EL DIVORCIO ANALISIS

EL DIVORCIO

En el documento sobre el divorcio del American Academy of Child and Adolescent, se hace un análisis centrado en el impacto psicológico que puede tener el divorcio en los hijos.
El divorcio es la separación definitiva de los conyugues y es considerado como un camino alternativo a tomar, cuando hay circunstancias que escapan el control emocional y racional de estos, y en muchas ocasiones puede evitar un mal mayor.
Resulta bastante evidente el daño devastador que puede tener el divorcio en los hijos cuando analizamos numerosos estudios que son mencionados en el documento, la mayoría realizados en Estados Unidos y Europa.
Por ejemplo el primero dice que los hijos de divorciados son tratados en una proporción de dos a uno comparados con la población general. Esto significa que solo el hecho de que los padres se divorcien, incrementa al doble la posibilidad de los hijos de padecer de algún problema psicológico en algún punto. En los niños pequeños los problemas se manifiestan como un incremento en la agresividad mientras que en los adolescentes se manifiesta como delincuencia, vandalismo, alcoholismo, drogadicción y hasta mayor promiscuidad.
Alrededor de un tercio de los hijos de familias desintegradas sufren algún tipo de patología y han sido hospitalizados antes de los 26, o son delincuentes antes de los 21 comparado con menos de una quinta parte de los que provienen de padres no divorciados. Los números son un poco menores para los estudios en mujeres, sin embargo presentan la misma tendencia.
Todos estos estudios se extienden a corroborar la misma desventaja en términos de logros profesionales, económicos y personales.
Un dato muy importante del documento es que los hijos asimilan mejor la muerte de uno de los padres que el divorcio o separación, y esto es debido a la serie de factores que envuelve todo el proceso de separación que si no es tratado adecuadamente por un Psicólogo o Psiquiatra tiene un efecto traumatizante en el hijo hasta el punto de llegar a causarle problemas de ansiedad, inseguridad, sentimientos ambivalentes y trastornos de conducta.
Todo el proceso de divorcio generalmente se desarrolla a través de etapas donde se manifiestan diversas escenas como provocaciones mutuas, vocabulario hostil, gritos, abusos físico y verbal. Hay un predominio de emociones negativas en el hogar como ira, rencor, resentimiento, tristeza.
Por eso el impacto negativo de este proceso puede ser minimizado por un terapeuta familiar que puede incluso llegar a actuar como referee psicológico.

Otro punto que toca el documento es la actitud de los padres después del divorcio, no deben existir actitudes de abandono afectivo, tampoco incitar culpabilidad en los hijos por lo acontecido, no presentar prematuramente nuevas parejas de ninguno de los conyugues, no tratar de poner al hijo en posición de elegir un bando, y sobretodo tratar de ayudar al hijo emocionalmente en todo el proceso haciéndole saber de que ambos padres le seguirán amando y apoyando.
Como conclusión vemos que el divorcio es un tema bastante complejo a abordar en términos de la carga emocional que conlleva, y de un trabajo con sintonía fina que debe tener el terapeuta para lograr minimizar el efecto negativo.
Después de ver los resultados de muchos de los estudios y los alcances que tiene la repercusión del divorcio en los hijos, también es claro el impacto social adverso que puede generar este fenómeno, podríamos mencionar algunos, como la disminución de la productividad de los miembros, se elevan los índices de criminalidad, abuso de sustancias, se incrementan los casos de patologías psicológicas, disminución de índices de alfabetización, etc. lo cual podríamos resumir en que es un autentico deterioro a la sociedad al sufrir las células que la componen que son los núcleos familiares, por eso es importante una educación emocional de los conyugues previa al matrimonio, y en el caso de que la separación sea inminente pues una adecuada terapia para amortiguar el impacto que este tiene en la psiquis de las personas involucradas.