El dictador y las orugas. Memoria y patrimonio al servicio del poder

July 8, 2017 | Autor: F. Moreno Martín | Categoría: Cultural Heritage, Nationalism And State Building, Medieval Art, Contemporary History of Spain
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Descripción

I;:L DICTADOR Y LAS ORUGAS

MEMORIA Y PATRIMONIO

AL SERVICIO DEL PODER

Francisco f. Moreno Martín Seminario Complutense Historia, Cultura y Memoria

adrid, año 1947· En uno de los expedientes de reforestación anual en la finca de Cuelgamuros, el anónimo funcionario del Patri­ monio Forestal del Estado deja anotado lo siguiente: "Es pre­ ciso combatir la plaga de procesionaria, siendo además este monte un lugar de peregrinación nacional (... ) La plaga que nos ocupa, por su visibilidad, causaría el deslucimiento de un monumento nacional, por cuya razón es­ timamos debe ser eliminada"l. Aunque anecdótico, y aparentemente in­ trascendente, este comentario encierra algunos matices que ayudan a entender de manera elocuente la importancia que el régimen concedía a ciertos lugares como símbolos de su victoria sobre la República. Nada, ni tan siquiera una diminuta oruga, debía empañar la adecuada observación de un monumento que es orgullo, y a la vez metáfora, del Estado nacio­ nal-católico. Fuese cumpliendo órdenes, fuese por propio convencimiento, la mano que dictó las indicaciones para acabar con la procesionaria en Cuelgamuros, debe entenderse como un eslabón más de la cadena que, por entonces ya sólidamente anclada, estableció un férreo vinculo entre el pasado glorioso de la nación y el destino del régimen. Peregrinación, mo­

M

l. Fondo Documental del Monte, Repoblaciones, Cuelgamuros, Cj 1141. Las cursivas son mías. Agradezco al profesor Gonzalo Madrazo la referencia.

"RANCISCO J . MORENO MARTíN 7

numenlo y nación son conceptos que se engarzan aquí como elementos bá­ sicos pa ra la identificación de una España unida y católica q ue, pese al pa­ rén tesis rep ublicano, había recuperado su verdadero espíritu m rced al "buen obrar" del dictado r. Si la peregrinaci ón es un fenómeno dependiente de la piedad religiosa, no es meno cierto que, en el caso español, está también vinculado a un pa­ sado colectivo evocado de manera artificial como ex:clu 'ivamente católico. La Historia franquista, por lo tailto,se encar o 6 de anudar monumentos y religión para con fo rmar testigos visibles inequívocamente interpretables bajo las di­ rec1Tices del Estado. El pa trimonio m onumental, tan to el her dado como el de nueva creación, desempeñó el la perfección la tarea de transmitir los princi­ pios básicos del ideario del part ido único yde sus apoyos sociales e ideológi­ cos. E te artículo no es más que una pequeña aportación para la comp rensión de algunos aspectos contextuales que ayudan a ent nder cómo s pudo fra ­ guar esta r lación en aparentement tan strecho m argen de t iempo. En primer lugar, vale la pena adverti r al lector de que estaríamos co­ metiendo un error si conc d iéramos al régimen franquista la virtud de ser el primero en apropiarse del pasado común como fórmula para la transmi­ sión de su ideario político. Ya en la Grecia an tigua, Aristóteles recomendaba el LI SO de hechos del pasado como estrategia mediante la cual reforzar la oratoria política3. Es más, n i tan siquiera es esta una actitud que debamos vincular con los regímenes totalitarios contemporáneos, puesto que la me­ moria constituye Ull ingrediente esencial en la construcción de toda ideolo­ gia-l. Bajo este n ismo precepto obró la d in astía borbónica al depositar en la Real Academi, de la Historia su confia nza en la confección d la memoria de la Corona española y lo mismo hicieron los liberales del XlX al confeccionar

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En declarac iones a la Gaceta Frallcfort en julio de 1937 Franco deCÍa: "En Espa ña no hay l.lIoblcma religioso, p ues la totalidad dd país es católico l...] LJ Historia co ntemporá­ !lea de nuestra Na ción, desca rtando los aIlOS d e Rep úb lica, es una mues tra de compren­ sió n ), de armonía en las relaciones de la Iglesia y del .stado". Franco, F. Palauras del Cau dillo. 19 abril 1937-19 ab ril 1938, Mad rid, 1938, p. 127. 2.

3. Carreras, J.) . )" Fo rcadell, C. "His to ria política: los liSOS" en Usos plíblicos de la Historia. 1)0­ I1 cllcias del \11 Congreso de 111 Jlsociación de Histori¡¡ Contelllporáll('(j (Ul1iversidad de La.ra­ goza, 2(0 2), Madrid, 2003 , 11-45, p. 18.

4. Páez r,lrZón, J. S. " Los his toriado res en la política espaii.ola': en Usos públicos de la His­ toria. Ponencia.s del VI CO lIgreso de la Asociación de Histori(j COI1 /emporállea (LJ¡úvcrsidad de ZlrclgOZd, JU(I:!), Madrid, 2003 , 107-144, p. 108.

su particular historia de la nación. De lo que sí puede presumir el franquismo, como sistem a coercitivo y autoritario que fue, es de llevar a cabo la imposi­ ción de una memoria única adecuada a sus postulados ideológicos y de va­ lerse para ello de cuantos medios contaba a su disposición.

MEMORIA, HI STORIA Y PATRIMONIO CULTURAL

RecWTo a la defi ni ción que Álvarez Junco real iza del concepto de "memo­ ria" por resultar m uy adecuada al propósito de esle artículo'. En su opinión, al ser la memoria lU1 fenómeno individual, su conversión en elemento colec­ tivo req uiere de la búsqueda de Wl conjun to de fenómenos colectivos para su posterior reinterpretación ypuesta al servicio de un pasado común. De acuerdo con esto, para la confección de una m em oria común pueden ser objeto de relectura tanto los acontecimientos como los monumen tos", convertidos estos últimos así en "instrumenlos del recuerdo"i, Para llevar a cabo con éxito este proceso se ha de contar con la colaboración --o con la complicidad, segím los casos- de los hislo riadores, pues se ha dicho muy alinadamenle que
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