El encuentro con la historia del arte de Giorgio Vasari

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Descripción

El encuentro con la historia del arte de Giorgio Vasari

Por

Claudia Sanginés Sayavedra


Para hablar de las artes es necesario hacer la historia de ellas, de
quienes las crearon y modificaron hasta hacerlas inmortales por su
belleza[1].
En "Las Vidas. De los más excelentes arquitectos, pintores y escultores
italianos. Desde Cimabue a nuestros tiempos", Giorgo Vasari se remonta a
los inicios de las tres principales artes: escultura, pintura y
arquitectura. Para explicar los orígenes de dichas artes recurre a la
historia hecha por Plinio acerca del arte, haciendo un recuento de las
civilizaciones que utilizaban la escultura, pintura o arquitectura con
fines de decoración, protección militar o religiosidad. Vasari recuerda que
las artes antiguas fueron destruidas sin quedar rastro alguno de sus
creadores ni de los propósitos de éstos. Por tanto su objetivo con está
obra es describir el contexto histórico de los artistas y la vida que ellos
llevaban en relación con sus obras.
El autor atribuye el origen del arte a Dios. Con lo que nos lleva a pensar
que el hombre al producir arte busca su esencia y sobretodo al Dios que
lleva dentro de sí mismo.[2]
Enseguida para Vasari, es importante dar una pequeña introducción acerca de
lo que son las tres artes fundamentales y más influyentes en la vida del
ser humano. Por tanto define la pintura como una forma de expresión dentro
de la cual se ha imitado la naturaleza y con el paso del tiempo la pintura
se ha ido refinando y ha imitado y representado otros aspectos de la vida
humana. La escultura, es el trabajo por el cual el artista logra
representar un tema en tres dimensiones lo cual da un aspecto de realidad,
sin embargo ha tenido bastantes limitaciones para representar todo lo que
se ha hecho con la pintura. Y por último, la arquitectura es aquel arte
por la cual el ser humano se ha protegido del clima y ha logrado encontrar
relaciones entre lo espiritual y lo material, además de ser un referente
astronómico.
Con una maestría para manejar la palabra y los conceptos de arte, el
autor, describe ciertas construcciones arquitectónicas que considera
importantes o representativas de una época y estilo. Los artistas
contemporáneos no pueden igualar las obras de los antiguos por falta de una
constancia que se da a consecuencia del hambre, por lo cual las obras de
los pintores, escultores o arquitectos se enfocan en encargos que engendran
trabajos opacos y vacíos de un espíritu.
Para Vasari, Miguel Ángel fue el artista que estudio a los antiguos,
conoció de las grandes artes y con su conocimiento y destreza logró romper
el canon establecidos en su época acerca de la representación de las
figuras humanas. Fue así uno de los mejores artistas de todos los tiempos
pues logro dominar las tres artes con gran agilidad, virtud, ingenio y amor
a ellas. Traspaso el tiempo y la pobreza con el hambre por el arte. Por lo
mismo el autor piensa que rescatar con su pluma la personalidad y
actuación de Buonarroti es indispensable para reconocer la virtud de un
artista y estar al tanto de aquello que lo motivo a crear cierta escena en
una escultura como el David que expresa una paz interior, un ceño de
concentración incomparable y una grandeza intocable. Con ello Vasari expone
a detalle las esculturas y pinturas más sofisticadas de Buonarroti. Utiliza
las anécdotas, historias y poemas para rescatar el momento y sorpresa que
despertó alrededor de diversas obras como la "Noche y el día" y "la Aurora
y el Crepúsculo"[3].
Para crear arte es necesario el conocimiento interior, tener el anhelo de
conocer tu alma y conocer la naturaleza de lo que se creará. Las artes son
una forma de expresión humana, para escribir acerca de ellas y del artista
debe tener un conocimiento profundo de lo que se habla, de cómo y por qué
aborda el escritor de cierta forma el tema y la pieza que trabajó en
cierto momento histórico como el de Buonarroti.
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[1] Una obra llegaba a ser bella cuando el artista lograba imitar a la
perfección lo que había ente sus ojos y transmitía el espíritu de la misma.

[2] Considerando que para Vasari el hombre esta hecho a semejanza de Dios.
[3]Giorgo Vasari, "Miguel Ángel de Buonarroti, florentino, pintor, escultor
y arquitecto" en Las Vidas. De los más excelentes arquitectos, pintores y
escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos, España: Cátedra,
2002, p. 762.
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