El dios marino Proteo en la literatura griega y latina

June 12, 2017 | Autor: María Macri | Categoría: Mitologia griega, Mitologia Grega
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Descripción

El dios marino Proteo en la literatura griega y latina El mito de Proteo encuentra su núcleo originario en el poema homérico de la Odisea. En él, el poeta establece los rasgos originales de esta divinidad marina, como tal posee capacidad para metamorfosearse y está en posesión del don profético. Condiciones que comparte con otras divinidades de similares características y comportamiento: Nereo, el viejo del mar y su hija Tetis. La mitología nos cuenta que tanto Nereo como Proteo deben ser sujetados para cesar en sus continuas transformaciones y revelar a su interlocutor (Menelao, Heracles) el conocimiento por el cual han sido interpelados. En cambio, la nereida Tetis debe ser atrapada por el mortal Peleo para lograr un matrimonio con la diosa y asegurarse descendencia, el héroe griego Aquiles. De Nereo y Tetis la pintura griega sobre cerámica ha creado un repertorio iconográfico vasto y difundido, en cambio, Proteo es de representación pictórica casi inexistente. Sin embargo, ha tenido una enorme fortuna literaria con perfiles que se modificaron a lo largo de diversos relatos que le aportaron nuevos y ricos significados. El libro IV de la Odisea, nos cuenta cómo el héroe griego Menelao debe interrogar a Proteo acerca de la necesidad de alcanzar

su patria, Micenas después de los años

transcurridos en la contienda bélica contra los troyanos1. Proteo vivía en la isla de Faros, en la desembocadura del río Nilo, donde apacentaba focas y otros animales del dios Poseidón. Ayudado por Idotea, la hija del dios marino, Menelao logra conocer la forma de abordar al dios y obtener consejo de él. Durante la hora del mediodía, cuando el anciano del mar descansaba entre el rebaño de focas, Menelao y sus compañeros debían presentarse vestidos con las pieles de tales animales, tomarlo por sorpresa y sujetarlo hasta que el dios recuperase su forma original después de sucesivas transformaciones. En efecto, el dios se transformó en león, dragón, pantera, jabalí, agua y árbol. Recuperada su forma original, el dios revela a Menelao la necesidad de ofrecer sacrificios a los dioses y da a conocer el destino de muchos héroes griegos pasada la guerra de Troya.

1

Homero, Odisea, Barcelona, Bruguera, 1977, libro IV, pp.97-103.

Homero establece esta estructura básica del mito que se reiterará a lo largo de los textos de escritores que hayan retomado el mito. Si bien pueden cambiar los personajes: quién interroga, o quién revela el modo para burlar el ardid de la divinidad. En el libro II de Los nueve libros de la Historia de Herodoto de Halicarnaso propone una variante del relato en el cual hace de Proteo un personaje histórico y lo coloca dentro de la lista de los reyes de Egipto, natural de la ciudad de Menfis. El Historiador jonio cuenta que según el comentario de algunos sacerdotes de un templo local, Elena (acompañada de sus esclavas y cuantiosos tesoros) había llegado a Egipto con el troyano Alejandro porque sus naves fueron arrojadas a la costa por una tempestad. Los pobladores del lugar sospechan de los visitantes e informan a su rey. Proteo, entonces, retiene a Elena en su territorio y expulsa a Alejandro. Su figura encarna al rey sabio y justo2. Según Herodoto, Homero conocía esta historia pero como no le resultaba eficaz para la epopeya afirma el rapto de Elena por el príncipe troyano y la consecuente declaración de guerra por parte de los griegos porque Alejandro traicionó la hospitalidad y buena fe de aquellos. Herodoto afirma: “…dejemos cantar a Homero (…), que no es poeta quien no sabe fingir”3. Menelao y sus hombres van a Troya para recuperar a la mujer raptada y los bienes, pero los troyanos niegan poseerlos, los griegos se sienten engañados, sitian la ciudad y luego la toman. Como Elena no estaba allí, es buscada en Egipto según el consejo de los troyanos. En Egipto, Menelao es regalado por Proteo y le son restituidos esposa y bienes, sin embargo se repite la traición del mal huésped, otrora Alejandro, ahora Menelao quien para lograr vientos propicios para su regreso, sacrifica hombres del territorio. El discurso de Herodoto refuta la posibilidad de sostener el deseo amoroso inspirado por Elena como la causa de una contienda bélica, las razones de estado que los monarcas argumentan a la hora de iniciar un conflicto, no sustentarían semejante causa ni siquiera como una posibilidad remota. 2

Herodoto, Los nueve libros de la Historia, Méjico, Porrúa, 1974, Libro II, CXII, pp.90-93.

3

Ibidem, p. 92.

Contemporáneo al historiador, el poeta trágico Eurípides dentro del ciclo de tragedias troyanas escribe la tragedia Elena para la cual recoge un argumento próximo al de Herodoto: Proteo había sido rey de Egipto, aunque durante el transcurso de la acción dramática ya había muerto y era recordado por sus justas determinaciones e invocado como un espíritu capaz de socorrer a los vivos. El drama tiene lugar en el palacio de Proteo en la isla de Faros, desembocadura del río Nilo. Proteo había desposado a la nereida Psámate con quien tuvo dos hijos, Teoclímeno (rey actual) e Idotea, que había heredado el don profético de su abuelo materno Nereo. Por entonces Elena estaba en Egipto. Por envidia, Hera (alusión al conflicto generado por la manzana de la discordia que Alejandro había otorgado a Afrodita) fabrica un simulacro de éter similar a la bella mujer que éste lleva a Troya, mientras Hermes confía la mujer a Proteo4. Eurípides incorpora la intervención divina y los hechos prodigiosos de los que prescinde Herodoto. Aunque el núcleo del conflicto de la tragedia se hace presente cuando Elena lamenta la pretensión de Teoclímeno de hacerla su esposa pues ella espera el regreso de Menelao (¿una nueva Penélope?). Ayudada por Idotea, Elena engaña a Teoclímeno por medio de una historia urdida en la cual el esperado Menelao se presenta en el palacio como un falso mensajero que anuncia su propia muerte y argumenta la necesidad de llevar a Elena para cumplir con las honras fúnebres debidas. Hecho que les permite organizar la fuga. Un hombre fiel al rey revela el embuste, pero los griegos asesinan a los soldados enviados por el rey egipcio. Repentinamente se presentan Cástor y Pólux5 para aplacar la furia del iracundo Teoclímeno. Final feliz para Elena y Menelao. En la narración de Heródoto y el argumento de Eurípides la bella Elena resulta exonerada de la culpa de originar la guerra de Troya y de traicionar a su esposo, sino que ella es víctima de la situación. Es posible que ambos hayan conocido un antecedente común: la obra (perdida) de Estisícoro de Himera (630-550 a. C.) llamada Palinodia. En 4

Eurípides, Tragedias troyanas, Barcelona, Planeta, 1986.

5

Los Dioscuros, Cástor y Pólux nacieron de Zeus y Leda y son hermanos de Elena y Clitemnestra.

ella el poeta afirma que la verdadera Elena permaneció en Egipto con Proteo y a Troya viajó un fantasma. El recurso del fantasma, del doble, del simulacro o bien el eidolon hace que se produzca el engaño6. El interés por las letras griegas se manifiesta en el mundo latino desde los días de la República. Dentro de los círculos filohelénicos conformados por familias del patriciado romano, Homero es leído en lengua en su lengua original7. Entre los años 240-207 a. C. un prisionero griego llega a Roma procedente de Tarento (colonia griega en territorio itálico). Este griego es el poeta Livio Andrónico. De su obra se conservan sesenta fragmentos, títulos de ocho tragedias ligadas al ciclo troyano y la versión latina de la Odisea en versos saturnios (metro itálico). Puede verse en él al fundador de la literatura latina y resulta destacable su labor escolástica. En el ámbito latino la consideración por la literatura helénica no se extinguió y constituyó una permanente fuente inspiradora. El poeta Publio Virgilio Marón nació cerca de Mantua en el año 70 a. C. y murió en Brindis en el 19 a. C. Su formación intelectual comprendió las más variadas disciplinas: filosofía, matemática, cosmología, y desde luego Homero, Hesíodo y los poetas alejandrinos Teócrito y Calímaco. Del año 29 a. C. data la finalización de sus Geórgicas cuatro libros compuestos bajo la protección de Mecenas. Se trata de un poema didascálico de 2188 hexámetros distribuidos en cuatro libros. El texto abreva en varias fuentes: Homero, Hesíodo, los trágicos, los poetas alejandrinos, tratados filosóficos y técnicos, Arato8. En fin, Lucrecio y Catulo. El periodo de composición de las Geórgicas (37-29 a. C.) abarca desde el periodo de las guerras civiles hasta unos años después de la batalla de Actium, tiempos en los que Octaviano comienza a construir su esfinge como príncipe de la paz para los romanos. El 6

Mura, Federica, Il mito di Elena tra filosofía, retorica e teatro. Stesicoro, Euripide, Gorgia, e-book ISSN 172-9782 en http: www.eumed.net/ p. 50. 7

Conte, Gian Biagio, “Letteratura latina. Autori”, http: www.robertoandria.altervista.org/Letteratura %20Latina(Conte).pdf 8

Arato, poeta griego (315-240 a. C.) autor de un poema astronómico llamado Fenómenos

elogio a la vida agrícola, la prosperidad de la tierra de las que nos habla el libro crean un marco ideológico para el Principado de Augusto9. El libro IV de las Geórgicas nos habla de la crianza de las abejas, las condiciones para su desarrollo, la vida en la colmena, su organización social basada en leyes y la defensa de su rey por el cual estos insectos entregan la vida. El producto de su trabajo, la miel, ha alimentado al mismo Zeus en la cueva de Creta. El poeta establece que las abejas también enferman y su mal es descripto como una metamorfosis que desemboca en la muerte inevitable. Virgilio cuenta el mito de la bugonia, una vieja historia de la Arcadia que cuenta el origen de las abejas que surgen de la carcasa de un ternero sacrificado. Las Musas son invocadas por el poeta para contar quién reveló el misterio de la miel a los hombres. Este fue Aristeo10. El caso es que en las presentes circunstancias, Aristeo ve morir sus abejas, motivo por el cual consulta a su madre la ninfa Cirene. Hecha una libación con miel sobre la llama, la mujer revela la necesidad de consultar al dios marino Proteo quien dará a luz la verdad acerca de la desgracia sufrida por los panales. Prosiguen los consejos para tratar al dios: concurrir a la playa al mediodía, sujetarlo con fuerza, presenciar sus metamorfosis hasta que recupere su forma primera y atender su profecía. Aristeo es un nuevo Menelao, la escena está tomada de la Odisea, la figura consejera es Cirene, la madre, en lugar de Idotea, la hija de Proteo, en todo caso una mujer. Sólo que en el presente poema Proteo introduce dentro de la historia otra historia que explica la causa del mal sufrido por Aristeo: la razón debe buscarse en una falta cometida por el propio Aristeo quien quiso raptar a Eurídice, esposa de Orfeo, ésta en su intento de evitar al agresor es mordida por una serpiente que le causa la muerte, hecho que generará la historia fallida de los amantes en su intento de reunirse nuevamente en la tierra.

9

Conte, Gian Biagio, op. cit, p.32.

10

Aristeo según el mito era hijo de la ninfa Cirene y Apolo. En su educación participaron el centauro Quirón y las Musas quienes le enseñaron el arte de la medicina y la adivinación. Las ninfas lo adiestraron en trabajos de apicultura y cultivo de la vid. Él, a su vez, lo transmitió a los hombres.

El vate Proteo revela que las ninfas de Eurídice en venganza han causado este desastre con las abejas, Aristeo debe ofrecer un sacrificio a Orfeo e invocar a Eurídice. De los restos de los animales sacrificados nacen nuevamente las abejas (mito de la bugonia) con la que establece el origen de la posibilidad humana de poder obtener la miel11. La miel desempeñó un papel fundamental entre los pueblos del Mediterráneo en la Antigüedad. Considerada alimento y don de los dioses: la miel descendía del cielo y las abejas la recogían. Fue el alimento consumido por Zeus y por Dionisos, también se la relaciona con las divinidades de la fertilidad y de la selva. Es Aristeo quien logra la crianza de las abejas para convertirla en un producto culinario y farmacológico12. Entre los años 2 y 8 d. C., Publio Ovidio Nasón compone en hexámetros doscientos cuarenta y seis relatos con un motivo común: las metamorfosis. Estas historias de transformaciones abarcan desde los grandes temas cosmogónicos hasta historias mitológicas de tono menor. La originalidad del poeta romano consiste en lograr la descripción minuciosa y progresiva de los cuerpos que se transformarán en nuevas formas. Para los griegos las metamorfosis no quedaban expuestas a la vista del común de los mortales, su misterio pertenecía al poeta o al adivino y ellos callaban este prodigio que pertenecía al terreno de lo sagrado. Esto lleva a pensar que Ovidio carece de la dimensión de lo sagrado o lo religioso13 o bien que era un hombre ateo14. Las metamorfosis que nos explican el origen de los seres o las cosas nos hablan de una disciplina conocida como etiología que en términos médicos trata del origen de las enfermedades. Es en el Libro XI, donde el poeta narra el nacimiento del héroe griego Aquiles, hijo de la nereida Tetis y el mortal Peleo.

11

Virgilio, Geórgicas, Madrid, Espasa Calpe, 1975, Libro IV, pp. 129-152.

12

Aspesi, Francesco, “Il miele, cibo degli dei” https://www.academia.edu/1130636/Il_miele_cibo_degli_dei

13

Santoro, S., “L’inestabilità dell’essere e l’irrepresentabile metamorfosi” en Eidola. International Journal of Classical Art History. Pisa Roma, agosto de 2011 https: www.academia.edu/2006396/Linstabilita_dellessere_e_lirrapresentabile_metamorfosi 14

Frontisi Ducroix, El hombre ciervo y la mujer araña. Figuras griegas de la metamorfosis, Madrid, Adeba, 2006, pp. 91-93.

Tetis era hija de Nereo y Doris, pretendida por Zeus y Poseidón, ambos dioses renunciaron a sus pretensiones amorosas porque un oráculo de la diosa Temis (diosa de la raza de los Titanes, hija de Urano y Gea) profetizó que el hijo que naciera de esta unión sería más fuerte que su padre. Ese hijo era Aquiles. Como divinidad marina Tetis tenía la capacidad de metamorfosearse, con lo cual Peleo recurrió al consejo del centauro Quirón: “(Peleo) la mantuvo agarrada y comprimida, mientras ésta se metamorfoseaba”15. Sin embargo, Ovidio otorga el papel de consejero al propio Proteo 16. El episodio se inicia con la profecía del dios del mar quien ordena a Tetis la concepción de un hombre más poderoso que su padre. Razón por la cual tanto Zeus como Poseidón habían renunciado a poseerla. Peleo, pues intenta por primera vez, pero resulta inútil hacerla suya porque la diosa se metamorfosea. Peleo ofrece sacrificios a los dioses del mar, cuando Proteo en persona revela la necesidad de atar a Tetis cuando la encuentre dormida en la gruta. El episodio presenta una pequeña variante: Peleo sorprende a la Nereida y consuma el acto sexual, vanamente comienza Tetis su secuencia de transformaciones porque ya ha concebido a Aquiles. Los mitos se narran como se teje una tela, tramas que se cruzan, hilos que se abandonan o que se retoman, nos permiten leer nuevos dibujos como los poetas cuentan una historia de maneras diferentes17. La fortuna del dios Proteo puede continuar rastreándose a lo largo de la cultura de Occidente y para acercarnos a un evocador del espíritu clásico resulta amable citar un soneto de Jorge Luis Borges18 en torno a la figura del dios del libro La rosa profunda de 1975. 15

Apolodoro, Biblioteca mitológica, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, 1950, III, 13, 5. 16

Publio Ovidio Nasón, Metamorfosis, trad. Ana Pérez Vega, Biblioteca Virtual Universal, 2003, Libro XI, versos 221-265 https: www.biblioteca.org.ar/libros/89549 17

Wolf, G., “Sappi l’immagine. Le metamorfosi di Orfeo da Ovidio //www.academia.edu/4375083/Sappi_limmagine_le_metamorfosi_di_Orfeo_da Ovidio_a_Rilke_CatalogoGDSU2012 18

Borges, J. L., https: www.poesi.as/jlb0917.htm

a

Rilke”

https:

“Antes que los remeros de Odiseo/ fatigaran el mar color de vino/ las inasibles formas adivino/ de aquel dios cuyo nombre fue Proteo/ pastor de rebaño de los mares/ y poseedor del don de profecía, prefería ocultar lo que sabía/ y entretejer oráculos dispares/ urgido por las gentes asumía/ la forma del león o de una hoguera/ o de un árbol que da sombra en la ribera/ o de agua que en el agua se perdía/ de Proteo el egipcio no te asombres,/ tú, que eres uno y eres muchos hombres”.

Bibliografía: Apolodoro, Biblioteca mitológica, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, 1950. Aspesi,

Francesco,

“Il

miele,

cibo

degli

dei”,

https:

//www.academia.edu/1130636/Il_miele_cibo_degli_dei Descargado el 23 de octubre de 2015. Burucúa, José Emilio, Historia y ambivalencia. Ensayos sobre arte, Buenos Aires, Biblos, 2006. Conte,

Gian

Biagio,

“Letteratura

latina.

Autori”

http:

www.robertoandria.altervista.org/Letteratura%20Latina (Conte).pdf Descargado el 16 de octubre de 2015. Eurípides, Tragedias troyanas, Barcelona, Planeta, 1986. Frontisi Ducroix, Francoise, El hombre ciervo y la mujer araña. Figuras griegas de la metamorfosis, Madrid, Adeba, 2006. Grimal, Pierre, Diccionario de mitología griega y romana, Buenos Aires, Paidós, 2010. Herodoto, Los nueve libros de la historia, Méjico, Porrúa, 1974. Homero, Odisea, Barcelona, Bruguera, 1977. Mura, Federica, Il mito di Elena tra filosofía, retorica e teatro. Stesicoro, Euripide, Gorgia e-book ISSN 1722-9782 en http: www.filosofia.it descargado el 21 de agosto de 2014. Ovidio, Metamorfosis en http: www.biblioteca.org.ar/libros/89549.pdf Descargado el 12 de febrero de 2015. Santoro, Sara, “L’instabilità dell’essere e l’irrepresentabile metamorfosi” en Eidola. International Journal of Classical Art History, Pisa Roma, F. Serra editore, agosto de 2011

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www.academia.edu/206396/Linstabilità_dellessere_e_lirrepresentabile_metamorfosi Descargado el 25 de octubre de 2015. Virgilio, Geórgicas, Madrid, Espasa Calpe, 1975. Wolf, Gerhard, “Sappi l’immagine. Le metamorfosi di Orfeo da Ovidio a Rilke” en https: //www.academia.edu/4375083/Sappi_limmagine_Le_metamorfosi_di_Orfeo_da_Ovidio_a _Rilke_CatalogoGDSU2012 Descargado el 25 de octubre de 2015.

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