El Estilo del Escepticismo
Descripción
El no sé qué de la Ironía escéptica Andrea Lería: ARCHIVOS –un futuro perfecto-‐ Una breve descripción: Las paredes son grises y hay dibujada una cuadrícula roja que las cubre. En ella están emplazados alrededor de cuatrocientos cuadros pequeños y cuatro de formato mayor, alternando silencios, por lo que, como Andrea Lería afirma: la exposición está hecha para ser leída más que para ser vista. Archivar es de algún modo resguardar algo en la invisibilidad, por esto, contraría la noción misma de exposición. Exponer un archivo significa develar una memoria diferente al recuerdo, una memoria que toma la forma del espacio que la contiene; en este caso: el futuro perfecto. La ausencia de orden y la contradicción inherentes a la memoria articulan un cuerpo discontinuo, y las imágenes, que presentan una resistencia al lenguaje, son objetos fragmentarios que no pueden sino obedecer al oleaje interno de lo que aparece y desaparece, fragmentaria y repetitivamente. En este contexto, la fotografía en blanco y negro bordada con hilo rosado, seguida de la leyenda: [*“Las clases de ballet…”] nos presenta varias ironías que, podemos agregar, se hallan montadas unas sobre otras. A mí me llama la atención cómo dialogan los tiempos, entre la mujer y la niña se urde un fondo de hilos rosados, rodeando, incluso acechando, la figura que permanece en blanco y negro. Hay una segunda costura, la de las palabras. En este juego aparece el futuro perfecto como la contrariedad propia del archivo, donde la niña que no alcanzó a ser bailarina, lo fue o, más bien, cuando la imagen se trame, la niña habrá sido bailarina. Aquí hay un sentido que podríamos llamar irónico y no precisamente porque cause risa (aunque exista una especie de comicidad), sino más bien por el elemento interruptor y suspensivo respecto de la interpretación. Algo queda abierto e incide justamente en la posibilidad de detectar un sentido lineal. El poema de Leonard Cohen nos presenta otra modalidad de este elemento suspensivo. Primero, podemos detectar algunas marcas textuales: hay una alternancia en “Terriblemente despierto espero” y “¿regresarás acaso?”, luego cierta contrariedad entre “al lado del césped que tu carne aplastó” y “¿en qué constelación te convertirás?”. Este primer paso se desarrolla en el resto del poema como preguntas, pero nos volvemos a encontrar con una serie de contrapuntos entre algo que podemos formular como el cielo físico y la 1
física del cielo. La disyunción no es contradictoria, pero tampoco nos permite llegar a un sentido cierto de lo que se quiere decir. La carne (flesh) opera como un pivote, una “crisis” que anuda los contrarios (no contradictorios) en la condición –y condicionalidad-‐ de la espera, del presente como vigilia terrible. El sentido irónico de este texto no opera como una superación de las contrariedades, más bien las hace coexistir dispersando el sentido, de tal modo que no podemos llegar a algo cierto o reemplazar un sentido por otro. Esto implica que como lectores no podemos detenernos en las afirmaciones contenidas en otras afirmaciones y que se siguen a veces contrariamente. Elegí comenzar con estos ejemplos para hablar del no sé qué de la investigación sobre ironía escéptica. (*) La potencia del paréntesis interno en toda tarea de lectura y escritura no es otra cosa que la intuición. Cuando decidí hacer una tesis sobre ironía escéptica me llamó la atención la cantidad de veces que aparece el término y, a la vez, que esa magnitud es proporcional a su imprecisión y ambigüedad. Con esto me refiero a leer entre líneas, punto importante de la ironía, y leer, en este caso, vacíos respecto de la utilización de la ironía escéptica. Si lo que marca el temple escéptico es el carácter indagatorio de su disposición, la ironía escéptica tiene que mantener dicho carácter, pero a la vez, conjugar la tensión propia de la ironía con la ataraxia. Con tensión irónica me refiero a lo que hemos podido observar en los ejemplos como una disyunción insuperable, que no toda ironía quiere dar a entender lo contrario de lo que dice, que no toda ironía es una burla o nos hace reír y, por último, que la ironía es una operación que se nos presenta también como una forma de leer y escribir las cosas (para darle una vuelta a la idea de “ver el mundo”). En este sentido, nos hallamos ante una experiencia cifrada, a ello se vuelve la intuición que como tal, que advierte un no sé qué, elemento inquietante que provoca la interrupción de la cadena de juicios. La ironía, en general, busca ser comprendida, por lo mismo, tenemos que reinterpretar la idea de la experiencia cifrada en la ironía escéptica. Con ello no nos referimos a una experiencia clausurada, sino al modo en que, pudiendo decir las cosas directamente, damos un rodeo para despejar y depurar los juicios, llegando a
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una especie de intuición de las posibilidades en estado puro [*Experiencia cifrada, la vitalidad de la depuración escéptica contra el dogmatismo]. Cuando los escépticos hablan contra el dogmatismo no lo hacen para anteponer a sus juicios otros igualmente dogmáticos, la indiferencia propia de ellos debe ser entendida como “no es más esto que esto otro”, a fin de conservar la tranquilidad. Aquí la ironía se levanta como procedimiento que suspende la totalización que pretenden los juicios para que la intuición, la misma que advierte de una ironía, se enfrente a la singularidad de la experiencia en el vacío al que la ironía nos arroja. Acerca de este vacío, podemos decir que opera en el centro de la ironía, sobre todo cuando se trata de que el sentido irónico no resulta del reemplazo de un significado por otro, sino en la vacilación de la subjetividad que se vuelca sobre la singularidad de la experiencia y de las apariencias como modos en que las cosas se nos aparecen. La ironía escéptica no afirma ni niega en sentido general (porque la negación es una de las formas de la afirmación). A la generalidad propone el contraste de lo universal, al que asiente afirmando juicios contrarios que se encabalgan de tal modo que al mismo tiempo se excluyen. He aquí que podemos llegar a dos lecturas del escepticismo: [*Lecturas escépticas: Sexto Empírico y Michel de Montaigne] dos formas de operar con los juicios, la de Sexto Empírico que nos habla de la suspensión; y la de Michel de Montaigne que propone desde el ensayo, el examen y la experimentación, hacer proliferar los juicios como una forma de vida. Hago un paréntesis, para los escépticos el carácter indagatorio de su disposición se relaciona con la ataraxia, que podríamos asociar a un cierto estado de distensión. La búsqueda de la verdad no queda aislada de una forma de vivir, por lo mismo, se trata de despejar los fenómenos para alcanzar la serenidad o imperturbabilidad. A mi modo de ver, esta es la manera en que, sin dogmatizar respecto de lo que las cosas son en sí, los escépticos se inclinan a una vida práctica. Por un lado tenemos la suspensión del escepticismo antiguo; por otro, una reformulación en los ensayos [*Suspensión y ensayo. Ni más ni menos que en la medida de lo humano]. Creo que desde ahí podríamos considerar la ironía escéptica como una disposición que está marcada por la apertura a los fenómenos. Desde este punto de vista, la ironía da cuenta de la capacidad del lenguaje para hablar de las palabras en la medida de lo 3
humano. ¿Qué significa esta frase? Por una parte la ironía nos muestra los propios límites para referirnos a las cosas, pero a la vez comporta un elemento ilimitado en tanto no siempre podemos hacer una lectura con certeza. Estas dos dimensiones están atravesándose en el sentido irónico y terminarán probablemente abrazándose en el efecto indicativo del lenguaje. Hablo de un efecto, pues el sentido irónico no es lo mismo que la interpretación, y tampoco responde a una causalidad, “efecto” debe ser entendido como una cierta distribución de sentido que permite atender a las cosas tal como nos aparecen. La distribución irónica del sentido no intenta reconstruir o descubrir un vínculo del sujeto con el fenómeno, sino despejar, ya sea mediante una aporía, o bien una contrariedad. Ambas salidas de la ironía escéptica son un juego de equilibrio, donde los peligros abundan porque se tambalea la pretensión de un lenguaje que está en función de las cosas. A mi juicio, esta es una respuesta tentativa a la pregunta de por qué dar un rodeo para decir algo cuando lo podemos decir directamente. La gracia que tiene esta solución es que nos lleva a pensar la resistencia del lenguaje a ser pensado como un instrumento y de algún modo rescata el carácter liminal entre producción de realidad y neutralidad de las palabras. [*El trapecista irónico, cuando el equilibrio de los juicios nos hace encoger de hombros y qué sé yo] Ya sea porque la ironía escéptica pone en contraposición dos o más juicios a tal punto que no podemos resolvernos por uno u otro, ya sea por la extensión indefinida de los juicios que se siguen contradictoria o disolutamente, lo que nos presenta la ironía no necesariamente es una negatividad. La irrupción de la ironía en la tradición socrática está dada por un desmantelamiento de lo establecido para luego dar paso a la mayéutica. Una ironía que destruye para construir sigue siendo negativa. En el caso de la purgación escéptica no se intenta construir una relación con una realidad más auténtica, sino de despejar o de otro modo, examinar y experimentar el vínculo natural con las cosas. El irónico bien puede denominarse un trapecista, su relación con el lenguaje no es solamente la de la utilización, sino también la del lugar que le es propio, y con esto nos referimos a una forma de habitar. Aunque la ironía pone en cuestión y hace tambalear lo que damos por sentado, no toda ironía es escéptica aunque en toda ironía hallemos un grado de duda [*Distanciamiento del ironista, dos versiones: el que se eleva por sobre lo condicionado y pone en cuestión lo establecido; y el que no hace sino dudar de sí mismo y de su propia 4
duda. La operación escéptica de la ironía y la ironía propiamente escéptica]. La mayoría de las ironías que podríamos llamar complejas, es decir, que no son una mera inversión de significados, tienden a establecer equivalencias entre posiciones distintas que pueden o no resolverse mediante las tareas de lectura que reconstruyen el argumento. Esto quiere decir que la reconstrucción no siempre toca tierra firme, muchas veces la lectura dispersa el sentido más que volver a un sentido originario. Si a la primera forma hace justicia la ironía socrática, a la segunda corresponde el temperamento escéptico, donde volver a los fenómenos y a la experiencia es por medio de un efecto purgativo del lenguaje que, a medida que avanza, va deshilvanando los juicios. De este modo, hay ironías que para ser interpretadas exigen comprender otras ironías que se desprenden indefinidamente. Es la renuencia a que el doble sentido sea dirigido a una unidad que, en ultima instancia, determina identidad, agrego, por esto la estrategia irónica es diferente de la estratagema metafórica. La ironía escéptica produce un vaciamiento y no necesariamente la destrucción de aquello de lo que dudamos. Es en tal sentido una apertura que afirma la singularidad de la experiencia [* Una ironía que afirma constantemente la singularidad de la experiencia. Apariencias y superficie, donde se abren las posibilidades crece la ironía; donde emerge la ironía, se dispersa el sentido]. La ironía escéptica no busca elevarse para derrocar lo establecido y luego volver a un nivel más profundo, porque su sentido sólo es posible en la superficie, donde coexisten múltiples formas de relacionarnos con lo externo y con lo propio, ya sea porque cambian las cosas, ya sea porque no somos los mismos de hace un instante atrás. [*cita Pessoa] Se trata de dudar concienzudamente, de nosotros y de nuestra duda, para afirmar la fidelidad de la pintura aun cuando los trazos cambien y varíen. Del mismo modo en que el cronista que no busca formar al hombre sino hacer un registro de aquel que singularmente es muy mal formado, como nos recuerda Montaigne, la lectura y escritura en clave escéptica vuelve evidente la inscripción de la libertad en lo humano.
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Terriblemente despierto espero Junto a la hierba que tu carne [aplastó. ¿Regresarás acaso? ¿En qué constelación te [convertirás?
“Las clases de ballet no duraron tanto, me perdí esa Or will I bind the roots lección en la que aprendería a abrocharme las Across my head chestni sé si zapatillas. Dejé extrañando algo y noand sé bien, see the asséheaven’s tengo derecho a And reclamarlo. Lostars que sí es que esa [warts noche me reencontré con ese placer precario de la bailarina que fui de niña”. the sinner’s flesh? Visiting
¿O amarraré tal vez las raíces En torno a mi cabeza y pecho Y veré las estrellas como [verrugas del cielo Que visitan a la carne del [pecador?
Leonard Cohen, Parásitos del Paraíso Poema de 1957
Terribly awake I wait Beside the grass your flesh [pressed down. Will you return? What constellation will you [become? And if you live in the sky, Will I have the courage to say: The stars have arms and mouths And cluster round your body Like petals on the roses’ throat?
ARCHIVOS -un futuro perfectoAndrea Lería
Y si vives en el cielo, ¿Tendré acaso el valor de decir: Las estrellas tienen brazos y [bocas Y se arraciman en torno al [cuerpo de uno Como pétalos en la garganta de [la rosa?
✂ Experiencia cifrada, la vitalidad de la depuración escéptica contra Conocerse El hombreelesdogmatismo superior errar, y el difiere oráculo delque hombre dijo “Conócete” inferior, ypropuso de los un animales hermanos mayor quede los este, de Hércules por la ysimple enigma cualidad negro de la ✂ trabajo Lecturas escépticas: Sexto Empírico yun Michel de más Montaigne que los La ironía. de ironía la Esfinge. es el Desconocerse primer indicioconscientemente. de que la conciencia He ahí se ✂ Suspensión y ensayo.YNilamás ni menos quedos en laelmedida el camino. ha tornado El consciente. desconocerse concienzudamente ironía atraviesa esestadios: empleo elde lo humano activo estadio demarcado la ironía.por NoSócrates conozcocuando cosa mayor, dijo “sólo ni más sé propia que nodel sé hombre nada” y que el estadio es deirónico, verdad marcado grande, por el Sanches que el análisis [filósofo de lanos ✂ El trapecista cuando equilibrio depaciente losportugués juicios inconsciencia del sigloencoger XVII]de cuando dijo conciencias, “no sé sé si yo nadalasé”. metafísica El primerde paso la hace denuestras hombros y qué sombras llega a autónomas, aquel punto la poesía en eldelque crepúsculo dudamos de ladedesilusión. nosotros ✂ Distanciamiento del ironista, dos versiones: que se eleva dogmáticamente, y todo hombre superior lo da yelconsigue. El por sobre lo condicionado y pone en cuestión lo establecido; segundo llegasino a dudar aquel de punto en que Pessoa de y el quepaso no hace sí mismo yFernando de dudamos su propia duda. nosotros y de nuestra Libro duda, del y pocos dehombres Bernardo loSoares han La operación escéptica de desasosiego la ironía y la ironía propiamente escéptica(…). conseguido ✂ Una ironía que afirma constantemente la singularidad de la experiencia. Apariencias y superficie, donde se abren las posibilidades crece la ironía; donde emerge la ironía, se dispersa el sentido
rosario valdivieso drago
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✂ La potencia del paréntesis interno en toda tarea de lectura y escritura
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