El esquema marxista en el discurso político

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Descripción

“EL ESQUEMA MARXISTA EN EL DISCURSO POLÍTICO” Integrantes: Rafael Pich-Aguilera Barroso, José Manuel Navarro Nicolás, Enrique Ovejas Osés, Matías Amat Pons, Oriol Rodríguez Vidal, Albert Vidal. Director: Alfredo Cruz Prados. Profesor Agregado del Departamento de Filosofía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Navarra

Forun Universidad de Navarra. Febrero de 2017

Introducción El objetivo de este trabajo era permitir a unos jóvenes estudiantes universitarios adentrarse en el mundo del pensamiento político desde una perspectiva multidisciplinar que les permitiese reconocer y dialogar entre las distintas disciplinas sobre un mundo que está, paradójicamente, en un movimiento que no termina de desestancar, entre otros campos, el del discurso político. El trabajo ha pretendido estudiar la lógica marxista y desenmascararla en algunos de los discursos políticos actuales para alcanzar algunas conclusiones. Índice 1. 2. 3. 4. 5.

¿Quién fue Karl Marx? El marxismo a lo largo de la historia Marine Le Pen CUP (Candidatures d’Unitat Popular) Pablo Iglesias a. Una biografía: ¿Quién es Pablo Iglesias? b. Podemos: un programa marxista para España c. Pablo Iglesias, politólogo d. Pablo Iglesias, político 6. Conclusiones

1. ¿Quién fue Karl Marx? Karl Marx (1818-1883). Nació en el Reino de Prusia, estudió en la Universidad de Bonn y posteriormente en la Universidad de Berlín, donde se interesó profundamente en las teorías hegelianas. Se trasladó a París para colaborar con otros periódicos radicales y fue exiliado a Bruselas. Volvió a Colonia donde fundó su propio periódico y después se exilió en Londres donde vivió hasta el día de su muerte. Se ha escrito y opinado mucho acerca de Marx, pero su comprensión no es fácil. Se puede entender su persona de muchas maneras, como filósofo o como historiador, como economista o como periodista. Se podría afirmar sin problema que fue todo eso. Además, es preciso mencionar su íntima relación de amistad con Friedrich Engels (1820-1895), lo que complica la distinción entre las ideas de cada uno. La transición del pensamiento de Marx al marxismo fue obra principalmente de Engels y de algunos de sus amigos socialdemócratas. Se genera un debate político-social entre diversos movimientos, de las que surgieron muchas disputas, acerca de la interpretación de Marx. Y cada interpretación daba 2

lugar a un movimiento marxista. Algunos de estos movimientos marxistas eran opuestos entre sí e incluso antagónicos, sin embargo, todos ellos se encuentran en un amplio factor común, que es lo propio y lo original del pensamiento de Karl, de modo que se definen por “cuatro coordenadas principales: ateísmo, materialismo, dialéctica y socialismo”.1 Todas las formas de marxismo se mueven en estas coordenadas según el valor que se dé a cada una. Así pues, se generan bandos rivales dentro del mismo marxismo, por ejemplo, la deriva generada en la división de la Segunda Internacional y la Tercera Internacional. Por tanto, estamos ante un autor que escribió mucho y que sus escritos han influido de maneras muy diversas en movimientos distintos. No sólo ha influido, sino que ha animado y justificado esos movimientos. Sin embargo, se intentará una exposición del pensamiento de Karl Marx dentro de las problemáticas que se han mencionado. Exposición que no será minuciosa ni completa de su pensamiento, sino que pretenderá acercarse a las nociones necesarias para explicar esas ideas que aún influyen en la actualidad. La historia social y la sociedad se identifican, la sociedad no es ser, es devenir, historia. Este historicismo social recibe un nombre concreto: materialismo histórico. Con palabras de Engels en este materialismo histórico hay que buscar “la causa final y la fuerza propulsora decisiva de todos los acontecimientos históricos importantes en el desarrollo económico de la sociedad, en la transformación del sistema de producción y de cambio, en la consiguiente división de la sociedad en distintas clases y en las luchas de esas clases entre sí”.2 Luego existe una base o estructura que consiste en la economía y un proceso histórico-social, que es siempre progresivo, que es la dialéctica. Esta dialéctica aplicada a las formas sociales significaría que, con palabras del Manifiesto Comunista, “la historia de toda sociedad existente hasta este momento, es historia de luchas de clases”.3 Es decir, que, siguiendo la cuestión idealista de tesis, antítesis y síntesis, en cada momento históricosocial surge un opuesto y en la lucha de ambos surgiría una nueva forma superior que a la vez formaría su contrario, y así sucesivamente. Así pues, la historia consiste en la lucha de clases. Y esta lucha se da entre, como sigue la cita anterior del Manifiesto Comunista, “libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces; y otras, franca y abierta”.4 Para explicar la relación entre el devenir necesario y la acción humana o la acción revolucionaria del proletariado que tiene que llevar a cabo, Marx nos dice que: “Sólo en nombre de los derechos generales de la sociedad puede reclamar una clase específica para sí la supremacía general. Para tomar por asalto esta posición emancipadora y asegurarse la explotación política de todas las esferas de la sociedad en interés de la propia, no bastan la energía revolucionaria y la conciencia de la propia 1

F. OCÁRIZ, La concepción marxista de la sociedad. VIII Curso de Verano de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Conferencia impartida el 29 de julio de 1977. 2 F. ENGELS, Del socialismo utópico al socialismo científico (trad. de Ediciones en Lenguas Extranjeras). Moscú 1946, p. 24. 3 K. MARX y F. ENGELS, Manifiesto del Partido Comunista (trad. italiana de Ed. Einaud). Turín 1970, p. 100. 4 Íbid.

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fuerza. Para que la revolución de un pueblo y la emancipación de una clase represente a toda la sociedad, se requiere, en cambio, que todos los vicios de la sociedad estén concentrados en otra clase, que una clase determinada sea la clase del escándalo general, la personificación de la barrera general; se requiere que una esfera social particular pase por ser el crimen notorio de toda la sociedad, de tal modo que al emanciparse de esa esfera se realice la emancipación general”.5 Es decir, que no existe justificación de sobreponerse al resto de la sociedad por tener la fuerza suficiente para imponerte sobre el otro. Marx no afirma que por el hecho de que una clase tenga más fuerza que la otra deba imponerse por la fuerza, además esta argumentación no aportaría nada nuevo ya que la «ley del más fuerte» se viene haciendo referencia desde mucho tiempo atrás. No, la novedad en Marx radica en la contraposición de dos clases en las que una de las dos contiene en sí todos los vicios de la sociedad y por tanto esté justificado la emancipación de esa clase «viciosa», de la que derivará que la supremacía general estará en manos de la otra clase. Es decir, que, en aras del bien común de la sociedad a la clase social, traicionada por los vicios de la otra, se le atribuye esta misión histórica y revolucionaria. Karl Marx presenta un esquema social en la que separa dos clases, denigrando a una y enalteciendo a la otra, con el fin de justificar el otorgamiento del poder a la segunda. Marx usa este esquema social en su época con la burguesía y el proletariado. La burguesía encarna el cúmulo de vicios mediante los cuales traiciona al proletariado, que en su bondad es la víctima de la sociedad. Una vez explicado este esquema social desarrollado en el pensamiento de Marx y denominado popularmente como “lucha de clases”. Se expondrán a continuación diversos ejemplos actuales de cómo, sin declararse marxista ni pretender tener alguna influencia, este esquema sigue vigente hoy en día en la comunidad política, en el discurso político.

2. El marxismo a lo largo de la historia Para introducir, o más bien contextualizar, nuestro trabajo, es necesario que hagamos un sucinto recorrido histórico que nos permita observar el “camino” de las ideas marxistas desde su aparición hasta nuestros días. A pesar de que la obra de Marx El capital fue escrita a partir de 1867, ya antes había promulgado éste su ideario de la sociedad, y su discurso de lucha de clases fue nuclear en la creación de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), comúnmente llamada Primera Internacional. En ella, aunque el objetivo no fuera específicamente la revolución, sino de alguna manera conseguir una solidaridad obrera, de los trabajadores de distintos países, para solucionar problemas comunes, la influencia de Karl Marx tintó esta asociación, lo que provocaría pocos años después (en 1876) la disolución.6 5

R. ARON, El marxismo de Marx. Editorial Siglo XXI. Madrid, 2010, pp. 82-86. M. MOLNÁR, El declive de la Primera Internacional. Editorial Cuadernos para el diálogo. Madrid, 1974. Esta disolución se debe principalmente a las discrepancias, sobre todo políticas, entre Marx y Bakunin. Éste defendía la revolución sin tomar el poder, sino destruyéndolo, mientras que para aquél la toma del poder era una etapa necesaria en la revolución. 6

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En 1889 se fundaría la Segunda Internacional, de nuevo agrupando trabajadores de diferentes estados, pero esta vez únicamente bajo las premisas marxistas. En la proliferación de las ideas revolucionarias por Europa tuvo un peso importante esta asociación, fundada años después del fallecimiento de su ideólogo. Sin embargo, esta asociación, junto con su ideario, topó con unas circunstancias adversas que terminaron por vencerla: la Primera Guerra Mundial. Este acontecimiento fue una prueba de fuego que el marxismo –con la excepción de la revolución bolchevique- no pudo superar. Ante el obrero se presentó una disyuntiva: optar por el socialismo, la solidaridad entre obreros de distintos países, u optar por el patriotismo, lo que suponía enemistarse con los de su misma condición. Está segunda opción fue la mayoritariamente acogida, y el discurso marxista pasaría a un segundo, o tercer, plano. Sin embargo, la Primera Guerra Mundial fue el escenario idóneo para la revolución que se dio en Rusia en el año 1917, la Revolución Bolchevique. Las condiciones adversas en las que la mayoría de la población rusa se encontraba –pobreza, crisis de gobierno, la guerra, etc.- fueron el “caldo de cultivo” para que se fraguara, con el calor de las ideas marxistas, la revolución encabezada por Lenin. La Rusia comunista fue el primer triunfo del discurso marxista. Y la Rusia comunista va a ser uno de los factores más importantes, por no decir el mayor, de la propagación de las ideas marxistas durante el siglo XX. En su libro Rusia, Edward Rutherfurd señala que este país era el idóneo para que se triunfase la revolución, ya que antes de que ésta se diere, el estado ya controlaba gran parte de la población.7 Por otro lado, el triunfo de la revolución no era un triunfo total, sino uno parcial que debía medirse con la prueba de la perseverancia. Por ello, otro hecho “circunstacial” sería clave para demostrarse ante el mundo: la Segunda Guerra Mundial. La victoria de Stalin, de la Rusia comunista, ante Hitler8 será la que dará “autoridad” al ideario comunista surgido de esas ideas de Marx. Así, si la Primera Guerra Mundial fue el escenario para el comienzo del comunismo, de la aplicación del discurso marxista, la Segunda Guerra Mundial fue el contexto que propició su consolidación. La Unión Soviética se convirtió en un referente ideológico y un aliciente práctico –por su apoyo material y humano- para las revoluciones comunistas que la siguieron durante el siglo XX. Así, el discurso de Marx tuvo su aplicación política en la expansión del comunismo por el mundo.9

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V. COWLES, El último zar. Editorial Juventud. Madrid, 1979. - E. RUTHERFURD, Rusia. Editorial Roca Editorial de Libros. Madrid, 2014. Antes de la revolución, el régimen Zarista, que durante siglos había buscado la autocracia, controlaba gran parte de la producción, por lo que la toma del poder por los revolucionarios llevó consigo – en los años que les llevaron conseguir tomar el país entero- el control de gran parte de la población, lo que les facilitaría ese totalitarismo después impuesto. 8 De alguna manera, el discurso marxista está presente en el fascismo y en el nacionalsocialismo: la confrontación, que se ha explicado, entre el “ellos” y el “nosotros” es lo que dará fuerza a estos regímenes. 9 J.R. DÍEZ ESPINOSA (coord.) et al. Historia del mundo actual (desde 1945 hasta nuestros días). Universidad de Valladolid. Valladolid, 1997.

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Sin embargo, pronto quedaría desacreditado la teoría marxista dentro de la filosofía marxista, y su aplicación política, que veremos más adelante, se servirá más de su forma que de su contenido. Paralelamente a la presencia del discurso de Marx en la política, durante el siglo XX se sirvieron de él corrientes ideológicas cuyo objetivo se trata más de la sociedad que de la política. Así, el feminismo, la revolución del 68 o la ideología de género se sirvieron, y se sirven, de esas ideas promulgadas por Marx. En todas está presente la distinción entre un “ellos” –dominadores- y un “nosotros” –dominados- y la idea de la emancipación. Así, en el feminismo radical la mujer está dominada por el hombre, y debe rebelarse para conseguir su emancipación. En los sesenta, la emancipación de la tradición, de lo impuesto por lo antiguo, a causa de la “búsqueda” de la libertad. Y en la ideología de género la emancipación de los “roles”, de las imposiciones de la sociedad para conseguir esa identidad, ese “ser lo que uno quiera”. No nos vamos a detener en explicar en profundidad estos elementos, ya que no trata de ello nuestro trabajo. Esta breve exposición nos sirve para hacer un recorrido que nos ponga en la situación correcta ante la actualidad, para hacer una idea de la evolución y aplicación del discurso marxista que nos permita entender el uso actual.

3. Marine Le Pen. Marine Le Pen (presidenta del Frente Nacional) usa un discurso con tintes marxistas en muchas ocasiones. Hay una tesis, la sociedad francesa. Luego, aparece una antítesis: una institución, un evento o un grupo de personas determinados, que se enfrenta a la tesis (la sociedad francesa) y están llenos de vicio. Como resultado de dicho enfrentamiento surge la síntesis (el objetivo que Le Pen quiere conseguir), la meta a la que hay que llevar al pueblo francés (resultado del enfrentamiento con la antítesis). Algunas de las antítesis que propone Le Pen en sus discursos son las siguientes: - El Islam, que solamente trae males a la sociedad francesa (inestabilidad, violencia e injusticia), - Los inmigrantes, que son gente que roba el empleo a los ciudadanos franceses y provocan malestar. Se agrupan en ghettos, donde se concentra toda la maldad y podredumbre de este sector social. En este caso, le echa la culpa a un sector de la sociedad, como podría hacerlo con una clase o con una etnia, - El FMI, el Banco Mundial, la OMC y todas las instituciones financieras dominadas por una élite masónica, que pretenden someter a Francia al poderío del dólar, - La OTAN, una organización militar inútil, ya que la URSS ya no existe. Lo único que hace es servir a los intereses de EEUU aprovechándose de Europa, - El espacio Schengen, es un acuerdo por el cual se abolen los controles en las fronteras comunes. Esto perjudica a Francia, ya que les quitan la soberanía sobre el control de las fronteras y les obligan a aceptar a inmigrantes ilegales. Cómo están perdiendo soberanía, es conveniente abandonar este tratado, - La Unión Europea y la Zona Euro. Para Le Pen, este gran mastodonte burocrático lleno de idealismo y es inútil en la práctica. Además, la globalización e interdependencia es 6

perjudicial para Francia, por tanto, es necesario abandonar esas zonas y centrarse en sus propios intereses, - La globalización, que está destruyendo nuestro país, y no se puede competir ante economías asiáticas y naciones emergentes. Dichas economías perjudican al comercio francés, por ello es vital establecer un cierto grado de proteccionismo, Básicamente, su discurso consiste en encontrar un enemigo lleno de vicios para enfrentar la sociedad francesa a este enemigo, y así dar el paso a una nueva situación. Situación en la que sus intereses se ven satisfechos (síntesis). De este modo, consigue eliminar a dichos enemigos, inculcando en la sociedad francesa unas creencias falsas. Es un discurso efectivo, ya que en la teoría es prácticamente infalible. Solo cuando se lleva a la práctica, se ve que realmente no funciona.

4. CUP (Candidatures d’Unitat Popular)10 11 Las CUP es un partido político fundado en ideas de extrema izquierda o izquierda radical en el ámbito municipal. En el 2012 y tras un largo debate interno decidió presentarse a las elecciones autonómicas en las que logró tres escaños, desde allí y tras varias polémicas declaraciones tomaron fuerza en todo el territorio catalán doblando sus resultados en las elecciones municipales de 2015 y triplicando los de las autonómicas de 2015. Dentro de la CUP existen varias corrientes como: Lucha Internacionalista, Corriente Roja, Arrant, Endavant, Poble Lliure, etc. Se estructuran en una forma de gobierno de carácter asambleario por la que toman las decisiones más importantes en asambleas con participación directa de la militancia través también de votaciones directas. Sus principales rasgos ideológicos son el feminismo, el anticapitalismo, el independentismo, el movimiento antiglobalización, el republicanismo y lo que ellos denominan como la democracia real. Sus argumentos y discursos se suelen basar en apelar a la defensa de “la gente de la calle” identificándose con la población como si ellos mismos no fueran políticos, llaman muy a menudo al pobre ciudadano de a pie al que nadie representa y al que los políticos no les importa prometiéndole que ellos son su solución. También es frecuente la mención a “la calle” que dicen representar ellos, a la fuerza del pueblo imparable que algún día hará justicia, a las pobres familias que no llegan a fin de mes, a los que sufren xenofobia es frecuente la mención a “el Rashid y el refugiado” como símbolo de estos, las mujeres luchadoras, etc... Todo con el fin de identificarse con estos colectivos y aparecer en el imaginario colectivo como los únicos defensores de estos sectores de la población, que denominan en el fondo son todos los sectores “buenos”. En frente de sus discursos ponen a los políticos, la mayoría corruptos y los que no lo son es que no les importa lo que le pueda pasar a la población, los presentan a menudo como gente que vulnera los derechos de la “gente de la calle”, les roban con los recortes, les impiden la libre expresión a través de su gran poder en los medios de comunicación, no quieren la libertad de los pueblos, etc. También como segundo gran colectivo están los empresarios capitalistas y las multinacionales que 10 11

D. FERNÁNDEZ, Intervención en la Asamblea Nacional de la CUP: https://goo.gl/KOv6oA D. FERNÁNDEZ, Alocución en el Parlament de Catalunya: https://goo.gl/QWCZRn

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juegan una guerra económica sucia abusando de su superioridad económica para imponer condiciones de trabajo muy duras a cambio de sueldos bajos y malas condiciones de vida, con contratos precarios que no permiten llegar a fin de mes. Con todo esto pretenden criminalizar estos sectores y buscar que la gente se sienta que no puede apoyar al resto de fuerzas políticas, ya que representan estos intereses. También cargan contra la globalización en tanto en cuanto esta es una globalización económica capitalista que abusa de los pueblos menos desarrollados y se agrupa en unas instituciones políticas antidemocráticas y de carácter capitalista que trasladan el poder de “la gente de la calle” a señores malos que nadie ha elegido. Por no hablar del capitalismo que es el que ha creado todos los males, como sistema que solo beneficia a unos pocos y hace que estos se agrupen para defender sus intereses a través de su poder de forma antidemocrática. Como punto final se presentan a ellos mismos otra vez como la solución a este sistema, cargado de defectos y de personas sin escrúpulos, asegurando que devolverán el poder a la gente y acabarán con un sistema que discrimina y abusa de los más pobres.

5. Pablo Iglesias Antes de adentrarnos en el análisis de su retórica, es importante distinguir en Pablo Iglesias dos figuras que se desdoblan de una sola persona. Por un lado, está el politólogo. Pablo Iglesias, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. Por otro lado, está el político. Pablo Iglesias, Secretario General de Podemos, portavoz de un grupo parlamentario, candidato a la Presidencia del Gobierno, líder de una maquinaria electoral de una potencia jamás vista en este país. A. Una biografía: ¿quién es Pablo Iglesias? Profesor de la Universidad Complutense y fundador de Podemos. El hombre que ha puesto fin al bipartidismo es el vivo reflejo de una retórica marxista adaptada al siglo XXI. Conforme se profundiza en el conocimiento de este personaje se toma más conciencia de la complejidad de este hombre. Hasta tal punto llega esto que podríamos distinguir entre dos Pablo Iglesias. Sin embargo, merece la pena antes hacerse una idea del recorrido de este personaje. Pablo Iglesias es lo que su pasado le obligaba a ser. Nació en 1978, en medio de un mundo muy revuelto. España caminaba hacia el referéndum constitucional. El Vaticano elegía a un Papa polaco para hacer frente al terremoto provocado tras el Concilio Vaticano II. En Nicaragua, los sandinistas preparaban su asalto definitivo al poder. El año de los acuerdos de Camp David, de las tensiones entre Argentina y Chile, de la fracasada Operación Galaxia. Eran, sin duda, años de confusión. Aquel niño que nacía en el hospital de La Paz estaba, sin embargo, destinado a ser de izquierdas. Era hijo de una abogada de CCOO y de un inspector de trabajo que había sido profesor de Historia.12 Sus 12

M. LÓPEZ, El irresistible encanto de la utopía. Artículo publicado en El Faro de Vigo el 1 de junio de 2014: https://goo.gl/O9mXGg

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abuelos, un socialista que se había librado de la pena capital por intercesión de algunos falangistas y uno de los fundadores de UGT.13 Con los apellidos, el chico no tenía más que llamarse como el fundador de ese PSOE por el que su padre se sentía atraído. Criado en Soria hasta los 13 años, se volvió a Vallecas tras la separación de sus padres 14. Allí, en medio de un ambiente obrero y rodeado de muchos chavales que pronto empezaban a dedicarse al trabajo, Pablo pudo seguir sus estudios. Tenía un expediente muy normal, pero destacaba en todo lo que estaba relacionado con la retórica. Pronto se afilió a la Unión de Juventudes Comunistas de España, donde militó hasta los 21 años.15 Aquel chaval tan buen orador decidió estudiar Derecho. En la Complutense, por supuesto. Sin embargo, esa no era su auténtica vocación.16 Y cuando acabó la carrera, decidió quedarse en la Complutense a hacer la que era su verdadera carrera: Ciencias Políticas. Tras licenciarse en 2004 con un Premio Extraordinario17 vinieron dos másteres, el doctorado18, cursillos donde aprendió de los mejores anticapitalistas, la docencia en la Complutense… y Podemos. En medio de una crisis económica como pocas, la desesperación fue cuajando en una sociedad que sufría graves dificultades económicas, que se enfrentaban a desahucios mientras la corrupción de la clase política llegaba a niveles insospechados. En 2011, con las elecciones que tumbaron al Ejecutivo de Zapatero, Izquierda Unida repuntó sus resultados, pero la gente seguía teniéndole pánico a una solución pseudocomunista. Es entonces cuando surge la Operación Coletas, el manifiesto fundacional de Podemos… y el asalto al cielo. En una oscura y extraña noche de mayo, el objetivo de Podemos: convertir la indignación en cambio político.19 Cinco eurodiputados, grandes ciudades de España, parlamentos autonómicos y el gran éxito: 69 diputados en diciembre y 71 en junio (aunque en alianza con IU y sumando menos votos que en diciembre por separado). B. Podemos: un programa marxista para España Cuando Pablo Iglesias y otros intelectuales deciden fundar Podemos, la crisis política en España no tiene parangón. El paro escalaba y no parecía dar un descanso, por encima del 25%. Mientras los recortes se hacían sentir en la clase media española, la tan ansiada recuperación no parecía llegar. La corrupción acampaba a sus anchas por España: Gürtel, EREs, los correos de Blesa, el caso Bankia, Bárcenas. Las mismas elecciones que habían servido al PP para demostrar que podía ganar al PSOE y

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Íbid. G. SUÁREZ, El monaguillo Pablo Iglesias. Entrevista publicada en El Mundo el 1 de junio de 2014. Varias de las informaciones biográficas sobre Pablo Iglesias saldrán de aquí, de modo que será frecuente remitir a esta nota al pie. 15 RTVE.es, Podemos, de la indignación a las urnas. Publicado en RTVE.es el 27 de mayo de 2014. 16 Véase nota al pie 14 17 Currículum vitae de Pablo Iglesias: https://goo.gl/CFR9Go 18 P. IGLESIAS, Multitud y acción colectiva postnacional: un estudio comparado de los desobedientes: de Italia a Madrid (2000-2005). Madrid, 2008. 19 VV.AA., Mover ficha: convertir la indignación en cambio político, 12 de enero de 2014: https://goo.gl/xnpqMN 14

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volver al poder si se repetían las generales, esas elecciones de “menos ceja y más Mayor Oreja”20, daban paso ahora a una nueva etapa de cambio. La indignación del movimiento 15-M, los yayoflautas, las grandes huelgas generales, el electorado que se abstenía por desconfianza en el sistema. Todas estas ansias se podían atraer si se construía un programa marxista y convincente en torno a ella. Esto y no otra cosa fue lo que percibieron unos pocos. De esos ímpetus de la sociedad española surgió un nuevo proyecto aglutinador de dichas ansias: Podemos.

Figura 1. Los movimientos del 15-M tomaron las calles de las grandes ciudades españolas durante varias semanas

Figura 2. La tasa de paro en España estaba por aquel entonces en su punto álgido

Podemos surgió de un manifiesto ya mencionado anteriormente. Llevaba por título “Mover ficha: convertir la indignación en cambio político” 21 y recogía en buena medida el mensaje del 15-M. Para 20

Agencia EFE, Mariano Rajoy a los militantes del PP: "Menos ceja y más Mayor Oreja". Publicado en RTVE.es el 30 de mayo de 2009: https://goo.gl/EMNxTA 21 Véase nota al pie 19

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los intelectuales que firmaban el manifiesto (por destacar algunos: Juan Carlos Monedero, Rita Maestre, Teresa Rodríguez, etc…), el “régimen” del 78 estaba quebrado y había que buscar un nuevo modelo político que trajese al país una “democracia real”. Como se puede ver, la terminología empleada no es otra cosa sino un neolenguaje marxista, una retórica de lucha de clases adaptada a las formas políticas de la España del siglo XXI. Sin embargo, después analizaremos más la parte retórica. El caso es que de ese manifiesto surgió un partido político: Podemos. Y rápidamente, Iglesias se hizo con el poder. Con Monedero e Íñigo Errejón de escuderos, aquel joven profesor de Vallecas pretendía iniciar un idilio político. Y lo consiguió desde el primer minuto. La primera etapa de aquella aventura eran unos comicios peculiares pero muy ilusionantes: las elecciones europeas. Unas elecciones que, por otro lado, eran muy apremiantes. Los partidos nacionalistas perdían ventaja al concurrir a una única circunscripción. Sin embargo, Podemos, como otros partidos nacientes, iban a necesitar de un fuerte apoyo si querían conseguir actas de diputados. Sin embargo, en una de las mejores campañas electorales que se recuerdan22, consiguieron una representación de cinco eurodiputados, con mucha gente que ni siquiera los conocían. Ahora bien, ¿qué proponía Podemos? Aunque el programa político se compone de 36 páginas23, para nuestro estudio, nos fijaremos sólo en unas pocas medidas. 1. Reconstrucción de la democracia: El programa de Podemos habla de participación popular y de recuperar la soberanía. Sin embargo, tras este tipo de expresiones se pueden percibir ideas no poco distintas de lo que decía Marx muchos años antes: “El Estado es un órgano de dominación de clases, un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del orden que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando la lucha de clases. [...] El estado moderno no es sino un comité que administra los problemas comunes de la clase burguesa” 24 2. La salida de la OTAN: Fue la propuesta que dio origen a Izquierda Unida. Podemos la asumió en su programa electoral de la mano de una propuesta muy novedosa: un “servicio civil de paz”. No es una cosa muy distinta del internacionalismo del marxismo primitivo. 3. Una economía altamente controlada: Podemos propone no pagar la deuda, un Banco Central Europeo controlado por el poder político y la imposición de un impuesto sobre el patrimonio. Estas medidas, cuya catalogación como revanchismo clasista no sería desproporcionada, no tienen en cuenta que, en palabras del profesor del IESE y exdiputado de UCD José Ramón Pin, “pedirle a los ciudadanos que paguen impuestos por la casa del pueblo que heredan tres hermanos es, una vez más, injusto”.25 4. Despenalización de la ocupación: Para Iglesias, al igual que para Karl Marx, la propiedad privada se podría entender como un mal intrínseco. Por eso la formación morada no tiene 22

Sobre las campañas electorales de partidos nuevos en España, véase J.M. NAVARRO, The electoral strategy of the three regenerationist Spanish parties. Pamplona, 2016. 23 Para consultar el programa electoral completo, véase: https://goo.gl/YAOFNR 24 F. ENGELS y K. MARX, Manifiesto del Partido Comunista. Londres, 1848. 25 J. FERNÁNDEZ MIRANDA, La España de Podemos: en quiebra, arcaica, aislada y sin libertades. Publicado en el diario ABC el 24 de septiembre de 2014

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ningún inconveniente en permitir que familias sin techo ocupen propiedades que no son suyas aunque esto suponga violar el derecho a la propiedad privada. Según el catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Amando de Miguel, “es una barbaridad que buscaban los anarquistas de los años 20 y 30, y ya sabemos lo que pasó después”.26 5. Prohibición del despido: Es curioso, pues es una medida que ya estuvo presente durante la dictadura franquista en España. Ante esta medida, comentaba el profesor Pin: “El artículo 35 de la Ley de Relaciones Laborales del franquismo prácticamente impedía despedir siempre, destrozó la economía española e impidió la productividad de las empresas”.27 Medidas de este corte consiguieron un apoyo popular masivo y permitieron a Podemos convertirse en cuarta fuerza política del país en su estreno electoral. La Operación Coleta había sido un éxito. C. Pablo Iglesias, politólogo Los nuevos partidos del escenario político español se han autodefinido de distintas formas. Pablo Iglesias, en pleno año electoral, fue posicionándose en la socialdemocracia con el objetivo de ganar para sí antiguos votantes socialistas28 en los seis meses que transcurrieron entre los dos asaltos electorales del país. Se pueden poner muchas etiquetas a la formación morada, pero si hablamos del propio Iglesias no cabe duda de que simpatiza con la ideología marxista que aprendió de sus padres. Como politólogo ha impartido clases de Geografía Política, donde algunos de sus ex alumnos le echaron en cara sus alabanzas a dictadores comunistas como Mao, Lenin, Stalin, Castro o Ho Chi Minh; aunque también los hay los que dicen que estaba muy implicado en el movimiento estudiantil y acudía frecuentemente a las asambleas de estudiantes donde les ayudaba en lo que podía.29 Además, ha colaborado como articulista en diarios como Público, Kaosenlared, Diagonal y Rebelión y también ha escrito sus propios libros como “¡Que no nos representan!” o “Abajo el régimen”, publicaciones con ciertos tintes revolucionarios. Asimismo, Iglesias ha escrito algunos capítulos en otros libros junto a sus compañeros Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero. En algunos de estos capítulos en lo que es coautor, llama a la movilización contra los poderes financieros y critica el uso de la violencia policial por parte del gobierno contra las clases populares, siendo estos últimos reprimidos en manifestaciones y movilizaciones. En algunos de estos textos queda claro la corriente marxista de Iglesias, aunque siempre se ha definido como tal.

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Íbid. Íbid. 28 Un segmento por el que él mismo afirmó no tener especial interés en M. BANDERA, Carlos Marx preferiría el eje arriba-abajo. Entrevista publicada en rebelion.org el 22 de diciembre de 2016. 29 Existen evidencias gráficas de que Iglesias apoyó boicots y otras acciones estudiantiles de confrontación: https://goo.gl/LgeVZJ 27

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En “Devolviendo el balón a la cancha”30, el politólogo nos habla del pensamiento descolonizador de alguno de los presidentes de Sudamérica como Morales o Correa y como han sido capaces de deshacerse de las políticas capitalistas. En otro de los libros en los que es coautor Iglesias (“Un nuevo poder en las calles”), elogia en varias ocasiones a teóricos marxistas italianos como Gramsci o Negri. “Quizá tenga razón Antonio Negri al afirmar la necesidad del replanteamiento de la pregunta leninista a propósito de la organización para la revolución anticapitalista y la destrucción del Estado”.31 Además, en este mismo capítulo defendía la lucha de los verdaderos comunistas que tras la desaparición del Muro de Berlín seguían luchando por sus derechos mermados en los años 90 tras el triunfo del bloque capitalista y de la RFA. A pesar de que Iglesias se ganaba la vida como politólogo en la Complutense, también dirigía su propio programa de televisión en Hispan TV desde 2009. Este programa se ha hecho notablemente famoso desde que lidera Podemos por algunas declaraciones que han generado controversia. En Fort Apache, Iglesias explicaba hace cuatro años que la solución a la crisis económica española era la salida de la Unión Europea y animaba a los demás países del Mediterráneo a crear una unión socialista y crear una moneda única para no pagar la deuda pública.32 Como se puede ver desde años atrás, Iglesias considera enemigo a cualquiera que sea capitalista. En una conferencia en la que habló junto a los actuales líderes del proyecto “Podemos en Movimiento”, que pertenecen al ala más anticapitalista de Podemos, decía esto: “Cuando definimos al enemigo, yo creo que todos estaremos de acuerdo que ese enemigo es la lógica capitalista, ese enemigo solo entiende un lenguaje, el lenguaje de la fuerza”.33 En esa misma charla, pedía perdón por “no romperle la cara a los fachas con los que discutía en televisión”, en referencia a sus debates que tenía con periodistas en Intereconomía. Sin embargo, la mayor prueba de que el vallecano simpatiza plenamente con el marxismo se puede ver en un video en el que aparece junto a Errejón en un concierto de Pablo Hasel (rapero imputado por desear la muerte a los borbones) cantando la “Internacional” arropado de una bandera comunista en el que se podía ver la cara de Lenin. Este video se hizo especialmente famoso una vez que Iglesias se convirtió en Secretario General de Podemos.34 D. Pablo Iglesias, político Mientras que el politólogo no tiene ningún inconveniente en mostrarse verdaderamente comunista, el Pablo Iglesias político es más prudente. Sabe que no sólo habla en nombre de él, sino que de cada 30

P. IGLESIAS, J. ESPASANDÍN e Í. ERREJÓN, Devolviendo el balón a la cancha. Tabula Rasa, 8, pp. 283-319. Bogotá, 2008. https://goo.gl/GsGuhz 31 P. IGLESIAS, Un nuevo poder en las calles. Repertorios de acción colectiva del Movimiento global en Europa. De Seattle a Madrid. Política y Sociedad, 2 (Vol. 42), pp. 63-93. Madrid, 2005. 32 P. IGLESIAS en Fort Apache: Europa, ¿game over? Programa emitido el 26 de octubre de 2013: https://goo.gl/26efYR 33 P. IGLESIAS en La Tuerka: Unión Soviética. Admiración. Vídeo subido a YouTube por Joaquín P. el 31 de octubre de 2014: https://goo.gl/5kO1F9 34 Para consultar el vídeo, véase: https://goo.gl/H8uw7o

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palabra que sale de su boca se deduce la postura de todo un partido en el que hay distintas corrientes (como se pueden ver en estas jornadas de congreso del partido). En la era de las posttruth politics la mentira es una práctica habitual en política. Y lo que es peor: la mentira triunfa en la política de hoy en día. Muchos discursos políticos de hoy en día suscriben los principios maquiavélicos y su doble moral. Algo que hace diez años parecía absolutamente impensable.35 Aunque este doble rasero de la política no lo ha puesto en práctica hasta 2014, Pablo Iglesias lo tenía claro antes de dar el salto a la política: “Los comunistas tienen la obligación de ganar. Un comunista que pierde es un mal comunista. Lenin no dijo en 1917 comunismo, dijo ‘paz y pan’. Y eso le sirvió para agregar una cosa enorme en un contexto muy preciso. No es un problema de qué color sean las banderas. No es un problema de diagnóstico. Es un problema de agregar fuerzas. De qué discurso eres capaz de construir. En un momento te dices: ‘Yo tengo la fuerza de las mayorías sociales’. Por decirlo con una metáfora, la izquierda debe aprender a vestir el traje de la victoria. Es verdad que para follar hay que desnudarse, pero para ligar hay que vestirse. Y para vestirse hay que construir discursos y aparatos discursivos”.36 A propósito de esta declaración comentaba John Müller: “La idea es muy clara: para ligar hay que vestirse. Hay que agregar fuerzas, disimular, cortejar. Convertir las reivindicaciones históricas en eslóganes que sonaran como algo evidente, como sentido común para millones de personas. Y ése es el Pablo Iglesias de las tertulias. Eso es Podemos. […] Un partido que pide una auditoría de la deuda pública y asegura que, de gobernar, no permitirá que una empresa eléctrica le corte la luz o la calefacción a nadie. Que aboga por eliminar las empresas de trabajo temporal, poner un salario máximo y en determinadas circunstancias, prohibir los despidos. Que quiere que el Estado controle sectores estratégicos.” 37 El Pablo Iglesias de micrófono y mitin no es el mismo del despacho de la Complutense. Este Iglesias no es capaz de decir todo lo que piensa. Se muerde la lengua. En parte por Errejón. En otra buena parte, porque, como bien apuntaba también Müller, había distintos grados de indignación: “Los cerebros de Podemos articularon lo que yo defino como ‘discurso boomerang’, esto es, acercarse a la calle, escuchar qué mensajes lanzaba, qué palabras de protestas y petición emitían los ciudadanos para, tiempo después, y una vez tamizado con el envoltorio formal adecuado, devolver esos mensajes a la calle transformados en nitroglicerina pura: discursos incendiarios, revolucionarios, discursos indignados. Le devolvían al pueblo lo que el pueblo les había transmitido. Hicieron política demagógica y oportunista, pero política. […] (Refiriéndose al discurso político de Podemos) Pretende ser transversal, que aúne diferentes sensibilidades de indignación. Mediante reuniones asamblearias, tablet o smartphone en mano, constituían mareas digitales de compromiso y acción.”38

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H. KUNG, ¿Está justificada la mentira en política?. Publicado en El País el 15 de mayo de 2008: https://goo.gl/Pxb7K3 36 J. MÜLLER, #Podemos. Deconstruyendo a Pablo Iglesias. Editorial Deusto, 2014 37 Íbid. 38 Íbid.

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Y eso es algo que Iglesias no ha terminado de ocultar. En una entrevista que concedía al magazine Jot Down dejó una frase que contrastaba mucho con lo que había dicho en su época de menor popularidad: “Yo creo que me puedo sentir revolucionario en el diagnóstico, es decir, me considero marxista, pero soy consciente de que cambiar las cosas no depende de los principios sino de la correlación de fuerzas.” 39 Esta frase da lugar a un más que profundo análisis, pero antes de hacer un comentario sobre la afirmación, puede ser útil añadir otra cita de otro de los grandes del marxismo. “Nuestra doctrina — dijo Engels en su nombre y en el de su ilustre amigo — no es un dogma, sino una guía para la acción. Esta tesis clásica subraya con notable vigor y fuerza de expresión un aspecto del marxismo que se pierde de vista con mucha frecuencia. Y al perderlo de vista, hacemos del marxismo algo unilateral, deforme, muerta, le arrancamos su alma viva, socavamos sus bases teóricas cardinales: la dialéctica, la doctrina del desarrollo histórico multilateral y pleno de contradicciones; quebrantamos su ligazón con las tareas prácticas determinadas de la época, que pueden cambiar con cada nuevo viraje de la historia”40 El problema del Pablo Iglesias político es precisamente ese: que no puede decir alto y claro sus principios. Que no aplica la doctrina teórica en su acción política, socavando así buena parte de la fuerza del discurso marxista, que pierde parte de su alma viva. Iglesias lo reconoce: no puede cambiar las cosas con sus principios, sino consiguiendo una correlación de fuerzas. Y es aquí donde cobra sentido todo su esfuerzo por lograr un entendimiento de las izquierdas y su esfuerzo por forjar alianzas y alianzas (A la Valenciana, En Comú Podem, En Marea, la alianza con Izquierda Unida…). Un ideal que, por otra parte, también es marxista. Pero la realidad es esa: Pablo Iglesias, el mismo que declara orgulloso que es comunista tiene que negarlo cuando pretende alcanzar la presidencia del país. En una entrevista en el Objetivo La Sexta, él mismo explicaba esto de una manera que pocos harían mejor. Tras mostrarle distintas declaraciones suyas sobre su identidad política, Ana Pastor le preguntó cómo se definía en ese preciso instante. A lo que Iglesias respondía: “Cuando uno es candidato a la Presidencia del Gobierno tiene que decir lo que puede hacer. Yo me siento orgulloso de haber sido un joven comunista. Como candidato a la Presidencia del Gobierno y como Presidente del Gobierno, no soy comunista. Un socialista como Allende. Como usted sabe bien, las etiquetas ideológicas se definen en función del contexto histórico.”41 Una evasiva. Esa era la actitud de Iglesias ante su dualismo. Si se ve el vídeo se intuye una cierta resignación en el propio Iglesias. El mismo que reconocería ya antes de las elecciones generales de diciembre de 2015 que su discurso se había moderado.42

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P. IGLESIAS. Entrevista concedida a Jot Down y publicada el 4 de octubre de 2015: https://goo.gl/mfhz5p LENIN, Acerca de algunas particularidades del desarrollo histórico del marxismo. Zviezdá, 2. Moscú, 1910 41 P. IGLESIAS. Entrevista concedida a El Objetivo (La Sexta) y emitida en televisión el 19 de junio de 2016: https://goo.gl/sKu0mB 42 A. AZPIROZ, Pablo Iglesias reconoce que él y Podemos se han moderado para alcanzar La Moncloa. Artículo publicado en El Correo el 20 de noviembre de 2015. 40

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Sin embargo, hay elementos discursivos en Pablo Iglesias que nos indican que no ha abandonado del todo sus tesis marxistas en su acción política. Volvamos a lo que decía antes sobre las vestimentas y la atracción. En Karl Marx, se pueden leer ideas que están plenamente presente en Pablo Iglesias. ¿Acaso no concuerda esa idea de atracción del mayor sector del electorado con aquellas ideas que Raymond Aron nos daba acerca de Marx? Sobre Marx decía Aron que sólo en nombre de los derechos generales de la sociedad una clase puede reclamar para sí todos los derechos. Los marxistas pretenden imponerse invocando al bien común. Y para ello, deben atraerse a toda la clase obrera y oprimida, de modo que la lucha de clases sea una verdadera lucha de clases y esté justificada. Más ejemplos. ¿Acaso no es hablar de élites y de castas (aparte de un reciclaje del discurso chavista) una forma de seguir el plan de Marx, que quería verter todos los vicios sobre la clase burguesa para tener una legitimación del alzamiento contra ellos? No es de extrañar tampoco que Podemos lleve a su programa, por tanto, medidas como la despenalización de la ocupación, pues para el propio Marx la propiedad privada era algo intrínsecamente malo. De hecho, el Secretario General de Podemos llegó a afirmar que el capitalismo es ontológicamente malo.43 Pablo Iglesias puede renunciar a muchas cosas, pero hay una base a la que no puede renunciar. La moderación del discurso de un marxista convencido no puede ser una enmienda a la totalidad. Eso es lo que vemos en la figura del líder podemita. De hecho, ¿qué es el discurso del cambio y la remontada sino una prueba más de la firme convicción en el materialismo histórico y el devenir necesario que dará lugar a esa regeneración en forma de “democracia real”?44 Se podría discurrir mucho más en torno a este tema, pero, por recapitular, se podría resumir la figura de Pablo Iglesias y sus discursos marxistas en torno a tres puntos: 1. Existen dos Pablo Iglesias a la hora de estudiar al personaje como marxista. En primer lugar, un Pablo Iglesias politólogo, que dice abiertamente lo que piensa y que no tiene problema en decirlo porque no tiene que dar respuestas ante nadie. En segundo lugar, un Pablo Iglesias político, que sigue siendo marxista y usando elementos de dicho sistema de pensamiento, pero que no puede mostrarse abiertamente como marxista. 2. Pablo Iglesias, en cualquier caso, es un marxista convencido de la causa. Y ningún convencido de un ideal puede esconder sus afinidades políticas por completo. 3. Los elementos discursivos marxistas que han permanecido en Podemos, aunque pocos y moderados, han sido suficientes para volver a introducir en un amplio sector de la sociedad española la conciencia de lucha de clases.

6. Conclusiones 43

M. BANDERA, Op. Cit. Varias de las ideas referentes a Marx están obtenidas de R. ARON, El marxismo de Marx. Editorial Siglo XXI, Madrid, 2010. 44

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Si hubiese que resumir todas las posibles conclusiones de nuestro trabajo en una sola frase, bastarían tres palabras para resumirlo todo: Marx está vivo. O dicho de otro modo: este mundo en movimiento, de cambios tan vertiginosos, sigue oyendo en las tribunas parlamentarias retóricas decimonónicas. El mensaje de lucha de clases sigue presente en la política de hoy en día. Con sus pseudónimos y sus problemas, pero con el mismo esquema discursivo. Lo que antes se llamaba burguesía ahora se llama casta o élite. Algunas formaciones políticas afirman que sigue habiendo una clase viciosa que se merece un correctivo por parte de la clase no privilegiada. En el fondo, la política actual está planteada formalmente con los mismos términos, aunque no se llame marxista. El discurso es el de siempre: hay una clase dominadora (como la ha habido durante toda la historia) y hay que acabar con esa clase dominante. Para conseguir la derrota de los dominadores, la clase dominada debe adquirir una conciencia de clase dominada. Y para tener conciencia de clase hace falta diferenciarse completamente de la otra clase. Y de ahí surge el empeño en denunciar a la vieja política, a la corrupción, al establishment. Son herramientas retóricas que ayudan a interponer una distancia entre la clase presuntamente dominadora y los dominados. Porque ese es el objetivo del discurso marxista: cargar sobre la clase contra la que se quiere luchar todos los vicios y aberraciones. Y no vale el diálogo con los dominadores para el marxista (de ahí se explica el declive de la socialdemocracia en toda Europa45). Marx sigue presente en la política europea, sólo que maquillado de diferentes tintes en cada país. El triunfo de los populismos, la época de las fake news, la era de la posverdad… y el discurso de siempre. La pregunta se desliza sobre el papel: ¿qué capacidad de respuesta tiene la sociedad ante la retórica marxista? Cuando se sitúa el vicio en una posición, ¿qué capacidad de respuesta tiene esa institución, grupo, etc… (inmigrantes, instituciones públicas, partidos políticos, dirigentes de grandes empresas…)? ¿Puede ser que no haya respuesta ante semejante aparato retórico? Hasta ahora, los gobiernos que han conseguido aguantar la embestida de los populismos han recurrido a los hechos como arma política contra el populismo. Sin embargo… ¿sólo se le puede atacar a Marx por la vía de los hechos o también existe una retórica capaz de luchar cara a cara con el discurso marxista? Los hechos cada vez importan menos a una sociedad que vive inundada de información. Y de momento, han sido lo único que ha tumbado al marxismo: la URSS cayó por una agonía económica que derivó en una tensión política. El gobierno de Maduro camina en la misma dirección en Venezuela… Ahora bien, ¿hay elementos conceptuales, retóricos, para hacerles frente o retóricamente los marxistas son invencibles? El esquema nosotros-ellos ha triunfado. El votante de derechas tiene vergüenza a reconocer que ha votado a la derecha porque, en el fondo de él se ha infiltrado también el discurso marxista, aunque no se crea en él. Quien no vota a la izquierda, no es de los nuestros. Es un traidor. Y los totalitarismos que nos llevaron a la Segunda Guerra Mundial cometieron los mismos errores y usaron las mismas armas discursivas.

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K. LLANERAS, La caída del PSOE es la peor en Europa tras el Pasok. Artículo publicado en El País el 16 de octubre de 2016: https://goo.gl/gvZkEe

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Eso supone un gravísimo peligro para el mundo civilizado del siglo XXI y, especialmente, para la decadente Europa. Es necesario que la cultura política actual encuentre una contra-narrativa, que forme un relato y unos elementos teóricos que permitan afrontar este problema. La pobreza conceptual de la cultura política estándar ya no sirve a la sociedad occidental de hoy. La respuesta callada que espera a los hechos es cobarde e ineficaz. Hace falta construir un nuevo aparato lingüístico y filosófico que permita volver a ser la referencia retórica del mundo.

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