El escritor, la literatura, el compromiso: notas mínimas sobre José Carlos Mariátegui

June 8, 2017 | Autor: Felipe Vanderhuck | Categoría: Intellectual History, Cultural History, Writing
Share Embed


Descripción

1

El escritor, la literatura, el compromiso: notas mínimas sobre José Carlos Mariátegui

Creer en los libros como medios de acción o no creer es ante todo eso: creer o no creer. G. Z.

La gente que gusta de la lectura suele creer que el libro es un poderoso medio de acción. Entre esa gente abundan, desde luego, los escritores, pero también otros “profesionales de la letra”, como profesores, periodistas, libreros o editores. Se trata de una vieja creencia en el poder de la palabra escrita para transformar la vida de las personas. Un viejo ideal humanista según el cual los libros contienen (pueden contener) un impulso liberador. Como medio de acción, la literatura es uno de los géneros de mayor prestigio. Ella sería capaz de muchas cosas: estimular la imaginación, consolar en las penas, aumentar la capacidad de empatía, desarrollar el pensamiento crítico, hacer mejores ciudadanos e, incluso, contribuir a la revolución social. ¿Pero es realmente la literatura un medio de acción? Es la pregunta que se hace el escritor mexicano Gabriel Zaid en uno de sus ensayos, aunque en el lugar de literatura escribe libro. Y al igual que Zaid, uno está tentado a contestar: “Hay que cuestionar la influencia de la literatura. Está claro que existe, pero no cómo funciona, ni qué tanto pesa, ni qué tan buena o mala es.” (Zaid 2010: 49). Dado que escribir (especialmente literatura, añadiría yo) es “una acción con consecuencias tan poco claras”, muchos “religiosos y revolucionarios” –agrega el mexicano– se sentirían “culpables y narcisistas” de hacerlo, lo cual explicaría en parte “su obsesión de poner la pluma al servicio de ‘causas útiles’” (Zaid 2010: 50). Una manera de sentirse menos mal. Cierto o no, son numerosos quienes otorgan a la escritura, es decir al libro, es decir a la lectura, un poder transformador. Desde el promotor de lectura que aspira a despertar el interés de jóvenes apáticos, pasando por el profesor de literatura que sueña con modificar en algún punto, no importa si mínimo, el pensamiento de sus estudiantes, hasta el editor entusiasta de los clásicos o el escritor comprometido, todos confían en la palabra escrita

2

como posibilidad de cambio: descubrir que la vida es mucho más de lo que conocemos, que las cosas no tienen por qué ser como son, que la experiencia humana es susceptible de enriquecerse, que el mundo puede ser un lugar mejor. En la América Latina de las primeras décadas del siglo veinte, uno de los pensadores que sostuvo de manera más creativa el punto de vista la “literatura comprometida” –el libro como medio de acción; la literatura al servicio de “causas útiles”: en este caso, de la revolución socialista– fue José Carlos Mariátegui (1894-1930), el “Amauta”, quien se ha convertido en referencia obligada del “pensamiento latinoamericano” del siglo pasado, considerado por muchos como el pensador marxista más original de esta parte del mundo, clásico de disciplinas como la sociología y la antropología, agudo crítico literario, etc. Su libro más conocido, 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928), continúa editándose y comentándose, y es un ejemplo, como afirmara alguien, de “una prosa límpida, generadora de amplitudes teóricas.” (Krauze 2011: 131). Uno de los ensayos del libro –de hecho, el más extenso de todos– se titula “El proceso de la literatura”. En él, Mariátegui expone su “credo literario”, si bien la expresión es inexacta para designar lo que más bien parece una reflexión sobre la marcha. El ensayo comienza así: “La palabra proceso tiene en este caso su acepción judicial. No escondo ningún propósito de participar en la elaboración de la literatura peruana. Me propongo, sólo, aportar mi testimonio a un juicio que considero abierto… Mi testimonio es convicta y confesadamente un testimonio de parte.” (Mariátegui 2007: 191). “El proceso de la literatura” es un largo recorrido por distintos autores y momentos de la literatura peruana. Como otros escritores, artistas o críticos “comprometidos”, Mariátegui cree que el escritor no debe ser un simple observador de la realidad, sino un actor de su transformación, bien por un vínculo directo con las luchas sociales, bien porque su literatura busca la emancipación de las clases dominadas, bien –en realidad– por ambas cosas. La literatura es un poder espiritual capaz de crear un mito y de liberar la mente humana: Ni la Razón ni la Ciencia pueden satisfacer toda la necesidad de infinito que hay en el hombre. La propia Razón se ha encargado de demostrar a los hombres que ella no les basta. Qué únicamente el Mito posee la preciosa virtud de llenar su yo profundo… La fuerza de los revolucionarios no está en su ciencia, está en su fe, en su pasión, en su

3 voluntad. Es una fuerza religiosa, mística, espiritual. Es la fuerza del Mito. (Mariátegui, citado en Krauze 2011: 128).

Con todo, para Mariátegui la literatura no debía confundirse con la propaganda. Aunque considerara “la imaginación como parte integral de la política y de la revolución” (Krauze 2011: 126), nunca pensó que debiera subordinarse a los intereses del poder. Para resumir -escribe un comentarista-, el idearium de Mariátegui es esencialmente marxista, pero no unilateral ni exageradamente mecánico. Sostiene que la literatura no existe en forma aislada. Forzoso es combinar el sentido y la crítica estéticos con las reacciones frente a los procesos socioeconómicos de la historia. Hay que evitar los dos extremos: por una parte, juzgar una obra según el criterio exclusivamente estético y formalista; por otra, considerarla como medio de propaganda para avanzar la ‘causa’. No basta la erudición literaria por sí sola, ni el aparato burocrático del partido político que evalúa la literatura sólo en términos utilitarios. (Lipp 1995: 29).

Así como no simpatizaba con la crítica erudita ni con la doctrinaria, es seguro que Mariátegui tampoco habría simpatizado con la oscura crítica académica de hoy, en la cual la Doctrina ha sido reemplazada por la Deconstrucción y la Erudición por la Jerga: con sofisticado lenguaje pirotécnico, algunos Departamentos Universitarios continúan suscribiendo la idea según la cual la literatura debe ser asunto de ángeles (el Ángel Obrero, la Mujer Ángel, el Indígena Puro, los Buenos y los Malos, lo Políticamente Correcto). En su infancia y juventud, Mariátegui escribió poemas religiosos y obras de teatro. Después de sus años en Europa (1919-1923), que, según el escritor Enrique Krauze, le sirvieron para afinar “sus ideas sobre el socialismo y la revolución” (Krauze 2011: 120), Mariátegui abandonó la escritura literaria y se dedicó a temas sociales y políticos, sin abandonar el interés por las letras, pero ya sólo como crítico. Sobre este oficio, escribe en “El proceso de la literatura”: “Todo crítico, todo testigo, cumple consciente o inconscientemente, una misión.” (Mariátegui 2007: 191). Y, más adelante, afirma: Declaro, sin escrúpulo, que traigo a la exégesis literaria todas mis pasiones e ideas políticas, aunque, dado el descrédito y degeneración de este vocablo en el lenguaje corriente, debo agregar que la política en mí es filosofía… Pero esto no quiere decir que considere el fenómeno literario o artístico desde puntos de vista extraestéticos, sino que mi concepción estética se unimisma, en la intimidad de mi conciencia, con mis concepciones morales, políticas y religiosas, y que, sin dejar de ser concepción estrictamente estética, no puede operar independiente o diversamente. (Mariátegui 2007: 192-193).

4

Es cierto que la estética es también una ética –un “testimonio de parte”. Pero lo es a su particular manera: contradictoria, abierta, abierta.

Bibliografía Alonso, Iván, “José Carlos Mariátegui (1894-1930)”, en Pedro Cateriano Bellido (comp.), Veinte peruanos del siglo XX. Lima, UPC, 2008. Bértolo, Constantino, “José Carlos Mariátegui crítico literario”, Guaraguao, año 9, núm. 21, 2005, pp. 53-69. Lipp, Solomon, “Perspectivas literarias en José Carlos Mariátegui”, Actas XII, vol. 7, 1995, pp. 25-30. Mariátegui, José Carlos, “El proceso de la literatura”, en 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 2007, pp. 191-315. Krauze, Enrique, “José Carlos Mariátegui. El marxismo indigenista”, en Redentores. Ideas y poder en América Latina. México, Debate, 2011, pp. 105-131. Zaid, Gabriel, “Interrogantes sobre la difusión del libro”, en Los demasiados libros. Barcelona, Debolsillo, 2010, pp. 47-60

Felipe Vanderhuck

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.