EL DESPLAZAMIENTO Y LA FRAGMENTACIÓN DEL YO POÉTICO EN LAS POESÍAS DE CHARLOTTE MEW, KARIN BOYE Y MARINA TSVIETÁIEVA

August 26, 2017 | Autor: Ljiljana Kragulj | Categoría: Comparative Literature, Poetry, Women's Literature
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Descripción

SUMMARY

This thesis focuses on the poetic production of Charlotte Mew (1869-1928), Karin Boye (19001941) and Marina Tsvetaeva (1892-1941). As important figures, although until recently very much ignored by the literary critics, the three poetesses are chosen for the purpose of enlightening the type of female writing that crosses the boundaries and general trends. From the late Victorianism (as is the case with English poetess Charlotte Mew) to Modernist currents of the first half of the twentieth century (as is the case with Swedish poetess Karin Boye and Russian Marina Tsvetaeva) similarities are found in creating a metaphorical space far from the imposed roles. Their newly created dichotomous worlds and their adopted means of expression are the main topics analysed. The present work aims to individualize the ways in which each poetess expresses her sense of fragmentation and the dualistic vision of the split female self. The first chapter analyses the poetic production of Charlotte Mew which began to receive wider critical attention in the 1960s. One of the reasons for her being omitted from anthologies lies in her displacement from literary tradition. On the one hand, Mew was connected with the avant-garde of the early twentieth century due to her contribution to The Yellow Book and experiments with metre and form, but, on the other hand, she was never able to break free from the nineteenth century preoccupations and remained imaginatively tied to the Victorian period. Therefore, in the general criticism, her poetry fills barely two pages: The British Poetry, 1900-50 dedicates a chapter to Mew and Edith Sitwell in order to recuperate and re-evaluate them. However, Mew’s poetry is characterized as “childlike, avoiding men and speaking in a language which makes no sense from the patriarchal point of view”1. In Post-Victorian Poetry Herbert Palmer defines Mew as a poetess who is preoccupied with death and disaster, while in a more recent study of Angela Leighton, Victorian Women Poets, Mew is placed next to Christina Rossetti. The originality of Mew’s poems lies in revoking the Victorian motifs of guilt, desire, death and prostitution in a highly individualistic manner and above all in using the dramatic monologue. Mew is also at her best when catching at the echoes and reflections of experience and when showing “imagination’s wintriness in the face of the woman’s natural subject of love”2.

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Day&Docherty 1955:78. Leighton 1992: 2.

Chapter two analyses the poems of the Swedish poetess Karin Boye. Although many Swedes know her poetry by heart, Boye became relatively famous only after publishing of her dystopian novel Kallocain, translated afterwards in almost all major European languages. For better understanding of her poetic œuvre and life there is Margit Abenius’ biography in Swedish Drabbad av Renhet (Afflicted with Purity) written less than a decade after poetess’ tragic death. Abenius places considerable emphasis on the role of lesbianism in Boye’s life and this book is still today the most exhaustive study ever written. Another recent and helpful book in English is a study Swedish Women Writing by Helena Forsås-Scott in which Boye’s work and poetry “formulates a feminine multiplicity of increasing complexity”.3 1993 appeared the Italian translation of Kallokain (Kallocaina) and a choice of her famous poems in 1994. Chapter three deals with Marina Tsvetaeva’s lesser known and still untranslated poems such as those gathered in the volume Evening album, or the epic poem The tzar-maiden. Also, her poem-cycle A Friend dedicated to Sophia Parnok and a short work in prose Letter to an Amazon which is also available in Spanish translation will be in the focus of research. Much of the material on Tsvetaeva started to appear and to be widespread in the late sixties. The first fullest biography and criticism of her work appeared in 1966 by Simon Karlinsky under the title Marina Cvetaeva Her Life and Art. Tsvetaeva’s love affair with Parnok and verses of both poetesses were the centre of Sofia Poliakova’s studies in the late 70s. Poliakova’s comments and analyses undoubtedly suggest new interpretations of Tsvetaeva’s verses. The life of this “lonely giant” and the extraordinary courage of her humanity and honesty were also the focus of Elaine Feinstein’s studies. She wrote Tsvetaeva’s biography A Captive Lion. The Life of Marina Tsvetaeva and is probably the best-known translator of her poems in English. Finally, chapter four tries to define the common ground for all three poetesses examining the use of poetic masks, alienated persons and female figures characterized by their androgynous nature, constant references to roads, wanderings and travels that support the theory of the dichotomous vision. The female self in their poetics is splitted in other figures whose presence testifies the possibility of woman’s different and special destiny, far away from the imposed banalities.

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Forsås-Scott 1997:3.

INTRODUCCIÓN El presente trabajo tiene su origen en una larga investigación desarrollada en torno a un proyecto inicial, escrito en lengua inglesa, sobre el desplazamiento y la fragmentación del yo poético en algunas de las obras más representativas de Charlotte Mew (1869-1928), Karin Boye (1900-1941) y Marina Tsvietáieva (1894-1941). Por tanto, es el resultado de un trabajo que, dentro del ámbito de los estudios de Humanidades, intentó sacar a la luz una lectura diferente de los poemas de las dichas autoras. El interés del tema residía en el hecho de que, en el caso de Charlotte Mew y en menor medida de Karin Boye, se trataba de unas poetas prácticamente desconocidas tanto a nivel nacional (refiriéndonos aquí a los países de habla inglesa y sueca) como internacional, y de que se pretendían analizar conceptos de fragmentación y de visión dicotómica en sus obras, basándose en un número restringido de libros críticos que en aquel entonces tuve a mi disposición. Las líneas metodológicas han determinado la organización de este trabajo en cuatro partes diferenciadas: el esquema de cada capítulo dedicado a cada autora consiste ante todo en profundizar el contexto histórico-literario en que se sitúan las obras escogidas y sus respectivas autoras, el cual sirve a dos fines concretos: situar biográficamente a cada poeta y adentrarnos en su obras. Por un lado, la visión general del contexto histórico en el que vivían y escribían ayuda a comprender mejor toda la problemática que se reflejaba en sus obras y, por otro, demuestra cuáles fueron los hombres y mujeres más destacados en las letras en aquellos tiempos, cuáles eran sus oportunidades y en qué condiciones desarrollaban su creación literaria. Lo dicho obviamente ha adelantado cuestiones relacionadas con la vida de cada poeta, descrita extensamente, dado que todas las obras escogidas casi siempre reflejan acontecimientos personales, a menudo traumáticos. Posteriormente, he prestado atención a algunas características propias de sus obras como, por ejemplo, las oposiciones dentro-fuera, el sentirse sin hogar, el uso constante de ciertas imágenes de carreteras, personajes errantes, las varias divisiones público-privado, sagrado-mundano, el uso del monólogo dramático, el rechazo de la dicotomía masculino-femenino, de los papeles tradicionales impuestos, la naturaleza andrógina de los protagonistas líricos, y otras más. Estas técnicas sin duda constituyen unas de las características principales que apoyan la hipótesis del yo femenino fragmentado, por lo que, en el último capítulo, he intentado resumir y ampliar las conclusiones parciales realizadas al final de cada capítulo precedente, tratando detalladamente de varios aspectos: el uso del monólogo dramático, de

las imágenes recurrentes del sueño, del mar y de los personajes mitológicos cuya calidad dicotómica sirve de máscara para el sujeto lírico. Asimismo, he analizado los temas de viajes, viajeros y búsquedas ya que todas compartían el mismo deseo de descubrir un refugio ante los papeles impuestos, un hogar natal y un cruce de encuentro de todas las antítesis. Por último, he establecido entre ellas un paralelismo más delicado situado dentro de la propia obra poética, ya que escribir poesía significa pensar en sí mismo y mirar dentro de sí, aun a riesgo de hallar la oscuridad y el dolor. Esto último suele proceder de la conciencia de ser diferente y, por tanto, estar dividido y fragmentado. La técnica que adoptan en sus poemas funciona como una vía de escape y una manera de aproximarse a la realidad del otro. En cuanto a la bibliografía consultada para este trabajo, he aprovechado fuentes de diferentes ámbitos e idiomas. Los poemas de Charlotte Mew hasta la fecha no están traducidos al castellano, mientras que la crítica, que está exclusivamente en inglés, es escasa y va enfocada generalmente a aspectos parciales de su obra. El primer estudio detallado de las obras de Mew lo realizó en 1960 Mary C. Davidow en su tesis doctoral Charlotte Mew: Biography and Criticism. Esta larga investigación contiene también unas cien cartas inéditas, algunos poemas que no estaban incluidos en Collected Poems de 1953 y un relato breve The Minnow Fishers. Otro trabajo importante lo realizó en 1993 Joan B. Slattery con Charlotte Mew: Displaced Person, resultando manifiesta su modernidad, ante todo con su experimentación con la métrica y la forma, además de participar en el movimiento de Vanguardia a través de The Yellow Book4 junto con su amiga May Sinclair5, pero en cuanto a la sensibilidad y los temas, se la suele considerar una de las últimas victorianas. El libro British Poetry, 1900-50 dedica un capítulo a Mew y a Edith Sitwell con el objetivo de recuperarlas y revalorizarlas, aunque de manera bastante especial. La poesía de Mew es definida como “childlike, avoiding men and speaking in a language which makes no sense from the patriarchal point of view”6. En otra antología, titulada PostVictorian Poetry, Herbert Palmer dedica un capítulo a las mujeres poetas y define a Mew como una poeta obsesionada con la muerte y el desastre 7, mientras que en la más reciente y especializada antología, The Twentieth Century Women's Poetry, aparecen tres de sus poemas más importantes. En el

Se trata de una publicación literaria trimestral que se editó en Londres desde 1894 hasta 1897, la cual abarcaba varios géneros literarios. Sobre los escándalos que suscitaba la revista y la contribución de Mew a la misma, se hablará más adelante. 5 May Sinclair (1870- 1946), figura importante dentro del movimiento modernista y autora de varias obras entre las que destacan El Fuego Divino (1904), Las tres hermanas (1914) y Mary Oliver (1919). Sobre su amistad con Mew se hablará más adelante. 6 Day&Docherty 1955:78. 7 Palmer 1938: 180. 4

libro Victorian Women Poets de Angela Leighton, Mew se sitúa junto a Cristina Rossetti, ya que ambas “deserve to be placed foremost in any poetic evaluation of the period”8 Se observa que la originalidad de sus poemas está en la evocación, de una manera extremadamente individualista, de los temas típicamente victorianos como, por ejemplo, los argumentos de la culpa, del deseo, de la muerte y de la prostitución, sirviéndose sobre todo del monólogo dramático. Por otra parte, Kathleen Bell, en su ensayo Charlotte Mew, T.S. Eliot and Modernism 9 , sostiene que la obsesión con las mujeres mundanas no es típica solo de la literatura victoriana, sino que la encontraremos también en los trabajos de T. S. Eliot, en concreto en su poema The Waste Land (La tierra baldía, 1922), por lo que es probable que este gran poeta haya sido influido por la modesta Mew. Los puntos en común no se limitan solamente a los temas o imágenes empleados en los poemas, sino que son evidentes tanto en los métodos como en la técnica (la falta de progresión lineal, intervalos, fragmentariedad del sujeto lírico, etc.). Por tanto, como afirma Bell, para que Mew sea considerada una modernista, es necesario que nuestra percepción de su obra cambie, como es necesario que cambie también nuestra percepción sobre el Modernismo. De la misma manera, Joseph Bristow en su artículo titulado Charlotte Mew’s Aftereffect, sostiene que los lectores consideraban a Mew una modernista que desarrolló su innovación poética en la primera década del siglo XX, aunque “her revisions of conventional prosody were not of the kind that readily linked her with Imagism”10. Por lo que respecta a Karin Boye, aunque muchos suecos saben de memoria sus poemas más destacados, ella sigue siendo todavía una poeta casi desconocida a nivel internacional. Si bien debe su fama principalmente a la novela Kallocain –traducida al castellano, inglés, francés, alemán e italiano–, Boye es también autora de cinco libros de poemas igualmente memorables traducidos íntegramente en 1994 al inglés por David McDuff bajo el título Complete Poems. Ese mismo año también vio la luz la versión italiana de sus poemas seleccionados traducidos por Daniela Marcheschi. En cuanto a la crítica literaria sobre Boye, esta le ha prestado escasa atención y la gran mayoría de los estudios de mayor relieve fueron escritos antes de los años sesenta y se encuentran solamente en sueco. Entre ellos, cabe destacar la biografía detallada sobre Karin Boye realizada por la escritora y crítica literaria sueca Margit Abenius y publicada en 1950 bajo el título Drabbad av renhet Leighton 1992:2. Bell 1997: 13-22. 10 Bristow 2009:255. 8 9

- en bok om Karin Boyes liv och diktning (disponible solamente en sueco y cuya traducción provisional al inglés es Victim of Purity). Abenius, que estuvo próxima a la Boye, recrea detalladamente su vida a través de cartas, objetos personales, fotos, dibujos etc. pero analiza sus obras, en buena medida, a partir de los detalles biográficos. Por lo tanto, algunos estudios recientes intentan corregir esta imagen de la “lesbiana atormentada”, víctima de los deseos incontrolables que se hizo psicoanalizar para curarse y que escribía para encontrar consuelo. Aunque considero estos enfoques demasiado atrevidos y simples, algunos de ellos aportan nuevos elementos de valor interpretativos que complementan los ya expuestos por Abenius. Otro texto importante, siempre de Abenius, es el artículo sobre Los siete pecados capitales recogido en el libro Kontakter, junto con un breve ensayo sobre la simbología del mar en los poemas de Boye de los años veinte, escrita por Alf Kjellén. El estudio más importante en inglés es el libro Swedish Women’s Writing 1850-1995 publicado en 1997 por Helena Forsås-Scott que contribuye a los estudios de las obras de Boye desde una óptica feminista. Partiendo del hecho de que en la tradición literaria sueca siempre había existido una proporción importante de mujeres-escritoras que, por un motivo u otro, fueron omitidas o marginadas y de las recientes antologías recopiladas por los eminentes académicos (véase Ilustrerad svenskliteraturhistoria en siete libros publicada entre 1987 y 1990 o A History of Swedish Literature de Ingemar Algulin de 1989), Forsås-Scott establece una división cronológica que se corresponde con los principales momentos del movimiento feminista en Suecia, situando a Boye en el periodo entre 1919 y 1960, cuando el debate sobre el rol del genero aún estaba iniciándose. Otros libros, ensayos y artículos de apoyo que brindan información útil son: la tesis doctoral de Gunilla Domellöf I oss är en mångfald levande: Karin Boye som kritiker och prosamodernist, que analiza Karin Boye como novelista y crítica literaria; el artículo de Daniela Marcheschi Karin Boye: il corpo della passione y su introducción en italiano a los Poemas seleccionados; así como el capítulo sobre poetas Modernistas recogido en A History of Swedish Literature, escrito por Alrik Gustafson. En cuanto a la poeta rusa Marina Tsvietáieva, he querido analizar y dar a conocer sus obras menos conocidas, algunas aún no traducidas al castellano. Afortunadamente, desde los años sesenta hasta la actualidad, hay ya una recopilación abundante de investigaciones y estudios sobre su vida y obra. En 1966, Simon Karlinsky publicó la primera biografía y crítica completas de su obra (Marina Cvetaeva, Her Life and Art) mientras que, cinco años después, bajo el título Izbrannoe, salió a la luz en Moscú la primera colección de sus poemas más significativos editada por Vladimir Orlov. El romance de Tsvietáieva y la poeta y traductora rusa Sofia Parnok, que dejó importantes rastros en la producción

literaria de ambas mujeres, fue el centro de estudios de Sofia Poliakova. Ante la imposibilidad de publicar en su país, su libro Zakatnye oni dni (The Sunset Days of Yore) apareció en EE.UU. en 1983 y, sin duda, permitió nuevas interpretaciones de sus obras, sobre todo del ciclo de poemas La amiga. La vida de esta gigante solitaria y su extraordinario talento han sido también el centro de atención de la investigadora Elaine Feinstein, autora de la biografía A Captive Lion - The Life of Marina Tsvetaeva en 1987 y, probablemente, la mejor traductora de sus versos al inglés. Del periodo más reciente cabe destacar dos estudios exhaustivos en lengua rusa sobre los diferentes aspectos temáticos y formales del corpus poético de Tsvietáieva. Se trata del libro de Valentina Maslova Poet i kul’tura, publicado en 2004 y del libro Bezmernaja Cvetaeva de Olga Revzina de 2009, que abordan con minuciosidad una serie de conceptos necesarios para un mejor entendimiento e interpretación del mapa poético de Tsvietáieva. Entre los libros, ensayos y artículos de apoyo que brindan información útil en lengua italiana se encuentran las traducciones e introducciones de Serena Vitale (Dopo la Russia y Lettera all’Amazzone) y la traducción del ciclo de poemas Amica a cargo de Haisa Pesina Longo. Para las obras y versiones en castellano, me he servido principalmente de las traducciones de los poemas recogidos en Antología poética preparada por Elisabeth Burgos, Lola Diaz y Severo Sarduy; de Carta a la amazona traducida y comentada por Elisabeth Burgos, así como de la selección amplia de poemas predominantemente juveniles traducidos por Nina Turchenko, Sonia Cornellá y Antonio Alvar Ezquerra. Por último, en la bibliografía he optado por incluir solo fuentes citadas, ya que reflejar todas las lecturas consultadas, incrementaría innecesariamente su extensión. Su heterogeneidad condicionaba que la organización no fuera tarea fácil, de modo que se ha estructurado, siguiendo el orden de los capítulos, en tres secciones con el objetivo de que sea un recurso de consulta accesible. Cada sección recoge los libros consultados de una autora que, a su vez, están divididos en la bibliografía primaria (ediciones originales) y bibliografía secundaria (libros de crítica). Asimismo, cabe destacar que la mayor parte de las citas de los libros en inglés, ruso o sueco fueron traducidos al castellano por mí y han sido marcadas con las iniciales: “~ljk”. Cuando dichas iniciales no constan, las citas han sido extraídas de libros publicados en castellano o en inglés.

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