EL ESGRAFIADO EN SEGOVIA VOL 1

July 1, 2017 | Autor: Rafael Ruiz Alonso | Categoría: Ornementation, Sgraffito Façades
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Descripción

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA DEPARTAMENTO DE HISTORIA DE ARTE MEDIEVAL

TESIS DOCTORAL  

El esgrafiado en Segovia MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Rafael Ruiz Alonso DIRIGIDA POR Matilde Azcárate de Luxán Madrid, 2002

ISBN: 978-84-8466-137-5

©Rafael Ruiz Alonso, 1992

EL ESGRAFIADO EN SEGOVIA Rafael Ruiz Alonso

VOLUMEN 1

—u

EL ESGRAFIADO EN SEGOVIA

Autor: RAFAEL RUIZ ALONSO

Directora: MATILDE AZCARATE DE LUXAN

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE

F. DE GEOGRAFÍA E HISTORIA Dpto de Arte Medieval -

11 ¡di) 110

VOLIJ?7EN 1 T n~ ron u CC 1. CC yÁiV)2. (rl o

-}

—.

.~os revestimientos murales. Definición de esgrafiado.

Tipos re revocos

1.3 o

Canitulo 2.— yanitt,Io

fi sonorte.

Capitulo 6.—

¡

herramientas cia trabo ‘o.

Canitulo 4.— ¿1 mortero y sus materiales. Rl conglomerante: la ca). ~os &¶ni.dos. .11 agua. fi color en el revoco. Cenítulo 5

r.

‘recesos y técnicas de esgrafiado. El enfoscado. El revoco. El esgrafiado a un tendido. El esgrafiado a dos tendidos. El esgrafiado con acabado en cal. El esgrafiado embutido. Esgrafiados de varias capas y esgrafiados raspados. El esgrafiado ~tNaturbetong11o aerogrsfiadom’ El trazado de los motivos.

‘1 fl -2

‘5V

65 (36 72 74 75 -/9 80 81 82 88

Capitulo 7.— El esgrafiado como revestimiento de fachadas: usos y tipologi3s. 105 Capítulo 8.— Capítulo 9.—

Los artífices y la decoración.

142

Origen y evoluci6n del esgrafiado en Segovia.

178

VOLUMEN 2 Capítulo 10.— La ornamentación en el esprafiaco segoviano.

Bibliografía.

312

Ornamentación geométrica. El círculo, La espiral. Escamas o imbricaciones. La línea ondulaée.. El cuadrado y el recténgulo. Fedes en base a cuadrados y rectángulos. El rombo. El losange. El romboide. El hexágono. El octégono. Líneas rectas. El zig—zag. El meandro. Entrelazo y laceria. La estrella, Cruces y disefios cruciformes. La burbuja. Motivos helicoidales. Medallones lobulados. Otros motivos.

332 333 455 462 457 475 515 523 536 553 557 565 576 580 583 587 620 634 641 655 672 694

Motivos extraídos de elementos arquitectónicos. Sillares. Puntas de diamante. Balaustradas. Soportes. Fábrica de ladrillo. Encuadramiento de vanos. Trampantojos. Paneles.

715 716 731 738 741 744 746 768 769

Ornamentacién vegetal.

783

El animal y la figura humana. Seres fantásticos.

840

Objetos, relojes de sol, escudos e inscripciones.

872 883

—u

APENO TOES Apéndice 1.— Diseños de esgrafiado repetidos en distintos lugares de la Provincia.

~396

Apéndice II.— Mapa de la Provincia de Segovia. Distribución cuantitativa del esgrafiado segoviano.

1CM

Apéndice III.— Secuencie de fases en la elaboración de una fachada esgrafiada.

1087

Anóndice IV.— Localización

LAMINAS Tomo 1.— Láminas 1 Tomo 2.— Láminas 77

76





179

de las figuras en la Capital .1097

INTHODIJCCION

INTRONJCCION

Mi

primer

contacto

con el esgrafiado se lo debo a la

Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Segovia. Fue allí

donde

cursé

especialidad tro

de

la

estudios

centrada cual

es

de

“Procedimientos

Murales”,

en los revestimientos tradicionales, el

esgrafiado

el apartado

una den-

más importante.

Animado por el profesorado

de este centro comencé a investigar

el pasado de esta técnica,

encontrándome con la sorpresa de que

el esgrafiado Arte

a

pesar

encontrarse

era prácticamente de

que

algunas

en espléndidos

en Florencia,

Castillo

un ignorado en la Historia del de

sus

manifestaciones

edificios histéricos:

podían

Palacio Medici

de Coca, Museo Thorvaldsen en Conpenha~-

gue, Casa Ametíler en Barcelona o Castillo de Manzanares el Real en la provincia de Madrid, por citar sólo algunos.

La

bi~squeda de

una bibliografía

sobre la técnica

del

esgrafiado no es en modo alguno tarea fácil y frecuentemente el esfuerzo no encuentra compensación en su resultado. La monografí a “Los esgrafiados

segovianos”

(1) que pu—

blicara en 1971 la Cámara de la Propiedad Urbana de Segovia con

6

los trabajos de E. Bernal Martín es

obra

de

Alcántara,

L.F~ de Peñalosa y Contreras y 5.

el auténtico clásico del tema en nuestra zona y

obligada

lectura

para

acercamiento

a los materiales,

ornamentales

del

esgrafiado

aquel

que

evolución

en la

busque

histérica

un

mínimo

y sistemas

ciudad de Segovia.

En esta

obra se recogen, además, muchas de las opiniones de investigadores que, ocasionalmente,

trataron

el tema, caso del Marqués de

Lozoya o de y. Lampérez y Romea. El esgrafiado

reciente

trabajo

de

A~

en Segovia y provincia”

ción de los anteriores un incipiente

rastreo

una

incompleta ya

motivo aparente casos

son

tan

alguno,

Robles

“El

(2), aporta a la investiga—

no obstante, a nuestro juicio de que

la

autora

numerosas realizaciones

importantes

este procedimiento.

Puente

de algunas decoraciones en otros trabajos se trata,

bastante

la

un buen nómero de documentos gráficos y

de la construcción; labor

de

como

La

excluye,

sin

que en algunos

simulación de

sillares con

La mayor parte de la obra está compuesta por

fotografías, tomadas de tachadas y otros paramentos esgrafiados, y por dibujos de

génesis

de

tales

los

patrones que organizaron,

composiciones

; El resto merecen

aquí

de las

mención

obras que han tocado nuestro tema no

alguna,

ya

que

por

lo general

se han

limitado a copiar la obra de los primeros. Sólo en el caso de J;A; Ruiz Hernando cabe seHalar la excepción puesto que introdu

6

ce

en

su

‘Historia del urbanismo

siglo XII

al XIX”

respecto

a

referidas

a la Capital—

que

el

la

(3>

algunas

evolución

esgrafiado

se

de

en

la ciudad de

apreciaciones

las

fachadas

situando

muy

en

el

del

interesantes

segovianas

correctamente

convierte

Segovia

—aunque

los momentos en

protagonista

de

las

fachadas No más afortunados

son los

sobre el esgrafiado en otros Barcelona,

lugares~

Barcelona”

en 1913 ,

sale a la luz

una investigación

fundamentalmente

en

los

XVIII~ Inexplicablemente

para sus manifestaciones

“Estudi de

que ya por entonces

el

dels Esgrafiata

tic

R~ Nonat Comas centrada

esgrafiados el autor

que cabe encontrar

Catalufia, pero sobre todo

conté con otra obra clásica

esgrafiadas;

plares

estudios

barceloneses

del

siglo

omitió los numerosísimos ejemModernismo había dejado en El

Ensanche Como en el caso de “Los esgrafiados

segovianos”, la obra

de E; Nonat Comas fue copiada y citada hasta la saciedad sin que ninguno de sus seguidores

—a los que por el momento no citare-

mos— aportara gran cosa; Además de esta cont~nua reiteración de unos pocos contenidos,

la

errores

que,

escasa

bibliografía

por sistema,

descripciones técnicas

adolece

han seguido

también

de numerosos

difundiéndose;

Asf, las

son en su mayoría erróneas, incompletas y

confusas; las evoluciones históricas

que se han establecido para

cada zona parecen muchas veces guiadas por mecanismos intuitivos

‘7

y no por fundamentos sólidos que u

otro

periodo

circunstancia sus

con

de

una

base

permitan el en

la

que los estudiosos

manifestaciones

como

las

que

de

acercamiento a uno apoyarse;

cada

pioneras

en

esgrafiado en Espafia sin tener en cuenta

se

da

La

érea consideran la

utilización

a

del

las realizaciones

de

otros lugares.

Fue

tanta

confusión

la

que

me

animé

a

comenzar

una

investigación sobre los orígenes y evolución de esta decoración muraL Segovia, samente

mi ciudad y mi provincia,

se prestaba maravillo-

a mis objetivos ya que puede decirse que es una de las

zonas con más densidad de esgrafiados que puedan verse, contando

además, con una larga tradición en su uso. Conocer sus diferentes técnicas, no

contaban

puesto

que

escrita como

los en

otros un

arte

estudiosos, anónimo,

una ventaja con la que

me ha sido con

muy poca

y con un tremendo problema de

ocurre

en el

esgrafiado

de gran ayuda documentación

evolución

segoviano,

sólo

estilística,

sus

caracteres

técnicos pueden permitir una aproximación a su génesis y evolución. Son muchas

las dificultades que el investigador encuen-

tra a la hora de tratar un tema como éste. De un lado, como ya hemos

apuntado, es muy raro encontrar documentación escrita que

nos hable cedimientos

de

trabajos de esgrafiado, o

momentos

artesanos, artistas,

de realización;

estamos por tanto

proante

unas manifestaciones anónimas y sin una cronología concreta ya

8

que sólo ocasionalmente la fecha de ejecución queda plasmada cn el revoco. Por otro lado la fecha de construcción de los edificios sobre los que estas labores se hallan no es del todo aceptable, ya que el esgrafiado, como todos los revestimientos, está sujeto a las modas, a los deterioros y a las renovaciones, dado que su existencia es siempre provisional frente a la permanencia de los edificios; Se impone entonces llevar a cabo una minuciosa labor de campo que atienda a cada ejemplar desde distintos puntos do vista:

análisis técnico, situación en el edificio, composición

ornamental, comparación con otros edificios de la época, morteros empleados, tipo de ornamentación, etc; A todas estas dificultades se suma por ifltimo otra más: la evolución estilística de los motivos decorativos es mínima en Segovia;

A lo largo de los siglos nuestros edificios han ido

mudando en formas y estructuras en una lógica sucesión que se incumple repetidas veces en su decoración esgrafiada, un teno— meno

sólo

explicable

atendiendo al carácter popular

de

sus

realizadores, alejados generalmente del arte oficial que dicta las normas y pone de moda unos determinados patrones ornamenta— lest

Tras las originales

creaciones del Gótico y del Benacirnien—

to, los esgrafiadores segovianos han continuado utilizando los mismos dise?¶os basta la actualidad, dando lugar a un fenómeno de constante “revival”; A esos motivos historicistas se suman otros aportados por distintos trabajos de la construcción —al alcance

9

de

los

artesanos—

y un

estilística concreta,

conjunto de

elaboraciones,

sin una

que deben corresponder al ámbito de las

creaciones populares.

Tres objetivos rigen este trabajo. El primero es aclarar todo lo posible, el proceso, o mejor, los procesos técnicos de siempre tratados por los investigadores en términos

esgrafiado, vagos,

erróneos y confusos,

tenido

que crear términos

una labor para la que incluso he

hasta ahora inexistentes

como “es-

grafiado con acabado en cal”, o recoger una terminología que no aparecía en ninguna publicación pero que era de uso frecuente en este oficio y bastante explícita respecto a su proceso en el caso

de

los

“esgrafiados

a uno y dos tendidos”.

Hasta

este

momento la mayor parte de los investigadores no solían diferenciar las técnicas que se agrupan baj el nombre de “esgrafiado” y cuando lo hacían se basaban a veces en aspectos

parciales y

equívocos como el color o el relieve (5). En segundo lugar nuestro trabajo intenta actualizar e]. estudio

evolutivo

Segovia y

de

esta técnica en las manifestaciones de

su provincia,

no olvidando hacer referencia

a las

manifestaciones foráneas cuyo aporte siempre es enriquecedor. Por dítimo, se echaba en falta el estudio de la decora— ción misma, sus recursos ornamentales, su función dentro de la fachada,

etc.

temas

todos ellos eludidos por investigaciones

pasadas. El trabajo de campo, con la recogida de calcos y su

lo

posterior plasmación a escala nos ha permitido reunir no solo un buen

numero de

ornamentos,

sino

también un

análisis

recursos que ha empleado el esgrafiador segoviano,

de los

datos

que

permiten un acercamiento a su personalidad y oficio. Con todo ello hemos intentado aportar un estudio global de

las

manifestaciones

segovianas

que

en

modo

alguno

debe

considerarse definitivo. La aparición de motivos decorativos de difícil filiación a las grandes corrientes artísticas, la aceptación

masiva

del

esgrafiado

en Segovia y no en provincias

limítrofes, la extrafia distribución geográfica del esgrafiado en nuestro país, etc, son interrogantes que sOn no se han despejado y que plantean no pocas cuestiones. ¡Ss por ello deseable que sucesivas investigaciones

vengan a completar el conocimiento de

este terreno artístico tan poco conocido como apasionante.

11

INTRODUCCION: Notas

1.— ALCANTARA; F., PENALOSA Y CONTRERAS, L.F. de, y BERNAL MARTIN, 5., Los esgrafiados segovianos, Segovia, 1971. 2.— PUENTE ROBLES, A. de la, El esgrafiado en Segovia y provincia. y tipologías, Segovia, 1990. 3.— RUIZ HERNANDO, J.A., Historia del urbanismo en del siglo XII al XIX, 2 tomos, Madrid, 1982. 4.— NONAT COMAS, 1913.

R., Estudi

deis

Esgrafiats

5.— PUENTE ROELES, A. de la, Ob. cd. p. St.

12

de

Modelos

la ciudad de Segovia

Barcelona,

Barcelona,

.

1.— LOS REVESTIMIENTOS MURALES~ TIPOS DE REVOCOS DEFINICION DE ESGRAFIADO

.

1.— LOS REVESTIMIENTOS ¡

Endurecimiento por

particularmente

interesante

reacción

en

los

química,

revocos

de

un

proceso

cal,

como

veremos más adelante(2>.

Los “revocos a la catalana” te en

el argot

tiempos recientes

de la , bien a un paramento que presenta lizadas

con llaguero, punta de paletin,

piece de un muro de sillería tendríamos simular

interrupciones

también

aplacados

a

los

de

m4rmol

etc;

por ejemplo.

estucos o

de

con

regulares rea-

imitando el des—

Dentro de este grupo

los

cantería

que

se

tratan de

(algunos

utilizan la denominación “estuco lustro”, de inspiración 16

autores

italiana, para distinguirle del resto de los estucos)(5), las revocos

lavados

, Eolonia~ Segovia, Fez, Granada, etc., amén de ciertos poblados de Túnez, Ghana, Mauritania,

Egipto,

Marruecos,

Etiopía,

ornamentaciones muy variadas tanto técnica,

si bien todas ellas

etc., donde hallamos

en su estilística

aparecen

englobadas

como en su dentro de lo

que llamamos “esgrafiado”.

Esta destinado

técnica

no

es

únicamente

a las ornamentaciones murales,

técnico participa

un

proceso

decorativo

sino que como proceso

en la consecución de objetos en cuya realiza-

ción encontramos una fase “esgrafiada”. Es por elle que muchas de las

definiciones

este término,

que libros

o diccionarios

han dado sobre

le han hecho depender de un oficio en concreto,

dejando a un lado todos los demás como si el esgrafiado fuera una técnica cerámica o mural por ejemplo. ción que da Foque Barcia en su diccionario imparcial de todas las consultadas depender al término “esgrafiado” significa

través

de las voces latinas

la idea de un dibujo

en castellano,

“sgrafitti; después se aplica un baflo de barniz plumbí-fero transparente y se vuelve a cocer. Las muestras más notables de este tipo de decoración son italianas, encontrándose sobre todo entre la producción de las locerías de Bolonia y Ferrara; pero también se hacia en otros puntos de la Emilia—Romaña, y al n. de Italia, como Imola, Padua, Pavía y por lo tanto suele ser dificil la atribución de las piezas a un lugar concreto, En Italia se la llamó antiguamente graffita o a sgraffiaAr NAVARRO PALAZÚN, J., La cerámica esgrafiada andalusí de Murcia, Le cerarmique hispano—arabe a decor esgrafíe de Murcia, Madrid, Publica tions de la Casa de Velazguez, Série Etudes et Documents, II, 1986, p. 11. “El esgrafiado que estudiamos es un procedimiento decorativo que técnicamente presenta pocas dificultades. Seguir el proceso de ejecución de esta técnica ornamental es sencillo2 tras el torneado y posterior acabado de las superficies cerámicas, se las dejaba secar en un lugar sombrío antes de ser introducidas en el horno para su primera y única cochura. La ornamentación del vaso se iniciaba y concluía antes de la cochura, estando aún fresca la cerámica, Primeramente se aplicaba la pintura en los sectores que se deseaba decorar, siendo entonces cuando se iniciaba el rasgado de la superficie pintada. Tras el análisis minucioso de numerosos fragmentos, se ha podido comprobar la presencia en el interior de surcos hechos sobre el manganeso, debido a que la pintura aún fresca se corría sobre las incisiones recién trazadas.”

26

2.— EL SOPORTE

.

2..— EL SOPORTE

El ¡muro es el soporte ideal para el esgrafiado que nos interesa,

entendiendo éste,

edificio en sus caras

no sólo como una limitación

del

externas, sino también corno paramentos

hacia el interior: paredes, tabiques e incluso techos, lugares todos ellos susceptibles de recibir esta decoración, adem4s de otros menos frecuentes, caso de los pretiles de algunos puentes .

En

cuanto a sus formas existen

dos:

algunos

es

trabajores

del revoco

la forma rectangular

con

un

la

el

rectangular

fratás)

saliente

en

personas sería la talocha) ; no obstante, indistintamente

La

por estos

plomada

es

y

pico

la

(que que

(que

para

combina

para

ambos suelen

esas

llamarse

nombres.

otro

elemento

característicO

de

la

albañilería; este instrumento está compuesto por las siguientes partes: .un peso en forma de cilindro, una cuerda y otro cuerpo de madera de forma arbitraria, pero de grueso igual al del peso, que se llama nuez o brújula. El peso está asegurado a un cabo de la cuerda, la cual entra en la nuez por un agujero que tiene en medio, y se sube o baja a la altura que se quiere. Sirve este instrumento para mirar y reconocer si la obra va a plomo y con la dirección precisa para que se sostenga.”(3)

De cara a los revocos, función,

sobre

todo

a

la

la plomada cumple una importante

hora

de realizar

maestras,

aristas

en vanos, etc.

El nivel caso

no

se

horizontales. —

El

es el complemento de la

trata

de

Existen nivel

centro;

un elemento encerrado

dos tipos

de metal

cristalino dentro 39

Se

que o

de

paramentos

en

este

verticales

sino

de niveles:

de burbuja.—

alargado y estrecho caras

comprobar

plomada;

trata

contiene

de plástico éste,

existe

de

un

en

instrumento una

colocado una

de

sus

en

su

porci6n

de

agua y una burbuja de aire (de ahí su nombre). Esta burbuja será

la

que nos indique

de aquella nivel,

lina

o

dependiendo

la

superficie de

si

El nivel

anterior

de

y su utilidad

o

se

es

la

que

mucho

similar,

si

más bien

mayor

especie

de

manguera

es ocupada con agua, evitando

que

quede

una

de

Si colocamos los extremos de que

queramos

coloquemos centrada

comprobar,

o

el

o

no

sencillo

que

el

tiene

ventana

la

comprobar la horizontalidad

decoración en

inclinación

cristalino.

un

simplemente

la

O

encuentra

del elemento

agua.— Es

de que con él se puede superficie

sobre

ésta

con respecto a la longitud —

horizontalidad

de

desarrollo.

Consiste

transparente

aire

una

en su

que

interior.

la manguera en aquellos puntos entre

los

que

una línea recta en perfecta horizontalidad, nos señalará con su altura dos

queramos el

trazar

agua en ellos

lugares concretos que

cumplen

estos requisitos.

Las cuchillas o vaciadores son herramientas en los trabajos de esgrafiado. ya que cada revocador fabrica dad es

rascar

hacer patentes

o

escarbar

No tienen una forma

ciertas

zonas

los motivos. Las cuchillas

para metal.

del

comúnmente de las

Los vaciadores

de 40

barro.

Se

Su

finali-

enlucido

que

para

empleadas se

emplean

son muy similares

a los instrumentos del mismo nombre que se utilizan y en modelado de figuras

determinada

los suyos a su gusto.

en Segovia son trozos de hojas metálicas

en las sierras

habituales

compone

en cerámica de

una barra

metálica

o

de madera,

o chapa

fina,

y la barra,

a

la

cuya forma

deja

permitiendo

la

El vaciador más popular las

normalmente en

que

es

va

un

enganchada

espacio

salida

vacio

del

el llamado

un

alambre

entre

material

ella

extraido.

“cangrejo”,

empleado

imitaciones de ladrillo para confeccionar

las llagas.

Plantillas,

estarcidos,

instrumentos empleados en el Los

dos

cartón,

primeros madera o

reglas,

trazado

sen

disefios

papel.

La

decorativos

el

entre

El

resto

con sus son

ornamentales

líneas

objetos se

perforadas

que

se

construyen

“in

situ”,

cuando

radica

en madera

que contiene

con diminutos

utilizan

sobre

ambos

motivo recortado

son

final.

dibujados

chapa o cartón, en tanto el e~tarcido es un papel el dibujo

etc.

de la decoración

diferencia

en que las primeras presentan

compases,

agujeros.

los

motivos

directamente

sobre

el revoco.

Una recovo,

vez

se

ha

practicado

quedan partgiculas

o trocitos

de

el

semidesprendid5~S

conglomerante—

que

afean

para su limpieza se emplean cepillos ciertos

acabados

se

esgrafiado

utilizan

—granos

el

tipos

con los que se arafia, marca o modele la superficie

A veces el esgrafiado 41

de

acabado

de cerdas

distintos

sobre

árido

final;

suaves. de

un

Para

cepillos

del tendido.

aparece en un paramento

mezclado

con otras técnicas

como son el revoco

imitaciones de piedra, a la tirolesa.

el

a la martillina,

revoco con incisiones

En su consecución

aparecen

o el

las

revoco

nuevos

instrumentos

Herramienta

comúnmente

que debemos conocer: Martillina



empleada en cantería

o y

la de un gran martillo

gradina.— escultura; con

su

puntas

marca

de sillería

una

impronta

es

metálicas

pirámides para golpear. En los revocos fábricas

forma

se

en

utiliza

o de mampostería

ya

rugosa

tendido.

sobre

el

revoco aparece mezclado con esgrafiado,

similar fomra

a de

para imitar

que

con

ella

Cuando

esta última

se este

técnica

simula una llaga rehundida entre los sillares. —

Palillos.—

Son

herramientas

no

que cada revocador fabrica para sí o encarga Su aspecto es similar a un cepillo, son

sustituidas

por

cilindros

si bien de

se presiona el revoco fresco para

comercializadas a un carpintero.

sus pOas o cerdas

madera,

simular

con

los

cuales

un material

Si este acabado se combina con esgrafiado,

pétreo.

de nuevo su función

será el rehundido de la llaga. —

Clavos de fragua.— Son clavos

mente por un herrero,

cuyo tamaño

elaborados

suele

ser

grande.

con su cabeza como son su punta se pueden trazar que,

como veremos, pudieron

tener

una

artesanal—

importancia

Tanto

incisiones

decisiva

en el nacimiento de la técnica del esgrafiado. —

Tirolesa

o baviera.— Es

la argamasa contra la

superficie 42

un del

aparato

que

muro o del

proyecta enfoscado,

r

hasta con

el

conseguir un esgrafiado

revoco de aspecto consiste

tirolesa emplea plantillas sus

decoraciones;

el

en que de

resultado

permanece liso, en tanto el el granulado de la tirolesa.

.43

granulado.

a

veces

el

Su

revoco

a

la

reservas

en

esgrafiado

como

es

motivo

fondo

que de

el

relación

decorativo

la ornamentación

recibe

CAPITULO 3: Notas

1.— VILLANUEVA, J. de, Ob. ch. p. 65 y ss. 2.— Ibid. 3.— Ibid.

44

r

4.— EL MORTERO Y SUS MATERIALES

r

4.— EL MORTERO Y SUS MATERIALES

El mortero

es

la

revoco cuya propiedad

más

argamasa,

pasta

importante

es

la

puede confeccionar un mortero de múltiples conglomerantes que se utilicen



70

a

4 c

b

a

5

71

El mortero del enfoscado ha de tener una granulometria de árido fuerte y su acabado debe ser rugoso (suele dejarse la textura derivada del enrasado), posterior revoco. muy

fina,

de rio

para facilitar la trabazón del

El árido del mortero suele ser de arena, no o mina mezcladas

con cemento gris

en una

dosificación de: 1:6 (cemento gris—arena>.

El grosor de esta capa dependerá fundamentalmente de la planitud del muro,

pero conviene que no supere los dos centí-

metros como medida tope. En algunos casos la inclinación del muro es tal que se rabasa esa medida, procediéndose entonces a rellenar las partes donde la inclinación es mayor, con mortero de cemento y cascotes, trozos de tejas o ladrillos, etc.

Aunque el enfoscado nunca debe quedar a la vista, existe un ejemplar en Zamarramala en cuyo esgrafiado se ha jugado con el color y el plano del enfoscado.

El revoco La ejecución del

revoco

es

la parte más delicada de

estas técnicas, puesto que es el acabado final,

El acto de extender la pasta sobre el enfoscado va a ir precedido del humedecimiento del mismo; aquf, como en la pintura al fresco, el éxito de nuestro trabajo dependerá fundamentalmen—

72

te del tiempo que tengamos para actuar sobre el revoco; cuanto más

húmedo

esgrafiar.

se

conserve

el

revoco, más

tiempo

tenemos

para

Esta máxima hace imprescindible tener en cuenta las

condiciones climáticas; en efecto, una rápida pérdida de agua en la

pasta,

provocada

por

altas

temperaturas,

no

sólo

puede

impedir nuestras labores, sino también perjudicar gravemente el revoco,

provocando

en el

tendido fenómenos

de descohesión y

escamaciones (fenómeno conocido en Italia como “pasta quemada”). El poío opuesto,

esto es,

las temperaturas

inferiores a O~,

provocan igualmente un efecto desastroso ya que el endurecimiento de la pasta sufre una interrupción a causa de la congelación del

agua

que

contiene

la mezcla;

cuando

tiempo

después

de

aplicado el mortero, se produzca el deshielo, acompafiado siempre de humedad, aparecerán

en ej. revoco desmenuzamientos y pulveri-

zaciones que destruirán nuestro trabajo.

Es por ello que siempre

se recomienda

de

revocar

en

las

épocas

primavera

y otoflo,

momentos en que las condiciones climáticas no son tan extremadas.

Para la confección del revoco, el mortero tiene que ser fluido para que éste resbale cuando se le aplique con la llana. La argamasa contendrá un árido más fino que el utilizado en el enfoscado,

pudiendo

utilizarse

cualquier

arena,

previamente

cribada en un tamiz fino e incluso polvo de mármol .

Para exten

der la pasta sobre el enfoscado la llana se moverá de manera .73

oblícus con respecto al plano de la superficie a revocar.

El acabado del revoco dependerá del tipo elegido, y en el

caso

del

esgrafiado,

de

la técnica escogida.

Dentro

del

familia

de

esgrafiado se pueden considerar los siguientes tipos:

-

El esgrafiado a un tendido Es el

tipo más

sencillo

dentro

de

esta

revocos. En su consecución se aplica una sola capa de revoco, cuyo acabado será enlucido,

esto es,

liso (este acabado puede

llamarse también bruijido o blanqueado e incluso

lintí5naco

por

su similitud con la técnica de la pintura al fresco). El grosor de ésba no debe superar los 6 mm. como máximo. Una vez que el tendido ha conseguido un cierto punto de dureza, se marcarán sobre su superficie los motivos,

para pasar después a rascar

ciertas partes de los mismos, en tanto otras van a quedar lisas, produciéndose así un contraste

de texturas,

gracias a las cuales

se hacen patentes los motivos Clám. 7 y 8). Se trata pues, de un esgrafiado prácticamente sin relieve, puesto que s6lo se raspa la

superficie.

Sin

contraste de tono en

embargo,

se

observa

también

un

cierto

el color del revoco; las zonas rugosas

siempre van a quedar más oscuras que las lisas, pese a que no se affiaden en ellas ni colorantes ni pintura alguna. Esto se debe a la acción de la llana cuando actúa sobre el morterm todos los tratadistas, así como los estudiosos y practicantes de los revo

.74

cos recomiendan el repretado su dureza y

de aumentar cohesionar en

el tendido

rápidos

el

repretado consiste en

a base de presionar

sobre él con la llana

movimientos

resistencia;

y

en

determina que por capilaridad, parte

todas

de

ahí

que

la

direcciones.

ascienda

de agua y cal del mortero

“grasa”>,

en su úlI:i¡na capa a fin

de la pasta

Esta

a la superficie

presión la mayor

(mezcla que algún albaflil

parte

externa

presenLe

llama

un color

más

claro que la interna.

El hecho de que el

resultado

de tono en el color y de textura, pueda llamársela

“esgraViado”

mos una capa distinta,

sino

,

final

ofrezca

justifica

un contraste

que a esta técnica

ya que al esgrafiar

no descubri-

que ambas zonas se encuentran en el

mismo tendido.

-

El esgrafiado a dos tendidos Es la técnica

indica

se trata

más usual

en toda

de un esgrafiado

cuyos motivos

dos planos a la hora de su realización, efectos

de la textura,

color,

Espada.

relieve

Como su nombre van a contar con

jugándose y

ahora con los

contraste

de luces

y

sombras.

En su proceso puede hablarse it—

Sobre

primer tendido,

el enfoscado

cuyo acabado será

475

de tres

variantes:

bien humedecido rugoso,

fruto

se extiende de la acción

el

del fratás (he visto casos en los que el hecho de haber dejado este

primer

tendido

arruinar el trabajo,

con un

acabado

liso,

ha

terminado por

ya que ha de buscarse la trabazón de las

capas sucesivas para evitar desprendirnienl:os). El primer tendido suele

ser el

de

color más oscuro,

puesto que el resultado es mucho más limpio que si se hiciera a la inversa (existen ejemplares tales como en ciertas imitaciones de ladrillo, en que el tipo de trabajo impone colocar en primer lugar el color más claro).

En el momento en que la primera capa

ha tomado cierta consistencia sobre ella otra de distinto

—manteniendo su humedad se tiende

color que se enlucirá

(en Segovia es

frecuente encontrar ambos tendidos del mismo color).

Una vez que

este

idóneo

último

suficiente

tendido

tiene

el

punto

para que la pUntilla

de

dureza

o el estarcido

(el

no se adhiera a

la superficie del revoco, ni se llegue tampoco al extremo de que esté

tan duro que no se pueda rascar)

se comienza a marcar el

diseFio (lám. 9), para pasar después a rascar aquellas zonas que van a quedar en profundidad hasta anterior

(lám.

perfilado

del

afilado

10>; esta motivo,

o un vaciador,

escogidas

hasta

acción

que se descubre

el tendido

de esgrafiar comienza con el

cortando y termina

el segundo plano.

el

revoco

con

con el rebaje El corte del

un

utensilio

de las

zonas

motivo ha de

hacerse a bisel; su función es presentar una superficie inclinada por la que resbale ornamento en relieve de

el agua de lluvia,

ast como dotar al

una base mayor, obteniendo una mayor

resistencia; por otro lado, a la hora de perfilar los mot;ivos 76

el corte a bisel permite conseguir unos contornos más limpios y mejor trazados

que con un

corte perpendicular

último, otra de sus ventajas de limpieza.

es la de facilitar’

por

es común a

de esgrafiado.

2O.~ La variante a la hora

revoco;

la labor final

Es por todo ello que el corte a bisel

todas las técnicas

ma:

al

de

anterior presenta sim embargo un probl.e

esgrafiar

ambos revocos

estén

tiernos,

de

manera que si el operario no es muy hábil puede profundizar en exceso y llegar

a descubrir

el enfoscado,

o dejar el revoco que

se extendió en primer lugar con una superficie lo idóneo es solucionar

ese

que quede

plano.

Esta

irregular,

segunda variante

cuando intenta

problema; para ello se aplica la primera capa

exactamente igual que en el caso anterior, pero se espera el día siguiente para dar la segunda y esgrafiar

.

Sobre

ella

van

a

dibujarse los motivos, raspándose la cal en aquellas zonas que estimemos hasta descubrir el primer revoco (1Am. 11).

Esta modalidad de esgrafiado

tiene

la ventaja de permi-

tir el trabajo con unos diseños más ricos en detalles,

79

puesto

que el Oltimo tendido es muy fino y no contiene árido (de hecho podemos

llegar

efectos

de luces

a

conseguir

la apariencia

de un

grabado

con

y sombras, raspando en lineas paralelas para

dar sensación de volumen); sin embargo su resistencia las técnicas anteriores

frente a

es menor, seHalando algunos autores cómo

la capa de cal se desprende en numerosos casos(7>.

La ejecución de esta técnica de esgrafiado debe ser lo más rápida posible> ya que si la cal endurece empezará a saltar en

escamas

cuando intentemos

perfilar los motivos y nuestro

trabajo se habrá echado a perder.

-

El esgrafiado embutido El esgrafiado

embutido es una variedad no utilizada

en

Segovia salvo en los ejercicios prácticos de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, de

la capital,

que

así como en las Escuelas Taller

cuentan con un taller de esgrafiado;

no

obstante existe un ejemplar en Afie que tal vez puediera haber sido realizado por este procedimiento, si bien su mal estado de conservación y su defectuosa realización hacen dudar sobre este particular; por otro lado la excepcionalidad de este trabajo de A?ie con respecto al resto de la provincia y zonas limítrofes, es otro dato a tener en cuenta.

El esgrafiado embutido, también conocido como “taraceado o “bocadillo”, no es en términos estrictos un esgrafiado. Parte 80

de

st¡

proceso

recuerda

variantes anteriormente el

tendido

de

una

poderosamente

comen Ladas:

capa

de

de

las

comienza su realización

con

revoco

a

de

cualquiera

it

cm.

de

grosor

aproximadamente, cuyo acabado puede ser liso Xús. .y4.c4.t¡

-.

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Fig. 89.— Torres de Arias Dávila y de Lozoya por ~Jose María Avrial y Flores.

194

un ambiente oriental debió respirarse en esta fortaleza, cubiet—

ta a la sazón por techumbres doradas, que tanto admiraron al visitante

yeserías

y otros

ornatos

barón de Rosmithal. Segovia se

convierte así en un foco fundamental del mudéjar, cuya estética, tan

del

gusto

trucciones.

de

El

Enrique

campo

se

IV,

estaba

aplicó

abonado

germinase la semilla de una tradición

en numerosas

pues

para

que

consen

él

decorativa enraizada en lo

islámico. Atrás mencionábamos filiación no

se

del esgrafiado

sostendría

segovianas

con

las

el

la tesis

de Lampérez respecto

con las yeserías mudéjares; ciertamente

intento

yeserías

de

relacionar

romanas,

en

las

las

de luces y sombras,

temas caracterizan

florales,

mucho más tosca,

decoraciones

que el volúmen,

modelado, gradación paulatina

nes. Esta técnica,

a la

así como los sus produccio-

ha de relacionarse

con las

yeserías de la Persia Sasánida de las que dice Torres Balbés: • .son el antecedente directo de la decoración pía na y densa musulmana vulgarment;e llamada “arabesco”. La técnica a bisel se origina, probablemente, al su primir las superficies curvas que modelaban y datan forma a las hojas, reducidas éstas a su silueta. El detalle interior se obtuvo ahuecando cada digitación y aún los tallos. Los surcos o superficies cóncavas así formados se encuentran según aristas vivas ~ El ornato, pl ano, sin relieve apenas, carece de zonas de penumbra intermedias entre las iluminadas y las en sombra.”(15) Este

mismo

autor

rastrea

su expansión

hasta

España,

donde sus ejemplos más notables pueden verse en los tableros

195

dc mármol labrado en las jambas del arco del mnirhab en la Cran Niezquita

de Córdoba,

numerosos restos

también

de mármol en

fledina Azahara (todos durante el reinado de Al—Hakam II, en el siglo X>, así como en las yeserías del tdonasterio de las Huelgas de Burgos (del siglo XIII> (16>. Son evidentes las relaciones entre estas yeserías talladas

y

las

tendidos”:

labores

de esgrafiado

en

su

técnica

de

“a

dos

ambas se realizan en fresco, utilizando dos planos,

poco relieve y cortes a bisel que producen un fuerte contraste de luces y sombras sin gradación alguna; su concepto decorativo —con ciertas salvedades— es similar puesto que en ambas un mismo diseño se repite hasta la saciedad. estriba

pues

en el distinto

La diferencia fundamental

material

y en la mayor riqueza

decorativa y delicadeza que permite el yeso frente al mortero do cal y arena. Este condicionante técnico impone que el motivo se destaque limpiamente sobre el fondo (efecto ver

con

musulmanas principio

lo

clásico),

al

contrario

sobre yeso en la que, ordenador,

todas

de

que tiene más que

las

manifestaciones

aunque existe

las superficies

un diseño

o

reciben decoración

(17>

Es difícil

saber en qué lugar del mundo apareció

por

primera vez el esgrafiado;

J;Corral apunta que el esgrafiado

hispanomusulman más antiguo

apareció

Elvira

en las ruinas de Medina

(fig; 90>. Este esgrafiado fue descrito ya por Torres

Balbás en los siguientes términos: 196

“Entre las ruinas de Medina Elvira, ciudad cer cana a Granada, destruida en el año 401=1010, apare cieron hace algunos años restos de paredes revest;i— das de yeso cuya parte inferior tenía una ancha ce nefa pintada de color rojo, lo mismo que varios sue los. Algunos de esos muros conservaban decoraciones en rojo y amarillo, formadas por la combinación de líneas rectas, cuadrados y círculos. Encima del guar necido de cal se había tendido una capa de yeso pin l;ada de color rojo oscuro; el dibujo, hecho con regla y compás, se señalaba con una línea rehundida. En varios lugares apareciía levantada la capa aupar ficial de yeso pintado de rojo para destacar el orna to sobre un fondo blanco.’1 (18> Resulta muy sugerente

la mezcla de materiales que se

describe en el texto, referente

al tendido de yeso sobre mortero

de

cal.

La

filiación que

aparición

del

entre la yesería

normalmente

se

yeso

tal

vez

y el esgrafiado.

mezclan

en

algunas

revelan una muy bien enl;endida distribución primer lugar un tendido

pueda

suponer

una

Ambos componentes,

fórmulas

de

estuco,

de los morteros: en

de mortero de cal —menos fino que el de

yeso para favorecer una buena trabazón— y sobre él,

el segundo

tendido, esta vez de yeso que permite obtener una textura fina, tan del gusto islámico.

Este acabado liso,

común a casi todos

los esgrafiados del mundo, se mantiene con una peculiar característica en el norte de Africa y aún más al sur,

donde en

algunos casos (en la técnica del esgrafiado a dos tendidos> los esgrafiados

con gran relieve

todas sus partes planas, Níger,

Ghana, Marruecos,

esgrafiados de dos tendidos

reciben un posterior

incluidos los biseles etc.)

pulimento de (República de



o incluso es posible encontrar

antiguos encintados decorativos como el de Bab er Ruah, ‘Puerta dcl Viento”, que formaba parte del recinto amurallado almohade de Robot (íám. 94); en sus muros el encintado so aporta a voces de su función técnica para describir caprichosos dibujos —fuera ya rio las llagas— do los que sólo so conserva una pequeña parte. Resulta curioso observar cómo muchos de los esgrafiados a dos tendidos, antes si

pertenecientes a los siglos XV y XVI (y aun

observamos los restos del Alcázar),

han recibido un

cuidadoso pulimento en sus biseles. Parece ser, a juicio de don Felipe Peflalosa (20), que cl primer ejemplar que abre la serio del siglo es cl Alcázar de Segovia.

En este edificio

la incipiente

ordenación a base de

círculos que velamos antoriorment;o en sus muros y en los del Torreón do Lozoya, toma cuerpo, baso

de

dispuestos

círculos

aparociéndoflos una decoración a

independientes,

simétricamente,

todos

recibiendo

de

igual

tamaño

el consabido trocito

y ile

escoria en las tangencias de cada círculo con sus vecinos. Pese a las sucesivas renovaciones el Alcázar su ornamentación

y restauraciones

aún conserva

tal y corno la vió Street a mediados

del siglo pasado: “...Los lienzos de sus muros están guarnecidos con un revoco de estuco cubierto de dibujos con relieve muy ligero, sistema decorativo que parece haber sido sumamente popular en Segovia durante los siglos XIV y XV. (...). Los muros que miran a la población están guarnecidos con estuco ornamentado, de cuyo góne

199

ro existen bastantes ejemplares en la ciudad. Los dibujos consisten, por lo general en tracerías y entrelazos del postrer estilo gótico, repitiendo el. mismo tema profusamente, hasta Lapizar toda una fachada. Presumo que para ejecutarla se usarían moldes, recortados con el dibujo requeri do, para poder luego levantar ligeramente el fondo y dejar resaltadas las líneas del dibujo. Este sistema decorativo me parece perfectamente legítimo, y allí merced al esmero con que se confeccionaba y usaba el estuco, ha resistido admirablemente la acción del tiempo, a&nque la mayoría de los dibujos que vi databan, evidentemente, del siglo XV. En la fachada del Alcázar, los referidos dibujos del est;u co cubre, no sólo la superficie plana de los muros, sino también la parte curva de las torrecillas, de modo que hubiese que emplear la menor cantidad posi tilo de piedra labrada. La torre caballera o torreón del homenaje, que se levanta unos pocos pies más adentro, está análogamente adornada, pero presenta sillares de piedra aparejados irregularmente en los muros,,.” (21) (lám.96) Dado ya este gran salto de gigante en el que se puede presuponer

la

utilización

de la plantilla o el estarcido,

aparece su consecuencia lógica al aplicarse otros motivos a la decoración; así encontramos decoraciones de carácter gótico en palacios del periodo enriqueño como la torre de los Arias flávila o el palacio del Conde de Alpuente. En la primera, la decoración se distribuye encajada en compartimentos rectangulares separados horizontalmente por hileras de ladrillo encintado. esta fabrica

tan

Este esquema viene a enriquecer

típica del momento junto con el entramado

(considerado de raigambre mudéjar por algunos), en la cual el ladrillo sustituido

en sus por la

disposiciones verticales piedra>

y horizontales

(donde a veces

es

(en donde aparece

normalmente en hileras o verdugadas) encierra espacios rettangu 200

‘fi-

-w

lares,

‘cajas”,

ocupados por tapial (frecuentemente encalado)

o mampostería, caso del presente edificio. El pétalos,

motivo ornamental dominante es la flor de cuatro deriva

del vértice,

habitual en el período gótico

y tan popular entre los esgrafiados de nuestro siglo. Estas flores

se

disponen simétricamente

compartiendo

en ocasiones

sus palios con otras decoraciones tales como escamas o imbricaciones,

un motivo de antiquísimas resonancias artísticas.

Ya

hizo notar Street lo escueto de estas ornamentaciones, cuyos motivos se reducen a un pequeño número, si bien esta aparente “pobreza” la valora con acierto de una forma positiva~ • .vemos usados dos o tres temas de dibujo y, a mi juicio, se demostró gran criterio repitiendo uno so lo de ellos en la mayor parte de la altura de la to rre y no cambiándole hasta llegar casi al remate, donde convenía acentuar el efecto. Cualquier decora ción vulgar, disponiendo de tres temas diferentes los hubiese repartido por igual; pero el verdadero artista avalora los sencillos recursos de que dispo ne, no empleándolos con tal vulgaridad. EJ. sistema constructivo de aquella torre condujo naturalmente a su decoración. La piedra labrada para las esquinas, la mampostería basta para sus muros y las correas o hiladas de ladrillo, de vez en cuando, para atar bien la fábrica; todo ello se ha empleado por ser sencillamente los materiales más a propósito para cada una de las partes a que se destinaban, enluciendo y ornamentando la tosca mampostería, se doté al conjunto de la obra de una riqueza y finura que de otro modo no hubiese tenido, sin que para con seguirlo se menoscabe en los más mínimo el aspecto de estabilidad que ofrece el muro.. Todos los autores que han hablado sobre este esgrafiado han pasado por alto un tosco pero significativo detalle. Se trata de la ventana inferior de la fachada Este de la torre. 2o1

-.4’

Mtent;ras las demás suelen recibir un enmarcado a base de alfiz, la que nos ocupa se docoró con un motivo simple pequeños otros,

a base de

círculos irregulares colocados unos al lado de los

no encontrándose

círculos

sus centros sobre el mismo eje. Los

aparecen vaciados sólo en su

interior mientras

e].

espacio restante queda enlucido. No existen líneas que delimiten a los círculos pero, con todo, se trata de la primera cenefa que conservamos. esgrafiado

Por otro

dibujo de .J.W~ Avriafl. sabemos que el

se extendía más allá de la torre, decorando otros

muros del palacio (láms. 97—98>. La otra gran fachada esgrafiada de esta época es la Casa de Aguilar. Si comparamos el aspecto exterior actual de esta mansión (también conocida como “Palacio del Conde de Alpuente”) con el dibujo que de ella hiciera Avrial en el siglo pasado, nos daremos cuenta de la cantidad de transformaciones que so han operado en su fachada y que sin duda ha debido afectar también a su esgrafiado (baste decir que de todos sus ajimeces sólo dos son realmente antiguos). Aunque parte de su construcción debe pertenecer ya al reinado de los Reyes Católicos, su estática (si exceptuamos la portada adintelada de ingreso) responde más al carácter enriqueño de fachada cubierta de esgrafiado. En esta fachada vemos aparecer motivos de carácter general y cenefas. Los primeros —netamente góticos— aparecen en las yeserías del palacio

de

Enrique IV

debidas a

“la cuadrilla mudéjar del

alarife maestro Xadel. Alcalde’> para recluirse

en zaguanes, patios y claustros,

otra

novedad que viene a subrayas el cambio estético de este reinado. Un edificio —con restos

de esgrafiado— obra de Juian

Guas se alza actualmente en tierras madrileñas: se

trata del

Castillo de Manzanares el Peal. Es curioso apuntar como este tipo

de

decoraci6n

aparece

en

el

siglo

XV

al

exterior

de

edificios aparentemente militares, ya hemos mencionado la torre de los Arias Dávila,

el Palacio del Conde de Alpuente (que se

remaba con un pequeflo cubo,

recuerdo de las torres que antaflo

aparecían en los palacios—fortaleza), la torre dc la Gasa de los Picos, etc., lista a la que tenemos que afiadir el castillo de Manzanares y el de Coca. Todos los autores consultados convienen en afirmar el carácter meramente ostentoso de tales construcciones: “Al final del siglo XIV, y durante el siglo XV, se construyeron en Espafla castillos más de tipo resi dencia que de fortaleza, En ellos, los elementos mi litares, como barbacanas, fosos y almenas, se emplea ron, no para hacerlos inexpugnables, sino para enri quecerlos con formas de arquitectura caballeresca. Los castillos de Coca, Cuadamur, Planzanares el Real y Benavente son fantasías de novelas realizadas en piedra. Para habitación debían ser poco prácticos; pero vistos de lejos, con sus paredes decoradas y sus torres superpuestas, parecen espejismos de paf a imaginario. Son la manifestacián castellana de la lo cura flameante.(...)

20’7

El final de la ópoca gótica es un pendo de al’ t;ifialidad consciente; es la época do los torneos para exhibir armaduras cosl;osísi.iflas es el tiempo de las modas femeninas más absurdas; es el período de los cancioneros y de los romances inverosímiles. (...> Los magnates castellanos estaban favorecidos en este momento por disponer de arquitectos de oni— gen arabe, con una imaginación y repertorio de formas que no disponían los demás europeos.”(27>



Tal es el carácter del Castillo de Manzanares el Real. Aunque no contó con un arquitecto “de origen 6rabe” si tuvo por maestro a un hombre fascinado

por las obras de aquellos.

Se

trata de una construcción de planta cuadrada rematada en sus esquinas por cuatro cubos cilíndricos sobre los que a su vez so colocaron

otras

tantas

torrecillas

cilíndricas.

El

conj un I;o

aparece dominado por la borre del homenaje y rodeado por una muralla. Nuestro arquitecto aplicó el gótico con gran belleza en su patio interior y en la galería del adarve sur, muy similar a la que construyera

en el Palacio del Duque del Infantado en

Guadalajara (26). Cuas

utili2a

musulmanes

como

los

romboidal.

Estas

en

este

edificio

mocárabes

i~ltimas

se

y

las

elementos

típicamenl;ú

decoraciones

encuentran

sobre

la

de

ritmo

torre

del

homenaje y las torrecillas menores de las esquinas, en base a medias esferas de granito (apometados) dispuestas al tresbolillo sobre la mampostería,

siguiendo el mencionado esquema basado en

el rombo. En una de estas torres cilíndricas (la superior del lado

suroeste)

se

conservan

muy fragmentariamente

restos

de

esgrafiado de singulares características. La mampostería do sus

208

muros

fue

superficie

rejuntada exterior

sólo de

hasta enrasar

las

piedras;

el

mortero

los muros no

con

la

recibieron

enfoscado alguno sino que sus fábricas quedaron vistas (en los esgrafiados del Torreón de

Lozoya,

Torre

de la Casa de

los

Picos> Alcázar e iglesias de Aguilafuente, el esgrafiado dejaba ver

igualmente

apometados

los

parte

de

la

consabidos

mampostería)

losanges.

,

Sobre

describiendo estos

rombos

sus se

intercalaron otros cuyos encuentros se producen en el centro de los primeros pero esta vez se realizaron ya con esgrafiado. Cada uno de los cuatro lados del rombo está adornado con semicírculos,

lo que les confiere un carácter gótico sobre una base

meramente musulmana.

Estos

motivos fueron realizados directa-

mente con ayuda de reglas y compases cuyas marcas aún pueden verse sobre estos fragmentos; ello explica las irregularidades de algunos rombos. ¡=1 revoco utilizado (de color muy blanco) fue de cal y arena, apreciándose todavía en ciertas partes un pulido

recibe en este

que afecta ciertas

no solamente

siglo a

un carácter

netamente

mudéjar

su aspecto externo sino también a

estructuras como es el acceso acodado al recinto inte-

rior (31>. La imagen del castillo pre

que todo el mundo tiene es siem-

la de una enorme construcción

a sus torres;

no obstante el castillo

logo de pinturas desaparecen apreciar

y esgrafiados

haciendo

las primeras

de ladrillo

desde

su foso

debió poseer un rico catá-

que dia a día se deterioran y

prácticamente en t:odos sus

imposible

en muchos casos

detalles.

Los motivos de

las pinturas han sido previamente grabados sobre el revoco fresco;

posteriormente

estos

color negro, rellenándose se así

una perfecta

trazos

son repasados

con líneas

de

algunas zonas con color rojo, creándo-

armonXa

entre

las pinturas

y la fábrica

del castillo. Las pinturas aparecen dispuestas a lo largo de los muros en bandas horizontales rompiendo la monotonía del ladrillo

210

que

se ve sometido & un ritmo que acentúa aún más la horizontalidad general de la construcción. Los motivos retuerzan el mudejarisifiO de

la fortaleza

ya

que

imbricaciones y lacerias

dominan (32).

los

rombos,

entrelazados,

El esgrafiado se utilizó para

remarcar el gran arco apuntado que cobija la entrada con una cenefa a

base

de rombos entrecruzados realizada

sobre dos

tendidos que posteriormente recibieron pintura: un color gris para el rondo y para las lineas marcadas en cada lado de estas

figuras;

el color rojo so utilizó

para

dibujar pequeños puntos en el cmos de las lineas grises. Como en el Palacio del Conde de incluida dentro de dos lineas

Alpuente la cenefa aparece ya lisas

que le sirven de marco

(Urna. 106-107). Las zonas inmediatas se decoraron también con esgrafiado en base a un emparrillado de lineas onduladas. Un edificio segoviano Que conté con la participación de Guas os el Convento de Santa Cruz (33), una obra que conservo en uno de sus muros un esgrafiado a todas luces de esta época, aunque seria muy temerario por nuestra parte • Jada la falta de documentación que sobre este edificio existe,

atribuirlo a la

dirección de Juan Guas ; estos círculos secantes adornados con escorias

en

los lugares

en que se

cruzan

dan lugar

a una

composicion de flores de cuatro péi:alos. De nuevo estamos ante un revoco carente de enfoscado, adornado con un motivo trazado directamente

con

compás.

La huella de este

insi:rumento

es

visible aún en el centro de cada círculo donde quedó excavado un pequotio agujero y también en la superficie do los círculos, ya que sobre cada uno de ellos se trazaron los otros cuatro que le cortan, colocándose en esos lugares un trocito de escoria. Este disefio decorativo tenía ya entonces una ~arguisiiflatrayCcí0ria artística nuestros

que va a perpetuarse en el esgrafiado segoviano hasta días;

así durante los siglos XV y XVI este motivo

vuelve a aparecer en varios esgrafiados: en cl claustro del Mo nasterio de San Pedro de Dueñas esl:e motivo decora cl anl:epecho

212

del segundo piso en una franjo sostenida por modillones de lóbulos construidos en ladrillo y yeso, rematóndose con una escota

de

sirviendo

bojas

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