El devote peregrino y viaje de Tierra Santa de Antonio del Castillo y su influencia en la pintura virreinal del Perú

Share Embed


Descripción

Ewa Joanna Kubiak El devote peregrino y viaje de Tierra Santa de Antonio del Castillo y su influencia…

217

XXXII Convegno Internazionale di Americanistica – Perugia 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 e 10 maggio 2010

El devote peregrino y viaje de Tierra Santa de Antonio del Castillo y su influencia en la pintura virreinal del Perú Ewa Joanna Kubiak Katedra Historii Sztuki, Uniwersytet Łódzki, Polska De acuerdo con las creencias religiosas antiguas y modernas, el lugar perfecto, pleno de santidad y de placeres es una ciudad celeste – la Jerusalén celeste descrita por San Juan – y ha sido un ideal persistente en el hombre tratar de reproducirla en la Tierra. El teritorio del Nuevo Mundo no era una excepción, y siendo una tierra “nueva” de infieles, despertaba el afán del mesianismo de las órdenes religiosas, de las autoridades españolas y de los propios novohispanos. Con la implantación de una traza ortogonal, con los edificios importantes en el centro, la ciudad simbolizaba a su vez la centralización e unificación de la sociedad, con una única religión, la católica. Para visualizar y poder utilizar el concepto como herramienta de evangelización a menudo se empleaban artes plásticas, basándose muchas veces en modelos ya existentes. En caso de las representaciones de Jerusalén que quiero presentar se copiaron los modelos iconográficos europeos que en el antiguo continente gozaban de gran popularidad. Me gustaría centrarme sobre todo en la obra de Christianus Adrichomius como posible fuente grabada y su adaptación al mundo novohispano. La idea de la Jerusalén Celestial no tan solo servía para recrear ciudades perfectas en el mundo real, su representación simbólica fue aprovechada a menudo en las artes plásticas para cumplir con diversos objetivos. Frecuentemente la imagen de Jerusalén aparece en la pintura colonial, algunas veces tratándose tan solo de un panorama trazado de la ciudad que completaba las escenas de la Entrada a Jerusalén o de la Crucifixión, en algunos casos con ciertas referencias hacia la topografía local. Como ejemplo podemos citar aquí la obra en la Iglesia jesuita de la Virgen de la Asunción en Juli (el Perú), creada probablemente a finales del siglo XVI. El templo se conoce sobre todo por sus pinturas murales, el panorama de la ciudad, aunque esté ubicado en un altar del transepto, es también una policromía sobre muro de adobe(1). Según algunos investigadores se trata de una vista idealizada de Juli, con las aguas del lago Titicaca en el primer plano y con las edificaciones de la ciudad rodeadas por las montañas en el fondo (FLORES OCHOA J.A. - KUON ARCE E. - SAMANEZ ARGUMEDO R. 1993: 229). La parte superior de la composición ocupa un cielo nocturno sembrado de estrellas doradas, con el Sol y la Luna. Desde el comienzo de su creación, la imagen fue destinada a representar el fondo para el crucifijo expuesto en el altar, así que se trata también (o quizás sobre todo) de la representación de Jerusalén.

Imagen 1. Vista de Jerusalén, policromía, finales del siglo XVI. Ubicada en el altar del transepto de la Iglesia de la Asunción en Juli (el Perú); Entrada en Jerusalén, fragmento de una obra anónima de finales del siglo XVII/principios del siglo XVIII (Monasterio de Santa Catalina en Cusco, el Perú). Fotos: E. Kubiak

L’arte coloniale in America Latina

Ewa Joanna Kubiak El devote peregrino y viaje de Tierra Santa de Antonio del Castillo y su influencia…

218

XXXII Convegno Internazionale di Americanistica – Perugia 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 e 10 maggio 2010

En otros casos la vista panorámica de Jerusalén es más fiel a su topografía real, y a menudo encontramos entonces indicaciones escritas que señalan los lugares más significantes, o incluso una perspectiva más amplia de otros puntos de orientación del Occidente Próximo. Como ejemplo podemos nombrar aquí la obra anónima Entrada mesiánica de Jesús a Jerusalén el Domingo de Ramos o último de la Cuaresma de finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, guardada en el Monasterio de Santa Catalina en Cusco, actualmente convertido en un museo (MUJICA PINILLA R. 2003: 314-315). En la pintura, encima de la escena principal, vemos una ciudad amurallada ocupando la mitad de la composición. Están indicados los lugares más importantes, así que encontramos Monte Calvario o Templo de Salomón pero también Chiesa del S.Sepulcro o Chiesa di S.Anna. El artista no se limitó solamente a presentar la vista panorámica de la ciudad, sino también la colocó en una especie de mapa. Así vemos en la parte superior derecha de la obra el Mar Mediterráneo con una rosa de los vientos, al este podemos leer la indicación Terra Santa y los nombres de las ciudades más importantes (entre otras Nazaret, Damasco o Belén) y al sur de este mapa simbólico vemos Egipto, el Monte Sinai y el Mar Rojo. El título ubicado en la parte superior nos indica que se trata de Jerusalem, (...) con parte circuito (...) d’Oriente. Las indicaciones están escritas en castellano e italiano, que nos deja conjeturar que el autor podría haber sido o bien un monje italiano o bien utilizaba una fuente gráfica con inscripciones en esta lengua.

Imagen 2. Jerusalén como estaua quando christo nuestro Señor murió, pintura del siglo XVIII (Iglesia de San Miguel de Cayma, Arequipa, el Perú); Jerusalén según Adrichomius, (Antonio del CASTILLO, El devote peregrino y viage de Tierra Santa, Paris 1666). Foto: E. Kubiak

No obstante de lo más interesante parecen las obras que ofrecen nada más que la vista de la Ciudad Santa, y especialmente aquellas cuya creación fue influida por los europeos mapas de Jerusalén conocidos en el momento. Uno de los ejemplos más curiosos se encuentra en la Iglesia parroquial de San Miguel de Cayma L’arte coloniale in America Latina

Ewa Joanna Kubiak El devote peregrino y viaje de Tierra Santa de Antonio del Castillo y su influencia…

219

XXXII Convegno Internazionale di Americanistica – Perugia 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 e 10 maggio 2010

(Arequipa, el Perú). Se trata de una pintura del siglo XVIII que presenta a primera vista un mapa de Jerusalén, y que según Ramón Mujica Pinilla se empleaba como una “ayuda” visual durante los oficios de Semana Santa para las oraciones y la liturgia (MUJICA PINILLA R. 2003: 300-301). Podemos leer claramente las indicaciones de los lugares santos donde pasó Jesucristo en sus últimos momentos de la vida y la imagen gráfica nos permite seguir su camino de forma espiritual. La imagen fue titulada Jerusalén como estaua quando christo nuestro Señor murió en ella con todos los Santuarios, que se contienen, y visitan. Se trata de una copia del simbólico mapa de Jerusalén que fue publicado por primera vez en Colonia, en 1584, por el holandés Christianus Adrichomius en su libro Urbis Hierosolimae quemadmodum ea Christi tempore floruit suburbanorum eius brevis descriptio. Más tarde la imagen fue incluida en una edición ampliada que llevaba el título Theatrum Terrae Sanctae et bibliocarum historiarum cum tabulis geographicis aere expressis, publicada en Colonia en 1590, dos años después de la muerte del autor (KOBIELUS S. 1989: 74; BANIA Z. 1993: 59; BANIA Z. 1997: 72-76). El plano de Adrichomius es un plano ideal y está relacionado con la tradicional manera de representar las ciudades que perduraba desde la temprana edad media. La ciudad está inscrita en un rectángulo con un eje norte-sur, el elemento dominante de la composición es la Civitas Inferior con el templo y el Sancta Sanctorum en el centro (BANIA Z. 1993: 60). A la obra de Adrichomius se le atribuye una gran importancia en cuanto a la propagación del conocimiento sobre Jerusalén en la época moderna (KOBIELUS S. 1989: 74), ya que como explica Zbigniew Bania “superó en popularidad todo lo que se había publicado antes o que se publicaría después sobre la Tierra Santa” (BANIA Z. 1993: 61). La obra tuvo un gran éxito en toda Europa, tanto es su idioma original como las ediciones traducidas. De la traducción española se encargó Vincente Gómez y fue publicada en Valencia en el año 1620 (GARCÍA MELERO J.E. 2002: 114). También la edición ampliada, con el título Cronicon, traducida por Lorenzo Martínez de Marcilla gozó de gran popularidad. Sabemos que un total de 50 ejemplares del libro fueron enviados por los libreros en el siglo XVII a las colonias en América. Se trataba probablemente de las ediciones hispalenses de los años 1644 y 1649, de las ediciones anteriores de Zaragoza del año 1644 o de la edición madrileña del año 1638 (RUEDA RAMÍREZ P.J. 2005: 276). En el mundo del habla hispano, tanto en el territorio de la Corona como en la América colonial, de una popularidad comparablemente alta gozaba el libro-“guía” sobre Jerusalén y Tierra Santa de Antonio del Castillo, con el título El devote peregrino y viaje de Tierra Santa, publicada por primera vez en el año 1654 en Madrid. El autor, un monje franciscano, analizaba además de sus propias experiencias y reflexiones sobre el peregrinaje y la Tierra Santa, también las experiencias de sus antecesores que explica probablemente que entre otras numerosas imágenes de Jerusalén aparece también el mapa de la ciudad procedente de Christianus Adrichomius. Lo encontramos en la primera página con un título parecido al de la obra en la iglesia en Cayma: Ierusalen como estava quando murio en ella Jesu Christo Nuestro Redemptor(2). Antonio del Castillo recopila con gran fidelidad la composición de la obra holandesa, pero las inscripciones en la imagen están todas en castellano (aunque no en todas las ediciones). Después de la primera edición del libro de del Castilla en 1654, en Madrid, hasta finales del siglo XVIII el libro fue reeditado en total 15 veces (GISBERT T. 2001: 194), aunque no todas las ediciones posteriores se publicaron con la totalidad de las ilustraciones. La segunda edición de la obra apareció ya en 1664 (tanto en Madrid como en Paris), luego siguieron nuevas reediciones en 1665 y 1666 (Paris). José García Melero menciona en total cinco ediciones en el siglo XVII, con las fechas: 1700, 1705, 1743, 1768 y 1781 (GARCÍA MELERO J.E. 2002: 114, 132). Personalmente he tenido la posibilidad de ver las ediciones del año 1666 de Paris, del año 1806 de Madrid y otra del año 1850 de Barcelona. Parece que el cuadro en la iglesia en Cayma está basado directamente en la recopilación de la gráfica holandesa del libro de Antonio del Castillo, aunque no se puede descartar por completo la posibilidad de que se usara alguna de las ediciones españolas de la obra de Adrichomius. Las dos publicaciones que menciono no eran las únicas que relataban la peregrinación a Jerusalén y Tierra Santa, pero sí las más importantes para las investigaciones iconográficas(3).

L’arte coloniale in America Latina

Ewa Joanna Kubiak El devote peregrino y viaje de Tierra Santa de Antonio del Castillo y su influencia…

220

XXXII Convegno Internazionale di Americanistica – Perugia 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 e 10 maggio 2010

Imagen 3. San Francisco y San Antonio con una vista de Jerusalén, año 1737 (Iglesia de San Jerusalén, Potosí, Bolivia); Vista de Jerusalén, (Antonio del CASTILLO, El devote peregrino y viage de Tierra Santa, Madrid 1654, p.225). Fotos: E. Kubiak.

La pintura en Cayma no es un caso aislado donde una fuente gráfica con la vista de Jerusalén fue utilizada para concebir nueva obra. Otra vista de la Santa Ciudad encontramos en la Iglesia de San Jerusalén en Potosí, una imagen fundada en 1737 por Don Gonzalo Guzmán y Vargas como indica la inscripción en el lienzo. También éste panorama esta basado sin duda ninguna en la litografía del libro de Antonio del Castillo (GISBERT T. 2001: 194; CASTILLO A. 1654: 225). Se trata de una imagen mucho menos detallada, pero más acertada en cuanto a la topografía real y el verdadero callejero de la ciudad. Esta vez la ciudad no se nos presenta en forma de un plano ideal, el templo sagrado no se halla en el centro de Jerusalén, sino aparece en sus afueras, guardando las distancias proporcionales con el amurallado centro histórico. El propio plano no fue originalmente la obra de Antonio de Castillo, sino un callejero simplificado del plano confeccionado por un franciscano italiano Antonio de Angelis de Leche que se publicó en el año 1578(4). En la obra potosina, debajo de la vista a Jerusalén vemos en primer plano a San Francisco y a San Antonio arrodillados delante de la tumba vacía de Jesucristo, los laterales del lienzo están ocupados por escenas relacionadas con la orden franciscana. En la parte inferior de la obra está representada una serie de escenas del martirio de los franciscanos en la Tierra Santa. En la pintura colonial de América Latina este tipo de escenas relacionadas con el martirio de los misioneros se utilizaba con cierta frecuencia. Los más “populares” eran los martirios vividos por los monjes en Japón (franciscanos y jesuitas) pero también las sangrientas escenas de los martirios en la Tierra Santa encontraban a menudo su sitio en las obras. Un buen ejemplo de ello se encuentra en la iglesia de los franciscanos en Quito, en un lienzo, probablemente del siglo XVIII, donde el artista representó una ciudad con sus lugares más significativos, pero más bien de una forma simbólica, con edificios de tamaño muy reducido con sus correspondientes indicaciones relacionadas con la Pasión de Cristo escritas. Lo que llama la atención son las numerosas escenas de los martirios de los franciscanos que aparecen entrelazadas con el panorama de la ciudad: La secuencia paralela a ello son las indicadas estaciones de la Vía Crucis. En una tira en la parte superior podemos leer Prospecto de la Santa Ciudad Ierusalén i estragos que ejecuta la tiranía en los religiosos que custodian los Santos Lugares del Seráfico Patrimonio. No sabemos en que acontecimiento concreto está inspirada la obra, pero Antonio del Castillo incluye el martirio de los franciscanos en su libro y dedica a estos trágicos acontecimientos el capítulo IX entero del cuarto libro de su obra (De los Martires que han dado las vidas por la defensa de los Santos Lugares, y confessión de nuestra Santa Fé en Jerusalén y Tierra Santa). Enumera meticulosamente las fechas, lugares (la lista de los mártires incluye las ciudades de más importancia de Tierra Santa y Egipto), los nombres de los asesinados y de que manera les fue arrebatada la vida (CASTILLO A. 1654: 546-549). Pero su testimonio, aunque detallado, no da muestra del mismo “colorido”, ni las torturas, a las que fueron sometidos los mártires, la misma diversidad como la que podemos observar en los lienzos de Potosí y Quito. Estas representaciones podemos relacionar más bien con las representaciones de escenas de los martirios típicas para la iconografía medieval, que perduraban también en la época colonial. Sabemos que también los artes dramáticos se servían del motivo de Jerusalén. Una adaptación interesante parece ser la asociación de la historia de la conquista de Tierra Santa con motivos históricos locales (latinoamericanos). En una obra del año 1543, con el título La conquista de Jerusalén, que se estrenó por

L’arte coloniale in America Latina

Ewa Joanna Kubiak El devote peregrino y viaje de Tierra Santa de Antonio del Castillo y su influencia…

221

XXXII Convegno Internazionale di Americanistica – Perugia 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 e 10 maggio 2010

iniciativa de los franciscanos en Nueva España, aparecían indios cristianizados luchando mano a mano con los españoles contra los turcos otomanos. Como expone Pedro Rueda Ramírez, estas incoherencias históricas demuestran que el teatro era un mecanismo de evangelización, una herramienta de consolidación de la sociedad cristiana colonial (RUEDA RAMÍREZ P.J. 2005: 261-262).

Imagen 4. San Francisco y San Antonio con una vista de Jerusalén, año 1737. Detalle de la pintura con las representaciones de los martirios de los franciscanos en la Tierra Santa (Iglesia San Jerusalén, Potosí, Bolivia); Prospecto de la Santa Ciudad Jerusalén, siglo XVIII (?), (Iglesia de San Francisco, Quito). Fotos: E. Kubiak.

Jerusalén sigue teniendo en América Latina múltiples contextos religiosos y sociológicos. Igual que actualmente en Europa, en el Nuevo Mundo también había la necesidad de peregrinar a la Tierra Santa. Ya que las posibilidades de hacer un peregrinaje real eran muy limitadas, empezaron a construirse santuarios (5), o se encargaron obras como el panorama de la Santa Ciudad en Cayma, para facilitar a los fieles un peregrinaje espiritual: La vista de Jerusalén era en estas obras a menudo tan solo un complemento final de las otras escenas que estaban representadas. Pero lo más importante aquí son dos aspectos de las interpretaciones de las imágenes de Jerusalén. Por un lado, el paralelismo entre la visión de Apocalipsis de San Juan y el descubrimiento del Nuevo Mundo hizo posible que algunas ciudades de América pudieran identificarse con

L’arte coloniale in America Latina

Ewa Joanna Kubiak El devote peregrino y viaje de Tierra Santa de Antonio del Castillo y su influencia…

222

XXXII Convegno Internazionale di Americanistica – Perugia 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 e 10 maggio 2010

una Nueva Jerusalén. Un factor importante era atenerse rigurosamente en la construcción de la ciudad a un plano de planta ortogonal con un trazado rectilíneo, y construir así réplicas terrenales (como ej. Lima) de la ciudad celestial de la visión de San Juan. Juan Meléndez en su libro Tesoros verdaderos de las Indias; Historia de la Provincia de S. Juan Bapta del Peru del orden de Predicadores, publicado en Roma en 1681, establece una relación directa entre Lima y la ciudad de la Apocalipsis, ya que ambas se construyeron siguiendo un trazado de cuadros sobre una planta ortogonal, subrayando que la única diferencia esté en que Lima sea una ciudad terrenal y la otra celestial. Finalizando su comparación dice: «la diseño Dios, para que la fundasen los Españoles, por cabeza de los nueuas Tierras, y nueuos Cielos, que se descubrieron y conquistaron». (RODRIGUEZ CAMILLONI H. 1993: 41). Otro aspecto era la analogía que se intentaba establecer entre la situación en la Tierra Santa y la evangelización en el continente americano, utilizando la historia de la conquista de Jerusalén para evangelizar.

Notas (1) Masa de barro mezclada a veces con paja y secada al sol, utilizada en el Virreinato del Perú tradicionalmente para la construcción. (2) Vista de la ciudad de Jerusalén según la edición de Madrid del año 1654 se encuentra en una lámina añadida entre las páginas 30 y 31. (3) Pedro Rueda Ramírez enumera también otras publicaciones sobre Tierra Santa, que aparecen en inventarios comerciales del siglo XVII. Las historias sobre Jerusalén (Las jornadas que los príncpes christianos hicieron a la recuperación de la Tierra Santa, desde Gudofre de Bullon hasta que se perdió todo) se encontraban en el segundo volumen de la obra Historia de las cosas del Oriente (Cordoba 1595) de Amaro Centeno, de la cual reencontramos 35 ejemplares en los registros comerciales. Otro trabajo importante era el libro Viaje de Jerusalén de Francisco Guerrero, editado por primera vez en el año 1590 y reeditado en total seis veces hasta finales del siglo, y doce veces en el siglo siguiente. (RUEDA RAMÍREZ H. 2005: 274275); Para el análisis de la obra vea: (HERRERO MASSARI J.M. 1999: 96-107; ALONSO ALEJO J. 2002: 113-151). (4) Fue copiado en numerosas ocasiones, pero el original se encontraba desaparecido por mucho tempo y “redescubierto” hace poco en una colección privada en Nueva York (RUBIN R. 2001a: 148-149). También se conocen planos de Jerusalén elaborados según el trabajo de Antonio de Angelis de Leche procedentes de épocas más tardías, como por ejemplo el mapa de Jerusalén de De Pierre publicado en el 1728 con el título Wahrer und gründlicher Abriss der welt-berühmten und hochheiligen Stadt Jerusalem del cual se conservan hasta hoy dos copias (RUBIN R. 2001b: 152-153). (5) El santuario más famoso de América del Sur, fundado a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, se encuentra en Congonhas do Campo en Brasil. En Lima se construyó un santuario (desafortunadamente hoy en día ya inexistente) en al patio del Monasterio de la Encarnación, conocido como Santuario de Santa Cruz de Jerusalén (GISBERT T. - MESA J. 1987: 17); la reconstrucción de las edificaciones: imagen 14 en: GISBERT, MESA 1987.

Bibliografía ALONSO ALEJO Julio, 2002, En torno al viaje de Jerusalén de Francisco Guerrero, in Rafael BELTRÁN (editor), Maravillas, peregrinaciones y utopías: Literatura del viaje en el mundo románico, Valencia, pp.113-151. BANIA Zbigniew, 1993, Kalwarie polskie w XVII wieku. Dzieje stosowania w Europie od X do końca XVII wieku uświęconych Pasją Chrystusa miar jerozolimskich, Warszawa. BANIA Zbigniew, 1997, Święte miary jerozolimskie. Grób Pański, Anastasis, Kalwaria, Warszawa. CASTILLO Antonio del, 1654, El devote peregrino y viage de Tierra Santa, Madrid. CASTILLO Antonio del, 1666,El devote peregrino y viage de Tierra Santa, Paris. ECHAVE Y ASSU Francisco de, 1688, La Estrella de Lima Convertida en Sol sobre Svs Tres Coronas. El Beato Toribio Alfonso Mogrobexo sv segvndo Arzobispo: celebrado con epitalamios, sacros y solemnes cultos, por sv esposa la Santa Iglesia Metropolitana de Lima, Amberes. FLORES OCHOA Jorge A. - KUON ARCE Elizabeth - SAMANEZ ARGUMEDO Roberto, 1993, Pintura muralen el sur andino, Lima. GARCÍA MELERO José Enrique, 2002, Literatura española sobre artes plásticas, vol. 1, Bibliografía aparecida en España entre los siglos XVI y XVIII, Madrid. GISBERT Teresa, 2001, El paraíso de los pájaros parlantes. La imagen del otro en la ciudad andina, La Paz. GISBERT Teresa - MESA José de, 1987, La tradición bíblica en el arte virreinal, La Paz-Cochabamba.

L’arte coloniale in America Latina

Ewa Joanna Kubiak El devote peregrino y viaje de Tierra Santa de Antonio del Castillo y su influencia…

223

XXXII Convegno Internazionale di Americanistica – Perugia 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 e 10 maggio 2010

HERRERO MASSARI José Manuel, 1999, Libros de viajes de los siglos XVI y XVII en España y Portugal. Lectura y lectores, Madrid. KOBIELUS Stanisław, 1989, Niebiańska Jerozolima. Od sacrum miejsca do sacrum modelu, Warszawa. MINGUEZ Victor - RODRIGUEZ Inmaculada, 2006, Las ciudades del absolutismo. Arte, urbanismo y magnificencia en Europa y América durante los siglos XV-XVIII, Jaume. MONTALVO Francisco Antonio de, 1683, El Sol del Nuevo Mundo: Ideado y compuesto en las esclarecidas operaciones del bienaventurado Toribio Arzobispo de Lima, Roma. MUJICA PINILLA Ramón, 2003, Identidades alegóricas: lecturas iconográficas del barroco al neoclásico, in Pilar MARÍN (coordinadora), El barroco peruano, Lima, pp.251-335. RODRIGUEZ CAMILLONI Humberto, 1993, Utopia Realized in the New World: Form and Symbol of the City of Kings, in Ralph BENNET (editor), Settlements In the Americas Cross-Cultural Perspective, Salem-Massachusetts, pp.28-52. RUBIN Rehav, 2001a, Antonio de Angelis Lecce, in Ariel TISHBY (editor), Holy Land in Maps, Jerusalem, pp.148149. RUBIN Rehav, 2001b, De Pierre, in Ariel TISHBY (editor), Holy Land in Maps, Jerusalem, pp.152-153. RUEDA RAMÍREZ Pedro J., 2005, Negocio e intercambio cultural: El comercio in América en la Carrera de Indias (siglo XVII), Sevilla. VILLAVICENCIO Abraham, 2009, Imágenes del Paraíso en la obra de Cristóbal de Villalpando, in Gisela von WOBESER - Enriqueta VILA VILAR (editoras), Muerte y vida en el más allá. España y América, siglos XVI-XVIII, México, pp. 375-395. WOBESER Gisela von, 2009, El más allá en la pintura novo hispana siglos XVI al XVIII, in Gisela von WOBESER Enriqueta VILA VILAR (editoras), Muerte y vida en el más allá. España y América, siglos XVI-XVIII, México, pp. pp. 137-164.

L’arte coloniale in America Latina

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.