El desarrollo sólo es posible dominando el mercado

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Descripción


Maquinas


Trabajo pretérito


Herramientas anteriores


Proceso tecnológico








Inversión de capital


Producción



Competitividad


Factores de riesgo



Empresa














Utilidad concentrada en unos cuantos


Utilidad total producida socialmente


Suma adicional de valor


Minoría propietaria











producción para venta


Insumos de producción


produccion para consumo









Empresario toma el riesgo y organiza


Modelos de org del trabajo


Mano de obra


Materia prima


Maquinaria













Excedente producido por la sociedad


Utilidad
del capital


Casas matrices en el extranjero







Remanente distribuido de manera equitatuva


Utilidad de la empresa


Suma adicional de valor


Bien común y producción social












Empresarios capitalistas:
Empresa + Capital + Maquinaría


Producción artesanal o campesina:
Mano de obra + herramientas y recursos naturales


































Cuentas nacionales suman el valor total de lo producido



Reduce el Producto interno bruto






La mercancía tiene trabajo directo y pretérito y por ende nuevo y viejo valor


Precio
( valor total + utilidad de la empresa)


Trabajo pretérito coagulado en máquinas contiene valor.























Mercancía producida acorde con normas de calidad ...


Mercancía competitiva y alcanza mejor precio.














Mercancía producida sin estándares que respondan a las preferencias del consumidor ...





Es corriente (no competitiva) y se vende más barata.










La utilidad del dinero


es ser el vehículo


de las demás mercancías






Forma de producción capitalista



Mercancía producto de la acción colectiva




Capital de la empresa conjunta máquinas y obreros


Produce y vender para acumular mas capital









Productores tradicionales


Empresas


Coyotes


Punto de venta









Trueque


Campesinos mexicanos


Productos del campo


Tianguis


Punto de venta e intercambio por


Otros productos










Mercancía





Carácter útil y su valor






Producción


Producción


Producción










Capital


Capital


Capital


Capital


Capital


Capital


Capital


Capital




























MERCEDES BENZ


Monoblock alemán


Pieles de Africa


Coco mexicano


Espuma brasileña


Pistones suecos


Llantas canadienses


Partes electrónicas alemanas












Productor de caucho


Fabricante de llantas


Productor de pasta de coco


Fabricante de computadoras


Proporción de pago a productor fabricante


Concentración de valor en armador


Extractor
de arena sílica


Fabricante de pantallas







































Mercancías que se intercambian acorde a oferta y demanda


Monopsonios


Oferta - Demanda


Mercancías que se intercambian por su valor


Productores


Valor de las mercancías


Precio en el mercado











Productor con subsidio que vende parte de su producción


Comprador beneficiado por subsidio de sus proveedores


Menor precio de compra por parte del acopiador











Costo de inversión en instrumentos y mano de obra


Combinación de factores de producción


Sumatoria


Sumatoria


Precio total de insumos


Productividad media


Sumatoria


Pago de capital


















Vendedores en tianguis


Marchantas
Vs.
Agentes mercantiles


Comerciantes de herramientas
(chinas)


Productos naturistas:
Artesanales
e
Industrializados


Bienes e consumo básico nacionales e
(importados)













Mejor precio


precio total menor


mejor norma calidad


abatir costos


producir mas barato


Mayor venta















Precio de capital más alto en México


Institucion o particular presta dinero


Tasa de interes con alto precio por el capital


Encarece la inversión


Costo total de la operación suma costos


Precio de venta incluye costo de capital


Impacta cadena productiva

















TACO
(nacional) más caro


harina de trigo nacional más cara



subsidio menor


crédito bancario más caro








Taco
EEUU barato


harina de trigo más barata



subsidios mayores


créditos des-contables








Venden su propia producción. acopian y distribuyen


Los que se aprovechan del acopio y distribución


Prestan dinero - extraen utilidad - la remiten al extranjero









Trabajo pretérito


Genera tecnología


Produce herramientas


Crea máquinas


Que se emplean en el proceso productivo











Capital


Apetito de ganancia


Especulación






Proceso


Materias primas


Energía


histórico


Trabajos diversos


Investigación tecnológica y científica


de producción


Bien físico que satisface necesidades


Bien físico que encierra valor (trabajo)










Crédito


Necesidad de utilidad del capital


Garantías de crédito


Derivados


Acciones en bolsa













Proceso
productivo


Herramien-tas


Tecno-logia

















Desde los primeros años del Movimiento de cajas populares el lema ha venido siendo: ¡Por un capital en manos del pueblo!
Intermediarismo: ¿un mal necesario? Las paradojas de la integración de los productores rurales al mercado internacional de bovinos. María del Carmen Hernández Moreno* Antonio Alberto Ulloa Méndez Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD, AC), Dirección de Desarrollo Regional del Estado de Sonora, México.

Nota: El ciclo cafetalero es de octubre de un año a septiembre del siguiente
Fuente: Elaborado con datos del SIAP, PNC, OIC y AMECAFE. SAGARPA 2012.
Si se desea ver cómo funciona la bolsa de café en Nueva York remito a mis lectores a mi blog, donde pueden encontrar el texto titulado Qué es la bolsa de valores y cómo podemos valernos de ella. Se accede al blog a través de Google tecleando como sigue: Mario Rechy Montiel Academia.edu
El Gobierno angloindio dio ya a comienzos del cuarto decenio del siglo pasado al coronel Chesney el encargo de estudiar el Ufrates para conseguir, por medio de su navegación, un camino, lo más corto posible, entre el mar Mediterráneo y el golfo Pérsico o India. Tras un reconocimiento provisional, verificado en el invierno de 1831, y después de detenidos preparativos, la expedición propiamente dicha se verificó en los años 1835-1837. En relación con ella, oficiales y funcionarios ingleses hicieron estudios y levantaron planos de grandes regiones de la Mesopotamia oriental. Estos trabajos se prolongaron hasta el año 1886, sin llegar a un resultado práctico para el Gobierno inglés. La idea de establecer una vía de comunicación entre el Mediterráneo e India por el golfo Pérsico, fue recogida más tarde por Inglaterra, en otra forma, con el plan del ferrocarril del Tigris. En 1899. Cameron hizo un viaje a Mesopotamia, por encargo del Gobierno inglés, con objeto de estudiar el tratado de la proyectada línea. (Max Freiherr von Oppenhein, Vom Mittelmeer zum Persischen Golf durch den Hauran, die Syrische Wüste und Mesopotamien, tomo II, páginas 5 y 36)
S Schneider, Der deutsche Bagdadbahn, 1900, página 3.
Saling, Börsengahrbuch, 1911-1912, página 2.211.
Saling, Börsengahrbuch, 1911-1912, páginas 360 y 381.
W. von Presser, Les chemins de fer en Turquie d'Asie, Zurich, 1900, página, 59.
Rosa Luxemburgo, La Acumulación del Capital. Ediciones Grijalbo. Pág. 216,217. Dice Rosa: Por lo demás, todo en este país es difícil y complicado. Si el Gobierno quiere implantar un monopolio sobre papel de fumar o naipes, surgen inmediatamente Francia y Austria-Hungría, e interponen el veto en favor de su comercio. Si se trata de petróleo, hace objeciones Rusia. Por último, las potencias menos interesadas, se unirán para oponerse a cualquier medida de la administración interior. Le ocurre a Turquía lo que a Sancho Panza en su comida: "Cada vez que el ministro de Hacienda quiere coger una cosa, surge algún diplomático para impedírselo, e interponer su veto." (Lugar citado, página 70)

Programa estratégico de necesidades de transformación y transferencia de tecnología del Estado de Chiapas. Investigación apoyada por la Fundación Produce y realizada por un equipo del Tecnológico de Monterrey, México 2003.
La situación de la agricultura moderna en México. Los casos de Sonora y Sinaloa. Rechy y otros. Trabajo institucional de investigación realizado para SAGARPA. México 2012. En Internet y en mi blog, ya citado. Y La agricultura de riego en México. Un análisis de la política de riego. Rechy y otros. Misma fuente.
Estadísticas del Medio Ambiente, México 1977 INEGI, SEMARNAP, p.191.
Opus cit. P 8.
Esta afirmación se escribió después de haber revisado tanto el documento original de Alianza para la producción, así como los informes de operación de 1997-98. M. Rechy Pero puede repetirse a propósito del programa de tractores del gobierno de Puebla en 2015, del Programa de crédito refaccionario de la Financiera Nacional, o de varios de los Programas de SAGARPA vigentes todavía hoy en 2015.
lotes separados es distinto del concepto de atomización, pues el primer caso es resultado del terreno irregular, y el segundo es producto de una reforma agraria que avanzó menos que el crecimiento demográfico.
Las gráficas que se utilizan en este apartado para ilustrar la lógica de la economía campesina son recreaciones de las notas de clase del Curso que durante muchos años impartí en Chapingo y en la ENAH, lo que pretenden demostrar no es una dimensión exacta de cada subsistema, pues eso varía de región en región, sino la lógica general diversificada y complementaria.

Lo que se pretende ilustrar con esta gráfica es que el producto necesario (o como lo denomina Chayanov el Producto Bruto Total) es resultado de la suma sucesiva de las distintas actividades campesinas. Ojo, no se pretende que los segmentos ilustren dimensiones reales, simplemente la lógica general.
19 Todas estas citas sobre las montañas, los ecosistemas y la economía campesina son fragmentos del Texto Economía de las Montañas. Definición de Estrategias y Políticas para el Desarrollo Sustentable de Zonas de Montaña. Mario Rechy. FAO TCP/MEX/6713(A) Nov. 1998.
El Programa PESA completo. Arturo Cárdenas. Mario Rechy y otros. En Internet, o en mi blog.
Denominamos 4emes al agregado de 4 sustancias químicas a los cultivos. Pero con la salvedad de que estas sustancias tienen origen local.
La geografía, los productores y la tipología económica. Cap. I de La agricultura moderna de México. González Bonilla Román, Mario Rechy y otros. SAGARPA 2012.
Este apartado final es una adecuación del texto formulado por Eduardo Malagón Mosqueda de la Financiera Nacional Agrícola, Rural, Forestal y Pesquera, en el texto Financiamiento para el Desarrollo Rural. 2015.
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Capital
Apetito de ganancia
Especulación
Cómo comercializar sin ser esquilmado
Una propuesta para la conseguir la soberanía de los productores en el mercado
Mario Rechy. Septiembre de 2015
Presentación
Vivimos en una sociedad donde un extremo del discurso equipara la libertad con el mundo de las mercancías. Incluso los que defienden ese discurso proclamaron que éramos libres de escoger, y que esa libertad de mercado era la libertad más cara y más valiosa, que teníamos que defenderla como ejemplo e insignia del mundo que queríamos. Desde el otro extremo la voz contrapuesta hacía un llamado a suprimir los mercados y colocar en su sitio la planeación central de la economía y la distribución de bienes desde el Estado. Ambos discursos suponían la exclusión del otro por la forma en que estuvieron expuestos. Los partidarios del mercado lo identificaban con la libertad, los partidarios de la planeación suponían que era incompatible con el mercado.
Ambos discursos tuvieron su efecto, pero hoy debería estar claro que ninguno tuvo razón, y menos posibilidad de cumplir su divisa. La economía sin mercado resultó un mecanismo que concentró el bienestar, que impidió la injerencia de los ciudadanos en la definición de las prioridades de la economía y en la forma de atender mejor sus necesidades. El otro discurso nos ha conducido a un mundo de pobreza, en el que se revirtieron muchos años de desarrollo y de reducción de las diferencias sociales. Y en ninguno hubo libertad. ¿Pues qué libertad puede haber con pobreza?
Antes de esa polémica el mundo vivió otros extremos. Unos celebraban el advenimiento del capital y la propiedad de los medios de producción. Otros llegaron a sostener que la propiedad era un robo, y que había que abolirla.
En este texto no defendemos ninguno de estos extremos. Pero tampoco suscribimos o justificamos la situación económica imperante. Sin embargo, en el presente texto, que se está empleando como guía de exposición en cursos que imparto a organismos de productores, se utilizan simultáneamente herramientas de análisis de la economía política y la teoría económica, sin que se permitan contradicciones de método entre ambos enfoques o disciplinas. Se plagia la noción marxista del valor, y se la matiza con el punto de vista de la economía neoclásica. Y con este ejercicio --no ortodoxo o revisionista podrían decir los que suscriben esas posiciones aludidas-- se pretende hacer comprensible el funcionamiento actual de los mercados --que no es uno solamente—para que los productores puedan participar en él de manera soberana y conservando sus excedentes.
Aunque este es un texto de economía, toda la exposición sigue un curso lógico y se abstiene de emplear fórmulas matemáticas o que forman parte de la jerga de los economistas, de tal manera que cualquiera pueda seguirlo.
El objetivo es dejar clara una estrategia de trabajo entre los grupos que capacito actualmente para que aprendan a trabajar empleando capital y dentro del mercado global sin ser sus víctimas.
Ciertamente estamos contra el sistema económico actual. Pero no creemos que se lo pueda abolir de un golpe. Creemos sí, que es posible organizar una economía democrática, y que esa tarea obliga ineluctablemente a comprender qué son las mercancías, qué es el mercado y cómo pueden construirse cadenas productivas bajo dominio pleno de los productores. Porque la sociedad no llegará ni a la justicia o la democracia sin crear antes un fundamento productivo y participativo bajo administración soberana de los mismos productores. Y eso no se cumple en una revolución política, sino en un proceso económico de organización. De eso trata este texto.



Prólogo
En los primeros comentarios que recibí de mis colegas de trabajo sobre este texto, me dijeron que daba yo demasiadas vueltas al tema para poder llegar a la descripción de lo que necesitamos hacer. Uno de ellos sentenció: "mira, si les explicas que ellos perciben el 10% del valor total de un producto que se vende en el mercado final, y que otros reciben el 90% de ese valor, ellos comprenderán que de lo que se trata es de ver cómo pueden conservar o apropiarse de una porción mayor del precio final que se paga por algo que ellos originalmente produjeron".
Luego "de lo que se trata entonces es de mostrarles una descripción gráfica de cómo el primer nivel del intermediarismo se lleva un treinta por ciento, y cómo ellos podrían ahorrar un treinta por ciento con tan solo comprar de manera colectiva y por mayoreo, saltando al intermediario; si les explicas eso encontrarán razón suficiente para juntarse y hacer compras en común".
"Si luego explicas cómo la mayor parte del precio final corresponde al valor que se agrega durante el proceso de transformación de la mercancía, entonces comprenderán que toda la transformación les reportaría más ingreso si la hicieran ellos mismos, en lugar de vender la materia prima".
Finalmente, "si les dices que entre ellos y el consumidor final llegan a existir entre siete y quince intermediarios, y que cada uno obtiene un margen o porcentaje de utilidad, y que se trata de llegar de manera directa al consumidor final, comprenderán entonces que ellos deben identificar los sitios para colocar la totalidad de su producto, cumpliendo los requerimientos o expectativas de los consumidores. Ellos estarán contentos y satisfechos con lo que les hayas dicho y estarán dispuestos a iniciar el camino."
"Si después de eso algunos quieren saber el por qué de ese camino y cuáles son los hechos económicos que existen detrás de ese proceso, entonces les podrás decir: aquí está el texto del porqué, que explica cómo es que ocurre esa apropiación del valor a lo largo de la cadena de producción. Y tal vez algunos se interesen y lo lean.
"Pero no esperes que todo productor quiera entender una realidad económica densa, que exige largas horas de reflexión."
Sin embargo cuando me hicieron esa observación el texto ya estaba escrito. Y la parte más práctica que me proponen escribir es precísamente la que redactaré al haber entregado este análisis y esclarecimiento del mercado y sus misterios.
Ajusco—Financiera Rural. Agosto/Septiembre de 2015.


I ¿Qué es la mercancía?
Una exposición lógica y práctica.
Existen muchos tipos de mercancías. Algunas útiles y algunas más con gran demanda o circulación a pesar de su carácter o condición dañina. Entre las mercancías útiles podemos ante todo mencionar a los alimentos y los bienes básicos, es decir, la ropa y todos los utensilios de los que podemos servirnos para satisfacer necesidades.

Mercancías útiles Alimentos, ropa, utensilios para trabajar y realizar tareas y satisfacer necesidades.

Esos bienes o mercancías encierran desde luego un trabajo, es decir, son producto del despliegue de esfuerzos manuales e intelectuales para producirlos. Además, también son resultado de la acumulación tecnológica, pues comenzaron produciéndose –tiempo atrás-- con recursos muy limitados o rudimentarios, y hoy se fabrican o multiplican disponiendo de importantes avances en el empleo de máquinas y herramientas que hacen el trabajo directo más productivo gracias al trabajo acumulado o coagulado en esos instrumentos. El proceso como ese trabajo pretérito se ha introducido a las herramientas y máquinas es uno de los retos a explicar por la economía actual. Pero no es que las máquinas anulen toda la necesidad del trabajo vivo. Más bien lo que estamos viviendo es el despliegue de una gran cantidad de trabajos de varias generaciones que se fueron incorporando a procesos mecánicos y tecnológicos, para potenciar o hacer de la mano de obra aplicada directamente, así como de las capacidades intelectivas de los operarios actuales, una vía para poner en acción todo el saber y la destreza del pasado.

Movido por fuerza de trabajo que agrega valor = Mercancía (bien que satisface una necesidad).
Las otras mercancías, es decir las que no atienden las necesidades básicas y no se produjeron en un proceso material, pueden ser producto de la inversión de trabajo básicamente intelectual, pero sin que tengan una realidad tangible o física, y más aún, sin que incidan en la multiplicación de la riqueza material o en bienes básicos. Me refiero en este caso a los derivados o documentos que respaldan deudas o compromisos de compra o de venta, que tienen un precio en el mercado, y que representan el movimiento de enormes sumas de capital, pero sin que aumenten el monto de las mercancías físicas o de los satisfactores de necesidades reales de los seres humanos.

El primer tipo de mercancía ha sido lo que caracterizó a la economía hasta el primer tercio del Siglo XX, y cedió su lugar al segundo tipo de mercancía que empezó a dominar los mercados a partir de la famosa crisis del 29 del pasado siglo. Hoy este tipo de mercancías representa más de cinco veces el monto total de las mercancías físicas de riqueza tangible.
Esto no quiere decir que no exista apetito por parte de alguien para este segundo tipo de mercancías. Sin embargo en este caso no son personas de carne y hueso las que las devoran o ponen en circulación, sino lo que hoy se denominan personas morales, o mejor sería decir, las personas integradas por capitales. Y la forma como las consumen o aprovechan es precísamente como instrumentos para incrementar su capital, pero sin la engorrosa necesidad de ensuciarse las manos con la producción real de bienes, y tan solo fabricando ilusiones, que adquieren precio, y muy alto, sustrayendo dinero de la economía real de los bienes físicos.

Mercancía
Mercancía intangible pero con precio = Acciones, derivados, garantías, crédito para crédito…
En este texto no nos vamos a ocupar de este segundo tipo de mercancías, salvo en aquellos casos que de manera tangente o indirecta tengan que ver con la economía real. No porque no sean mercancías importantes. Al contrario, pues hoy el mundo está dominado por la especulación, que es el mercado característico de este tipo de mercancías. Sino porque lo que tenemos como propósito en este texto es armar a los productores de bienes básicos con una estrategia de posicionamiento en los mercados, al mismo tiempo que en guardia y bien armados frente al otro tipo de mercancías.
Este tipo de mercancías que nos ocupa es producto del trabajo en diversas cantidades y grados de esfuerzo y conocimiento. Y según la cantidad de cada uno de estos componentes tenemos una inversión de tiempo y trabajo acumulado. Algunas mercancías pueden ser resultado del trabajo directo simple. Pero algunas sólo pueden diseñarse y fabricarse poniendo en acción el saber de mucha gente que pueda accionar las máquinas con las cuales se les produce. Estas diferencias nos permiten entender que algunas mercancías tienen poco trabajo y por ende poco valor, y otras mercancías no sólo tienen el trabajo directo de los obreros, tecnólogos y científicos que las elaboran, sino también recibieron la transferencia del valor del trabajo pretérito de quienes diseñaron las máquinas, las herramientas y los procedimientos con los cuales se produjeron. Incluso podemos decir que algunas mercancías tienen más valor pretérito que actual.
Transferencia de valor + fuerza de trabajo viva (que agrega valor) = mercancía que encierra valor pretérito y nuevo valor.

Estos hechos son fundamentales para comprender la forma como se paga actualmente el trabajo, lo cual es distinto de cómo se podría calcular el valor del producto, pues a los operarios u obreros directos se les suele pagar lo mínimo indispensable para que sobrevivan y se reproduzcan, dado que el propietario o los propietarios de las empresas no persiguen o contemplan el bienestar de los trabajadores como su objetivo, sino solamente la obtención de su utilidad o ganancia. Razones por las cuales preferirán siempre el trabajo de las máquinas que el trabajo directo. Las máquinas se pagan una sola vez, y tienen una mayor capacidad de incrementar el valor agregado que las personas.
Éticamente podríamos comentar que el valor que transfieren las máquinas constituye un patrimonio social que es producto de la historia del hombre, y por ende debería considerarse un bien común, es decir, que no se debería permitir que se lo apropiaran los dueños de las máquinas; o cuando menos que no se lo apropiaran del todo, pues algo de ese valor transferido puede corresponderles en razón de la inversión de su capital para adquirirlas. Pero este es un asunto que trasciende estrictamente el sentido técnico de la economía, y por desgracia nuestro mundo mercantil no opera acorde con principios éticos.
Si el valor de las máquinas se amortiza, todo es desde luego retorno del capital invertido. Pero aquí no hablamos de la reposición del costo de las máquinas, sino del valor que éstas entregan, por así decirlo, a las mercancías que salen de sus entrañas. Que es desde luego un valor mucho mayor que el costo de producción que tuvo cada una. Ese es precísamente el quid de la cuestión. Así como una persona que trabaja produce más valor del que se tuvo que invertir en su sustento y reproducción, las máquinas también transfieren más valor que el dinero que se invirtió en su compra. Pues al moverse estas máquinas despliegan el conocimiento, la tecnología, y el trabajo acumulado de varias generaciones que coagularon su esfuerzo en ellas.
Entendamos esto como el hecho de que una mercancía tiene entonces dos naturalezas o significados. Es un bien que sirve para satisfacer una necesidad. Y eso lo llamaron los economistas clásicos valor de uso. Nosotros lo simplificaremos diciendo que tienen una utilidad. Es decir, que sirven para satisfacer una necesidad, que puede ser alimentaria, espiritual o de vida, incluyendo en esto cualquier apetito que podamos tener. La otra naturaleza se refiere a la cantidad de trabajo que encierran, y que es lo que cuesta, pues todo el tiempo que hubo que invertir para producirla es algo que la sociedad tuvo que pagar o sostener. Y eso se expresa simplemente como valor. Una mercancía es entonces útil y expresión o receptáculo de valor.

Socialmente hablando eso conlleva una contradicción, pues las mercancías necesitan comprarse, y cuantas más máquinas se empleen, y cuanta mayor proporción de valor agregado o transferido le corresponda a la maquinaria empleada, menor cantidad de trabajo directo hará falta. Y eso quiere decir que en la medida que aumenta la automatización se reduce la necesidad de mano de obra. Sólo que las máquinas no compran, y eso quiere decir a su vez que la mayor capacidad de producción tiene como contraparte una contracción de las compras de productos. La automatización acarrea entonces una recesión, como se llama a la no venta de las mercancías.
Lo primero que hacen entonces los propietarios e impulsores de ese proceso es darles crédito a los ciudadanos para mantener el mercado. Pero el crédito se vuelve impagable cuando faltan los ingresos. Y los ingresos sólo pueden provenir del empleo o de la propiedad. Como la propiedad se concentra cada vez más, la situación de crisis se estanca y se perpetúa.
Es precísamente el crédito a los que dan crédito lo que gesta el segundo tipo de mercancías. Es decir, que así nacen los derivados que hoy son la mercancía más numerosa y abundante. Pero ya dijimos que esa es otra historia.
Resumiendo y repasando:
La mercancía que nos ocupa; es un bien físico que sirve para satisfacer necesidades. Y que es necesariamente producto del "trabajo vivo" y el "trabajo muerto" (pretérito) que también tuvo un costo e trabajo, suma a la que hemos denominado valor.


Sin embargo aquí dejaremos además anotado un elemento adicional. Quienes producen mercancías pueden venderlas por su valor total, es decir por el costo en trabajo directo y pretérito, y quedar a mano. Pero cuando el que vende quiere mejorar su condición de vida le suma al costo de producción una cantidad adicional para que su ingreso sea mayor que su inversión. De alguna manera eso constituye un pago por su espíritu de empresa y por su aceptación del riesgo.
Si la persona vive en una economía o segmento de la economía en donde lo que importa es satisfacer sus necesidades, esa suma adicional que le agregue al precio será razonable o comprensible, por ejemplo un cinco o diez por ciento sobre el costo total de producción de un bien. Generalmente es el caso de todas las economías locales y pretéritas. Pues son economías centradas en la satisfacción de necesidades y no en el lucro. Ahí los usureros eran la excepción.
Pero si el sujeto forma parte de la economía monetaria especulativa, o está contaminado por los valores de la acumulación que se convierte en el objetivo principal de ese segmento de la sociedad, entonces la suma adicional agregada al costo o valor total que implicó obtener la mercancía tenderá a equipararse a la tasa de utilidad de los que más ganan. Y entonces el precio podría ser muy alto. Aquí la distancia entre el valor total de una mercancía, y el precio al cual se venda llega a ser muy grande.
Se comprende entonces que una mercancía tiene valor, pero también tiene precio. Y el precio puede coincidir con el valor, ser ligeramente mayor o separarse del valor y alcanzar cifras desproporcionadas. Distingamos pues con claridad el valor del precio. Y recordemos que el precio puede sumar el costo de producción y una tasa media de utilidad, o una tasa desproporcionada de ganancias.
Y hagamos explícito también que un producto puede satisfacer mejor o a medias una necesidad. Pues si está bien hecho querrá decir que se adecúa a las necesidades para las cuales ha sido producido o confeccionado. Pero si está defectuoso o insuficientemente perfeccionado acorde con el fin para el cual se produce será una mercancía corriente.
Las mercancías pueden tener virtudes o defectos. Y cuando sabemos o conocemos bien las necesidades podemos establecer cómo deben ser las mercancías, o qué parámetros deben satisfacer las mercancías para atender bien las necesidades y expectativas de los consumidores. Esos parámetros o requisitos que deben satisfacer las mercancías las denominamos normas de calidad.
Cuando una mercancía cumple bien las normas de calidad se sitúa mejor en las preferencias de los consumidores, y entonces puede venderse mejor que otras mercancías que están destinadas a la misma necesidad.
Eso permite que unas mercancías se vendan más y otras menos. Pues compiten en calidad. Y cuando unas mercancías han sido producidas empleando de manera más eficiente los elementos que la componen pueden abatir sus costos de producción y alcanzar un precio menor. Y también compiten unas mercancías con otras según su precio.




Pero nadie debería vender por debajo del costo de producción a riesgo de perder valor o de transferirlo. Pasemos pues a analizar cómo se comportan las mercancías en ese receptáculo general donde circulan.

II. ¿Qué es el mercado?
Una reflexión desde el sentido común.
La sociedad moderna es un enorme espacio por donde circulan todo tipo de mercancías. Sin embargo se han producido mercancías desde tiempos inmemoriales. Por alguna razón, sin embargo, hoy cuando se habla de mercancías se piensa que todas las mercancías tienen la misma naturaleza o carácter. Y más precísamente se piensa, en un sentido vulgar, que detrás de la producción de una mercancía está siempre un empresario capitalista.
Pero esa idea no resiste al sentido común. Menos el análisis científico.
Produce mercancías un artesano que fabrica bolsas o pantuflas. Y no es necesariamente un empresario o un capitalista. Puede tratarse solamente de un modesto artesano, que compra él mismo sus pieles, las trabaja y las vende.
Produce mercancías un campesino que tiene un lote o parcela donde produce, además de una parte para el consumo de su familia y él mismo, algún otro producto para la venta. Tampoco es un empresario y tampoco es un capitalista.
Hemos encontrado sin embargo a quienes en un afán ideológico de extravío --en el que incluimos hasta investigadores, supuestamente formados en la academia-- que sostienen la tesis de que estos productores artesanales no se distinguen sustancialmente de los grandes empresarios capitalistas sino por la escala de su producción, pues viven un "capitalismo de los centavos".
Siendo rigurosos, empero, tenemos que admitir que se producen mercancías desde que el hombre tuvo que vender una parte de su producción para conseguir dinero, pues el dinero, que no es más que otra mercancía, es necesario para adquirir los bienes que no puede uno producir directamente.


El DINERO Tiene costo de producción y tiene valor de uso o utilidad
Debería ser obvio y claro que desde antes de nuestra era ya se producían mercancías. Es más, en el México prehispánico existían los profesionales del mercado, a quienes se denominaba pochtecas, gremio o clase sumamente apreciada por la función que desempeñaban al proveer de bienes a todos los ciudadanos. Recuérdese con cuanta enjundia se refería a ellos el historiador Bernardino de Sahagún al hacer la crónica sobre Tenochtitlan.

Por otra parte, si recuerdan ustedes la anécdota de Jesús en el Templo; es la del iracundo que expulsa a los mercaderes, de lo que él llamó, la casa de su padre. Pues sentía que era un lugar de oración y recogimiento espiritual. Pero en ningún momento los acusó de ser capitalistas.

Para que una mercancía exprese el carácter del régimen bajo el cual se la ha producido es necesario que se conjuguen varios elementos.

Hemos tenido sociedades que producen básicamente para el sustento o sobrevivencia. Y hemos ido avanzando hacia una sociedad en la que todos producimos algún bien o servicio, pero no podemos sobrevivir con nuestro solo producto, sino que obtenemos un pago por nuestro trabajo y adquirimos en el mercado los bienes necesarios.

En el caso de la sociedad capitalista se requiere, para que las mercancías tengan el carácter del capitalismo, que se cumplan con cuando menos tres condiciones o premisas.

A saber:
En primer lugar que la mercancía no sea producto del esfuerzo, la destreza y el trabajo directo de una persona, sino el resultado del trabajo de varios trabajadores que se coordinan para efectuar operaciones complementarias, que al completarse obtienen un producto o bien que es resultado de su acción colectiva.

En segundo lugar, es indispensable que el proceso haya llegado a un punto en el que se requieren sumas considerables de dinero para invertir en las herramientas y las máquinas, además de para contratar mano de obra --que ya no puede producir de manera independiente o individual--, y esas sumas de dinero se truecan o convierten entonces en una forma nueva del dinero, cuya función es precísamente la puesta en marcha de una empresa, es decir, la reunión de máquinas, herramientas y trabajadores, esa modalidad del dinero es precísamente la que se llama CAPITAL.

En tercer lugar, es también necesario que el o los propietarios de la empresa hayan adoptado la lógica de la acumulación, sustituyendo el propósito original de trabajar para satisfacer necesidades, por el nuevo propósito de acumular más capital a través de la generación de ganancias.



Sin estas tres premisas, puede haber muchas mercancías, pero no necesariamente capitalismo.

Y si dicho esto volteamos a ver nuestra sociedad, podemos atestiguar que existen muchos capitalistas. Incluso grandes y poderosos capitalistas. Podemos ver que quienes se benefician más de los mercados son ellos. Y podemos admitir incluso que el conjunto del sistema económico está básicamente al servicio de la clase que los agrupa.

Pero al mismo tiempo, necesitamos ser capaces de admitir que la mayor parte de los talleres mecánicos que existen por todo el territorio, en los que se reparan nuestros vehículos, son más próximos a una forma del artesanado que a una empresa capitalista. Debemos ser capaces de entender que los innumerables vendedores de mercancías de los tianguis, de los mercados populares y los pueblos y carreteras, son productores no capitalistas o comerciantes más parecidos a los pochtecas que a los empresarios modernos.

Debemos poder ver, en fin, que la mayor parte de los campesinos y los indígenas siguen produciendo acorde con lo que podríamos denominar la economía tradicional o natural, aunque se vean compelidos u obligados a vender parte de sus productos para obtener dinero.

Existen empresarios capitalistas en casi todos los ámbitos de la producción. Pero no todos los productores son empresarios capitalistas.





mercancíamercancía
mercancía
mercancía





Además, siendo un país o una sociedad en la que existen formas diversas de producir, tenemos que entender que un sistema económico no se compone de una sola forma de producción, y que a cada una de las formas existentes corresponde una manera o conducto de vinculación con el mercado.



Los campesinos pueden ser proveedores de los acaparadores o coyotes, como conocemos aquí a los que acaparan la producción de muchos productores privados independientes. Pero pueden ser también proveedores del tianguis semanal que se planta en el pueblo o cabecera una vez a la semana. En el primer caso suelen ser los coyotes o acaparadores los que aprovechándose de la necesidad de dinero que tienen los productores pueden pagar muy mal sus productos. En el segundo caso, cuando son los productores los que llevan sus mercancías al tianguis, ellos definen el precio al que venden, ellos regatean según la estimación del valor que le conocen, y ellos intentan no solo obtener a cambio otros bienes que no producen, sino también que al efectuar esos intercambios obtengan algún remanente o rendimiento adicional a lo que invirtieron en sus productos.

Eso no es capitalismo sino simple mercado. Y si no entendemos eso no podremos diseñar una estrategia de desarrollo.

En primer lugar porque resulta indispensable tener claro cómo producimos y cómo se caracteriza nuestra producción. Y en segundo lugar porque tenemos que poder desentrañar quienes se benefician más en las operaciones mercantiles y de qué manera, o siguiendo qué mecanismos.

Pues el desarrollo tiene lugar cuando el trabajo que desempeñamos nos permite obtener un remanente, es decir, cuando nos apropiamos del excedente o valor agregado que tiene el proceso económico en su conjunto. Sin esa apropiación no podemos invertir en la mejora de nuestras condiciones de vida y convivencia.

Pero visto el tema desde el lado de los empresarios tenemos que para ellos existen en el mercado materias primas, máquinas y herramientas, fuerza de trabajo de los que no tienen recursos para producir ellos mismos, y modelos de organización del trabajo. Con su capital financian conjuntos donde se conjugan todos estos elementos, en algunos casos comprándolo, y en algunos casos arrendándolo o pagándolo por tiempo. Esa es otra forma de vincularse al mercado.





Y aquí tengo que hacer una importante aclaración: Así como no todas las mercancías representan al capitalismo, no todo en el capitalismo es producto del interés y el egoísmo. Y más precísamente, el enfoque o sentido de los empresarios al vincularse al mercado, incluye también el espíritu de empresa, que en las condiciones de desarrollo tecnológico, y desde luego para poder responder al movimiento de las mercancías, constituye una virtud indispensable.

La empresa es algo más que la inversión de capital y la conjunción de los factores de producción. Es también la asunción del riesgo, es aceptar el reto que nos impone este vértigo en el que el hombre moderno se ha precipitado. Pues más allá de la esfera de la producción de cada artesano, o cada campesino, está el terreno de la competitividad, que no es lo mismo que la competencia. La primera es la búsqueda y el esfuerzo por poder vender en medio de muchos otros que buscan lo mismo, y en donde tienen ventaja los que mejoren su producto y lo obtengan con mayor eficiencia. Lo segundo es el acto de abaratar los precios por tres vías, o pagando menos a los trabajadores, o supliéndolos mediante la intensificación del empleo de maquinaria, o abaratando la inversión de capital.

Pero ojo, sin competitividad no hay empresa. Y sin empresa no se puede incursionar en ese gran mercado, pues sólo se llegará a él para ser barrido y perder dinero.

Y eso no es tampoco pecado. Pues no debemos construir organismos mercantiles que no sean capaces de asumir el espíritu de empresa.



Es pues necesario dejar claro que el problema no está en la producción de las empresas, ni siquiera en la obtención de una suma adicional a la invertida. Llamemos utilidad a la apropiación privada por parte de una minoría de esa suma adicional que se produjo entre muchos o socialmente. Y llamemos remanente a esa misma suma adicional cuando en lugar de que se la apropie una persona física o una sociedad anónima, se distribuya entre todos los que participan en el proceso de producción.

Esa es la gran diferencia.

La empresa, como forma de trabajo en la que se produce con normas de calidad, y se emplean de manera eficiente los recursos desplegados en la producción, para salir al mercado de manera competitiva, es la única forma de existir sustentablemente en el mercado. Y nada tiene eso que ver con el pecado del lucro ni con el egoísmo. Es parte del espíritu del hombre que busca mejorar su condición y ver rendir los frutos de su esfuerzo.

La apropiación privada del excedente de ese proceso es lo que constituye el verdadero problema, porque actualmente representa o ha provocado un crecimiento y una profundización de la pobreza, una crisis mercantil y una deformación de la economía en su conjunto que privilegia la utilidad del capital por encima de la distribución social de la prosperidad.






Pero tenemos todavía que citar otras dos formas de aproximarse al mercado. La de los comerciantes profesionales de hoy, y la de los capitalistas que no producen más que créditos para generar intereses. Los primeros se vinculan al mercado cumpliendo o efectuando la función de acaparar para surtir a los que transforman o a los que revenden. Los segundos son los que construyen el mercado financiero, es decir, el mercado en el que se ofrecen capitales a la venta o a la renta, y que solamente producen intereses y más capital.

Los comerciantes actuales también han evolucionado de manera muy contrastante. Los antiguos pochtecas se han contaminado del afán o apetito de los capitalistas que adoran la utilidad. Y al perderse paulatinamente los valores comunitarios de solidaridad, y al haber desaparecido la educación cívica sobre el bien común, que fue producto de la Revolución Mexicana, se gestó un egoísmo cínico, que ha instituido la práctica de comprar barato a los productores de bienes primarios, aún por debajo del valor de los productos, para vender caro, y apropiarse así del excedente y el valor agregado, sin haber hecho otra cosa que acopiar y revender.

Los estudios económicos recientes revelan que esta manera de funcionamiento de la economía ha instituido que el 90% de la población que produce, conserve solamente el 10% del ingreso monetario, y que entre el 10% de la población, que generalmente solo emplea, transforma o compra y vende, se concentre el 90% del ingreso monetario.

Producción del valor total a lo largo de la cadena y proporciones de distribución del valor



Y un país no puede prosperar si la mayor parte de su población, que trabaja, y trabaja bien, es cada vez más pobre, al mismo tiempo que el 10% extrae el excedente económico y ni siquiera lo invierte en la generación de nuevas plazas de trabajo, sino que traslada ese excedente a la esfera de las otras mercancías, donde se genera más capital, es decir, al terreno de la especulación dentro del mercado global.

Cómo, podrán respondernos, puedes plantear que les pagan sus bienes por debajo del valor que encierran. Nadie debería vender perdiendo. Pues así debería ser. Pero la explicación es muy sencilla: porque los campesinos no solamente producen para vender, sino que además producen sus propios alimentos para mantenerse, y si están comercializando una parte de su producción perdiendo valor es porque tienen necesidad de adquirir dinero para la adquisición de otros bienes que no pueden producir ellos mismos, tales como medicinas, instrumentos de trabajo o ropa confeccionada.



Los otros mercachifles, los que no producen nada, pero que están en el financiamiento de los acaparadores o los industriales, son los que comercian con puro capital siguiendo una lógica de acumulación, y no cumpliendo una necesidad de financiamiento.

El capital fue y es, en un sentido práctico y objetivo, una mercancía útil. Útil si la consideramos desde la perspectiva de valor coagulado en capacidad de pago o de compra de bienes para producir. Pues esa función financiera es indispensable para que la sociedad prospere. Y eso no tiene signo negativo o positivo. Lo que resulta de su empleo es otra cosa.

Pues el capital es dañino cuando su capacidad de financiamiento es ejercida solamente como crédito al consumo (tarjetas de crédito) o como forma de endeudar a quienes necesitan del crédito para seguir sobreviviendo. Pues entonces muchos, pero muchos, viven para pagar los intereses del crédito que tuvieron que emplear para cubrir necesidades básicas. Y son entonces cada vez más pobres.

Y el capital deja de ser una palanca para el bienestar cuando se le emplea para comprar mano de obra barata o materias primas a ínfimo precio, para transformarlos en bienes que se venden luego más caros, como si se hubiera pagado lo justo por la mano de obra y las materias primas, y luego se embolsa el propietario del capital todo el excedente.

Por eso el cooperativismo mexicano no se ha opuesto a la existencia del capital, sino a la concentración del mismo y a su subordinación a los intereses de unos cuantos.

Esos capitales, hoy característicos de la banca en su conjunto, con excepción de muy pocas instituciones de la Banca de desarrollo, sustraen dinero que representa el excedente producido por la sociedad en su conjunto en la esfera de la producción, y se lo llevan como utilidades del capital a sus casas matrices, que no están en México.

Estos comerciantes de dinero no cumplen una función estrictamente necesaria, pues no financian la producción de riqueza, y están centrados, dedicados, a extraer el excedente que el país genera.



Pero lo paradójico es que quienes formulan las cuentas nacionales consideran la operación de los bancos como si estuvieran aportando al Producto Interno Bruto, en lugar de restar a las cuentas nacionales la suma del capital que se llevan al exterior. Salvo los salarios pagados a sus empleados, más el impuesto al valor agregado que pagan de impuestos, todo el resto es extracción de capital y pérdida para la economía.


La utilidad bancaria no aumenta el producto nacional, por el contrario resta valor al mismo

Y lo más trágico y paradójico es que la política actual sigue proponiendo que venga capital extranjero a financiar el crecimiento económico. Por inaudito que parezca así es como estos economistas actuales hacen cuentas.

En fin, hemos ido más allá del tema que queremos exponer, con estas últimas reflexiones.

Resumiendo:
Se puede producir en diversas formas o maneras. Una es como productores privados independientes, que venden sus bienes por su valor o con un precio por debajo del mismo. Otra es como empresas donde se agrupan muchos trabajadores que coordinan sus operaciones, acorde con una norma de calidad, para entrar al mercado de manera competitiva y con carácter rentable (con un precio por encima del valor total producido).
Existen pues varios tipos de productores, o dicho aún más claro, existen varias formas de producción en la sociedad, y por lo mismo los bienes que entran a la circulación no pueden verse como expresión de una sola de las formas de producción, en este caso del capitalismo.

Y existen varios tipos o casos de comerciantes. En primer lugar los que venden su propia producción. Los que cumplen la función de acopiar y distribuir; los que se aprovechan de esa función para esquilmar a los productores, y los que se dedican a prestar dinero con el único objeto de extraer utilidad a la sociedad en su conjunto para remitirla al extranjero.






III. Luego entonces existen varios tipos de mercado
O sobre por qué el mercado no es sinónimo de capitalismo pero el capitalismo sí es capaz de dominar todos los mercados.
Los tianguis, esas largas filas de puestos donde cientos de pequeños comerciantes venden verduras, frutas y bienes básicos, tienen generalmente en el campo mexicano un carácter campesino. Es decir, son los campesinos que produjeron esos bienes los que acuden a cambiarlos para poder acceder a otros bienes que ellos mismos no producen. Ahí lo que existe es, en cierta forma, un intercambio de equivalentes, es decir, un trueque entre valores semejantes. Nadie pierde valor, todos adquieren otros bienes de consumo.
El valor de A es comparable al valor de B, y así sucesivamente.


Pero en los tianguis se fueron introduciendo puestos de comerciantes que no son productores locales sino agentes mercantiles de empresas que participan en la economía local. Así encontramos a la marchanta que vende huevo orgánico de sus gallinas, y al agente o comisionista mercantil de los productores industriales de huevo de Tehuacán; que incluso vende más barato. Aunque su huevo contenga hormonas, pesticidas, fertilizante, antibióticos y alimentos balanceados que comieron sus gallinas.
Tenemos también al vendedor de herramientas chinas, que tiene en su tendido pinzas, desarmadores, llaves, martillos, pero que puede incluir incluso azadones, zapapicos, barretas y todo género de instrumentos para la construcción, además de las herramientas más comunes para la carpintería, los trabajos de electricidad o las reparaciones de electrodomésticos. Ese, desde luego, no representa a la economía local, si bien podríamos considerarlo como un comerciante que cumple una función útil.
Tenemos luego a los que venden productos industrializados, como artículos de tocador como se llama a los jabones, lociones, shampoos, y similares; y a los que venden productos naturistas, generalmente de pequeñas empresas regionales que han rescatado el conocimiento tradicional para manufacturar remedios para diversos males, o complementos alimenticios para la salud preventiva.
Y finalmente tenemos incluso a los que venden total o parcialmente bienes de consumo básico importado, desde manzanas de California hasta arroz de Vietnam o Filipinas.
Ciertamente un tianguis de nuestra provincia es un ejemplo de cómo se entrelazan en el mercado los productos de las más diversas formas de producción. Pero lo interesante en este caso es ver qué ocurre detrás de las operaciones mercantiles que ahí tienen lugar. Y cuál es el carácter que en este caso tiene el Tianguis de provincia.



Lo más distintivo es la función que ese lugar cumple. Siendo breves digamos que además de un espacio de intercambios es un lugar de convivencia, comunicación, noticias y aprovisionamiento. Forma parte de la vida local, no la altera, no la destruye, se acopla a su ritmo y hasta asume su misma naturaleza. Es un tianguis de la economía local, es decir, de una economía que no está aislada del mundo, literalmente, sino que forma parte de él. Pero ahí el mundo no asiste para destruir lo que hay, sino para aprovechar su existencia.
Los importadores de arroz vietnamita ciertamente dañan la economía local al traer arroz más barato, pero eso es posible porque el bajo ingreso de los pobladores los lleva a consumir un producto más accesible en razón de su ya perpetua caída en los ingresos totales. El arroz local deja de producirse ante el embate de un producto de precio menor. Pero se trata de un fenómeno de competencia e incompetitividad.
Algunos países han optado por subsidiar esos productores locales para protegerlos de las importaciones. Pero eso es posible cuando el país es rico, o cuando puede tomar ingresos de otra parte para defender esa producción local. Lo ha hecho Francia para mantener un subsidio mayor a la soya de lo que pone el gobierno norteamericano para subsidiar a sus productores del mismo bien. Lo ha hecho Japón para proteger a sus productores de arroz. Y no lo ha podido hacer México para el caso de muchos productos, como el frijol, el arroz, el trigo, desde hace muchos años, porque el renglón principal del gasto público es el pago de deudas, y lo que subsidia con un presupuesto menor es la comercialización de productos básicos a los comerciantes, además de la producción de maíz a través del PROCAMPO.
Monto de la población de Estados Unidos.
Número Total de los productores agrícolas de Estados Unidos
Ingreso objetivo con instrumentos del sistema federal (almacenes, certificados de depósito, cobro de certificados en banco, pago de diferencia)
Monto de población en México.
Número total y proporción de los productores agrícolas en México.
Apoyo del PROCAMPO, y demás subsidios.
Saldo comparativo de los esquemas de subsidios existentes en Estados Unidos y México.
El productor de huevo orgánico puede experimentar algo semejante a lo que ocurre con el arroz importado, es decir, que pueda seguir vendiendo en vista de su calidad, pues siempre habrá quien prefiera pagar el doble siempre y cuando se trate de huevos con sabor, y sin sustancias que todo mundo sabe que son dañinas.
Ambos agentes extraños a la economía local, el vendedor de arroz filipino o vietnamita, y el vendedor de manzanas de California, son los tentáculos últimos, las puntas del pulpo trasnacional que coloca mercancías baratas en un mercado distante para extraer valor hasta los resquicios últimos de la economía local en todos los rincones del planeta.
Y al proceder así ese agente foráneo en un pueblo perdido en la geografía, incluso termina transfiriendo dinero a los proveedores del productor lejano con el dinero captado en los millardos de tianguis a donde lleva sus alimentos chatarra. Es decir, que el modesto habitante y productor de un poblado perdido termina transfiriendo parte de su trabajo a los fabricantes de fertilizantes, de alimentos balanceados, o de transgénicos que alimentaron a gallinas o puercos o vacas en otra parte, o a monopolios de semillas que surtieron a las empresas productoras de arroz, animales o frutas a miles de kilómetros de distancia.
En el mercado local, finalmente, o para redondear su descripción, no tiene mucho sentido la economía financiera o de bancos, pues la gente no ahorra siempre en dinero, dado que es usual ahorrar en animales, en tierras, en metálico o simplemente en efectivo. Y cuando la necesidad es más urgente que la velocidad de conversión del ahorro en efectivo, o que el monto ahorrado, se recurre al prestamista. Pero el prestamista no es un empresario ni un capitalista. Es simplemente un usurero. Es decir, un dueño de dinero que presta a altas tasas de interés, dependiendo de la necesidad de sus víctimas. Y ha existido desde hace siglos.
Ahí no se agota la explicación del mercado. Pero es a partir de ahí que se construye u organiza otra de sus dimensiones.
Sobre esa base de los mercados locales, o comunitarios, se cimienta un mercado regional, donde observamos que también concurren empresas transformadoras de bienes locales. Empezando por los que venden aceite, mermeladas y conservas, embutidos nacionales, jamones, chorizos, miel, piloncillo, azúcar, aguardientes, huaraches, sombreros, gabanes, ropa bordada o regional, algunos zapatos y botas de trabajo, café en grano o molido, carne seca o salada, pescados y mariscos, carne de vacuno o de chivo, aves, objetos y utensilios de barro, peltre, aluminio y plástico. Todos objetos mayormente producidos en las ciudades o sus inmediaciones próximas a los mercados locales o tianguis.
En este nivel del mercado los bienes se intercambian generalmente por un precio que expresa su valor total y una ganancia media, es decir, por el tiempo de trabajo total invertido en su producción (incluyendo trabajo pretérito y directo), más el promedio de la utilidad regional.
Y aquí resulta muy importante subrayar que esta esfera del mercado --que no ha desaparecido-- fue durante mucho tiempo la esfera principal o predominante en todas partes, en todo el mundo occidental. Y fue la base de las reflexiones que hicieron los economistas clásicos. Por lo que sus reflexiones, análisis, tesis y diagnósticos, tienen una vigencia relativa o relacionada a lo que hoy son los mercados regionales.
Ahí se compite a través del precio, y en consecuencia cada productor busca producir más barato, aprovechando de manera óptima los recursos de la producción para abatir sus costos, pero cuando el precio resulta de una competencia entre oferentes dentro de un mismo mercado, donde venden más los que combinan mejor una norma de calidad con un precio total menor.

Como la mayor parte de los que venden en esa esfera del mayoreo y la región son empresarios, todos y cada uno buscan modelos de organización empresarial que se traduzcan en mayor utilidad. Algunos consiguen materias primas más baratas, otros imponen salarios más bajos, unos más encuentran cómo no pagar impuestos, y todos buscan cómo presentar su producto como mejor que el de los otros competidores.
Las mercancías tienen un promedio desigual de valor, y entonces cada empresario obtiene un margen menor o mayor de utilidad, aunque la competencia tiende a nivelar un promedio de ganancias.
En ese ámbito, sin embargo, se realizan operaciones mercantiles de dimensión considerable. Se compran cosechas enteras de una región, o se paga por anticipado el producto de un conjunto de productores, y se inician las operaciones de mediana escala donde las sumas de capital de algunos empresarios no siempre alcanzan la dimensión de su actividad. Por eso ahí operan los dueños del otro tipo de mercancía, es decir, de los que prestan capital.
Los que prestan capital han estado captando dinero, pero han institucionalizado su circulación a determinadas tasas de interés. Y el caso de México es muy ejemplificativo tanto de la enorme necesidad de financiamiento que tienen nuestras economías regionales, como de la escases de ahorro de los empresarios que operan en esa dimensión de los mercados.
Cuando la necesidad provoca una gran demanda, el que tiene el dinero puede encarecer su servicio u otorgamiento de crédito. A nivel internacional las tasas promedio de interés no rebasan un dígito, es decir, son menores a un diez por ciento anual. Pero la ausencia de ahorro y la enorme demanda provocan aquí en nuestro país que las tasas de interés sean generalmente mayores a 3% y hasta un 7% mensual, dependiendo de la fuente, el monto y la solvencia del deudor o necesitado.
Este fenómeno encarece terriblemente el capital, pero además tiene un impacto en todas las cadenas productivas, pues quien emplea capital prestado para efectuar sus operaciones tiene que imputar el costo total de su operación al precio de venta de los bienes que comercia, o de los servicios que ofrece.
Y entonces resulta que al pagar un bien o servicio dentro del mercado regional estamos pagando, al mismo tiempo, el costo del capital que lo financió, a tasas mucho más altas a las que tienen lugar en la economía de los países desarrollados.


Por eso es más caro comerse aquí un taco de harina de trigo nacional que un taco con harina de trigo importada. Pues el trigo es menos subsidiado aquí que en Estados Unidos, por ejemplo, pero además aquí al pagar el taco nacional estamos pagando el crédito bancario caro que recibió el productor mexicano. Y en cambio el exportador norteamericano de tortillas de harina o de trigo, además de recibir mayor subsidio, tiene la ventaja de competir contando con bodegas que le reciben su cereal y le entregan certificados de depósitos que él puede utilizar como instrumentos de crédito descontables en cualquier institución bancaria.


En términos generales –y eso lo he visto en varios países semejantes al nuestro—los bienes nacionales terminan siendo más caros en su lugar de producción que en el mercado global.
He constatado personalmente casos de este diferencial de precios entre países metropolitanos y países así llamados en desarrollo. Hace pocos años estuve en un viaje en el que tuve que permanecer unos días en Grecia y luego en Alemania. Y el jugo de naranja, de naranjas griegas, era 50% más caro en Grecia que en Alemania. Hoy, es más cara la gasolina mexicana en México que la gasolina en Estados Unidos. Es más cara la manzana mexicana en México que la manzana mexicana que se pudiera comprar en California, porque además allá también se producen manzanas.

Redondeando lo que es el funcionamiento de los mercados regionales diremos:
En los mercados regionales sigue imperando el intercambio de valores, es decir, la competencia de mercancías en base a su precio. Y en consecuencia, ahí cada productor, cada empresa, busca financiarse con el más bajo costo de inversión, combinando los factores de producción de la manera que sean más eficientes para bajar sus precios. Pero todo el proceso se rige por la sumatoria de los precios totales de los insumos, la mano de obra y el pago del capital.

=Precio final para la competencia regional o en el mercado regido por la ley del valor
La dimensión de las operaciones sin embargo no cesa, ni la velocidad con que el mundo se vincula a través de las operaciones mercantiles. Y a partir de ese movimiento de bienes y servicios en la economía que se rige por la ley del valor, va surgiendo otra dimensión que tiene mayor apetito o voracidad de acumulación que la que permite el intercambio de valores.
Ya en la sociedad de las mercancías se ha gestado la ley de oferta y demanda. Pues nadie produce si no existe un conjunto de personas que demanden el producto respectivo. Y nadie invierte en la producción o distribución de bienes de los que no se conoce su necesidad y mercado, como demanda solvente.
El capital puede entonces introducir una modalidad nueva. Compra aprovechándose de la necesidad de metálico o dinero de los oferentes. Y como ya hemos visto muchos de los productores producen parte de sus propios alimentos, el comprador puede entonces pagar menos de lo que vale cada mercancía.
Y si el productor recibe algún subsidio o conjunto de subsidios, el comprador puede entonces establecer un precio menor de compra, apropiándose así del subsidio que reciben los productores.
Se llega de esta manera al mercado que se desentiende del valor de las mercancías para determinar el precio. Y ahora los intercambios pueden responder solamente a la oferta total de cada bien, y a la demanda total del mismo. Los monopsonios, como denominamos a los que acaparan en este nivel del mercado la compra de productos, compran barato. Los productores pierden.


Los precios se separan o distancian del valor real de las mercancías
Los capitales compiten entre sí, y al descubrir que la producción no puede aumentar su productividad al mismo ritmo que la circulación de dinero y de capitales, éstos instituyen un nuevo mecanismo, donde el vértigo contribuye a un número mayor de ciclos de rotación del dinero que se apartan del ciclo de producción. O dicho en otras palabras, el ciclo de inversión de dinero se separa del ciclo de producción de bienes y servicios. El capital quiere invertirse y recuperarse rápido. Pero la producción no puede seguir ese ritmo pues depende del tiempo de producción de las materias primas.


IV Cómo se vinculan los diversos mercados, o cómo funciona el mercado global
Donde efectivamente domina el capitalismo, pero sin conferir su carácter al resto

Existen productos que no pueden fabricarse totalmente en la esfera local, pues su naturaleza descansa en la conjunción de partes o componentes que solamente pueden conseguirse o reunirse sumando productos originarios de muchos lugares distantes. Una televisión, por ejemplo utiliza pantallas de vidrio fabricado con una arena especial, y este puede venir del cauce del río Laja que cruza el sur de Guanajuato, con tableros impresos de circuitos fabricados en Hong Kong o Malasia, con un cajón de plástico vaciado en California, unos transistores de manufactura Taiwanesa, y cables que se importan de Italia. Por inventar un ejemplo.

Así también automóviles Mercedes que conjugan monoblocks fundidos en Alemania, con pistones suecos, pieles de África para los asientos, pasta de coco de la costa del Pacífico mexicano para rellenar las cabeceras de los asientos, espuma plástica para los mismos asientos de manufactura brasileña, llantas de manufactura canadiense aunque de patente alemana, partes electrónicas fabricadas en Alemania, y muchos otros componentes de diez o veinte orígenes diferentes.

Cada uno de estos autos será producto del mismo consorcio, pero cada una de sus mercancías es producto de un mercado global. Incluso el capital que se emplee en el financiamiento de todo esto conjuga la aportación de Chrysler, que es de origen norteamericano, con Daimler Benz que es capital alemán.

Sin embargo, aunque se juntan bienes con orígenes diversos para obtener un producto privado independiente, no se paga cada bien acorde con su costo de producción, y ni siquiera por su valor total. Al fabricante de pantallas sí se le paga acorde con la calidad de su producto según normas que se actualizan frecuentemente, pero a los que extraen la arena sílica para fabricar la pantalla se les paga lo menos posible. Y de la misma manera, a los fabricantes de llantas de la empresa alemana establecida en Canadá se les paga acorde con el precio internacional estándar de las llantas, pero al productor de caucho que surtió a esa planta se le paga mal, poco, como si su bien fuera de una menor calidad o de un costo de producción menor al real.
Al productor de pasta de coco se le puede dar una suma irrisoria por sus entregas, aunque al fabricante de computadoras de automóvil que se arman en la planta de Alemania se le pague muy por encima de cualquier otro productor en escala planetaria.
De tal manera que una de estas mercancías representa una transferencia de valor de muchas partes hacia los países donde el nivel de salarios es más alto, pero también con una transferencia de valor hacia el monopolio que produce cada uno de estos bienes finales que suman las entregas de todos los proveedores de partes.

Veamos un ejemplo:
"Durante décadas el estado de Sonora (en México) ha sido vinculado, con razón (climática y geográfica), a la producción ganadera. Si bien en los últimos años la producción de carne ha enfrentado fuertes avatares al ser una de las actividades más afectadas por la apertura comercial, la explotación de bovinos se mantiene como una de las más relevantes al incorporar a 8,646 productores rurales, ocupar 87% del territorio productivo en la entidad y aportar casi 40% del valor total de la producción pecuaria (del Estado mencionado).

1. Una buena parte de estos bovinocultores proviene del sector social. Son pequeños productores, antiguos habitantes del somontano y la zona serrana, que hace 50 años dejaron, por motivos diversos, sus prácticas tradicionales de subsistencia y reproducción para especializarse en la cría de becerros para exportación y formar parte así de una cadena agroindustrial que se inicia en nuestro país y culmina en las engordas de la Unión Americana. Actividad muy lucrativa que entre 1992 y 1997 generó una derrama en divisas del orden de los 448.64 millones de dólares.

2. La producción de estas unidades campesinas se caracteriza por su elevada dispersión geográfica y atomización; por tanto, para ser exportada e integrada al proceso productivo norteamericano, primeramente debe ser concentrada en lotes homogéneos. Esta labor que por lo general es realizada por agentes económicos llamados coyotes, comisionistas o intermediarios, se sostiene en una red de relaciones económicas, sociales y patrones culturales que influyen para que el poquitero o pequeño ganadero, entregue al comisionista un producto, el becerro, que después de pasar la etapa más crítica de su evolución biológica será incorporado a nuevas fases productivas, menos riesgosas y con mayor aporte de ganancias para los productores que las realicen."

Del ejemplo que tomamos en los párrafos anteriores nótense los siguientes hechos:
1. Se producía carne para el abasto nacional, pero la apertura comercial, es decir, la desaparición de las fronteras económicas que conllevó la globalización, modificaron sustancialmente el comportamiento de los mercados, y ahora se cría a los becerros, pero se los exporta para engordarlos en Estados Unidos. Siendo la cría temprana de los becerros la parte más riesgosa y crítica de la cadena agroindustrial de la carne en su conjunto.
2. Esa exportación representa casi el cuarenta por ciento del valor de la producción pecuaria y ocupa el 87% de la superficie productiva del Estado más grande de la Federación Mexicana.
3. Los productores son parte del sector social, es decir, productores que no producen como empresarios, sino como productores diversificados que producen una parte de sus propios alimentos y una parte para vender. Algunos de estos productores perdieron su carácter campesino al especializarse en la actividad de producción de becerros y pasando a depender del mercado para obtener el total de su ingreso y adquirir en el mismo mercado sus satisfactores de vida.
4. Esa cadena de producción que se inicia en Chihuahua, México, se continúa en Estados Unidos, donde se engorda al ganado para procesarlo en rastros y convertirlo en cortes que se venden en el mercado global, incluyendo naturalmente a México, siendo estas etapas posteriores, es decir, la engorda, el rastro, el corte y empaque, actividades muy lucrativas, que agregan una cantidad de valor mayor a la cría inicial de los becerros.
5 Ese ganado, que originalmente se produjo en México, retorna a México en forma de cortes pero a un precio cinco o diez veces más alto que el kilo que originalmente se exportó en pie.
6 La explicación para este fenómeno económico comienza en el hecho de que los criadores de becerros están dispersos en un territorio extenso, y a que no tienen vínculo alguno entre sí, pues cada uno de los mismos vende sus becerros a un acaparador, que a su vez entrega al monopsonio que concentra la producción de la carne de exportación del Estado de Chihuahua.
7 En Estados Unidos tienen lugar las fases más productivas de utilidad y de menor riesgo.
8 Si lo viéramos en términos de valor y distribución del mismo podríamos resumir el asunto diciendo que en México se cubren los mayores costos y se obtienen las menores utilidades en una cadena de producción que nace aquí y culmina parcialmente aquí, pero con utilidades mayores para los norteamericanos.
Se trata solo de un ejemplo. Pero que se repite, con singularidades y matices, en casi todas y cada una de las cadenas de producción que tenemos en México.
Veamos someramente el caso del café siguiendo el trabajo de algunos especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana y el Tecnológico de Monterrey.
Dice Nuria Jurado, de la UAM, "Si se toma en cuenta que la mayor parte del café producido en nuestro país es de exportación, esto de acuerdo con las cifras de la Organización Internacional del Café (ICO por sus siglas en inglés) entonces México exporta aproximadamente 70% de su producción, por lo que el estudio de esta última reviste relevancia."
Citando a la Secretaría de Agricultura continúa esta académica: "Para México, el café representa una actividad estratégica; emplea a más de 500 mil productores, en cerca de 690 mil hectáreas de 12 entidades federativas y 391 municipios; involucra exportaciones por 897 millones de dólares/año y es el principal productor de café orgánico del mundo destinando a ésta el 10% de la superficie; además, vincula indirectamente a cerca de 3 millones de personas y genera un valor en el mercado de alrededor de 20 mil millones de pesos por año (Sagarpa, 2014)."
"Antes de comenzar a aclarar cuáles son los espacios en los que se desenvuelve la producción de café en México --dice Nuria-- me interesa definir un término que se utilizará a lo largo del presente texto y éste es el de pequeño productor, que hace referencia a: …Agricultores familiares, los pequeños productores de café son pobres, mayoritariamente indígenas y trabajan huertas muy pequeñas, de entre media a tres hectáreas, que combinan con cultivos alimentarios de autoconsumo. Sin embargo, al mismo tiempo son exportadores y por tanto globalizados (Jurado y Bartra, 2012:182)."

Sigamos a Nuria, porque como se verá enseguida, su descripción del proceso nos permitirá obtener nuevas conclusiones:
"…el cultivo de café tiene entonces la característica de que para poder ser consumido requiere de un proceso especial dividido en dos partes que se conocen como beneficio húmedo y beneficio seco; el primero implica la separación de la cáscara húmeda y mucílago que recubre a la semilla inmediatamente después de ser cosechada, posteriormente es necesario el proceso de fermentación que dependiendo del clima puede durar de ocho a 24 horas, más adelante se procede al secado de la semilla, para luego pasar a la siguiente etapa conocida como beneficio seco. Esta última corresponde al proceso industrial en el que la semilla seca de café se separa de la cascarilla y queda como lo que se denomina café verde, es decir listo para su tostado, molido y venta.

"Tanto en el beneficio húmedo como en el beneficio seco hay diferencias significativas en lo que respecta a la producción campesina y la producción comercial; en la primera el proceso de beneficiado húmedo queda en manos de la familia campesina en su totalidad mientras que en el caso de la producción comercial, muchas veces este proceso lo llevan a cabo pequeños intermediarios. Pero la diferencia más significativa radica en el beneficio seco, ya que los pequeños caficultores a menos que estén organizados, difícilmente poseen la maquinaria para realizar el proceso industrial necesario, lo que coadyuva para que esta etapa quede en manos principalmente de comercializadores como Agroindustrias Unidas de México S.A. (AMSA) que retienen los excedentes generados.

"La otra parte del proceso es la torrefacción o tostado y molido del café para poder ser ofrecido al consumidor final, es justo en esta etapa donde intervienen la mayor parte de los intermediarios, minoristas y los especuladores, el papel del pequeño productor va quedando desdibujado a lo largo de este proceso que reviste enorme importancia por ser en donde se definen los precios del aromático.

"Como ya se ha comentado el café mexicano es un producto preponderantemente de exportación, esto aunado a su alta valoración en el mercado internacional permite que su precio sea fijado en la bolsa de valores, en donde es sujeto de especulación.

"Lo que interesa resaltar en este apartado es que el café mexicano comienza cotizando con desventaja en la Bolsa de Valores, espacio en el que sin embargo los pequeños productores cafetaleros, poco o nada intervienen. En este sentido los espacios de la producción cafetalera abarcan desde la parcela, el proceso de transformación entre la mano de obra familiar y la industria, y los espacios de comercialización propios de la torrefacción y la cotización. Esta imbricada cadena implica que mucho del excedente se queda en quienes tienen los medios para manejar el proceso industrial y comercial que las más de las veces son grandes trasnacionales como Nestle y AMSA entre otras.

"Este contexto coloca a los pequeños productores de café en una desventaja bastante clara y los ubica en un espacio de desigualdad importante porque quedan excluidos de las etapas en donde se genera la mayor parte de los excedentes, esto no ha pasado desapercibido para los pequeños caficultores de nuestro país, que si bien viven, como ya se ha comentado en la aparente contradicción que implica ser campesino y al mismo tiempo estar involucrado en un cultivo de exportación, es justamente este hecho en donde en realidad radica su fuerza."
Y hasta aquí Nuria. Procedamos ahora a agregar nuestras observaciones.

Empecemos por subrayar que esa cadena de producción representa un valor de mercado de más de veinte mil millones de pesos al año. Pero que la mayor parte de ese valor es generado no en el cultivo, la cosecha o los beneficios húmedo o seco, sino en el tostado o torrefacción, el molido, el empacado, y en la distribución final.
Destaquemos luego que los productores, que son más de medio millón de campesinos, y que representan a millones de personas que integran a sus familias, perciben un ingreso insuficiente de su café para cubrir sus necesidades, pues su superficie es de pocas hectáreas y tienen que realizar muchas otras actividades para reunir su gasto o satisfacer sus necesidades.
Repitamos que, como dice Nuria, la participación de los campesinos se va desdibujando, es decir, va desapareciendo, conforme se avanza en la cadena de transformación y distribución del producto.
Y recordemos, además, que los precios finales del café vendido al mayoreo o a la exportación, según lotes, que es la medida internacional de comercio de este bien, no se fija por sus costes de producción, sino según referencia en bolsa. Es decir, según oferta y demanda que tiene lugar en una institución que se localiza en Nueva York, donde no se produce absolutamente ningún café.
El hecho resulta por demás dramático, si, como podemos ver enseguida, la SAGARPA reporta que de la exportación total de café, tres cuartas partes se envían fuera del país como café verde. Es decir, sin la proporción del valor agregado más importante.
La conclusión es clara e inobjetable: en la producción del café, tres cuartas partes del mismo se van vendidos a bajo precio para agregarle valor fuera de México, y representando ese hecho una fuente de valor y acumulación de capital para los comercializadores e industriales del ramo que son extranjeros o trasnacionales.

En 2012, SAGARPA incluyó el siguiente cuadro en un estudio sobre el café mexicano:
Datos Básicos del cultivo de Café
Superficie sembrada en 12 estados (miles) Ha 760.4
Superficie cosechada (miles) Ha 687.7
Composición de la % 97% Producción superficie arábigo y 3% robusta
Rendimiento (café cereza) Ton/ha 1.86
Producción anual de café cereza (miles) Ton 1,285.8
Sacos de café oro, beneficiado o verde de 60 kg Miles 4,286.1 Nacional (2011/12)
Quintales de café oro, beneficiado o verde (45 kg) Miles 5,590.5
Valor de la producción (millones) $ 6,806.9
Número de productores (80% zonas marginales , 66% indígenas) Miles 542.2
Productores de café orgánico % 7
Estacionalidad de la producción % El 66% se obtiene enero a marzo
Quintales comercializados ciclo 2011/2012 Miles 2,524.8 ó l / l ) d k

Comercio
Exportación ciclo 2011/2012 ( Miles) Sacos de 60 kg 3,375.0
Valor de exportación (millones) Dólar/pesos 875.9 / 11,647.2
Consumo per cápita Kg/anuales 1.43
La composición porcentual de la exportación en: Café verde 76
Industrializado 23
Tostado y molido 1

¿Cómo es posible podría preguntarse, que un bien que se produce en México define su precio a miles de kilómetros de distancia, donde no se produce nada de café? ¿En base a qué?

Trataremos de dar breve respuesta.
En el mercado global los bienes no se venden por el valor que encierran, sino solo y exclusivamente por la relación entre la demanda que existe por ellas y la oferta correspondiente. Y el café es una mercancía global, es decir, que se oferta (en el caso mexicano hasta en un 76 por ciento de la producción total) al mercado externo. Como además de nosotros Brasil, Colombia, África, Vietnam, y otros países también ofertan, la suma de los lotes de café lanzados al mercado se confronta con el consumo mundial conocido. Si esa oferta rebasa el consumo del ciclo anterior, el precio baja, y si esa oferta no alcanza a proveer la expectativa de consumo, el precio sube. Y el costo de los productores no cuenta para nada. El que está pendiente del precio y de retirarlo de la circulación, o de aumentar su entrada, es el comerciante. Desde luego el comerciante de bienes globales. Y como ese café ya se pagó al productor, el que puede ganar mucho, o ver que su utilidad se reduzca, es el mismo comerciante.
Estoy hablando de comerciantes en grande, desde luego.

Por desgracia existen economistas que sostienen que el precio final del café es una transformación del valor original, y ven en ese fenómeno de la venta global una injusticia. Pero estrictamente hablando tenemos que reconocer que la porción o proporción mayor de valor del producto final, tostado, molido, cafetereado, se agrega después de que abandona nuestro territorio. Luego entonces de lo que se trata es de completar aquí el proceso de transformación, es decir, del tostado, molido y empacado.

De esa manera los millones de productores que están involucrados en la producción cafetalera nacional verían incrementado su ingreso. Y además, como también se ha visto en el cuadro de SAGARPA, o como lo dice Nuria, somos los principales productores de café así llamado orgánico en el mundo, lo cual nos otorga una ventaja competitiva que se traduce en el doble de precio, pues los demás países se han centrado en producir buen café, pero sobre la base del paquete convencional de la agricultura tecnológica donde se emplean fertilizantes químicos, plaguicidas, y todo género de venenos que alteran los ecosistemas. De hecho estamos en proceso de sustituir progresivamente la producción de ese tipo en México, y de convertir toda la superficie nacional en una agricultura orgánica.

No nos detendremos a detallar el funcionamiento de la bolsa de café. Pero debo mencionar que es parte de la economía de mercancías donde predomina lo intangible, pues más del noventa por ciento de lo que ahí se vende nunca llega a ser retirado del punto de venta. Muchos, pero muchos capitales acuden a prometer una compra, pagan una cuota por anotarse en la fila, y cuando el precio sube revenden su derecho de compra. Y cuando el precio baja se apresuran a deshacer su compromiso. Y así opera la mayoría. Y para prometer sus compras adquieren créditos. Y para ser solventes y creíbles apalancan o garantizan esa solvencia futura. Y se multiplican de esta manera los derivados y capitales que ganan o pierden sin haber producido nada, más que promesas e ilusiones. Pero ganan desde luego mucho más que los productores que sembraron el café, que lo beneficiaron y lo encostalaron para mandarlo al mercado global.

Volvamos ahora sobre la frase final de la cita de Nuria: el campesino diversificado mexicano produce como campesino y al mismo tiempo está vinculado al mercado mundial, y esa es su fuerza. Compartimos la idea. Y nos explicaremos.

Es su fuerza porque puede proceder o vivir como un productor que no depende del mercado para abastecerse de sus alimentos básicos, al mismo tiempo que una parte de su producción va al mercado local, o regional o global. El mercado local le representa la posibilidad de intercambio por otros bienes que él no alcanza a producir; el mercado regional le abastece de bienes industriales; y el mercado global le represente una oportunidad. Pero requiere reglas, normas y prácticas mercantiles que tiene que adoptar, y que implican una compleja capacitación para llegar hasta ese mercado global, porque la manera como hoy participa, generalmente favorece nadamás a los coyotes o intermediarios, a los monopsonios y a los especuladores.

Concluyendo necesitamos dejar escrito que ni los productores de ganado de Sonora, ni los productores de café, son capitalistas, ni producen como parte del sistema capitalista. Son sí, productores que se insertan en el mercado global, y que el capitalismo empresarial aprovecha para obtener grandes utilidades. Pero el hecho de que su ganado o su café permitan que el funcionamiento de grandes consorcios capitalistas alcancen sus utilidades no le da un carácter capitalista a la producción. Pues el capitalismo, al contrario de lo que pensaron algunos economistas clásicos, no necesita transformar a todos en proletarios para poder obtener su excedente económico. Lo que necesita es integrarlos a la cadena productiva de valorización que ellos controlan.

Pero ilustrando este proceso con la cita de un texto clásico que hace cien años ya describía el fenómeno, repetimos:
"… ejemplo excelente de los últimos tiempos lo constituyen los negocios del capital alemán en Turquía asiática. Hace tiempo, el capital europeo, particularmente el inglés, había intentado adueñarse de este territorio, que se encuentra en un camino antiquísimo del tráfico comercial entre Europa y Asia.

"En los decenios 5 y 6, el capital inglés construyó las líneas de ferrocarril Esmirna-Aidin-Diner y Esmirna-Kassaba-Alascheir, y consiguió la concesión para proseguir la línea hasta Afiunkarahissar y el primer trozo del ferrocarril de Anatolia-Haidar-Pascha-Ismid. Al mismo tiempo el capital francés se apoderaba de una parte del ferrocarril. En 1888 apareció en escena el capital alemán. Gracias a negociaciones particulares con el grupo de capital francés, representado por la Banque Ottomane, se llegó a una fusión de intereses internacionales, por virtud de la cual el grupo alemán participaba con el 60 por ciento en la gran empresa del ferrocarril de Anatolia y de Bagdad, y el capital internacional con el 40 por ciento. La Compañía del ferrocarril de Anatolia, detrás de la cual está principalmente el Banco Alemán, se fundó, como sociedad turca, el 14 Redscheb del año 1306, es decir, el 4 de marzo de 1899, para retomar los trabajos de la línea de Haidar-Pascha a Ismid, que se hallaba funcionando desde el año 70 y para llevar a cabo la concesión del tramo Ismid-Eskischehir-Angora (845 kilómetros). La Compañía también está autorizada para construir el ferrocarril Haidar-Pascha-Escutari y ramales a Brussa, así como una red complementaria Eskischehir-Konia (unos 445 kilómetros) y, finalmente, el trozo Angora-Kaisarie (245 kilómetros). El Gobierno turco daba a la Compañía la siguiente garantía pública: ingreso bruto de 10.300 francos por año y kilómetro, para el trozo Haidar-Pascha-Ismid, y 15.000 francos para el trozo Ismid-Angora. Para este objeto, el Gobierno ha entregado a la administración de la Dette Publique Ottomane la recaudación directa de los ingresos que resulten del arrendamiento de los diezmos de los Sandschaks de Ismid, Ertogrul, Kutahia y Angora. La administración de la Dette Publique Ottomane pagará con estos ingresos a la Compañía lo que sea necesario para hacer efectiva la cantidad garantizada por el Gobierno. Para el trozo Angora-Kaisarie, el Gobierno garantiza un ingreso bruto, en oro, de 775 libras turcas = 17.800 francos oro por kilómetro y año, y para el trozo Eskischehir-Konia, 604 libras turcas = 13.741 francos, no pudiendo pasar la subvención en el último caso de 219 libras turcas = 4.995 francos por kilómetro y año. En cambio, en caso de que el ingreso bruto exceda de la suma garantizada, el Gobierno cede de antemano el 25 por ciento de dicho exceso. Los diezmos de los Sandschaks de Trebisonda y Gumuchane se pagarán directamente a la administración de la Dette Publique Ottomane, que, por su parte, pagará las subvenciones necesarias a la Compañía del ferrocarril de Bagdad. Todos los diezmos destinados al cumplimiento de la garantía concedida por el Gobierno constituyen un todo. En 1898, la garantía se elevó, para Eskischehir-Konia, de 219 libras turcas a 296.
"En 1899, la Compañía obtuvo una concesión para la construcción y explotación de un puerto en Haidar-Pascha, para emisión de Warrant, para la instalación de elevadores de cereales y depósitos de mercancías de todo género, y el derecho a realizar con personal propio todas las operaciones de carga y descarga, y, finalmente, el de establecer una especie de mercado libre.

"En 1901, la sociedad obtuvo la concesión del ferrocarril de Bagdad-Konia-Bagdad-Basra-Golfo Pérsico (400 kilómetros), que empalma con el tramo Konia-Erenglo-Burgurlu, de la línea de Anatolia. Para hacer efectiva la concesión, la compañía antigua formó una nueva sociedad por acciones. Esta sociedad cedió, a su vez, la construcción de la línea, hasta Burgurlu, a una sociedad constructora fundada en Francfort.

"De 1893 a 1912, el Gobierno turco satisfizo las siguientes subvenciones: por el ferrocarril Haidar-Pascha-Angora, 48,7 millones de francos; por el tramo Eskirchehir-Konia, 1,8 millones de libras turcas. Total, unos 90,8 millones de francos. Finalmente, por la concesión de 1907 se cedieron a la sociedad los trabajos para la desecación del lago Karaviran y para el riego de la llanura de Konia. Estos trabajos han de realizarse por cuenta del Gobierno en el término de seis años. Esta vez, la sociedad adelanta al Gobierno la suma de 19.5 millones de francos, con un interés del 5 % y pago a los treinta y seis años. El Gobierno turco garantiza, en cambio: 1º, 25.000 libras turcas anuales provenientes de los diezmos ferroviarios y de diversos empréstitos que se encuentran bajo la administración de la Dette Publique Ottomane; 2º, lo que produzcan de más los diezmos de las zonas regadas en comparación con el producto medio de los últimos cinco años antes de la concesión; 3º, los ingresos brutos obtenidos por las obras hidráulicas; 4º, el importe de la venta de los terrenos desecados o regados.

"Para realizar las obras hidráulicas, la sociedad fundó en Francfort una sociedad constructora "para las obras de regadío de la llanura de Konia", con un capital de 135 millones de francos. En 1908, la Compañía obtuvo otra concesión para prolongar el ferrocarril de Konia hasta Bagdad y el golfo Pérsico. También consiguió garantía por kilómetro. El empréstito del ferrocarril de Bagdad al 4 por ciento en tres series (54, 108 y 119 millones de francos), que se hizo para el pago de las subvenciones, se aseguró hipotecando los diezmos de los vilayetos de Aidin, Bagdad, Mossul, Diarbekir, Urfa y Alepo y con el impuesto sobre el ganado lanar de los vilayetos de Konia a Dana y Alepo.

"Sobre la totalidad de las subvenciones para la construcción de ferrocarriles en Turquía, que hubo de pagar el Gobierno turco al capital internacional, el ingeniero Presser de Wurttemberg, que intervino en estos negocios como secretario del barón von Hirsch, da las siguientes cifras:


Longitud
Garantía

Kilómetros
Pagado / francos
Las tres líneas de la Turquía europea
1.888,8
33.099.352
Red de la Turquía asiática construida hasta 1900
2.513,2
53.811.538
Comisiones y otros gastos de la Dette Publique al servicio de la garantía, por kilómetro
"
9.351.209
Total
"
96.262.099

"Nótese bien que todo esto sólo fue hasta fines de 1899, desde cuya fecha comienza el pago de una parte de la garantía por kilómetro. De los 74 Sandschaks que comprende la Turquía asiática, tenían ya hipotecados los diezmos de 28. Y con todas estas subvenciones, desde el año 1856 hasta 1900, se habían construido en total 2.513 kilómetros en la Turquía asiática.

"Por lo demás, Presse, experto en estas materias, da el siguiente ejemplo de las manipulaciones a que se entregaban las compañías de los ferrocarriles de Turquía. Asegura que la Compañía de Anatolia prometió, en 1893, primero, llevar el ferrocarril por Angora hasta Bagdad; declaró después, que su propio proyecto era irrealizable, para abandonar a su suerte esta línea garantizada y emprender otra vía por Konia. En el momento en que las compañías logren adquirir la línea Esmirna-Aisin-Diner, pedirán su prolongación hasta la línea de Konia. Y una vez que se haya construido este ramal, las compañías moverán cielos y tierra para obligar al tráfico a tomar esta nueva vía que no tiene garantía por kilómetro y que, esto es lo más importante aún, no tiene que repartir sus ingresos con el Gobierno, al mismo tiempo que las otras líneas, desde un cierto importe de la recaudación bruta, tienen que dar al Gobierno una parte del exceso. El resultado es que el Gobierno no percibirá nada de la línea de Aidin y las compañías percibirán millones. El Gobierno tendrá que pagar por las líneas Cassaba y Angora casi el importe total de la garantía por kilómetro, y no podrá esperar obtener nunca el 25 por ciento del exceso sobre el ingreso bruto de 15.000 francos que le asegura el contrato.

"Aquí se manifiesta, con plena claridad, el fundamento de la acumulación. El capital alemán construye en la Turquía asiática ferrocarriles, puertos, obras hidráulicas. En estas empresas extrae nueva plusvalía a los asiáticos, a los que utiliza como obreros. Pero esta plusvalía, junto con los medios de producción empleados, ha de ser realizada en Alemania (material de ferrocarriles, máquinas, etc.) ¿Quién contribuye a realizarla? En parte, el tráfico de mercancías originado por los ferrocarriles, puertos, etc., que se fomenta en medio de las condiciones de economía natural existentes en el Asia Menor. En parte, y a causa de que el tráfico de mercancías no crece con bastante rapidez para satisfacer las necesidades del capital, la transformación forzosa de los ingresos naturales de la población en mercancías que por medio de la maquinaria fiscal se convierte en dinero y que, junto con la plusvalía, se destina a la realización del capital. Tal es el sentido de la garantía por kilómetro de los ingresos brutos en empresas independientes del capital extranjero, así como de las garantías con que se aseguran los empréstitos. Los "diezmos" (zehnte) hipotecados en ambos casos con infinitas variaciones, son prestaciones en especie de los labradores turcos que se han ido elevando aproximadamente hasta el 12 o 12 y medio por ciento. El campesino de los vilayetos asiáticos tiene que pagar "diezmos", porque, si no lo hace, es expulsado por la fuerza con ayuda de los gendarmes y de los funcionarios del Estado. Los diezmos, que son una manifestación amplísima del despotismo asiático, basado en la economía natural, no se recaudan directamente por el Gobierno turco, sino por arrendatarios semejantes a los del ancien régime, a quienes el Estado vende el rendimiento probable del impuesto de cada vilayeto (provincia), por subasta pública. Si el diezmo de una provincia es adquirido por un especulador individual o un consorcio, éstos venden los diezmos de cada uno de los distritos (Sandschaks) a otros especuladores, que a su vez distribuyen su parte entre una serie de agentes menores. Como cada uno de ellos quiere cubrir sus gastos y obtener el mayor beneficio posible, el diezmo va aumentando en proporciones enormes a medida que se aproxima al campesino. Si el arrendatario se ha equivocado en sus cálculos, trata de desquitarse a costa del campesino. Este espera, casi siempre lleno de deudas, con impaciencia, el momento de poder vender su cosecha; pero, después de haber segado sus cereales, tiene que esperar a menudo semanas enteras para trillarlos hasta que el arrendatario tenga a bien coger la parte que le corresponde. El arrendatario, que generalmente es tratante en cereales, aprovecha esta situación del campesino, que ve toda su cosecha en peligro de pudrirse en el campo, para obligarle a vendérsela a bajo precio. Por otra parte, sabe acallar las quejas de los descontentos con ayuda del Muktar (alcalde del pueblo).

"Al Consejo de administración internacional de la Dette Publique Ottomane, que, entre otros, administra directamente los impuestos de sal, tabaco, bebidas espiritosas, el diezmo de la seda y los derechos de pesca, le están hipotecados, como garantía por kilómetro o garantía de un empréstito, los diezmos, con la condición de que el Consejo intervendrá en la celebración de los contratos de arrendamientos de estos diezmos, y que la recaudación será ingresada directamente por los arrendatarios en las cajas del Consejo en los vilayetos. En el caso que fuese imposible hallar un arrendatario para los diezmos, el Gobierno turco los depositará in natura en almacenes, cuyas llaves se entregarán al Consejo, quien se encargará de la venta por su propia cuenta.

"Así, pues, el cambio entre los campesinos del Asia Menor, Siria y Mesopotamia y el capital alemán se verifica de la manera siguiente: El grano aparece en los campos de los vilayetos de Konia, Basra, etc., como simple producto de uso de la economía campesina primitiva y pasa en seguida, como tributo, a manos del arrendatario de impuestos. Sólo cuando se halle en poder de éste, el grano se convierte en mercancía, y la mercancía en dinero, que pasa a manos del Estado. Este dinero, que no es más que una forma modificada del grano campesino, el cual ni siquiera se ha producido como mercancía, sirve ahora, en calidad de garantía del Estado, para pagar en parte los gastos de construcción y explotación de los ferrocarriles, es decir, para realizar el valor de los medios de producción utilizados, así como la plusvalía extraída a los campesinos y proletarios asiáticos en la construcción y explotación de los ferrocarriles. Como, por otra parte, en la construcción de los ferrocarriles se emplean medios de producción elaborados en Alemania, el grano del campesino asiático, transformado en dinero, sirve para convertir en oro la plusvalía sacada de los obreros alemanes en la elaboración de aquellos medios de producción. El dinero pasa del poder del Estado turco a las cajas del Banco Alemán para acumularse en él como plusvalía capitalista en forma de acciones de fundador, dividendos e intereses para los bolsillos de los señores Gwinner, Siemens y accionistas y clientes del Banco Alemán, así como para toda la red de sus sociedades filiales. Si (como se prevé en las concesiones) desaparece el arrendatario de impuestos, la serie complicada de metamorfosis se reduce a su forma más sencilla y clara: el grano campesino pasa directamente al poder de los administradores de la Dette Publique Ottomane, esto es, de la representación del capital europeo y, ya en su forma natural, se convierte en ingreso del capital alemán y del resto del capital extranjero. Así se verifica la acumulación del capital europeo incluso antes de haber perdido su forma de uso campesina asiática. Así se realiza la plusvalía capitalista antes de haberse convertido en mercancía y haber realizado el propio valor. El cambio se verifica aquí en una forma brutal y descarada, de un modo directo, entre el capital europeo y la economía campesina asiática. De esta manera, el Estado turco queda reducido a su verdadero papel de aparato político necesario para la explotación de la economía campesina para los fines del capital: función propiamente dicha de todos los Estados orientales en el período del imperialismo capitalista. El negocio que aparece exteriormente como una tautología sin sentido, como el pago de mercancías alemanas o capital alemán en Asia, en el que los incautos alemanes no hacen más que dejar a los astutos turcos el "goce" de las grandes obras de la civilización, en el fondo es un cambio entre el capital alemán y la economía campesina asiática, un cambio que se realiza empleando los medios coactivos del Estado. Los resultados del negocio son: de una parte, la acumulación progresiva del capital y de "una red de intereses creciente", y esto, como pretexto para la ulterior expansión política y económica del capital alemán en Turquía; de otro lado, ferrocarriles y tráfico de mercancías sobre la base de la rápida descomposición, la ruina, la absorción de la economía campesina asiática por el Estado, así como la creciente dependencia financiera y política del Estado turco con respecto al capital europeo."

Para que el texto citado adquiera un significado más claro, solamente hay que sustituir Banco Alemán, por Banca extranjera, Estado turco por Estado nacional, campesinos de los vilayetos por campesinos, y en lugar de diezmo impuesto o diferencial entre precio al que se vende por debajo del costo de producción. En lugar de ferrocarriles podríamos poner carreteras, y en lugar de grano petróleo. El esquema de funcionamiento es aproximadamente el mismo. No ha cambiado mucho el mundo. Sólo han avanzado más los monopolios y nos hemos empobrecido los productores.

Resumiendo:

El mercado local es producto de las economías locales, en la que participan campesinos, artesanos y pequeños productores de bienes básicos. Este mercado es milenario, si bien se ha transformado por sus relaciones con las economías regionales, y por su inclusión en el mercado global.
Los mercados regionales fueron desarrollándose a partir de las comunicaciones y la constitución de los Estados Nacionales, que crearon la economía de los distintos países. Pero éstos Estados Nacionales no solamente han servido políticamente a sus electores o representados, sino también a las fuerzas económicas dominantes.
El mercado global se gestó con el comercio entre países, pero también con la explotación de unos países por otros, y por el saqueo continuo o persistente de recursos naturales por parte de las naciones así conocidas como desarrolladas de los países del llamado tercer mundo o en proceso de desarrollo.
En los últimos tiempos el capitalismo global ha alentado y favorecido y privilegiado que la concentración del capital geste grandes consorcios que monopolizan renglones completos de la producción económica en el mundo, y que articulen cadenas de extracción, acopio, procesamiento y distribución de bienes, a través de las cuales pagan muy poco a sus proveedores y venden muy caro a sus clientes.
De hecho hoy el mercado global controla a los mercados regionales y se ha introducido a los mercados locales succionando sus productos y vendiendo sus mercancías. Sin embargo su intención no es incorporar a todos los productores como sus empleados o como sus dependientes directos, sino obtener de ellos los productos baratos y tener en ellos un cliente asegurado.
Los que controlan el mercado global controlan también los bancos trasnacionales y definen las políticas económicas que se imponen desde esa esfera de la vida política y social. Y muchos gobiernos se subordinan, por diversas razones, a los dictados de esas trasnacionales o bancos. Haciendo muy cada vez más difícil la situación de los que viven de su trabajo directo y que producen en las diversas economías que no forman parte del sistema global. Este fenómeno es el que hace crecer la dimensión y profundidad de la pobreza. Y no hay política pública que la pueda remediar, sin que se enfrente el modelo global de acumulación.




V ¿Cómo pueden entonces los productores organizados incursionar en los mercados sin ser esquilmados?
Lo que no quiere decir que estén luchando contra el mercado global

Quien se aprovecha de la situación y necesidad de los productores es quien les surte los insumos o los bienes de origen industrial y quien le compra su producción a cada uno. O dicho en claras palabras, los campesinos son víctimas de su falta de dominio del mercado, tanto para proveerse como para mercar. Y los principales beneficiarios de ese eslabón de la cadena son los coyotes o acaparadores.

Y la solución o camino para que los campesinos puedan comprar a precio menor, y vender a precio que pague el valor total de su producto es organizándose para comprar y para vender. Pero las compras requieren información sobre el mercado, lo mismo que las ventas. Y no se trata de información de primera mano sino muchas veces de información especializada a la que se accede por canales específicos y la red de Internet. Luego entonces los campesinos que se organizan tienen que destinar a un equipo la función de monitoreo de los mercados y de ofertar en él sus cosechas.

De más está decir que mientras cada uno venda de forma individual no podrá conseguir mejores precios de compra, y mientras insista en vender individualmente tampoco. Sin embargo eso apenas es desplazar de la cadena de valor al primer eslabón que hoy los victimiza. Desplazar al siguiente eslabón es posible cuando la organización campesina se decide a tomar en sus manos la siguiente etapa de transformación o procesamiento de sus bienes.

Tomemos nuevamente el caso del café. Y para ello citaremos unos párrafos de un estudio que realizaron académicos del Tecnológico de Monterrey:

"Canales de Transformación y Distribución
Entorno: Contexto Mundial
La conclusión en 1989 del sistema de cuotas de la Organización Internacional del Café (OIC), marca el inicio del libre mercado. Esto implicó la reorganización del sector agroindustrial y productivo en torno a las tendencias del mercado y de la industria, las cuales se resumen en una mayor concentración de la torrefacción y comercialización en conglomerados transnacionales.
"El crecimiento de los mercados masivos aparecidos después de la Segunda Guerra Mundial, conllevó no sólo a la modificación del consumo, el cual se vinculó a la adquisición de mercancías con las que el consumidor identifica sus valores como la identidad nacional, la familia, etc., sino que llevó incluso a crear acuerdos internacionales que traspasaron las estructuras de organización para la producción y sus tecnologías.
"El mercado del café, que se había distinguido por su heterogeneidad, al ser comercializado por pequeños torrefactores, se uniformiza al crearse los cafés de consumo masivo, por ejemplo las marcas que el consumidor identificaba como "suyas" como "representantes de su país" eran Folgers, Hill Brothers y Maxwell House en Estados Unidos; Chat Noir en Bélgica; Légal en Francia, etc.
"La necesaria homogeneidad de la materia prima y de formas industriales, que garantizaran el mismo producto a través del tiempo, repercutieron en las innovaciones tecnológicas industriales y sus formas de comercialización. La recomposición del consumo, y las formas de llegar del envase a la publicidad, lleva a que los pequeños torrefactores americanos y europeos quiebren al no poder invertir en costosas campañas publicitarias, calculadas entre el 3 al 12% del costo final y que llegan a comprender hasta el 24% al tratarse del lanzamiento de un nuevo producto, situación que persiste hasta la actualidad.

"Este fenómeno entre otros, permitió la concentración del mercado en pocas compañías, Van Nelle abarca el 74% del mercado holandés, Chat Noir de Bélgica el 70%, Douwe Egberts el 28% del mercado alemán del café, Folgers y Maxwell House el 62% del mercado de EU.

"Los altos precios alcanzados en 70s (aumentaron un 400% de un mes para otro), reorientaron las estrategias de innovación tecnológica por falta de café. Los torrefactores, para poder sortear los problemas de suministro de café, desarrollaron una serie de mezclas que les permitieran conservar el sabor y el precio, diferenciando el café tanto por origen como por proceso. De tal manera que con el café robusta más barato, cubrían hasta un 50% de la mezcla y el resto con arábigas lavados con precios diferenciados, según el país de origen. A lo largo de la década de los 80s la investigación científica permitió un nuevo procedimiento de torrefacción llamado "high yield roast", con ahorros de 10 a 18% de café verde, enfriadoras de café tostado que ahorran hasta un 7% de peso, perfeccionamiento de las solubilizadoras que permiten ahorrar hasta un 35% de café verde. Se han realizado grandes innovaciones tecnológicas, que permitieron desarrollar los nichos de mercado de "cafés especiales", que comprenden principalmente a los solubles. Dentro de éstos están los cafés liofilizados, más caros y de calidad superior que requieren arábigas; cafés pulverizados (granulado) calidad estándar que hace mezclas de café; y el pulverizado inferior que usa robustas; y los "especiales" que son los aromatizados, capuchinos y express. Estos nichos de mercado son desarrollados por y para las grandes compañías. Por ejemplo, el nicho de solubles especiales lo cubren dos compañías Nestlé y Philip Morris que dominan el 80% del mercado mundial actual.
"Otra forma de sobrevivir a la fuerte competencia desarrollada, fue la apropiación de más niveles de valor agregado de la cadena productiva. Por ejemplo, Nestle para reducir gastos de transporte e incursionar en los mercados de países productores, estableció centros de torrefacción en los sitios de producción de café. Douwe Egbert desarrolló contenedores que evitaban el encostalado. Pero la más importante modificación, fue la apropiación del proceso de torrefacción, distribución y venta por la empresa, principalmente a través de la compra de pequeñas compañías especializadas, conformándose de esta manera grandes conglomerados comerciales.

"Este proceso de innovaciones tecnológicas, de creación de nichos de mercado a través del manejo publicitario, y de apropiación de la cadena productiva, favoreció la conformación de grandes conglomerados transnacionales. Igualmente, llevó a otros procesos paralelos como la liberalización de la comercialización, y la globalización del consumo de las clases medias influido por los medios de comunicación masivos y mundiales (TV, radio, cine, y recientemente Internet)."

Enumeremos los fenómenos que ocurren en la dimensión del mercado global con una cadena de producción según estos especialistas:
1. Se concentra la torrefacción o tostado y la comercialización, tanto por necesidad de establecer estándares, como por colocar cantidades grandes del producto en mercados terminales. Para otros productos simplemente podemos decir se concentra la transformación industrial.
2. Se crean marcas distintivas que pueden ser emblemáticas de una empresa o características de una nación o un grupo determinado.
3. Los pequeños productores o procesadores del producto son derrotados en la competencia y la competitividad. Recuérdese que la competencia se da por precio, pero la competitividad por norma o calidad. Pero también son derrotados al no poder generar una imagen propia que los coloque en el mercado con un signo distintivo, pues las grandes marcas invierten entre un 12 y un 24 por ciento de su costo total en publicidad.
4. El mercado global se lo dividen entre sí las grandes compañías, que llegan a controlar entre dos tercios y tres cuartas partes de los mercados terminales de un país, llámense Nestle, Starbucks o Purina.
5. Las grandes marcas desarrollan nuevas tecnologías que les permiten hacer mezclas de los distintos proveedores, conservando las virtudes de cada uno e intensificando las virtudes o características organolépticas del producto.
6. Algunas de estas tecnologías, que no son accesibles en pequeña escala son también prerrogativa de unos cuantos monopolios que llegan a controlar hasta el 80 % de la distribución mundial.
7. En términos generales la estrategia de las trasnacionales ha sido una apropiación progresiva de cada eslabón de la cadena productiva de cada bien o producto.
8. En concreto, las trasnacionales establecen parte de los procesos de transformación en cada país donde realizan el acopio, sin que eso signifique que ello le reste control o monto de los excedentes o valores ahí agregados. Simplemente abarata sus costos.
9. Las trasnacionales también mejoran y abaten los costos de la transportación y el empaque, sumando esos ahorros a sus economías pero sin reducir el precio final.
10. Se remata esa estrategia con la creación o integración de las comercializadoras que acopian y las comercializadoras que venden al mercado final, quedando así las cadenas bajo control total de los monopolios agroalimentarios y de bienes básicos. Incluyendo desde la industria del calzado hasta la de cualquier alimento.

¿Qué tienen que hacer entonces los productores para recuperar su soberanía en estas nuevas dimensiones del mercado?

Pues algo semejante, es decir, asumir una estrategia de apropiación de las cadenas de valor de cada producto.





VI Modelos de organización mercantil con una estrategia subversiva que erosiona la hegemonía del capital
O sobre cómo pueden apropiarse del excedente los mismos que lo producen sin poner antes como requisito una revolución política

Toda economía natural o campesina es una economía diversificada. Y debe seguir siéndolo. La conversión de los campesinos en productores especializados conlleva la destrucción del entorno natural que forma o constituye un ecosistema. La naturaleza no es uniforme u homogénea, ni produce una sola planta o cultivo. Terminar con la diversidad es producto del mito de que el monocultivo es la forma de progresar, cuando en realidad el monocultivo es la forma como las empresas empobrecen el medio, erosionan la tierra, destruyen la seguridad campesina y subordinan a los productores al mercado haciéndolos dependientes de él para la satisfacción de sus necesidades más elementales.

Un productor diversificado tiene seguridad, pues aprovecha todos los ecosistemas de su entorno. Y su producto, así como su productividad, sólo puede evaluarse o aquilatarse como la suma de muchas actividades productivas complementarias e interdependientes. No como el producto de un solo cultivo. O como el valor de lo que puede vender.

El productor campesino no contempla toda su producción como producción de valores o de mercancías destinadas al mercado nacional, pues una parte o varias partes de lo que aprovecha y produce es destinada al autoconsumo o al mercado local donde lo trueca por otros bienes.

El productor especializado requiere de superficies que rebasan el promedio nacional de tenencia para alcanzar un ingreso monetario que le permita comprar todos sus satisfactores. Por esta sola razón sólo han prosperado los productores del norte y noroeste donde la dotación de tierras ha sido igual o mayor a diez hectáreas. Pero si bien han vivido un largo periodo de lento pero claro proceso de mejoría económica, hace ya tiempo que sus productos vieron caer los precios o estancarse, al mismo tiempo que los bienes que tienen que adquirir han incrementado su precio. Pero en el centro y sur, donde la dotación de la superficie es menor, los productores se han ido empobreciendo conforme se acentúa su integración a la esfera mercantil, y los programas públicos se vienen aplicando para complementar su ingreso, convirtiéndolos en dependientes de los apoyos gubernamentales, pero sin que se modifique su condición estructural de subordinación al mercado.

Y son estos productores los que más requieren de la organización, los apoyos gubernamentales y el financiamiento de sus actividades. Pero no para centrarse en nuevas tecnologías, ni para incrementar su productividad. Los estudios recientes sobre la economía rural en México han demostrado que ese camino no consigue aumentar el ingreso neto de los productores.

Estos productores requieren de programas de fomento, de inversión y de crédito siempre y cuando estén orientados a fortalecer el control progresivo de las cadenas productivas. Y en este caso subrayamos que tampoco el crédito conlleva desarrollo si no está orientado a financiar el posicionamiento de los productores como dueños y grupos capaces de controlar las cadenas productivas.

Más precisamente, sentimos obligación de hacer explícitas las condiciones de la agricultura en México. Empezando por las montañas, que cubren una superficie mayor de la economía agrícola que las áreas planas:

"Sería muy difícil, en función de estas consideraciones hacer una estimación suficientemente fundada de la superficie que en el territorio nacional constituye montaña. De hecho más del 70 % del territorio tiene probablemente pendientes mayores a 15 % que se prolongan por más de un km. Desde la perspectiva del vulcanismo y la tectónica de placas, podríamos repetir lo que a todos los estudiantes de la escuela elemental les han enseñado: que el territorio está cruzado por una sierra neovolcánica (a la altura del paralelo 21), que en la costa oriental tenemos la Sierra madre oriental, y en el otro lado la Occidental, que en el sur está la que toma su nombre de su ubicación meridional, y que además existen otras formaciones del mismo tipo entre los espacios que separan estas cordilleras. Sin embargo esto, aunque nos da una idea del territorio no plano, no acotaría todas las cuestiones implicadas en la diferenciación de lo que es montaña de lo que no es.
"La problemática en los usos del suelo,, la biodiversidad de la vegetación --particularmente el ciclo hidrológico y los procesos de degradación de los recursos y el suelo--, son las variables que nos permiten acotar lo que necesitamos entender por montaña en la perspectiva de un análisis económico ligado a la ecología y el desarrollo sustentable.
"Por ejemplo, el INEGI opina que "sólo una cuarta parte de la superficie dedicada a la agricultura (20 millones de ha.), son tierras con pendientes que permiten la mecanización y cuentan con sistemas de riego. Es decir, sólo 5 millones de ha. son planas o semiplanas, y 15 millones de ha. agrícolas están localizadas en laderas de montañas y en montañas. Ives, Messerli, Spiess explican que en estas áreas montañosas se ubican las porciones del territorio que requieren protección por contener reservas de la biósfera, bosques nacionales, y porque ahí se origina más de la mitad del agua fresca que permite la vida humana y la civilización.

Pero además, sobre esa base no puede considerarse como lo ideal o más eficiente un modelo de monocultivo, una economía convencional de escala o una empresa circunscrita a un producto y un mercado. Sólo pueden levantarse o construirse estrategias de desarrollo asumiendo la lógica de la economía campesina y partiendo de su carácter diversificado.

"Las características fisiográficas del territorio, que deberían ser una de las premisas de toda planeación económica y del desarrollo, son sin embargo una variable ignorada. Por ejemplo, la política de modernización agrícola, que concibe la estrategia a partir de las economías de escala, el uso de riego, agroquímicos, y maquinaria, no toma en cuenta que lo escarpado del territorio impide grandes superficies compactas, bajo condiciones de labor uniformes, en donde los sistemas de riego se equiparen a los que existen en Estados Unidos. Otro ejemplo es el de la mecanización, que según el Programa de Alianza para el campo es prioritario, pero parte del supuesto de la extensión posible en el uso del tractor, lo que no guarda congruencia con la separación de las superficies de cultivo, dadas las condiciones quebradas de las superficies de labor, ni con las pendientes que obligan a otras tecnologías como el terraceo, la combinación de árboles y plantas anuales de cultivo, o el empleo de maquinaria ligera para laderas.
"En nuestro país, las montañas representan entonces una porción significativa de la actividad agrícola. Pero también son el área principal de la minería, la silvicultura, una porción de la ganadería, y de otras muchas actividades económicas y culturales que no son generalmente citadas porque no se inscriben en la economía convencional y por lo mismo no aparecen ni en los manuales de economía o en las cuentas nacionales. Estas otras actividades comprenden la recolección de especies endémicas comestibles, medicinales o para la artesanía; la caza, cultivos perennes como la orquídea --por citar lo menos común--, y recolección de alimentos como los huevos de hormiga, la miel silvestre y tantos más.

Economía campesina de montaña (Ej).Economía campesina de montaña (Ej).
Economía campesina de montaña (Ej).
Economía campesina de montaña (Ej).
"Estas actividades forman una parte fundamental de la actividad campesina, representan la posibilidad de optimización en la aplicación local de la mano de obra familiar disponible, en el aprovechamiento de todos y cada uno de los nichos ecológicos o subsistemas productivos, y en la combinación compatible y complementaria de la diversidad productiva.
"En un sentido económico, podríamos decir que la característica del terreno, la diversidad de ecosistemas, que se refleja en microclimas, alturas, gradientes, temperaturas (por cada 300 metros de altura la temperatura desciende 1.3 grados), la actividad económica de montaña se aparta de la uniformidad, de las superficies compactas de cultivo, del uso de tecnologías uniformes, y de los cálculos estándares de inversión, rendimiento, tasa de utilidad y costos promedio.
Porcentaje de producto por actividad

"Si la empresa moderna se caracteriza precisamente por la estandarización de procesos y por la búsqueda de condiciones uniformes y menores costos, la montaña es, por el contrario, el ámbito donde no es posible ni la uniformidad de los procesos productivos, ni la estandarización de las tecnologías. Es pues explicable que sea en las áreas planas o bajas donde se ha desarrollado la empresa comercial, y sea característica de las montañas la presencia de unidades campesinas diversificadas.
Sumatoria de producto por actividadSumatoria de producto por actividad
Sumatoria de producto por actividad
Sumatoria de producto por actividad


"Esto, desde luego, no es algo absoluto sino tendencial. Y la razón es muy simple, la empresa puede alcanzar niveles competitivos sobre la base de condiciones uniformes y crecientemente controlables, mientras la montaña requiere adaptabilidad de los grupos humanos, de sus actividades productivas, al mismo tiempo que complementariedad entre todas ellas.

Porcentaje de producción por actividad


Una detallada exposición del sentido de estos cuadros se encuentra en Shanin Teodor, Naturaleza y Lógica de loa Economía campesina. Edit. Anagrama. Barcelona 1976.Una detallada exposición del sentido de estos cuadros se encuentra en Shanin Teodor, Naturaleza y Lógica de loa Economía campesina. Edit. Anagrama. Barcelona 1976."Desde una perspectiva de la economía de escala, un cuamil o sembrado de ladera es altamente antieconómico o ineficiente. Hablamos de una superficie que difícilmente sobrepasa una hectárea, y que se suma a varias porciones de terreno distribuidas en la ladera, en medio de zonas rocosas, fracturas, distancias y rendimientos desiguales. Para la empresa los rendimientos de ese "cuamil" son despreciables. Para el campesino, en cambio, considerando las dimensiones de su necesidad, el monto del consumo familiar, la complementariedad de actividades y, sobre todo, la falta de opciones, el cuamil puede resultar indispensable y representar la diferencia entre la satisfacción mínima y la infrasubsistencia." Podemos citar como ejemplo de esta estrategia que citamos como la indicada para fundar el desarrollo rural, lo que ha establecido el Programa PESA en el Estado de México, y más precísamente en la región de Tonatico.
Una detallada exposición del sentido de estos cuadros se encuentra en Shanin Teodor, Naturaleza y Lógica de loa Economía campesina. Edit. Anagrama. Barcelona 1976.
Una detallada exposición del sentido de estos cuadros se encuentra en Shanin Teodor, Naturaleza y Lógica de loa Economía campesina. Edit. Anagrama. Barcelona 1976.

Ahí se combinó la aportación de trabajo de los productores minifundistas con recursos materiales que aportó el Programa diseñado por la FAO y adaptado por nosotros a las condiciones de la región

Las premisas de las que partimos y los objetivos generales fueron los que se resumen en la parte introductoria de ese trabajo:
1 Demostrar que el minifundio es viable, y más precisamente, que en una superficie de una ha es posible producir la mayor parte de los alimentos de una familia y, que ello implica o conlleva el mantenimiento de dos empleos permanentes.
2 Confirmar que la lógica campesina de producción de satisfactores puede mantenerse con niveles de productividad que desde la perspectiva del mercado pueden no parecer rentables, pero que desde la lógica campesina son sostenibles y necesarios.
3 Demostrar que un minifundio puede, además de producir sus satisfactores básicos, generar excedentes comercializables que pueden ser el fundamento de ofertas consolidadas.
4 Ilustrar cómo existen, y se complementan, varias lógicas de producción que de otra manera no serían compatibles.
5 Ilustrar cómo las políticas públicas pueden reorientar sus apoyos y subsidios para generar proyectos productivos sostenibles, en lugar de generar y perpetuar la dependencia hacia programas de alimentos gratuitos y apoyos improductivos.
6 Ilustrar cómo la generación de proyectos productivos es la base para introducir después los créditos para la integración de cadenas económicas rentables.
7 Ilustrar cómo pueden combinarse recursos de varias dependencias en una estrategia de desarrollo rural.
8 Consolidar una experiencia regional modelo que puede documentarse, sistematizarse y proponerse como modelo replicable que abata la pobreza y el hambre en otras regiones.
Confirmar que la diversidad característica de la economía campesina sigue siendo una opción para millones de mexicanos que no pueden ser absorbidos o integrados en la economía empresarial convencional.
Sobre esa base, organizamos cientos de unidades en las que en lugar de apoyar una actividad particular se estableció el modelo siguiente:
La estrategia de la que hablamos comprende precisamente eso que el Plan menciona como algo virtuoso, y que consiste en la asociación de recursos de diversa fuente, que por separado podrían tener un carácter asistencial, sin generar respuestas de largo plazo, pero que cuando se combinan en una propuesta centrada en el autodesarrollo, la eficiencia, para la producción con mejores rendimientos, con una porción orientada al mercado, y con introducción de nuevas tecnologías, se convierte en una inversión con tasas de retorno diversas, algunas a recuperar en el corto plazo, y otras a cuantificar en un horizonte de duración media pero sostenible.
Se ha pretendido en las décadas recientes forzar a la economía rural a la adopción de modelos competitivos y de escala global. Pero no se supo partir del nivel de la destreza media, ni del dominio que los productores tenían de los procesos productivos, y solo se han provocado muchas quiebras y pocos éxitos.
Se trata entonces de restablecer o apoyar la producción de los que tienen recursos y medios para producir, de tal manera que su producto, si bien podrían no obtenerlo de manera rentable, considerando los precios prevalecientes, tendría sin embargo un precio de producción menor a su precio de adquisición y pueda, en consecuencia, reanudar y mantener la actividad de manera autosustentada.
Se trata, en este caso, de los que fueron barridos del mercado como consecuencia de dos hechos, primero de la desaparición de los precios de garantía, que les habían ayudado a mantener un nivel de ingreso; y segundo, por la llegada de los mismos productos que ellos producían, pero en este caso ahora importados y vendidos a un precio menor. Que no necesariamente obtenidos a un costo de producción de iguales dimensiones. Pues sabemos que en Estados Unidos el nivel de subsidios es mucho más alto que el que podemos instrumentar en México, en razón de que el porcentaje de la población ocupada en actividades agrícolas en aquél país, es infinitamente menor a la población que en México depende del campo y que representa un porcentaje mucho mayor respecto del conjunto.
Los antes desplazados podrían volver al trabajo si tuvieran condiciones mínimas para arrancar su producción, reduciendo elementos de incertidumbre y teniendo estímulos y alicientes por el despliegue de su esfuerzo. Y el primer elemento que podemos remontar en ese caso, es el mercado como sitio de aprovisionamiento de sus alimentos, pues la estrategia estaría centrada en la creación de condiciones de autoabasto, antes de pensar o incursionar en la conquista de porciones del mercado. Caso en el que las fluctuaciones de precios, e incluso la escasez de determinado bien en el mercado, no les afectaría de manera directa.
Faltaría ciertamente a ese tramo recorrido, el componente que permitiera elevar el ingreso monetario. Pero estaríamos sentando las bases para que la familia tuviera el sustento básico, y podríamos entonces plantearnos qué otras actividades podrían emprender, ahora sí orientados al mercado.
Como esa primera porción de sus actividades productivas no tendría como destino la comercialización, sino el autoconsumo, necesitarían ahora hacer un diagnóstico de recursos, tanto en el entorno natural, como de la mano de obra disponible para fundar o rescatar o incrementar las actividades que produjeran mercancías y, consecuentemente, ingresos monetarios.
Ninguna unidad productiva familiar, de tipo campesino, es autárquica. Esto es, ninguna produce absolutamente todos sus satisfactores, y todas requieren de la generación de ingresos monetarios para adquirir parte de sus bienes de consumo necesarios, o para el pago de diversos servicios. Pero el contar con una parte significativa de sus requerimientos, sobre la base del esfuerzo familiar, y sin depender del mercado, constituye un hito, un fundamento, una base para aprovechar esa relativa soberanía, para complementar con actividades comerciales.
Ahí deberían empezar los programas gubernamentales. Y como la continuación de ese proceso incluye el crédito, lo más conveniente es que esa primera parte de apoyos pueda ser administrada por la Financiera Nacional, que tendría la perspectiva general completa, y que podría centrar su intervención posterior en la constitución de empresas comerciales y empresas financieras que dispersaran crédito a sus socios.
Estas últimas actividades que se citan, es decir, la producción para el mercado y el ejercicio del crédito, han de ser necesariamente rentables. Pero ojo. Así como el modelo capitalista ha fundado parte de sus utilidades escamoteando el pago de la mano de obra, así los campesinos que producen su propio autosustento, al costo en trabajo que su necesidad y destreza impongan, se convierten en sus propios financieros de otras actividades ahora sí rentables.
Hablamos de restaurar la parcela y el huerto, ahora con ciertas tecnologías que los harán más productivos, para agregarles luego una o varias unidades de producción mercantil. En el momento anterior a ese punto, así como en el momento inmediato posterior, se tendría que contemplar a estos productores tanto como adquirientes de insumos, como vendedores de la porción de sus actividades destinadas al mercado.
Plan estratégico para generar un proceso de desarrollo entre minifundistas
Etapa 1.- Hogar saludable y producción de hortalizas (protectores)
En esta etapa del proyecto se propone la fabricación de estufas, cisternas, huertos y lombricarios con la finalidad de desarrollar las capacidades en materia nutricional mediante la gestión de recursos y coordinación institucional. Programas asistenciales reorientados en una estrategia productiva.

Etapa 2.- Producción de carne, huevo y diversificación productiva (formadores)
En esta etapa se propone el desarrollo de alternativas a la adquisición de los alimentos en espacios comerciales tradicionales y sustituirlos por la producción de traspatio, lo cual beneficiará en dos sentidos; el primero es que se logrará un ahorro sustancial al sustituir la compra de los alimentos, por la producción,. y la segunda es que se logrará una mejor nutrición de los beneficiarios de este programa. En esta etapa se propone establecer gallineros, generar capacidades para la producción de hongo seta y, finalmente, llevar a cabo la engorda de tilapia, o alguna otra especie menor. De la mano se da continuidad al desarrollo de capacidades mediante el programa nutricional, orientado a balancear la dieta y, por ende, la salud.

Etapa 3.- Generación de ingresos
En esta última etapa se busca comercializar los excedentes de la granja integral de traspatio y conjugarlo con la cría de ganado ovicaprino, forraje verde hidropónico, corrales de alojamiento y manejo de praderas, así como la implementación del sistema maíz- materia orgánica, microorganismos, minerales y fertilizantes producidos ahí mismo. De lo anterior se desprenden los siguientes objeticos particulares

Objetivo General
Impulsar un programa de desarrollo regional que permita mejorar las condiciones de vida de las familias radicadas en las comunidades de alta y muy alta marginación mediante la puesta en marcha de granjas integrales sustentables de producción doméstica y desarrollo de capacidades.

Objetivos Estratégicos

De los huertos de traspatio

Fomentar la organización de la mano de obra familiar para implementar pequeñas unidades productivas de traspatio que permitan a las familias en desventaja socioeconómica lograr la autosuficiencia alimentaria.
Contribuir al mejoramiento de la dieta familiar, a partir del incremento de la disponibilidad de hortalizas producidas en el traspatio de las viviendas rurales de la región.
Desarrollar las capacidades de las familias campesinas de la región mediante procesos de cambio tecnológico para manejar sistemas de producción de hortalizas a cielo abierto y bajo condiciones protegidas en el traspatio.
Lograr que la producción de hortalizas en el traspatio represente un ahorro significativo en la compra de alimentos y al mismo tiempo se convierta en una fuente de recursos económicos por la venta de excedentes.
Capacitar a los productores para que se realicen de manera común las compras de insumos y alimentos, y capacitar a los productores para conjuntar sus excedentes, de tal manera que se comercialicen como una oferta consolidada. Empezando por los hongos seta, prosiguiendo con el lixiviado de lombriz y agregando sucesivamente los otros productos que generen de manera excedentaria.

En la gráfica que sigue se puede observar que hasta un 68% de los encuestados no tiene la posibilidad de adquirir una canasta básica porque las labores en el campo no dan para la adquisición de la misma. La falta de dinero por un trabajo remunerado es el común denominador de la región. En contraste, sólo el 20% de los encuestados reportó no tener problemas para la adquisición de alimentos suficientes y nutritivos que les permitan la subsistencia sin problemas. Se trata probablemente de los que reciben remesas, o que además cobran por los programas de becas o apoyos a la canasta básica. Otros problemas reportados son relativos al acceso físico a dichas fuentes de abasto, sea que los mercados o tianguis locales se encuentren a una distancia considerable, o bien que los caminos no sean los adecuados para generar un abasto constante y oportuno de los alimentos.

Gráfica 7. Razones por las cuales existe privación de alimentos

Fuente: Datos colectados en campo, Inpilcaya SC., 2013.

De nueva cuenta, percibimos la importancia de la economía campesina en las comunidades. La composición de la dieta de los moradores se basa en productos que no se adquieren en el mercado, sino que una parte es producida en traspatio o en pequeñas unidades productivas (milpa). Como se muestra en la siguiente gráfica, los hogares producen (algunos) maíz, frijol, carne y derivados de aves, ganado caprino y ovino, entre otros productos. No obstante, la producción, según podemos ver en la gráfica muestra un pequeño déficit entre la producción y el consumo. Por ejemplo, en el caso del maíz, base de la alimentación familiar, poco más del 85% de los encuestados lo producen y un 90% lo consumen, marcando un déficit del consumo cercano al 5%, hecho que fomenta la búsqueda de excedentes foráneos a la comunidad. Esto implica una erogación al ingreso familiar, el cual, ya de por sí es muy bajo.

Otro caso de importancia es el del frijol. En la gráfica vemos que el 80% de los encuestados produce frijol, pero el cerca del 82% lo consume, lo cual nos arroja un 2% de déficit, que al igual que el maíz, tiene que ser buscado en el mercado. También es importante mencionar que hasta un 50% de los encuestados consume hortalizas, pero por las condiciones agroclimáticas para su cultivo, no se producen ni en traspatio, ni en las parcelas. La fuente de abasto de las hortalizas es el mercado local. Nuevamente, tenemos erogaciones del presupuesto familiar o déficit que se traduce en desnutrición.

Uno de los casos más importantes es el del consumo de carne, pues cerca del 8% de los encuestados que produce, vende su ganado en pie, sin buscar darle un valor agregado para la carne que permita una capitalización. Por si fuera poco, dadas las condiciones socioeconómicas del grueso de las comunidades existe una restricción en el consumo de carne. Esto se puede ver subsanado por el aporte calórico que representa el consumo de hongo seta, la producción de huevo, y por la carne de pollo.

Gráfica 8. Hogares que producen, consumen o venden alimentos.

Fuente: Datos colectados en campo, Inpilcaya SC., 2013.

Esta gráfica nos muestra la importancia del huerto familiar donde se produzcan hortalizas, chile, cebolla y tomate, alimentos que se muestran deficitarios en la dieta regional. Y que en las granjas demos prioridad a la producción de huevo, carne y de ser posible sumando también a una vaca para la producción de leche.

Las razones por las cuales los encuestados se restringen de complementar su dieta con carne se debe a la falta de liquidez para la adquisición, cuestión que puede ser subsanada con la producción de hortalizas, hongo seta y harina de lombriz roja californiana en traspatios diversificados.

Las condiciones de los mercados varían sin embargo de manera muy notable a lo largo y ancho de la geografía y las condiciones naturales e históricas. Así, "la historia de los pueblos indígenas y de los procesos regionales ha establecido distintos géneros de mercado y de actividad productiva.
"En el sur tuvimos y persisten los mercados campesinos. El más célebre fue posiblemente Tlaxiaco, donde confluían los productos de toda la sierra occidental del sur. Pero estos mercados se extienden todavía desde Yucatán y hasta Morelos que tiene todavía la más grande plaza durante la cuaresma en la localidad de Tepalcingo. En ellos persiste el trueque, y la lógica general obedece al intercambio de valores de uso. Siendo característico de estos mercados el dar salida a los pequeños excedentes de los productores que consideran su actividad comercial como uno de sus subsistemas de actividad. Desde la Sierra Norte de Puebla, y hasta las localidades perdidas de la Mixteca o del Istmo, estos productores consideran el mercado una extensión de su actividad agrícola, artesanal, de recolección, pesca o caza, y sólo excepcionalmente como una actividad profesional. Salvo en los casos en que el comercio lo cumplen los caciques; acaparadores o nuevos comerciantes ya desligados de la actividad productiva.

"En el norte la producción predominante tiene como destino no el autoconsumo sino la comercialización, y los productores dependen para su consumo de la conversión de sus productos en dinero. La lógica dominante no es el autoconsumo ni la producción de satisfactores, sino la de aquellos bienes que tengan la mayor densidad económica y alcancen el mayor precio en el mercado.

"En las zonas intermedias, la producción y el comercio guardan un singular equilibrio. Sobretodo en las zonas en que es posible vincular procesos sucesivos de actividad. Por ejemplo, en la región de los altos de Jalisco, los maiceros lo mismo pueden vender –cuando los precios se muestran como una oportunidad—que pueden destinar sus grano al forraje y aminorar el impacto de una caída de precios a los lácteos que producen sus animales. En esas regiones los mercados registran lo mismo productores-comerciantes que persiguen solamente la salida de pequeños excedentes y la adquisición de otros bienes que no producen, y comerciantes profesionales que no tienen mayor interés en las condiciones de producción y únicamente buscan pagar poco y vender más caro.

"En el norte, los mercados parecen definidos por la competencia de los importadores, que consiguen mejores precios con los productores canadienses o norteamericanos subsidiados a través de los programas gubernamentales de sus países (Commodity Credit Corporation y similares), o que disfrutan de menores tasas de interés que los comerciantes o industriales circunscritos al mercado nacional de crédito.

"Para los productores norteños el volumen es determinante, pues las ofertas consolidadas de grandes superficies les permiten negociar mejores precios. Para los sureños y algunos del centro la oferta corresponde a su escasa superficie, y el caso de alcanzar volúmenes competitivos es el resultado de estructuras de organización mercantil que se sobreponen a la tenencia y conjuntan el producto de varios o muchos productores.

"Solo recientemente los productores del centro y centro norte han empezado a aprender que la organización colectiva en el acopio y la venta representa la única forma de resistir el proceso modernizador o de sacarle alguna ventaja.

"La fuerza de la tradición, y el arraigo de prácticas de cultivo y tecnologías que respondían a una lógica local, ha sido más fuerte que la exigencia globalizadora. Hasta tal punto, que los productores han llegado a quebrar, a volverse incompetentes y suspender su actividad, antes que comprendieran que estaban ante el imperativo de sustituir la organización que durante muchos años respondió a sus condiciones locales de vida, y a su concepción del trabajo.

"Para un productor sureño o campesino el trabajo es algo que sigue los ritmos de la naturaleza y las estaciones. Que se combina con los ritmos de la fiesta, la celebración o el esparcimiento. Su razón de ser y su objetivo último no pueden estar desligados del sentido que tiene la vida en su conjunto, en donde el trabajo es sólo un aspecto y un medio, pero no un fin. Para el productor globalizado, en cambio, el sentido de la actividad en su conjunto es acumular y obtener la mayor utilidad económica. El productor intermedio es más afortunado, trata de vivir lo más tradicionalmente posible pero aprovechando las condiciones de la modernidad hasta donde sus recursos se lo permiten.

Recapitulando:
"Tenemos así mercados campesinos o locales, mercados regionales y mercado global. Y aunque cada uno de estos se caracteriza por un género de viandantes, es invadido o aprovechado por cada uno de este tipo de productores. Desde aquellas que producen tortillas hechas a mano, y que encontramos aún en las plazas características por su modernidad, hasta los introductores de alimentos chatarra, que llegan hasta los mercados más apartados y conservadores."

"La atención de las cuestiones productivas, con apoyos o créditos, carecería de eficacia sin una estrategia mercantil.
Incrementar la productividad o reducir los costos no basta para la buena marcha de las empresas globalizadas. Lo fundamental es que esas mejoras representen ventajas tangibles en las ventas. Mejorar los procesos internos de organización, administración o producción sin atender una estrategia mercantil, o un diseño de la mercadotecnia, nulifican cualquier mejora intrínseca. En el caso de los productores intermedios es importante comprender que no siempre el mayor volumen de ventas es la mejor estrategia. Como los ejemplos revelan, en ocasiones lo importante es una mayor integración horizontal o vertical y sólo una mayor venta cuando los productos consiguen mayor valor agregado. En el caso de los productores tradicionales, una mayor venta puede representar, paradójicamente, una mayor transferencia de valor hacia el mercado. Sólo en la medida que el subsistema mercantil se sustenta en una eficacia suya y no en una subsidiariedad del conjunto productivo, resulta ventajoso aumentar las ventas.

"A nivel general es necesario tener presente que no existe un sólo mercado sino un conjunto de mercados locales, articulados en mercados regionales que a su vez forman parte de un mercado global. Pero ni todos los productos llegan al mercado global, ni todos los productores se comportan ni se comportarán según su lógica modernizante. Fortalecer la economía no implica por ello la promoción de lo más avanzado o moderno entre lo tradicional, ni la sustitución de actividades de baja productividad. Sin un análisis de la coherencia local del conjunto productivo no se comprendería la persistencia y necesidad de economías no globalizables. Sin un análisis de los mercados locales no se podría fortalecer la capacidad productiva de los productores tradicionales, y sin una disección o mapeo de cada mercado regional sería imposible el diseño de una estrategia para los productores intermedios."





VII ¿Qué hacer entonces para resolver la desigual distribución del valor? ¿Cómo podemos financiar y organizar el desarrollo?

En primer lugar identificando a los agentes del desarrollo. Que no pueden ser los intermediarios de las cadenas sino directamente los productores. Financiar a los comerciantes, como lo hace ASERCA, solo concentra el ingreso y empobrece más a los productores. Financiar a los Bancos, como lo hace FIRA para que presten al campo, solo enriquece a los intermediarios financieros, pero no genera un proceso de desarrollo rural.

El desarrollo no es y debe quedar claro, lo que se consigue con el aumento del producto. No es lo que se consigue profundizando la inclusión financiera. Cada una de estas cosas tiene un signo y un carácter. Y el único que puede ofrecer verdaderos resultados de mediano y largo plazo es lo que va a los productores directamente.

En segundo lugar comprendiendo que si bien puede financiarse alguna de las actividades que realizan los productores esa acción particular sólo tiene sentido, si se inscribe dentro de una estrategia, que es financiar lo que esté organizado y se oriente al control de la cadena en su conjunto.

Debería estar claro a estas alturas de la exposición que los productores individuales difícilmente pueden prosperar comprando de manera individual y vendiendo de manera individual, y que ahí comienza la organización, esto es, para efectuar aprovisionamiento común y para ofertar de manera consolidada.

Pero eso implica dejar de comprar al distribuidor que ha extendido sus redes hasta la última localidad y buscar a los mayoristas. Y también implica estudiar el mercado regional y las condiciones del mercado global para que pueda accederse a ál.

El mercado global, ya vimos, implica producir acorde con normas, presentación y estándares sostenidos. Es decir, con calidad, con productos que se entregan siempre de manera semejante, y en empaques que contribuyen tanto a su presentación como a su extendida vida de anaquel. Y ahí comienza una nueva etapa de valor agregado.

Luego entonces podemos apoyar los procesos de organización, de capacitación, de estudio de mercados, de formulación de proyectos. Y solo después dar crédito para ejecutar los proyectos.

Las dependencias que tengan programas para los rubros de fomento y apoyos deberán estar entonces a disposición de la Banca de Desarrollo. Pero como el FIRA sólo opera con bancos de manera directa, queda solamente la Financiera Nacional, pues la Nacional Financiera no tiene entre sus objetivos el desarrollo rural.

El objetivo es fortalecer la economía de los pequeños productores rurales y contribuir al mejoramiento del bienestar y la reducción de la pobreza, mediante procesos de integración económica de las cadenas productivas por controladas los mismos productores organizados.
El mercado objetivo se define por un proyecto elegible que destina a pequeños productores, que pueden estar integrados en cualquier figura asociativa o funcionar como simple grupo. Para ellos puede ofrecerse crédito directo, o dependiendo de su organización y actividades, puede también ofrecérseles una línea de crédito o varias, según existan condiciones de mercado para sus productos. Incluso se les puede plantear la constitución de una organización financiera que fondee sus diversos proyectos.
En la normatividad de la financiera Nacional se incluye en los instrumentos para la estrategia de Desarrollo Rural el establecer crédito a personas físicas y morales con proyectos viables que correspondan a algún eslabón de cualquier cadena productiva de los sectores agrícola, pecuario, acuícola y pesquero.
La Financiera es además ventanilla para los programas relacionados de la SAGARPA, y puede efectuar mezcla de recursos, y combinar programas de apoyo y financiamiento especial.. En el mismo sentido, puede atender en una misma zona superficies en una escala sufieciente para compra consolidada de insumos, mejora tecnológica y el acopio para reducir intermediación.
La Financiera Nacional tiene además otros instrumentos complementarios. Tales como cobertura de precios y fondos de garantía líquida para incrementar aforos o monto de acreditación.

La Financiera Nacional puede dar crédito a pequeños productores, agrupados de manera mancomunada o en figuras asociativas.
Son elegibles proyectos para cualquier eslabón de cualquier cadena productiva, agrícola, pecuaria, acuícola o pesquera.
Pueden financiarse vía reporto o prendario.
Se puede también financiar la innovación tecnológica para comercializar o aplicar energías o tecnologías alternativas.
Se pueden financiar zonas forestales.
Se puede financiar rehabilitación de infraestructura.
Se puede también financiar cualquier eslabón de turismo, artesanía, minería o manufactura.
A primer piso la tasa es de 6.5% anual
A segundo piso puede ser de 3.5% anual con la condición de que no se disperse rebasando los 3 puntos de diferencia.

En la formulación de los proyectos. Es necesario dejar explícito
1 cuál es el mercado alternativo al que se puede acceder con el proyecto.;
2 cuál es el producto, con todas sus características, que demanda el mercado;
3 de qué depende cada una de las características del producto;
4 cuáles son las soluciones tecnológicas que asegurarán que el producto se obtenga con las características definidas;
5 cuál es la fase del proceso productivo en la que se asegura cada característica del producto; cómo debe realizarse cada fase para asegurar las características del producto;
6 cuál es la organización del trabajo que requiere cada fase para realizarse de acuerdo al de su diseño;
7 cuáles son las necesidades de capacitación por fase para realizar el proyecto y asegurar el producto con las características identificadas (qué saben y cómo lo hacen, qué deben aprender para apegarse al diseño)-

Adicionalmente, el proyecto también tiene que incluir
1 Cuáles son las fases para obtener cada uno de los recursos productivos del proyecto (una relación básica pero completa de insumos, materias primas, maquinaria, equipo, instalaciones, etc.)
2 Cuál es la secuencia de fases del proceso productivo (del abasto de insumos hasta el producto final).
3 Cuál es la secu4encia de fases del proceso de distribución (del producto terminado al mercado).

Para el proceso de abasto hay que responder y reunir la información siguiente:
1 Cuáles son los recursos productivos que necesita el proceso.
2 Qué características deben tener estos recursos (incluyendo sus costos).
3 Por qué o para qué deben tener esas características
4 Cómo se obtendrá el recurso, será comprado, rentado, producido, construido, acondicionado…
5 Quiénes son responsables de que el recurso esté disponible.
6 Cuándo deben tenerlo disponible.
Qué controles se deben llevar para disponer del recurso con sus características.
Quiénes y cuándo deben aplicar esos controles
Qué necesitan saber los responsables de asegurar y controlar la disponibilidad del recurso.
Cómo o en qué situación es más conveniente aprenderlo
Cuándo es necesario que se realice la capacitación
Quién escribirá en el manual las decisiones y el control sobre este recurso
Quién vigilará la aplicación del manual para este recurso.

Y para planear el proceso de producción habrá que responder las siguientes interrogantes, de tal manera que se arranque la nueva actividad con perfecto dominio de la estrategia que se emprende:
Cuál es la fase del proceso de producción (diseño por cada fase)
Qué características del producto dependen de esta fase y por qué
Qué actividades se incluyen en esta fase
Cómo deben realizarse estas actividades
Quénes se harán cargo de realizar estas actividades
Cuándo se deben realizar estas actividades
Cuánto costarán estas actividades
Qué medidas pueden tomarse para contar con los recursos financieros necesarios para estas actividades
Qué controles se deben aplicar en estas actividades para asegurar las características del producto
Quién se encargará de aplicar esos controles
Cuándo se deben realizar los registros de esos controles
Qué necesitan aprender los responsables de estas actividades y de sus controles
Cómo o en qué situación es más conveniente aprenderlo
Cuándo es más conveniente realizar la capacitación necesaria
Quién escribirá en el manual las decisiones sobre estas actividades
Quién vigilará la aplicación del manual para estas actividades.

Una vez respondidas estas interrogantes se tendrá un Plan de Negocio y se podrá emprender el camino hacia una empresa bajo dominio de los productores.
Pero tendremos que ver todavía, en una segunda parte, cómo se conciertan las condiciones de venta con el comprador final.



Precio de capital más alto en México
Institucion o particular presta dinero
Tasa de interes con alto precio por el capital
Encarece la inversión
Impacta cadena productiva
Costo total de la operación suma costos
Precio de venta incluye costo de capital
Taco
EEUU barato
harina de trigo más barata

subsidios mayores
créditos des-contables
TACO
(nacional) más caro
harina de trigo nacional más cara

subsidio menor
crédito bancario más caro
Mejor precio
precio total menor
mejor norma calidad
abatir costos
producir mas barato
Mayor venta
Venden su propia producción. acopian y distribuyen
Los que se aprovechan del acopio y distribución
Prestan dinero - extraen utilidad - la remiten al extranjero
Campesinos mexicanos
Productos del campo
Trueque
Punto de venta e intercambio por
Otros productos
Tianguis
Trabajo pretérito
Genera tecnología
Produce herramientas
Crea máquinas
Que se emplean en el proceso productivo
Marchantas
Vs.
Agentes mercantiles
Comerciantes de herramientas
(chinas)
Productos naturistas:
Artesanales
e
Industrializados
Bienes e consumo básico nacionales e
(importados)
Vendedores en tianguis





Proporción de pago a productor fabricante


Fabricante de pantallas
Extractor
de arena sílica

Fabricante de llantas
Productor de caucho


Fabricante de computadoras
Productor de pasta de coco
Concentración de valor en armador




MERCEDES BENZ
Monoblock alemán
Pistones suecos
Pieles de Africa
Coco mexicano
Espuma brasileña
Llantas canadienses
Partes electrónicas alemanas
Mercancías que se intercambian acorde a oferta y demanda
Mercancías que se intercambian por su valor
Productores
Valor de las mercancías
Precio en el mercado

Monopsonios
Oferta - Demanda
Productor con subsidio que vende parte de su producción

Comprador beneficiado por subsidio de sus proveedores

Menor precio de compra por parte del acopiador
Capital

Capital

Capital

Capital

Capital

Capital

Capital

Capital

Producción
Producción
Producción

Costo de inversión en instrumentos y mano de obra


Combinación de factores de producción
Sumatoria
Precio total de insumos
Sumatoria
Productividad media
Sumatoria
Pago de capital


Mercancía producida sin estándares que respondan a las preferencias del consumidor ...

Es corriente (no competitiva) y se vende más barata.
La utilidad del dinero
es ser el vehículo
de las demás mercancías

Cuentas nacionales suman el valor total de lo producido

Reduce el Producto interno bruto
Forma de producción capitalista

Mercancía producto de la acción colectiva


Capital de la empresa conjunta máquinas y obreros
Produce y vender para acumular mas capital

Proceso
Materias primas
Energía
histórico
Trabajos diversos
Investigación tecnológica y científica
de producción
Bien físico que satisface necesidades
Bien físico que encierra valor (trabajo)


Mercancía producida acorde con normas de calidad ...


Mercancía competitiva y alcanza mejor precio.
Maquinas
Trabajo pretérito
Herramientas anteriores
Proceso tecnológico
Carácter útil y su valor

Mercancía
La mercancía tiene trabajo directo y pretérito y por ende nuevo y viejo valor

Precio
( valor total + utilidad de la empresa)

Trabajo pretérito coagulado en máquinas contiene valor.
Empresarios capitalistas:
Empresa + Capital + Maquinaría
Producción artesanal o campesina:
Mano de obra + herramientas y recursos naturales
Remanente distribuido de manera equitatuva
Utilidad de la empresa
Suma adicional de valor
Bien común y producción social
producción para venta
Insumos de producción
produccion para consumo
Proceso
productivo
Herramien-tas
Tecno-logia
Excedente producido por la sociedad
Utilidad
del capital
Casas matrices en el extranjero
Utilidad concentrada en unos cuantos
Utilidad total producida socialmente
Suma adicional de valor
Minoría propietaria
Crédito
Necesidad de utilidad del capital
Garantías de crédito
Derivados
Acciones en bolsa
Punto de venta

Coyotes
Empresas
Productores tradicionales
Empresario toma el riesgo y organiza
Modelos de org del trabajo
Mano de obra
Materia prima
Maquinaria
Inversión de capital
Producción

Competitividad
Factores de riesgo

Empresa

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