El devenir vago/queer: una \"otra\" ficción política.

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Descripción



Christopher O. Badillo Cabrera
801-12-0610
10 de diciembre de 2014
El devenir vago/queer: una otra ficción política. *
"En comparación con el andar lineal y rectilíneo, la danza, con sus movimientos llenos de arabescos, es un lujo que se sustrae totalmente del principio de rendimiento." Me parece muy acertado comenzar con esta cita del coreano Byung Chul Han, ya que de cierta forma pone en relieve el camino por el cual me gustaría transitar. La danza (dígase lo alternativo al andar "recto y derecho"), es una especie de línea de fuga al orden normativo y nos desvía de la autopista principal para tomar salidas y vías alternas a otras carreteras. ¿Pero cuáles serían esas otras carreteras? Esas carreteras que pasan desapercibidas o que la propia mirada quiere evadir y no quiere dar cuenta de ellas, esos (no) lugares que no todos habitan o tenemos miedo a habitar. El sujeto otro habita y vive esas carreteras, ese sujeto que no puede transitar las autopistas o las vías principales, ese sujeto que se salío de la norma y no anda "recto y derecho". Este ensayo tratará de explorar esos otros sujetos que no son parte de ese "principio de rendimiento" normativo. Cuerpos que recorren por las vías de la vagancia, de lo queer o por así decirlo, las vías monstruosas. Además se tratará de presentar posibles vías alternas, otros devenires que se desvían y se desdibujen de identidades sólidas impuestas por poderes o multipoderes que controlan todo tipo de subjetividades.
Proyecto moderno y producción de sujetos
El proyecto de la modernidad supuso crear sujetos que se adscribieran a una lógica de producción capitalista, en donde cada sujeto tenía que asumir su rol que le tocaba sin distinción alguna. Hasta hoy día el trabajo asalariado ha sido, nos dice Aníbal Quijano, el predominante. Quijano postula además: "…que el asalaramiento de los trabajadores continúa expandiéndose en el mundo…", es decir, que esto va para largo, "se pica y se extiende". Es interesante cómo varios siglos luego de la implantación de ese modelo de producción, el mismo siga siendo el predominante en las sociedades de esta modernidad tardía o posmodernidad donde vivimos. En el último escrito de la profesora Mabel Rodríguez, haciendo su lectura de Quijano y manteniendo una conversación con el mismo, se hace las siguientes preguntas: "¿qué ocurre en los tiempos de postrabajo (asalariado) del siglo XXI con los que históricamente han estado obligados a trabajar? ¿Qué alternativas les presenta la globalización en el presente? A esto Quijano responde que no tienen otra alternativa que no sea: "más trabajo (no asalariado o mal pagado)". Pero a estas preguntas Bob Black (teórico que apuesta por la abolición del trabajo) solamente respondería: "Nadie debería trabajar". (A estas consideraciones entraremos luego).
La modernidad no sólo creó el sujeto trabajador asalariado, sino creó "el sujeto ideal". Nuevos estilos de educación, racionalización total del sujeto y sus formas de vivir, nuevas patologías, son sólo algunas de las formas de control o de "hacer vivir" (biopolíticas) que se producen en esta época. Esto es que a través de discursos cientificistas, biológicos, médicos entre otros, produce clasificaciones entre lo que sería normal y lo no normal, lo enfermo y lo sano. Los heterosexuales, trabajadores, el sujeto higiénico eran los sujetos normales y sanos, los homosexuales, vagos, apestosos y "delincuentes" era los sujetos anormales y enfermos. Parafraseo una entrevista que se le hizo a Michel Foucault donde él decía que todo sujeto que fuera "nuevo" o diferente se le enfrentaba. Pero también es importante mencionar que fue a través de esos señalamientos y a través de esas clasificaciones a sujetos desviados que esas identidades se solidifican y hoy podemos asumirlas como posturas políticas de opresión y resistencia a los múltiples y variados poderes que ejercen control.
Otros cuerpos, otras formas de vivir: asumir posturas (no) políticas.
"Dicen domesticar la periferia.
Decimos mestizar el centro."
-Beatriz Preciado, 2013.
Es importante apuntar que para producir nuevos cuerpos, nuevas posturas políticas, nuevas formas de vivir, es necesario dejar de ver la sexualidad como una cuestión periférica en la crítica a esos órdenes sociales impuestos. De manera más clara podemos aproximarnos a esto a través del trabajo de Foucault, y en particular, en su primer tomo de Historia de la sexualidad, cuando él nos dice:
Para mañana el buen sexo. Es porque se afirma esa represión (del sexo) por lo que aún se puede hacer coexistir, discretamente, lo que el miedo al ridículo o la amargura de la historia impiden relacionar a la mayoría de nosotros: la revolución y la felicidad; o la revolución y un cuerpo otro, más nuevo, más bello; o incluso la revolución y el placer.

Es de seguro que Foucault cuando hablaba de esa felicidad y ese placer, pensaba en la vagancia. Pensaba ese cuerpo bello sin la carga de tener que trabajar una jornada de ocho horas por un salario mínimo sin tener un espacio para su propio tiempo. Sin tener tiempo para la autogestión sexual, cultural, social, ni poder encargar su cuerpo en lo que realidad le brinda placer y felicidad.
Esa revolución que va más allá de derrocar una clase, de conquistar una nación, de producir nuevas leyes, tiene que ser una revolución queer. ¿Y por qué tiene que ser queer? Simple: (Y me hago eco de las palabras de Mabel Rodríguez) Si el trabajo es heterosexual, el vago (y por consiguiente), esa revolución del vago tiene que ser queer. Preciado, sobre esos procesos de gestión de cambios para nuevos mundos postula: "Aquí queer no se entiende simplemente como una práctica sexual o una identidad sexual, sino por una parte como el efecto de un conjunto de fuerzas de opresión y resistencias, pero también como un espacio de empoderamiento y de movilización revolucionaria." En este momento la pregunta no sería, ¿qué hacer? sino ¿qué deshacer? Entonces, ¿qué alternativas se deben tomar para hacer girar ese mundo en que todos queremos vivir? Al decir de Black, "El trabajo hace de la libertad una burla" , y quizás es por eso, que él toma partida de ahí y propone un juego, un juego donde no haya ganadores ni perdedores, un juego en contra del capitalismo que se inserta en la lógica que el que más da, más se gana. El juego va por la misma línea de la danza que nos habla Chul Han, actos que se constituyen bajo acciones y movimientos impredecibles. Un juego sin reglas, una burla al trabajo, que sustituya la labor y se vislumbre ese otro mundo poblado por sujetos otros.
Ese sujeto otro que es vago, que tiene que ser también un sujeto queer, deviene multiplicidades. Al decir de Rodríguez: "El ser vago es ser queer, en tanto no se trata de un asunto identitario." Esto es que el vago/queer no es una identidad, sino muchas identidades, una identidad de multiplicidades. Ese sujeto deviene multiplicidades como si fuera un rizoma, y al decir de Deleuze y Guattari, "un rizoma no empieza ni acaba." Esto es, ese sujeto nunca se va a encontrar, no será tampoco un sujeto que camine "hecho y derecho", ese sujeto danzará, hará movimientos bruscos, intensos, como al igual movimientos suaves y bellos, será un sujeto de la extrañeza. ¿Por qué de la extrañeza? Porque no reconocemos sus movimientos diagonales y transversales, un sujeto que vive bajo la lógica de lo inesperado, lo incompleto, lo improvisado (al igual que un performance). Juan Duchesne Winter en su libro Ciudadano insano, plantea la posibilidad de devenir en un otro sujeto que podríamos adscribirlo a esta alternativa que se está postulando, y además, podría fungir de resumen a lo ya antes mencionado a través de los autores citados a lo largo de este ensayo. Duchesne postula:
El ciudadano insano depreda particularmente los márgenes propios de la sociedad postrabajo, gracias a la cual colgamos en el clóset las éticas ciudadanas del trabajo, de la participación militante o de la reproducción patriarcal, para asumir innumerables éticas fragmentadas, como las de la seducción, el placer, el goce, las máscaras, la autopoiesis, la convalecencia, el cuidado de sí, la complicidad, la situación o el paroxismo, todas asumibles como focos articuladores de nuestras vidas cotidianas.

De cierta manera este ciudadano insano, como bien postula Duchesne, es quizás ese "sujeto ideal" para nuestro mundo futuro. El vago siendo el sujeto antagónico de "las éticas ciudadanas del trabajo", formaría parte de esas múltiples éticas fragmentables de las que se conforma ese ciudadano insano que nos presenta Duchesne. El sujeto vago, esa característica subjetividad, representa otros modos de vivir, pues se constituye evadiendo la lógica capitalista de producción. Y al evadir esa lógica normativa constituye un peligro para el Estado, pues siendo una identidad irrepresentable, no encaja en el proyecto social hegemónico. Diría Luisgé Martín: "La única respuesta sensata a este panorama desolador es la pereza. El enaltecimiento social de la ociosidad y la holgazanería." Pero, hoy día, el sujeto homosexual y vago, todavía en sociedades primeramente conservadoras y dictatoriales (sean de izquierda o derecha, tanto en el pasado como en el presente), son nombrados y señalados como sujetos transgresores y abyectos. Por eso, eso me inclino por la propuesta de Duchesne del ciudadano insano, como postura política que desarticule el orden fálico y al decir de Preciado: "El falo apareció como mega-$-porno-fetiche-asequible de la nueva Disney-heterosexual-land."
Formas de "educar" el transversal discurso y maneras de vivir en (comun)idad.
Una revolución anal (sustituyo anal por vaga) por venir tendría que elaborar un modelo educativo en el que fuera posible explicitar colectivamente los dispositivos de construcción de minorías desviadas (de clase, de raza, de religión, de género, de sexualidad, de edad…), así como la historia oposicional, las narrativas disidentes y las plataformas de resistencia que hacen posible la supervivencia de estos sujetos abyectos de la historia.
Esta cita de Preciado, nos inserta definitivamente en la discusión sobre cómo sería la mejor alternativa en torno al tema educativo de este otro mundo. ¿Cómo asumir una postura de "enseñanza" a esa población acostumbrada al Orden Simbólico dominante y hegemónico? La discusión es un poco compleja, pero como dice un amigo marxista, "hay que asumir esa violencia", pues el educar es un acto sumamente violento. No hay otra forma de llegar a este imaginario utópico que no sea fuera del acto de educación a la población. Por el momento, y utilizo las palabras de Preciado nuevamente, ese sujeto vago/queer "es aquel que se construye como sujeto que resiste y contesta a ese proceso de normalización pedagógica, encontrado puntos de fuga que permitan agenciamientos desviados." De esta manera, es importante formular detalladamente esas maneras educativas que se inscriban bajo una lógica de diferencias, que identifique las necesidades y particularidades de cada sujeto. Llamaría a estas nuevas formas pedagógicas, una pedagogía del juego. Formas que (re)signifiquen totalmente los procesos pedagógicos institucionalizados heterosexuales que dictan la norma y enfrentarlos con otros procesos educativos que dicten las no-normas. Desde una perspectiva post-trabajo y presentando una discusión sobre la sociedad hiperindividualista, nos habla el filósofo francés Gilles Lipovestky, postulando: "…hará falta, en el ámbito educativo, fomentar las becas y los dispositivos de sostén que permitan a los … un mayor acceso a la mejor educación. No habrá integración sin una política justa hacia las minorías visibles,…". Aunque en la sociedad del ciudadano insano, ese sujeto "marginado" no será integrado, sino será unos de los principales modos de subjetivación, es decir, no habrá esa clasificación de marginado, pues todos seremos "marginados", periféricos, seremos otredades.
"Estas micropolíticas de maricas, bolleras, travestis, vagos y transexuales se oponen al modelo tradicional de la política como guerra… y proponen un nuevo modelo de la política como relación, fiesta, comunicación y placer.". ¿Cómo hacer de la vida cotidiana una fiesta? ¿Cómo vivir en una comunidad que se apoye a un modelo político, como dice Preciado, de "relación, fiesta, comunicación y placer"? Duchesne hace una lectura en positivo sobre una noción de comunidad que habla el filósofo Jean-Luc Nancy. Según Duchesne, Nancy "interrumpe con el mito mismo que se hace de comunidad" y propone otros tipos de comunidades como: "la comunidad interrumpida,… la comunidad del ser-en-común, la comunidad singular plural". Esta comunidad singular plural, "Su 'unidad básica'… no es la unidad, sino lo singular plural mismo donde toda singularidad es un ser-con la suma de las singularidades." Esto es, no se partirá de las nociones tradicionales de unidad, de un todo (como le llama el autor, "alguna mogolla mística de las almas"), sino de ser-en-común, de coexistir en lo plural, sin obviar la singularidad del sujeto.
Aquí no todos vivimos por una causa en común, sino que se vive en lo común con causas particulares, pero que a la vez son las que nos crean el lazo con el otro. Ante esto Beatriz Preciado postularía: "Dicen integración. Decimos proliferación de una multiplicidad de técnicas de producción de subjetividad." Además ese quiebre de identidad que se viene discutiendo a través de este trabajo, se va a "materializar" en este tipo de comunidad pues en la misma no habrán identidades, sólo subjetividades cambiantes, máscaras que mutarán, serán habitantes que "Ni siquiera se restringen a ser 'humanos' en el sentido subjetivo de lo humano, pues son composiciones lábiles de singularidades donde se
traspasa la identidad de lo humano y lo inhumano", es decir, un "ciudadano insano".
Utopía de la vagancia: consideraciones finales.
Dicen trabajo asalariado. Decimos vagancia. Esta minipropuesta política que tiene un carácter un poco utópico, nace de la idea de darle un poder político y postura de resistencia al sujeto vago. El sujeto vago es parte fundamental de ese ciudadano insano, el sujeto vago vive en la comunidad singular plural. Al igual que la sexualidad ha tomado centralidad en las resistencias y ataques a los poderes hegemónicos, la subjetividad de la vagancia es otra postura política que tiene mucha capacidad de transgresión.
Al igual que había postulado en un trabajo anterior: Ese sujeto vago/ queer, es un sujeto que 1) no está centralizado en la lógica del trabajo asalariado ni capitalista y 2) se encuentra en una posición de sujeto sin identidad que trasgrede la normativa heterosexual patriarcal. Por eso, es quizás, un posicionamiento político estratégico para poder realizar otros tipos de prácticas, otros tipos de devenires, otros desplazamientos y fugas y transitar tanto esas vías alternas como la autopista sin problema alguno. Finalizo con una cita de Duchesne que a través de sus palabras se encuentran las mías: "Nuestro más puro e inocente deseo es que estos pequeños espacios impúblicos de la escritura, estos teatros teóricos tan humildes y microscópicos como un virus, alberguen ciudadanas y ciudadanos insanos, proveyéndoles puntos de contagio, reconcentración, convalecencia, cariño y olvido."


Referencias.
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edición). Traducido por José Vázquez Pérez. Valencia: Editorial Pretextos.

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Ulises Guiñazú. Argentina: Siglo XXI Editores.

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Martín, Luisgé (2012, 6 de febrero). Elogio de la pereza. El País.
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Preciado, Beatriz. (2013). Prólogo. Decimos Revolución. En Transfeminismos. Epistemes,
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Quijano, Aníbal. (2014). Cuestiones y horizontes de la dependencia histórico-estructural a
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Rodríguez, Mabel. (2014). Consideraciones en torno al devenir vago-queer como sujeto
político del (trans) feminismo. (Trabajo inédito).









*Trabajo escrito para el curso Género y Vagancia (INTD-3035-0U1) de la profesora Mabel Rodríguez. Es un Curso adscrito al Programa de la Mujer y el Género de la facultad de Estudios Generales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

Chul Han, Byung. (2012). El aburrimiento profundo en La sociedad del cansancio. Traducido por Arantzazu Saratxaga Arregi. Barcelona: Herder Editorial. p. 37.
Quijano, Aníbal(2014). Cuestiones y horizontes de la dependencia histórico-estructural a la colonialidad/descolonialidad del poder. Buenos Aires: CLACSO. p.277.
Rodríguez, Mabel. (2014). Consideraciones en torno al devenir vago-queer como sujeto político del (trans)feminismo. (Trabajo inédito). p.10.
Black, Bob. (1985). La abolición del trabajo. p.5.
Foucault, Michel. (2002). Nosotros los victorianos en Historia de la sexualidad I. La voluntad del saber. Traducción de Ulises Guiñazú. Argentina: Siglo XXI Editores. p.13.
Preciado, Beatriz. (2009). Terror Anal (Epílogo) en El deseo homosexual de Guy Hocquenghem. Traducción de Geoffroy Huard de la Marre. España: Editorial Melusina. p. 168.
Black, Bob. (1985). La abolición del trabajo. p.7.
Rodríguez. Ibid. p. 26.
Deleuze, Gilles y Guattari, Félix. (2012). Rizoma en Mil Mesetas. Capitalismo y ezquizofrenia. (10ma edición). Traducido por José Vázquez Pérez. Valencia: Editorial Pretextos. p. 29.
Duchesne Winter, J. (2001). Ciudadano insano. En Ciudadano insano: Y otros ensayos bestiales sobre cultura y literatura contemporáneas (1.st ed.). San Juan, P.R.: Ediciones Callejón. p.231.
Martín, Luisgé(2012, 6 de febrero). Elogio de la pereza. El País. http://elpais.com/elpais/2012/05/29/opinion/1338317588_867296.html. p. 4.
Preciado. Ibid. p.137.
Preciado. Ibid. p. 169. Los comentarios en el primer paréntesis son míos.
Preciado, Ibid. p. 168.
Lipovetsky, Gilles. (2008). El espiral de la decepción. En La sociedad de la decepción. Traducción de Antonio-Prometeo Moya. Barcelona: Editorial Anagrama. p. 36.
Preciado. Ibid. p.148. La palabra ennegrecida es añadidura mía.
Duchesne Winter, Juan. (2005). Glosas incomunistas II. En Fugas incomunistas. San Juan: Ediciones Vértigo. p. 61.
Duchesne. Ibid. p.61.
Preciado, Beatriz. (2013). Prólogo. Decimos Revolución. En Transfeminismos. Epistemes, fricciones y flujos. San Isidro: Editorial Txalaparta. p. 11.
Duchesne. Ibid. p.61.
Badillo 10


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