El desarrollo económico frente al capitalismo en crisis. Tesis de Licenciatura

July 22, 2017 | Autor: Fernando Irineo | Categoría: Economics, Development Studies, Post-Marxism, Ideology
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Descripción

UNIVERSIDAD INTERCONTINENTAL LICENCIADO EN FILOSOFÍA CON RECONOCIMIENTO DE VALIDEZ OFICIAL DE ESTUDIOS DE LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA SEGÚN ACUERDO No. 871382

“El DESARROLLO ECONÓMICO FRENTE AL CAPITALISMO EN CRISIS”

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A

:

JOSÉ FERNANDO GARCÍA ARELLANO PARA OBTENER EL TÍTULO DE:

LICENCIADO

EN

FILOSOFÍA

ASESOR: MTRO. HIRAM PADILLA MAYER

MÉXICO, D.F.

2013 1

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Índice Pág. Agradecimientos

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Introducción al proyecto

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Capítulo 1

.. 7

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1.1

14 .

1.2

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1.2.1

41 .

1.3

...

... ..42 ....

55

.

.59

..

66

Capítulo 2 2.1 2.2

..

2.3

73 ..

Capítulo 3 3.1 3.2

.. 34

78 ..

88

..

...93 ..

...96

3.3

...103

3.4

...106

Conclusiones

..

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Bibliografía

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3

Agradecimientos En lugar de agradecer habría que preguntar por los culpables de esta tesis. Los culpables son las personas que me hicieron despertar y tener una reflexión social. A ellos y ellas les estoy agradecido. Desde mi firme creencia en Dios le agradezco que un día me enseñó, a través de los marginados, las paradojas de su amor. Lo encontré entre los pobres y desde entonces no nos hemos separado. En ese camino me señaló una familia, los Misioneros de Guadalupe, que se han vuelto parte de mi historia y no se han cansado de apoyar mis proyectos; a ellos también les agradezco. Entre mis hermanos seminaristas y formadores han hecho de estos años de vida religiosa, una etapa muy feliz. En particular quiero agradecer a los padres Francisco Gerardo Hernández, Enrique Hernández, Francisco Sanabria, Juan José A. Ascencio y Gabino Blancas por creer en mí. Mis padres Fernando y Rosario, mi hermana Georgina, conforman mi otra familia. Gracias a las innumerables y diversas discusiones mi criterio se fue forjando en un ambiente de respeto y amor. Incluyo también a mi abuela, tíos, tías, primos, primas, sobrinos y sobrinas por su presencia, siempre formativa, en mi vida. Gracias también a mis amigos y amigas sin los cuales la vida sería monocromática: Frank Sierra, Natalia Equihua, Ady Basurto, Armando Muñóz, Joanna Medellín, Andrea Fajardo, Andrés Traslosheros, Juan Pablo Moyano, Andrea Belmont, Sarusi Bahena, Nathalie Gutiérrez, Raúl Pavón, Horacio Hernández, Michelle Ávila, Kary Blanco, Óscar Balderas, Fernando 4

Colín, Josue Duarte, Francisco Flores, Mariana Garcimarrero, Priscilla Incháurregui, Paola Kuri, Sarahí San Agustín, Carlos Pérez, Cristian Román, Ignacio Murillo, Edgar Vargas, Michelle Rojano, Ana Sandoval, Miguel Velázquez, Anibal Eduardo López, y aquellas personas que me faltaron pero saben que se encuentran presentes. A los que viven de otra forma entre nosotros, los que se han adelantado, también les agradezco el tiempo de vida que compartimos: mi abuelo Pedro Arellano Torres; mis amigos, Felipe Aguilar Requena, P. Juan Antonio Muñóz Hernández y Francisco Godínez Cañedo. A mi asesor Hiram Padilla Mayer por apoyarme en este proyecto, guiarme por el camino de la investigación crítica y por su invaluable amistad; gracias por canalizar mi indignación contra el sistema capitalista y convertirlo en un trabajo académico.

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A Jennifer Santiago, una niña indígena de la Mixteca oaxaqueña, Murió a los 7 años por falta de acceso a un centro de salud, De la rabia surgió esta tesis. Sirva como pequeño homenaje a mi gran amiga.

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Título El desarrollo económico frente al capitalismo en crisis

Tema

Sobre el tema del desarrollo económico criticar algunos elementos constitutivos de los sistemas económicos del liberalismo y del marxismo para demostrar que dicho progreso corresponde a un aparato ideológico y no a una solución ante el problema de la repartición de la riqueza. Cuestionar el rol que el deseo ejerce en la ideología capitalista y tratar de responder al mundo futuro post-capitalista.

Estado de la cuestión

Teorías contractualistas básicas para sustentar el liberalismo (Rousseau con El contrato social, Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres y Hobbes con El Leviatán). Análisis histórico de Karl Marx en El Capital. Revisión del liberalismo nortemaericano en la Crítica del sistema mundo capitalista de Immanuel Wallerstein.

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Justificación “Ustedes se preocupan por los vidrios rotos, nosotros por la rabia que los rompe.” Subcomandante Insurgente Marcos El proyecto económico del liberalismo decimonónico, opino, tuvo una excelente intención: rescatar al hombre de la miseria por medio de la nula intervención del Estado. Esto garantizaba un terreno neutral donde se pudiera comerciar justamente. Lamentablemente no pensaron que la acumulación de capital en manos de una sola persona o un grupo de poder iba a generar una desigualdad garrafal. La marginación ante los sectores que no gozaban de la propiedad ni de los

medios

de

producción

generó

esferas

sociales

con

una

profunda

incompatibilidad. La única forma de salir de la miseria era convertir a otros en pobres. Las teorías contractualistas que sustentan al liberalismo deben ser entendidas como producto de una explicación asimilada sobre la desigualdad.

En el caso del marxismo, debido al rezago económico que generó su aplicación (U.R.S.S. y China), nos encontramos con problemas semejantes, el planteamiento de la lucha de clases para derrocar la burguesía y así tener una sociedad que viviera en justicia económica resultó en, sus casos aplicados, un proyecto de burocratización de la economía y un aumento impresionante en el número de pobres. La intención de disolver las clases para evitar opresión sigue siendo respetable, claro que el “valor nominal” como concepto debe ser puesto en tela de juicio ya que son los grupos de poder los que indican la plusvalía del dinero 8

o de las posesiones para su propio beneficio; sin embargo, no es posible pensar que a costa de buscar el bien común y desaparecer la propiedad privada sea necesario provocar una inestabilidad de ingresos.

Ante todas estas inquietudes, la tesis que presento surge como respuesta a una interrogante de la filosofía política y de la misma filosofía social ya que afecta directamente las relaciones sociales y no solamente las establecidas desde el poder oficial, también regula, como lo hace la vinculación económica, la mayoría de los tratos que el ser humano tendrá a lo largo de su vida. La pregunta clave es ¿Qué es el desarrollo económico y es cierto que existe? Desde la reflexión sobre la realidad social es notorio que hay una discrepancia enorme entre los postulados liberales que asumían, de manera positiva, la acumulación de capital porque pensaban en el enriquecimiento posterior de una comunidad y la realidad de una pobreza que en muchos países sufrieron hasta exhibir su descontento con doctrinas revolucionarias. El capitalismo como convención civilizatoria y pacífica 1 ha resultado en una paradoja cuya intención teórica es proteger los intereses públicos y su aplicación real deviene en un injusto sistema protector de intereses privados.

Ante un panorama carente de praxis (práctica) política y económica, la tarea académica debe situarse en señalar las discrepancias (en vistas a la transformación de la realidad) y para hacerlo es menester encontrar el origen de 1

No es gratuito que la palabra latina pax involucra un pago o la cesión de derechos y significa también paz.

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las mismas y proponer, con un apropiado análisis de la realidad, otras opciones para el tratamiento del tema del progreso económico. Aquí, entonces, la necesidad de investigar sobre los postulados que marcan presupuestos de pacto social (prácticos para desarrollar una teoría social pero ficticios dado su carácter de presunción sin respaldo científico). En el frontispicio del Leviathan, grabado elaborado por el francés Abraham Bosse en 1651 encontramos el reflejo del texto, naturalmente la obra artística fue asesorada por Hobbes pero lo importante de esta ilustración son las oposiciones que presenta. De un lado la corona y del otro la mitra, apartando los poderes civiles de los eclesiásticos pero justo debajo de estos paralelismos, hay un último cuadro que refleja la importancia de la reflexión académica: En un extremo aparece un campo de batalla en plena acción, soldados luchando y caballos dispuestos a la masacre, su cuadro contrario presenta una incoherencia para el discurso visual pues hay una cátedra en desarrollo, todos los catedráticos sentados y posiblemente discutiendo. El orden en al aula contrapuesto al caos de la guerra nos habla de una misma capacidad de transformar la realidad desde la discusión, el análisis, la reflexión. No podemos limitar la fuerza del concepto y pensar que no tendrá eco en la sociedad, incluso en la parte mayoritaria que no goza del privilegio educativo. La filosofía, encargada de hacer las preguntas correctas, va a generar la curiosidad por la respuesta y esa efervescencia que ha generado la, muchas veces incómoda, pregunta es a su vez motivo de un cambio social. No estoy diciendo que todas las implicaciones teóricas repercutan en las masas pero sí

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aquellas que 1) afectan sus intereses inmediatos y 2) sean fáciles de entender dada su naturaleza cotidiana. Pregunta, con mucha justicia, Octavio Paz: “¿Qué nacerá del derrumbe de las ideologías? ¿Amanece una era de concordia universal y de libertad para todos o regresarán las idolatrías tribales y los fanatismos religiosos, con su caudal de discordias y tiranías?” 2 El planteamiento de la duda es una afrenta al sistema que no se preocupa por el derrumbe ideológico, por tanto, moviliza la reflexión sobre lo novedoso que resultan las suposiciones del poeta. Desde esta perspectiva la necesidad y obligación de la investigación filosófica para construir desde la inquietud una posibilidad, no necesariamente de certidumbre ya que puede acarrear otras preguntas pero siempre dinamizando la sociedad desde la reflexión. El tema del desarrollo económico es ineludible, en palabras de Guillermo Fadanelli: “La renuncia al progreso es imposible en el seno de la sociedad occidental.” 3 No es posible aspirar siquiera a detener inmediatamente el poder discursivo del progreso económico pero sí podemos calcular los daños, ventajas y analizar el futuro que posiblemente adquiera. Proponer la construcción entre las ruinas no parece inútil, al contrario, debemos aprovechar el derrumbe de las ideologías, especialmente de la capitalista, para alzar un nuevo proyecto de verdadero progreso económico libre de ingenuidades. Planteamiento del problema

2 3

Versión estenográfica del discurso de aceptación del premio Nobel de Literatura Octavio Paz en 1990. Guillermo Fadanelli, En busca de un lugar habitable, México, ed. Almadía, 2012, p. 130.

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¿Es el modelo del desarrollo una condición necesaria y suficiente del equilibrio económico? ¿Existe una distribución equilibrada entre políticas económicas y la necesidad real de los ciudadanos marginados? ¿Qué opciones existen frente al sistema ideológico del capitalismo?

Objetivo general

Analizar el sistema liberal y sus componentes esenciales para determinar en qué punto el desarrollo económico se convirtió en el eje de este sistema-mundo. Consecuentemente indagar en las razones antropológicas que nos han llevado a darle un sentido absoluto al capitalismo.

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Objetivos particulares

1) Profundizar en los conceptos generales de las teorías contractualistas del siglo XIX, sobre todo en áreas como relación gobierno-pueblo y la libertad. 2) Exponer las principales crisis y consecuencias del Estado liberal en el área del desarrollo económico. 3) Investigar los elementos antropológicos que nos han llevado adoptar el capitalismo como modo de vida. 4) Cuestionar el papel de las ideologías frente a los proyectos de una humanidad post-capitalista. 12

Esquema

1. Origen histórico-conceptual del desarrollo económico. 1.1 La conciencia de clase en la burguesía a finales del siglo XVII. 1.2 Las ideologías europeas sobre el pacto social como sustento teórico del liberalismo. 1.2.1 Hobbes y Rousseau o el antecedente de la humanidad como sustento de un proyecto económico. 1.3 Arqueología del desarrollo económico.

2. La expansión del modelo económico liberal: la puesta en práctica. 2.1 Las promesas del liberalismo económico: el desarrollo como una ilusión. 2.2 El desarrollo como ficción de la metafísica del capitalismo. 2.3 La absoluta ideología capitalista.

3. La naturaleza suspendida 3.1 Economía y deseo 3.2 Protagonistas de la naturaleza suspendida: del exceso a la marginación. 3.3 Naturaleza suspendida y posmodernidad 3.4 La meta-ideología como alternativa

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Capítulo I 1. Origen histórico conceptual del desarrollo económico

Él es un caballo negro que galopa sobre cristales de abismos sobre tus hondos temores sobre la piedra blanca que deshace su estructura David Meza

Tratar un tema como el desarrollo económico bajo una óptica filosófica nos sitúa en un terreno donde debemos caminar entre conceptos técnicos, sociales y de reflexión. A lo largo de este capítulo encontraremos las diferentes propuestas que sustentan la idea del progreso económico, desde una antropología orientada a explicar nuestro origen en tanto sociedad hasta la descripción de los elementos propios de la transformación histórica de los pueblos europeos y norteamericanos. Me refiero en plural a estos últimos dada la diversidad de comunidades cuasi europeas que existían en la formación de la incipiente Unión de Estados Norteamericanos 4.

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Más adelante detallaré la influencia que tuvieron las diferentes agrupaciones ideológicas dentro de la conformación de los Estados Unidos de Norteamérica como potencia económica. Gracias a la visión religiosa de las Trece Colonias, los ideales del liberalismo europeo encontraron un espacio de oportunidad para desarrollarse en plenitud. Actualmente persiste la noción del sueño americano (american dream) como ilusión del esfuerzo laboral recompensado de manera justa. “Parece existir una afinidad entre el estado de espíritu de un industrial, aferrado al trabajo y riguroso calculador del beneficio, y la severidad prosaica de la religión reformada.” Georges Bataille, La Parte Maldita Ensayo de economía general [Trad. Julián Manuel Fava y Lucía Ana Belloro], Buenos Aires, Los Cuarenta Editorial, 2007, p.117.

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El desarrollo debe estudiarse desde un origen tan incierto como los movimientos del capitalismo y es que, justamente, aparece unido a una etapa que la humanidad reconoce como un tiempo de cambios sociales profundos, me refiero al periodo que inicia del S. XV y concluye en el S. XVIII, esto no es indicador del colapso del capitalismo pero desde este siglo adquiere otra estructura, otra forma de supervivencia con las modificaciones que la revolución francesa impone y que los Estados Unidos de Norteamérica adoptan. Los antiguos paradigmas, arrastrados por la Edad Media, parecían comenzar a caducar, tal es el caso del poder cuyo respaldo divino es puesto en tela de juicio. De la misma forma el paradigma de temporalidad, encuadrado como parte de una escatología, poco a poco fue reemplazado por una idea de inmediatez entendida en lo material. La visión medieval del tiempo tiene mucho que ver con la forma en que la Iglesia católica expresaba su cosmovisión en derredor de la salvación. La idea de tiempo no es original del cristianismo, deviene del judaísmo y heredó varios aspectos, sintetizados por el Mtro. Ricardo Marcelino Rivas García: En primer lugar tenemos la (a) presentación de la historia como un proceso que se despliega desde el comienzo; en segundo lugar observamos (b) la asociación de lo particular a lo universal en la historia, es decir, la asociación entre referencias a distintas historias nacionales, especialmente la de Israel, y la idea de una única historia de la humanidad, escrita con mayúscula; después tenemos (c) la certidumbre de que los acontecimientos se integran en el proceso llamado tienen sentido si se los considera con un criterio moral, opuesto, por tanto a la necesidad o al azar; finalmente tenemos (d) la conciencia de que el desarrollo de la vida de la humanidad conduce a un 5 futuro .

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Ricardo Marcelino Rivas García, Ensayos críticos sobre la posmodernidad, México, Universidad Pontificia de México, 2013, p. 58.

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Por tanto tenemos una historia que parte desde un origen o comienzo y aquí viene la idea de la creación. Esto provee de un sustento divino en todas las acciones que tengan que ver con el poder y la autoridad, si Dios tuvo la autoridad de crearlo todo, de “hacer” la naturaleza, de la misma forma tiene la posiblidad de indicar quiénes deben mandar, cómo deben ordenarse las cosas. Es el fundamento del derecho natural cuyo único legislador es Dios, generando así una interpretación unívoca de la ley, unificando a través de la creencia un mismo modelo económico, político, teológico; en otras palabras una primera globalización ontoteológica. Sobre la única historia de la humanidad encontramos una forma de nacionalismo sin territorio, una comunidad elegida por la deidad que marcará el ritmo de los diferentes pueblos sobre la Tierra, lejos de los conflictos que implicaría asumir un pueblo elegido por encima de otros hay que centrar la reflexión en la imposibilidad de entender una historia fuera de la propia realidad comunitaria. Esto coincide con el punto “c” propuesto por el Mtro. Rivas ya que si la historia parte de una autoconsideración, como los elegidos por Dios, naturalmente nuestro futuro no puede estar en manos de la incertidumbre, está en las manos de Dios por origen y en continuidad. El sentido divino, aunque es inaccesible para la humanidad, existe y es por medio de la aceptación plena de esta creencia que el cristiano puede hablar de esperanza. No es una actitud totalmente pasiva, implica acción en tanto va orientada a un desarrollo positivo del mundo con una culminación en la vida eterna.

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Este sentido cristiano de la historia va a ser contrastado por dos frentes, el primero es el avance en la ciencia como disciplina autónoma 6 y el segundo es la idea del protestantismo. Curiosamente al atacar esta noción de historia teleológica o de “pasividad”, el protestantismo potenció elementos básicos del capitalismo, por ejemplo una nueva noción de historia en donde se aceptaba la salvación a priori pero sin ninguna clase de esfuerzo moral ya que, de acuerdo con la propuesta de Lutero y Calvino la salvación ya está dada aunque con matices diferentes, la libertad para Lutero es inherente a nuestra condición humana, el reto es elegir, de entre todas las posibilidades, el camino de Dios mientras que para Calvino el ser humano vive en una “depravación total” y la única forma de acceder a esa salvación preestablecida es a través de la renuncia al pecado, parecieran discursos diferentes pero en realidad solamente son caminos diferentes que llevan al mismo punto, por tanto el esfuerzo o el camino de santificación tiene que ser material, una estructura secularizante del Reino de Dios aplicada a la realidad social inmediata 7. Como más adelante se mencionará, fueron varios elementos los que paulatinamente transformaron esta visión histórica y dieron pie a la concepción compartida en el capitalismo.

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La variación de las cosmologías corresponde a la necesidad de tener nuevas explicaciones sobre el mundo, cuando los modelos explicativos comienzan a caducar es necesario tener nuevas respuestas respaldadas por un marco referencial, también nuevo o de base institucional sólida. Al existir confusión sobre los preceptos teológicos la ciencia se alzó como nueva referencia estable. La sabiduría que de antaño se encontraba en expresión bíblica adquiría menos peso sobre las nuevas investigaciones que, a pesar de no encontrarse exhaustivamente demostradas, bastaba el ejercicio de la experimentación para ser aceptada como nuevo paradigma de la verdad. Cfr. Thomas S. Kuhn, La revolución copernicana La astronomía planetaria en el desarrollo del pensamiento [Domenec Bergada], Barcelona, Ariel, 2008, p. 29. 7 El trabajo como forma material de expresar una espiritualidad, por ejemplo.

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El papel de la ciencia en esta nueva consideración de la realidad se centra en personajes particulares 8; la figura del libre pensador surgía desde la exploración científica y filosófica, y aunque existía todavía una gran influencia de la Iglesia Católica, afirmaron que muchos de los prejuicios sociales se basaban en una ciencia ficticia ingeniada para perpetuar los sistemas de poder. Lo que tantos siglos pareció inamovible comenzaba a desbaratarse lentamente. Nuevas ilusiones sustituyeron otras, nuevos rostros suplantaron a los antiguos paradigmas: la autoridad del Rey, por ejemplo, perdía su respaldo divino. La secularización del poder implica cuestionar las capacidades de ser elegido para gobernar: “( ) la Iglesia católica explicaba la sociedad, tanto como a la naturaleza, a través de Dios. La fe religiosa sostenía al feudalismo, y el feudalismo alimentaba y sostenía la fe.” 9 Era un círculo vicioso que fomentaba la naturaleza suspendida o en suspensión. 10

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Otro aspecto importante en el cristianismo que hereda del judaísmo es la posibilidad de hablar de un Dios personal, esto es, la relación de intimidad. Su reflejo social será el exaltar la persona por sobre las masas, las cuales a aparecen como una pérdida de la identidad. Esta clase de humanismo cobra mayor auge en el renacimiento y se instala de forma definitiva en la idea de dignidad, ya no usada solamente como referente de la nobleza, también como característica de la persona. La modernidad reafirma esta postura y la lleva hasta el extremo de renunciar a Dios como sustento primario, en tanto apuesta por la humanidad misma en su capacidad científica como única explicación real en tanto tangible. La posmodernidad se encargará de retar esta postura, disolviendo incluso a la humanidad como fundamento. 9 Jorge Politzer, “La filosofía del iluminismo y el pensamiento moderno” en Maurice Thorez, Jacques Duclós, Paul Bouthonnier, et al, La revolución francesa, México, Editorial Grijalbo, 1968, p. 31. 10 El término de “naturaleza suspendida” lo refiero a una ausencia de reflexión, ya por cuestiones internas, ya por motivos externos, dentro de los diversos grupos de orden económico. En la Edad Media existía una naturaleza suspendida por parte de los siervos porque seguían la visión occidental cristiana de aceptar los designios de Dios, en la Modernidad nos encontramos con la burguesía como un sector poblacional que no busca una autocrítica sino perpetuar el sistema que les permita mayor acumulación de bienes materiales. Este concepto choca con la idea de “progreso” o de “desarrollo económico” pero, como se demostrará más adelante, es precisamente el primer obstáculo. La parálisis contemplativa de las clases tanto dominadas como dominantes,

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Los estándares de fuerza e inteligencia fueron ignorados en aras de continuar la tradición, se convirtieron en aparatos místicos y arquetípicos pero ya no existía una relación entre la nobleza y el pueblo fuera de la mutua necesidad para subsistir. La ausencia de signos en común devino en interrupción del diálogo social 11. Sin una guía discursiva compartida, la dificultad de enfrentar los problemas sociales más básicos generaban problemáticas mayores. La hambruna, entre otros motivantes, que muchos países europeos sufrieron devino en un cambio radical de actitud. La pasividad que el formato de sentido cristiano había dado como lineamiento a seguir comenzaba a ser cuestionado al carecer de respuestas concretas para los conflictos. Parecía haber otra clase de distanciamiento discursivo entre un ambiente plagado de miseria y una promesa de vida eterna casi utópico. La esperanza, como motor de la Providencia, era rebasada por epidemias y una generalizada trivialización de la muerte. Los grandes monstruos mitológicos del Medievo, cuya finalidad mítica era mantener a los siervos alejados de la relación con otras comunidades, se desvanecían y las relaciones comerciales junto con la gran globalización 12 mercantil dieron lugar a una nueva forma de interpretar el mundo.

genera ilusión de cambio o de transformación pero son oasis, utopías que permiten el estancamiento y acomodamiento de las clases con mayor poder adquisitivo. 11 Un ejemplo claro es la distancia entre la aristocracia rusa, modelo imperialista por excelencia, y el pueblo ruso. Muchos de estos nobles no hablaban ruso, era el francés el idioma típico de las altas esferas: “Ni siquiera saben cómo se dice pan en ruso, lo cual marca una diferencia en los niveles de miseria.” Oscar Uribe-Villegas, Imágenes del hombre-en-sociedad en la Rusia zarista y en la Unión Soviética, México, U.N.A.M., 1977, p.37. 12 El término “mundialización” puede usarse también. Cfr. Immanuel Wallerstein, La crisis estructural del capitalismo [trad. Carlos Antonio Aguirre Rojas], México, Ed. Contrahistorias, 2005, pp. 57-59. Refiero a la noción de expansión comercial, el Mundo se abre a los negocios y

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La forma del proceso social de vida, o lo que es lo mismo, del proceso material de producción, sólo se despojará de su halo místico cuando ese proceso sea obra de hombres libremente socializados y puesta bajo su mando consciente y racional. Mas, para ello, la sociedad necesitará contar con una base material o con una serie de condiciones materiales de existencia, que son, a su vez, fruto natural de una larga y penosa 13 evolución.

Esta transformación es notoria en la necesidad de negociar con productos distintos a los obtenidos en los feudos, forzó la generación de una nueva clase social y dio paso a la noción de mercado moderno 14. No podían negociar, como en el caso de los puertos, los siervos ni los señores feudales debido a la ignorancia que se tenía sobre los espacios inter-feudales; ante la necesidad de una figura intermedia los mercaderes son la solución. Fueron los conocedores de los caminos los primeros en reabrir la brecha para la relación comercial, en primer lugar siendo conexión entre feudos y posteriormente vinculando reinos. Los grupos itinerantes son la base de la incipiente burguesía. Entender la apertura del mercado europeo es asumir que inicia también la idea de la competencia; las mismas relaciones entre los propietarios (ya sea de cosas comunes o de cosas particulares) se convirtieron en relaciones de distinción, lo diferente generó una inquietud de posesión entre las distintas clases sociales de la época. La intención de abastecer a las comunidades de cosas básicas para la supervivencia pronto se convirtió en una forma de adquirir autoridad y poderío bajo la acumulación de capital; mismo sistema que seguirá paradójicamente se cierra. Disueltas las fronteras geográficas, que en muchos casos eran obstrucción para fines mercantiles, da paso a considerar el Mundo como unidad conquistable. 13 Carlos Marx, El Capital Crítica de la Economía Política [trad. Wenceslao Roces], México, F.C.E., 2000, p.44. 14 La arqueología nos ha revelado que desde las primeras civilizaciones existía el comercio pero el giro que adquiere durante la modernidad destaca por la primacía que adquiere la acumulación del capital y el sentido de consumir incluso lo inútil.

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asumiendo el modelo capitalista como la solución para motorizar el consumo, facultad del deseo de no perecer. 15 Posicionados los grandes comerciantes, tanto los siervos como la clase noble se encontraban a merced de las decisiones del mercado. Desde entonces la fuerza metafísica del capital, su energía, no perece porque es inexistente 16. Existe la materia prima y sus productos derivados pero el valor dependía de la producción y de la necesidad que tuvieran de algún producto en particular, un valor invisible que expresa la disparidad entre la fuerza de trabajo y el costo de producción. Hay un distanciamiento claro de los paradigmas tradicionales, el cambio o evolución no fue derrocar los antiguos ídolos; no dejaron la superstición pero la sustituyeron por una más cercana a sus necesidades de producción: lo marginal se posicionó en el centro, el capital se colocó como la columna vertebral de las relaciones sociales. Los feudos nunca se preocuparon por la sobreproducción, solamente por la manutención porque actuaban bajo el estándar de suficiencia pero al ampliar el mercado sus fronteras, ya no existían requerimientos mínimos, al contrario, debían buscar las formas para masificar la producción. Pero la idea de lo novedoso tiene

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El consumo se vincula con la idea de luchar contra lo perecedero de la existencia, al haber un cambio en la mentalidad de la época, la apertura de los feudos descubre que ya no hay un cimiento válido fuera del material; al tergiversarse el pensamiento religioso tienen que depositar la confianza de la trascendencia en otro lugar fuera de lo espiritual, por tanto consumir indica que se tiene existencia y que se puede trascender por medio del objeto que se consume. Abordaré con mayor profundidad este tema en el último apartado del presente capítulo. 16 Indica Bataille: “( ) la energía (la riqueza) excedente puede ser utilizada para el crecimiento de un sistema (por ejemplo de un organismo). Si el sistema no puede crecer más, o si el excedente no puede ser enteramente absorbido en su crecimiento, es necesaria la pérdida sin beneficio, el gasto, voluntario o no, glorioso, o al menos, de manera catastrófica.” Georges Bataille, La Parte Maldita Ensayo de Economía general [Trad. Lucía Belloro y Julián Fava], Buenos Aires, Las Cuarenta, p.30.

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su génesis a la par que el deseo de competencia, es decir, anteriormente no existía el exceso en tanto posesión en demasía de los productos. ( ) cuando hablamos de feudalismo en Europa occidental, es una serie de minúsculos nódulos económicos cuyas poblaciones y productividad estaban en lento crecimiento, y en los que los mecanismos legales garantizaban que el grueso del excedente fuera a parar a los terratenientes que tenían estatus de nobleza y poseían el control de la maquinaría jurídica. Dado que una buena parte de este excedente estaba en especie, resultaba escasamente beneficioso a menos que pudiera ser vendido. Aparecieron ciudades y con 17 ellas artesanos que compraban el excedente y lo cambiaban por sus productos.

Aquello que se generaba en los feudos tenía que ser limitado ya que poseer de más era absurdo, la comida era perecedera y la artesanía en abundancia solamente ocupaban espacio. El señor feudal podía tener más cosas y propiedades que los siervos y éstos no encontraban ningún problema en ello, había una naturaleza en suspensión en tanto se tenía una conciencia clara de la clase como origen y fin de la existencia. La posibilidad de adquirir en cantidades mayores fue parte de la apertura económica pero de nada servía acumular lo mismo que ya se tenía, de ahí que lo novedoso fuera otro motor del consumo. El deseo de tener más y lo mejor, se perfila desde entonces como la caracterización material de una conciencia capitalista. Esta conciencia adopta el lujo como aspiración y el lujo es la síntesis de estos dos deseos pero ya no es la cuestión por poseer en abundancia un producto sino en tenerlo por su valor: “La historia de la vida sobre la tierra es principalmente el efecto de una loca exuberancia: el acontecimiento dominante es el desarrollo del lujo, la producción

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Immanuel Wallerstein, El moderno sistema mundial La agricultura capitalista y los orígenes de la economía-mundo europea en el siglo XVI [Trad. Antonio Resines], México, siglo ventiuno editores, 1999, p. 26.

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de formas de vida cada vez más onerosas18.” Encontramos, entonces, la aparición de la moda como un signo que marca la presencia del lujo en tanto aparente “desarrollo” o avance. La diferencia más notable entre los feudos y los burgos será plásticamente el sentido de la moda 19 que contagiará a todo occidente con la forma del vestido, actualmente este vestigio continúa siendo una marca para identificar cuáles países poseen mayor grado de inversión, lo que deviene en definir el grado de “progreso” de los pueblos. La moda representa, en efecto, la faceta frívola de ese nuevo amor por las apariencias y el espectáculo del hombre, que se produce en Occidente. Por otra parte, las diferencias evidentes y altamente significativas, como el culto a la fantasía que se manifiesta en la moda, y el , que en cierto sentido no dejará de guiar la evolución del artem forman parte de un mismo conjunto: en ambos casos se da la misma exaltación de las cosas visibles, la misma pasión por los detalles sensibles, la misma curiosidad por los rasgos individuales, igual delectaciòn inmediata por lo externo, la misma tendencia al 20 placer estético.

Un sastre antes de la aparición de la moda no era más que una persona perteneciente a un gremio y su labor no tenía nada de artístico, en todo caso tenía más referentes con la técnica y con el cumplimiento de un oficio. Representaba el estancamiento del la creatividad y el confinamiento a realizarse en un oficio que había heredado y habría de heredar a sus descendientes, gracias al surgimiento de la moda la Alta Costura, por ejemplo, deriva la técnica en una forma de expresión artística respetada y reconocida. El éxito de la moda, permitió, 18

G. Bataille, op. cit., p. 41. Con el término “moda” me refiero al conjunto de elementos materiales que influyen en la cultura creando paradigmas estéticos, especialmente de consumo. La realización del plan burgués para conquistar espacios culturales encuentra su más importante embajador en la moda. Le dará los espacios que, por no pertenecer a una estirpe noble, no podrá adquirir de otra forma. El sentido de exhibición se vincula y hace las veces de demostración de poderío, como los autos de fe medievales, la ostentación es vehículo de supremacía social. Cfr. Gilles Lipovetsky, El imperio de lo efímero La moda y su destino en las sociedades modernas [Felipe Hernández y Carmen López], Barcelona, Anagrama, 2010. 20 G. Lipovetsky, op. cit., pp. 73-74. 19

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paradojicamente que los burgueses pudieran destacar frente a los nobles ya que podían permitirse gastar más que ellos en cuestiones estéticas. La monarquía tuvo que entrar en el juego fashionista con la finalidad de subsistir a una decadencia de poder inminente. Curioso que actualmente las familias reales sigan los esquemas del vestir aburguesado, lo cual implica una rendición frente a una clase de autoridad mayor; la autoridad del capitalista.

Ante este nuevo panorama ¿eran los medios de producción capaces de sostener la demanda de producción? Evidentemente faltaba mucho para abastecer las necesidades creadas por el sistema de consumo del momento. Junto a la invención del capital y la competencia nace la idea de poseer más, lo técnico busca satisfacer lo necesario para sobrevivir. Marx denominó a la actitud de pensar en la mercancía, en tanto valor para la satisfacción de una necesidad, como “feticishismo 21”, es decir, se cree que el producto es la consecuencia de una necesidad cuando en realidad es lo contrario, es de la necesidad de crear nuevos vínculos comerciales que surge la mercancía, no es solamente una necesidad creada porque no podríamos separar necesidades reales de artificiales, es la

21

El término de fetiche también es retomado por el psicoanálisis, también como una sustitución ilusoria, aunque se considera como una referencia sexual Freud explica que es muchas veces motor de la energía libidinal para su satisfacción, cabe destacar que el mismo autor explica la aparición de la patología fetichista cuando “( ) la aspiración al fetiche se fija, excediéndose de la condición mencionada, y remplaza a la meta sexual normal; y además, cuando el fetiche se desprende de esa persona determinada y pasa a ser un objeto sexual por sí mismo.” Sigmund Freud, “Tres ensayos de teoría sexual” en Obras Completas VII [Trad.José L. Etcheverry], Madrid, Amorrortu Ediciones, 2005, p. 140. Lo interesante es que la postura de Marx sobre la mercancía parecería ajustarse al diagnóstico de patología freudiana, no solamente como una sustitución de la realidad o elementos materiales que generan placer sino la fijación del placer que genera el objeto en sí mismo. Más allá de la posesión es un objeto sexual porque genera placer su simple existencia.

24

creación de un nuevo mercado, totalmente innecesario en muchos casos pero ineludible para el consumo. Ya no es posible localizar desde ese tiempo una teleología obligatoria del objeto, se fabrican cosas que puedan tener la intención de no servir para ninguna función en específico. De aquí que los esfuerzos tecnológicos, orientados al consumo, derivaran en la forma de optimizar el tiempo y el trabajo. La revolución industrial, vislumbrada antes de la aparición de la máquina de vapor no fue la que produjo el cambio en el paradigma económico, en todo caso fue respuesta ante la emergencia de la masificación del producto. El surgimiento de la demanda es consecuenia de las necesidades creadas, la comparación frente a la carencia genera nuevas necesidades, el afán de homologarlo todo, de acceder al estilo de vida igualitario surge desde el consumo igualitario. Desde este tiempo podemos relacionar el carácter metafísico de la posesión del producto como promesa de un estilo de vida diferente. Volviendo al origen del concepto de desarrollo, surge justamente con la ampliación del mercado. La bonanza de las comunidades tiene su reflejo en el poder adquisitivo, es la nueva forma de dominar y lograr ampliar sus territorios comerciales. Otro factor decisivo, además de la idea de exceso y la visión escatológica de la historia, es la especulación. Ya que los sistemas o rutas comerciales funcionaron de manera dinámica, la comunicación fue esencial para las relaciones mercantiles, necesitaban saber cuánto podrían intercambiar entre ciudades. El problema es que las potencias económicas no tenían un control 25

absoluto sobre los actos de comercio, ni sobre la cantidad de productos o ganancias.

Existían

los

registros

tributarios

pero

no

eran

indicadores

necesariamente válidos de la cantidad de recursos que poseían.

La consecuencia principal del desarrollo de la especulación fue la movilización de los capitales y la transacción de negocios en los valores que representaban a las mercancías, o que se suponía que las representaban. Aún los bienes raíces comenzaban a 22 “movilizarse” gracias al desarrollo de la hipoteca.

La especulación es un elemento presente en el capitalismo como forma de control del capital. En primer lugar encontramos que los medios de controlor surgen desde la noción de valor, entendemos que el valor tiene dos acepciones aplicadas también a la economía: A)

El valor de uso, que de acuerdo con el análisis de Marx: “Los valores de uso forman el contenido material de la riqueza, cualquiera sea la forma social de ésta. ( ) los valores de uso son, además, el soporte material del valor de cambio.”23 Es el elemento material y cuantificable dentro del producto, esto permite tener un control sobre el costo de la producción y la cantidad necesaria de materia prima para su elaboración. Es valor en tanto posibilidad de saber exactamente los elementos que le integran, es una invención heredada del pensamiento de Adam Smith y David Ricardo para controlar un mercado que fuera entre “equivalentes” apelando a

22

Henri Sée, Orígenes del capitalismo moderno [Trad. Makedonio Garza], México, F.C.E., 1974, p.32. 23 C. Marx, op. cit., p. 4.

26

un derecho natural que controlaría, por su propia fuerza, el equilibrio entre el valor del producto y el costo del mismo. Al asignarle una autonomía cuantitativa a cada producto, es posible hablar de un valor independiente de las presiones del mercado y por tanto, de un producto libre circulando en un marco también de libertad comercial. 24Podemos llamar a este valor “real”. B)

El valor de cambio es la consecuencia de equiparar un producto frente a otro, es decir, despojar al producto de sus características, materia prima, peso, etc., para hacerla coincidir con otro producto. Es la homologación de bienes con la intención de una igualdad abstracta. Se asume por tanto que además de sus cualidades físicas posee un elemento más allá de lo físico que puede ser intercambiable por otro que posea el mismo valor. 25 Aquí tenemos el primer indicio de una metafísica del producto, ya no es solamente lo que podemos ver sino la aspiración de intercambio que es cada prodcuto. No se trabaja entonces para elaborar solamente un producto, se trabaja para elaborar una posibilidad de crédito desde el producto. Es el valor nominal, el plus que se le otorga.

Bajo la perspectiva del valor no parece existir ningún problema severo pero gracias a la aportación de Marx es posible vislumbrar la creación de los 24

Cfr. Maurice Dobb, Teorías del valor y de la distribución desde Adam Smith, México, Siglo XXI, 1985, pp. 163-165. 25 Cfr. C. Marx, op. cit., pp- 5-7.

27

mercados liberales, desde su origen, con el plusvalor, esto se refiere al excedente que se obtiene como ganancia del producto, es decir, no es un valor de uso porque proporciona más bienes que los invertidos en la elaboración del producto y no es un valor de cambio porque no está siendo intercambiado sino aumentado monetariamente en proporción a la demanda. El plusvalor, como más adelante se detallará, invirtió el paradigma de la forma de conseguir recursos, es con el quiebre de toda la estructura ontoteológica medieval, ya no es unívoco el derecho ni las reglas para la economía, ya no es necesario conseguir lo necesario para sobrevivir, en cambio se necesitan conseguir más recursos para aumentar el respaldo monetario y generar capital en una espiral sin fin, el proceso continuo de acumulación y especulación: La forma directa de la circulación de mercancías es M-D-M, o sea, trasnformación de la mercancia en dinero y de éste nuevamente en mercancía: vender para comprar. Pero, al otro lado de esta forma, nos encontramos con otra, específicamente distinta de ella, con la forma D-M-D, o sea transformación del dinero en mercancía y de ésta nuevamente en dinero: comprar para vender. El dinero que gira con arreglo a esta forma de circulación es el que se transforma en 26 capital, llega a ser capital y lo es ya por su destino.

Al ser el valor y el plusvalor entidades metafísicas, solamente se puede hacer

una

suposición

sobre

la

producción

neta,

es

decir,

calcular

aproximadamente la suficiencia de la producción con las pérdidas incluidas desde la materia prima hasta la fuerza de trabajo. Esto en el caso de la manufactura, donde existen los productos como referentes físicos de la inversión pero hablando 26

C. Marx, op. cit., p. 103.

28

de los primeros bancos, tejen especulación sobre especulación porque la moneda no es garante de ningún sustento. El banco es una forma de acumulación de capital y de los intereses puestos en él, una administración presupuestal que usa los recursos de otros para pagar. El progreso de los bancos fue otro rasgo característico de la época. Los bancos fueron fundados principalmente por italianos, que desde la Edad Media adquirieron experiencia en esta clase de empresa, y también por alemanes. Estos bancos eran instituciones de depósito. Gracias al dinero que apuntaban los hombres de todas las clases sociales 27 (nobles y comerciantes), el banquero podría intentar la especulación en grande.

El problema de la economía con una base especulativa es su carácter de incierto, se vuelve participe de una estructura metafísica que si bien es controlada en su carácter numérico, permanece en una constante incertidumbre porque se mueve conforme los intereses de los grupos capitalistas lo hagan, e incluso adquiere una personalidad indómita que supera muchas veces los mismos proyectos planteados para su desarrollo. La especulación es un no ser que se asemeja más a la idea de azar que a una certidumbre y tratandose del entramado monetario, ya metafísico en su origen, parece inviable sustentar la economía e incluso la administración pública, sin embargo, actualmente sigue ese mismo esquema de control sin orden. En el caso de los bancos la especulación no es la única forma de adquirir capital, la promesa de pago seguro o de liquidez que ofrece se expresa en los créditos otorgados, créditos que el banco asume como propios aunque realmente solamente se encuentra conteniendo la necesidad de efectuar el pago inmediatamente, dilata solamente lo inevitable, el pago total pero 27

Ibidem, p. 34.

29

su ganancia no consiste solamente en respaldar la liquidez del deudor, de la misma forma cobra por otorgar esa promesa de tranquilidad ya que con capital de los demás usuarios o de los frutos de la especulación puede cubrir el pago temporal, ese “servicio” hace que los bancos tengan mayor poder e incluso se ganen el favor de muchas casas reales que no pueden costear sus deudas. Pronto los proyectos sociales fueron sustituidos como vías para el crecimiento de las ambiciones capitalistas, con el incipiente grupo social de la burguesía, fuera de las leyes de los reyes y de la Iglesia, necesitaron expandir sus territorios de inversión. Los feudos abiertos y las pequeñas ciudades dieron pie a un espacio donde no solamente el comercio vinculaba a las diferentes visiones del Mundo, también coexistían las formas religiosas de concebir el mundo, a saber, dos ejes que movilizaron al mundo post-medieval: El cristianismo romano, por una parte y el protestantismo en su presentación más dura, iniciado por Lutero y perfeccionado por Calvino: La negación de sí, que en el calvinismo era la afirmación de Dios, era de alguna manera un ideal inaccesible: pudo constituir las personalidades causadas, capaces de imponer los valores a los cuales se identificaban, pero la excepción entraba en juego todas las veces. 28 La libertad dada a la cosa, a la producción, fue por el contrario la posibilidad común.

La situación del trabajo como actividad productiva, pieza central del engranaje capitalista, gozaba de un prestigio diferente durante la presencia absoluta de la Iglesia católica como única forma de organización social en

28

G. Bataille, op. cit., p. 138.

30

occidente. El trabajo era visto como un castigo divino, 29 una obligación unida a nuestra condición de humanos, exiliados del Paraíso. Para el protestantismo adquiere un tinte diferente, se equipara al término profesión, dotada de un peso específico dentro de la jerarquía social. No era ya una carga sino un “llamado” divino a desarrollar lo mejor de la persona desde su realidad laboral, la influencia del protestantismo se hace socialmente más poderosa en comparación al cristianismo, simultáneamente fortalece el origen del capitalismo. En el catolicismo la vida terrestre, la vida mundana es un castigo consecuencia del pecado original, por tanto el trabajo es un castigo ineludible que servirá para recordarnos la culpabilidad de nuestros primeros padres, la salvación vendrá como fruto de un trabajo espiritual, opuesto totalmente a la entrega en lo mundano; desde la perspectiva cristiana el trabajo debe hacerse en clave de sentencia y mientras menos consecuencias positivas tenga en la vida material y en cambio, beneficie en la vida espiritual, será mejor. En la visión del protestantismo el trabajo funciona como camino para potencializar esa salvación que ya se nos ha dado, es la expresión plástica de nuestra concordancia con el plan de Dios, hay un reconocimiento a lo material como creación divina y por tanto un compromiso de buscar la excelencia en la tierra como preparativo para la vida eterna. Ni en la Edad Media ni en la Antigüedad (en el helenismo de la última época) se dieron los supuestos para esa estimación del trabajo cotidiano en el mundo que implica esta idea de profesión ( ) En todo caso lo absolutamente nuevo era considerar que el más noble contenido de la propia conducta moral consistía justamente en sentir como un deber el cumplimiento de la tarea profesional en el mundo. Tal era la consecuencia inevitable del

29

Cfr. Génesis 3, 17-24.

31

sentido, por así decirlo, sagrado del trabajo, y lo que engendró el concepto ético-religioso 30 de profesión ( ).

La actualización de la idea del trabajo protestante como desarrollo del mismo espíritu, como vía de purificación y perfección, choca con la idea del cristianismo romano en tanto uno propone la sacralización de lo espiritual y el otro la santificación de lo material; de la materia. El trabajo como vía de instrumentalización absorbe las posibilidades de desempeñar un rol diferente dentro de la comunidad, para los católicos pareciera una naturaleza suspendida dentro de la Edad Media para los de la religión reformada, aparece como una casta a la que pertenecen pero deben potencializar. ( ) dividamos como sigue el conocimiento que el hombre debe tener de sí mismo: en primer lugar, considere cada uno para qué fin fue creado y dotado de dones tan excelentes; esta consideración le llevará a meditar en el culto y servicio que Dios le pide, y a pensar en la vida futura. Después piense en sus dondes, o mejor, en la falta que tiene de ellos, con cuyo conocimiento se sentirá extremadamente confuso, como si se viera reducido a la nada. La primera consideración se encamina a que el hombre conozca cuál es su obligación y su deber; la otra, a que conozca las fuerzas con que cuenta para hacer 31 lo que debe.

En otras palabras, las características de los romanos es pensar en la vida eterna fuera de la existencia en esta tierra, laborar con gusto y felicidad implicaría dejarse seducir por lo material, por lo mundano; los protestantes señalan la salvación como una recompensa ya obtenida por Cristo pero, el mismo compromiso, debe retribuírsele haciendo mejor lo que nos tocó hacer. En sentido estricto la Reforma protestante es la potencia principal del liberalismo europeo y 30

Max Weber, La ética del protestante y el espíritu del capitalismo [Trad. J.C.B. Mohr], Buenos Aires, Editorial Diez, 1971, pp. 87-90. 31 Juan Calvino, Institución de la religión cristiana, Países Bajos, Fundación editorial de literatura reformada, 1968, p. 163.

32

norteamericano con la conquista del territorio americano por parte de los peregrinos calvinistas. Previamente a la Reforma, las cosas no funcionaban de este modo. No era pensada la posibilidad de un crecimiento. El desarrollo está signado por una apertura de territorios vírgenes, por las transformaciones técnicas y por el surgimiento de nuevos productos que nacen de las necesidades. Pero una sociedad puede también ser llevada al consumo de todos sus productos. Desde ese momento, tiene que, de alguna manera, destruir el excedente de los recursos que dispone. La ociosidad es el medio más simple. El ociosos no destruye, de manera menos acabada que el fuego, los productos necesarios para su 32 subsistencia.

El ritmo de la producción exige la necesidad de deshacerse del excedente, por ende el ocio se fomenta como una forma de consumo hasta entonces desconocida pero no solamente tiene esa función de nivelar el engranaje mercantil, tiene como consecuencia la generación de espacios de vacío dentro de las sociedades. En otras palabras, se necesitan consumidores ociosos pero del ocio o la pasividad surge también la reflexión. Un claro ejemplo es el ámbito del turismo, el cual surge de los viajes mercantiles y

de los días de descanso

marcados por la religion, posteriormente se posiciona como el negocio del ocio, las personas viajan para conocer otros lugares pero es un saber que no necesariamente tiene consecuencias fuera del placer estético. 3334 Quienes pueden disponer del tiempo y los recursos son la génesis de una nueva clase dentro de

32

G. Bataille, op. cit., p 121. Cfr. J. C. Holloway, El negocio del turismo, México, Editorial Diana, 1997, pp. 38-39. 34 Inclusive la invención del pasaporte como una forma de acreditar que una persona podía viajar sin ser acusada de vagancia refiere a una determinada atribución económica de las fuerzas estatales para decidir la idoneidad de quien pueda viajar. Una persona que no tiene la cantidad de capital necesaria, simplemente no puede viajar, el ocio turístico de viajes largos es materia reservada para unos cuantos. Actualmente se continúa con esta línea, por ejemplo, al imponer las visas para países primermundistas y negarlas a quien no logre acreditar una recta intención, que a los ojos de estos gobiernos tiene expresiones concretas: no desear establecerse en ese lugar y/o quedarse en ese lugar para trabajar. 33

33

los sectores mejor posicionados economicante hablando: los académicos o universitarios. Ellos disponen de las características para pensar sin ninguna interrupción sobre aquello que el campesino no puede por ausencia de tiempo, lujos y, en una palabra, ocio. Se gesta, por tanto, una conciencia diferente sobre la condición humana pero no contrastante con el movimiento del capitalismo.

1.1 La conciencia de clase en la burguesía a finales del siglo XVII En un panorama con estándares de jerarquía social bien definidos, tanto por una crisis religiosa como por un sistema económico en plena transformación, la noción de libertad juega un papel fundamental dentro de los círculos de reflexión y de los ambientes sociales menos académicos. La burguesía, con el poder cimentado y la influencia superior, en algunos casos, a muchas casas reales, ocupó un lugar privilegiado dentro de la pirámide social; el poder adquisitivo era una herramienta de poder y autoridad frente a la decadencia de la Iglesia y las antiguas modas de la aristocracia. La libertad de la burguesía no solamente generó modificaciones en la forma de entablar relaciones comerciales, también permitió una nueva forma de considerar el tiempo y la acción para estas esferas en particular. El tiempo también se industrializó, la sentencia popular “el tiempo es oro” se convirtió en el slogan que impulsa toda una época determinada a quitarle la inutilidad a los elementos inherentes a la humanidad; todo podía ser comerciable, todo debía ser vendible. Por otro lado, la libertad generó una acción concreta dentro de las aristocracias, aumentaban los préstamos extendidos por los burgueses a las 34

casas reales europeas. La libertad, base fundamental para el posterior liberalismo económico, relegó paulatinamente el poder regente y fueron los empresarios quienes descubrieron la capacidad de gobernar desde el capital. Como respuesta los gobiernos monárquicos tuvieron que aliarse, de alguna forma, con los poderosos mercaderes de sus propios reinos. Los tratados internacionales tuvieron un auge importante pero destacaban más por ser instrumentos para sobrevivir a la inminente pérdida de poder, por parte de la realeza, que por buscar una justa y remunerada negociación mercantil. Como última estrategia de supervivencia, de salvaguardar la estructura monárquica el absolutismo intentó, sin éxito, contener la expansión de la burguesía al integrar ideas ilustradas: Pero fueron precisamente los gobernantes absolutistas –de Alemania, por ejemplo ( )quienes más sostuvieron y fomentaron la idea de la ilustración; así, en Prusia el rey Federico II, en Austria María Teresa y su hijo el emperador José I, al igual que muchos príncipes menores. El no sólo organizó el sistema escolar y educativo, sí que también, en una escala más amplia y mediante una vasta reforma de la 35 administración estatal, de la jurisprudencia, etc., creó el moderno Estado de derecho.

La ilustración fomentó una forma diferente de ver el mundo entendido como una estructura única o que apelara a los sistemas de control por medio de un solo sujeto. El rey ya no era, aunque parecía, aliado de los círculos del pensamiento ilustrado. La iluminación de la razón funcionó para derrocar el sistema monárquico e instaurar o legitimar el poder de la burguesía. La razón, en plena oposición con la fe, generó una modificación en la consideración de los mandatos eclesiales. Por

35

Emerich Coreth y Harald Schöndorf, La filosofía de los Siglos XVII y XVIII, Barcelona, Editorial Herder, 1987, p.107.

35

tanto los círculos sociales se vieron afectados desde dos sitios, en primer lugar los principios teológicos se ven diluidos con la aparición del protestantismo y posteriormente devienen en crisis política al cuestionar la autoridad que viene de Dios, la idea sobre el trabajo y el valor de lo material; en segundo lugar los monarcas y las casas nobles deben emprender una carrera por sustentar su autoridad y poderío, se vuelven comerciantes e inversionistas pero ya el sector de la burguesía domina muchos más espacios que los aristócratas. Lo inaudito se vuelve cotidiano y el presupuesto de necesitar una estirpe dinástica para tener acceso a la educación deja de ser ley. La burguesía tiene un movimiento expansivo pero no es una revolución basada solamente en el dinero o el prestigio, lentamente se apodera de los espacios culturales e intelectuales que otrora pertenecían al monopolio monárquico. La autoridad

se ejerce desde su inclusión a los círculos de

pensadores más notables de la época, las tertulias patrocinadas por comerciantes que podían incluso no tener una formación académica seria, sin embargo, al proveer de espacios para la reflexión fueron ganando el apoyo de quienes 1) Criticaban la ausencia de reflexión en la aristocracia y 2) Eran víctimas de las malas decisiones de los gabinetes reales, muchos de ellos asesoraban a las casas reales pero pocas veces fueron escuchados con seriedad. El vox populi fránces comenta la anécdota de Luis XVI el 14 de julio de 1789, cuando el ujier del Rey advertía que tal escándalo popular no era una simple revuelta, era una revolución, así entendemos cómo la realeza vivía distanciada de los problemas reales de la

36

población; solamente los burgueses, puestos en el medio de la realeza y el pueblo, tenía una visión global de la realidad.

La Ilustración, gran movimiento de la filosofía y la ciencia, irrumpió en los presupuestos generales de éstas para conocer sobre lo trascendente y lo oculto; el resultado fue una revolución radicalísima en la esfera cultural, cuyas alturas aún no dejan de vislumbrarse. Su legado arrojó luz sobre todo lo existente; sin embargo, la reflexión y el estudio acerca 36 del hombre y la sociedad formaron parte de las preocupaciones centrales de ese periodo.

El movimiento ilustrado fue total37 y se ajustó, en mayor medida, a las necesidades expansivas de la burguesía. ¿Será posible congeniar un discurso de naturaleza económica con uno antropológico que convenga a las clases adineradas? La respuesta tiene que venir dentro de la misma burguesía pero para lograrlo debía antes instaurarse en el mundo de lo teórico porque evidentemente ya había acaparado el espacio de lo práctico, de los movimientos del mercado. La intención de esta nueva clase social no era tener una justificación o un respaldo pero la reflexión tuvo que dar respuestas que explicaran la realidad. Insisto, no había una preocupación de la burguesía por el exceso o por la marginación que pudieran estar ejerciendo, tampoco la aristocracia tuvo estos atisbos de culpa cuando tuvieron el poder máximo y la legitimidad para ejercerlo; tenemos de nueva cuenta una naturaleza suspendida dentro de un sector de la clase 36

Vivian Romeu, "Ilustración, Derechos Humanos y Posmodernidad", en Intersticios, Filosofía, Arte, Religión, Publicación semestral de la Escuela de Filosofía del Instituto Internacional de Filosofía, Universidad Intercontinental, México, año 12 núm. 26, 2007, p. 110. 37 Bajo el término total cabe agrupar que fue un movimiento esférico ya que afectó todas las caras de la sociedad, desde su concepción religiosa hasta las relaciones entre familiares. El Siglo de las luces, como también fue llamado, tiene la cualidad de iluminarlo todo pero en esa proyección generó sombras que salieron a flote con la revolución francesa y los otros movimientos en contra de la monarquía. Los sectores que agruparon los bienes generaron desigualdad e inconformidad, estas sombras fueron a la postre el final dramático de la ilustración. En pocas palabras, tuvieron luz durante el S. XVII quienes pudieron costearlo.

37

empresarial pero hay otro sector, importante, que aprovechó los recursos para hacerse de conocimiento en ámbitos distintos al económico o comercial. Los académicos capitalistas jugaron un papel importante dentro de la transformación social de Europa, demostrando así que no era necesario solamente el tener bienes e invertirlos para obtener más, también los ámbitos educativos cobraron un lugar importante. En un principio, la enseñanza universitaria fue gratuita. La razón de ello era obvia: dado que las universidades nacieron de escuelas catedrales y monacales, las enseñanzas en ellas conservaron el carácter de gratuidad. Los profesores gozaban de beneficios por parte del clero. Esta situación, empero, no pudo prolongarse por mucho tiempo, sobre todo cuando las universidades crecieron y hubo necesidad de aumentar el profesorado. Muchos maestros ya no disfrutaron de aquellos beneficios eclesiásticos; tuvieron que vivir del fruto de su trabajo. Así nació la norma consuetudinaria que obligaba a los estudiantes a pagar 38 ciertos derechos.

Así nace el poder de la burguesía desde la Academia. Con el mismo espíritu capitalista que les hizo poseedores de un poder inimaginable para personas nacidas fuera del seno aristocrático. La conquista del pensamiento fue otra de las más notables victorias de la burguesía frente al ya acumulado poder material que tenía. El sentido de justificar la riqueza es un paso posterior, lo primero era engendrar una clase que tuviera la educación anhelada y pudiera dialogar con reflexión. La apertura de los feudos permitió una relación internacional entre comerciantes y las pequeñas urbes o burgos alentaron economicamente nuevos espacios de comercio pero faltaba dominar ese único lugar en donde no eran reconocidos, la Universidad. La autoridad de las clases

38

Francisco Larroyo, “Historia de la Universidad” en Introducción Educación publicación del Instituto Tecnológico Autónomo de México para la materia de Problemas de la Civilización Contemporánea I, ITAM, México, p. 195.

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nobles de se veía severamente afectada, inclusive la mayoría de estos sitios eran patrocinados por la Iglesia o por la realeza pero era inevitable mezclar a los potentados del dinero con los nobles, al menos en las aulas porque en cuestión de negocios continuaban en disputa. La propia burguesía comienza a percibir su creciente vigor y en los filósofos e ideólogos se expresa una nueva concepción de la vida. Incluso no faltan los pensadores que subrayan la extraordinaria importancia de la clase artesana en la vida colectiva. ( ) Llegóse a comprender que no sólo cada estamento tiene su propia educación, sino que cada 39 profesión, dentro de cada clase social, requiere una formación específica.

Hay que analizar el aspecto fundamental de la educación aburguesada, a saber, el afán de competencia. Heredado por los vínculos comerciales, competir se volvió la forma de ganar. Como he mencionado anteriormente, no era un acto intencionado el de formarse en instituciones educativas para competir con la realeza, sin embargo, era el curso más evidente para la adquisición de poder. ¿Por qué tenían el poder y no la autoridad? Sigue presente la idea de la estirpe y ya muchas familias de mercaderes tienen prestigio pero la validez de sus estudios seguía concediéndolos la Iglesia y los monarcas quienes no se negaban a recibir dinero por parte de quienes no poseían sangre azul, al final tenían que mantener docentes y eso costaba bastante tanto al Estado como al Papa. Como ejemplo de la transformación que sufrieron las instituciones educativas en cuanto a autoridad y poder tenemos a la Universidad de Bolonia y a la Universidad de Salamanca. La primera provee de espacios de mando a los

39

Francisco Larroyo, Historia General de la Pedagogía, México, Editorial Porrúa, 1980, pp. 369370.

39

estudiantes, gracias a la ayuda financiera que recibían tanto de la Iglesia como de sus propias comunidades, se logró cierta apertura pero naturalmente quienes colaboraban desinteresadamente eran los burgueses quienes, sin ninguna coincidencia, tenían a sus hijos estudiando en esos terrenos 40. En el caso de la Universidad de Salamanca encontramos todavía mayores licencias para el manejo de la institución dada al estudiantado y al profesorado: “Salamanca tuvo tanta influencia que los reyes españoles la consideraron siempre como un centro para la consulta Real. En pocos países se vio una influencia tan grande.” 41 La apropiación de espacios académicos fue tan solo el inicio de un movimiento que abarcó otros terrenos pero esta conquista tiene una importancia porque aunque desde la antigüedad griega se entendía que el ocio creativo era motor del ingenio, no siempre era bien aceptado por el poder establecido el que los intelectuales influyeran en sus decisiones, tenemos en la historia y de manera ejemplar, la travesía platónica por instaurar su proyecto político y la frustruación e incluso humillación a la que se vió sometido el filósofo ateniense como respuesta. La institucionalización de las academias dotó de poder a las esferas que se encontraban en busca de una salida, atrapados por la necesidad de expandir sus fronteras mercantiles y, en vistas a su autoridad económica, les posicionó incluso para aconsejar tanto a burgueses como a nobles.

40

Cfr. Jaime Castrejón Diez, El concepto de Universidad, México, Ediciones Océano, 1982, pp. 133-134. 41 Ibidem, p. 137.

40

1.2 Las ideologías europeas sobre el pacto social como sustento teórico del liberalismo El pensamiento ilustrado comenzó a ser el reflejo o el producto de esta inversión económica convertida en reflexión. Su expresión más palpable será la Revolución francesa y en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos de América. A continuación presento un análisis crítico sobre dos posturas en torno al tema del estado de naturaleza y la concepción de un fundamento metateórico del ser humano. En primer lugar, con Thomas Hobbes (1588-1679), inglés y partidario de una doctrina que rechaza toda posibilidad de bondad en el hombre, como consecuencia debe ser limitado por el Estado para un ejercicio responsable de su actividad cívica y cuyos ideales serán la base para el liberalismo en su versión más plena, es decir, el liberalismo norteamericano; posteriormente, Jean-Jacques Rousseau (171-1778), francés, con una doctrina totalmente opuesta que apela a la bondad como esencia humana y señala que las instituciones son las que transforman en negativos deseos los anhelos sinceros del ser humano, gran influencia para los valores de la revolución francesa, a saber, igualdad, fraternidad y libertad. Son solamente dos puntos de vista que permearon el pensamiento europeo y me parece importante destacarlos como reflejo de la educación aburguesada y su función social para legitimar al sistema capitalista. Aunque representan dos escuelas diferentes de pensamiento, a saber Inglaterra y Francia, y dos posturas antropológicas totalmente opuestas, es útil el 41

ejemplo para determinar cómo la educación burguesa influyó tanto en la construcción de un concepto sobre el ser humano como en una ideología económica derivada de la misma 42. En el caso de Hobbes influyó el pensamiento que daría luz en los Estados Unidos de Norteamérica a la plenitud de los postulados liberales, en el caso de Rousseau dará pauta para que las revoluciones burguesas impacten y generen un un orden social, donde la acumulación del capital no solamente implicará poder, también será un instrumento de convencimiento para forzar una mano de obra barata y dar pie a la revolución industrual.

1.2.1 Hobbes y Rousseau o el antecedente de la humanidad como sustento de un proyecto económico Para Hobbes el paradigma de la violencia se aleja de los estandares convencionales; para él, la fuerza en algunos es equiparable a la inteligecia de otros, de tal forma que “( ) por lo que respecta a la fuerza corporal, el más débil tiene bastante fuerza para matar al más fuerte, ya sea mediante secretas maquinaciones o confederándose con otro que se halle en el mismo peligro que él 42

La visión de dos personas convertidas en enemigos cuando poseen el mismo deseo es la pauta para comprender la competencia dentro del mercado. Los intereses que motivan la búsqueda de la satisfacción material, forzosamente devienen en una forma de ataque contra el otro. Convertidos en lobos, de acuerdo con Hobbes, gracias a un sistema económico en donde se tiene que premiar al más hábil para conseguir su objetivo y castigar a quien no lo es. La pasividad no es opción cuando se trata de competencia en intereses financieros. “De esta igualdad [la natural] en cuanto a la capacidad se deriva la igualdad de esperanza respecto a la consecución de nuestros fines. Esta es la causa de que si dos hombres desean la misma cosa, y en modo alguno pueden disfrutarla ambos, se vuelven enemigos, y en el camino que conduce al fin tratan de aniquilarse o sojuzgarse uno a otro.” Thomas Hobbes, Leviatan o la materia, forma y poder de una república, eclesiástica y civil, México, F.C.E., 2001, p. 101.

42

se encuentra” 43. El Estado metahistórico, como si hubiese un pacto donde la voluntad se ordeno en donde esta institucion metahisótórica que provoca equlibrio. Una fuerza que ordena incluso lo institntivo, la naturaleza humana dominada para no ser víctima de sus propios excesos. El problema con esta clase de Estado proviene en su sostenimiento real, un Estado verdaderamente previo a la historia donde surge un conato de voluntades unívocas como si la armonía entre decisiones y voluntades no diera lugar a la diferencia, a la disidencia. Se vislumbra por tanto un distanciamiento con una noción ingenua del ser humano, su debilidad, aunque sea física, no es impedimento para hacer uso de la violencia; al contrario, con la capacidad intelectual o facultades mentales es posible pensar que la venganza sea todavía más peligrosa que solamente quien ejerce la violencia física como acto impulsivo o instintivo. Sin embargo no hay un distanciamiento con una versión fantástica de la posibilidad de la humanidad de volver a un espacio de convivencia social tan terrorífico que tenga que replantearse la enmienda del contrato social, dicho espacio es posible encontrarlo en el capitalismo y desde su expansión universal hasta su crisis financiera más reciente, el contrato parece que no se ha cuestionado ni replanteado. Las causas de la discordia, en Hobbes, son los principales motores entre los seres humanos. Es decir, las relaciones sociales tienen siempre una base de violencia fundada en la discordia. El pensador inglés reconoce tres casusas principales de discordia: “Primera, la competencia; segunda la desconfianza; tercera, la gloria. La primera causa impulsa a los hombres a atacarse para lograr 43

T. Hobbes, op. cit., p. 100.

43

un beneficio; la segunda, para lograr seguridad; la tercera, para ganar reputación” 44. En realidad los beneficios hobbesianos no son sino los elementos que componen la propiedad privada, la seguridad es la defensa que se hace de esos elementos y la tercera resulta en una búsqueda por cuestiones extras, ajenas a la propiedad privada tales como reconocimiento, fama, etc. En un estado constante de asedio hacia la propiedad privada surge el temor a perder la más valiosa de las

propiedades: la vida. El temor a una muerte violenta genera,

paradojicamente, lapsos de paz entre los hombres45. Una etapa previa de la humanidad, antes de tener leyes basadas en la razón, indica Hobbes, todo era caos y guerra. La superación de esta etapa se piensa como cesión de la libertad por el derecho a la vida. Hobbes no es inocente y se percata de la problemática que implica aceptar que solamente la ley y la razón pueden controlar las pasiones humanas, se pregunta por qué si sabemos que al ladrón se le castiga, seguimos cerrando nuestras puertas con llave. Si bien no se vive ya en constante estado de guerra, sí se vive en enemistad. La renuncia a la libertad 46 es esencial para lograr una comunidad pacífica, de otra forma seguiríamos luchando por conseguir propiedades para nosotros y al defender lo que ya tenemos incurriríamos en acciones bélicas. Se debe renunciar a un derecho solamente cuando se obtenga a cambio un bien, de otra forma no debe hacerse. Esta transferencia de derechos que se hace a favor del Estado 44

Ibidem, p. 102. Para Hobbes el tiempo de paz es el único que permite la prosperidad cultural y económica de los pueblos. Cfr. Ibidem, p. 104. 46 Considerada para el autor del Leviatán como el uso particular y sin restricciones ni presiones del poder que cada hombre posee. Cfr. Ibidem, p. 6. 45

44

debe resultar en resultados positivos, favorables para la conservación de la propiedad privada y la defensa de la misma. Este convenio con el Estado tiene, a mi parecer, dos momentos: 1)

La transferencia de derechos entre los hombres. A saber, un pacto en donde la violencia o justicia particular debe renunciarse a favor de la paz colectiva;

2)

La transferencia de los derechos y libertades de la mayoría de los hombres, a favor del Estado, para que éste haga uso de la violencia solamente para mantener el orden, un contrato donde se vincule la voluntad de ambas partes47.

La repartición de los beneficios del Estado, desde una consideración de ganancia mutua entre Estado y ciudadanía debe ir encaminada a la justicia. El derecho natural, desde el análisis de Hobbes, apela a considerar el contrato entre hombre-Estado como si fuese un contrato entre particulares, con las mismas sanciones para quien incumpla su parte del contrato. Lo importante es encontrar la razón de necesitar que el Estado actue con el poder punitivo ante quienes

47

Hay que hacer un análisis crítico sobre esta cláusula contractual, ya que si bien las primeras civilizaciones aceptaron, en aras de su idea de progreso, este contrato en lo general, ¿no debería existir una actualización del mismo? ¿Tenemos que aceptar el postulado de una teoría que nos rebasa en posibilidad de cotejarla con el pasado? Pienso que no todos los grupos sociales se pueden catalogar ni determinar por una ficción antropológica como el hombre salvaje hobbesiano; en todo caso algunos de los rasgos que menciona son evidentemente reales incluso en nuestro tiempo, a saber, el valor que se otorga a los bienes materiales por excelencia: el dinero, el cual es más custodiado que el valor vital, tenemos como muestra las camionetas que transportan dinero en efectivo y que se encuentran altamente custodiadas mientras que las ambulancias rara vez poseen tal grado de seguridad. Inclusive existe una rama de la policía, la policía bancaria, dedicada exclusivamente a cuidar el capital monetario.

45

infringen las normas antes pactadas; la razón se encuentra en esta pasión propia del ser humano de buscar lo que anhela por vías violentas. En lo económico encontramos que el Estado debe evitar intervenir en toda clase de asuntos económicos ya que la primordial obligación del soberano es proporcionar a sus súbditos seguridad. Las transacciones se respetan, no porque el dinero tenga implícita una bondad per se sino por los beneficios que implican estas relaciones financieras: “Es necesario que los hombres distribuyan lo que puedan ahorrar y trasnfieran su propiedad sobre ello, mutuamente de uno a otro, por cambio y mutuo contrato” 48Evidentemente la relación comercial basada en el contrato debe considerarse la expresión de nuestro origen como sociedad civilizada, si no se apoyaran los contratos no se entendería la conformación del Estado, sin embargo, esta expresión ha dejado de ser comunitaria en su totalidad para convertirse en interacción entre particulares. No debe pensarse en este asunto como en una doble soberanía más bien como un ejercicio apropiado de la libertad enmarcado en las leyes: Porque así como entre hombres que no reconozcan un señor existe perpetua guerra de cada uno contra su vecino: y no hay herencia que transmitir al hijo, o que esperar del padre; ni propiedad de bienes o tierras, ni seguidad, sino una libertad plena y absoluta en cada hombre en particular, así en los Estados y repúblicas que no dependen una de otra, cada una de estas instituciones tiene una libertad absoluta de hacer lo que estime (es decir, lo que el hombre o asamblea que lo representa estime) más conducente a su 49 beneficio.

48 49

Ibidem, p. 206. Ibidem, p. 175.

46

La aceptación de este ejercicio de libertad es continuidad de la responsabilidad contractual que se aceptó tener cuando se constituyó el Estado. Si la finalidad no se ve afectada en el aspecto de la paz pública, los súbditos tienen todos los derechos para ejercer su libertad. De aquí que los actos de comercio, que no tengan relación con asuntos bélicos, pueden realizarse sin necesidad de la vigilancia estatal. Solamente cuando hay una situación donde los particulares tengan necesidad de sancionar y sus propias reglas no puedan hacerlo 50se tiene el legítimo acceso de recurri a las instancias gubernamentales para solicitar la ejecución de la sancion. Tanto en ámbitos penales como en militares, por tratarse de administración de la violencia, solamente le corresponde al Estado tal acción. La capacidad punitiva del Estado debe ser inmediata ya que cada acto ilícito nos habla de una desobediencia al contrato, base de la configuración estatal. Es un mecanismo de autolegitimación para no poner en peligro la paz desde la transgresión a la norma teórica fundante. En clave hobbesiana, se equipara al pecado porque quebrantar una ley es quebrantarlas todas, atentar contra la decisión de la sociedad y especialmente del soberano es atacar la naturaleza misma del contrato, la cohesión que nos permite vivir en paz y alejados de la guera. 51 Se vislumbra en el pensamiento de Hobbes el esbozo para el liberalismo, es decir, la doctrina económica cuyo máximo exponente es Adam Smith y su

50 51

Por ejemplo el desacato a alguna norma de un contrato mercantil. Cfr. Ibídem, p. 238.

47

principal lema es “Dejar hacer, dejar pasar”

52

. Una noción donde los particulares

deben asumir su papel activo dentro de la economía para así lograr autonomía financiera frente al Estado. El texto clave en Smith es An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations o en su versión breve The Wealth of Nations, en el cual se encuentra todo el sistema que habrá de operar en la economía mundial. Las reglas básicas del capitalismo y sus movimientos liberales así como las técnicas económicas para controlar las agrupaciones del capital. Hay un proyecto de fondo: a partir de la lectura de la realidad, Smith se aventura a sugerir un modelo en donde el progreso finalmente pueda llegar a todos los pueblos, de una pirámide en donde los grandes capitalistas se encuentren en la punta, habrá una natural acumulación de capital, de aquí que por fuerza natural al almacenar cantidades excesivas habrá de rebasar al acumulador y así el flujo del dinero descenderá hasta los estratos marginales de la sociedad. Tan pronto como se hubo establecido la división del trabajo sólo una pequeña parte de las necesidades de cada hombre se pudo satisfacer con el producto de su propia labor. El hombre subviene a la mayor parte de sus necesidades cambiando el remanente del producto de su esfuerzo, en exceso de lo que consume, por otras porciones del producto ajeno, que él necesita. El hombre vive así, gracias al cambio, convirtiéndose, en cierto modo, en mercader, y la sociedad misma prospera hasta ser lo que realmente es, una 53 sociedad mercantil.

Retomando las influencias de Hobbes en Smith es claro que el punto de la competencia adquiere un mismo perfil antropológico, sin embargo, el economista 52

Aunque dicho lema es francés y con un origen más remoto, es en el Imperio Británico donde adquiere la forma de sistema más allá de una simple regulación jurídica. Podríamos vislumbrar el origen de una ideología capitalista donde se apela a la libertad de la persona y se pretende que el Estado solamente permita el intercambio comercial. 53 Adam Smith, Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, México, F.C.E., 1990, p. 24.

48

destaca que no le interesa saber si es un elemento innato, se concreta a destacar la realidad. Para Smith es competencia lo que a Hobbes es enemistad constante, ideas unificadas por el sentido de propiedad privada y la lucha por su defensa. Aquí una explicación breve en forma de fábula: “Cuando dos galgos corren tras una liebre, parece que obran de consuno [de común acuerdo]. Cada uno de ellos parece que la echa a su compañero o la intercepta cuando el otro la dirige hacia él: mas esto, naturalmente, no es la consecuencia de ningún convenio, sino el resultado accidental y simultáneo de sus instintos coincidentes en el mismo objeto.” 54 La idea de la competencia como base del progreso es uno de los ejes más radicales dentro de la teoría liberal, esta misma competencia se traduce como lucha por obtener lo mismo, es decir, capital. Es una lucha que se permite y se fomenta porque pareciera ser común en toda la humanidad, por eso el Estado no debe intervenir en este aspecto tan “natural” e inherente, porque hacerlo sería contradecir la libertad de la persona; una afrenta ontológica contra la cual no serviría tener castigos. No quiero indicar que el itinerario liberal tenga una tendencia a pensar lo terrible del ser humano y así contener sus aspectos negativos; la intención es optimista: “Ninguna sociedad puede ser floreciente y feliz si la mayor parte de sus miembros son pobres y miserables.” 55 No hay, en apariencia, un plan elaborado especificamente para generar riquezas a unos cuantos, se busca el desarrollo 54 55

Ibidem, p. 16. Ibidem, p. 77.

49

económico y se entiende como la única forma de acceder a la felicidad popular. El problema del exceso del capital que no se dinamiza sino que solamente se invierte para obtener ganancias y no como colaboración social proviene especificamente del punto tratado anteriormente, el afán de competencia debe darse en condiciones equitativas; cuando los competidores se encuentran, por situaciones externas, en diferentes condiciones no se puede hablar de una competencia justa y si el Estado permite que la competencia tenga la supremacía entre los tratos sociales porque genera progreso. Se piensa que si la economía se mueve, dentro de los márgenes de competencia, de inversiones y ganancias, habrá ganancias para todos: Es digno de notarse, también, que durante un período de progreso –o sea mientas la sociedad avanza hacia ulteriores incrementos de riqueza- más bien que en otro en que la sociedad alcanzó el máximp de las asequibles, es cuando la situacion del obrero pobre –es decir, de la gran masa de la población- se revela como más feliz y confortable. Por el contrario, la situación de ese obrero es dura en el estado estacionario, y miserable en el decadente. El progresivo es, en realidad, un estado feliz y lisonjero para todas las clases 56 de la sociedad; el estacionario, triste, y el decadente melancólico.

El progreso como movimiento sigue presente en el liberalismo, es la forma que refleja la concepción histórica como movimiento y es herencia innegable de la ilustración en donde el encostramiento es caduco cuando el mundo que nos rodea es cambiante. La crisis del sistema liberal será expuesta por Marx cuando visita las fábricas londinenses y descubre que todos esos postulados derivaron en una ilusión de progreso que solamente benefició a unos cuantos a expensas de una gran mayoría que sufría en miseria. No fue una ilusión gratuita, había resultados

56

Ibidem, p. 79.

50

reales e inyectaba esperanza de crecimiento para todos57, pero esos resultados no fueron suficientes para cubrir las necesidades básicas de la mayoría de la población. La idea de un estado de naturaleza donde se vivía en armonia absoluta al no existir codicia entre los humanos 58, es crucial para comprender el impulso ideológico durante la Revolución francesa y que será también bandera de otras luchas conocidas como revueltas socialistas en Europa. Rousseau apela a un estado previo del hombre 59, antes de vivir en la sociedad como la conocemos, donde reinaba un espíritu de generosidad y la envidia no existía. El sentido secularizado de “santidad” adquirió un grado de pureza entre los habitantes, el hombre, por definición pertenencía a un origen tan inocente como bueno. El problema apareció cuando las estructuras de codicia comenzaron a organizar el mundo. Ya no existía esa familia de humanos sino enemigos entre sí cuyos intereses los hacía incluso asesinar miembros de sus

57

En el S. XVIII se tenían 1100 compañías dedicadas a la construcción de caminos y en 1820 había en Inglaterra 20875 millas, unos 33595 kilómetros de caminos construidos. Considerando el territorio británico y la época era un elemento visible del discurso progresista. Como este ejemplo hay otros que sitúan en una realidad la metafísica del capitalismo, son palpables los resultados aunque la ideología o la mediación discursiva siga siendo incógnita para los ciudadanos. 58 Una suerte de “fraternidad humana” que nos remite a una visión totalmente distinta a nuestra realidad, apela a un origen casi religioso donde el ser humano no tenía problemas con la propiedad privada ya que todo era público y compartido. En realidad sí se tenía la intención firme de hacer volver a la humanidad a esta etapa el problema se presenta cuando ya existe la mediación inevitable del capital. En este sentido, al igual que con el protestantismo, estas doctrinas se volvieron herramientas para seguir desarrollando la fuerza del capitalismo. Bajo la proclama de fraternidad existía una profunda intención de homologar consumos y actividades laborales o ¿acaso un hermano explotaría a otro? Impensable pero de facto así funcionó hasta las revoluciones socialistas. 59 Hago uso del termino “hombre” refiriéndome al género humano en su totalidad, lamentablemente para la época la consideración de la mujer todavía no alcanzaba la reflexión contemporánea.

51

mismos clanes. La visión moral en el pensador frances nos remite a una ley natural que se ve infringida por la transgresión de las pasiones. Sobre este presupuesto, el de las pasiones y los deseos humanos, cabe entender que la libertad adquiere un grado de riesgo frente al hombre en sociedad. Se considera tal libertad sin límites como el origen de la fragmanetación y el principal enemigo de la comunidad. Esta independeiencia total y esta libertad sin regla, incluso vinculada con la antigua inocencia, conllevaba siempre un vicio esencial y resultaba perjudicial para el progreso de nuestras facultades más excelsas, a saber, la ausencia del vínculo entre las partes que constituyen el todo. La tierra estaría cubierta por hombres entre los que no habría casi ninguna comunicación; se tocarían por ciertos puntos, sin unirse por ninguno; cada cual permanecería aisado entre los demás, cuidandose unicamente de sí mismo ( ) no habría bondad en nuestros corazones ni moralidad en nuestros actos, y jamás habríamos sentido 60 el más delicioso sentimiento del alma, el amor de la virtud.

En una visión totalmente pesimista de la humanidad en tanto gozar de independencia, Rousseau nos demuestra que necesitamos de ciertos controles para sobrevivir y que nuestro estado original, el de naturaleza, sin libertad no sería posible pero con libertad desmesurado sería catastrófico. El amor de la virtud es una consecuencia de esta mesurada forma de existencia, vuelve a insistir en los valores como el eje central de cualquier condicionamiento social y como punto principal para la cohesión. La comunicación entre hombres es vital para poder hablar de una sociedad, de un contrato pero tendría que ser un diálogo pacífico y en condiciones apropiadas para que de ello emanaran acuerdos.

60

Jean-Jacques Rousseau, “El contrato social o ensayo sobre la forma de la república (Primera versión o Manuscrito de Ginebra), en J. J. Rousseau, Escritos Políticos, Madrid, Trotta, 2006, p.138.

52

Un aspecto rescatable de los postulados roussonianos es la consideración del deseo como motor de las acciones morales, aunque es una visión limitada se asume como una fuente de fuerza que debe ser canalizada para ceder los propios derechos, la propia libertad, en función del contrato social. Estos deseos pueden, según el autor frances, extinguirse, pero es una postura ingenua en tanto no considera que el hombre se encuentra satisfaciendo deseos y generando nuevos, es un ciclo que no tiene fin; de aquí la visión capitalista sobre el consumo y la predilección por satisfacer necesidades, todas ellas creadas y engranaje del sistema-mundo del capitalismo. Las ideas de Rousseau contagiaron a la revolución francesa 61, cuyos principales pilares fueron tres ideas: libertad, igualdad y fraternidad. Como una respuesta a las necesidades del pueblo que demandaba igualdad frente a los derechos de los nobles decidieron irrumpir de forma violenta para hacerse del poder. Detrás de este movimiento popular existía un interés determinado de la burguesía, como resultado solamente se invirtieron los papeles autoritarios; el poder del monarca se transfirío al poder económico y quien gozara de esos privilegios, es decir de la acumulación mayoritaria del capital, tenía también el poder de dominar. Una realidad evidente fue la transformación de estos valores, libertad, igualdad y fraternidad, en principios económicos. Las modificaciones sufridas desde la revolucion como ideología para determinados estratos sociales 61

En este apartado profundizaré en las consecuencias económicas de la revolución francesa, más adelante hablaré de las consecuencias pero en el ámbito político.

53

aparentemente pretendía ser un sistema alternativo o diferente al impuesto por la sumisión al monarca, en realidad la estructura de poder no fue modificada, solamente cambiaron de papel; la idea de soberanía compartida por todos en un terreno determinado, al participar de una misma nación, generó la autosuficiencia necesaria para reducir el papel de la autoridad frente a los actos de comercio. El liberalismo se posicionó como la conquista de una libertad popular. La libertad asumió un papel dentro del flujo del capital llevando a su máxima expresión el liberalismo donde el Estado no debe intervenir entre negocios de particulares siendo el estado la instancia metahistórica anunciada por Hobbes que puede ser suprimida en aras de las optimización de relaciones comerciales. La igualdad fue una máscara para impulsar el consumo y el mercado, ahora todos podían comprar lo que quisieran pero ese “todos” era sumamente relativo, no todos podían acceder a los mismos productos ni a los mismos servicios, solamente quien pudiera costearlos; la igualdad tendría su rostros en las decisiones políticas pero no en el poder adquisitivo, siendo la política una fachada de los movimientos burgueses. La fraternidad protegió a estos grupos capitalistas, que al no estar compuestos por nobles, debían ser respetados como ciudadanos. Las empresas se convirtieron, bajo la fachada de ser benéficas para el pueblo, en una suerte de entidades intocables con mayor control sobre las masas. Las revolución francesa fracasó en la instauración de un ambiente de comercio justo, fue peleada por los pobres, patrocinada por la burguesía y acelerada por las condiciones materiales de un modelo de producción. Algunos 54

países se contagiaron de esos lemas revolucionarios, entre ellos los Estados Unidos de Norteamérica pero lamentablemente también importaron el liberalismo voraz que continúa usando al campesino y al obrero como masa para satisfacer las necesidades de una elite en particular.

1.3 Arqueología del desarrollo económico Precisar el inicio del capitalismo es posiblemente una tarea historicamente viable en tanto logró integrarse dentro de las transformaciones paradigmaticas de la humanidad desde la Edad Media hasta los postulados de la modernidad. La secularización del mundo debió encontrar nuevos liderazgos como justificación para explicar la realidad social, el funcionamiento de las estructuras dentro de las diferentes sociedades establecidas y, paradojicamente, el capitalismo se convirtió en el eje central de las relaciones humanas aunque simultaneamente generara la capitulación de la sociedad misma. Fuera de los postulados que hablan de un estado de naturaleza humano previo a las relaciones comerciales, ya sea desde Hobbes o desde Rousseu, la competencia fue acelerada por un proyecto de acumulación frente a una avalancha fetichista del producto; el valor de la mercancia dejaba de estar suspendido y se generó toda una metafísica sobre un estamento social desconocido: el poder a través del capital. La tesis principal del capitalismo consistió en afianzar su autoridad casi divina aniquilando la idea de ser gobernados por un heredero teocrático, la deidad no es el dinero en sí mismo, el 55

fetichismo, de alguna forma, fue el culto hacia la persona que acumula, convertida en arquetipo aspiracional por su capacidad acumulativa. La siguente necesidad del capitalismo fue y continúa siendo la legitimación ideológica. El desarrollo económico apareció como la promesa en cada producto, en cada servicio y en cada sistema político. El sentido ambivalente del progreso se extiende a crear un producto como respuesta de una relación social y a generar expectativas personales teniendo el producto como raíz; el progreso es siempre novedoso porque implica un movimiento ficticio dentro de un sistema metafísico capitalista. Las máscaras que políticamente usó el desarrollo económico sufrían cambios camaleónicos para garantizar supervivencia y presencia en cualquier contexto cultural. Posteriormente, una vez afianzado su poder, creó sus propios parámetros, considerados a la postre como parte inherente a nuestra humanidad. El desarrollo, como ya he mencionado, tiene que ser novedoso pero esa novedad debe generar una actitud escatológica en el consumidor. El ajuste de sistemas tendría en apariencia la capacidad de mejorar la situación de todos, especialmente de los marginados que usualmente son el grueso poblacional que modifica los órdenes establecidos, aunque las consecuencias son siempre en su detrimento y favorables para los acumuladores del capital. En apariencia pasar de un Estado feudal a un Estado autónomo implicaba abrazar una libertad anhelada aunque artificial, en realidad de la servidumbre feudal al obrero liberal no hay un grado mayor de libertad, siguen trabajando para otros sin las garantías materiales provistas por el señor feudal.

56

El desarrollo económico como estandarte del capitalismo fundamenta que los sistemas económicos perfeccionados, como el liberalismo, vuelvan a legitimar otra forma de poder. La idea de ciudadanía fomentada durante la revolución francesa coptó las oportunidades para escapar del capitalismo. Es un derecho impuesto e irrenunciable, no puede existir una persona sin ciudadanía, por tanto, es objeto del Estado para los pagos de impuestos y tarifas correspondientes a su copertenencia con el territorio del que es miembro. Las acciones económicas de los gobiernos se anuncian como respuestas ante la necesidad del desarrollo económico de sus respectivos países, de nuevo la ideología del capital mueve a las masas pero legisla a favor de los acumuladores. El liberalismo o la elegancia del robo legal, se presenta como un discurso unívoco para la conservación de las seguridades de la ciudadanía aunque maneja muchos

discursos

notablemente

contradictorios.

El

consumo,

supuesto

movilizador del sistema económico, circunda las promesas del desarrollo económico legitimándolo a través de mecanismos de satisfacciónes medianas, es decir, de tener consecuencias favorables mínimas para continuar el ciclo de consumo. La raíz religiosa del liberalismo, reflejada en el protestantismo, provocó en ¡gran parte su expansión como sistema eficiente y necesario para la explotación económico de las nacientes naciones durante el siglo XVIII hasta principios del XIX. El modelo del liberalismo europeo parecía ser exitoso y fue necesario, por

57

tanto, seguir aplicando el mismo modelo en los espacios donde la mancha “civilzatoria” 62 no había llegado.

62

La relación estrecha entre una economía liberal y un ambiente civilizado tiene sus referencias con el surgimiento de la burguesía. El estatus era dado por la posibilidad de acumular capital, por tanto, quienes podían aspirar a una vida llena de lujos eran vistos como los nuevos aristócratas en el sentido griego de la palabra, es decir, los mejores. La idea piramidal de las primeras escuelas de los fisiócratas deja entrever una discriminación entre los capitalistas y los que carecen de posibilidad de acumulación, se es mejor en tanto se puede acumular.

58

Capítulo II 2. La expansión del modelo económico liberal: la puesta en práctica “La única explicación de todos estos procedimientos represivos podía ser el deseo de limitar los crímenes, de espantar, de corregir y de vengar legalmente, pero en realidad nada de aquello existía. En lugar de limitar los crímenes, no se hacía más que propagarlos; en lugar de intimidar, no se hacía más que alentar a los criminales; en lugar de corregir, se desarrollaba el contagio sistemático de todos los vicios, y lejos de reducir el deseo de la venganza con los castigos administrativos, se lo hacía padecer en el pueblo, allí donde no existía antes. se preguntaba Neljudov, sin encontrar respuesta alguna.” Liev Tolstói, Resurrección

Como hemos analizado, el movimiento del capital busca siempre lugares donde pueda gestarse sin problemas y una mezcla de factores derivaron en la importación del liberalismo al continente americano. Para comprender la evolución del liberalismo europeo tenemos que destacar el papel que jugó Inglaterra en la conformación de la economía norteamericana. Los primeros colonizadores inglese que llegaron a Norteamérica fueron dependientes directos de la economía birtánica, a la corona le pertenecían las tierras y los inmigrantes: Sólo después de trabajar durante un plazo determinado se le concedían terrenos, por los cuales debían abonar una renta. ( ) La concentración de la propiedad rural en manos de aristócratas llegó muy lejos. En la colonia de Nueva York, por ejemplo, 2.500.000 acres de

59

tierra pertenecían a grandes latifundistas en el momento de producrise la revolución. Había fincas de 50.000 acres. Una tercera parte del territorio de Carolina del Norte pertenecía a 63 Lord Grenville.

Es evidente que la estrategia expansionista de Inglaterra consistía en invertir poco para ganar mucho, tenían el mismo sistema feudalista con la diferencia de la distancia, lo cual, a largo plazo, generaría la escición con Norteamérica. Varios factores influyeron en la Independencia de este territorio. En primer lugar el aspecto religioso, los colonizadores de las regiones del norte en América fueron ingleses puritanos, sucesores de la tradición calvinista, es decir, la forma de vida religiosa con mayor influencia del protestantismo, dicho sistema de creencias, como ya he analizado fomentó una cultura centralizada en el trabajo (CITAR A WEBER); en segundo lugar, los movimientos económicos europeos necesitaban de un nuevo mercado para movilizar sus propios mercados. La necesidad de materia prima era urgente en tanto el consumo europeo vivía un momento apoteósico. Sobre los movimientos europeos cabe decir que el expansionismo comercial generó una nueva oleada de búsquedas incansables por extender el comercio y motivar el consumo de lo novedoso. Lo exótico para el consumidor era lo lejano, por tanto, las exploraciones más que finalidad cientifica o incluso un antropocentrismo controlador correspondían a una necesidad de satisfacer un mercado. No fue suficiente descubrir los territorios desconocidos, era necesario

63

Y. F. Avdakov, Historia económica de los países capitalistas, México, Grijalbo, 1965, pp.291-292.

60

implantarles sistemas políticas y culturales capaces de hacerlos fructíferos y dependientes de las grandes naciones. El proyecto liberal es expansionista por origen. La marcha mercantil se extendió rapidamente y aparentemente resolvía los problemas de los pueblos marginados por seguir, en su funcionamiento interno, una línea feudalista mezclada con el mercado global. Cabe destacar que este rasgo, el del mercado feudal-artesanal, tuvo su regreso en el neoliberalismo bajo la máscara de productos orgánicos, naturales, 100% libres de contaminantes citadinos. El trabajo artesanal es retomado como artístico, elevando su precio y traicionando así su finalidad de producir para el auto-consumo. Este proyecto necesitaba entonces un espacio donde poder desarrollarse sin los antiguos prejuicios europeos, un territorio virgen para implementar, sin obstrucciones ni referentes históricos negativos, el verdadero liberalismo. Claro, el problema principal consistió en que los primeros habitantes de Norteamerica no fueron los ingleses sino los nativos y su sistema de organización nada tenía que ver con el feudalismo medieval europeo, eso es cierto pero tampco podemos hablar de un territorio virgen cuando ya existían estructuras sociales y comerciales establecidas por la propia corona que imitaba las prácticas más añejas del feudalismo. Por tanto la aplicación “pura” de un liberalismo sin duda tendría notables diferencias dado el territorio, la cultura y otros factores excepto que las condiciones sociales y económicas no distaban mucho del cambio que sufrieron

61

los europeos para adaptarse a esta nueva corriente de regulación social en materia financiera. Desde los primeros tiempos coloniales, la vida en Norteamérica siempre fue dificil, y parte importante de esa dificultad provino de las constantes transformaciones socioeconomicas, que mantenían a la población en una situación de permenente incertidumbre, sin otro marco estable de referencia que el espiritual. ( ) El periodo de cambios más pronunciados se produjo en el segundo tercio del siglo XIX, y supuso el rápido derrumbe de la sociedad rural –de economía artesanal y de subsistencia-, y la aparición en su lugar de una sociedad 64 urbana de economía mercantil.

¿No se asemeja esta descripción a los cambios sufridos por los feudos que se convirtieron en burgos? Claro, en Norteamerica se tuvieron los mismos cambios pero en un tiempo menor, ya se entendía que el proyecto liberal tenía que ser una consecuencia natural de los sistemas artesanales de baja producción, una evolución del sistema de truque y una solución para la generación de empleos. La cita anterior menciona también que estos cambios “mantenían a la población en una permanente incertidumbre, sin otro marco estable de referencia que el espiritual” y la espiritualidad calvinista fomentaba una forma de vida concreta: el trabajo como desarrollo espiritual con medios materiales. La misma línea religiosa se opone a la autosuficiencia de las comunidades ya que no genera un sentido de fraternidad entre grupos ni entre individuos. Por tanto era conveniente disolver los pueblos que fueran económicamente autónomos frente a un proyecto unificador de nación.

64

Fernando Velasco, “La Norteamérica de Moby Dick” en Herman Melville, Moby-Dick; o la Ballena, Madrid, Ediciones Akal, 2009, p. 13.

62

La idea de convertirse en una federación independiente de la corona inglesa, a través de la revolución o alzamiento armado, presupuso darle poder a la fraternidad norteamericana, al apoyo que entre sí debían proveerse para cumplir con el proyecto cristiano de vida en común: “No necesitaron hacer una religión de la revolución [como el caso de los franceses], porque la religión ya era revolucionaria.” 65 Justamente la Revolución francesa ejerció un poder notable frente a la Norteamérica post independentista, de tal forma que las ideas de pensadores como Rouseeau, que intuyeron en el alzamiento burgués de Francia, fueron también introducidas para reforzar el liberalismo.

Y si a partir de la Revolución americana las naciones economizadas se van reestructurando democráticamente de forma progresiva, es bajo la impresión del reconocimiento de que los reyes se han convertido en factores improductivos en los consejos de administración de esos colectivos políticos de inversión. La historia más 66 reciente viene caracterizada por el paro estructural y de larga duración de los reyes.

El estandarte de la democracia como forma de legitimación política fue una consecuencia del fallido sistema económico europeo, en realidad no había un interés de fondo por aislarse radicalmente de la corona excepto por su inutilidad. Los impuestos sancionaban la ganancia neta y hablar de democracia e independencia, en ese orden, era una transacción que le permitió a los norteamericanos disfrutar de las ganancias e invertir libremente sobre sus propios

65

Louis Hartz, La tradición liberal en los Estados Unidos. Una interpretación del pensamiento político estadounidense desde la Guerra de Independencia, México, F.C.E., 1994, p. 52. 66 Peter Sloterdijk, En el mundo interior del capital Para una teoría filosófica de la globalización [Trad. Isidoro Reguera] España, Siruela, 2010, p. 73.

63

negocios. La idea democratizadora o emancipadora daba pie para la construcción del verdadero sueño americano o en término coloquial “América para los americanos”67 es decir, los frutos laborales libres de cualquier compromiso arancelario. Siendo intocable su mercado por fuerzas externas lograron realizar, plenamente, el proyecto liberal en su mercado. La democracia blindaba de cualquier retorno a la dependencia con otra potencia estatal y aseguraba que el capitalismo permeara lo político y lo económico. Este cambio provocó también la tolerancia de las minorías ya que no podían contradecir su propio discurso incluyente, sin embargo no fue un acto de generosidad, en realidad existía un interés de fondo: los grupos minoritarios fueron promovidos para aportar la fuerza laboral que necesitaban si querían ser una nación independiente. Apunta Wallerstein que “las minorías no son ya escasas en número en Estados Unidos. Según están definidos estos grupos socialmente en la actualidad, y dadas las tendencias demográficas, van acercándose al momento en que tal vez sean la mitad de la clase obrera norteamericana.”68 En síntesis la fraternidad propuesta por la Revolución francesa tendría un referente inmediato en el sufragio aunque justamente beneficiaba a las minorías no obreras y perjudicaban a las mayorías trabajadoras. Los liberales siempre han afirmado que el estado liberal -reformista, legalista y algo 67

Epítome de la doctrina Monroe, creada por John Quincy Adams que refleja la ideología capitalista de intervención estatal en el caso de ver amenazado el libre mercado de los norteamericanos frente a otra potencia extranjera. Una verdadera paradoja en tanto afirman su independencia con Inglaterra pero no se compromenten a respetar la soberanía de otro Estado cuando ponga en riesgo capital americano. 68 I. Wallerstein, “Estados Unidos en el Mundo actual” en Pablo González Casanova, Immanuel Wallerstein, et al, Estados Unidos, Hoy, México, Ed. Siglo XXI, 1984, p.18.

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libertario- era el único estado capaz de asegurar la libertad. Y quizá eso fuera cierto para el grupo relativamente pequeño cuya libertad salvaguardaba, pero desdichadamente ese grupo nunca ha pasado de ser una minoría perpetuamente en vías de llegar a serla totalidad. Siempre han afirmado además que sólo el estado liberal podía garantizar un 69 orden no represivo.

Bajo el terror hobbesiano es comprensible que no quedara otra opción mas que aceptar los postulados liberales como pilares para una coexistencia pacífica y equitativa. Aquí encontramos otra invención liberal que, incluso hoy en día, sigue vigente como parte del discurso legitimador de la clase política, la noción de sociedad civil. Esta organización de ciudadanos tiene el objeto de actuar dentro de un marco jurídico determinado por el Estado, depositando la voluntad popular en manos de los legisladores en una suerte de participación política indirecta; es la piedra angular de la ideología capitalista porque no permite exclusiones pero castiga con severidad a quienes no participan de la sumisión ante la mayoría. La sociedad civil es el espejismo de la pertenencia a determinado Estado, detrás del discurso democrático existe la conservación de un mercado liberal e impide el enriquecimiento masivo. La libertad que se otorga a cambio consiste en permitir y proteger el actuar de los acumuladores, la especulación privada y la competencia entre ese mismo grupo pero restringe la posibilidad de hacer lo mismo porque hay igualdad jurídica frente al Estado pero entre particulares se desvanece al no existir una regulación del enriquecimiento. 70

69 70

Immanuel Wallerstein, Después del liberalismo, México, Ed. Siglo XXI, 2011, p.4. Cfr. Ibidem, p.8.

65

2.1 Las promesas del liberalismo económico: el desarrollo como una ilusión.

La promesa principal del liberalismo económico se situa en el término del desarrollo económico; misma idea que debe tener consecuencias en todas las esferas de la sociedad; la idea de tolerancia frente a un régimen capitalista solamente puede obedecerse cuando el respeto es llevado a una obligación moral y universalizada en un aparente beneficio para la humanidad. El respeto como tolerancia conduce a un distanciamiento extremo pero forma una comunidad de órden jerárquica, desde lo moral donde el que más respeta es el mejor hasta lo económico, el que más acumula es el mejor. Por tanto, según los principios liberales, una nación con libre mercado genera un ingreso piramidal. Los inversionistas, empresarios y acumuladores del capital en la cúspide y la dinámica del capitalismo les permite tener un margen de ganancia mayor que aquellos ubicados en la base de la pirámide. Imaginaron que la acumulación de capital en la punta sería tal que por consecuencia lógica habría de derramarse por sobre todos los estratos y llegar hasta la base para continuar con un ciclo de infinita compra-venta donde todos, ricos y pobres, saldrían beneficiados. Esta alegórica interpretación no es gratuita, como se ha analizado anteriormente, y ha funcionado para legitimar un sistema metafísico que ha fracasado parcialmente en el cumplimiento de su principal interés: el desarrollo real de los pueblos. Entonces ¿por qué es un sistema vigente? El capitalismo en su faceta de liberalismo ha tenido ciertos logros y éxitos para quienes controlan, y son 66

controlados, por el mismo capital. Intentaré explicarlo con un ejemplo plástico: Durante siglos una falsa creencia sugería que los niños robustos u obesos se encontraban en buen estado de salud, en contraste se pensaba que aquellos delgados sufrían de alguna enfermedad o eran propensos a enfermarse con mayor facilidad que los obesos. La ciencia médica contemporánea nos ha revelado que pueden existir infantes con señales claras de desnutrición aunque su cuerpo muestre signos de obesidad, en el mismo sentido un menor delgado puede encontrarse nutrido y en perfecta salud. De la misma forma acontece con las grandes urbes o megalópolis, en apariencia engordan con infraestructura de “progreso”

construyendo

fábricas,

edificando

grandes

edificios,

centros

comerciales, elegantes conjuntos habitacionales, etc., pero cuando se analiza el costo de esas ciudades, en materia de marginación real, aumento en índices de pobreza y la afectación de una mala administración arancelaria, el desarrollo confirma su naturaleza de ilusión o de logros mínimos frente a un elevado costo social; los centros urbanos, por tanto, engordan pero no crecen, ya que la superación es limitada para la mayoría y benéfica para unos cuantos. Al contrario que la utopía, la simulación parte del principio de equivalencia, de la negación radical del signo como valor, parte del signo como reversión y eliminación de toda referencia. Mientras que la representación intenta absorber la simulación interpretándola como falsa representación, la simulación envuelve todo el edificio de la representación tomándolo como un simulacro.

71

Ahora bien, los logros del capitalismo, de generar oasis en los epicentros de comercio, con aparente estabilidad integral para la sociedad, no corresponden a

71

Jean Baudrillard, Cultura y simulacro, Barcelona, Editorial Kairós, 1998, pp. 18-19.

67

una lógica de libre mercado. Se ha tenido, en todo caso, un Estado mínimo frente a los manejos de activos económicos y se ha tolerado así el surgimiento de medios monopólicos. La finalidad del Estado de no intervenir en las relaciones comerciales entre particulares debe ser un paso siguiente a la equitativa repartición de medios de producción y de consumo pero dadas las condiciones desde las que se parte, no hay equidad ni protección jurídica y no hay un antecedente dentro de la humanidad que nos permita aceptar que frente al libre mercado habrá una actitud de respeto. Sin embargo, desde el ingreso salarial hasta la posibilidad de consumir, hay notables diferencias en cuanto a oportunidades de acceso a la inversión. Mientras no existan condiciones de igualdad económica no se podrá hablar de un verdadero libre mercado, en todo caso lo que hemos conocido es un sistema deficiente basado en promesas y no en actos concretos. Esto no quiere decir que los sistemas de libre mercado sean exitosos o la mejor opción, son simplemente irrealizables y siguen empleando los mismos mecanismos fetishistas del producto y del capital acumulativo. La nula intervención del Estado ha generado catástrofes financieras como la de 1929 o 2008 pero el exceso de invertencionismo produce sistemas totalitarios que nulifican a la persona en aras de un desarrollo pseudo-espiritual de los pueblos; una “masa desmasificada”. En realidad la fachada del libre mercado, que poco tiene de libre, ha servido solamente como justificante para que un sector minoritario se apropie de los medios de producción, imposibilitando toda salida para la generación de un mercado justo e igualitario. 68

Otro factor a considerar sobre lo inviable de aplicar el sistema de libre mercado es el afán de la competencia, en perspectiva económica es el motor del consumo pero en realidad es su propia destrucción. Pensadores como Huizinga apuntan que el hombre tiene una característica especial implícita en sus relaciones con el mundo exterior y, en consecuencia, con otros; en un análisis antropológico, es el juego. El mismo autor denomino al ser humano como homo ludens en tanto experiencia que surge en la infancia y va adquiriendo rasgos de seriedad pero sin perder su categoría de juego. Inclusive afirma que el juego, unido a la competencia, construye la cultura de manera determinante: “El juego en común tiene entre sus rasgos más esenciales el de ofrecer un carácter antitético. La mayoria de ellos se juega entre dos bandos.” 72 Algunas escuelas del psicoanálisis apoyan la teoría del juego como representación, por ejemplo la corriente del Self con Donald Winnicott apela a la presencia del juego y del objeto transicional en tanto constantes de la vida. La idea del objeto transicional es simple: un objeto-juguete del cual dependemos en la infancia y que a lo largo de nuestra vida va siendo sustituido pero que es esencial para seguir jugando; en la adultez el objeto transicional para el juego son las personas con las cuales competir. El jugar tiene un lugar y un tiempo. No se encuentra adentro según acepción alguna de esta palabra (y por desgracia es cierto que el vocablo “adentro” tiene muchas y muy variadas utilizaciones en el estudio analítico). Tampoco está afuera, es decir, no forma parte del mundo repudiado, el no-yo, lo que el individuo ha decidido reconocer (con gran

72

Johan Huizinga, Homo Ludens, Buenos Aires, Alianza Editorial, 2007, p. 69.

69

dificultad, y aun con dolor) como verdaderamente exterior, fuera del alcance del dominio 73 mágico.

No es una postura de objetivación radical ya que ambas ideas se complementan, el juego no puede existir si no tiene los elementos tradicionales, en la mayoría de los casos, juguetes y reglas. La base del juego es la competencia. Infantes corren para ver quién es el más rápido, incluso los videojuegos siguen el mismo esquema y la tecnología permite que, en tiempo real, sea posible la competencia con otros jugadores unidos virtualmente aunque geográficamente se encuentren a miles de kilómetros de distancia. La competencia que parece sana durante la infancia se convierte en fundamento para la vida económica, los mismos rasgos de los juegos aparecen y se repiten. El otro sigue siendo importante porque tengo que demostrar mi superioridad, el dinero funciona a manera del juguete transicional y la competencia impulsa la acumulación excesiva. No es solamente jugar en la bolsa vendiendo y comprando acciones, también es el coleccionista de arte o el ama de casa que resguarda celosamente sus recetas de cocina. La acumulación es, en el fondo, una competencia. La actitud competitiva permea la mayoría de los espacios sociales; en la posmodernidad esta postura es exacerbada y promovida como medio para alcanzar la excelencia; la idea de éxito implica, forzosamente, una persona que pueda competir. Grandes empresas imponen rigurosas pruebas a quienes aspiran a conseguir un empleo con la finalidad de elegir a quien sea líder, es decir, que 73

Donald Winnicott, Realidad y Juego, Madrid, Gedisa Editorial, 1996, p. 64.

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sepa competir y pueda ganar. Paradójicamente se encuentran en busca de liderazgos controlables, que puedandirigir su área y coordinar adecuadamente su equipo siempre y cuando tengan la capacidad de aceptar órdenes de sus superiores. Los monopolios son muestra fehaciente de la competitividad controlada, se imponen ciertos productos en el mercado, disfrazando las marcas con diferentes logotipos y nombres pero al final se tendrá que consumir alguna de las opciones impuestas. La competencia empresarial es otro gran mito del mundo financiero, gracias al capital acumulado nos hacen competir por recuperar los excedentes monetarios mientras que ellos siempre se quedan con una parte. Pensemos en los bancos, existe un capital inicial, de pronto muchas personas deciden abrir cuentas y depositar en ellas su dinero, el banco adquiere más capital líquido que pueden invertir y obtener más recursos. Los intereses que genera el dinero de los usuarios pareciera se queda fijo pero en realidad es movido por esa entidad financiera. Estamos generando ingresos a los bancos, sin embargo hay que pagar una comisión extra por manejo de cuenta, seguro, servicios, etc. Si el banco arriesga todos los activos de sus clientes en una mala decisión de inversión, simplemente cierra y explica que por situaciones ajenas a ellos el dinero de sus cuentahabientes se ha perdido. Generan una situación de competencia controlada pero con nuestro capital, el cual suman sin problemas al capital inicial y eso se acepta como una acción legal y moral. Cuando compiten y pierden, como es posible en los juegos y más probable en los juegos financieros, salvan su capital inicial dejando a un lado el hecho de tomar dinero de sus clientes para arriesgarlo. 71

Los banqueros, en el mundo de la competencia, nunca pierden porque no son ellos personalmente los que compiten. Es innegable la satisfacción generada al ganar una competencia, en cualquier ámbito, esto fortalece la idea de ser algo aceptable y casi inherente a nuestra naturaleza. El individualismo posmoderno se encuentra tan enfocado en la competencia que el otro se sitúa en el grado de enemigo. En la propuesta política de Schmitt hay dos clases de relaciones humanas: los amigos y los enemigos. El enemigo puede ser tu amigo pero tiene el mismo interés, en ese caso chocan y en una dialéctica económica, entendemos que compiten, se vuelve una relación hostil. El liberalismo ha tratado de resolver, en un dilema para el típico de espíritu y economía, la figura del enemigo, refiriéndola a un competidor, desde el punto de vista comercial, y a un adversario de discusión, desde el punto de vista espiritual. En el campo económico no hay enemigos, sino sólo competidores; en un mndo completamente moralizado y ético sólo 74 existen adversarios de discusión.

La competencia contradice la fraternidad universal a la que tanto aspiran los herederos del pensamiento ilustrado, es decir los liberales; vuelve el juego en una peligrosa forma de coexistencia tolerada y en una guerra perpetua legitimada por el simple hecho de que no hay muertes evidentes o en un primero momento pero la violencia contenida y expresada a través de decisiones financieras resulta mucho más peligrosa y dañina.

74

Carl Schmitt, El concepto de lo “político”, México, Folios Ediciones, 1985, p. 25.

72

Hasta aquí el análisis material nos indica la crisis en la que persisten los elementos que nutren al sistema capitalista, hemos visto los efectos principales, desde su origen histórico hasta la forma lúdica que ha adoptado la competencia, pero es necesario centrarnos en los orígenes, en las causas. El capitalismo se ha vuelto una metafísica que rige las decisiones culturales, políticas y económicas del Mundo. Este sistema-mundo pareciera ordenar lo caótico dando sentido a la acumulación y a los movimientos financieros. La paridad entre monedas o colocar un precio a cualquier producto, servicio y hasta a cualquier persona.

2.2 El desarrollo como ficción de la metafísica del capitalismo Sin comprender la dimensión que el deseo 75 tiene en la vida de las personas es imposible entender el móvil del capitalismo como fuerza metafísica. Este principio antropológico ha sido el primer aliado del sistema-mundo capitalista y aunque el origen de un sistema no puede ser un individuo en particular sí puede ser formado por una característica que iguala a todos los seres humanos. De la particularidad del deseo como motor existencial surge un sistema que regula esos deseos con la finalidad de: 1) Satisfacer de forma limitada el cumplimiento de estos deseos y 2) Procurando generar nuevos deseos con la intención de generar una insatisfacción constante, garantizando así la persistencia sistemica. El desarrollo económico desde una línea discursiva ha funcionado porque satisface nuestros deseos. Al pobre se le promete una mejor calidad de vida, 75

El tema del deseo será tratado con mayor detenimiento en el capítulo III de esta tesis.

73

caminos pavimentados, centros de salud, escuelas, ayuda para el campo, etc., y al capitalista se le ofrece como un panorama de inversión en donde podrá recuperar e incrementar su dinero; mientras un país pueda desarrollar su economía las consecuencias serán positivas y favorables. Bajo esta máscara se ha presentado al capitalismo, incluso en sus vertientes amables 76, pero todo ha sido en vano, su pilar más importante, el del desarrollo económico es una ilusión que solamente funciona como paliativo. No existe realmente un pensamiento crítico profundo que motive una contracorriente o una contracultura para vencer al capitalismo, incluso los filántropos son la consecuencia de un sistema que permite el reciclaje del robo a través de las donaciones. La cultura de la generosidad parte del presupuesto de pensar que no se puede dar lo que no se tiene, entonces si alguien quiere ayudar a otra persona en el mundo capitalista deberá hacerlo a través de capital, las ayudas humanitarias masivas llegan al mismo punto, se necesitan recursos para movilizar la maquinaria de ayuda a los más necesitados aunque quienes donden los recursos sean los primeros promotores de un sistema que deshumaniza. Ante un mercado paralizado que solamente especula y además especula sobre valores al vacío, no es posible pensar en un desarrollo económico pleno. La misma premisa humana del deseo nos impide que un sistema, sea cual sea, satisfaga completamente nuestras necesidades. Hablar del subdesarrollo como un proyecto inalcanzable para la mayoría de los países deudores refleja por sí misma 76

El capitalismo verde que procura el cuidado de la naturaleza o el capitalismo humanista que procura el bienestar de la persona a través de medios económicos.

74

la imposibilidad de un desarrollo pleno. Es una relación perversa: se necesita del subdesarrollo para que otros países vivan en desarrollo. Los organismos financieros internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, otorgan ala capidad de crecimiento de un país sin visualizar que sin las deudas, la mano de obra y el mercado de los países subdesarrollados, no tendrían ellos mismos esa categoría. Bajo este panorama es posible entender el papel de la idea del desarrollo sustentable, en un ambiente donde la naturaleza queda relegada y las fábricas son el único signo de progreso en un país, la destrucción e indebida explotación de los recursos naturales han dado como contraresupuesta la idea del desarrollo sustentable, es decir, la implementación de una cultura que procure ayudar al medio ambiente usando productos que son menos dañinos que otros. Se vuelve al sentido de fraternidad universal y se extiende hacia la ecología, ahora todos los seres vivos pertenecemos a la misma clase. Plantas, animales y lugares son también personas, bajo esta concepción igualitaria, y merecen el mejor trato posible. Lo sustentable, por tanto, pretende darle continuidad a los ciclos destructivos del capitalismo pero evadiendo la culpa que generan. Es la sumisión ante nuestra necesidad de consumir urgentemente pero con las precacuciones necesarias para que no se agote, en un sentido económico, la ideología en torno al recliclaje, cuidado de animales en peligro de extinción y la gravedad del problema petrolero es una realidad autodestructiva. Seguimos usando polímeros y 75

derivados del petróleo, se siguen produciendo miles de millones de toneladas diarias de basura que, paradojicamente, se almacena en una bolsa plástica. Incluso bajo una presión publicitaria el uso de lo alternativo en realidad no ofrece ninguna alternativa, son productor orgánicos o naturales pero su fabricación y distribución siguen los mismos parámetros capitalistas de abuso de los elementos naturales no renovables. Por ejemplo, el filósofo noruego Arnie Naess con el concepto de ecología profunda nos intenta hacer concientes de la emergente crisis que sufre nuestro planeta y apuesta por recuperar los espacios verdes para garantizar, al menos, la dosis de oxígeno esencial para continuar viviendo: “La presencia de un valor inherente en un objeto natural depende de la apreciación o interés que se le dedique a partir de otro ser conciente” 77. En términos reales es volvernos guardianes del mismo ecosistema del que somos verdugos y explotadores. Es loable el esfuerzo por la supervivencia de nuestro medio ambiente pero de facto el nivel discursivo, aunque se autoproclame como ecología profunda, no tiene verdadera incidencia en la transformación de los medios de producción y solamente limpia la superficie, transformando la culpa en corresponsabilidad, no en solución. El subdesarrollo, de la misma forma, es una valoración de nuestras acciones dentro de un sistema económico que se instala, el mensaje del subdesarrollo es la competencia. Basados en la misma estructura económica, los pueblos subdesarrollados son la consecuencia de los pueblos desarrollados,

77

Arne Naess, “The deep ecological movement”, en George Sessions, Arne Naess et al, Deep Ecology for the twenty-first century, Boston-Londres, Shambhala, p.69

76

anteriormente analizabamos el efecto que tuvo la propagación del liberalismo en los Estados Unidos de Norteamerica en particular con los grupos minoritarios, imprescindibles para la fuerza de trabajo desde la extracción de la materia prima hasta la elaboración factoril del producto. El capitalismo no funciona bajo los esquemas del equilibrio, al contrario, tiene que encontrarse mucha materia prima para extraer poca utilidad material, los obreros trabajan demasiadas horas y su paga no es equiparable al tiempo que desgastan. La última frontera desequilibrada del capitalismo es la acumulación, para que unos cuantos tengan demasiado, otros, la mayoría, tiene que dejar de tenerlo y conformarse con lo poco. El subdesarrollo es una promesa fallida, si el crecimiento de un país se puede medir gracias a indicadores calificados usualmente por despachos dedicados a hacerlo o a los bancos nacionales, tendremos una disparidad en la información 78, justamente por eso no se puede hablar de un verdadero subdesarrollo como si fuese un camino trazado cuya siguiente meta sea el desarrollo absoluto. Inclusive si aceptamos que el desarrollo económico lleva una constante, cómo explicamos las excepciones en materia de gastos publicitarios elevados en tiempos de crisis. Un ejemplo claro lo encontramos en “los gastos de publicidad de Coca-Cola, que en 1892 eran de 11.000 dólares, suben a 100.000 en 1901, a 1,2 millones en 1912, a 3,8 millones en 1929.” 79 Destaca el año 1929 por ser el año de la crisis en los Estados Unidos, sin embargo, es el año que más gastan las empresas en su publicidad, demostrando claramente que no hay una

78 79

Cfr. Enrique Padilla Aragón, México: Desarrollo con pobreza, México, Ed. Siglo XXI, 1976, p. 93. Gilles Lipovetsky, La felicidad paradójica, Barcelona, Anagrama, 2011, p. 25.

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constante dentro de las crisis. Esto no quiere decir que se pueda hablar de un mercado sólido y dinámico, al contrario, es un mercado congelado, sin movimiento real, en parálisis. Entonces ¿cómo es posible que el sistema-mundo capitalista siga vigente si no se mueve?

2.3 La absoluta ideología capitalista En parámetros de una teoría crítica el mercado debería ser ágil, sin embargo, es estático. Esto debería provocar el pensamiento político alternativo, un proyecto nacional fuera de un orden unidimensional pero es justamente la limitación ideológica la que nos impide ir más allá para modificar realmente el sistema. El papel que juega la ideología dentro del capitalismo es fundamental. Como codigo de creencias se da por sentado que no hay otras formas alternas al capitalismo. Historicamente, es decir, en clave historicista, los sistemas alternativos han fallado o peor aún, han impulsado un capitalismo todavía más hipócrita, con dobles discursos de salvación-explotación; se destruye lo mismo que se pretende conservar, el medio ambiente es un claro ejemplo: se necesita explotar para la extracción de materia prima pero las grandes empresas se preocupan por fomentar arreglos cosméticos y tranquilizar a sus usuarios afirmando su compromiso con el uso de objetos ecológicos.

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En el imaginario colectivo existe la arraigada idea de la supervivencia del capitalismo como única opción para la economía, lo utópico quedó relegado al nivel de fantasía y lo capitalista se alza como lo real. Es tal el poder de esta creencia que incluso una respueta dialéctica que la rechace termina siendo conformista. Pero ¿no es paradójico que incluso aceptando el fetichismo monetario y conociendo los brutales efectos financieros en los pueblos marginados sigamos pensando que no hay otra opción? El triunfo de este sistemamundo consiste en exhibir todos sus defectos y al mismo tiempo convertirnos en sus principales promotores. La ideología se hace presente mientras aparenta ausencia. El logro más grande de la ideología fue hacernos creer que ya había sido superada, en especial la ideología capitalista. Sin embargo su presencia no es sólo reconocida sino asumida como parte de la cotidianidad. ¿Cómo logró la ideología capitalista fortalecerse y posicionarse en el lugar de sistema-mundo? Pensemos en los años 60’s como un periodo de cambios universales importantes, las revoluciones profetizadas a finales del siglo XIX se hacían presentes pero con otro rostro, las transformaciones se lograron porque lo “normal” era lo cambiante, el rechazo a las viejas tradiciones fue contundente y las incipientes generaciones marcaban ritmos particulares; la destrucción del patriarcado y la exposición del erotismo femenino, la liberación de lo artístico renunciando a lo técnico-mimético y abrazando los métodos automáticos y espontáneos, como ejemplos la generación beat o el movimiento surrealista. Ninguna esfera antropológica logró evadir integrarse al cambio. Esto significó que cientos de ideologías coexistían mutuamente en los 79

mismos espacios y en la misma época, de tal suerte que en una familia promedio podría encontrarse un férreo marxista-leninista-maoista, una feminista radical defensora de los derechos de los animales, una católica conservadora pro-vida y un obrero capitalista republicano; todos sentados a la misma mesa para compartir los alimentos. La ideología, pues, se saturó y por tanto perdió el vigor o el valor necesario para que una se impusiera a la otra. Al tener cada ideología su contrapeso, se le destinó a la dinámica de ganador-perdedor; se pensó que aquella ideología vigente o con más adeptos sería la ganadora, en cambio la que tuviera demasiadas contradicciones y fuese más utópica estaba destinada al fracaso. Fue una equivocada percepción al convertir en equivalentes opuestos a estructuras alternativas con ideologías, el sistema capitalista es una ideología concreta mientras que el socialismo provee de una forma de vida totalmente diferente, ambos son sistemas económicos pero uno, el capitalismo, no tiene rostros sino grupos de poder, mientras que el socialismo procura que toda la masa social sea un solo grupo de poder; no estoy hablando de la ideología con respecto a la vigencia, en todo caso, la ideología debe entenderse desde la alienación. Aunque el marxismo aplicado se convirtió en ideología, no podemos negar su carácter de camino alterno frente al capitalismo, no como ideología opresora sino propuesta económica liberadora. Al colocar tanto socialismo como capitalismo, en su expresión de liberalismo, en el mismo terreno de ideologías, se saturan porque existen miles de 80

puntos intermedios: los conservadores de izquierda, los conservadores de centroderecha, los cristianos marxistas, los cristianos liberales, etc. Esta variedad de ideologías hace que se disipen en la variedad, son tantas que es imposible coordinarlas y separar entre estructuras alternativas y estructuras ideológicas. En esta maraña de ideologías el capitalismo salió avante gracias a que su estructura, siempre en crisis, ya estaba habituada a las respuestas contrarias, es un sistema habituado a vivir y a sobrevivir en crisis. El capitalismo no necesita arreglos de cosmética humanista ni otro sistema de contrapeso, en el primer caso solamente se vuelve amable en la superficie y no deja de provocar más crisis entre los acumuladores y los deudores de capital; en el segundo caso un sistema de contrapeso tiene que partir de los mismos estatutos y las mismas reglas excepto que buscando un bien común y una equitativa repartición del capital. Todas las experiencias similares han sido absorbidas por el capitalismo y convertidas en cómplices del sistema. Mientras se le quiera oponer, lo que realmente se hace es fortalecerle. La transformación real vendrá cuando el sistema-mundo capitalista colapse y se instaure un nuevo régimen desideologizado. El enigma persiste al desconocer sus posibles consecuencias o las formas que adopte, no debe ser un simple cambio de nombre o de jugadores, no puede seguir siendo el capital la base porque seguiríamos hablando del mismo capitalismo, tiene que ser otra forma incluso de relación entre seres humanos y otra forma de aproximarnos al poder.

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El capitalismo generó la apertura a todas las ideologías porque era su forma de sobrevivir, perder a la humanidad entre tantas posibles salidas que tendrían que volver a la más antigua, a la más segura. Un ejemplo muy simple, tenemos internet y en un buscador tecleamos la palabra “ideologías”, en un par de segundos tendremos millares de sitios donde podemos revisar contenidos sobre ideologías diversas. La piedra angular no es la multiplicidad de ideologías que podremos encontrar, tampoco la cantidad de sitios que rebasan el total de humanos en la tierra, sino el espacio en el cual buscamos, la World Wide Web fue un proyecto militar norteamericano, ahora es un proyecto global que deja ganancias billonarias al día. No escapamos de la ideología. El mismo caso aplica para un libro sobre marxismo, ya tiene una etiqueta, una empresa y un costo. El valor del contenido queda rebasado por la ideología que lo rodea. La situación con la ideología capitalista, empecinada en disfrazarse de una no-ideología, advierte que realmente no hay una modificación estructural de fondo ya que los lineamientos o las reglas del juego continúan siendo básicamente las mismas. El socialismo que Marx propone parte de un análisis del pulso económico en diferentes civilizaciones, ya no estudia la presencia del Espíritu hegeliano en cambio apela al estudio contractualista de la comunidad primitiva en la cual todos vivían en armonía, no considera la evolución espiritual de una cultura sobre otra, en este sentido es positivo el análisis, sin embargo, universaliza a la humanidad bajo la misma renuncia al paraíso socialista, una secularización de la expulsión bíblica del jardín edénico. Detalla, desde las representaciones particulares de cada cultura, su ritmo material reflejado en aquellas interacciones entre opresor y 82

oprimido, en otras palabras, el estudio profundo de las relaciones de poder. Pareciera, por tanto, que todo análisis económico tiene que enfoncarse en comprender como funcionan las relaciones dialécticas más que como resolver los problemas de tensión.

Como se ha mencionado anteriormente la posmodernidad o la forma de vivir todos los tiempos en uno sólo indica que la vida feudal sigue tan latente como la esclavitud. En una lectura ingenua del recorrido histórico marxista tendríamos que aceptar la caducidad de la esclavitud pero realmente Marx señalaba formas en las que se relacionaban los poderosos con los no poderosos siempre mediados por un interés material. Al denunciar la situación de los obreros en Inglaterra no hacía sino retomar el tema de la esclavitud y al hablar de superestructura daba cuenta que no hemos salido de la dinámica señor feudal-siervo. En este sentido no tendría que caminar la crítica al marxismo en su plano teórico sino en la aceptación plena del capitalismo como punto de origen. En otras palabras, el punto clave de la economía para Marx era potencializar el sistema productivo con una finalidad distributiva diferente, deshacer la pirámide de beneficios y repartir la utilidad entre los trabajadores, quienes según el proyecto socialista, seríamos todos. La “trampa” del plusvalor, este excedente que genera ganancia para el inversionista, no desaparece en el socialismo. Al contrario, se vuelve metafísico porque el excedente o ganancia extra será una inversión para la sociedad en 83

general. Podríamos ir más allá y afirmar que la plusvalía del trabajo dentro del socialismo es la felicidad de sus integrantes. Con esto deseo demostrar que si bien el marxismo aparece como una cura alternativa a la asfixia capitalista, realmente seguía el mismo modelo metafísico para el capital, misma receta que el capitalismo ha reclamado para sí solamente con el rostro de la diferencia, con un fundamento unívoco. La necesidad de universalizar el sistema socialista vislumbra el futuro de la globalización como vía efectiva para realizar cualquier transformación real. La disolución de fronteras geográficas no es, pues, exclusivo del liberalismo, también el socialismo lo propone. El poder de la ideología posee un discurso irrefutable y tan perfecto que incluso sus detractores caen en la trampa de contradecir afirmando los mismos principios. La no-ideología del capitalismo se mueve bajo la siguiente premisa: toda reflexión que lleve una mediación se encuentra dentro de una ideología. Entonces ¿lo único que se puede lograr, la única posibilidad es pensar dentro de una ideología diferente? Desde esta óptica tendríamos que aceptar encontrarnos en un callejón sin salida: las escuelas filosóficas que apuestan sobre el lenguaje darán la opción de resignificar los conceptos pero, nuevamente, caemos en reducir los problemas reales en problemas del lenguaje. La técnica lingüística, otra superestructura ideológica 80, no puede dar una respuesta definitiva y, en consecuencia, no es aplicable como solución a 80

El poder fáctico que controla los discursos hace inviable pensar en transformaciones desde la palabra. El metalenguaje de los técnicos en economía, por ejemplo, imposibilita la comprensión y somete a los participantes que no conocen la forma de emplear adecuadamente los términos tan básicos como “dinero”, “valor”, etc., sin embargo los hace culpables de lo errores que el sistema

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problemas reales causados por el capitalismo, a saber, muerte por desnutrición, por falta de acceso a servicios médicos, etc. Los hermenéutas con el afán de respetar al Otro en tanto intérprete de su propia realidad que construye sus verdades nos orillan a generar comunidades ficticias donde no existe oposición al sistema, sino comunidades que buscan inclusión; es tanta la variedad de verdades que incluso tenemos que aceptar las contradicciones como adecuadas. En el fondo de la buena intención hermenéutica existe una sutil ciencia dictatorial que tiene como principio rector el respeto por la interpretación del Otro. Es ciencia porque se asume como la señalización de todo cuanto nos rodea, el ser-en-elmundo heideggeriano se impone y no permite una replica; es dogma. Es dictatorial porque la instrucción de respetar al otro no es una opción, debe hacerse bajo la “tolerancia”. Lo terrible es aceptar que su noción de extremo respeto al otro construye

una

sociedad

éticamente

irreprochable,

al

contrario,

genera

distanciamiento con el otro en tanto se acepta como presupuesto que las verdades nunca van a coincidir. Se tienen tantas verdades como individuos y como el individuo es cambiante, tambien sus verdades. En el caso de aceptar la propuesta de horizontes compartidos gadamerianos encaramos nuevamente una situación desoladora: coincidir en tal o cual horizonte interpretativo me coloca en la obligación de respetar los horizontes donde no podamos coincidir. De hecho la

pueda tener. Con las leyes pasa lo mismo, su alejamiento con un vocabulario adecuado a nuestro tiempo genera que unos cuantos puedan interpretar las leyes aunque, paradójicamente, todos los ciudadanos se encuentren sometidos a ellas. Con el liberalismo no solamente tenemos una autoridad invisible y un gobierno pasivo, existe una brecha formal para comprenderlo. Es un juego con instrucciones complicadas dirigidas a unos cuantos en el que todos, forzosamente, debemos jugar. El capitalismo es todavía más radical, no solamente debes jugarlo sino también disfrutarlo.

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propuesta de la hermenéutca en torno al respeto invita a una alejamiento, será más fácil tolerar lo distante que lo cercano. La propuesta de horizontes gadamerianos propone encarar la comprensión del otro, esta situación se convierte desoladora cuando no hay una relación unívoca en el horizonte interpretativo, imprime por tanto un imperativo de respeto a horizonte. En el espacio de una trampa ideológica, ¿se podrá pensar realmente en una unificación de lo humano en torno a lo lingüístico? Pareciera más bien un regreso a la idea contractual bajo el disfraz del lenguaje, como una convención que todos hemos aceptado aunque ninguno la ha querido así. El lenguaje, ese medio que aparenta liberación y respeto al otro, ha servido también para un proposito opuesto, para censurar, imponer y oprimir. El lenguaje del capitalismo ha sembrado sus elementos de tal forma que valor y competencia son elementos partícipes de nuestra habla cotidiana. Si a esto añadimos el respeto a ultranza de las diferentes interpretaciones o de la tolerancia simple ante la existencia del otro que abraza las estructuras del capitalismo con fervor religioso, tenemos que entender que las respuestas han sido fallidas para contrarrestar este sistema metafísico. Las escuelas filosóficas anti-capitalistas solamente han servido para fortalecer el sistema, ninguna ha logrado convertirse en oposición real. A lo largo de este capítulo hemos analizado el discurso del desarrollo y sus funestas consecuencias legitimadoras del sistema capitalista en su peor versión, el liberalismo

norteamericano.

Como

herederos

de

la

tradición

francesa,

Norteamérica ha impuesto un sistema rígido y un mercado que, de apariencia 86

volátil y flexible, en realidad no ha tenido grandes cambios. Las mismas contradicciones sistémicas siguen presentes y la crisis, alimento principal del capitalismo, sigue vigente con la finalidad de fortalecer la acumulación de una minoría. De la misma forma hemos encontrado que los sistemas que planeaban contrarrestar la fuerza metafísica del capitalismo no han logrado sino extender su poder ideológico al punto de volverlo un camino unívoco e ineludible. Todo sistema se encuentra integrado por elementos particulares, de tal forma que el capitalismo es un sistema metafísico pero con referentes reales en todos nuestros actos de comercio cotidianos, para analizar el fondo del capitalismo tenemos que estudiar también los motivos humanos que lo permiten y prologan.

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Capítulo III 3. Naturaleza Suspendida “Todos los grandes filósofos modernos han hecho hincapié en la trascendencia del deseo. Pascal señalaba que amamos menos las cosas que el camino que nos lleva a elllas; en la filosofía hegeliana, el deseo humano se define como negación y deseo de ser reconocido por otro; Nietzsche recusaba el utilitarismo en nombre de la .” Gilles Lipovetsky

En continuidad con las conclusiones anteriories sobre el liberalismo, éste se sustenta en un proyecto de igualdad, que al no cumplir las demandas de lo prometido funciona pero desde la violencia del mercado y de las masas. Esta es la paradoja que evocaremos en este capítulo, la naturaleza suspendida, como un estado de economía anticlimática. La idea de equidad dentro del proyecto del liberalismo fracasó debido al deseo del ser humano por poseer más. En el socialismo aplicado tampoco se encontró la satisfacción plena a las necesidades humanas al no lograr una praxis congruente entre líderes socialistas y pueblo socialista. Como un referente tenemos al Homo sovieticus, constructo teórico de Alexander Zinoviev que señala la creación de una nueva clase de humanidad a partir de la experiencia soviética, entre sus carácterísticas existe la sumisión ante la autoridad incluso sin creer que deba hacerlo, burocratización de todo lo referente a la administración pública y

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una abnegación ante los cambios de políticas económicas81. Ciertamente es aplicable para el mundo comunista pero es también vigente para el mundo capitalista. Los profesionistas en sus oficinas, los interminables papeleos para cualquier trámite y la apatía frente a las jornadas electorales son los mismos rasgos pero en diferente sistema, indicando efectivamente, que no hay distancia entre el socialismo de Estado y el capitalismo de Estado. Ambos sistemas, capitalista y socialista, siguen esperando el desarrollo de la humanidad como una etapa de mejoría desde concepciones económicas, pensando que el capital bien distribuido es la clave para evolucionar del salvajismo a la convivencia segura: promesa civilizatoria que plantea el monopolio de la violencia para asegurar un ambiente pacífico. En dichos sistemas también encontramos presupuestos antropológicos imaginarios desde una humanidad original que vivía en pugna como la de Hobbes o la Hegeliana hasta los nobles salvajes de Rousseau, sustentos endebles sobre los cuales se edificaron instituciones que parecen atentar, no intencionalmente, contra los elementos de nuestra naturaleza. Es decir, negar una realidad como la diversidad de personalidades o la posibilidad de lograr actos realmente violentos y, simultaneamente, actos de generosidad indescriptible. Si bien algunos de estos presupuestos son coincidentes, como en el tema de la bondad original o en plantear escenarios como el estado de naturaleza, son 81

Dr. Tomislav Sunic, Zinoviev’s “Homo Sovieticus”: Communism as Social Entropy, , consultado el 13 de abril de 2013.

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también radicales y no contemplan la existencia de un estado que refiere a una naturaleza suspendida.. Hobbes nos provee de una visión fatalista del ser humano en su afán bélico por proteger atacando; Rousseau y Marx apelan a una felicidad comunitaria que se extingue con la aparición de la propiedad privada. Tanto el liberalismo como el socialismo aprovechan estos recursos naturales para marcarnos una estructura jerárquica entre clases sociales, más que una pirámide pensemos en una división simple: quienes poseen capital en exceso y quienes no poseen capital en exceso. La realidad es que en ambos sectores hay un notorio deseo por continuar acumulando. El pobre desea salir de su pobreza mientras el rico anhela aumentar su riqueza y para hacerlo debe acumular para invertir. El pobre desea tener los medios materiales para asegurarse de una vida saludable; el rico quiere vivir más, cueste lo que cueste, gastando en cirugías estéticas y/o necesarias. En ambos sectores prevalece el deseo y es justamente aquí donde podemos entender la necesidad inventiva de dividir a las personas en clases sociales. La invención de las clases sociales corresponde a una ideología capitalista para asegurar la continuidad de estos sistemas 82. El discurso del desarrollo económico no es otra cosa que una herramienta para legitimar el sistema

82

El 3 de abril de 2013 la Asociación Sociológica Británica determinó que ha encontrado 17 clases sociales diferents, denotando que el análisis entonces es absurdo por sí mismo. Si cada sistema económico debe tener consideración de estas diferentes 17 formas para la repartición de gastos públicos, acceso a la saludo, educación, etc., ¿cómo podrá satisfacer necesidades tan diferentes? No estoy afirmando que el Estado debe dejar a su suerte a los ciudadanos pero sí señalo lo complicado que es tener una administración pública basada en fragmentos diversos y cambiantes. BBC, Redacción de BBC, Clases sociales en el Reino Unido [en línea],ReinoUnido,2013, , consultado el día de su publicación en la web.

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metafísico del capital y las clases sociales, no como concepto, sino asumidos como diferencias de ingresos y de oportunidades, ha sido un instrumento discursivo para legitimar esos diferentes estratos; una suerte de sistema de castas secularizado. Otra defensa que se puede hacer contra la negativa a aceptar la existencia de las clases sociales es cuestionar el papel de la clase media. En realidad es una ficción más, no puede afirmarse que tiene un ethos particular o una esencia definida porque es una “no-clase”, es una respuesta constante, en forma directa de los impulsos o movimientos entre los que acumulan el capital excesivamente y quienes sufren de esta acumulación. Son un sector escindido dentro de sus propias estructuras ya que no tienen rasgos definitivos ni identitarios. Hay un problema desde la sociología y hasta la psicología con esta clase en particular, si entendemos que los movimientos del capitalismo se vuelven amorfos e indescriptibles en sus ritmos, la clase media se desvanece entre los trances de pobreza y riqueza, no tiene una constante. De forma comparativa, de acuerdo con Zizek 83, tenemos al “demos” griego como el conjunto de ciudadanos que realmente no eran ciudadanos, los marginados, extranjeros, etc., quienes realmente conformaron este primer grupo y al querer librarse de la sombra aristocrática solamente confundieron su papel dentro de la participación política. Con la revolución francesa tenemos el surgimiento del tercer Estado, frente a la nobleza y el clero pero no hay un tercer

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Cfr. Slavoj Zizek, En defensa de la intolerancia, España, 2012, p. 26.

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espacio, no hay una verdadera tercera opción, existe la réplica a diferentes formas de vida que no son propiamente el primer y el tercer mundo.

Su poder se

encuentra difuminado en la pluralidad de posiciones económicas. Como consecuencia de esta noción equívoca de clase media, encontramos el juego de la democracia, definido pero no por actores políticos elegidos en las urnas ya que estos son patrocinados, creados y “empleados” de las grandes instituciones banqueras y monetarias. El ejemplo más simple es el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, la persona que fue votada por una relativa mayoría para ostentar el cargo de presidente de los Estados Unidos tiene la facultad de sugerir acciones a este Secretario pero éste no tiene que obedecerlo constitucionalmente; alegan contradictoriamente un interés de resguardar el capital y no dejarlo en manos de decisiones particulares. No hay una normatividad ni una legislación para someter al Tesoro a las instrucciones del presidente nombrado democráticamente, es decir, el dinero del pueblo no puede ser tocado por la persona que eligieron a través del sufragio. La dinámica jerárquica implica que los empresarios se encuentran por encima de las decisiones de la mayoría en una suerte de dictadura financiera; en consecuencia la democracia se vuelve farsa e influye solamente en detalles intrascendentes en la vida nacional de los pueblos.

En una versión optimista del análisis social podemos pensar que existen, de facto, diferencias entre las personas pero cuando este análisis aspira a comprender la totalidad de la sociedad, incluso como una integración convencional 92

de subjetividades, nos enfrentamos a una masa cambiante, heterogénea e imposible de definir. Si en esa totalidad caótica la única normalidad aparente es la posición económica estaríamos dejando de lado las diferencias que se marcan entre grupos, a saber, de identidad sexual, de rol sexual, étnicas, religiosas, etc., que incluso regidas bajo un sistema-mundo como lo es el capitalismo, aniquilamos la posibilidad de la diferencia.

3.1 Economía y deseo En el capitalismo las clases sociales, como supuesto teórico, solamente forman conglomerados sin rostro y por ende inaccesibles para su estudio. Separar, a la manera cartesiana, para estudiar no es el método completo, se debe unificar finalmente para ubicar, dentro del universo social, su movimiento general. Este movimiento no siempre tiene una dirección determinada, inclusive tiene cambios bruscos y confusos como ejes rectores. La dinámica del deseo aparece bajo la imposibilidad de conocer el objeto en el cual se va a centrar. El deseo se hace presente y complica, aun más, la posibilidad de determinar hacia qué objeto se va a centrar el interés de la persona o de la sociedad. El “ritmo” social atípico es consecuencia del deseo ya que no se proyecta hacia la humanidad misma, en ese caso solamente desearíamos objetos a favor de la humanidad, sin embargo, también se desean objetos en contra de la misma: armas, virus, drogas, etc. Para comprender adecuadamente o al menos integralmente a la sociedad se debe dirigir la reflexión al individuo y si queremos entender al individuo debe hacerse 93

desde una antropología del deseo, sin dejar a un lado la influencia que tiene el sistema económico y que es ejercida a manera de auto-satisfacción.

Puede pensarse en una refutación sobre el deseo como elemento real de nuestra antropología: la necesidad del pobre es real mientras que la del rico es manipulada por la moda y los mass media. Es válido el punto pero impreciso, la necesidad del pobre de alimentarse es, por supuesto, real, biológicamente palpable pero también lo es la necesidad del rico de viajar o de adquirir tal o cual producto, siente un vacío emocional si no consume aquello que considera necesario para continuar existiendo. Lo que nos conduce a interrogar abiertamente a la economía, no solamente como un modelo de productor sino como un productor de contextos ¿Qué pasa entonces con la economía? ¿Normaliza todo en función de no permitir la plena satisfacción de las necesidades humanas y así asegurar su lugar como sistemamundo? El desarrollo económico es un mito contemporáneo porque la economía, realmente, es una entidad estática y mientras la medida de ese sistema siga siendo el capital, en expresión monetaria, no podrá tener un contrapeso metafísico que le haga movilizarse. Tomémos el ejemplo del Ceteris paribus, un término usado en economía, creado por Alfred Marshall y en síntesis es la aplicación de un panorama estático para resolver un problema económico; se debe aeptar que

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hay cosas dentro de la economía que no cambian 84y aquí está la clave del mercado inmovil. Aunque veamos los precios subir y bajar, en realidad el sistema sigue congelado, no hay un verdadero motor. Las crisis, tan planeadas como sufridas, son consecuencias del capitalismo fijo y de las decisiones de quienes desean que ese sistema sigue libre de intervención oficial, con los reguladores que autocalifican. Si podemos pensar en un movimiento que en realidad vaya a contrarrestar la fureza metafísica del capitalismo debe tener por principio la nulidad del valor al capital y la consideración del deseo como único presupuesto posible que determina las decisiones del ser humano. La expectativa es que el capitalismo llegue a su fin como sistema-mundo y aparezca entonces otra forma de relacionarnos entre nosotros, económica y políticamente. La cuestión con los proyectos post-capitalistas, como el de Wallerstein, es la ausencia de certezas. No se sabe si el nuevo sistema-mundo post-capitalista cumplirá las promesas de desarrollo y de una economía justa. Así como no se puede precisar su teleología, tampoco es posible especular el origen: ¿surgirá de una crisis económica mundial, es decir, del quiebre de los mercados? O por otra parte, ¿surgirá de las revueltas en los pueblos del sur, los países deudores? Solamente es posible esbozar uno de los elementos que delatan esta crisis. Me refiero en particular a la naturaleza suspendida de la sociedad.

84

Cfr. Alfred Marshall, Principios de Economía, España, Fundación ICO, 2005, p.673.

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El consumo es, en apariencia, la clave para dinamizar la economía; en realidad es la edificación de una neutralidad. Pensadores como Lipovetsky hablan ya de un hiperconsumo en donde las necesidades van mudando y creciendo de tal forma que pudieramos pensar en un cambio en un avance de la humanidad en cuanto a lo consumible pero en realidad es un retroceso mercantil. Seguimos bajo los mismos esquemas proteccionistas, bajo las mismas reglas financieras que no permiten otra cosa excepto la acumulación o el adeudo. En otras palabras consumir moviliza el valor de los bienes materiales pero no genera ningún cambio, esa inversión se integra y resulta en un beneficio para otro o para otros. Ambas acciones se encuadran en suposiciones metafísicas: creo que este producto vale lo que cuesta pero en realidad, tanto costo como valor, transitan en el vacío de la arbitrariedad. Ya sea por imposición del mercado o por continuidad cultural se efectúan intercambios creados para continuar el ciclo sistémico.

3.2 Protagonistas de la naturaleza suspendida: del exceso y sus consecuencias. La naturaleza suspendida es consecuencia de esta idea del intercambio. Para analizarla a detalle hay que tomar en cuenta a los sectores polarizados, por una parte las personas que viven en pobreza extrema y por otra, al sector de personas con mayor capital acumulado. La principal característica de esta naturaleza es la ausencia de reflexión sobre su propia condición, tal y como lo indica la Dra. Paulette Dieterlen, en los casos de pobreza extrema no se alcanzan 96

los

niveles

proteínicos

necesarios

para

estimular

adecuadamente

el

pensamiento 85y si consideramos que la imaginación es la facultad mental que nos permite visualizarnos de diferentes formas, en diferentes escenarios existenciales, en las personas con carencias alimenticias la reflexión sobre un estilo de vida diferente se encuentra mermada y, en muchos casos, impedida. Una de las definiciones de la pobreza extrema consiste en un estado de carencia del cual es imposible salir. Hay, en efecto, un motivo externo, el económico y un motivo interno ubicado en la incorrecta alimentación. Para la persona en situación de pobreza se vuelve un círculo vicioso, aunque su reflexión le permita aspirar a un estilo de vida diferente donde pueda encontrarse libre de carencias, encontrará estructuras cuya misión es impedir que salga de dicha condición de miseria. Incluso existiendo infraestructura social para su “progreso”, puede no tener las herramientas mentales para hacerlo, así continúa con su forma de vida al ser el único camino posible; hay una normalización semejante a la abnegación. Esto es notorio en las comunidades marginadas donde las personas salen a países, usualmente del norte, para obtener mayores ingresos pero al volver no intentan implementar esas infraestructuras con las que pueden beneficiar económicamente a sus comunidades sino que continúan realizando actividades propias de sus lugares de origen. Imitan otros elementos extranjeros como la forma de vestir e incluso los deportes, detalles, pues, cosméticos de otra cultura, pero en materia de aplicación de procesos laborales la adaptación es nula. 85

“Un ejemplo ( ) la cantidad de calorías y proteínas que debe consumir un individuo (2 082 calorías y 35.1 gramos de proteínas diarias) para mantener la salud y poder desarrollarse. “ Paulette Dieterlen, La pobreza: un estudio filosófico, México, UNAM-FCE, 2003, p. 61.

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Al renunciar a estos modelos eficientes se pierden de optimizar las ganancias y se alejan de la posibilidad de competir en el mercado, generando el círculo de carencias incluso para las nuevas generaciones. No se apartan de la ideología capitalista, al contrario, la confirman con los actos de comercio donde muchas veces son productores pero no beneficiarios. El capitalismo no es la salida adecuada ni la más deseable pero de hecho funcionan con indicadores económicos bajo las miras de las finanzas globales, pero sin las mismas aptitudes competitivas, ya que no están generando otra superestructura diferente o alternativa. Este círculo es su naturaleza suspendida; sin comida no hay funcionamiento correcto de la mente, de la imaginación y sin ella no hay forma de producción para satisfacer comunitariamente más allá de las necesidades básicas como la alimentación misma. Cabe la aclaración, en torno a la pobreza, que no es una condición psicológica ni psíquica: la pobreza es otra ficción que se ha vuelto institución. La pobreza es la consecuencia de la acumulación excesiva de una minoría, es un efecto que lamentablemente se ha vuelto flagelo de muchos pueblos desprotegidos por una ausencia de regulación jurídica frente a las grandes empresas y conglomerados transnacionales. Por otra parte tenemos a los sectores que gozan de mayor acumulación de capital, que se caracterizan, también, de una naturaleza suspendida o de una reflexión limitada. En este caso no se debe a una alimentación precaria, corresponde a una cultura basada en la indiferencia y en el valor individual por 98

encima del otro. La alienación con el sistema-mundo capitalista implica que aquellos ejes que el capitalismo considera válidos por eficientes también deben serlo para los participantes de esta ideología. De aquí que ideas como acumulación, inversión y consumo se vuelvan medidas cuasi axiológicas para calificar a una persona. La relación con el otro es instrumental y debe servir en beneficio del sistema acumulativo; las relaciones sociales son valoradas en términos de inversión y se consideran plenas cuando brindan beneficios económicos. Los modelos familiares de la Edad Media que buscaban crear alianzas con la intención de aumentar las riquezas se hacen presentes en el modelos de las burguesías. Unir apellidos de peso empresarial y/o político resulta en la generación de sociedades comerciales lucrativas para las familias involucradas. Las personas adineradas, al igual que quien vive en pobreza extrema, no suspende su naturaleza voluntariamente, es un hecho que involucra a su entorno y, por tanto, no tiene toda las responsabilidad aunque, claro, puede modificar esos esquemas de comportamiento pero entonces se atiene a una suerte de autoexilio y a perder los privilegios que, por derecho de nacimiento, le corresponden. Al igual que una persona en pobreza extrema pertenece a un círculo vicioso que le impide salir o cambiar el estilo de vida al que se encuentra inscrito. Su familia o su medio ambiente busca la acumulación de capital, ya sea trabajando o invirtiendo y crece conociendo esta forma de “progreso” o de desarrollo y considera que es correcto. Nociones como pobreza son vinculadas, por estos grupos, a la pereza; el narcicismo se vuelve lo adecuado. Para ellos, en realidad, si la base del mundo 99

económico es la competencia y no el comunitarismo, su aplicación se refleja en la preocupación por lo particular, no por el otro. Por tanto, sus descendientes crecerán creyendo y viviendo lo mismo, generando un movimiento circular e interior de la economía, un no-movimiento del capital porque se recicla. Es posible que se refute esto con las obras de caridad o las filantrópicas fiestas para recaudar recursos, organizadas por los empresarios a favor de los pobres y marginados. Bien, ciertamente son actos externos con una finalidad que, en apariencia, es positiva; en potencia son remedios temporales contra los males que aquejan a determinada comunidad o cultura. El problema es esférico y generalmente tiene un principio económico de fondo: Si el sistema capitalista es el responsable de generar la vulnerabilidad de ese grupos social o cultural, la inyección de capital no es la solución, al contrario, puede resultar perjudicial al continuar fomentando o alimentando al mismo sistema. De facto los recursos donados sirven para una expiación en doble sentido: de impuestos y de culpas; en ambos casos con una finalidad egoísta aunque tenga un original motivo solidario. Un caso en el que se defiende esta naturaleza suspendida lo encontramos en Austrailia donde Goergina Rinehart, la empresaria con mayor capital en ese país, propone esterilizar a las personas que no alcancen ganancias de 100.000 dólares anuales, ser esterilizadas forzosamente porque ella argumenta que para terminar con la pobreza es necesario erradicar a los pobres”86. Sus propuestas no 86

La evidente sinceridad de esta capitalista se contrapone con los discursos amables de los millonarios que proclaman su filantropía. Como ya se ha mencionado lejos de una intención discursiva el simple hecho de acumular más de lo que se necesita, esta gula económica, deviene ya en una falla estructural que impide la obtención equitativa de capital. Por tanto es indiferente si

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se detienen aquí, también sugiere que las personas que sí consigan esta cifra o la rebasen sean apoyados para tener de 10 a 12 hijos. Es decir, la reproducción de capital debe seguir una línea, según esta mujer, casi hereditaria, una aristocracia económica. Lo curioso es que ella no se considera culpable por la pobreza del otro aunque sabemos que la acumulación excesiva de capital genera tal desequilibrio que inevitablemente llegará un punto en el que para tener ingresos un importante sector de la sociedad deberá dejar de tenerlos. Es, con todas sus características, un robo legalmente permitido. La tasación de productos básicos y del salario mínimo es controlado por el Estado, respetando las fronteras financieras que la bolsa de valores señale pero no es posible tasar la cantidad de ingresos en condición de riqueza. En otras palabras, incluso con leyes en contra de los monopolios, no hay un límite para acumular bienes. Podría pensarse que es terrible y muy poco ética la postura de esta mujer pero en realidad solamente está explicando cómo funciona, en realidad, el capitalismo salvaje.

Otra trampa ideológica, partícipe de la naturaleza suspendida, ha sido la aplicación de principios éticos a los centros de generación de productos, conocida como ética empresarial. En primer lugar hay un error conceptual, las empresas si bien son formadas por seres humanos participan de la clara intención de obtener capital, es decir, de generar un producto o servicio que sea adquirido y recibir a se demuestran como crueles capataces o como amables mesías de los desfavorecidos, sus actos son catastróficos para el papel de la economía en cualquier sociedad. New Yorker, William Finnegan, The Miner´s Daughter, Estados Unidos, 2013, , consultado el 16 de abril de 2013.

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cambio capital cargado con plusvalía para volver a generar ese producto o ese servicio. Aunque la ley habla de personas físicas y morales, en el caso de las segundas no son personas reales sino entidades de mercado a las que no se les puede adjudicar ninguna categoría ética, los parámetros con que se pueden valorar son en función de su eficiencia para lograr el fin antes comentado, es decir, generar ganancias. En consecuencia pensar que una empresa puede ser favorable para una sociedad en general se opone a los principios de competencia del capitalismo. Solamente en el supuesto de la existencia de un verdadero libre mercado 87 se puede hablar de un daño menor de una empresa frente a otra en el plano de lo benéfico para la sociedad. En muchas empresas se puede dar un trato humano a los empleados, generar un ambiente pacífico de trabajo pero esto no es aplicar una ética laboral; más bien corresponde a una actitud heredada por el liberalismo, maquillado con un supuesto reconocimiento de los Derechos Humanos cuyo objetivo principal es mejorar el rendimiento de sus trabajadores, todo en vistas al capital. Una característica de este capitalismo es el fin de las fronteras y de la noción de soberanía, los pueblos se encuentran supeditados a las decisiones de las grandes empresas. El mundo, por tanto, adquiere una nueva forma en donde los espacios quedan relegados a instancias metafísicas y no territoriales. En la posmodernidad esta pérdida de fronteras será también un reflejo del sistema-

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La idea del libre mercado puede convertirse en otro presupuesto ficticio ya que se necesitaría que inicialmente todos partieran con la misma cantidad de capital a invertir y tendríamos que anular los activos heredados; las acciones de una empresa que pasan de un padre a su hijo, por ejemplo. Se vuelve un principio regulativo, éticamente inalcanzable.

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mundo capitalista ya que permitirá su ubicación en no-lugares y al mismo tiempo proveera de posibilidades ficticias como alternativas de mercado.

3.3 Naturaleza suspendida y posmodernidad Pensadores como Gilles Lipovetsky o Romano Guardini afirman que esta naturaleza suspendida aparece junto con el fenómeno de la posmodernidad. Discrepo parcialmente ya que si bien es en esta etapa del pensamiento humano donde se expresa con mayor plenitud no es una actitud propia y exclusiva de nuestro tiempo, es fenómeno ahistórico. El cuerpo, como la conciencia, se convierte en espacio flotante, un espacio deslocalizado, en manos de la : limpiar el terreno, hacer el vacío por saturación, reducir los nudos refractarios a la infiltración de normas,( .) es decir, el abandono de todo que es convención, artificio o costumbre, considerado desde ahora como algo seco, formal, 88 si no artificial.

Esta forma de ver la naturaleza suspendida pretende eximir de la culpa a los responsables. Al envolver la indiferencia como causa de una etapa cultural se oculta el motivo principal que es la estatización de los valores desde lo económico con repercusiones en las otras dimensiones del ser humano. La inmovilidad del mercado permite que este modelo sea hegemónico. La naturaleza suspendida no sufre alteraciones con el paso del tiempo, esa es justamente una de sus características. Al cumplir la necesidad de continuar anhelando, provee al mismo tiempo de inhibición reflexiva y de insatisfacción frente a lo deseado. No es el 88

G. Lipovetsky, La Era del vacío, Ed. Anagrama, pp.63-64.

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cambio una opción para satisfacer mi necesidad ya que es una imposibilidad real y, dado el caso de cambiar estructuralmente la forma de alcanzar lo anhelado, surgirían nuevos deseos todavía más imposibles de lograr; como ejemplo, surgiría el deseo primario de volver al sistema anterior. Que no es sino el retorno a las simulaciones del mismo capitalismo.

Ante esta idea, que en la posmodernidad podemos observar en plenitud el fenómeno de la naturaleza suspendida, corresponde al carácter atemporal y hedonista de la posmodernidad, la cual centra su totalidad en el individuo y nos permite examinar con mayor detenimiento la caída de antiguas idolatrías de la economía y el carácter ilusorio que adquiere el “otro” en el marco de esta peculiar naturaleza. Sobre la decadencia de los ídolos económicos, observamos que en la posmodernidad se exaltan sus debilidades porque pretenden modificar la colectividad en lugar de fomentar una sana individualización. La mayoría de los sistemas económicos más poderosos tenían un rostro o un líder carismático, representativo de sus ideales. Así Adam Smith para los liberales y Marx para los socialistas; Lenin, Stalin, Mao, Wilson o el tradicional Tío Sam. Ahora se carece de una cara o de un emblema: “La personalización implica multiplicación y aceleración en la rotación de los para que ninguno pueda erigirse en ídolo inhumano, en ( ) así hay cada ves más

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y menos inversión emocional en ellas.” 89 La producción excesiva de “estrellatos” corresponde a un consumo masivo e íntimo, al mismo tiempo, de lo evanescente. La naturaleza suspendida es notoria en los sectores marginales de la sociedad, los que más poseen y los que poseen menos pero no tiene, en ninguno de estos sectores un rostro determinado, no hay enemigo visible al cual se pueda derrocar; sin embargo, el consumo sistémico aparece como una presencia activa y difuminada entre grupos diversos. En otras palabras, tiene una identidad de aparente camino a la satisfacción con la consecuencia de lograr justamente lo contrario; un perpetuo estado de insatisfacción. El capitalismo no tiene rostro pero sí tiene cómplices, desde una perspectiva de superestructura todos participamos, de una forma mediana o protagónica en su continuidad. En la posmodernidad “el principio de realidad queda sustituido por el principio de transparencia que transforma lo real en un lugar de tránsito, un territorio en el que el desplazamiento es imperativo: la personalización es una puesta en circulación.” 90 Este principio que permite la transparencia de los procesos sociales presenta un movimiento pero no se ha comprendido que este movimiento realmente y por estar basado en individuos que necesitan satisfacer sus necesidades, es un movimiento circular, casi de reciclaje, de auto legitimación. En el caso de las propuestas de traslación sistémicas, han fallado por no contemplar el factor del deseo humano y esto genera que no tengan un impacto 89 90

Op. Cit. P. 74. Ídem

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metafísico suficiente frente a un sistema todavía más enraizado: el capitalismo, reduciendo así toda su fuerza a un nivel meramente discursivo, alegórico pero poco transformador.

3.4 La meta-ideología como alternativa

¿Qué hacer entonces frente al poder aparentemente ilimitato del capitalismo? Si seguimos aceptando que es el único sistema real tendremos que aceptar también que nuestra naturaleza humana ha sido una invención del mismo sistema. La necesidad es real y los actos de comercio parecen regular nuestra existencia, incluso quienes quieran apartarse de ello recaen en actos de legitimación pro capitalista. Pareciera que no existe otra salida o que las salidas son demasiado azarosas fuera del capitalismo.

La importancia del poder ideológico no debe ser subestimado, una ideología marca pautas paradigmáticas que nos impiden contemplarla a plenitud limitando la reflexión inclusive sobre sí misma, en el caso de la economía resulta similar. Un grupo de técnicos intentan explicarse un sistema caótico que, de acuerdo a su finalidad, busca evitar todo caos en el mundo. Los elementos metafísicos quedan sutituidos con números, apartados matemáticos abstractos y regulaciones creadas por ellos mismos. La especulación, como ya explicabamos anteriormente, resulta 106

en un abismo sobre el que se quiere construir, nadie conoce el resultado hasta que demuestra sus fatídicas consecuencias. Se habla en términos de liquidez y es probablemente el término más correcto para los pilares económicos. Son líquidos pero no en tanto fluyen activa o pasivamente, sino como una estructura endeble de poder sólido. Las instituciones financeras se presentan como garantes de responsabilidad frente al manejo de capital ajeno, cuando quiebran descubrimos que gracias al vacío que existía, a las especulaciones y las puestas en riesgo de ese capital, lograron crear burbujas para que otros inversionistas depositaran su confianza y más capital en esas inversiones arriesgadas. Así se legitiman y actúan en absoluta libertad sin ninguna clase de sanciones penales fuera de las multas que en nada afectan sus ganancias. Lo ideológico se ha apoderado de las esferas poíticas y culturales, solamente basta ver las tarjetas de débito para niños o el famoso lema de la “cultura del ahorro”. El ahorro es una acumulación a menor escala pero igual de dañina que la hecha por bancos centrales y por particulares, la retención de capital solamente provoca temor a perderlo, por tanto se acude a las instituciones bancarias para que resguarden el dinero sin entender que con este acto se fortalecen y hacen uso, ahora sí, de la fluidez del capital externo para seguir arriesgando sus activos sin medir las consecuencias. Políticamente, como se ha visto, el sistema democrático ha beneficiado, desde su versión moderna en la revolución francesa, a los grupos empresariales. Leyes se hacen a la medida de los intereses financieros pero no a favor de los pueblos sino en su detrimento, la idea tan recurrente de convertir los países en lugares-objeto para la inversión 107

extanjera resulta en el sacrificio de un pueblo. El sacrificio consiste en adecuar todo para que inversionistas inyecten capital y lograr el “desarrollo”, como si tuvieramos la ingenua consigna que los fondos globales de inversión se dedican a ser altruistas y no van a cobrar nada por su generosa actividad de explotación. No solamente hablamos de los altos costos ambientales y humanos sino el establecimiento de imperios verdaderos con jerarquías opresoras donde la soberanía queda entredicha y, en muchos casos, nulificada. ¿Qué sigue del capitalismo? El incierto optimismo de Wallerstein y Zizek es, sin duda, envidiable. Es correcto pensar en el fin del capitalismo pero también debemos cuestionarnos sobre la salida a la ideología del capital. Como he mencionado anteriormente de nada serviría un sistema donde nuevamente la publicidad tuviera el control de nuestras necesidades y el dinero tuviera la misma finalidad de proveer promesas e ilusiones. Es necesario también replantearnos el papel del deseo en esta nuevo forma de interacción económica ya que sí como afirmo es un rasgo constitutivo de la humanidad, ¿hasta qué límite tendría que llegar para erradicar algo que ya es parte de sí? La naturaleza suspendida no es un acto fortuito solamente generado por una superestructura, lo terrible de esta naturaleza es el papel que pareciera jugar una voluntad superior-sistémica que es, simultáneamente humana y antihumana. La fortaleza de la ideología capitalista, declaro, no se encuentra arraigada en el ser humano, ha sido impuesta pero esto también implica que otra ideología puede ser sembrada y desarrollada bajo la fachada de ser inherente. Por estas 108

razones no es tan absurdo pensar en una meta-ideología, es decir, una superestructura que envuelva toda ideología, es la posibilidad libre de ingenuidades ante el cual se puede acceder a otra forma de pensar fuera del capitalismo. No es la renuncia rotunda a la antropología del deseo sino su aceptación conciente la que nos puede llevar a pensarnos en diferentes esquemas de interacción económica. Puede ser el caso que la meta-ideología sea un panorama ficticio del futuro pero puede ayudar a construir la alternativa necesaria para una fuerza metafísica opositora del capitalismo. Es, hasta cierto punto, la resignación confiada en la transformación; sin duda el capitalismo no habrá de vencerse mañana pero irremediablemente va a terminar y las nuevas formas de organización solamente pueden surgir de proyectos fundados en una utopía que esté alejada de los vicios internos de la humanidad. Si la ideología capitalista atraviesa la historia de la humanidad, esta nueva post-ideología tiene que aceptar ser ajena a la humanidad aunque creada por ella misma, ya sin el parámetro del valor o sin la doctrina de la competencia pero sí afirmando los rasgos que conforman al ser humano y lo hacen actuar dentro de ciertos esquemas que, en la mayoría de los casos, corresponden a un mercado que intenta ser globalizador. En este sentido la metaideología tendría el reto de ser simultáneamente subjetiva y universal. No bajo el mito de la universalización, en todo caso tendría que aceptar las diferentes formas culturales de agrupación sin forzar a que un sistema comunitario se vuelva modelo para los demás.

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La meta-ideología, es una recuperación histórica de la verdadera civilización humana, si en verdad existió, en primer lugar y cómo fue perdiendo su rumbo hasta convertirse en víctimas de un mercado financiero controlado por rangos lejanos a la finalidad de garantizar la equidad económica y la protección de los frutos del trabajo. En este capítulo profundicé en el concepto de naturaleza suspendida, condición causada por un sistema económico detenido y congelado por la ideología capitalista. En las esferas de relación dialéctica, tanto los que acumulan en exceso como los que carecen de ese capital padecen las consecuencias sistemáticas, lo cual genera que el mismo modelo se justifique y se prolongue en una espiral continua donde la desigualdad es el verdadero rostro del intento liberal por fomentar el desarrollo económico. Es durante la posmodernidad donde podemos comprender y analizar a detalle este efecto de la economía, al carecer de un sustento real, lo metafísico del capitalismo se adueña de los medios de producción y del consumo masificado. Como peligro latente, las crisis fortalecen al capitalismo aunque también lo llevan, poco a poco, a su extinción como medio para la interacción social, pero la ideología persiste en controlar, desde el deseo, todas las formas de organización. El socialismo de Estado, aplicado en varios países fracasó dado su carácter de seguir contemplando los mismos esquemas conceptuales del capitalismo. Si bien el análisis de Marx sirvió para promover una nueva consideración del trabajo también ha sido manipulado para servir a las principales estrategias financieras. 110

Un capitalismo disfrazado de socialismo lo encontramos actualmente en Norteamérica, la idea del seguro médico universal o el acceso a la educación son en realidad propuestas socialistas que se han integrado y fortalecido al capitalismo. Como respuesta ante este malestar debe surgir una nueva actitud frente a la desigualdad, mi propuesta se centra en la meta-ideología a manera de freno para el abuso del capitalismo salvaje y como proyección de un mundo postcapitalista. No es una solución temporal sino la consecuencia de un sistema fallido que no ha logrado dar respuestas equitativas a las necesidades humanas. No se puede eludir el tema del deseo pero tampoco se puede afirmar como un discurso unívoco ya que caeríamos en la misma postura ideológica del capitalismo.

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Conclusiones

Como ya indicaba en la introducción, tratar temas de filosofía política y económica no siempre resulta fácil ya que se necesita la consideración reflexiva de elementos técnicos, términos económicos, jurídicos y sociológicos, junto con la actividad crítica; este discernimiento, entre aquello que es inherente al ser humano y aquello que fue creado artificialmente pero ahora es parte de la humanidad, es un reto enorme. En realidad, por mucho que haya avanzado la investigación filosófica seguimos enfrentando las mismas interrogantes que los primeros pensadores. Grande es el problema del ser humano enfrascado en una economía que, aparentemente, fue creada para su beneficio pero en realidad se ha convertido en su enemigo más antiguo y más poderoso. Ubicados en un escenario que pareciera no tener salida, la humanidad ha intentado dar distintas respuestas al mismo problema. Desde mi perspectiva es esencial retomar la ficción del desarrollo económico ya que es la cúspide que el liberalismo y el marxismo intentan alcanzar; como discurso pareciera ser la madre de todos los beneficios para la humanidad e ilusoriamente los pueblos incluso pueden dividirse entre desarrollados y subdesarrollados pero de facto el avance ha sido nulo. Las doctrinas económicas no han hecho otra cosa que construir una naturaleza humana basada en promesas y escatologías convenientes a los grupos de poder. Es dentro de esta telaraña de estructuras financieras que he deseado iniciar mi reflexión, en primer lugar con la historia del capitalismo y posteriormente 112

con una pequeña arqueología del concepto de desarrollo económico también denominado “progreso”. Durante este peregrinaje intelectual surgió en mí la inquietud por descubrir alguna región donde el liberalismo se hubiera impuesto plenamente, así llegué a la conclusión que en los Estados Unidos de Norteamérica era el sitio donde podía encontrarse la aplicación absoluta de este sistema ideológico. Esto no exime a los países europeos y a muchos del resto del Mundo en su participación activa desde la caída del feudalismo hasta la implementación del libre mercado pero la distinción del sistema norteamericano consistió en crear un verdadero sistemamundo que incluyera ámbitos políticos, económicos y culturales bajo los rasgos unívocos del liberalismo. Incluso en una época donde los grandes imperios parecían derrumbarse, los norteamericanos lograron alzar uno basados en doctrinas religiosas y comerciales que incluso actualmente sigue vigente. Podríamos pensar en la actualidad que los Estados Unidos son un imperio en decadencia pero es innegable el influyente rol que siguen teniendo en la economía mundial. Ahora bien, teniendo ya el esquema del desarrollo económico, la evolución de su concepto y la fijación en los Estados Unidos parecía un trabajo incompleto o puramente

descriptivo

de

la

situación

ideológica.

Tuve,

entonces,

que

cuestionarme por los componentes antropológicos que permiten que un sistema destructivo y en crisis fuera tan vigente y tan aplaudido por tantos especialistas e intelectuales. Hurgando en el fondo del ser humano me encontré con el tema del 113

deseo. Una problemática mayor ya que pareciera ser un elemento mutante dentro de nosotros: por una parte desde la apertura de los feudos parece que no ha cambiado en nada, lo novedoso nos sigue seduciendo, lo diferente y la acumulación siguen siendo parte de nuestra cotidianidad. Sin embargo pareciera que el mercado ha cambiado, hasta hace unos años no se tenía una homologación de la moneda europea y tampoco conocíamos que el internet traería consecuencias al participar con acciones dentro de la bolsa de valores. En síntesis el exterior, las máscaras de la economía parecían adoptar un nuevo rostro. Con la inclusión de proyectos contra-capitalistas el Mundo parecía listo para dar un cambio rotundo; la Unión Soviética parecía ejemplificar el primer paso para un mundo donde la justicia social al fin dejaría de ser un slogan y se convertiría en una realidad para todos los trabajadores y trabajadores. Los efectos ya los conocemos, transformaciones fatales que solamente sirvieron para fortalecer las estructuras del capitalismo. El deseo seguía siendo el mismo y parecía que el único sistema que lograba adecuarse con este rasgo de la humanidad era el sistema capitalista. Esto provocó en mí otra inquietud, ¿si es el mejor sistema por qué no cumple todas sus promesas? En otras palabras, ¿por qué no hay verdadero desarrollo económico? Entonces, profundizando me encontré con el tema de la naturaleza suspendida, no había dado cuenta de ello si no fuese por mi asesor, el Mtro. Hiram Padilla Mayer, quien lo sugirió como una característica para entender el congelamiento del mercado financiero.

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Esta naturaleza suspendida, a diferencia de algunas corrientes económicas, no apuntaba a la suspensión en la reflexión solamente en la pobreza, también los grandes capitalistas padecían el mismo estado existencial, dando un vuelco a la forma de comprender el sistema. Siempre que pensamos en una maquinaria como la del capitalismo es imposible no tener la imagen de una fábrica moviéndose, dinero llegando a unos cuantos, la mercancía siendo distribuida, e incluso, como lo ilustró el celebre director Fritz Lang en la película Metrópolis de 1927 donde una maquina enorme, manipulada por obreros, se convierte fantásticamente en un robot que funciona devorando humanos. El movimiento es parte esencial de nuestra concepción del sistema-mundo capitalista, pero como he comprendido, funciona desde lo estático, desde lo fijo e inmutable. Los únicos cambios que conoce son provocados por sí mismo para garantizar la supervivencia del valor del capital. Las crisis, como ya he comentado, son necesarias para que siga motivando mercados que necesiten inyecciones de capital y así seguir el ritmo del endeudamiento. Este sistema metafísico que se encuentra paralizado no tiene una verdadera forma de movilizarse, las propuestas para derrocarlo siguen funcionado en la misma dinámica nulificada por la fuerza del capital. De nuevo mi reflexión parecía una mera descripción fatalista del ambiente económico devorado por el capitalismo, por esta razón decidí proponer la idea de la meta-ideología, una estructura que nos permite visualizar el mundo postcapitalista sin la ingenuidad de una mediación ideológica que solamente nos llevaría a la terrible reafirmación de la ideología capitalista. Sin embargo y ante la tentativa de quedarme al nivel creativo de quienes presentan un plan de salvación 115

económico para la humanidad he de aclarar que solamente estoy elaborando una suposición sobre el futuro del mundo sin capitalismo, no estoy indicando de ninguna forma que el fin de la ideología capitalista se encuentra pronta pero sí señalo una posible ruta de acceso a una nueva forma de relaciones entre humanos. Contemplando que elementos como el deseo y el afán de competencia seguirán siendo un enigma porque crean y destruyen simultáneamente y parecen necesarios para seguir considerándonos humanos, apunto que todo sistema económico diferente tendrá que tomarles en cuenta para no caer en el error del liberalismo o del marxismo. La humanidad y sus decisiones seguirán siendo un misterio pero eso no debe alejarnos de la búsqueda por respuestas para comprendernos.

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