EL ENERGÉTICO ENCANTO DEL MAR

May 24, 2017 | Autor: P. Arquitectura Ucc | Categoría: Energías Renovables, Energia Undimotriz
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Descripción

EL ENERGÉTICO ENCANTO DEL MAR Luis Guardado Sánchez Those who live by the sea can hardly form a single thought of which the sea would not be part (Aquellos que viven en las costas, difícilmente pueden formular un pensamiento que no sea ya parte misma del mar) - The Spell, de Hermann Broch

L’acqua é la forza motrice della natura (El agua es la fuerza motriz de toda la Naturaleza) - Leonardo da Vinci

La mer, une fois qu’elle vous a jeté un sort, vous tient dans son filet de merveilles pour toujours (El mar, una vez que te hechiza, te engancha en su maravillosa red para toda la eternidad). - Jacques Yves Cousteau

We are tied to the ocean. And when we go back to the sea, whether it is to sail or to watch - we are going back from whence we came (Estamos atados al océano. Y cuando volvemos al mar, ya sea para navegar u observar, estamos regresando al lugar del que alguna vez vinimos). - John F. Kennedy

La mer n'est que le véhicule d'une surnaturelle et prodigieuse existence; elle n'est que mouvement et amour. (El mar es el vehículo de una existencia sobrenatural y prodigiosa; es movimiento y amor). - Jules Verne

Resumen El mar ejerce una fuerza inexorable en el inconsciente colectivo, acentuada en las poblaciones costeras. Es innegable el papel que los océanos han tenido en la creación de la Tierra como la conocemos, como incubadora de las primeras proteínas que adquirieron la capacidad de replicarse a sí mismas, como origen del oxígeno que respiran animales y humanos, y como parte fundamental del sistema energético que mantiene la vida terrestre en equilibrio. En las últimas décadas se ha tomado conciencia de una faceta no explotada, como fuente energética presente en tres cuartas partes de la superficie del planeta. Son varias las formas que adoptan los convertidores de energía de las olas, en funcionamiento actualmente, en países del hemisferio norte. Los países latinoamericanos, con la excepción de Bolivia y Paraguay, y en especial México con extensos litorales en dos océanos, tienen la oportunidad de explotar una energía limpia, renovable y a disposición las 24 horas del día. Abstract The sea exercises an inexorable force on the collective unconscious, accentuated in coastal communities. It's undeniable the role oceans have had in the creation of Earth, as we know her, as incubator of the first proteins to acquire the capacity to replicate themselves, as origin of all oxygen breathed by animals and humans alike, and as fundamental part of the energetic system which keeps earthly life balance. In the last decades we’ve taken conscience of an unexploited trait, as an energetic source available on three quarters of the globe. Wave energy converters take multiple forms and are already functioning, mainly in northern hemisphere countries. LatinAmerican countries, exception made of Bolivia and Paraguay, but Mexico in special, with lengthy 1

coasts along two oceans, have the opportunity to exploit a clean and renewable energy, available 24 hours a day. Palabras claves Energía, Energía solar, Energía Undimotriz, WEC (Wave Energy Converters) o Convertidor de energía de las olas. El agua representa, dentro del lenguaje simbólico universal, el inconsciente, en especial, en su manifestación masiva a la que denominamos mar. Lo asociamos con lo inmenso, lo infinito, el abismo, el misterio, lo no accesible. Todo organismo vivo depende del agua para sus funciones vitales, a pesar de millones de años de evolución. Entre el 6 y el 95% del peso total de todo animal, planta, hongo, bacteria y eucariota del planeta, es agua. Sirve como reactivo y producto fundamental de todas las vías metabólicas conocidas. El mismo oxígeno molecular (O2) se generó a partir del agua, de la ruptura de la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno, por la acción metabólica de las primeras cianobacterias (Fontúrbel, 2004). A finales de los años 80’s, llegó a mis manos el libro “Rendez-vous with Rama” (Encuentro con Rama), de Arthur C. Clarke. Antes de que el Informe Brundtland de 1987 pusiera en boga el término sustentabilidad, Clarke abordaba ya el tema del reciclaje y de la renovación de los recursos, en la descripción del interior del vehículo espacial alienígena denominado Rama, como el dios hindú. La mayor parte de la acción sucede a partir del año 2131, en que se detecta el objeto que entra en la órbita de Júpiter, en dirección al centro del sistema solar. La sonda Sita (esposa de Rama) capta imágenes de Rama, y permite caracterizarlo como un cilindro que mide 20 kilómetros de diámetro y 54 kilómetros de longitud, sin ningún rasgo distintivo en su exterior, y que gira sobre su eje longitudinal cada 4 minutos.

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Portada de la primera edición (Clarke, 1973) https://upload.wikimedia.org/wikipedia/en/e/e1/Rama_copy.jpg

Sección longitudinal del vehículo espacial Rama I https://hardmath123.github.io/static/rama.jpg

La Unión Planetaria envía a la nave Endeavour (como el barco del explorador James Cook), a entrar en contacto con el objeto. Una veintena de astronautas explora el interior y descubren que es hueco, y su espacio interior se encuentra dividido en dos “hemicilindros”, separados por una franja de un material cristalino, llamado por los exploradores “Mar Cilíndrico”. Eventualmente exploran el objeto, y descubren que en efecto, se trata de agua turbia congelada: “es una sopa orgánica en disolución, conteniendo trazos de casi cualquier compuesto de carbono que puedas nombrar, así como fosfatos, nitratos y docenas de sales metálicas” (Clarke, 1973).

Interior del vehículo espacial Rama I, con el Mar Cilíndrico. https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/d3/Rama16wiki.jpg

En libros posteriores de la serie, escritos ahora en mancuerna con Gentry Lee, se elabora en el tema del Mar Cilíndrico. Es la fuente de materia prima que utilizan los biots que sirven a las 3

especies que viajan en los Ramas, para elaborar los requerimientos nutritivos e instrumentales de cada una. Y es, además, el destino final de los residuos biológicos y de los artefactos, ya desechados, pulverizados por biots especializados. Incluso biots “marinos” procesan a los biots terrestres que saltan al mar, cuando Rama entra en la modalidad de viaje estelar. La imagen de “sopa orgánica” es, con toda seguridad, un símil con el mar primitivo que sirvió de medio para la aparición de las proteínas primordiales, que a su vez dieron paso a los primeros organismos unicelulares, en los inicios de la evolución de los seres vivos terrestres. Alexander I. Oparin propuso en 1924 que, después de la formación de la atmósfera primitiva de la Tierra, se habría producido una serie de fenómenos químicos en esa sopa primordial los cuales, aumentando en complejidad, dieran origen a la vida. Hacia 1965, John Bernal explicaba que una entidad molecular podría definirse como viva si poseyera dos cualidades: la capacidad de acumular información genética y la capacidad de producir copias de su propia estructura (Herrero, 2006). Se presume que las moléculas del ácido ribonucleico son ese primer antecedente a la vida. El agua fue propuesta como principio de todas las cosas desde finales del siglo VII a.C., durante el período cosmológico de la filosofía griega. El arjé ( ἀρχή) o principio primordial, del cual proceden todas las cosas, el origen del cosmos y por supuesto de la vida, fue buscado en lo indeterminado, en el aire, en los números, en partículas diminutas llamadas átomos, o en el hombre mismo, como medida de todas las cosas. Tales de Mileto afirmaba que el agua es la materia originaria de la que surgieron todas las realidades del tejido cósmico (Mahecha, 2004). Pero, ¿Cómo apareció el agua en el planeta? Para hablar del origen del agua, existen dos teorías: la teoría volcánica y la extraterrestre, es decir, proveniente de meteoritos portadores del líquido. La primera plantea que el agua se formó en el centro de la Tierra, por reacciones a altas temperaturas (800° K), entre átomos de hidrógeno y oxígeno. Las moléculas formadas por esta reacción habrían sido expelidas a la superficie terrestre en forma de vapor (por la temperatura a la que se encontraban); algo de este vapor pasó a formar parte de la atmósfera primitiva, que carecía aún de oxígeno molecular, y otra parte se habría enfriado y condensado para formar el agua líquida y sólida de la superficie terrestre. Este proceso habría tomado aproximadamente unos 3.8 billones de años (Fontúrbel, 2004). Una teoría más reciente atribuye el origen del agua a causas extraterrestres, llegando en forma de hielo en el interior de numerosos meteoritos que, al impactar sobre la superficie terrestre, liberaron este compuesto y llenaron los océanos, o por lo menos parte de ellos. En favor de esta 4

teoría hay la evidencia de numerosos impactos de meteoritos, los cuales habrían contribuido con otros elementos y moléculas químicas a la sopa primordial, donde se originaron las macro moléculas orgánicas. Al analizar, en 1999, al cometa S4 Linear, la NASA encontró una enorme similitud entre la composición y estructura química de éste con el agua que actualmente recubre la litósfera. Aunque ninguna teoría ha sido comprobada por completo, todo apunta a un origen mixto, donde la hidrogénesis masiva haya contribuido, además, a la formación de la atmósfera, aunada a material cósmico congelado y disuelto al entrar el contacto con el mar primitivo. Numerosas tradiciones hablan del origen de la vida a partir del agua. En el Génesis, Dios crea los cielos y la tierra: “ésta estaba sin orden y vacía. Las tinieblas cubrían la superficie del abismo y el espíritu de Dios se movía la superficie de las aguas”; entonces, el agua fue creada antes que la luz. En la elaborada tradición de la Creación del grupo étnico colombiano Kogi, de lengua chibcha, y una de las culturas autóctonas más avanzadas del continente americano, la Tierra es considerada como la “madre” que ofrece el alimento a sus hijos, los seres humanos: “Primero estaba el mar. Todo estaba oscuro. No había sol, ni luna, ni gente, ni animales, ni plantas. Sólo el mar estaba en todas partes. El mar era la madre. Ella era agua, era río, laguna, quebrada y mar. Así, primero sólo estaba La Madre. La madre no era gente, ni nada, ni cosa alguna... Ella era espíritu de lo que iba a venir y ella era pensamiento y memoria. Así la Madre existió… en el mundo más abajo, sola” (Alonso, 2009). La presencia del mar ha sido, y es, inexorable. Para los habitantes de cualquier costa, es una maravilla, una delicia, pero está también, siempre presente, la amenazante potencia de semejante masa líquida. Y vaya que se tomó conciencia de las implicaciones de vivir a su vera en 2004, cuando la noticia del terremoto del Océano Índico, en la mañana después de Navidad, alcanzó al rincón más remoto del planeta. Una serie de tsunamis originados frente al extremo Norte de Sumatra, en Indonesia, barrieron con casi medio millón de personas, convirtiéndose en el desastre natural más mortífero de toda la era contemporánea. Una demostración desafortunada de la energía contenida en el mar. El término energía deriva del griego ἐνέργεια (enérgeia) que significa actividad u operación; o de ἐνεργóς (energós), fuerza de acción o fuerza de trabajo. Fue descubierto y teorizado por los filósofos griegos, en especial por Aristóteles y, más tarde, por Santo Tomás de Aquino. La energía es definida como un acto perfecto (¿divino?), que causa el movimiento de las cosas, en grado tal que, sin ella, estas cosas no conseguirían emerger de una condición puramente potencial. La 5

energía provoca, en un rol absolutamente primordial e imprescindible, que una cosa en potencia se convierta en una cosa en acto. De lo contrario, el movimiento no tendría justificación en la naturaleza (Sacchi, 2008). Comparadas con el Sol, las demás fuentes de energía en la tierra son despreciables; ninguna es más potente que el sol. Desprende cerca de dos trillones de veces más energía que el mayor reactor nuclear terrestre. Esta energía se produce por fusión nuclear, que consiste en la transformación de núcleos de Hidrógeno en Helio. La energía se origina en el núcleo del sol, llega a la superficie y es liberada en forma de luz y calor. Casi la mitad se dispersa en el espacio o es absorbida por la atmósfera. De la luz que logra atravesarla, más del 90% es absorbida por los océanos y solo una pequeña parte es utilizada en la fotosíntesis, por medio de la cual las plantas la convierten en biomasa, que consumen animales y humanos. El primer principio de la Termodinámica establece que en un sistema cerrado, la energía contenida no se pierde. El segundo principio afirma que cuando hay una transformación de una forma energética en otra, se desprende una parte de energía en forma de calor no aprovechable. La atmósfera terrestre constituye un sistema abierto, y todas las radiaciones que recibe se transforman en diversas formas de energía (Behling, 2002).

Formas primarias de energía solar transformada en la atmósfera (Behling, 2002)

Los gases que componen la atmósfera reciben la radiación solar, y entran en movimiento; éste es modelado por la forma del planeta y su rotación. En vez de moverse en línea recta, los vientos del Hemisferio Norte se desvían hacia la derecha, y en el Sur, a la izquierda (efecto Coriolis). Al norte y sur del Ecuador, el viento superficial recalentado se eleva y regresa hacia los trópicos, en donde 6

habrá disminuido su temperatura, y entonces desciende. Estas zonas ecuatorial, tropical y polar de cambio de altitud de las corrientes de aire se denominan células de viento. Un fenómeno semejante sucede con el agua de los océanos, generándose las corrientes marinas. Así, la energía de las olas se puede considerar como una forma transformada de energía solar. El viento generado debido al calentamiento diferencial de la superficie de la Tierra, transmite parte de su energía, por rozamiento, a la superficie del agua, generando el oleaje. La cantidad de energía que se transmite al agua depende de la velocidad del viento, del periodo de tiempo durante el cual éste actúe y la extensión sobre la que actúe. El oleaje generado por viento es el que contiene la mayor parte de la energía solar transformada en cinética, y es capaz de capaz de viajar miles de kilómetros con escasas pérdidas de energía. Conforme las olas se acercan a la costa, experimentan una pérdida de energía asociada a la interacción con el lecho marino (Cavia, 2009). Dado que tres cuartas partes de la superficie terrestre están cubiertas por agua, la energía contenida en el oleaje representa una fuente importante dentro de las energías renovables; es limpia y con un nulo impacto visual y ambiental. Es una forma de energía cinética a la que se puede acceder usando diversos mecanismos que responden al movimiento de las olas, captando parte de su energía. El término energía undimotriz se refiere así, al aprovechamiento de la energía cinética y potencial del oleaje para la producción de electricidad (Camacho, 2011). Debido a que se trata de una tecnología relativamente joven, los sistemas undimotrices tienen un amplio margen de evolución. Una multitud de prototipos aprovechan ya el movimiento de las olas para producir energía eléctrica, y varios países cuentan con sistemas funcionando, a menudo independientes de la red eléctrica. Las instalaciones de energía undimotriz requieren una alta inversión inicial y un gran desarrollo tecnológico. Cuando una ola se acerca a la costa se hace lenta, decrece en longitud de onda y crece en altura. La mayor parte de la energía se pierde en la fricción con el suelo marino y solo una fracción de la misma alcanza la orilla. Una ola contiene tanto energía cinética como energía potencial gravitacional. La potencia transportada por la ola depende de la altura y del período, y es usualmente dada en unidades de potencia entre unidades de longitud (Watt/metro). Esta energía es captada mecánicamente y convertida en energía eléctrica en el mar, para posteriormente ser transportada a tierra mediante cables.

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El período es el tiempo medio (en segundos) que transcurre entre que dos crestas de dos olas consecutivas pasan por el mismo punto en alta mar. Un período alto normalmente significa alguna de estas tres cosas o directamente las tres: 

Qué el tamaño de las olas es grande, ya que cuanto mayor sea la altura de las olas mayor será también la distancia entre las crestas de dos olas consecutivas, por lo que el periodo será más alto.



Que el mar de fondo (Estado de agitación en zonas costeras en calma, debido a corrientes submarinas o a actividad geológica del fondo marino) es de olas ordenadas.



Mayor energía de las olas. Los swell (dirección del oleaje) de periodo alto son capaces de sostener más energía a medida que viajan a través del océano.

Los periodos bajos se consideran aquellos menores de 9 segundos, mientras que los periodos altos son aquellos que superan los 9 segundos. Generalmente los periodos bajos provienen de vientos y corrientes locales, en cambio los periodos altos se generan muy lejos de la costa, en tormentas en alta mar y viajan muy rápidos y con mucha energía y fuerza (Pagés, 2014).

Parámetros del comportamiento de las olas http://0.static.wix.com/media/d3f425_9015413979c551d04f01009757789354.jpg_512

Como ocurre con las otras formas de energía renovable, la energía de las olas no está distribuida uniformemente alrededor del planeta. Las mayores fuentes de energía de las olas se encuentran en las zonas alejadas del Ecuador, entre los paralelos 30° y 60° de latitud en ambos hemisferios, donde su potencial es mayor. La distribución global de los niveles de potencia de las olas se muestra en el mapa siguiente, en donde las unidades están dadas en kW/m de frente de onda.

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https://lh3.googleusercontent.com/-e_rRUUs3zMw/TYhpN0zzgZI/AAAAAAAABY0/kdrQQ5KYGZY/s1600/wave-energy.jpg

El nivel de energía de las olas se define en términos de potencia por unidad de longitud y su potencia es proporcional al período y al cuadrado de la altura de la ola. El potencial energético medio en la costa y en aguas someras varía entre 3 y 5 kW/m y en mar adentro entre 10 y 16 kW/m, que se debe a que el potencial energético de las olas disminuye a medida que el frente de olas se acerca al litoral. Comparativamente, la energía undimotriz es 5 veces más concentrada que la energía eólica y 30 veces más concentrada que la energía solar (Pelissero, 2011). Particularmente los grandes recursos se encuentran a lo largo de la costa occidental de Europa, de las costas de Canadá y Estados Unidos y en la costa sur de Australia y América del Sur. Los Convertidores de energía undimotriz o WEC (Wave Energy Converters), son dispositivos que transforman la energía mecánica del oleaje en energía útil, en donde las olas puedan interactuar con la capacidad de resistir la fuerza que estas ejerzan sobre el mismo (Martínez N., 2013). En la actualidad existen varios tipos de estos dispositivos patentados, y se enlistan alrededor de un millar de dispositivos que convierten energía de las olas de diversas maneras. Los convertidores de energía del oleaje, se clasifican según ciertos principios básicos que permiten agruparlos por su operación, por su orientación respecto al oleaje incidente y por su ubicación relativa a costa.

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Tipos de Convertidor según su operación: http://www.schaeffler.com/remotemedien/media/_shared_media/04_sectors/02_industry/power_plants/00017439.jpg

Osciladores de columna de agua

De Sobrepaso o rebosamiento

Sistemas activos (Efecto Arquímedes, Cuerpos Boyantes fijos o móviles y de Impacto)

Según su orientación respecto al oleaje incidente: http://www.schaeffler.com/remotemedien/media/_shared_media/04_sectors/02_industry/power_plants/00017437.jpg

Absorbedores puntuales

Atenuadores

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Terminadores

Según a su ubicación relativa a la costa http://www.revista-anales.es/web/n_14/img/s_8/imag_8_4_grande.jpg

De alta mar

Cerca de costa

En la costa

Clasificación de los Convertidores de energía de las olas (Cavia, 2009).

Los Dispositivos en la Costa (Onshore) presentan la ventaja de tener costos de instalación y mantenimiento menores que el de otros tipos de dispositivos. Son de fácil acceso, se encuentran cimentados sobre roca y el transporte de la energía a la red presenta menos impedimentos. Sin embargo, disponen de un potencial energético menor que el explotable mar adentro. Un solo convertidor puede ser suficiente para cubrir determinadas necesidades a pequeña escala. En un lugar remoto o en una isla con una comunidad reducida, una unidad de 4 MW tendría un impacto muy significativo (Amundaraín, 2012). Los primeros testimonios sobre la utilización de la energía de las olas se encuentran en China, en donde en el siglo XIII empiezan a operar molinos por acción del oleaje. Al principio de este siglo, el francés Bouchaux-Pacei suministra electricidad a su casa en Royan, mediante un sistema neumático, parecido a las actuales columnas oscilantes. En esta misma época se prueban sistemas mecánicos en California, y en 1920 se ensaya un motor de péndulo en Japón. Desde 1921 el Instituto Oceanográfico de Mónaco, utiliza una bomba accionada por las olas para elevar agua a 60 m con una potencia de 400 W. En 1958, se proyecta una central de 20 MW en la isla Mauricio, que no llegó a construirse, consistente en una rampa fija sobre un arrecife, a través de la cual subía el agua a un embalse situado 3 m por encima del nivel del mar. Los franceses construyeron en Argelia en los años cuarenta dos plantas piloto tipo con canal convergente.

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Pato de Salter http://www.cubasolar.cu/biblioteca/energia/Energia17/images/pato.gif

Aunque la primera patente para un equipo de conversión de energía de las olas data del año 1799, fue en la década de los 1970’s que se intensificaron las investigaciones particularmente en el Reino Unido. Uno de los trabajos pioneros en el área fue realizado en Japón hacia 1960, con la construcción de boyas marcadoras que usaban energía de las olas para sus lámparas. El impulso a la investigación en varios países parte de la publicación de un artículo por parte del Profesor Stephen Salter, de la Universidad de Edimburgo. En plena crisis del petróleo, sus conclusiones llamaron la atención de los investigadores de los países industrializados. La idea, una estructura flotante en forma de cámara conocida como el Pato de Salter, es reconocida aún como uno de los sistemas más eficientes en absorber energía de las olas. En los años 1980’s, el gobierno del Reino Unido tomó la decisión de enfocar recursos de investigación sobre la energía de las olas en un gran sistema de generación con capacidad para 2 GigaWatt de potencia. A pesar de la sugerencia de muchos científicos de dispersar la generación en pequeñas centrales del orden de los MegaWatts, el sistema de generación fue un fracaso e implicó un estancamiento en los avances que habían tenido lugar. A mediados de los años 1990’s se habían dado avances significativos en el desarrollo de sistemas de generación mar adentro, con prototipos conectados a los sistemas nacionales de energía. Al igual que con los sistemas de generación eólicos, la generación undimotriz se encamina hacia un uso comercial a gran escala. Gobiernos como los de Portugal y el Reino Unido han invertido en prototipos comerciales, construyendo centros de investigación y desarrollo que aseguran el desarrollo de la industria de energía de las olas a mediano plazo.

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Dinamarca, Holanda, Noruega, Portugal, Reino Unido y Suecia lideran el aprovechamiento de la energía de las olas como una fuente energética viable desde hace algún tiempo. La inversión en importantes programas de investigación y desarrollo ha dado como resultado un progreso significativo en las tecnologías de conversión. En la actualidad el país dominante en todo lo concerniente a la energía undimotriz es el Reino Unido, y le siguen, a cierta distancia, Portugal, España y Dinamarca (Cavia, 2009). Reino Unido: En sus aguas normalmente tormentosas, prevalece el viento del oeste, por lo que se puede entender que el mayor potencial se encuentre en la costa oeste, principalmente en Escocia. Se calcula una disponibilidad energética de 120 GW o de 50 TWh por año, lo que representa 1/7 del consumo eléctrico del país. Es uno de los países con mayor potencial de energía undimotriz y mareomotriz: quizá sea este el motivo por el que se le considera como el líder mundial de estas energías desde el año 2004, aunque en sus políticas haya favorecido a la energía eólica considerándolo la energía más económica. Su interés por la energía de olas se remonta a 1974, año de invención del Pato de Salter. En el año 2003, ya había instalados tres dispositivos en la costa oeste de Escocia que suministraban energía a la isla de Islay y a Shetland. Estos dispositivos son el Limpet, el Pelamis y el Floating Wave Power Vessel (FWPV). Además, se ha previsto la instalación de un parque de olas cada año para alcanzar una potencia instalada de 14.7 MW. Esta medida proviene de la iniciativa gubernamental de que en el año 2010 el 10% de la energía generada sea de origen renovable. Portugal: Se caracteriza por tener un potencial anual que varía entre 30 y 40 kW/m. concentrado principalmente en la zona noroeste de la costa de Portugal y en el Archipiélago de las Azores. Ambos emplazamientos ya han sido elegidos para construir los parques de olas. Uno de ellos, en Agucadoura, utiliza la tecnología Pelamis y el otro, situado en la costa de la isla de Pico en las Azores, utiliza un convertidor OWC. La política de Portugal de estimular la investigación y el desarrollo en las empresas de energía de las olas ha sido notable, y por ello muchas de las empresas de este sector se han situado allí. Se ofreció una tarifa indexada (variable, ligada al precio de la inflación) de 223.5 cEuro por kWh, durante doce años, a los proyectos de energía undimotriz, limitada a los primeros 20 MW de generación. España: En 1979 el Ministerio de Industria y Energía estableció un potencial energético en las costas españolas de 37,650 MW aproximadamente, 25 kW/m en las costas del Océano Atlántico y 11 kW/m en las del Mar Mediterráneo. Las regiones españolas donde el potencial energético es 13

mayor son la costa Cantábrica y las Islas Canarias, donde la potencia media anual es 20 kW/m. El primer convertidor de energía de olas que se instaló en España fue en una central térmica de Sabón (La Coruña). El proyecto, llevado a cabo por Unión FENOSA, consistía en un dispositivo de columna de agua oscilante. España goza de un potencial de energía de las olas enorme, acorde con la longitud de su línea de costa. Dinamarca: El potencial energético en el noroeste del Mar del Norte es muy grande. Se estima una potencia anual de 30 TWh y entre 7 y 24 kW/m de frente de ola que llega de la dirección oeste. Ha desarrollado varios dispositivos de olas pero el más importante sigue siendo el Wavedragon. Noruega: En su larga costa que da a la cara este del Océano Atlántico predominan los vientos del oeste que le permiten disponer de una potencia anual de 400 TWh. No obstante, se ha determinado que en el año 2020 sólo 0.5 MWh de la energía tendría su origen en las olas. La política energética de Noruega ha estado siempre basada en la energía hidroeléctrica, pero la presión social no ha permitido que fuera esta fuente energética la que hiciera frente a los aumentos de la demanda. De esta manera, Noruega ha apostado por la energía eólica y la biomasa, y ha impulsado el hidrogeno para almacenamiento de energía. En 1980 se desarrollaron dos convertidores de olas muy importantes diseñados para trabajar en la costa: la columna oscilante de agua multi-resonante (OWC), de 500 kW situada en la costa de Kvaerner, y el Tapered Channel, más conocido como sistema TAPCHAN, de 350 kW. Ambas plantas se dañaron tremendamente en unas tormentas ocurridas en 1988 y 1991. Suecia: Los lugares con mayor densidad energética se encuentran en la parte norte de la costa oeste de Suecia, en el Mar del Norte, y en el Mar Báltico alrededor de las islas de Oland y Gotland, con un valor medio de 5-10 TWh por año, que bien merece ser comparado con el valor de la demanda de electricidad anual, de 150 TWh. En 1980 se instaló en Gotemburgo, en la costa oeste de Suecia, el primer punto de absorción a escala real del mundo, conocido con el nombre IPS. Otro proyecto de gran envergadura ha sido el dispositivo Hose-Pump, un tubo flexible cuyo volumen interno varia, conectado a un flotador. Algunos países no europeos también están llevando a cabo programas de investigación y desarrollo como por ejemplo Australia, Canadá, China, India, Indonesia, Israel, Japón, México, Rusia, Sri-Lanka y Estados Unidos. Curiosamente, el recurso de olas en algunas zonas de Australia es mucho mayor que la demanda de electricidad de dichas regiones. En Vizhinjam (India) se construyó en 1990 una planta de pruebas de 150 kW y se han desarrollado convertidores de tipo 14

OWC, Backward Bend Duct Buoy (BBDB) y dispositivos flotantes. Japón, un archipiélago con una línea de costa de 35,000 km, depende energéticamente de las importaciones de combustibles fósiles. Por este motivo, está considerando la energía de las olas como una posible fuente energética. México. El aprovechamiento de la energía de las olas es una tecnología de reciente introducción en el país, en la zona con el mayor potencial energético que es la costa de la Península de Baja California. Y es ahí donde la empresa Mareomotrices de Energías Renovables, S.A de C.V., MARERSA, en la zona de Ensenada, desarrolla, desde 2012 para la CFE, un sistema de seis módulos de generación de 560 kw cada uno, para un total de 3 Megawatts. Cada módulo consta de 8 boyas; cada boya esta acoplada a un actuador de 70 kW, que se conecta a los tableros de limpieza de energía y rectificadores. Todo el módulo de 8 unidades, y 450 boyas flotantes, se conecta a los sistemas electrónicos localizados en un cuarto de control que se ubica encima de una plataforma estructural. En casos de tormenta, las paletas con boyas se levantan y anclan a la estructura, para evitar posibles daños.

Modelo de la planta de Rosarito, Baja California Norte. http://nebula.wsimg.com/b436b4c17e51b8424ee5359ee0ebddc6?AccessKeyId=13E6CF3173CD77AA43B4&disposition=0&alloworigin=1

Conclusiones La generación de energía eléctrica, a partir de la conversión de la energía cinética de las olas, es una opción disponible y factible de ser implantada en el país. A pesar de una 15

latitud no del todo óptima del país, a diferencia de las potencias europeas en este tipo de energía renovable, la extensión de sus litorales presenta una oportunidad que merece ser estudiada y valorada por el sector eléctrico y por las instituciones encargadas de generación de tecnología. Quizá no podrá dependerse de ella de manera exclusiva, pero ayudará a que la suma de todas las fuentes renovables de energía sea suficiente para abatir los índices de contaminación generados por las basadas en combustibles fósiles, e intentar mitigar los efectos sobre el clima. Tal aportación merece un estudio a fondo.

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