebraciones también en honor al Cristo Redentor el 14 de enero. Muy típico también de la comunidad es la tradicional música Purépecha como las pirekuas y algunos sones. También el 21 de marzo, día del equinoccio de primavera, así como sucede en el resto del país se ha generado la creencia de que en este día el cuerpo se llena de “energías positivas” por lo que la gente accede a las zonas arqueológicas con vestimenta color blanco a cargarse de energías y en Tingambato no es una excepción (figura 5), ya que dentro del sitio arqueológico (que se comentará con más detalle adelante) se realizan danzas, limpias, cantos y juegos de pelota Purépecha conocido como Pasiri akurini que es una variante en la que se juega a la pelota con bastón y consiste en llevar la pelota al punto donde dio inicio el juego (Oliveros y Scheffler 2004: 286 - 287); aunque también hay otra variante interesante conocida como Uárhukua con las mismas reglas solamente que se juega de noche y con una pelota hecha de fibras vegetales bañada en brea y que es encendida para ser golpeada por el bastón (Oliveros y Scheffler 2004: 286 - 287).

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Figura 5.- Reunión de personas durante el 21 de marzo en el sitio arqueológico (fotografía tomada por Gustavo García G.).

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Capítulo 2.- Antecedentes de las investigaciones arqueológicas 2.1.- Visión general del Occidente de México Como primer punto, hablaremos del Occidente de México desde sus limitaciones temporales, ya que en el capítulo anterior pudimos determinarla espacialmente; esta cuestión es importante, ya que podemos comparar los diferentes desarrollos culturales con el de Tingambato y poder inferir algunas relaciones. Ahora bien, comentamos en el capítulo anterior que es el Occidente de México, la subárea que cuenta con la mayor extensión territorial en Mesoamérica, lo que genera que exista una gran diversidad tanto geográfica como cultural, y sin embargo, hasta hace poco tiempo, esta subárea se consideraba aislada y con evidencias de un desarrollo cultural tardío (Schöndube 1994: 20) de la que no se tenía un pasado propio. Pero en esta búsqueda por determinar lo que conformaría al Occidente de México, se realizaron investigaciones para poder definir a los primeros pobladores, de entre estos trabajos se localizó en las costas del estado de Nayarit, un sitio precerámico fechado para el 2400 – 2000 a.C., que sustentaba su economía en recursos marinos, y que actualmente se conoce como el Complejo Matanchen (Mountjoy 1970a; c.p. Olay 2015: 4) esto indica que la mayoría de los sitios precerámicos en el Occidente son costeros (Macías et al. 2015: 3); también se obtuvieron algunas fechas tempranas en el estado de Michoacán, entre las que destacan las muestras de evidencia de maíz domesticado para el 4000 a.C. (Cárdenas 2013: 33) y particularmente los hallazgos de grupos humanos en la Cueva de los Portales, ubicado en el centro norte del mismo estado, que presentan una larga secuencia de ocupación desde el 5200 a.C. hasta la Conquista (FaugéreKalfon 2006); hay también algunos otros hallazgos de fauna pleistocénica tardía que se remontan a fechas del Cenolítico aproximadamente entre el 25000 y 7000 a.C. (Oliveros 2011: 18-19). Para dejar más claro aún esta cuestión y la relación que presenta con Tingambato, hablaremos del Occidente de México a partir de los diferentes periodos temporales comenzando por los más tempranos: durante el periodo Preclásico 36

temprano ubicado entre el 2500 – 1200 a.C. (López y López 2011: 69), surgieron algunas culturas o tradiciones que marcaron el desarrollo del Occidente. En esta época, apareció la cultura Capacha en el estado de Colima y El Opeño en Michoacán: la primera se caracteriza por las vasijas acinturas (bules) o trífidas (con tres tubos que conectan la parte superior con la inferior), asociadas a entierros y con fechas muy tempranas para la alfarería en Mesoamérica, alrededor del 1650 – 1250 a.C. por lo que hay un debate entre si es un desarrollo pre-olmeca o es contemporáneo a esa cultura (Mountjoy 1994, Schöndube 1994: 20), esta cerámica temprana

presenta

algunas

características

como

paredes

gruesas,

con

desgrasantes de cuarzo y feldespato, grandes, abundantes, de un color blanco y no presentan pintura (Mountjoy 2010: 46). La segunda tradición tiene una mayor importancia para los estudios en el estado de Michoacán, ya que es el precedente de algunos elementos que podemos reconocer en épocas más tardías y que comentaremos más adelante; esta tradición se caracteriza por su arquitectura funeraria de tumbas ahuecadas en el subsuelo de tepetate (Oliveros 2013: 37), son sistemas funerarios complejos que cuentan con entierros múltiples, ofrendas de cerámica decorada con técnica al negativo, evidencias de figurillas asociadas al juego de pelota, entre otras ofrendas (Schöndube 1994: 20 -21, Oliveros 2013: 38 39). Las tumbas de El Opeño, tienen un acceso por un pasillo con escalones, que conducen al vestíbulo donde se encuentra una puerta limitada por grandes lajas, al interior, las criptas presentan una forma de bóveda que se apoyan en algunos arcos, y se encuentran limitados por dos banquetas donde se depositaban a los individuos (Oliveros 2013: 38); estas tumbas han sido fechadas para el 1500 y 1200 a.C., y en un primer acercamiento nos comenta Oliveros, que esta forma arquitectónica se encuentra en otros sitios, entre los que menciona a Tingambato, pero que presenta una técnica constructiva diferente (Oliveros 2013: 38 – 39). Durante el periodo Preclásico tardío entre el 400 a.C. y el 200 d.C. es importante la aparición de la cultura Chupícuaro cerca de Acámbaro, municipio de Guanajuato y frontera con el estado de Michoacán (Flores 2004: 9) caracterizada por su alfarería que produjo gran cantidad de vasijas en la que destacan las formas, los acabados y la decoración geométrica (Schöndube 1994: 21) en figuras 37

antropomorfas huecas y policromas en las que se “… combinan el modelado y la pintura para lograr un efecto realista” (Flores 2004: 9); también características de esta tradición son las figurillas del tipo “H4” (que son decoradas al pastillaje, delgadas, con ojos largos y estrechos) (Carot 2013: 135 -143); cabe mencionar que anteriormente estos tipos de cerámica se asociaba con los grupos Tarascos del Posclásico, generando una confusión entre la ocupación tarasca desde el periodo Preclásico, pero gracias a las nuevas investigaciones se han podido descartar tales afirmaciones (Carot 2013); actualmente se ha identificado que la tradición Chupícuaro se extendió con una ruta de intercambio comercial con el Altiplano Central, lo que facilitó su expansión hasta el norte (Flores 2004: 10), mientras que en algunos sitios, específicamente en Cuicuilco, se han encontrado materiales de este tipo (Carot 2013); también se puede identificar la influencia de esta tradición en la cerámica Coyotlatelco entre el 600 y 900 d.C., y hasta en algunos diseños de la cerámica tarasca (Carot 2013: 144). Durante el periodo final de la tradición Chupícuaro, se identificaron etapas de transición a las fases Morales-Mixtlán entre los años 50 a.C. y 260 d.C., que se caracterizan por presentar nuevas formas, tipos y decoraciones en la cerámica (Carot 2013: 142), estos pueden ser los antecedentes de las fases Loma Alta en la Cuenca de Zacapu, en Michoacán, ya que recientes investigaciones en la región de Chupícuaro arrojaron fechas de radiocarbono que corresponden con los inicios de esa fase y de la cual hablaremos más adelante. Pasando a los periodos Clásico y Epiclásico, que se ubican entre los años 200 – 650/900 d.C. (López y López 2011: 70), muy característico del Occidente de México es la aparición de la tradición de Tumbas de tiro en los estados de Colima y Jalisco, que probablemente tengan su origen desde la ya mencionada tradición de El Opeño, en Michoacán; ésta tradición se caracteriza por presentar tumbas excavadas directamente en el tepetate creando tiros verticales que pueden variar en profundidades desde 1 metro hasta los 16 metros por los que se accede a una o varias cámaras subterráneas, las cuales varían en diseños y dimensiones, son de un carácter funcional ya que podrían ser reabiertas para colocar más difuntos o para depositar alguna ofrenda (Schöndube 1994: 21 – 22; Hernández 2013: 83-84; Vela 38

2014); es una tradición asociada al culto funerario que se extendió por los estados de Colima, Jalisco, Nayarit (Vela 2014) y partes colindantes de los estados de Zacatecas y Michoacán (Hernández 2013: 49-50), estas tumbas se distinguen por sus ricas ofrendas de vasijas antropomorfas y zoomorfas de alta calidad. La tradición de Tumbas de tiro tuvo una importancia dentro de las creencias religiosas de la sociedad que las elaboró (Hernández 2013: 86). Su desarrollo inició desde el 300 a.C. y perduró hasta el 600 d.C. (Hernández 2013: 79), por lo que también se asocia con la tradición Teuchitlán definida por Phil C. Weigand (2004; 2006) ubicada en las cuencas del altiplano de Jalisco y Nayarit y que presenta su mayor apogeo durante el 200 al 700 d.C. (Soto 1994: 44); el desarrollo de esta tradición es local (Soto 1994: 44) y sobresale por su particular arquitectura monumental

con

patrones

circulares

y

concéntricos

conocidos

como

“Guachimontón” (Hernández 2013: 94); los primeros estudios en esta región consistieron en analizar estos patrones arquitectónicos circulares, inferir la organización social del complejo funerario, el cual podría estar asociado a la tradición de Tumbas de tiro, y por último establecer una secuencia cronológica (Esparza 2015: 2). Los conjuntos constan de un edificio central de planta circular, con cuerpo escalonado y con la parte superior plana donde se colocan postes para la danza del volador (Weigand 2004: 219), rodeado por un patio circular con una serie de plataformas rectangulares compartiendo secciones por medio de una banqueta y una plataforma rectangular (Soto 1994: 44; Weigand 2004: 218; Hernández 2013: 92). Weigand (2004: 240-241) menciona que la tradición Teuchitlán fue multicultural extendiéndose hasta la parte sur de Sinaloa y Zacatecas, en esta última el área formaría parte de la tradición Chalchihuites y más al este con la tradición del Bajío en Guanajuato, donde podemos identificar los característicos “Patios Hundidos” de los cuales también tenemos dos ejemplos en Tingambato, los cuales han sido comparados con la tipología de patios hundidos, establecida por Efraín Cárdenas (1999), en los que se comenta que pueden ser del tipo I y del tipo IV: el primero asentado sobre una plataforma y que posee dos altares, mientras que el segundo 39

de igual manera se encuentra asentado sobre una plataforma pero construido en diferentes niveles (Landa 2012: 112); existe también una asociación directa entre la tradición de Tumbas de tiro y la Teuchitlán, ya que se han localizado tumbas de tiro o de cripta debajo de las plataformas y de las pirámides circulares (Weigand 2004: 221), lo que nos habla de una posible una jerarquía social (Soto 1994: 45). Algunas variantes de este estilo arquitectónico las encontramos también al norte del estado de Jalisco, con la Cultura Bolaños la cual también presenta evidencias de tumbas de tiro (Cabrero 2007: 217); la presencia de estos dos rasgos en la Cultura Bolaños sugiere que los habitantes del centro de Jalisco enviaron grupos más al norte del estado para establecer rutas de comercio entre el Occidente y Norte de México, evidenciado en la gran diversidad de materiales foráneos que demuestran el intercambio comercial (Cabrero 2007: 222-223; Cabrero 2014: 42). Por otro lado, al norte del estado de Michoacán, dentro de la cuenca de Zacapu, se han podido identificar ocupaciones con una secuencia cronológica entre el 100 a.C. y 1500 d.C. (Carot 2010: 319) estableciendo las fases conocidas como Loma Alta (150 a.C. – 550 d.C.), Lupe (600/700 – 900 d.C.), Palacio (900 – 1200 d.C.) y Milpillas (1200 – 1520 d.C.) respectivamente (Arnauld, Carot, FauvetBerthelot 1993, Faugére-Kalfon 1996: 89; Pereira 1997a: 63), estas fases se han definido a partir de los sitios que se encuentran en la región (Faugére-Kalfon 1996: 84) que también se caracterizan por sus tradiciones cerámicas. La cerámica policroma, con diseños iconográficos pintados al interior y exterior de las vasijas y de los cuales se han identificado más de 40 motivos, son los sucesores del desarrollo de las tradiciones Morales-Mixtlán, y se ha definido como la tradición Loma Alta (Carot 2013:158). Esta tradición se distribuyó en las cuencas de Zacapu, Cuitzeo y Pátzcuaro, al igual que en la región de Ario de Rosales en Michoacán; cabe mencionar que Tingambato se encuentra muy cerca de estas regiones por lo que es interesante que no se haya mencionado la presencia de materiales de este tipo en el sitio, sin embargo, son escasos los lugares que proporcionan este tipo de materiales ya que los vestigios quedaron sepultados debido a los grandes depósitos naturales que rodean las riberas de las cuencas (Carot 2013:161).

40

La tradición Loma Alta presenta una ruptura alrededor del año 550 d.C., y se evidencia en el abandono de la iconografía y en fenómenos naturales que provocaron que algunos grupos migraran al norte y otros tantos se quedarán en la región para ocupar otra isla dentro de la cuenca de Zacapu, conocida como Guadalupe (Carot 2013: 173). En este sitio se definió la tradición Lupe, que se singulariza por la introducción de elementos de guerra como mazos, átlatl, cuchillos, puntas, entre otros (Carot 2013:173), también por sus sistemas funerarios complejos (Pereira 1997: 63) y por el rechazo de la iconografía de Loma Alta, ya que sus tipos muestran una evolución de los materiales monocromos (Pereira 1997: 64), sin embargo, los estudios de la cerámica de esta fase indica que los cambios en los tipos y formas fue progresiva. Estas tradiciones son de suma importancia ya que se encuentran establecidas dentro del periodo en el que se ha propuesto la ocupación de Tingambato, cuestión que retomaremos más adelante y de la cual discutiremos debido a la importancia que presenta la cerámica en la región. Otra problemática también para el Occidente de México, es la poca presencia de arquitectura monumental durante el periodo Clásico, a diferencia de otras regiones de Mesoamérica, pero por otro lado, se destacan trabajos en cerámica, de los que sobresalen las figuras huecas de barro antropomorfas, fitomorfas y zoomorfas como perros, loros, calabazas, guerreros, sacerdotes y maquetas donde hay personajes músicos, danzantes, jugadores de pelota entre otros (Gonzáles 2009: 9); hay ciertas formas y estilos en la cerámica que se han podido identificar y que fueron nombradas con el nombre de las localidades donde se han encontrado, entre los más importantes tenemos hacia la parte de Nayarit el estilo Lagunillas e Ixtlán del Río, en Jalisco los estilos Ameca-Etzatlán, San Juanito, Arenal, TalaTonalá, Zacatecas, Elefantito y San Sebastián, por la parte de Colima tenemos los estilos Cómala y Tuxcacuesco-Ortices, y a pesar de tener identificados algunos existen modalidades sin definir teniendo en total 18 estilos cerámicos (Hernández 2013: 98- 129). Y no solamente existen trabajos en la cerámica, también en lítica, concha (Schöndube 1994: 19 – 20) así como en metal, ya que se considera que en el 41

Occidente de México es el único lugar donde se desarrolló la metalurgia entre los años 600 y 1521 d.C.; al área que comprenden los estados de Jalisco, Michoacán, Nayarit, Colima y el sur de Sinaloa así como el norte de Guerrero y parte del estado de México, se le conoce como “Zona metalurgista del occidente” (Hosler 2005: 38). Se propusieron dos periodos del desarrollo metalúrgico para el Occidente: el periodo 1 comprende del 600 - 1200/1300 d.C. y el periodo 2 del 1200/1300 – 1521 d.C. (Hosler 2005: 90). Las evidencias de objetos de metal más tempranos se han localizado tanto en las planicies costeras como en algunos sitios de Jalisco, por ejemplo, Tomatlán y Cerro del Huistle (Hosler 2005: 91). Las técnicas metalúrgicas empleadas en el Occidente de México, pudieron ser difundidas durante el periodo Posclásico tardío a otras regiones de Mesoamérica (Hosler 2005: 37 - 38). También se han realizado estudios de fechamientos mediante la técnica de arqueomagnetismo, a restos de escoria de cobre conocidas como querendas. Las muestras fueron recuperadas de sitios que se encuentran a los alrededores de Santa Clara del Cobre, Michoacán por el Proyecto arqueología y paisaje en el área centro-sur de Michoacán (Punzo et al 2015: 229) y con las cuales se obtuvieron resultados “… siendo un precedente inédito la posibilidad de fechar escorias de cobre

en

México”

(Punzo

et

al

2015:

231).

Estos

fechamientos

por

arqueomagnetismo dieron diferentes temporalidades entre el Posclásico Tardío y el periodo Colonial y destaca una muestra temprana fechada para el 996 – 1184 d.C. (Punzo et al 2015: 231). Mencionamos estos desarrollos de técnicas metalúrgicas, por dos cuestiones la primera porque se encuentran dentro de una región que comparte con Tingambato, y la segunda por la temporalidad que se asocia a las propuestas de la ocupación del sitio, por lo que podríamos inferir algunas cuestiones como si en verdad la metalurgia se desarrolló durante los periodos propuestos por Hosler, y de ser así porque algunos sitios como Tingambato o en la cuenca de Zacapu no se han encontrado materiales de este tipo, estas cuestiones se comentarán con más detalle en el último capítulo. Finalmente, durante el periodo Posclásico que abarca desde el 900/1000 hasta 1521 d.C., el Occidente presenta grandes cambios y desarrollos locales 42

importantes, los cuales recibieron influencias culturales del centro de México provenientes de las tradiciones Tolteca y la Mixteca-Puebla (Flores 2004: 10) un ejemplo es la tradición Aztatlán, identificada en algunas partes del Occidente de México y con un mayor énfasis en el estado de Sinaloa la parte ubicada más al norte de la subárea y que destaca por su cerámica bicroma y policroma comparables con las vasijas tipo códices (Schöndube 1994: 23, Hernández 2013: 68 - 69) y además su expansión territorial hacia el norte y sus relaciones con los valles centrales de México fueron importantes para la creación de rutas que unían a Mesoamérica con el suroeste de los Estados Unidos (Hers 2013: 278 – 279), también dentro de la región de Culiacán, existían grupos que producían cerámica de mejor calidad aún que la del complejo Aztatlán en Chametla (Kelly 2008: 28); mientras tanto en el Valle de Colima podemos identificar el surgimiento de grupos de filiación Náhuatl evidenciados con las representaciones de Tláloc y Ehécatl en el sitio de El Chanal (Olay 2004), los materiales cerámicos del sitio están divididos en 8 grupos en el que destaca por mayor cantidad de material de tipo monocromo mientras que los tipos decorados es el de menor porcentaje (Olay 2004: 209-224). Otra cultura que se desarrolló en el periodo Posclásico y que es la de mayor relevancia en el Occidente de México fueron los Tarascos, nombrada así porque los indígenas llamaban tarascue a los españoles y después ellos comenzaron a llamarlos tarascos (León 1993: 39), estos llegaron a ocupar un territorio de 75 000 km² y fue durante su máximo apogeo el segundo imperio más grande de Mesoamérica (Pollard 2004b: 117) cubriendo casi en su totalidad al estado de Michoacán y partes de los estados de Jalisco, Guanajuato y Guerrero (Hernández 2013: 69) (figura 6); provenientes de grupos asentados en la región de Michoacán que se fueron movilizando hacia la parte norte, Chichimecas como son mencionados en La Relación de Michoacán (Plancarte 1993: 216), los uacúsechas “Señores águila” como ellos se autonombraban, retornaron al lugar de donde se cree que son originarios, a finales del siglo XII, entrando por la región de Zacapu y más tarde formaron alianzas matrimoniales con los isleños del Lago de Pátzcuaro en Michoacán (Pereira, Michelet y Migeon 2013; Ochoa y Sánchez 2003: 25).

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Tariácuri fue el gobernante que unificó los pueblos Tarascos iniciando campañas de conquista, comenzando con la región del lago de Pátzcuaro y después evocándose a otras regiones, mediante esto se pudieron establecer 3 capitales del señorío que repartió entre su hijo y sus sobrinos (Tangáxoan con Tzintzuntzan, Hiquíngare con Pátzcuaro e Hiripan con Ihuatzio) (Alcalá 2013: 167), pero cuando habría muerto el Cazonci de Tzintzuntzan (Tangáxoan) fue su hijo (Tzitzipandacure) quien decidió crear una única capital del señorío con centro en este lugar (Alcalá 2013: 168); durante este periodo de conquistas y expansión territorial, los Tarascos también tuvieron enfrentamientos con los Mexicas, a los cuales vencieron y nunca pudieron ser sometidos (Herrejón 2012: 140). El señorío Tarasco persistió hasta la llegada de los españoles en 1522 comandados por Cristóbal de Olid; la conquista española culminó con la muerte del último señor Tarasco (Zinzicha) en 1529 a manos de Nuño de Guzmán (Alcalá 2013: 277- 279).

Figura 6.- Extensión total del señorío Tarasco (Pollard 2004b: 118).

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Otro tema también interesante sobre el Occidente de México, son los contactos con Sudamérica que comenta Hosler (2005: 37) “… es la única región de Mesoamérica donde hay evidencia persistente de contactos con el norte de Sudamérica”. Estas relaciones se asocian generalmente con el desarrollo de la metalurgia, la tradición de Tumbas de tiro, la cerámica y con la navegación (Alvarado 2014: 368); las evidencias o indicadores de posibles contactos se reflejan en los estudios antropofísicos, lingüísticos, históricos y arqueológicos, este último es donde destacan los materiales como la cerámica Capacha que tiene similitudes con la cerámica de Ecuador en las formas de la vasija con boca estribo (Alvarado 2014: 378) o como la introducción de la metalurgia, que varios investigadores coinciden en que no se desarrolló autóctonamente sino que proviene desde dos regiones: la Andina comprendida por Ecuador, Perú y Bolivia y por la región sur de Centroamérica y Colombia comparando algunas clases de artefactos, métodos de fabricación y tipos de metales y aleaciones (Hosler 2005: 43). Con esta pequeña introducción, se pretende tener una visión muy general de lo que comprende y conforma el desarrollo de los grupos del Occidente de México, ya que cada área, región o estado presenta diferentes elementos de estudio. Es importante para el desarrollo de esta investigación, que se mencionen estos antecedentes, ya que a partir de estos podríamos identificar algunos elementos que pueden ser compartidos en estas tradiciones culturales al paso del tiempo, por ejemplo: la producción de cerámica, la construcción de tumbas, las rutas de comercio, la arquitectura, la expansión territorial, etc... A pesar de ser una revisión general al Occidente de México, en el siguiente subcapítulo hablaremos específicamente de los trabajos de investigación realizados para el estado de Michoacán, con la finalidad de entender cómo fueron definidas estas tradiciones o culturas.

45

2.2.- Las investigaciones en el estado de Michoacán En el estado de Michoacán, podemos observar una gran biodiversidad, llena de grandes cerros, bosques, ríos y lagos como se mencionó en el capítulo anterior; aquí se ubicaron los grupos humanos que sabemos datan de una antigüedad de más de 4000 a.C. (López 2007: 10). El estado cuenta con cerca de 1938 sitios arqueológicos y más de la mitad cuenta con arquitectura prehispánica (Punzo 2016 com. pers.) pero únicamente seis se encuentran abiertos al público: Tzintzuntzan e Ihuatzio hacia la parte este del lago de Pátzcuaro, Tres Cerritos y Huandacareo hacia la parte norte del lago de Cuitzeo, San Felipe los Alzati en la parte noreste del estado y Tingambato al centro (figura 7).

Figura 7.- Ubicación de sitios arqueológicos en el estado, incluyendo las zonas arqueológicas abiertas al público (SIG - INAHMICH JLPD 2016). Ahora bien, cuando hablamos de los antecedentes de la investigación arqueológica no damos tanta importancia a las tendencias de la época, sino más 46

bien a la importancia de sus hallazgos; es por eso que se retomó la división que establece Claudia Espejel (2014: 13 - 14) en 3 etapas: la primera conocida como “los pioneros” la que comprende la década final del siglo XIX y la primera del siglo XX, caracterizada por las primeras investigaciones con fines arqueológicos de un periodo en que la arqueología mexicana era trabajada con un “pensamiento positivista”. Una segunda etapa dividida en dos momentos: el primero de 1928 a 1930 donde los primeros arqueólogos investigan el estado de Michoacán; y el segundo que comprende de 1937 a 1950 este se caracterizó por tratar de definir complejos y provincias arqueológicas en el estado. Y por último la tercera etapa que ocupa desde 1950 hasta nuestros días, presenta tendencias teóricas con el periodo “Explicativo”, y que se desarrolló por décadas: en los sesenta destacan grandes proyectos de salvamento, en los setenta se investigan sitios aislados y la creación del Centro Regional del INAH, gracias a esto, en los ochentas se tenía un mayor número de sitios inventariados y para los noventas las investigaciones se han enfocado a la resolución de problemas más específicos; ahora bien ya que el tema es sobre el material cerámico, haremos mucha mayor énfasis en los grupos y tipos cerámicos representativos de las regiones que se exploraron. Con esta breve introducción podemos abordar las tendencias de las diferentes épocas en el estado de Michoacán; como primera base del desarrollo de la investigación arqueológica en el estado, tenemos la creación del Museo Michoacano en el Colegio de San Nicolás de Hidalgo en Morelia, a cargo de Nicolás León en el año de 1886, por acuerdo del entonces gobernador del estado Mariano Jiménez (Macías 1993: 9) fue uno de los primeros museos regionales del país exhibiendo piezas donadas de particulares. También fue importante la publicación de Anales del Museo Michoacano en 1888, en la que se tenían dos propósitos el primero dar a conocer los datos de las investigaciones y el poder publicar las obras de la historia de Michoacán (Macías 1993: 10). Nicolás León recuperó información histórica, lingüística, botánica y arqueológica, realizó las primeras descripciones de las Yácatas de Tzintzuntzan (León 1993: 51) y se refirió también a algunos monumentos arqueológicos en diferentes lugares entre los que destaca Zirahuén, Zacapu, Zinapécuaro, Ario, Tingambato, entre otros (Cárdenas 2013: 31 – 32) en 47

este último también menciona Piña Chan y Oi (1982: 8) que realizó algunas excavaciones que más adelante retomaremos. Durante este tiempo, en 1887 el sacerdote Francisco Plancarte y Navarrete, un entusiasta coleccionista de objetos arqueológicos, preocupado por el estudio de las antigüedades michoacanas y por la conservación de los sitios arqueológicos cercanos al valle de Jacona-Zamora, excavó y recuperó cerca de más de 3000 piezas arqueológicas que, entre otras cosas, se exhibieron en la Exposición Histórico-Americana en Madrid en 1892 (Espejel 2014: 18 – 19). Sus trabajos fueron sistemáticos y de forma ordenada, identificando contextos arqueológicos (Cárdenas 2013: 31 – 32) que son la base para explicar algunos de los sucesos del pasado. En posteriores años entre 1895 y 1898 el explorador científico Carl Lumholtz, recorrió parte del norte y el Occidente de México, y durante su estadía en Michoacán visitó algunas comunidades como Peribán, Tancítaro, Paracho, Tzintzuntzan, Uruapan entre otros (Lumholtz 1945) y recuperó datos antropológicos sobre la población Tarasca, realizó también excavaciones en el antiguo poblado de Parangaricutiro en una de las yácatas identificadas por los habitantes con lo que se convenció de que las yácatas eran utilizadas para guardar a los muertos (Lumnholtz 1945: 364–365) y en la región de Zacapu identificó algunos entierros con ofrendas funerarias y destacó algunos huesos con segmentos transversales que concluyó podrían pertenecer a enemigos de los tarascos fallecidos en las batallas (Lumholtz 1945: 416 – 417). Importante también las excavaciones de dos montículos llevadas a cabo por George H. Pepper, en San Antonio cerca de la región de Apatzingán en 1904 (Kelly 2001: 83), donde se confirmó lo que ya los anteriores investigadores habían propuesto, que había montículos que tenían una función funeraria (Espejel 2014: 22) y por su parte John Goggin hizo pequeños sondeos en Apatzingán y en Tepalcatepec dentro del programa de estudio de la cuenca del Balsas (Kelly 2001: 83). Es en la segunda etapa, es donde aparecen los primeros arqueólogos ya con un grado profesional en Michoacán y que fueron enviados para explorar la región como Eduardo Noguera quien exploraría la región de Zamora, debido a un 48

importante descubrimiento de una colección de piezas arqueológicas en Jiquilpan (Noguera 1993: 323), se exploró el sitio de “El Otero” y se informó de la existencia de una serie de vestigios arqueológicos con lo que incluyó algunas fotografías y un croquis de los sitios que había visitado (Noguera 1993: 349-365); en 1929 Alfonso Caso realizó pozos de sondeo en la región de Zacapu recolectando algunos materiales para establecer la secuencia cerámica del Occidente ya que se iban a exhibir en la sala del Museo Nacional de Antropología y las clasificó pertenecientes al periodo Posclásico (Carot 2010: 321-323); para el año de 1930 fue comisionado de nuevo para explorar la región y junto con Eduardo Noguera, trabajaron en Tzintzuntzan e Ihuatzio. Junto con Jorge Acosta, continuarían con la investigación en Tzintzuntzan entre 1937 y 1946, como principal objetivo tenían el de limpiar el escombro que cubría las yácatas y así determinar la orientación, tamaño y características de su sistema constructivo (Espejel 2014: 28). También se exploraron otros sitios entre los que destacan Zinapecuaro, Zitacuaro, El Opeño, entre otros; este último fue excavado por Eduardo Noguera quien propondría una secuencia cronológica para el Occidente de México a partir de sus hallazgos en los diferentes sitios que había explorado haciendo comparaciones con el centro de México (Espejel 2014: 29). Para el año de 1941, Isabel Kelly (2001) apoyada de investigaciones anteriores en la región de Apatzingán, realizó exploraciones para definir complejos culturales con las características de la cerámica y de otros objetos, organizándolos en secuencias cronológicas (Fernández - Villanueva 2001: 67), así se pudieron delimitar 14 complejos cerámicos en toda la zona del noroccidente de México (Baus de Czitrom 1994) y que fue uno de sus aportes principales al Occidente de México (Fernández – Villanueva 2001: 68) lo que generó un gran avance para el conocimiento de las sociedades que habitaron en la región de Tierra Caliente en el estado de Michoacán. Los complejos cerámicos identificados en la región son: Chila con dos estilos policromos y pintura negativa, es la fase más conocida y también la más tardía (Kelly 2001: 96); Tepetate este complejo incluye los rasgos cerámicos más distribuidos en la región como son la bases anulares, soportes trípodes, los molcajetes de base ranurada o punzonada, varios tipos entre los que destacan el 49

Rojo sobre café, Capiral, Tepetate ranurado entre otros (Kelly 2001: 97-98); Apatzingán y Delicias se mencionan dos complejos juntos por su situación cronológica, la primera incluye dos cerámicas del tipo Apatzingán rojo sobre Café con Incisiones y Apatzingán liso, mientras que en el otro complejo se caracteriza por una cerámica del tipo Delicias rojo sobre Café y Delicias Liso (Kelly 2001: 100); Chumbícuaro es el complejo menos conocido, con cerámica monocroma del tipo Chumbícuaro con incisiones y Chumbícuaro liso (Kelly 2001: 101). Por ultimo en una tercera etapa que abarca desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad, los objetivos cambiaron con la introducción de las corrientes teóricas de la “Nueva Arqueología” ya no era estudiar el objeto por el objeto, sino más bien era buscar con herramientas científicas el poder explicar los procesos evolutivos o de cambio social, particularmente el origen del señorío Tarasco (Espejel 2014: 39); uno de los trabajos más sobresalientes fue el salvamento arqueológico en la construcción de la presa El Infiernillo a cargo de José Luis Lorenzo entre 1961 y 1964, importante fue por hecho de ser la primera investigación por salvamento arqueológico en México en la que se aplicaron técnicas y métodos científicos para recabar los datos; ahí sobresale los análisis de patrón de asentamiento realizado por Norberto Gonzales, la monografía realizada por Guadalupe Mastache sobre las técnicas textiles y la tipología de objetos de concha que propuso Lourdes Suárez (Espejel 2014: 45 – 46). Estos primeros trabajos con énfasis en los cambios de orientación teórica dieron pauta a nuevas investigaciones para los años setenta; en estos años Hellen Pollard (1993) realizó estudios en Tzintzuntzan para comprender a evolución general de la cultura Tarasca. Fue a finales de estos años que se creó el Centro Regional México – Michoacán del INAH, lo que generó un mayor impulso para las investigaciones en sitios seleccionados en los que destacan Tingambato, Huandacareo, Zaragoza con esto se pretendía obtener mayores datos sobre las sociedades que habitaron en Michoacán (Espejel 2014: 48), también se realizó un rescate en la Loma de Santa María en Morelia, en este proyecto se identificaron 11 tipos cerámicos de los cuales 7 son monocromos (Rojo, Rojo Pulido Delgado, 50

Naranja, Café, Café Claro, Gris y Negro) y 4 son bicromos (Rojo/Crema, Rojo/Crema con Negativo, Blanco/Rojo Pulido, Blanco/Rojo Pulido con negativo) (Vega, Manzanilla, López y Ortuño 1982a: 23-24) y no fue el único proyecto de salvamento, ya que también en ese tiempo se empezó la construcción de un gaseoducto entre Salamanca, Gto. y el puerto de Lázaro Cárdenas en Michoacán por lo que se hicieron los recorridos y en total se detectaron alrededor de 800 sitios, en los cuales no se realizaron excavaciones pero gracias a la cerámica recuperada en superficie se obtuvieron como resultados una secuencia cronológica que va desde el Preclásico hasta el Posclásico (Espejel 2014: 51 – 52). En 1983 inició sus investigaciones en la región de Zacapu el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA) con el propósito de reconstruir la evolución de la ocupación humana en la región (Arnauld, Carot, Fauvet-Berthelot 1993: 13), fue importante el trabajo ahí realizado ya que daría como resultado la obtención de una secuencia cronológica a partir del Clásico hasta el Posclásico, evidenciado con la obtención de fechas de radiocarbono, entendiendo así como fue el poblamiento de la región a partir de una disminución poblacional en el 600 d.C. y que durante el Posclásico temprano es en Zacapu el lugar donde inicia el desarrollo del señorío Tarasco (Arnauld, Carot, Fauvet-Berthelot 1993: 207; Arnauld, Carot, Fauvet-Berthelot 1994: 13), lo que es interesante es que coincidiera con el relato de La Relación de Michoacán, en la que se indica el regreso de los grupos norteños a su lugar de origen. Para los años 90, los mismos investigadores del CEMCA desarrollaron su tercera etapa del proyecto de investigación generando nuevos aportes entre los que destaca: el entendimiento del surgimiento del Estado Tarasco, las técnicas de manufactura de obsidiana así como su distribución y uso, el análisis de costumbres funerarias (Pereira 1997a) y los estudios relacionados a la caracterización de la cerámica, en la que se han definido tradiciones como la Loma Alta que se identifica por su cerámica policroma con elementos pictográficos que fueron paulatinamente abandonados a lo largo de 3 sub-fases de la fase del mismo nombre (Carot 2010: 320). Dentro de las sub-fases 1 y 2 destacan la variedad de tipos policromos y con 51

diseños iconográficos muy precisos, sobre un fondo rojo pertenecen al grupo Agropecuaria, mientras que sobre un fondo crema pertenecen al grupo Tres Palos, en este último grupo existen algunos tipos muy importantes como el Tres Palos Rojo y Negro Negativo sobre Crema que sirvió para comprobar la continuidad cultural en las 3 sub-fases o como el tipo Urumbécuaro Rojo Mate sobre Natural característico de la sub-fase Loma Alta 1 (Carot 2010: 320). Por otro lado, la cerámica de la tradición Lupe es un grupo definido para la fase del mismo nombre, en la que se vuelven dominantes los tipos ceramicos Lupe Café y Ciénega Rojo, este último es diagnóstico de esta tradición con formas de copas de pedestal, y que corresponden a una evolución de los tipos monocromos de la fase Loma Alta (Pereira 1997a: 64-65). Hellen Pollard retomó nuevas investigaciones efectuadas en Urichu, Jarácuaro, y Erongarícuaro, con el fin de establecer una secuencia cronológica de la región (Pollard 2001); de igual manera Arturo Oliveros volvió a excavar El Opeño en 1991, y aunque su objetivo era localizar las áreas habitacionales de los constructores de las tumbas, encontró 3 tumbas más que darían un mayor entendimiento de las practicas funerarias llevadas a cabo desde épocas muy tempranas (1500 – 1000 a.C.), además de complementar las interpretaciones sobre el modo de vida, el acceso a las materias primas, alimentación entre otras (Oliveros 2004). En años siguientes continuaron los trabajos de salvamento y una de estas investigaciones fue a consecuencia de la construcción de la carretera Morelia Lázaro Cárdenas en las que se identificaron 3 tumbas de botella cercanas a Apatzingán (López y Pulido 2010: 151); la introducción de nuevas tecnologías como el GPS o el SIG, permitieron mapear los sitios y manejar la información geográfica que sirven actualmente como herramientas para los proyectos que se desarrollan en el estado. A grandes rasgos y como menciona Cárdenas (2013: 33), gracias a las investigaciones que se han desarrollado a lo largo de un siglo en Michoacán, se han obtenido una enorme cantidad de datos con los cuales se ha tratado de revalorar

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las tradiciones arqueológicas distintivas del Occidente de México y el papel importante que juega en Mesoamérica.

2.3.- Tinganio “Lugar donde termina el fuego” Al sur del municipio de Santiago Tingambato, entre la escuela secundaria federal y huertas de aguacate (figura 8), se encuentra el sitio arqueológico conocido como “Tinganio” el cual lo han interpretado en lengua Purépecha como “Lugar donde termina el fuego” (Piña y Oi 1982) o también como “Cerro de clima templado” (Peña 1991). Aunque en realidad no se sabe con seguridad si es el termino correcto y lo mejor sería poder debatir sobre estos posibles significados, sin embargo, cabe mencionar que los dos topónimos hacen referencia a su ubicación geográfica, ya que se encuentra en un punto medio entre la tierra caliente y la meseta Tarasca (Tierra fría), la altura del sitio se encuentra sobre los 1920 msnm (Ohi 2005: 31).

Figura 8.- Plano del sitio arqueológico de Tingambato (Punzo, et al 2014: 82, modificado por Gustavo García G.). 53

Esta zona arqueológica se encuentra abierta al público, el cual, tiene acceso por la parte norte del sitio donde actualmente se encuentra la caseta de vigilancia, haciendo un recorrido general por dos sectores: el primero es el área civil o administrativa, donde tenemos un patio hundido, un espacio construido sobre una plataforma que se encuentra por debajo de la banqueta que lo delimita (Cárdenas 1999), rodeado de cuarterías y con dos altares al centro: uno construido con lajas que delimitan un espacio que se rellenó con Charanda, una tierra rojiza característica de la región y el otro altar presenta talud–tablero en todos sus lados junto con dos escalinatas pero con un mayor grado de deterioro; por su parte las cuarterías presentan también en su fachada talud-tablero característico sistema constructivo de Teotihuacán y se accede a ellas desde las escalinatas con alfardas que se encuentran en la plaza hundida (Peña 1991); al norte de esta plaza se localiza la Estructura D y otro patio hundido que cuenta con 4 escalinatas de pequeño tamaño; la Tumba II que se localiza al Noreste de la plaza hundida con acceso por el lado este, se encuentra por debajo de lo que parece ser otro basamento o alguna estructura menor (Landa 2011, Cruz y Landa 2013: 44 - 46) (figura 9).

Figura 9.- Área civil o administrativa, donde se aprecia el Patio Hundido con los altares 2 y 3 (fotografía tomada por Gustavo García G.). 54

El segundo sector es el área religiosa o ceremonial la cual comprende los dos grandes basamentos piramidales de los cuales solo se encuentra explorado la Estructura Oriental, esta es de base cuadrada con seis cuerpos escalonados, con una altura de casi 8 m y que presenta una escalinata hacia el oeste por la cual se tiene acceso; cuenta también con una chancha para el juego de pelota que se encuentra ubicada entre los dos basamentos justo al oeste de la Plaza 1, tiene una orientación de norte a sur y cuenta con cabezales muy pequeños en los que destaca la presencia también de talud-tablero, limitado por un pasillo central, banquetas y muros verticales, en estos últimos llevarían los aros o anillos de piedra para el juego; la Plaza 1 que cuenta con un altar al centro muy deteriorado y por último la Tumba I que fue construida por debajo de varios cuartos al norte de la Plaza 1, se tiene acceso por unas escaleras compuestas por piedras irregulares y lodo, las paredes de la cámara son la base con que arranca el techo, este fue construido con lajas que se van uniendo hasta darle el aspecto de cúpula únicamente unidas con lodo batido (Peña 1991, Cruz y Landa 2013: 44 – 46, Cárdenas y Fernández 2013: 65) (figura 10).

Figura 10.- Área religiosa o ceremonial, donde se puede apreciar el Juego de Pelota y al fondo la Estructura Oriental (fotografía tomada por Gustavo García G.).

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La primera noticia referente a este sitio arqueológico fue la publicación del periódico “La voz de Michoacán” para el año de 1842, donde anunciaban el hallazgo de una posible tumba abovedada con algunas ofrendas y un conjunto habitacional (Piña y Oi 1982: 7-8); fue hasta la llegada de Nicolás León alrededor del año 1880 en la Sierra de Michoacán, que se realizaron algunas exploraciones en la región como en Uruapan, Parangaricutiro, Pichataro y en Tingambato (León 1993: 175), menciona que logró encontrar algunos sepulcros intactos a los que procedió a su apertura encontrando en su mayoría uno o dos esqueletos (León 1993: 175 – 176), tenía una mayor atención a los cráneos con la finalidad de observar anomalías en el sistema dentario. Durante esa época se llegó a la conclusión, y no solo en Tingambato, de que algunos montículos pequeños eran sepulcros ya que la tendencia de esa época eran los descubrimientos de osamentas humanas para identificar las características raciales de los antiguos pobladores de Michoacán (Espejel, Cárdenas y Aguayo 2014: 184). Fue hasta el año de 1978 cuando Román Piña Chan y Kuniaki Ohi iniciaron las exploraciones arqueológicas en el sitio con el “Proyecto Tinganio” el cual tenía como objetivos principales: el reconocimiento general del sitio realizando recorridos de superficie, excavaciones, levantamientos topográficos, consolidación y restauración de estructuras exploradas, establecimiento de una secuencia cronológica a partir del estudio del material y delimitación final para el registro oficial de zona arqueológica (Piña y Oi 1982: 10). La primera temporada de campo fue llevada a cabo en 1978, se comenzó con los reconocimientos de superficie del sitio y del valle para conocer la extensión del asentamiento, se detectaron 9 sitios de los cuales 4 de ellos presentan arquitectura y son conocidos como Cerro de los Monos, Characatán, La Escondida y la Yácata (Piña y Oi 1982: 15-16), después se realizó un primer plano topográfico con el cual se calculó que el sitio abarcaba unos 300 m por lado (Ohi 2005: 31) (figura 11); se exploró la Estructura Oriental, la Plaza 1, el Altar 1 y parte del juego de pelota, este último fue muy importante ya que mencionan Piña y Oi:

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“Mientras se exploraba ese lado poniente de la plaza, se excavó una trinchera en la parte superior de la plataforma, con objeto de determinar si era una estructura, y de qué tipo; encontrándonos con un cuerpo compuesto de talud y tablero, al estilo teotihuacano el cual formaba esquina y se continuaba hacia el norte.” (Piña y Oi 1982: 23).

Figura 11.- Plano topográfico después de las intervenciones (Ohi 2005: 33). En la segunda temporada se consolidaron tanto el juego de pelota como las demás estructuras y se localizó la Tumba I al norte de la Plaza 1, por debajo del nivel de los cuartos que se estaban explorando; esta tumba se encontraba al frente de la escalinata que conduce a la plataforma de nivelación, bajando por 6 escalones y siguiendo un pasillo angosto se encontró el acceso tapado por 5 lajas de 1.20 m, la cámara funeraria mide 3.30 m de norte a sur y 3.40 m de este a oeste (Piña y Oi 1982: 47 – 49). En el interior de la tumba fueron localizados objetos de diferentes 57

materiales depositados como ofrendas y huesos humanos diseminados por toda la cámara (Piña y Oi 1982: 51) (figura 12), que después de un estudio osteológico por parte del Dr. Zaid Lagunas se llegó a la conclusión de que la cantidad de individuos sepultados es entre 50 y 124 personas, tomando como base los cráneos, fémures y tibias (Lagunas 1987). En un principio Román Piña Chan y Kuniaki Ohi comentaron que dentro de la Tumba I, los huesos se encontraban diseminados por toda la cámara , sin ninguna forma anatómica y además de que el acceso presentaba tierra compactada por lo que no fue abierta con posterioridad, sino más bien que fue tapada en un solo evento (Piña y Oi 1982: 49), sin embargo, en el estudio del Dr. Zaid Lagunas se pudo determinar que la tumba fue abierta en varias ocasiones debido a la distinción de dos niveles de depósito y además de que si existían relaciones anatómicas de los restos óseos (Pereira 1997b: 4). Otra cuestión en torno a los materiales óseos fue el de si se practicó algún tipo de desmembramiento a los restos de la Tumba I, ya que comentan Piña y Ohi (1982: 52) que en algunos casos, se presentaban partes de los esqueletos en posición anatómica como si fueran cortados al individuo. En el informe del estudio tafonomico presentado por Grégory Pereira (1997b), se aplicaron métodos para entender el modo de formación del conjunto funerario y del tratamiento mortuorio de los restos óseos depositados en la tumba I; se revisó este material en busca de huellas de corte o golpes y la mayoría de los restos depositados no las presentan, a excepción de 4 piezas (Pereira 1997b: 5). Una de ellas es en un cráneo adulto, que presenta huellas de corte, por lo que se sugiere que la cabeza del individuo fue desprendida y descarnada para ser depositada en la tumba I como cráneo aislado (Pereira 1997b: 5); las otras piezas restantes presentaban también huellas de un corte probable, pero sin embargo, no es una evidencia de una práctica masiva de desmembramiento, sino más bien está relacionado con un tratamiento particular de algún tipo de sacrificio o ritual funerario (Pereira 1997b: 6).

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Figura 12.- Interior de la Tumba I con las ofrendas diseminadas por toda la cámara (Piña y Oi 1982: 52). Como parte del “Proyecto Tinganio” se analizaron 723 tiestos obtenidos del escombro de las estructuras y se pudieron definir 13 tipos cerámicos con el fin de compararlos con la cerámica obtenida en la Tumba I, ya que al interior de la tumba se localizaron vasijas completas (figura 13), mientras que en los recorridos de superficie no hubo suficiente evidencia de material (Piña y Oi 1982: 79) (sobre este tema se hablara con mayor detalle en el siguiente capítulo). A partir del análisis de la cerámica se pudieron realizar correlaciones de ciertas formas, por ejemplo: con las tapaderas con agarradera del tipo Capiral de Apatzingán (Kelly 1947: 70-71), 59

vasijas pintadas sobre estuco seco que aparecen también en Loma de Santa María en Morelia (Vega, Manzanilla, López y Ortuño 1982) entre otras, logrando establecer una cronología relativa del sitio en dos etapas: la primera del 450 al 600 d. C. en la que mencionan que sería el poblamiento y construcción del centro ceremonial y la segunda del 600 al 950 d. C. donde se introduce el talud – tablero y se construye el juego de pelota (Piña y Oi 1982: 99) y que fue en este último periodo que el sitio se abandonó probablemente por algún incendio ya que no hay evidencias de modificaciones o de materiales del Posclásico (Piña y Oi 1982: 100), sin embargo, los mismos investigadores sugieren afinar tal cronología.

Figura 13.- Algunos ejemplos de las vasijas recuperadas al interior de la Tumba I (fotografías proporcionadas por José Luis Punzo Díaz, tomadas del Museo Regional, Morelia, Michoacán, 2008). En el año de 1980, los investigadores Estela Peña y David Dávila retomaron las excavaciones y liberaron el conjunto habitacional (Ohi 2005: 33) consolidando el patio hundido con el Altar 2 y 3 al centro, así como también los cuartos ubicados al este (Cruz y Landa 2013: 44); al año siguiente, Rodolfo Pascual Rojas intervino en el sitio bajo la supervisión de Ramón Carrasco para consolidar la Tumba I (Landa 2012: 4). 60

Para los años 1983 y 1984 se realizaron nuevas investigaciones a cargo de Estela Peña para obtener una perspectiva integral del funcionamiento del sitio arqueológico (Landa 2011: 4; Cruz y Landa 2013: 44); en este último año, Juan Antonio Siller (1984) publicó un artículo sobre la arquitectura de Tingambato, específicamente del talud - tablero localizado en un principio por Román Piña Chan (figura 14), con el cual se infiere una posible relación con Teotihuacán (Piña y Oi 1982: 23); sin embargo en su análisis detecta tanto similitudes como diferencias y llega a la conclusión de que la presencia del talud - tablero es debido a “… observaciones superficiales de un elemento arquitectónico de moda…”(Siller 1984: 64) a pesar de presentar características propias, se asemeja más a una copia local (Hers 2013: 216 – 217, Siller 1984: 64).

Figura 14.- Cortes del talud – tablero existente en Tingambato, el primero pertenece a un altar, el segundo probablemente a una cuartería mientras que el tercero pertenece al juego de pelota (Piña y Oi 1982: 41; Ohi 2005: 38; modificadas por Gustavo García G.).

Por último en 1999, Roberto Gonzáles Zúñiga realizó labores de mantenimiento en la zona arqueológica (Landa 2012: 4) y es hasta el año 2011 y 2012 que se vuelve a intervenir el sitio con el “Proyecto Especial Michoacán: mantenimiento y puesta en valor de las zonas arqueológicas de Tzintzuntzan, 61

Ihuatzio, Tingambato, Huandacareo y Tres Cerritos” (el cual mencionaremos a partir de ahora como PEM), a cargo de Olga Lidia Landa (Cruz y Landa 2013: 44; Punzo 2013: 5) y que tenía como objetivo principal “Lograr la conservación integral del sitio mediante la visita, protección y difusión de nuestro patrimonio cultural, de tal manera que sea accesible y comprensible para el visitante” (Landa 2011: 1). El PEM fue un proyecto importante, puesto que se llevaron a cabo excavaciones que permitieron identificar elementos arquitectónicos como la Plaza Sur, la Estructura D, un segundo patio hundido y la Tumba II, además de la recuperación de materiales arqueológicos para su posterior análisis. Sin embargo hay algunos pormenores en el trabajo arqueológico, en este caso, al ser identificada la Tumba II que presentaba las mismas características de la Tumba I, se intentó entrar desde arriba retirando la tierra que cubría la bóveda (Espejel, Cárdenas y Aguayo 2014: 199-200) y se generó un desplome de la pared norte la cual cayó encima de la techumbre abriendo la Tumba II (Landa 2011: 117) (figura 15).

Figura 15.- Vista de la Tumba II antes de su colapso (Landa 2011: 120).

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Si bien la finalidad era de abrir un pozo de sondeo para poder encontrar elementos arquitectónicos como muros, pero se encontraron con abundante material cerámico y lítico, y durante el proceso hubo elementos que podían manifestar la presencia de la tumba, como el sonido de oquedad o el hundimiento del piso (Cruz y Landa 2013: 45 – 46); esta tumba presenta unas dimensiones de 3.80 m de largo por 3.60 de ancho con una posible altura de 2.10 m, al interior se localizó un entierro primario indirecto, depositado sobre una cama de lajas y que portaba una inmensa cantidad de más de 19 000 cuentas de diferentes materiales como concha, turquesa, hueso entre otros, (Cruz y Landa 2013: 46; Próxima publicación de Tesis de Alejandro Valdés Herrera).También se recuperaron materiales cerámicos y líticos alrededor de la Tumba II, con los cuales se pretendía realizar una secuencia cronológica a partir de inferencias con el análisis del material (Landa 2011: 145) (de este análisis se hablará con más detalle en el capítulo 5).

Por otro lado, se realizaron labores de mantenimiento y consolidación de los nuevos elementos descubiertos durante las excavaciones de las temporadas 2011 y 2012. Con toda la información obtenida por el PEM, se planteó la existencia de tres etapas constructivas en el sitio y, al igual que otras propuestas, se comenta que durante la segunda etapa es cuando se da la introducción del Talud – tablero de estilo Teotihuacano, estas etapas abarcan el periodo Clásico entre el 200 y 900 d.C. (Landa 2011: 147); la existencia de un segundo patio hundido, también permitió que se propusieran relaciones con la tradición de Patios Hundidos de la región del Bajío, incluyendo este elemento en la tercera etapa constructiva del sitio (Landa 2012: 112). A pesar de todo, las propuestas y el trabajo que se realizó por parte del PEM, nos aporta importantes datos para el desarrollo de esta investigación, los cuales retomaremos más adelante.

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Capítulo 3.- Proyecto arqueología y paisaje en el área centro-sur de Michoacán 3.1.- Descripción general Actualmente el sitio arqueológico de Tingambato está siendo trabajado bajo la dirección del Dr. José Luis Punzo Díaz en el “Proyecto arqueología y paisaje en el área centro-sur de Michoacán” (que mencionamos como PAPACSUM), el cual plantea un estudio arqueológico regional abordando temáticas particulares como: el cambio cultural entre el periodo Clásico y Epiclásico, Tinganio y la metalurgia en el señorío Tarasco y su interacción con otras áreas culturales (Punzo 2013: 14-15). El área de estudio comprende las regiones hidrológicas de la cuenca del lago de Zirahuén y la parte alta de la subcuenca del río de la Parota. Como parte del proceso de investigación, en este proyecto retoman como marco teórico el estudio del paisaje relacionado con la fenomenología, “el paisaje es una experiencia relacional y vivencial de las personas, es decir él ser en el mundo” (Punzo 2013: 6). Por otro lado las estrategias metodológicas con las que se trabaja en el proyecto derivan del uso de formatos para generar bases de datos que permiten llevar un orden y con el cual se pueden realizar análisis estadísticos y geoestadísticos mediante el uso de sistemas de información geográficos (Punzo 2013: 15). La temática de la metalurgia en el proyecto tiene que ver con algunos sitios tardíos en la región, que pudieran ser la clave para entender los proceso de intercambio y las cadenas operativas involucradas en la extracción de minerales (Punzo 2013: 30) pero no solo se realiza trabajo de campo, también se aplican análisis tecnológicos, químicos y funcionales a objetos de metal resguardados en museos comunitarios y del INAH, para poder incluirlos en las bases de datos que generó el PAPACSUM, y poder comprender la interacción que tuvieron estos materiales dentro del área de Michoacán (Punzo 2013: 32).

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En cuanto a los objetivos para el sitio arqueológico de Tingambato, se tienen: el registro de los vestigios para conocer los limites reales de la zona arqueológica; atender la situación y el deterioro de la Tumba II; la realización de planos y alzados de la arquitectura actualizados, para tener una mejor comprensión del sitio generando una estrategia de conservación y por último la aplicación de técnicas geofísicas para la arqueología (Punzo 2013: 23 – 29). En el estudio planimétrico que se realizó se buscaron los detalles arquitectónicos de cada estructura con lo cual se podía analizar en su totalidad, teniendo una coherencia entre el objeto y el sitio (Punzo 2013: 15) (figura 16).

Figura 16.- Un ejemplo del estudio planimétrico realizado en Tingambato por el PAPACSUM (Punzo et al 2014: 107).

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Los recorridos de superficie son también esenciales en el proyecto ya que con anterioridad se tenía un registro de 118 sitios arqueológicos en la región, que sin embargo eran evidentes algunos errores de localización por lo que había que actualizar la base datos realizando trabajos de campo en los que se registrarían los sitios bajo la nueva metodología propuesta por el PAPACSUM (Punzo 2013: 17). También se planteó el poder realizar técnicas de prospección geofísicas y en coordinación con el INAH en la Subdirección de Laboratorios de Geofísica con el Dr. José Ortega y el Ing. Luis Ángel Villa, se pudieron realizar pruebas de radar de penetración terrestre, resistividad y conductividad eléctrica con las cuales se pretendía apoyar en la localización de muros, rellenos y tumbas (Punzo 2013: 24 – 25) (figura 17).

Figura 17.- Zonas designadas en las que se realizaron las pruebas de geofísica (Punzo et al 2014).

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El sitio es un buen lugar para la aplicación de estas técnicas, ya que los suelos son profundos y casi libres de rocas (Punzo 2013: 24); fue durante el año 2014 que se realizaron cuatro estancias en las que se aplicaron las pruebas de geofísica: el método eléctrico consiste en la resistencia que opone un cierto volumen de roca al paso de una corriente eléctrica (Punzo et al 2014: 123), mientras que el método de georadar o “GPR” es un sistema de exploración del subsuelo que utiliza ondas electromagnéticas y a diferencia de otros métodos utiliza frecuencias más altas (Punzo et al 2014: 127) y por lo general las estructuras arqueológicas indicadas para este método son los entierros, tumbas, criptas etc. ya que se podían identificar cavidades o posiblemente tumbas (Punzo et al 2014: 127 - 128). Los datos obtenidos por medio de las pruebas de geofísica fueron analizados por programas de cómputo especializados para el procesamiento de señales electromagnéticas (Ortega y Villa 2014: 2), y como resultados obtuvieron algunas anomalías en las imágenes que podrían corresponder, por su tamaño, a estructuras antrópicas (Ortega y Villa 2014: 15) (figura 18).

Figura 18.- Corte de la imagen realizada con GPR en la que se observa una anomalía (Punzo et al 2014: 129).

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El trabajo continuó en Tingambato con la aplicación de fotogrametrías, las cuales servirían para el registro en excavaciones o trabajos sobre la superficie (Punzo et al 2015: 96), las imágenes fueron tomadas con un dron para obtener una vista aérea y una imagen georreferenciada, después fueron procesadas, alineadas y junto con una nube de puntos se creó una malla en la que se agregó la textura de las imágenes, generando un modelo digital de elevación y una orto foto (Punzo et al 2015: 97 - 98) (figura 19). Otro trabajo que se realizó en el sitio fue en conjunto con el Dr. Víctor Manuel Hernández del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Tierra de la UNIMICH, para realizar un estudio de LiDAR terrestre; este equipo tiene importantes ventajas para el registro arqueológico puesto que posee una alta precisión en espacios muy grandes (Punzo et al 2015: 101 – 102). Se obtuvieron los datos en una nube de puntos que conto con más de 9 000 000 de mediciones, el siguiente paso fue eliminar los puntos que no son relevantes utilizando distintos softwares y con la ayuda de la cámara acoplada al equipo se obtuvieron imágenes con las cuales se pudieron generar modelos tridimensionales de alta precisión con textura real y apariencia de fotorealismo (Punzo et al 2015: 101 – 104) (figura 20). Cabe mencionar que solamente se encuentra escaneado una parte del sitio arqueológico de Tingambato y que para el año 2016 se pretende ampliar el trabajo y así poder realizar un modelo tridimensional de todo el sitio (Punzo et al 2015: 104 – 105).

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Figura 19.- Modelo digital de elevación (Punzo et al 2015: 98)

Figura 20.- Imagen en 3D con apariencia de foto realismo (Punzo et al 2015: 108)

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3.2.- Temporada de excavación del PAPACSUM 2015 El método por el cual entendemos las asociaciones significativas entre los objetos y su pasado es sin duda la excavación, dentro del proyecto se pretenden llevar a cabo excavaciones extensivas para comprender la creación de lugares e identificar distintas actividades de los grupos humanos que habitaron en el pasado (Punzo 2013: 19). Como parte de la investigación del PAPACSUM se planteó el poder realizar excavaciones en Tingambato y durante el año 2015, se abrió una corta temporada de campo en el mes de octubre, en la que se trabajaron 4 unidades de excavación; los pozos de sondeo tenían como finalidad la comprobación de las técnicas de prospección geofísica que habían sido realizadas el año anterior (Punzo, et al 2015: 120). Durante esta temporada de campo del PAPACSUM, se recuperó material arqueológico dentro de las unidades que se abrieron; la unidad 1 se ubicó al norte de la plataforma, era una cala de 2 metros por 4 metros, mientras tanto las unidades 2, 3 y 4, eran pozos de 2 metros por 2 metros; la unidad 2 se ubicó dentro de la plataforma norte, la unidad 3 al noreste del juego de pelota y al oeste del Patio Hundido, por su parte la unidad 4 se ubicó al costado este de los muros que limitan la Tumba I (Punzo et al 2015: 120 - 121) (figura 21). Los objetivos particulares de la excavación de esta temporada, tenían una función exploratoria con el fin de obtener: un acercamiento a los contextos habitacionales, fechamientos exactos, la estratigrafía cultural y natural de la región y por supuesto, el verificar los resultados de los estudios geofísicos (Punzo et al 2015: 120). El registro de los contextos se llevó a cabo mediante las cedulas elaboradas por el Dr. José Luis Punzo Díaz de las cuales tenemos cedulas de registro de bolsas, formato de nivel, formato de muestra, resumen de Loci, formato de registro de entierro y de resumen de unidad de excavación (Punzo et al 2015: 120).

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Figura 21.- Ubicación de las unidades de excavación del PAPACSUM 2015 (Punzo 2016: 12). La excavación fue llevada a cabo mediante niveles métricos de 10 cm y capas estratigráficas, dependiendo de si aparecían diferentes capas se hacia el cambio de la nomenclatura, por ejemplo tenemos el nivel 1 capa A seguido de nivel 2 capa A, después aparece otra capa y comienza el nivel 1 capa B y así sucesivamente. Todas las unidades partieron de un mismo banco de nivel ubicado al noreste de la plataforma norte con las coordenadas UTM 2158063.362 N y 0199994.140 E, y a una altura de 1915.027 msnm (Punzo et al 2015: 121 - 122). Cada unidad presentó diferentes contextos, aquí remarcaremos la importancia de la estratigrafía en el sitio (figura 22), ya que para este trabajo es fundamental identificar los materiales en el espacio y en el tiempo.

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Figura 22.- Dibujo de la estratigrafía en la unidad 3 (Punzo et al 2015: 207

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3.2.1.- Métodos del análisis del material El estudio de los materiales arqueológicos que realiza el PAPACSUM, está enfocado a la identificación de técnicas de construcción y sus cadenas operativas, con lo que se puede observar su cambio en el tiempo y seguirlo a través de este (Punzo et al 2014: 130). Para poder analizar el material, el PAPACSUM elaboró cedulas para los muestrarios y así poder sintetizar y unificar la información obtenida (Punzo et al 2015: 253), ya que desde un principio se pensó en generar una plataforma de datos general para futuras investigaciones. El análisis que realiza el PAPACSUM a los materiales cerámicos se conforma por dos medios, el primero por un análisis macroscópico en el que se definen los tipos cerámicos utilizando la metodología del sistema tipo-variedad y el segundo mediante métodos de arqueometría, como por ejemplo la inducción de luz ultravioleta y la aplicación de láminas delgadas para analizar la petrografía de la cerámica (Punzo et al 2015: 259; Castañón y Punzo en prensa). En el análisis del PAPACSUM de la temporada 2014, se pudieron realizar estos métodos arqueométricos con el apoyo de los laboratorios de Laminación del Instituto de Geología y del laboratorio del Proyecto ANDREAAH del Instituto de Física en la UNAM, en la Ciudad de México (Punzo et al 2015: 341); se aplicó la fluorescencia por inducción de luz ultravioleta a 27 muestras de los materiales ya analizados por el PAPACSUM, de las cuales obtuvieron resultados en los que no hay mucha variabilidad entre las cerámicas de un mismo sitio, pero si con diferentes sitios (Punzo et al 2015: 350) y se pudo agrupar el material en 4 conjuntos: 1) Pastas muy opacas, sin marcas de desgrasantes; 2) Pastas opacas o violetas con desgrasantes rosas; 3) Pastas con desgrasantes amarillo-blanco; 4) Pastas amarillo-blanco y rosas; también hubo pastas raras como la Pasta rosa claro, pasta fina y compacta (Punzo et al 2015: 351). El análisis de las láminas delgadas se debe realizar para caracterizar una muestra (Punzo et al 2015: 353), con esto podemos identificar los minerales con los que fue elaborado el material y poder corroborar algunas particularidades en la técnica de manufactura así como también una aproximación al lugar de extracción 73

de la materia prima (Castañón y Punzo, en prensa). Esta técnica se aplicó a 12 muestras de materiales provenientes de Tingambato, El Pinabete, Tipitarillo, Tzintzuntzan e Itziparátzico recuperados por el PAPACSUM así como por el PEM, en las que los resultados arrojaron diferencias significativas entre las materias primas y las características tecnológicas (Punzo et al 2015: 360). Se pudo identificar que algunas arcillas y desgrasantes son de un origen volcánico-lacustre así como de un contenido metamórfico (Castañón y Punzo, en prensa), y en algunos casos, las arcillas son de mala calidad, con lo que se recurrió a la aplicación de una mayor cantidad de desgrasantes arenosos (Castañón y Punzo, en prensa), aún con esto se manufacturaba la cerámica, ya que posiblemente era la única materia prima que se tenía a su disposición. En este estudio se pudieron reconocer diferencias importantes en cuanto a la composición de las pastas de los diferentes sitios, por lo que contamos con gran información que nos servirá para la comparación de materiales en algún estudio posterior. Por otro lado, el PAPACSUM también realizo análisis a los materiales de objetos metálicos, ya que los objetivos de este proyecto, como se mencionó anteriormente, no solo se basan en el cambio cultural entre los periodos Clásico y Epiclásico, sino también en la metalurgia durante el periodo del señorío Tarasco. Mediante dos técnicas arqueométricas se analizó el material: la primera fue arqueomagnetismo en el Servicio Arqueomagnético Nacional del Instituto de Geofísica de la UNAM campus Morelia, Michoacán, con la que su pudieron hacer fechamientos en restos de escorias de cobre que fueron recolectadas durante los recorridos del PAPACSUM 2014, las fechas que arrojaron se encuentran en un periodo de tiempo entre Posclásico temprano y la época Colonial (Punzo et al 2015: 229 - 231); la segunda técnica fue mediante la espectroscopia tipo LIBS, en el Centro de Investigaciones en Óptica A.C. en León Gto., con la cual se pudo identificar la composición de los objetos metálicos, los elementos detectados fueron: Sodio, Magnesio, Silicio, Calcio, Vanadio, Fierro, Cobre, Cadmio, Aluminio, Manganeso, Plata y Bario, aunque los últimos cuatro no hay una evidencia concluyente (Punzo et al 2015: 235 - 239).

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Capítulo 4.- Marco teórico 4.1.- Conceptualización Para la arqueología, el objeto sustantivo de las investigaciones es la sociedad como una totalidad histórica concreta, regulada por leyes generales que adquieren particularidades en cada periodo histórico (Bate 1998: 41). En este caso, la investigación se centra en el estudio cerámico de Tingambato, interpretando a la sociedad a partir de su desarrollo local ya que, como mencionamos anteriormente, se ha catalogado como un sitio de segundo nivel por las evidencias de contactos con otras regiones y no se ha realizado un estudio detallado de la cultura local; mediante el análisis del material quedarán expuestos algunos elementos que retomaremos para interpretar la posible ocupación del sitio y su desarrollo en la región. Ahora bien, el tema del estudio del desarrollo local, nos permite cuestionar y proponer nuevas relaciones de análisis y de organización territorial (Rosales 2007: 5), aunque el concepto en sí tiene muchas interpretaciones “… es un término ampliamente utilizado en la comunidad científica y en numerosos documentos oficiales, pero en la práctica dista mucho de ser un elemento regidor de políticas sociales, territoriales o económicas.” (Juárez 2013: 21), sin embargo, podemos identificar cuatro aceptaciones generales que se relacionan con la territorialidad, la economía, la ecología y con la política (Ramírez 2007: 52). Para este trabajo de investigación, lo retomamos como: “El desarrollo local, en cualquier caso, es uno de los elementos más significativos en la creación de redes que favorecen la calidad de los habitantes y el cuidado y protección de los recursos, siendo su eje de transformación el espacio local, es decir, el espacio en el que cada individuo se siente comunidad, donde cada individuo puede actuar.” (Juárez 2013: 21)

A esta definición agregamos algunos aspectos claves como son: el proceso, la dinámica y la política de los territorios específicos, estos elementos son vistos con el objeto de mejorar la calidad de vida de los integrantes de una sociedad (Lozano 75

2007: 100). Para los objetivos de la investigación, retomamos el desarrollo local en función de la satisfacción de las necesidades básicas de una población local (Sforzi 2007: 33), con esto, estaríamos viéndolo como una unidad establecida en un espacio territorial, en el que los grupos humanos interactúan para el beneficio de la sociedad, obteniendo recursos de la región y produciendo objetos, mediante los cuales pueden interactuar con otros individuos, generándose así un conjunto de ideas y creencias compartidas, en otras palabras y desde un punto de vista normativo, generan cultura (Johnson 2010: 233). Una cultura arqueológica se presenta cuando repetidamente sobre un espacio discontinuo y a lo largo del tiempo aparece un conjunto recurrente de características específicas en la cerámica u otros elementos (Johnson 2010: 233). El término “teoría” en arqueología tiene múltiples significados como nos lo comenta Gándara (2011: 44 - 46), en un sentido holístico se define como: un conjunto de supuestos que permiten a una comunidad científica identificar ciertos problemas como importantes, y ciertas formas de solución legítimas; en un sentido partitivo se define como el intento de explicar o comprender determinados fenómenos, eventos o procesos desde una posición teórica; también existe el significado de teoría como una arqueología temática, por la que se propone estudiar segmentos de lo social, o tomar el segmento como un filtro con el que se abordan las otras áreas. Aunque también el mismo Gándara, propone los términos de teoría de la observación o de lo observable y la define como: “Es una teoría sustantiva con mucho apoyo empírico… que justifica las inferencias a partir de la evidencia “observable” y establece los límites de la representatividad, confiabilidad y precisión de las técnicas y los instrumentos con los que se realizan la observación o el análisis de los datos.” (Gándara 2011: 45)

De cualquier manera, el significado que tomemos para el termino teoría dentro ámbito arqueológico, nos permitirá explicar o dar sentido a los objetos materiales y de esta manera poder interpretarlos (Quirós 2013: 18-19), es por tal motivo, importante para el desarrollo de las investigaciones el poder utilizar alguna teoría que aproxime nuestros resultados con la hipótesis del trabajo. Por otro lado, 76

hay que entender que teoría y metodología son cosas diferentes que trabajan en conjunto y algunas veces suele confundirse, al igual que lo que sucede con los datos (Gándara 2011: 38), un ejemplo claro para distinguirlos es que la teoría la entendamos como el ¿Por qué? y la metodología el ¿Cómo? de las investigaciones (Johnson 2010: 16 – 17). A mediados del siglo pasado, los arqueólogos se enfocaban más a la recolección de grandes cantidades de materiales que a la investigación sobre el pasado; esta mera recolección de datos no generaba un mejor conocimiento del pasado (Johnson 2010: 31 – 33) por lo que se debía buscar una manera diferente de hacer investigación; estos investigadores no se interesaban por las particularidades de los sistemas culturales y por tal motivo, no se podían explicar los cambios innovadores (Gillespie 2008: 126). Las culturas arqueológicas no se debían contemplar solamente por sus tipologías de objetos, sino también debían ser analizados como sistemas funcionalmente integrados (Trigger 1992: 276). Fue hasta finales de los años sesenta y mediados de los setenta, que aparecería la Nueva Arqueología buscando tener una visión más científica de esta disciplina, denominada “arqueología procesual-funcionalista” por Renfrew y Banh (1998: 446) y su importancia recae en el uso de teorías arqueológicas. Uno de los fundadores de esta corriente, fue Lewis Binford, quien comenta que uno de los principales elementos para el desarrollo de la Nueva Arqueología fue la publicación New perspectives in Archeology en el año de 1968, ya que causo cierto impacto y muchas discusiones en torno a cómo se hacían las investigaciones en esa época (Binford 2004: 114). Con la aparición de la Nueva Arqueología, se dio un mayor énfasis en investigaciones sobre todo en la evolución y proceso cultural (procesualismo), al igual que se le dio la importancia a la teoría de sistemas; también se preocupaba por la cultura y su adaptación al entorno externo y se insistía en que el enfoque de la disciplina fuera de carácter científico, junto con la tendencia de ser más explícitos en los prejuicios establecidos; todas estas posibilidades tenían que ser variables en términos estadísticos (Johnson 2010: 40 – 45), esta variabilidad debía ser estudiada 77

a partir de la crítica de la teoría y la metodología. En resumen, la meta final de la Nueva Arqueología era explicar el cambio cultural desarrollando modelos arqueológicos, explícitos que pudieran probarse mediante la aplicación del método científico (Alcina 1998: 575). A pesar de ser una innovación dentro de los estudios de la arqueología, surgieron diferentes perspectivas y críticas contra esta visión positivista, por ejemplo, los enfoques estructuralistas influenciados por Claude Lévi-Strauss, la Teoría Crítica y el Pensamiento Neomarxista (Renfrew y Bahn 1998: 446) y a partir de este contexto, surgió la arqueología “Posprocesual” también conocida como “Arqueología interpretativa” (Johnson 2010: 131-132), la cual entiende el conocimiento arqueológico como una acción interpretativa (Criado 2013: 120). Con esta corriente ya no se buscaba solo realizar los análisis tradicionales de investigación (descriptivo), sino su búsqueda ahora sería con un fin más interpretativo (Sugiura, Villalobos y Zepeda 2013: 65-66). Esta

arqueología

posprocesual

o

interpretativa,

rechazaba

los

planteamientos de la Nueva Arqueología e insistía en que la reconstrucción objetiva del pasado basado en la verificación de hipótesis y del método científico era imposible (Alcina 1998: 84 - 85), lo que se buscaba en particular, era indagar en los significados culturales de los objetos; al conjunto de estos materiales arqueológicos como la cerámica, lítica, restos óseos, textiles, madera, conchas, entre otros (Chapman 2000: 1) junto con las relaciones que guardan entre sí, se le conoce como “elemento arqueológico” y hace referencia al aspecto contextual (Brueggemann 1982: 13) o también se denomina “cultura material”, que comenta Miller “Material Culture as a network of homologous orders emerged as the powerful foundation for more or less everything that constitutes a given society…” (Miller 2005: 4), con lo que se entiende que los conjuntos de objetos forman la base de una sociedad. Estos objetos forman parte de la evidencia científica para realizar diferentes tipos de investigaciones (Sugiura, Villalobos y Zepeda 2013: 64) y sin embargo, el tema del estudio de la cultura material no se ha explorado lo suficiente y se deja de lado su significancia (Renfrew 2005). 78

Aún con estas definiciones, los objetos de la cultura material no dejan de ser tratados como “cosas”; este término tiene diferentes aceptaciones, por un lado Brueggemann (1982: 13) considera que los objetos arqueológicos podrían ser denominados cosas, las cuales no pierden sus características específicas si se encuentran o no en algún contexto; Brown (2001), realiza una discusión sobre el término “cosa”, que va relacionado con los objetos inanimados; Williams (2015: 3) nos comenta que “las cosas … las usamos sin pensarlo, muchas veces con fines pragmáticos, como herramientas para lograr un objetivo”, asimismo, Hodder (2012: 7) comenta “So a thing is an entity that has presence by which I mean it has a configuration that endures, however briefly.” y en un sentido más estricto de la palabra, cosa se define como lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, concreta o abstracta o virtual (Real Academia Española 2016). Si consideramos entonces a las cosas como objetos, estaríamos dándoles una entidad que cumple con una función para llegar a un objetivo específico dentro de un contexto material, en otras palabras “… aspect of things that gives them a material presence in the world.” (Nanoglou 2009:157). Recientemente Ian Hodder (2012, 2014, 2016) ha propuesto el término “Entangled” (Enredo), el cual se define a partir de la suma de las relaciones entre los humanos y las cosas “… humans depend on things (HT), things depend on other things (TT), things depend on humans (TH), humans depend on humans (HH). Thus entanglement = (HT) + (TT) + (TH) + (HH).” (Hodder 2014: 19 – 20; 2016: 2), esta visión de “enredo” va más allá de solo las relaciones entre las cosa y los humanos, en realidad es una co-dependencia uno del otro: “Human use of things allows humans to be, live, socialize, eat, think.” (Hodder 2014: 20), mientras que las cosas dependen de la acción humana para su producción, uso y mantenimiento (Hodder 2016: 2), además el uso por parte de los humanos, ha favorecido a su desarrollo cognitivo y psicológico, ya que utilizamos la cultura material para intercambiar y manipular las relaciones sociales (Hodder 2016: 2).

Esta propuesta solamente se retoma para tener claro las definiciones y conceptos que giran en torno a los trabajos más recientes sobre la cultura material 79

enmarcada en las “cosas” u en los objetos, ya que esta teoría (Entangled) abarca otro gran campo de estudio. En particular, nos interesa observar cómo los objetos se relacionan con el desarrollo de los humanos y cómo dependen de la acción de los mismos, ya que sin la intervención del humano, los objetos no tendrían un significado cultural y por tanto no podríamos definir el desarrollo de los grupos que los producían.

4.2.- Materialidad Como parte del trabajo de investigación, recurrimos a la corriente teórica de la materialidad, que surge a partir de los enfoques de la arqueología posprocesual, la cual “… se refiere a un proceso de objetivación, en el cual las cosas que hace la gente hacen a las personas lo que son.” (Miller 2005; Bourdieu 1977; c.p. Gillespie 2008: 127). El estudio de la materialidad se enfoca en el proceso social entre la gente y los objetos (Nanoglou 2009) que son un componente importante de su creación y expresión (Gillespie 2008: 127), en otras palabras “la cultura material es una construcción social” (Sugiura, Villalobos y Zepeda 2013: 66) y con ello podemos examinar las interacciones regionales (Gillespie 2008: 131) ya que la función de esta teoría es comprender la forma en que los objetos interactúan, influyen o determinan las relaciones sociales que se encuentran determinadas en tiempo y espacio (Sugiura, Villalobos y Zepeda 2013: 67). La materialidad ha creado un interés en las disciplinas de la antropología, sociología, arquitectura, arqueología y por supuesto en los nuevos estudios de la cultura material (Meskell 2005: 1). Esta perspectiva teórica, se centra en connotaciones interpretativas que van más allá de los objetos y que tienen que ver con la espacialidad, temporalidad y sociabilidad (Meskell 2005: 2); se puede comparar con la propuesta de Renfrew sobre el “compromiso” (Engagement), en la que comenta que existe un compromiso del ser humano con el mundo material y que partir de esto, los objetos toman un poder simbólico y generan la fuerza del cambio social y económico (Renfrew 2005).

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En cualquier caso, la materialidad tiene que ver con los objetos, comenta Williams (2015: 2–3) que está conformada por el universo de los artefactos y que estos los entendemos como los objetos modificados por el ser humano, lo cual retomó de Miller quien comenta “The first … theory of mere things as artefacts…” (Miller 2005: 4), tratando de teorizar la materialidad. Los objetos no solamente son una evidencia física, también son un medio con el que se construyen las comunidades del pasado (Moreland 2013: 49) y pueden influir en los cambios sociales, esto quiere decir que condicionan la forma en que los humanos se aproximan a los mismos, por su uso, disposición e intercambio, acciones que derivan de los propios objetos (Sugiura, Villalobos y Zepeda 2013: 69). También es importante definir las características de los objetos, ya que “…sus atributos permiten adentrarnos en su genealogía, para intentar reconocer la manera en que pudieron haber influido en la gente durante los procesos de cambio y de qué forma las cosas de un presente determinado contienen la reinterpretación de otros pasados.” (Sugiura, Villalobos y Zepeda 2013: 69). Nuestro objeto de estudio es la cerámica, que es un material importante dentro de las investigaciones arqueológicas ya que se puede conservar en contextos durante miles de años (Filini 2014: 215) y nos da la posibilidad de llegar a ciertas conclusiones de la cotidianidad de un grupo (Olay 2004: 207); la producción de este tipo de material es importante por 3 razones comenta Hirth (2011: 13): 1) es identificable en el registro arqueológico, 2) proporciona un acercamiento a la organización de los grupos de trabajo en una sociedad y 3) que fue un componente importante en Mesoamérica. Este material puede ser considerado un objeto arqueológico, visto desde la fenomenología, si se encuentra constituido por fenómenos naturales y culturales (Brueggemann 1982: 14). A partir de un análisis cerámico, podemos obtener información de algunas actividades de los grupos que producían y utilizaban los objetos cerámicos (Matson 1980: 619), pero también se puede determinar la composición de las pastas, hacer un estudio cronológico y estratigráfico del sitio arqueológico, identificar las áreas de producción, clasificar la cerámica conforme al estilo, tecnología etc., inferir en los 81

posibles sistemas de distribución así como rutas de intercambio (Jiménez 2005: 44 – 45) o también podríamos realizar aproximaciones a las culturas que produjeron esa cerámica (Filini 2014: 2015). Particularmente en Mesoamérica, se privilegia el estudio del material cerámico ya que abunda en el registro arqueológico (Sugiura, Villalobos y Zepeda 2013: 65). La materialidad es la corriente teórica más adecuada entonces para trabajar nuestros objetivos, si lo que queremos es poder hablar de un desarrollo local en el sitio arqueológico de Tingambato a partir de un estudio cerámico, debemos entender los objetos materiales y como es que los grupos que se establecieron en la región comenzaron a fabricarlos y bajo que requerimientos, ya que el proceso para manufactura de

cerámica requiere de un conocimiento previo, que

probablemente son heredados de generaciones pasadas; estas prácticas constituyen un medio a través del cual se formula y reformula el orden social, político y económico de cada sociedad (De la Fuente y Páez 2011: 1), además, los cambios sociales que surgen a partir de la utilización y disposición de estos objetos genera que los grupos se desarrollen en un espacio y tiempo determinados, entendiéndose así que son hechos sociales los que se manifiestan en el registro arqueológico (Brueggemann 1982: 15). Con la materialidad aplicada al estudio cerámico de Tingambato, trataremos de interpretar el significado cultural de los objetos, buscando más allá de su uso y manufactura (Johnson 2010: 133), entendiendo cómo estos presentan relaciones con las personas que los produjeron y cómo fueron importantes para su desarrollo en algún momento y lugar específico, identificando los procesos culturales locales, examinando las posibles interacciones regiones y los cambios sociales (Gillespie 2008: 131). Para poder obtener los resultados, es necesario considerar los contextos culturales de donde se obtuvo el material (Johnson 2010: 141) antes de hacer las inferencias de su significado (Renfrew 2005). Teniendo claro la cuestión de la materialidad, la cerámica de Tingambato se analizará desde esta perspectiva, por lo que el primer paso es identificar el material disponible junto con su contexto, además de hacer una revisión de los informes para 82

saber cómo se recuperó, de donde proviene y que descripciones hay en torno a ese material; después se identificaran todas las características o atributos de los objetos como son: el tipo de pasta, los acabados, el color, los desgrasantes, las formas, la función etc., puesto que es necesario para entender los procesos de cambio que se generaron a partir de la producción de estos materiales. Una vez identificados los contextos y las características de cada uno de los materiales damos paso a las posibles interpretaciones, con lo que retomamos la hipótesis planteada y hacemos conjeturas a partir de lo que observamos en el material, por ejemplo, dentro del análisis comenzamos a identificar un tipo cerámico que presenta algunas características que comparte con otro tipo y este a su vez con otro tipo, estos atributos pueden ser el reflejo de una organización para la producción de materiales, ya que como vimos anteriormente, los objetos forman parte de una construcción social; por otro lado, si el material se compara con otros sitios podemos examinar estas posibles interacciones a nivel regional. Habrá que verificar también como estos objetos, en este caso la cerámica de Tingambato, puede influir en los cambios sociales, ya que podrían existir diferentes tipos con atributos similares, para esto recurrimos a la utilización de herramientas matemáticas como la estadística para desarrollar modelos de interpretación en los que podemos observar que tipos son los más recurrentes y cuáles no, de esta manera podemos inferir que durante cierto periodo de tiempo, un tipo tenía una mayor producción a diferencia de otros y como al paso del tiempo la producción disminuye, aumenta o se sustituye por otro tipo material.

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Capítulo 5.- La cerámica arqueológica de Tingambato 5.1.- Breve introducción al estudio cerámico La cerámica es uno de los materiales más antiguos elaborados por el hombre que obedece a necesidades físicas, sociales y espirituales (Jiménez 2005: 23); es un material que está constituido principalmente a base de arcillas, agua y fuego; precisamente la palabra “cerámica” proviene del griego keramos que se traduce como “arcilla” y que se refiere al material utilizado para la producción de estos objetos (Jiménez 2005: 23 - 24), o en un sentido más general, entendemos la palabra cerámica por los objetos hechos de barro (Heras y Martínez 1992: 16). La mezcla de esta arcilla con agua da lugar al barro o también conocido como pasta, que después de secarse por medio de la cocción o a la intemperie genera la cerámica o loza (Jiménez 2005: 24); la transformación de la arcilla en objetos cerámicos se ha considerado un logro tecnológico significativo de la historia humana (Sugiura, Villalobos y Zepeda 2013: 65). A las pastas generalmente se les agrega lo que conocemos como desgrasantes, que son sustancias no plásticas que se agregan intencionalmente y que modifican su consistencia con la función de poder desecar y dar una mayor cohesión, evitando agrietamientos (Heras y Martínez 1992: 20) algunos de los desgrasantes más comunes son: arenas, conchas molidas, feldespatos, materia orgánica, cuarzo, cerámica molida, entre otros. Por su parte, la granulometría nos habla del tamaño de los componentes de la pasta, ya sean desgrasantes, porosidad, la misma arcilla etc. (figura 23).

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Figura 23.- Grafica comparativa de porcentajes de granulometría (Jiménez 2005: 37). Otra cuestión importante en el estudio de la cerámica es la textura que se utiliza para describir el aspecto superficial externo o interno del material y se detecta al tacto, en otras palabras la composición granulométrica de las pastas y sus componentes (Jiménez 2005: 37; Heras y Martínez 1992: 32); por otro lado, los acabados son la aplicación o la ausencia de técnicas de tratamientos de superficie del objeto que pueden ser antes o después de la cocción (Heras y Martínez 1992: 10), los más comunes son: pulido, alisado, burdo, escobillado, bruñido, inciso, esgrafiado, excavado, entre otros. El color es otra variante de la cerámica y este depende en gran medida de la temperatura y de la atmosfera de cocción que pueden ser tanto oxidantes como reductoras, esto lo podemos identificar en el núcleo de los fragmentos: si presenta un núcleo oscuro, demuestra que la cerámica no ha sido horneada con el suficiente tiempo y posiblemente significa que no se utilizó un horno (Matson 1980: 623). Existen varios métodos para hacer vasijas por ejemplo: el modelado que consiste en dar forma a las arcillas con las manos; el moldeado en el que se utiliza un molde de madera, cerámica u otro material para dar forma a la arcilla; el enrollado 85

que consiste en hacer tiras de arcilla para unirlas una sobre la otra; el torno es a base de un mecanismo giratorio en el que se le va dando la forma deseada a la vasija (Noguera 1965; Jiménez 2005: 42 – 44). Una vez realizada la vasija se adhieren las asas, los soportes o algún otro aditamento como los engobes, que consiste en una solución de agua y barro muy fino que difiere al utilizado para la vasija con el fin de mejorar el color y la textura (Noguera 1965). La decoración puede ser parte del acabado de la vasija, por ejemplo los acabados incisos que son antes de la cocción y los esgrafiados que son después de la cocción; también hay decoración pintada al seco y sobre estuco, decoración negativa, falso negativo, con policromía, punzonados, decoración por impresión, por aplicaciones al pastillaje entre otras más. La aparición de la cerámica en México se remonta al 4000 a.C. con los ejemplos documentados de Puerto Marqués en Guerrero y Purrón en Puebla (García y Merino 2005: 73); a partir de ese momento se fueron generando tecnologías que dieron paso a su evolución y se logró un manejo de estilos que caracteriza a las culturas que los producía (López 2009: 131), por ejemplo, en el Occidente de México destacan las producciones con alto grado de especialización en figuras antropomorfas y zoomorfas utilizadas como ofrendas funerarias (Flores 1994: 35) (figura 24).

Figura 24.- Vasijas zoomorfas localizadas al interior de tumbas de tiro en el estado de Colima (fotografía tomada por Gustavo García G.). 86

5.2.-

La

tipología

cerámica

de

Tingambato

y

su

restructuración Anteriormente se mencionó que el sitio tuvo su primer proyecto de investigación para finales de la década de los setenta, a cargo del Dr. Román Piña Chan; fue entonces dentro del marco de este proyecto que se realizó un análisis cerámico dando como resultado la primera tipología para el sitio estableciendo así los tipos: Rojo sobre blanco, Rojo sobre café con negativo, Rojo sobre blanco con negativo, Rojo sobre naranja con negativo, Café rojizo, Café claro, Naranja, Naranja pintada, Ocre, Negruzco, Baño rojo, Baño blanco y Baño café grisáceo. Estos tipos fueron establecidos a partir de la recolección de superficie y se basaron principalmente en el color superficial y su forma (Piña y Oi 1982: 79), mientras que la cerámica colocada como ofrenda en la Tumba I se agrupó con los tipos: Café rojizo, Baño rojo, Baño rojo sobre café natural, Rojo sobre café con negativo, Café claro pulido o alisado, Café oscuro, Café grisáceo, Café negruzco, Blanco sobre naranja, Rojo sobre blanco caedizo y el Rojo sobre crema con negativo (Piña y Oi 1982: 91 – 92). Este material cerámico también presentaba algunas variantes en la que destacan las decoraciones grabadas e incisas con motivos geométricos, decoración pintada y la decoración “Cloisonné” como mencionamos anteriormente, también algunas partes de las vasijas como agarraderas con pastillaje, soportes cilíndricos, cónicos de asa o estribo y de botón, mangos trenzados, moldura basal y bases anulares (Piña y Oi 1982: 92). Llegaron a la conclusión de que el material recolectado en superficie se relaciona en parte con el de la Tumba I y que hace falta una amplia comparación tipológica ya que pueden existir más formas así como variantes de los mismos tipos (Piña y Oi 1982: 98). Sin embargo no se retomó el tema de la cerámica de Tingambato hasta casi 30 años después en el PEM, en su informe final dieron a conocer información sobre el análisis de los materiales recuperados durante la temporada 2011 y 2012, parte del material fue lavado y marcado (con la temporada, la sección, la unidad de excavación y la capa donde había sido recuperado), separándolo primero por formas, por acabados de superficie y si presentaban alguna decoración, después 87

se analizó el tipo de pasta y por último se separaron los bordes y cuerpos representativos para ser dibujados e incluirlos en el muestrario (Landa 2012: 56 – 58). Realizaron una división del material por secciones (figura 25), con una tabla de cuantificación y graficas de porcentajes de los tipos más abundantes; presentaron también una descripción de los tipos únicamente de la sección 5, comenzando por el tipo de pasta, la forma, el acabado de superficie, la decoración, la temporalidad y su distribución. Por ultimo en los comentarios finales mencionan que “… no existen elementos cerámicos que proporcionen una clara cronología.” (Landa 2012: 95).

Figura 25.- Grupos y tipos establecidos por el PEM (Landa 2012: 59 – 61).

88

En este análisis pudimos observar la falta de datos y la necesidad de corroborar algunos otros, por ejemplo, la única comparación que hacen de la cerámica está basada en la tipología de Piña Chan sin revisar los antecedentes de la región, la falta de fotografías y dibujos en el informe final o el establecimiento de grupos y tipos que difieren de lo planteado. Por lo que se decidió restructurar la tipología agregando nuevos datos y corroborarlos con las investigaciones recientes en la región; considero que este análisis fue realizado con rapidez, por lo que se omitieron algunos datos, pero, para ser un análisis cerámico después del realizado por Piña Chan es un gran avance para el estudio cerámico del sitio.

5.2.1.-Proceso del análisis El análisis que se realizó para esta investigación se dividió en dos niveles de estudio, el primero comprendió la revisión completa de los trabajos realizados por el PEM, así como la reestructuración de los grupos y tipos cerámicos existentes y el establecimiento de los nuevos tipos y sus variantes; en el segundo nivel de estudio, se pudo utilizar la tipología establecida para analizar el material correspondiente al PAPACSUM de la temporada 2015 donde también se obtuvieron datos de estratigrafía que se mostrarán más adelante. Primeramente se buscó el material correspondiente al PEM en la bodega del centro INAH Michoacán donde estuvo resguardado; el control de cajas y materiales aparece en lo oficios № 026 MST/2012 y en el oficio № 31 MST/2012, que entregaría la coordinadora general del proyecto a el entonces delegado del centro INAH Michoacán, la Dra. Lizbeth Aguilera Garibay; en estos listados identificamos que en las cajas 12, 13 y 14 contenían material cerámico ya dividido por grupos, mientras que la caja núm. 6 indicaba que había cerámica de diferentes secciones, cuadros y capas, sin embargo esta caja no se encontró en el centro INAH por lo que quedó pendiente su análisis; después se localizó en la bodega de la zona arqueológica de Tingambato y fue trasladada junto con las cajas faltantes al centro INAH en Morelia, Michoacán.

89

Se revisó todo el material que se encontraba dividido en los grupos establecidos por el PEM, comenzando por el más abundante; se sacaron todas las bolsas que contenían material del grupo, así como también se sacaron los fragmentos que había en el muestrario para revisarlos, y se comenzó a dividir el material por acabados de superficie, por tipo de pasta, por el color y por el tipo de decoración; para este trabajo no nos basamos en la distribución espacial de los materiales, como lo propuso el PEM, ya que si se pretendía analizar toda la cerámica no podíamos dividirla en secciones, porque todo el complejo cerámico pertenece al sitio, por lo que podemos encontrar el material de diferentes secciones perteneciendo a un mismo grupo o tipo. Otra cuestión importante por mencionar es la presencia de fragmentos de figurillas dentro de las bolsas de materiales, por lo que se fueron depositando en otra caja para registrarlas como objetos especiales; ahí se guardaron todos los elementos que aparecían revueltos con el material cerámico. Después de la revisión se contaron 7 fragmentos de figurillas, 1 cuenta verde, 7 objetos líticos, 2 pequeñas vasijas completas y un objeto de barro posiblemente una especie de tapadera o sello con engobe rojo y estuco en los que además se pueden identificar elementos zoomorfos. Sin embargo estos elementos presentan una categoría diferente para el análisis de la cerámica, por lo que únicamente se cuantificaron y se guardaron en la caja de objetos especiales. Una vez separado el material obtuvimos los tipos y sus variantes, el grupo se estableció a partir de las características del material, principalmente el color y se agrupaban los que presentaran una similitud, nombrándolo a partir de la tipología establecida por Román Piña Chan (Piña y Oi 1982); el tipo por su acabado de superficie o por el nombre establecido por otros investigadores de la región que a manera de comparación eran similares, algunos nombres de los tipos también coinciden con los establecidos por el PEM y las variantes únicamente se les asignó un numero romano, por ejemplo tenemos el Grupo “Negruzco” del cual tenemos el tipo “Negro alisado” en la variante II. El siguiente paso fue llenar una base de datos en Excel, proporcionada por el PAPACSUM (figura 26), en la cual tenemos los siguientes criterios de análisis: 90

-

Orden de las bolsas.- Se asignaba un número para la bolsa que contenía el material que correspondiera a ese tipo.

-

Clave cerámica.- En este apartado se escribe a que grupo corresponde y que tipo cerámico es, por ejemplo: Grupo “Baño Rojo”: Rojo Pulido.

-

Número total.- Se anotaba la cantidad total de cerámica recuperada del tipo al que correspondía.

-

Engobe.- Este apartado se dividía en dos, con engobe y sin engobe, y se anotaban las cantidades de cerámica que tuvieran o no engobe.

-

Color del engobe.- Este apartado se dividía en 7 secciones que indicaban el color del engobe que se podía ver a simple vista, tenemos los colores: rojo, anaranjado, café, gris, crema, blanco y negro, y se anotaban las cantidades de cerámica que presentaran alguno de estos colores.

-

Acabado de superficie exterior.- Este apartado se dividía en 4 secciones que indicaban que acabado presentaba el material por la parte externa; tenemos los siguientes: bruñido, pulido, escobillado y alisado, y se anotaban las cantidades de cerámica que presentaran alguno de estos acabados.

-

Acabado de superficie interior.- Este apartado se dividía en 4 secciones que indicaban que acabado presentaba el material por la parte interna; tenemos los siguientes: bruñido, pulido, escobillado y alisado, y se anotaban las cantidades de cerámica que presentaran alguno de estos acabados.

-

Color interior.- Se ponía la cantidad de cerámica que presentara alguno de los colores rojo, negro, anaranjado, gris, crema, blanco o café.

-

Color del engobe Munsell.- Se utilizó la tabla de colores de suelo de Munsell para asignar el color del engobe, si aparecían más variantes de color se dividían por dos diagonales, por ejemplo, 10YR 3/1 very dark gray // 7.5YR 4/6 strong brown. También se anotaron los colores de las decoraciones, mencionando que era el color del acabado seguido del color que se identificaba en la tabla Munsell.

-

Color de pasta Munsell.- Se utilizó la tabla de colores de suelo de Munsell para asignar el color de las pastas, si aparecían más variantes de color se dividían por dos diagonales. 91

-

Granulometría.- Este apartado se dividía en 3 secciones que correspondían a la cantidad y el tamaño de los desgrasantes que se podían observar a simple vista y catalogarlos como pastas finas, medias o burdas, también se tomaba en cuenta su porosidad; se anotaban las cantidades de cerámica que tuvieran esa característica.

-

Desgrasantes.- Este apartado se dividía en 4 secciones en las que se anotaba la cantidad de material que presentara desgrasantes orgánicos, inorgánicos, de cerámica o mixtos.

-

Color desgrasantes.- Este apartado incluye las 4 secciones: claro, oscuro, cristalino y ambos, y se anotaban las cantidades de cerámica que presentaran alguno de estos colores.

-

Espesor.- La medida del grosor de la cerámica se tomaba con un vernier, y únicamente se anotaba la cantidad de material que fuera fino (0-0.5 cm), medio (0.6-1 cm), grueso (1-2 cm) o mayor a 2 cm.

-

Tipo de cocción.- En este apartado se anotaban la cantidad de cerámica que presentara una cocción de tipo oxidante o reductora, se revisaban todos los fragmentos y en caso de no poder ver el tipo de cocción, se fragmentaba una pequeña parte para poder observar el núcleo de las pastas.

-

Técnica de manufactura.- Este apartado cuenta con 4 secciones, en las que se anotaba la cantidad de cerámica que fuera elaborada a base de enrollado, modelado, al pastillaje o en torno, esta última la manejamos por los posibles elementos posteriores al contacto o para la cerámica contemporánea.

-

Forma general.- Se tienen registradas 18 formas de las vasijas y una sección más de las formas no identificadas y se anotaba la cantidad de cerámica que correspondiera a alguna de las siguientes formas: ollas, apaxtles, jarra, cuenco, tecomate, cajete, cajete/cuenco trípode, plato, molcajete, comal, malacate, sahumador, candelabro, silbato, pipa, vaso, copa y tejo (Strauss 1973; Fenoglio y Rubio 2004: 105 – 111), estas formas obedecen a los criterios establecidos por el PAPACSUM (Punzo 2013; Punzo et al 2014; Punzo et al 2015).

92

-

Parte de la pieza.- En este apartado hay 5 secciones que conforman las piezas, la sección de bordes que tiene 6 subsecciones (Recto, redondeado, ojiva, biselado interior, biselado exterior y otros (Strauss 1973; Fenoglio y Rubio 2004: 105 – 111)), la sección de cuerpo con 3 con 6 subsecciones (Recto, globular, semi-globular, cuello, silueta compuesta e indefinido), la sección de fondo con 4 subsecciones (Plano, cóncavo, convexo y base anular), la sección de soportes con 7 subsecciones (De asa, cónico largo, cónico corto, cilíndrico, sonaja, de botón y otros (Strauss 1973; Fenoglio y Rubio 2004: 105 - 111)) y la sección de asa con 8 subsecciones (Bordeborde, cuello-cuello, cuello-cuerpo, cuerpo-cuerpo, redondeado, plano, trenzado y acanalado); se anotaba la cantidad de cerámica que correspondiera a alguna de las partes de la vasija, estos criterios obedecen a los establecidos por el PAPACSUM (Punzo 2013; Punzo et al 2014; Punzo et al 2015).

-

Técnica decorativa.- Este apartado cuenta con 13 secciones en las que únicamente se anotaba la cantidad de cerámica que presentara alguna de las siguientes decoraciones: pintado, estucado, pintado y estucado, inciso, esgrafiado, esgrafiado y pintado, punzonado, punzonado y pintura, impresión, al negativo, pintura y al negativo, Pseudo-cloisonné y al pastillaje estos criterios obedecen a los establecidos por el PAPACSUM (Punzo 2013; Punzo et al 2014; Punzo et al 2015).

-

Función.- En este apartado hay 8 secciones en la que se anotaba la cantidad de cerámica que tuviera alguna de las siguientes funciones: servicio de alimentos, preparación de alimentos, almacenamiento, ritual, suntuario, indefinido, tejo y malacate estos criterios obedecen a los establecidos por el PAPACSUM (Punzo 2013; Punzo et al 2014; Punzo et al 2015).

-

Peso.- Se anotaba el peso total del material que se había analizado en gramos.

-

Observaciones.- Se anotaban las características que presentaba cada tipo, además de agregar algunos elementos que no aparecieran en los otros apartados, como el grado de erosión o la cantidad de colores que hay, etc. 93

Figura 26.- Ejemplo de la primera parte de la base de datos. Una vez completado todos los datos de un tipo, se separaron los materiales que coincidían en la pasta (cocción, desgrasantes, granulometría, color), por lo que pudimos obtener las variantes de un mismo tipo y se tomaron las fotografías de cada una, acomodando la mayor cantidad de fragmentos sobre un fondo negro, con una escala y con leyenda de donde pertenecía el material (figura 27), se tomó una fotografía por la parte exterior, una por la interior y una a la pasta, si existían materiales especiales o decorados se tomaban fotografías por separado.

Figura 27.- Ejemplo de la fotografía tomada por la parte exterior de la cerámica, donde se puede apreciar la escala y la leyenda del sitio. Después se seleccionaban los bordes y los materiales decorados, si existían diferentes tipos de bordes para una sola variante, se seleccionaban más de estos para poder dibujarlos; el dibujo fue realizado con lápiz sobre un block de papel milimétrico en el que se agregaba una leyenda la cual contenía los datos del grupo, 94

tipo, variante, que parte de la pieza era y que forma general tenia, la fecha, el diámetro y quien realizó el dibujo (figura 28); también fueron escaneados para poder ser digitalizados en el software de edición Adobe Ilustrator (figura 29).

Figura 28.- Dibujos a lápiz sobre block milimétrico.

Figura 29.- Dibujo digitalizado. El proceso de análisis llevó un tiempo, se analizaron los 1407 fragmentos de cerámica recuperados por el PEM, se tomaron las fotografías y se realizaron los dibujos digitalizados, se guardaron los fragmentos en variantes y en los tipos dentro 95

de una bolsa donde se especificaba el grupo, después se guardaron dentro de una caja que se encuentra actualmente en la bodega del centro INAH Michoacán en Morelia.

5.3.- Tipos cerámicos establecidos A partir del análisis del material, se hicieron algunas comparaciones revisando la bibliografía, con regiones cercanas en las que ya se tienen establecidos algunos tipos cerámicos como la región de Zacapu, Apatzingán y la cuenca de Pátzcuaro, y tenemos establecidos un total de 7 grupos, con 38 tipos cerámicos y sus diferentes variantes: Grupo “Baño rojo” -

Rojo pulido (RP), con 13 variantes.

-

Rojo escobillado (RE), con 9 variantes.

-

Negro sobre rojo (NR), con 3 variantes.

-

Blanco sobre rojo (BR), no hay variantes.

-

Rojo alisado (RA), no hay variantes.

-

Blanco y negro sobre rojo (BNR), no hay variantes.

-

Agropecuaria Negativo sobre rojo (ANR), no hay variantes.

-

Contemporáneo (XX), no hay variantes.

Grupo “Café claro y rojizo” -

Zacapu Café (ZC), con 7 variantes.

-

Café escobillado (CE), con 5 variantes.

-

Café bruñido (CB), no hay variantes.

-

Cherán (CH), con 4 variantes.

-

Café alisado (CA), con 4 variantes.

-

Café esgrafiado (CG), con 3 variantes.

-

Urumbécuaro Rojo Mate (URM), con 3 variantes.

-

Champlevé (CV), no hay variantes.

Grupo “Naranja” 96

-

Naranja pulido (NP), con 6 variantes.

-

Rojo sobre naranja (RN), con 6 variantes.

-

Naranja alisado (NA), con 4 variantes.

-

Naranja pseudoengobe (NS), con 6 variantes.

-

Naranja bruñido (NB), con 2 variantes.

-

Negro sobre naranja (NN), no hay variantes.

-

Rojo y blanco sobre naranja (RBN), no hay variantes.

-

Blanco y negro sobre naranja (BNN), no hay variantes.

-

Tres Palos negativo sobre naranja (TNRN), no hay variantes.

Grupo “Negruzco” -

Negro pulido (NEP), con 5 variantes.

-

Negro bruñido (NEB), con 2 variantes.

-

Negro alisado (NEA), con 4 variantes.

-

Negro escobillado (NES), no hay variantes.

-

Lupe Inciso (LI), no hay variantes.

Grupo “Rojo sobre blanco” -

Tres Palos rojo sobre crema (TRC), con 5 variantes

-

Loma Alta pulido (LAP), con 2 variantes.

-

Crema alisado (CRA), con 3 variantes.

-

Tres Palos tricromo (TPT), no hay variantes.

Grupo “Baño café grisáceo” -

Gris pulido (GP), con 6 variantes.

-

Gris bruñido (GB), con 3 variantes.

-

Gris alisado (GA), con 3 variantes.

Grupo “Baño blanco” -

Blanco alisado (BA), no hay variantes.

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5.3.1.- Descripción del material A continuación se presenta la descripción del material dividido por grupo, por tipo y por variante y fotografías para ejemplificar el tipo cerámico:

Grupo Baño Rojo Este grupo se formó a partir de la identificación de cerámica que presenta un engobe color rojo, del cual podemos encontrar las siguientes tonalidades basadas en la tabla Munsell: 2.5YR 3/6 dark red // 2.5YR 4/4 reddish brown // 2.5YR 4/6 red // 5YR 4/6 yellowish red // 7.5R 3/3 dusky red // 10R 4/6 red // 10R 4/8 red // 10R 4/4 weak red // 10R 4/6 red. También las formas identificadas en este análisis fueron reportadas por Piña Chan y Ohi, quienes utilizaron el nombre “Baño Rojo” para definir un tipo cerámico con formas de cuencos esféricos, ollas de variados cuellos y de cuerpos globulares (Piña y Oi 1982: 81); este grupo está conformado por 8 tipos que presentan el engobe rojo que lo caracterizan: -

Rojo pulido

El tipo “rojo pulido” presenta un engobe color rojo, pulido generalmente por el exterior aunque también hay fragmentos que lo presentan por ambos lados, algunos fragmentos tienen manchas en tonos oscuros probablemente debido al uso o función que tuviera la vasija (figura 30); este tipo cuenta con 13 variantes de pasta:

- Variante I.- Cuenta con una dureza media al igual que su compactación, los desgrasantes son de tamaño mediano y en una cantidad media, son fragmentos delgados con paredes entre 3 y 7 mm, al interior presentan un alisado rugoso y solo hay un fragmento que presenta un decorado punzonado que probablemente tenga la función de preparación de alimentos como molcajete. - Variante II.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media, los desgrasantes son de un tamaño que va de medio a grande habiendo algunos ejemplos con pastas burdas, con una gran cantidad de desgrasantes, al interior presentan un alisado burdo, son más gruesas y no presentan decoración.

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- Variante III.- Cuenta con una dureza alta al igual que su compactación, los desgrasantes son de muy pequeño tamaño y en poca cantidad, son fragmentos delgados y presentan el engobe rojo pulido por ambos lados, solo hay un fragmento decorado por punzonado que probablemente tenga la función de preparación de alimentos como molcajete. - Variante IV.- Cuenta con una dureza media y su compactación es media-baja, los desgrasantes son de un tamaño de medio a grande y en gran cantidad, por el exterior presentan el engobe pero al interior presentan un alisado burdo, no hay decorados. - Variante V.- Cuenta con una dureza media-alta y su compactación es media, los desgrasantes son pocos y de un tamaño pequeño, al interior presenta un alisado rugoso y tiende a tener un tono más grisáceo, no hay decorados. - Variante VI.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media-alta, los desgrasantes son pequeños y en poca cantidad, presenta el engobe rojo pulido por ambos lados, las paredes tienden a ser un poco más rectas y delgadas, no hay decorados. - Variante VII.- Cuenta con una dureza media y de igual manera una compactación, los desgrasantes son de un tamaño que van de los chicos a los medios y en cantidad media, al interior se presenta un alisado rugoso y la pasta tiene como característica un color rojo oscuro, no hay decorados. - Variante VIII.- Cuenta con una dureza media y una compactación media alta, sus desgrasantes son de tamaño medio y en cantidad tiene una media, al interior presenta un engobe rojo pulido y también los hay con un alisado rugoso que tiende más a tener un tono grisáceo, no hay decorados. - Variante IX.- Cuenta con una dureza baja y una compactación media-baja, sus desgrasantes son de pequeño tamaño y en una alta cantidad, por el interior y el exterior presentan un engobe, pero en los ejemplos se encuentra erosionado y da la sensación de estar alisado, no hay decorados. - Variante X.-Cuenta con una dureza media-alta y una compactación alta, los desgrasantes son pequeños y en poca cantidad, algunos ejemplos presentan el engobe rojo por ambos lados, no hay decorados; 99

- Variante XI.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media-alta, los desgrasantes son de pequeño tamaño y cantidad media, el color de la pasta tiende a un rojizo, algunos ejemplos presentan el engobe rojo al interior mientras que otros presentan un alisado, no hay decorados. - Variante XII.- Cuenta con una dureza media-alta y una compactación media-baja, los desgrasantes son pequeños y una cantidad media, al interior se encuentran alisados rugosos y tienden más a tener un tono gris oscuro, no hay decorados. - Variante XIII.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media, los desgrasantes son de un tamaño que va de chicos a medianos y se encuentran en una alta cantidad, también los desgrasantes son de color claro, presentan un grosor mayor y pueden presentar el engobe por el interior o un alisado burdo, no hay decorados.

Figura 30.- Ejemplo del tipo Rojo Pulido, variante II.

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-

Rojo Escobillado

El tipo “rojo escobillado” presenta un acabado de superficie escobillado generalmente por ambos lados, que genera que la pasta sea un poco más burda para la adhesión del engobe color rojo, no existen decorados en este tipo, el material presenta manchas oscuras o huellas de uso de la vasija (figura 31); hay 9 variantes en la pasta pero cabe aclarar que las diferencias entre cada variante es mínima, ya que en algunos casos lo único que cambia es el color tanto en desgrasantes como en la pasta:

- Variante I.- Cuenta con una dureza alta y su compactación es media-alta, los desgrasantes son de mediano tamaño y en una cantidad media. - Variante II.- Cuenta con una dureza alta y su compactación es media-alta, los desgrasantes son de un tamaño que va de los chicos a los grandes en una media cantidad, se asemeja a la variante I de este mismo tipo, la diferencia se puede ver en los desgrasantes. - Variante III.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media, los desgrasantes son de un tamaño que van de los chicos a los de medianos y se presentan en una cantidad media-alta; se asemeja con las variantes I y II del mismo tipo, y se puede diferenciar por los desgrasantes. - Variante IV.- Cuenta con una dureza media y una compactación media, los desgrasantes son de un tamaño que va de los medianos hasta los grandes en una cantidad alta, el dato que llama la atención es que se unieron los fragmentos y la mayoría forman la mitad de una vasija, al parecer un cuenco, es curioso ya que solo una vasija presenta estas características de pasta, algunos fragmentos se unieron. - Variante V.- Cuenta con una dureza en algunos fragmentos baja y en otros mediaalta, su compactación es media, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, se asemeja a la variante II y se diferencia por los desgrasantes y el color de pasta que tiende a ser más oscuro. - Variante VI.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media, los desgrasantes son chicos y en una alta cantidad, se asemeja a la variante V y se

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diferencia un poco con los desgrasantes, también estos fragmentos cuentan con un grosor mayor. - Variante VII.- Cuenta con una dureza y compactación media-baja, los desgrasantes son chicos y en alta cantidad, se diferencian de las demás variantes por sus desgrasantes que tienden a ser más oscuros. - Variante VIII.- Cuenta con una dureza y una compactación altas, los desgrasantes son pequeños y en un muy poca cantidad, esta variante presenta manchas color oscuro probablemente por el uso o función de la vasija. - Variante IX.- Cuenta con una dureza alta al igual que su compactación, los desgrasantes son pequeños y en una cantidad media-baja, se diferencia de las demás variantes por sus desgrasantes que tienden a ser más oscuros, solo hay un fragmento con este tipo de pasta.

Figura 31.- Ejemplo del tipo Rojo Escobillado, variante I.

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-

Negro sobre rojo

El tipo "negro sobre rojo" presenta un engobe rojo, bruñido con pintura negra pos-cocción, en algunos fragmentos es poco visible el engobe ya que tienen un grado mayor de erosión (figura 32). Hay tres variantes de la pasta:

- Variante I.- Presenta una pasta que es de un grosor delgado (menores a 5 mm) y probablemente por esta razón presentan una dureza baja, su compactación es media-baja; en cuanto a los desgrasantes son pequeños pero no al grado de arenas finas, se pueden observar en mediana cantidad y la mayoría son claros, también hay fragmentos que presentan un tipo de desgrasante brilloso probablemente mica o cristales, posiblemente todos los fragmentos de esta variante sean de una misma vasija, puesto que se lograron unir 3 fragmentos y todos los demás coinciden tanto en pasta como en acabado, sin embargo parece que faltan más fragmentos para poder unirlos todos; es de llamar la atención que los fragmentos que casi no se puede ver el engobe rojo, presentan las bandas negras que tienen un grosor de 3 mm pero que no están sobre el engobe sino más bien parecieran marcas de que existió un engobe; las líneas pintadas de negro probablemente estén orientadas vertical y horizontalmente esto se sabe porque en dos fragmentos se pueden ver las líneas dispuestas en formas diferentes, tienen un grosor entre 1 mm y 5 mm. - Variante II.- Presenta una pasta con un mayor grosor, es de una dureza mediaalta y su compactación es media, los desgrasantes que presenta son medianos y en una mediana cantidad, su decoración se ha perdido casi por completo, pero se pueden ver las marcas del decorado y a diferencia de la variante I, este no tiene líneas. - Variante III.- Presenta una pasta con una dureza media-alta y una compactación alta, los desgrasantes son de pequeño tamaño y en poca cantidad, su decorado se puede ver al interior muy erosionado y a diferencia de la variante uno, este no tiene líneas.

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Figura 32.- Ejemplo del tipo Negro sobre rojo, variante I.

-

Blanco sobre rojo

El tipo "blanco sobre rojo" presenta un engobe rojo, bruñido con pintura blanca pos-cocción, en algunos fragmentos es poco visible la decoración, mientras que en otros se presenta como líneas paralelas de un grosor de hasta 3 mm (figura 33); no hay diferencia en color de pasta ni en el engobe, salvo que hay fragmentos que se encuentran más erosionados que otros generando que el engobe se vea cuarteado; son de pequeño tamaño y de paredes delgadas; la dureza de la pasta es baja ya que los fragmentos se rompen con facilidad, su compactación es media; en cuanto a los desgrasantes se puede observar que son de pequeño tamaño y en una cantidad media.

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Figura 33.- Ejemplo del tipo Blanco sobre rojo.

-

Rojo alisado

El tipo "rojo alisado" cuenta con engobe rojo con un mayor grado de erosión, su acabado de superficie es alisado (figura 34); hay dos colores de pasta debido probablemente al tipo de cocción, la pasta presenta una dureza media al igual que su compactación; los desgrasantes son de pequeño tamaño y se encuentran en color claro y oscuro, en una mediana cantidad; no presentan decorados; se guardaron dos fragmentos para la tipología.

Figura 34.- Ejemplo del tipo Rojo Alisado. 105

-

Blanco y negro sobre rojo

El tipo "blanco y negro sobre rojo" cuenta con engobe rojo, bruñido que presenta pintura negra pos-cocción y probablemente pintura o estuco color blanco intercalados generando bandas diagonales que tienen un grosor entre 0.6 y 1.5 cm, el acabado de superficie previo al engobe es muy irregular por lo que se ve un engobe que presenta estrías como si fuera de mala calidad, al interior se ve un grado mayor de erosión (figura 35); en cuanto a la pasta tiene una dureza alta, su compactación igualmente es alta, los desgrasantes que presenta son medianos pero se puede observar alrededor del fragmento, desgrasantes gruesos y algunos huecos de posibles desgrasantes orgánicos, aunque se presentan en mediana cantidad. No hay variantes de pasta y en cuanto al color, solo tiende a ser más claro al igual que el engobe.

Figura 35.- Ejemplo del tipo blanco y negro sobre rojo.

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Agropecuaria negativo sobre rojo

El tipo “Agropecuaria negativo sobre rojo”* fue definido por Dominique Michelet (1993: 150) para la cuenca de Zacapu y se retomó ya que en el manual visual de Hellen Pollard (2007) el material presenta una similitud, habrá que revisar las características de las pastas para poder establecerlo como tal. El material presenta un engobe rojo bruñido y característico de este tipo es la presencia de la técnica al negativo sobre la superficie (figura 36). La pasta tiene una dureza media-alta y una compactación media, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, tienden a ser de color oscuro, la decoración al negativo no presenta formas definidas, sin embargo se pueden identificar líneas y espacios donde se procuró dejar el negativo.

Figura 36.- Ejemplo del tipo Agropecuaria negativo sobre rojo.

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Contemporáneo

El tipo “contemporáneo” presenta un ligero pulido por la parte exterior y un alisado por la interior, su manufactura es en torno (figura 37); la dureza de la pasta es alta y su compactación es media, presenta desgrasantes pequeños y en gran cantidad, por su composición se asemeja a los tabiques de construcción, también hay fragmentos que cuentan con barniz lo que le da un brillo mayor.

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Figura 37.- Ejemplo del tipo Contemporáneo.

GRUPO CAFÉ CLARO Y ROJIZO Este grupo lleva por nombre dos tipos que fueron identificados por Román Piña Chan y Kuniaki Ohi, el Café Claro y el Café Rojizo, el primero se utilizó para definir a la cerámica con formas en las que destacan ollas, cuencos esféricos, platos trípodes con soportes cónicos y soportes de botón (Piña y Oi 1982: 80), para el segundo las formas destacan los cuencos sencillos con decoración incisa o con pastillaje (Piña y Oi 1982: 80); se juntaron los dos nombres ya que la característica principal identificada para el material era el engobe color café que presenta diferentes tonalidades basadas en la tabla Munsell: 2.5YR 3/1 dark reddish brown // 2.5YR 4/4 reddish brown // 5YR 3/1 very dark gray // 5YR 4/3 reddish brown// 5YR 4/4 reddish brown // 5YR 5/6 yellowish red // 7.5YR 3/1 very dark gray // 7.5YR 5/2 brown 7.5YR 5/4 brown // 10YR 4/3 brown // 10YR 5/3 brown // 10YR 5/4 yellowish Brown // 10YR 6/3 pale brown. Además las formas que se identificaron en el análisis, correspondían con las descritas en la primera tipología; para este grupo se identificaron 8 tipos:

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Zacapu Café

El tipo “Zacapu café” fue definido por Dominique Michelet (1993: 151) para la cuenca de Zacapu y se retomó ya que en el manual visual de Hellen Pollard (2007), el material es similar, habrá que revisar las características de las pastas para poder establecerlo como tal. El material presenta un engobe café que va desde tonos claros hasta oscuros y rojizos, por lo general se encuentra pulido por el exterior, mientras que por el interior se puede observar que hay fragmentos que están alisados, probablemente por el uso o función de la vasija (figura 38). Dentro de este tipo se encontraron 7 variantes de pastas:

- Variante I.- Cuenta con una dureza media-alta y una compactación media, los desgrasantes tienen un tamaño que va del pequeño al mediano y en una mediana cantidad. Hay un borde evertido plano y 3 fragmentos que presentan decoración al pastillaje, parece haber tenido algún tipo de botones, los cuales se perdieron y solo se puede observar la parte erosionada donde pudieron estar, además también hay un soporte cónico chico que presenta punzonado, pero este va más en función de preparación de alimentos como un molcajete, que de decoración. Tiene una similitud en cuanto a pastas con la variante I y II del tipo “rojo escobillado” así como con la variante I del tipo “rojo pulido”. - Variante II.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media, los desgrasantes son pequeños que tienden a ser oscuros y en gran cantidad. Hay 3 fragmentos que cuentan con un punzonado, que va más en función de preparación de alimentos como molcajetes y uno de estos es un soporte cónico grande. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante IX y con el tipo “rojo escobillado” en sus variantes VI y VII. - Variante III.- Cuenta con una dureza de pasta alta y una compactación media, los desgrasantes los hay en tamaño mediano y unos pocos con desgrasantes de tamaño grande, pero todos los tienen en gran cantidad, por lo general tienden a ser de un color más claro. No hay decorados en esta variante. Tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante XIII.

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- Variante IV.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media – baja, los desgrasantes son pequeños en mediana cantidad, la pasta tiene un color más oscuro probablemente por el uso o función de las vasijas. No hay decorados en esta variante. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante XII. - Variante V.- Cuenta con una dureza de pasta media y una compactación de igual manera media, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, la característica de esta pasta es que tiende a ser de un color rojizo y los desgrasantes son oscuros. Esta pasta es muy similar a la del tipo “rojo pulido” en su variante VII. - Variante VI.- Cuenta con una dureza alta y una compactación de igual manera alta, los desgrasantes son de muy pequeño tamaño y en poca cantidad por esta razón es que estos fragmentos tienen una granulometría fina. No hay decorados, pero hay dos fragmentos que son soportes de base anular y un fragmento que parece tener un punzonado, pero esta erosionado y no se puede distinguir. Esta pasta es muy similar con la del tipo “rojo escobillado” en su variante VIII, este tipo de pastas son de granulometría fina y casi no presentan desgrasantes. - Variante VII.- Presenta una dureza media – baja y una compactación media, los desgrasantes son pequeños en mediana cantidad, no hay decorados, y la característica de los fragmentos es que son de paredes delgadas. Esta pasta es muy similar a la del tipo “blanco sobre rojo”.

Figura 38.- Ejemplo del tipo Zacapu Café, variante I. 110

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Café Escobillado

El tipo “café escobillado” presenta un engobe color café que presenta varios tonos en café claro y oscuro, se encuentra escobillado generalmente por ambos lados, el engobe parece de mala calidad ya que en muchos fragmentos se encuentra erosionado o poco visible (figura 39). Dentro de este tipo se identificaron 5 variantes de pasta: - Variante I.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media – baja, los desgrasantes los hay de un tamaño que va desde los chicos hasta los grandes y en una gran cantidad, no hay decorados en esta variante. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante V y VI, también con el tipo “rojo pulido” en su variante IV. - Variante II.- Cuenta con una dureza alta y una compactación de igual manera alta, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, no hay decorados en esta variante. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo pulido en su variante V y con el tipo “rojo escobillado” en su variante II; - Variante III.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media, los desgrasantes son pequeños y en una gran cantidad, tienden a ser de color claro, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante XIII. - Variante IV.- Cuenta con una dureza alta y una compactación de igual manera alta, los desgrasantes son de un tamaño que va de los medianos a los grandes en una mediana cantidad, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante I y con el tipo “rojo pulido” en su variante VIII. - Variante V.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media-baja, los desgrasantes son de un tamaño que va de los pequeños a los medios en mediana cantidad, no hay decorados, todos los fragmentos parecen ser parte de una misma vasija ya que se pudieron unir dos fragmentos. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante III y con el tipo “rojo pulido” en su variante XII.

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Figura 39.- Ejemplo del tipo Café Escobillado, variante I.

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Café Bruñido

El tipo “café bruñido” presenta un engobe café en tonos oscuros y en rojizo, cuenta además con un bruñido tanto por el exterior como por el interior, al tacto tienen una textura suave (figura 40). No tiene variante de pastas y tampoco cuenta con decoración; la pasta presenta una dureza alta al igual que su compactación, los desgrasantes son inorgánicos, de un color claro en su mayoría, de pequeño tamaño y en poca cantidad, por tanto la pasta tiene una granulometría fina.

Figura 40.- Ejemplo del tipo Café Bruñido. 112

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Cherán (Estucado y pintado)

El tipo “Cherán” presenta un engobe café en tonos oscuros y rojizos bruñido por ambos lados, sobre el lado exterior se adhiere una capa de estuco con pigmentos en diferentes colores como son rojo, rosa y blanco (para las muestras que se han recuperado para Tingambato) (figura 41). Dentro de este tipo se encontraron 4 variantes en la composición de las pastas y en el acabado:

- Variante I.- Cuenta con una dureza media-alta y una compactación alta, los desgrasantes son pequeños y en poca cantidad, la decoración es estucada - pintada en tonos rojos y rosas, sin embargo no se pueden definir formas ya que se encuentra deteriorado. La pasta tiene una similitud con el tipo “café bruñido”. - Variante II.- Cuenta con una dureza media – alta y una compactación media, los desgrasantes son pequeños en gran cantidad, tienden a ser de un color oscuro, la decoración es estucada – pintada en tonos rojo, rosa y blanco, no hay formas definidas. La pasta tiene una similitud con el tipo “café esgrafiado” en su variante I. - Variante III.- Cuenta con una dureza media y una compactación media, los desgrasantes son medianos y se encuentran en mediana cantidad, tienden a ser de un color claro, le decoración es estucada – pintada en tonos rojo, rosa y blanco, no hay formas definidas. - Variante IV.- Cuenta con una dureza media y una compactación media, los desgrasantes son pequeños en una mediana cantidad, la característica que diferencia a esta variante es su color rojo en el engobe, la decoración es estucada– pintada en tono rojo, rosa y blanco, se alcanza a apreciar una línea que limita una forma no definida en la cual se aprecia un medio circulo. La pasta tiene similitud con el tipo “café esgrafiado” en su variante I.

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Figura 41.- Ejemplo del tipo Cherán, variante I.

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Café alisado

El tipo “café alisado” presenta un engobe erosionado en tonos café rojizo, alisado en su mayoría por ambos lados (figura 42). Dentro de este tipo se pudieron identificar 4 tipos de pasta:

- Variante I.- Cuenta con una dureza alta y su compactación es media, los desgrasantes son pequeños en gran cantidad y tienden a ser de color oscuro; hay dos fragmentos que presentan un punzunado que va más como función de molcajete que como decoración. Este tipo de pasta es similar a la del tipo “rojo alisado”, al igual que con el tipo “rojo pulido” en las variantes I y XI. - Variante II.- Cuenta con una dureza media-alta y su compactación es media, los desgrasantes que presenta se encuentran desde tamaño pequeño hasta mediano y en cantidad media; hay dos fragmentos que presentan punzonado, uno parece más en función de molcajete mientras que el otro pareciera decoración, también hay un fondo que presenta por su lado exterior la evidencia de un soporte, probablemente cónico, pero que se perdió. Este tipo de pasta es similar a la del tipo “rojo pulido” en su variante V y al tipo “rojo escobillado” variante I.

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- Variante III.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media-baja, los desgrasantes son un poco más grandes que la media y los hay en gran cantidad, son de un color claro, y solo hay un fragmento con estas características y es similar al tipo “rojo pulido” en su variante XIII. - Variante IV.- Presenta una dureza alta y una compactación de igual manera alta, los desgrasantes son pequeños y en poca cantidad, este tipo de pasta es similar al tipo “rojo escobillado” en su variante VIII.

Figura 42.- Ejemplo del tipo Café Alisado, variante I.

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Café esgrafiado

El tipo “café esgrafiado” presenta un engobe café en tonos claros, rojizos y oscuros, el cual esta pulido y en algunos casos hasta bruñido, tanto por el exterior como por el interior, la característica de este tipo es el esgrafiado que presenta (figura 43); hay tres variantes de pasta:

- Variante I.- Presenta una dureza que va desde la baja hasta la media ya que son fragmentos de un grosor fino, presentan una compactación alta, los desgrasantes son chicos y en poca cantidad, este tipo de pasta es similar a la variante III del tipo “rojo pulido”. La decoración esgrafiada que presenta es en líneas paralelas creando

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figuras geométricas como triángulos, rectángulos y segmentos de cuadrados, además de otras figuras que no se pueden definir. - Variante II.- Cuenta con una dureza media-alta y una compactación media, los desgrasantes son de un mediano tamaño y en cantidad media, este tipo de pasta es similar al tipo “rojo pulido” variante V. El esgrafiado que presenta esta variante es muy diferente a la anterior ya que las líneas que presenta no forman figuras geométricas, solo están paralelas y solo un fragmento presenta varias líneas, además el esgrafiado que presentan es al interior y no al exterior. - Variante III.- Cuenta una dureza media- baja y una compactación media, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad; la decoración esgrafiada que presenta también es diferente ya que unos trazos son más burdos y en otro se presentan muy finos, no hay formas definidas, y solo en un fragmento se pueden identificar más de una línea. Esta pasta tiene similitud con la pasta del tipo “rojo alisado” así como con la variante XI del tipo “rojo pulido”.

Figura 43.- Ejemplo del tipo Café Esgrafiado.

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Urumbecuaro rojo mate * (Rojo sobre café)

El tipo “Urumbecuaro rojo mate” fue definido por Dominique Michelet (1993: 150) para la cuenca de Zacapu y se retomó ya que en el manual visual de Hellen Pollard (2007) el material es similar, habrá que revisar las características de las pastas para poder establecerlo como tal. El material presenta un engobe café en tonos claros y oscuros, bruñido en algunos fragmentos mientras en otros solo esta pulido al exterior, mientras que por el interior algunos presentan alisado y otros pulido, característico es la decoración pintada en color rojo en forma de bandas con algunos diseños (figura 44). Este tipo tiene 3 variantes de pasta:

- Variante I.- Presenta una dureza alta y su compactación es media, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad. La decoración pintada de esta variante es en líneas de 1 a 2 cm de grosor, dispuestas horizontalmente sobre el borde y el cuerpo de la vasija. Esta variante tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante VII así como también con el tipo “rojo escobillado” en la variante IX, estos dos tipos presentan desgrasantes color negro pequeños. - Variante II presenta una dureza baja y una compactación media, sus desgrasantes son pequeños y en gran cantidad. La decoración pintada presenta líneas de 4 mm a 1 cm de grosor, que forman algunas figuras como un tejido y una silueta en forma de “S”. Esta variante tiene similitud con el tipo “blanco sobre rojo” y con la variante XIII del tipo “rojo pulido”. - Variante III presenta una dureza media-alta y su compactación es media, los desgrasantes que presenta son pequeños y medianos en poca cantidad. La decoración pintada presenta líneas de 5 mm a 1 cm de grosor, solo hay un borde en el que se ve la línea dispuesta horizontalmente, otro fragmento presenta la pintura roja junto a un punzonado. Esta variante tiene similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante II, los tres fragmentos se guardaron para la tipología.

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Figura 44.- Ejemplo del tipo Urumbécuaro Rojo Mate, variante I.

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Champlevé

El tipo “Champlevé” presenta un engobe café oscuro que tiende a ser un poco más claro, con un acabado de superficie bruñido esgrafiado por el exterior, mientras que por el interior solo presenta el bruñido (figura 45); en un solo fragmento se puede apreciar pintura en un tono verde grisáceo dentro del esgrafiado, este tipo de decoración es conocida como champlevé. No hay variantes en este tipo de pasta; los fragmentos cuentan con una dureza alta y su compactación es de igual manera alta, en cuanto a los desgrasantes son inorgánicos de un color claro, de pequeño tamaño y en poca cantidad, generando que la pasta tenga una granulometría fina. La decoración esgrafiada y pintada se presenta en líneas paralelas horizontalmente de diferentes grosores (de 1 y de 4 mm) y en la decoración únicamente esgrafiada se presenta en líneas horizontal y vertical (de 1 a 2 mm) generando algunos diseños que no pueden ser definidos. Este tipo de pasta es similar a las del grupo “Baño rojo” en el tipo “rojo pulido” variante III, los 3 fragmentos se guardaron para la tipología.

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Figura 45.- Ejemplo del tipo Champlevé.

GRUPO NARANJA Este grupo se caracteriza por la presencia de un engobe color naranja en diferentes tonalidades identificadas a partir de la tabla Munsell: 2.5YR 3/6 dark red // 2.5YR 4/8 red // 2.5YR 5/6 red // 2.5YR 5/8 red // 5YR 4/6 yellowish red // 5YR 5/6 yellowish red // 5YR 6/6 reddish yellow // 7.5YR 6/4 reddish yellow// 7.5YR 6/6 reddish brown // 7.5YR 7/6 reddish yellow // 10R 3/6 dark red // 10YR 7/4 verypale brown; lleva por nombre el tipo “Naranja”, que se identificó en la cerámica con formas de ollas y cuencos sencillos, aunque también está el tipo “Naranja Pintado” descrito por Román Piña Chan y Kuniaki Ohi (1982: 81) en el que la característica podría ser la presencia de pigmentos, pero no está descrito como tal solamente mencionan las formas características como tazones o cuencos (Piña y Oi 1982: 81); estas formas están presentes en los 9 tipos identificados en el análisis: -

Naranja pulido

El tipo “naranja pulido” presenta un engobe en tonos naranja y rojizo, mientras que el acabado de superficie es pulido por el exterior, mientras que por el interior se puede encontrar también pulido o alisado (figura 46). Se identificaron 6 variantes de la pasta: 119

- Variante I.- Cuenta con una dureza de pasta alta y una compactación media-alta, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, tienden a ser de un color oscuro; hay tres bordes que posiblemente pueden ser “apaxtles” además hay un fragmento que cuenta con técnica al pastillaje formando una línea semi-ondulada horizontal. La pasta tiene una similitud con el tipo “Zacapu café” en su variante II, con el tipo “rojo alisado”, con el tipo “rojo pulido” en su variante VII, con el tipo “rojo escobillado” en sus variantes VII y IX. - Variante II.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media, los desgrasantes son de un tamaño pequeño y mediano y en una mediana cantidad; hay un fragmento que presenta líneas esgrafiadas horizontales. La pasta tiene una similitud con el tipo: “rojo escobillado” en su variante VI, con el tipo “rojo pulido” en sus variantes I y V, con el tipo “café escobillado” en su variante IV. - Variante III.- Cuenta con una dureza media – alta y una compactación media, los desgrasantes son pequeños en poca cantidad; hay un fragmento que presenta un punzonado, a diferencia de otros, este se encuentra por el exterior dando la impresión de ser algún diseño decorativo. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante XI y con el tipo “café escobillado” en su variante II. - Variante IV.- Cuenta con una dureza media y una compactación media-alta, los desgrasantes son pequeños y en muy poca cantidad por tal razón fueron considerados en su granulometría de pastas finas; hay un fragmento que cuenta con un agregado al pastillaje en forma posiblemente de botón. La pasta tiene una similitud con el tipo “café alisado” en su variante IV, con el tipo “rojo escobillado” en su variante VIII. - Variante V.- Cuenta con una dureza media – alta y una compactación media, los desgrasantes son pequeños y medianos en una cantidad media – alta, se caracterizan por ser de un color más claro; hay un fragmento que cuenta con un esgrafiado horizontal. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante V, con el tipo “café alisado” en su variante III, con el tipo “rojo pulido” en su variante XIII, con el tipo “Zacapu café” en su variante III. - Variante VI.- Cuenta con una dureza de pasta media y una compactación baja, los desgrasantes son medianos y grandes, por tal razón fueron considerados como 120

gruesos en su granulometría; no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante VIII.

Figura 46.- Ejemplo del tipo Naranja Pulido, variante I.

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Rojo sobre naranja

El tipo “rojo sobre naranja” presenta un engobe color naranja - rojizo en algunos casos se encuentra muy erosionado, el cual lleva un acabado de superficie pulido por el exterior, mientras que por el interior puede presentarse un alisado o un pulido, se puede identificar algunos elementos decorativos como punzonados, pintura, técnica al negativo, inciso, esgrafiado e impresión (figura 47). Dentro de este tipo se identificaron 6 variantes de pasta:

- Variante I.- Cuenta con una dureza media-alta y una compactación media, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, tienden a ser de un color oscuro, en algunos fragmentos se identificó decoración al negativo (uno de ellos es un tejo), hay un fragmento inciso y uno esgrafiado, se identificó un fragmento con punzonado que va más en función de molcajete que de decoración y también se identificó un fragmento con técnica de impresión. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo

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escobillado” en sus variantes VI, con el tipo “café alisado” en su variante I, con el tipo “rojo pulido” en sus variantes VIII, con el tipo “Zacapu café” en su variante II. - Variante II.- Cuenta con una dureza es media y la compactación es de igual manera media, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, tienden a ser un poco más claros, se identificó un fragmento con técnica al negativo así como dos fragmentos con pintura roja en forma de líneas paralelas de 4 a 5 mm de grosor. La pasta tiene una similitud con el tipo “Zacapu café” en su variante III, con el tipo “café escobillado” en su variante III, con el tipo “rojo pulido” en su variante XIII. - Variante III.- Cuenta con una dureza de pasta media y una compactación mediaalta, los desgrasantes son pequeños y en mediana cantidad, hay fragmentos que presentan un punzonado pero que va más en función de molcajete que de decoración, también hay un fragmento con decoración esgrafiada, se encuentra horizontalmente en forma de zigzag formando una esquina de un triángulo, también hay un fragmento que presenta incisiones. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante VIII. - Variante IV.- Cuenta con una dureza de pasta media – alta y su compactación es alta, los desgrasantes son pequeños y en muy poca cantidad, hay un fragmento inciso con líneas horizontales, también hay uno con punzonado que va más en función de molcajete que de decoración. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante X, con el tipo “rojo escobillado” en su variante IX. - Variante V.- Cuenta con una dureza media – baja y una compactación media, los desgrasantes son de un tamaño que va de los pequeños a los medios y en una mediana cantidad, las paredes de la mayoría son delgadas (menor a 5 mm), solo hay un fragmento que presenta un punzonado en forma de pequeños círculos en línea horizontal. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante III. - Variante VI.- Cuenta con una dureza alta y una compactación igualmente alta, los desgrasantes son pequeños y en muy poca cantidad, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante VIII y con el tipo “café alisado” en su variante IV.

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Figura 47.- Ejemplo del tipo Rojo sobre naranja, variante I.

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Naranja alisado

El tipo “naranja alisado” presenta un engobe naranja de mala adhesión, que se encuentra erosionado o muy desgastado, el acabado de superficie es alisado, generalmente por ambos lados (figura 48). Dentro de este tipo se identificaron 4 variantes de pasta:

- Variante I.- Cuenta con una dureza de pasta alta y una compactación de igual manera alta, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, tienden a ser de un color más oscuro, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “café escobillado” en su variante I, con el tipo “rojo escobillado” en su variante VII y IX y con el tipo “rojo alisado”. - Variante II.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media- alta, los desgrasantes son medianos y los hay en una mediana cantidad, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “Zacapu café” en su variante I, con el tipo “rojo pulido” en su variante V y VI, con el tipo “rojo escobillado” en su variante VI. - Variante III cuenta con una dureza media – alta y una compactación media – baja, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, tienden a ser de un color oscuro,

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no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante II, con el tipo “rojo alisado”, con el tipo “rojo pulido” en su variante I. - Variante IV.- Cuenta con una dureza de pasta media y una compactación alta, los desgrasantes son pequeños y en muy poca cantidad, por tal razón estos fragmentos son considerados finos en su granulometría, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante X y con el tipo “Zacapu café” en su variante VII.

Figura 48.- Ejemplo del tipo Naranja Alisado, variante I.

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Naranja Pseudoengobe

El tipo “naranja pseudoengobe” presenta un engobe naranja de mala calidad ya que no se adhirió correctamente a la pasta, generando así una sensación de estar erosionado, el acabado es alisado, generalmente, por ambos lados (figura 49). Dentro de este tipo se identificaron 6 variantes de la pasta:

- Variante I.- Cuenta con una dureza media - alta y una compactación media, los desgrasantes son pequeños y en mediana cantidad, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante II, con el tipo “rojo escobillado” en su variante VI y con el tipo “café alisado” en su variante II. 124

- Variante II.- Cuenta con una dureza media – baja y su compactación es media, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, no hay decorados, pero hay un fragmento que presenta punzonado que va más en función de preparación de alimentos como molcajete que de decoración. La pasta tiene una similitud con el tipo “café escobillado” en su variante IV, con el tipo “Zacapu café” en su variante II, con el tipo “rojo escobillado “en su variante VII y con el tipo “rojo alisado”. - Variante III.- Cuenta con una dureza media-alta y una compactación media, los desgrasantes son pequeños y en mediana cantidad, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “Zacapu café” en su variante IV, con el tipo “rojo pulido” en su variante IX, con el tipo “rojo escobillado” en su variante VI. - Variante IV.- Cuenta con una dureza media y una compactación media-alta, los desgrasantes son chicos y medianos en una cantidad media, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “café escobillado” en su variante II, con el tipo “rojo pulido” en su variante V y con el tipo “café alisado” en su variante II. - Variante V.- Cuenta con una dureza alta y baja con una compactación alta, los desgrasantes los hay en tamaño que va de los medios a los grandes y en gran cantidad, tienden a ser de un color más claro, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “Zacapu café” en su variante III y con el tipo “rojo pulido” en su variante XIII. - Variante VI.- Cuenta con una dureza media y una compactación alta, los desgrasantes son pequeños y en poca cantidad, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante VIII y con el tipo “café alisado” en su variante IV.

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Figura 49.- Ejemplo del tipo Naranja Pseudoengobe, variante I.

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Naranja Bruñido

El tipo “naranja bruñido” presenta un engobe naranja en diferentes tonos, el cual se encuentra bruñido por ambos lados (figura 50). Hay dos fragmentos con este tipo de acabado los cuales tienen diferentes tipos de pasta: - Variante I.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media – alta, los desgrasantes son medianos en una cantidad media- alta, es un borde de media ojiva, el cual presenta un grosor mayor de 2 cm, también se pueden observar algunas manchas en tonos rojizos. La pasta tiene una similitud con el tipo “café alisado” en su variante III, con el tipo “rojo pulido” en su variante XIII, con el tipo “café escobillado” en su variante III. - Variante II.- Cuenta con una dureza alta y de igual manera una compactación, los desgrasantes son pequeños y en mediana cantidad, el único fragmento de este tipo es una pipa de 6.5 cm de largo fragmentada en ambos lados, también se puede observar el orificio al centro, no presenta decoración. La pasta tiene una similitud con el tipo “café alisado” en su variante I, con el tipo “rojo pulido” en su variante XI, con el tipo “naranja psuedoengobe” en su variante III.

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Figura 50.- Ejemplo del tipo Naranja Bruñido, variante I.

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Negro sobre naranja

El tipo “negro sobre naranja” presenta un engobe naranja poco pulido por el exterior mientras que por el interior se encuentra alisado, en la parte exterior se decoró con pintura negra postcocción (figura 51). La pasta tiene una dureza baja y una compactación media, los desgrasantes son pequeños en gran cantidad, tienden a ser de un color oscuro, la decoración es a base de pintura negra con diseños que no se pueden definir ya que se encuentra desgastada por la erosión. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante I.

Figura 51.- Ejemplo del tipo Negro sobre naranja. 127

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Rojo y blanco sobre naranja.

El tipo “rojo y blanco sobre naranja” presenta una decoración de pintura roja y blanca sobre un engobe naranja pulido al exterior, mientras que por el interior se encuentra alisado (figura 52). La decoración esta intercalada, pero no se puede definir algún motivo. La pasta cuenta con una dureza alta y una compactación media, los desgrasantes son medianos y en una mediana cantidad, tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante VIII y X, así como con el tipo “rojo escobillado” en su variante I.

Figura 52.- Ejemplo del tipo Rojo y blanco sobre naranja.

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Blanco y negro sobre naranja

El tipo “blanco y negro sobre naranja” presenta una decoración de pintura negra y blanca sobre un engobe naranja bruñido, que se presenta por ambos lados (figura 53). La decoración de la pintura negra se puede apreciar en líneas horizontales paralelas mientras que la blanca no tiene una forma definida y se encuentra en la parte superior casi sobre el borde. La pasta cuenta con una dureza alta y una compactación media, los desgrasantes son chicos y en poca cantidad, tiene una similitud con el tipo “Negro sobre rojo” en su variante III así como con el tipo “rojo escobillado” en su variante VIII.

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Figura 53.- Ejemplo del tipo Blanco y negro sobre naranja.

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Tres palos negativo y rojo sobre naranja

El tipo “Tres palos negativo y rojo sobre naranja” fue definido por las características similares a las identificadas por Dominique Michelet (1993: 151) para la cuenca de Zacapu y que Hellen Pollard (2007) lo presenta en su catálogo visual como el tipo “Tres palos negativo y rojo sobre crema”, habrá que revisar las características de las pastas para poder establecerlo como tal. Este tipo presenta una decoración al negativo combinada con pintura roja sobre un engobe naranja claro, el cual se encuentra pulido por ambos lados (figura 54). La decoración de pintura roja se presenta en bandas horizontales intercaladas con la decoración al negativo que, por su forma, parecen ser ondulaciones que forman algún diseño que no se puede definir. Solo hay un fragmento con estas características. La pasta cuenta con una dureza alta y una compactación media, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, tiene una similitud con el tipo “Zacapu café” en su variante II y con el tipo “Café alisado” en su variante I.

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Figura 54.- Ejemplo del tipo Tres Palos negativo y rojo sobre naranja.

GRUPO NEGRUZCO Este grupo se caracteriza por la presencia de un engobe color negro que presenta diferentes tonalidades identificadas en la tabla Munsell: 2.5Y 2.5/1 black // 2.5Y 3/1 very dark // 2.5YR 3/2 dusky red // 2.5Y 4/1 dark gray // 5YR 3/1 very dark gray // 7.5YR 2.5 black // 7.5YR 3/2 dark Brown // 10YR 3/1 very dark gray // 10YR 4/2 dark grayish brown; lleva por nombre el tipo “Negruzco”, de la primera tipología establecida por Piña Chan y Ohi, en el que predominan las ollas de cuellos cortos, rectos y divergentes (Piña y Oi 1982: 81) y en el material analizado se pudieron identificar fragmentos con estas características y se definieron 5 tipos: -

Negro Pulido

El tipo “negro pulido” presenta un engobe color negro que tiene un acabado de superficie pulido por el exterior, mientras que por el interior generalmente tiende a ser alisado (figura 55). Hay 4 variantes de pasta:

- Variante I.- Cuenta con una dureza media-alta y una compactación baja, los desgrasantes son medianos en una alta cantidad, no hay decorados. La pasta tiene

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una similitud con el tipo “naranja pulido” en su variante VI, con el tipo “rojo pulido” en su variante II, con el tipo “Zacapu café” en su variante IV. - Variante II.- Cuenta con una dureza media y una compactación de igual manera media, los desgrasantes son pequeños en poca cantidad, hay un fragmento que presenta incisiones sobre la orilla del borde intercalado. La pasta tiene similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante I, con el tipo “naranja alisado” en su variante IV, con el tipo “rojo pulido” en su variante VI y con el tipo “café escobillado” en su variante II. - Variante III.- Cuenta con una dureza de pasta media y una compactación mediaalta, los desgrasantes son medianos y en gran cantidad, tienden a ser de un color más claro, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “café alisado” en su variante III, con el tipo “rojo sobre naranja” en su variante II, con el tipo “rojo pulido” en su variante XIII y con el tipo “Zacapu café” en su variante III. - Variante IV.- Cuenta con una dureza media – baja y su compactación es media, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, tienden a ser de un color oscuro, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante VI, con el tipo “café alisado” en su variante I, con el tipo “rojo sobre naranja” en su variante I, con el tipo “naranja alisado” en su variante I y con el tipo “rojo pulido” en su variante VII.

Figura 55.- Ejemplo del tipo Negro Pulido, variante I. 131

-

Negro Bruñido

El tipo “negro bruñido” presenta un engobe negro que en algunos casos los tonos son de un color café oscuro, con un acabado de superficie bruñido por ambos lados (figura 56). Hay dos variantes de la pasta: - Variante I.- Cuenta con una dureza media – baja y una compactación media, los desgrasantes son muy pequeños, en algunos fragmentos apenas son visibles y se encuentran en poca cantidad, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “café bruñido”, con el tipo “Champlevé”, con el tipo “café esgrafiado” y con el tipo “Zacapu café” en su variante VI. - Variante II.- Cuenta con una dureza de pasta media-alta y una compactación es media, los desgrasantes son de un tamaño medio y en una cantidad que va de la media a la alta, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo sobre naranja” en su variante II, con el tipo “Naranja bruñido” en su variante I.

Figura 56.- Ejemplo del tipo Negro Bruñido, variante I.

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-

Negro Alisado

El tipo “negro alisado” presenta un engobe negro erosionado por tal motivo se presenta como un alisado el acabado de superficie por ambos lados, también da la impresión de que la función de este tipo era para la preparación de alimentos ya que el material se presenta la mayor parte quemado (figura 57). Hay 4 variantes de la pasta:

- Variante I.- Cuenta con una dureza de pasta media y una compactación baja, los desgrasantes son pequeños y en una cantidad que va de la media a la alta, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “naranja pulido” en su variante II, con el tipo “rojo escobillado” en su variante I, con el tipo “rojo pulido” en su variante V y al tipo “café escobillado” en su variante I. - Variante II.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media-alta, los desgrasantes son de un tamaño que van de los medios a los grandes en una mediana cantidad, tienden a ser de un color más claro, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo sobre naranja” en su variante II, con el tipo “Café alisado” en su variante III. - Variante III.- Cuenta con una dureza de pasta media – alta y una compactación baja, los desgrasantes son medianos y los hay en gran cantidad, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variantes II y XII. - Variante IV.- Cuenta con una dureza alta y una compactación muy baja, los desgrasantes son pequeños y en poca cantidad, la característica de esta variante es el color de la pasta, es de color gris claro, no hay decorados.

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Figura 57.- Ejemplo del tipo Negro Alisado, variante I.

-

Negro Escobillado

El tipo “negro escobillado” presenta un engobe que aparentemente es negro pero que podría ser de algún otro color ya que por el uso de la vasija se haya podido modificar el color, el acabado de superficie es escobillado erosionado por ambos lados (figura 58). La pasta cuenta con una dureza alta y una compactación baja, los desgrasantes los hay desde tamaño pequeño hasta los grandes y se encuentran en una mediana cantidad, la pasta tiene una textura muy porosa, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante III y con el tipo “rojo pulido” en su variante II.

Figura 58.- Ejemplo del tipo Negro Escobillado. 134

-

Lupe Inciso

El tipo “Lupe Inciso” fue definido por Dominique Michelet (1993: 153) para la cuenca de Zacapu y se retomó ya que en el manual visual de Hellen Pollard (2007), el material es similar, habrá que revisar las características de las pastas para poder establecerlo como tal. El tipo presenta un engobe negro bruñido por ambos lados con decoración incisa que se presenta en líneas y en figuras geométricas (triángulos), mientras que la pasta cuenta con una dureza media – alta y una compactación alta, los desgrasantes son pequeños en poca cantidad (figura 59). La pasta tiene una similitud con el tipo “café esgrafiado” en su variante I, con el tipo “café bruñido” y con el tipo “Champlevé”. A manera particular, este tipo podría ser del mismo tipo que el “café esgrafiado” ya que tanto las características de las pastas como los diseños de la decoración son similares, la única diferencia predomina en el color de los engobes ya que para Lupe Inciso es color negro y en Café Esgrafiado es café, pero probablemente sea debido al tipo de cocción o uso de la vasija por lo que tomó otro tono de color, aquí se remarca esta característica.

Figura 59.- Ejemplo del tipo Lupe Inciso.

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GRUPO ROJO SOBRE BLANCO El material se agrupo por la presencia de un engobe color crema, sobre el cual (en algunos tipos) se identificaron pigmentos en color rojo, con base en la tabla Munsell pudimos identificar las siguientes tonalidades: 2.5Y 7/2 light gray // 2.5Y 7/3 pale brown // 2.5YR 8/4 pale brown // 5Y 8/1 white // 7.5YR 5/6 strong brown // 7.5YR 6/6 reddish yellow // 10YR 6/4 light yellowish brown // 10YR 7/4 very pale brown // 10YR 8/2 very pale brown // 10YR 8/3 very pale brown. Este tipo fue el más sencillo de identificar ya que Román Piña Chan y Kuniaki Ohi lo mencionan describiendo la presencia de decoración tanto interior como exterior en cuencos sencillos, cuencos trípodes y platos, así como en cuencos y ollas, además con decoración sobre el cuello a manera de bandas (Piña y Oi 1982: 80); esta decoración se identifica a simple vista por lo que logramos identificar 4 tipos: -

Tres palos rojo sobre crema

El tipo “Tres palos rojo sobre crema” fue definido por Dominique Michelet (1993: 150) para la cuenca de Zacapu y se retomó ya que en el manual visual de Hellen Pollard (2007), el material es similar, habrá que revisar las características de las pastas para poder establecerlo como tal. El tipo presenta un engobe crema decorado con pintura roja, bruñido generalmente por ambos lados (figura 60); hay 5 variantes de la pasta:

- Variante I.- Cuenta con una dureza media-alta y una compactación alta, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, tienden a ser de un color oscuro, la decoración es pintada en color rojo sobre un fondo crema con diseños geométricos algunos como rombos, triángulos también hay figuras ondulantes, círculos, líneas paralelas y líneas sobre la orilla del borde que llegan a tener casi 2 centímetros de grosor; estos diseños generalmente se encuentran al interior de la vasija y por el exterior solo presenta las líneas a la orilla del borde. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante VII, con el tipo “naranja pulido” en su variante I, con el tipo “rojo sobre naranja” en su variante I, con el tipo “rojo pulido” en su variante III y VII, con el tipo “Zacapu café” en su variante II, con 136

el tipo “Urumbécuaro rojo mate” en su variante I y con el tipo “Tres palos negativo y rojo sobre naranja”. - Variante II.- Cuenta con una dureza media y una compactación alta, los desgrasantes son pequeños en mediana cantidad, la decoración es pintada en color rojo sobre un fondo crema hay diseños ondulantes, líneas y un trenzado formando rombos, también hay un fragmento que cuenta con un punzonado el cual va en líneas de puntos en posición diagonal, en paralelo con la pintura roja. La pasta tiene una similitud con el tipo “negro alisado” en su variante I, con el tipo “negro bruñido” en su variante III, con el tipo “rojo escobillado” en su variante I, con el tipo “rojo pulido” en su variante VI, con el tipo “café escobillado” en sus variantes I y II. - Variante III.- Cuenta con una dureza media – alta y una compactación media-baja, los desgrasantes los hay en tamaño mediano y grande en una cantidad alta, la decoración es pintada en color rojo sobre un fondo crema con diseños ondulantes y líneas paralelas, hay un fragmento que también presenta decoración por incisión por el exterior en líneas paralelas orientadas diagonalmente. La pasta tiene una similitud con el tipo “negro pulido” en su variante I, con el tipo “rojo escobillado” en su variante V, con el tipo “naranja pulido” en su variante VI, con el tipo “rojo pulido” en su variante VIII, con el tipo “Zacapu café” en su variante IV. - Variante IV.- Cuenta con una dureza media y una compactación alta, los desgrasantes son pequeños en muy poca cantidad, la decoración es pintada en color rojo sobre un fondo crema con diseños ondulantes y líneas sobre la orilla del borde, hay un fragmento que cuenta con un ligero punzonado al fondo mientras que sobre el cuerpo puede observar un poco de pintura roja. La pasta tiene una similitud con el tipo “negro bruñido” en su variante I, con el tipo “café esgrafiado” en su variante I, con el tipo “café bruñido”, con el tipo “rojo pulido” en su variante III. - Variante V.- Cuenta con una dureza media y una compactación alta, los desgrasantes son pequeños y en mediana cantidad, tienden a ser de un color más claro, la decoración que presenta es en líneas pintadas de color rojo sobre un fondo crema en la orilla del borde. La pasta tiene una similitud con el tipo “Loma alta pulido” en su variante I, con el tipo “rojo sobre naranja” en su variante V, con el tipo “rojo pulido” en su variante XIII, con el tipo “café escobillado” en su variante III. 137

Figura 60.- Ejemplo del tipo Tres Palos rojo sobre crema, variante I.

- Loma Alta Pulido El tipo “Loma Alta Pulido” fue definido por Dominique Michelet (1993: 150) para la cuenca de Zacapu y se retomó ya que en el manual visual de Hellen Pollard (2007), el material es similar, habrá que revisar las características de las pastas para poder establecerlo como tal. El tipo presenta un engobe crema pulido por el exterior, mientras que por el interior en algunos casos se muestra un alisado y en otros un pulido desgastado (figura 61); hay dos variantes de la pasta:

- Variante I.- Cuenta con una dureza media y una compactación de igual manera media, los desgrasantes son medianos en gran cantidad, tienden a ser de un color claro, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo sobre naranja” en su variante II, con el tipo “rojo pulido” en su variante XIII, con el tipo “Zacapu café” en su variante III. - Variante II.- Cuenta con una dureza media-baja y una compactación media, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, tienden a ser de un color oscuro, hay un fragmento que presenta un punzonado que va más en función de preparación de alimentos como un molcajete que de una decoración. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante IV, VI y VII, con el tipo 138

“naranja pulido” en su variante I, con el tipo “rojo pulido” en su variante VII, con el tipo “Zacapu café” en su variante II.

Figura 61.- Ejemplo del tipo Loma Alta Pulido, variante I.

-

Crema alisado

El tipo “crema alisado” presenta un engobe crema, muy deteriorado y en algunos casos ya no es posible verlo, se encuentra alisado por ambos lados (figura 62). Hay 3 variantes de la pasta:

- Variante I.- Cuenta con una dureza media y una compactación media, los desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, tienden a ser de un color más oscuro, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “negro alisado” en su variante I, con el tipo “rojo escobillado” en su variante VII, con el tipo “naranja pulido” en su variante I, con el tipo “rojo sobre naranja” en su variante I, con el tipo “rojo pulido” en su variante VII, con el tipo “Zacapu café” en su variante II. - Variante II.- Cuenta con una dureza alta y una compactación alta, los desgrasantes los hay de un tamaño pequeño y mediano en una alta cantidad, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo escobillado” en su variante II, con el tipo

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“naranja alisado” en su variante II, con el tipo “rojo pulido” en su variante I, con el tipo “Zacapu café” en su variante I. - Variante III.- Cuenta con una dureza baja y una compactación alta, los desgrasantes son pequeños en mediana cantidad, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “rojo pulido” en su variante X.

Figura 62.- Ejemplo del tipo Crema Alisado, variante I.

-

Tres Palos Trícromo

El tipo “Tres Palos Trícromo” fue definido por Dominique Michelet (1993: 151) para la cuenca de Zacapu y se retomó ya que en el manual visual de Hellen Pollard (2007), el material es similar, habrá que revisar las características de las pastas para poder establecerlo como tal. El tipo presenta un engobe crema bruñido por ambos lados, decorado con pintura roja y negra, y por lo que parece ser técnica al negativo por el exterior (figura 63). La pasta tiene una dureza media-alta y una compactación media, los desgrasantes son pequeños y los hay en una mediana cantidad, tienden a ser de color oscuro, la decoración es pintada en rojo y negro sobre crema formando algunos diseños que no pueden ser definidos, la tricromía se da al interior de la vasija donde se puede observar la combinación de los 3 colores, mientras que por el exterior parece ser que presenta técnica al negativo. La 140

pasta tiene una similitud con el tipo “Tres Palos rojo sobre crema” en su variante I, con el tipo “rojo pulido” en su variante III.

Figura 63.- Ejemplo del tipo Tres Palos Trícromo.

GRUPO BAÑO CAFÉ GRISACEO El grupo se nombró así debido a la presencia de un engobe característico de color gris que presenta diferentes tonalidades que fueron identificadas mediante la tabla Munsell: 2.5Y 3/1 very dark gray // 2.5Y 5/1 gray // 2.5Y 6/2 light brownish gray // 2.5Y 7/2 light gray // 10YR 4/1 dark gray // 10YR 4/2 dark grayish brown // 10YR 5/1 gray // 10YR 5/2 grayish brown // 10YR 6/4 light yellowish brown; la única referencia con Piña Chan y Oi fue el tipo “Café Grisáceo” que lo definieron por la presencia de ollas, cuencos o tecomates de base plana (Piña y Oi 1982: 81) los tipos que se identificaron en el análisis son 3: -

Gris pulido

El tipo “gris pulido” presenta un engobe grisáceo con tonos café y negro, su acabado de superficie es pulido generalmente solo por el exterior, mientras que por el interior presenta un alisado (figura 64). Hay 6 variantes de la pasta:

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- Variante I.- Cuenta con una dureza baja y una compactación media, los desgrasantes son pequeños en mediana cantidad, la mayoría de los fragmentos son de un espesor delgado (menor a 5 mm), hay dos fragmentos que presentan decoración pintada en color rojo sobre un fondo gris claro y gris oscuro, en este último no hay una forma definida, sin embargo en el primero se puede apreciar una especie de figura geométrica (rombo) por el exterior y por el interior solamente una línea horizontal a la orilla del borde. La pasta tiene una similitud con el tipo “negro pulido” en su variante II, con el tipo “rojo escobillado” en su variante I, con el tipo “rojo sobre naranja” en su variante V, con el tipo “rojo pulido” en su variante V. - Variante II.- Cuenta con una dureza media-alta y cuenta con una compactación media, los desgrasantes son de un tamaño que va de los pequeños a los medianos, en una mediana cantidad, tienden a ser de un color oscuro, hay un fragmento que presenta un punzonado pero va más en función de preparación de alimentos como molcajete que como decoración. La pasta tiene una similitud con el tipo “crema alisado” en su variante I, con el tipo “negro pulido” en su variante IV, con el tipo “rojo escobillado” en su variante I, con el tipo “café alisado” en su variante I, con el tipo “naranja alisado” en su variante I, con el tipo “rojo sobre naranja” en su variante I, con el tipo “Naranja pulido” en su variante I, con el tipo “rojo pulido” en su variante VII y IX. - Variante III.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media, los desgrasantes son de un tamaño que va de los pequeños a los medianos en gran cantidad, tienden a ser de un color claro, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “Loma alta pulido” en su variante I, con el tipo “negro pulido” en su variante III, con el tipo “café alisado” en su variante III, con el tipo “naranja pulido” en su variante V, con el tipo “rojo sobre naranja” en su variante II, con el tipo “rojo pulido” en su variante XIII, con el tipo “Zacapu café” en su variante III, con el tipo “naranja bruñido” en su variante I. - Variante IV.- Cuenta con una dureza media y una compactación baja, los desgrasantes son de un tamaño que va de los pequeños a los grandes y los hay en una media cantidad, da la impresión de que estuvieron muy expuestos al fuego ya que las pastas se encuentran quemadas al interior, no hay decorados. La pasta 142

tiene una similitud con el tipo “naranja pulido” en su variante II, con el tipo “rojo pulido” en su variante VI, con el tipo “Zacapu café” en su variante IV. - Variante V.- Cuenta con una dureza media- baja y una compactación media, los desgrasantes son pequeños en poca cantidad, la pasta se caracteriza por el color gris, hay un fragmento que presenta pintura roja en forma de línea por debajo de una secuencia de puntos punzonados, también hay un pequeños fragmento con técnica al pastillaje la cual no se puede determinar la función debido al pequeño tamaño. La pasta tiene una similitud con el tipo “negro alisado” en su variante IV; - Variante VI.- cuenta con una dureza media y una compactación media, los desgrasantes los hay de tamaño chico y mediano en una cantidad media, característico son los desgrasantes de color grisáceo, no hay decorados.

Figura 64.- Ejemplo del tipo Gris Pulido, variante I.

-

Gris bruñido

El tipo “gris bruñido” presenta un engobe grisáceo con tono café y crema, cuenta con un acabado de superficie bruñido generalmente por ambos lados, en pocos casos por el interior presenta un alisado (figura 65). Hay 3 variantes de pasta:

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- Variante I.- Cuenta con una dureza alta y una compactación media-alta, los desgrasantes son pequeños en gran cantidad, tienden a ser de un color claro, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “Loma Alta pulido” en su variante I, con el tipo “rojo sobre naranja” en su variante II, con el tipo “rojo pulido” en su variante XIII, con el tipo “Zacapu café” en su variante III. - Variante II.- Cuenta con una dureza media y una compactación media – alta, los desgrasantes son pequeños en poca cantidad, hay un fragmento que presenta decoración por pintura roja sobre el engobe grisáceo, se localiza en la orilla del borde con un ancho de 1.5 cm y en dirección horizontal siguiendo el contorno del borde por dentro y por fuera. La pasta tiene una similitud con el tipo “café alisado” en su variante II, con el tipo “naranja alisado” en su variante II, con el tipo “rojo pulido” en su variante XII, con el tipo “café escobillado” en su variante III. - Variante III.- Cuenta con una dureza baja y una compactación media, los desgrasantes son pequeños y en poca cantidad, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “Loma Alta pulido” en su variante II, con el tipo “rojo pulido” en su variante III, con el tipo “Zacapu café” en su variante VII.

Figura 65.- Ejemplo del tipo Gris Bruñido, variante I.

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-

Gris alisado

El tipo “gris alisado” presenta un acabado de superficie alisado, por lo que solo en pocos fragmentos es visible el engobe de un tono gris oscuro, ya que se encuentra muy erosionado (figura 66). Hay 3 variantes de la pasta:

- Variante I.- Cuenta con una dureza alta

y una compactación baja, los

desgrasantes son pequeños y en gran cantidad, tienden a ser de un color más oscuro, solamente hay un fragmento decorado que presenta líneas horizontales y verticales en color rojo, poco visibles y que se encuentran al interior de la vasija. La pasta tiene una similitud con el tipo “crema alisado” en su variante I, con el tipo “café alisado” en su variante I, con el tipo “naranja alisado” en su variante I. - Variante II.- Cuenta con una dureza media – baja y una compactación media, los desgrasantes son pequeños en poca cantidad, no hay decorados. La pasta tiene una similitud con el tipo “crema alisado” en su variante II, con el tipo “rojo escobillado” en su variante IX, con el tipo “rojo sobre naranja” en su variante III, con el tipo “naranja pseudoengobe” en su variante III. - Variante III.- Cuenta con una dureza media y una compactación media – alta, los desgrasantes son medianos y en mediana cantidad, característico de esta variante es el color de la pasta de un tono gris claro. La pasta tiene similitud con el tipo “negro alisado” en su variante IV.

Figura 66.- Ejemplo del tipo Gris Alisado, variante I. 145

Grupo Baño Blanco Aunque solamente se definió un tipo, del que no pudimos identificar la forma, Piña Chan y Ohi, mencionan la presencia de un tipo Baño Blanco en el que se pueden identificar ollas que a veces presentaban asas (Piña y O 1982: 81), aquí se asocia más a la presencia de un engobe color blanco identificado en la tabla Munsell como WHITE PAGE 2.5Y_/1/8.5/ white y WHITEPAGE 10YR_/2/9/ pale orange yellow.

- Blanco alisado El tipo “blanco alisado” presenta un engobe blanco muy deteriorado generalmente por ambos lados, mientras que el acabado de la superficie es un alisado burdo por el cual no se pudieron definir las formas de algunos fragmentos (figura 67). La pasta de este tipo cuenta con una dureza alta y una compactación media – alta, los desgrasantes los hay desde tamaño pequeño hasta los grandes en una cantidad media – alta, hay 3 fragmentos que cuentan con un color rojo sobre el engobe blanco, no es posible definir formas o patrones ya que está muy desgastado y es poco visible. Su forma y sus características, no tiene mucha similitud con los demás grupos.

Figura 67.- Ejemplo del tipo Blanco Alisado.

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5.3.2.- Formatos de descripción de tipos cerámicos De manera continua al análisis y a la descripción de los tipos, se fueron llenando los formatos de descripción de tipos cerámicos; en estos formatos, que son un archivo del programa de Word que proporcionó el PAPACSUM (figura 68) (los criterios se pueden consultar en: Punzo et al 2015) la información que ya se habían obtenido en la base de datos, eran transcrita a este archivo que contenía divisiones por cuadros en los que se especificaba los siguientes datos: -

Tipo.- Se anotaba primero el nombre del grupo al que pertenecía, después el nombre del tipo y al final la variante que correspondía (Estos formatos se llenaron por variantes).

-

Cronología.- Este apartado únicamente se llenaba cuando a manera de comparación, se tenía un fechamiento para el tipo que se había establecido.

-

Pasta.- En este apartado se anotaban las características de las pastas por cada variante, comenzando la descripción por dureza, compactación, tamaño de desgrasantes y la cantidad, en algunos casos se anotaban características especiales como color de desgrasantes, después se anotaba el color de la pasta con base en la tabla Munsell.

-

Acabado de superficie.- En este apartado se anotaban las características del acabado de superficie por tipo, ya que todas las variantes del tipo presentan el mismo acabado de superficie, describiendo también parte del decorado que presenta, después se anotaba el color del engobe o del acabado con base en la tabla Munsell.

-

Técnica de manufactura.- En este apartado se escribía la técnica de manufactura con la que había sido elaborada la pieza, la mayoría de las piezas a excepción de unas cuentas son modeladas.

-

Función.- Se anotaban todas las funciones que pudiera tener el material que correspondía a esa variante, por ejemplo servicio de alimentos o almacenamiento, estas funciones fueron descritas en el capítulo de proceso de análisis.

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-

Decoración.- En este apartado se hacía una descripción más específica de la decoración, comenzando por la descripción del color, formas, figuras, grosor y otras características que pueden ser observables.

-

Formas.- Se anotaban todas las formas que aparecieran por variante.

-

Fotografía exterior.- Estas fotografías se tomaban a los materiales más representativos de cada variante como bordes, cuerpos grandes, decorados y objetos especiales como soportes o asas, generalmente se tomaban 6 fragmentos y en algunos casos solamente los que existieran.

-

Fotografía interior.- Estas fotografías se tomaban a los materiales más representativos de cada variante como bordes, cuerpos grandes, decorados y objetos especiales como soportes o asas, generalmente se tomaban 6 fragmentos y en algunos casos solamente los que existieran.

-

Fotografía de la pasta.- Para este apartado se tomaba la fotografía del fragmento con la mejor distinción de pasta en cuanto a desgrasantes o tipo de cocción.

-

Dibujo de perfiles.- Los dibujos eran realizados en un block milimétrico, en el cual se anotaban los datos del fragmento y después se digitalizaba, generalmente se realizaban dos dibujos de bordes de diferentes formas, pero si aparecían más formas y diferentes tipos de bordes se incluían.

-

Otros.- En este cuadro se podían agregar fotos de objetos especiales o de las decoraciones para identificar las formas ya descritas.

-

Láminas delgadas general, lámina delgada luz normal y lámina delgada TLX.- Este apartado fue planificado por el PAPACSUM (Punzo et al 2014; Punzo et al 2015) para realizar láminas delgadas, pero que, para este trabajo no son requeridas, al menos por el momento.

-

Observaciones.- Se anotaban todas las características que no fueran descritas en los otros apartados, como referencias, comparaciones, y el número de la serie fotográfica.

-

Referencias bibliográficas.- Se escribían las citas bibliográficas con las que se referenció el material para hacer las comparaciones, así como los autores que definían cada tipo cerámico. 148

Figura 68.- Ejemplo del formato de descripción de tipos cerámicos (Punzo et al 2015; modificado por Gustavo García García) Los formatos se pueden consultar en el CD ANEXO que contiene los archivos de Word.

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Capítulo 6.- Análisis del material del PAPACSUM temporada 2015 6.1.- Manejo estadístico El material recuperado de la temporada 2015 del PAPACSUM, fueron en total 867 fragmentos de las 4 unidades de excavación: -125 Fragmentos de la unidad 1, que representan un 14.41% del total. -262 Fragmentos de la unidad 2, que representan un 30.21% del total. -432 Fragmentos de la unidad 3, que presentan un 49.82% del total. - 48 Fragmentos de la unidad 4, que representan un 5.53% del total. Este material a simple vista no tenía una mayor diferencia que el recuperado por el PEM con el que se realizó la tipología, al contrario el análisis fue muy productivo con la comparación de ese material; no aparecieron nuevos tipos, por lo que el material podría corresponder a una misma etapa. El proceso de análisis fue más sencillo ya que se tenían establecidos los tipos y únicamente se realizaron las comparaciones en cuanto a acabados y tipos de pastas; se formuló una nueva base de datos en la que se agregaron todos los datos de las fichas técnicas del material, después se pondrían los grupos con sus respectivos tipos cerámicos y se agregarían dos columnas en las que se pondría el peso y la cantidad de material para ese grupo, también se agregaron las formas en las que se indicaría cuantos cajetes, ollas u otras vasijas había. Al final de esta base de datos se agregó un cuadro en el que se indica la función de las piezas y el peso total y cantidad total de los fragmentos analizados; por ultimo si aparecieron nuevos tipos se agregarían en el cuadro siguiente, también se agregó un cuadro de observaciones en el que se podría poner algunas características especiales del material. Fue dividido por unidades para tener un mejor manejo de la estratigrafía (figura 69).

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Figura 69.- Ejemplo de la base de datos utilizada para el análisis del material del PAPACSUM 2015.

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Una vez realizado el análisis del material se realizó una gráfica de porcentajes para identificar cuáles son los tipos con mayor cantidad (figura 70).

Figura 70.- Gráfica de porcentajes de tipos cerámicos del PAPACSUM 2015 Como pudimos observar en la gráfica, el tipo cerámico con mayor cantidad de material es el Rojo pulido que representa el 21 % del total de las muestras del PAPACSUM que fueron analizadas, seguido de los tipos Rojo escobillado, Zacapu Café y Naranja pulido que representan un 9%; por otro lado, los tipos con menor cantidad de material que representan el 1% del total son los tipos Cherán, Naranja bruñido, Negro bruñido, Tres Palos rojo sobre crema, Crema alisado, Gris alisado y Blanco alisado, algunos de estos tipo son decorados, con lo que podemos entender que el proceso de manufactura era aún más laboriosa en comparación con los tipos que solamente son pulidos y monocromos.

152

A partir de los resultados de la base de datos y mediante el uso de herramientas matemáticas, podemos interpretar datos que nos podrían explicar el comportamiento del material arqueológico en diferentes etapas, para esto recurrimos a la estadística descriptiva que principalmente se encarga de la recolección, análisis e interpretación de datos que buscan explicar las condiciones de fenómenos de tipo aleatorio (Definición ABC 2007). También utilizamos la estadística inferencial que consiste en formulas no paramétricas con las cuales se obtienen conclusiones con base a la información parcial o incompleta que se obtuvo a partir de la estadística descriptiva y se cuantifica por medio de la teoría de las probabilidades (Shennan 1992: 63). Se tomó como ejemplo del manejo estadístico el material recuperado en la unidad 3 de la temporada de excavación del PAPACSUM 2015, ya que representa la mitad del total de las muestras recuperadas y es la unidad que presenta una mayor cantidad de estratos, los cuales, son cruciales para definir el número de individuos involucrados en la producción, la escala de los materiales y hasta como era la organización de la sociedad (Hirth 2011:14).

6.2.- Tablas de números absolutos En estas tablas se muestran las cantidades totales de material cerámico que corresponden a una capa y a un tipo; en la primera columna se anotaron las capas estratigráficas (A, B, C, etc.) mientras que en la primera fila se anotaron todos los tipos cerámicos de Tingambato, al final de cada columna y de cada fila se anotaba la cantidad que había por tipo y por capa, obteniendo así las cantidades totales de tipos por capa estratigráfica, aplicada a cada unidad de excavación de la temporada 2015 del PAPACSUM (figuras 71, 72, 73 y 74).

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Figura 71.- Tabla de números absolutos de la unidad de excavación núm. 1

Figura 72.- Tabla de números absolutos de la unidad de excavación núm. 2. 154

Figura 73.- Tabla de números absolutos de la unidad de excavación núm. 3.

Figura 74.- Tabla de números absolutos de la unidad de excavación núm. 4.

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6.3.- Seriación En este apartado del manejo estadistico, la seriación nos sirvio para dar un ordenamiento a los tipos cerámicos con mayor cantidad en los niveles y entender el comportamiento del material en la estratigrafia; el acomodo de los tipos va en un orden de primer rango al que presente mayor cantidad de material y asi hasta el último que presente una menor cantidad, por ejemplo tenemos un tipo “A” con 20 muestras y un tipo “B” con 21, ambos en la capa “C”, entonces se acomoda el tipo “B” en una primera posicion, por tener mayor cantidad de material y despues en segunda posicion el tipo “A”, si hay tipos con la misma cantidad se acomodan en la misma posicion pero son separados por el signo “=”, por ejemplo, si el tipo “A” y el tipo “B” presentan 20 fragmentos cada uno, se acomodarian en la primera posicion de la siguiente manera “A=B”. Los tipos ceramicos fueron abreviados, para el manejo estadistico con la primera letra de cada palabra, por ejemplo el “Zacapu café” es ZC; si se repetian algunas letras se agregaba otra letra, por ejemplo “Negro pulido” es NEP. El proceso de seriación se aplico a la tabla de numeros absolutos unicamente de la unidad de excavación 3 se obtuvo una tabla (figura 75).

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Figura 75.- Tabla de seriación, aplicada a la unidad de excavación núm. 3.

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En la tabla podemos observar que dentro de la primera capa, hay una mayor presencia de material del tipo Contemporáneo seguido de varios tipos con las mismas cantidades; en la capa B, podemos ver una mayor presencia del tipo Rojo escobillado y poca presencia de otros tipos; es en la capa C, donde podemos ver varios tipos en cantidades similares, esta capa presentaba un relleno de basura contemporánea, por lo que el material pudo ser de relleno; a partir de la capa D, tenemos un mejor contexto del material ya que por debajo de la capa C se encontraba un pequeño piso (véase figura 21), en esta capa podemos ver una mayor cantidad del tipo Zacapu Café, seguido del Negro pulido; la capa E, presenta una mayor cantidad de materiales comparado con las anteriores capas, hay una mayor presencia de los tipos pulidos como el rojo, el naranja y el negro, además de la presencia de materiales diagnósticos como el Cherán, Loma Alta Pulido y el Tres Palos rojo sobre crema, cabe mencionar que en esta capa fue recuperada la muestra de carbón, utilizada para realizar fechamientos; por último las capas F y G, en la primera es donde se localizó la mayor cantidad de materiales con una mayor presencia del tipo Rojo pulido seguido del tipo Naranja pulido y Loma Alta Pulido, en la segunda capa tenemos muy poca cantidad de materiales, por lo que suponemos que son materiales de capas superiores ya que no aparecían elementos durante el proceso de excavación.

6.4.- Tabla de periodización La siguiente tabla presenta los tipos cerámicos identificados por capas y mediante la revisión y comparación bibliográfica, se pudieron ubicar en el espacio y en el tiempo algunos de los tipos más representativos encontrados en la temporada 2015 del PAPACSUM, según las características con otros materiales a nivel regional (figura 76), en este caso retomamos los trabajos en el área de Zacapu, ya que algunos tipos presentan características similares a las de esa región y además utilizamos las fases cronológicas que los investigadores del CEMCA propusieron.

158

Figura 76.- Tabla de periodización aplicada a la unidad de excavación núm. 3.

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6.5.- Coeficiente de concordancia de Kendal El coeficiente de concordancia de Kendal, nos permite medir el grado de concordancia entre un grupo de elementos y un grupo de características. Trabajar con el coeficiente de concordancia de Kendal, nos indicará si existe estratigrafía o si las capas estratigráficas son iguales o no, este debido a la distribución de los materiales en el tiempo. Para esto se elaboró primeramente una tabla no paramétrica a partir de la tabla de números absolutos (figura 77); estos rangos de distribución, son un ordenamiento que se aplica a las muestras para tener un mejor control de estas; el proceso consiste en numerar los tipos de mayor a menor por la cantidad de material que tiene, por ejemplo: tenemos un tipo con 20 muestras y un tipo con 40 muestras, entonces se numera el tipo con 40 muestras en primera posición y el de 20 en segunda posición; si llega a ser la misma cantidad de muestras, se aplica la numeración continua y se dividie entre la cantidad de números iguales, por ejemplo si el tipo RP, RE y RA tienen 15 tiestos cada uno, entonces la suma seria 1 + 2 + 3 = 6, entre los tipos que tienen la misma cantidad, en este caso son 3, da por resultado a 2, entonces cada tipo tiene el numero 2.

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Figura 77.- Tabla no paramétrica aplicada a la unidad de excavación núm. 3.

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Una vez obtenida la tabla no paramétrica o de rangos de distribución se utiliza la fórmula del coeficiente de Kendal: 𝑊=

12 (𝑆) 𝐾 2 (𝑁 3 − 𝑁)

Donde tenemos que “W” es el coeficiente de concordancia de Kendal, que puede ir de 0 a + 1, si el resultado llega a ser más grande, indica que el material es igual, si el resultado se acerca al 0 son diferentes, entiéndase que existe estratigrafía; “S” es la suma de cuadrados entre los totales horizontales de los rangos y su media aritmética; “N” es el número de elementos cuyo rango se analiza (en otras palabras son los niveles); “K” es el número de ordenamientos de que se disponen (en otras palabras son los tipos cerámicos); “12” es una constante y “R” es el total horizontal de cada fila. Para despejar “S” tenemos la siguiente formula: 𝑆 = ∑ (𝑅 −

∑𝑅 2 ) 𝑁

Donde tenemos que “∑” es la suma del total horizontal de cada fila (R); sobre los números de elementos (N). A continuación se muestra un ejemplo de cómo se despejo la capa A, recordemos que para sacar “S” debemos sumar todas las capas: 𝑆 = ∑ (175.5 −

152 2 ) = 552.25 7

La capa A dio como resultado 552.25, la capa B 1190.25, la capa C 256, la capa D 182.25, la capa E 2401, la capa F 4761 y la capa G 930.25, la suma de estos nos dio S = 10273. Una vez obtenido “S” utilizamos la formula general y tenemos el siguiente resultado: 𝑊=

12 (10273) 123276 = = 0.25 382 (73 − 7) 485184

162

El resultado que nos dio es 0.25, que nos indica que efectivamente existe estratigrafía en la unidad de excavación 3, dentro del sitio arqueológico de Tingambato.

6.6.- Coeficiente de correlación de Spearman El coeficiente de correlación de Spearman es utilizado cuando el problema que se presenta es el de determinar la consistencia entre 2 ordenamientos hechos por sus clasificadores a los mismos objetos, por ende es un significado más cualitativo que cuantitativo; lo utilizamos comparando un tipo cerámico con otro con la siguiente fórmula: 𝑟𝑠 = 1 −

6 ∑ 𝑑2 𝑁3 − 𝑁

Donde “ 𝑟𝑠 “es el coeficiente de correlación de Spearman que va de +1 a -1, pasando por el 0, indicando que en el 0 no existe una correlación entre las variables, en otras palabras que no son iguales, y mientras que el +1 y -1 indican una correlación máxima, prácticamente son iguales; “𝑑 2 ” son las diferencias existentes entre los rangos de las 2 variables, que son elevadas al cuadrado; “N” es el tamaño de la muestra expresada en parejas de rangos de las variables; el número “6” es una constante y “∑” es la sumatoria. Esta fórmula fue aplicada directamente en el archivo de Excel “Estadística PAPACSUM 2015”y sirvió para agilizar el procedimiento; la formula se aplica a la tabla no paramétrica o de rangos de distribución comparando un tipo con otro, después se obtienen los resultados que se agregan a una tabla de correlaciones (figura 78). La tabla muestra los tipos y los valores de cada uno al compararlos con otros tipos, identificando si hay o no una correlación, la cual se identifica, como ya mencionamos, si los valores son cercanos al +1 o al -1.

163

Figura 78.- Tabla de correlaciones de materiales de la unidad de excavación núm. 3.

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6.6.1.- Diagrama de correlación de Spearman Con esta tabla, las correlaciones nos indican que tanto es un tipo cerámico semejante a otro en cuanto a cantidad, ubicación, temporalidad entre otras cosas; a partir de ello podemos identificar qué tipos cerámicos tienen una relación y que otros no son iguales, por ejemplo, el tipo Contemporáneo (XX), presenta niveles bajos de correlación cercanos al cero, por lo que el material no es similar a ningún tipo en este análisis. Otros tipos que presentan poca relación son: Rojo sobre naranja (RN) y Cherán (CH). Por otro lado los tipos cerámicos que presentaban una similitud se fueron agregando a un diagrama de correlación (figura 79), en el cual se anotan los tipos y se dibujan flechas para identificar cual tipo se relaciona con otro; en este diagrama se pueden observar los tipos que presentan una máxima correlación (representados con dos flechas), por lo que se entiende que son iguales. Cabe mencionar que algunos tipos presentaban niveles altos de correlación (entre 0.70 y 0.99) lo que indica que si tienen relación, pero para los diagramas únicamente se tomaron los tipos que son iguales (+1).

Figura 79.- Diagrama de correlaciones de los materiales de la unidad de excavación núm. 3.

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En una segunda revisión de este diagrama podemos generar grupos que se correlacionan entre sí; se identificaron 3 grupos, el primero (figura 80) es el más grande y relaciona los tipos Café bruñido (CB), Naranja bruñido (NB), Negro escobillado (NES), Negro alisado (NEA) Tres palos rojo sobre crema (TRC), Gris bruñido (GB) y Gris alisado (GA). Estos tipos son de pastas finas y medias, no presentan decoración a excepción del TRC que lleva diseños en color rojo sobre un fondo blanco y que presenta una similitud con los tipos de la región de Zacapu. Todos los tipos de este diagrama indican estar relacionados, por lo que podríamos hablar de que existe una mayor producción que generara que estos objetos fueran los de mayor demanda, determinados en el tiempo y espacio, probablemente por su uso, disposición e intercambio, acciones que los objetos influyen sobre los cambios sociales (Fugiura, Villalobos y Zepeda 2013: 69).

Figura 80.- Grupo 1 de correlaciones entre tipos cerámicos recuperados en la unidad de excavación núm. 3.

Un segundo grupo de correlaciones (figura 81), es de tipos cerámicos que presentan únicamente relación con un tipo o que presentan una relación indirectamente, por ejemplo, el tipo Negro bruñido (NEB), presenta una correlación con el tipo Café alisado (CA) mientras que este tipo se correlación con el Naranja pulido (NP), indirectamente el tipo NEB y NP se relacionan por medio de CA. Los 166

otros tipos Negro sobre rojo (NR) y Negro sobre naranja (NN) únicamente se relacionan en cuanto a cantidad al igual que el Café escobillado (CE) y Naranja pulido (NP). Estos tipos no presentan una técnica muy especializada para su elaboración, son monocromos con pastas medias y finas, por lo que podemos interpretar que su producción es menos recurrente comparado con el diagrama anterior y que obedece más a una variación en la producción de objetos, con esto me refiero a que podrían intentar modificar la cerámica, produciendo diferentes tipos ya que no vemos una mayor correlación con los demás tipos cerámicos, probablemente una producción de bienes de uso doméstico para satisfacer necesidades individuales (Hirth 2011:15).

Figura 81.- Grupo 2 de correlaciones entre tipos cerámicos recuperados en la unidad de excavación núm. 3. Por último el grupo 3 (figura 82), es un grupo muy singular ya que son tipos que se lograron definir mediante comparación con otras regiones y todos se correlacionan, esto es un dato curioso ya que, a pesar de tener poco material en la unidad se relacionan por su presencia en los niveles inferiores, por lo que podríamos hablar de un acercamiento a los tipos con técnicas decorativas que probablemente sean elaborados para usos específicos, en pequeñas proporciones a manera de elaborar cerámica de diferentes regiones, como si se tratara de una copia local. Los tipos de este grupo son: Tres Palos trícromo (TPT), Agropecuaria negativo sobre rojo (ANR), Urumbécuaro rojo mate (URM) y Crema alisado (CRA).

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Figura 82.- Grupo 3 de correlaciones entre tipos cerámicos recuperados en la unidad de excavación núm. 3.

6.7.- Resumen general Mediante el manejo y la aplicación de las herramientas estadísticas, podemos obtener resultados no solo cuantitativamente si no también cualitativamente, que nos permiten tener una mejor interpretación de nuestros datos. Como pudimos observar, el material cerámico recuperado en el PAPACSUM, no presentó una mayor dificultad al realizar los métodos estadísticos, por lo que los resultados que obtuvimos son fiables; ahora bien, todos estos procesos son necesarios, ya que dan los resultados que son los complementos para realizar otros procedimientos, por ejemplo las tablas de números absolutos, nos dieron la cantidad y la ubicación de los materiales dentro de la unidad, lo que nos sirvió para poder realizar la seriación, que como mencionamos, nos sirvió para identificar la mayor cantidad de materiales por estrato. Una vez tenido estos datos pudimos dar paso a una pequeña interpretación de los tipos cerámicos con la tabla de periodización, en ella solo nos basamos en materiales específicos, identificados y mencionados en bibliografías, sin embargo, los resultados no son muy fiables ya que mediante la comparación de materiales tenemos cerámica de diferentes temporalidades en estratos superiores e inferiores, además de que las fechas cronológicas son tentativas; a pesar de esta situación, en el siguiente capítulo se muestran los resultados obtenidos con muestras de radiocarbono (Punzo 2016) con los cuales podemos retomar la tabla de 168

periodización en la que los materiales se localicen estratigráficamente con los resultados de los fechamientos y dar una interpretación más precisa; de esta manera fueron realizados los trabajos por medio de la estadística descriptiva. Por otro lado, los trabajos de estadística inferencial incluyeron los coeficientes (de Kendal y Spearman) y el diagrama de correlación, para los cuales, de igual manera se consultó la tabla de números absolutos para crear una tabla no paramétrica o de rangos de distribución y poder realizar las fórmulas matemáticas; en el coeficiente de Kendal pudimos obtener una medida de concordancia entre dos variables, una de elementos y otra de características, con el que obtuvimos un resultado que nos indica que efectivamente las capas estratigráficas no son iguales, y por ende existe una estratificación debido a la distribución de los materiales. Este dato es muy importante, porque en el sitio de Tingambato a pesar de que se han realizado excavaciones sistemáticas, no se ha podido determinar con seguridad si existe esta estratificación cultural, ahora tenemos la seguridad de que estas capas si presentan una estratificación a lo largo del tiempo. Por otro lado, con el coeficiente de Spearman pudimos obtener la consistencia de 2 ordenamientos que en este caso fueron un tipo cerámico con otro, para poder determinar si existe una correlación entre cada uno y poder saber si son o no iguales en cuanto a cantidad y distribución, posteriormente se elaboró la tabla de correlaciones en la cual podemos observar que tipos son los que presentan una mayor similitud (las variables que están más cerca al 0 no presentan correlación, en cambio las que están más cercanas al +1 y -1 son las que indican una máxima correlación). Una vez obtenido esta tabla, realizamos los diagramas de correlación, que no es otra cosa que identificar los tipos que son iguales y acomodándolos de manera en que podamos distinguir con que otros tipos se relaciona, para esto se dibujan flechas que indican una correlación, sin embargo algunos de los resultados y otras cuestiones en torno al manejo estadístico que se llevó a cabo en el material cerámico de Tingambato se incluyen en el siguiente capítulo.

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Capítulo 7.- Resultados de la investigación 7.1.- Periodización La siguiente cronología se pudo elaborar con base a los resultados obtenidos de las muestras de carbono fechadas por el Beta Analytic Radiocarbon Dating Laboratory para el PAPACSUM y con la estratigrafía de las unidades de excavación. Se enviaron 3 muestras de carbón recuperadas en la temporada de excavación del PAPACSUM 2015; dentro de la unidad 2 se recuperaron la muestra #1 y la muestra #3, mientras que en la unidad 3 se recuperó la muestra #2, las cuales fueron enviadas con los permisos correspondientes al laboratorio Beta Analytic en Miami, Florida, E.U.A. y se obtuvieron las siguientes fechas de radiocarbono: -Muestra #1: 600 - 660 d.C., calibrada y con un 95% de probabilidad, con un punto de intersección en la curva en 645 d.C. (Punzo 2016: 13). -Muestra #2: 570 – 655 d.C., calibrada y con un 95% de probabilidad, con un punto de intersección en la curva en 620 d.C. (Punzo 2016: 13). -Muestra #3: 620 – 670 d.C. calibrada con un 95% de probabilidad, con un punto de intersección en la curva en 655 d.C. (Punzo 2016: 13). A partir de estos resultados obtenidos podemos realizar otras tablas de periodización (figura 83 y 84) en la que podemos interpretar nuestros datos incluyendo la estratigrafía.

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Figura 83.- Tabla de periodización con las muestras de radiocarbono de la unidad de excavación núm. 2.

Figura 84.- Tabla de periodización con la muestra de radiocarbono de la unidad de excavación núm. 3.

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Las fechas de radiocarbono (Punzo 2016), corresponden a un estrato específico de las unidades y el material cerámico se encuentra asociado a estos, sin embargo, los materiales no precisamente deben corresponder a estas fechas ya que pueden ser producidos en diferentes temporalidades y utilizados como relleno o también podrían ser contemporáneos a esas fechas, lo que si debemos observar es la relación que existe entre los materiales y las fechas, para posteriormente compararlos. Los tipos cerámicos identificados en la unidad 2, dentro de la capa B con la muestra #1 son: Rojo pulido, Rojo escobillado, Rojo alisado, Contemporáneo, Zacapu café, Café escobillado, Café bruñido, Café alisado, Naranja pulido, Naranja psuedoengobe, Negro pulido, Negro alisado, Negro escobillado, Loma Alta Pulido, Crema alisado, Gris pulido y Gris bruñido; mientras que con la muestra #3 de la capa C aparecieron los tipos: Rojo pulido, Rojo escobillado, Rojo alisado, Naranja pulido, Rojo sobre naranja, Naranja psuedoengobe, Negro pulido, Negro alisado y Negro escobillado. De la unidad 3, capa estratigráfica E se obtuvo la muestra #2 y se recuperaron los tipos: Rojo pulido, Rojo escobillado, Negro sobre rojo, Rojo alisado, Zacapu Café, Café escobillado, Café bruñido, Cherán, Café alisado, Naranja pulido, Naranja alisado, Naranja psuedoengobe, Naranja bruñido, Negro sobre naranja, Negro pulido, Negro bruñido, Negro alisado, Negro escobillado, Tres Palos Rojo sobre Crema, Loma Alta Pulido, Gris pulido, Gris bruñido y Gris alisado. Estas son las primeras fechas cronológicas con base en pruebas de radiocarbono que se realizan para el sitio (Punzo 2016), por lo que son muy importantes para entender el contexto de los materiales. Al revisar los tipos cerámicos que se encontraron dentro de las capas estratigráficas, de donde se recuperaron las muestras de carbón y junto con la revisión bibliográfica, nos dimos cuenta que algunos tipos cerámicos se corresponden cronológicamente con los materiales de la cuenca lacustre de Zacapu, por ejemplo: el tipo Tres Palos Rojo sobre Crema, el Loma Alta Pulido y el Zacapu Café, que fueron identificados en la capa E, dentro de la unidad de excavación 3, son tipos cerámicos que se definieron para Tingambato, por las características similares a las del material de la cuenca de 172

Zacapu y es en esta región, que se encuentran presentes en la última etapa de la fase Loma Alta III entre el 350 – 550 d.C. (Arnauld, Carot, Fauvet-Berthelot 1993: 151); mientras que los tipos definidos para Tingambato como: Café bruñido, Negro pulido y Negro bruñido, son tipos monocromos de pastas finas y presentan las mismas características de tipos cerámicos que también fueron localizados durante la fase de transición Jarácuaro 550 – 600/700 d.C. en la cuenca de Zacapu (Arnauld, Carot, Fauvet-Berthelot 1993: 152). Estos tipos cerámicos, no solo están cumpliendo una función específica, también los podemos ver desde una perspectiva material, como la reproducción de valores culturales y evidencia de relaciones sociales con otras regiones (Sugiura, Villalobos y Zepeda 2013: 67).

7.2.- Caracterización de la cerámica local La investigación referente al estudio cerámico de Tingambato, nos dio como resultado el poder identificar materiales que corresponden a una posible primera etapa de desarrollo generado a partir de la manufactura de materiales cerámicos locales y materiales que probablemente estén relacionados con otros sitios. A continuación se muestran algunos de los resultados que se generaron a partir del análisis y de la comparación de los materiales. Como primer punto, se pudo establecer una tipología cerámica para el sitio de Tingambato, a partir de un análisis más detallado y con comparaciones a nivel regional que cabe mencionar, esta cuestión no había sido tratada desde la primera descripción de la cerámica del sitio; esta nueva tipología corrigió algunos de los tipos que anteriormente fueron establecidos por el PEM, el caso más particular fue el del grupo VIII Pseudo – Cloisonné que como mencionamos en los antecedentes, es un material muy representativo del Occidente de México; después de una revisión realizada por investigadores de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, se identificó que esta cerámica era estucada y pintada, y que pertenece al tipo Cherán por lo que podemos confirmar que en Tingambato no aparece material del tipo Pseudo – Cloisonné o Cloisonné, a pesar de que se menciona su existencia (Piña y Oi 1982: 63).

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Cuando hablamos de caracterización cerámica hay que tener en cuenta que: debe existir algo en el lugar de origen del material, que distinga sus productos de los de otra procedencia (Renfrew y Bahn 1998: 328), para esto hay identificar los atributos de los objetos, en el caso de los tipos cerámicos de Tingambato podemos observar una alta densidad en la utilización de pastas, específicamente en los desgrasantes, que suelen ser distintivos ya que aparecen lo que posiblemente sean arenas finas, de un color oscuro, de tamaños pequeños y medianos, en cantidades que van de la media a la alta y que aparecen en la mayoría de los grupos cerámicos. Algunas variantes de la cerámica que pudimos identificar tienen que ver con las técnicas de manufactura, la decoración, las formas o diferentes tipos de pasta ya que, los objetos se encuentran determinados por sus propiedades físicas y se modifican a través de una red de interacciones colectivas e individuales (Sugiura, Villalobos y Zepeda 2013: 67), dicho de otra manera, estos elementos pudieron ser generados a partir de influencias externas al sitio, que pueden ser de dos maneras: por migración de pueblos o por difusión de la producción del material en otros sitios (Johnson 2010: 35), aunque algunos tipos siguen presentando las mismas características de una producción local (las pastas, los desgrasantes, el acabado). Curiosamente dentro de un mismo sector del sitio, se pueden encontrar diferentes variantes de los tipos, como si cada alfarero trabajara de manera independiente y elaborara un mismo tipo cerámico, que no siguiera un ordenamiento y sin embargo, están utilizando los mismos materiales; esta producción genera una subsistencia de los conjuntos domésticos al igual que la economía política, al movilizar los objetos para uso público y ritual (Hirth 2011: 13). Otro dato importante que se observó en la cerámica de Tingambato, es que predominan los tipos que son monocromos y que presentan un acabado de superficie pulido, también son estos tipos lo que cuentan con más variantes y cuentan con mayor abundancia, por lo que podemos afirmar que este tipo de pastas y acabados, siendo los más abundantes en el sitio, probablemente obedezcan más a una función cotidiana que a una ritual o suntuaria; basándonos en Hirth (2011: 15) que menciona que la escala de producción, es el elemento crítico que permite 174

separar la producción para uso, de la producción para intercambio, podemos identificar que probablemente los materiales monocromos tengan un mayor uso y que los materiales decorados, en cuanto a funciones cotidianas. Por otro lado, el uso de técnicas de arqueometria como las láminas delgadas en la cerámica, que tienen el fin de determinar la procedencia del material (Renfrew y Bahn 1998: 329) ya se ha realizado en algunos fragmentos de la tipología de Tingambato (Castañón y Punzo, en prensa) con lo cual se han comprobado algunos tipos de arcilla y los desgrasantes utilizados para la manufactura de estos objetos, algunos de los resultados obtenidos son los siguientes: -

Tres Palos rojo sobre crema.- Se sabe que contiene minerales ferromagnesianos, que predominan las plagioclasa, así como también cuenta con vidrio volcánico y basalto, provenientes de la región central de Michoacán ya que también se pudo observar iluviación que es característico de las regiones lacustres; este tipo de pasta no fue muy amasada y los desgrasantes no fueron tamizados (Castañón y Punzo, en prensa).

-

Lupe Pulido (este tipo se encuentra en la tipología como Negro bruñido).Presenta semejanza mineralógica con el tipo “Tres Palos rojo sobre crema”, el origen de las arcillas es volcánico al igual que presenta iluviación; este tipo de pasta no era muy permeable, lo que la hace buen contenedor de líquidos (Castañón y Punzo, en prensa).

-

Cherán.- Presenta semejanza mineralógica con los otros tipos (origen volcánico e iluviación), pero se caracteriza más por la presencia de dos o tres capas de engobe (Castañón y Punzo, en prensa).

-

Negro bandas sobre rojo (este tipo se encuentra en la tipología como Negro sobre rojo).- Presenta semejanza mineralógica con los otros tipos (origen volcánico e iluviación); la diferencia de este tipo de pasta es que fue más trabajada y los desgrasantes fueron tamizados (Castañón y Punzo, en prensa). 175

-

Anaranjado Delgado ¿?.- Hubo un fragmento que era similar al tipo teotihuacano Anaranjado Delgado, pero después de realizar los análisis petrográficos se descartó que fuera de este tipo, sin embargo no presentaba un origen volcánico como los demás tipos y se asocia más a una provincia geológica metamórfica localizada al sur y sureste de Michoacán (Castañón y Punzo, en prensa). Estos datos recientes, son una fuente primordial para el estudio cerámico de

Tingambato, ya que ahora no solamente vemos una recurrencia en el uso de las pastas, sino también en el origen de la materia prima, enfocado más hacia la parte central del estado de Michoacán, que se caracteriza por su origen volcánico y por la región lacustre con la cercanía de los lagos de Zirahuén y Pátzcuaro (Castañón y Punzo, en prensa). Hasta la fecha no se ha podido identificar ningún taller de producción cerámica en el sitio, por lo que podemos creer que la producción, no llevaba un orden específico sino que más bien cada persona podría crear su propia vajilla con base a sus necesidades; en cambio si fuera necesario la especialización en técnicas de manufactura se recurriría a un alfarero que tuviera ese manejo, esto puede ser interpretado a partir de las cantidades de material en el sitio ya que hay mayor presencia de tipos monocromos que decorados. Estas tecnologías involucran necesariamente relaciones sociales y son estos alfareros especializados, los responsables de la producción, el uso y el valor dado a los objetos materiales (De la Fuente y Páez 2011: 1). También surge la problemática de los materiales de la Tumba I; anteriormente Román Piña Chan y Kuniaki Oi (1982: 98) ya habían notado una relación entre los materiales recuperados en superficie y los de la Tumba I, sin embargo mencionan que hace falta una más amplia comparación. En el análisis cerámico pudimos observar la diferencia entre estos materiales que provienen contextos diferentes, hay que hacer un hincapié en que la cerámica con la que se trabajó para este estudio cerámico, es material recuperado de excavación de los proyectos arqueológicos PEM y PAPACSUM, más no es el material depositado como ofrenda de la Tumba 1 de Tingambato, ya que ese material se encuentra 176

expuesto y resguardado en el Museo Regional, en Morelia Michoacán; en este estudio cerámico pudimos darnos cuenta de que el material tiene un uso más funcional, con formas y diseños más sencillos, que parecen pertenecer a una fase más temprana de desarrollo (Fase Loma Alta III 350-550 d.C.), mientras que el material de la Tumba I presenta más una carga simbólica, ya que se ha localizado como ofrenda con formas y diseños diferentes. A continuación se muestran algunos ejemplos de las comparaciones que se realizaron de los materiales de la Tumba I: El tipo “La Joya Rojo”, fue localizado en la cuenca de Zacapu, se identificó una olla de silueta compuesta y borde con moldura externa, es característica del Epiclásico (Pereira 1997a: 66). Una olla con características idénticas fue localizada en la Tumba I en Tingambato (figura 85).

Figura 85.- Fotografía de la olla localizada en la Tumba I y el dibujo de la olla de la Fase Lupe temprano-La Joya, de Zacapu (fotografía proporcionada por José Luis Punzo Díaz, tomada del Museo Regional, Morelia, Michoacán, 2008; Pereira 1997a: 66; modificadas por Gustavo García G.).

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Del mismo modo, el tipo “Ciénega Rojo” con vasijas de copa de pedestal, decoradas al negativo, son características de la fase Lupe temprano-La Joya (Pereira 1997a: 66) y existen copas similares en las ofrendas de la Tumba I (figura 86).

Figura 86.- Dibujos de las copas de pedestal localizadas en la Tumba I y la comparación con los materiales de la Fase Lupe temprano-La Joya, de Zacapu (Ohi 2005: 50; Pereira 1997a: 66; modificadas por Gustavo García G.).

Existen otros objetos de cerámica que también podemos asociarlos no solamente con la cuenca de Zacapu sino también a otras regiones; Piña Chan y Oi (1982) mencionan la existencia de “pseudo-sellos” o tapaderas solidas de barro, identificados en la Tumba I del que se desconoce su función (figura 87), que también fueron localizados en Apatzingán y “… requires special mention. It is a red-slipped quadrilateral block, said to be known locally as a plancha. One face has a circular, raised area containing within it a depression. No use can be suggested.” (Kelly 1947: 111) (figura 88).

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Figura 87.- Artefactos de cerámica, el primero corresponde a Tingambato y el segundo de San Antonio Carupo (Faugére-Kalfon 1996: 95; modificado por Gustavo García G.)

Figura 88.- Objetos de barro solido con función no identificada (fotografía proporcionada por José Luis Punzo Díaz, tomada del Museo Regional, Morelia, Michoacán, 2008; Kelly 1947: 111; modificadas por Gustavo García G.).

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Podríamos adelantarnos a interpretando que, el material de la Tumba I es de una diferente temporalidad al recuperado en las excavaciones del PEM y del PAPACSUM (Punzo et al 2015), debido a que el material de este último proyecto se asocia a las fechas obtenidas por radiocarbono (Punzo 2016) y corresponde a las fases de transición entre lo Loma Alta y Jarácuaro, mientras que los objetos de la Tumba I presentan una mayor similitud con materiales de una fase más tardía (Fase Lupe-La Joya / 750-900 d.C.) (Pereira 1997a: 65) este tema se retoma con un mayor énfasis en el subcapítulo siguiente; solo queda mencionar que algunos materiales diagnósticos de fases anteriores, como el tipo Agropecuaria, el Tres Palos, el Loma Alta Pulido, el Cherán o el Champlevé no se identificaron dentro del contexto de la Tumba I; esto sin embargo necesita corroborarse con más datos y de ser posible, con una revisión exhaustiva de las vasijas en el Museo Regional.

Toda esta caracterización de la cerámica de Tingambato, nos permitió identificar los atributos de los tipos cerámicos, determinar cuáles tipos son más recurrentes y cuáles podemos relacionar con posibles relaciones con otros sitios, además de que nos sirvió para comprobar que la tipología que se estableció a partir de la restructuración de los tipos propuestos por PEM, funciona y que puede ser utilizada para próximas investigaciones.

7.3.- Conclusiones Teniendo en cuenta los materiales, las fechas de radiocarbono (Punzo 2016) y la complejidad del sitio arqueológico de Tingambato, podemos concluir temporalmente que la ocupación de la región se generó a partir de la llegada de grupos que se establecieron en una primera fase, posiblemente entre el 400 y 550 d.C., que podríamos llamar una fase “Pre-Tingambato” o asociarla con la fase Loma Alta III, perteneciente a la cuenca de Zacapu (Arnauld, Carot, Fauvet-Berthelot 1993: 151). Los materiales cerámicos asociados a estas fechas tempranas podrían ser: el tipo Tres Palos Rojo sobre Crema, Tres Palos negativo sobre naranja, Tres Palos Trícromo, Loma Alta Pulido, Zacapu Café, Agropecuaria negativo sobre rojo, Blanco y negro sobre rojo, Café bruñido, Naranja bruñido, Negro bruñido, Gris bruñido y 180

Rojo y blanco sobre naranja, ya que algunos de estos tipos han sido identificados en la última etapa de la fase Loma Alta III ubicada entre el 350 – 550 d.C. (Arnauld, Carot, Fauvet-Berthelot 1993: 151), sin embargo, retomando los materiales excavados, podemos observar que hay materiales que se encuentran fechados tanto por encima como por debajo de esta temporalidad, lo que probablemente nos indique que hayan sido materiales de relleno. Existen otros tipos como el Rojo pulido, Rojo escobillado, Rojo alisado, Café escobillado, Naranja pulido, Negro pulido, Negro alisado y Gris pulido, que parecen tener una continuidad temporal desde estas primeras fechas, ya que se encontraron también dentro de la unidad la excavación asociados a las fechas de radiocarbono (Punzo 2016). Proponemos que es a partir del 550 d.C. aproximadamente, donde se están generando los cambios, en los que podemos definir dos eventos o fases constructivas del sitio: la primera se evidencia con la construcción de las plataformas, patios hundidos y los basamentos, mientras que la segunda podemos observarla con la integración de los conjuntos administrativos, también probablemente, la construcción de las tumbas sea dentro de este periodo. Esta fase culminaría entre el 600/700 d.C., y resulta ser la más importante para el sitio de Tingambato, porque se relaciona tanto con los acontecimientos que produjeron el abandono de Teotihuacán, así como también se asocia con la fase de transición en la cuenca de Zacapu, Jarácuaro (550- 600/700 d.C.), además, las muestras de radiocarbono (Punzo 2016) recuperados por el PAPACSUM se asocian a esta temporalidad. Estos datos nos indican entonces, un periodo de desarrollo e integración de elementos, las evidencias más claras podemos corresponderlas con la introducción del sistema constructivo por Talud-tablero y en algunos tipos cerámicos específicos como el Cherán y el Champlevé, el primero presenta elementos iconográficos que se asocian a Teotihuacán, mientras que el segundo se ha localizado en contextos funerarios dentro de esta misma urbe. También los tipos Rojo pulido, Rojo escobillado, Rojo alisado, Negro sobre rojo, Blanco sobre rojo, Café escobillado, Café alisado, Naranja pulido, Rojo sobre naranja, Naranja alisado, Naranja 181

pseudoengobe, Negro sobre naranja, Negro pulido, Negro alisado, Negro escobillado, Crema alisado, Gris pulido, Gris alisado y Blanco alisado, que en su mayoría son tipos monocromos de pastas finas, se identifican también en la cuenca de Zacapu, dentro de la interface Jarácuaro entre el 550 – 600/700 d.C.. También planteamos la posibilidad de una tercera ocupación donde únicamente se reorganiza el sitio y no se generan grandes cambios, por lo que culminaría entre 700/800 d.C., periodo ubicado dentro de la fase Lupe (600/700 – 900 d.C.), evidenciado con las fechas de radiocarbono (Punzo 2016) recuperadas por el PAPACSUM (Punzo et al 2015) y con la comparación de los materiales de la Tumba I, que se realizó en el subcapítulo anterior. Los tipos cerámicos de Tingambato, identificados para este periodo son el: Café esgrafiado y el Lupe Inciso. Este dato también nos corrobora el por qué tenemos tan poco material que se asocia esta fase. Dentro de este último periodo, posiblemente se haya abandonado el sitio a causa de algún acontecimiento, la hipótesis más acertada es la de un incendio como lo mencionó Piña Chan (Piña y Oi 1982), ya que existen evidencias de pisos quemados en la estratigrafía de Tingambato identificados también por el PAPACSUM en la temporada 2015 (Punzo et al 2015). Retomando los cuestionamientos temporales y espaciales que mencionamos sobre el Occidente de México, en Tingambato no tenemos elementos que nos asocien con un periodo Posclásico, por ejemplo, los objetos de metal o cerámica Tarasca, por lo que el sitio no tuvo una segunda ocupación durante este periodo. Estamos hablando de que entonces el sitio tuvo un periodo de desarrollo evidenciado por la practica en el espacio local, en un territorio concreto (Juárez 2013: 15), de aproximadamente 250 años (figura 89), considerando que ya se encontraba habitado antes del 550 d.C., y que a partir de ese momento llegarían grupos que tendrían conocimientos sobre algunos patrones arquitectónicos y por supuesto, sobre la producción de cerámica, con lo que daría paso a la construcción e implementación de nuevas técnicas para la manufactura de los objetos. Las etapas constructivas o “eventos” (como también los hemos planteado) en el sitio, no se han podido definir con certeza, debido a que se presentan en un corto periodo 182

de tiempo, por lo que podemos pensar que probablemente, al tiempo en que se terminan de construir los primeros elementos arquitectónicos, como son los basamentos piramidales, los patios hundidos y la gran plataforma, se da paso de manera continua, a la construcción del resto de los elementos presentes en el sitio como son: los conjuntos habitacionales, los altares, el juego de pelota, las tumbas y se introduce el sistema constructivo por talud-tablero.

Figura 89.- Propuesta cronológica para el sitio de Tingambato.

Con esta propuesta cronológica podemos comprender la distribución temporal de los materiales de Tingambato, además, complementamos estos datos con el análisis cerámico y pudimos comprobar que, efectivamente, no hay evidencia de materiales típicos Teotihuacanos, pero en cambio, existen tipos cerámicos como el tipo Cherán o el tipo Champlevé identificados en esta tipología, que se han localizado en Teotihuacán (dentro del barrio Oaxaqueño, en la estructura 19), estos materiales fueron importados utilizados como ofrendas en contextos funerarios (Gómez y Gazzola 2007:123), con esta evidencia podríamos interpretar que la producción de estos tipos cerámicos es importante para el desarrollo de los grupos que habitan en el Occidente de México, ya que su producción obedece una cuestión de alto rango y jerarquización en contextos funerarios. Esta distribución de los tipos Cherán y Champlevé que aparecen en Teotihuacán, también podemos verlos en otras regiones como en Cuitzeo, Queréndaro y más al norte del Occidente de México se asocian con la cultura Bolaños y con las estructuras circulares de la Tradición Teuchitlán, conocidas como Guachimontones en Jalisco; han surgido también nuevos datos de la próxima publicación de tesis de Alejandro Valdés Herrera, con los que no solamente el 183

material cerámico se asocia con esta región al norte, si no también materiales como la concha o la lítica pulida y se han podido identificar tanto especies como técnicas de manufactura similares (Valdés 2016 com. pers.). Esto nos indicaría que existe un interés por los objetos exóticos que se encuentran fuera de la región y que pueden ser de lugares específicos (Binford 2004: 246), como por ejemplo, las conchas provenientes de la costa del Océano Pacífico o en algunos diseños y formas de la cerámica características de otras regiones. A partir de la comprobación estadística de la cerámica del recuperada por el PAPACSUM, y específicamente en los trabajos de correlaciones de Spearman, del grupo 3 (figura 82), se pudieron identificar correlaciones entre los tipos cerámicos Tres Palos Trícromo, Agropecuaria negativo sobre rojo, Urumbécuaro rojo mate y Crema alisado, que presentan similitud entre la cantidad, temporalidad y su ubicación, por lo que podemos interpretar que la presencia de estos tipos en Tingambato obedece a un interés de materiales de otro región, en este caso de la cuenca lacustre de Zacapu, con lo que obtuvimos una comparación precisa entre materiales y fechas cronológicas. Aunque este material se encuentra asociado a los de la cuenca de Zacapu, no presenta los diseños iconográficos que caracterizan al material en esa región (por ejemplo las aves, los venados, las figuras antropomorfas etc.), más bien parece que en Tingambato hay una reinterpretación de estos diseños, pues el trazo tiende a ser más sencillo con formas geométricas y no muy estilizados, sin embargo, estos tipos podrían ser los indicadores de una relación. Hay que agregar también que: “Para llegar a construir secuencias culturales más confiables en el Occidente de México, así como entender sus implicaciones para conocer mejor el desarrollo de la cultura prehispánica a través del tiempo, creo que hay que llegar a analizar e interpretar más a fondo tres cosas: 1) los materiales procedentes de sitios utilizados durante corto tiempo, 2) las variaciones culturales entre sitios que aparentemente fueron contemporáneos, y 3) las variaciones entre sitios debidas a diferentes contextos geográficos / ambientales.” (Mountjoy 2010: 54).

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Mediante estas tres cuestiones, se puede entender el desarrollo de las culturas a un nivel regional, por tal motivo, para reconocer el papel de Tingambato dentro de esta dinámica cultural, es importante compararlo con la región de la cuenca de Zacapu, ya que ambos presentan un desarrollo contemporáneo durante los periodos Clásico y Epiclásico. Contamos también con los datos de la próxima publicación de Tesis de David Rangel Campos, y que tratan sobre fechamientos de la cerámica mediante la técnica de arqueomagnetismo de los materiales recuperados por el PAPACSUM en la temporada 2015, que arrojaron fechas similares a las planteadas en algunos tipos cerámicos. A continuación presentamos algunos datos con los que ya se cuentan: la muestra de la unidad 4, el tipo Tres Palos obtuvo dos picos de intersección entre el 605 - 612 AD y 645 - 830 AD (Rangel 2016 com. pers.), mientras que en la muestra de la unidad 3 varía mucho pues los picos de intersección están entre 0 43 AD, 177 - 288 AD y 901 – 1191 AD (Rangel 2016 com. pers.); el Zacapu Café muestra una intersección entre el 716 y 769 AD en la muestra de la unidad 4 (Rangel 2016 com. pers.); las muestras que tienen una mayor proximidad a las fechas planteadas con base a los fechamientos por radiocarbono (Punzo 2016), son las de la unidad 2, y son los tipos Rojo pulido y Rojo escobillado el primero con dos picos de intersección entre 602 – 616 AD y 644 – 831 AD, mientras que el segundo cuenca con dos picos de intersección entre el 572 – 651 AD y 815 – 926 AD (Rangel 2016 com. pers.); si contrastamos estos datos con los de las muestras de radiocarbono (Punzo 2016) (véase figuras 83 y 84) podemos ver que hay una concordancia entre fechas, con lo que pudimos debatir sobre el tema, y pensamos que algunos de los materiales que se encuentran por arriba de las fechas planteadas, podrían corresponder a fechas aún más tempranas y ser después utilizados como parte del relleno, de esta manera tendríamos material temprano en capas superiores o viceversa (esta cuestión fue discutida anteriormente para plantear la propuesta cronológica). También existe la posibilidad de que estos tipos hayan sido manufacturados desde un principio y continuaran siendo producidos en épocas más tardías, lo que indicaría que no habría una variación en cuanto a la producción de la cerámica. 185

A pesar de ser un sitio con un corto periodo de cambios, Tingambato muestra evidencias de un desarrollo que consideramos muy apresurado, ya que en tan solo en 250 años pudieron ejercer un control sobre la región, lograron construir un sitio modificando el terreno natural levantando plataformas y construyendo grandes basamentos piramidales, adquirieron materiales de lugares lejanos como la costa del Océano Pacífico y del mar Caribe (Conchas), introdujeron sistemas constructivos similares a los del Altiplano Central y del Occidente de México (altares, muros con talud-tablero, el juego de pelota, patios hundidos, tumbas), presentan materiales asociados al periodo Clásico y Epiclásico en el Occidente de México, entre otras cosas; todos estos elementos y conocimientos debieron ser adquiridos en algún momento posterior, por lo que no se descarta la posibilidad de que existieron migraciones de otros lugares, sin embargo, la región de Tingambato debió ser ocupada con anterioridad, ya que los grupos utilizarían los aspectos materiales del paisaje para formalizar las relaciones sociales y materializar identidades en la práctica ritual y cotidiana (Gillespie 2008: 127), estas prácticas requerirían del conocimiento y aprovechamiento de los recursos de la región, para construir y elaborar los objetos que aquí presentamos. Con los datos obtenidos a partir de la restructuración de la tipología cerámica de Tingambato, del análisis de los materiales recuperados por el PAPACSUM 2015 tanto estadístico como comparativo a nivel regional, de la comprobación cronológica y estratigráfica y de la revisión bibliográfica, todo esto visto desde el concepto teórico de la materialidad, podemos interpretar el significado cultural de la cerámica de Tingambato como una evidencia local, esto referido al desarrollo en una dimensión que supera la territorialidad geográfica (Juárez 2013:12); estos materiales se encuentran articulados en contextos particulares situados en tiempo y espacio, que por sí mismos representan una presencia material particular (Nanoglou 2009: 157). También consideramos algunos planteamientos de Gordon Childe y de Émile Durkheim que retoma Hirth (2011), en los que comentan que la producción cerámica especializada es un marcador de la complejidad cultural; si el material lo analizamos 186

desde esta perspectiva, estaríamos examinando a los objetos como elementos significativos que determinan no solo el desarrollo de una cultura, sino también los comportamientos dentro de una sociedad, dicho de otra manera, los objetos que hace la gente, hacen a las personas lo que son. Más que solo materiales con las características descritas y determinadas en los capítulos anteriores, son procesos de relaciones sociales entre los humanos y los objetos (Knappett 2014: 4702; c.p. Williams 2015: 5), estaríamos viendo entonces a la gente y sus objetos materiales, simultáneamente constituyéndose y dando forma entre ellos mismos (De la Fuente y Páez 2011: 1) dicho de otra manera, la sociedad de Tingambato se constituyó a partir de la producción de sus objetos materiales, los cuales favorecieron a su desarrollo; estas representaciones materiales, ayudaron a la comprensión del entorno y la manera adecuada de habitarlo (Nanoglou 2009: 157) durante los periodos de ocupación del sitio. A manera de conclusión, en este estudio cerámico nos dimos cuenta de dos cosas primordiales, la primera es la importancia que tuvo la intensificación de la producción de materiales cerámicos, específicamente de los tipos monocromos de pastas finas y medias, por ejemplo en los tipos cerámicos: Rojo pulido, Rojo escobillado, Café escobillado, Zacapu café, Naranja pulido, Rojo sobre naranja Negro pulido, Gris pulido, entre otros (Véanse los formatos de descripción de tipos cerámicos en el CD Anexo). Por otro lado, la especialización en tipos cerámicos, que son los que presentan decoración, con formas y variantes distintas, por ejemplo los tipos: Tres Palos Rojo sobre Crema, Tres Palos negativo sobre naranja, Tres Palos Trícromo, Loma Alta Pulido, Agropecuaria negativo sobre rojo, entre otros (Véanse los formatos de descripción de tipos cerámicos en el CD Anexo) que se encuentran dentro de la producción de subsistencia; estos dos elementos (Intensificación y especialización) proporcionan las bases para el desarrollo de una sociedad compleja (Binford 2004: 237). Este desarrollo se encuentra vinculado con la cultura, como resultado de un proceso de intervención del hombre sobre el medio (Lozano 2007: 10), por tanto, esta producción cerámica, durante los años 550 – 700/800 d.C., son una evidencia 187

del desarrollo cultural local que tuvo la sociedad que habitó en la región de Tingambato.

7.4.- Comentarios finales Harán falta algunos trabajos que complementen la información obtenida sobre el material cerámico, uno de ellos sería el investigar más a fondo las posibles relaciones que presentan los objetos de la Tumba I y si son materiales que corresponden a una producción local; buscar también los bancos de donde se obtenía la materia prima para la producción de la cerámica, identificando si este tipo de materia era la utilizada por los alfareros de Tingambato. Como parte de las investigaciones recientes dentro del PAPACSUM hay publicaciones tanto de algunos artículos como de tesis pendientes, con las que se esclarecerá aún más la cuestión de Tingambato como sitio del periodo Clásico en el estado de Michoacán; trabajos como el de datación mediante arqueomagnetismo para la cerámica (Rangel 2016 com. pers.) o los materiales malacológicos encontrados en contexto funerario (Valdés 2016 com. pers.), presentarán un gran avance para el estudio del sitio identificando con ellos fechas cronológicas para ciertos tipos cerámicos con las que podríamos identificar el inicio de una fase de producción o también se podrá identificar ciertas rutas de obtención de conchas y manufactura de ellas. Otra cuestión que quedaría pendiente sería si se presentan nuevos tipos cerámicos en próximas excavaciones o recorridos en Tingambato, aunque con los formatos de descripción podrían completarse los nuevos datos y se podría crear una base de datos general para la cerámica de la región. Por último al hablar del Occidente de México, muy probablemente nos enfoquemos más a los elementos característicos de esta subárea como son: la cerámica, los objetos de cobre, las tumbas de tiro, los basamentos de planta circular; el mayor problema de estos enfoques surge a la hora en que lo manejamos por periodos, más específicamente el periodo Clásico, ya que la fuente de mayor información se atribuye al periodo Posclásico, con el desarrollo de los grupos Tarascos. La cuestión con los materiales, como el metal o la cerámica finamente 188

decorada, no es más que la evidencia desarrollos tecnológicos muy precisos que han hecho fama al Occidente; estos objetos son tan codiciados por los coleccionistas, que el saqueo es una práctica que no se ha podido erradicar desde el siglo pasado, las medidas preventivas por parte de las autoridades no han sido suficientes para controlar el tráfico de piezas; este problema ha sido la causa de que muchas de las intervenciones que se han realizado no tengan los suficientes datos para contextualizar los elementos, por tal motivo, tenemos expuestas piezas en museos que no sabemos ni siquiera de donde son.

Con el apoyo del PAPACSUM, se logró un avance en las investigaciones dentro del estado de Michoacán y esperamos que la ventana que se abre ahora sobre Tingambato, nos siga dando más de que hablar. Hay que hacer un especial énfasis en estos grupos, los que habitaron en la región anterior al periodo Posclásico, pues son la base para entender el desarrollo del señorío Tarasco y podamos crear nuevas interpretaciones; a pesar de tener mayor información sobre el Occidente de México que en años anteriores, falta enfatizar aún más en la complejidad de esta subárea cultural, este es un trabajo que nos corresponde como investigadores, el aportar nuevos datos sobre el desarrollo de los grupos humanos que habitaron la región.

Hay que mencionar también que esta tipología cerámica es una propuesta de investigación la cual puede ser modificada según los criterios y objetivos que plantee el PAPACSUM en futuras intervenciones que se presenten para el sitio arqueológico de Tingambato o para personas que tengan un interés particular en la cerámica del sitio.

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